Dándote calor

por girl_4_charmed Miér Mayo 09, 2012 8:09 am

Hola!
Os traduzco un fic que se titula "Warm you up", de shimmeryshine para fanfiction.net. No recomendable para menores.

Es un oneshot, empieza al final del 4x23.

Ella tiene calor cuando se despierta. Acalorada y desnuda, bocabajo en… ¿la cama de Castle?

Oh.

Siente algo agradable en la parte trasera de su cuello, en los omoplatos. Algo cálido y bueno, suspira, apretando más su almohada. “Mm, ¿Castle?” murmura, sin abrir los ojos. No le da la sensación de que haya amanecido todavía y no quiere moverse.

La sensación de calor se propaga cuando se da cuenta de qué la está causando, la suave presión de sus labios alrededor de su escápula, el mínimo roce de su lengua en su piel desnuda.

-¿Qué haces? – ella respira suavemente, deslizando su brazo por debajo de la almohada y estirándolo un poco, alargando los músculos doloridos, justo bajo su piel.

-Tocarte.

Se le corta la respiración por completo, un gemido se atasca en su garganta. Él la toca ahora.

-¿No tuviste suficiente antes?

-Nunca – susurra él en su cuello, como una plegaria. Ella se mueve para darse la vuelta, para mirarle, pero él la detiene presionando suavemente su hombro. - ¿Me dejas? – pregunta, su lengua rastrea su nuca, haciendo que ella se muerda el labio. Ahora está completamente despierta.

-Vale – se relaja de nuevo, dejando que sus pestañas bailen contra sus mejillas, sintiendo el camino que sus labios trazan por cada centímetro de piel desnuda que pueden encontrar. Sus dedos empiezan a deambular también, ahora que está despierta, de su hombro hacia el costado, bajo las sábanas y sobre la curva de su cadera, bajan por su estómago donde hay un pequeño espacio entre ella y el colchón. Cuando su palma está situada contra la parte baja de su abdomen, el meñique se acerca peligrosamente al lugar que convertiría esto en mucho, mucho más que una tierna exploración nocturna, lo siente desplazarse cada vez más cerca y ella presiona su cuerpo contra su espalda.

- ¿Fue suficiente para ti? – susurra él en su oreja, con voz grave, bajando por su columna vertebral, haciéndola estremecerse. - Antes.

- No – jura ella, y luego todo son inhalaciones agudas, porque su mano está deslizándose entre sus piernas y es nuevo, tan nuevo, y no conoce la forma en que trabajan sus manos. Le ha visto garabatear notas para sus libros cientos de veces con esos dedos, pero jamás los ha visto deslizarse por su cuerpo, deslizarse como si supieran dónde quiere que la toquen. Está gimiendo su nombre mientras aprieta los dedos alrededor de la funda de la almohada, moviendo las caderas contra su mano y el colchón, rítmica y embriagadoramente.

- No quiero dejar de tocarte nunca - gruñe él, estando ahora prácticamente sobre su espalda. Puede sentir todo lo suave y duro de su abdomen presionándola, instándola, y prendiéndola fuego.

- No, - jadea – no pares Castle.

Él no para, no hasta que su espalda se arquea y su mano busca su cabeza, pasando bajo él rígida, y luego temblorosa, y después hecho, se derrumba bajo el peso de lo que él puede hacerle ahora.

Deja que su respiración entrecortada se despliegue por la almohada, el espeso sabor del deseo baja por su garganta. La mano de él se marcha de su hombro, dejándola libre para darse la vuelta, así que ella finalmente se gira, encontrándose a sí misma encerrada en la mirada más intensa que haya visto. El está muy, muy cerca.

Están en la cama juntos. Dios.

- Ey, - dice él en voz baja, sus labios dibujando una sonrisa, y ahí está, ahí está él, ese hombre adorable, exasperante, aquél que le trae café y le cubre las espaldas, y puede hacerla jadear en cuestión de segundos, por lo que parece.

