Always holding your hand | part 3

Bueno la idea surgió la semana pasada que estuve de viaje y nada.. pues eh aquí nuevo fic

Chapter 1:

Richard no venía solo. Beckett pudo oírla aún desde su mesa.
Había desarrollado un sexto sentido desde que Johanna y Alexander aparecieron hace un año.
Pero… ¿Cómo se le ocurría traerla al trabajo?
Costó lo suyo presentarlos al capitán Gates hace más de medio año, como para que ahora llegase él y tirase todo por la borda
-Espo –empezó, llamando a su compañero mientras se dirigía camino al ascensor
-¿qué ocurre?-dijo dándole alcance
-Castle… viene con Johanna…
-Noo… tío, tío… -empezó el detective
-Necesito que distraigas a Gates, mientras saco a la niña de la comisaría –le comentó en un susurro a su amigo, incitándole así a que el también bajase la voz.
El ascensor se abrió en ese momento y la cara sonriente y cubierta de babas de su hija; debido al comienzo de los molares que empezaban a despuntar en la boca de la pequeña, la recibió.
La niña le miro fijamente mientras se decidía si permanecer con papa o quedarse con mama. Decidió la segunda opción y se revolvió en los brazos de Richard, mientras estiraba sus pequeños bracitos y abría las manos llamando la atención de Kate.
Kate, la que siempre había tenido debilidad con los niños, la cogió en brazos y tras darle un beso en la mejilla, se la acomodó en uno de los brazos, mientras agarraba con el otro a Castle y entraban en la oficina de un compañero que estaba de fin de semana en Manhattan
Tras cerrar la puerta y bajar las cortinillas de las ventanas, miro a Richard dejándole ver que estaba enfadada
Cogió a Johanna sentándosela sobre las rodillas mientras la abrazaba
-Castle…
-Kate sé que acordamos no traer a los niños aquí, pero ¿qué querías que hiciese? Alexis está en la universidad, mi madre en Paris, yo tenía que venir a ayudarte y la vecina bastante hace ayudándonos con Alexander…
-¿Qué tenias que venir a ayudarme? Si Gates descubre que Johanna es TU hija… NUESTRA hija, me echará Castle y tú lo sabes –respondió con ese tono de voz tan pausado pero firme a la vez, que confundiría a alguien que no la conoce a la hora de decir si estaba o no enfadada
-Beckett lo he hecho por ayudarte maldita sea. ¿Dejo entonces a Johanna en la calle?
Estas últimas semanas vuelves tan cansada a casa cada noche que aunque seas capaz de sacar aún y todo tiempo para los niños, para nosotros.. No lo sacas para ti. ¿Te crees que no me he dado cuenta? ¿Qué quieres? ¿Qué ocurra una desgracia para que reflexiones?

Kate callo y trago saliva silenciosamente mientras desviaba la mirada hacia un punto indefinido de una de las estanterías de su compañero de brigada.
Johanna que se había entretenido hasta ese momento acariciando la palma de la mano izquierda de su madre, levantó en ese instante la mirada y la observo con ese color azul de ojos, esos ojos idénticos a los de su padre…
Se movió dando a entender que quería incorporarse. Ayudada por Kate, se puso de pie sobre sus rodillas, y levantó una de sus manitas mientras empezaba a acariciar así pues la cara a su madre.
Kate la abrazo con fuerza, pero sin hacerle daño, mientras se quedaban frente a frente y la niña le paso los brazos por el cuello dándole un beso en los labios.
-¿tengo que ponerme celoso? .pregunto Castle con ese tono de voz que tantas veces años atrás había oído Beckett
-Ya es bastante con tener a 2 de las 4 mujeres de mi vida lejos, como para que las 2 que me quedan me ignoren –continúo.
Y aprovechó que Johanna se giraba en ese momento al escuchar a su padre, para hacer de paso un pucherito, que hizo estallar una sonrisa infantil.
La pequeña se lanzó de inmediato a sus brazos, mientras Richard la sujetaba y le daba un beso. Esta se giro y al final acabó dándole un beso en la nariz a su padre.
-Menos mal que tengo a mi hija porque si no… -dijo el escritor cogiendo en brazos a la niña, mientras era a la madre a la que miraba

Kate lo miró frunciendo el ceño, mientras la carita de su hija mirándola le hizo dejar entrever el esbozo de una sonrisa.
Se levantó mientras Richard sentaba a su hija en la silla. Después él también se puso en pie.
-sigo enfadada –dijo la inspectora de espaldas a él
Castle la abrazó por detrás, pasándole los brazos por debajo de la cintura y arrimándola contra él mientras la giraba quedándose frente a frente, sin dejar de sujetarla
-¿Me perdonas? –dijo mirándola con esa mirada que hacia derretirse a la inspectora
-mmm…
Empezó a desviar la mirada, pero Richard la tomó del mentón haciendo conectar las miradas de ambos, entonces ésta le empezó a pasar los brazos por el cuello, dejando el raciocinio de lado mientras unía su boca con la del que ahora era también el padre de sus hijos.

