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Tres semanas.

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Jessi_93
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Mensaje por Jessi_93 Sáb Mayo 31, 2014 4:12 am

¡Hello people!
El 22 de enero del 2013 yo publiqué una historia llamada "Tres horas", las primera parte una serie historias. El 13 de mayo de ese mismo año subí la segunda parte, "Tres días". Dije que la iba a continuar y que pronto subiría la tercera parte, pero aquí estamos. Un año, 4 meses y 9 días después de la primera parte y yo aun no he hecho pública la tercera.
Tengo la obligación de haceros saber que lo lamento mucho, pero este año ha sido muy completo para mí. Terminé las prácticas y conseguí mi título de peluquera, empecé con el carné de conducir y lo conseguí el 14 de febrero, empecé a escribir una historia personal y hace un mes me mudé a Londres para trabajar como au pair. He tenido un año muy movido y con un gran cambio radical en mi vida, por lo que he estado un poco "des-inspirada" para escribir. Sin embargo, hoy voy a subir algo de la tercera parte de esta "serie". Quería que fuese un capítulo completo como los otros, pero está quedando demasiado larga, así que irá por partes.
Finalmente, deciros que esto que vais a leer lleva escrito desde que publiqué la segunda parte. Facepalm Very Happy 

Tres semanas
En el cuarto piso de un edificio de la ciudad una chica no para de caminar de un lado al otro de su pequeña salita.
-Mierda, mierda, mierda.- era lo único que salía de su boca.- Porque a mí.- se dejó caer en el sofá y se cubrió la cara con las manos.- Por que ahora...- susurró.
Los ojos se le llenaron de lágrimas. Unas lágrimas que no habían aparecido en los últimos días de su vida. En ese tiempo había sido feliz. Hizo todo lo que en años no pudo hacer por su culpabilidad y sufrimiento. Vivir.
Después de años encerrada en si misma, ahora tenía que pasarle esto.
Se secó las pocas lágrimas que había abandonado sus ojos y se levantó. Se acercó a la encimera de la cocina y se apoyó en ella. Sujetó entre sus manos una hoja y la leyó por cuarta vez. No había ningún fallo. No había leído mal las tres veces anteriores.
Volvió a cubrirse otra vez la cara.
-Qué injusta es la vida- susurró.
Pero ya estaba hecho, no había marcha atrás. No era lo que quería en su vida en ese momento, pero no podía hacer nada. Ya no podría cumplir ninguno de sus recientes sueños. Sintió unos arañazos en su pierna, al apartar las manos vio a su perro apoyando las patas en su pierna y mirándola fijamente. Se agachó a su altura y lo acarició entre las orejas. El perro movió las orejas y cerró los ojos.
-Aii,- suspiró.- quien me diera una vida como la tuya, Cállate...- susurró mirado al perro.- Sin preocupaciones, sin responsabilidades, sin malas noticias...- se levantó con él en brazos. El animal la miró y le lamió la nariz. Ella sonrió.- ¿Qué voy a hacer contigo?
El perro se movió en sus brazos y ella lo dejó en el suelo. Cállate se acercó a un cuenco y lo movió con el hocico. Ladró y movió el rabo. Kate sonrió y lo acarició. Se acercó a un armario y sacó la bolsa del pienso. Lo vertió en el plástico y Cállate empezó a comer. Dejó la comida en la encimera y miró como el animalito se alimentaba. Tenía que hacer algo.
-Mierda.- las lágrimas volvieron a aparecer. De forma brusca se las secó. Eso ya estaba ahí, no podía hacer nada. Tendría que afrontarlo sola. Porque así era como se sentía. No tenía a nadie que le ayudara.
Le puso la correa a Cállate y salió a la calle. Necesitaba despejarse. Olvidarse de todo. No pensar en los papeles. En que su vida estaba acabada. En que no tenía futuro. Todos sus planes, los que había empezado a hacer varios días atrás, ya no tenían cabida en su nueva vida. En poco tiempo todo había cambiado. Primero a peor, luego a mejor y, de nuevo, a peor.
Se frotó los ojos de forma brusca. No iba a llorar. Si todo lo que le tocaba vivir eran desgracias, se tendría que conformar. Intentó luchar, de verdad lo hizo. Pero si el universo, el karma, Dios, el destino o lo que fuera; había escogido el sufrir para su persona, ella lo aceptaba. Pero lo haría a su manera. Nada de llorar, sufrir o auto compadecerse. Ahora era el momento de hacer lo que su mala juventud no le permitió. Salir, beber y follar. Nada se lo iba impedir. Ni los resultados de un estúpido análisis. Sonrió mientras subía las escaleras hacia su casa. Recordó la primera y única vez, en años, que se sintió viva.
Richard.
Se mordió el labio al recordar ese fin de semana. El mejor de su vida, sin duda.
