Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
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Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Sí, ya se que tengo el otro fic pendiente (el de "Blancanieves") pero como no podré continuarlo en una larga temporada dejo esto. Está completo, tiene tres capis, lo que quiere decir que los pondré relativamente pronto. Por cierto, locas con cariño, vosotras tenéis parte de culpa en que lo suba... así que va por vosotras.
Cosas de musas
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 1
Todo lo que quería era salir de allí. Concentrarse en otra cosa que no fuera el tintineo de la barra de escribir; considerablemente frustrante cuando no se mueve del sitio por más que lo intentes y la obligues a seguir a delante. Pero ella retrocede, al final siempre lo hace. Se come las palabras que tanto cuestan en tiempos en que las musas escasean y te hace sentir inquieto, frustrante e irrevocablemente inquieto. ¿La razón? No lo sabía. No era la primera vez que escaseaba de inspiración, no, a eso ya se había acostumbrado. Incluso lo había bautizado como “gafes de escritor”. Lo que le hacía utilizar la tecla de retroceso a cada dos frases no era eso. Sino una sensación extraña, como si le faltara algo.
La mesa vibró distrayendo su atención de su momento de "escritor". Se incorporó levemente, lo justo para quitar los pies del escritorio y dejar el ordenador sobre este. Por un segundo su rostro quedó abrumado por la oscuridad de su despacho, hasta que localizó el culpable de la interrupción y lo observó, quedando iluminado por la pantalla.
-¿Un mensaje? -soltó en voz alta, levantando la ceja con escepticismo. El número que se lo enviaba era oculto. Volteó su muñeca y observó su reloj. Las cuatro de la mañana. O era una broma de mal gusto o algo urgente. Sin pensárselo demasiado, entró en la bandeja de entrada para leer lo que le habían enviado y su boca se ensanchó con extravagancia.
"Hola, Castle. Soy Jim Beckett, el padre de Kate. Espero no haberme equivocado de número, mi hija me lo pasó en su momento y ahora me ha hecho falta. Si no estás durmiendo, ¿podrías llamarme? Se trata de Kate. Es urgente. Gracias."
No tardó en marcar el número.
-¿Castle? -preguntó la voz del hombre al otro lado del auricular. Rick se levantó de su asiento y encendió la lámpara de su despacho.
-¿Le ha pasado algo a Kate? -le apremió llevándose una mano al pecho. La necesidad de saber si estaba bien era más urgente que las típicas formalidades telefónicas.
El hombre pareció nervioso, pues tardó en contestar, y cuando lo logró lo hizo tartamudeando. -No lo se. -Castle perdió todo el aire retenido, sin saber como recuperarlo. -Vino esta noche a cenar, le dije que me llamara cuando llegara a casa y... no lo a hecho y no la localizo. No contesta al móvil... ya no se que hacer. No quería molestarte, pero...
Rick lo interrumpió. -¿A mirado en su casa? -preguntó rogando porque en realidad estuviera allí y todo fuera un susto.
-También e llamado a su piso, pero no contesta.
Castle fue hacia el recibidor, cogió las llaves y se puso la chaqueta como pudo, sin soltar el móvil. -Voy a acercarme a ver, cuando llegue lo llamo. -dijo, cerrando la puerta para caminar a paso ligero hacia el ascensor.
-Vale, yo seguiré llamando. -le contestó antes de que Castle cortara la llamada saliendo del ascensor.
Rick llegó a su piso jadeando. Picó varias veces con sus nudillos, pero no había respuesta, luego optó por fundir el timbre y cuando se cansó, alargó las manos hacia el marco de la puerta, recordando un comentario que Kate hizo haría unos meses. “Tener una segunda llave escondida es una buena alternativa cuando no tienes vecinos de fiar, Castle.” Rick palpó el marco en busca de alguna grieta, rezando mentalmente para que Kate no tuviera ningún vecino bondadoso.
-Bingo. -soltó de repente, retirando un pequeño trozo de marco para sacar las llaves de su escondite. Cuando las cogió, abrió la puerta en seguida. Todo estaba oscuro. -¿Beckett? ¿Estás ahí? -pero nadie contestó. Preocupado, recorrió toda la casa certificando sus temores: no estaba allí.
Miró con detenimiento el apartamento, parecía que nadie había entrado allí desde que Kate salió por la mañana para trabajar. Un nudo en la garganta se le instaló de improvisto, cogió el móvil de su chaqueta y marcó el mismo número de antes.
-¿Y bien? -respondió la voz de Jim a apenas un pitido de espera.
-Nada. He utilizado las llaves de repuesto y no hay nadie. No está aquí. -contestó con cierto nerviosismo.
-¿Y ahora qué hago? Dios... es culpa mía. Era tarde, no tenía que haberla dejado marchar, pero es una cabezota y...
-Señor Beckett. -lo nombró. -No es culpa suya, se hubiera ido igualmente. Ahora lo que importa es encontrarla. ¿A llamado a Lanie y a Esposito?
-Sí, y no respondían... -sollozó haciendo que la angustia de Rick aumentara por momentos, no solo por saber dónde esta Kate, sino por el hecho de que el padre de esta estaba sufriendo.
-Vale. Hacemos una cosa. -su tono era tranquilo, o eso intentaba. -Voy ahora mismo a casa de Esposito para avisarle y decirle que nos ayude. Luego iré a buscarlo a usted y encontraremos a su hija juntos, de acuerdo?
Jim sollozó siseando un leve “sí” que a Castle le sirvió para seguir adelante.
Una hora después, Rick abrió la puerta de su loft dejando pasar a Jim. El escritor lo hizo sentarse en el sofá y le preparó una tila que le ofreció sentándose a su lado.
-Esposito se ha movilizado, a puesto al corriente a Ryan y a Lanie y están mirando de buscar su coche.
Jim lo miró asustado.
-Si le ha pasado algo no me lo perdonaría nunca. Ya perdí a su madre, si la pierdo a ella...
Rick posó una mano sobre su hombro. -Es una mujer fuerte e inteligente. A criado a una hija extraordinaria, Jim. -lo tuteó haciendo que este se relajara. -Pronto la encontraremos, ya lo verá. Mientras tanto no me separaré de usted, la buscaremos juntos. -dijo, levantándose del sofá para entrar en su despacho y salir al instante. Había recogido su portátil.
Jim lo observó sentándose a su lado mientras posaba el portátil sobre la mesa, a la vista de los dos.
Castle lo encendió cogiendo el móvil con su otra mano. -Vamos a llamar a los hospitales más cercanos para saber si han ingresado a Kate. El ordenador nos servirá para localizarlos. Jim asintió y empezaron a llamar.
El ruido que escuchaba se hacía cada vez más insistente y le hizo abrir los ojos. Por un momento pensó que no vería nada, pero la tenue luz de debajo de la puerta la contradijo. Miró su despertador. Las cinco y media de la mañana. O su padre no había dormido o le dio por madrugar. Volvió a acomodarse entre las sábanas, tapándose la cabeza. No, por madrugar no sería, le daría algo ante la sola idea de despertarse a las cinco.
-Otra noche en vela escribiendo. -afirmó mentalmente la muchacha, dejándose llevar por la placidez de las sábanas hasta que escuchó la voz de su padre. ¿Estaba hablando con alguien? Abrió los ojos incorporándose en la cama y lo volvió a escuchar. Ahora la voz no era la suya.
No le hizo falta más pruebas, ella no era detective, pero sí que se dejaba llevar por el instinto, y ese instinto le decía que la voz de su padre sonaba preocupada. Se destapó estremeciéndose ante la liberación de las mantas, y salió de la habitación. Cuando bajó las escaleras, frenó de golpe.
-¿Papá?
El aludido se giró con la boca abierta y un semblante que su hija solo había visto en ocasiones contadas, cuando le pasaba algo a ella, a su abuela o... a la detective.
-¿Qué haces despierta? -preguntó el escritor sin despegar la vista de su hija. Ella reparó en que no estaba solo. El hombre que la acompañaba la saludo con ojos rojizos.
-¿Le a pasado algo a Beckett? -acertó al reconocer al padre de la detective.
