Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
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Apocalipsis.
Ruth Maria
javato
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Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Capítulo 1
Kate estaba terminando el papeleo. Había quedado con Rick para tomar algo después del trabajo. Él llevaba tiempo poniéndose muy pesado con quedar una noche, sin malas intenciones. Así que decidieron ir a tomar una hamburguesa a un sitio que Kate conocía. Y aunque fuera un tópico, también al cine. En pleno enero la ciudad era presa de una ola de frío que la sacudía de los cimientos al más alto rascacielos. Castle apareció puntual por el ascensor. Llevaba un abrigo largo y negro, pantalón negro y botas de piel. Se acercó a la mesa resollando en sus manos.
- Dios hace un frío de mil demonios. Y para colmo empieza a nevar.- dijo Castle.
- ¿En serio?-
- Así es- miró los papeles que había sobre la mesa de Kate. - ¿Te queda mucho?-
- No demasiado.-
- ¿Has pensado ya alguna peli?-
- No sé, van a hacer una reposición de Blow, ¿la has visto?-
- No, la verdad.-
- Luego vas y me acusas de ver mal cine.-
- Si, pero tú no viste El jovencito Frankenstein, eso tiene más delito.-
- He de admitir que me reí mucho la verdad.- terminó de rellenar el último documento y dejó el bolígrafo sobre la mesa. Ordenó todos los papeles, dejándolos sobre la repisa que había en su mesa. – Pues ya está. ¿Estás preparado?-
- Nací preparado.- Bajaron en el ascensor al parking y montaron el coche de Kate, poniendo rumbo a la hamburguesería. Estaba varias manzanas de distancia de la comisaría así que tardarían un rato en llegar, además el tráfico iba bastante lento por culpa de la niebla.
- ¿Dime que es lo que te hizo salir antes hoy?-
- Bueno Alexis tenía un pequeño problema. Digamos que tuvo un golpe con la moto con un tipo con un mal día. No paraba de gritar y se asustó. Tampoco ha sido nada del otro mundo, nada que no se solucionase.-
- ¿Está mejor?-
- Si, pero por si acaso he escondido las llaves del coche.-
- Habría que verte a ti con sus años.-
- En eso ni que decir tiene que ella me gana por goleada.-
- Eres afortunado y lo sabes.-
- Si, la verdad es no puedo negarlo.- algo cambió en el tono da Castle. La ternura acomodaba sus palabras. – Desde que era muy pequeña siempre ha sido la mejor hija del mundo. Aún recuerdo cuando esos ojos azules miraban con inquietud el mundo, cogida de mi mano paseamos por aquel parque y quería saberlo todo.-
- Eres un gran padre y lo sabes.-
- Intento hacerlo lo mejor que puedo.- admitió Castle con una sonrisa en los labios. A Kate se le quedó aquella media sonrisa que se le quedaba siempre. Esa que escondía muchísimo y a la vez lo transmitía también. Llegaron al burger media hora después. Ella tenía aquella sensación, esa que conocía muy bien, era la que recorría el cuerpo de Beckett. Se sentía en un mar de calma. Que todos los miedos estaban fuera, que amaba a Castle y todo lo demás no importaba, aunque lo ocultase tras el muro. Sonó la campanilla al entrar y se sentaron en la mesa más cercana a la puerta, junto a la ventana. El camarero llegó al poco tiempo.
- ¡Oh!, señorita Beckett cuanto tiempo sin verla.-
- Hola Tom. Me alegro de verte.-
- Es la primera vez que trae compañía.-
- Te presento a Richard Castle. Es un buen amigo.-
- ¿Es usted el escritor de libros?-
- Sí, lo soy.-
- Me siento honrado de tenerle en nuestro local.-
- Gracias, Kate me habló muy bien de su restaurante, seguro que sus palabras se quedan cortas.- el camarero se quedó con una sonrisa de oreja a oreja, les dejó las cartas y fue a la barra. En el restaurante no se servía alcohol, así que les trajo unos batidos por cuenta de la casa. Eran muy buenos, la verdad es que Beckett llevaba razón.
- ¿Qué van a tomar? Señorita Beckett, ¿lo de siempre?-
- Si Tom.-
- ¿Y usted señor Castle?-
- Creo que la número siete, con extra de salsa especial.-
- Tiene usted un gusto exquisito señor.- el camarero fue a dejar los pedidos. Entonces Castle miró a Beckett.
- ¿Lo de siempre?-
- Hamburguesa de tofu con cebolla caramelizada. Un día vine muy tarde y estaban sin carne. Desde entonces la pido siempre, es realmente buena.-
- Comprendo.- Castle hizo una breve pausa.- Estuve pensando, y tal vez ha llegado la hora.- sacó un pen drive del interior de chaqueta. – Siempre has estado aguantándome más de lo debido. No sabía que regalo hacerte, así que pensé en darte una copia del manuscrito de mi último libro.- Castle sonrió.- Se que no es gran cosa, y que seguramente no lo publique. Pero es algo que hice distinto y quisiera compartir contigo.-
- ¿De qué va la novela?-
- Rompería la magia. Espero que te guste.-
- Gracias- Beckett sonreía agradecida, pero a la vez se moría de curiosidad por saber que contenía aquella historia. Tom trajo las hamburguesas y eran realmente buenas. Comieron realmente bien y disfrutaron de una buena y agradable cena. Castle insistió en pagar la cuenta, si ella pagaba las palomitas. Antes de salir dijo que tenía que ir al baño, así que Beckett le dijo que le esperaba en el coche, que iba a comprobar si se había olvidado algo en la comisaría. Así que fue al coche, abrió el maletero y sacó de dentro su ordenador portátil. Metió el pen drive que le dio Castle y abrió el documento de texto. “Las historias de mil sonrisas” tenía por título. Escuchó la campana de la puerta y cerró el portátil. Entonces cogió unos guantes que tenía por allí habitualmente. Por suerte Castle venía mirando el móvil, así que no se dio cuenta de lo que realmente hacía Beckett.
- Bueno, pues mis seguidores de Twitter ya saben que aquí se come realmente bien.-
- Eso está muy bien por tu parte.-
- ¿Has encontrado eso?-
- Si, eran los guantes, no me los he dejado en comisaría.-
- ¿No traías ya unos?-
- No- mintió Kate. Castle se encogió de hombros y fue a montarse. Entonces Beckett sacó del bolsillo de su abrigo los guantes que llevaba y los dejó allí y se puso los que sacó del maletero. Ella se montó y fueron al cine. Ella pagó las entradas y las palomitas, bajo amenaza de que no volvería a llamarle para ningún caso más si él lo hacía.
