Entre sesiones
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Entre sesiones
capítulo 1
Las sirenas sonaban a lo lejos, los agentes corrían alrededor con miradas urgentes, pero ella estaba ausente, se encontraba en una realidad paralela en la que todo era diferente. Era como si estuviese bajo el agua, y lo viera y escuchara todo de manera amortiguada. Oía las voces, los sanitarios bajando la camilla de la ambulancia y dirigiéndose hacia a ella, pero ella no estaba allí, no estaba con las manos llenas de sangre intentando taponar la herida.
Kate sólo sentía los latidos de su corazón retumbando en su cabeza. Respiraba por la boca aceleradamente. Dios, no quería ni respirar para evitar que lo que estaba pasando siguiera su curso. Sólo repetía como una plegaria no te rindas, no te rindas…mientras mantenía sus manos fuertemente apretadas contra su cuello.
-Kate... Kate...– La llamó el Dr. Burke, sacándola de sus pensamientos. – ¿le apetece un té?
-Uhm…, no gracias estoy bien -dijo casi con un susurro desde la ventana, mirándose las manos como si todavía viera la sangre en ellas.
-¿Quiere hablar de cómo se siente hoy?- preguntó el doctor sentándose en el sillón donde siempre solía colocarse, con el cuaderno de notas en el regazo.
- La verdad, no sé bien cómo me siento desde…- dijo Kate, sin terminar la frase y acurrucándose en la esquina del sofá, colocado estratégicamente para facilitar el toma y daca de palabras entre ellos.
- Sé que esto la ha sacudido muy internamente otra vez, que ese muro como usted le llama, puja de nuevo por elevarse- comentó el doctor, con voz suave y acompasada.-Pero la conozco Kate y sé que tiene la fortaleza suficiente como para levantarse y luchar, y hacer que esto no la vuelva a superar. Ya sabe cómo funciona esto, la terapia al igual que la vida es como una carrera de obstáculos, a veces tropiezas y caes… y se hace necesario parar un segundo, respirar hondo y decidir cuándo y por dónde vas a seguir - dijo mirándola pacientemente, mientras gira lentamente el lápiz con el que toma notas.
- Ahora ya no estoy tan segura- dijo Kate como si hablara consigo misma.- No estoy tan segura de poder hacerlo otra vez. Aquí luché contra mis miedos, contra mis obsesiones. Aprendí a enfrentarme a ellas evitando que me arrastraran a las profundidades. Tú me ayudaste a encontrar la manera de superar todo eso. Pero ahora…. todo ha vuelto a derrumbarse. Ha vuelto esa sensación de ahogo que me atenaza y me paraliza, y no sé cómo seguir- dijo lentamente Kate, intentando no mirarle a los ojos ya que se sentía avergonzada de sí misma, se sentía fracasada por no poder con aquello.
Volvió la mirada a la ventana y se perdió de nuevo.
Las sirenas sonaban a lo lejos, los agentes corrían alrededor con miradas urgentes, pero ella estaba ausente, se encontraba en una realidad paralela en la que todo era diferente. Era como si estuviese bajo el agua, y lo viera y escuchara todo de manera amortiguada. Oía las voces, los sanitarios bajando la camilla de la ambulancia y dirigiéndose hacia a ella, pero ella no estaba allí, no estaba con las manos llenas de sangre intentando taponar la herida.
Kate sólo sentía los latidos de su corazón retumbando en su cabeza. Respiraba por la boca aceleradamente. Dios, no quería ni respirar para evitar que lo que estaba pasando siguiera su curso. Sólo repetía como una plegaria no te rindas, no te rindas…mientras mantenía sus manos fuertemente apretadas contra su cuello.
-Kate... Kate...– La llamó el Dr. Burke, sacándola de sus pensamientos. – ¿le apetece un té?
-Uhm…, no gracias estoy bien -dijo casi con un susurro desde la ventana, mirándose las manos como si todavía viera la sangre en ellas.
-¿Quiere hablar de cómo se siente hoy?- preguntó el doctor sentándose en el sillón donde siempre solía colocarse, con el cuaderno de notas en el regazo.
- La verdad, no sé bien cómo me siento desde…- dijo Kate, sin terminar la frase y acurrucándose en la esquina del sofá, colocado estratégicamente para facilitar el toma y daca de palabras entre ellos.
- Sé que esto la ha sacudido muy internamente otra vez, que ese muro como usted le llama, puja de nuevo por elevarse- comentó el doctor, con voz suave y acompasada.-Pero la conozco Kate y sé que tiene la fortaleza suficiente como para levantarse y luchar, y hacer que esto no la vuelva a superar. Ya sabe cómo funciona esto, la terapia al igual que la vida es como una carrera de obstáculos, a veces tropiezas y caes… y se hace necesario parar un segundo, respirar hondo y decidir cuándo y por dónde vas a seguir - dijo mirándola pacientemente, mientras gira lentamente el lápiz con el que toma notas.
- Ahora ya no estoy tan segura- dijo Kate como si hablara consigo misma.- No estoy tan segura de poder hacerlo otra vez. Aquí luché contra mis miedos, contra mis obsesiones. Aprendí a enfrentarme a ellas evitando que me arrastraran a las profundidades. Tú me ayudaste a encontrar la manera de superar todo eso. Pero ahora…. todo ha vuelto a derrumbarse. Ha vuelto esa sensación de ahogo que me atenaza y me paraliza, y no sé cómo seguir- dijo lentamente Kate, intentando no mirarle a los ojos ya que se sentía avergonzada de sí misma, se sentía fracasada por no poder con aquello.
Volvió la mirada a la ventana y se perdió de nuevo.
curiosity- Escritor novato
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Entre sesiones
Interesante, me tienes intrigada con lo "nuevo" que le pasa a Kate.