Jim asintió.
-A desaparecido, la estamos buscando. -le contestó escuetamente el escritor. Alexis lo observó concentrado en el portátil.
Sin decir nada, la joven se sentó al lado de su padre, acariciándole la rodilla.
-¿A qué hora desapareció? -preguntó ella.
-Sobre las doce de la noche. Salió de mi casa a esa hora después de cenar. -le informó Jim. Castle seguía buscando en su ordenador. -Le dije que me llamara cuando llegara, pero no lo hizo. Me preocupé, la llamé miles de veces, pero no hubo manera. -se exasperó llevándose las manos a la cabeza. -No está en casa, no encuentran su coche... no tendría que haberla dejado marchar. -sollozó. -¡Soy su padre! Eran las doce pasadas, tendría que haberla retenido. -dijo, sin entrever que sus lágrimas lo habían invadido.
Alexis se levantó del sofá, se sentó en el otro extremo, cerca del señor Beckett y tocó su hombro. Jim levantó la cabeza, observándola entre sollozos.
-No le habría hecho caso. Se hubiera marchado igualmente. -acarició su hombro, sin intención de decir nada más. A veces las palabras sobraban. Con cuidado, agarró la mano del hombre sin dejar de mirarlo para sonreír levemente. "Estamos aquí" Le decía la pelirroja con la mirada.
Jim tomó aire y le correspondió la sonrisa, agarrando la mano de la joven agradecido.
Castle los miró enternecido, mientras marcaba en el móvil otro nuevo número. Alexis y Jim lo observaron hablar perdiendo toda esperanza cuando este colgó con los ojos cerrados.
-Nada...
No dijo nada más, no hacía falta explicar lo obvió. De repente, el móvil sonó. Rick aprovechó que lo tenía en la mano para contestar al instante.
-¿Señor Castle? -preguntó una voz femenina al otro lado de la linea.
-Sí, sí. Soy yo. -respondió mirando a su hija y al padre de la detective. Aun no se habían soltado de la mano.
-Llamo desde el hospital. -Rick contuvo la respiración. -Hace un rato nos llamó preguntando por una Katerine Beckett.
-Sí, sí, Katerine Beckett... -al escuchar su nombre Jim y Alexis lo miraron con más expectación aún.
-Tenemos un paciente con las características que describió. Sufrió un accidente de coche. -Castle se llevó una mano al pecho, notando como se comprimía de dolor. -La han operado, ahora esta inconsciente. Si quiere venir pregunte en recepción, allí le informaran y le dejaran verla para verificar que es ella.
-Vale. ¿De que hospital estamos hablando? -escuchó atentamente el nombre que le dijo la mujer. -Vale, gracias. -colgó.
-¿Qué? ¿Qué a pasado? -preguntó Jim.
Castle se levantó del sofá cogiendo el abrigo que reposaba en el respaldo de este.
-Dicen que hay una mujer con las mismas características que Kate. Sufrió un accidente de coche.
Jim se levantó con la respiración entre cortada. Luego imitó a Castle y se dirigió a la puerta.
-Papá, ir tirando. -empezó Alexis. -Yo iré a despertar a la abuela y en cuanto podamos nos dirigimos hacia allí. Castle asintió acercándose a su hija para besar su cabeza con ternura.
-Gracias cariño. Te llamaré cuando sepa con seguridad si es ella. -Alexis asintió. -Hasta ahora. -se despidió, abriendo la puerta para que Jim pasará. Luego le siguió.
***
Llegaron al hospital, preguntaron por Kate y una enfermera les llevó a la habitación. En principio se mostró reacia a dejar pasar a los dos hombres a la vez, pero después de ver su preocupación, hizo la vista gorda y se fue.
Castle observó a su detective, era ella. Jim empezó a llorar.
-Es ella... -dijo el hombre.
-¿Son familiares? -preguntó una enfermera a sus espaldas.
-Sí, lo somos. -respondió Jim por los dos. Castle lo miró confuso, pero prefirió callarse.
-Soy la doctora Dana. -les extendió la mano para saludarles. -Llegó hará un par de horas al hospital. Sufrió un accidente de coche y tiene barias lesiones y heridas, pero saldrá de esta. -ambos hombres suspiraron. -Aunque tuvimos que operarla para cerrar un par de hemorragias, ahora está estable.
Jim se acercó a su hija y la miró sin atreverse a tocarla, Castle hizo lo mismo.
-Por hoy pueden quedarse los dos lo que queda hasta el horario de visitas. Pero a partir de mañana solo se podrá quedar uno a dormir. ¿De acuerdo? -ambos asintieron. -Volveré en unas horas a evaluarla, no se cuanto tardará en despertarse, pero cuando lo haga avísenme.
Y sin decir nada más se fue.
Castle, se sentó en una de las sillas de la habitación. Arrastró con cuidado el asiento y se acercó al lado derecho de la cama. Jim hizo lo mismo al otro lado, sin decir nada. No querían molestarla.
-Debería llamar a los chicos y a Alexis. -susurró el escritor sin quitar ojo a su detective. El hombre asintió. Rick se levantó, se agachó ligeramente y besó la frente de Kate con ternura, colocando los mechones de su pelo en su sitio. -Vuelvo en seguida... -musitó posando sus labios sobre su frente de nuevo.
Jim lo observó detenidamente con una sutil sonrisa que se hizo más grande cuando Rick salió.
-Hija... -susurró mirándola con ternura. -Si supieras lo que tienes...
La mesa vibró distrayendo su atención de su momento de "escritor". Se incorporó levemente, lo justo para quitar los pies del escritorio y dejar el ordenador sobre este. Por un segundo su rostro quedó abrumado por la oscuridad de su despacho, hasta que localizó el culpable de la interrupción y lo observó, quedando iluminado por la pantalla.
-¿Un mensaje? -soltó en voz alta, levantando la ceja con escepticismo. El número que se lo enviaba era oculto. Volteó su muñeca y observó su reloj. Las cuatro de la mañana. O era una broma de mal gusto o algo urgente. Sin pensárselo demasiado, entró en la bandeja de entrada para leer lo que le habían enviado y su boca se ensanchó con extravagancia.
"Hola, Castle. Soy Jim Beckett, el padre de Kate. Espero no haberme equivocado de número, mi hija me lo pasó en su momento y ahora me ha hecho falta. Si no estás durmiendo, ¿podrías llamarme? Se trata de Kate. Es urgente. Gracias."
No tardó en marcar el número.
-¿Castle? -preguntó la voz del hombre al otro lado del auricular. Rick se levantó de su asiento y encendió la lámpara de su despacho.
-¿Le ha pasado algo a Kate? -le apremió llevándose una mano al pecho. La necesidad de saber si estaba bien era más urgente que las típicas formalidades telefónicas.
El hombre pareció nervioso, pues tardó en contestar, y cuando lo logró lo hizo tartamudeando. -No lo se. -Castle perdió todo el aire retenido, sin saber como recuperarlo. -Vino esta noche a cenar, le dije que me llamara cuando llegara a casa y... no lo a hecho y no la localizo. No contesta al móvil... ya no se que hacer. No quería molestarte, pero...
Rick lo interrumpió. -¿A mirado en su casa? -preguntó rogando porque en realidad estuviera allí y todo fuera un susto.
-También e llamado a su piso, pero no contesta.
Castle fue hacia el recibidor, cogió las llaves y se puso la chaqueta como pudo, sin soltar el móvil. -Voy a acercarme a ver, cuando llegue lo llamo. -dijo, cerrando la puerta para caminar a paso ligero hacia el ascensor.
-Vale, yo seguiré llamando. -le contestó antes de que Castle cortara la llamada saliendo del ascensor.
***
Rick llegó a su piso jadeando. Picó varias veces con sus nudillos, pero no había respuesta, luego optó por fundir el timbre y cuando se cansó, alargó las manos hacia el marco de la puerta, recordando un comentario que Kate hizo haría unos meses. “Tener una segunda llave escondida es una buena alternativa cuando no tienes vecinos de fiar, Castle.” Rick palpó el marco en busca de alguna grieta, rezando mentalmente para que Kate no tuviera ningún vecino bondadoso.
