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Mensaje por Cecifillion<3 Lun Jun 08, 2015 10:22 am

Hola a tods lo prometido es deuda .. Aquí les dejo el fic de Rick enfermo.. Como ya saben no lo escribo yo pero denle una oportunidad. Las escritoras son TAMMYALWAYS y Ladydkl.. Gracias chicas!!! --------------------------------

Primero que nada pediros que le des una oportunidad, que creo que puede llegar a ser un gran fic.

Segundo quiero dejar claro, que la idea es de CECIFILLION y que para mí es un honor que confíe su idea en mí, espero al menos estar a la altura de las circunstancias. Eso lo hace más difícil pero también me exige más y eso puede ayudar.

Tercero y no menos importante, darle las gracias a ladydkl por iniciar este viaje conmigo, espero que lleguemos a muy buen puerto juntas como en el otro fic. Gracias

Bueno y sin más os dejo con el primer capítulo, espero que sea el primero de muchos juntos a vosotr s, gracias por estar ahí.

Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 1

POV RICK

Soy un tipo que consigue todo lo que quiere, que se ríe de la vida, que cuando esta fuera del trabajo intenta vivir la vida al máximo, porque ya vive demasiado horror y muerte durante el resto del día. Soy detective de homicidios en una de las ciudades con más muertes del mundo, aunque supongo que porque somos la ciudad más grande. Y la mayoría de esas defunciones son debidas a asesinatos u homicidios. Tengo la suerte de mi lado al ser policía en esa ciudad, detective para ser exacto y por si fuera poco me siento afortunado también por formar parte del mejor equipo de detectives dedicados a investigar esas muertes.

Tengo éxito en el trabajo porque me gusta e intento hacerlo lo mejor que sé. Tengo éxito con las mujeres porque nunca les miento y voy con la verdad por delante, unido a que mi madre hizo un buen trabajo trayéndome al mundo, soy guapo y no me molesta saberlo y demostrarlo. El dinero no me hace falta porque se cómo invertirlo gracias a mi tiempo en la universidad. Y a pesar de toda esta "perfección" y vida en la que "teóricamente" no me falta de nada. Pero no he conseguido "algo".

Todo el mundo cree saber que huyo de ese algo, pero lo que no sabe esa gente es que eso es mi sueño inalcanzable, mi meta, mi nirvana. Y no es otra cosa que una mujer con la que pasar el resto de mi vida. Alguien a quien amar y que me ame, con quien formar una familia que yo no tuve nunca, con quien contar y contarle las canas y envejecer a su lado leyendo libros o escribiéndolos o simplemente respirando que no es poco.

Sí, es cierto, soy un romántico empedernido con tanto miedo a que me lastimen, que prefiero pasar cada noche de la que dispongo con una mujer distinta, así sé que cuando amanezca no me costara irme, o desaparecer, no me costara decir adiós y desde luego no será lo suficientemente importante para mí como para hacerme daño.

Ese soy yo. Richard Castle. Y como persona humana que me considero, tengo mis miedos, mis sueños y mis metas.

Hay una mujer especial, buena, siempre hay una mujer inalcanzable en toda vida de un hombre de éxito, esa que deseas por encima de todo, con quien fantaseas en privado, esa que con solo mirarte hace que se te vuelva del revés tu corazón, tu cabeza, todo... Bien, pues para mí esa mujer, es la inspectora Katherine Beckett. Mi compañera. Vale, quizá sea algo más que mi compañera, en realidad es mi jefa más directa. Es completamente distinta a mí. Es seria, disciplinada y algo anticuada en cuanto a sus relaciones. Creo que se casara, en breve, con su novio de toda la vida. A eso me refería, a mí no me dura ninguna chica más de una noche, aunque con ella haría una excepción.

Me encanta como es, me pone que me mande, es sexy, pero sobre todo me encanta su sentido de la lealtad y su inteligencia. Es sin duda la mejor polic icía que he tenido la suerte de conocer y no solo eso, sino también de trabajar con ella. Mi mayor pasatiempo era sacarla de quicio. Sé cuándo y dónde tocar para hacerla saltar. Pero a la hora de trabajar, formamos, sin duda, el mejor equipo. Juntos no hay ningún asesino que se nos resista, o asesino que no llevemos ante la justicia.

Hoy es un día normal en la oficina, salvo por la revisión anual. La verdad es que no me gustan para nada los médicos pero no me molesta tanto la enfermera con quien intento ligar para desesperación de Beckett.

- Detective Castle no se mueva.

- Si promete no hacerme daño - dije guiñándole el ojo.

- Solo será un pinchazo – me dice haciéndose la interesante – no se dará ni cuenta.

- ¿Y si me entero? ¿Qué? – le digo guasón.

- ¿Como? – está claro, no es la excepción, como toda rubia es algo tonta para seguir una conversación, pienso mientras me toquetea el brazo.

- Que me das a cambio. ¿Sales conmigo a cenar?

- Ya – dice dándome un golpecito con el dedo donde dice haber metido la aguja.

- Ya que.

- Ya te he pinchado.

- En serio - dije sorprendido y disgustado.

- Castle creo que esta vez te ha salido el tiro por la culata – dice Ryan, mi compañero, riéndose y su colega, Espo, le siguió el juego. En cambio Kate se mantiene callada y concentrada ayudando a los médicos en la medida de lo posible.

- Kate… - le llame, aunque ni siquiera me miró -Beckett…

- Dime Castle - dijo resignada sacándome una sonrisa.

- ¿A ti te dan miedo las agujas? Debes estar acostumbrada – le dijo refiriéndome a su "novio" que es médico, y de paso haciendo reír a mis dos compañeros.

- Cállate - dijo con cara de pocos amigos.

Estuvimos allí un buen rato entre bromas y tomaduras de pelo, hasta que apareció la capitana con un nuevo caso. Nos pusimos manos a la obra enseguida.

Cuando llegamos a la escena del crimen ya estaba allí la patóloga forense Lanie Parish, que a su vez es la mejor amiga de Kate, con la que pasa buenos momentos sacándola de quicio por afición, como yo mismo. Solo junto a ella y en alguna fiesta he visto a la Kate risueña, divertida, relajada. Esos momentos solo han servido para ratificar que esa mujer me tiene en sus redes, aunque no lo sepa.

- ¡Ey Lanie!

- ¡Ey chicos! Kate… - dijo levantando la mano enguantada.

- ¿Que tenemos? - preguntó Kate de modo profesional.

- ¡Dios mío! Buenos días… ¿Buenos días Lanie, como estas? No, ella directa, como siempre. ¿Dónde está la diversión en todo esto? - digo picándola.

- Estamos aquí por la víctima si no, ya sabes, búscate otro trabajo. – dijo agachándose junto a la víctima y mirando si tenía algún agujero de bala o algún motivo por el cual estábamos allí con el de cuerpo presente.

- Venga chicos - dijo Lanie riéndose - ya sabéis que los que se pelean…

- Lanie - dijo Kate riñéndola pero vi cómo se sonrojaba.

POV KATE

Dios ahora mismo tengo unas ganas locas de matar a Lanie. No me gustan para nada esas bromitas suyas y mucho menos con Castle. No me gusta y ella lo sabe, más bien todo lo contrario a lo que siempre he buscado en un hombre. Como compañero es otra cosa, disciplinado, bueno en su trabajo, puntual, aunque no siempre se lo toma en serio. A pesar de nuestras diferencias y de que no le soporto, en cuanto a trabajo, tenemos buena sintonía. A veces incluso pienso que puede leerme la mente. Pero es lo único que admiro de él. Yo para estar a su altura, tengo que rendir al 100%, estar centrada y con todos mis sentidos alerta. Él en cambio prefiere estar todo el tiempo cachondeo, de broma, o enredando con todo lo que le pongas delante. Pero con cinco minutos de lucidez, tiene las mismas conclusiones que yo dedicándole una noche entera. Esa parte la admiro y a la vez me saca de quicio. Me cuesta aguantarlo, y que Lanie siempre bromee con nosotros me molestaba bastante.

El día fue bastante estresante desde el principio. Estuvimos en la escena de crimen, nos encargamos de hablar con los familiares de la víctima, una vez identificada esta y por supuesto se había creado la franja horaria de su último día de vida. Odiaba estos casos, la víctima tenía mujer y dos hijos de pequeña edad. Odio los casos en que las víctimas tienen hijos y más si son pequeños. Yo fui una de esas hijas que pierde a una madre o a un padre y se el dolor que queda en estos para el resto de tu vida.

Necesitaba tomar un café para poder aguantar algo más, no quería acabar el día sin haber dado unas cuantas vueltas más a mi panel, sabía que me estaba perdiendo algo en este caso y quería resolverlo, resolverlo para darles algo de tranquilidad, de paz a esos chicos que hoy injustamente habían perdido a su padre. Me metí en la sala de descanso y cerré los ojos al sentir el magnífico líquido caliente que entraba a través de mi boca. Si, lo aceptaba era un poco adicta al café, no era persona hasta que no me tomaba uno al despertar y a partir del primero venían otros, sin número fijo, los necesarios para mantenerme en pie algún día como hoy.

- Hola Kate – me dijo Castle apareciendo por mi espalda y cargándose mi momento de relax.

- Beckett – le corregí enfadada.

- ¿Cuando me vas a dejar que te tutee? Somos compañeros desde hace casi dos años y aún tengo que llamarte Beckett.

- Yo te llamo Castle ¿no?

- Bueno a mí me da igual si quieres llamarme Rick -dijo con esa sonrisa de suficiencia que tantas ganas me daban de borrarle – o Richard, o Ricky como me llamo anoche…

- Chicos - dijo Espo aparecido y salvándome de ese momento incomodo que me iba a tocar vivir, otro comentario como ese refiriéndose a alguno de sus ligues y creo que le hubiera tirado el líquido elemento que tenía en mis manos sobre la cabeza. - Lanie dice que tiene algo voy a…

- No - le interrumpí - voy yo, necesito aire - dije mirando fijamente a Castle.

Bajé hasta el sótano, donde se encontraba el departamento anatómico forense y allí, entrando en la sala de autopsias se encontraba Lanie, concentrada en el cuerpo de nuestra víctima.

- Hola Lanie.

- Hola Kate. Te ves fatal amiga – dijo mirándome de reojo, pero sin levantar la vista del cadáver.

- Gracias, yo también te quiero. - dije de forma irónica.

- Lo que necesitas es una buena fiesta.

- Si, seguro, para eso estoy yo ahora – le comente sentándome en una camilla vacía que había junto a mi amiga.

- Vale, hoy no, pero de esta fin de semana no pasa.

- Lanie…

- Nada de excusas, Josh está de guardia, me lo dijiste ayer y para quedarte sola en casa me haces compañía a mí.

- Bueno.

- Podemos quedar con los chicos.

- Lanie…

- ¿Qué? Será mucho más divertido. Además podías cumplir tus sueños – dijo arrugando las cejas refiriéndose a una pesadilla que tuve el otro día y le comente.

- Si lo sé no te cuento nada - dije sonrojándome - sabes que no fue un sueño sino una pesadilla.

- De la que disfrutaste mucho - dijo con una risa maléfica - Kate es normal tener un sueño erótico con ese pibón de compañero que tienes.

- Dios… le odio, ¿no lo comprendes? No me gusta, no es mi tipo y lo sabes. Solo fue un maldito sueño.

- No Kate, esas "pesadillas" no se tienen con alguien que odies, ese tío te gusta. No está mal aceptarlo.

- No me gusta. Además, quiero a Josh.

- Sí, seguro. Tienes que quererlo para aguantarlo.

- Lanie - le regañe. Mi prometido Josh era un hombre bueno, cariñoso, enamorado de mí y que adoraba sus causas benéficas por las que se desvivía.

- Vale lo siento. Pero no pasa nada si te pone otro tío, ¿Por qué no? a mí me ponen muchos.

-Tu eres un caso perdido - dije riéndome.

- Tienes razón. Pero el fin de semana salimos, necesitas una buena fiesta.

- Bueno ¿Ahora nos centramos en la víctima?

No sabía que me pasaba pero Lanie era mi perdición. Cada vez que estaba con ella me sentía de nuevo joven, como si estuviera en mi primer año de universidad antes de que… antes de que todo pasara. A veces necesitaba liberarme de esta Kate en la que me había convertido, necesitaba volver a sentirme joven, desinhibida, feliz y eso solía ser cada vez que estaba con Lanie, ella sacaba esa parte que nadie más sabia sacar desde hacía mucho tiempo.

CONTINUARÁ…
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Mensaje por writerdetective47 Mar Jun 09, 2015 11:47 pm

Me gusta el comienzo tu historia promete mucho
Sigueeeee Heart Heart Heart
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Mensaje por Cecifillion<3 Miér Jun 10, 2015 12:28 am

Capítulo 2

POV KATE

Me desperté de nuevo con la sensación de encontrarme sola. Últimamente siempre me sentía así. Josh tenía muchas guardias, quizá demasiadas, eso sin olvidar sus viajes con la ONG en la que colaboraba de forma altruista. Eso siempre me había gustado de él, lo admiraba por ello, pero a veces… como hoy, me sentía muy sola. No pretendía ser egoísta, tenerlo constantemente pegado a mis faldas, pero de eso a no verlo como llevaba pasando unos meses, tampoco era plan. Me preguntaba si eso era lo que me esperaba el resto de mi vida, sentirme sola, abandonada, casi trasparente. ¡Vaya plan de vida me esperaba!

Suspiré resignada a mi suerte. Me estiré ocupando la mayor parte que pude de la cama y cerré los ojos intentando despertar de esa pesadilla. Necesitaba hablar con alguien, me sentía mal y una amiga en estos casos es lo mejor, así que decidí llamar a Lanie y quede con ella para desayunar. Al menos antes de ir a trabajar podría vaciar mi mente triste y solitaria. Debía hablar con Josh y darle un ultimátum… sino un día iba a encontrarme con otro hombre en la cama ocupando el lugar que él no llenaba.

Escogí uno de mis trajes serios, en conjunto con mi humor y tras dejar mis rizos a su aire, salí por la puerta con la ilusión de que Lanie me sacara unas sonrisas y cambiara mi humor. Llegue a la cafetería justo cuando ella cruzaba la esquina por el otro lado. No teníamos la costumbre de abrazarnos, pero hoy lo necesitaba, así que me deje abrazar y recibí todo ese sincero cariño que mi amiga me ofrecía.

- ¿Qué tal?

- No muy bien – le respondí torciendo el labio en señal de insatisfacción.

-Cuéntame mientras tomamos un café de los tuyo… - dijo haciendo una señal al camarero – dos cafés cargados, dobles, con sacarina y esencia de vainilla.

Nos sentamos en una mesa cercana a la ventana que daba a la calle principal, allí veíamos todo y casi no se nos veía a nosotras. Cuando llegaron nuestros cafés me quede durante unos segundos mirando por la ventana buscando las palabras exactas para que me comprendiera y conociera la situación, ordene mis ideas y solté a bocajarro:

- Lanie yo… tengo dudas.

- ¿Dudas? – Dijo mirándome fijamente, esperando entender mis palabras – ¿sobre el origen de la vida?, ¿sobre tu religión?, ¿sobre la contaminación? Dicho así parece que tengas que decidir si hacerte monja o irte a vivir a un monasterio perdido de la mano de Dios… venga, cuéntame.

- No digas tonterías, mis dudas son sobre… mi futuro con Josh.

- No me fastidies ¿lo vas a dejar? - preguntó con una sonrisa.

Se notaba que Josh no le gustaba, lo sabía no me lo ocultaba, aunque al menos podía molestarse en disimularlo, a veces era tan evidente que cuando quedaba con ella y venia Josh a buscarme no lo saludaba, era trasparente para mi amiga. Le llamaba el invisible. Algunas veces me hacía gracia, aunque, después de todo, Josh era mi pareja, porque yo la había decidido así. Me molestaba que mi amiga demostrara tanta animadversión hacia él.

- Lanie, esto no es una broma. Yo le quiero, o… eso pensaba. Y si tengo dudas, quizás sea porque ya no siento lo mismo por el que antes.

- Cariño no quiero que te enfades, ni que te lo tomes a mal pero… vamos a ser realistas, no podrías darme una noticia mejor. Josh nunca ha sido de mi gusto y eso lo sabes, no soy muy buena ocultándolo. Pero si a ti te hace feliz, es contigo con quien va a vivir, así que me callo y sonrió o sigo ignorándolo si te hace enfadar – lo último lo dijo con un guiño, demostrando que haría cualquier cosa por defenderme - Pero te veo y… no eres feliz Kate. No te siento como una novia expectante por su boda, noto que cada día este más ensimismada, más distante, te haces pequeña y desapareces de cualquier reunión, estas aprendiendo a ser como él, trasparente. – Cogió mi mano con las suyas y bajando la vista me dijo sinceramente
- No eres la Kate que conocí, y la culpa de eso, creo que la tiene Josh. Vives sin disfrutar, sin esa característica tuya tan bonita que tenías antaño antaño de mejorar día a día, ahora dejaste de esforzarte Kate. Necesitas a alguien que te de vida, no que te la quite. Alguien que te saque de la monotonía que es ahora tu vida, alguien que te haga feliz a cada momento, que te emocione, que haga de tu día a día algo único. Eso es lo que quiero para ti amiga, y creo que Josh no te da eso.