Acabó la película, salieron del cine y fueron al parking, que estaba al aire libre.
- ¿Dime te ha gustado la película?-
- Si, y también creo que tiene muchas cosas de ti. “A lo largo de mi vida he dejado partes de mi corazón aquí y allá y ahora apenas me queda el suficiente para seguir viviendo.- Beckett siguió caminando en silencio. Eso le dio que pensar. No se dio cuenta de que Castle se había quedado rezagado. La nieve había empezado a cuajar. – Beckett, ¿puedes esperar un momento?, tengo una cosa que decirte.- Ella no se lo esperó pero Castle apareció con las manos en la espalda. De repente le tiró nieve a la cara y salió corriendo. Ella salió corriendo detrás de él. Rieron como dos quinceañeros despreocupados mientras se tiraban nieve. En una de esas Kate salió corriendo tras Castle y le alcanzó, pero resbalaron por el hielo del suelo, quedando uno encima del otro. Kate sonreía, Rick también, ambos se miraban a los ojos. No supieron cuanto tiempo estuvieron así, pero nada más importaba. Ella quería besarle y él también, pero como tantas otras veces se quedó en un bonito momento para el recuerdo. Volvieron al coche y acercó a Castle a su casa.
- Me lo he pasado realmente bien. Gracias por todo.- se sinceró Beckett.
- Siempre.- dijo él con una sonrisa. Se acercó y le besó en la mejilla. – Hasta la próxima.- se bajó del coche y puso rumbo al portal. Pero se paró un momento antes y volvió. Beckett bajó la ventanilla. – He cumplido, ¿así que para el próximo caso me llamarás no?-
- No podría hacerlo con otro que no fueras tú.- ambos sonrieron. Castle se marchó, ya si definitivamente. Beckett volvió a su casa se sentía en paz con el mundo y enamorada hasta los huesos. Nada más importaba.
A las cuatro de la mañana recibió una llamada, que le despertó. Era Castle. Cuando colgó el teléfono sintió que toda la felicidad de antes se marchó de un plumazo. Se vistió rápidamente y fue al hospital. Esposito salió de la habitación llorando. Ryan fue directamente con él y se lo llevó. Estaba hundido, sus sollozos eran audibles para Kate. Vio que dejó a Ryan y se acercó a ella.
- Oye, Lanie quiere verte.- sus ojos brillaban como estrellas. Kate le abrazó, ella no pudo aguantarlo más y lloró en silencio con Esposito.
Se soltaron y Castle fue con Javi. Miró a la puerta, entreabierta, respiró hondo y fue a dentro de la habitación. Allí estaba Lanie, tumbada en la cama. Tenía una sonrisa tenue en los labios.
- Hola cariño.- le dijo Lanie. Beckett no respondió al instante. Se acercó a la cama y le cogió a la mano. – Parece que ha llegado mi hora.-
- No digas eso, por favor tú no.-
- No se puede hacer nada pequeña.-
- Te van a curar ya lo verás.-
- No, no será así. El tiempo que me ha tocado vivir es este.- Kate no pudo aguantarlo más y se derrumbó. – Hazme un favor, tienes que prometérmelo.- Beckett le agarró la mano aún más fuerte.
- Te aseguro que cogeré al que te ha hecho esto.-
- Eso me da lo mismo. Es sobre lo que tanto hemos hablado. El día de mañana puede pasarle al que sea. A ti ya casi te pasó, vive el tiempo que te quede como te mereces. Feliz.- la mano libre de Lanie se alzó, buscando la cara de Kate. Ella la tomó y la puso donde quería Lanie. – Prométeme que nada ocultará esa bonita sonrisa que tienes. Ya se ha acabado el llevar el peso de todo. Y en caso de quieras seguir haciéndolo déjale ayudarte.- un pitido comenzó a sonar en la máquina. Los médicos tardaron un suspiro en llegar y le pidieron a Kate que se marchase. Salió desahuciada de la habitación, Ryan y Espo se acercaron. Pero ella les hizo caso omiso y fue con Rick. Él la abrazó. No se movió de su lado el tiempo que tardaron en salir los médicos, que fue bastante. Tuvo la cabeza apoyada en su hombro todo el rato.
De vez en cuando se le escapó alguna lágrima, que Rick apartaba con ternura, intentando con aquel simple gesto quitarle parte de su pesar. No era tiempo para palabras, todos aguardaron en silencio, más unidos que nunca por aquella atmósfera, hay ocasiones en las que es mejor no decir nada. Eran las cuatro de la madrugada, cuando los médicos les dijeron que no tuvieran demasiada esperanza. Pero aquello no rompió el silencio, ni cambió la atmósfera que tenían. Lanie ya les había puesto sobre aviso. La trasladaron a la UCI diez minutos después. Entre tubos y aparatos. Fueron a la sala de espera de la UCI. Cada uno a solas con sus pensamientos pasó las horas sin decir nada. De vez en cuando había algún cruce de miradas. Una mano que apretaba a la otra dando apoyo. Pero no había nada de lo típico, eran policías y eran realistas. Se estaban preparando para el golpe final, quizá lo único que deseaban era ponerse a trabajar, en el caso más amargo de sus vidas.
A las diez de la mañana de la mañana de un polar catorce de enero la vida de Lanie se apagó. Un agente les hizo llegar la siguiente nota:
Entiendo que ahora estén sumidos en el dolor de la perdida. Pero quiero a mis mejores agentes (a usted también le incluyo Señor Castle) repuestos para investigar el caso del asesinato de Lanie Parish cuanto antes. Ni que decir tiene que toda la comisaría está a vuestra disposición.
Atentamente: Teniente de la Policía de Homicidios de Nueva York, Victoria Gates.
Había llegado la hora de la caza de brujas.
Última edición por javato el Lun Nov 04, 2013 3:14 pm, editado 2 veces
javato- Ayudante de policia
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Dios mío que triste!! Gracias te quedo genial y con mucho sentimiento.
Ruth Maria- Policia de homicidios
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Lanie...¡NOO! QUE COJAN AL CABRON ESE YA!!
Apocalipsis.- As del póker
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
WoW!! Pobre Lanie
CONTINUAA
CONTINUAA
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Que buena, me gusta como has empezado y que muera Lanie nunca lo había leído vamos que nunca he leido nada en el que Lanie fuese importante xD, pero me encanta. Quieroooooo más
dcastle- As del póker
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Ya podrias haber matado a cualquier otra persona.
Continua que quiero que cojan al cap...o que la a matado.
Continua que quiero que cojan al cap...o que la a matado.
_Caskett_- Escritor - Policia
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Localización : en un mundo feliz
Capítulo final. Parte uno.
