Starlight ( a petición de Skyscraper )
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Emily Claire
AlwaysSerenity
Kate&Rick
7 participantes
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Starlight ( a petición de Skyscraper )
Bueno, espero que te guste Skyscraper... y si no pues...lo cambio.... A los demás que lo leais también espero que guste
La había llamado varias veces al móvil y al fijo, sin obtener respuesta alguna…incluso se había pasado por su apartamento. Nada.
Cargando unas cuantas cajas con algunos libros y otras muchas cosas necesarias en su día a día se subió al ascensor para subir a la planta de su nuevo apartamento, en su nuevo y también exclusivo barrio.
Su nuevo hogar.
Un hogar junto a ella.
Abrió con las llaves que llevaba en el bolsillo y tuvo que rescatar como pudo mientras hacía malabarismos con las cajas de su mudanza. Una mudanza lenta pero constante. No tenían prisa.
Empujó la puerta con el pie y el alto sonido del hilo musical, recién instalado, le dio la bienvenida.
Sonaba Starlight de Muse.
Sabía cuanto Beckett adoraba esa banda. Y recordaba lo mucho que disfrutaron en su concierto.
Sonrió ante el recuerdo y dejó caer una de las cajas, a sabiendas que lo único en su interior eran libros y nada rompible.
-¿Kate?
Cerró la puerta y se quitó la chaqueta dejándola colgada sobre el murito que separaba el recibidor de la sala de estar.
El apartamento era grande y luminoso, algo que había cautivado a Beckett enseguida. Eso y que estaba sin amueblar y podían decorarlo al gusto de ambos.
Necesitaban un espacio neutro donde comenzar una vida juntos. Seguirían manteniendo su apartamento como un seguro que al tiempo dejarían de usar mientras que su Loft había quedado para su madre y su hija cuando ella deseara vivir allí.
Los grandes ventanales le ofrecían una vista de los rascacielos de Nueva York que adoraba. La ciudad a sus pies. Por el día un paisaje de postal. Por la noche miles de luces creaban formas en su salón.
El sofá de piel negro al lado del ventanal y frente a un gran televisor. Un mueble bar. Miles de libros sobre la estantería. Un cuadro aquí, un cuadro allá, y un par de columnas que sostenían el inmueble y además daban un toque de decoración antigua.
El techo. Adoraba el techo. Vigas antiguas. Y el montacargas donde estaba el hilo musical.
Sonrió recordando aquél piso que habían visitado por un caso y él se había fijado en todos esos detalles.
Pero esta vez, esta vez era distinto. Eran detalles de él. Y detalles de ella. Era algo propio y común lo que hacían de esa casa su hogar, su sitio a compartir y a relajarse en privado. Su sitio para ser ellos mismos.
Por suerte, esa parte de la vivienda ya estaba terminada, sólo quedaba decorar los dos cuartos de invitados, su baño común, su dormitorio y baño privado y su despacho. Casi nada. Solo de pensarlo le entró pánico. Aun estaba agotado de “discutir” si elegir color turquesa natural o el violeta suave para la pared de la sala de estar.
Al final, después de muchos tiras y aflojas y unas cuantas discusiones con sus posteriores reconciliaciones en la cama, habían decidido echarlo a suertes. Había ganado el violeta suave.
Y él odiaba ese color.
Lo odiaba a muerte.
Y si la música estaba puesta a tope. A ese ritmo, sólo significaba una cosa: Kate Beckett estaba haciendo uso de la brocha contra una pared.
Suspiró.
Dio un leve vistazo a la cocina. Azulejos claros. Todos los muebles de acero. Combinaba bien con la decoración del salón ya que no había casi separación como en su antiguo loft.
Debía acostumbrarse aquello, a elegir con ella, y a ceder algunas otras. Por el bien de su relación y por su propio bien.
Sin esperar más caminó por el largo pasillo mirando en la primera habitación. Vacía. Solo un colchón en el suelo. Por fin lo habían enviado. Siguió su breve camino, ya que si no estaba pintando su dormitorio debía estar en el despacho.
Territorio peligroso. Habían decidido hacer un espacio para ambos en aquella gran habitación. Un escritorio para él y uno para ella… dividirlo en dos, pero algo común y cómo en su antiguo hogar, que comunicara con su habitación únicamente separado por dos estanterías y un acuario.