- ¿Tu turno? - pregunta ella, arrastrando sus dedos al interior de su muslo, sin pretensiones, viendo cómo sus ojos van del calor a la lejanía.

Oh, esto va a ser divertido, piensa.

La segunda vez que se despierta, tiene frío. Frío porque no lleva nada puesto y frío porque Castle, de alguna manera, le ha robado todas las sábanas.

- Castle - refunfuña, pateando la enmarañada masa cerca del borde de la cama que cree que es su pierna. Está tan enredado en las mantas que no es capaz de asegurarlo. Agarra la esquina de la colcha que sobresale alrededor de su barbilla y tira hasta que él se gira, casi aplastándola. - Madre mía, Castle - gruñe, alejándose para evitar que la aplaste, tratando de taparse con la esquina de la manta, que es tan grande como una toalla de manos.

Tiene que estar haciéndolo a propósito.

- ¿Beckett? - murmura, acurrucándose aún más profundo al calor. Suertudo.

- Sip, ¿me recuerdas? - intenta sonar molesta, pero en realidad, no lo consigue, su voz sigue demasiado llena de satisfacción para mantener ninguna pulla.

- Mmm - tararea él, girando para acercar su cara a su pecho. Ni siquiera está despierto y va derecho a sus tetas, típico.

Se da por vencida en su intento de desenredarlo de las mantas, decide que el pequeño rayo de sol que atraviesa las persianas significa que es una hora lo suficientemente respetable como para levantarse. Se inclina sobre su oreja, dejando que sus uñas la raspen suavemente.

- Voy a darme una ducha para entrar en calor, ya que has robado todas las mantas - le dice, con una voz apenas más audible que el aire. Le siente tragar contra su hombro, más despierto de lo que aparenta. - Ven conmigo si consigues desenredarte.

Se desliza de debajo de él, ve cómo su cara toca la sábana donde ella estaba tendida, y arruga la nariz sobre él porque se le ve tan mono cuando duerme.

Siente el azulejo frío del baño en cuanto entra pisando con la punta de sus dedos, pone el agua tan caliente como cree que podrá soportar, y espera con la mano extendida a que se temple lo suficiente como para sumergirse en ella. Casi la pilla con la guardia baja cuando se acerca por detrás, envolviéndola con dos grandes, calientes palmas alrededor de su centro.

- Mi cama es fría sin ti - la besa en el cuello, dejando que su boca se tome unas libertades que le hubiese gustado que siempre tuviera.

- ¿En serio? - tararea, poniendo el agua aún más caliente, a pesar de que se siente menos fría desde que el cuerpo de Castle la ha envuelto a medio camino.

- Mmhmmm.

Traza un sendero con su mano por su brazo hasta que lo está agarrando, tira de él hasta el borde de la cabina de la ducha. - Entonces vamos a darte calor.

Sus ojos brillan al mirarla, mientras ella lo empuja bajo la ducha y se ríe, le ve hacer una mueca de dolor con el agua hirviendo, hasta que él la agarra por los biceps, tirando de ella para colocarla a su lado.

- ¡Castle! - se queja, arqueando la espalda para alejarse de las gotas super calientes y convenientemente cerca del cuerpo resbaladizo de él. Su ceja se eleva, como si ese hubiera sido el plan desde el principio, robarle las mantas y tenerla empapada en su gran ducha-spa de diez chorros.

- Beckett - él volea hacia atrás, en voz baja y oh, ambos están desnudos y además van a hacerlo ahora. Ella entrecierra los ojos, acercándose deliberadamente, cambiando un poco las tornas, porque al final, ella es realmente la que tiene el poder. Se muerde el labio exageradamente, viendo cómo sus ojos bajan sin permiso. Ya puede sentirle reaccionar contra su estómago.

- Dame calor, bebé - susurra contra su boca, casi se ríe por el ruidito que hace por el apodo, tragándolo entero.

Jamás volverá a tener frío.

FIN

Espero que os haya gustado tanto como a mí Happy Clap