-Bingo. -soltó de repente, retirando un pequeño trozo de marco para sacar las llaves de su escondite. Cuando las cogió, abrió la puerta en seguida. Todo estaba oscuro. -¿Beckett? ¿Estás ahí? -pero nadie contestó. Preocupado, recorrió toda la casa certificando sus temores: no estaba allí.
Miró con detenimiento el apartamento, parecía que nadie había entrado allí desde que Kate salió por la mañana para trabajar. Un nudo en la garganta se le instaló de improvisto, cogió el móvil de su chaqueta y marcó el mismo número de antes.
-¿Y bien? -respondió la voz de Jim a apenas un pitido de espera.
-Nada. He utilizado las llaves de repuesto y no hay nadie. No está aquí. -contestó con cierto nerviosismo.
-¿Y ahora qué hago? Dios... es culpa mía. Era tarde, no tenía que haberla dejado marchar, pero es una cabezota y...
-Señor Beckett. -lo nombró. -No es culpa suya, se hubiera ido igualmente. Ahora lo que importa es encontrarla. ¿A llamado a Lanie y a Esposito?
-Sí, y no respondían... -sollozó haciendo que la angustia de Rick aumentara por momentos, no solo por saber dónde esta Kate, sino por el hecho de que el padre de esta estaba sufriendo.
-Vale. Hacemos una cosa. -su tono era tranquilo, o eso intentaba. -Voy ahora mismo a casa de Esposito para avisarle y decirle que nos ayude. Luego iré a buscarlo a usted y encontraremos a su hija juntos, de acuerdo?
Jim sollozó siseando un leve “sí” que a Castle le sirvió para seguir adelante.
***
Una hora después, Rick abrió la puerta de su loft dejando pasar a Jim. El escritor lo hizo sentarse en el sofá y le preparó una tila que le ofreció sentándose a su lado.
-Esposito se ha movilizado, a puesto al corriente a Ryan y a Lanie y están mirando de buscar su coche.
Jim lo miró asustado.
-Si le ha pasado algo no me lo perdonaría nunca. Ya perdí a su madre, si la pierdo a ella...
Rick posó una mano sobre su hombro. -Es una mujer fuerte e inteligente. A criado a una hija extraordinaria, Jim. -lo tuteó haciendo que este se relajara. -Pronto la encontraremos, ya lo verá. Mientras tanto no me separaré de usted, la buscaremos juntos. -dijo, levantándose del sofá para entrar en su despacho y salir al instante. Había recogido su portátil.
Jim lo observó sentándose a su lado mientras posaba el portátil sobre la mesa, a la vista de los dos.
Castle lo encendió cogiendo el móvil con su otra mano. -Vamos a llamar a los hospitales más cercanos para saber si han ingresado a Kate. El ordenador nos servirá para localizarlos. Jim asintió y empezaron a llamar.
***
El ruido que escuchaba se hacía cada vez más insistente y le hizo abrir los ojos. Por un momento pensó que no vería nada, pero la tenue luz de debajo de la puerta la contradijo. Miró su despertador. Las cinco y media de la mañana. O su padre no había dormido o le dio por madrugar. Volvió a acomodarse entre las sábanas, tapándose la cabeza. No, por madrugar no sería, le daría algo ante la sola idea de despertarse a las cinco.
-Otra noche en vela escribiendo. -afirmó mentalmente la muchacha, dejándose llevar por la placidez de las sábanas hasta que escuchó la voz de su padre. ¿Estaba hablando con alguien? Abrió los ojos incorporándose en la cama y lo volvió a escuchar. Ahora la voz no era la suya.
No le hizo falta más pruebas, ella no era detective, pero sí que se dejaba llevar por el instinto, y ese instinto le decía que la voz de su padre sonaba preocupada. Se destapó estremeciéndose ante la liberación de las mantas, y salió de la habitación. Cuando bajó las escaleras, frenó de golpe.
-¿Papá?
El aludido se giró con la boca abierta y un semblante que su hija solo había visto en ocasiones contadas, cuando le pasaba algo a ella, a su abuela o... a la detective.
-¿Qué haces despierta? -preguntó el escritor sin despegar la vista de su hija. Ella reparó en que no estaba solo. El hombre que la acompañaba la saludo con ojos rojizos.
-¿Le a pasado algo a Beckett? -acertó al reconocer al padre de la detective.
Jim asintió.
-A desaparecido, la estamos buscando. -le contestó escuetamente el escritor. Alexis lo observó concentrado en el portátil.
Sin decir nada, la joven se sentó al lado de su padre, acariciándole la rodilla.
-¿A qué hora desapareció? -preguntó ella.
-Sobre las doce de la noche. Salió de mi casa a esa hora después de cenar. -le informó Jim. Castle seguía buscando en su ordenador. -Le dije que me llamara cuando llegara, pero no lo hizo. Me preocupé, la llamé miles de veces, pero no hubo manera. -se exasperó llevándose las manos a la cabeza. -No está en casa, no encuentran su coche... no tendría que haberla dejado marchar. -sollozó. -¡Soy su padre! Eran las doce pasadas, tendría que haberla retenido. -dijo, sin entrever que sus lágrimas lo habían invadido.
Alexis se levantó del sofá, se sentó en el otro extremo, cerca del señor Beckett y tocó su hombro. Jim levantó la cabeza, observándola entre sollozos.
-No le habría hecho caso. Se hubiera marchado igualmente. -acarició su hombro, sin intención de decir nada más. A veces las palabras sobraban. Con cuidado, agarró la mano del hombre sin dejar de mirarlo para sonreír levemente. "Estamos aquí" Le decía la pelirroja con la mirada.
Jim tomó aire y le correspondió la sonrisa, agarrando la mano de la joven agradecido.
Castle los miró enternecido, mientras marcaba en el móvil otro nuevo número. Alexis y Jim lo observaron hablar perdiendo toda esperanza cuando este colgó con los ojos cerrados.
-Nada...
No dijo nada más, no hacía falta explicar lo obvió. De repente, el móvil sonó. Rick aprovechó que lo tenía en la mano para contestar al instante.
-¿Señor Castle? -preguntó una voz femenina al otro lado de la linea.
-Sí, sí. Soy yo. -respondió mirando a su hija y al padre de la detective. Aun no se habían soltado de la mano.
-Llamo desde el hospital. -Rick contuvo la respiración. -Hace un rato nos llamó preguntando por una Katerine Beckett.
-Sí, sí, Katerine Beckett... -al escuchar su nombre Jim y Alexis lo miraron con más expectación aún.
-Tenemos un paciente con las características que describió. Sufrió un accidente de coche. -Castle se llevó una mano al pecho, notando como se comprimía de dolor. -La han operado, ahora esta inconsciente. Si quiere venir pregunte en recepción, allí le informaran y le dejaran verla para verificar que es ella.
-Vale. ¿De que hospital estamos hablando? -escuchó atentamente el nombre que le dijo la mujer. -Vale, gracias. -colgó.
-¿Qué? ¿Qué a pasado? -preguntó Jim.
Castle se levantó del sofá cogiendo el abrigo que reposaba en el respaldo de este.
-Dicen que hay una mujer con las mismas características que Kate. Sufrió un accidente de coche.
Jim se levantó con la respiración entre cortada. Luego imitó a Castle y se dirigió a la puerta.
-Papá, ir tirando. -empezó Alexis. -Yo iré a despertar a la abuela y en cuanto podamos nos dirigimos hacia allí. Castle asintió acercándose a su hija para besar su cabeza con ternura.
-Gracias cariño. Te llamaré cuando sepa con seguridad si es ella. -Alexis asintió. -Hasta ahora. -se despidió, abriendo la puerta para que Jim pasará. Luego le siguió.
***
Llegaron al hospital, preguntaron por Kate y una enfermera les llevó a la habitación. En principio se mostró reacia a dejar pasar a los dos hombres a la vez, pero después de ver su preocupación, hizo la vista gorda y se fue.
Castle observó a su detective, era ella. Jim empezó a llorar.