Espero que sigas pronto, porque yo quiero que lo hagas.
Sigue así.
Espero que sigas pronto, porque yo quiero que lo hagas.
Sigue así.
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
- Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Edad : 26
Localización : Ceuta (España)
Re: Entre sesiones
Vaya comienzo, solo espero que continua bien. Me encanta, continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Entre sesiones
Capítulo 2
Todo era como un sueño, más bien una pesadilla de la que no podía escapar. Había entrado en la ambulancia con los sanitarios, sin separase de su lado, sin dejar de cogerle la mano, sólo quería que supiera que estaba allí y que no lo iba a abandonar. Sólo podía pensar en lo que le dijo él una vez.
-Te vi morir en esa ambulancia Kate, sabes lo que es ver a alguien que te importa…-
Y ahora estaba comprobando en propia piel lo que querían decir aquellas palabras. Pero ella no iba a dejar que sucediera nada parecido, lo traería del mismo infierno si fuera necesario.
Bajo la inmensa mole de hormigón que era el New York Presbyterian Hospital, se encontraba el área de urgencias. Habían pasado más de dos horas desde que entró en quirófano y ella seguía de pie, junto a las puertas abatibles de acceso restringido. Repasaba mentalmente, segundo a segundo, la escena justo antes de que aquel individuo saliera por detrás de ella y saltara sobre Castle. Sólo le dio tiempo a verlo por el rabillo del ojo, pero ya era tarde. Vio el brillo de la hoja atravesar el aire e impactar por debajo de su cuello. Todo ocurrió en un segundo. Por la fuerza del impacto los dos cayeron juntos, el individuo se levantó de un salto y se dispuso a salir huyendo, pero eso fue lo último que hizo. La detective lo abatió de dos disparos.
¿Cómo había permitido que ocurriera? Se suponía que ella era la poli, era ella la que tenía que haberle protegido. Pero llevaban tanto tiempo juntos que muchas veces no era consciente de que él no tenía la preparación suficiente. ¡Por Dios! él no era uno de ellos.
Una oleada de angustia la sacudió una vez más al abrirse de nuevo las puertas. Era más fácil estar en el otro lado. Mientras inconscientemente se acariciaba la cicatriz del pecho, sintió una punzada en el corazón por haberle tratado como lo hizo. Pensó en lo duro que debió de ser para Castle estar dónde ella estaba ahora.
Miró hacia la sala de espera, dónde Martha y Alexis esperaban. Tendría que estar allí con ellas apoyándolas, dándoles fuerzas, pero y si… al mirarla, vieran el miedo y la culpa en sus ojos. Sabía que si se acercaba a ellas, se derrumbaría y eso no podía permitirlo…ahora no.
Mientras tanto, esa función se la dejaba a Ryan y Esposito, ellos la conocían lo suficiente como para saber que necesitaba en ese momento. Una simple mirada de cualquiera de los dos, le decía que no se preocupara que todo iba a ir bien, que los tendría a su lado para lo que hiciera falta. Y eso hacía que se mantuviera en pie, de momento.
-Sé que es difícil enfrentarse a un nuevo sentimiento, a un nuevo miedo... y que te sientes tentada de volver a la única manera que tienes de controlarlo. Pero ya sabes que ese control no es real, ¿verdad?, ese control lo que hace es que te aísles de todo y de todos.
La cuestión será si quieres volver a encerrarte en ti misma, encerrar todos estos sentimientos y ceder al miedo, o bien, dejarte llevar, sentirlos y vivirlos con todo lo que eso conlleva. Así que… ¿qué camino vas a elegir, Kate?-Le preguntó el Dr. Burke sin dejar de mirarla fijamente. Siempre tenía la habilidad de disparar en ella el resorte que tenía en su interior.
Por primera vez, la detective le devolvió la mirada intentando vislumbrar la respuesta. Pero la respuesta a eso, estaba más allá de donde ella podía llegar en ese momento. Inconscientemente se recogió con la mano un mechón de pelo y se lo colocó delicadamente tras la oreja. Siempre lo hacía cada vez que quería desviar la atención. Volvió la mirada hacia abajo e inspiró profundamente, pero el aire se negaba a llenar sus pulmones.
- No quiero volver a perderme, no quiero perderle a él…- dijo ese pensamiento en voz alta, desgarrándola por dentro al salir. Mientras las lágrimas se abrían paso por su rostro.
Todo era como un sueño, más bien una pesadilla de la que no podía escapar. Había entrado en la ambulancia con los sanitarios, sin separase de su lado, sin dejar de cogerle la mano, sólo quería que supiera que estaba allí y que no lo iba a abandonar. Sólo podía pensar en lo que le dijo él una vez.
-Te vi morir en esa ambulancia Kate, sabes lo que es ver a alguien que te importa…-
Y ahora estaba comprobando en propia piel lo que querían decir aquellas palabras. Pero ella no iba a dejar que sucediera nada parecido, lo traería del mismo infierno si fuera necesario.
Bajo la inmensa mole de hormigón que era el New York Presbyterian Hospital, se encontraba el área de urgencias. Habían pasado más de dos horas desde que entró en quirófano y ella seguía de pie, junto a las puertas abatibles de acceso restringido. Repasaba mentalmente, segundo a segundo, la escena justo antes de que aquel individuo saliera por detrás de ella y saltara sobre Castle. Sólo le dio tiempo a verlo por el rabillo del ojo, pero ya era tarde. Vio el brillo de la hoja atravesar el aire e impactar por debajo de su cuello. Todo ocurrió en un segundo. Por la fuerza del impacto los dos cayeron juntos, el individuo se levantó de un salto y se dispuso a salir huyendo, pero eso fue lo último que hizo. La detective lo abatió de dos disparos.
