Algo sucede en mi corazón

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Algo sucede en mi corazón

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Y nuevamente…

Lloraba en su regazo, como una niña pequeña. Suspiro… eso era lo que Kate hacía en ese preciso momento, en el cual él la contemplaba.

Poco antes de esta situación, él se encontraba en su apartamento; era un domingo, casi las 10 de la noche e Richard Alexander Rogers estaba cerrando su portátil para irse a dormir cuando, unos toques insistentes y casi desesperantes interrumpieron su tranquilidad, en su apartamento de Nueva York. Fastidiado ante la insistencia, avanzo hacia la puerta; mientras bostezaba de sueño ¿Quién llama a estas horas? Pensó mientras tocaban con insistencia. Abrió la puerta y se sorprendió al ver quien se encontraba allí.

Su mejor amiga se le arrojo a sus brazos, y lloraba tristemente en ellos; mientras se acurrucaba en él. Retrocedió un poco, con ella aún sobre él y cerró la puerta. Poco después se recargo contra la primera pared que toco su espalda, y mimó afanosamente su cabellera castaña.

Y lo supo…

Seguramente, acababa de terminar su noviazgo de ocho meses con Tom ¿Denim? ¿Dinming? No acababa de recordar el nombre del novio de su amiga.

La miro melancólicamente y suspiró. Kate solía ir siempre con él, cada vez que terminaba alguna de sus relaciones amorosas o cuando se peleaba con sus padres; ya que él era el único que la comprendía. Eso le dijo alguna vez.

Suspiro cansado. Había sido su paño de lágrimas desde que se conocieron. Y de eso ya han pasado casi cuatro años.

— Ya, tranquila… — dijo susurrando. — ¿qué paso esta vez, Kate? —

— Él… — alzo su rostro. — él… —

Sus labios le temblaban, estaba completamente roja; sin contar con las el camino de lágrimas en sus mejillas. En pocas palabras, su aspecto actual era un completo desastre en comparación con otros días.

— Vamos, ven… — dijo suavemente y la tomo de la mano y camino con ella hacia el sofá.

Se conocían desde hace cuatro años. Se conocieron cuando iban al insitituto y aunque no habian tenido un comenzamiento bueno (porque accidentalmente Rick le habia manchado su camiseta de cafe, no la vio girar el pasillo y cocharon) con el tiempo fueron forjando una amistad que hasta ellos les sorprendia de la profundiad de la confianza que depositaban en el otro.

Ahora ya los dos mayores de edad, aunque Rick le ganaba un par de años mayor, ambos fueron aceptados en la misma universidad. Solo que en diferentes sectores de la misma. Rick se inclinó hacia la literatura, mientras que Kate opto por una carrera de derecho; los dos en la Universidad de Nueva York.

Somos los mejores amigos…

La sentó y él fue hacia el baño, por algo de papel para limpiarle el rostro, que se la había manchado con el exceso de maquillaje que uso esa noche. Instantes, después regreso con una caja de pañuelos y un vaso de agua. Kate cogió un pañuelo y comenzó a limpiarse.

— Gracias, Rick — dijo agradecida y más calmada. — y siento haber venido a estas horas — dijo tímidamente.

Susurro, cuando supo que había terminado y lo miro. Poco después, le sonrió con franco cariño y finalmente dejo caer su frente recargándola contra su pecho.

— No, sé que haría sin ti — cerró sus ojos. — Sin mi mejor amigo —

Mejor amigo…

— Ya lo sabes — acaricio su espalda. — Que yo siempre voy a estar aquí, para ti… hasta el día que ya no me necesites — dijo sonriendo amargamente sobre su pelo. — siempre… —

— Nunca digas eso — susurro a la vez que le miraba a sus ojos. — tú siempre vas a ser importante en mi vida — Rick no le contestó.

Ambos se miraron durante unos segundos en total silencio, hasta que finalmente Kate rompió el contacto visual y se dejó caer contra el respaldo del sofá; a la par que se estiraba lánguidamente.

— Demming es un completo idiota — dijo herida. — debí haberme dado cuenta antes… —

Miro el techo, y Rick se dio cuenta de que sus ojos se estaban humedeciendo otra vez, pero se contuvo.

— ¿Qué pasó? — preguntó suavemente.

Entonces, Kate se acercó otra vez a él y recargo su cabeza en el hombro y una vez más cerró sus ojos.