Johanna se llevó las manos a la boca mientras miraba a mama y papa.
Pero un sonido interrumpió el momento y una puerta se abrió, haciendo separarse así a la pareja… pero la persona ya había entrado…
Entonces los dos la miraron al mismo tiempo.

¿Xq Gates no puede saber que tienen dos hijos juntos? ¿Están casados o viven juntos?

sigueeeeee esto promete

Muy bonito, sigueeee.

Dioooosss siguee

Será inoportun@, pero bueno tampoco es que nos fuesemos a enterar de más, lo has dejado en el mejor momento. Buen capítulo, espero el siguiente lo antes posible, el no saber qué sigue es........... Pero cómo tienen dos hijos y la capitana no lo sabe????? Acaso la inspectora pasa los embarazos sin tripa????
Lo dicho sigue pronto que se me acumulan las dudas. BESOTESSSSSSSSS

Me gusta, sigue

Me encantaaa!!!! siguee!!!

nita85 escribió:¿Xq Gates no puede saber que tienen dos hijos juntos? ¿Están casados o viven juntos?

jaja, jo que impaciente. es que esas preguntas son parte de la trama del fic
bueno ahora subo el segundo capitulo y me dais opiniones;)

Es verdad, soy impaciente

Chapter 2:

Kate que había cerrado instantáneamente los ojos, trago saliva y los abría rápidamente dispuesta a intentar justificar la situación.
Sin embargo no fue necesario… ahí estaba Esposito que miro aún un minuto más al interior de la sala, antes de asomar la cabeza por el marco de la puerta
-Señor, ya va. Kate está terminando en el despacho de Morrison de pasar el papeleo sobre el caso.
Kate se llevó un dedo a los labios mientras le indicaba a su hija que no podían hacer ruido.
La niña así pues se llevó otro a los labios imitando a su madre mientras miraba a Espo:
-tito... shh!!
Espo la cogió en brazos. Siempre había dejado muy claro que odiaba a los niños, porque daban mucho trabajo y que él no quería tener hijos, pero con los mellizos era diferente.
Adoraba a los hijos de Beckett.

Beckett le sonrió y no le hizo falta más que una mirada para darle a entender al detective que agradecía haberle vuelto a echar un cable, mientras se dirigía al despacho de Gates. Sabía que si tardaba mucho más, ésta última iría a su encuentro
-Capitán… -saludo al entrar
-Kate, ¿Cómo están los niños?
-¿Perdón? –se asombró escuchándose preguntar la inspectora a su capitán
-No, no me mire así... yo también he sido madre y desde que volvió de la baja maternal no le he preguntado mucho por ellos –siguió explicando Gates
-La verdad es que están bien... –comenzó Kate sin saber muy bien que decir- me apaño en el cuidado con mi padre –terminó. Empezaba conforme pasaba el tiempo a mentirle con más soltura en ese tema
-Vera, la he llamado porque este caso presenta el mismo nivel de complejidad o incluso mayor que el del triple asesino. Nos enfrentamos a un hombre que anda todavía libre y que mata a niños.
Sí, sé que tiene hijos… pero verá que me vea en la obligación de tener esta charla contigo. La brigada de los Hampton ha preparado una emboscada, infiltrando a policías vestidos de paisanos para no levantar sospechas y alertar al asesino.
Me han llamado esta mañana y lo cierto es que nos vendría bien alguien más de la comisaria que pudiera dirigir al equipo de aquí. …
-Claro, cuenten conmigo. –contestó de inmediato la inspectora
-En serio, tiene dos niños pequeños y por lo que me ha contado usted, el padre se quedó en Europa una vez que usted se reincorporó al cuerpo…
-De verdad, yo me encargo de mis hijos. Pero cuente conmigo –respondió ante la atenta mirada de Gates.
-Ese hombre –continuo- está matando a niños de entre 3 y 12 años. Llegará el día en el que Alexander y Johanna tengan esa edad y me gustaría que si sucediese lo que está sucediendo ahora, el mayor número de personas estuviese ayudando a atrapar a ese cabrón.

