EL MENDIGO ERRANTE
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EL MENDIGO ERRANTE
TITULO: EL MENDIGO ERRANTE
ESCRITO POR: marypaz
En la comisaría todo parece estar dentro de una normalidad poco común. Parece como si la ciudad entera se hubiera confabulado para no delinquir, con lo cual estaban todos repasando papeles.
En resumen nada importante. La inspectora Beckett, pensó que era injusto que aquello le produjera aburrimiento, debería estar contenta ya que su trabajo siempre era debido sobre todo a muertes sospechosas de asesinato, y que no hubiera trabajo era buena señal para la ciudad. Su mente aunque tuviera los ojos puestos en los papeles, estaba lejos de allí. Concretamente en ese escritor, famoso que de alguna manera se había inmiscuido en su vida.
Llevaban tiempo trabajando juntos, y se daba cuenta que se había acostumbrado tanto a él, que ahora no verle por allí dando la lata, le hacía sentir mal. Cosa que nunca admitiría delante de nadie.
El último día que estuvo con todos ellos, de eso ya hacía siete días, - llevaba la cuenta, no podía negarlo- les dijo que le habían surgido unos problemas con la editorial, y que tenía que ausentarse por un tiempo.
Al llegar a su casa pensó que sería un fin de semana tranquilo, se quedaría en casa para poner un poco de orden, que también lo necesitaba el alojamiento, pasaba demasiadas horas fuera.
Puso la televisión en marcha, y sin prestar atención a lo que decían entró en su dormitorio para ponerse ropa cómoda.
Aburrida acabó apagando el televisor, y se disponía a meterse en la cama, cuando sonó su móvil. Esperanzada pensó que quizás fuera Castle que la llamaba, para decirle que ya había terminado su tarea. Descartó la idea, aunque fuera así, no tenía por qué darle este tipo de explicaciones. Entre ellos dos no había nada. Los dos sabían que se sentían atraídos pero nada más. Realmente tuvo una decepción, al no reconocer el número que la estaba llamando.
La voz le pedía que se personara en una comisaría, situada casi en las afueras de la ciudad. Aquello no tenía sentido por lo que bastante molesta le hizo saber
.- Mire… si tienen algún problema con algún delincuente, yo no pertenezco a esta zona, por lo que le sugiero que busque a la persona que le incumba.
.- Lo se… pero hemos hecho una redada en la calle, tengo aquí a cuatro individuos, un tanto sospechosos. Y si la llamo es porque uno de los delincuentes, me ha dado su teléfono privado, asegura que la conoce, y que necesita hablar con usted. Ya sabe las normas, tiene derecho a una llamada, y no lo he podido evitar. No quiere darme su nombre
Kate, por unos momentos se quedó sin saber que decir.
.- Dígale a este individuo, que esta franja no es de mi competencia, y no puedo interferir.
.- Creo que, ya conoce las pautas, lo cual me hace suponer que es un delincuente habitual. Pero… por otra parte no entiendo como tiene su teléfono particular. Mire Inspectora Beckett, por lo visto este hombre ya sabía cuál sería su reacción, porque me ha dicho, que mencionara los nombres de Alexis y Martha.
A Kate le dio un vuelco el corazón. Suponía que sólo podía ser Castle, por lo que le preguntó a quien le hablaba por teléfono.
.- ¿Puede pasarme la comunicación con este individuo? – Kate sabía que en cuanto oyera su voz sabría a qué atenerse.
Acto seguido oyó la inconfundible voz del escritor, que sin darle tiempo a ella, para hacer preguntas se le adelantó.
.- Inspectora, necesito que venga a esta comisaría. Estoy en un verdadero aprieto, y no puedo olvidar que ya una vez me ayudó con un problema. Sólo le pido que venga, para poder hablar. Sé que tengo derecho a una llamada, y si con ella consigo una visita personal, seguro que se solucionarán las cosas.
Kate iba a responder, pero supuso que ya había entregado el teléfono al guardia de turno. Sabía que no tenía más remedio que acudir donde la había citado.
No le quedaba más remedio que volverse a vestir, y lo hizo con desgana.
Por el camino fue pensando en qué lío se habría metido Castle, para que lo hubieran detenido.
Cuando llegó al lugar, la llevaron hasta los calabozos, eran las dependencias para retener a los delincuentes, que habían sido atrapados en plena faena. Unas veces, por embriaguez, por peleas, por agresiones, en fin allí acababan todos aquellos que de una manera u otra desobedecían a las autoridades. Y se preguntaba por qué demonios estaba allí Castle.
Fue conducida a una de las celdas grandes, donde estaban cuatro hombres charlando animadamente, parecía no importarles que los hubieran arrestado.
Tenía en sus manos los documentos, explicando el motivo de la detención. Todos eran gente sin hogar. Los llamados sin techo. Sus ropas estaban deplorablemente sucias y estropeadas, iban sin afeitar, y en conjunto sólo verlos daban ganas de salir huyendo, por su mal aspecto. Entre otras cosas olían a alcohol.
Le costó distinguir a Castle entre aquella comitiva tan rara. Sus ojos le delataron. Eso, y que al verla se dirigió a ella, dando traspiés.
Y tartamudeando y con el dedo índice moviéndolo arriba y abajo le dijo
.- Inspectora, en una ocasión nos ayudamos mutuamente cuando tuve que declarar, ante un jurado. Soy muy precavido y memoricé su teléfono.
Castle indudablemente había heredado de su madre, la facilidad para representar un papel. Ella sabía que no estaba borracho. Pero su manera de proceder, era de lo más convincente. Hablaba arrastrando las letras, y con un soniquete lastimero.
Kate se dijo que estaba representando muy bien el papel. Lo miró cautelosamente, y fijó su mirada en aquellos ojos azules que tan bien conocía. Su mirada implorante le hizo comprender que le estaba pidiendo hablar a solas con ella.
.- Agente – Dijo Kate dirigiéndose al oficial de guardia – Quisiera hablar con el individuo, sin testigos. ¿Puede dejarnos una habitación libre?- sólo serán unos minutos. Me fastidia, pero es verdad, estoy en deuda con él, por su ayuda en el caso que ha citado – dijo bajando la voz para que nadie más la oyera.
.- De acuerdo, pero no dude en llamarme si necesita ayuda – se ofreció el oficial –
.- No se preocupe voy armada. Y creo recordar que no es peligroso.