Se apoyó en el umbral de la habitación, en silencio, y la observó con detenimiento.
Beckett se movía al ritmo de la música, pintando con gracia. Sus movimientos eran perfectos…tal como se movía a la hora de correr tras un sospechoso o tal como movía sus caderas cuando hacían el amor. Era simplemente perfecta.
Sonrió enamorado, crudamente enamorado. No apartaba la mirada de ella, de su cuerpo. Iba vestida con un peto tejano, nada largo, pues apenas los shorts quedaban por sus muslos debajo de su trasero, y una camiseta blanca de tirantes bajo las tiras vaqueras que sostenía el peto, ciñéndose a su cuerpo, a su torso, manchada de pintura. Un pañuelo recogía su cabello.
Se apartó el sudor de la cara con el dorso de la mano y se manchó la nariz de pintura. No pudo evitar reír y descubrirse. Beckett se giró y le miró.
-Sabía que estabas aquí.
-¿Por tu instinto felino?
-Por que te escuché abrir la puerta-sonrió-¿Te gusta?
-No está mal.
Castle se remangó la camisa y cogió la brocha sobrante del cubo deslizándola con pintura contra la pared.
-Te mancharás la camisa…y me costó una fortuna-bromeó Kate.
-No importa-Castle movió la brocha salpicando a su novia de pintura.
-Eres idiota-Beckett se vengó manchando su rostro.
Durante un buen rato, entre risas y brochazos estuvieron pintando y pintándose.
Castle se sentó en el suelo a descansar, todo manchado, mientras Kate fue a por dos refrescos.
Apagó la música y regresó a su lado, sentándose con él. Los dos dieron un trago largo a la fría bebida.
-No ha quedado mal.
-No.-Miraron alrededor. Todo pintado a brochazos, intercalando tres colores: Blanco, negro y rojo.
Beckett apoyó su cabeza en el hombro de él. Castle le quitó el pañuelo.
-Aun nos quedan dos más por pintar.
-La habitación de invitados…y la del bebé.
-¿LA QUÉ?-saltó Beckett.
-Es broma-Castle se rió ante la reacción de ella y luego frunció el ceño-¿No quieres?
-¿Tú quieres?
Castle lo meditó y finalmente se encogió de hombros.
-Sólo quiero sopesar la posibilidad…ahí está… ¿no?
Kate asintió y acarició su mentón. Lo atrajo a ella y le dio un tierno beso.
-Si tengo hijos…tú…serás el padre de ellos.
-¿Hijos?-Castle abrió los ojos como platos.
-Hijo…hijo…-Kate rió y volvió a darle un beso para callarlo.
-¿Eso es lo que soñabas?
Beckett le miró sin comprender.
-Cuando eras mi fan numero uno…
La detective le sacó la lengua y le tiró del moflete.
-Auuuu…-le quitó el pañuelo, y en un rápido y habilidoso movimiento, lo anudó en su muñeca, haciendo que soltara su mejilla-¿Jugamos a hacer bebés sin llegar a hacerlos, detective?
Beckett se sentó a horcajadas sobre él y le besó tiernamente, acariciando su pelo con betas de pintura en él. Ambos se merecían una buena ducha. Succionó su labio inferior para separarse, pero Castle la tenía bien presa con sus manos firmemente apretadas en su trasero.
-Vamos…necesitamos una ducha.-Beckett acariciaba la nariz del escritor con la suya propia. Frente con Frente. Volvió a besarlo y mordió levemente sus labios, haciendo que este gimiera.
-Estoy muy bien aquí-subió su mano a su cadera, presionó haciendo que su cuerpo descendiera un poco más, posicionándose sobre su recién descubierta erección.
-mmm si…ya…lo siento….-La detective se movió en círculos sobre el bulto de su pantalón, dándose placer a si misma al mismo tiempo-.
-Es que ni te imaginas lo que me creas con esta ropa-Castle desabotonó los dos tiras del peto haciendo que cayeran. Metió sus manos por debajo de la camiseta, subiéndola al mismo tiempo que subían sus manos para encontrarse con sus pechos.
Una mano en cada uno. Apretó. Los ojos de Beckett se dilataron con anticipación. Los dedos de Castle siguieron su camino en busca de sus pezones. Endureciéndolos. Volviendo loca a la seria detective de homicidios de la doce.