Capítulo final. Parte Uno.
Hacía frío, la tierra estaba helada y los pasos crujían por el hielo y la nieve. En el cementerio se cernía el silencio. Era una mañana gris, la tristeza era presente como los copos que caían del cielo. Las personas allí reunidas, todas enlutadas, guardaban silencio. El féretro de Lanie era transportado por sus familiares, Esposito y Beckett. El párroco pronunció unas palabras. Beckett volvió a su sitio, Castle la pasó la mano por el hombro. Ella la agarró y mirando hacia el frente no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas. Acabó el funeral y eran las nueve de la mañana. Decidieron tomarse la mañana libre, para a la tarde empezar con el caso. Acabó el funeral y Beckett no varió su postura, sólo dejaba que sus lágrimas limpiasen su alma. Sentía que la tenía rota por el dolor, como antaño la tuvo. Acabó el funeral y todos se marcharon a paliar el dolor. Todos salvo dos personas, Castle y Beckett. Ella estaba frente a la tumba, él a unos metros de distancia.
- Prometo coger al que te hizo esto.- besó su mano y la posó sobre la lápida. Beckett pensó que estaba sola. Se retiró unos metros con la cabeza agachada. Cuando la alzó vio a Castle. “Ya se ha acabado el llevar el peso de todo. Y en caso de quieras seguir haciéndolo déjale ayudarte”. No pudo aguantarlo y rompió a llorar. Castle se acercó, puso sus manos en sus mejillas y con los pulgares le secaba las lágrimas. - ¿Porqué? ¿Porqué todo lo que en esta vida me importa se va o se daña? ¿Por qué no puedo ser feliz?- Castle se aclaró la voz y recitó:
- Hace cuatro años que conocí a una detective. Era la mujer más llena de secretos que conocí en mi vida. Secretos que encerró bajo llave, poco a poco fui encontrándolas y descubriendo a una mujer. Esa mujer era fuera de lo común, la pena era que su pasado era más oscuro que la noche más larga. Ese pasado no le permitía llegar a ser plenamente feliz. Pero una cosa tengo por seguro, era fuerte. Siempre me has recordado a este poema de William Ernest Henley. Sé que estas palabras no son comparables al dolor que sientes por la pérdida de Lanie. Pero también sé que toda noche tiene su fin, y que siempre la luz llega a todos los rincones. Sea de un modo u otro.- sus ojos claros miraron en los de ella, enrojecidos por las lágrimas y el dolor. Aún seguían brillando, no por las lágrimas, sino porque aún tenían esperanzas. Lo que él no sabía es que esas esperanzas eran renovadas, que ese sería el último caso de Katherine Houghton Beckett. Ella cogió su mano y pasó el dorso por su mejilla. No hubo un beso, pues no era necesario, hay veces que sobra con el lenguaje de las miradas. Se cogieron de la mano y fueron a desayunar algo a una cafetería. Castle trajo unos cafés, pues no tenían apetito. Los dejó en la mesa y se sentó junto a Beckett. Sentados de espaldas a la ventana, él le apartó el pelo y apoyó su cabeza suavemente junto en la de ella. Sentía su respiración. En medio de una ola de frío y nubes un rayo de sol salió. Y a través de la ventana y de la cortina veneciana iluminó a la pareja por la espalda.
Beckett llamó a la puerta. La teniente Gates ordenó que pasaran.
- ¿Están ya trabajando en el caso?-
- Castle y yo hemos empezado ya, vinimos antes.-
- ¿Qué es lo que desea?-
- Señor yo…- y entonces pasó. La teniente de hierro se volvió de algodón. Suave y cálida. Abrazó a Beckett y le miró a los ojos.
- Está bien. Puede marcharse. No podría pedirle a nadie el sacrificio que usted ha realizado. Cuando acaben deje su arma sobre mi mesa. La placa puede quedársela. Se la ha ganado de sobra.- era la mirada de una madre la de Gates. Era la mirada que le decía adiós a su hija y le deseaba lo mejor. Beckett asintió ligeramente, agradecida.
- Gracias señor.-
- Se lo ha ganado de sobra.-
Al otro lado del cristal la teniente y Beckett no se daban cuenta, pero Castle observaba, sonrió ligeramente y comenzó a rellenar la pizarra. Entonces pensó, borró todas las pistas y comenzó a escribir.
Beckett salió del despacho de la teniente. Fue a su mesa y observó la pizarra que estaba colocada frente a ella. Tenía algo escrito, era la letra de Rick.
Hacía frío, la tierra estaba helada y los pasos crujían por el hielo y la nieve. En el cementerio se cernía el silencio. Era una mañana gris, la tristeza era presente como los copos que caían del cielo. Las personas allí reunidas, todas enlutadas, guardaban silencio. El féretro de Lanie era transportado por sus familiares, Esposito y Beckett. El párroco pronunció unas palabras. Beckett volvió a su sitio, Castle la pasó la mano por el hombro. Ella la agarró y mirando hacia el frente no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas. Acabó el funeral y eran las nueve de la mañana. Decidieron tomarse la mañana libre, para a la tarde empezar con el caso. Acabó el funeral y Beckett no varió su postura, sólo dejaba que sus lágrimas limpiasen su alma. Sentía que la tenía rota por el dolor, como antaño la tuvo. Acabó el funeral y todos se marcharon a paliar el dolor. Todos salvo dos personas, Castle y Beckett. Ella estaba frente a la tumba, él a unos metros de distancia.
- Prometo coger al que te hizo esto.- besó su mano y la posó sobre la lápida. Beckett pensó que estaba sola. Se retiró unos metros con la cabeza agachada. Cuando la alzó vio a Castle. “Ya se ha acabado el llevar el peso de todo. Y en caso de quieras seguir haciéndolo déjale ayudarte”. No pudo aguantarlo y rompió a llorar. Castle se acercó, puso sus manos en sus mejillas y con los pulgares le secaba las lágrimas. - ¿Porqué? ¿Porqué todo lo que en esta vida me importa se va o se daña? ¿Por qué no puedo ser feliz?- Castle se aclaró la voz y recitó:
“Más allá de la noche que me cubre
Negra como el abismo insondable,
Agradezco a los dioses si existen,
Por mi alma inconquistable
En las azarosas garras de las circunstancias
Nunca me he estremecido o lamentado en voz alta.
Sometido a los golpes del destino
Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Yace el horror de la sombra,
Aún así la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
Cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino;
Soy el capitán de mi alma.”
Negra como el abismo insondable,
Agradezco a los dioses si existen,
Por mi alma inconquistable
En las azarosas garras de las circunstancias
Nunca me he estremecido o lamentado en voz alta.