Vio como Castle era sacado de la celda, y llevado a una habitación destinada normalmente para hacer los interrogatorios. Por lo que supo que si al oficial se le antojaba, podría dedicarse a vigilarlos desde el otro lado de la ventana.
.- Agente, preferiría si puede ser, estar en otra habitación. Esto no será un interrogatorio. Me imagino que este hombre, pedirá mi apoyo para su libertad. No recuerdo su nombre, ¿le ha dicho como se llama?
.- En realidad tengo los cuatro nombres, pero no se a quien pertenece cada cual.
.- Bueno no importa. Déjenos solos unos momentos, no creo que tarde demasiado. Dígame una cosa, ¿por qué han sido arrestados?
.- Han formado una buena pelea en el pasaje donde estaban, han encendido una hoguera, que por poco queman un almacén cercano. Nada importante, si no hubiera sido, porque un vecino ya harto de tanto jaleo a aquellas horas, nos ha llamado.
Se quedaron solos, en aquella pequeña habitación.
.- ¡Dios mío Castle! ¿Sabes la impresión que causas? Pareces de verdad un delincuente, y un borracho. ¿Qué estás tramando?
Castle llevaba unos raídos tejanos, con un jersey de cuello alto, lleno de manchas por cierto, una zamarra que sin lugar a dudas tuvo días mejores, y las manos cubiertas con unos mitones negros.
Castle hizo intención de acercarse a ella, pero le atajó de inmediato.
.- Ni se te ocurra acercarte más. Hueles que apestas. Creo que equivocaste tu vocación, eres un buen actor.
.- Bueno, si ya has acabado con los reproches, intentaré explicártelo. Estoy metido de lleno en mi nuevo personaje. Tú has sido mi musa y me ha ido muy bien, ahora mi protagonista es de los barrios marginados, y necesito saber, qué dificultades tienen en la vida. No es algo que se pueda explicar si no se ha vivido en la propia carne. Ahora mismo ya se, que no les debe ser nada fácil conseguir a una mujer.
.- Bien de acuerdo, he sido un poco brusca. Pero dime por que me has llamado. Qué es lo que esperas que haga.
.- Que salgas ahí fuera y le digas al poli de turno, que no hemos hecho nada malo. Simplemente un poco de ruido a horas improcedentes. Seguro que si se paga una fianza, nos dejarán libres a todos.
.- ¿Piensas volver a la calle con ellos? – En su voz había una súplica – No me gusta nada, puedes correr peligro. Ya sabes que hay bandas de delincuentes, que por menos de nada se dedican a apalear a esos tipos. Son gente sin familia, sin nadie que los proteja.
.- Lo sé, este es el motivo por el que estoy entre ellos. Te aseguro que no han hecho nada malo. Sólo armar un buen alboroto.
.- Del que me imagino tú has participado, más que nadie.
.- Por supuesto. Tenía que parecer convincente. Y lo he conseguido. -Añadió muy orgulloso por su hazaña-
.- ¿Hasta cuando vas a seguir con ese juego? ¿No has sacado ya bastante información? Si no recuerdo mal, ya llevas siete días.
.- Me halaga que lleves la cuenta – dijo con la voz especialmente dulce – Ahora si quieres podemos llamar al policía, y si das una fianza, podremos salir todos de aquí. Volveré a repetir lo que dije antes. Que te ayudé en un caso, sólo falta que tú seas tan convincente como yo con el agente, cuando le expliques que de alguna manera estabas en deuda conmigo.
.- Imagino que tienes razón. No creo que la fianza sea elevada. Piensa que mi tarjeta de crédito no tiene nada que ver con la tuya. Y…procura terminar cuanto antes con esta patraña. Nos has engañado a todos, incluida tu familia. Me parece que no se merecen ese trato. Aquí entre esta gente corres peligro, supongo que eso ya lo sabes.
.- Exacto es lo que estoy tratando de averiguar. A qué peligros están expuestos.
.- ¿Y aún necesitas más pruebas? - no pudo evitar que su voz sonara llena de temor –
.- No. Creo que pronto habré terminado con el estudio. Lo básico ya lo he captado. ¿Te sabe mal, que lo haga?
.- La verdad es que temo los riesgos a los que estás expuesto. Tú no estás acostumbrado a este tipo de vida.
.- ¿Te preocupa, que pueda correrlos? –
Kate se preguntaba, por qué aquella voz, tan insinuante tenía el poder de desarmarla, como lo estaba haciendo.
.- Bueno, supongo que ya me he acostumbrado a verte por la Comisaría, y te encuentro a faltar. Formas parte del equipo. – Dijo evasiva-
La cuestión burocrática, fue más sencilla de lo que esperaba. La fianza era de poca cuantía, y tras un sermón, el agente de policía los dejó salir. Ella se quedó uno momentos para agradecerle al agente su colaboración, apresurándose a decir, que confiaba que aquel Tomas Smith, - nada original por cierto su nombre- diera por zanjada la cuestión y no la importunara más. Procuró mostrarse un poco molesta por aquella intromisión, que calificó de inoportuna, y ya se iba cuando quiso saber, dónde los habían recogido a todos. El oficial le dio la dirección.
Y Kate al salir en lugar de ir directamente a su casa, quiso ver con sus propios ojos, el lugar donde Castle había elegido para su estudio.
Al ver el grupo, aminoró la marcha del coche, estaban todos hablando y riendo, alrededor de una hoguera que habían encendido dentro de un bidón metálico. Se sonrió al verlos, pudo distinguir a Castle haciendo payasadas. Le admiró porque no era de los que se achican ante las dificultades. Cuando quería una cosa, sabía como conseguirla.
Llegó a su casa y comprendió que con aquella salida, se había desvelado por completo. Otra vez se puso el pijama, y se sentó ante el televisor en busca de alguna película, en espera que el sueño la venciera y tuviera ganas de dormir. Le costaría, porque se daba cuenta que estaba preocupada por Castle. Corría riesgos allí en la calle, confiaba que pronto diera por terminada su labor y volviera a ser el escritor a veces impertinente, que la sacaba de quicio.
La televisión, no le ofrecía nada interesante y se levantó para irse a la cama, con un buen libro, - por supuesto de Castle – Las descripciones tenía que reconocer que estaba hechas con una maestría especial. Le sabía dar un toque especial, que la gente acababa enamorándose de los protagonistas.
