Decisiones
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Decisiones
Hola a todos. Pues después de un bloqueo pude escribir algo nuevo. Es capítulo único.
El título sé que no me quedó muy bien. creo que en eso tengo que buscar alguna forma de mejorarlos.
Leí un tweet que decía: Un "No sé" está justificado por la ignorancia, no por la inseguridad -créditos a quien lo dijo-, y de ahí surgió un poco la idea.
El final no me convenció mucho, así que espero que me digan sinceramente qué les pareció.
Bueno, no los aburro más y espero que les guste.
Últimamente había estado recordando los hechos que ocurrieron después del disparo. No lo podía evitar. Pero lo que más le inquietaba, precisamente, era la pregunta que su hija le había hecho: ¿es suficiente?.
==========
Era viernes en la noche. Acababan de resolver un caso –más- y la satisfacción por haberlo hecho, como siempre, era grande. Había sido un caso muy complejo, ya que las pistas los habían llevado muchas veces a callejones sin salida. Pero al final, un error del culpable, que estaba involucrado en la investigación, terminó por darles un indicio que sirvió para que descubrieran la verdad. Incluso, la Capitana Gates, les había felicitado, lo que no era muy común.
Por ello, es que Castle invitó a su equipo –hacía mucho tiempo los consideraba así- al Old Haunt, para celebrar esa pequeña victoria. Como era de esperarse, Esposito, Lanie y Kevin, aceptaron de inmediato. Cuando se acercó con Kate, seguro de que aceptaría, la notó nerviosa y se disculpó, explicándole que tenía cosas que hacer y que no podía cancelar.
- Kate, ¿estás bien?. Te noto preocupada. ¿hay algo que pueda hacer por ti? –añadió.
- No Castle, todo está bien. Es sólo que como te dije, tengo cosas que hacer y la verdad es que no las puedo posponer. De todas maneras, muchas gracias por la invitación y espero que pasen una buena noche.
Lo que más le extrañó a Castle, es que cuando ella iba saliendo de la estación y se dirigía al elevador, tomó su teléfono y empezó una llamada, en la que confirmaba que iba en camino y no tardaría.
Cuando llegó al Old Haunt, se encontró con que sus amigos ya estaban ahí. De inmediato, Lanie le preguntó por Kate, a lo que él sólo le dijo que se había disculpado pero que no podía acompañarlos en esa ocasión.
Como era de esperarse, apostando a todos que lograría que Kate llegara en menos de media hora, de inmediato se levantó y, con celular en mano, llamó a Kate. Su cara, de inmediato, se puso tensa y se alejó de ellos. Todos notaron la cara de Castle, que pasaba de desilusión a una preocupación genuina. Los pocos minutos que la llamada duró, le parecieron eternos. Al regresar, sólo alcanzó a decir que había perdido la apuesta y que, por tanto, ella pagaba la siguiente ronda. Dirigió primero una mirada extraña a Rick y después, indicándole que le explicaría luego, a Javier.
La noche en el bar fue larga, especialmente porque ninguno tendría que ir al día siguiente a trabajar. Sin embargo, a pesar de las bromas y plática que no paró, Castle no disfrutó la velada. Algo estaba mal, lo presentía, aunque todavía no sabía qué. Incluso, en algún momento, se acercó a Lanie y ella sólo le dijo que no había podido enlazar la llamada y que había intentado varias veces, hasta que desistió. Castle pudo notar que sus labios temblaban. Le estaba mintiendo.
Al llegar a su casa, alrededor de las cinco de la mañana, se dirigió a su estudio y encendió su computadora. No tenía sueño. Se sentía intranquilo. ¿Qué era lo que pasaba?. Decidió que lo mejor era investigar directamente con Kate. Se dirigió a su habitación y procuró descansar un rato. En unas horas más, aparecería en el departamento de Kate para invitarla a desayunar y así aclarar este punto que lo tenía preocupado. Cerró los ojos y se quedó dormido, aunque por alguna razón, no descansó para nada.
Eran cerca de las diez de la mañana y se encontraba afuera del departamento de Kate, con dos cafés y una bolsa con croissants en las manos y tocó el timbre. Cuando se abrió la puerta y se encontró con Kate. El sonrió y dijo:
- Buenos días, detective. Como no nos acompañaste ayer, te traje el desayuno. Le dedicó una de sus mejores sonrisas, pero de inmediato supo que algo pasaba. Kate no sonreía, de hecho, su mirada indicaba sorpresa y quizá, no supo distinguir, un poco de miedo. ¿Todo bien Kate? –insistió-. No quise ser inoportuno pero tenía ganas de platicar contigo. Sé que debí haber llamado antes pero, si lo hacía, me podías haber dicho que no, así que no me arriesgué.
Kate seguía en silencio. Entrecerró la puerta y cuando quiso decir algo, se oyó una voz masculina dentro del departamento, que preguntó:
- ¿Llegó el desayuno, Kate?. Sí que son rápidos, hace menos de diez minutos llamé para ordenarlo. ¿Kate?