Kate se arqueó, sintiendo la rodilla flexionada de él, clavarse en su espalda.
-Sabes…-Castle se inclinó besando y mordiendo su cuello, bajando a su clavícula sin dejar de acariciar los pechos de ella-quería…estrenar…el colchón.
-Si aun tiene el precinto y todo-dijo con un hilo de voz y los ojos cerrados.
-Y también….tengo ganas…de…empotrarte contra la columna del salón, hacértelo de pie…-lamió bajo el lóbulo de su oreja, sabiendo que ese era uno de sus puntos débiles y por inercia, Kate subió sus brazos para que él la despojara de la ropa.
Tiró la prenda lejos y alzó un poco su cuerpo buscando sus firmes pechos. Los encontró. Se metió uno en la boca y lo mordió haciéndola gritar. Estaba apunto de explotar.
La separó y la miró.
-No puedo aguantar para llegar al salón.
Beckett se levantó y ella misma se desnudó frente a él con movimientos sensuales quedando en un tanga blanco de algodón, muy sencillo. Castle la devoraba con la mirada mientras él mismo con algo de torpeza por las prisas se deshacía de toda barrera que les impidiera estar piel con piel.
La ropa quedó esparcida por toda la habitación, desnuda tal como ellos, apenas cuatro paredes y ellos dos. Olor a pintura. Olor a sexo. A Amor.
Beckett se sentó sobre él y empujó su pecho golpeando su espalda contra la pared, con ansía, agarró su cabello y lo atrajo a ella besándolo con pasión.
Castle la acariciaba sin parar, apenas alzó su pierna y se enterró en ella, penetrándola hasta el fondo. Ambos se quedaron quietos, diciéndose todo con la mirada.
Kate tenía el cabello desordenado, con pintura como él, la boca entreabierta dejaba escapar gemidos por doquier mientras se movía arriba y abajo sobre Castle con una pierna a cada costado.
Ninguno apartó la mirada del otro. Su piel ardía. Sus cuerpos desprendían olas de calor. Se cernían de sudor. Se impregnaban de su esencia.
Los movimientos de Beckett, acompañados levemente por los intentos de embiste de él, subiendo su pelvis como podía, aguantándose con una mano en el suelo, eran cada vez más secos, más lentos, más intensos.
Su cabello caía sobre sus hombros, sobre su rostro. Castle se lo apartó y buscó sus labios, muriendo en ellos al mismo tiempo que sentía como todo el cuerpo de su chica se tensaba sobre el suyo, arqueándose, acelerando su propio placer clavando sus uñas en sus biceps, siendo ambos uno, un único ser lujurioso llegando a la cúspide del clímax.
El intenso orgasmo que recorrió ambos cuerpos les dejó exhaustos. Castle apoyado contra la pared acariciaba el cuerpo de Beckett, acomodado entre sus brazos, contra su torso.
-Ahora si creo que deberíamos ducharnos-susurró mientras Beckett con los ojos cerrados sonreía y acariciaba con sus dedos su clavícula y su pectoral.
Se levantó como un resorte y salió corriendo.
-Hay que probar la nueva ducha…
Castle se levantó y sonrió mirando la habitación por última vez, sin muchos ánimos.
Tras la ducha, decidieron ponerse algo limpio y cómodo de la poca ropa que ya tenían allí. Pidieron pizzas, cenaron viendo la TV, y decidieron acostarse a dormir en su nuevo colchón. En el suelo. Cómo si acamparan en su propia habitación.
Tardaron en dormirse mirando por el ventanal las luces que se filtraban creando formas en las paredes. Castle acariciaba la espalda de ella con suavidad mientras Beckett dormía placidamente sobre su cuerpo.
No podía dormir sin dejar de pensar. Su única distracción era la respiración pausada de Beckett que indicaba que ella si estaba profundamente en los brazos de Morfeo.
Le daba vueltas y vueltas hasta que por fin, no pudo sostener más la situación y se decidió. Se levantó con cuidado, vistiendo sólo la ropa interior y dejó a Kate en el colchón. La miró y sonrió viendo como ante su ausencia acaparaba toda la cama sin inmutarse.
Horas después, Kate sintió frío. Se removió. Abrió los ojos y la luz del amanecer la sorprendió sola en la cama. Frunció el ceño mientras se frotaba los ojos para acomodarse al cambio de luz.