Unos golpes en la puerta, en un primer momento la sobresaltaron, a aquellas horas tan intempestivas no esperaba a nadie. Pero tuvo el presentimiento que no podía ser otro que el chico escritor, como le llamaba Lanie. Se acercó a la mirilla de la puerta, y allí estaba él, tal como lo dejara en la comisaría. O sea hecho un desastre. La ropa sucia y arrugada, la barba de varios días, completamente despeinado, el jersey que ni se sabía que color se podría definir. Pero también estaban allí su sonrisa y su mirada azul. Abrió la puerta, intentando que no advirtiera la alegría de verle por allí. Hizo el papel de mujer interesante cuando le preguntó.
.- ¿Has dado por acabada tu tarea, entre los mendigos?
Castle, entró y cerró la puerta tras él. Levantó las manos en señal de rendición.
.- Me has convencido - Le dijo amablemente- Ya he aprendido suficiente. Puedo describir a mi personaje con toda nitidez. Añadiendo que le va a ser muy difícil que una mujer le acepte, lo cual al pobre protagonista, le sentará muy mal. A no ser…. Que como estoy haciendo yo en estos momentos, pida una ayuda. Alguien dijo “Mi reino por un caballo” yo lo simplifico más. “Una buena ducha, para poder acercarme a una mujer”
Kate se rio. Ese era el hombre que ella conocía. Y con un ademán, le hizo pasar al cuarto de baño, mientras iba en busca de una toalla grande, lo suficientemente grande, para que pudiera cubrirse cuando saliera. Ella no tenía ropa que él pudiera usar.
No era la primera vez que estaban juntos en su casa. Pero siempre había sido por motivos relacionados con algún caso. La visita de hoy era completamente diferente. Se había presentado allí por sorpresa, y en su mirada pudo ver lo que ya hacía tiempo había descubierto. Una fuerte atracción. Sus ojos parecían devorarla. El deseo era tan patente, que esta vez el disimulo de siempre, no serviría de nada. Lo sabía porque ese sentimiento estaba presente en los dos. Y comprendía que no lograría disimularlo por mucho tiempo. Y Rick Castle era un hombre acostumbrado a tratar a las mujeres, con él, no le serviría ninguna artimaña para disimularlo. Y de pronto se dio cuenta, que no estaba en su ánimo ocultar lo que sentía por él.
Oyó correr el agua. Lo imaginó allí dentro mojado, era como si lo tuviera delante, las gotas de agua resbalando por su cara. Se daba cuenta que su imaginación le estaba tentando demasiado. Era como si lo estuviera observando desnudo bajo el agua de la ducha. Se imaginó frotándole la espalda con el gel de baño, acariciando su piel. Apretó los puños y se alejó a toda prisa del lugar que estaba. Se dijo que estaba demasiado cerca, ya que era una tentación excesivamente fuerte.
No, no quería ser ella la que diera aquel primer paso tan importante en su vida, aunque lo estuviera deseando con todas sus fuerzas. Se dirigió hasta la cocina para entretenerse preparando algo que tomar, no tenía ni idea de si él, había cenado. Notaba que su corazón latía con fuerza y que sus manos temblaban ligeramente. Inmediatamente dio una orden a su desbordada imaginación. Tenía que arrinconar a Kate, y dejar salir a esa inspectora seria y muy metida en su papel policiaco.
Lo vio salir de la ducha, la toalla era grande, se la puso por de bajo de las axilas y tapaba casi todo su cuerpo. Las gotas de agua se escurrían por el pelo, dejando un rastro por sus hombros, caían despacio buscando un camino hasta el borde de la toalla.
.- Lo siento, ya sé que no estoy del todo presentable, pero no tienes nada para que me pueda afeitar – dijo pasándose una mano por la barba – Pero… ya no huelo mal. Te aseguro que lo que más me ha costado en estos días, ha sido aceptar de buen grado ese aspecto. Yo mismo olía a los demás, y cuando tú me apartaste de tu lado, comprendí que no debía causar demasiada buena impresión.
Kate le estaba mirando, absorta por completo en esas diminutas gotas de agua que resbalaban por su piel. Y mil imágenes eróticas acudieron a su cabeza. Las apartó para poderle preguntar si había cenado y si le apetecía tomar alguna cosa. Mientras el pensamiento iba por unos caminos muy íntimos, sacó fuerza para desterrarlos y decirle.
.- Si me das la ropa que llevabas puesta, la pongo en la lavadora con el programa de secado, porque no creo que ni tú mismo te atrevas a volver a vestirte con todo la mugre que llevabas encima.
.- Tienes razón. Pero lo haré yo mismo, esa ropa de verdad que da asco. He procurado en estos días ensuciarme a tope, me ha recordado cuando era niño, y las broncas de mi madre… y bueno si tú me acompañas, tomaré algo de comida. Pero sólo si tú me acompañas. Si no fuera porque no se donde guardas las cosas, me lo prepararía yo mismo. Probablemente te estés preguntando por qué he venido aquí en lugar de ir directo a mi casa. – dijo mientras la veía preparar unos pequeños bocadillos –
.- Así de pronto se me ocurren dos cosas que te pueden haber influido. Una es que no quieres que tu familia te viera en esta deplorable imagen. La otra podría ser que quisieras darme las gracias por haberte sacado de aquella comisaría.
Y se quedó callada.
.- En efecto, has acertado en dos, pero te falta la tercera y para mí la más importante.
Ella le miró mientras le ofrecía lo que acababa de preparar, e iban los dos camino del sofá, esperaba con ansia la última de las opciones por las que el escritor había ido directo a su casa en lugar de ir con su familia.
.- Bien pues tú dirás. Soy toda oídos.
Dejaron de caminar, uno frente al otro observándose mutuamente con mucho interés.
.- Kate por una vez sé sincera conmigo. Yo no te soy indiferente, por mucho que trates de esconder tus sentimientos. Una persona que lleva la cuenta exacta de los días que no he aparecido por la Comisaría, sólo puede significar una cosa.