- ¡Guau! ¿Cuánto tiempo llevabas pensando este discurso? Porque te salió redondo.

- Ni te imaginas -dijo sonriendo.

- Quizás tengas razón, pero a lo mejor lo que necesito en mi vida, es eso, monotonía, tranquilidad. No quiero sorpresas.

-No Kate, la vida sin sorpresas es un aburrimiento. Necesitas un hombre que te haga vivir, que te quiera y te lo demuestre, que te haga vibrar en… bueno, ya sabes a lo que me refiero - dijo haciendo un gesto de mal gusto.

- Lanie - dije mirando a ver si alguien nos estaba mirando – no hace falta que lo hagas tan evidente.

- Bueno dejemos eso a un lado pues. Cuéntame… ¿quién ha obrado el milagro de abrirte los ojos? ¿Cómo te diste cuenta del error que ibas a cometer?

- Yo no he dicho eso. No he dicho que vaya a echar atrás mi compromiso, solo que no estoy segura de querer casarme, no quiero sentirme sola como me siento. Me aburro Lanie. No quiero levantarme cada mañana en una cama fría y sola, quiero tener algo de tiempo para pasar en pareja, ir al cine, a cenar, ver la televisión, comer palomitas, preparar la cena a alguien y apenas nos hemos vistos en los últimos meses. Cuando empezamos no pensé que su trabajo fuera a afectarme tanto.

- Es normal Kate, a nadie le gusta estar solo, aunque diga lo contrario. Y yo solo quiero que seas feliz y estaré ahí, a tu lado, tomes la decisión que tomes –dijo seria, estaba claro que sus consejos eran por mi bien, y esta vez tenía razón, debía tomar una determinación y acabar con este sin sentido en que se había convertido mi compromiso.

POV RICK

Me levanté estresado, cansado, peor que cuando me acosté. No era normal eso, no había podido dormir, pero no sabía porque motivo, simplemente mis ojos no querían cerrarse. Me pesaban mucho los brazos y las piernas, sentía como si mis pies estuvieran pegados al suelo, como si el día de ayer lo hubiera pasado corriendo sin parar. Cuando el día anterior fue bastante tranquilo.

Me estaré haciendo viejo, cada día tengo menos aguante, pensé riéndome de mi mismo y mis ocurrencias.
Después de mi ducha diaria, me prepare para irme a trabajar, como todos los días, me vestí y antes de entrar en comisaria, siempre me paraba a tomar un café, el de casa estaba bueno, pero ese con vainilla, era el que terminaba de despertarme y hoy lo necesitaba doble.

Era una cafetería donde tenían el mejor café de la ciudad, era muy tranquila y me gustaba sentarme cerca de la ventana donde veía pasar a la gente. Era un pasatiempo que no podía hacer tanto como me gustaría, pero aprovechaba esos minutos antes de ponerme en modo "on" para dar el cien por cien de mí y mi cerebro en mi trabajo.

Entré en la cafetería directo a la barra y por el rabillo del ojo vi que mi mesa estaba ocupada, mala suerte pensé, definitivamente, no era mi día hoy. Creí más oportuno pedir el café para llevar, cuando escuché mi nombre proveniente de una voz conocida a mi espalda. Cuando me giré, no podía creerme quienes estaban allí, sin duda mi suerte empezaba a cambiar. Cogí mi café y me acerque hasta mi mesa, eran mis chicas del trabajo quienes estaban ocupando mi lugar, con ellas si podía compartirlo.

- Ha salido el sol por fin – dije guiñándoles un ojo y colocándome a su lado - Mira quien está aquí mi detective favorita y mi forense favorita - con mi mejor sonrisa.

- Hola Castle - dijo Lanie con una sonrisa, de Kate no saque nada más que un asentimiento de cabeza.

- ¿Puedo sentarme aquí? – pregunte intentando ser cortes cuando iba a ocupar el lugar junto a Kate.

- No – dijo está arrugando la nariz

- Si – contesto Lanie sonriendo.

- ¿Entonces? – pregunte a medio sentar.

- Anda siéntate no seas tonto - dijo Lanie casi sentándome ella misma en la silla.

- Bueno, gracias y disculpen si las molesto señoritas ¿disfrutando de un buen café?

- Sí y hablando de nuestras vidas ¿te apuntas?

- Lanie - le recrimino Kate. Me gustaba tanto que incluso me parecía mucho más guapa cuando se cabreaba.

- Os quiero a las dos, no discutáis por mí. Sabéis, tengo Ricky para las dos.

- Ya te vale. Yo me largo -dijo Kate levantándose.

- Lo siento, no pretendía molestaros - dije levantándome e intentando evitar que se fuera mi compañera - prometo que me portare bien - dije muy serio levantando la mano en señal de promesa.

- A la próxima chorrada me marcho.

- Vale.

Nos sentamos de nuevo y nos quedamos callados durante unos segundos mientras dábamos los tres un sorbo a nuestros cafés, intentando no ser los primeros en iniciar la conversación, fue Lanie la que cortó el silencio.

- Oye Castle, ¿tienes novia?

- ¿Novia? ¿Lo dices en serio? No tengo mucho tiempo para dedicarle a una mujer, todo mi tiempo es para Kate – dije mirando su cara de sorpresa – ella es mi chica del trabajo – iba a quejarse cuando lo aclare – además, se está muy bien solo.

Miré a Kate y vi que se estaba mordiendo la lengua, estaba intentando controlarse para no decir algo. Yo decidí picarle para que sacara eso que tanto le recomía por dentro.

- ¿Y tú Kate? ¿Piensas lo mismo?

- Yo... - dijo soltando una risa irónica - yo pienso que sois unos críos los dos, que tenéis que madurar.

- ¿Por creer que se está bien solo?

- Creo que ya eres mayorcito para salir todas las noches por ahí con una y con otra.

- Sí, puede que tengas razón. Por eso ahora salgo cada dos días - dije sonriéndole.

- No me sorprende. A los dos os da miedo el amor.

- No Kate. Estamos solos porque no hemos encontrado a la persona ideal. Si la tuviera ahora mismo delante - dije mirándola fijamente intentando ver a través de ella - te prometo que no la dejaría ir, que no sería el idiota que piensas que soy.

La vi tragar saliva como si hubiera conseguido llegar a ella, aunque dudaba que pudiera creerme al cien por cien.

- Si es así, ¿de verdad crees que vas a conseguirlo si te ven comportándote como un imbécil?

- ¿Y si ese soy yo realmente?

- Si de verdad piensas lo que has dicho antes, no creo que seas así. El problema es que demuestras lo contrario de lo que dices.

- Si supongo que en ese sentido soy un miedica.
Supongo.

- Bueno, quiero decirte algo sobre el caso.

- Si, mejor - dijo ya algo más relajada, para nada se sentía segura con la conversación anterior.

- Verás he estado pensando durante la noche, no he dormido muy bien. Y bueno creo que se quién es el asesino.

- ¿Si?

- Verás he investigado un poco y bueno tiene que ser alguien que sepa cuál es su rutina. Bueno la de la familia. Los jueves los niños tenían clase de piano y la mujer tenía que llevarlo de 5 a7 de la tarde. El marido tuvo que desaparecer sobre esas horas. Alguien sabía que estaría en casa solo durante ese tiempo. ¿Y quien puede ser que también tuviera problemas con él?

- Oh Dios! - exclamo Kate abriendo los ojos en forma de exclamación.

- El vecino - dijimos ambos a la vez.

- ¡Dios! me encanta cuando hacéis eso, esa sincronía… sois tan adorables - dijo Lanie riendo de lo sucedido.

Vi como Kate se sonrojaba por la ocurrencia y sentí una extraña sensación de cosquillas en el estómago. Sin duda era una mujer increíble y con una belleza especial. Decidí ayudarla a salir de aquel trance.

- Será mejor que vayamos a encerrar a ese hijo de puta – dije levantándome y tomándome de un sorbo el café que antes me calentó las manos.

- Estoy de acuerdo - dijo levantándose y salimos de la cafetería con buen sabor de boca.

CONTINUARÁ…

Gracias Tammyalways y ladydkl

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Mensaje por castle_always_annarodgers Miér Jun 10, 2015 1:56 am

Continuaaa me encanta

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Mensaje por Rick Castle Miér Jun 10, 2015 6:50 am

Love Love Eres genial!,me ENCANTAN tus historias. Ya viste mi fic, ¿te gustó?
Un abrazo
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Mensaje por Cecifillion<3 Miér Jun 10, 2015 11:49 am

Holaa. Gracias como ya dije el merito es de tammyatammyalways.. Y si ya lei tu fic. Gracis por la dedicatoria
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Mensaje por Casbeck.mongar Miér Jun 10, 2015 4:52 pm

Esta genial x FA sigue pronto
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Mensaje por casckett_life Miér Jun 10, 2015 10:55 pm

Me gusta la historia, quiero más!!

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Mensaje por Cecifillion<3 Vie Jun 12, 2015 11:57 pm

Capítulo 3

POV RICK

Conseguimos cerrar el caso, el resto del día lo pasamos con el papeleo. Como lo odiaba, no servía para eso, mi lugar estaba en las calles, necesitaba salir, allí me sentía encerrado cual pájaro en jaula.

- Vamos Castle muévete un poco o vamos a estar aquí todo el día – dijo Espo pasando por mi lado.

- Parece que tienes prisa - dije sonriéndole.

- Si, las chicas salen de marcha.

- ¿Ah sí? - pregunté mirando a Kate.

- Eso no te importa, solo acaba con tu parte.

- Chicos, ¿os apetece tomar unas copas para celebrar el fin de semana libre?

- Claro, tú invitas.

- Bien, yo invito. Tengo muchas ganas de celebrar - dije mirando hacia Kate que soltó un suspiró resignada.

De repente me entraron muchas ganas por acabar aquellos papeleos para poder disfrutar de la noche, tenía la sensación de que iba a ser una muy buena noche. Estaba metido en ello aunque por mucho que intentaba concentrarme no podía, odiaba tener que escribir sobre ello, para nada era un escritor. De repente escuche pasos desde atrás que se acercaban a mí.

- Detective Castle - dijo la capitán Gates.

- ¿Si? Capitán - dije levantándome de golpe.

- Le necesito en mi despacho.

- Claro, pero tengo que terminar con el papeleo.

- Que lo hagan sus compañeros.

- Pero señor… - dijeron los chicos a la vez, pero solo una mirada de la capitán Gates hizo que los dos se callaran de momento.

Me fui detrás de ella sin saber que en ese momento mi vida cambiaria de golpe.

- ¿Dígame Sr.?

- Me acaban de llamar del servicio del hospital, por lo visto hubo algún tipo de problema y deben repetir su analítica.

- ¿Problema? – repetí asustándome.

- Si, algo raro en sus análisis y necesitan repetirlo para estar seguros.

- Yo le aseguro que no tomo drogas Sr.

- No dudo de eso, creo que la muestra se perdió o que contamino… no sé exactamente. Eso tiene que hablarlo con el médico, a mí no se me comunico específicamente, pero creo que debería ir ahora mismo a hablar con el hospital.

- Por supuesto, ahora mismo Sr. - dije algo nervioso, tenía un mal presentimiento, como si algo grave sucediera.

Me di la vuelta para salir del despacho del Capitán y escuche que me seguía hablando.

- Detective.

- ¿Si Sr.?

- Si necesita algo de tiempo libre o precisa de alguien para ayudarle, sabe que sus compañeros, o incluso yo misma estaré encantada de hacerlo.

- No se Sr., de momento hasta que no averigüe lo sucedido… - le dije, me estaba asustando tanta amabilidad, me confundía - Gracias.

Me levanté asustado, no podía negarlo, tenía miedo. Solo esperaba que todo fuera una tontería o una equivocación de la que poder reírme de ello.

- ¡Eh Castle! Toma – dijo dejando los papeles que le dio la capitán Gates pertenecientes a mi parte del caso - no te libras.

- Lo siento chicos, hay polis y polis… así que yo, me largo – le dije riéndome.

- ¿En serio?- me interrogo Ryan.

- Aja… hay categorías y categorías.

- Serás... y te libras por la cara, vaya morro – replico Espo resoplando.

- ¿Castle, está todo bien?- preguntó Kate preocupada cuando pase por su lado.

- Si todo bien - le dije sonriendo – los energúmenos del hospital que traspapelaron mi muestra.

- Entonces, ¿nos vemos luego? Sigue en pie las copas.

- Si, por supuesto, nos vemos allí ¿ok?

- Ok bro. Nos debes una. – Dijo Espo rascándose la cabeza con el bolígrafo.

- Hablamos - dije forzando una sonrisa.

Pensaba celebrar esta noche, creía que iba a ser una buena noche. Ahora ya no estaba tan seguro, quizás esa copa serviría más para ahogar las penas y olvidar que para celebrar.
Salí de la comisaría sintiendo el aire fresco sobre mi cara. Tenía miedo a lo que pudiera pasar, tenía miedo aún sin saber que era lo que pasaba. Fui caminando hacia el hospital intentando alargar el momento de enfrentarme a aquello. Tenía un mal presentimiento y no solía equivocarme en ese tipo de situaciones.

Estaba en la puerta del hospital, sentado en un banco, mirando la gente entrar y salir, pero no me atrevía a entrar. Hasta que comprendí que no podía hacer más eterno ese momento. Me revestí de valor y entré. Busque en el tablón la sección de reconocimientos y cuando lo encontré, subí dos plantas, no quise coger el ascensor, como si haciendo un poco de ejercicio aquello que fuera lo que me pasaba, fuera a desaparecer. Al llegar, una enfermera me hizo esperar hasta que aviso de mi presencia al doctor.

Cuando se abrió la puerta y el médico dijo mi nombre, tarde en reaccionar, tuvieron que repetir mi nombre, me levanté y entré y tome asiento donde el me indico.

- Sr. Castle, soy el doctor Carter, le hice venir para hablar con usted sobre los resultados de las pruebas que le hicimos ayer.

- Sí, eso me han dicho - asentí tragando saliva.

- Verá, queremos repetir unas pruebas para estar seguros de sus resultados.

- ¿Encontraron algo grave Doctor?

-Hemos detectado un problema a nivel celular, sus células linfocíticas han aumentado de forma anómala. Se ha producido un aumento descontrolado de leucocitos. Eso nos llevó a repetir los análisis pensando en un posible error, pero volvieron a repetirse los mismos resultados, así que queremos ver si hay realmente enfermedad o si solo fue un mal recuento.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Señor Castle creo que antes deberíamos repetir…

- No, quiero saber a qué me estoy enfrentando.

- Leucemia señor Castle, de eso hablo. Pero no nos pongamos en el peor de los casos. Puede ser un error y para ello vamos a repetir las pruebas ¿de acuerdo?

- Bien - dije tragando saliva, leucemia ya sabía a qué me enfrentaba y para nada me estaba ayudando.

- Señor Castle ese es el peor de los casos. Pero no nos precipitemos, repetiremos las pruebas y espero poder darle los resultados en breve.

- ¿Y si al final es leucemia? – pregunte visiblemente asustado.

- Esperemos que no esté muy avanzada la enfermedad, o que en todo caso, no sea cepa muy agresiva para poder combatirla. Acudiremos a quimio y radioterapia para vencerla y destruirla. Si eso no funciona habrá que intentarlo con un trasplante de medula ósea.

- Lo que haga falta Doctor.

- Pero no seamos catastrofistas antes de hora, vayamos paso a paso.

- Claro, lo que usted encuentre oportuno.

- Empecemos repitiendo las pruebas, igual fue un error, si por desgracia se confirma, le daré cita lo antes posible para empezar con las pruebas y atajar la enfermedad. Creo que para empezar, debería tomar algo para ese cansancio que acusa, ¿verdad?

- La verdad es que si, hace días que me encuentro muy cansado, me cuesta mucho dormir y eso no ayuda, sin olvidar el dolor de cabeza.

- Quizás necesite unos días libres en el trabajo, no creo pueda rendir mucho en ese estado de agotamiento. No va a ser fácil Sr. Castle.

- No, lo comprendo Doctor, pero es que prefiero trabajar.

- Bien, como usted crea oportuno, sobre todo tenemos que guiarnos por su forma de ser, es usted quien nos dirá como se siente o no, será quien decida cómo y cuándo actuar. Aunque no debería sobre esforzarse, el cansancio puede pasarle factura estos días. Esta enfermedad no da signos externos.

- De acuerdo, pues yo necesito trabajar si no me volveré loco.