¿Cómo había permitido que ocurriera? Se suponía que ella era la poli, era ella la que tenía que haberle protegido. Pero llevaban tanto tiempo juntos que muchas veces no era consciente de que él no tenía la preparación suficiente. ¡Por Dios! él no era uno de ellos.
Una oleada de angustia la sacudió una vez más al abrirse de nuevo las puertas. Era más fácil estar en el otro lado. Mientras inconscientemente se acariciaba la cicatriz del pecho, sintió una punzada en el corazón por haberle tratado como lo hizo. Pensó en lo duro que debió de ser para Castle estar dónde ella estaba ahora.
Miró hacia la sala de espera, dónde Martha y Alexis esperaban. Tendría que estar allí con ellas apoyándolas, dándoles fuerzas, pero y si… al mirarla, vieran el miedo y la culpa en sus ojos. Sabía que si se acercaba a ellas, se derrumbaría y eso no podía permitirlo…ahora no.
Mientras tanto, esa función se la dejaba a Ryan y Esposito, ellos la conocían lo suficiente como para saber que necesitaba en ese momento. Una simple mirada de cualquiera de los dos, le decía que no se preocupara que todo iba a ir bien, que los tendría a su lado para lo que hiciera falta. Y eso hacía que se mantuviera en pie, de momento.
-Sé que es difícil enfrentarse a un nuevo sentimiento, a un nuevo miedo... y que te sientes tentada de volver a la única manera que tienes de controlarlo. Pero ya sabes que ese control no es real, ¿verdad?, ese control lo que hace es que te aísles de todo y de todos.
La cuestión será si quieres volver a encerrarte en ti misma, encerrar todos estos sentimientos y ceder al miedo, o bien, dejarte llevar, sentirlos y vivirlos con todo lo que eso conlleva. Así que… ¿qué camino vas a elegir, Kate?-Le preguntó el Dr. Burke sin dejar de mirarla fijamente. Siempre tenía la habilidad de disparar en ella el resorte que tenía en su interior.
Por primera vez, la detective le devolvió la mirada intentando vislumbrar la respuesta. Pero la respuesta a eso, estaba más allá de donde ella podía llegar en ese momento. Inconscientemente se recogió con la mano un mechón de pelo y se lo colocó delicadamente tras la oreja. Siempre lo hacía cada vez que quería desviar la atención. Volvió la mirada hacia abajo e inspiró profundamente, pero el aire se negaba a llenar sus pulmones.
- No quiero volver a perderme, no quiero perderle a él…- dijo ese pensamiento en voz alta, desgarrándola por dentro al salir. Mientras las lágrimas se abrían paso por su rostro.
curiosity- Escritor novato
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Entre sesiones
Me voy a deprimir con tantas historias tristes.
Me encanta, continua pronto.
BESOTESS
Me encanta, continua pronto.
BESOTESS
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Entre sesiones
No os preocupeis, vais a sufrir pero sólo un poquitín
Bueno iré subiendo los que me quedan en cuanto pueda
Bueno iré subiendo los que me quedan en cuanto pueda
curiosity- Escritor novato
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Entre sesiones
Diciendo eso solo haces que tenga ganas de estrangularte, por poner a la Kate en esa situacion.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Entre sesiones
Capítulo 3
Ella vio aproximarse al cirujano de urgencias y lo primero que hizo fue mirarle a los ojos .Había aprendido hace ya tiempo, que los médicos al igual que los policías se armaban de una manera especial para dar malas noticias. Contuvo la respiración y le miró fijamente. El médico la miró con gesto formal y grave pero no reconoció ninguna señal especial, así que dejo entrar un fino aliento en sus pulmones. Habían controlado la hemorragia y el neumotórax. El pulmón se había visto afectado y había perdido mucha sangre, así que tendrían que esperar para ver como evolucionaba, aunque su diagnóstico era reservado.
Kate vio cómo el médico se dirigía hacia las mujeres, que lo miraban con gesto de angustia y les explicaba lo mismo que le había dicho a ella. Mientras observaba desde la puerta, una arcada de ansiedad le subió por la garganta y tuvo que correr hacia el baño. Allí vomitó toda la tensión y la angustia acumuladas. Cuando terminó, toda ella temblaba. Se agachó apoyándose contra su espalda y lloró…. No sabía cuánto tiempo estuvo allí agachada, pero parecieron días. Se levantó como pudo y se refrescó en el lavabo. Se miró en el espejo y vio otra vez el interior de su alma angustiada. Cerró los ojos un momento apoyada en el lavabo e intentó respirar una vez y otra, hasta que tuvo la fuerza necesaria para salir del baño.
Quería verle, necesitaba ver que todavía respiraba, necesitaba tocar su piel y notar su calor. Necesitaba saber que ella también estaba viva, que esto no había acabado con ambos.
Sabía que la enfermera sólo dejaría pasar a la familia, así que utilizó su placa. El paciente está sedado así que no podrá hablar con él, le dijo la enfermera, pero al ver la mirada de la inspectora Beckett, lo único que pudo decir fue – sólo un minuto inspectora…
- Kate, yo he visto cómo has evolucionado desde la primera vez que entraste por esa puerta. Los dos sabemos que has logrado superar muchas situaciones, otras están en proceso y otras tal vez, simplemente, se quedarán dónde están, ocultas en el interior. He visto como a veces has avanzado paso a paso, otras en cambio has saltado hacia atrás y te has puesto a cubierto. Pero hay algo que nunca he visto en ti…nunca te he visto rendirte. Siempre has logrado encontrar el camino y ese camino te ha cambiado, ha hecho de ti una mujer diferente, me atrevería a decir que una mujer… feliz. – Le dijo con seguridad.