Rick la miró, Notó que llevaba un pants y una playera de las que usaba para dormir. No estaba peinada y se notaba que sólo se había lavado cara y que aún no se bañaba. Algo en su interior le decía que acababa de cometer el peor error de su vida. Una avalancha de emociones lo inundó y se sintió mareado. De manera automática extendió la mano y entregó a Kate lo que llevaba y ella, al recibirlo, mostraba mucha sorpresa. No pudo controlarse y empujó un poco la puerta, y entonces vio que quien se encontraba en el interior del departamento, era Sorenson. Él le miró también, sorprendido por verlo. No esperaba encontrarlo ahí.
- Rick, yo –empezó a decir Becket- puedo explicarlo.
- No hace falta, detective. Creo que las cosas se explican por si solas. Una sonrisa triste apareció en su rostro. Dio la media vuelta y se dirigió a la salida. Alcanzó a escuchar como ella le llamaba pero siguió su camino. Sólo susurró un adiós, Kate, que ella no alcanzó a escuchar.
Empezó a caminar, no sabía qué hacer ni a dónde dirigirse. Su celular empezó a sonar y vio que quien lo llamaba era Kate. Rechazó la llamada y apagó el teléfono. Ahora no necesitaba hablar con nadie, sólo pensar. Se dirigió a Central Park y pasó todo el día sentado en una banca, viendo como la gente paseaba, las parejas se reían juntas y, sobre todo, intentando asimilar lo que acababa de pasar.
¿Realmente era alguien importante en la vida de Kate? Se cuestionó. Por más de tres años, desde aquella increíble noche en que la conoció, había estado ahí, por ella. Supo desde esa noche, que era una mujer admirable: inteligente, autosuficiente, real. Todo lo que él siempre había deseado en una mujer. Al principio, quiso conocerla para que le ayudara en la nueva novela que había pensado escribir pero, con el paso del tiempo, se sorprendió al descubrir que su admiración inicial se iba transformando en amor. Ella tampoco parecía inmune a esa atracción. Al menos era algo, pensó. Estaba seguro que en algún momento, ambos decidirían vivir algo juntos, conocerse y permitir que los sentimientos crecieran.
Sabía también que como él, ella tenía un pasado: había conocido a algunas de las personas con la que sostuvo algún tipo de relación. Estaba Sorenson –claro-, Demming y Josh. De la misma manera, el había tenido un par de relaciones en ese tiempo, como el regreso con Gina y la aventura que había tenido con aquella actriz que quería una recomendación para representar a Nikky en la película que se iba a filmar basada en su libro. Pero estaba seguro que sólo eran pasatiempos nada más, al menos, así lo creía en ese momento.
Recordó las veces que ella le había salvado en el desarrollo de los casos. Y las veces que él lo había hecho. Con tristeza sonrió. Había arriesgado incluso su vida, para que ella ahora estuviera con alguien más. Se humedecieron sus ojos.
Un hueco en su corazón creció, cuando recordó el funeral de Montgomery. En ese momento, sintió que había recibido un disparo también, pues si ella moría, el lo haría también. Las horas que siguieron fueron caóticas. Pero más lo fue cuando, después de tres meses de no saber de ella, regresó a su vida. Le habló de una muralla que no le permitía ser feliz, como él le había dicho en alguna ocasión, y que una vez que la derrumbara lo lograría. En ese momento se sintió feliz, pues entendía que le decía cuán importante era en su vida, compartiendo sus sentimientos, dándole una esperanza. Había decidido esperarla. En ese entonces, era suficiente.
Después, el peso de saber que estaba en sus manos la seguridad de Kate, pues le habían prometido que así sería siempre y cuando abandonara la investigación del caso de su madre, fue muy grande. Pero con gusto, lo aceptó. ¿Quién mejor que él, para protegerla?. No se trataba sólo de alejarla de esa investigación que tantas vidas había costado, sino de la oportunidad de entrar de manera definitiva a su vida.
Así que, decidido, esperó y estuvo ahí, como siempre. Primero, para que Kate recuperara la confianza al realizar su trabajo. Le costó, pues él fue testigo cuánto le había afectado la primera vez que, después de reincorporarse a la estación, le apuntaron con un arma. Como siempre, la apoyó. También estuvo ahí cuando el francotirador empezó a asesinar personas en la ciudad. Directamente, no le podía ayudar, pero si investigando quién podía ser el sospechoso e incluso, haciendo que Javier hablara con ella, pues era el único que había pasado por algo parecido. Disfrutó de su compañía en la boda de Kevin y, pues, admitió, que siempre había estado con ella.
Entonces, ¿en qué momento, ella lo había ignorado y decidió que Sorenson, o cualquier otra persona, era quien debía estar a su lado?. La rabia e impotencia lo invadieron en ese momento. Gritó. No dijo nada pero gritó. La poca gente que había en el parque, lo miró sorprendida, pero como siempre, estando en Nueva York, no le dieron importancia y siguieron su camino.
Cuando se dio cuenta, ya había anochecido. El cansancio invadió su cuerpo de golpe. El frío se empezaba a sentir. No quería regresar a su casa, aunque sabía que su familia debía estar preocupada. Se dirigió a un teléfono público, marcó a su casa y cuando le contestó su hija, sólo le dijo que estaba bien, pero que no quería ver a nadie. Papá, debemos hablar –le dijo- y, por primera vez en su vida, sabiendo que después se arrepentiría, le colgó.
