El regreso de la oscuridad
2 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 1 de 1.
El regreso de la oscuridad
Hola a todos. Ahora que acaba el año, he tenido un poco más de tiempo para poder retomar el foro, lo que significa también que puedo escribir un poco y compartirlos con ustedes.
No he podido ver qué pasa en la séptima temporada, pues en México aún no la estrenan -según en febrero próximo, por lo que tengo un par de meses de impaciencia extrema para descubrir qué rumbo toma la serie-, pero también me da la oportunidad de imaginar varias historias alternativas.
Ha estado rodando por mi cabeza una, partiendo del final de la sexta temporada, y aquí dejo un poco de los hechos necesarios para su entendimiento: Castle fue secuestrado y al ser rescatado -o encontrado- no recuerda nada -como la víctima de alguno de los capítulos de la serie-. De alguna manera, intenta recordar y hace uso de sus libros, para redescubrirse. Hasta ahorita, creo que la historia va fluyendo, no sé para cuántos capítulos dará, pero me parece prometedora.
Es importante destacar que será casi exclusivamente desde el punto de vista de Rick, pues es éste quien debe superar esa oscuridad en que se encuentra, para reconocerse como persona y con su historia. También les comento, que quizá me tome en momentos de la historia, la libertad de imaginar cosas que no suceden en la serie, aunque serán casi todos, basados en los capítulos que más me han gustado de ésta, lo que es difícil, pues hay muchos que me han cautivado. Por último, la narrativa será dividida por días, intentando que cada capítulo refleje el momento de descubrimiento o insight que viva Castle.
En fin, esperando que les guste, les dejo un primer capítulo:
Día 1.
¿Qué es lo que me pasó?. La pregunta pasa por su mente pero no tiene ninguna respuesta, al menos no alguna que lo satisfaga. Siente ese vacío en el estómago. Después de todo, sabe que la respuesta no le va a gustar.
Sin embargo, lo que menos necesita, es no acordarse de ella, de su historia juntos.
Se mueve con cierto recelo, incómodo, en ese lugar, que le dijeron que es su casa de NY. No la recuerda completamente, como tampoco recuerda su casa en los Hamptons, donde lo tuvieron un par de semanas descansando. Es decir, su cuerpo se mueve con la solvencia suficiente de quien está acostumbrado a vivir ahí, pero…
Nuevamente, en medio de la frustración, sus pasos lo llevaron a su escritorio –que no recuerda- y al pequeño bar que está escondido en uno de los cajones. Bueno, al menos sabe que le gusta la buena bebida, pues encuentra una botella de un raro whisky, que parece tener al menos 150 años, en una colorida botella roja. Sabe que está solo en su casa, por lo que sin servirlo en un vaso, da un largo trago a la botella y siente el calor de la bebida bajando por su garganta.
Es curioso, piensa, cómo funciona el cuerpo. Mientras sus reflejos siguen intactos y lo pueden llevar al lugar que quiera dentro de su casa, él no puede recordar nada. Frustrado y envalentonado con el alcohol, golpea el escritorio. Está seguro, o al menos así lo cree, que no desea nada más en el mundo, que recordar.
Las fotos ayudan para reconocer a las mujeres que cuando entran en su habitación, en su casa, son como huracanes. Su madre y su hija. Al ver a ésta última, una gran paz y alegría recorre su ser. Sí, definitivamente sabe que, si recordara lo que es ser padre, ella es la causante de sus sentimientos.
Pero si alguien le intriga, y además, desea conocer con tanta vehemencia, es a aquella mujer que en silencio, le ha acompañado. Sus ojos verdes, la desilusión que esconde tras su sonrisa, porque él, Richard Castle, no la recuerda.
La consulta de apenas hace unas horas, vuelve a su memoria:
- Richard –dijo el doctor Myers-, no debes preocuparte más de la cuenta. Sé que te sientes impotente, pero en tu condición, puedes volver a recordar en cualquier momento. No debes perder la esperanza.