— Fui a su apartamento para verlo ya que no me contestaba a las llamadas. Desde hace días lo notaba raro, estaba muy distante. Cuando iba a tocar la puerta, vi que ya estaba abierta y pensé que le habían robado o algo, así que entre para ver pero… — se quedó en silencio unos segundos.

— ¿pero que Kate? —

— Me lo encontré… — se le hacía difícil continuar. — besándose con otra chica. Le dije que qué estaba haciendo y él se giró y comenzó a gritarme de que qué hacia allí. Nos comenzamos a gritar hasta que me dijo que me marchara de allí y que lo dejara en paz - apretó sus puños. — ¿puedes creértelo? — dijo con rabia.

Silencio.

Somos los mejores amigos…

— lo siento — contestó al cabo de unos minutos.

Kate lo abrazo.

— Bueno ahora me siento ya un poco más mejor, antes de irme le di una patada ahí donde más le duele y lo deje estirado en medio del suelo —

— ¿una de tus famosas patadas? Uuuh dios eso debió de doler… — dijo intentando animarla un poco.

— ¿quieres que te lo demuestre? — dijo sonriendo.

— no, gracias, con solo verlo una vez, parecio que me lo dabas a mi, porque me dolio… visualmtente –

— ¿visualmente? Jajaja —

Los dos rieron durante un buen rato hasta que poco a poco las risas cesaron quedandose los dos sumerjidos en un silencio agradable recordando sus momentos.

— ¿Me puedo quedar hoy aquí? — murmuró sobre su hombro. — No tengo ganas de ir a mi casa — dijo cerrando sus ojos. — no tengo ganas de ver a nadie —

— ¿y Lanie? ¿No preferirías quedarte con ella? — dijo Rick sin pensarlo aunque después se arrepintió ya que podía haber sonado a que no quería que se quedase.

— ¿no quieres que me quede? — se incorporó para mirarlo.

— no es eso, ya sabes que tú siempre te puedes quedar, es solo que pensaba que estarías mejor con ella —

— si pero a Lanie no le caía bien Demming y si voy ahora es capaz de coger sus instrumentos de prácticas e ir allí mismo a torturarle — dijo riéndose.

— uuf eso sí que da miedo — dijo Rick estremeciéndose. Kate se aún más con eso y seguidamente Rick también.

Después de reírse un rato, ella colocó su oído a la altura del corazón de él y con ese sonido constante, se durmió. Al cabo de algunos minutos más, Rick comprobó que ya no se despertaría más; le encantaba verla dormir, transmitía una enorme tranquilidad con ese gesto tan simple. Ver sus facciones relajadas, aunque en ese momento, en sus ojos, todavía había pequeños rastros de las lágrimas caídas.

Con sumo cuidado, se levantó procurando no despertarla para luego cogerla por la espalda y debajo de las rodillas para caminar con ella hacia su habitación.

Y ahí, suavemente del lado izquierdo de la cama matrimonial que tenía, bajo las sábanas blancas. Le quitó la chaqueta y las botas que traía para después acomodarla en la cama. Después, lentamente la cubrió. Ella se removió un poco pero no se despertó.

Somos los mejores amigos…

Le dio una ultima mirada y se levantó, camino hacia el baño para colocarse su ropa de dormir; unos pantalones de algodón negros y camiseta gris.

Cuando se dirigia hacia el sofa para ponder dormir, hecho un ultimo vistazo en su habitancion para mirar a Kate.

Se acerco lentamente haciasu cama, quedandose muy cerca de ella, sintiendo el compas de su respiracion y el aroma de su perfume.

Cerezas.

Recordo que para su cumpleaños le regalo este perfume que tanto queria, cuando lo vio, lo abrazo y le planto dos besos en la mejilla contenta.

La observo dormir y vio que fruncia un poco el ceño. No estaba relajada. Penso que deberia estar soñando algo no muy agradable.

Llevo una mano hacia la frente de ella, acariciandola suavemente intentado relajarla sin despertarla de ese sueño que la estaria molestando.

— Tom… —

Musito dormida Kate mientras suspiraba suavemente y se acomodaba en la cama y eso lo hirió profundamente. Se giró y caminó hacia la puerta. Sin hacer ruido, poco a poco comenzó a cerrar la puerta pero se quedó un segundo allí, parado, herido, mirándola.

Suspiró profundamente y cerró la puerta. Se dirigió hasta el sofá y cogió una manta que estaba por allí, se acomodó y se tapó con ella.

— Es un error el enamorarse de tu mejor amigo — susurro tristemente repitiendo las mismas palabras que ella una vez le dijo. — ¿verdad, Kate? —

Somos los mejores amigos…