-Es ella... -dijo el hombre.
-¿Son familiares? -preguntó una enfermera a sus espaldas.
-Sí, lo somos. -respondió Jim por los dos. Castle lo miró confuso, pero prefirió callarse.
-Soy la doctora Dana. -les extendió la mano para saludarles. -Llegó hará un par de horas al hospital. Sufrió un accidente de coche y tiene barias lesiones y heridas, pero saldrá de esta. -ambos hombres suspiraron. -Aunque tuvimos que operarla para cerrar un par de hemorragias, ahora está estable.
Jim se acercó a su hija y la miró sin atreverse a tocarla, Castle hizo lo mismo.
-Por hoy pueden quedarse los dos lo que queda hasta el horario de visitas. Pero a partir de mañana solo se podrá quedar uno a dormir. ¿De acuerdo? -ambos asintieron. -Volveré en unas horas a evaluarla, no se cuanto tardará en despertarse, pero cuando lo haga avísenme.
Y sin decir nada más se fue.
Castle, se sentó en una de las sillas de la habitación. Arrastró con cuidado el asiento y se acercó al lado derecho de la cama. Jim hizo lo mismo al otro lado, sin decir nada. No querían molestarla.
-Debería llamar a los chicos y a Alexis. -susurró el escritor sin quitar ojo a su detective. El hombre asintió. Rick se levantó, se agachó ligeramente y besó la frente de Kate con ternura, colocando los mechones de su pelo en su sitio. -Vuelvo en seguida... -musitó posando sus labios sobre su frente de nuevo.
Jim lo observó detenidamente con una sutil sonrisa que se hizo más grande cuando Rick salió.
-Hija... -susurró mirándola con ternura. -Si supieras lo que tienes...
Continuará
Última edición por okusak el Dom Mar 03, 2013 12:30 pm, editado 4 veces
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Ya sabees que me encantaaa
A las locas con cariño no gusta todo lo que escribes y dibujas
Ahora lo que tienes que seguir es "Volveras"
Sabes que te esperareeee!!!
A las locas con cariño no gusta todo lo que escribes y dibujas
Ahora lo que tienes que seguir es "Volveras"
Sabes que te esperareeee!!!
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Las Locas con Cariño te presionan por algo, porque despues de escribir estas cosas COMO NO QUIERES QUE NO TE DIGAMOS QUE ESCRIBAS!
Ya sabes, ahora continua pronto y que no le pase nada malo (bueno, aparte de lo evidente) a Kate...
P.D: Weeeeedeeeeee
Ya sabes, ahora continua pronto y que no le pase nada malo (bueno, aparte de lo evidente) a Kate...
P.D: Weeeeedeeeeee
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
¡Que bonita historia!
Me encanta como ha empezado la historia, la preocupación de Castle por Kate, como Alexis anima a Jim y se preocupa también por Beckett.
Me he quedado con ganas de leer más así que espero con ganas el siguiente capítulo
Me encanta como ha empezado la historia, la preocupación de Castle por Kate, como Alexis anima a Jim y se preocupa también por Beckett.
Me he quedado con ganas de leer más así que espero con ganas el siguiente capítulo
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Me gusta mucho! Que mono Rick preocupado por Kate.... y Alexis, por una vez me ha caido bien, jaja
Una pregunta, aqui Kate y Castle no estan juntos, no? (Es que soy cortita)
Siguela!
Una pregunta, aqui Kate y Castle no estan juntos, no? (Es que soy cortita)
Siguela!
Aitana- As del póker
- Mensajes : 253
Fecha de inscripción : 25/11/2012
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
No aquí no están juntos, se me olvidó decirlo . Este fic lo hice hace tiempo y no pensé en una temporada en concreto pero supongo que podría situarse en la cuarta. Gracias por comentar, esta tarde subiré el siguiente.Aitana escribió:Me gusta mucho! Que mono Rick preocupado por Kate.... y Alexis, por una vez me ha caido bien, jaja
Una pregunta, aqui Kate y Castle no estan juntos, no? (Es que soy cortita)
Siguela!
Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Bueno creo que las otras locas con cariño ya te contaron un poco lo que pensamos jejje , nos encanta continua escribiendo que lo haces genial ahora continua Volverás
monsta- Actor en Broadway
- Mensajes : 170
Fecha de inscripción : 24/04/2012
Edad : 32
Localización : madrid
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Wow me encanta como escribes
Pon el siguiente cuando puedas
Pon el siguiente cuando puedas
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Me encanta el fic!!
Espero el siguiente capi
Espero el siguiente capi
Aliciaa- Ayudante de policia
- Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
esta muy bien quiero saber como sigue continualo pronto
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Gracias por los comentarios, de verdad. Voy a poner el siguiente capi, solo queda uno ya xD. Un saludo!
CAPÍTULO 2
El día se había colado por las persianas de aquella habitación mucho antes de que la enfermera las levantara. Jim Beckett había bostezado, se había desperezado, y tras ver como su hija lo saludaba con cansancio, había mantenido una conversación corta y concisa con la enfermera. Como hacía desde que la ingresaron.
Horas más tarde, treinta segundos después del horario de visitas para ser más exactos, alguien entre abrió la puerta de la habitación, asomando su cabecita.
-¿Puedo entrar?
-La gente normal pica, Castle. -respondió una Kate cansada, pero con una sonrisa dibujada en su cara. Estaba incorporada en la cama, apoyada al respaldo con un par de almohadas.
-Bueno, ya sabes que no soy normal. -le mostró todos su dientes, avanzando con sus brazos escondidos detrás de la espalda.
Jim no pudo evitar sonreír al ver a su hija levantar las cejas.
-¿Qué llevas ahí? -preguntó la inspectora.
-¿No quiere adivinarlo detective? -puso su voz de interesante. Kate empequeñeció los ojos, escrutándole al más puro estilo Beckett. Luego miró hacia los lados, a la selva de colores que se habían empeñado en traerle sus compañeros de trabajo.
-Adivino, flores.
-Mmm... no. Razonable, pero no.
-Castle... -lo amenazó, cada vez más impaciente por el supuesto “objeto”.
-Vamos, eres detective. Utiliza tus poderes para adivinarlo.
Kate se cruzó de brazos. Jim se puso cómodo en su silla para ver el espectáculo.
-Me he dejado la bola de cristal en casa, Castle. Ahora dime, ¿qué es? -lo amenazó haciendo un gesto con su mano, como si estuviera sujetando una pistola.
-La bola de cristal puede, aunque tus poderes de intimidación siguen presentes. -contestó con la boca pequeña, para luego ensancharla al máximo. -Pero se que no dejan llevar pistolas ni ningún tipo de arma a los pacientes así que...
-Juro que te tiró el primer jarrón que alcance. -le cortó ella. Jim rió.
-Te creo. -tragó saliva él, mirando hacia las flores de la mesita.
-¿Y bien? ¿Vas a decirme que tienes ahí? -se impacientó ella.
Castle se movió para acercarse a uno de los lados de la cama, el opuesto donde estaba Jim sentado.
-Es un regalo... o algo así. -dijo, enseñando lo que ocultaba tras su espalda.
-¿Un portátil? -preguntó la detective.
-Mí portátil. -puntualizó, acercando la mesa corredera que utilizaban para que los pacientes comieran.
-¿Me vas a dar tu portátil? -volvió a cuestionar como si estuviera viendo un perro verde bailando el hula hula.
-No, no... Más bien es un préstamo. -aclaró, situando el ordenador en la mesa para luego abrirlo y encenderlo. Kate observó el proceso en silencio, con la boca abierta. -Verás, como llevas tres días encerrada aquí, aburrida... y aún te queda una semana, pensé que estaría bien traerte algo para que te entretuvieras. Opté por un libro y miré mi estantería, pero luego se me ocurrió que quizás los habías leído todos y ponderé otra idea. -esperó a que el ordenador iniciara y, cuando vio el escritorio con la pantalla de fondo, señaló hacia una de las carpetas. -Dale aquí.
Kate miró la carpeta que tenía su propio nombre. Luego la abrió y desencajó la boca más aun. Un listado de documentos apareció en la pantalla.