Sometido a los golpes del destino
Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Yace el horror de la sombra,
Aún así la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
Cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino;
Soy el capitán de mi alma.”
- Hace cuatro años que conocí a una detective. Era la mujer más llena de secretos que conocí en mi vida. Secretos que encerró bajo llave, poco a poco fui encontrándolas y descubriendo a una mujer. Esa mujer era fuera de lo común, la pena era que su pasado era más oscuro que la noche más larga. Ese pasado no le permitía llegar a ser plenamente feliz. Pero una cosa tengo por seguro, era fuerte. Siempre me has recordado a este poema de William Ernest Henley. Sé que estas palabras no son comparables al dolor que sientes por la pérdida de Lanie. Pero también sé que toda noche tiene su fin, y que siempre la luz llega a todos los rincones. Sea de un modo u otro.- sus ojos claros miraron en los de ella, enrojecidos por las lágrimas y el dolor. Aún seguían brillando, no por las lágrimas, sino porque aún tenían esperanzas. Lo que él no sabía es que esas esperanzas eran renovadas, que ese sería el último caso de Katherine Houghton Beckett. Ella cogió su mano y pasó el dorso por su mejilla. No hubo un beso, pues no era necesario, hay veces que sobra con el lenguaje de las miradas. Se cogieron de la mano y fueron a desayunar algo a una cafetería. Castle trajo unos cafés, pues no tenían apetito. Los dejó en la mesa y se sentó junto a Beckett. Sentados de espaldas a la ventana, él le apartó el pelo y apoyó su cabeza suavemente junto en la de ella. Sentía su respiración. En medio de una ola de frío y nubes un rayo de sol salió. Y a través de la ventana y de la cortina veneciana iluminó a la pareja por la espalda.
Beckett llamó a la puerta. La teniente Gates ordenó que pasaran.
- ¿Están ya trabajando en el caso?-
- Castle y yo hemos empezado ya, vinimos antes.-
- ¿Qué es lo que desea?-
- Señor yo…- y entonces pasó. La teniente de hierro se volvió de algodón. Suave y cálida. Abrazó a Beckett y le miró a los ojos.
- Está bien. Puede marcharse. No podría pedirle a nadie el sacrificio que usted ha realizado. Cuando acaben deje su arma sobre mi mesa. La placa puede quedársela. Se la ha ganado de sobra.- era la mirada de una madre la de Gates. Era la mirada que le decía adiós a su hija y le deseaba lo mejor. Beckett asintió ligeramente, agradecida.
- Gracias señor.-
- Se lo ha ganado de sobra.-
Al otro lado del cristal la teniente y Beckett no se daban cuenta, pero Castle observaba, sonrió ligeramente y comenzó a rellenar la pizarra. Entonces pensó, borró todas las pistas y comenzó a escribir.
Beckett salió del despacho de la teniente. Fue a su mesa y observó la pizarra que estaba colocada frente a ella. Tenía algo escrito, era la letra de Rick.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Antonio Machado, Cantares.
Beckett sonrió al terminar de leer aquello, Castle apareció con dos cafés dejó uno sobre la mesa y se sentó en la silla que había junto a la mesa de Beckett. Ella le cogió de la mano y le sonrió. En medio de la tempestad había llegado un momento de calma. pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Antonio Machado, Cantares.
John Frusciante Ricky.
Tenía miedo que ser yo
Ser cualquiera que desees ser
No culpo a mi debilidad
Por mi incapacidad de hablar
Claramente acerca de las cosas que he dicho antes
Y si hay luz afuera, la noche caerá
Y si es la vida, se resuelve
Donde sea que estés en un laberinto es una mentira
Donde sea que estés en una página, tienes que seguir a la derecha
Cada vez que no haya tierra debajo de ti, estás en el cielo
Cada vez que tengas miedo, todo va a estar bien
Va a estar bien
Era una llama en la noche
He escuchado lo que quería oír
Y el momento en que desaparecí
Aumenté el tamaño de todo lo exterior
Porque me convertí en uno con la noche
Y si es real, no lo es todo
Hay
Hay mucho de lo que parece no estar ahí en lo absoluto
Y puedes funcionar como alguien, además de quién eres
Ser cualquiera que desees ser
No culpo a mi debilidad
Por mi incapacidad de hablar
Claramente acerca de las cosas que he dicho antes
Y si hay luz afuera, la noche caerá
Y si es la vida, se resuelve
Donde sea que estés en un laberinto es una mentira
Donde sea que estés en una página, tienes que seguir a la derecha
Cada vez que no haya tierra debajo de ti, estás en el cielo
Cada vez que tengas miedo, todo va a estar bien
Va a estar bien
Era una llama en la noche
He escuchado lo que quería oír
Y el momento en que desaparecí
Aumenté el tamaño de todo lo exterior
Porque me convertí en uno con la noche
Y si es real, no lo es todo
Hay
Hay mucho de lo que parece no estar ahí en lo absoluto
Y puedes funcionar como alguien, además de quién eres
javato- Ayudante de policia
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Edad : 110
Localización : La red
Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Te has lucido con este fic, mil gracias!! espero la segunda parte!! de verdad que siempre habia pensado en algo diferente y nos lo has dado, bastante triste pero buenisimo!!
Ruth Maria- Policia de homicidios
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_Caskett_- Escritor - Policia
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Localización : en un mundo feliz
Capítulo final parte dos.
Capítulo final. Parte dos.
Mis disculpas pero me está costando bastante escribir entre unas cosas y otras.En la filosofía shramánica, nirvana es el estado de liberación tanto del sufrimiento (dukkha) como del ciclo de renacimientos.
Es un concepto importante en el hinduismo, jainismo y budismo y suele alcanzarse mediante diferentes prácticas y técnicas espirituales.
Pues eso, el nirvana. O por lo menos era lo más parecido a la paz. Adiós dolor, el príncipe azul espera montado en el Ferrari a la salida de su casa de campo. El amor es un debate y más cuando el corazón late. Una noche perfecta, champan, una bonita cena con velas. Sexo y sonrisas, si, más sonrisas de las que tuvo en mucho tiempo. Y como soy y el narrador y me gusta poner peros, me gustaría poner el de cómo se llegó a esta situación. Bueno nos quedamos en que Beckett le decía a la teniente que se iba, tras resolver el caso de Lanie. Acomódense, vamos a ver el final del sufrimiento de nuestra detective, y su final feliz.