Gates asintió, enorgulleciéndose interiormente de la gente que tenía a su cargo. Aunque reconcomida por las dudas que le ocasionaba esa situación, ¿cómo una mujer como Kate tenía una relación con una persona que estaba a km de distancia y que la había dejado volver sola desde Londres tras el parto y con los niños?
No... Algo no encajaba en esa historia, meses atrás había comenzado a indagar. No es que fuese una chismosa, la vida privada de sus subordinados no era de su competencia… pero decidió que primero cerraría la que tenían entre manos antes de ponerse a indagar en la historia personal de su inspectora.

Nada más salir, Kate se dirigió a la sala en busca de Esposito y Richard, pero ya no se encontraban donde los había dejado.
Entonces lo vio…
-Ryan!
-Beckett… ¿Qué pasa?
-¿Has visto a Castle?
-Claro, han llamado de la avenida 25. Parece un tiroteo… a quemarropa. Iba a avisarte, pero me dijeron que estabas con Gates.
-¿Cuándo llamaron?- preguntó empezando a alterarse
-Hará unos 15 minutos
-Ryan… -empezó obligándose a preguntarlo- ¿iba Johanna con ellos?
-¿Johanna?-preguntó perplejo el detective
¿Qué hace Johanna en comisaria?
Beckett, no contestó. Se dirigió a su silla, mientras cogía la cazadora de cuero marrón y salía apresuradamente de la comisaria.

El tráfico a las 12 del mediodía no era poco precisamente y Kate se desesperaba con cada minuto pasado en esa enorme fila de coches que la precedían y sucedían y de la cuál no podía salir, por lo que solo le quedaba el esperar…
Entonces pensó en llamar a su amiga.

-Lanie, ¿estas en el escenario del crimen?
-Hija, eso intento, pero digamos que he tenido una cita forzosa… -contestó la forense mirando al frente a través del parabrisas
¿Qué sucede cariño?
-Richard Castle sucede –dijo su alterada amiga desde el otro lado de la línea
-cuéntame anda, esto parece que va para largo…
-Ha traído a Johanna a la comisaria. ¡A la comisaria!
-Bueno... Así la niña puede desarrollar su vocación hacía este mundo… piensa que Alexis hubo un tiempo en el que también estuvo con nosotros y no acabo muy trastocada- continuo Lanie
El silencio que sucedió a esta última frase le hizo ver que a su amiga la situación no le hacía ninguna gracia
-Venga, no te preocupes. Cuando lleguemos, mandas a los dos a casa o si lo prefieres llamó a Gates y le explicó que te has empezado a encontrar mal y así tu misma puedes llevarte a los niños a casa...
Ya sabes, a veces se me olvida que no convives con mellizos, sino con trillizos… –dijo soltando un suspiro
Suspiro que hizo soltar una sonrisa automática a su amiga.
-Esta bien… y gracias por aguantarme Lanie. Es solo que no quiero a los niños en este ambiente y además esta Gates…
-No seas tonta, te comprendo perfectamente. Suerte que con Esposito yo nunca tendré ese problema… –dijo con un tono de voz melancólico
-Lanie, sabes que mis hijos son tus hijos y que no hace falta que me pidas permiso para quedarte con ellos- contesto Kate antes de despedirse y colgar el teléfono

Me encanta, continua.

Me gusta mucho
Siguelo cuando puedas

sigueeeeeeeee

esta genia sigue

Y YA NO HAY MÁS,.... QUE POQUITO¡¡¡¡¡¡¡ cada vez se me hace más corto, o es que la historia mejora y me engancha más, no se pero tendrás que continuar pronto, sino va a ser un sin vivir. BESOTESSSSSSSSSSS

Capítulo 3

Más de tres cuartos de hora tuvo que esperar Kate antes de poder salir de esa marea de coches que cada vez era más extensa.
Cuando llegó muchos de los coches de policía ya estaban retirándose y el cuerpo de la victima ya no se encontraba a la vista, por lo que supuso que Lanie habría corrido mejor suerte que ella, ya que el caso, por la localización del cadáver era para su departamento.
Sin embargo vio a Espo a unos metros de vuelta al coche, así que aparcó y bajo del coche acelerando el paso hasta darle alcance.