-Son doce historias que escribí y nunca mostré, unas más largas que las otras, escritas en diferentes épocas... si quieres puedes ser la primera y única persona en leerlas.
Ella dejó de mirar la pantalla para observarlo a él. -¿De verdad? -preguntó ilusionada. Él asintió, ella esbozó su mejor sonrisa. -¡Gracias, gracias! -dijo, abriendo uno de los documentos para empezar a leer.
Jim se levantó crujiendo su espalda. Luego miró a Castle, que aun estaba de pié mirando a su hija. -Bueno, ahora que has venido me iré a descansar.
-Ah, sí, puede irse tranquilo.
-Siéntate y armate de paciencia, cuando lee no hay quien la interrumpa. -le sugirió, acercándose a su hija para darle un beso en la frente. Ella solo asintió con un “Hasta luego”. Sin quitar su atención de la historia -¿Lo ves? -Rick sonrió. Jim se puso su chaqueta. -Nos vemos. -dijo, saliendo de allí.
Cuando la puerta se cerró de nuevo, Castle dio la vuelta a la cama y se sentó en la silla que había ocupado Jim. Allí sonrió al ver a Beckett levantar las cejas con una enorme o en su boca sin quitar la vista de la pantalla. Aquello iba a ser entretenido.
-Le vendrá bien descansar esta noche en su cama. Cuatro días durmiendo en esa silla no son recomendables. He visto que le duele la espalda. -se explicó el escritor. -Además, no me importa quedarme, de verdad.
Jim suspiró. -Gracias. -dijo mirándolo con sinceridad. -De verdad... gracias por estar ahí al lado de mi hija.
Castle sonrió mirando su taza de café, mientras una palabra pasaba por su mente. “Siempre.”
-¿Cuantas páginas te has leído ya? -se atrevió a preguntar.
-Unas cuantas. -contestó ella sin mirarlo. -Ya casi terminé esta historia.
Castle sonrió y no dijo nada más. ¿De qué iba a servir? Parecía metida en la historia y eso le encantaba. Estaba aprendiendo que aquella faceta, la de verla leer sin escudos, era realmente entretenida. Podía verla sonreír, fruncir el ceño, negar con la cabeza, morderse el labio... Un repertorio de acciones que revelaban la posición aproximada de la historia. Era raro, pero podía imaginarse el capítulo donde se encontraba sin necesidad de preguntarle la pagina. Quizás era su habilidad de escritor, quizás...
La vio cerrar los ojos. Lo hizo durante unos segundos, luego los abrió, pestañeando pesadamente, y los volvió a cerrar. Castle observó en silenció toda el proceso de como, poco a poco, la detective se fue quedando dormida. Cuando su respiración se calmó, Rick se levantó, puso el ordenador en la mesita de al lado, retiró la mesa corredera de la comida y, con cuidado, quitó los cojines que mantenían incorporada a Kate, tumbándola para que descansara. Kate ronroneó algo inentendible y Castle sonrió, besándola en la frente.
Se sentó en su silla y miró hacia el ordenador. Estaba encendido aun, abierto por la página que Kate estaba leyendo. Levantó la mano y acarició el teclado mirando hacia la detective. Aquel podría ser un buen momento para escribir.
Y tecleó en silencio durante horas, imaginando las futuras reacciones de su rostro al leer lo que escribía. Con un poco de suerte, la vería sonrojarse cuando Rock le dijera a Nikki que aquella mañana se veía preciosa.
ContinuaráHoras más tarde, treinta segundos después del horario de visitas para ser más exactos, alguien entre abrió la puerta de la habitación, asomando su cabecita.
-¿Puedo entrar?
-La gente normal pica, Castle. -respondió una Kate cansada, pero con una sonrisa dibujada en su cara. Estaba incorporada en la cama, apoyada al respaldo con un par de almohadas.
-Bueno, ya sabes que no soy normal. -le mostró todos su dientes, avanzando con sus brazos escondidos detrás de la espalda.
Jim no pudo evitar sonreír al ver a su hija levantar las cejas.
-¿Qué llevas ahí? -preguntó la inspectora.
-¿No quiere adivinarlo detective? -puso su voz de interesante. Kate empequeñeció los ojos, escrutándole al más puro estilo Beckett. Luego miró hacia los lados, a la selva de colores que se habían empeñado en traerle sus compañeros de trabajo.
-Adivino, flores.
-Mmm... no. Razonable, pero no.
-Castle... -lo amenazó, cada vez más impaciente por el supuesto “objeto”.
-Vamos, eres detective. Utiliza tus poderes para adivinarlo.
Kate se cruzó de brazos. Jim se puso cómodo en su silla para ver el espectáculo.
-Me he dejado la bola de cristal en casa, Castle. Ahora dime, ¿qué es? -lo amenazó haciendo un gesto con su mano, como si estuviera sujetando una pistola.
-La bola de cristal puede, aunque tus poderes de intimidación siguen presentes. -contestó con la boca pequeña, para luego ensancharla al máximo. -Pero se que no dejan llevar pistolas ni ningún tipo de arma a los pacientes así que...
-Juro que te tiró el primer jarrón que alcance. -le cortó ella. Jim rió.
-Te creo. -tragó saliva él, mirando hacia las flores de la mesita.
-¿Y bien? ¿Vas a decirme que tienes ahí? -se impacientó ella.
Castle se movió para acercarse a uno de los lados de la cama, el opuesto donde estaba Jim sentado.
-Es un regalo... o algo así. -dijo, enseñando lo que ocultaba tras su espalda.
-¿Un portátil? -preguntó la detective.
-Mí portátil. -puntualizó, acercando la mesa corredera que utilizaban para que los pacientes comieran.
-¿Me vas a dar tu portátil? -volvió a cuestionar como si estuviera viendo un perro verde bailando el hula hula.
-No, no... Más bien es un préstamo. -aclaró, situando el ordenador en la mesa para luego abrirlo y encenderlo. Kate observó el proceso en silencio, con la boca abierta. -Verás, como llevas tres días encerrada aquí, aburrida... y aún te queda una semana, pensé que estaría bien traerte algo para que te entretuvieras. Opté por un libro y miré mi estantería, pero luego se me ocurrió que quizás los habías leído todos y ponderé otra idea. -esperó a que el ordenador iniciara y, cuando vio el escritorio con la pantalla de fondo, señaló hacia una de las carpetas. -Dale aquí.
Kate miró la carpeta que tenía su propio nombre. Luego la abrió y desencajó la boca más aun. Un listado de documentos apareció en la pantalla.
-Son doce historias que escribí y nunca mostré, unas más largas que las otras, escritas en diferentes épocas... si quieres puedes ser la primera y única persona en leerlas.
Ella dejó de mirar la pantalla para observarlo a él. -¿De verdad? -preguntó ilusionada. Él asintió, ella esbozó su mejor sonrisa. -¡Gracias, gracias! -dijo, abriendo uno de los documentos para empezar a leer.
Jim se levantó crujiendo su espalda. Luego miró a Castle, que aun estaba de pié mirando a su hija. -Bueno, ahora que has venido me iré a descansar.
-Ah, sí, puede irse tranquilo.
-Siéntate y armate de paciencia, cuando lee no hay quien la interrumpa. -le sugirió, acercándose a su hija para darle un beso en la frente. Ella solo asintió con un “Hasta luego”. Sin quitar su atención de la historia -¿Lo ves? -Rick sonrió. Jim se puso su chaqueta. -Nos vemos. -dijo, saliendo de allí.
Cuando la puerta se cerró de nuevo, Castle dio la vuelta a la cama y se sentó en la silla que había ocupado Jim. Allí sonrió al ver a Beckett levantar las cejas con una enorme o en su boca sin quitar la vista de la pantalla. Aquello iba a ser entretenido.