Se dirigió a un hotel, donde pagó en efectivo para que no pudieran rastrear su tarjeta de crédito, se registró como John Doe y se encerró en un cuarto frío, sólo. Se recostó en la cama y el cansancio de todo el día, sólo pensando, le venció.
Al despertar el día siguiente, se dirigió al baño y se vio en el espejo. Unas ojeras muy marcadas resaltaban de inmediato. La barba le había crecido –a pesar de haber pasado un solo día-. Pero lo que más le sorprendió, fue mirar sus ojos inexpresivos. No reconoció a quien le devolvía la mirada. Pasó todo el día en la habitación y no comió nada. No tenía ganas de salir, mucho menos de pensar. Se pasó todo el domingo, encerrado. Sólo.
El lunes, aunque no tenía ganas de nada, decidió enfrentarse a su realidad.
Al llegar a su casa, se encontró a su hija y madre en la sala. La cara de preocupación de ellas le volvió a la realidad.
- Hijo, ¿dónde estabas? Te hemos estado buscando por toda la ciudad.
Alexis se acercó y lo abrazó. Después le dirigió una mirada fría y enojada.
- Nunca me habías colgado. –le reclamó- Y si me da gusto ver que estás bien, después de que acabe contigo, no lo vas a estar.
- ¿Me puedes decir qué demonios pensabas al desaparecer?. – Al escuchar esa voz, se volteó lentamente y nuevamente el dolor que había sentido apareció reflejado en su rostro.
- Contéstame, por favor, Rick. ¿porqué apagaste el teléfono? No te imaginas cómo nos preocupamos. Pedí en la estación, con riesgo de que Gates se enterara y me quitara la placa, que rastrearan tu teléfono y tarjetas de crédito, pero no apareció nada. – Veía como en sus ojos, había una gran preocupación. Incluso, parecía que había llorado-
- Creo que no tenemos nada que decir. Tú has hecho tu vida. Déjame que yo decida cómo vivir la mía. –se volteó, pues no soportaba verla a los ojos-. ¿sabes? Creo que este es el momento justo para que nos separemos. Al fin, tu deseo se cumplirá. No volveré a molestarte –decir estas palabras, le costó más de lo que había pensado-. Su voz se quebró y sólo alcanzó a decir: Adiós, detective. Ahora, ¿puedo estar solo en mi casa?.
No se dio cuenta que ella se acercaba a él. No pudo ver cómo sus palabras le afectaban. Aún así, ella no dejó de caminar hasta donde se encontraba. La angustia que había vivido los últimos dos días, le daban la fuerza para ello.
- Si quieres salir de mi vida, lo respetaré. Sólo te pido, que antes de que digas tu última palabra, que me escuches. Él se dirigió al bar y se sirvió un trago. Tienes cinco minutos, después decidiré –le contestó-.
- Rick, he seguido viendo al psicólogo, al mismo que me dio el alta para regresar a la estación. –esa confesión le sorprendió-.
- He hablado con él de mi madre, de los momentos en que no he sentido más que odio en mi vida. La impotencia de no saber qué fue lo que realmente pasó. Tanto él como yo, hemos hablado de ti.
- Hace unos meses, me preguntó algo que me negaba a aceptar. ¿Me da miedo que me esperes?. Si Rick, me siento aterrada por ello. ¿Sabes? una vez perdí a una persona a la que amaba y me destrozó. Fuiste tú, con tus libros, quien me ayudó de cierta manera a sobreponerme. Después realmente apareciste en mi vida y sin saber, cambiaste mi vida. Fui tan ciega que todos, menos yo, lo veían.
Él la miraba en silencio. Sus palabras habían acaparado su atención. Se acercó al sillón, se sentó y con un gesto le indicó que ella también debería sentarse. Cuando lo hizo junto a él, se dio cuenta que ni su mamá ni su hija, se encontraban ya en la sala.
- Cuando peleamos en mi departamento, estaba esperando que me dijeras lo que sentías por mí, pero no lo hiciste. Eso me facilitó sacarte de mi vida, porque imaginé que sólo éramos amigos y de esa manera, no tendría que enfrentarme a vivir como tu pareja.
- Después, tú lo sabes, el mundo se desquició. La muerte de Roy me destrozó. Yo confiaba en él y eso me convenció que debía alejarte de mí. No podía permitir que alguien más me hiciera daño.
Volteó a verla y se dio cuenta que sus ojos miraban el suelo. Levantó la vista y vio el dolor reflejado en ellos. Sus ojos verdes estaban llenos de lágrimas.
- Al empezar a hablar en el funeral, me di cuenta que no quería alejarte. Necesitaba de ti, de tu compañía, pues sola no podría seguir. Fue por eso que te miré en medio de esas palabras. Cuando lo hice, no había nadie más ahí. Solos tú y yo, al fin. Y te vi correr hacia mí. No entendía lo que pasaba cuando sentí algo que quemaba mi pecho.
El silencio que hizo, al seguir explicando lo que sentía, le permitió ver como caían unas lágrimas de los ojos de Castle.