- Pero igualmente, es probable que no lo haga, ¿verdad?. Es decir, existe esa posibilidad.
- Mira –una sombra se asomó a sus ojos-, eso ya no depende de nadie, más que de ti. Es posible que el trauma que sufriste sea tan grande, que este medio de defensa no lo puedas superar. Pero también sabes, que Kate está haciendo lo posible por descubrir que te pasó, y eso también te puede ayudar.
- Dime una cosa: ¿me ayudarían mis libros?. Me han dicho que seguí a Kate durante muchos años, como inspiración. ¿Es posible que ellos me hagan recordar?
- Si Rick, es posible. Pero por más que te hayas inspirado en personas reales, lo que escribes no deja de ser una novela. Puede que la influencia que ejerza no sea la que esperas…
Esas palabras dieron vuelta en su cabeza durante todo el camino a su casa. La mirada inquisitoria de Kate –por cierto, no dejaba de sorprenderse cuán hermosos le parecían esos ojos- le gritaba que le dejaran entrar en su mente. Todavía no –se dijo-, debo saber primero qué fue lo que me pasó.
Al entrar a su departamento, se volvió a ella y a su hija, que los había acompañado, y les dijo:
- ¿Saben?. Creo que necesito un poco de tiempo. Agradezco que estén conmigo a todas horas, pero en verdad necesito encontrarme. Un dejo de tristeza se asomó en los rostros de ambas mujeres.
- Rick, lo que necesites –y una lágrima asomó en sus ojos-. Alexis, tengo que regresar a la comisaría pero tengo el celular para lo que se ofrezca. Después iré a mi departamento. Al verla darle la espalda, quiso correr a su lado, abrazarla y no dejarla ir nunca más. ¿Siempre se había sentido así cuando ella partía?. No saberlo, lo estaba enloqueciendo. Al llegar a la puerta, le dijo: Cuídate Kate, por favor, y su respuesta fue un casi inaudible “always”. Esa respuesta, y nuevamente sin saber por qué, le llegó a lo más fondo de su corazón.
- Papá, no deberías alejarla –le reprochó-. Ella, más que nadie, sufrió cuando desapareciste y sólo cuando te encontró, con vida, volvió a sonreír. Ni la abuela ni yo, podríamos haberlo hecho sin ella.
- Eso, Alexis, es quizá lo único que sé por cierto. Pero no puedo hacerle sentir que las cosas están bien si no es así. Por favor, ayúdame con algo: ¿En qué orden escribí mis libros?.
Después de que ella los acomodó en su escritorio y se aseguró que estaría bien, se fue a su departamento cerca de la universidad.
Por fin, estaba solo. Miró la .
El calor del whisky en su estómago, lo regresó a la realidad.
Tomo uno de sus libros, y empezó a leer…
El primero que tuvo entre sus manos, lo leyó automáticamente y con sorpresa descubrió que identificaba cuáles eran los párrafos que importaban para la trama. De a poco, imaginó los problemas para escribirlo, las cartas de rechazo –automáticamente, volteó a ver la primera carta de rechazo de una editorial, que está enmarcada en su despacho-. Sonrió y se reconoció como alguien tenaz, que no abandona sus sueños. Con el ceño fruncido, se preguntó si en el momento de su desaparición, seguiría siendo así.
Después, una novela llamó su atención: “A rose for ever after”. Descubrió en la dedicatoria, un nombre: Kyra. Sintió nostalgia, sin saber por qué. A medio libro, se encontró una fotografía de él, más joven, acompañado de una bella mujer y se asombró al verse retratado más joven. Imaginó que era ella y dedujo que de alguna manera, fue una mujer importante en su vida. Se sorprendió pensando que si bien la amó, ella había quedado en el pasado –lo sabía, en el fondo, sin conocer la razón-. No lo leyó completo, pues intuyó que éste no le ayudaría más a comprender lo que pasó después en su vida.