***
-De verdad Castle, no hace falta, estoy bien. -se justificó Jim recibiendo una baso de café que el propio escritor le ofreció. Estaban en la cafetería. Después de horas sin salir de la habitación, Kate le había convencido para que fuera a tomar algo y a caminar. Él se mostró reacio, pero cuando llegó Jim, él mismo lo arrastró hacia la cafetería del hospital, donde estaban ahora sentados.-Le vendrá bien descansar esta noche en su cama. Cuatro días durmiendo en esa silla no son recomendables. He visto que le duele la espalda. -se explicó el escritor. -Además, no me importa quedarme, de verdad.
Jim suspiró. -Gracias. -dijo mirándolo con sinceridad. -De verdad... gracias por estar ahí al lado de mi hija.
Castle sonrió mirando su taza de café, mientras una palabra pasaba por su mente. “Siempre.”
***
Se acomodó todo lo que pudo en aquella “maravillosa” silla, posando su espalda en el respaldo y sus brazos en el posa brazos. El silencio reinaba en la habitación. Miró su reloj, comprobando que quedaba poco para que la enfermera se acercará con su toque de queda. Luego volvió a levantar su vista hacia donde Kate leía en la misma posición en la que le dejó esa mañana.-¿Cuantas páginas te has leído ya? -se atrevió a preguntar.
-Unas cuantas. -contestó ella sin mirarlo. -Ya casi terminé esta historia.
Castle sonrió y no dijo nada más. ¿De qué iba a servir? Parecía metida en la historia y eso le encantaba. Estaba aprendiendo que aquella faceta, la de verla leer sin escudos, era realmente entretenida. Podía verla sonreír, fruncir el ceño, negar con la cabeza, morderse el labio... Un repertorio de acciones que revelaban la posición aproximada de la historia. Era raro, pero podía imaginarse el capítulo donde se encontraba sin necesidad de preguntarle la pagina. Quizás era su habilidad de escritor, quizás...
La vio cerrar los ojos. Lo hizo durante unos segundos, luego los abrió, pestañeando pesadamente, y los volvió a cerrar. Castle observó en silenció toda el proceso de como, poco a poco, la detective se fue quedando dormida. Cuando su respiración se calmó, Rick se levantó, puso el ordenador en la mesita de al lado, retiró la mesa corredera de la comida y, con cuidado, quitó los cojines que mantenían incorporada a Kate, tumbándola para que descansara. Kate ronroneó algo inentendible y Castle sonrió, besándola en la frente.
Se sentó en su silla y miró hacia el ordenador. Estaba encendido aun, abierto por la página que Kate estaba leyendo. Levantó la mano y acarició el teclado mirando hacia la detective. Aquel podría ser un buen momento para escribir.
Y tecleó en silencio durante horas, imaginando las futuras reacciones de su rostro al leer lo que escribía. Con un poco de suerte, la vería sonrojarse cuando Rock le dijera a Nikki que aquella mañana se veía preciosa.
Última edición por okusak el Mar Mar 05, 2013 11:07 pm, editado 1 vez
okusak- Policia de homicidios
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Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Me gusta mucho esta historia, espero impaciente el proximo capitulo!
N.VLC- Escritor novato
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Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
sigueeeeeeeee
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Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Venga, sube, sube!
Que detalle de Rick si es que e un AMOR de hombre....
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Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
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Yaye- Escritor - Policia
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Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Muy bueno, continua.
Delta5- Escritor - Policia
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Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Gracias por los comentarios, quería responderlos uno a uno, pero me es algo imposible ahora mismo. Bueno, como no se si más tarde tendré tiempo, os pongo el último capi de la historia... sí, el último, último. Un saludo y gracias por leer.
CAPÍTULO 3
-¿Qué? ¿Mañana? -se alegró Castle en mitad del pasillo del hospital. Las enfermeras lo observaron con mala cara. Jim le hizo un gesto de silencio.
-Sí mañana. -confirmó el hombre con cierto temor en su voz.
-¡Pero eso es bueno!
Jim se acercó al escritor, lo cogió del brazo y lo desplazó hacia el otro extremo del pasillo. ¿El objetivo? Alejarse de la puerta entre abierta de la habitación de su hija.
-¿Qué pasa? -preguntó inquieto el escritor ante el comportamiento del hombre.
-No lo se. -confesó Jim. Castle levantó las cejas. -Desde que la doctora le ha dicho que le darán el alta está más...
-¿Más...? -le apremió Rick.
-Arisca.
Castle abrió los ojos al máximo, luego los cerró con fuerza y volvió a abrirlos. -¿Arisca? -repitió para asegurarse. Jim asintió. -¿Por qué?
-No lo se. -suspiró encogiendo los hombros. -Pero tiene el modo “mirada asesina” activado hasta conmigo. -Rick tragó saliva. -Así que mejor no le hables del alta.
Castle asintió repetidamente.
-Bueno, aclarado este asunto... ¿Entramos?
Las horas pasaron y Jim decidió irse a dar una vuelta y estirar las piernas. Castle se quedó sentado en su silla, al lado de una Beckett ausente. Poco después, la puerta se abrió dejando pasar a la doctora. Esta chequeó a su paciente y le confirmó que al día siguiente le darían el alta. También le mandó utilizar unas muletas, guardar reposo y le sugirió que alguien la cuidara los primeros días.
La detective asintió a todo en silencio. Luego la doctora se fue y Kate volvió a coger el portátil.
Él se mantuvo en silencio, apreciando su vida. Ella lo miraba de vez en cuando de reojo, degollándolo con la mirada. Luego volvía a leer. Algo pasaba, sí, y Castle tenía la sensación de que él tenía mucho que ver. “¿Pero qué he hecho ahora?” Pensó el escritor, tragando saliva ante la decimoquinta mirada degolladora de Kate. Esta no tardó mucho en volver la atención al portátil, a la historia.
Castle abrió sus parpados al máximo y chasqueó los dedos. ¡Era eso! ¡La historia!
-¿Qué pasa? -le reprochó Kate.
-Nada, nada... -tartamudeó él. Pero cuando ella quiso volver la atención al portátil, Castle la interrumpió. -¿Y a ti? ¿Te pasa algo?
-No, ¿que me iba a pasar? -se mordió el labio, intentando volver a leer.
-Vale.
El silencio volvió a invadir la habitación hasta que Kate no pudo más.
-¿Te llevarás el portátil? -preguntó sin despegar la vista de la pantalla. Castle juró ver como se sonrojaba.
-Bueno, tendré que llevármelo. Gina está histérica porque llevo días retrasando la entrega de unos capítulos.
-Ah... -fue lo único que dijo ella. Había pasado de procesar un aura maléfica a otra más diferente... ¿estaba triste?
-Pero, si por un casual... -empezó Castle aclarándose la garganta. -...algún día quisieras seguir leyendo alguna de las historias, solo tienes que ir a mi casa y decirlo. -le sonrió.
Kate lo fulminó con la mirada.
-Sigue soñando, Castle.
Suspiró y ojeó su reloj; las 12:30 am. Miró hacia el techo, seguramente Kate estaría durmiendo en su cama, bajo la supervisión de Jim. Aquel día le habían dado el alta, por fin. Pero ella no parecía muy contenta, apenas le había hablado e insistía en degollarle con la mirada.
El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos. Del susto, se sentó de golpe volcando el portátil sobre el sofá, que por suerte era blando. Miró el objeto con miedo de haber borrado lo poco que tenía y luego observó la puerta. Seguían picando.
Se levantó y corrió hacia la puerta, abriéndola de golpe.
-¡Pero qué horas son es...! -Castle enmudeció ante su visión.
-Hola... -contestó Kate desde el recibidor. No pudo mantener su mirada y desvió la vista hacia el suelo, sonrojada. Castle parpadeó. ¿Era su imaginación? ¿O Kate estaba en la puerta de su loft, en camisón, con una chaqueta por encima y en muletas?
-¿Estás escribiendo? -interrumpió sus pensamientos.
Él volvió a la realidad, observándola de arriba a bajo, percatándose de como se tambaleaba por momentos.
-¿Qué? -pareció confuso. Luego negó con la cabeza. -¿Qué haces aquí Kate? Se supone que debes de estar en casa sin hacer esfuerzos. -le reprochó. Su tono sonó duro y consistente, tanto, que Kate no sabía donde mirar.