- Escuché cómo me decías que me quedara contigo, que me amabas. Si, Rick, lo recuerdo todo. No sé si fue correcto escondértelo, pero lo hice. Esa fue una de las razones por las que seguí viendo al psicólogo. No entendía cómo podía mentirte, cuando lo que habías hecho era abrir tu corazón.
- Kate –le interrumpió-. Yo también te mentí. No te dije que alguien me aseguró que mientras no investigaras el asesinato de tu madre, no te pasaría nada. Por eso es que no quise que siguieras investigando y cuando quisiste hacerlo, te convencí de que no era el momento.
Ella sonrío. En las últimas horas, había hablado con Martha y Alexis. Mucho. Lo que le estaba diciendo a Castle ya se los había comentado a ellas y, de la misma manera, ella le explicó lo de las llamadas recibidas y reuniones en lugares clandestinos.
- Rick, tu madre me contó todo. Me dijo más cosas de ti que las que tú te imaginas. Pero déjame terminar, después decidirás qué hacer. Esto no es fácil para mí tampoco.
- Antier viste a Will en mi casa. Me había llamado porque quería saber cómo estaba. Cenamos en mi departamento y terminamos muy tarde, por lo que se quedó a dormir en el sillón de la sala. No te voy a mentir, quiso convencerme de que me fuera a vivir con él a Texas, que es donde ahora vive. Nada pasó entre nosotros. Sólo hablamos hasta tarde y entendió que no lo amo.
Se hizo el silencio en la sala. Castle estaba en shock. Acababa de oír aquellas palabras que tantas veces oyó en sus sueños.
- Cuando te fuiste ayer de mi casa, no estaba preparada para un encuentro así.
- Kate. ¿qué sientes por mi? Le interrumpió.
- Rick, no lo sé.
- Un "No sé" está justificado por la ignorancia, no por la inseguridad, Kate.
La respuesta de Castle la dejó fría. Por primera vez vio en sus ojos, que estaba al límite, que quizá no la esperaría. Dejó de respirar por un momento y esperó a que él siguiera.
- Lo que yo te dije en el panteón, es cierto. Cada palabra significa exactamente eso. Estoy enamorado de ti. Entenderás que cuando no aceptaste mi invitación y, al día siguiente, te encuentro con Sorenson –se escuchó en su voz, al pronunciar su nombre, un tono de amargura- pensé que le habías escogido a él.
- Yo estoy dispuesto a vivir por ti. Seguirte siempre y estar a tu lado, es mi sueño. Pero no puedo hacerlo más, si no sé qué es lo que sientes por mí. Ya no es suficiente. Por eso, Kate, aunque sea doloroso, necesito saber qué es lo que somos. ¿amigos? ¿compañeros de trabajo?.
Kate volvió a verlo. Escuchaba las palabras que él le decía. Su silencio parecía una lápida para él.
- Rick, sabes qué siento. También estoy enamorada de ti. Estos dos días estuve pensando tantas cosas. Las peores. Imaginé cómo sería mi vida sin ti. Y no quiero perderte. Nunca. Desperdicié parte de mi vida en una búsqueda que casi me mata. De no ser por ti, quizá lo hubiera hecho. Tengo una armadura que con los años, se ha vuelto parte de mi, pero si me ayudas, la puedo destruir. Sólo necesito tiempo.
- Tus cinco minutos se acabaron detective… contestó Rick.
Ella no creía lo que acababa de escuchar. Había decidido. La alejaba de su vida. Contuvo la respiración porque así no soltaría sus lágrimas. Despacio, se levantó. Tenía que pasar junto a él para salir de la habitación y de su vida. Cuando lo hizo, él levantó su mano y la tomó firmemente. Se sorprendió ante el calor de su mano y lo vio…
- Detective, dime ahora: ¿qué vas a hacer el resto de tu vida?
Se abrazaron fuertemente. Sólo se escuchaban los sollozos de los dos y se besaron.
Arriba, en las escaleras, Martha y Alexis sonrieron también. Después le reclamarían los malos días que les acababa de hacer pasar. Al final, había logrado que su musa se enamorara de él.
Fin.
El título sé que no me quedó muy bien. creo que en eso tengo que buscar alguna forma de mejorarlos.
Leí un tweet que decía: Un "No sé" está justificado por la ignorancia, no por la inseguridad -créditos a quien lo dijo-, y de ahí surgió un poco la idea.
El final no me convenció mucho, así que espero que me digan sinceramente qué les pareció.
Bueno, no los aburro más y espero que les guste.
Últimamente había estado recordando los hechos que ocurrieron después del disparo. No lo podía evitar. Pero lo que más le inquietaba, precisamente, era la pregunta que su hija le había hecho: ¿es suficiente?.
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Era viernes en la noche. Acababan de resolver un caso –más- y la satisfacción por haberlo hecho, como siempre, era grande. Había sido un caso muy complejo, ya que las pistas los habían llevado muchas veces a callejones sin salida. Pero al final, un error del culpable, que estaba involucrado en la investigación, terminó por darles un indicio que sirvió para que descubrieran la verdad. Incluso, la Capitana Gates, les había felicitado, lo que no era muy común.
