ALGO IMPREVISTO

Después de ver la gran cantidad de fics que habeis subido y todos de buena calidad, (a veces me guío por los comentarios, ya que no tengo tiempo para leerlos todos. Que nadie piense que es por algo personal) casi ni me atrevo a subir esta menudencia mía, finalmente aquí os lo dejo. Espero que por lo menos os distraiga.

TITULO. ALGO IMPREVISTO
ESCRITO POR: Marypaz.
Castle estaba completamente distraído mirando uno folletos propagandísticos a todo color. Los había puesto encima de la mesa como si se tratara de unas cartas de póker, en forma de abanico. En unas se exhibían unas playas de arena blanquísima, con sus palmeras completamente inclinadas, casi rozando el agua verde turquesa. En las otras el paisaje era diferente, totalmente opuesto, unas pistas de esquí, con uno abetos cargados de nieve, y al fondo como reclamo el hotel, con su chimenea encendida.
Dispondrían de seis días con sus prometedoras cinco noches. Estaba recapacitando cuál de los dos lugares le gustaría más a Kate. Calculó que para el traslado deberían ir en avión.
Notó en sus espaldas el liviano peso de Kate, sus manos en los hombros y junto a su oreja, la calidez de sus labios mientras le decía
.- Qué haces que estás tan entretenido, que ni me has oído llegar.
.- Miraba los prospectos, para saber dónde lo pasaríamos mejor. Playas llenas de romanticismo, con atardeceres preciosos, o bien la nieve con todos los encantos del deporte, y las noches ante una chimenea.
.- Por favor Rick, ¿No sabes que existe un término medio? Es difícil escoger entre dos lugares tan dispares. Ambos nos pueden proporcionar momentos estupendos. No sabría decirte, por cual me decantaría.
Castle se dio la vuelta, para ver la cara de su compañera. Le satisfizo ver la felicidad reflejada en sus ojos. Desde que habían dado paso a su relación, a los dos les parecía que el mundo había hecho un cambio. Eran conscientes, que la gran diferencia existía sobre todo entre los dos. Poder manifestar hasta qué punto se necesitaban, y cómo se lo demostraban en lo más simples detalles. Era uno de los mejores alicientes que tenía su relación. No sólo eran los apasionados encuentros que mantenían, existían muchas cosas añadidas, que eran una fuente de sosiego para ambos.
Se daban cuenta que habían encontrado por fin en sus vidas esa otra mitad, que parece que nos falta, cuando se navega sin rumbo fijo
De una manera u otra los dos habían pasado por experiencias nada reconfortantes.
Por eso ahora podían saborear al máximo sus encuentros. Y por supuesto que unos días fuera de la ciudad, aunque no fueran muchos, les serviría para afianzar su relación.
.- Venga, decídete a qué lugar te gustaría pasar los próximos días. O echo una moneda al aire para solucionarlo.
Kate le sonrió, a veces le recordaba a un niño grandullón que solo había crecido físicamente.
.- Nada de monedas, se me ocurre otra cosa mejor, y desde luego más económica y sobre todo sin tantas horas de viaje. Sería un tiempo perdido entre muchedumbre de gente que se desplaza en viajes colectivos.
Castle alzó una ceja, esperando vislumbrar un poco por dónde se decantaría.
Kate siguió hablando
.- De niña solíamos ir con mis padres a un lugar que me parecía idílico, y cerca de aquí. Era un complejo turístico que alquilaban unos bungalows, pequeños y acogedores. Sólo una habitación, y un gran comedor-cocina, con chimenea incluida. Allí había un sofá comodísimo que era donde yo solía dormir. Guardo un bonito recuerdo de este lugar.
Castle se encogió de hombros.
.- No te hagas la víctima. Seguro que el lugar te encantará y sólo estamos a dos horas en coche. Es un lugar turístico perfecto, ya lo verás. Podremos hacer un recorrido por los lugares más pintorescos. Me informaré si aún tienen el servicio de comedor, pediremos que nos traigan la comida. Pueden ser unos días fabulosos. Y sin necesidad de hacer grandes cambios de vestuario. Podemos llevar un equipaje muy reducido. Hay un lago donde mi padre solía alquilar una barca y pescábamos a primera hora de la mañana. También recuerdo unas cuevas, que eran un buen reclamo para los turistas.
A Beckett al .hablar se le habían iluminado los ojos. No cabía duda que recordar aquellos años le producía una mezcla de alegría y de nostalgia.