- Ya le dije, cuídese, y sobre todo, apóyese en alguien, en un familiar, en un amigo. No lo haga solo. Va a necesitar mucho cariño y una mano amiga.

- Gracias por sus consejos Doctor.

Salí de ese despacho dispuesto a vencer a lo que fuera, no podía rendirme y la lucha iba a ser encarnizada, esa tontería no conseguiría doblegarme. La enfermera me indico donde debía dirigirme para repetir las pruebas y cumplí sus instrucciones.
Me acompañaron a una habitación donde me dieron una bata y tras un biombo me cambie, después tuve que orinar en un vasito, cosa que me daba mucho asco, pero no estábamos para remilgos. Seguidamente me tumbe en una camilla para la extracción de sangre. Me sedaron una zona baja de la espalda y me hicieron una punción, me extrajeron médula para comprobar exactamente el estado de mi enfermedad.

Estaba intranquilo por lo que venía ahora, me sentía de nuevo un niño sin padre que le protegiera y su madre estaba siempre fuera para poder mantenernos. Volvía a tener miedo, y estaba solo, más solo que nunca. Cerré los ojos intentando mantenerme fuerte pero sabía que llegaría el momento en que me derrumbaría, en qué pensaría que de esto no iba a salir.

- Señor Castle, ya hemos acabado. Puede vestirse y lo más pronto posible le daremos el resultado de las pruebas.

- Gracias - dije levantándome y volviendo a colocarme la ropa.

Salí del hospital peor de cuando entré. Estaba muerto de miedo. Sabía que me tocaba vivir un momento duro, pero tenía que salir de esta para poder vivir todo eso que había dejado "para mañana".

Estuve demasiado ocupado toda mi vida, primero en el colegio, allí me divertí, me esforcé y conseguí acabar unos estudios que para nada me llenaban, pero que ahí estaban. En la universidad, otro tanto, tenía un bonito diploma que demostraba mi trabajo, pero ni me gustaba, ni me servía. Donde lo di todo de mi fue en la academia de policía, quería serlo desde que los vi en televisión por primera vez siendo muy pequeño. Cuando me condecoraron por mis esfuerzos, fui la persona más feliz del mundo y a día de hoy tenía el honor de servir a la ciudad que me cobijaba, donde tenía a cierta suerte en mi vida amorosa, pero que no pude conseguir mi sueño de estar con la mujer que quería, esa que me quitaba el sueño y me hacía suspirar siempre que la tenía cerca, aunque no me quejaba, la tenía todo el día a mi lado, solo sus noches no eran mías.

Ahora me acordaba de la conversación de esa mañana y deseaba tanto poder dejar atrás todo esto y haber luchado por ella, haber luchado por ganarme su confianza, por ganarme su amor. ¿Ahora ya era tarde? Me odiaba, yo había hecho que fuera así, siendo la persona que ella jamás querría. Ahora era difícil poder demostrarle mi verdadero yo, además, tenía tan poco tiempo y tanto que perder… tanto como mi vida.

Llegué a la entrada del bar donde habíamos quedado, intentado cambiar mi cara antes de entrar. Quería olvidarme de aquello por unos momentos, aunque resultara una tarea ardua y complicada.

Cuando entré, lo primero que vino a mis ojos, fue a una Kate desinhibida, una Kate entregada, disfrutando como si fuera lo último que hiciera en esta vida. Estaba bailando con los chicos con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba tan, tan hermosa. No pude más que quedarme embobado mirándola hasta que sentí una mano sobre mi hombro. Cuando me giré me encontré con Lanie sonriéndome.

- Cierra la boca que entran moscas - dijo sonriéndome, mientras hacía yo lo mismo ante tal visión.

- Necesito una copa – dije, eso me ayudaría a desconectar.

- ¿Para celebrar? – pregunto mi amiga.

- O para olvidar – dije pasándome la mano por el pelo.

- ¿Estás bien Rick? – me cuestiono preocupada desapareciendo la sonrisa de su cara.

- No -me quedé tan tentado en contarlo para no tener que cargar yo solo con ello pero no pude, quizá más adelante, ahora era yo quien debía lidiar con el problema, no tenía derecho a fastidiarles una salida y menos su vida - nada, supongo que mi vida simplemente es una mierda.
- ¿Es por la conversación de esta mañana?

- Algo así.

- Pues aún puedes cambiarla - dijo señalando a Kate.

- Creo que para ello necesito primero un par de copas - dije dirigiéndome directamente a la barra seguido por Lanie. Me senté en el primer taburete que tenía al alcance y me tome el primero trago de un golpe, pedí otro, porque tenía que ahogar las penas y necesitaba un empujón para intentar ser feliz, pensé mientras la miraba.

Ella era mi felicidad, tenía miedo a ser feliz, le tenía miedo a ella, pero llegado este momento donde podía decir que era ahora o nunca, sino daba el paso todo acabaría sin haber tenido una oportunidad con la mujer que había querido desde el primer día que la vi. No podía quedarme con las dudas de si era ella mi media naranja, necesitaba estar seguro de eso antes de poder empezar la lucha, mi lucha por la vida.

CONTINUARÁ…

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Mensaje por treinta y uno Sáb Jun 13, 2015 10:10 pm

Sigueeee!

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Mensaje por writerdetective47 Dom Jun 14, 2015 12:16 am

Pobre Castle, no nos hagas sufrir mucho porfi Crying or Very sad
Sigueee Heart Heart Heart
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Mensaje por Cecifillion<3 Mar Jun 16, 2015 12:55 am

Capítulo 4

POV RICK

Tras la confianza que me daban las dos copas que tome y el no tener nada que perder y mucho menos el tiempo me dirigí hacia el centro del bar donde Kate no dejaba de reír y bailar junto a los chicos que tampoco dejaban de reír y disfrutar de la vida. Eso que tan escaso podía ser para mí.

Me acerque sonriente con una copa para ella, que en cuanto me vio llegar empezó a sonreír como nunca antes la había visto.

- Rick ven aquí - dijo. Y cuando la escuché llamarme por mi nombre sentí como mi corazón latía con fuerza. Sabía que llevaba alguna copa de más pero eso no quitaba que me gustara y me hiciera ilusión que me llamara por mi nombre de pila.

- Hola Kate, tu copa.

- ¡Um! gracias - dijo tomándosela de un golpe – veis chicos… el me conoce y sabe cómo complacerme.

Me devolvió la copa y yo la coloque sobre una mesa cercana y volví a acercarme a ella, poniéndome a su lado, moviéndome a su ritmo, rozándola para que notara mi entrega al momento.

- ¿Rick te gustas bailar? Estos dos son unos patosos, ven - dijo agarrándome y acercándome a su cuerpo.

Trague saliva al notar su cuerpo sudado y caliente cerca del mío, tan cerca que podía sentir su calor a través de la ropa. Se abrazó a mi cuello y empezamos a movernos juntos alrededor al ritmo de la canción. Su contacto, su olor, su aliento sobre mi oído hacia que mi cuerpo respondiese. Estaba tan excitado que aquello se hizo evidente, temía por mi integridad física si ella lo notaba… o quizá no, estaba algo ebria.

Kate frotaba su cuerpo sobre el mío, y aquello iba a terminar muy rápido dejando mis vaqueros manchados y a mí en evidencia. Sus labios empezaron a besar mi cuello haciéndome cosquillas y volviéndome completamente loco. Tenía que parar antes de que hiciéramos algo delante de todo el mundo.

- Copa - dije tragando saliva y separándome de ella todo lo que me fue posible - necesito una copa.

- Vale, yo también necesito otra – dijo mientras venia tras de mí.

- Creo que tú ya has tenido bastante por hoy.

- Eres un aguafiestas - dijo colocando su mano sobre mi pecho moviéndola de forma muy sexy, jugueteando con mis pelos que sobresalían, o tocando la protuberancia de mi pezón erecto debido al baile y sus roces. Cerré los ojos intentando controlarme, porque aquello era peor que una tortura china.

Me aleje un poco de ella, y me dirigí hacia la barra del bar para poder tomar algo que calmara mi cuerpo.

- Ey - dijo Lanie apareciendo a mi lado.

- Ey – respondí del mismo modo.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? – me dijo al oído.

- Sí, claro, dime.

- ¿Te gusta Kate?

- ¿Eso es una pregunta con trampa? No – le mentí.

- Pues yo creo que es algo obvio – dijo sonriéndome, demostrándome que mentía muy mal - ¿Pero solo para llevártela a la cama?

- Lanie no sé si…

- Responde.

- Me gusta y mucho, me gusta su sonrisa, me gusta su carácter, me gusta como hace lo que tenga que hacer por ayudar los demás, me gusta que sea complicada, que me saque de mis casillas, que me odie, que se enfade, que me grite, que se sonroje cuando hablamos a la vez, que me pegue si le tomo el pelo, todo Lanie, me gusta todo - dije sin dejar de mirar a Kate que seguía bailando sola en el centro de la pista.

- Vamos que estás enamorado – resumió la forense.

- ¿Enamorado? – le pregunte, aunque supiera la respuesta y no quisiera darla - No enamorado no estoy.

- Ya, si, lo que tú digas. O sea, que estas locamente enamorado de ella.

- No sé.

- Pues si te gusta, lucha por ella.

- Esta prometida – le recordé.

- Demuéstrale todo lo que acabas de decir y puede que hasta deje al medicucho ese.

- Para eso necesitaré toda una vida.

- Es difícil, pero no imposible, tienes todo el tiempo del mundo. Estas cerca de ella todo el dia, así que compórtate y si ve lo buen chico que eres quizás…

- Quizás no tenga tanto tiempo Lanie.
- Solo te digo una cosa, si te acuestas hoy con ella, no tendrás ninguna posibilidad. Te odiara porque le recordaras que ha tenido una noche de debilidad. Es una mujer que cuando quiere algo lo respeta y lo da todo. Si engaña a Josh hoy contigo te odiara por lo que representarías y entonces sí que no podría dejar nunca de odiarte. Así que te recomiendo que por mucho que lo estés deseando no lo hagas, aguanta un poco y tendrás tu recompensa. Piénsalo ¿vale?

- Si tú lo dices…- le dije sin perder de vista mi objeto del deseo que seguía en la pista moviéndose al ritmo de la música, tan etérea, tan preciosa que no sabía Lanie lo difícil que iba a ser eso para mí ese día en el que me habían dicho que quizá mi vida tuviera fecha de caducidad.

Tenía toda la razón mi amiga, pero no tenía tiempo, era tanto lo que quería demostrarle. Pero no la conseguiría si esa noche aprovechaba su situación. En cambio, si esta noche… estuviera con ella, por lo menos siempre me quedaría eso, el recuerdo.

Me acerque con seguridad y le agarré por la cintura atrayéndola hacia mí. A ella le pilló por sorpresa por cómo me miro, pero pronto se relajó y empezó a moverse al ritmo que mi cuerpo marcaba. Podía sentir su aliento muy cerca, no podía dejar de mirarla a esos ojos castaños que tanto me costaba descifrar. Junte mí frente a la suya mientras seguía moviéndome al son de la música, tenía tantas ganas de besarla, de poder por fin probar esos labios con los que soñaba cada noche pero… en mi mente se repetían una y otra vez las palabras de Lanie, así que me contuve. Sentía sus brazos sobre mi cuello, sus manos jugando con mi pelo, sentía su pecho contra mío y de repente sentí su boca sobre mi oído.

- Sácame de aquí Rick - dijo con voz sexy en mi oído y luego se alejó lo justo para mirarme a los ojos. Vi tanta pasión que no pude negarme. Le sonreí y tirando de su mano la saque de allí rumbo a un lugar más privado, un lugar en que ella pueda hacerme olvidar, en la que solo existamos ella y yo únicamente.

La monté en el taxi, no quería conducir, los dos habíamos tomado y casi sin pensarlo le di mi dirección. Mientras llegábamos a nuestro destino podía sentir a Kate abrazada a mi cintura con su cuerpo girado hacia mí y sus labios jugando con el lóbulo de mi oreja y mi cuello, los escalofríos subían y bajaban por mi espalda. Quise detenerla, pero la deje hacer, me sentía en el cielo y eso era lo que necesitaba en este momento, sentir algo que me diera esperanza de vida, de que este mundo era el mundo en el que tenía que quedarme, era el mundo por el que tenía que luchar.

Cuando llegamos a nuestro destino pague y le ayude a bajar porque la verdad se notaba que no estaba en muy buenas condiciones. La ayude hasta que llegamos al ascensor. Allí se apoyó en la pared contraria y me miraba fijamente con una sonrisa arrebatadora en la cara que me estaba volviendo loco. Era tan guapa, sin duda la mujer más hermosa que había visto en mi vida, tenía una belleza natural, emanaba luz propia. De repente se acercó a mí, pasando su mano por mi pecho de forma sensual bajando poco a poco y yo seguí con la mirada su camino tragando saliva. Luego sentí su otra mano sobre mi cuello y cuando levanté la mirada vi cómo me miraba con los ojos de deseo, cuando me quise dar cuenta sus labios estaban sobre los míos atacando sin piedad, haciendo que me flaquearan las piernas solo con el tacto de sus labios sobre los míos. Su lengua invadía la mía con muchas ganas, me degustaba cada parte de mi boca con tanta profesionalidad que me sentí mareado por todo lo que me hacía sentir, por su labios sobre los míos, por sus manos acariciándome el pecho y el cuello, por su olor, ese que me tenía loco…cuando de repente ¡Ping! sonó la puerta del ascensor abriéndose. Nos separamos ambos con sonrisas en la cara y le aparte tiernamente un mechón de pelo que invadía su hermosa y perfecta cara. Le agarré la mano, sacándola del ascensor, rumbo a mi casa, rumbo a lo que yo llamaba hogar.
Cuando entramos volvió a atacar mis labios con desesperación, sin descanso. Le puse una mano en su muslo, intentando acercarme más, que era lo que mi cuerpo pedía en ese momento, y enseguida sentí como las elevaba envolviéndolas en mi cintura. Pensé que si me iba a morir después de esto me daba absolutamente igual. La lleve como pude hasta la cama donde la deposité suavemente sobre ella y note como dejaba un fuerte chupetón en mi cuello, gruñí de placer absoluto y volví para atacar sus labios.

Estaba tan excitado, que mi mente no daba abasto, no podía pensar. Poder estar con ella, sentirla, verla sonreír con esa sonrisa que me quitaba el aliento, no podría vivir el poco tiempo que me quedara sabiendo que me odiaba, sabiendo que la ayude a contravenir sus principios, no quiero vivir lo que me quede de vida viéndola enfadad conmigo, por mi culpa, no puedo. Me separé rápidamente de ella quedando de pie.

- Ey - se quejó al abrir los ojos y ver que me había levantado y separado de ella.

- No puedo – le dije casi en un suspiro con la respiración aun acelerada por la situación vivida.

- Si no puedes, deja que te ayude - dijo sonriéndome pícaramente empezando a desnudarse.

- No Kate, para por favor – dije cerrando los ojos para evitar la tentación - no puedo, no quiero que me odies después de esto. Si mañana, cuando estés bien, cuando haya pasado un poco el efecto del alcohol que tienes dentro. Si quieres, entonces no tendré problemas. Pero no quiero que te arrepientas mañana y me odies luego toda la vida. Por muchas ganas que tenga, no puedo hacer esto porque sé que te hará daño.

- Vamos Rick no seas aguafiestas.

- No, soy responsable, y alguien de los dos debe serlo. Como yo he bebido menos que tú, debo mantener la cabeza fría. Ahora descansa un poco Kate, descansa cariño. Hablamos mañana-dije depositando un suave y tierno beso en la frente y salí dejándola sola en mi cama, vestida y con las mejillas arreboladas debido a todo lo sucedido.

CONTINUARÁ…

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Mar Jun 16, 2015 1:18 am

07:16:4706.16.2015



Clap Clap Clap Clap Esta buenisisisisisisisimo sigueleeeeeeeeeeee pronto... Reverence Reverence Study
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Mensaje por Cecifillion<3 Miér Jun 17, 2015 9:23 am

Capítulo 5

POV RICK

No dejaba de dar vueltas en el maldito sofá sin poder dormir. Cada vez que cerraba los ojos sentía su cuerpo, sus labios y veía a esa Kate desconocida para mí, así que me levanté y fui hacia mi habitación, necesitaba verla para darme cuenta de que había hecho lo correcto, de que era real y no un sueño provocado por la enfermedad que tenía dentro. Me acerque despacio para no despertarla y la imagen que encontré la quisiera guardar para el resto de mi vida en esa caja fuerte donde se guarda todo lo querido, lo preciado, lo maravilloso, mi memoria. Allí estaba ella, ocupando la mayor parte de la cama, con la boca un poco entreabierta y el pelo revuelto.