Por ello, es que Castle invitó a su equipo –hacía mucho tiempo los consideraba así- al Old Haunt, para celebrar esa pequeña victoria. Como era de esperarse, Esposito, Lanie y Kevin, aceptaron de inmediato. Cuando se acercó con Kate, seguro de que aceptaría, la notó nerviosa y se disculpó, explicándole que tenía cosas que hacer y que no podía cancelar.
- Kate, ¿estás bien?. Te noto preocupada. ¿hay algo que pueda hacer por ti? –añadió.
- No Castle, todo está bien. Es sólo que como te dije, tengo cosas que hacer y la verdad es que no las puedo posponer. De todas maneras, muchas gracias por la invitación y espero que pasen una buena noche.
Lo que más le extrañó a Castle, es que cuando ella iba saliendo de la estación y se dirigía al elevador, tomó su teléfono y empezó una llamada, en la que confirmaba que iba en camino y no tardaría.
Cuando llegó al Old Haunt, se encontró con que sus amigos ya estaban ahí. De inmediato, Lanie le preguntó por Kate, a lo que él sólo le dijo que se había disculpado pero que no podía acompañarlos en esa ocasión.
Como era de esperarse, apostando a todos que lograría que Kate llegara en menos de media hora, de inmediato se levantó y, con celular en mano, llamó a Kate. Su cara, de inmediato, se puso tensa y se alejó de ellos. Todos notaron la cara de Castle, que pasaba de desilusión a una preocupación genuina. Los pocos minutos que la llamada duró, le parecieron eternos. Al regresar, sólo alcanzó a decir que había perdido la apuesta y que, por tanto, ella pagaba la siguiente ronda. Dirigió primero una mirada extraña a Rick y después, indicándole que le explicaría luego, a Javier.
La noche en el bar fue larga, especialmente porque ninguno tendría que ir al día siguiente a trabajar. Sin embargo, a pesar de las bromas y plática que no paró, Castle no disfrutó la velada. Algo estaba mal, lo presentía, aunque todavía no sabía qué. Incluso, en algún momento, se acercó a Lanie y ella sólo le dijo que no había podido enlazar la llamada y que había intentado varias veces, hasta que desistió. Castle pudo notar que sus labios temblaban. Le estaba mintiendo.
Al llegar a su casa, alrededor de las cinco de la mañana, se dirigió a su estudio y encendió su computadora. No tenía sueño. Se sentía intranquilo. ¿Qué era lo que pasaba?. Decidió que lo mejor era investigar directamente con Kate. Se dirigió a su habitación y procuró descansar un rato. En unas horas más, aparecería en el departamento de Kate para invitarla a desayunar y así aclarar este punto que lo tenía preocupado. Cerró los ojos y se quedó dormido, aunque por alguna razón, no descansó para nada.
Eran cerca de las diez de la mañana y se encontraba afuera del departamento de Kate, con dos cafés y una bolsa con croissants en las manos y tocó el timbre. Cuando se abrió la puerta y se encontró con Kate. El sonrió y dijo:
- Buenos días, detective. Como no nos acompañaste ayer, te traje el desayuno. Le dedicó una de sus mejores sonrisas, pero de inmediato supo que algo pasaba. Kate no sonreía, de hecho, su mirada indicaba sorpresa y quizá, no supo distinguir, un poco de miedo. ¿Todo bien Kate? –insistió-. No quise ser inoportuno pero tenía ganas de platicar contigo. Sé que debí haber llamado antes pero, si lo hacía, me podías haber dicho que no, así que no me arriesgué.
Kate seguía en silencio. Entrecerró la puerta y cuando quiso decir algo, se oyó una voz masculina dentro del departamento, que preguntó:
- ¿Llegó el desayuno, Kate?. Sí que son rápidos, hace menos de diez minutos llamé para ordenarlo. ¿Kate?
Rick la miró, Notó que llevaba un pants y una playera de las que usaba para dormir. No estaba peinada y se notaba que sólo se había lavado cara y que aún no se bañaba. Algo en su interior le decía que acababa de cometer el peor error de su vida. Una avalancha de emociones lo inundó y se sintió mareado. De manera automática extendió la mano y entregó a Kate lo que llevaba y ella, al recibirlo, mostraba mucha sorpresa. No pudo controlarse y empujó un poco la puerta, y entonces vio que quien se encontraba en el interior del departamento, era Sorenson. Él le miró también, sorprendido por verlo. No esperaba encontrarlo ahí.
- Rick, yo –empezó a decir Becket- puedo explicarlo.
- No hace falta, detective. Creo que las cosas se explican por si solas. Una sonrisa triste apareció en su rostro. Dio la media vuelta y se dirigió a la salida. Alcanzó a escuchar como ella le llamaba pero siguió su camino. Sólo susurró un adiós, Kate, que ella no alcanzó a escuchar.
Empezó a caminar, no sabía qué hacer ni a dónde dirigirse. Su celular empezó a sonar y vio que quien lo llamaba era Kate. Rechazó la llamada y apagó el teléfono. Ahora no necesitaba hablar con nadie, sólo pensar. Se dirigió a Central Park y pasó todo el día sentado en una banca, viendo como la gente paseaba, las parejas se reían juntas y, sobre todo, intentando asimilar lo que acababa de pasar.