Castle aceptó el cambio de planes, ya que lo que de verdad le importaba era estar a su lado y si ella se sentía bien, lo demás pasaba a un segundo término.
Fue Kate la que se ocupó de hacer la reserva, pidió uno de los bungalows más pequeños. Asegurando que llegarían antes de anochecer, por lo que pidió que les tuvieran preparada algo para cenar, insistiendo que no querían nada especial.
Castle se dejaba conducir, como si fuera un perrillo faldero, le encantaba ver a Kate, organizando aquella salida. Todo iba a ser a gusto de su pareja. La escuchaba mientras hacía la reserva, haciendo hincapié que quería una cena normal. Él había soñado que esta salida fuera algo espectacular, algo que ella nunca lo hubiera podido disfrutar, pero aceptó de buena gana seguirle la corriente. No le importaba nada el lugar a dónde fuera, mientras pudieran disfrutar de su compañía sin testigos, ellos dos solos. En el pequeño equipaje de mano puso la misma ropa que usaba a diario. Nada especial, por lo que él hizo lo propio. Nada de trajes, ni camisas para acudir a restaurantes de lujo, como tenía pensado en un principio.
El trayecto en efecto no fue largo, se fueron adentrando por carreteras secundarias, hasta llegar a un pequeño complejo hotelero, donde las viviendas estaban diseminadas estratégicamente, de manera que la frondosidad de los árboles las aislaba de la mirada de los curiosos. Nada más entrar en el recinto, un edificio destacaba por sus luces de neón parpadeantes. Allí les dieron las llaves de su reserva, y ante su extrañeza incluyeron unas velas.
Castle miró interrogante, al hombre que detrás del mostrador, les hacía la entrega. Al ver la cara de extrañeza del escritor casi se vio en la necesidad de aclarar.
.- Las velas son, por si se nos va la luz. Ocurre frecuentemente si hay una tormenta.
Instintivamente Castle y Beckett miraron en dirección al cielo, que estaba encapotado, pero no parecía presagiar una tormenta.
.- No se fie, aquí parece que estemos en una especie de micro clima, y le aseguro que si en TV han anunciado que puede llover con fuertes rachas de viento, nosotros somos los que nunca nos libramos de este tipo de meteorología. Pero no se preocupen, porque hay suficiente leña para encender un buen fuego, si falla la electricidad. Y tal como me pidió – dijo encarándose a Kate,- tienen preparada una cena ligera.
Castle nada más entrar en el aposento, se dirigió a la ventana para mirar el cielo.
.- Creo que este tipo, no ha exagerado, está empezando a soplar el viento. Presta atención, como los árboles parecen que dejan pasar entre sus ramas, los aullidos lastimeros de un animal.
.- Rick cuando hablas así, te delatas, demuestras que eres un escritor
.- Perdón lo hago sin darme cuenta, no me gustaría parecer petulante ante nadie, y menos delante de ti y si el tiempo lo permite, mañana podríamos ir como teníamos planeado, a esa excursión por los alrededores. Según los folletos de propaganda, tiene varias cuevas para visitar.
.- Si, recuerdo que fuimos a ver una de ellas, en las que hay pinturas rupestres, antiquísimas. Me viene a la memoria que había una larga cola de gente para entrar, ya que las visitas estaban controladas.
La cena fue tal como lo habían pedido algo simple, unos canapés y un vino bastante aceptable, se sintieron a gusto, sólo un par de velas encendidas daban a la estancia un poco de romanticismo. Era confortable dentro de la sencillez. Castle pensó que si hubieran ido al lugar donde él tenía pensado, en estos momentos estarían luciendo sus mejores galas. Miró a Kate enfundada en sus tejanos, y el jersey de cuello alto, y tuvo que reconocer, que era la auténtica Kate, la que conocía cada vez más, a medida que su unión se iba intensificando.
El viento seguía circulando por entre la arboleda, y se oyó el retumbar de un trueno. Y como si este clamor fuera el causante la luz se apagó. Quedaron tan sólo con el tenue resplandor de las velas.
Estaba cada cual metido en sus pensamientos.
Ella miró a Castle que estaba en cuclillas intentando encender el fuego de la chimenea. Se acercó a él, por detrás y apoyó sus brazos en los hombros, mientras mimosa repasaba con sus labios el rostro masculino. Castle ladeó la cabeza para sentir más intensamente la caricia. Notaba en su espalda la turgencia de sus senos, y nada más pensar en esto, comprendió que el deseo ya empezaba a consumirle.