Me acerque despacio, sentándome con cuidado sobre una esquina para no molestarla y que me descubriera allí, viéndola, mirando su placido sueño. Lanie tenía razón, estoy enamorado, no sé si esa es la palabra, pero sí sé que a pesar de todo los desprecios que me hace, a pesar de que apenas hemos tenido una conversación seria que no haya sido de trabajo, que no tenemos ningún contacto fuera, siento por ella más de lo que sentiré nunca por otra mujer en mi vida. Me gusta mucho, sus cosas, sus manías, sus caras… la admiro. Es la mujer más fuerte e inteligente que he conocido nunca, es especial, única. Y sí, estoy enamorado de esa mujer con todo mí ser.

Me tumbe despacio quedando enfrente a ella. Podía sentir su aliento sobre el mío. Me hubiera encantado poder despertarme a su lado. Pero era imposible… no debía. Verla así dormida cómodamente en mi cama me hacía sentir cosas que antes nunca había sentido. No quise evitarlo y suavemente le aparté un mechón de pelo de la cara, se movió un poco ante mi contacto pero de nuevo volvió a quedarse quieta y profundamente dormida. Sabía que tenía que volver al sofá porque si se despertaba y me veía ahí iba a hacer que no sirviera de nada el gran sacrificio que había hecho. Así que me acerque por última vez bese sus labios suavemente llenándome de ella para la lucha que se me avecinaba.

Podía haber tenido una gran noche, una única noche eterna para mí. Pero sabía que era lo que podía perder y sabía que una noche no me iba a ser suficiente con ella, había aceptado la decisión a pesar de lo que me había costado tomarla.

La quería en mi vida aunque fuera como hasta ahora con malas miradas, enfados, gritos, enfadándola, picándola, mirándome con cara de odio, pero sabiendo que en realidad no me odia, solo odia lo que quiero representar, por lo que a partir de ahora voy a demostrarle quien soy de verdad. A lo mejor me queda poco tiempo, demasiado poco para poder conquistarla pero al menos espero que el suficiente para dejarme conocer por ella, al menos el tiempo justo para poder tenerla en mi vida, sin que me odie pudiendo disfrutar al menos de alguna sonrisa suya, esa sonrisa que me roba el alma cada vez que la veo.

Volví a depositar otro suave beso en su labios y me levanté despacio, dejándola allí, seguro de la decisión que había tomado y deseoso de mostrarme como soy. Fueran cuales fueran los resultados de ello, porque la quiero en mi vida, la necesito, me hace falta y quiero disfrutarla el tiempo que me quede a su lado.

Con ese pensamiento me tumbé en el sofá hasta conseguir quedarme dormido por fin, eso sí, sin dejar de soñar con ella y lo que podría ser no solo pasar una noche con ella, si no toda una vida, toda una vida llena de su risa, su sonrisa, sus besos, sus caricias, una vida llena de ella, eso sería un gran sueño que sé que es imposible y más ahora que se…que sé que mi vida se acorta rápidamente pero de sueños se vive y eso era lo que yo iba a vivir, vivir para poder disfrutar cada momento que pudiera de ella, para poder disfrutar de la mujer de mis sueños, la mujer de mi vida.

POV KATE

Me desperté con un dolor de cabeza increíble. Me estiré todo lo que pude en esa cama tan cómoda, tan suave, tan grande. Y sentí un olor, un olor que me hizo sonreír porque ese olor era… ¡Dios!

Abrí los ojos como un resorte cuando me di cuenta de que ese olor no debería estar en mi cama, y más cuando me di cuenta que no era un sueño que en realidad ese olor, su olor impregnaba toda la estancia.

Abrí los ojos aterrada y a pesar de la oscuridad de la habitación, enseguida me di cuenta de que no era mi cama, no era mi habitación. Palpé con cuidado el resto de la cama hasta que pude cerciorarme de que estaba completamente sola. Me levanté tocándome el cuerpo, soltando todo el aire que había retenido al ver que aun llevaba puesta toda la ropa, la ropa de anoche.

Me levanté despacio, y encendí la luz del móvil que estaba sobre la mesita, como si pudiera esconder todo lo que paso anoche, si es que paso algo, con la oscuridad de la estancia. Cogí mis zapatos, mi chaqueta y salí de puntillas de la habitación. Toda la casa estaba oscura, aún no había amanecido, pero quedaría poco para ello. Cuando pasé por el comedor camino a la puerta de la entrada tras perderme un poco, lo vi. Estaba dormido en el sofá, y no sabía muy bien porque pero eso me relajo, había posibilidades de que no la hubiera liado del todo, que todo hubiera sido un mal sueño. La verdad es que era tan guapo así dormidito sin abrir la boca para decir esas tonterías que tanto le gustaban. No pude evitar sonreír al verlo así tan tranquilo, tan profundamente dormido. Pero mi di cuenta de mi situación y volví a dirigirme hacia la puerta para huir de lo que había pasado allí, o de lo que podía haber pasado y yo no recordaba.

- Kate…

Me quede paralizada cuando oí su voz a mi espalda, esperaba que todo hubiera sido un sueño que no estuviera de verdad despierto porque no sabía si estaba preparada para mantener esa conversación en este momento. Por otro lado, el pensar que podía estar soñando conmigo hizo que me sonrojara.

- Kate… creo que tenemos que hablar.

Ahí fue cuando me di cuenta de que aquello no había sido un sueño y me entró el miedo. Me sonroje tanto que pensé que mi cabeza iba a explotar, como mis manos temblaban y que mi corazón latía cual caballo desbocado. Suplique al cielo que no hubiera pasado algo, porque como hubiera pasado no podría volver a trabajar con él, no podría mirarle a los ojos nunca por la vergüenza.

Me giré despacio manteniendo la cabeza agachada intentando ocultar mi miedo, mi vergüenza por todo lo que imaginaba.

- Castle, veras, yo…

- Kate no pasó nada. Quiero que lo sepas - dijo de pronto y levante la mirada para verle los ojos, esos magníficos lagos azules en los que hubiera querido perderme y no aparecer nunca, porque necesitaba creerlo.

- Entonces… ¿Qué hago aquí?

- Anoche bebiste y no me pareció bien dejarte en casa sola, por si no te encontrabas bien, quería que estuvieras a salvo…

- ¿Y no me pudiste llevar a casa? - pregunté enfadada, aunque en realidad el enfado era conmigo misma.

- Lo siento, no sé dónde vives, así que… quizás tenía que haber llamado a Lanie, pero… no lo pensé. Yo solo quiero que sepas que no pasó nada.

- ¿Seguro? – repetí de nuevo. Había vuelto la fría Beckett, la que le miraba seria y enfadada, la que me gruñía y se disgustaba en ese frio hombre insensible.

- Sí, seguro. ¿Por? ¿Recuerdas algo?

- La verdad es que no lo sé.

- Pues te prometo que no pasó nada. He dormido en el sofá toda la noche. Mis riñones pueden confirmártelo - dijo sonriéndome.

Y a pesar de que no confiaba del todo en él porque había trozos que me venían a la cabeza que negaban lo que él decía, preferí creerlo.

-Bien. Tengo que irme. Qué pases un buen fin de semana - dije girándome.

- Kate espera.

- ¿Qué?

- Quédate a desayunar - dijo muy serio, sin ningún atisbo de doble sentido - solo a desayunar.

- Castle tengo que… - iba a ponerle cualquier excusa, pero su mirada me pareció distinta, triste.

- Por favor. Necesito hablar con alguien.
- ¿No tienes amigos? – le pregunte irónicamente. No me consideraba tal cosa para él.

- Bueno ahora mismo eres la que más cerca tengo. Además es sobre algo que me dijiste el otro día.

- ¿Yo? – ahora mismo no me venía a la memoria ninguna conversación con el… aunque pasáramos el día juntos, rara vez manteníamos una charla banal que no fuera sobre el caso.

- Si.

- Bien, pero solo desayunar, luego me voy – dije, mientras soltaba mis zapatos que llevaba en la mano sobre la alfombra, que por cierto, estaba muy suave, mis pies estaban a gusto sobre ella.

Accedí porque tenía curiosidad sobre lo que me quería contar y para ver si podía descubrir si me estaba mintiendo sobre lo de anoche. Los recuerdos de sus manos sobre mi cuerpo, de sus labios sobre los míos, aún podía incluso sentir su sabor…pero si él decía que no había pasado nada… ¿podía ser un sueño ser tan real?

- ¿Qué quieres para desayunar? – me dijo incorporándose del sofá donde había dormido.

- Con un café me basta - dije haciendo una mueca al sentir como la resaca de anoche hacía mella en mi cabeza y mi estómago.

- Deberías comer algo, te haré unas tortitas. Ya veras, te van a encantar – explico mientras sacaba utensilios de cocina de diversos estantes y empezaba a la preparación.

- Castle no quiero… - pero una miraba suplicante basto para callarme y no aceptar eso de él, después de todo si decía la verdad, ayer me ayudo y no se aprovechó de la situación como hubieran hecho muchos otros.

-Creo que tengo una par de pastillas que te sentaran bien, las resacas pueden ser muy traicioneras.

- Gracias, porque siento que la cabeza me va a estallar.

- Eso es la falta de costumbre detective - dijo a mi espalda y sabiendo que no me veía me permití relajarme y sonreír ante su broma. En el fondo era un buen chico, se había portado y por lo menos debía devolverle el favor.

CONTINUARÁ…

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Miér Jun 17, 2015 4:51 pm

06.17.2015 22:50:06
hola soy nueva en el foro y wow wow esta super asi que siguelllllleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee Clap Clap Clap Thumb Thumb Study


Última edición por BRIGITTEALWAYSBELIEVE el Sáb Jun 20, 2015 2:57 am, editado 1 vez
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Mensaje por Casbeck.mongar Miér Jun 17, 2015 4:55 pm

ME GUSTA Y ME INTRIGA LA CONTINUACION NO TARDES MUCHO POR FAVOR
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Mensaje por Cecifillion<3 Sáb Jun 20, 2015 1:27 am

Capítulo 6

POV RICK

Estaba contento de que hubiera aceptado quedarse a desayunar, eso significaba que al menos me creía. Estaba un poco incomodo, pero iba a hacer lo necesario para tenerla cerca, aunque solo fuera como amiga o como compañera. Pero no quería perderla bajo ningún concepto, sino ¿Qué sentido tendría mi mundo?

Me dispuse a hacer tortitas, solían tener éxito, o al menos a algunas chicas que las probaron les gustaron. Mientras Kate permanecía sentada en la barra de mi cocina con una café entre las manos. De vez en cuando la miraba de reojo porque necesitaba saber que era lo que estaba pasando por esa maravillosa cabecita suya. Coloque el plato con las tortitas delante de ella y me senté enfrente.

- Gracias – me dijo sin mucho convencimiento. Parecía ausente.

- Pruébalas, te aseguro que no has comido otras iguales – dije con énfasis, a ver si conseguía animarla.

- Ya claro - dijo sonriendo tímidamente.

Cuando comió el primer trozo, cerró los ojos degustándolas, su sonrisa me confirmo el triunfo.

- ¿Están buenas? – pregunte esperando algún halago.

- La verdad… es que… no están nada mal - dijo ocultando una sonrisa.

- Si claro.

- Bueno… ¿de que querías hablar? – me pregunto directamente.

- Estuve pensado en lo que hablamos el otro día. Me ha pasado algo, que hizo que me replanteara las cosas.

- ¿Estas bien? – me pregunto con voz preocupada.

- Sí, sí, estoy bien. Pero creo que tenías razón. Soy tonto por no haberlo visto y quería darte las gracias por abrirme los ojos. No voy a esperar, luchare para buscar lo que quiero. Nunca se sabe - dije tragando saliva. Era una situación incómoda, así que para disimular me lleve la taza a los labios.

- Me alegro que pienses así.

- Kate, de verdad siento si alguna vez me he comportado mal contigo, si me porte como…

- Un tonto… pues sí, te has portado así muchas veces – dijo riendo.

- Me gustaría que pudiéramos, al menos, ser amigos, en serio, quiero que conozcas al verdadero Rick, el de verdad.

- Castle, ejem… - bajo la vista al plato que ya estaba vacío y añadió – esto es incómodo.

- Si no quieres no pasa nada, no te preocupes, me conformo con que sigamos siendo buenos compañeros. Eres la mejor y voy a aprender de ti – le comente ruborizándola con una sonrisa tímida.

- Bien, pero antes necesito que me prometas una cosa.

- Lo que sea - dije contento.

- Prométeme que ayer no pasó nada, y no me mientas - por unos segundos me quede paralizado, quería tenerla como amiga pero para ello tenía que mentirle, porque ayer paso, al menos para mí, paso algo impresionante. Ayer, abrí los ojos y me di cuenta de mis sentimientos, de todo ese amor acumulado que tenía y que sin saberlo, ella era su dueña. Ayer me di cuenta de que al menos no me detestaba como decía, ayer con un solo beso me hizo saber que el cielo existe y estaba en sus labios- Te lo prometo, nada.

- Bien – dijo relajándose.

Comimos tranquilos, dedicándonos algunas sonrisas de vez en cuando, no quería hablar más de ello porque eso me alejaría de ella y además tendría que mentirle y ya no quería mentirle más.

Sonó mi teléfono y me levanté a contestar, aún seguía perdido en momento que estábamos viviendo, tenía una sonrisa en la cara, esa tonta, porque ella estaba allí.
- Castle - dije mirándola con una sonrisa.

- Sr. Castle, soy el doctor Carter, le llamo porque ya tengo los resultados debería venir al hospital para poder hablar de ellos – avise a Kate con un movimiento de mi mano y me metí en mi habitación para poder hablar sin ser escuchado.

- Quiero la verdad y la quiero ahora – le respondí determinado a no hacer viajes en balde.

- Vera... pero creo que convendría que viniera y habláramos del tema.

- No se lie con cortapisas, al grano doctor.

- Pero… no puedo darle las explicaciones oportunas ahora, de este modo.

- Me da igual, o me lo dice o no me vuelve a ver el pelo - dije levantando la voz - lo siento pero, no puedo esperar más, es mi vida la que pende de un hilo, no la suya - dije bajando la voz para que Kate no pudiera escucharme.

- Bien, señor Castle las pruebas han dado positivo, lo siento pero…. - ya no oí nada de lo que pudo decir. Parecía como si alguien me hubiera tirado un cubo de agua congelada encima, no reaccionaba – Sr. Castle.

- Sí – pude decir sin reaccionar.

- Tenemos que empezar con el tratamiento lo antes posible.

- De acuerdo.

- En cuanto pueda, venga y haremos un calendario para las sesiones de quimioterapia.

- Bien, hoy me da igual la hora, después de trabajar me pasare.

- Creo que debería tomarse un tiempo de descanso, su puesto de trabajo es…

- No – le interrumpí - lo necesito más que nunca. Estaré bien, solo… - estaba tan sorprendido que aún no había asimilado todo lo que me venía encima - Gracias.

- Sr. Castle debería venir acompañado a las sesiones. No solos son incomodas, sino duras, después no estará en muy buenas condiciones…

- Estaré bien, no se preocupe soy fuerte, más de lo que parece.

- Espero sea así, y pueda vencer a la enfermedad. Le estaremos esperando.

- Adiós - dije y colgué el teléfono.

De repente el peso de todo me vino encima y me eche a llorar como un crío dejándome caer en el suelo. Perdí la noción sobre el tiempo que pase allí tirado hasta que sentí como golpeaban en la puerta de mi habitación.

- Castle ¿estás bien?

- Si - dije limpiándome las lágrimas y me escondí corriendo en el baño, intentado quitarme el rastro de las mismas, pero mis ojos irritados me delataban. Cuando salí atropelladamente nos encontramos justo en la puerta. Intenté mantener la cabeza gacha todo el tiempo para evitar preguntas, pero era muy lista y vio claramente que algo no andaba bien.

- ¿Qué te sucede?

- Nada, solo que olvide algo.

- ¡Ah! bien. Tranquilo, yo también tendría que irme. Gracias por todo Castle. ¿Nos vemos el lunes?

- Sí, claro, nos vemos el lunes.

La acompañe hasta la puerta cerrándola tras ella, para volver a sentarme en el suelo a seguir con mi tarea anterior, llorar. Tardaría en aceptar todo esto que me estaba pasando, sabía que ahora mismo no tenía ganas ni de luchar pero tenía que hacerlo, necesitaba vivir, aunque solo fuera para que ella no estuviera sola en esas calles tan peligrosas, debía seguir a su lado para protegerla, cuidarla, adorarla en silencio, pero a su lado, como siempre.
POV KATE

No me podía creer todo lo que había pasado. Tenía la intuición que me mentía, pero si lo hacía, era por mi bien, o eso imaginaba. Podía haber alardeado de ello pero prefirió desmentirlo. Eso decía mucho de él. Hoy me había demostrado que era un buen hombre. Sabía que mentía porque aun podía sentir sus labios sobre los míos, era un recuerdo tan vivido, que no podía borrarlo. Solo sabía que después de lo de anoche mis dudas sobre Josh y yo, eran aún más grandes. Necesitaba hablar con Lanie, solo ella podía entenderme y sabría darme la visión que yo necesitaba.