¿Realmente era alguien importante en la vida de Kate? Se cuestionó. Por más de tres años, desde aquella increíble noche en que la conoció, había estado ahí, por ella. Supo desde esa noche, que era una mujer admirable: inteligente, autosuficiente, real. Todo lo que él siempre había deseado en una mujer. Al principio, quiso conocerla para que le ayudara en la nueva novela que había pensado escribir pero, con el paso del tiempo, se sorprendió al descubrir que su admiración inicial se iba transformando en amor. Ella tampoco parecía inmune a esa atracción. Al menos era algo, pensó. Estaba seguro que en algún momento, ambos decidirían vivir algo juntos, conocerse y permitir que los sentimientos crecieran.
Sabía también que como él, ella tenía un pasado: había conocido a algunas de las personas con la que sostuvo algún tipo de relación. Estaba Sorenson –claro-, Demming y Josh. De la misma manera, el había tenido un par de relaciones en ese tiempo, como el regreso con Gina y la aventura que había tenido con aquella actriz que quería una recomendación para representar a Nikky en la película que se iba a filmar basada en su libro. Pero estaba seguro que sólo eran pasatiempos nada más, al menos, así lo creía en ese momento.
Recordó las veces que ella le había salvado en el desarrollo de los casos. Y las veces que él lo había hecho. Con tristeza sonrió. Había arriesgado incluso su vida, para que ella ahora estuviera con alguien más. Se humedecieron sus ojos.
Un hueco en su corazón creció, cuando recordó el funeral de Montgomery. En ese momento, sintió que había recibido un disparo también, pues si ella moría, el lo haría también. Las horas que siguieron fueron caóticas. Pero más lo fue cuando, después de tres meses de no saber de ella, regresó a su vida. Le habló de una muralla que no le permitía ser feliz, como él le había dicho en alguna ocasión, y que una vez que la derrumbara lo lograría. En ese momento se sintió feliz, pues entendía que le decía cuán importante era en su vida, compartiendo sus sentimientos, dándole una esperanza. Había decidido esperarla. En ese entonces, era suficiente.
Después, el peso de saber que estaba en sus manos la seguridad de Kate, pues le habían prometido que así sería siempre y cuando abandonara la investigación del caso de su madre, fue muy grande. Pero con gusto, lo aceptó. ¿Quién mejor que él, para protegerla?. No se trataba sólo de alejarla de esa investigación que tantas vidas había costado, sino de la oportunidad de entrar de manera definitiva a su vida.
Así que, decidido, esperó y estuvo ahí, como siempre. Primero, para que Kate recuperara la confianza al realizar su trabajo. Le costó, pues él fue testigo cuánto le había afectado la primera vez que, después de reincorporarse a la estación, le apuntaron con un arma. Como siempre, la apoyó. También estuvo ahí cuando el francotirador empezó a asesinar personas en la ciudad. Directamente, no le podía ayudar, pero si investigando quién podía ser el sospechoso e incluso, haciendo que Javier hablara con ella, pues era el único que había pasado por algo parecido. Disfrutó de su compañía en la boda de Kevin y, pues, admitió, que siempre había estado con ella.
Entonces, ¿en qué momento, ella lo había ignorado y decidió que Sorenson, o cualquier otra persona, era quien debía estar a su lado?. La rabia e impotencia lo invadieron en ese momento. Gritó. No dijo nada pero gritó. La poca gente que había en el parque, lo miró sorprendida, pero como siempre, estando en Nueva York, no le dieron importancia y siguieron su camino.
Cuando se dio cuenta, ya había anochecido. El cansancio invadió su cuerpo de golpe. El frío se empezaba a sentir. No quería regresar a su casa, aunque sabía que su familia debía estar preocupada. Se dirigió a un teléfono público, marcó a su casa y cuando le contestó su hija, sólo le dijo que estaba bien, pero que no quería ver a nadie. Papá, debemos hablar –le dijo- y, por primera vez en su vida, sabiendo que después se arrepentiría, le colgó.
Se dirigió a un hotel, donde pagó en efectivo para que no pudieran rastrear su tarjeta de crédito, se registró como John Doe y se encerró en un cuarto frío, sólo. Se recostó en la cama y el cansancio de todo el día, sólo pensando, le venció.
Al despertar el día siguiente, se dirigió al baño y se vio en el espejo. Unas ojeras muy marcadas resaltaban de inmediato. La barba le había crecido –a pesar de haber pasado un solo día-. Pero lo que más le sorprendió, fue mirar sus ojos inexpresivos. No reconoció a quien le devolvía la mirada. Pasó todo el día en la habitación y no comió nada. No tenía ganas de salir, mucho menos de pensar. Se pasó todo el domingo, encerrado. Sólo.
El lunes, aunque no tenía ganas de nada, decidió enfrentarse a su realidad.
Al llegar a su casa, se encontró a su hija y madre en la sala. La cara de preocupación de ellas le volvió a la realidad.