Pero Kate siguió sin hacer ningún comentario, se levantó despacio y se dirigió hacia la ventana. Siempre se sentía más segura mirando a través del gran ventanal. Mirar las vidas de la gente normal y preguntarse si para ellas era todo tan complicado. Muchas veces se quedaba mirando a alguna familia, que paseaba por el parque que había justo en frente de la comisaría y se sentía vacía internamente. Añoraba tanto volver a ser pequeña y no tener que preocuparse por nada…. su madre siempre estaba allí, a su lado. Siempre.
Y ahora que parecía que todo iba mejor, que su vida cada vez se parecía más a la de las personas que observaba…. sus pensamientos retornaron a él.
- Dios, Rick ¿por qué todo es tan difícil entre nosotros?- se preguntó para sí. Casi nunca le llamaba así, tal vez era otra forma más de evitar que formara parte de ella, pero sabía de sobra que ya era tarde. Siempre que pensaba en él, era Rick. Siempre era Rick.
Ese hombre había entrado en su vida sin pedir permiso, había descorrido todas las cortinas y abierto las ventanas de par en par, dejando entrar la luz y el calor en su corazón. Él había hecho que volviera a sentirse viva.
Ella vio aproximarse al cirujano de urgencias y lo primero que hizo fue mirarle a los ojos .Había aprendido hace ya tiempo, que los médicos al igual que los policías se armaban de una manera especial para dar malas noticias. Contuvo la respiración y le miró fijamente. El médico la miró con gesto formal y grave pero no reconoció ninguna señal especial, así que dejo entrar un fino aliento en sus pulmones. Habían controlado la hemorragia y el neumotórax. El pulmón se había visto afectado y había perdido mucha sangre, así que tendrían que esperar para ver como evolucionaba, aunque su diagnóstico era reservado.
Kate vio cómo el médico se dirigía hacia las mujeres, que lo miraban con gesto de angustia y les explicaba lo mismo que le había dicho a ella. Mientras observaba desde la puerta, una arcada de ansiedad le subió por la garganta y tuvo que correr hacia el baño. Allí vomitó toda la tensión y la angustia acumuladas. Cuando terminó, toda ella temblaba. Se agachó apoyándose contra su espalda y lloró…. No sabía cuánto tiempo estuvo allí agachada, pero parecieron días. Se levantó como pudo y se refrescó en el lavabo. Se miró en el espejo y vio otra vez el interior de su alma angustiada. Cerró los ojos un momento apoyada en el lavabo e intentó respirar una vez y otra, hasta que tuvo la fuerza necesaria para salir del baño.
Quería verle, necesitaba ver que todavía respiraba, necesitaba tocar su piel y notar su calor. Necesitaba saber que ella también estaba viva, que esto no había acabado con ambos.
Sabía que la enfermera sólo dejaría pasar a la familia, así que utilizó su placa. El paciente está sedado así que no podrá hablar con él, le dijo la enfermera, pero al ver la mirada de la inspectora Beckett, lo único que pudo decir fue – sólo un minuto inspectora…
- Kate, yo he visto cómo has evolucionado desde la primera vez que entraste por esa puerta. Los dos sabemos que has logrado superar muchas situaciones, otras están en proceso y otras tal vez, simplemente, se quedarán dónde están, ocultas en el interior. He visto como a veces has avanzado paso a paso, otras en cambio has saltado hacia atrás y te has puesto a cubierto. Pero hay algo que nunca he visto en ti…nunca te he visto rendirte. Siempre has logrado encontrar el camino y ese camino te ha cambiado, ha hecho de ti una mujer diferente, me atrevería a decir que una mujer… feliz. – Le dijo con seguridad.
Pero Kate siguió sin hacer ningún comentario, se levantó despacio y se dirigió hacia la ventana. Siempre se sentía más segura mirando a través del gran ventanal. Mirar las vidas de la gente normal y preguntarse si para ellas era todo tan complicado. Muchas veces se quedaba mirando a alguna familia, que paseaba por el parque que había justo en frente de la comisaría y se sentía vacía internamente. Añoraba tanto volver a ser pequeña y no tener que preocuparse por nada…. su madre siempre estaba allí, a su lado. Siempre.
Y ahora que parecía que todo iba mejor, que su vida cada vez se parecía más a la de las personas que observaba…. sus pensamientos retornaron a él.
- Dios, Rick ¿por qué todo es tan difícil entre nosotros?- se preguntó para sí. Casi nunca le llamaba así, tal vez era otra forma más de evitar que formara parte de ella, pero sabía de sobra que ya era tarde. Siempre que pensaba en él, era Rick. Siempre era Rick.
Ese hombre había entrado en su vida sin pedir permiso, había descorrido todas las cortinas y abierto las ventanas de par en par, dejando entrar la luz y el calor en su corazón. Él había hecho que volviera a sentirse viva.
curiosity- Escritor novato
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Entre sesiones
Sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Entre sesiones
Dios, que dificil que estas poniendo las cosas. Me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Entre sesiones
hay dios estoy en sock, no se.... pero es....no se con que palabra describirlo.
xCaskett- Escritor - Policia
- Mensajes : 1693
Fecha de inscripción : 23/02/2013
Edad : 27
Localización : En Málaga, Al lado del el chale en la playa de Castle
Re: Entre sesiones
Gracias por vuestros comentarios y como estoy inspirada esta noche lo mismo os regalo alguno más.
Espero que os guste
Espero que os guste
curiosity- Escritor novato
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Entre sesiones
si x fis..me ha encantado..
Maria Jose- Escritor novato
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/03/2013
Edad : 50
Localización : madrid
Re: Entre sesiones
Fantástico, y sigo intrigada...¿habrá mejorado Castle?.
Me encanta, siempre eché de menos más sesiones entre estos dos personajes, sigue cuando puedas...
Me encanta, siempre eché de menos más sesiones entre estos dos personajes, sigue cuando puedas...
