El Príncipe Y El Mendigo

Bueno, sé que hace mucho que no escribo y... bueno, que no soy, ni por asomo, una gran escritora. Pero hace dos semanas se me ocurrió una nueva idea para un fan fic. Así que decidí que, al menos para que vieseis un poco de que va y saber si os gusta, escribiría aquí el primer capítulo.
La historia está basada en la famosa novela "El Príncipe Y El Mendigo" (que seguramente sabréis de qué va todos, al menos una idea general).
Así que no me enrollo más y aquí os dejo el primer capítulo.

EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO

CAPÍTULO 1

Hace tiempo, cuando el mundo conocía Nueva York como la ciudad de Nueva Ámsterdam, cuando todavía existían los caballeros de brillantes armaduras y los príncipes azules, existió una princesa, de nombre Kate, de apellido Beckett. Su padre era el mismísmo Rey Jim Beckett, rey y guardián de la ciudad. Esta princesa (como es de esperar de una mujer con su tenacidad y temperamento) no era ni obediente, ni sumisa en exceso. Aunque poseía una belleza inigualable y un encanto sin par.
A esta princesa, a la que seguiremos a lo largo de esta historia, le acababan de dar (a su juicio) una terrible, terribilísima noticia: acababan de concertar su matrimonio con el Conde Nathan, de la familia Fillion, que poseían y gestionaban buena parte del reino.
Cuando su padre le dio la noticia ella sintió como el mundo se derrumbaba sobre su cabeza, pasando hacia un estado de cólera infinita, ya que su padre ni siquiera la había consultado para tomar tan gran decisión. En ese punto de la historia aterrizamos nosotros:

- REY JIM BECKETT: Pero hija, es una gran oportunidad. Nunca se nos presentará otra igual. Podríamos reforzar la nobleza de ambas familias...
- KATE: ¡¡¡NO!!! Me niego. No dejaré que tomes esa decisión por mí. Nobleza por aquí, nobleza por allá,... ¡¿Es lo único que importa en esta familia?!
- RJB: Kate...
- KATE: No padre. He dicho que no dejaré que controles mi vida. Ya tengo bastante con los ropajes aparatosos y absurdos, las normas de cortesía, el "Debes hacer esto como haría una verdadera princesa" o "Si no haces lo otro nunca serás una princesa digna de un buen y noble marido". Pues eso es precisamente lo que me gustaría ahora. No ser una princesa, no haber nacido en el seno de esta maldita familia.

Y, sin dar tiempo a su padre a replicar nada, salió corriendo de los aposentos de éste, dejándole con la palabra en la boca. Sabía que eso le costaría otro lema estúpido sobre que una verdadera princesa nunca gritaría ni discutiría a su padre. Pero en ese momento solo quiso salir a tomar el aire.
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Mientras tanto, a las afueras del castillo, ajeno a todas aquellas injusticias que sufría la princesa de la ciudad, un joven ciertamente andrajoso, pero aún así con cierto atractivo y una mirada cautivadora, estaba contando una cómica y entretenida historia sobre corsarias y príncipes (en la que la heroína era siempre la mujer) para ganar unas monedas y poder alimentar a su madre y a su hermana. Él era Richard (Alexander) Rogers, más conocido en todo el reino por el apodo Castle, ya que todo el mundo sabía que si que si quería escuchar una buena historia solo tenía que ir a los alrededores del castillo, donde siempre estaba el cuenta-cuentos.
Este joven no llevaba una vida muy holgada, pero en aquel momento, era realmente feliz. Cualquiera que le mirase a los ojos en aquel momento, sabiendo que aquel día podría comprar una comida especial para su familia y, por supuesto, viendo como todo el mundo le prestaba atención, le escuchaba y se emocionaba con su historia, podía ver la felicidad en sus ojos.

Y la gente se preguntará: ¿cómo es posible que la princesa y el mendigo se conozcan? ¿Qué pasará? Eso es lo que os contaré (si queréis que continúe con esta historia) a lo largo del tiempo, para que conozcáis todas las alegrías y desgracias que nos puede dar la vida.


¿CONTINUARÁ?...

Me gusta mucho, sigue pronto, por favor =)

Me gusta mucho el comienzo
Continua pronto...!!!