Me fui directamente hacia su casa, después de todo, a mí no me esperaba nadie. Eso era una ventaja de estar sola o casi.

- Hola - dije en forma de saludo cuando una Lanie adormilada me abrió la puerta.

- ¡Dios mío Kate! es domingo, ¿te has caído de la cama? aún es pronto.

Miré el reloj, eran las 10:00 de la mañana, esa había estado de juerga hasta las tantas. La miré con la cabeza ladeada.

- ¿Lo dices en serio?

- Vale, después de una noche de locura, sí.

- Puedo entrar – dije haciéndome paso.

- Bueno eh…

- ¿Estas acompañada? – le pregunte mirando por el salón de su casa en busca de algún bulto sospechoso.

- Sí, pero pasa – dijo viendo que no había esperado su invitación a entrar.

No me podía creer lo que veía. Allí estaba mi compañero Espo con la camiseta quitada, el vaquero desabrochado y una sonrisa muy sospechosa, eso sí, cuando me reconoció, la sonrisa de su cara se congelo.

- ¿En serio? - pregunté mirándolos a ambos.

- Solo es un poco de sexo, deberías probarlo, es buenísimo para la salud, te lo recomienda tu doctora - dijo lanzándole a Espo la camiseta.

- Sí, bueno, creo que me voy - dijo Espo, saliendo disparado por la puerta que hacía solo unos segundos, había entrado yo.

- ¿De verdad? Ya me estas contando… mala amiga, mira que no llamarme para decirme que te has liado con uno de mi equipo.

- Esto es cosa de dos, si quieres que te cuente, cuéntame tu como te fue con el bombón de Castle
.- ¿Qué? - pregunté casi alucinando.

- No te hagas la tonta, te vi salir con él. Kate si te lo estabas comiendo casi…

- Quieta. Parada.

- No sé cómo pudo resistirse y no meterte mano, allí mismo.

- He dicho que pares.

- Kate, pero si no pasa nada, una alegría no es mala para el cuerpo, o acaso… ¿Te ha hecho daño? Por que como te haya…

- No, todo lo contrario, todo bien. Solo que… apenas me acuerdo de nada y me avergüenzo de lo que paso.

- ¡Ey! Kate… que no pasa nada, además, quien hubiera estado en tu lugar… nadie puede decirte nada, como esta ese hombre - dijo sonriéndome.

- Se ha portado demasiado bien el pobre - dije bajando la cabeza.

- ¿Si? ¿Disfrutaste?

- Lanie - le regañe - no hicimos nada, bueno, al menos eso dice. Yo apenas recuerdo nada.

- ¿Te lo ha dicho él? – me pregunto abriendo mucho los ojos.

- Si. Pero creo que miente.

- ¿Miente?

- Es que, yo… recuerdo algo

- ¡Ah! ¿Y qué recuerdas?

- Creo recordar haberlo besado.

- ¡Guau Kate! ¿Cómo besa? – me interrogo interesada.

- Lanie, solo necesito saber si paso algo más… no sé si…

- Kate, no fastidies que no eres virgen, tienes que saber si ha pasado algo. Eso las mujeres lo notamos… tía, que algo habrías notado ahí – dijo señalando hacia el bajo vientre - si hubiera pasado lo que tenías que saber.

- Lanie eres un poco bruta - dije riéndome - la verdad es que mi cuerpo me dice que no. Pero no entiendo como después de… de besarnos – dije aun intentando aceptar lo sucedido - como nos besamos no pasara nada.

- Creo que te conoce demasiado – me comento ya tranquila, sentándose en el sofá, aun cubierta solo por una sabana.

- ¿Cómo?

- Que creo que te conoce tan bien que sabía el daño que te hubiera hecho esto. Aunque a veces creas que es un idiota es un buen tío, lo ha hecho por ti. Para él hubiera sido muy fácil acostarse contigo Kate, podía haber alardeado de ello durante mucho tiempo. Es más, creo que estábamos equivocadas respecto a él.

- Creo que tienes razón, es cierto, se portó como un caballero.

- ¿Si? – dijo siguiéndome la corriente.

- Si - dije riéndome al ver su reacción - creo que merece algo más de mi parte. Pero ahora lo que me importa es que he fallado a Josh.

- Venga ya Kate, pero si ese ya no se ni como recuerda la dirección de tu casa, vive en un avión o en la clínica.

- Si lo he hecho, y creo que si lo he hecho aunque estuviera bebida es porque en el fondo estoy segura de que ya no quiero estar con él, o que al menos necesito algo de tiempo para pensar.

- Bien, creo que tienes razón. ¿Entonces como besa Castle? - dijo sonriendo.

Pille el cojín que tenía más a mano y se lo arroje a la cabeza sin poder parar de reír. Era cierto, Josh ya solo estaba de paso en mi vida, en cambio Castle siempre había estado a mi lado, no recordaba haber estado mal nunca, sin que él estuviera ahí, junto a mí, apoyándome en lo que fuera. Verdaderamente, le debía mucho aunque le tratara siempre tan mal. Además, no iba a decirle a Lanie que ese beso había sido colosal… inolvidable y fantástico.

CONTINUARÁ…

Gracias tammyalways y ladydkl
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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Sáb Jun 20, 2015 3:09 am

09:08:08 06.20.2015

Clap Clap Clap wow wow hola soy nueva en el foro y dejame decirte que la espera valio la pena...continua por fa..... Thumb Thumb Thumb Thumb Study Study Study Clap Clap
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Mensaje por Cecifillion<3 Lun Jun 22, 2015 12:03 am

Capítulo 7

POV RICK

Había pasado todo el fin de semana encerrado en casa, solo salí para seguir con las prescripciones que los médicos me indicaban. Debían hacer pruebas con las reacciones de mi cuerpo frente a la quimio, análisis para ver si se encontraba medula compatible, tratamientos frente a la anemia que presentaría… en una palabra, entraba allí, pero nunca sabia a qué hora saldría, ni en qué estado.

Me sentía cansado, el cuerpo me pesaba, tenía el estómago revuelto, nauseas. Estaba débil y bastante pálido. Pensé quedarme en casa, pero debía volver a la normalidad lo más pronto posible para seguir mi vida sin que nadie notara nada, y para ello, volver a la comisaria, era primordial.

Tome mi café antes de salir de casa, y nada más dejar la taza vacía, tuve que ir al baño para sacarlo, nada se quedaba en mi estómago por mucho tiempo y esa sensación era desesperante. Debido a eso estaba bastante malhumorado e irascible. Cambié la indumentaria que manche y salí dirección a comisaria dispuesto para afrontar un día más. Aunque ahora cada uno de mis días allí, sería distinto, intentando esconder mi situación.

Me apetecía verla, sobre todo para ver si lo sucedido, había cambiado en algo su forma de comportarse conmigo. Suplicaba que si había algún cambio, fuera para mejor y que ese no beso no nos hubiera distanciado inevitablemente. Por lo menos, quería tener una amiga en ella. Era a lo menos que podía aspirar de momento.

Entré en la comisaria, me monté en el ascensor, y al abrirse las puertas, mis ojos, mi corazón y mi cuerpo por débil que estuviera, la buscaba. Hasta encontrarla, después ya podía seguir mi camino, ese día mi vista la percibió en la sala de descanso. Disfrute unos segundos de su imagen… ese fin de semana fue largo con su ausencia, y eso que solo pasamos dos días separados.

- ¡Ey! Tierra llamando a Castle - dijeron a mi espalda, asustándome y sacándome de mi ensimismamiento.

- ¿Si? – respondí medio asustado.

- ¿Qué miras?- Preguntó Ryan siguiendo mi vista…

- Yo nada, solo pensaba en un café – le mentí.

- Si, seguro - dijeron ambos dándose codazos.

- No seáis críos - dije serio.

- Sr. Castle – escuche a mi espalda.

- ¿Si? - me gire rápidamente, era la voz de la Capitán…

- ¿Puede acompañarme a mi despacho?

- Por supuesto Sr. Dejo mis cosas y voy - dije y me sonrió, una sonrisa compasiva antes de meterse en su despacho.

- ¿Tienes un lío con la jefa? – preguntaron los chicos.

- ¿Con Kate? Ojala – dije suspirando.

- No hombre, esa esta pillada, hablamos de… - y señalaron con la cabeza el despacho de la Capitán Gates.

- Por si no lo sabéis, sois unos idiotas – dije muy serio,

- Últimamente estas en su despacho más que en el tuyo, además siempre sales ileso de las broncas… ¿acaso tienes enchufe?

- Será porque se dio cuenta de quién es aquí la mente infalible, deberíais aprender - dije sonriéndoles mientras me dirigía al despacho de la Capitán recordándome a cuando era un niño que estaba todo el día metido en el despacho del director, pero por aquel entonces era por motivos más que justificados.

Di dos golpes con los nudillos y ella con un movimiento de cabeza me indico que entrara y me sentara. Estaba nervioso, siempre imponía estar en ese despacho.
- Castle ¿está usted bien?

- Sí Sr. estoy bien – dije bajando la vista.

- Si necesita ausentarse, o coger vacaciones, o directamente la baja, yo lo comprenderé. Y después puede usted volver y aquí no ha pasado nada.

- No Sr. gracias, pero si usted me lo permite, preferirá seguir en activo. No quiero quedarme en casa contando las baldosas y apiadándome de mi mismo. Necesito acción.

- Castle verá… se por lo que está pasando y creo que mientras esté medicado, necesitara descansar y que le cuiden, debería hablar con alguno de sus compañeros, o quizá con su madre.

- Necesito trabajar Sr. - dije mirándola casi suplicante – y le ruego que de momento no diga nada a nadie, prefiero afrontar esto solo, si necesito algo, entonces ya tomare medidas.

- No creo que su decisión sea acertada, pero la respecto. No podrá salir de comisaria, su trabajo se desarrollara aquí, de momento, prefiero que el trabajo de campo lo lleven a cabo sus compañeros.

- Pero… - dije interrumpiéndola, cosa que nunca me había atrevido a hacer, pero es que me estaba cortando la alas, me estaba quitando mi aliciente para ir cada día a trabajar.

- Su cuerpo no está al 100% y no pienso ponerle en peligro, además, debe pensar en sus compañeros, usted no podría ayudarles en caso de peligro y ellos tampoco a usted, así que… de momento, en las salidas al exterior, deberá usted quedarse aquí, en comisaria, podrá ayudar, siempre y cuando sea desde la central.

Entendía y comprendía sus razones, pero la rabia me comía las entrañas. Quería trabajar, mantener rutina, pero mi cuerpo no estaba a pleno rendimiento y eso era peligroso para Kate. No debía ponerla en peligro, no podía fallarle, podrían matarla en un bajón de mi estado de salud.

- No estoy de acuerdo, pero acepto – después pensé en los chicos, iban a acribillarme a preguntas - ¿Pero qué les voy a contar?

- Ya le dije Richard que yo creo necesario que sus compañeros estén al corriente, usted dice que no, pues eso ya es tarea suya.

- Yo… lo he pensado mucho Capitán, y de momento prefiero mantenerlo en secreto.

- Habrá síntomas y lo sabe – dijo mirándome muy seria y preocupada – ¿Y si precisa de su ayuda?

- ¿Por si me pasa algo? si me pasa algo creo que sabrán que tienen que hacer - dije sonriéndole - gracias de verdad Sr. ¿puedo volver al trabajo?

- Por supuesto, y recuerde que si necesitas algo no tienes más que pedirlo.

- Bueno, si Sr. Necesitaría salir más o menos a la misma hora, aun me están haciendo pruebas y los días de quimioterapia… - no pude acabar de hablar, aun me costaba asimilar mi situación.

- Tiene usted permiso para desaparecer siempre que le sea necesario, por mí, no se preocupe, estoy al tanto de su situación y en contacto con su médico. Y si algún día no se encuentra bien puede usted quedarse en su casa, no se preocupe.

- Gracias Sr. - dije levantándome y saliendo de ese despacho.
Necesitaba un buen café, así que encamine mis pasos a la sala de descanso. Me apoye con la manos sobre la encimera y solté todo el aire que había aguantado. Necesitaba encerrarme en un lugar seguro, donde poder estar solo. Esto estaba siendo mucho más duro de lo que pensaba, quizá tenía razón la Capitán Gates y debiera hablar con alguien...

Escuché a alguien carraspeando y cuando me giré me encontré con Kate cara a cara.

- ¡Oh! Hola - dije tragando saliva.

- ¿Estás bien? – me dijo apoyando su mano en mi frente para comprobar si tenía fiebre.

- Si, si – le respondí separándome de su tacto, aquello me hacía poner los pelos de punta y no debía notar nada.

- ¿Qué has hecho? Visita al despacho de Gates ¿a quién has molestado ahora?

- ¡Oh! Nada, un problemilla, creo que no le gustó mucho mi comportamiento con un jefe de otro departamento.

- Eso no hace falta que lo digas - dijo sonriéndome – la cordialidad y la educación no son habilidades tuyas precisamente.

- Me da igual lo que ella piense – le seguí la corriente, la verdad es que ella era la única persona con la que podría hablar y fue muy agradable con mi situación, no tenía derecho a quejarme de ella.

- Rick – dijo cogiendo una servilleta de un montón que había en la mesa y acercándose a mí para ayudarme - estás sangrando por la nariz.

- ¡Uf! – resople por la boca, llevándome la mano a la cara llenándome los dedos de sangre.

Ella con la servilleta que había cogido, retiro toda la sangre y me dio una limpia para que me secara las manos. Sus roce sobre mi cara, tenerla tan cerca era una tentación muy grande, pero debía contenerme.

El médico no me había avisado de los sangrados nasales, se lo contaría esa tarde cuando fuera a buscar los resultados de algunas pruebas. También debía estudiar todo lo referente a la enfermedad para saber que esperar a partir de ahora.

- Sera el calor, siempre me pasa lo mismo – le volví a mentir, intentando quitarle importancia a la situación.

- Chicos, tenemos un caso - dijo Espo apareciendo de repente. Kate enseguida se puso manos a la obra mientras yo me quede totalmente paralizado. Su tacto me afecto más de lo deseado.

- ¡Ey! Estás sordo – me dijo Kate dándome una servilleta limpia de nuevo - ¿no has oído? Tenemos un caso.

- ¡Ops! se me olvido contarte que no puedo hacer trabajo de campo de momento.

- ¿Por qué?

- Estoy castigado – dije doblando mi labio en señal de desagrado.

- ¿Castigado? – pregunto intrigada.
- Si - no sabía muy bien que decir, así que recurrí de nuevo a mi reunión con Gates – ya sabes, un escarmiento para que no vuelva a responder mal a los de arriba, además, está el examen de tiro que no me presente.

- ¿No me digas que has suspendido? ¿Tu? ¿Richard Castle?

- Sí, no hace falta que te cachondees de mí.

- No, quiero decir ¿en serio? - dijo riéndose.

- Sí, pero solo ha sido un fallo. Cuando pueda volver a examinarme te demostraré de nuevo que soy el mejor.

- Eso ya lo veremos - dijo mientras salía con una sonrisa de la zona de descanso.

Había herido un poco mi orgullo, pero al menos vi de nuevo su sonrisa. Sabía que esto iba a perseguirme durante mucho tiempo pero me daría un margen de error mientras no tuviera el permiso médico y de Gates para volver a la calle. Solo esperaba que esto no durara mucho porque estar todo el día aquí encerrado en la comisaria me mataría.

Fui al baño y allí me limpie los restos de sangre de mi cara. No quería compasión, ni pena de nadie, quería seguir siendo el mismo el tipo fuerte que no dependía de nada, ni nadie.

Me quede preparando todo para cuando los chicos llegaran con los datos del inicio del caso. Tenía ganas de poder meterme de lleno para olvidar todo lo que me estaba matando.

Lo chicos llegaron rápido y enseguida Kate les mando las tareas necesarias para empezar. Cuando la vi acercarse me levanté sin dejar de mirarla, dispuesto a hacer todo lo que ella me pidiera.

- ¿Y yo jefa?

- Tú… - dijo pensativa – no sé qué hacer contigo. Tengo que hablar con los familiares, así que si quieres…

- No gracias… te espero fuera.

- Siempre te escaqueas de lo que no te gusta… pues mira, por una vez te toca a ti. Serás el que hable con ellos, así que levanta y acompáñame que están llegando ya.

- Bueno… si tú lo dices - dije tragando saliva. Siempre me libraba porque era la parte que menos me gustaba del trabajo, me gustaba la parte emocionante, investigar, interrogar sospechosos, seguir testigos, pero no me sentía cómodo frente a los familiares. En cambio Kate era toda una profesional, supongo su empatía se debía a la situación que había vivido con su madre.

Me acerque a esa familia, estaba tan asustado que me quede mudo. Pero la presencia de Kate, su apoyo, siempre cerca para ayudarme, me dio la fuerza suficiente para afrontar aquello.