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
- Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Edad : 26
Localización : Ceuta (España)
Re: Entre sesiones
como os prometí aquí teneis el siguiente. Estoy en racha, asi que aprovechad
Capítulo 4
Antes de entrar en la habitación, se apoyó en la puerta, cerró los ojos e inspiró profundamente. Tenía tanto miedo de entrar y verlo allí en aquella situación, como de perderlo para siempre. Volvió a respirar, apretó firmemente los puños y abrió la puerta.
Había estado en esa situación muchas veces, con compañeros, e incluso con el agente especial del FBI con el que salió durante un tiempo, pero nunca con alguien a quien amara tan profundamente.
Estaba conectado a varios monitores. De sus brazos salían numerosas vías y sondas, además de un tubo de drenaje que salía por el lateral del costado derecho.
Sólo pudo emitir dos palabras -¡Dios mío!, Rick- mientras que su garganta se cerraba y las lágrimas pujaban por salir.
Se acercó a la cama y muy despacio, casi con temor, posó su mano sobre su antebrazo. Notó su piel caliente, ese calor entró en ella y por un momento volvió a sentir su corazón latir.
Le acarició el brazo con suavidad, bajó su mano para coger la suya y la apretó, con la esperanza de notar simplemente un leve movimiento, una señal que le dijera que estaba ahí.
Su mano se movió casi imperceptiblemente, ella pasó su mirada de la mano a su cara y en ese momento abrió un poco los ojos y la miró por un instante. - ¡Hey! – le dijo ella con una sonrisa en la cara. Él intentó hablar, pero apenas podía articular nada. Ella se acercó a su rostro y se le quedó mirando. Le miró a esos ojos azules, que normalmente eran intensos, pero que ahora habían perdido ese brillo que les caracterizaba.
–No intentes hablar. Ahora tienes que descansar- le dijo ella susurrando.- Tú madre y Alexis vendrán a verte en un momento. No te preocupes por nada. Todo va a ir bien.
Ella siguió mirándolo, más bien adorándolo. No podía creer que se encontrara en esa situación y por culpa suya…
Antes de que volviese a quedar inconsciente tenía que hacer una cosa, algo que llevaba tiempo posponiendo por miedo a que le hicieran daño, por miedo a sufrir. Pero qué tontería… pensó. Ahora comprendía lo absurdo de todo ello y en lo único que podía pensar era en decirle lo que llevaba dentro desde hacía años y que había estado reprimiendo. No iba a permitir la posibilidad de que él nunca oyera esas palabras, ya había perdido muchas oportunidades y esta no iba a ser una de ellas, pasara lo que pasase.
Le acarició la mejilla con el dorso de su mano y se acercó a su oído.
-Perdóname, todo esto es culpa mía. Lo siento tanto, perdóname por no haberte dicho antes esto- y haciendo una pequeña pausa y mirándole cómo nunca le había mirado, le dijo –Te quiero Richard Alexander Rodgers, te quiero… Dios, no sabes cuánto…- ahora que lo había dicho no podría para nunca.
-Le he dicho que le amo- contestó Kate, sin más. El doctor la miró sin inmutarse, seguía esperando que ella le señalara por dónde seguir. Con los policías siempre se tenía que dejar llevar, su experiencia ya le había enseñado que no se los podía presionar demasiado, porque eran como un explosivo muy inestable y al mínimo movimiento…
Esta estrategia siempre le había llevado a lugares siempre sorprendentes y este era uno de ellos. Ya hacía tiempo que esperaba que Kate se decidiera y diera el paso, aunque lo que había ocurrido con Richard hizo que temiera que ella no tuviera el suficiente coraje y que el miedo pudiera con ella para siempre.
– Me alegro que haya dado el paso- le dijo sonriendo. –Ya veo que has decidido el camino a tomar, aunque todavía no te hayas dado cuenta de ello.
- Siento que todo es demasiado complicado. Sigo teniendo esa sensación de pánico, de que todo se va a desmoronar de un momento a otro. – Dijo Kate con un leve tono de desesperación.
- Kate, llegaste aquí debido al trauma físico y emocional que sufriste con el disparo. Eso nos condujo a otro trauma anterior que fue la muerte de tu madre, que casi literalmente te lleva a ti a la muerte en más de una ocasión. Ahora te enfrentas de nuevo a una situación traumática, pero a la vez diferente y no sabes cómo manejarla. Ha vuelto ese dolor que creías haber superado y eso ha provocado en ti un temor profundo. – Le dice el doctor asegurándose de establecer contacto visual para no perderla. – Pero debes volver a confiar en ti misma, ya lo hiciste anteriormente y el hecho de que hayas expresado tus sentimientos de una manera tan clara, significa que estás dispuesta a arriesgarte y ese paso hacia adelante es una buena señal. Es una señal de que vamos la dirección correcta. – Se la quedó mirando, esperando ver un leve indicio de haber arañado un poco en su superficie.
- Kate… la batalla es larga, ya lo sabes… y ya no estás sola en esto.
Kate lo miró y pudo esbozar una breve sonrisa. No se había dado cuenta de lo mucho que dependía de estas sesiones, de lo importante que era no tener que guardárselo todo para ella. – Tal vez necesite verle más frecuentemente- le dijo buscando la seguridad de su confirmación.
- Ya sabes dónde encontrarme… y abrir esa puerta depende de ti, no lo olvides.-Le dijo con doble sentido el doctor, señalando con la mirada la puerta de la consulta.
Capítulo 4
Antes de entrar en la habitación, se apoyó en la puerta, cerró los ojos e inspiró profundamente. Tenía tanto miedo de entrar y verlo allí en aquella situación, como de perderlo para siempre. Volvió a respirar, apretó firmemente los puños y abrió la puerta.
Había estado en esa situación muchas veces, con compañeros, e incluso con el agente especial del FBI con el que salió durante un tiempo, pero nunca con alguien a quien amara tan profundamente.