Continúala sí, esta genial, muy interesante.

Es original me gusta mucho así que sigue ^^

sigueee

(si queréis que continúe con esta historia) a lo largo del tiempo, para que conozcáis todas las alegrías y desgracias que nos puede dar la vida.

Pero como si queréis, YA TE ESTÁS PONIENDO A LA TAREA, COMO CREES QUE NO NOS PUEDE INTERESAR, Y MENOS CON SEMEJANTE ENTRADA, ALE, ALE, ALE, QUE YA ESTÁS TARDANDO EN EMPEZAR, JAJAJAJAJAJAJAJA BESOTESSSSSSSSS

Me gusta mucho la historia promete

Ale, a escribir mas!
Tiene muy bena pinta,so...CONTINUA!

Esta muy bien, sigue.

Por fin volviste!!
Claro que seguirás

Me encanto!! jajaja uno de los pocos que cambiando la trama y ambiente de la historia me atrapo! sera por las personalidades de los personajes! no los abandonaste nunca, me encantoo!

PD: Sigueloooo !!!!

Bueno, en primer lugar, mil gracias por todos los comentarios. Al ver que tenía éxito (aunque sea un poquito) decidí continuar el fic. Sé que no he tardado lo que se dice poco precisamente... La pereza y la falta de inspiración me invadieron. Por tanto siento la tardanza. Pero no me enrollaré más. Aquí os dejo el...



La princesa, a la que a partir de ahora llamaremos simplemente Kate, salió al jardín del castillo. No sabía que hacer. Sabía que tenía pocas opciones, por no decir ninguna, de hacer cambiar de opinión a su padre. Pero se decía a sí misma que algo podría hacer, que todo tenía solución. A pesar de que en aquel momento no se le ocurriese ninguna. Pero no podía rendirse. El Conde Nathan llegaría en pocos días y debía pensar algo. Pero en ese momento su mente estaba en blanco. Solo podía pensar en lo injusto que había sido su padre, en la arrogancia con la que la trataba siempre el Conde, su mirada sarcástica... Qué asco le daba. No podía soportar la idea de tener que casarse con aquel... ente. Así que frunció el ceño mientras se mordía levemente el labio inferior, en ese gesto tan característico que ponía en los momentos de concentración absoluta. Y se quedó completamente absorta, mirando a la nada, buscando una solución a aquel problema sin salida.
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Mientras tanto, nuestro querido cuenta-cuentos, que a partir de ahora será simplemente Castle, volví a su casa tan feliz con la (bastante) escasa cantidad de monedas que había ganado aquel día. Pensaba en ir por el camino de siempre, aquel que recorría todos los días de vuelta a casa. Pasaría por la casa del carnicero, comprando hoy algo más que una simple tajada de carne, pasaría también por delante del lugar donde mendigaba aquella extraña mujer, que se hacía llamar Gina, donde pedía monedas mientras su perro ladraba intentando irse con el primer transeúnte que pasara,... Luego pasaría por... Pero algo interrumpió el hilo de sus pensamientos. Un joven estaba mirando fijamente a través de la muralla del castillo. Le extrañó. ¿Qué miraría aquel muchacho? ¿Querría sentir envidia al mirar a la gente pija que vivía protegida en el interior de aquellas murallas, con todas sus riquezas y extravagancias? Castle, curioso, se acercó a donde estaba el muchacho, quien al verle huyó, como si pensase que por curiosear le ejecutarían.
Y, cuando Castle se acercó al pequeño hueco y miró lo que momentos antes había estado observando tan atentamente el muchacho, se quedó sin palabras. Se sintió extraño, como si, en aquel instante, aquella visión le hubiese robado el habla con la que tantas monedas había ganado. Era una imagen perfecta, digna de los más bellos artistas. Al otro lado de aquel grueso muro, sentada sobre un arbusto, arrugando su pomposo vestido, estaba la que desde ese momento sería su musa, la mayor belleza que había visto nunca. Con un gesto que, él, en ese instante, solo pudo describir como hermoso, porque le faltaba el resto de su vocabulario. Al otro lado de aquel muro, sin ser consciente de que acababa de despertar un amor profundo e intenso en un pobre y simple mendigo estaba ella. Estaba Kate.

To Be Continued...

