Muerte-Poema

Un acontecimiento que a todos nos llegará
ese acontecimiento el cual he experimentado antes.
Aquellos segundos vacíos y tan aterradores
esas sensaciones que espero, nunca jamás vuelvan.

Segundos eternos sin vida alguna he sentido,
la vida se escapaba de mi control, de mis manos
el miedo se apoderó de mí en aquellos segundos
la realidad me golpeó, nunca tuve el control.

De oxigeno se llenaron mis pulmones, alivio
sintió toda mi alma, aunque mi cuerpo sentía dolor
pero eso ya no importaba, ya no estaba ese vacío,
la vida ÉL me devolvió, ahora agradecida estoy.

Sonidos extraños yo escuchaba alrededor de mí
ruidos que solo pueden provenir de un solo lugar,
un lugar frío y lleno de gente por todos lados
aquel lugar en donde heridos y enfermos habrá.

Bañada en sangre estaba, la hemorragia no paraba
mi corazón débil se sentía, pero a pesar de
todo continuaba latiendo con fuerza, luchando
sin detenerse para sobrevivir a la muerte.

Mi mente estaba invadida de recuerdos, que solo
unos minutos antes habían ocurrido, esos
minutos que se quedaron grabados en mi vida
y que la marcaron para toda la eternidad.

Una bala atravesó mi corazón, esa bala
que lo cambiaría todo, esa bala que una marca
dejaría, una cicatriz que nunca jamás se va
a borrar, la cicatriz que me lo recuerda todo.

Una confesión recibí, aquella declaración
que movió todo mi mundo, dos palabras salieron
de su boca, dos palabras que me animaron a
seguir luchando con todas mis fuerzas sin rendirme.

Desperté, por fin, todo había acabado, pero mi
mente me traicionaba, imágenes de aquel día
aparecían, lo recuerdo todo con claridad,
cada noche, en un sueño revivo lo sucedido.


Ninguna sola persona lo sabe, he mentido, si,
lo sé, consecuencias traerá esta mentira, pero
no pude hacer otra cosa más que mentir no puedo
no estaba preparada para lo que iba a venir

Aquellas consecuencias las estoy pagando ahora
una vez más, la muerte se estaba apoderando de
mi, colgada de un edificio estoy, mis brazos ya sin
fuerzas se han quedado, estoy a punto de caer sin vida.

Mis manos se soltaron, esperando el duró golpe
contra el suelo, pero, no sucedió, unas manos fuertes
me sostuvieron, impidiendo que me cayera sin
vida alguna, sin una esperanza de sobrevivir.