Estiró todos sus músculos. Dormir con sólo el colchón le había pasado factura. Agudizó su oído intentando escuchar el ruido del agua en la ducha, o tal vez la cafetera. Nada. No sé escuchaba nada.
Miró a su alrededor buscando alguna nota que le indicara que Rick se había marchado por algún asunto. Nada.
Terminó de desperezarse y se colocó una camiseta de él sobre su cuerpo desnudo y entonces al girar, lo vio a través de las estanterías que separaban su habitación de su despacho.
Estaba de espaldas y al parecer con los auriculares puestos.
Sin hacer ruido se acercó y le abrazó por detrás.
-Ey…te has despertado…-susurró al girarse.
Beckett asintió y miró la pared.
-¿No has dormido?
-No podía…-Kate hizo una mueca y Castle la imitó-Sólo…no sé…-se encogió de hombros.-Pinté…
-Lo sé-miró sonriendo la pared, de nuevo pintada y sin ningún brochazo-Y me encanta.
Blancas. Las paredes blancas. Con textos en pintura negra y roja. Textos escritos a mano, con la perfecta caligrafía del gran escritor Richard Castle. Textos de sus libros favoritos, de los de él y de los de ella. Un texto del primer libro de Nikki Heat. Un gran Always. Y por último, en la pared casi divisoria de ambas zonas de trabajo de cada uno, un texto para ella, algo que salió de él mismo, recordándoles a ambos uno de los días que su vida cambió para siempre:
“Every morning I bring you a cup of coffee, just so I can see a smile on your face. Because I think you are the most remarkable, maddening, challenging, frustrating, person I've ever met. And I love you Kate“
Beckett se abrazó a él, besando tiernamente sus labios, sintiéndose protegida entre sus brazos, y protegiéndole al mismo tiempo.
-Yo también te amo, Rick.
La había llamado varias veces al móvil y al fijo, sin obtener respuesta alguna…incluso se había pasado por su apartamento. Nada.
Cargando unas cuantas cajas con algunos libros y otras muchas cosas necesarias en su día a día se subió al ascensor para subir a la planta de su nuevo apartamento, en su nuevo y también exclusivo barrio.
Su nuevo hogar.
Un hogar junto a ella.
Abrió con las llaves que llevaba en el bolsillo y tuvo que rescatar como pudo mientras hacía malabarismos con las cajas de su mudanza. Una mudanza lenta pero constante. No tenían prisa.
Empujó la puerta con el pie y el alto sonido del hilo musical, recién instalado, le dio la bienvenida.
Sonaba Starlight de Muse.
Sabía cuanto Beckett adoraba esa banda. Y recordaba lo mucho que disfrutaron en su concierto.
Sonrió ante el recuerdo y dejó caer una de las cajas, a sabiendas que lo único en su interior eran libros y nada rompible.
-¿Kate?
Cerró la puerta y se quitó la chaqueta dejándola colgada sobre el murito que separaba el recibidor de la sala de estar.
El apartamento era grande y luminoso, algo que había cautivado a Beckett enseguida. Eso y que estaba sin amueblar y podían decorarlo al gusto de ambos.
Necesitaban un espacio neutro donde comenzar una vida juntos. Seguirían manteniendo su apartamento como un seguro que al tiempo dejarían de usar mientras que su Loft había quedado para su madre y su hija cuando ella deseara vivir allí.
Los grandes ventanales le ofrecían una vista de los rascacielos de Nueva York que adoraba. La ciudad a sus pies. Por el día un paisaje de postal. Por la noche miles de luces creaban formas en su salón.
El sofá de piel negro al lado del ventanal y frente a un gran televisor. Un mueble bar. Miles de libros sobre la estantería. Un cuadro aquí, un cuadro allá, y un par de columnas que sostenían el inmueble y además daban un toque de decoración antigua.
El techo. Adoraba el techo. Vigas antiguas. Y el montacargas donde estaba el hilo musical.
Sonrió recordando aquél piso que habían visitado por un caso y él se había fijado en todos esos detalles.
Pero esta vez, esta vez era distinto. Eran detalles de él. Y detalles de ella. Era algo propio y común lo que hacían de esa casa su hogar, su sitio a compartir y a relajarse en privado. Su sitio para ser ellos mismos.
Por suerte, esa parte de la vivienda ya estaba terminada, sólo quedaba decorar los dos cuartos de invitados, su baño común, su dormitorio y baño privado y su despacho. Casi nada. Solo de pensarlo le entró pánico. Aun estaba agotado de “discutir” si elegir color turquesa natural o el violeta suave para la pared de la sala de estar.
Al final, después de muchos tiras y aflojas y unas cuantas discusiones con sus posteriores reconciliaciones en la cama, habían decidido echarlo a suertes. Había ganado el violeta suave.
Y él odiaba ese color.
Lo odiaba a muerte.
Y si la música estaba puesta a tope. A ese ritmo, sólo significaba una cosa: Kate Beckett estaba haciendo uso de la brocha contra una pared.
Suspiró.
Dio un leve vistazo a la cocina. Azulejos claros. Todos los muebles de acero. Combinaba bien con la decoración del salón ya que no había casi separación como en su antiguo loft.
Debía acostumbrarse aquello, a elegir con ella, y a ceder algunas otras. Por el bien de su relación y por su propio bien.
Sin esperar más caminó por el largo pasillo mirando en la primera habitación. Vacía. Solo un colchón en el suelo. Por fin lo habían enviado. Siguió su breve camino, ya que si no estaba pintando su dormitorio debía estar en el despacho.
Territorio peligroso. Habían decidido hacer un espacio para ambos en aquella gran habitación. Un escritorio para él y uno para ella… dividirlo en dos, pero algo común y cómo en su antiguo hogar, que comunicara con su habitación únicamente separado por dos estanterías y un acuario.
Se apoyó en el umbral de la habitación, en silencio, y la observó con detenimiento.
Beckett se movía al ritmo de la música, pintando con gracia. Sus movimientos eran perfectos…tal como se movía a la hora de correr tras un sospechoso o tal como movía sus caderas cuando hacían el amor. Era simplemente perfecta.
Sonrió enamorado, crudamente enamorado. No apartaba la mirada de ella, de su cuerpo. Iba vestida con un peto tejano, nada largo, pues apenas los shorts quedaban por sus muslos debajo de su trasero, y una camiseta blanca de tirantes bajo las tiras vaqueras que sostenía el peto, ciñéndose a su cuerpo, a su torso, manchada de pintura. Un pañuelo recogía su cabello.
Se apartó el sudor de la cara con el dorso de la mano y se manchó la nariz de pintura. No pudo evitar reír y descubrirse. Beckett se giró y le miró.
-Sabía que estabas aquí.
-¿Por tu instinto felino?
-Por que te escuché abrir la puerta-sonrió-¿Te gusta?
-No está mal.
Castle se remangó la camisa y cogió la brocha sobrante del cubo deslizándola con pintura contra la pared.
-Te mancharás la camisa…y me costó una fortuna-bromeó Kate.
-No importa-Castle movió la brocha salpicando a su novia de pintura.
-Eres idiota-Beckett se vengó manchando su rostro.
Durante un buen rato, entre risas y brochazos estuvieron pintando y pintándose.
Castle se sentó en el suelo a descansar, todo manchado, mientras Kate fue a por dos refrescos.
Apagó la música y regresó a su lado, sentándose con él. Los dos dieron un trago largo a la fría bebida.
-No ha quedado mal.
-No.-Miraron alrededor. Todo pintado a brochazos, intercalando tres colores: Blanco, negro y rojo.
Beckett apoyó su cabeza en el hombro de él. Castle le quitó el pañuelo.
-Aun nos quedan dos más por pintar.
-La habitación de invitados…y la del bebé.
-¿LA QUÉ?-saltó Beckett.
-Es broma-Castle se rió ante la reacción de ella y luego frunció el ceño-¿No quieres?
-¿Tú quieres?
Castle lo meditó y finalmente se encogió de hombros.
-Sólo quiero sopesar la posibilidad…ahí está… ¿no?
Kate asintió y acarició su mentón. Lo atrajo a ella y le dio un tierno beso.
-Si tengo hijos…tú…serás el padre de ellos.
-¿Hijos?-Castle abrió los ojos como platos.
-Hijo…hijo…-Kate rió y volvió a darle un beso para callarlo.
-¿Eso es lo que soñabas?
Beckett le miró sin comprender.
-Cuando eras mi fan numero uno…
La detective le sacó la lengua y le tiró del moflete.
-Auuuu…-le quitó el pañuelo, y en un rápido y habilidoso movimiento, lo anudó en su muñeca, haciendo que soltara su mejilla-¿Jugamos a hacer bebés sin llegar a hacerlos, detective?
Beckett se sentó a horcajadas sobre él y le besó tiernamente, acariciando su pelo con betas de pintura en él. Ambos se merecían una buena ducha. Succionó su labio inferior para separarse, pero Castle la tenía bien presa con sus manos firmemente apretadas en su trasero.
-Vamos…necesitamos una ducha.-Beckett acariciaba la nariz del escritor con la suya propia. Frente con Frente. Volvió a besarlo y mordió levemente sus labios, haciendo que este gimiera.
-Estoy muy bien aquí-subió su mano a su cadera, presionó haciendo que su cuerpo descendiera un poco más, posicionándose sobre su recién descubierta erección.
-mmm si…ya…lo siento….-La detective se movió en círculos sobre el bulto de su pantalón, dándose placer a si misma al mismo tiempo-.
-Es que ni te imaginas lo que me creas con esta ropa-Castle desabotonó los dos tiras del peto haciendo que cayeran. Metió sus manos por debajo de la camiseta, subiéndola al mismo tiempo que subían sus manos para encontrarse con sus pechos.
Una mano en cada uno. Apretó. Los ojos de Beckett se dilataron con anticipación. Los dedos de Castle siguieron su camino en busca de sus pezones. Endureciéndolos. Volviendo loca a la seria detective de homicidios de la doce.
Kate se arqueó, sintiendo la rodilla flexionada de él, clavarse en su espalda.
-Sabes…-Castle se inclinó besando y mordiendo su cuello, bajando a su clavícula sin dejar de acariciar los pechos de ella-quería…estrenar…el colchón.
-Si aun tiene el precinto y todo-dijo con un hilo de voz y los ojos cerrados.
-Y también….tengo ganas…de…empotrarte contra la columna del salón, hacértelo de pie…-lamió bajo el lóbulo de su oreja, sabiendo que ese era uno de sus puntos débiles y por inercia, Kate subió sus brazos para que él la despojara de la ropa.
Tiró la prenda lejos y alzó un poco su cuerpo buscando sus firmes pechos. Los encontró. Se metió uno en la boca y lo mordió haciéndola gritar. Estaba apunto de explotar.
La separó y la miró.
-No puedo aguantar para llegar al salón.
Beckett se levantó y ella misma se desnudó frente a él con movimientos sensuales quedando en un tanga blanco de algodón, muy sencillo. Castle la devoraba con la mirada mientras él mismo con algo de torpeza por las prisas se deshacía de toda barrera que les impidiera estar piel con piel.
La ropa quedó esparcida por toda la habitación, desnuda tal como ellos, apenas cuatro paredes y ellos dos. Olor a pintura. Olor a sexo. A Amor.
Beckett se sentó sobre él y empujó su pecho golpeando su espalda contra la pared, con ansía, agarró su cabello y lo atrajo a ella besándolo con pasión.
Castle la acariciaba sin parar, apenas alzó su pierna y se enterró en ella, penetrándola hasta el fondo. Ambos se quedaron quietos, diciéndose todo con la mirada.
Kate tenía el cabello desordenado, con pintura como él, la boca entreabierta dejaba escapar gemidos por doquier mientras se movía arriba y abajo sobre Castle con una pierna a cada costado.
Ninguno apartó la mirada del otro. Su piel ardía. Sus cuerpos desprendían olas de calor. Se cernían de sudor. Se impregnaban de su esencia.
Los movimientos de Beckett, acompañados levemente por los intentos de embiste de él, subiendo su pelvis como podía, aguantándose con una mano en el suelo, eran cada vez más secos, más lentos, más intensos.
Su cabello caía sobre sus hombros, sobre su rostro. Castle se lo apartó y buscó sus labios, muriendo en ellos al mismo tiempo que sentía como todo el cuerpo de su chica se tensaba sobre el suyo, arqueándose, acelerando su propio placer clavando sus uñas en sus biceps, siendo ambos uno, un único ser lujurioso llegando a la cúspide del clímax.
El intenso orgasmo que recorrió ambos cuerpos les dejó exhaustos. Castle apoyado contra la pared acariciaba el cuerpo de Beckett, acomodado entre sus brazos, contra su torso.
-Ahora si creo que deberíamos ducharnos-susurró mientras Beckett con los ojos cerrados sonreía y acariciaba con sus dedos su clavícula y su pectoral.
Se levantó como un resorte y salió corriendo.
-Hay que probar la nueva ducha…
Castle se levantó y sonrió mirando la habitación por última vez, sin muchos ánimos.
Tras la ducha, decidieron ponerse algo limpio y cómodo de la poca ropa que ya tenían allí. Pidieron pizzas, cenaron viendo la TV, y decidieron acostarse a dormir en su nuevo colchón. En el suelo. Cómo si acamparan en su propia habitación.
Tardaron en dormirse mirando por el ventanal las luces que se filtraban creando formas en las paredes. Castle acariciaba la espalda de ella con suavidad mientras Beckett dormía placidamente sobre su cuerpo.
No podía dormir sin dejar de pensar. Su única distracción era la respiración pausada de Beckett que indicaba que ella si estaba profundamente en los brazos de Morfeo.
Le daba vueltas y vueltas hasta que por fin, no pudo sostener más la situación y se decidió. Se levantó con cuidado, vistiendo sólo la ropa interior y dejó a Kate en el colchón. La miró y sonrió viendo como ante su ausencia acaparaba toda la cama sin inmutarse.
Horas después, Kate sintió frío. Se removió. Abrió los ojos y la luz del amanecer la sorprendió sola en la cama. Frunció el ceño mientras se frotaba los ojos para acomodarse al cambio de luz.
Estiró todos sus músculos. Dormir con sólo el colchón le había pasado factura. Agudizó su oído intentando escuchar el ruido del agua en la ducha, o tal vez la cafetera. Nada. No sé escuchaba nada.
Miró a su alrededor buscando alguna nota que le indicara que Rick se había marchado por algún asunto. Nada.
Terminó de desperezarse y se colocó una camiseta de él sobre su cuerpo desnudo y entonces al girar, lo vio a través de las estanterías que separaban su habitación de su despacho.
Estaba de espaldas y al parecer con los auriculares puestos.
Sin hacer ruido se acercó y le abrazó por detrás.
-Ey…te has despertado…-susurró al girarse.
Beckett asintió y miró la pared.
-¿No has dormido?
-No podía…-Kate hizo una mueca y Castle la imitó-Sólo…no sé…-se encogió de hombros.-Pinté…
-Lo sé-miró sonriendo la pared, de nuevo pintada y sin ningún brochazo-Y me encanta.
Blancas. Las paredes blancas. Con textos en pintura negra y roja. Textos escritos a mano, con la perfecta caligrafía del gran escritor Richard Castle. Textos de sus libros favoritos, de los de él y de los de ella. Un texto del primer libro de Nikki Heat. Un gran Always. Y por último, en la pared casi divisoria de ambas zonas de trabajo de cada uno, un texto para ella, algo que salió de él mismo, recordándoles a ambos uno de los días que su vida cambió para siempre:
“Every morning I bring you a cup of coffee, just so I can see a smile on your face. Because I think you are the most remarkable, maddening, challenging, frustrating, person I've ever met. And I love you Kate“
Beckett se abrazó a él, besando tiernamente sus labios, sintiéndose protegida entre sus brazos, y protegiéndole al mismo tiempo.
-Yo también te amo, Rick.
FIN
Invitado- Invitado
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
Según iba leyendo me gustaba mas, pero el final la imagen de ellos dos en el despacho, con las paredes escritas y es ultimo texto para ella que romántico.
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
Maaadre mia que bueno
Me ha encantado Sarux, esta genial y la ultima parte impresionante
Me ha encantado Sarux, esta genial y la ultima parte impresionante
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
genial... ame este fic... que manera de estrenar los lugares de su nueva casa, ojala en la serie se muden juntos, que romántico la ultima parte...
Emily Claire- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 16/10/2012
Edad : 32
Localización : Chile, Viña del Mar
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
Cocodrilo.... Tengo un problema..
Empezaste con algo que me parecía maravilloso SU HOGAR cada uno aporta lo que le gusta, luego la pintura, es algo que me parece maravilloso, ya sabes que soy una romanticona pero tengo mi lado salvaje, rawr, luego esa ducha tranquilita y me terminas CON ESE PEDAZO DE FINAL! Nose con que parte quedarme! Simplemente no podría! Me parece imposible elegir, pero ese final... *___* PERFECTO!
Gracias, miles de gracias por escribir! Rawr bombón! (se que me echabas de menos)
Empezaste con algo que me parecía maravilloso SU HOGAR cada uno aporta lo que le gusta, luego la pintura, es algo que me parece maravilloso, ya sabes que soy una romanticona pero tengo mi lado salvaje, rawr, luego esa ducha tranquilita y me terminas CON ESE PEDAZO DE FINAL! Nose con que parte quedarme! Simplemente no podría! Me parece imposible elegir, pero ese final... *___* PERFECTO!
Gracias, miles de gracias por escribir! Rawr bombón! (se que me echabas de menos)
SanySmile- Ayudante de policia
- Mensajes : 75
Fecha de inscripción : 12/10/2012
Edad : 35
Localización : Albacete
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
Solo decir en principio que perdón por la tardanza, lo leí esta tarde y me quede así; No de miedo, sino de sorpresa, te di un margen de dos semanas y me lo tuvistes en dos días. Creo que sin lugar eres la mejor.
¿Qué si la historia era lo que imaginaba? Es mejor que lo había llegado a pensar, que pasada de verdad. Me ha parecido muy romántico, a la vez sensual, hot, precioso,....Demasiado adjetivos, que una vez más me das razones para creer y estar segura de que eres una de mis escritoras favoritas, por no decir que eres mi favorita.
Creo que un agradecimiento se quedaría corto pero pese a todo;
¿Qué si la historia era lo que imaginaba? Es mejor que lo había llegado a pensar, que pasada de verdad. Me ha parecido muy romántico, a la vez sensual, hot, precioso,....Demasiado adjetivos, que una vez más me das razones para creer y estar segura de que eres una de mis escritoras favoritas, por no decir que eres mi favorita.
Creo que un agradecimiento se quedaría corto pero pese a todo;
¡MUCHISISISISISISISISISIMAS GRACIAS!
Invitado- Invitado
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
Que pedazo de idea, que ingenio, esa pared con sus frase, muy innovadora.
Y como no comentar el amor que se tienen... yo que soy una romantica XXX no se si me entiendes #muerteporkiki hggvfsqaiknmbvczopñccl
Y como no comentar el amor que se tienen... yo que soy una romantica XXX no se si me entiendes #muerteporkiki hggvfsqaiknmbvczopñccl
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
Skyscraper escribió:Solo decir en principio que perdón por la tardanza, lo leí esta tarde y me quede así; No de miedo, sino de sorpresa, te di un margen de dos semanas y me lo tuvistes en dos días. Creo que sin lugar eres la mejor.
¿Qué si la historia era lo que imaginaba? Es mejor que lo había llegado a pensar, que pasada de verdad. Me ha parecido muy romántico, a la vez sensual, hot, precioso,....Demasiado adjetivos, que una vez más me das razones para creer y estar segura de que eres una de mis escritoras favoritas, por no decir que eres mi favorita.
Creo que un agradecimiento se quedaría corto pero pese a todo;¡MUCHISISISISISISISISISIMAS GRACIAS!
Me alegro muchisimo que te haya gustado lo que he escrito. Decir que soy tu escritora favorita es algo muy grande y que te lo agradezco muchisimo!
Muuuuuuchiiiiisiiimas de nadas
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Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
choleck escribió:Que pedazo de idea, que ingenio, esa pared con sus frase, muy innovadora.
Y como no comentar el amor que se tienen... yo que soy una romantica XXX no se si me entiendes #muerteporkiki hggvfsqaiknmbvczopñccl
Muchas veces solo se trata de eso, innovar y ser original Jajajjaja yo también soy muy romantica y a la vez muy pervert jajajajajaja
Invitado- Invitado
Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
*--* Me ha encantado has mezclado Lo hot y Lo Romantico a la perfeccion. Te aplaudo. *clap. Clap. clap*
Ojalá algo así pasase en la serie, sin quitar la escenita e.e
Ojalá algo así pasase en la serie, sin quitar la escenita e.e
Elena_NyPD@- Actor en Broadway
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Re: Starlight ( a petición de Skyscraper )
ooohh, que bonito eso de decorar y pintar la casa de sus sueños juntos, jejeje, que me ha gustado.
Yaye- Escritor - Policia
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