Con un vaso de whishy –decidió que era mejor servirlo en un vaso-, recorrió con la vista los títulos de los libros, como esperando que alguno le llamara la atención. De repente, uno destacó: “Flowers for your grave”. Intrigado, lo tomó: vio la portada, lo acarició como adivinando que éste era importante por alguna razón. Miró el reloj y se dio cuenta que ya eran las 3 de la mañana, y aunque no tenía sueño, se sentía agotado. Por un momento, dudó si seguir leyendo –e intentar encontrarse en sus libros- o dormir. Al final, optó por la primera idea pues necesitaba descubrir quién era, quién es.
Tomó el libro y empezó a leer.
A medio libro, cerró los ojos y recordó a una mujer joven, realmente hermosa, con una mirada decidida e incluso intimidante, aunque no podía identificar su rostro. ¿Cómo podía recordar tantos detalles y no identificar quién era ella?. Supo también, que no era un personaje de su libro, sino alguien que apareció mucho tiempo después de que lo escribiera y que eventualmente había influido en su vida, tanto o más, como sintió con el nombre de Kyra. Nuevamente se frustró al no saber quién es ella.
Leyó entre líneas hasta el final, y con una sonrisa, sintió por primera vez en mucho tiempo, que se acercaba a algo.
Se levantó y miró por la ventana. A lo lejos, se insinuaba el amanecer. Decidió dormir, pues no era bueno que estuviera tanto tiempo despierto. Se dirigió a su cuarto –que todavía no lo sentía completamente como suyo- y añoró, por primera vez, que esos ojos verdes estuvieran mirándolo cuando despertara… Ese último pensamiento, antes de caer rendido, hizo de alguna manera, que conciliara el sueño más rápido que nunca, con una paz que hace tiempo no sentía.
No he podido ver qué pasa en la séptima temporada, pues en México aún no la estrenan -según en febrero próximo, por lo que tengo un par de meses de impaciencia extrema para descubrir qué rumbo toma la serie-, pero también me da la oportunidad de imaginar varias historias alternativas.
Ha estado rodando por mi cabeza una, partiendo del final de la sexta temporada, y aquí dejo un poco de los hechos necesarios para su entendimiento: Castle fue secuestrado y al ser rescatado -o encontrado- no recuerda nada -como la víctima de alguno de los capítulos de la serie-. De alguna manera, intenta recordar y hace uso de sus libros, para redescubrirse. Hasta ahorita, creo que la historia va fluyendo, no sé para cuántos capítulos dará, pero me parece prometedora.
Es importante destacar que será casi exclusivamente desde el punto de vista de Rick, pues es éste quien debe superar esa oscuridad en que se encuentra, para reconocerse como persona y con su historia. También les comento, que quizá me tome en momentos de la historia, la libertad de imaginar cosas que no suceden en la serie, aunque serán casi todos, basados en los capítulos que más me han gustado de ésta, lo que es difícil, pues hay muchos que me han cautivado. Por último, la narrativa será dividida por días, intentando que cada capítulo refleje el momento de descubrimiento o insight que viva Castle.
En fin, esperando que les guste, les dejo un primer capítulo:
Día 1.
¿Qué es lo que me pasó?. La pregunta pasa por su mente pero no tiene ninguna respuesta, al menos no alguna que lo satisfaga. Siente ese vacío en el estómago. Después de todo, sabe que la respuesta no le va a gustar.
Sin embargo, lo que menos necesita, es no acordarse de ella, de su historia juntos.
Se mueve con cierto recelo, incómodo, en ese lugar, que le dijeron que es su casa de NY. No la recuerda completamente, como tampoco recuerda su casa en los Hamptons, donde lo tuvieron un par de semanas descansando. Es decir, su cuerpo se mueve con la solvencia suficiente de quien está acostumbrado a vivir ahí, pero…
Nuevamente, en medio de la frustración, sus pasos lo llevaron a su escritorio –que no recuerda- y al pequeño bar que está escondido en uno de los cajones. Bueno, al menos sabe que le gusta la buena bebida, pues encuentra una botella de un raro whisky, que parece tener al menos 150 años, en una colorida botella roja. Sabe que está solo en su casa, por lo que sin servirlo en un vaso, da un largo trago a la botella y siente el calor de la bebida bajando por su garganta.
Es curioso, piensa, cómo funciona el cuerpo. Mientras sus reflejos siguen intactos y lo pueden llevar al lugar que quiera dentro de su casa, él no puede recordar nada. Frustrado y envalentonado con el alcohol, golpea el escritorio. Está seguro, o al menos así lo cree, que no desea nada más en el mundo, que recordar.
Las fotos ayudan para reconocer a las mujeres que cuando entran en su habitación, en su casa, son como huracanes. Su madre y su hija. Al ver a ésta última, una gran paz y alegría recorre su ser. Sí, definitivamente sabe que, si recordara lo que es ser padre, ella es la causante de sus sentimientos.
Pero si alguien le intriga, y además, desea conocer con tanta vehemencia, es a aquella mujer que en silencio, le ha acompañado. Sus ojos verdes, la desilusión que esconde tras su sonrisa, porque él, Richard Castle, no la recuerda.
La consulta de apenas hace unas horas, vuelve a su memoria:
- Richard –dijo el doctor Myers-, no debes preocuparte más de la cuenta. Sé que te sientes impotente, pero en tu condición, puedes volver a recordar en cualquier momento. No debes perder la esperanza.
- Pero igualmente, es probable que no lo haga, ¿verdad?. Es decir, existe esa posibilidad.
- Mira –una sombra se asomó a sus ojos-, eso ya no depende de nadie, más que de ti. Es posible que el trauma que sufriste sea tan grande, que este medio de defensa no lo puedas superar. Pero también sabes, que Kate está haciendo lo posible por descubrir que te pasó, y eso también te puede ayudar.
- Dime una cosa: ¿me ayudarían mis libros?. Me han dicho que seguí a Kate durante muchos años, como inspiración. ¿Es posible que ellos me hagan recordar?
- Si Rick, es posible. Pero por más que te hayas inspirado en personas reales, lo que escribes no deja de ser una novela. Puede que la influencia que ejerza no sea la que esperas…
Esas palabras dieron vuelta en su cabeza durante todo el camino a su casa. La mirada inquisitoria de Kate –por cierto, no dejaba de sorprenderse cuán hermosos le parecían esos ojos- le gritaba que le dejaran entrar en su mente. Todavía no –se dijo-, debo saber primero qué fue lo que me pasó.
Al entrar a su departamento, se volvió a ella y a su hija, que los había acompañado, y les dijo:
- ¿Saben?. Creo que necesito un poco de tiempo. Agradezco que estén conmigo a todas horas, pero en verdad necesito encontrarme. Un dejo de tristeza se asomó en los rostros de ambas mujeres.
- Rick, lo que necesites –y una lágrima asomó en sus ojos-. Alexis, tengo que regresar a la comisaría pero tengo el celular para lo que se ofrezca. Después iré a mi departamento. Al verla darle la espalda, quiso correr a su lado, abrazarla y no dejarla ir nunca más. ¿Siempre se había sentido así cuando ella partía?. No saberlo, lo estaba enloqueciendo. Al llegar a la puerta, le dijo: Cuídate Kate, por favor, y su respuesta fue un casi inaudible “always”. Esa respuesta, y nuevamente sin saber por qué, le llegó a lo más fondo de su corazón.
- Papá, no deberías alejarla –le reprochó-. Ella, más que nadie, sufrió cuando desapareciste y sólo cuando te encontró, con vida, volvió a sonreír. Ni la abuela ni yo, podríamos haberlo hecho sin ella.
- Eso, Alexis, es quizá lo único que sé por cierto. Pero no puedo hacerle sentir que las cosas están bien si no es así. Por favor, ayúdame con algo: ¿En qué orden escribí mis libros?.
Después de que ella los acomodó en su escritorio y se aseguró que estaría bien, se fue a su departamento cerca de la universidad.
Por fin, estaba solo. Miró la .
El calor del whisky en su estómago, lo regresó a la realidad.
Tomo uno de sus libros, y empezó a leer…
El primero que tuvo entre sus manos, lo leyó automáticamente y con sorpresa descubrió que identificaba cuáles eran los párrafos que importaban para la trama. De a poco, imaginó los problemas para escribirlo, las cartas de rechazo –automáticamente, volteó a ver la primera carta de rechazo de una editorial, que está enmarcada en su despacho-. Sonrió y se reconoció como alguien tenaz, que no abandona sus sueños. Con el ceño fruncido, se preguntó si en el momento de su desaparición, seguiría siendo así.
Después, una novela llamó su atención: “A rose for ever after”. Descubrió en la dedicatoria, un nombre: Kyra. Sintió nostalgia, sin saber por qué. A medio libro, se encontró una fotografía de él, más joven, acompañado de una bella mujer y se asombró al verse retratado más joven. Imaginó que era ella y dedujo que de alguna manera, fue una mujer importante en su vida. Se sorprendió pensando que si bien la amó, ella había quedado en el pasado –lo sabía, en el fondo, sin conocer la razón-. No lo leyó completo, pues intuyó que éste no le ayudaría más a comprender lo que pasó después en su vida.
Con un vaso de whishy –decidió que era mejor servirlo en un vaso-, recorrió con la vista los títulos de los libros, como esperando que alguno le llamara la atención. De repente, uno destacó: “Flowers for your grave”. Intrigado, lo tomó: vio la portada, lo acarició como adivinando que éste era importante por alguna razón. Miró el reloj y se dio cuenta que ya eran las 3 de la mañana, y aunque no tenía sueño, se sentía agotado. Por un momento, dudó si seguir leyendo –e intentar encontrarse en sus libros- o dormir. Al final, optó por la primera idea pues necesitaba descubrir quién era, quién es.
Tomó el libro y empezó a leer.
A medio libro, cerró los ojos y recordó a una mujer joven, realmente hermosa, con una mirada decidida e incluso intimidante, aunque no podía identificar su rostro. ¿Cómo podía recordar tantos detalles y no identificar quién era ella?. Supo también, que no era un personaje de su libro, sino alguien que apareció mucho tiempo después de que lo escribiera y que eventualmente había influido en su vida, tanto o más, como sintió con el nombre de Kyra. Nuevamente se frustró al no saber quién es ella.
Leyó entre líneas hasta el final, y con una sonrisa, sintió por primera vez en mucho tiempo, que se acercaba a algo.
Se levantó y miró por la ventana. A lo lejos, se insinuaba el amanecer. Decidió dormir, pues no era bueno que estuviera tanto tiempo despierto. Se dirigió a su cuarto –que todavía no lo sentía completamente como suyo- y añoró, por primera vez, que esos ojos verdes estuvieran mirándolo cuando despertara… Ese último pensamiento, antes de caer rendido, hizo de alguna manera, que conciliara el sueño más rápido que nunca, con una paz que hace tiempo no sentía.
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: El regreso de la oscuridad
¡¡Hola!!. Es hora de subir un nuevo capítulo.
Espero que lo disfruten.
Día 2.
La sonrisa con la que se acostó, duró poco. En sus sueños, estaba en un cuarto pequeño, apenas cabía una cama individual y un cubo como baño. Su mano derecha, estaba esposada a un tubo grueso que estaba empotrado en la pared. No se podía mover, no sabía cuánto tiempo llevaba en esa habitación. No recordaba porqué estaba en ese lugar. Estaba completamente perdido, mareado, como si estuviera drogado.
Despertó empapado en sudor. La luz del día se filtraba por las persianas. Se incorporó lentamente y vio el reloj en el buró. Era cerca del mediodía y había dormido apenas cuatro o cinco horas. A pesar de eso, no sentía sueño.
Fue a la regadera y se dio un largo baño con agua caliente. Se sentía tan bien. Al salir, se vistió y bajó a comer algo, aunque no tenía mucha hambre. Había dejado su teléfono en la cocina y descubrió un par de mensajes de Alexis, preguntándole cómo se encontraba y si había descansado. Sonrió al leerlos, pero al avanzar hacia la cafetera, descubrió un papel doblado que decía: “Buenos días Rick. Pasé a ver cómo estabas y te encontré profundamente dormido. Sabes que estoy para lo que necesites. Always”. No necesitaba un firma, pues el recuerdo de la despedida tan solo unas horas antes, le indicaba claramente quién se lo había dejado.
Pensativo, regresó a su oficina, y encendió el pizarrón electrónico. Vio que había varios archivos, pero decidió no leerlos y en cambio, creo uno nuevo. ¿Quién soy y por qué estoy así?. Buscó una fotografía suya y la insertó en el archivo. Creo una lista de eventos importantes: El rechazo enmarcado, su primer novela, Kyra, Alexis, una lista de las siguientes obras. Al llegar a “Flowers for your grave”, apuntó a un lado: “Kate” y se quedó observando el nombre, durante un largo rato.
De repente, se sintió encerrado, tomó sus llaves y se dirigió a la puerta. Necesitaba respirar aire fresco. Decidió caminar un rato por la ciudad de Nueva York, dejando que sus pasos lo llevaran a cualquier lugar. Al pasar por un parque, vio un columpio vacío y se sintió. Por alguna razón, se sintió cómodo en ese lugar. Cerró los ojos y se columpió un poco, lo suficiente para sentirse como un niño nuevamente.
El timbre de su celular lo sacó de su ensoñación. Era Alexis, que había ido a su casa y al no encontrarlo, se preocupó. Después de quedar en un lugar para comer juntos, se levantó y caminó hacia la calle buscando un taxi en el que subirse y, volteó nuevamente la vista, observando ese simple columpio.
Después de un agradable momento con su hija, volvió a su departamento y, sintiéndose como un adolescente, marcó el número de Kate en su celular. No pasaron más de dos timbrazos para que ella contestara y preguntara si estaba bien. Con una sonrisa en sus labios, le agradeció la nota y le dijo que había sido un buen día, que sentía que estaba mejorando, y que sólo quería desearle una buena tarde.
Se dirigió a su oficina, y entonces, decidió que ese día había terminado. Por ello, solamente se sirvió un whisky –se preguntó si en algún momento, había tenido problemas con el alcohol- y subió a su habitación.
El sueño recurrente de las últimas dos semanas, desde que lo encontraron, siguió en la misma temática: El cuarto oscuro, su mano esposada, un espacio diminuto. Y escuchó, como elemento nuevo, a lo lejos, voces que hablaban, pero por más que se esforzaba, no podía escuchar lo que decían. La impotencia de no saber qué pasaba, aun en sus sueños, le hizo pasar una noche más que intranquila.
Espero que lo disfruten.
Día 2.
La sonrisa con la que se acostó, duró poco. En sus sueños, estaba en un cuarto pequeño, apenas cabía una cama individual y un cubo como baño. Su mano derecha, estaba esposada a un tubo grueso que estaba empotrado en la pared. No se podía mover, no sabía cuánto tiempo llevaba en esa habitación. No recordaba porqué estaba en ese lugar. Estaba completamente perdido, mareado, como si estuviera drogado.
Despertó empapado en sudor. La luz del día se filtraba por las persianas. Se incorporó lentamente y vio el reloj en el buró. Era cerca del mediodía y había dormido apenas cuatro o cinco horas. A pesar de eso, no sentía sueño.
Fue a la regadera y se dio un largo baño con agua caliente. Se sentía tan bien. Al salir, se vistió y bajó a comer algo, aunque no tenía mucha hambre. Había dejado su teléfono en la cocina y descubrió un par de mensajes de Alexis, preguntándole cómo se encontraba y si había descansado. Sonrió al leerlos, pero al avanzar hacia la cafetera, descubrió un papel doblado que decía: “Buenos días Rick. Pasé a ver cómo estabas y te encontré profundamente dormido. Sabes que estoy para lo que necesites. Always”. No necesitaba un firma, pues el recuerdo de la despedida tan solo unas horas antes, le indicaba claramente quién se lo había dejado.
Pensativo, regresó a su oficina, y encendió el pizarrón electrónico. Vio que había varios archivos, pero decidió no leerlos y en cambio, creo uno nuevo. ¿Quién soy y por qué estoy así?. Buscó una fotografía suya y la insertó en el archivo. Creo una lista de eventos importantes: El rechazo enmarcado, su primer novela, Kyra, Alexis, una lista de las siguientes obras. Al llegar a “Flowers for your grave”, apuntó a un lado: “Kate” y se quedó observando el nombre, durante un largo rato.
De repente, se sintió encerrado, tomó sus llaves y se dirigió a la puerta. Necesitaba respirar aire fresco. Decidió caminar un rato por la ciudad de Nueva York, dejando que sus pasos lo llevaran a cualquier lugar. Al pasar por un parque, vio un columpio vacío y se sintió. Por alguna razón, se sintió cómodo en ese lugar. Cerró los ojos y se columpió un poco, lo suficiente para sentirse como un niño nuevamente.
El timbre de su celular lo sacó de su ensoñación. Era Alexis, que había ido a su casa y al no encontrarlo, se preocupó. Después de quedar en un lugar para comer juntos, se levantó y caminó hacia la calle buscando un taxi en el que subirse y, volteó nuevamente la vista, observando ese simple columpio.
Después de un agradable momento con su hija, volvió a su departamento y, sintiéndose como un adolescente, marcó el número de Kate en su celular. No pasaron más de dos timbrazos para que ella contestara y preguntara si estaba bien. Con una sonrisa en sus labios, le agradeció la nota y le dijo que había sido un buen día, que sentía que estaba mejorando, y que sólo quería desearle una buena tarde.
Se dirigió a su oficina, y entonces, decidió que ese día había terminado. Por ello, solamente se sirvió un whisky –se preguntó si en algún momento, había tenido problemas con el alcohol- y subió a su habitación.
El sueño recurrente de las últimas dos semanas, desde que lo encontraron, siguió en la misma temática: El cuarto oscuro, su mano esposada, un espacio diminuto. Y escuchó, como elemento nuevo, a lo lejos, voces que hablaban, pero por más que se esforzaba, no podía escuchar lo que decían. La impotencia de no saber qué pasaba, aun en sus sueños, le hizo pasar una noche más que intranquila.
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: El regreso de la oscuridad
Me gusta tu fic aunque estoy un poco confusa. por cierto si quieres,hay una app en el movil que se llama veo series, hay muchisimas series incluida castle ahí suben los capitulos nuevos en ingles subtitulado en españo por si te interesa. Lo dicho continua con tu fic cuanto antes poprfiii
alba_caskett52- As del póker
- Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 11/08/2014
Edad : 24
Re: El regreso de la oscuridad
alba_caskett52 escribió:Me gusta tu fic aunque estoy un poco confusa. por cierto si quieres,hay una app en el movil que se llama veo series, hay muchisimas series incluida castle ahí suben los capitulos nuevos en ingles subtitulado en españo por si te interesa. Lo dicho continua con tu fic cuanto antes poprfiii
Muchas gracias. Lo buscaré . Ojalá la historia resulte confusa por el momento, pero según lo que he ido pensando, se irá aclarando.
Saludos!!!
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.