Cerró la puerta, dejó la correa de Cállate en el suelo y se sentó en el sofá. Puso los pies en la mesita de la sala y apoyó la cabeza en el respaldo del sofá. Todavía recordaba lo que habían hecho. Lo que le hacía sentir, como le besaba, como le tocaba, su cuerpo, su boca, su miraba. Daría lo que fuera por volver a sentir lo mismo. No con él. Eso era imposible. Vivían en una ciudad demasiado grande, con millones de personas. Sería demasiada coincidencia encontrarse con una persona a la que prácticamente no conoces y no sabes dónde vive. Una pena. Suspiró y cerró los ojos. Necesitaba volver a sentirse como aquel día en que lo vio. Con ganas de vivir, hablar, besar, tocar…
Miró por la ventana. Estaba anocheciendo. Podía salir. Y buscar a alguien que le hiciese sentir lo mismo que Richard. Se levantó del sofá dispuesta a divertirse y a aprovechar el tiempo que le quedaba.
Varios días después, en otra parte, a las afueras de la ciudad, una chica muy afectada por el alcohol, gritaba acompañada de otras personas, apoyando a un chico que acababa de conocer. Cuando el coche rojo cruzó la meta, sonrió ampliamente y saltó mientras gritaba más fuerte. Este aparcó cerca de ella y el chico que cerró la puerta caminó en su dirección. Kate sonrió mientras se mordía la lengua.
-Gané.- dijo cuando se puso en frente de ella.
-Lo sé.- elevó una ceja.
-Quiero mi premio.
-El dinero es tuyo.- le sonrió coqueta.
-No me refiero a ese.
Kate se mordió una uña y lo miró a través de sus pestañas.
-¿Ah no?- dijo con una voz muy infantil.
El chico le sujetó por la cintura y le acercó a él. Sus narices se rozaban.
-Sabes muy bien a que me refiero. No juegues conmigo.
Kate hizo un puchero, el chico se aprovechó y mordió el labio sobresaliente. Ella gimió y dejó que la besara. Llevó las manos a su cuello y lo acercó más a ella.
Justo en ese momento, a unos metros de la pareja, un hombre se bajaba de un coche. Varias chicas se fijaron en él. Era guapo, alto y joven. Él no hizo caso a ninguna de las chicas. Había ido a ese lugar con un propósito. No podía entretenerse. Buscó con la mirada su objetivo y cuando lo encontró caminó hacia él. A medida que se iba acercando vio algo extraño. El chico no estaba solo. Una chica lo estaba besando, más bien comiendo. Sin embargo la joven le sonaba. Buen cuerpo, cabello oscuro, piernas largas, curvas impresionantes...
Era imposible. No podía ser ella. La última vez que la había visto, fue cuando la dejó dormida en su cama. Después de un increíble fin de semana. Sin embargo, la notaba distinta. Pero increíblemente sexy. Siempre le habían gustado los pantalones de cuero en mujeres, pero en ella eran…impresionantes. Sumado a unos tacones negros, altísimos, una camiseta roja, prácticamente transparente y su larga melena suelta y rizada. Un momento, ¿larga melena? Algo no encajaba. O estaba demasiado obsesionado con esa chiquilla o algo había cambiado.
La pareja se separó. Y Richard pudo ver que no estaba equivocado. Era Kate. Pero algo había cambiado. No era la misma que él había conocido. Estaba demasiado maquillada y la dulzura e inocencia que él había visto en sus ojos, ya no estaban allí. Cuando llegó a su destino, carraspeó. Como no le hicieron caso, y siguieron besándose, se vio en la obligación de darle al chico unos cuantos toques en el hombro. El aludido se separó de Kate, gruñó y se giró. Cuando vio de quien se trataba, y lo reconoció sonrió ampliamente.
-Hombre, inspector Castle, ¿qué te trae por aquí?
Kate se fijó en el hombre que había interrumpido su beso. Era muy guapo y le era muy familiar. Frunció el ceño. Ella lo conocía de algo.
Richard se fijó en todas las expresiones de Kate. Sonrió cuando la vio abrir los ojos ampliamente. Lo había reconocido. Abrió y cerró la boca varias veces, hasta que por fin habló.
-¿I-Ins-Inspector?
Richard le guiñó un ojo. Se sentía molesto por lo que había visto. Estaba furioso con Kate.
-Kate,- le llamó el chico. Ella le miró.- te presento al Inspector Castle. Un viejo amigo de la familia.
Richard rodó los ojos y puso cara de fastidio.
-No me jodas, Josh. No estoy aquí por gusto.
Josh soltó una carcajada y abrazó la cintura de Kate, acercándola más a él y apoyando la barbilla en su hombro.
-¿Preferirías estar con tu prometida?
-Cállate.- gruñó Richard. Por alguna razón, que no llegaba a comprender, no quería que Kate supiera esa parte de su vida.
-¿Pro-Prometida?- tartamudeó Kate. Se llevó las manos a la cabeza. Algo no estaba bien. Algo no cuadraba, no tenía sentido. ¿Prometida? ¿Inspector? ¿Qué cojones estaba pasando?
Gimió bajito. La cabeza le daba vueltas y el estómago no estaba mejor. Alejó la mano de Josh de su cintura y se dobló para vomitar. ¿Prometida? ¿Prometida? ¿Prometida?
Volvió a vomitar. Sintió como alguien le sujetaba el pelo.
-¿Qué mierda tomó?- escuchó una voz a lo lejos.
-Yo que sé. No soy su padre para tener que vigilarla.
Alguien empezó a acariciar su espalda. Vomitó de nuevo. Algunas lágrimas escaparon de sus ojos cerrados. Gimió. ¿Prometida?
-Tranquila.- le susurraron en el oído.
Reconoció esa voz como la de Richard, quien también le estaba sujetando el pelo.
¿Prometida?
-Déjame.- susurró Kate. Que ya se encontraba un poco mejor. Se limpió la boca y se incorporó. Respiró profundamente y se alejó de sus manos.
No podía enfocar muy bien, pero pudo distinguir a Richard perfectamente.
-¿¡Prometida!?- fue lo primero que salió de su boca. Su estado no le dejaba pensar con claridad y le hacía ponerse más agresiva.- ¡Maldito hijo de puta! ¡Prometida! Hay que joderse. Prometida.- le empujó.- ¡Tienes prometida! ¡Y aún así te acostaste conmigo!- volvió a empujarle.- ¡Cabrón!- empujón.- ¡Gilipollas!-empujón.- ¡Hijo de…!- Richard sujetó sus muñecas y la acercó a él.-puta.-susurró demasiado cerca de él.
-Cállate.- le dijo mirándola a los ojos.- Cállate de una maldita vez.
Kate le miró a los ojos y luego a los labios. Recordó la última vez que le había besado y sintió ganas de volver a hacerlo. Y se enfadó todavía más. Lo miró a los ojos.
-Que te jodan.- dijo entre dientes. Se alejó de él e hizo que le soltara. Lo miró a los ojos, o eso intentó, y se giró.
Caminó unos pasos y se tambaleó. Josh la sujetó y la ayudó a mantenerse en pie.
-Maldito suelo…- susurró. La cabeza le daba demasiadas vueltas.
Notó como Josh se reía y eso le molestó un poco, pero lo dejó pasar. Estaba mucho más enfadada por el tema de Richard.
-Kate.- se tensó al oír su voz.
Hizo caso omiso a su llamado y no se giró. Se separó de Josh y empezó a caminar, pero Richard se interpuso en su camino. Rodó los ojos.
-Apártate.
-No.
-Richard,- le llamó Josh.- te dijo que te apartes.
-No te metas.- volvió a mirar a Kate.- Sube al coche.
Ella abrió los ojos asombrada. Luego empezó a reírse.
-No.
-Sube al maldito coche.
Kate elevó una ceja, retándolo. Se rió sin ganas y luego lo miró seria.
-No me da la gana.
-Como no lo hagas por las buenas, te llevaré yo mismo.
-No te atreverás.
Soltó un grito cuando sintió como Richard la echaba sobre su hombro y caminaba en dirección al coche.
-¡Bájame!- pataleó un poco, pero le sujetó las piernas.- ¡Aah!- gritó frustrada.- ¡Hijo de puta!- sintió un golpe en su trasero.- No te atreviste…- exclamó sorprendida.
-Oh sí.
-¡Cabrón!- otra palmada.- ¡Para!
-No me insultes.
Kate gruñó enfadada. Empezó a pegarle puñetazos en la espalda. De un momento a otro, sintió como todo a su alrededor se movía y caía sobre algo blando. Tardó un poco en recomponerse, cuando lo hizo vio a Richard sonriéndole. Intentó salir del coche, pero él cerró la puerta y puso el seguro.
-Sabes que puedo salir de aquí levantando esto, ¿no?- señaló un botón.
Richard sonrió.
-Tengo la alarma puesta. Como toques ese botón, saltará la alarma, y ya no podrás abrir la puerta.
Kate entrecerró los ojos.
-¡Maldito cabrón!- de repente sonrió.- Como no me saques de aquí, romperé un ventana.
Richard dejó de sonreír. La miró completamente serio.
-Ni se te ocurra.
-No me retes.
Él la observó durante un tiempo, luego dio media vuelta y caminó hacia Josh.
Kate se quedó asombrada. Se iba. ¡Se marchaba y la dejaba encerrada! Empezó a patalear, todo lo que el reducido espacio le dejaba. Llegó a la conclusión de que no servía de nada y se quedó sentada en la parte trasera del coche. Cuando respiró más tranquilamente, observó el coche. Tenía que encontrar algo para salir. Se miró los pies y sonrió.
-Te vas a enterar.- susurró.
No habían pasado más de cinco minutos hablando con Josh, cuando escuchó la alarma de un coche. Se giró rápidamente y soltó una exclamación al ver su coche. La venta del copiloto estaba algo estalla. Llevó su vista a la parte trasera y vio a Kate con uno de sus zapatos en la mano y sonriendo ampliamente.
-La madre que la parió.
Sin despedirse de su compañero, caminó a paso veloz hacia el coche. Se detuvo en frente de Kate y la miró. Kate imitó su acción y elevó una ceja, retándolo. Luego empezó a reírse, acción que le enfadó todavía más. Quitó el seguro y abrió la puerta. Le arrancó el zapato de la mano y le quitó el otro del pie. Ella lo observaba aturdida, su cerebro trabajaba pausadamente. Cerró la puerta y se subió en la parte del conductor. Tiró los zapatos en el suelo y puso el coche en marcha.
-¡Eh!- le escuchó gritar cuando ya llevaban diez minutos en marcha.- ¿Se puede saber que haces?
-Llevarte a casa.
Escuchó una risa.
-No quiero irme a casa, me lo estaba pasando bien. Quiero volver. Da la vuelta.- le ordenó.
-No.
-¡Qué des la vuelta! Me estaba divirtiendo.
-¿Metiéndole la lengua hasta la garganta a Josh?- preguntó irónicamente.
Kate tardó un rato en reaccionar, sorprendida por sus palabras. Richard respiró aliviado, pensando que le había hecho callarse. Pero la alegría no le duró mucho, al momento sintió un golpe en su asiento.
-¿Te molesta?- soltó una carcajada.- Tú eres el que tiene prometida, no yo. Soy libre de besar a quien me dé la gana.
-¿Y de follarte a desconocidos qué me dices? ¿Cuántos van ya?
Kate se calló. Había dicho esas palabras para herirle. Y le habían dolido. Aun que nunca lo reconocería, ni a ella misma. Se frotó los ojos para no llorar y lo miró por el espejo retrovisor.
-Eso no es problema tuyo.- luego sonrió.- Quien te crees, ¿mi padre?
-No. Tu padre está muerto, ¿recuerdas?- al momento se arrepintió de haberlo dicho.
La sonrisa de Kate desapareció y sus ojos se aguaron. Las manos le comenzaron a temblar y el corazón le latía muy fuerte. Algunas lágrimas abandonaron sus ojos.
-Kate, yo… no era mi intención…
-Cállate.- susurró ella.- No tienes ningún derecho…- se calló abruptamente.
Richard miró el espejó y la vio tapándose la boca y con los ojos cerrados.
-¿Estás bien?
-Para…- gimió ella.- Quiero…
Sus hombros se elevaron un poco y cerró los ojos más fuertemente.
-¿Kate?- preguntó angustiado.
-Para… Vomitar…
Se colocó a un lado de la carretera y apagó el motor. El momento en el que el coche se detuvo, Kate salió rápidamente, corrió un poco y luego se detuvo. Lo más rápido que pudo se echó el pelo hacia un lado y empezó a vomitar.
Cuando se sintió mejor se levantó y se pasó el dorso de la mano por la boca. Abrió los ojos y vio como Richard le tendía un pañuelo. Ella lo aceptó y se limpió. Respiró profundamente. Se sentía muy cansada. Las piernas le fallaron y casi se cae al suelo, pero Richard le sujetó de la cintura y la acercó a él.
-¿Estás bien?- ella asintió, pero no abrió los ojos.- No, no lo estás.- pasó la otra mano por debajo de sus rodillas y la elevó.
-¿Qué? ¿Qué haces?- susurró.
-Llevarte al coche. No creo que puedas caminar.
Ella sonrió, pasó las manos por sus hombros y acomodó la cabeza en su cuello. Richard abrió la puerta trasera del coche y la sentó con las piernas hacia fuera. Él se arrodillo en frente. Kate apoyó los codos en las rodillas y metió la cabeza entre las manos. Le dejó un rato así, pero cuando creyó que se estaba quedando dormida decidió hablar con ella. Le acarició una rodilla. Ella gimió. Él sonrió.
-¿Qué tomaste?- Kate negó con la cabeza. Subió la mano por su muslo.- Vamos, dímelo.-ella jadeó y sujetó su mano. Richard aprovechó para entrelazar sus dedos con los de ella.- ¿Qué tomaste?
-Tequila, mucho tequila. Vodka. Alguna cerveza… una pastilla que me dio un amigo… yo que sé.
Richard se sobresaltó.
-¿Una pastilla? ¿Qué pastilla?
Ella se encogió de hombros.
-¿No sabes qué tipo de pastilla?- negó. Richard se levantó y se alejó de ella.- ¿Estás loca?- ella levantó la cabeza.- ¿Te tomas cualquier cosa que te den? ¿Sabes lo que podría llegar a pasarte?
Kate volvió a agachar la cabeza.
-Sshh… No fue para tanto. Estoy…
-Como digas “bien” te mato. No estás bien.- se pasó la mano por el pelo.- Por Dios, solo eres una niña.
Se levantó rápidamente, tambaleándose un poco, y le miró enfurecida por lo que había dicho.
-No soy una niña. No se te ocurra decir eso. No soy una niña.
-Claro que eres una niña. Solo tienes 18 años.
Kate miró al cielo y soltó una irónica carcajada. Luego lo observó de nuevo.
-No te parecía tan niña mientras me follabas, ¿no?
-No es lo mismo.
-¡Claro que lo es! Tenía 18 años, no fue hace tanto. Anda y no me jodas. Hace mucho que dejé de ser una niña. No puedo ser una niña.- susurró lo último.
Richard vio como sus ojos se llenaban de lágrimas, pero hacía lo imposible para que no salieran.
-¿Qué te pasa?- se acercó a ella.- ¿Por qué estás tan rara? ¿Tan diferente?
-La vida es corta.- lo siguiente que supo, es que los labios de Kate se encontraban sobre los suyos.- No quiero morirme sin vivir todas las experiencias que pueda.- volvió a besarlo y lo giró. Lo empujó dentro del coche. Ella se sentó a su lado y una vez cerrada la puerta, se sentó sobre él.
Lo besó de nuevo y empezó a desabrocharle la camisa. Acarició su pecho y lo arañó un poco. Richard gimió en medio del beso y ella sonrió. Le desabrochó el pantalón y le bajó la ropa interior. Le acarició y él volvió a gemir. Se separó de su boca y lo miró. Él echó la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados, mientras gemía.
Kate se mordió el labio. ¿Qué tenía este hombre que le volvía loca? Se incorporó, todo lo que el espació le permitía, y se quitó los pantalones y las bragas. Volvió a sentarse sobre él. Richard acarició con su mano derecha su clítoris y luego metió un dedo, después dos. Ahora le tocó a Kate gemir.
-Para- dijo Kate entre gemidos. Apartó su mano y lo miró a los ojos, se posicionó sobre él y se dejó caer. Gimió extasiada. Le encantaba esto. Sentirlo dentro. Apoyó la cabeza en su hombro y se quedó en esa posición, disfrutando el momento.
-¿Qué le pasó a tu pelo?- preguntó Richard, tras un tiempo en silencio, sujetando una de sus mechas de colores.
-Extensiones. Quería cambiar un poco.
-Joder, un poco dice. Tienes el pelo lleno de colores. Rosa, verde, amarillo, azul, violeta… Me gustaba tu pelo como estaba.
Kate movió las caderas.
-Me las puedo quitar cuando quiera.- se separó y lo miró.- Ahora,- volvió a mover las caderas.- olvida mi pelo y céntrate en nosotros.
Richard se elevó y la besó en los labios, al tiempo que llevaba las manos a sus caderas y le ayudaba a moverse. Le había echado de menos. Tocar su cuerpo, besar sus labios, ser parte de ella. Era increíble. Kate se apartó de su boca, gimiendo. El movimiento cada vez fue más rápido, y ambos gemían más alto. Cuando sintió que iba a correrse, apoyó las manos en los hombros de Richard y lo miró fijamente a los ojos. Richard le hizo moverse todavía más rápido. Ella se mordió el labio y cerró los ojos, echando la cabeza hacia atrás. Con un gemido entrecortado, Kate alcanzó su orgasmo. Richard se acercó a su cuello, donde clavó sus dientes al sentir como ella le apretaba. La elevó dos veces más, y él también se corrió, mordiendo más fuerte su cuello.
Kate se quedó dormida rápidamente.
Richard sintió su respiración en el cuello y se separó de ella. Le acomodó la ropa y la apoyó contra la ventana, no estaría cómoda, pero tenía que ponerle el cinturón. No quería correr riesgos innecesarios.
Le apartó el pelo de la cara y acarició su mejilla. Era tan dulce. Aun que ahora la notara tan extraña. Había algo diferente en ella. Había disfrutado de una salida nocturna con ella, y no se había comportado como esta noche. Algo le había pasado. Y quería averiguar que era. Cerró la puerta y encendió el coche. Se quedaría con ella esta noche y mañana hablarían. Sabía que no le iba a gustar, pero le daba igual.
Lo primero que sintió nada más despertarse fue una lengua pequeña y babosa en su cara. Frunció el ceño y se giró. Sonrió e intentó continuar durmiendo, pero la lengua volvió a molestarla. Se tapó la cabeza con las mantas. Pero no pudo dormir, porque unos ladridos demasiado cerca de su oído empezaron a taladrarle la cabeza. Molesta se destapó la cabeza y se encontró con la nariz de su perro. Le puso la mano en la cabeza, pero Cállate se apartó y volvió a lamerle la cara. Suspiró frustrada.
-Vale, vale. Ya me levanto.
Se sentó apoyada contra la pared y miró el reloj en la mesilla.
13.30h
Miró al perro con los ojos entrecerrados, este tenía un hueso de goma delante y la miraba expectante.
-Habíamos quedado en que me despertabas a partir de las dos. Ahora no pienso jugar contigo.
Agarró el hueso y se lo tiró hacia la salita. El perro saltó de la cama y despareció por la puerta.
Se apartó el cabello de la cara y se levantó. Se estiró y en ese momento se sintió extraña. Se miró en el espejo que tenía en la puerta del armario y vio que solo llevaba su camiseta roja puesta. No recordaba haberse quitado el resto de la ropa. Aun que bueno, tampoco recordaba haber llegado a casa. Se pasó las manos por el pelo para peinarlo un poco, y salió de la habitación.
Caminó descalza hacia el sofá y se dejó caer. Puso los pies sobre la mesita y cerró los ojos. La cabeza le dolía muchísimo y la boca la sentía un poco pastosa. Ya bebería después. Tenía que recordar cómo había llegado a su casa. Recordaba la carrera, a Josh, el beso y a un chico que les interrumpía. Pero no sabía quién era. Un coche. Alguien la había metido en un coche. Discutió con alguien y también lloró. Intentó recordar un poco más, pero al no conseguirlo, decidió beber algo y acabar con el dolor de cabeza.
Abrió uno de los armarios de la cocina y sacó una taza. Después cogió una pastilla de un cajón y se propuso hacer café. Pero en la isla de la cocina, se encontró con la cafetera llena de café. La observó extrañada. ¿Cuándo había hecho café? Miró a Cállate, que estaba en una esquina del sofá mordiendo su juguete.
-¿Y esté café?
El animal la miró y giró la cabecita. Ella sonrió y encogió de hombros. Se sirvió el café y se bebió un poco. Suspiró de placer. Amaba el café.
Escuchó como alguien abría la puerta de su casa. Se tensó y sin hacer ruido sacó un cuchillo del primer cajón. Pegada a la isla, se acercó hasta la pared que separaba la entrada de la cocina. Se acercó el cuchillo al pecho. Cuando el hombre pasó por delante de ella se lanzó con él. Pero él era más rápido y le dobló el brazo, dejándolo contra su espalda y apretó su muñeca, haciendo que ella soltara el cuchillo. Kate gimió.
-¿Estás loca?- le susurró al oído.
Kate movió ligeramente la cabeza hacia la voz. Ella conocía esa voz.
-¿Richard?- preguntó sorprendida.
Lo sintió sonreír contra su mejilla.
-Ese soy yo.
Kate intentó separarse, pero Richard no se lo permitió pasando un brazo por su estómago y manteniéndola pegada a él.
-¿Qué haces aquí?
Richard posó sus labios en el cuello de Kate y sintió como se estremecía. Él sonrió.
-Cuidarte.- soltó sus manos, acarició si cintura y lamió su cuello.
Kate gimió y cerró los ojos. Richard siguió entreteniéndose con su cuello, hasta que la sintió tensarse e intentar apartar las manos de su cintura. Él se lo permitió.
Una vez alejada de sus labios, se giró y lo encaró. Tenía los ojos entrecerrados y los labios fruncidos. Estaba muy enfadada con él. No conseguía recordar toda la noche con claridad, pero sí su enfado. Richard esperó. Pero ella solo lo miraba y eso lo estaba poniendo nervioso. Ella no recordaba nada, si no ya estaría gritándole e insultándole. Tenía motivos para hacerlo, pero tenía la esperanza de que debido al alcohol ingerido la noche anterior, no consiguiera recordar mucho. Vio como relajaba la cara y se llevaba una mano a la frente, moviéndola en círculos. Arrugó la nariz.
-Creo que me voy a tomar la pastilla antes de gritarte.
Caminó hacia la isla de la cocina, inclinó la cabeza hacia atrás, se tomó las pastillas y luego se bebió media taza de café. Dejó la taza donde estaba y miró a Richard.
-Estoy enfadada contigo, muy enfadada. Tengo ganas de insultarte y no verte nunca más. Pero voy a esperar a recordar el porqué.
Se dirigió al sofá, se acurrucó contra una esquina y encendió la televisión. Cállate se acomodó contra su pierna y ella le acarició entre las orejas. Richard caminó hacia la cocina y se sirvió un poco de café. Miró a Kate y la vio con el ceño fruncido observando algo en la televisión. Dirigió la mirada hacia allí y casi se atraganta con el café. Estaban emitiendo uno de esos programas en los que unas mujeres van a buscar su vestido de novia. Eso no podía ser bueno.
-Te casas.- la escuchó susurrar.
Volvió la mirada hacia ella, que tenía los ojos completamente abiertos y estaba sentada contra el borde del sofá.
-Tienes prometida.- sus ojos se abrieron todavía más y luego frunció el ceño.- ¡Cabrón!- se levantó de golpe y lo apuntó con un dedo.- Eres policía.- caminó hacia él.- Eres un maldito policía.
Richard se mantuvo quieto en su sitio. Su enfado estaba previsto, así que ya se había concienciado con la bronca que le esperaba. Kate cerró los ojos y se llevó las manos a la cabeza.
-¡Dios!- gimió. Abrió un poco los ojos.- No puedo creer que te haya contado el caso de mi familia y tú te callaras eso. Tampoco me creo que hayas follado conmigo y que tengas prometida. ¡Y lo peor de todo es que te volviste a acostar conmigo ayer!
Richard se encogió de hombros.
-No te quejaste. Además, tú empezaste.
Kate apoyó las manos en la isla y se impulsó un poco hacia adelante, quedando cerca de la cara de Richard.
-Estaba borracha, ¿vale? Podías haberte negado.
Acercó su cara hasta que sus narices se rozaron. Kate intentó echarse hacia atrás, pero la agarró del cuello para mantenerla quieta.
-¿Y si no quería negarme?- miró sus labios y se inclinó un poco.
-No se te ocurra besarme.
Richard la miró a los ojos y luego se alejó de ella. Agarró su taza de café.
-Vale.
Kate bufó, enfadada. Ese hombre era exasperante. Ella acababa de recordar todo y pretendía besarla de todos modos. No era muy normal. Joder, ¡qué tenía prometida! Iba a casarse, se supone que debería serle fiel, ¿no? Reconocía que aquel primer día en el parque, ella se le había lanzado, pero él podía haberse negado. Tal vez no tenía prometida todavía. Aun que para tener prometida primero hay que tener pareja estable y para eso se debe de estar bastante tiempo como novio. Por lo tanto, él tenía una gran parte de la culpa.
-Deberías haberte negado aquel día en el parque.- se sentó en la silla y se cubrió la cara con las manos.- Ya tenías pareja y aún así te acostaste conmigo. La engañaste conmigo.- gimió.- Me siento como una mierda.
-Eso es por la resaca.- le contestó Richard.
Kate levantó la cara de las manos y lo miró sorprendida y enfadada. ¿Cómo era capaz de bromear con semejante tema?
-¿Cómo puedes ser tan insensible?- le preguntó alzando la voz.- Joder, que engañaste a la persona que se supone que quieres. ¿Por qué lo hiciste?
Richard colocó la mano en la mejilla de Kate y con el pulgar acarició sus labios. Kate se quedó quieta, sin apartar los ojos de los de él. Richard se encogió de hombros y sonrió.
-Eres tan bonita y tan dulce.- llevó su otra mano a la otra mejilla.- Cuando me choqué y me abrazaste, me sentí a gusto. Y cuando me besaste e invitaste a venir a tu casa, no pude negarme. Me sonreías y te brillaban los ojos de una manera que quise quedarme contigo un poco más.- acercó su cara a la de ella y le dio un pequeño beso.- Me encantas, Kate.- colocó una mano en su nuca y la besó profundamente.
Kate llevó las manos a su cuello y lo abrazó con fuerza. Entendía lo que le había contado, porque ella se había sentido igual. Él había llegado en un momento difícil de su vida y la había ayudado a querer seguir viviendo. Era importante para ella, pero eso no era motivo para olvidarse del hecho de se iba a casar. Se apartó de él, en cuanto el pensamiento volvió a su mente, y se levantó de la silla. Richard se quedó apoyado en la isla, recuperando la respiración.
Kate caminaba por la sala, acariciándose los labios y pensando en sí debería echarlo de su casa o pedirle ayuda. Por una parte estaba enfadada con él por haberle ocultado lo de su pareja y que era policía, pero por otro lado solo él podía ayudarla a resolver el asesinato de su familia.
-Suéltalo de una vez.- dijo Richard, de pronto.
Kate se detuvo en mitad de su caminata y lo miró confusa. Se puso las manos en la cintura y entrecerró los ojos.
-¿A qué te refieres?
-Sé que quieres pedirme algo, te lo noto.- Kate alzó una ceja y se cruzó de brazos. Richard lo interpretó como una pregunta.- Te pasas mucho la mano por el cabello, abres y cierras la boca continuamente como si fueras a decir algo y a veces te detienes unos segundo y haces como si te fueras a girar hacia mí, pero sigues caminando.
El gesto en la cara de Kate era de asombro. Sabía que los policías podían entender las expresiones corporales, pero nunca pensó que fuese con tanta facilidad o que ella fuese tan cantosa. Se cruzó de brazos.
-Si tanto sabes, dime que te quiero preguntar.
Richard bufó y rodó los ojos.
-No leo mentes. Dímelo de una vez, si está en mi mano ayudarte, lo haré.
Kate se mordió el labio inferior, pensando en que debería hacer. Quería encontrar al culpable de la muerte de su familia y Richard era lo más cercano a la justicia que tenía cerca. Era policía y podría ayudarla. Caminó hacia él, quedándose al otro lado de la isla.
-Quiero que me ayudes a resolver el asesinato de mi familia.- soltó de golpe, sin pararse a respirar.
Richard se quedó callado y mirándola a los ojos, sorprendido por sus palabras. Se esperaba cualquier cosa, menos esa. Aun que si te parabas a pensar era más que obvio que esa iba a ser su petición, llevaba pocos meses fuera del orfanato y lo único que deseaba era cerrar el caso de sus padre. Él era policía, por lo que lo más probable era que le hiciera esa petición. Kate chasqueó los dedos delante de sus ojos. Richard parpadeó y la miró con el ceño fruncido.
-No puedo hacer eso.
Kate solo lo miró, con una mezcla de indignación y sorpresa. Cambió el peso de una pierna a otra y se paso la mano por la boca. Miró la mesa y empezó a negar con la cabeza, lo miró a los ojos, enfadada.
-No puedes negarte.- lo señaló con un dedo.- Me dijiste que me ayudarías.
Richard levantó una mano, haciendo que Kate se callara.
-No, no, no. Dije “si está en mi mano ayudarte”, pero resulta que no puedo hacer eso. El caso de tu familia estará archivado y yo no me encargo de esos temas. Llevo tres años como policía.
Kate volvió a alejarse de la isla y a caminar de un lado a otro de la salita, sin detenerse en ningún momento. Era muy importante para ella saber quien había sido el culpable de la muerte de su familia, el motivo y porque los habían escogido a ellos. Tenía que convencer a Richard, lo necesitaba para vivir tranquila y no tener ese peso en su cabeza. Se paró y lo miró de forma suplicante.
-Richard, necesito hacer esto. Quiero hacerle justicia a mi familia. Por favor, te necesito.- le rogó.
Richard suspiró y pensó en negarse, era lo que debía hacer. No tenía permitido investigar un caso cerrado y se metería en problemas como alguien lo descubriera. No podía terminar tan pronto su carrera como policía, acababa de empezar. Tenía que cumplir con las normas.
-Está bien.- se rindió.- Te ayudaré a encontrar a los culpables.- vio como en la boca de Kate se comenzaba a formar una amplia sonrisa. Levantó un dedo, en forma de advertencia.- Solo 14 días.
Kate abrió la boca y frunció las cejas, indignada.
-No. Quiero un mes.
-Tres semanas.- rebatió Richard y se cruzó de brazos.- Y no pienso cambiar de idea.
Kate se lo pensó unos segundos. Ya había conseguido que aceptara ayudarle, no podía arriesgarse a que terminara echándose para atrás por ser ella una cabezota.
-Vale, tres semanas.- Richard le ofreció su mano derecha, ella la miró, luego sus ojos y le estrechó la mano.- Trato hecho.
-Tres semanas.- le repitió Richard, de nuevo.- No lo olvides.- Kate rodó los ojos y asintió.
Separaron las manos y se quedaron quietos en el sitio, incómodos. Ninguno se miraba a los ojos. Kate carraspeó y Richard levantó la cabeza, ella le sonrió.
-Creo que ya es hora de que te vayas.
Richard asintió enérgicamente y caminó hacia la puerta.
-Sí, tienes razón.- se detuvo delante de ella, sin saber qué hacer.
Se habían besado, tocado y acostado. Ninguno entendía el motivo del porque ahora se sentían tan fuera de lugar. Kate lo observó confundida, ¿por qué no se marchaba? ¿Qué esperaba? ¿Un beso de despedida?
-Bueno, te llamaré cuando consiga el informe del caso.- Kate asintió y Richard se marchó de su casa.
Se dejó caer en el sofá y suspiró, miró a Cállate que estaba acurrucándose a su lado y le acarició entre las orejas. El perro la miró y movió las orejas.
-Quiero tu vida.- recostó la cabeza en el sofá y se quedó mirando al techo.



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Mensaje por Verispu Sáb Mayo 31, 2014 10:05 am

Acabo de leer tus fics y me encantan! ojala y puedas continuar pronto y saber por fin que es lo que le pasa a Kate! Me encanta lo complicado de su relacion y que esta vez el sea el policia. Continua pronto!
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Mensaje por Rickatecaskett Dom Jun 01, 2014 2:49 am

sigue please me han encantado todas tus historias  Clap Reverence 
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Mensaje por Caskett(sariita) Dom Jun 01, 2014 5:25 pm

Sigue!! Es triste que Kate este asi, ya me la imagino con el pelo de colores!!!
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Mensaje por castle&beckett..cris Dom Jun 01, 2014 9:21 pm

Sigueee
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Mensaje por Carelyn Mar Jun 03, 2014 7:05 am

Que es lo que tiene Kate?? continua pronto por favor
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Mensaje por cururi Sáb Jun 07, 2014 7:07 pm

muy buena esta serie de mini fic! estaba del otro dia por leerlo pero el movil cada vez esta peor y no ayuda, pero leer los tres de un tiron me a encantado! muy triste el comienzo de la historia, pero encontro por lomenos el aferrarse a la vida, luego esos 3 dias muy buenos, y ahora me dejas intrigada por saber k tiene kate, y eso de k castle rick tiene prometida! asi k porfa continua pronto para saber como continua esto!
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Mensaje por Delta5 Mar Jun 17, 2014 4:13 am

No esta nada mal, continua.  Smile
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