Estaba conectado a varios monitores. De sus brazos salían numerosas vías y sondas, además de un tubo de drenaje que salía por el lateral del costado derecho.
Sólo pudo emitir dos palabras -¡Dios mío!, Rick- mientras que su garganta se cerraba y las lágrimas pujaban por salir.
Se acercó a la cama y muy despacio, casi con temor, posó su mano sobre su antebrazo. Notó su piel caliente, ese calor entró en ella y por un momento volvió a sentir su corazón latir.
Le acarició el brazo con suavidad, bajó su mano para coger la suya y la apretó, con la esperanza de notar simplemente un leve movimiento, una señal que le dijera que estaba ahí.
Su mano se movió casi imperceptiblemente, ella pasó su mirada de la mano a su cara y en ese momento abrió un poco los ojos y la miró por un instante. - ¡Hey! – le dijo ella con una sonrisa en la cara. Él intentó hablar, pero apenas podía articular nada. Ella se acercó a su rostro y se le quedó mirando. Le miró a esos ojos azules, que normalmente eran intensos, pero que ahora habían perdido ese brillo que les caracterizaba.
–No intentes hablar. Ahora tienes que descansar- le dijo ella susurrando.- Tú madre y Alexis vendrán a verte en un momento. No te preocupes por nada. Todo va a ir bien.
Ella siguió mirándolo, más bien adorándolo. No podía creer que se encontrara en esa situación y por culpa suya…
Antes de que volviese a quedar inconsciente tenía que hacer una cosa, algo que llevaba tiempo posponiendo por miedo a que le hicieran daño, por miedo a sufrir. Pero qué tontería… pensó. Ahora comprendía lo absurdo de todo ello y en lo único que podía pensar era en decirle lo que llevaba dentro desde hacía años y que había estado reprimiendo. No iba a permitir la posibilidad de que él nunca oyera esas palabras, ya había perdido muchas oportunidades y esta no iba a ser una de ellas, pasara lo que pasase.
Le acarició la mejilla con el dorso de su mano y se acercó a su oído.
-Perdóname, todo esto es culpa mía. Lo siento tanto, perdóname por no haberte dicho antes esto- y haciendo una pequeña pausa y mirándole cómo nunca le había mirado, le dijo –Te quiero Richard Alexander Rodgers, te quiero… Dios, no sabes cuánto…- ahora que lo había dicho no podría para nunca.
-Le he dicho que le amo- contestó Kate, sin más. El doctor la miró sin inmutarse, seguía esperando que ella le señalara por dónde seguir. Con los policías siempre se tenía que dejar llevar, su experiencia ya le había enseñado que no se los podía presionar demasiado, porque eran como un explosivo muy inestable y al mínimo movimiento…
Esta estrategia siempre le había llevado a lugares siempre sorprendentes y este era uno de ellos. Ya hacía tiempo que esperaba que Kate se decidiera y diera el paso, aunque lo que había ocurrido con Richard hizo que temiera que ella no tuviera el suficiente coraje y que el miedo pudiera con ella para siempre.
– Me alegro que haya dado el paso- le dijo sonriendo. –Ya veo que has decidido el camino a tomar, aunque todavía no te hayas dado cuenta de ello.
- Siento que todo es demasiado complicado. Sigo teniendo esa sensación de pánico, de que todo se va a desmoronar de un momento a otro. – Dijo Kate con un leve tono de desesperación.
- Kate, llegaste aquí debido al trauma físico y emocional que sufriste con el disparo. Eso nos condujo a otro trauma anterior que fue la muerte de tu madre, que casi literalmente te lleva a ti a la muerte en más de una ocasión. Ahora te enfrentas de nuevo a una situación traumática, pero a la vez diferente y no sabes cómo manejarla. Ha vuelto ese dolor que creías haber superado y eso ha provocado en ti un temor profundo. – Le dice el doctor asegurándose de establecer contacto visual para no perderla. – Pero debes volver a confiar en ti misma, ya lo hiciste anteriormente y el hecho de que hayas expresado tus sentimientos de una manera tan clara, significa que estás dispuesta a arriesgarte y ese paso hacia adelante es una buena señal. Es una señal de que vamos la dirección correcta. – Se la quedó mirando, esperando ver un leve indicio de haber arañado un poco en su superficie.
- Kate… la batalla es larga, ya lo sabes… y ya no estás sola en esto.
Kate lo miró y pudo esbozar una breve sonrisa. No se había dado cuenta de lo mucho que dependía de estas sesiones, de lo importante que era no tener que guardárselo todo para ella. – Tal vez necesite verle más frecuentemente- le dijo buscando la seguridad de su confirmación.
- Ya sabes dónde encontrarme… y abrir esa puerta depende de ti, no lo olvides.-Le dijo con doble sentido el doctor, señalando con la mirada la puerta de la consulta.
curiosity- Escritor novato
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Re: Entre sesiones
adoro a ese medico...... lo haces genial.
Maria Jose- Escritor novato
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Re: Entre sesiones
Me encanta, sigue...
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
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Re: Entre sesiones
Lo siento, pero esto ya llega a su fin. Gracias al insomnio y al Sr John Coltrane he podido terminar este fic hoy mismo.
Así que ahora sólo os queda esperar a que avance un poco en mi otra historia y que retome "esperando a su musa".
Gracias por vuestros comentarios, siempre ayuda, pero la verdad es que me divierte muchísimo escribir estas historias.