- Siento mucho su perdida Señores, espero poder ayudarles en la medida de los posible y que el culpable este entre rejas en breve. Tengan por seguro que pondré todo de mi parte para que así sea.

- Mi hijo… - dijo la madre de aquel chico que había muerto esa mañana entre sollozos.

- Señora, siento mucho su situación. Como policía sé que le he fallado a su hijo y por ese motivo le prometo que vamos a encontrar al culpable de esto, no voy a permitir que haga daño a nadie más - dije de un tirón agarrándole suavemente la mano.

- Gracias hijo… gracias… - dijo y acabe saliendo de aquella habitación con los pelos como escarpias, la sensibilidad a flor de piel y notaba las lágrimas acudir a mis ojos. Debía contenerme.

- Lo has hecho muy bien – me dijo Kate cerca del oído y ese roce provoco que un millón de mariposas volaran en mi estómago.

- ¿Crees? – Le pregunte – Porque yo tengo la sensación de que acabo de prometer algo que no se si podré cumplir.
- Estoy segura de que podrás, mejor dicho, podremos - dijo sonriéndome con un guiño pícaro en esos ojos que me embelesaban.

- Gracias – le dije devolviéndole el guiño.

- En serio, me alegra saber que puedes hacerlo. Así no tendré comerme yo siempre el marrón.

- Preferiría no tener que hacerlo.

- Se siente… eso haberlo pensado antes de hacerlo tan bien - dijo riéndose y levantando los hombros.

CONTINUARÁ…

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Mar Jun 23, 2015 3:02 pm

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Mensaje por Cecifillion<3 Miér Jun 24, 2015 12:28 am

Capítulo 8

POV RICK

No habíamos conseguido gran cosa en cuanto al caso. Me frustraba estar ahí encerrado durante tanto tiempo. Necesitaba salir.

Al menos en esta última salida habían ido los chicos, pero Kate se había quedado conmigo, su compañía era suficiente para mí.

- Rick – escuche que me llamaba

- ¿Si? - dije saliendo de mis pensamientos.

- Los chicos se quedan a comer fuera. ¿Te apetece que pidamos algo mientras seguimos con estos documentos?

- Prefiero salir, estoy harto de estar aquí.

- ¿Cómo? – dijo arrugando la nariz sin comprender.

- Que salgamos a comer – le grite dándole la chaqueta… no iba a quedarme ni un minuto más ahí dentro.

- No creo… - me respondió mirando al despacho de la Capitán Gates.

- Vamos – dije tirando de ella - no puedo estar aquí encerrado ni un minuto más - dije exasperado.

- Bien, pero no nos alejamos mucho por si nos buscan.

- Perfecto - dije contento.

Fuimos a un bar cercano donde hacían hamburguesas y batidos. Nos sentamos uno frente al otro y nuestras miradas se cruzaron en algún que otro momento.

- Esto está buenísimo.

- No puedo creerme que no hayas venido aquí nunca.

- Bueno no suelo salir.

- Ya… pues creo que deberías hacerlo – le aconseje entre bocado y bocado.

- Estoy bien como estoy.

No sabía muy bien de qué hablar con ella, no quería meter la pata, pero en ese momento no pensé en lo que iba a decir y termine hasta el cuello.

- ¡Eh! Por cierto, ¿Cuándo me vas a invitar a tu boda?

Ella bajo la vista, ingirió lo que tenía dentro de su boca de forma rápida y pareció pensarse la respuesta… pero sus ojos me decían que había metido el dedo en la llaga.

- Veras…, no sé todavía cuándo va a ser.

- Creo que si te quieres casar este año deberías hacerlo pronto – le dije intentando arreglarlo.

- ¿A qué viene tanto interés por mi boda? ¿Tienes ganas de que me case?

- Yo… no… quiero decir… sé que… - no sabía por dónde salir y aquella situación empezaba a ser muy incómoda - para ti, imagino… bueno, supongo que es importante el matrimonio por eso lo decía.

- Sí, lo es. Y por eso, es mejor pensar muy bien antes de hacerlo, para luego no arrepentirse -dijo cortando la conversación.

- Si claro. Perdona – le dije viendo que aquel tema era complicado para una conversación banal. Debía distraerla con alguna tontería si no quería que terminara enfadada conmigo - Tengo unas ganas de playa, ya hace calor. ¿Cuándo te coges las vacaciones?

- No lo sé – respondió seria y volviendo a dar un bocado a su comida.

- Nunca te las tomas ¿no?

- Mi trabajo es mi vida, ¿por qué tengo que descansar de ello?, me gusta y disfruto. No necesito vacaciones.

- Venga Kate, porque todo el mundo las necesita. No has tenido unas buenas vacaciones nunca si no, no pensarías así – quise bromear.

- ¿Tu que sabes lo que necesito yo? - dijo poniendo una mirada triste y sabía que había tocado un tema delicado – Además, no te importa si he tenido unas buenas o malas vacaciones.
- Lo siento, a veces me olvido de…

- No tienes porque… bueno yo…

- Lo sé Kate, es duro… pero te ha convertido en la maravillosa mujer que eres.

- Bueno, hubiera preferido no tener que pasar por ello.

- Lo sé, pero sabes - dije cogiéndole la mano - nadie quiere que pasen cosas así, pero cuando pasan tenemos que sacarle lo poco bueno que tenga, ya sabes, salir más fuertes del trago.

- Hablas como si…

- ¡Ah! no, claro, yo no he tenido nada parecido. Mi padre ni siquiera lo conozco.

- Pensé que tenías… bueno, que no estabas mal de pasta por él.

- Todo el mundo cree que soy un niño de papa porque me dejo su dinero. No sé ni siquiera quien es. Me dejo una parte de su herencia en vida para salvarse las espaldas.

Arrugo las cejas dejando claro que no comprendía muy bien lo que le dije, así que intente explicarme.

-Tiene otra familia, no quería que se enteraran de mi existencia y me dio el dinero para que me callara. No sé, de todas formas no lo conozco.

- Creo que te quiere - la mire extrañado - sí, te quiere. Solo que también quiere a su familia y no quiere perderla, tiene miedo. Te dejo el dinero para poder ayudarte. Es una mierda porque lo que más se necesita de un padre es que este ahí, pero… al menos no quiso dejarte tirado.

- No lo sé. Un tiempo, pensé que el dinero era una prueba y no lo toque durante mucho tiempo. Pero me di cuenta de que hiciera lo que hiciera con él, no iba a volver. Así que, a vivir -dije sonriéndole y sacándole a ella una sonrisa.

- Creo que deberíamos volver. Ya hemos hablado bastante de cosas tristes por hoy.

- Tienes razón - dije levantándome y ofreciéndole mí ayuda para levantarse. Le abrí la puerta tras pagar como un auténtico caballero y salimos rumbo a la comisaria.

Nos montamos en el ascensor y no podía dejar de mirarla, estaba tan guapa y me encantaba como iba vestida hoy.

De repente el ascensor se paró y la deje salir, cuando me dispuse a salir yo, sentí como todo me daba vueltas.

- Rick… Rick… - escuchaba su voz que me llamaba, pero era incapaz de moverme, no veía nada, todo estaba oscuro.

Me agarre con fuerza a una barra que había en la pared, hasta que mi vista volvió a la normalidad. Levanté la cabeza y me encontré con la mirada de Kate preocupada. Intente ponerme recto, pero las cosas volvieron a desaparecer.

- Despacio Castle, no te aceleres – me dijo evitando que me moviera.

- Estoy bien, estoy bien – repetía. Era lo único que podía decir, parecía un disco rayado.

Entre ella y otro de los chicos de por allí, me llevaron a la sala de descanso donde me tumbe en el sofá hasta que mi cuerpo volvió a responderme. Insistí en levantarme de nuevo, pero su mano sobre mi brazo me hizo desistir de mi idea.

- Despacio Castle - dijo Kate.

Me levanté despacio hasta quedar en la posición sentada, tenía miedo a mirarla no quería sentirme vulnerable estando con ella. Lo mejor era desaparecer por un tiempo pero… no podía estar lejos de ella.

- Estoy bien.

- Castle, no estás bien… esta mañana sangraste por la nariz, ahora esto… voy a llamar a la Capitán Gates – dijo irguiéndose para ir hacia su despacho. Pero conseguí detenerla.

- Sí, ya paso. Estoy bien, habrá sido una bajada de azúcar o de tensión por el calor. No sé, pero estoy bien.

- Deberías irte a casa a descansar, o al médico.

- No… - le corté - solo necesito sentarme un poco, estoy bien – repetí por milésima vez mirándola suplicante.
- Bueno, pero conste que…

- Tranquila estoy bien, te lo prometo - dije sonriendo, aunque vi en sus ojos que no me creyó.

Estuvimos toda la tarde con el caso, pero parecía un callejón sin salida. No encontrábamos nada que pudiera guiarnos hasta la salida. Desde el accidente de esta tarde en el ascensor, la mirada de Kate estaba pendiente de mí. En el fondo, me gustaba saber que se preocupaba, pero en parte ese era uno de los motivos de mi silencio, no quería provocar la pena de mis compañeros.

Cuando vi que empezaba a anochecer, desaparecí de la comisaria de forma disimulada para irme al hospital. Estaba cansado, y no me gustaba mentir a nadie, pero era lo mejor.

Cuando llegue al hospital vi a lo lejos al novio de Kate, acelere el paso para que no me viera, aunque dudaba de que me reconociera, solo nos habíamos visto una par de veces en la fiesta de la comisaria, y los dos íbamos bastante "alegres". Pero por si acaso, acelere el paso para que no me viera.

- Hola Rick ¿Cómo te encuentras hoy? - preguntó la enfermera cuando llegue a oncología, la enfermera que solía atenderme era un encanto conmigo, tenía mucho que agradecerle porque se quedaba allí cuidando de mí en los peores momentos.

- Bueno, hoy no fue un buen día.

- ¿Qué sucedió?

- Un mareo.

- Es normal, pero tienes que tener cuidado. Ya sabes lo que tienes que hacer para que eso disminuya o sea menos peligroso.

- No voy a quedarme en casa si te refieres a eso.

- Bueno, pues allá tú, pero reduce esfuerzos.

- Bueno en la comisaria solo me dejan hacer papeleo y poco más, así que menos, es imposible.

POV KATE

Llegue a casa y cuando entré volví a sentirme sola. Josh tenía que haber llegado, pero la casa, estaba cerrada y todas las luces estaban apagadas. Me cambie de ropa y preparaba algo de comer cuando escuche como la puerta de casa se abría y Josh entraba. Se acercó a mí por la espalda agarrándome de la cintura para acercarme a él.

- ¿Cómo te ha ido el día cariño? – dijo dándome un beso en el cuello.

- Bien – dije de forma seca.

- Te eche mucho de menos - no pude responderle lo mismo, llevaba un tiempo en que no me faltaba, es más, me estorbaba, me había acostumbrado a que no estuviera.

- Josh yo… - intente decirle, pero como era su costumbre, no me escucho.

- Oye he visto hoy a tu compi.

- ¿A mi compi?

- Si, el ligón.

- ¿A Castle?

- Si.

- ¿Dónde?

- En el hospital. Lo acabo de ver ahora antes de venir.

- Bueno, ha sufrido un desmayo en comisaria, habrá ido a hacerse pruebas.

- No sé, pero no creo, estaba en oncología. Quizá iba a visitar a alguien o… - esa vez le interrumpí yo.

- Iría a visitar a alguien seguramente.

- Puede ser - dijo besándome en el cuello, pero yo lo aparte de un empujón, no sabía muy bien pero no tenía cuerpo de eso que venía buscando.

- Kate, por cierto, en unos días me tengo que ir a…

- Josh - me quejé.

- Lo siento sé que te dije que…
- No puedo seguir así, basta. Empecé contigo porque estábamos bien, porque no me hacías sentir sola. Pero últimamente…

- Kate lo siento. Mira, no iré, vale. Me quedare aquí, contigo.

- No es eso. Ahora te quedas y dentro de unos días volverás a ir… no sé… esto…

- Dame una oportunidad. Te prometo que voy a estar más tiempo contigo ¿vale? No puedes tirar todo a la basura, sin al menos, habernos dado una oportunidad.

Dude, quería mandarlo todo a la mierda, pero ¿y si me equivocaba? Llevábamos demasiado tiempo como para no darnos una oportunidad. Si cambiaba, si podía pasar más de unas horas en casa conmigo quizás, y solo quizás, podría volver a enamorarme de él.

- Bueno, pero si… - y como era costumbre no me dejo acabar.

- Todo va ir genial, lo prometo - dije besándome suavemente.

Nos sentamos a cenar, pero no podía dejar de pensar en lo que Josh me había dicho sobre Castle, estaba nerviosa. No creía que Castle pudiera estar enfermo, tenía que haber otra explicación. Josh se pasó el resto de la noche intentando avanzar, recuperar lo bueno de nuestra relación, pero no podía… yo ni siquiera pude céntrame ni un solo minuto en él, ahora mismo solo tenía una cosa y una persona en mi cabeza, Castle, pero no era porque me importara más que mi relación, solo… Estaba claro, empezaba a volverme loca.

CONTINUARÁ…

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Mensaje por Cecifillion<3 Vie Jun 26, 2015 9:24 am

Capítulo 9

POV RICK

Este día amaneció de la peor forma posible. Apenas podía mantenerme de pie, por eso cuando llegue al baño, aparque mi apaleado cuerpo en el suelo del baño, tirado junto a la taza del WC. No estaba en condiciones ni para levantarme del suelo. Estaba tumbado sobre una toalla, sin poder ni moverme. Me arrastre hasta el móvil que se hallaba en mi mesita y cogí el móvil, cuando lo tuve en mis mano tuve que descansar del esfuerzo, porque apenas podía respirar. Esa sesión de quimio había sido terrible para mi cuerpo, estaba mareado, con vómitos y desde luego sin fuerzas para erguirme como los humanos… Mi apaleado cuerpo se arrastraba como el de los animales. Llame a la comisaria cuando conseguí algo de resuello, pues me costaba hasta respirar.

- ¿Si?

- Soy Castle, pásame con Gates por favor.

- ¡Ah! hola. Voy – dijo la chica de la centralita.

Al instante escuche el sonido de espera y en menos de un minuto la voz de mi capitán estaba al otro lado del auricular.

- Sr. Soy Castle, quería disculparme, pero creo que necesito tomarme el día. Ayer recibí la primera sesión y me siento muy mal.

- Por supuesto detective – dijo con voz preocupada – ¿Precisa algo?

- No Sr., de momento solo estoy cansado – le respondí mintiéndole.

- Lo entiendo. Tomase el tiempo que necesite.

- Gracias Sr. – respondí. Me deje caer de nuevo sobre el frio suelo del baño. La toalla estaba mojada de uno de mis vómitos repentinos y cada vez me sentía peor.

Iba a ser un día muy largo, la enfermedad estaba ahí, lo sabía, pero al menos no daba mucho trabajo. Lo que si me mantenía ocupado era la sesión de quimio, me estaba destrozando por dentro y por fuera, era horroroso. Esperaba que por lo menos, sirviera para algo.

Quizá para tener otra oportunidad de vivir, eso sí, sin la dichosa enfermedad. Ahora que había abierto los ojos, que sabía lo que quería, no era justo que mí tiempo se acabara. No me gustaba la injusticia así que iba a luchar contra ella para seguir viviendo, el mundo aun no había visto lo que Richard Castle tenía que dar. Y no había conseguido a mi chica, la chica de mis sueños, la chica de mi película, la película de mi vida.
POV KATE

Me desperté con el olor del café, tenía pocas ganas de levantarme, pero no quedaba otra. Me encontré con Josh metido en la cocina, no podía creer lo que estaba viendo. Nunca, al menos, con esa actitud.

- Buenos días preciosa - dijo besándome.

- ¿Tu cocinando? - pregunté con una sonrisa.

- Te prometí que iba a darlo todo porque esto funcionara.

- Lo sé, ¿cocinando?

- Sé lo que puedo perder y no quiero. Ahora a comer - dijo colocándome la comida en la mesa donde estaba sentada y dispuesto todo para comer.

Comimos tranquilos, casi sin hablar, estaba haciendo un gran esfuerzo pero jamás seria como antes. Ese amor de antes desapareció, y dudaba mucho que volviera algún día. Se la merecía, pero mi corazón no parecía comprenderlo.

Cuando llegue a la comisaria los chicos ya estaban allí manos a la obra, pero no había ni rastro de Castle.

- ¡Ey chicos!

- Hola jefa.

- ¿Dónde está Castle? – Dijo Ryan – pensamos vendría contigo.

- Se ha pedido el día – dijo la capitán Gates a lo lejos.

- ¿En serio? – Me dijo Espo mirándome a mí - habrá ligado con alguna que no le ha dejado salir de la cama-dijo riéndose.