Un momentito, ya, ahora sí. Íbamos por… va. Beckett cerró la puerta tras el bonito momento que tuvo con la mujer de hierro en apariencia. Volvió a su mesa… y Castle, lo de la pizarra… si esto ya lo vimos. Vale, ahora es cuando venían Esposito y Ryan. Los dos venían juntos y cabizbajos. Se sentaron en la mesa de Beckett. Ella y Castle estaban en la pizarra. El pero era que estaba en blanco salvo por una foto de Lanie. Todo estaba absolutamente en orden en su vida. ¿Entonces? falta algo, si, todo.
- No tenemos nada- sentenció Beckett. Ante las mirada de Ryan y Esposito.
- ¿Estás de coña?- dijo Esposito atónito.
- Hemos resuelto casos de don nadies que no conocíamos de nada. ¿De veras piensas que no queremos resolver el de Lanie?- dijo Castle osco.
- Lo siento.-
- Vamos a su casa. Los cuatro.- dijo Beckett. Así que nuestros agentes y Castle pusieron rumbo a la casa de Lanie. Estaría bastante bien que encontraran una pista. Entraron a la casa. Limpia como una patena. Espo llamó a los técnicos antes de nadie dijera nada. No había nada.
- ¿Alguno ha entrado en la habitación de Lanie? – preguntó Castle.
- Sólo yo.- respondió Beckett.
- Venid.-
- ¿Tienes algo?- preguntaron todos al unísono.
- Tal vez.- Castle recortó un trozo de moqueta. Era un chicle. – Esta marca es la consume Alexis normalmente.-
- ¿Y eso que tiene que ver con el caso? Podría ser de Lanie mismamente.- terció Esposito
- Pues creo que tiene que ver bastante. Estos chicles sólo se venden en cierto tipo de tiendas. Tiendas de golosinas infantiles. Más concretamente Sweetland. – prosiguió Esposito.
- Si descartamos el ADN de Lanie podría darnos una pista del asesino.- dijo Ryan.- ¿Volvió a la escena del asesinato?-
- No, vino aquí a matarla. Pero ella huyó.- terció Beckett.
- ¿Y eso cómo lo sabes?-
- Se dejó la sombra de ojos. El día del asesinato ella había quedado con un chico. No me dijo quien. Siempre que tiene una cita no le gusta salir sin esto y una barra de labios. – Beckett se la mostró a los demás.
- O sea que la persona con la que tuvo la cita puede ser el asesino.-
- No- dijo Espo tembloroso. – Había quedado conmigo. Cuando vi que no venía pensé que se había arrepentido a última hora. Parecía no estar muy segura la verdad.-
- ¿Tal vez ya sabría que la seguían o algo?- preguntó Ryan
- No- esta vez fue Castle el que respondió. – No tienes una cita si sabes que van a matarte. Tenía miedo porque aún te quería- dijo Castle mirando a Esposito. Beckett se quedó atónita.
- Me pidió disculpas por llegar tarde cuando estaba en el hospital.- dijo Javi apesadumbrado.
- Bueno, tenemos las cámaras de seguridad del edificio.- puntualizó Kevin.
- ¿Tonto el último?- preguntó Castle- ¿Kevin tienes un momento?- Ryan se giró
- ¿Qué quieres?- Castle esperó a que Beckett y Esposito se marcharan.
- Oye es importante, no podemos dejar que Beckett o Javi vayan a la morgue a por el informe.-
- Lo comprendo.- respondió Ryan. Castle sacó el móvil
- Con Gates por favor.- esperó un momento. - ¿Señor tenemos el informe forense?-
- Vámonos.- ordenó Castle.
Llegaron a la morgue. Todo estaba tranquilo y en silencio. En recepción, Ryan se identificó y fueron por los informes de la muerte de Lanie. Nada, como en el otro informe de la policía sobre la escena del crimen. Así pues sólo tenía una pista, tal vez una prueba, pero todo se antojaba complicado o imposible. Pero al diablo, hoy no iba a ser el día en que no resolvieran un caso y más el de Lanie. Tomaron la salida y se montaron en el coche para ir a la comisaría.
- Todo acabará bien, ya lo verás- le dijo Castle
- ¿Y si no es así?-
- Esta vez te equivocas- Castle trataba de infundirle ánimos.
- ¿Cómo estás tan seguro? No tenemos nada, absolutamente nada.-
- Nos tenemos los dos. Y también a Ryan y Esposito.-
- ¿Y si eso esta vez no es suficiente?-
- ¡¿Y qué vas a hacer tirarlo todo por la borda?! Nunca hemos dado nada por imposible por difícil que sea. Si quieres rendirte hazlo, no seré yo el que te obligue a investigar si no quieres. Pero si tiras la toalla no serás la Kate que yo conozco.-
- No tengo porqué aguantar siempre todo.- dijo Kate con la emoción a flor de piel.
- Seguro, pero no puedes andar por la vida sin esperanza alguna. Siempre sale el sol. Y si no va a salir para ti ahora márchate. Nadie te echará la culpa, pero yo, yo me quedaré.- cerró con un portazo y Castle dejó a Kate en la azotea.
Era la una de la mañana. Castle tenía el brazo dormido, Alexis se había quedado adormecida sobre su hombro. Había estado viendo una película y ella no aguantó hasta el final. Así que la despertó con ternura y le dijo que se fuera a dormir. Cuando escuchó la puerta de su habitación cerrarse, él cogió las llaves del coche. Salió a conducir en mitad de la noche.
Es un concepto importante en el hinduismo, jainismo y budismo y suele alcanzarse mediante diferentes prácticas y técnicas espirituales.
Pues eso, el nirvana. O por lo menos era lo más parecido a la paz. Adiós dolor, el príncipe azul espera montado en el Ferrari a la salida de su casa de campo. El amor es un debate y más cuando el corazón late. Una noche perfecta, champan, una bonita cena con velas. Sexo y sonrisas, si, más sonrisas de las que tuvo en mucho tiempo. Y como soy y el narrador y me gusta poner peros, me gustaría poner el de cómo se llegó a esta situación. Bueno nos quedamos en que Beckett le decía a la teniente que se iba, tras resolver el caso de Lanie. Acomódense, vamos a ver el final del sufrimiento de nuestra detective, y su final feliz.
Un momentito, ya, ahora sí. Íbamos por… va. Beckett cerró la puerta tras el bonito momento que tuvo con la mujer de hierro en apariencia. Volvió a su mesa… y Castle, lo de la pizarra… si esto ya lo vimos. Vale, ahora es cuando venían Esposito y Ryan. Los dos venían juntos y cabizbajos. Se sentaron en la mesa de Beckett. Ella y Castle estaban en la pizarra. El pero era que estaba en blanco salvo por una foto de Lanie. Todo estaba absolutamente en orden en su vida. ¿Entonces? falta algo, si, todo.