-Lo... lo siento. -siseó entrecortadamente.
-No es cuestión de sentirlo Kate, no ves que... -ella lo abrazó.
Las muletas cayeron al suelo en el mismo instante en que Rick dejó de respirar. Notaba su respiración en su nuca y sus brazos rodeándolo por las caderas, arrugando la camisa del pijama.
Le estaba abrazando.
Podría echar la culpa a los calmantes, al dolor, a la falta de sueño... pero le estaba abrazando.
Todo su enfado se fue a pique. No podía reprocharle nada, no si lo desarmaba de aquella manera.
Rick cerró los ojos, aspirando su aroma y sus manos se movieron involuntariamente, agarrándola de la cintura para subirla a horcajadas sobre él. Ella apretó su pierna buena por la cintura de él. Ahora su rostro estaba ligeramente por encima del de Castle, pero continuó refugiándose en su cuello mientras él la llevaba al sofá.
La acomodó en el sofá con cuidado, fue hacia el recibidor, cerró la puerta de la casa y recogió las muletas. Cuando llegó, ella observaba el portátil que descansaba sobre el sofá, luego levantó la vista con los ojos llorosos y los labios contraídos en un morrito que nunca había visto en ella.
-Estás escribiendo. -se desalentó ella. Y Castle lo comprendió todo.
Con una sonrisa en sus labios, se dirigió a la mesita del comedor, cogió su móvil y se sentó a su lado. Él le ofreció el teléfono. -Llama a tu padre o le dará un infarto. -le sugirió, recordando que el pobre hombre había insistido en cuidarla y ahora estaría en el piso de ella, probablemente asustado.
Kate obedeció, aguantando los reproches de su padre hasta que colgó. -Dice que mejor me quede aquí, ya es tarde... lo siento. -susurró ella con los ojos enrojecidos. Castle guardó el teléfono sobre la mesita y la miró. Ni si quiera se había quitado la chaqueta y se abrazaba a ella misma, con el pié bueno sobre el sofá, rodeando con sus brazos su pierna buena, la otra descansaba estirada.
Castle cogió el portátil y se acomodó en un extremo del sofá, con su espalda sobre el posa brazos, donde había una multitud de cojines que lo dejaban medio incorporado, medio tumbado. -Ven aquí. -le dijo suavemente señalando su regazo. Ella lo miró con los ojillos rojos. -Ven. -repitió. -Tengo una idea. -ella obedeció y se acomodó sobre él, medio tumbada. Castle se quedó quieto por unos segundos. Había esperado alguna queja acompañada de la típica mirada asesina, pero ella obedeció. “Los medicamentos, debe ser por los medicamentos.” Se dijo a si mismo el escritor. Inspiró con fuerza y la rodeó por la espalda, poniendo el portátil sobre el regazo de la detective. Ajustó la pantalla y abrió dos documentos, situando cada uno a un extremo de la pantalla. Uno era la historia que Kate estaba leyendo, el otro era la novela que Rick tenía que completar.
Rick besó su cabeza, recargándose sobre el hombro de ella. -Así tu puedes leer y yo escribir.
Kate ladeó la cabeza para mirarlo con sus ojitos rojos ilusionados. -¿De verdad?
Él asintió con una sonrisa.
-¿Y cuando lo lea podre...? -señaló el documento de Nikky Heat.
Él suspiró. ¿A quién iba a engañar? Cuando lo leyera el efecto de los medicamentos pasaría y quizás lo matase por estar como estaban ahora mismo.
-¿Si te digo que sí, prometes portarte bien? ¿Sin más imprudencias?
Ella abrió la boca sin contener su asombro. -¿De verdad? ¿Así de fácil? -Castle suspiró pesadamente.
-Si fuera tan fácil no te lo pediría. -ella siguió observándolo. Los dos estaban alumbrados por la tenue luz de la pantalla. -Prometeme que no harás ninguna imprudencia. -ella asintió con la cabeza. -Que harás el reposo que te mandaron, sin restricciones. -volvió a asentir. -Y me harás caso mientras estés convaleciente. -ahora se quedó quieta. -Pues no hay trato.
Castle cerró la pantalla del ordenador y Kate miró horrorizada aquel gesto.
-Vale, vale, vale. -se apremió a contestar, agarrando las manos del escritor, que sujetaban el portátil sin intención de abrirlo. -Lo haré, lo haré. -repitió, rogándole con la mirada.
-¿Palabra de detective?
Kate revoloteó los ojos.
-Palabra de detective. -se rindió. Castle sonrió tenuemente, abriendo el portátil para ver como ella dejaba de mirarlo. Ahora su atención residía en la historia.
Ella leyó en silenció, con el único sonido del teclado y la respiración de él sobre su cuello. ¿Y él? Él escribió sin utilizar la tecla de retroceso. Por arte de magia, había recuperado su inspiración, y en un momento de debilidad -o lucidez- se preguntó si aquel jardín de cerezas, que rodeaba con sus brazos mientras escribía, tendría algo que ver.
Su subconsciente respondió por él. Tendría que acabar los capítulos que le quedaban aquella noche o estaba perdido.
FIN
-Sí mañana. -confirmó el hombre con cierto temor en su voz.
-¡Pero eso es bueno!
Jim se acercó al escritor, lo cogió del brazo y lo desplazó hacia el otro extremo del pasillo. ¿El objetivo? Alejarse de la puerta entre abierta de la habitación de su hija.
-¿Qué pasa? -preguntó inquieto el escritor ante el comportamiento del hombre.
-No lo se. -confesó Jim. Castle levantó las cejas. -Desde que la doctora le ha dicho que le darán el alta está más...
-¿Más...? -le apremió Rick.
-Arisca.
Castle abrió los ojos al máximo, luego los cerró con fuerza y volvió a abrirlos. -¿Arisca? -repitió para asegurarse. Jim asintió. -¿Por qué?
-No lo se. -suspiró encogiendo los hombros. -Pero tiene el modo “mirada asesina” activado hasta conmigo. -Rick tragó saliva. -Así que mejor no le hables del alta.
Castle asintió repetidamente.
-Bueno, aclarado este asunto... ¿Entramos?
***
Cuando entraron a la habitación lo hicieron en silencio. Ninguno de los dos hablo y Kate tampoco lo intentó. Estaba demasiado ocupada leyendo en el portátil de Castle, como en los últimos cinco días.Las horas pasaron y Jim decidió irse a dar una vuelta y estirar las piernas. Castle se quedó sentado en su silla, al lado de una Beckett ausente. Poco después, la puerta se abrió dejando pasar a la doctora. Esta chequeó a su paciente y le confirmó que al día siguiente le darían el alta. También le mandó utilizar unas muletas, guardar reposo y le sugirió que alguien la cuidara los primeros días.
La detective asintió a todo en silencio. Luego la doctora se fue y Kate volvió a coger el portátil.
Él se mantuvo en silencio, apreciando su vida. Ella lo miraba de vez en cuando de reojo, degollándolo con la mirada. Luego volvía a leer. Algo pasaba, sí, y Castle tenía la sensación de que él tenía mucho que ver. “¿Pero qué he hecho ahora?” Pensó el escritor, tragando saliva ante la decimoquinta mirada degolladora de Kate. Esta no tardó mucho en volver la atención al portátil, a la historia.
Castle abrió sus parpados al máximo y chasqueó los dedos. ¡Era eso! ¡La historia!
-¿Qué pasa? -le reprochó Kate.
-Nada, nada... -tartamudeó él. Pero cuando ella quiso volver la atención al portátil, Castle la interrumpió. -¿Y a ti? ¿Te pasa algo?
-No, ¿que me iba a pasar? -se mordió el labio, intentando volver a leer.
-Vale.
El silencio volvió a invadir la habitación hasta que Kate no pudo más.
-¿Te llevarás el portátil? -preguntó sin despegar la vista de la pantalla. Castle juró ver como se sonrojaba.
-Bueno, tendré que llevármelo. Gina está histérica porque llevo días retrasando la entrega de unos capítulos.
-Ah... -fue lo único que dijo ella. Había pasado de procesar un aura maléfica a otra más diferente... ¿estaba triste?