Pero a mí, el saber que no había venido, me preocupaba aún más. No podía dejar de pensar en ello, quería centrarme en el caso, pero ni modo, mi cabeza estaba en otro lado.

Estuvimos centrados durante el mayor tiempo de la mañana, pero no conseguimos avanzar necesitaba ese sexto sentido que tenía mi compañero para ese tipo de casos. Pensaba en él sin parar, así que decidí indagar sobre lo que había insinuado Josh.

Deje a los chicos en la comisaria y baje donde estaba mi amiga, la forense. Cuando llegue la vi centrada sobre un cuerpo. Me quede mirándola fijamente como trabajaba, sus movimientos, sus charlas. Consiguió sacarme una risa con sus conversaciones con el difunto. Eso la asusto y dio un pequeño chillido.

- ¡Kate! que susto me has dado.

- Dios… tenías que haberte visto.

- Muy graciosa. ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a comer conmigo? – pregunto acercándose.

- Bueno, no, necesito hacerte una consulta como doctora en medicina.

- ¿En serio? Estoy algo oxidada, se me dan mejor los muertos. Pero, ahora que caigo, tienes un médico en casa y mucho más guapo que yo ¿O cambiaron tus intereses?

- No digas tonterías – le dije tirándole una toalla a la cara - Bueno… ¿me ayudas o no?

- Claro, suelta.

- Verás, espero equivocarme pero creo que un "conocido" sufre una enfermedad y…

- Kate, ¿estas Josh bien?

- Sí, si no es él – le respondí arrugando la nariz.

- Entonces…

- Solo… ¿puedes ayudarme sin preguntar?

- Bueno, pero porque somos amigas. Dispara… ¿síntomas?

- No sé, esta raro… - le dije sin saber muy bien por donde empezar.

- Tu eres rara… y no por eso estas enferma – me dijo muy seria tomándome el pelo - Eso no es un síntoma para una enfermedad.

- Vale, veras, se desmayó, le sangro la nariz - dije tras acordarme del accidente - está débil no sé…

- Puede ser cualquier cosa Kate.

- Le vieron, hace unos días en el hospital, en la zona de oncología. Puede ser que…

- Kate puede ser, pero no puedo decirte que por esos síntomas tenga algún tipo de cáncer. Te veo preocupada Kate.

- No quiero… pero no puedo dejar darle vueltas

- Kate ¿quién es?

- Yo no puedo decírtelo. Necesito saber, despejar las dudas.

- Pues pregúntale, es la mejor forma.

- Tienes razón, y no pienso esperar más. Gracias Lanie - dije besándola y salí corriendo de allí en su busca. Necesitaba verlo, preguntarle, quitarme esa duda que me estaba estrujando el alma.

A pesar de todo, yo le tenía un gran cariño, y aunque no se lo tuviera, nadie merece estar solo en un trance así, necesitaba más que nunca estar a su lado.

Me acerque hasta su casa. Era ya la hora de la comida y no quería esperar hasta salir del trabajo. Además si Josh tenía razón, quizás estuviera en el hospital lo que haría que no le viera allí y no pudiera quitarme la duda que me corrompía por dentro.

Llegue a su casa. Hacía solo unos días había estado allí y la verdad es que que desde ese día todo había cambiado entre nosotros. Poco a poco me estaba dando cuenta de la fachada que tenía, sabía que era un buen chico que solo… no tenía suerte, quizás la vida le hizo ser como era. Alguien muy especial si se le veía sin su armadura de hielo.

Subía las escaleras y los nervios iban aumentando por mis suposiciones. Necesitaba respuestas y esperaba me las diera. Levanté el puño y golpee la puerta temerosa por ver lo que encontraba.

POV RICK

¡Dios mío! no podía creer en mi suerte, ahora golpeaban la puerta. Me levanté como pude del sofá donde me había tirado hacia unas horas rodeándome de toallas que ya habían cumplido su cometido, estaban sucias y olían mal. Estaba muy mareado, me dolía la cabeza por esfuerzo y todo parecía moverse, hasta la puerta. Tambaleando llegue a ella, la abrí de un tirón sin ni si quiera preguntar. Tendría que haberlo hecho, porque cuando vi al culpable de esos golpes… mi cara pareció la de un niño cuando descubre que los reyes son los padres. No sé si decir que me sorprendí, o me asuste, o las dos cosas juntas.

- Hola… Kate. ¿Qué… haces aquí? - dije pasando la mano por mi pelo revuelto, intentando colocarlo. La coquetería no me lo quitaría nada en esta vida, ni siquiera esos malditos vómitos que me estaban matando ese día.

-¡Eh! yo… - la vi con ganas de decir algo, pero no se atrevía a preguntar. Supongo que la visión no era del todo agradable. Solo llevaba una camiseta arrugada, llena de manchas y un pantalón corto deportivo, mi imagen era bastante lamentable.

- Ya me echabas de menos ¿verdad? - dije con un movimiento de cejas intentando ser gracioso, pero no conseguí nada - anda pasa - dije haciéndome a un lado.

Entro hasta el comedor y se quedó mirando todo a su alrededor. Sentí vergüenza por como tenía la casa, pero la verdad es que no había tenido cuerpo ni para llevar las toallas al baño o retirar la ropa que me había quitado del día anterior.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunté mientras hacía un hueco en el sofá para que pudiera sentarse.

- Yo… - empezó, pero paro de hablar, se sentó en el sofá, no sin antes quitar una toalla húmeda con la que había refrescado mi cara hacia un rato - solo quería saber cómo estabas – me dijo dándomela.

- ¿Yo? Bien, ¿por? – dije cogiéndola y tirándola sobre la mesa, donde había otras.

- Bueno, no lo parece por tu aspecto, además, hoy has faltado y como ayer…

- ¡Oh! sí. Estoy bien, por lo visto estoy incubando una gripe. ¿Te lo puedes creer? Yo que nunca me pongo enfermo y viene la gripe y me deja en estas condiciones - dije mintiéndole mientras sonreía.

- ¿Seguro? – pregunto mirándome a los ojos.
Me había sentado sobre la mesita incapaz de aguantar de pie un segundo más sin caer desplomado. Los mareos no me dejaban aguantar el equilibrio y si seguía en pie, podía caer sobre ella, y a pesar de desearlo, no quería hacerlo con esas pintas, oliendo a agrio, manchado de mis secreciones y con pinta de ebrio.

- ¿Tan mala pinta tengo? - dije sonriéndole – déjame que me duche y veras… volveré a ser el Don Juan que adoras.

- Si, seguro, en tus sueños – bromeo a pesar de estar seria - Bien, creo que me voy a ir.

- Es la hora de la comida. Fijo que no has comido nada, no te vas de aquí hasta que comas algo.

- No tengo…

- ¡Eh!, sin rechistar - dije levantándome y cogiendo el teléfono - ¿Qué prefieres?

- ¿No te gusta cocinar?

- ¡Oh! me encanta, solo que hoy no es un buen momento.

- Sí, claro - dijo riéndose.

- Oye, te vas a enterar, dime un día y te invito a comer en condiciones, te vas a enterar de quien prepara la mejor comida del mundo.

- Más quisieras - dijo haciéndonos reír a los dos.

- Bueno, te prometo que algún día cocinaré para ti - dije serio mirándola a los ojos, y vi su incomodidad.

Me levante, llamé para que nos trajeran la comida. Estaba feliz de que se hubiera preocupado por mí, que estuviera aquí, conmigo. La verdad es que parecía que el día iba mejorando y eso me hacía sentir mejor y seguro de nuevo.

Esta mujer, era increíble, no me equivocaba al pensarlo a pesar de lo mal que nos relacionábamos antes. Sabía que era una gran mujer y ahora más que nunca estaba seguro de ello. No podía dejar de mirarla por el rabillo del ojo, estaba tan guapa, me sentía privilegiado de al menos poder trabajar a su lado, con eso me podía dar por satisfecho en la vida. Aunque… soñar es gratis… y si pudiera haber algo más entre nosotros…

CONTINUARÁ…
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Mensaje por Cecifillion<3 Sáb Jun 27, 2015 1:20 am

Capítulo 10

POV KATE

No me había atrevido, había pasado un buen rato con él y no se lo pude preguntar. Tenía miedo a que fueran verdad mis suposiciones. Había preferido creerle, a pesar de mis dudas. Había vuelto a la comisaria y Rick se vino conmigo, dijo que se encontraba mejor y que quizás necesitábamos su ayuda, aunque después de la comida tuvo que salir huyendo al baño y por el ruido que se escuchaba detrás de la puerta, la comida había salido integra.

No dejaba de mirarle a cada momento, y le notaba raro, seguía con sus bromas, con su encanto natural, con ese descaro que me sacaba de quicio, pero estaba pálido, se mareaba si se levantaba rápido y visitaba el aseo más de lo que suelen hacerlo los hombres.

No conseguíamos avanzar en el caso, ni siquiera con su sexto sentido, este caso se nos estaba atascando demasiado tiempo, normalmente después de un día y medio, por lo menos habíamos interrogado a dos o tres sospechosos y se estaba haciendo de noche, pero no conseguimos nada que nos abriera los ojos.

- Yo chicos, creo que me voy a ir. No quiero darle a la gripe motivos para quedarse - dijo después de mirar el reloj repetidamente - nos vemos mañana.

Lo vi salir por la puerta y quise seguirle para averiguar por mí misma las dudas que me rondaban. En ese momento intervino el miedo, él tuvo la culpa de levantarme de golpe.

- Chicos, hoy no deber ser nuestro día, no vamos a conseguir nada, así que nos vemos mañana - dije cogiendo mi chaqueta y saliendo disparada.

Cuando llegue al aparcamiento ya había desaparecido, ni rastro de él o su coche.

- ¡Porras! Hasta despistándome es bueno el muy… - maldije en voz alta.

No sabía que camino había cogido pero el instinto me dijo que tenía que ir al hospital, allí lo iba a encontrar, estaba segura. Me monté en mi coche y acelere para poder llegar al mismo tiempo o justo después de él.

Cuando llegue al parking de oncología, vi su coche aparcado. Sentí miedo, eso confirmaba todos mis temores, solo me faltaba saber a qué tipo de cáncer se enfrentaba mi compañero. Estuve dando vueltas sin saber dónde dirigirme exactamente, no lo veía. Fui a la entrada de nuevo y entonces le vi, estaba conversando con una enfermera y se dirigió después al pasillo más ancho, fui detrás de él de forma disimulada y me escondí detrás de una esquina cuando el paro y llamo a una puerta.

Me acerque todo lo que pude sin ser vista para poder escuchar de qué estaban hablando en el interior de esa habitación. Sabía que estaba mal escuchar las conversaciones de los demás, pero era superior a mí. Necesitaba saber que ocurría.

- Aquí está la enfermera más guapa del mundo - dijo Castle con su encanto de siempre.

- ¡Ey! Rick, llegas tarde – dijo una voz femenina.

- Bueno lo bueno se hace esperar – respondió el.

- ¿Estas bien?

- ¡Dios mío! Como odio esa pregunta.

- Pues espera, te vas a cansar de oírla. ¿Y…?

- Bueno el peor día con diferencia.

- Es normal, ayer recibiste la primera quimio. Imagina, pensé que no vendrías, porque la mayoría de gente no consigue moverse el primer día.

- Tienes que saber que yo cumplo siempre mi palabra, ayer dije mañana a la misma hora y aquí estoy.

- ¿Bueno preparado? – pregunto la voz de la mujer.

- No, he decidido dejar la quimioterapia.

- Anda vamos, ¿no hablaras en serio? – dijo una voz asustada.

Después de eso no volví a escuchar nada más. Quería entrar en la habitación, pero eso me hubiera delatado, así que allí me quede, apoyada en esa puerta después de haber oído que mi compañero, mi amigo, el hombre que mejor me había besado en mi vida, o eso creía recordar, tenía un cáncer y estaba en tratamiento, o mejor dicho, había empezado la quimio pero había decidido dejarlo.
En ese momento comprendí que si no seguía con la medicación iba a morir… no Castle no, por favor. Él no podía morirse… me hacía falta… bueno, a mi… personalmente no, pero en mi trabajo, en la comisaria, si… el me sacaba de quicio, me ponía histérica, pero me hacia reír, me ayudaba a ver la vida desde otro punto que me permitía seguir trabajando y disfrutando de mi vida laboral.

La capitán… pensé de forma repentina. Por eso le estaba llamando constantemente a su despacho, ella lo debía saber, por eso no le reprendía como hacia conmigo o con los chicos… ella sabía todo… le preguntaría… pero no, mejor seguía con mi investigación, ahora me quedaba saber a qué tipo de cáncer se enfrentaba y convencerlo de que siguiera con su terapia.

Me senté casi sin darme cuenta en la silla más cercana y sin darme apenas cuenta, sentí como caían las primeras lágrimas. No podía pensar en cómo podía estar sobrellevando aquello el solo. ¿Desde cuándo estaba pasando aquello?

- ¿Esta bien señorita? - dijo una mujer a mi lado, levante la mirada y vi a una mujer mayor mirándome fijamente.

- Si…yo… tengo que irme - dije entre sollozos levantándome y saliendo hacia mi coche. Allí me senté y seguí llorando. Ves casos, sabes de ellos, pero no imaginas que pueda sucederle a alguien tan cercano, lleno de vida y con ese humor ácido que tanto me gustaba y que me alegraba la vida. Él, un chico tan guapo, amable y otra vez, vino a mi mente ese beso, un hombre que besara así no podía desaparecer de la tierra, alguna mujer sería feliz a su lado. Claro… alguna, yo estoy prometida, pensé justificándome.

Últimamente todo había cambiado, había visto una parte de él que me gustaba. Esa noche supuso un antes y un después de nuestras vidas, estuvimos a punto… ¡Uf! ¿Ese día ya lo sabría? ¿Por eso no hizo nada? ¿Ha sido eso lo que le ha hecho cambiar? Tantas preguntas sin respuestas, tantas ganas de estar ahí apoyándole, de hacer algo para ayudar. Aunque poco podía hacer en esos casos para ayudar, solo darle apoyo, comprensión, ¿cariño? No sé cómo se lo tomaría si yo me comportara de forma distinta, igual se ofendía.

Pasaron los minutos y no me di cuenta del tiempo que pase sentada en el coche hasta me fije que Castle se acercaba por el aparcamiento. Esa silueta la reconocía bastante bien. Le mire, se le veía débil, cansado. En ese instante un resorte en mi interior me hizo salir de mi escondite y me acerque a él que había llegado a su coche para apoyarse.

Nunca, gracias a Dios había tenido que vivir algo así, pero imagine lo duro que tenía que ser, como tenía que matar las pocas fuerzas que tuvieras para luchar. Me acerque por su espalda y tras suspirar le dije:

- Castle

Sus ojos azules se fijaron en mí y no pude decir más.

POV RICK

Estaba cansado, completamente agotado, hecho una auténtica porquería. El médico y la enfermera habían querido que me quedara ingresado para superar los primeros días después de mi primera quimio, dijeron que sería lo mejor. Pero no podía, si me quedaba allí, eso terminaría matándome, no lo soportaría. Mientras mi cuerpo pudiera mantenerme de pie no iba a quedarme encerrado en una cama de hospital.

Llegué al aparcamiento, no tenía cuerpo para conducir, pero tampoco me apetecía tener que llamar a un taxi. Estaba cansado tanto es así que me recosté sobre el coche y cerré los ojos intentando llenar de algo de oxigeno mis pulmones que parecían haber empequeñecido pues casi no lograban inhalar el aire suficiente. Estaba con los ojos cerrados, concentrado en mi respiración, que no escuche que se acercaban por mi espalda, hasta que oí como me llamaban.

- Castle.

Cuando me gire y la vi, me quede de piedra, quise mantenerme lo más erguido posible, y solo esperaba que la oscuridad del lugar me diera la oportunidad de tapar mi cara, fijo estaba pálida. Tenía que disimular.

- ¡Oh! hola Kate - dije atropellando las palabras.

- Yo…

- ¿Qué haces aquí?

- Yo… necesitaba saberlo.

- ¿Saber? – Pregunte sin querer comprender que quería decirme - ¿ Estas bien?

- Rick… yo… lo sé.

- ¿Lo sabes? – pregunte.

- Siento haberte seguido pero… necesitaba saberlo - dijo rompiendo a llorar.

Di un paso hacia delante, y luego otro hasta llegar a su lado y la cogí por los brazos atrayéndola hacia mí. Me dolía tanto verla de ese modo - Rick porque no me lo habías dicho, ¿Por qué?

En ese momento me quede completamente paralizado, comprendí de que estaba hablando, se había enterado. ¿Qué esperaba de la mejor detective del mundo? La apreté fuerte contra mis brazos y note las sacudidas de su cuerpo frente a sus sollozos.

- Ya Kate, venga, todo está bien – dije sabiendo que aquello era una cruel mentira. Pero no podía decirle nada más…

- ¡Dios! lo siento - dijo separándose de mi – Eres tu quien… y la que llora como una tonta soy yo.