- No tenemos nada- sentenció Beckett. Ante las mirada de Ryan y Esposito.
- ¿Estás de coña?- dijo Esposito atónito.
- Hemos resuelto casos de don nadies que no conocíamos de nada. ¿De veras piensas que no queremos resolver el de Lanie?- dijo Castle osco.
- Lo siento.-
- Vamos a su casa. Los cuatro.- dijo Beckett. Así que nuestros agentes y Castle pusieron rumbo a la casa de Lanie. Estaría bastante bien que encontraran una pista. Entraron a la casa. Limpia como una patena. Espo llamó a los técnicos antes de nadie dijera nada. No había nada.
- ¿Alguno ha entrado en la habitación de Lanie? – preguntó Castle.
- Sólo yo.- respondió Beckett.
- Venid.-
- ¿Tienes algo?- preguntaron todos al unísono.
- Tal vez.- Castle recortó un trozo de moqueta. Era un chicle. – Esta marca es la consume Alexis normalmente.-
- ¿Y eso que tiene que ver con el caso? Podría ser de Lanie mismamente.- terció Esposito
- Pues creo que tiene que ver bastante. Estos chicles sólo se venden en cierto tipo de tiendas. Tiendas de golosinas infantiles. Más concretamente Sweetland. – prosiguió Esposito.
- Si descartamos el ADN de Lanie podría darnos una pista del asesino.- dijo Ryan.- ¿Volvió a la escena del asesinato?-
- No, vino aquí a matarla. Pero ella huyó.- terció Beckett.
- ¿Y eso cómo lo sabes?-
- Se dejó la sombra de ojos. El día del asesinato ella había quedado con un chico. No me dijo quien. Siempre que tiene una cita no le gusta salir sin esto y una barra de labios. – Beckett se la mostró a los demás.
- O sea que la persona con la que tuvo la cita puede ser el asesino.-
- No- dijo Espo tembloroso. – Había quedado conmigo. Cuando vi que no venía pensé que se había arrepentido a última hora. Parecía no estar muy segura la verdad.-
- ¿Tal vez ya sabría que la seguían o algo?- preguntó Ryan
- No- esta vez fue Castle el que respondió. – No tienes una cita si sabes que van a matarte. Tenía miedo porque aún te quería- dijo Castle mirando a Esposito. Beckett se quedó atónita.
- Me pidió disculpas por llegar tarde cuando estaba en el hospital.- dijo Javi apesadumbrado.
- Bueno, tenemos las cámaras de seguridad del edificio.- puntualizó Kevin.
- ¿Tonto el último?- preguntó Castle- ¿Kevin tienes un momento?- Ryan se giró
- ¿Qué quieres?- Castle esperó a que Beckett y Esposito se marcharan.
- Oye es importante, no podemos dejar que Beckett o Javi vayan a la morgue a por el informe.-
- Lo comprendo.- respondió Ryan. Castle sacó el móvil
- Con Gates por favor.- esperó un momento. - ¿Señor tenemos el informe forense?-
- Vámonos.- ordenó Castle.
Llegaron a la morgue. Todo estaba tranquilo y en silencio. En recepción, Ryan se identificó y fueron por los informes de la muerte de Lanie. Nada, como en el otro informe de la policía sobre la escena del crimen. Así pues sólo tenía una pista, tal vez una prueba, pero todo se antojaba complicado o imposible. Pero al diablo, hoy no iba a ser el día en que no resolvieran un caso y más el de Lanie. Tomaron la salida y se montaron en el coche para ir a la comisaría.
- Todo acabará bien, ya lo verás- le dijo Castle
- ¿Y si no es así?-
- Esta vez te equivocas- Castle trataba de infundirle ánimos.
- ¿Cómo estás tan seguro? No tenemos nada, absolutamente nada.-
- Nos tenemos los dos. Y también a Ryan y Esposito.-
- ¿Y si eso esta vez no es suficiente?-
- ¡¿Y qué vas a hacer tirarlo todo por la borda?! Nunca hemos dado nada por imposible por difícil que sea. Si quieres rendirte hazlo, no seré yo el que te obligue a investigar si no quieres. Pero si tiras la toalla no serás la Kate que yo conozco.-
- No tengo porqué aguantar siempre todo.- dijo Kate con la emoción a flor de piel.
- Seguro, pero no puedes andar por la vida sin esperanza alguna. Siempre sale el sol. Y si no va a salir para ti ahora márchate. Nadie te echará la culpa, pero yo, yo me quedaré.- cerró con un portazo y Castle dejó a Kate en la azotea.
Era la una de la mañana. Castle tenía el brazo dormido, Alexis se había quedado adormecida sobre su hombro. Había estado viendo una película y ella no aguantó hasta el final. Así que la despertó con ternura y le dijo que se fuera a dormir. Cuando escuchó la puerta de su habitación cerrarse, él cogió las llaves del coche. Salió a conducir en mitad de la noche.
javato- Ayudante de policia
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Edad : 110
Localización : La red
Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
MUY BUENO me encangoo
Apocalipsis.- As del póker
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_Caskett_- Escritor - Policia
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Localización : en un mundo feliz
Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
el final de la primera parte del capi es preciosa toda enterita, cuando se miran y sobran las palabras y Gates que ahí es como su madre... bueno la verdad que no sé que decir porque me engancha esta historia y eso que no lleva casi nada asi que solo decir que sigas. Enhorabuena por como escribes
dcastle- As del póker
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Edad : 28
Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
me ha gustado mucho sigue porfis
erikal- Actor en Broadway
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Capítulo final, parte tres.
Una caricia, una duda, un despertar a tu lado. Tantas cosas hay, que nada se puede hacer para clasificarlas. Vivir en el pasado es vivir aferrado al dolor, tras mil vueltas te das cuenta que no has avanzado nada en tu vida. ¿Por qué? Pues porque piensas que has cambiado de raíl para tomar otro rumbo, pero la verdad es que sigues rodando por las mismas vías, recorriendo los mismos sentimientos y pesares. No hay cambio sin dolor, te das cuenta que has cambiado cuando no esté el dolor. Y has pasado página cuando los fantasmas que tocaban a tu puerta les dejas pasar, pero ya no te hacen nada, ya no te asustan, y tu vida sigue discurriendo.
Cada uno tiene su lucha, cada cual sus problemas. Cuando estés cansado de todo emborráchate de vida, parece una tarea complicada, pero vale más una sonrisa sincera a mil forzadas para aparentar una vacua felicidad. Amar a la vida, quien quiera acompañarte que sea bienvenido, pero que nada pare tu caminar.