Besos a tod@s
capítulo 5 y final
Ya habían pasado dos días desde que le dijo aquellas dos palabras y hasta hacía unas horas no había recuperado la consciencia. Martha la había avisado justo al salir de la consulta y ahora se dirigía hacia el hospital, pero no podía evitar sentirse atenazada por el miedo. Tenía miedo de que no le dijera nada, de que no recordara nada de todo lo que le dijo. Dios, tenía miedo de que le hiciera lo mismo que ella le hizo a él. Y si… a la mierda, se dijo para darse fuerzas. Aparcó en el aparcamiento subterráneo del hospital, se dirigió al ascensor y pulsó la quinta planta. Mientras subía, notó una sensación de vértigo que no sabía muy bien si era por la inercia del ascensor o era el pánico que sentía. Oyó el bing característico y las puertas se abrieron. Se dirigió hacia la derecha, habitación 5508. Mientras se acercaba, su corazón se iba acelerando cada vez más, tanto que tuvo que apoyarse en una de las barras que había en el pasillo, para respirar profundamente y tranquilizarse, antes de seguir. La puerta de la habitación estaba abierta, así que volvió a coger aire y se dirigió diligente hacia a ella, porque si se paraba un segundo tal vez no iba a tener fuerzas para entrar.
Castle estaba recostado en la cama, ya no tenía tantos aparatos conectados a su cuerpo y tenía algo más de color en su rostro. Parecía dormido, así que acercó muy despacio la butaca que había al lado de la cama y justo cuando se disponía a sentarse…
- Si querías deshacerte de mí, sólo tenías que pedírmelo. No hacía falta que contrataras a un matón de poca monta- le dijo él sonriendo, medio en un susurro y arrastrando las palabras. Ella no pudo reprimir una risa, acercándose a él para besarle.
– Dios, pensé que te había perdido- le dijo Kate, mientras le acariciaba el rostro y volvía a besarle.
- Creo que voy a tener que ponerme en peligro más a menudo. Esto es un imán para las mujeres, sobre todo las enfermeras- le dijo susurrando, con esos ojos de niño travieso que ponía cuando bromeaba.
- ¿Olvidas que tengo un arma y puedo acabar el trabajo?- Le dijo Kate con mirada desafiante.
- No, no me olvido- le dijo él sonriendo y cogiendo su mano. – Soy escritor y ya sabes que me acuerdo de todo- le afirmó haciendo hincapié en esto último, mientras la miraba fijamente y acercaba sus labios al dorso de su mano para besarla. Esto le provocó un gesto de dolor al moverse.
– No hagas esfuerzos, es muy pronto todavía y necesitas descansar- le dijo ella, acercándose más hacia él. Mientras notaba un escalofrío de placer que le atravesó toda la columna, al sentir sus labios besándole la mano. Notar el aliento sobre su piel, era algo irreal después de lo que habían pasado. Aunque no sabía que la hacía temblar más, la sensación de sus labios o su mirada confirmándole que lo recordaba todo.
Mientras él seguía cogiéndole la mano, ella se sentó en la cama frente a él, mirándolo, acariciándole el pecho por encima de la sábana. – Tenía miedo ¿sabes?- le dijo ella, intentando explicarse- y lo sigo teniendo, pero estoy haciendo todo lo posible para que…- no le dio tiempo a terminar, cuando Castle le puso un dedo sobre sus labios para evitar que dijera nada más.
- Sssshhh! no hace falta que digas nada. Ya sabes lo mal que se nos da esto. Sólo espero que no tengamos que jugarnos la vida cada vez que queramos oír un te quiero- le dijo en broma, con esos ojos que tenían la habilidad para atravesarla y ver a través de ella como si de un cristal se tratara.
En ese mismo instante, Kate pasó su mirada de los ojos a su boca y vuelta a sus ojos. Era un baile inconsciente con el que le gustaba dejarse llevar cuando hablaba con él, y eso era lo que estaba haciendo ahora.
– Te quiero…- dijo Kate sin dejar de mirarle fijamente. Fueron las únicas palabras que salieron de sus labios, como un suspiro, casi sin fuerza, pero que para ella eran un triunfo. Notó como las lágrimas pujaban por escapar pero logró aguantarlas, mientas el calor subía hacia su rostro. No dejaba de ser curioso que esas simples palabras la dejaran tan expuesta, tan vulnerable…
Ese “te quiero”, dejó a Castle hipnotizado. Lo había oído dos días atrás, pero lo recordaba como en un sueño, como si la niebla lo envolviera todo. Tenerla delante, diciéndole esas dos palabras , esas palabras que tanto había ansiado escuchar de su boca, era algo que hacía que la amara más aún todavía, porque sabía todo lo que eso significaba, tanto para ella como para él.
-Kate… - abrió la boca para decir algo, pero se quedó un momento mirándola, no podía articular palabra. Era como si el corazón le llenase toda la cavidad torácica y ni siquiera pudiese respirar. Con el dorso de la mano, le acarició el rostro y le limpió una lágrima que había logrado escapar del cerco.
- Kate, no puedo decir otra cosa que… pase lo que pase, te amaré, siempre.
Así que ahora sólo os queda esperar a que avance un poco en mi otra historia y que retome "esperando a su musa".
Gracias por vuestros comentarios, siempre ayuda, pero la verdad es que me divierte muchísimo escribir estas historias.
Besos a tod@s
capítulo 5 y final
Ya habían pasado dos días desde que le dijo aquellas dos palabras y hasta hacía unas horas no había recuperado la consciencia. Martha la había avisado justo al salir de la consulta y ahora se dirigía hacia el hospital, pero no podía evitar sentirse atenazada por el miedo. Tenía miedo de que no le dijera nada, de que no recordara nada de todo lo que le dijo. Dios, tenía miedo de que le hiciera lo mismo que ella le hizo a él. Y si… a la mierda, se dijo para darse fuerzas. Aparcó en el aparcamiento subterráneo del hospital, se dirigió al ascensor y pulsó la quinta planta. Mientras subía, notó una sensación de vértigo que no sabía muy bien si era por la inercia del ascensor o era el pánico que sentía. Oyó el bing característico y las puertas se abrieron. Se dirigió hacia la derecha, habitación 5508. Mientras se acercaba, su corazón se iba acelerando cada vez más, tanto que tuvo que apoyarse en una de las barras que había en el pasillo, para respirar profundamente y tranquilizarse, antes de seguir. La puerta de la habitación estaba abierta, así que volvió a coger aire y se dirigió diligente hacia a ella, porque si se paraba un segundo tal vez no iba a tener fuerzas para entrar.