- Hijo, ¿dónde estabas? Te hemos estado buscando por toda la ciudad.
Alexis se acercó y lo abrazó. Después le dirigió una mirada fría y enojada.
- Nunca me habías colgado. –le reclamó- Y si me da gusto ver que estás bien, después de que acabe contigo, no lo vas a estar.
- ¿Me puedes decir qué demonios pensabas al desaparecer?. – Al escuchar esa voz, se volteó lentamente y nuevamente el dolor que había sentido apareció reflejado en su rostro.
- Contéstame, por favor, Rick. ¿porqué apagaste el teléfono? No te imaginas cómo nos preocupamos. Pedí en la estación, con riesgo de que Gates se enterara y me quitara la placa, que rastrearan tu teléfono y tarjetas de crédito, pero no apareció nada. – Veía como en sus ojos, había una gran preocupación. Incluso, parecía que había llorado-
- Creo que no tenemos nada que decir. Tú has hecho tu vida. Déjame que yo decida cómo vivir la mía. –se volteó, pues no soportaba verla a los ojos-. ¿sabes? Creo que este es el momento justo para que nos separemos. Al fin, tu deseo se cumplirá. No volveré a molestarte –decir estas palabras, le costó más de lo que había pensado-. Su voz se quebró y sólo alcanzó a decir: Adiós, detective. Ahora, ¿puedo estar solo en mi casa?.
No se dio cuenta que ella se acercaba a él. No pudo ver cómo sus palabras le afectaban. Aún así, ella no dejó de caminar hasta donde se encontraba. La angustia que había vivido los últimos dos días, le daban la fuerza para ello.
- Si quieres salir de mi vida, lo respetaré. Sólo te pido, que antes de que digas tu última palabra, que me escuches. Él se dirigió al bar y se sirvió un trago. Tienes cinco minutos, después decidiré –le contestó-.
- Rick, he seguido viendo al psicólogo, al mismo que me dio el alta para regresar a la estación. –esa confesión le sorprendió-.
- He hablado con él de mi madre, de los momentos en que no he sentido más que odio en mi vida. La impotencia de no saber qué fue lo que realmente pasó. Tanto él como yo, hemos hablado de ti.
- Hace unos meses, me preguntó algo que me negaba a aceptar. ¿Me da miedo que me esperes?. Si Rick, me siento aterrada por ello. ¿Sabes? una vez perdí a una persona a la que amaba y me destrozó. Fuiste tú, con tus libros, quien me ayudó de cierta manera a sobreponerme. Después realmente apareciste en mi vida y sin saber, cambiaste mi vida. Fui tan ciega que todos, menos yo, lo veían.
Él la miraba en silencio. Sus palabras habían acaparado su atención. Se acercó al sillón, se sentó y con un gesto le indicó que ella también debería sentarse. Cuando lo hizo junto a él, se dio cuenta que ni su mamá ni su hija, se encontraban ya en la sala.
- Cuando peleamos en mi departamento, estaba esperando que me dijeras lo que sentías por mí, pero no lo hiciste. Eso me facilitó sacarte de mi vida, porque imaginé que sólo éramos amigos y de esa manera, no tendría que enfrentarme a vivir como tu pareja.
- Después, tú lo sabes, el mundo se desquició. La muerte de Roy me destrozó. Yo confiaba en él y eso me convenció que debía alejarte de mí. No podía permitir que alguien más me hiciera daño.
Volteó a verla y se dio cuenta que sus ojos miraban el suelo. Levantó la vista y vio el dolor reflejado en ellos. Sus ojos verdes estaban llenos de lágrimas.
- Al empezar a hablar en el funeral, me di cuenta que no quería alejarte. Necesitaba de ti, de tu compañía, pues sola no podría seguir. Fue por eso que te miré en medio de esas palabras. Cuando lo hice, no había nadie más ahí. Solos tú y yo, al fin. Y te vi correr hacia mí. No entendía lo que pasaba cuando sentí algo que quemaba mi pecho.
El silencio que hizo, al seguir explicando lo que sentía, le permitió ver como caían unas lágrimas de los ojos de Castle.
- Escuché cómo me decías que me quedara contigo, que me amabas. Si, Rick, lo recuerdo todo. No sé si fue correcto escondértelo, pero lo hice. Esa fue una de las razones por las que seguí viendo al psicólogo. No entendía cómo podía mentirte, cuando lo que habías hecho era abrir tu corazón.
- Kate –le interrumpió-. Yo también te mentí. No te dije que alguien me aseguró que mientras no investigaras el asesinato de tu madre, no te pasaría nada. Por eso es que no quise que siguieras investigando y cuando quisiste hacerlo, te convencí de que no era el momento.
Ella sonrío. En las últimas horas, había hablado con Martha y Alexis. Mucho. Lo que le estaba diciendo a Castle ya se los había comentado a ellas y, de la misma manera, ella le explicó lo de las llamadas recibidas y reuniones en lugares clandestinos.
- Rick, tu madre me contó todo. Me dijo más cosas de ti que las que tú te imaginas. Pero déjame terminar, después decidirás qué hacer. Esto no es fácil para mí tampoco.