- ¡Ey! no pasa nada. Me alegro de que te preocupes por mí - dije sonriéndole - estoy bien, no quería que os enterarais para no preocuparos.

- Rick no está bien…

- Lo sé - dije cortándola – pero, en serio, estoy bien, además… se acabó.

- ¿Qué? ¿Era la última sesión de quimioterapia? – pregunto abriendo mucho los ojos.

- No, he decidido no tratarme, si tiene que matarme que lo haga, yo no puedo permitirme malgastar lo que quede tirado en un hospital o un baño.

- Después discutiremos eso, eres fuerte… y no vas a luchar solo.

- Kate, no lo comprendes – le dije levantándole el rostro con el dedo y consiguiendo de ese modo que nuestros ojos se encontraran - Si estoy solo es porque quiero, podría llamar a mi madre y estaría aquí en cinco minutos. Pero quiero hacerlo solo, sé que puedo.

- Puedes, pero no tienes porque - dijo mirándome con los ojos vidriosos - déjame ayudarte, para algo somos compañeros,

- Compañeros - dije sonriendo - tienes razón – añadí. No podía negarle nada de lo me pidiera y menos si con eso pasábamos más tiempo juntos, era lo único que me importaba, estar a su lado.

- Bien, entonces déjame cuidarte. Te llevare a casa, se te ve cansado.

-No te molestes, he traído el coche…

- No, vamos, mañana vendrás a por él. Hoy te llevo yo y te lo ordena tu jefa.

- A sus órdenes - dije haciendo el saludo militar de la academia cuando nos dirigíamos a un superior.

Llegamos enseguida, estábamos cerca y entramos. Estaba feliz de que estuviera a mi lado. Nos sentamos uno frente al otro. Kate intentaba no mirarme fijamente, como si algo la estuviera incomodando. La conocía muy bien, sabía cuál era la expresión de sus ojos ante cualquier situación, porque mi principal afición era descubrir cada día un nuevo gesto en esos preciosos ojos.
- Venga… Suéltalo - dije comprendiendo que no se atrevía a hablar.

Me miró y abrió la boca un par de veces intentando decirlo, estaba a punto de comenzar el interrogatorio, esa era su expresión en ese instante. Su mente esta ordenando la lista de preguntas que iba a disparar y no quería repetir ninguna, ni parecer débil antes las respuestas.

- Cuando la otra noche paso lo que paso… cuando… - estaba dudando, no sabía si achacarlo al nerviosismo o al miedo - ¿Ya lo sabías? ¿Por eso no pasó nada? - preguntó con la mirada baja. Se sentía cohibida…

Suspiré y cerré los ojos intentando mantener la cabeza fría, si yo me derrumbaba, aquello podía terminar muy mal, o muy bien… pero debía contestarle con toda la sinceridad del mundo, no quería mentirle más.

- Acababan de decirme que posiblemente hubiera algo raro en mis pruebas, algo mal. Venía de repetir las pruebas, no estaba seguro pero… lo imaginaba.

-¡Dios mío Rick! ¿Cómo pudiste…?

- Solo lo ignore, no quería que fuera real. Tú, los chicos, Lanie todo lo que paso aquella noche me ayudo a olvidar un poco.

- Entonces… - ahí estaba lo que la estaba reconcomiendo por dentro… el beso. Esa duda que tenía atravesada

- Kate, quería que pasara, no seamos estúpidos, no voy a negarlo, nadie podría no querer estar contigo, seamos cuerdos - dije mirándola fijamente y vi cómo se sonrojaba apartando sus ojos de los míos - pero no pasó nada, no por toda esta mierda, sino porque mantuve una conversación con una amiga que me hizo comprender y darme cuenta del daño que podía hacerte si hubiera pasado algo – dije obviando el nombre de nuestra amiga en común.

- Lanie... - dijo soltando un suspiro - ¿Pero pasó algo?

- Si – dije de forma seria - no quería mentirte, que te sintieras mal, solo fueron un par de besos no pasó nada más.

- Lo sé – exclamo haciéndome abrir los ojos. Comenzaba a notar como me estaba mareando, esa conversación estaba siendo complicada y estaba usando todas las fuerzas que tenía preparadas para pasar la noche. Pero debía saber…

- ¿Te acuerdas?

- No de todo, algo.

- Soy inolvidable - dije sacándole una sonrisa.

Ya no podía más, cerré los ojos y sentí que mi espalda se desmoronaba. No note el golpe en el suelo, eso quería decir que alguien me cazo al vuelo y me volvió a incorporar. Comprendí que Kate me había descalzado, apoyado mi cabeza en un cojín y tapado con una manta.

La noción del tiempo desapareció, solo recuerdo una taza caliente acercarse a mis labios y un sabor a caldo casero. El líquido elemento corrió por mi cansado cuerpo y cuando hizo su efecto, tuve la fuerza suficiente para abrir los ojos.

- ¿Sigues aquí, o eres un sueño?

- Venga Don Juan de pacotilla, levanta, tienes que comer algo - me dijo una voz preciosa junto a la mejor sonrisa que le he visto a mi compañera desde que la conozco…

CONTINUARÁ…

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Sáb Jun 27, 2015 5:01 pm

23:00:0506.27.2015

wowww me encnata... por favor sigueeeeeeee Study Study Study Study Study Clap Clap Clap Clap Thumb Thumb Thumb Thumb Heart Heart Heart
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Mensaje por Cecifillion<3 Dom Jun 28, 2015 10:55 pm

Capítulo 11

POV RICK

Había pasado unos días ya desde que Kate se enteró de mi enfermedad. No se separaba de mí ni un minuto, pidió permiso a Gates y cuando le explico el motivo, le dio carta blanca. Se había comportado como una auténtica compañera, como una auténtica amiga. Pero yo… sentía mucha rabia al tenerla cerca y verla partir todas las noches a dormir con otro. La quería para mí, solo para mí.

Hoy tenía que ir a hablar con el médico, mi decisión estaba dando mucho que hablar, y Kate quería acompañarme para poder meter baza y hacerme cambiar, aunque fuera en última instancia, a mi decisión pero sería complicado porque tenía que ir al juzgado para declarar antes el último caso que habíamos investigado. Ella quería ir, se lo vi en la mirada, así que aproveche y cuando se fue para cumplir con su cometido, yo me fui al médico.

Llegué al hospital con muchas fuerzas, desde que ella estaba ahí, estaba fuerte, con ganas y seguro de que podía soportar aunque fuera una quimio más. Cuando llegué vi a la enfermera que ya conocía, esa que se había convertido en una amiga, esa persona con quien hablas y expones tus pensamientos.

- Hola Rick, ¿Cómo estás?

- Ya empezamos - dije dedicándole una sonrisa – te prohíbo me preguntes como estoy, ¿vale?

- Pues vaya, te veo muy contento - dijo sonriéndome.

- Sí, y creo que hoy va a ser la última vez que nos veamos, no voy a seguir con el tratamiento - dije bajando la vista.

- Rick yo… - se quedó algo parada ante mi aseveración – ¿sabes lo que dices?

- Casi seguro, por eso vine, quiero hablar con el doctor.

- Creo que deberías afrontarlo de otro modo, solo porque pierdas algo de pelo, que volverá a crecer con el tiempo, o que tengas una semana algo mala con algunos síntomas incomodos no te debería suponer mucho esfuerzo, frente a una vida que te espera luego.

-¿Te imaginas este cabezón rapado? ¡Dios! no quiero pensarlo - dije medio en broma.

- Estarías guapo de cualquier forma – respondió cuando le guiñe un ojo.

- Eso no lo dudes-dije sonriendo.

- Venga, pasa a la consulta… te pongo el gotero y después hablas con el Dr. Carter.

Entre en la sala y mientras miraba como ponía tubos, agujas, esparadrapos, pegatinas y escribía sobre ellos pensé en que quizá un tratamiento más podría aguantarlo, ahora tenía a Kate conmigo y ella me mimaría. En ese instante entro el medico donde yo me encontraba.

- ¿Cómo se encuentra Rick? – pregunto a la enfermera.

- Físicamente como una mierda, mentalmente, decidido – respondí yo en su lugar.

- Eso es normal, venga vamos a ponerte la medicación.

-Bueno doctor creo que he tomado la decisión de no seguir con el tratamiento ¿cuándo podré acabar con todo esto?

- Verás Rick, algo me ha llegado de tu conversación con la ATS, pero creo que estás equivocado, no deberías rendirte.

-¿Y lo que me queda de vida debo vivirla sintiéndome una mierda? ¿Sin poder dar un paso por los mareos? ¿Sin poder comer por los vómitos? o ¿viendo cómo el pelo desaparece de mi cabeza? No, gracias.

- Rick, vamos a seguir con el tratamiento, lo vamos a intensificar.

- No…no…no... - dije negándome rotundamente mientras me levantaba de golpe de la silla con los tubos y agujas colgando.

- Rick, es lo mejor. Bueno lo mejor sería conseguir un trasplante, lo sabes, pero mientras llega, tenemos que seguir con esto. Podemos conseguirlo, o al menos podemos retrasar que se extienda.

- Hoy aceptare que me lo pongáis, pero una vez salga de aquí, no vais a volverme a ver, ni vivo, ni muerto.

- Con más motivo voy a ingresarte, unos días, solo unos días. Te ayudaremos a que pases mejor los efectos secundarios de la medicación, veras como con nuestra ayuda, no parece tan terrible.

- ¿Por qué me ha pasado esto a mí? – Dije bajando la vista - ¿hice algo mal?

- No lo sé Rick, pero no sé porque toca a quien toca. Solo sé que eres fuerte y que si alguien puede superar todo esto eres tú – apunto algo en su carpeta y después de mirar los últimos análisis me pregunto - Rick has sentido algún síntoma más…

- ¿Te parece poco la caída del pelo? ¿No mantener nada en el estómago? ¿No poder dar un paso sin pensar que estoy en el Titanic? ¿Qué mi nariz parece un pozo de sangre que brota sin pedir permiso?

- Bueno, te vamos a hacer algunas pruebas para ver cómo está afectando a tu cuerpo. Tienes que estar fuerte porque…

-Lo sé la quimio ataca a mi cuerpo, pero también ataca a eso que me está machacando… eso no me consuela, y mucho menos alivia todo lo que me está haciendo, por eso te digo que hoy es el último tratamiento que me ponéis.

- Vendré en unas horas y hablamos de todo esto, no te desanimes, tú no Rick… hasta luego – dijo a modo de despedida mientras me ponía una mano en el hombro.

- Hasta luego Doc - dije recostándome en la butaca donde solía estar mientras me ponían la quimio.

Mientras veía entrar en mi cuerpo, por los tubos que llevaba conectados, ese líquido que supuestamente iba a matar al maldito cáncer, me dio tiempo a pensar en muchas cosas.

Con Kate cerca podría soportar cualquier cosa, ella era mi fuerza ahora. Pero luego desaparecería de mi vida, bueno, seguiría siendo mi compañera… pero nada más. Y yo quería más, mucho más. Eso si consigo vencer a esas dichosas células malignas que tienen a mi cuerpo inutilizado.

La enfermera me vio con los ojos cerrados, pensativo y me pregunto.

-Ey Rick ¿en qué piensas? – me dijo mientras no dejaba de trastear con todos aquellos utensilios que ya no sabía si entraban o salían de mi cuerpo.

- En las vueltas de la vida… En que nada tiene sentido…

- No te des por vencido, eres joven, valiente, guapo… no dejes que unos síntomas puedan contigo, no dejes ganar a la leucemia, hay que seguir con el tratamiento, hay…

- El doctor dice que debo ingresar para que me ayudéis con los síntomas, pero no sé si podré soportar el encierro – le dije divagando - Tengo tantas cosas por hacer aun… cosas que quiero vivir en la vida. Tantas y tantas y ahora… nada.

- Rick puedes hacerlas, no digas eso… - se notaba que intentaba animarme, pero a mi sus palabras, parecían entrar por un oído y salir por el otro sin causar efecto.

- Puede que me quede poco tiempo.

- A ver… - salió y volvió al momento con algo en la mano. Me dio una hoja de papel y un bolígrafo, me acerco una mesita y me dijo muy decidida - escribe todo lo que más desees en esta vida y ponte la meta de cumplirlas cuanto antes, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

- Hay cosas que no se consiguen de un día para otro, eso lo sabemos los dos – le respondí desanimado.

- Lo sé, pero otras sí. Escríbelas todas, enuméralas y expón todo lo que quieras, al menos así lo tendrás claro, eso te dará fuerza para luchar por conseguirlo, o al menos la gran mayoría de tus deseos.

La miré extrañado, pero me parecía una buena idea. Cogí el papel y el bolígrafo y me puse en la tarea. Ella después de echar un ojo a la medicación, salió así como había entrado.

Estuve un largo rato escribiendo, primero algunas frases sin sentido, después ya tenía algunas certezas y finalmente comprendí que no había tantas cosas que me quedaran por hacer…

Se acabó el maldito tratamiento, pero no me quitaron esos tubos que llevaba colgando del brazo, supongo que debían temer que me fuera y no verme más el pelo, o el que me quedara. Pero lo que me pusieron empezó a hacer sus efectos. Esa sensación de ir en barco, ese mareo constante, ese peso en mis brazos y piernas. El mal sabor de boca y finalmente las náuseas, como si hubiera comido sin parar durante tres días seguidos. Cuando quise llamar a la enfermera, fue tarde, ya había dejado el suelo perdido y mi ropa inservible.

Una vez aseado, metido en la cama y tumbado ya en una cama de la que sería mi habitación durante unos días, me sentí un poco mejor, o al menos lo suficientemente animado para llamar a Kate y hacerle saber que me quedaba allí unos días.

- Hola Kate… soy yo – como si no lo supiera… estaba segura de que tenía mi nombre en la pantalla.

- Hola, ¿pasa algo? ¿Estás bien? – pregunto preocupada.

- Si, tranquila, solo que hubo un cambio de planes y quería avisarte.

- Gracias por el aviso pues… dime.

- De momento estoy ingresado porque van a quitarte el sitio para cuidarme… quieren probar para atenuar los efectos de la quimio.

- A mí no me molesta cuidarte Castle… pero si el doctor lo vio necesario… - no parecía muy segura que allí pudieran tratarme mejor de lo que lo hacia ella.

- Además, creo que voy a pedirle unas vacaciones a Gates – ahí si esperaba su explosión…

- ¿Vacaciones? Estás loco, esta vez el tratamiento te dio en la cabeza… has perdido el poco seso que tenias compañero.

- Sí, voy a pedírselas ahora a Gates - dije con la mejor sonrisa posible.

- Castle ¿podemos hablar un momento?

- Claro, dime… ¿Qué pasa?

- ¿Que, que me pasa? ¿Estás loco? Como que te vas de vacaciones - dijo levantando la voz.

- Kate preferiría que nadie se enterara - dije bajando la voz.

- Vale lo siento - dijo más tranquila - no puedes irte y dejar el tratamiento.

- Necesito parar un poco – le dije con voz seria.

- Castle, ¿Rick…ha pasado algo? ¿Qué no me has contado?

- Nada, solo que estoy hasta las narices de que todo el mundo me pregunte como estoy – grité - lo siento, perdona.

- Está bien, te comprendo

- Perdona… ¿podemos hablarlo en persona?

- Castle, ahora tengo un poco de trabajo…

- Por favor – le dije suplicante, no podía mentirle, a ella no.

- Vale dame una hora, luego me paso. Castle no tengo ganas de bromear. Será mejor que acabemos cuanto antes, ¿no puedes darme una pista?

- No, ven y lo sabrás – y le colgué el teléfono… iba a contarle el plan que se estaba fraguando en mi mente. Ella podía saberlo…

Cuando llego después de saludarnos, se sentó a mi lado y le conté algunas de mis ideas.

- Bueno… parece que no está funcionando la cosa como debería, así que...

- ¿Te tienen que ingresar?

- Si.

- Bien, me puedo pedir algún día para…

- No, no tienes que…

- No tengo, pero quiero – dijo cogiendo mi mano, lo que hizo que temblara y no debido precisamente a la quimio - Si quieres puedo pedirme los días que necesites total tengo muchas vacaciones así que…
- No - me miró fijamente y sabía que iba a ser imposible hacerla cambiar de idea – bueno, quiero decir, que con que vengas a visitarme un rato me conformo, de verdad.

- Rick…

- De verdad, no quiero que afecte esto a nadie, eso me hace sentir peor.

-Vale, vale… pero pasare todos los días por aquí para verte y saber como sigues.

- Perfecto. Y si me puedes traer algo de buena comida te lo agradecería - dije intentando sacarle una sonrisa y pude ver un pequeño atisbo de ella y con eso me conforme de momento.

- Eso está hecho, pero espero que le des buen uso, me conformo con que este dentro más de quince segundos – me respondió devolviéndome la broma.

CONTINUARA…
Gracias tammyalways y ladydkl
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