.- Inspectora si sigues por este camino, creo que no nos hará falta ningún fuego para caldear el ambiente, arderemos los dos por combustión espontánea.
Kate se rio muy quedo, mientras seguía con sus caricias. Castle justo acababa de prender las cerillas, se dio la vuelta quedando sentado en el suelo, y arrastró junto a él a su compañera. La obligó a que se quedara delante, también sentada en el suelo.
.- Esto ya me gusta más. Ahora estamos en las mismas condiciones. La misma altura, el mismo suelo duro que nos soporta…ahora está mucho mejor que antes – mientras hablaba estiró los brazos para tenerla más cerca, hasta que sólo les separaba una corta distancia- las piernas de ella reposaban espontáneamente sobre las suyas.
.- A esto le llamó yo, un buen principio de velada.- le dijo, y buscó sus labios para besarla.- ¿Y tú?
.- No sé exactamente que me has preguntado, pero…si dejas sin terminar lo que has empezado, creo que soy capaz de matarte – Y le devolvió la caricia con la misma intensidad.
El fuego a escasos centímetros de donde estaban ellos, chisporroteaba alegre, como si la escena tuviera algo que ver con las llamas que subían alegres por el tiro de la chimenea.
Unos golpes en la puerta, les sobresaltó. Por instinto se separaron, mirándose intrigados. ¿Quién podía interrumpirles, quién osaba cortar de raíz, lo que aún no habían iniciado?
Castle se levantó apartando con cuidado las piernas de Kate, mientras con la mirada y con un pequeño apoyo de sus manos, le obligaba a que no se moviera de allí.
.- Sea quien sea…me va a oír. – Dijo entre dientes, mientras abría un poco la puerta –
Probablemente lo esperaba todo, menos tener ante sí a una niña preadolescente llorosa, que tenía entre las manos una linterna, era evidente que iba preparada para la emergencia de un posible corte de electricidad.
.- Perdone señor. Necesito ayuda. En la Recepción no hay nadie, y desde fuera he visto luz en su bungalow.
Castle que había ido con ganas de partirle la cara al que intentaba romper el hechizo que empezaba a surgir entre ellos dos, se reprimió en el acto al ver a alguien, que de inmediato le recordó a Alexis, y que además le estaba pidiendo ayuda.
.- Qué necesitas.- Dijo controlando el enojo en el tono de voz
.- Mi madre ha desaparecido.
La voz denotaba miedo, angustia y preocupación.
Kate se levantó y se dirigió hasta Castle, para seguir la conversación.
La adolescente continuó hablando al ver que tenía alguien más que escuchara.
.- Todo ha sido después de recibir una llamada que me ha sobresaltado, yo estaba en el sillón medio dormida intentando ver la TV. En cuanto ha cortado la comunicación sólo me ha dicho que enseguida volvería. Pero ya hace casi una hora. Luego la luz se ha ido, por suerte llevaba en mi mochila esta linterna
Castle y Kate no tuvieron que pensar demasiado. La niña simplemente tenía miedo, y lo más seguro sería que lo que ella afirmaba una desaparición de más de una hora, sólo fueran quince minutos, y al quedarse a oscuras, le parecieran una eternidad.
.- Mi madre y yo llegamos este mediodía, queríamos pasar unos días en este lugar, que es muy tranquilo. Ella lo necesitaba.
.- ¿Por qué? – Preguntó Kate – mientras hacía un ademán para que entrara y no se quedara en el largo y fío pasillo. Castle comprendió enseguida que había surgido la inspectora Beckett de siempre, y estaba ante un caso al que debía prestar atención. Atrás había quedado, quien sabe para cuándo, la escena apasionada entre ellos dos. También comprendió que en él, había aparecido el padre amante que era con Alexis. La imaginó en la situación de aquella desconocida, por lo que el disgusto de la inoportuna llamada en la puerta, se le pasó pronto. La hicieron pasar, invitándola a que explicara desde el principio la historia.
.. A ver –preguntó Kate – en primer lugar dinos tu nombre.
.- Me llamo Amanda. Amanda Taylor. Mi madre acababa de recibir la notificación de divorcio. Estuvo años antes no la consiguió, porque mi padre se negaba en rotundo a concedérselo Recibir esta noticia fue un gran alivio, y por eso vinimos hasta aquí. Queríamos disfrutar un poco de esa libertad. Ahora tenía el camino libre para casarse de nuevo, con Víctor su pareja actual.
.- ¿Tú también estás contenta, al formar de nuevo una familia, aunque no sea con tu padre?