Y qué decir del tiempo que paso a tu lado. Cada día es un regalo por el que doy gracias a la fuerza que fuere. Porque ella fue la que nos unió, porque tú haces que el mundo parezca un poco menos loco cada día. Porque en mitad de la prisa y el ruido apareces, porque cuando no tuve fe me diste un motivo para creer.
Extracto del Diario de Kate Beckett – 12 Octubre del 2020
Levantarse sacudirse el polvo y proseguir, te caes y puede que te raspes las rodillas. El brillo de tus ojos reflejará alguna vez el ocaso de tu vida, el brillo de tus ojos reflejará los sentimientos que recorren tu cuerpo, ese cuerpo que contiene a tu alma inmortal. Tu espíritu es indomable. Los espíritus de esas dos personas se abrazaron aquella noche, se amaron sin reproche. Se contaron todo, sin decir nada. Aquella vez trascendió a algo más que el contacto físico. Se amaron sin medida.
- Me acordé del poema que me narraste en el cementerio.- le dijo Kate.
- Yo me acordé de él para contártelo a ti.- respondió Rick. Y volviendo a abrazarse se quedaron allí simplemente, a veces cuando más duele es cuando más recuerdas. Pero esa noche el mundo giró y nada importó. Esa noche estaban sólo ellos, esa noche se amaron con la pasión que habían reprimido durante tanto tiempo. Aún no había amanecido y Kate estaba en el balcón. Rick salió, ella llevaba solamente la sábana sobre su cuerpo desnudo.
- Observa eso Rick.- él miró dubitativo. – Es el mundo que nos rodea. Quise que todo fuera como debería ser. Pero sólo me causó dolor. Desde la muerte de Lanie he aprendido que pocas cosas son controlables. Que casi todo depende de una fuerza mayor que no puedes dominar. Quise tener el control, pero la realidad es que sólo tuve dolor.-
- Ese pensamiento es bastante impropio de ti. Esa negatividad.-
- Es la realidad.- hizo una pequeña pausa. – Pero no todo está perdido.-
- ¿Y dime que es lo que puedes controlar?-
- Poca cosa, pues siempre hay una disyuntiva en la que hay que hacer una elección recíproca.-
- Me tienes bastante confuso.-
- Verás. No pude prever que aparecieras de mi vida. Pero si puedo decidir que sigas en ella, siempre que tú quieras.-
- Creo que ese ejemplo ilustra bastante.- sonrió y le cogió por la cintura. – Y creo que ya sabes la respuesta.- se besaron.
La vida puede llegar a ser la cosa más tenebrosa que tienes. Pero siempre hay luz, un motivo para luchar. Tras un café y un beso cariñoso fueron juntos al trabajo.
- Ya tenemos algo.- dijo Javi en cuanto los vio. Castle y Kate atendieron. – Frank Miller. Di la orden de búsqueda y lo hallaron muerto en un motel. Os esperábamos para ir allí.-
- Vayamos pues; ¿Dónde es?- preguntó Kate.
- Hostal Rest-
Llegaron media hora después. La científica estaba ya enfrascada en su trabajo. Un cuerpo en el suelo sin vida, con una bala en la cabeza. No había más signos de violencia. Entraron Beckett, Esposito y Ryan. Castle se quedó abajo.
- ¿La cerradura está forzada?- preguntó Castle cuando volvió.
- No.-
- ¿Tienes algo?- le preguntó Beckett.
- Teorías- ella le miró pidiéndolas.- Verás le he preguntado al recepcionista. Nadie apareció aquí por la noche.- salió de la habitación para volver unos minutos después. – La salida de incendios del final del pasillo está abierta de par en par y curiosidades de la vida hay una escalera también.- respiró profundamente un segundo. – Quien mató a este pobre diablo está detrás de lo de Lanie.- miró la habitación buscando algo más pero no encontró nada.-
- ¿Pobre diablo? Este tío mató a Lanie.- Castle sacó unos chicles de su bolsillo. Eran los de la escena del crimen de Lanie.
- A este tipo lo engañaron para hacerlo. Estoy casi seguro que le iban a pagar o al menos eso creía.-
- Explícate.- le exigió Beckett
- Verás, según me dijo el recepcionista este tipo se alojaba en el hostal con frecuencia, lo hacía sólo una noche, siempre solía venir alguien en esas noches. Iba a la habitación donde Miller se alojaba.-
- Pero este tío tenía el historial limpio. Estuvo en el ejército y luego llevó una vida de civil normal, sólo unas multas de tráfico.- terció Esposito
- Por eso era tan bueno en su trabajo, sabía ser discreto, este tío era un asesino a sueldo. Pero debía tener una tapadera para lavar el dinero. Allí estará nuestra siguiente pista.
- Una pregunta, si este tío era tan bueno en su trabajo ¿cómo es que hacía siempre sus pagos aquí?- preguntó Beckett.
- Por el bien pagado despiste del recepcionista. “No hagas preguntas y si viene alguna vez la policía tu no sabías nada, salvo que algunas personas venían por aquí”. Me juego un brazo –
- Pero eso es muy descuidado para un asesino a sueldo tan bueno. – dijo Ryan
- Seguramente pero tendría un plan de fuga. No matas a alguien de la poli sin poner pies en polvorosa. Seguramente este sería su último encargo. Por eso tiene que haber aquí algo.-
- Ahora vuelvo- dijo Beckett. Mientras miraba por la ventana. No dio tiempo a que nadie le preguntara a donde iba.
- Mientras tanto nosotros vamos a mirar más a fondo. La científica aquí ya ha acabado. – dijo Esposito. Miraron de arriba abajo la habitación, pero no encontraron nada. – Pues vamos a tener que pensar algo más- dijo Javi cuando acabaron una hora después.
- O tal vez no- dijo Beckett que acababa de llegar. Traía una bolsa grande de viaje consigo, la puso sobre la cama y la abrió. En ella había medio millón de dólares, un billete de avión a Colombia y una pistola que seguramente coincidiría con la bala que le extrajeran al asesino de la cabeza.
Una caricia, una duda, un despertar a tu lado. Tantas cosas hay, que nada se puede hacer para clasificarlas. Vivir en el pasado es vivir aferrado al dolor, tras mil vueltas te das cuenta que no has avanzado nada en tu vida. ¿Por qué? Pues porque piensas que has cambiado de raíl para tomar otro rumbo, pero la verdad es que sigues rodando por las mismas vías, recorriendo los mismos sentimientos y pesares. No hay cambio sin dolor, te das cuenta que has cambiado cuando no esté el dolor. Y has pasado página cuando los fantasmas que tocaban a tu puerta les dejas pasar, pero ya no te hacen nada, ya no te asustan, y tu vida sigue discurriendo.