Kate apenas si le estaba escuchando, sus ojos estaban subyugados siguiendo el camino de una gota de agua, que se deslizaba por su garganta, hacía su recorrido sin prisas, surcando la piel del escritor, resbalaba formando un sendero por aquel lugar, en el que ella estaba imaginando mil escenas diferentes. Sus labios querían retener aquella diminuta porción de agua, la quería saborear, quería que su lengua se fundiera en aquel mismo lugar, donde transitaba impune, inconsciente del placer que estaba despertando en su cuerpo. La gota estaba a punto de llegar al borde de la toalla, allí moriría irremisiblemente, absorbida por la ropa. A no ser que ella se decidiera a destapar aquel cuerpo, quitara de encima de la piel del escritor, lo que se interponía entre la gota y el resto del cuerpo. Imaginó que seguiría bajando, hasta llegar…
-. Kate – Se quejó Castle – no me prestas atención, casi diría que esto es una declaración en toda regla. Necesito saber exactamente qué sentimientos te inspiro. Los imagino, pero quiero algún detalle por tu parte que me lo confirme. ¿Me escuchas? Estoy harto de que no me hagas caso. Te siento muy alejada de mí.
Kate volvió a la realidad. Pero sólo parcialmente. Sus ojos aún iban siguiendo el camino que trazaba la pequeña gota de agua. Pero al fin pudo responder.
.- Sí, te escucho, y de verdad que no estoy lejos de ti, estoy mucho más cerca de lo que te imaginas.
Ella seguía como prisionera de aquella minúscula porción de agua, que estaba a punto de perecer atrapada en la toalla. Y necesitaba seguir con sus ojos el camino incierto que recorrería si le arrebataba antes de que fuera demasiado tarde aquella tela absorbente. Lo necesitaba. Se sentía hipnotizada. Y completamente decidida, sabiendo a lo que llevaría después de su acción., se acercó a Castle, y cuidadosamente desenroscó la tela que se adhería a la piel, sus ojos seguían el camino de la partícula, ahora ya no tenía ninguna traba para seguir deslizándose por aquel cuerpo. Kate se acercó y la atrapó en sus labios justo en el torso del escritor. Notó enseguida los brazos fuertes de Castle alrededor de su cintura.
La gota de agua había muerto en su boca. Y pudo oír la voz anhelante de Rick, una voz casi desconocida, con un tono entre incrédulo por lo sucedido, y apasionado, por lo que estaba ocurriendo.
Kate levantó un poco la cabeza para mirarse en su mirada azul. Pasó su lengua por los labios que habían libado con deleite la pequeña gota de agua. Después sintió que Castle buscaba su boca, y quiso ofrecerle una parte de aquella minúscula partícula líquida...
Los bocadillos quedaron arrinconados de cualquier manera encima de la mesita, mientras sus cuerpos buscaban el placer.
Sin palabras. No les eran para nada necesarias. Kate sintió que sus cabellos se enredaban en la barba del escritor y enseguida las manos de Castle en una suave caricia, alisando su pelo.
FIN
Abril 2012
ESCRITO POR: marypaz
En la comisaría todo parece estar dentro de una normalidad poco común. Parece como si la ciudad entera se hubiera confabulado para no delinquir, con lo cual estaban todos repasando papeles.
En resumen nada importante. La inspectora Beckett, pensó que era injusto que aquello le produjera aburrimiento, debería estar contenta ya que su trabajo siempre era debido sobre todo a muertes sospechosas de asesinato, y que no hubiera trabajo era buena señal para la ciudad. Su mente aunque tuviera los ojos puestos en los papeles, estaba lejos de allí. Concretamente en ese escritor, famoso que de alguna manera se había inmiscuido en su vida.
Llevaban tiempo trabajando juntos, y se daba cuenta que se había acostumbrado tanto a él, que ahora no verle por allí dando la lata, le hacía sentir mal. Cosa que nunca admitiría delante de nadie.
El último día que estuvo con todos ellos, de eso ya hacía siete días, - llevaba la cuenta, no podía negarlo- les dijo que le habían surgido unos problemas con la editorial, y que tenía que ausentarse por un tiempo.
Al llegar a su casa pensó que sería un fin de semana tranquilo, se quedaría en casa para poner un poco de orden, que también lo necesitaba el alojamiento, pasaba demasiadas horas fuera.
Puso la televisión en marcha, y sin prestar atención a lo que decían entró en su dormitorio para ponerse ropa cómoda.
Aburrida acabó apagando el televisor, y se disponía a meterse en la cama, cuando sonó su móvil. Esperanzada pensó que quizás fuera Castle que la llamaba, para decirle que ya había terminado su tarea. Descartó la idea, aunque fuera así, no tenía por qué darle este tipo de explicaciones. Entre ellos dos no había nada. Los dos sabían que se sentían atraídos pero nada más. Realmente tuvo una decepción, al no reconocer el número que la estaba llamando.
La voz le pedía que se personara en una comisaría, situada casi en las afueras de la ciudad. Aquello no tenía sentido por lo que bastante molesta le hizo saber
.- Mire… si tienen algún problema con algún delincuente, yo no pertenezco a esta zona, por lo que le sugiero que busque a la persona que le incumba.
.- Lo se… pero hemos hecho una redada en la calle, tengo aquí a cuatro individuos, un tanto sospechosos. Y si la llamo es porque uno de los delincuentes, me ha dado su teléfono privado, asegura que la conoce, y que necesita hablar con usted. Ya sabe las normas, tiene derecho a una llamada, y no lo he podido evitar. No quiere darme su nombre
Kate, por unos momentos se quedó sin saber que decir.
.- Dígale a este individuo, que esta franja no es de mi competencia, y no puedo interferir.
.- Creo que, ya conoce las pautas, lo cual me hace suponer que es un delincuente habitual. Pero… por otra parte no entiendo como tiene su teléfono particular. Mire Inspectora Beckett, por lo visto este hombre ya sabía cuál sería su reacción, porque me ha dicho, que mencionara los nombres de Alexis y Martha.
A Kate le dio un vuelco el corazón. Suponía que sólo podía ser Castle, por lo que le preguntó a quien le hablaba por teléfono.
.- ¿Puede pasarme la comunicación con este individuo? – Kate sabía que en cuanto oyera su voz sabría a qué atenerse.
Acto seguido oyó la inconfundible voz del escritor, que sin darle tiempo a ella, para hacer preguntas se le adelantó.
.- Inspectora, necesito que venga a esta comisaría. Estoy en un verdadero aprieto, y no puedo olvidar que ya una vez me ayudó con un problema. Sólo le pido que venga, para poder hablar. Sé que tengo derecho a una llamada, y si con ella consigo una visita personal, seguro que se solucionarán las cosas.
