(ONESHORT) Mi debilidad

por Invitado Miér Mayo 09, 2012 10:43 am

Bueno, soy nueva en el foro, la verdad es que no pensaba escribir JAMAS nada, porque me expreso fatal y me imaginación es la misma que la de los legos, pero despues de ver el 4x23 me he decidido a escribir y describir la escena a partir de cuando beckett llama a la puerta. Comentar, aunque sea negativamente, no quiero benevolencia. Ahí va, no me enrollo más.( El titulo es lo primero que me ha venido a la cabeza, y con ello la frase final que en un principio no estaba incluidad)

Llaman a la puerta, no estoy de humor, pero si llaman a estas horas tiene que ser algo importante; sólo un deseo pasa por mi mente: Que no sea ella. Abro la puerta, y lo que otro día me hubiera alegrado hoy me infunde rabia, ira y tristeza. Rabia por no poder hacer nada para que pare de investigar, ira por haberle vuelto a repetir que la quiero y que otra vez haya caído en saco roto, y tristeza porque lo que parecía que teníamos se esfuma poco a poco delante de mis narices.
Le miro intentando que entienda que hoy no es bienvenida, que hoy no quiero hablar, que el momento ha pasado, que el tren no va a dar marcha atrás para recogerla, que me está haciendo daño; y ella me mira y yo sólo puedo ceder y preguntarle, no muy amablemente, que es lo que quiere, de las miles de respuestas a esa pregunta da la que muchas veces había deseado escuchar de su boca, pero que esta vez es la que más dudas me genera ¿Ha dicho tú?¿Me quiere a mi? Y entonces se acerca rápido y me aparto, no quiero, no ahora, ¿Cómo olvidarla después de besarle? Es verdad que ya nos habíamos besado, pero fue un beso distinto, un beso intrascendente, no era un beso verdadero. Pese a mi intento lo hace, me besa y me desconcierta a partes iguales. Pega su frente a la mía y me dice que lo siente, y parece sincera, incluso diría que es el “lo siento” más sincero que nunca he oído, pero no sirve, mi corazón no se recompone con un “lo siento”, ni con los tres que ella dice, y me vuelve a besar pero la aparto, necesito una explicación, y se la pido, dudoso, no sé si realmente quiero una explicación. Y me dice que se le escapó y que no le importó, que estuvo a punto de morir y que en lo único en lo pensó fue en mi, y por último me dice que lo único que quiere es a mí. Y me vuelve a intentar besar y me aparto, necesito pensar aunque sea sólo un segundo, esta vez no, esta vez no… Y cierro la puerto con su espalda mientras la beso desesperadamente, mientras le digo con acciones lo que no puedo expresar con palabras, le beso el cuello y de nuevo los labios, la primera vez no me supieron tan bien, tal vez porque esta vez sabía que era real; y le beso la barbilla y continuo bajando hasta que me encuentro con su blusa, tenemos nuestras frentes juntas, le desabrocho el primer botón, y ahí está, el desencadenante de mi sinceridad, de su silencio, de mi comportamiento con ella estas últimas semanas al enterarme que lo sabía, y lo miro y coge mi mano y la coloca sobre él, como si quisiera decirme que no lo tema, que pasemos pagina, que se acabó nuestro enfado, que lo que me acaba de decir es sincero, y mientras esto sucede nos besamos, pero este beso es más pausado, como si ya hubiéramos soltado toda la adrenalina, y paramos y me sonríe, y es lo más bonito que nunca he visto, y me coge de la mano y le correspondo y le miró y me comprende y asiente. Avanzamos hacía la habitación, pero no puedo estar sin besarla, la acerco a mi y la cojo en peso, rodea con sus piernas mi cintura y torpemente la llevo hacía la habitación. Y llegamos a la puerta y la dejo suavemente en el suelo, vamos rápido pero no deprisa, esto no es cualquier polvo, no quiero que acabe en 5 minutos lo que he esperado 4 años. Y me desabrocha la camisa, y yo sólo puedo dejarme y hacer lo mismo con la suya, y mientras seguimos con los besos, por el cuello en la boca, en la clavícula… Y empieza a sobrar la ropa, los pantalones desaparecen, y le desabrocho el sujetador, la cojo como a una princesa y la tumbo en la cama, me pongo sobre ella y bajo hasta sus bragas, y con la boca las deslizó sobre sus largas y preciosas piernas, mientras a la vez con la manos me quito los boxers que ya comienzan a apretarme mi notable erección, pero como he dicho no quiero terminar ya, aún no, subo hacia su zona intima con mis dedos mientras con mi boca le doy pequeños mordisco en los pezones, y ella me suplica y yo no puedo más que ceder, ¿cómo resistirme a ella? No se puede , es imposible, y me introduzco en ella y gemimos al mismo tiempo, primero llevo yo el ritmo, pausado, lento, con u hábil movimiento se coloca encima, no puede aguantar sin llevar el mando, y eso otras miles de cosas más son lo que adoro de ella, y el ritmo sube y con ello nuestra excitación y noto que estoy llegando y finalmente llegamos ambos al climax, se apoya en mi pecho, nos damos un beso como si fuera una recompensa por nuestro esfuerzo, caemos dormidos. Ahora mismo me dan igual las consecuencias, me da igual todo, todo menos ella. Ella es mi debilidad.