Castle estaba recostado en la cama, ya no tenía tantos aparatos conectados a su cuerpo y tenía algo más de color en su rostro. Parecía dormido, así que acercó muy despacio la butaca que había al lado de la cama y justo cuando se disponía a sentarse…
- Si querías deshacerte de mí, sólo tenías que pedírmelo. No hacía falta que contrataras a un matón de poca monta- le dijo él sonriendo, medio en un susurro y arrastrando las palabras. Ella no pudo reprimir una risa, acercándose a él para besarle.
– Dios, pensé que te había perdido- le dijo Kate, mientras le acariciaba el rostro y volvía a besarle.
- Creo que voy a tener que ponerme en peligro más a menudo. Esto es un imán para las mujeres, sobre todo las enfermeras- le dijo susurrando, con esos ojos de niño travieso que ponía cuando bromeaba.
- ¿Olvidas que tengo un arma y puedo acabar el trabajo?- Le dijo Kate con mirada desafiante.
- No, no me olvido- le dijo él sonriendo y cogiendo su mano. – Soy escritor y ya sabes que me acuerdo de todo- le afirmó haciendo hincapié en esto último, mientras la miraba fijamente y acercaba sus labios al dorso de su mano para besarla. Esto le provocó un gesto de dolor al moverse.
– No hagas esfuerzos, es muy pronto todavía y necesitas descansar- le dijo ella, acercándose más hacia él. Mientras notaba un escalofrío de placer que le atravesó toda la columna, al sentir sus labios besándole la mano. Notar el aliento sobre su piel, era algo irreal después de lo que habían pasado. Aunque no sabía que la hacía temblar más, la sensación de sus labios o su mirada confirmándole que lo recordaba todo.
Mientras él seguía cogiéndole la mano, ella se sentó en la cama frente a él, mirándolo, acariciándole el pecho por encima de la sábana. – Tenía miedo ¿sabes?- le dijo ella, intentando explicarse- y lo sigo teniendo, pero estoy haciendo todo lo posible para que…- no le dio tiempo a terminar, cuando Castle le puso un dedo sobre sus labios para evitar que dijera nada más.
- Sssshhh! no hace falta que digas nada. Ya sabes lo mal que se nos da esto. Sólo espero que no tengamos que jugarnos la vida cada vez que queramos oír un te quiero- le dijo en broma, con esos ojos que tenían la habilidad para atravesarla y ver a través de ella como si de un cristal se tratara.
En ese mismo instante, Kate pasó su mirada de los ojos a su boca y vuelta a sus ojos. Era un baile inconsciente con el que le gustaba dejarse llevar cuando hablaba con él, y eso era lo que estaba haciendo ahora.
– Te quiero…- dijo Kate sin dejar de mirarle fijamente. Fueron las únicas palabras que salieron de sus labios, como un suspiro, casi sin fuerza, pero que para ella eran un triunfo. Notó como las lágrimas pujaban por escapar pero logró aguantarlas, mientas el calor subía hacia su rostro. No dejaba de ser curioso que esas simples palabras la dejaran tan expuesta, tan vulnerable…
Ese “te quiero”, dejó a Castle hipnotizado. Lo había oído dos días atrás, pero lo recordaba como en un sueño, como si la niebla lo envolviera todo. Tenerla delante, diciéndole esas dos palabras , esas palabras que tanto había ansiado escuchar de su boca, era algo que hacía que la amara más aún todavía, porque sabía todo lo que eso significaba, tanto para ella como para él.
-Kate… - abrió la boca para decir algo, pero se quedó un momento mirándola, no podía articular palabra. Era como si el corazón le llenase toda la cavidad torácica y ni siquiera pudiese respirar. Con el dorso de la mano, le acarició el rostro y le limpió una lágrima que había logrado escapar del cerco.
- Kate, no puedo decir otra cosa que… pase lo que pase, te amaré, siempre.
curiosity- Escritor novato
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 04/04/2013
Re: Entre sesiones
Me a encantado , muy bien .
_Caskett_- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Entre sesiones
sigueeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Entre sesiones
Me lo he leído del tirón. La forma en cómo has descrito todas y cada una de las situaciones, conversaciones y emociones de la tensión,lucha y amor... Han capturado todos mis sentidos mientras leía.
Gracias por el relato. Cuando la inspiración está de nuestra parte parece que escriba nuestra sangre en vez de nuestras manos.
Enhorabuena
Gracias por el relato. Cuando la inspiración está de nuestra parte parece que escriba nuestra sangre en vez de nuestras manos.
Enhorabuena
Re: Entre sesiones
hermoso fic. Me encanto que Kate lograra sacar todos sus sentimientos, adoro al Dr. Burke... escribes genial, sigue con otro pliss.
Emily Claire- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 16/10/2012
Edad : 31
Localización : Chile, Viña del Mar
Re: Entre sesiones
GRACIAS!!! De verdad por todos vuestros comentarios
Pero como ya he dicho anteriormente me encanta escribir estas historias y es que los personajes son tan buenos que las manos se van solas.
Dentro de poco empezaré con otra historia a ver que tal.
besos a tod@s
Pero como ya he dicho anteriormente me encanta escribir estas historias y es que los personajes son tan buenos que las manos se van solas.
Dentro de poco empezaré con otra historia a ver que tal.
besos a tod@s
curiosity- Escritor novato
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