Kate iba a responder, pero supuso que ya había entregado el teléfono al guardia de turno. Sabía que no tenía más remedio que acudir donde la había citado.
No le quedaba más remedio que volverse a vestir, y lo hizo con desgana.
Por el camino fue pensando en qué lío se habría metido Castle, para que lo hubieran detenido.
Cuando llegó al lugar, la llevaron hasta los calabozos, eran las dependencias para retener a los delincuentes, que habían sido atrapados en plena faena. Unas veces, por embriaguez, por peleas, por agresiones, en fin allí acababan todos aquellos que de una manera u otra desobedecían a las autoridades. Y se preguntaba por qué demonios estaba allí Castle.
Fue conducida a una de las celdas grandes, donde estaban cuatro hombres charlando animadamente, parecía no importarles que los hubieran arrestado.
Tenía en sus manos los documentos, explicando el motivo de la detención. Todos eran gente sin hogar. Los llamados sin techo. Sus ropas estaban deplorablemente sucias y estropeadas, iban sin afeitar, y en conjunto sólo verlos daban ganas de salir huyendo, por su mal aspecto. Entre otras cosas olían a alcohol.
Le costó distinguir a Castle entre aquella comitiva tan rara. Sus ojos le delataron. Eso, y que al verla se dirigió a ella, dando traspiés.
Y tartamudeando y con el dedo índice moviéndolo arriba y abajo le dijo
.- Inspectora, en una ocasión nos ayudamos mutuamente cuando tuve que declarar, ante un jurado. Soy muy precavido y memoricé su teléfono.
Castle indudablemente había heredado de su madre, la facilidad para representar un papel. Ella sabía que no estaba borracho. Pero su manera de proceder, era de lo más convincente. Hablaba arrastrando las letras, y con un soniquete lastimero.
Kate se dijo que estaba representando muy bien el papel. Lo miró cautelosamente, y fijó su mirada en aquellos ojos azules que tan bien conocía. Su mirada implorante le hizo comprender que le estaba pidiendo hablar a solas con ella.
.- Agente – Dijo Kate dirigiéndose al oficial de guardia – Quisiera hablar con el individuo, sin testigos. ¿Puede dejarnos una habitación libre?- sólo serán unos minutos. Me fastidia, pero es verdad, estoy en deuda con él, por su ayuda en el caso que ha citado – dijo bajando la voz para que nadie más la oyera.
.- De acuerdo, pero no dude en llamarme si necesita ayuda – se ofreció el oficial –
.- No se preocupe voy armada. Y creo recordar que no es peligroso.
Vio como Castle era sacado de la celda, y llevado a una habitación destinada normalmente para hacer los interrogatorios. Por lo que supo que si al oficial se le antojaba, podría dedicarse a vigilarlos desde el otro lado de la ventana.
.- Agente, preferiría si puede ser, estar en otra habitación. Esto no será un interrogatorio. Me imagino que este hombre, pedirá mi apoyo para su libertad. No recuerdo su nombre, ¿le ha dicho como se llama?
.- En realidad tengo los cuatro nombres, pero no se a quien pertenece cada cual.
.- Bueno no importa. Déjenos solos unos momentos, no creo que tarde demasiado. Dígame una cosa, ¿por qué han sido arrestados?
.- Han formado una buena pelea en el pasaje donde estaban, han encendido una hoguera, que por poco queman un almacén cercano. Nada importante, si no hubiera sido, porque un vecino ya harto de tanto jaleo a aquellas horas, nos ha llamado.
Se quedaron solos, en aquella pequeña habitación.
.- ¡Dios mío Castle! ¿Sabes la impresión que causas? Pareces de verdad un delincuente, y un borracho. ¿Qué estás tramando?
Castle llevaba unos raídos tejanos, con un jersey de cuello alto, lleno de manchas por cierto, una zamarra que sin lugar a dudas tuvo días mejores, y las manos cubiertas con unos mitones negros.
Castle hizo intención de acercarse a ella, pero le atajó de inmediato.
.- Ni se te ocurra acercarte más. Hueles que apestas. Creo que equivocaste tu vocación, eres un buen actor.
.- Bueno, si ya has acabado con los reproches, intentaré explicártelo. Estoy metido de lleno en mi nuevo personaje. Tú has sido mi musa y me ha ido muy bien, ahora mi protagonista es de los barrios marginados, y necesito saber, qué dificultades tienen en la vida. No es algo que se pueda explicar si no se ha vivido en la propia carne. Ahora mismo ya se, que no les debe ser nada fácil conseguir a una mujer.
.- Bien de acuerdo, he sido un poco brusca. Pero dime por que me has llamado. Qué es lo que esperas que haga.
.- Que salgas ahí fuera y le digas al poli de turno, que no hemos hecho nada malo. Simplemente un poco de ruido a horas improcedentes. Seguro que si se paga una fianza, nos dejarán libres a todos.
.- ¿Piensas volver a la calle con ellos? – En su voz había una súplica – No me gusta nada, puedes correr peligro. Ya sabes que hay bandas de delincuentes, que por menos de nada se dedican a apalear a esos tipos. Son gente sin familia, sin nadie que los proteja.
.- Lo sé, este es el motivo por el que estoy entre ellos. Te aseguro que no han hecho nada malo. Sólo armar un buen alboroto.
.- Del que me imagino tú has participado, más que nadie.
.- Por supuesto. Tenía que parecer convincente. Y lo he conseguido. -Añadió muy orgulloso por su hazaña-
.- ¿Hasta cuando vas a seguir con ese juego? ¿No has sacado ya bastante información? Si no recuerdo mal, ya llevas siete días.
.- Me halaga que lleves la cuenta – dijo con la voz especialmente dulce – Ahora si quieres podemos llamar al policía, y si das una fianza, podremos salir todos de aquí. Volveré a repetir lo que dije antes. Que te ayudé en un caso, sólo falta que tú seas tan convincente como yo con el agente, cuando le expliques que de alguna manera estabas en deuda conmigo.
.- Imagino que tienes razón. No creo que la fianza sea elevada. Piensa que mi tarjeta de crédito no tiene nada que ver con la tuya. Y…procura terminar cuanto antes con esta patraña. Nos has engañado a todos, incluida tu familia. Me parece que no se merecen ese trato. Aquí entre esta gente corres peligro, supongo que eso ya lo sabes.