- Antier viste a Will en mi casa. Me había llamado porque quería saber cómo estaba. Cenamos en mi departamento y terminamos muy tarde, por lo que se quedó a dormir en el sillón de la sala. No te voy a mentir, quiso convencerme de que me fuera a vivir con él a Texas, que es donde ahora vive. Nada pasó entre nosotros. Sólo hablamos hasta tarde y entendió que no lo amo.
Se hizo el silencio en la sala. Castle estaba en shock. Acababa de oír aquellas palabras que tantas veces oyó en sus sueños.
- Cuando te fuiste ayer de mi casa, no estaba preparada para un encuentro así.
- Kate. ¿qué sientes por mi? Le interrumpió.
- Rick, no lo sé.
- Un "No sé" está justificado por la ignorancia, no por la inseguridad, Kate.
La respuesta de Castle la dejó fría. Por primera vez vio en sus ojos, que estaba al límite, que quizá no la esperaría. Dejó de respirar por un momento y esperó a que él siguiera.
- Lo que yo te dije en el panteón, es cierto. Cada palabra significa exactamente eso. Estoy enamorado de ti. Entenderás que cuando no aceptaste mi invitación y, al día siguiente, te encuentro con Sorenson –se escuchó en su voz, al pronunciar su nombre, un tono de amargura- pensé que le habías escogido a él.
- Yo estoy dispuesto a vivir por ti. Seguirte siempre y estar a tu lado, es mi sueño. Pero no puedo hacerlo más, si no sé qué es lo que sientes por mí. Ya no es suficiente. Por eso, Kate, aunque sea doloroso, necesito saber qué es lo que somos. ¿amigos? ¿compañeros de trabajo?.
Kate volvió a verlo. Escuchaba las palabras que él le decía. Su silencio parecía una lápida para él.
- Rick, sabes qué siento. También estoy enamorada de ti. Estos dos días estuve pensando tantas cosas. Las peores. Imaginé cómo sería mi vida sin ti. Y no quiero perderte. Nunca. Desperdicié parte de mi vida en una búsqueda que casi me mata. De no ser por ti, quizá lo hubiera hecho. Tengo una armadura que con los años, se ha vuelto parte de mi, pero si me ayudas, la puedo destruir. Sólo necesito tiempo.
- Tus cinco minutos se acabaron detective… contestó Rick.
Ella no creía lo que acababa de escuchar. Había decidido. La alejaba de su vida. Contuvo la respiración porque así no soltaría sus lágrimas. Despacio, se levantó. Tenía que pasar junto a él para salir de la habitación y de su vida. Cuando lo hizo, él levantó su mano y la tomó firmemente. Se sorprendió ante el calor de su mano y lo vio…
- Detective, dime ahora: ¿qué vas a hacer el resto de tu vida?
Se abrazaron fuertemente. Sólo se escuchaban los sollozos de los dos y se besaron.
Arriba, en las escaleras, Martha y Alexis sonrieron también. Después le reclamarían los malos días que les acababa de hacer pasar. Al final, había logrado que su musa se enamorara de él.
Fin.
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Decisiones
ole ole me ha encantado tu historia muchas gracias por subir
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: Decisiones
HAAAAAYYYY ES HER-MO-SO....
Te felicito me encanto escribes muy lindo
Te felicito me encanto escribes muy lindo
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
- Mensajes : 652
Fecha de inscripción : 07/10/2011
Edad : 30
Re: Decisiones
preciosooooooooooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Decisiones
Me encantó tu fic!!!
LauritaCastle- Actor en Broadway
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 22/09/2011
Localización : Argentina
Re: Decisiones
Te felicito, muy bien expresados los sentimientos de ellos dos.
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Decisiones
Una historia preciosa.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Decisiones
Gracias por leer!!! qué bueno que les gustó.
Ya no lo puse pero Liz y Netto me dieron algunas ideas y me ayudaron con el bloqueo... gracias públicas a los dos!!!!!
Ya no lo puse pero Liz y Netto me dieron algunas ideas y me ayudaron con el bloqueo... gracias públicas a los dos!!!!!
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Decisiones
Jesússsss es muy buenoooooooo, me gusta mucho muchoooooo aunq un solo capi pfff deleitanos con un fic largo q lo haces GENIAL!!!
asita24- Actor en Broadway
- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 07/09/2011
Edad : 35
Localización : Heredia, Costa Rica
Re: Decisiones
asita24 escribió:Jesússsss es muy buenoooooooo, me gusta mucho muchoooooo aunq un solo capi pfff deleitanos con un fic largo q lo haces GENIAL!!!
si jesus yo coinsido con ash ....queremos un fic largo de esos q nos
encantan y este fic es simplemente INCREIBLE que mas te puedo decir
lovercastle- Escritor novato
- Mensajes : 43
Fecha de inscripción : 23/12/2011
Edad : 33
Localización : mexico
Re: Decisiones
Gracias Ash, Liz. Valen mucho sus palabras.
Espero que sigas mejor Ash, y que ambas me digan algo sobre lo que se pueda escribir
Espero que sigas mejor Ash, y que ambas me digan algo sobre lo que se pueda escribir
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
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