.- Sí, desde luego. Es un hombre cariñoso, que siempre que puede me trae regalos. Y además no tiene que desplazarse fuera de la ciudad para trabajar.
.- Y a ti eso naturalmente te gusta. –Preguntó Castle, pensando siempre en lo que decía Alexis las veces que se había ausentado-
.- Mamá siempre ha dicho que si mi padre hubiera estado más en casa, nunca hubieran roto la relación.
.-¿Cuántos años llevaban en litigio, por el divorcio? – Preguntó Kate, más acostumbrada a este tipo de situaciones.
.- Siete. Hace poco tiempo comprendí que había alguien en su vida, Víctor, solía venir por casa a menudo, y llegué a tomarle cariño, me gustaba ver la cara de mi madre cuando él, nos visitaba.
Al llegar aquí la muchacha se quedó callada.
.- ¿Tienes alguna idea de lo que puede haber ocurrido? ¿Alguien más sabía que ibais a venir aquí pasar unos días?
.- Si, Víctor tenía que reunirse esta noche. Pero le surgió algún problema y quedaron que hasta mañana no podría venir.
Castle y Beckett se miraron, se apartaron un poco de la adolescente, que se había sentado en el borde de la cama.
En voz muy baja, le dijo a Castle.
.- Busca cualquier excusa para llevarte a Amanda, quiero hablar con Ryan, por si puede rastrear la llamada que ha recibido su madre, y decirnos algo al respecto.
.- ¿Pero qué demonios quieres que haga?- Preguntó sin saber qué hacer-
.- Actúa como si fueras un policía en busca de algo. ¡Anda date prisa! Indaga por su bungalow quizás encontremos algo allí que nos ayude a aclarar la desaparición. Por ejemplo podrías saber en Información algunos datos. Seguro que ahora ya estará el conserje.
Castle ya estaba acostumbrado a este tipo de recomendaciones, por lo que dando la mano, a Amanda se dirigieron hasta el recinto que como ellos mismos habían alquilado. Se entretuvo en analizarla, y pensó que no tendría más de 14 años. Era una niña. Dejó de pensar en este detalle para centrarse en lo que realmente le preocupaba. Se fijó, que las ruedas de un coche, habían dejado una marca en el camino no asfaltado. Le preguntó a la niña:
.- ¿El coche cuando viniste con tu madre, lo dejasteis aquí?
Amanda asintió con la cabeza. Rick comprendió que estaba asustada. Trató de infundirle ánimos, mientras preguntaba en información, si había visto algo fuera de lo normal. El empleado le respondió que no. Pero que pudo ver como un coche salía del complejo turístico.
.- En realidad lo encontré muy extraño, pero a veces hay gente que le gusta inspeccionar por su cuenta los alrededores, para mañana temprano tener una idea de lo que pueden hacer. Desde aquí no pude ver cuál era el coche que se adentraba en el bosque cercano. Ahora ya sé cuál es, puesto que usted está aquí. Sólo hay dos registrados. Hasta mañana no llegaran más clientes. Y si no es el suyo Sr. Castle, no cabe duda que es el de la señora Taylor.
Castle pensaba, intentando sacar conclusiones, pero se limitó a decirle
.- Tenía razón, nos hemos quedado sin luz…- Su cabeza daba vueltas a la extraña desaparición de la madre de Amanda.
.- Y sin teléfono, ya estamos acostumbrados a estos inconvenientes, le diré que incluso hay gente que le encanta, dicen que se sienten trasladados a muchos años atrás. Seguro que es debido en gran parte a toda la historia que rodea a las cuevas, con sus pinturas.
.- Si claro…-comentó Castle mientras notaba en su mano, la de Amanda que no lo soltó ni un momento.- Acompáñenos al bungalow, que alquilaron la niña y su madre, quiero ver si encontramos algo que nos aclare un poco todo este lío.
Al cabo de un rato cuando Kate los vio entrar, no hizo falta ninguna palabra, con la mirada le preguntaba, si tenía alguna noticia.
.- Todo indica, que la madre de la niña, se fue por propia voluntad. Hay marcas de ruedas de automóvil, justo donde lo aparcaron, luego se dirigieron al camino, que se sale del complejo turístico.
Kate se acercó a Amanda.
.- No te preocupes intentaremos llamarla a su móvil, seguro que nos podrá explicar el motivo de su marcha tan precipitada.
Y dicho esto, tomando una de las velas, se fue hasta el baño haciendo gestos a Castle para que se acercara
.- He hablado con Ryan, han podido rastrear la llamada, en realidad le ha sido fácil. Sólo ha tenido que buscar por esta zona, y con telefonía sin cables. Estamos sin teléfono. Supongo que ya lo sabías
Rick asintió con la cabeza, mientras no apartaba la mirada de Amanda que se entretenía en enfocar con la linterna y hacer círculos en la pared del dormitorio.
Era una chiquilla asustada pensó, sin poder remediar asociarla con Alexis años atrás.
.- ¿Que te ha dicho Ryan? .mientras pensaba que a partir de este momento no podrían mantener oculta su relación pero no era el momento oportuno de sacar el tema, ya tendrían ocasión de hacerlo más adelante.
.- Me ha pasado en un mensaje la conversación que ha mantenido la madre de Amanda.
“¿Eres tú Aghata?
.-Si
.- No digas nada más y escucha con atención. Supongo que estás con la niña. Bien… intenta salir, pero tú sola. No te puedes imaginar las gestiones que he tenido que avanzar para poder venir esta noche. Necesito verte enseguida. Pero ven tu sola. Dile cualquier cosa a Amanda, que seguro ya debe estar medio dormida a la hora que es.
Me he quedado sin combustible, y no sé cómo llegar hasta aquí.
.- ¿Qué te sugiere esta conversación? – Preguntó Castle.
.- Demasiadas cosas. Sea quien sea quería que la madre fuera a verle, sin la presencia de la niña. Puede ser el padre, que se haya arrepentido de ceder con el divorcio, y quiera algo en recompensa. Dinero, o algún derecho de paternidad. Creo que lo de la falta de gasolina es una patraña.
.- Me parece bastante raro, no sabemos exactamente cuándo se fue la madre. Ignoramos si corre peligro. Hemos de tomar una decisión ahora mismo. Podemos presentar una desaparición a la Policía Local, para que empiecen un búsqueda.
.- No Rick, es demasiado pronto. Lo único que se me ocurre es dejar a Amanda con el conserje de Información, y tú y yo intentar seguir las huellas del coche, por lo menos saber, qué dirección ha tomado. Ryan me ha dado los números de los teléfonos. En cuanto estemos alejados de Amanda intentaremos ponernos en comunicación con ellos. Es la única manera de salir de dudas.
Al salir, Beckett enseñó la placa al conserje mientras le pedía que cuidara por unos momentos de la niña, que ellos dos salían en busca de su madre.
Al llegar a la carretera general, perdieron la pista de las huellas de las ruedas, por lo que estaban igual que antes.
.- A veces nos obcecamos, y no sabemos ver más allá de nuestras narices- dijo Kate como si estuviera enfadada consigo misma - Podemos llamar a su móvil, incluso al móvil de la persona que la llamó. Me voy a poner en contacto con Ryan, para que me de los números.
Castle conducía sin rumbo fijo, las señales en la carretera anunciaban las cuevas a muy pocos kilómetros de allí.
.- Mira Kate, en el aparcamiento hay un coche, y si no me equivoco es el Sedan, que dijo el conserje llegó la señora Taylor.
Mientras Kate ya tenía memorizados los números, a los que llamar, para ponerse en contacto. Pero las veces que lo intentó, en ambos le salía el buzón de voz añadiendo que no estaba disponible, o no tenían cobertura.
.- Aparca el coche al lado del Sedan. Iremos andando hasta la cueva. Recuerdo que se tenía que entrar por un pasadizo largo y oscuro. En la entrada había una persona que contabilizaba a los que entrara, para que no se produjera una masificación.
.- ¿Kate estás segura de querer adentrarte, en ese lugar? No vas armada, y podría ser una trampa. No sabemos lo que nos podemos encontrar.
.- Ya lo sé Rick, pero hemos de llegar hasta el final, Hemos conseguido lo inimaginable, y es dar con el coche desaparecido. Eso ya es mucho.
Anduvieron asidos de la mano, hasta llegar una rampa. Completamente oscura que conducía hasta la cueva. Sin saber lo que iban a encontrar.
Los paralizaron unos rumores. Eran unos gemidos, como unos lamentos, no eran gritos pidiendo auxilio, que eran lo que ellos esperaban encontrar. Avanzaron un poco más, por el angosto pasillo, oyendo cada vez con más precisión, unos suspiros y unos jadeos.
Castle se paró de golpe.
.- Kate escucha con atención lo que estamos oyendo. ¿No te recuerda, nada lo que estamos escuchando?
.- Pues sí, pero me da la sensación que no puede ser.
.- Pero es. Si alguna vez has visto una película pornográfica, y cierras los ojos, esto es lo que estarías escuchando. ¿Piensas lo mismo que yo?
.- Me cuesta creerlo, pero he de darte la razón. Estamos oyendo los jadeos y suspiros de una pareja en pleno acto sexual.
Ellos dos estaban completamente a oscuras, pero veían a lo lejos una suave luminosidad, que no les cupo ninguna duda era la luz de una linterna de muy poca potencia.
.- Oye Kate, me parece que deberíamos irnos. No cabe ninguna duda que la mujer es la madre de Amanda, y no nos importa si está con su ex, o con su actual pareja. Y… si he de serte sincero, no me apetece nada quedarme a escuchar esos lamentos, ya bastante frustración he sentido cuando Amanda ha llamado a nuestra puerta. De golpe mi libido se ha vuelto a subir por las nubes.
Y para dar más convicción a sus palabras, acompañó la mano de Kate hasta el lugar justo donde no podía tener ninguna duda de lo que le estaba diciendo.
.- Rick… no seas malo. Estoy en las mismas condiciones que tú. Lo ha rematado que lo asociaras a una película porno.
Los jadeos cesaron, y se pudo escuchar la voz femenina, que rogaba “Tenemos que irnos, si Amanda se despierta, se llevará un gran susto, al no verme a su lado.” “Lo sé- respondió la voz masculina- comprenderás que este encuentro no lo podíamos haber tenido en la cabaña de madera con Amanda tan cerca. Necesitaba celebrar nuestro primer reencuentro, tal como lo hemos hecho. Tú y yo solos. Sin miedos a ser descubiertos”
.-Probablemente se estarán vistiendo- pronosticó Castle- ¿Qué quieres que hagamos?
El contraluz de sus siluetas se veían medio desdibujadas, a la tenue luz de la linterna.
.- Meternos rápidamente en nuestro coche. Que lleguen ellos antes que nosotros al complejo, y recojan a la niña. Luego iremos nosotros y diremos que no les hemos encontrado. Creo que les haremos un gran favor, si creen que no han sido descubiertos.
.- ¿Sabes una cosa, inspectora? Tienes madera de escritora, lo que acabas de decir parece sacado de una novela policiaca. Salgamos antes que lo hagan ellos, y dejaremos el coche medio escondido, para que no lo puedan asociar a nosotros, cuando lo vean.
Sigilosamente y con prisas salieron del oscuro pasadizo, y cuando llegaron al coche, dejándolo en punto muerto, lo hicieron rodar hasta unos arbustos. Allí quedaba muy resguardado de la vista de cualquier transeúnte. Sabiendo que los que salieran de la cueva, ni se les ocurriría mirar a su alrededor, creyéndose solos en aquel lugar. No obstante, una vez dentro del auto, reclinaron los asientos, para que si por una de esas casualidades, se acercaran un poco, no les vieran desde fuera.
Contuvieron la respiración, hasta que vieron los faros del coche que se alejaba.
Kate, no tuvo tiempo de pensar en nada. Sintió el peso de Castle completamente apoyado en su cuerpo.
No eran necesarias las palabras. Sus caricias decían mucho más, de lo que los labios callaban.
Como pudo Kate logró articular unas palabras.
.- En el bungalow, tenemos un buen fuego que nos está esperando.
.- Lo sé, pero te aseguro que me veo incapaz de contenerme hasta entonces. Piensa que tenemos que darles tiempo a que lleguen a Información, den sus explicaciones al conserje, y se metan en su casita de madera.
Mientras hablaba, sus manos no dejaron de acariciar el cuerpo de Kate, supo encontrar la manera de estar en contacto con su piel. Notó enseguida los brazos de ella alrededor de su cuello. Era una invitación a que siguiera con las caricias, desmintiendo sus propias palabras.
.- Rick… -Iba a hablar-
Pero el escritor estaba completamente concentrado en acariciar aquel cuerpo, que se le estaba brindando, se había arqueado de manera, que él, pudiera pasar una de sus manos, por detrás, para de esta manera, estar mucho más juntos.
La besó, impidiéndole que hablara.
Sólo, le murmuró en su oído.
.- En el bungalow, lo repetiremos delante del fuego. Pero ahora este momento es únicamente nuestro. Nos lo merecemos, después del trabajo conseguido.
Kate se rio, ante la ocurrencia de decir que habían conseguido un trabajo. Si lo habían hecho nadie lo sabría, puesto que no se dejaron ver en la cueva. Los apasionados amantes, por su propia iniciativa volvieron al lugar donde había dejado a su hija.
Entre besos y caricias, finalmente Kate logró decir
.- No sé qué excusa daremos a Ryan, ya saben que estamos pasando juntos estos días.
.- Te aseguro que es lo que menos me importa en estos momentos
.- Me parece que a mí tampoco.
Y siguieron con la tarea placentera que habían empezado de común acuerdo.
Nada ni nadie les iba a interrumpir.

FIN
Enero 2013

Que pillada...
Me ha encantado...yo tampoco me esperaba lo de la niña y al final no pasó nada...

Me he quedado con las ganas de as explicaciones a Ryan...jejejeje...aparte de eso ha sido genial

Me encanta, espero ver algo tuyo prontito.

jajaja buenísimo!! muy buena imaginación

Muy bueno!

preciosooooo

Que sorpresa me he llevado al ver que habías escrito un fic nuevo, que no es tiene nada de menudencia como tú dices, yo me lo he pasado muy bien leyéndolo, tengo que admitir que siendo tuyo siempre me encanta

Me gusta mucho la aparición de Amanda en escena, las veces que vemos a Castlesacar su lado de padrazo a mi me vuelve loca, es una de sus facetas que más me gusta. La madre de la niña también se podía haber esperado un poco, vaya susto se llevó la pobre.

Me encanta el final, ninguno de los dos podían contenerse las ganas por más tiempo jeje

Muy buen fics maripaz

Muy bueno. Me ha gustado mucho este pequeño fic.

Me encanto...

Me ha gustado mucho

Muy bueno.

Tras la sorpresa de recibir un comentario a un fic tan antiguo, sólo me queda dar las gracias de todo corazón, a las que seguis leyendo.
Encantada si te ha gustado.
De momento estoy estoy un poco desentrenada, para escribir fics, pero lo intentaré de nuevo.