.- Exacto es lo que estoy tratando de averiguar. A qué peligros están expuestos.
.- ¿Y aún necesitas más pruebas? - no pudo evitar que su voz sonara llena de temor –
.- No. Creo que pronto habré terminado con el estudio. Lo básico ya lo he captado. ¿Te sabe mal, que lo haga?
.- La verdad es que temo los riesgos a los que estás expuesto. Tú no estás acostumbrado a este tipo de vida.
.- ¿Te preocupa, que pueda correrlos? –
Kate se preguntaba, por qué aquella voz, tan insinuante tenía el poder de desarmarla, como lo estaba haciendo.
.- Bueno, supongo que ya me he acostumbrado a verte por la Comisaría, y te encuentro a faltar. Formas parte del equipo. – Dijo evasiva-
La cuestión burocrática, fue más sencilla de lo que esperaba. La fianza era de poca cuantía, y tras un sermón, el agente de policía los dejó salir. Ella se quedó uno momentos para agradecerle al agente su colaboración, apresurándose a decir, que confiaba que aquel Tomas Smith, - nada original por cierto su nombre- diera por zanjada la cuestión y no la importunara más. Procuró mostrarse un poco molesta por aquella intromisión, que calificó de inoportuna, y ya se iba cuando quiso saber, dónde los habían recogido a todos. El oficial le dio la dirección.
Y Kate al salir en lugar de ir directamente a su casa, quiso ver con sus propios ojos, el lugar donde Castle había elegido para su estudio.
Al ver el grupo, aminoró la marcha del coche, estaban todos hablando y riendo, alrededor de una hoguera que habían encendido dentro de un bidón metálico. Se sonrió al verlos, pudo distinguir a Castle haciendo payasadas. Le admiró porque no era de los que se achican ante las dificultades. Cuando quería una cosa, sabía como conseguirla.
Llegó a su casa y comprendió que con aquella salida, se había desvelado por completo. Otra vez se puso el pijama, y se sentó ante el televisor en busca de alguna película, en espera que el sueño la venciera y tuviera ganas de dormir. Le costaría, porque se daba cuenta que estaba preocupada por Castle. Corría riesgos allí en la calle, confiaba que pronto diera por terminada su labor y volviera a ser el escritor a veces impertinente, que la sacaba de quicio.
La televisión, no le ofrecía nada interesante y se levantó para irse a la cama, con un buen libro, - por supuesto de Castle – Las descripciones tenía que reconocer que estaba hechas con una maestría especial. Le sabía dar un toque especial, que la gente acababa enamorándose de los protagonistas.
Unos golpes en la puerta, en un primer momento la sobresaltaron, a aquellas horas tan intempestivas no esperaba a nadie. Pero tuvo el presentimiento que no podía ser otro que el chico escritor, como le llamaba Lanie. Se acercó a la mirilla de la puerta, y allí estaba él, tal como lo dejara en la comisaría. O sea hecho un desastre. La ropa sucia y arrugada, la barba de varios días, completamente despeinado, el jersey que ni se sabía que color se podría definir. Pero también estaban allí su sonrisa y su mirada azul. Abrió la puerta, intentando que no advirtiera la alegría de verle por allí. Hizo el papel de mujer interesante cuando le preguntó.
.- ¿Has dado por acabada tu tarea, entre los mendigos?
Castle, entró y cerró la puerta tras él. Levantó las manos en señal de rendición.
.- Me has convencido - Le dijo amablemente- Ya he aprendido suficiente. Puedo describir a mi personaje con toda nitidez. Añadiendo que le va a ser muy difícil que una mujer le acepte, lo cual al pobre protagonista, le sentará muy mal. A no ser…. Que como estoy haciendo yo en estos momentos, pida una ayuda. Alguien dijo “Mi reino por un caballo” yo lo simplifico más. “Una buena ducha, para poder acercarme a una mujer”
Kate se rio. Ese era el hombre que ella conocía. Y con un ademán, le hizo pasar al cuarto de baño, mientras iba en busca de una toalla grande, lo suficientemente grande, para que pudiera cubrirse cuando saliera. Ella no tenía ropa que él pudiera usar.
No era la primera vez que estaban juntos en su casa. Pero siempre había sido por motivos relacionados con algún caso. La visita de hoy era completamente diferente. Se había presentado allí por sorpresa, y en su mirada pudo ver lo que ya hacía tiempo había descubierto. Una fuerte atracción. Sus ojos parecían devorarla. El deseo era tan patente, que esta vez el disimulo de siempre, no serviría de nada. Lo sabía porque ese sentimiento estaba presente en los dos. Y comprendía que no lograría disimularlo por mucho tiempo. Y Rick Castle era un hombre acostumbrado a tratar a las mujeres, con él, no le serviría ninguna artimaña para disimularlo. Y de pronto se dio cuenta, que no estaba en su ánimo ocultar lo que sentía por él.
Oyó correr el agua. Lo imaginó allí dentro mojado, era como si lo tuviera delante, las gotas de agua resbalando por su cara. Se daba cuenta que su imaginación le estaba tentando demasiado. Era como si lo estuviera observando desnudo bajo el agua de la ducha. Se imaginó frotándole la espalda con el gel de baño, acariciando su piel. Apretó los puños y se alejó a toda prisa del lugar que estaba. Se dijo que estaba demasiado cerca, ya que era una tentación excesivamente fuerte.
No, no quería ser ella la que diera aquel primer paso tan importante en su vida, aunque lo estuviera deseando con todas sus fuerzas. Se dirigió hasta la cocina para entretenerse preparando algo que tomar, no tenía ni idea de si él, había cenado. Notaba que su corazón latía con fuerza y que sus manos temblaban ligeramente. Inmediatamente dio una orden a su desbordada imaginación. Tenía que arrinconar a Kate, y dejar salir a esa inspectora seria y muy metida en su papel policiaco.
Lo vio salir de la ducha, la toalla era grande, se la puso por de bajo de las axilas y tapaba casi todo su cuerpo. Las gotas de agua se escurrían por el pelo, dejando un rastro por sus hombros, caían despacio buscando un camino hasta el borde de la toalla.
.- Lo siento, ya sé que no estoy del todo presentable, pero no tienes nada para que me pueda afeitar – dijo pasándose una mano por la barba – Pero… ya no huelo mal. Te aseguro que lo que más me ha costado en estos días, ha sido aceptar de buen grado ese aspecto. Yo mismo olía a los demás, y cuando tú me apartaste de tu lado, comprendí que no debía causar demasiada buena impresión.
Kate le estaba mirando, absorta por completo en esas diminutas gotas de agua que resbalaban por su piel. Y mil imágenes eróticas acudieron a su cabeza. Las apartó para poderle preguntar si había cenado y si le apetecía tomar alguna cosa. Mientras el pensamiento iba por unos caminos muy íntimos, sacó fuerza para desterrarlos y decirle.
.- Si me das la ropa que llevabas puesta, la pongo en la lavadora con el programa de secado, porque no creo que ni tú mismo te atrevas a volver a vestirte con todo la mugre que llevabas encima.
.- Tienes razón. Pero lo haré yo mismo, esa ropa de verdad que da asco. He procurado en estos días ensuciarme a tope, me ha recordado cuando era niño, y las broncas de mi madre… y bueno si tú me acompañas, tomaré algo de comida. Pero sólo si tú me acompañas. Si no fuera porque no se donde guardas las cosas, me lo prepararía yo mismo. Probablemente te estés preguntando por qué he venido aquí en lugar de ir directo a mi casa. – dijo mientras la veía preparar unos pequeños bocadillos –
.- Así de pronto se me ocurren dos cosas que te pueden haber influido. Una es que no quieres que tu familia te viera en esta deplorable imagen. La otra podría ser que quisieras darme las gracias por haberte sacado de aquella comisaría.
Y se quedó callada.
.- En efecto, has acertado en dos, pero te falta la tercera y para mí la más importante.
Ella le miró mientras le ofrecía lo que acababa de preparar, e iban los dos camino del sofá, esperaba con ansia la última de las opciones por las que el escritor había ido directo a su casa en lugar de ir con su familia.
.- Bien pues tú dirás. Soy toda oídos.
Dejaron de caminar, uno frente al otro observándose mutuamente con mucho interés.
.- Kate por una vez sé sincera conmigo. Yo no te soy indiferente, por mucho que trates de esconder tus sentimientos. Una persona que lleva la cuenta exacta de los días que no he aparecido por la Comisaría, sólo puede significar una cosa.
Kate apenas si le estaba escuchando, sus ojos estaban subyugados siguiendo el camino de una gota de agua, que se deslizaba por su garganta, hacía su recorrido sin prisas, surcando la piel del escritor, resbalaba formando un sendero por aquel lugar, en el que ella estaba imaginando mil escenas diferentes. Sus labios querían retener aquella diminuta porción de agua, la quería saborear, quería que su lengua se fundiera en aquel mismo lugar, donde transitaba impune, inconsciente del placer que estaba despertando en su cuerpo. La gota estaba a punto de llegar al borde de la toalla, allí moriría irremisiblemente, absorbida por la ropa. A no ser que ella se decidiera a destapar aquel cuerpo, quitara de encima de la piel del escritor, lo que se interponía entre la gota y el resto del cuerpo. Imaginó que seguiría bajando, hasta llegar…
-. Kate – Se quejó Castle – no me prestas atención, casi diría que esto es una declaración en toda regla. Necesito saber exactamente qué sentimientos te inspiro. Los imagino, pero quiero algún detalle por tu parte que me lo confirme. ¿Me escuchas? Estoy harto de que no me hagas caso. Te siento muy alejada de mí.
Kate volvió a la realidad. Pero sólo parcialmente. Sus ojos aún iban siguiendo el camino que trazaba la pequeña gota de agua. Pero al fin pudo responder.
.- Sí, te escucho, y de verdad que no estoy lejos de ti, estoy mucho más cerca de lo que te imaginas.
Ella seguía como prisionera de aquella minúscula porción de agua, que estaba a punto de perecer atrapada en la toalla. Y necesitaba seguir con sus ojos el camino incierto que recorrería si le arrebataba antes de que fuera demasiado tarde aquella tela absorbente. Lo necesitaba. Se sentía hipnotizada. Y completamente decidida, sabiendo a lo que llevaría después de su acción., se acercó a Castle, y cuidadosamente desenroscó la tela que se adhería a la piel, sus ojos seguían el camino de la partícula, ahora ya no tenía ninguna traba para seguir deslizándose por aquel cuerpo. Kate se acercó y la atrapó en sus labios justo en el torso del escritor. Notó enseguida los brazos fuertes de Castle alrededor de su cintura.
La gota de agua había muerto en su boca. Y pudo oír la voz anhelante de Rick, una voz casi desconocida, con un tono entre incrédulo por lo sucedido, y apasionado, por lo que estaba ocurriendo.
Kate levantó un poco la cabeza para mirarse en su mirada azul. Pasó su lengua por los labios que habían libado con deleite la pequeña gota de agua. Después sintió que Castle buscaba su boca, y quiso ofrecerle una parte de aquella minúscula partícula líquida...
Los bocadillos quedaron arrinconados de cualquier manera encima de la mesita, mientras sus cuerpos buscaban el placer.
Sin palabras. No les eran para nada necesarias. Kate sintió que sus cabellos se enredaban en la barba del escritor y enseguida las manos de Castle en una suave caricia, alisando su pelo.
FIN
Abril 2012
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
MARYPAZ COMO SIEMPRE TE DIGO: GRACIAS POR SEGUIR ESCRIBIENDO!!!!!
Me encanto la historia, hasta senti como corria esa gota...
FELICITACIONES!!!
Me encanto la historia, hasta senti como corria esa gota...
FELICITACIONES!!!
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Muchas gracias por compartir tu escritura , tu talento, tu creatividad y tu imaginación con nosotros
otra historia tuya BRILLANTE me gustado mucho
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Qué preciosidad... ¡Increible!
Gracias por seguir compartiendo tus fics con nosotr@s
Gracias por seguir compartiendo tus fics con nosotr@s
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
- Mensajes : 1195
Fecha de inscripción : 24/07/2011
Edad : 29
Localización : Galicia
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Quien fuera gota de agua...
Es asombroso como una pequeña porción de agua puede ser tan sensual.
Muy buen relato Marypaz
Es asombroso como una pequeña porción de agua puede ser tan sensual.