Cada uno tiene su lucha, cada cual sus problemas. Cuando estés cansado de todo emborráchate de vida, parece una tarea complicada, pero vale más una sonrisa sincera a mil forzadas para aparentar una vacua felicidad. Amar a la vida, quien quiera acompañarte que sea bienvenido, pero que nada pare tu caminar.
Y qué decir del tiempo que paso a tu lado. Cada día es un regalo por el que doy gracias a la fuerza que fuere. Porque ella fue la que nos unió, porque tú haces que el mundo parezca un poco menos loco cada día. Porque en mitad de la prisa y el ruido apareces, porque cuando no tuve fe me diste un motivo para creer.
Extracto del Diario de Kate Beckett – 12 Octubre del 2020
Levantarse sacudirse el polvo y proseguir, te caes y puede que te raspes las rodillas. El brillo de tus ojos reflejará alguna vez el ocaso de tu vida, el brillo de tus ojos reflejará los sentimientos que recorren tu cuerpo, ese cuerpo que contiene a tu alma inmortal. Tu espíritu es indomable. Los espíritus de esas dos personas se abrazaron aquella noche, se amaron sin reproche. Se contaron todo, sin decir nada. Aquella vez trascendió a algo más que el contacto físico. Se amaron sin medida.
- Me acordé del poema que me narraste en el cementerio.- le dijo Kate.
- Yo me acordé de él para contártelo a ti.- respondió Rick. Y volviendo a abrazarse se quedaron allí simplemente, a veces cuando más duele es cuando más recuerdas. Pero esa noche el mundo giró y nada importó. Esa noche estaban sólo ellos, esa noche se amaron con la pasión que habían reprimido durante tanto tiempo. Aún no había amanecido y Kate estaba en el balcón. Rick salió, ella llevaba solamente la sábana sobre su cuerpo desnudo.
- Observa eso Rick.- él miró dubitativo. – Es el mundo que nos rodea. Quise que todo fuera como debería ser. Pero sólo me causó dolor. Desde la muerte de Lanie he aprendido que pocas cosas son controlables. Que casi todo depende de una fuerza mayor que no puedes dominar. Quise tener el control, pero la realidad es que sólo tuve dolor.-
- Ese pensamiento es bastante impropio de ti. Esa negatividad.-
- Es la realidad.- hizo una pequeña pausa. – Pero no todo está perdido.-
- ¿Y dime que es lo que puedes controlar?-
- Poca cosa, pues siempre hay una disyuntiva en la que hay que hacer una elección recíproca.-
- Me tienes bastante confuso.-
- Verás. No pude prever que aparecieras de mi vida. Pero si puedo decidir que sigas en ella, siempre que tú quieras.-
- Creo que ese ejemplo ilustra bastante.- sonrió y le cogió por la cintura. – Y creo que ya sabes la respuesta.- se besaron.
La vida puede llegar a ser la cosa más tenebrosa que tienes. Pero siempre hay luz, un motivo para luchar. Tras un café y un beso cariñoso fueron juntos al trabajo.
- Ya tenemos algo.- dijo Javi en cuanto los vio. Castle y Kate atendieron. – Frank Miller. Di la orden de búsqueda y lo hallaron muerto en un motel. Os esperábamos para ir allí.-
- Vayamos pues; ¿Dónde es?- preguntó Kate.
- Hostal Rest-
Llegaron media hora después. La científica estaba ya enfrascada en su trabajo. Un cuerpo en el suelo sin vida, con una bala en la cabeza. No había más signos de violencia. Entraron Beckett, Esposito y Ryan. Castle se quedó abajo.
- ¿La cerradura está forzada?- preguntó Castle cuando volvió.
- No.-
- ¿Tienes algo?- le preguntó Beckett.
- Teorías- ella le miró pidiéndolas.- Verás le he preguntado al recepcionista. Nadie apareció aquí por la noche.- salió de la habitación para volver unos minutos después. – La salida de incendios del final del pasillo está abierta de par en par y curiosidades de la vida hay una escalera también.- respiró profundamente un segundo. – Quien mató a este pobre diablo está detrás de lo de Lanie.- miró la habitación buscando algo más pero no encontró nada.-
- ¿Pobre diablo? Este tío mató a Lanie.- Castle sacó unos chicles de su bolsillo. Eran los de la escena del crimen de Lanie.
- A este tipo lo engañaron para hacerlo. Estoy casi seguro que le iban a pagar o al menos eso creía.-
- Explícate.- le exigió Beckett
- Verás, según me dijo el recepcionista este tipo se alojaba en el hostal con frecuencia, lo hacía sólo una noche, siempre solía venir alguien en esas noches. Iba a la habitación donde Miller se alojaba.-
- Pero este tío tenía el historial limpio. Estuvo en el ejército y luego llevó una vida de civil normal, sólo unas multas de tráfico.- terció Esposito
- Por eso era tan bueno en su trabajo, sabía ser discreto, este tío era un asesino a sueldo. Pero debía tener una tapadera para lavar el dinero. Allí estará nuestra siguiente pista.
- Una pregunta, si este tío era tan bueno en su trabajo ¿cómo es que hacía siempre sus pagos aquí?- preguntó Beckett.
- Por el bien pagado despiste del recepcionista. “No hagas preguntas y si viene alguna vez la policía tu no sabías nada, salvo que algunas personas venían por aquí”. Me juego un brazo –
- Pero eso es muy descuidado para un asesino a sueldo tan bueno. – dijo Ryan
- Seguramente pero tendría un plan de fuga. No matas a alguien de la poli sin poner pies en polvorosa. Seguramente este sería su último encargo. Por eso tiene que haber aquí algo.-
- Ahora vuelvo- dijo Beckett. Mientras miraba por la ventana. No dio tiempo a que nadie le preguntara a donde iba.
- Mientras tanto nosotros vamos a mirar más a fondo. La científica aquí ya ha acabado. – dijo Esposito. Miraron de arriba abajo la habitación, pero no encontraron nada. – Pues vamos a tener que pensar algo más- dijo Javi cuando acabaron una hora después.
- O tal vez no- dijo Beckett que acababa de llegar. Traía una bolsa grande de viaje consigo, la puso sobre la cama y la abrió. En ella había medio millón de dólares, un billete de avión a Colombia y una pistola que seguramente coincidiría con la bala que le extrajeran al asesino de la cabeza.
javato- Ayudante de policia
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Re: Cambio de Sentido. Fic para Ruth María. Añadido Capítulo Final, parte tercera.
Gracias a dios no has abandonado este fic!! Lo esperaba con ansias!!
Ruth Maria- Policia de homicidios
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