-Javier Esposito –dijo agarrándole del brazo al llegar a su altura
Dime que no habéis traído a Johanna aquí
La cara sonriente de su hija se pegó al cristal de la ventanilla trasera y le saludó con la manita
A Kate empezó a transformársele el semblante
-Richard Castle –empezó a alzar la voz, haciendo girar la cabeza a los policías y transeúntes que andaban todavía por la zona
-Beckett…Me siento observado –le contesto Espo al oído para ver si de ese modo Kate regulaba el tono de voz
-¿Observado? Esposito, mi hija tiene un año. Un año. ¿Cómo se os ocurre traer a la niña aquí?
Castle bajo del coche y se enfrento a su novia.
-Escúchame –dijo poniendo una mano sobre el hombro de la inspectora
-¿Escucharte?, ¿Por qué debería de escucharte? ¿Acaso me escuchas tú a mí? –Dijo intentando regular los nervios-
-Me he asegurado de que la niña no viese a la victima… -empezó el escritor
-Malo sería que encima MI hija hubiese tenido que presenciar a un hombre al que le han pegado un tiro –dijo sin poder controlar el tono de voz.
-Te recuerdo que también es la mía... Aunque parezca que se te ha olvidado –dijo levantando la mirada del suelo mientras la enfocaba en el rostro de la inspectora
-No, por desgracia no lo he olvidado. Lo que no sé es como puedo tenerlos contigo. No eres más que un niño Castle, no te das cuenta de que lo que prima ahora no es sólo tu seguridad, que somos una familia y lo que prima son ellos.

Se escuchó un llanto que saco de la discusión a Kate y se dirigió a la puerta, mientras cogía en brazos a Johanna que no dejaba de sollozar.
-Cariño, ya está, ya está... dijo arrimándosela al pecho mientras le besaba la cabeza una y otra vez.
Perdóname vale, perdóname- dijo abrazándola de esa forma tan maternal, que las madres tienen como queriendo con ese abrazo protegerla de todos los males que la vida podría traerle.

Richard seguía donde se había quedado tras la última frase tenida con Kate.
Pero Johanna seguía llorando y Kate no conseguía calmarla, Richard no dijo nada, pero tenía los ojos vidriosos aunque se esforzaba por sonreír cuando tomó a su hija en brazos.
-Hoy mi pequeña está triste, ¿eh? –dijo lanzándola al aire, mientras la sujetaba sin dejarla caer en ningún momento.
Las lágrimas seguían cubriendo las mejillas de la niña
-¿Qué pasa hija? –le pregunto éste mirando a los enormes ojos de la niña que ahora estaban casi cerrados por el llanto, mientras se le entristecía más aún la cara al escritor

Se escuchó un ruido que hizo que Esposito pudiese evadirse de ese momento tan amargo.
-Detective Esposito
-¿Se puede saber donde se han metido usted y la inspectora Beckett? Ya deberían estar de vuelta
Javier giró la cabeza para contemplar unos metros más allá, la escena que acababa de sucederse
-Vera señor, la victima presentaba un tiro diferente a los que solemos encontrarnos en estos caso y la inspectora Beckett anda interrogando a una persona que podría resultarnos un testigo en este caso.
-Pues desen vida, Lanie lleva ya aquí más de 20 minutos.

Colgó el móvil, metiéndolo en el bolsillo del pantalón antes de volver sobre sus pasos para posicionarse junto a Castle y la niña
-Beckett, era Gates… nos quiere en comisaria
-Esposito, no puedo ir. Cúbreme por favor
Richard miró a Kate:
-no te preocupes, yo me quedó con Johanna y me la llevó a casa, así de paso recojo a Alexander y les doy de comer antes de acostarlos
Beckett meneo la cabeza
-Déjalo, ya lo hago yo. Espo, ¿podréis cubrirme hoy? Prometo pasarme a última hora de la tarde
-No te preocupes Kate, entre Ryan y yo nos encargamos de esto –dijo desviando la mirada hacía el punto donde habían encontrado a la víctima. Tú estate con tu familia
Le paso el brazo por el hombro intentando reconfortarla y calmarla al mismo tiempo y tras esto se fue

Richard se montó en el coche de Kate, mientras empezaba a arrancar y ésta se sentó detrás abrazando a la niña que aunque no con la misma intensidad, todavía seguía sollozando.
Y así trascurrió el camino, él callado sin ganas de decir nada y ella meditando sobre la dureza con la que tal vez había tratado a Richard, pero pensando para sí misma que había ocasiones en las que sino Richard parecía que olvidaba su papel en esta historia. Y era cierto que una de las cosas que le habían enamorado de ese hombre era esa manera de actuar siempre tan poco meditada... tan espontanea.
Pero no podía ceder, debía entender que ahora eran 4 y no 2, como antaño

Muy bueno, continúa.

sigueeeeeeee

Sigueeeeeeee

Sigueee