Muy buen relato Marypaz
Apples82- Actor en Broadway
- Mensajes : 165
Fecha de inscripción : 28/02/2012
Edad : 42
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Las gotas de agua ya nunca volverán a ser lo mismo.
Simplemente magnífico el relato, magnífico argumento (original), narración perfecta y carente de faltas ortográficas (mis ojos te lo agradecen). Pero lo mejor de todo es que está escrito por Marypaz y eso es sinónimo de entretenimiento con calidad asegurado.
Felicidades!!!
Simplemente magnífico el relato, magnífico argumento (original), narración perfecta y carente de faltas ortográficas (mis ojos te lo agradecen). Pero lo mejor de todo es que está escrito por Marypaz y eso es sinónimo de entretenimiento con calidad asegurado.
Felicidades!!!
Sara Castle- Ayudante de policia
- Mensajes : 125
Fecha de inscripción : 11/06/2011
Localización : Delante del PC
Re: EL MENDIGO ERRANTE
preciosoooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Gracias, gracias me gusta que hayas difrutado con el fic. Ya imaginaba que esa gota... gustaríasilvanalino escribió:MARYPAZ COMO SIEMPRE TE DIGO: GRACIAS POR SEGUIR ESCRIBIENDO!!!!!
Me encanto la historia, hasta senti como corria esa gota...
FELICITACIONES!!!
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Teresita_yocastle$$NYPD escribió:
Muchas gracias por compartir tu escritura , tu talento, tu creatividad y tu imaginación con nosotros
otra historia tuya BRILLANTE me gustado mucho
Me salen los colores con tus palabras, y que conste que disfruto compartiendo con vosotr@s los fics
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
GabiiLovesCastle:D escribió:Qué preciosidad... ¡Increible!
Gracias por seguir compartiendo tus fics con nosotr@s
Gracias a ti por seguir leyendo, yo disfruto escribiendo
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Apples82 escribió:Quien fuera gota de agua...
Es asombroso como una pequeña porción de agua puede ser tan sensual.
Muy buen relato Marypaz
Ya veo que la gota de agua se ha convertido en la protagonista... me alegro que te haya gustado
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Sara Castle escribió:Las gotas de agua ya nunca volverán a ser lo mismo.
Simplemente magnífico el relato, magnífico argumento (original), narración perfecta y carente de faltas ortográficas (mis ojos te lo agradecen). Pero lo mejor de todo es que está escrito por Marypaz y eso es sinónimo de entretenimiento con calidad asegurado.
Felicidades!!!
Ufff casi me dejas sin respiración con tus palabras!!!! (las encontraba a faltar....una se acostumbra a los elogios) Como he dicho mas arriba esa gota de agua se ha hecho MUY popular....Con decirte que he estado a punto de cambiarle el titulo al fic, pero no admite un titulo así de corto....
Me alegro que lo hayas disfrutado, yo tambien al escribirlo.
Gracias
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
castle&beckett..cris escribió:preciosoooo
Graciaaaaas!! De verdad me encanta que te haya gustado
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
me encanta
d tu siempre fan:
Alexa xD
d tu siempre fan:
Alexa xD
.:DaNu:.- Policia de homicidios
- Mensajes : 704
Fecha de inscripción : 13/08/2011
Edad : 25
Localización : Perú
Re: EL MENDIGO ERRANTE
.:DaNu:. escribió:me encanta
d tu siempre fan:
Alexa xD
Muchas gracias guapa, me encanta tener unas fans tan estupendas....
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
wooooooooooooooowwww
increíble marypaz, que buen fic!!! Yo también, al igual que todas, he ido recorriendo mentalmente la gota por el cuello de Castle
enhorabuena!!!
increíble marypaz, que buen fic!!! Yo también, al igual que todas, he ido recorriendo mentalmente la gota por el cuello de Castle
enhorabuena!!!
mery_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Edad : 36
Localización : Cordillera Cantábrica p'arriba
Re: EL MENDIGO ERRANTE
mery_caskett escribió:wooooooooooooooowwww
increíble marypaz, que buen fic!!! Yo también, al igual que todas, he ido recorriendo mentalmente la gota por el cuello de Castle
enhorabuena!!!
Ja, ja, ya veo que esta vez la protagonista es la pequeña gota de agua
Gracias por comentar y me alegra que lo hayas disfrutado
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Estupenda historia, como siempre. Escribes genialííísimamente.
caskett mola- Autor de best-seller
- Mensajes : 874
Fecha de inscripción : 27/01/2011
Edad : 25
Localización : Castlelandia
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Una delicia de historia como todas las tuyas. Gracias por seguir compartiendo tu imaginación con nosotros.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: EL MENDIGO ERRANTE
caskett mola escribió:Estupenda historia, como siempre. Escribes genialííísimamente.
Muchas gracias, la verdad es que siempre temo tocar un tema. que ya haya salido en EEUU, yo solo los veo cuando los ponen en los canales de pago. Hoy espero ver el 16, que la semana pasada me quedé con el fastidioso CONTINUARÁ.....
besos
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Cata Castillo escribió:Una delicia de historia como todas las tuyas. Gracias por seguir compartiendo tu imaginación con nosotros.
La verdad es que si no fuera por vuestra constancia en leer, no escribiría, mejor dicho no los publicaría, porque escribir es uno de mis entretenimientos favoritos. Y si encima os gusta, ya no puedo pedir mas
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Que bonito!!!!!! y quien fuera gota de agua . . . . .
fandecastle- Ayudante de policia
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Re: EL MENDIGO ERRANTE
fandecastle escribió:Que bonito!!!!!! y quien fuera gota de agua . . . . .
Esta gota de agua.... se ha hecho muy popular!!!!
Gracias por comentar
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: EL MENDIGO ERRANTE
Tendrá Kate su propia gota de agua? Sería bueno saber la reaccion de Castle ante la gotita estrategica . . . .
Porfa una gotita para ella . . . .
Porfa una gotita para ella . . . .
fandecastle- Ayudante de policia
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Re: EL MENDIGO ERRANTE
fandecastle escribió:Tendrá Kate su propia gota de agua? Sería bueno saber la reaccion de Castle ante la gotita estrategica . . . .
Porfa una gotita para ella . . . .
Vale... ya procuraré hacer un fic, en el que ella se esté bañando en la playa.... con muchas gotas de agua y además saladas!!!!
Gracias por comentar....
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
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