-Pero, si por un casual... -empezó Castle aclarándose la garganta. -...algún día quisieras seguir leyendo alguna de las historias, solo tienes que ir a mi casa y decirlo. -le sonrió.
Kate lo fulminó con la mirada.
-Sigue soñando, Castle.
***
El sol se había escondido de las calles de Manhattan. Castle tecleaba con desespero en su ordenador, tumbado en el sofá, con el portátil encima. Gina no paraba de exigirle capítulos nuevos y él no dejaba de pulsar la tecla suprimir cada quince segundos. Era increíble, o más bien frustrante. Había pasado un par de noches en el hospital, escribiendo sin parar y ahora, simplemente, las palabras no surgían.Suspiró y ojeó su reloj; las 12:30 am. Miró hacia el techo, seguramente Kate estaría durmiendo en su cama, bajo la supervisión de Jim. Aquel día le habían dado el alta, por fin. Pero ella no parecía muy contenta, apenas le había hablado e insistía en degollarle con la mirada.
El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos. Del susto, se sentó de golpe volcando el portátil sobre el sofá, que por suerte era blando. Miró el objeto con miedo de haber borrado lo poco que tenía y luego observó la puerta. Seguían picando.
Se levantó y corrió hacia la puerta, abriéndola de golpe.
-¡Pero qué horas son es...! -Castle enmudeció ante su visión.
-Hola... -contestó Kate desde el recibidor. No pudo mantener su mirada y desvió la vista hacia el suelo, sonrojada. Castle parpadeó. ¿Era su imaginación? ¿O Kate estaba en la puerta de su loft, en camisón, con una chaqueta por encima y en muletas?
-¿Estás escribiendo? -interrumpió sus pensamientos.
Él volvió a la realidad, observándola de arriba a bajo, percatándose de como se tambaleaba por momentos.
-¿Qué? -pareció confuso. Luego negó con la cabeza. -¿Qué haces aquí Kate? Se supone que debes de estar en casa sin hacer esfuerzos. -le reprochó. Su tono sonó duro y consistente, tanto, que Kate no sabía donde mirar.
-Lo... lo siento. -siseó entrecortadamente.
-No es cuestión de sentirlo Kate, no ves que... -ella lo abrazó.
Las muletas cayeron al suelo en el mismo instante en que Rick dejó de respirar. Notaba su respiración en su nuca y sus brazos rodeándolo por las caderas, arrugando la camisa del pijama.
Le estaba abrazando.
Podría echar la culpa a los calmantes, al dolor, a la falta de sueño... pero le estaba abrazando.
Todo su enfado se fue a pique. No podía reprocharle nada, no si lo desarmaba de aquella manera.
Rick cerró los ojos, aspirando su aroma y sus manos se movieron involuntariamente, agarrándola de la cintura para subirla a horcajadas sobre él. Ella apretó su pierna buena por la cintura de él. Ahora su rostro estaba ligeramente por encima del de Castle, pero continuó refugiándose en su cuello mientras él la llevaba al sofá.
La acomodó en el sofá con cuidado, fue hacia el recibidor, cerró la puerta de la casa y recogió las muletas. Cuando llegó, ella observaba el portátil que descansaba sobre el sofá, luego levantó la vista con los ojos llorosos y los labios contraídos en un morrito que nunca había visto en ella.
-Estás escribiendo. -se desalentó ella. Y Castle lo comprendió todo.
Con una sonrisa en sus labios, se dirigió a la mesita del comedor, cogió su móvil y se sentó a su lado. Él le ofreció el teléfono. -Llama a tu padre o le dará un infarto. -le sugirió, recordando que el pobre hombre había insistido en cuidarla y ahora estaría en el piso de ella, probablemente asustado.
Kate obedeció, aguantando los reproches de su padre hasta que colgó. -Dice que mejor me quede aquí, ya es tarde... lo siento. -susurró ella con los ojos enrojecidos. Castle guardó el teléfono sobre la mesita y la miró. Ni si quiera se había quitado la chaqueta y se abrazaba a ella misma, con el pié bueno sobre el sofá, rodeando con sus brazos su pierna buena, la otra descansaba estirada.
Castle cogió el portátil y se acomodó en un extremo del sofá, con su espalda sobre el posa brazos, donde había una multitud de cojines que lo dejaban medio incorporado, medio tumbado. -Ven aquí. -le dijo suavemente señalando su regazo. Ella lo miró con los ojillos rojos. -Ven. -repitió. -Tengo una idea. -ella obedeció y se acomodó sobre él, medio tumbada. Castle se quedó quieto por unos segundos. Había esperado alguna queja acompañada de la típica mirada asesina, pero ella obedeció. “Los medicamentos, debe ser por los medicamentos.” Se dijo a si mismo el escritor. Inspiró con fuerza y la rodeó por la espalda, poniendo el portátil sobre el regazo de la detective. Ajustó la pantalla y abrió dos documentos, situando cada uno a un extremo de la pantalla. Uno era la historia que Kate estaba leyendo, el otro era la novela que Rick tenía que completar.
Rick besó su cabeza, recargándose sobre el hombro de ella. -Así tu puedes leer y yo escribir.
Kate ladeó la cabeza para mirarlo con sus ojitos rojos ilusionados. -¿De verdad?
Él asintió con una sonrisa.
-¿Y cuando lo lea podre...? -señaló el documento de Nikky Heat.
Él suspiró. ¿A quién iba a engañar? Cuando lo leyera el efecto de los medicamentos pasaría y quizás lo matase por estar como estaban ahora mismo.
-¿Si te digo que sí, prometes portarte bien? ¿Sin más imprudencias?
Ella abrió la boca sin contener su asombro. -¿De verdad? ¿Así de fácil? -Castle suspiró pesadamente.
-Si fuera tan fácil no te lo pediría. -ella siguió observándolo. Los dos estaban alumbrados por la tenue luz de la pantalla. -Prometeme que no harás ninguna imprudencia. -ella asintió con la cabeza. -Que harás el reposo que te mandaron, sin restricciones. -volvió a asentir. -Y me harás caso mientras estés convaleciente. -ahora se quedó quieta. -Pues no hay trato.
Castle cerró la pantalla del ordenador y Kate miró horrorizada aquel gesto.
-Vale, vale, vale. -se apremió a contestar, agarrando las manos del escritor, que sujetaban el portátil sin intención de abrirlo. -Lo haré, lo haré. -repitió, rogándole con la mirada.
-¿Palabra de detective?
Kate revoloteó los ojos.
-Palabra de detective. -se rindió. Castle sonrió tenuemente, abriendo el portátil para ver como ella dejaba de mirarlo. Ahora su atención residía en la historia.
Ella leyó en silenció, con el único sonido del teclado y la respiración de él sobre su cuello. ¿Y él? Él escribió sin utilizar la tecla de retroceso. Por arte de magia, había recuperado su inspiración, y en un momento de debilidad -o lucidez- se preguntó si aquel jardín de cerezas, que rodeaba con sus brazos mientras escribía, tendría algo que ver.
Su subconsciente respondió por él. Tendría que acabar los capítulos que le quedaban aquella noche o estaba perdido.
FIN
Última edición por okusak el Dom Sep 01, 2013 4:59 am, editado 2 veces
okusak- Policia de homicidios
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Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Que bonito, y que pena que haya acabado ya .
Gracias por compartir esta historia
Gracias por compartir esta historia
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Siguelooii un epilogooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Ehm... ¿toda la verdad y nada más que la verdad?
Me ha sabido a poco...
Me ha sabido a poco...
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Me encantaaa el momento sofá
Me gusta todo lo escribes Jess y lo sabes!!
Sigue pronto con lo que tu sabes
Me gusta todo lo escribes Jess y lo sabes!!
Sigue pronto con lo que tu sabes
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Jooo porque se acaba, quiero continuacion porfaaaaaaaa juuuuum
Re: Cosas de musas Capítulo 3 FINAL (12/02/2013)
Me encantaaaaaa el final y todo, y ese momento sofing!
Aliciaa- Ayudante de policia
- Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 22/10/2012
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