¡wouuuu vaya me acabo de leer los dos capis y me guusssstaa!
siguee plisssss

me gusto *w*

No pude comentar antes.. pero que sepas que me encanto!
Sigue y no tardes tanto jaja

Me ha encantado continua pronto

Corto pero muy bonito, me gusta, continúa.

Bueno... Por fin he vuelto. Agradezco los ánimos para seguir escribiendo y todos los comentarios positivos.
Siento no haber colgado otro capítulo antes. Para mí los dos enemigos de un escritor son la falta de inspiración y... bueno, la pereza.
A partir de ahora espero subir los capítulos no tan separados unos de otros. Y... Bueno, aquí os dejo el...

Capítulo 3

No sabía cuánto tiempo llevaba allí sopesando sus opciones para librarse de su futuro matrimonio. Pero, de repente, se sintió observada. Miró en todas direcciones, pero no vio a nadie. Aún así se quedó intranquila. Su padre podría haber enviado a alguien para vigilar que no se escapase o podría haber algún agujero en el muro que tenía enfrente…
En cualquier caso, dejó de sentirse a gusto sentada en aquel arbusto y decidió volver dentro del castillo. Todas sus ideas pasaban por portarse bien para que nadie sospechase nada y después escaparse o cualquier otra cosa. Así que decidió empezar en aquel momento.
Entró en el gran castillo y se dirigió a sus aposentos sin decir nada a nadie. Una cosa era portarse bien y no hacer nada “impropio de una princesa” y otra muy distinta empezar a relacionarse con toda la nobleza que en aquel momento había en el castillo. Sería hasta sospechoso, ya que nunca le habían gustado las damas estiradas o los refinados caballeros.
Con estos pensamientos se tumbó en la cama, no sin antes coger uno de los pocos libros de la época en los que las personas libres y heroicas eran las mujeres.
Siempre le habían encantado esas historias. Y puede que no le gustase lo de ser princesa, pero le agradaba que su padre hubiese contratado a un escritor particular para ella. Si no nunca hubiese tenido aquellas historias.
Antes de sumergirse en la lectura, tuvo que hacer un gran esfuerzo por apartar las últimas horas de su mente. Pero lo consiguió. Y no salió de sus aposentos hasta la hora de la cena.
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Mientras tanto, nuestro querido mendigo, al perder aquella maravillosa vista de la princesa, se encaminó hacia su casa, siguiendo, por supuesto, la ruta trazada en su mente momentos antes.
Pero no todo salió exactamente como había planeado. Llegando a su casa, vio como unos hombres le pegaban una paliza a un caballero de vistosas vestiduras. Y hubiera pasado de largo si no fuese porque algo en aquel caballero llamó intensamente su atención: Se parecía terriblemente a él mismo.
Cuando se dio cuenta de aquello, reaccionó ayudándolo y salvándole de aquellas pirañas que intentaban quitarle el caballo, las vistosas vestiduras y la bolsa de monedas de oro que llevaba colgando del cinturón. No sé con exactitud que le impulsó a ayudar a aquel hombre, ya que tenía cierta manía a aquellos refinados caballeros, al igual que a sus estiradas damas.
Pero le ayudó. Y le ofreció llevarle a su humilde casa. Tampoco sé porqué aceptó aquel caballero la invitación, porque le repugnaban los mendigos. Sería por los golpes recibidos. O porque al mirar a su salvador se vio a sí mismo. El caso es que aceptó. Y ambos hombres se encaminaron al hogar de Castle y su familia.

To Be Continued...

Lo llevas muy bien, sigue.

Me encanbta, continua pronto

Lo has dejado en la parte mas interesantee!
Sigue pronto

Como no, como siempre el parón en lo más interesante, que manía,...........jajajajajaja
Bueno está que arde la cosa, porqué se parecen tanto estos dos, son hermanos o parientes de sangre, ........... me huelo algo y no se muy bien el que, ............ espero que sea el Conde y Castle sea su hermano gemelo perdido, para que pueda quedarse con Kate, jajajajajajaja
Como no sigas pronto te escribo la historia yo, jajajajajajaja es que no lo puedo sufrir, esto de esperar lo llevo cada día peor.
Bueno sigue pronto, por lo menos así podré enterarme de algo más y no lo tendré que inventar, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS