Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09

Hace unos días que he descubierto este foro. Me ha gustado sobre todo esta parte, la creativa.

Con el permiso de todos, comenzaré una historia, que continuaré si es bien acogida.

Ahí va.
CAPITULO 1. DESPERTANDO.

ELLA
Ella abrió lentamente los ojos. Dos, tres, cuatro segundos… todo lo vivido ayer por la noche volvió a su mente y reconoció donde estaba. Simplemente estaba donde quería estar, y es más, estaba como quería estar. Simple y directamente. Sin problemas, sin errores.

Su mano derecha descansaba en la almohada, cerca de su cara, con los dedos entrelazados a los de él, que tenía el brazo bajo su cuello. Notaba la cara de él pegada a su nuca. Su mano izquierda sobre la de él, que a su vez descansaba sobre el abdomen de ella, apretándola contra su pecho, y agarrándola con sus piernas entrelazándolas a las de ella. No se movió… ¿estaría despierto? Una oleada de calor la invadió, su corazón se aceleró, sentía los latidos en sus oídos. Después de cuatro años, ella estaba completamente desnuda junto a él, y por lo que podía sentir en su espalda, él estaba en la misma situación. Sentía sus mejillas hervir por ese repentino brote de vergüenza que sabía que debía superar.

Vinieron a su mente las horas previas, no había de qué avergonzarse, todo estaba visto, acariciado, besado, y todo su cuerpo había obedecido a esas miradas, a esas caricias, a esos besos, y no respondieron precisamente con vergüenza, Castle había sido mejor aún de lo que había llegado a imaginar leyendo aquellas escenas subiditas de tono de sus libros, viendo su comportamiento, analizando sus relaciones anteriores… Él había superado sus expectativas, no solo por el tiempo que se dedicó a ella, o por su experiencia, que se notaba era amplia, ni por su tamaño, inesperado pero que encajaba a la perfección con ella, si no por lo más importante: se amaban. Ella había estado con otros hombres que también la habían llevado al límite en la cama, pero jamás había sentido por nadie lo que sentía por él. Había sido la mejor sesión de sexo que había tenido en su vida. Hace unas horas, y después de cuatro años y mil dificultades, todo era tan fácil… tan simple… y eso la llenaba por completo, le amaba.

¿Vergüenza? … Volvió a recordarse a ella misma que estaba donde quería estar, y ese lugar eran precisamente los brazos de él, aunque ahora mismo, lo único que quisiese era librarse de ese abrazo y volar….

EL

Apenas había dormido, había pasado las cuatro últimas horas en un duermevela… su presencia le intrigaba, le aceleraba y le impedía dormir. Permanecía inmóvil, abrazándola, sintiendo ese olor tan particular, el olor por el que llevaba cuatro años locamente perdido, el olor a Kate Beckett. En las ultimas horas, y mientras ella dormía, él había rememorado sus palabras mil veces en su mente: “a ti”, “solamente podía pensar en ti” y su furiosa forma de lanzarse sobre su boca, que le pillaron desprevenido. Lo que ella no sabía es que él había luchado desde el primer segundo por no sucumbir a ese directo y duro beso, necesitaba saber que ella ni estaba bebida, ni iba a arrepentirse después de lo que hacía. Y aquellas palabras le bastaron… “solamente podía pensar en ti”.

Su brazo izquierdo se le había quedado dormido bajo el cuello de ella y empezaba a dolerle, pero daba igual, sentía sus dedos entrelazados a los suyos y eso mitigaba cualquier dolor. Miró su cuerpo, al menos la parte que la cruzada y arrugada sábana le dejaba ver, y pensó que cuando ella se despertase iba a sentirse prisionera, la abrazaba también con sus piernas, no iba a escaparse de él, ya no, jamás. Se habían mirado, acariciado y besado cada milímetro de piel, había dedicado a su cuerpo todo el tiempo del mundo, con tranquilidad, con suavidad, pero aún le preocupaba si a ella le había parecido poco, había acariciado y besado sabiamente todas las zonas que a cualquier mujer le resultaban irresistibles, recordó sonriendo de nuevo, la mirada de sorpresa de ella cuando se deshizo de sus calzoncillos, y pensó para el: “Vaya inspectora, ¿acaso pensabas que también era inmaduro en esto?”… para el aquella noche había sido reveladora y única, había estado con muchas mujeres en su vida, pero jamás había amado a ninguna como la amaba a ella, y ese detalle era la diferencia entre una noche de sexo y aquella noche. Ni siquiera con Kira de quien también había estado enamorado, había sentido la madurez de ese amor de cuatro años. Había sido la mejor sesión de sexo que había tenido en su vida. La amaba.

Que no se moviese, quería seguir allí, con ella entre sus brazos eternamente, respirando el cálido olor de su cuerpo, acariciando su piel con su piel, sintiendo el latido de su corazón.


ELLA

No podía seguir allí, fue soltando suavemente los dedos de su mano derecha, dejando la mano de el sobre la almohada, y fue deslizando poco a poco sus piernas de entre las de él, intentando liberarse de la prisión de su abrazo, pero muy lentamente, no quería que despertase, cuando se sintió libre de sus piernas, deslizó su mano izquierda sobre su cadera, sin soltar sus dedos y estremeciéndose con la forzada caricia, dejándola sobre la cadera de él y soltando sus dedos. Después se incorporó lentamente, poniendo sus pies en el suelo y dándole la espalda. Busco con la mirada su ropa. Se incorporó muy despacio y fue hacia su camiseta, no podría ponérsela, estaba mojada… la extendió sobre el respaldo de una silla y vio la camisa de Castle en el suelo, la cogió, se dio la vuelta hacia la cama y se la puso mientras observaba su sueño. Busco sin mucho éxito su ropa interior y se acercó a la cama para revisar, y si, allí estaban sus braguitas, bajo una de las rodillas de él.

Se sentó en la cama, y con calma fue rescatándolas tirando con lentitud bajo el peso de su pierna. Se giró para mirarle, “que adorable- pensó”, ni siquiera se había enterado, debía de estar muy cansado. Buscó sus vaqueros y al verlos fue a levantarse de nuevo, pero un rápido y silencioso abrazo de él por su cintura lo impidió…

- ¿No iras a marcharte así? – preguntó el susurrando en su oído
Silencio
- No puedo dejar que te vayas, no ahora, no cuando me has demostrado que pieza soy en tu vida…- le dijo de nuevo, acariciando con su aliento su nuca.
- Creo que será mucho mejor para ti dejarme marchar, Castle - le dijo casi en un susurro bajando la cabeza suavemente.
- ¿Y que vas a hacer? ¿Vas a dispararme por tratar de impedirlo Beckett? – le espetó él seriamente

Ella captó el enfado de él, y decidió no seguir con el juego, era maravilloso, no quería hacerle sufrir, no por ahora, no en ese momento, ya habría más momentos para jugar como un gato con su ratón preferido…

-No. No voy a dispararte –dijo volviendo su cara y rozando sus narices al hacerlo – pero si no me dejas ir al baño, no respondo si estropeo tus preciosas sábanas de raso – le dijo lanzándole una sonrisa y observando malévola como el relajaba sus facciones y sus ojos se estiraban, sonriendo junto a sus labios.

Eso la sorprendía día a día, Castle no sólo sonreía con su boca, su sonrisa se contagiaba a sus ojos, que se cerraban levemente, pareciendo orientales. El rozó de nuevo su nariz contra la suya, dándole un suave beso en los labios.

-Ve, no tardes por favor… no me dejes solo – le dijo con voz mimosa, captando la broma e intentando relajar su acelerado y asustado corazón.

Ella se levanto caminando hacia el baño de la habitación, dándole la espalda, y cuando llegó a la puerta, se apoyó en el quicio y giró únicamente su cabeza, mirándole de medio lado y comprobando como él, descaradamente, recorria con sus ojos de arriba abajo su cuerpo.

EL
Sentia su corazón agitándose aún por el susto. Cuando notó que ella despertaba, quiso comprobar su reacción, a sabiendas que podría dolerle lo que ella hiciese, y fingió que estaba dormido dejando que ella actuase. La vio con los ojos entrecerrados mientras buscaba su ropa, cerró los ojos cuando ella se volvió para mirarle, y casi no pudo contener una sonrisa cuando notó como tiraba de sus braguitas, hasta que las libero de su rodilla. Fue entonces, cuando ella se quedo inmóvil sentada de espaldas cuando se asustó pensando que podía querer huir de allí, y no lo pensó dos veces, se lanzó a abrazarla.

La observaba mientras iba al baño. Dios! Aún no podía creérselo, ella estaba allí, con él, vio como se paraba en la puerta y como giraba levemente su cara para mirarle, y decidió sacarla un poco de sus casillas, repasando de arriba a abajo su cuerpo, quizá era el comienzo de su pequeña venganza por la broma anterior. Puf! Su corazón seguía acelerado, lo que ya no sabría distinguir si era por el miedo, o por el brote de deseo que había provocado ella mirándole desde la puerta.

Miró el reloj de Jim Beckett sobre la mesita… eran las nueve. Era sábado, ella no tenía que ir a comisaría. No hay prisa, le encantaría volver a abrazarla durante todo el día… sin moverse, solo ellos dos, piel a piel.

De repente se acordó… Alexis!! Eran las nueve… ¿estaría ya en casa? Su niña fuera de casa toda la noche y no se había preocupado por ella. Saltó de la cama y busco sus calzoncillos, poniéndoselos rápidamente y cogiendo un pantalón de pijama y una camiseta de uno de los cajones de la cómoda, daba saltos mientras intentaba ponerse los pantalones.

Ella abrió la puerta y le vio nervioso, vistiéndose a toda prisa….

- Vaya, ahora parece ser que el que tiene prisa eres tú… ¿te ha venido la inspiración y corres a escribir?
- Alexis, no sé si ha llegado a casa, me he despistado, me moriría si le pasa algo, es la primera vez que sale toda la noche.

*************
Fin capitulo 1.
De vosotros depende si queréis que siga. Gracias por haber llegado hasta aqui.

Ohhhh que buena historia!!! Espero que la sigas

Siguee Has empezado excelentee!

Bienvenida :DD

Continualo pronto, que muero por leer el siguiente

Sigue!!!! y bienvenida XD

muy buen comienzo genial

no puedo esperar a leer más

por favor continua

Realmente te felicito que maravilla de historia

mas te vale seguirlooo

Anver Bienvenida!

esta muy chevere tu FIC,

Continua pronto

CAPITULO 2.

Ella levantó las cejas asombrada.

- Alexis es más responsable que tú. Si no está en su cama desde hace horas, estará …

Paró de golpe, dándose cuenta que no estaban manteniendo una conversación diaria en el trabajo, ella estaba en “su” casa, y hablando de “su” hija, que posiblemente habría llegado y les habría visto.

- ¿Estará? ¿Dónde? ¿A dónde vais las chicas si no volveis a casa a una hora normal? Espera! No! mejor no me lo digas, no quiero saberlo. Oh! Alexis…
- Castle por Dios!!
- ¿Y mi móvil? Arghh… lo dejé en mi despacho, ¿y si me ha llamado y no la he oído?
- Castle
- Voy a por el móvil
- Castle
Salió a su despacho y busco el móvil, ella le siguió. Comprobó que no tenía ninguna llamada
- No hay llamadas ¿ves? – dijo con una risilla nerviosa- debería vestirme coger el coche y salir a buscarla ¿verdad?
- Castle –volvió a llamarle relajadamente, con objeto que se contagiase de su calma
- ¿Qué?
- ¿A que hora te dijo que volvería?
- Bueno, no confirmamos nada, cuando el resto de su clase volviese. Le dije que no me preocuparía hasta el medio dia.
- ¿Y no crees que estará en su habitación durmiendo?
- Eso es!! – dijo triunfante- ¿ves? Por eso eres inspectora. Voy a subir a comprobarlo- dijo dándole un beso a modo de recompensa por haber salvado su arruinado mundo
- Castle
- ¿Qué? ¿no debería? – sus ojos se abrieron como platos- Nooo, ¿crees que estará acompañada? Oh Alexis…
- Castle no seas bobo!, no es eso lo que quiero decir… ¿Nos habrá visto?
- Me basta con que esté en su habitación, si nos ha visto será buena señal, será que ha vuelto y esta bien.
- Castle!! No eres capaz de pararte y pensar un momento! Claro que estará en su habitación! Pero me preocupa como puede estar si nos ha visto.

Cerró la boca apretando sus mandíbulas. Tenía una hija estupenda y delante de él estaba la mujer más maravillosa que había conocido nunca. No podría salir mal. Él sabía que se caian bien. Alexis se había mostrado algo antipática con ella en algunas ocasiones, pero él lo achacaba al afán protector de Alexis hacía él. Recordó su conversación cuando hace unos meses ella había oído a Martha hablar de Kate con él.

Le había contado lo mal que lo paso el día que él y Martha habían sido retenidos en el interior del banco mientras lo asaltaban, y le había confesado llorando que contestó muy mal a Kate, casi culpándola de la situación, cuando en realidad, ellos habían ido al banco como cualquier otro cliente. Él no había hablado del asunto con Kate, no le dio más importancia. Alexis estaba aterrada, era normal, su familia estaba en peligro y además él lo único que quería recordar de aquella jornada en el banco, era la larga y sincera sonrisa que Kate le había regalado después de la explosión.

Alexis quería a Kate, pero quería más a su padre. Solo era eso. No había más por lo que preocuparse.

- Voy a subir a su cuarto para comprobar si ha vuelto – su tono era serio y sosegado

Se dirigió a la sala y comenzó a subir por la escalera, confiando que su niña estuviese dormida, sana y salva en casa, y que si les había visto, se alegraría por ambos. Era su niña. Y se iba a ir a la Universidad, “todo finalmente termina” recordó sonriendo, porque sabía que ella se alegraría porque “finalmente el acoso y derribo por parte de él a la inspectora Beckett había acabado como debía”.
Iba absorto en sus pensamientos, todo saldría bien, pero… y si no era así… paró de golpe en el pasillo y ella chocó contra su espalda.

- Uch! Castle ¿porque te paras asi?
- ¿Qué haces aquí? Pensé que te habias quedado abajo
- ¿Y perderme el espectáculo si Alexis no esta? O mejor aún ¿perderme tu cara si la pillas acompañada?
- No lo digas ni en broma

Kate le miró en silencio y cogió su mano

- Rick, tanto si no ha llegado aún, como si esta en la cama, triste o alegre porque nos haya pillado, esta vez quiero estar a tu lado. No tengo ni idea de lo que pueda pasar por su mente, sólo sé que no paro de pensar en ti, y quiero estar contigo y me gustaría que fuese con su aprobación.

Castle no dijo nada. Se limitó a acercarse a ella y darle un beso en la frente mientras sus cercanos cuerpos se estremecían, cada uno a su manera, pensando que esto era otro muro que superar, pero a diferencia de antes, este sólo podía saltarse de la mano.

- Vamos- dijo reanudando el camino sin soltar su mano, su habitación es la de la izquierda. Me alegra que no hayas traido la pistola, si estuviese acompañada, no dudaría en quitártela y pegar un tiro a alguien.

- Castle!

Avanzaron hasta la puerta de la habitación. Estaba cerrada. Castle llevó su mano hasta el picaporte y miró a Kate, buscando reconfortarse antes de abrir, le daba miedo que no hubiese llegado, o que estuviese llorando por haberles visto.

**** UNA HORA ANTES ****
Alexis entraba en casa y se descalzaba. Eran las siete de la mañana. Jamás había vuelto tan tarde a casa, ni siquiera cuando iba a las fiestas de presentación con su padre. Y lo bien que lo había pasado esa noche. Ella y su amiga Courtney habían conocido a dos chicos guapísimos, y habían pasado más de tres horas hablando con ellos, eran un encanto, hasta se habían ofrecido a acompañarlas a casa en su coche!! Courtney dijo que no, tenía sus razones y Alexis aunque desencantada, aceptó de buen grado la explicación de su amiga. Era su pepito grillo cuando le fallaba la razón. Courtney le había tomado del brazo y le había dicho al oído que no iba a montar en el coche de dos completos desconocidos por muy atentos y guapos que fuesen. Y los chicos lo entendieron, intercambiaron sus teléfonos y quedaron para llamarse e ir al cine esa tarde… Era todo tan maravilloso….

De pronto se acordó de su padre y la sonrisa desapareció de su cara. Ayer estaba distante, triste. No fue a la comisaría en todo el día. Algo le pasaba con Beckett. El último mes había notado un cambio, altibajos, algo pasaba. Ella no se atrevía a preguntar. Desde aquel día que le preguntó si le hacía feliz acompañarla a todas partes y él le confesó que si, que era suficiente, no se atrevía a decirle nada más, no quería que se pusiese triste al verla preocupada. Alexis temía que en algún momento Beckett le partiría el corazón, y su padre no estaba preparado para eso.

Él no estaba en el salón, ella esperaba que estuviese durmiendo en el sofá, esperando su llegada. Mejor así, pero le extrañaba.
En el salón no había estado, se veía todo impecable. Quizá se había vuelto a quedar dormido en su despacho encima del portátil. Entró en su despacho, y él no estaba. ¿estaría en la cama? ¿habría decidido irse a dormir como un padre bueno? Vio su móvil sobre la mesa… “Que raro, yo fuera de casa y papá deja su móvil…” por un momento se asustó, y si le había pasado algo a su padre…
Abrió sin hacer ningún ruido la puerta de la habitación de su padre.

Increible.

Él estaba allí, durmiendo plácidamente, abrazado a …¿Beckett?, ¿era ella? Entró en la habitación, tenía que ser ella, se acercó más a la cama… si, sin duda era ella.

Le dio un vuelco el corazón. Vio como su padre la tenía abrazada, como si le fuese la vida en ella, estaba aferrado con todo su cuerpo.

Volvió sobre sus pasos y cerró la puerta con cuidado, tenía que meterse en la cama, ya pensaría mañana, ahora estaba cansada.
************

Castle la miró y apretó su mano, sintiendo el tierno contacto de la suya. Abrió sin hacer ruido la puerta, Kate se esperaba que hiciese algún tipo de sonido, pero luego se le imagino haciendo eso cada noche, sin que Alexis se enterase, simplemente para verla dormir y quedarse tranquilo.

Alexis estaba en la cama, las persianas estaban medio bajadas, y el sol de la mañana, aunque no directo, entraba en la habitación.

- Mi niña – dijo Castle bajito y sonriendo – y esta s o l a – recalcando la palabra mientras miraba a Kate – o ¿Qué te pensabas detective?
- ¿Yo? – contestó susurrando ella – Yo no pensaba nada, fuiste tu solito quien imaginó una orgia romana en esta habitación
- Oh! Kate, no intentes ahora cambiarlo, tu me dijiste que podría estar…. Ya sabes, los polis siempre pensáis mal de la gente- susurraba Castle.
- ¿Qué? Yo no te dije nada, tu incansable imaginación de escritor- Kate bajaba más el tono de la voz.
- ¿Quereis dejarlo ya por favor? – zanjó Alexis con voz normal- No se si os habéis dado cuenta, pero intento dormir….
Castle miró a Kate, miró a su hija, y volvió a mirar a Kate perplejo. Desde luego, esta si que era una pillada en toda regla. Y en toda su salsa. Él en pijama, ella con su camisa, cogidos de la mano, discutiendo y frente a la puerta de su habitación…
- Alexis- comenzó Castle- quería saber si estabas bien, ¿has llegado muy tarde?, estoo, bueno te parecerá raro ver aquí a Kate, yoooo, bueno, yo quiero
- Papa basta – cortó Alexis
- Alexis, ¿lo has pasado bien hija? – dijo para salir del trago – yo quiero explicarte…
- Papa, vale ya. Venir aquí los dos, quiero un abrazo.
Castle miró a Kate, que contenía una risa. Estaba claro que entre las dos podrían volverle loco, era tan sencillo engañarle.
- Alexis cariño..
- Papá, llegue hace una hora y fui a tu habitación, no me expliques nada, en todo caso que me explique Kate como podía respirar contigo abrazándola así
Se acercaron a la cama y Alexis se puso de rodillas y les abrazó. Castle abrazó a su hija, a Kate le costó reaccionar, pero sucumbió al notar que todo era más fácil de lo que había pensado.
- Me alegra mucho que estes aquí Kate- le dijo una sonriente Alexis.
- Gracias, yo también me alegro – dijo mirando a los ojos de Castle y sonriendo.
- Y ahora, si no os importa, quiero dormir un poco, esta tarde Courtney y yo hemos quedado con dos chicos guapísimos y tengo que descansar
- Alexis!! – dijo Castle – quiero sus nombres, sus direcciones y…
- Castle!! Vale ya
- Papa!!
- Esta bien, esta bien – claudicó él- ya lo hablaremos en la comida.
- Papa?
- Que?
- No pienso ir a ese restaurante en el que has reservado, y creo que Kate estará de acuerdo conmigo, prefiero que nos lleves a cualquier otro sitio, pero no a ese francés tan pijo, me siento observada cada segundo que paso allí.
- Alexis, pero si es el mejor de Nueva York!!
- Ya, pero a mi no me gusta, y debería ser yo quien eligiese, es mi graduación, no la tuya. Dile algo Kate, seguro que a ti tampoco te gusta.
- Bueno, yo… - contestó Kate – no tengo porque opinar sobre donde vais a ir a comer vosotros dos
- ¿Qué? – dijeron padre e hija a la vez – Iremos los tres!! – volvieron a repetir a la vez.
- Esta bien – contestó Kate encantada – iré donde queráis.
- Pues de momento, creo que deberíais iros de nuevo a la cama y dejarme dormir.
- Alexis!! – dijo Castle
- Papa, te recuerdo que te he visto. Ir a la cama, ve a dormir, a asfixiar a Kate, o a hacer lo que queráis juntos, pero por favor, NECESITO DORMIR!!

Salieron de la habitación, sus manos seguían juntas. Ambos sonreían, había sido más sencillo de lo que esperaban, sencillo y hasta cómico.

Bajaron en silencio, sin soltarse, Castle le preguntó si quería desayunar, y ella le contestó negando con la cabeza, y guiándolo hacia la habitación le dijo:

- Hoy tengo hambre de abrazos escritor, ¿Podrás satisfacerme?

El no dijo nada, se limitó a tomarla en brazos y entrar en su habitación.

***************
Fin capitulo 2

Anver te quedo muy gracioso y super bueno este capítulo

Me reí mucho con la "poca" imaginación de Rick y la discusión en la entrada de la habitación de Alexis,

Muchas gracias por tu FIC! Continualo pronto

Excelente hahaha algo asi deberia pasar en la serie hahaha
haz continuado muy bien...

me encanta

demasiado buenos estos capitulos!!! sigue porfavorrr!!!

Me gustaron mucho estos dos capítulos! Espero que lo sigas =)

me gustaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa sigue pinta bueno

me gusto mucho, Castle teniendo ideas locas sobre su hija jajajaja

siguelo

kiero mas capiiiss!!! siguee

Buenísimo Síguelo !!

Gracias!

Esta noche intentaré subir más.

alucinante continua pronto

Me encanta es como romántico-cómico, fabuloso espero que lo continues prontito!

Me he leido los dos capítulos de seguido y me han encantado los dos. El primero muy romántico y el segundo muy divertido.

Espero pronto la continuación

Estupendo comienzo. Gracias por hacer una gran historia de esos pequeños momentos, de los que con toda seguridad, nos van a privar en la serie.

Ayer por recomendación de mi amiga Jor, me leí tu fic y me gusto...
Espero la continuación hoy

CAPITULO 3. SÁBADO.

Despertó de lo que pensaba había sido un largo sueño. Ella, a su lado, respiraba con cadencia, la abrazó más fuerte. Miró el reloj de la mesilla por encima de la cabeza de ella, las 12:15. Pues no era tan tarde, les daba tiempo a ir a comer a una hora normal. Decidió despertarla. Quizá ella quisiera volver a su casa a cambiarse de ropa antes de ir a comer.

Estaban casi en la misma postura que cuando despertaron por la mañana. Empezó a besar suavemente su nuca, atrayéndola más aún si podía con sus brazos hacía el. Ella murmuró una palabra ininteligible y él se acercó a su oído:

- Venga dormilona – le susurro – tenemos que movernos, recuerda que comeremos con Alexis.
- Mmmmemmm – dijo ella, rodando sobre su espalda y poniéndose frente a él – hora es?
- Son las doce y cuarto – dijo él en su boca besándola
- Quiero ir a casa, darme una ducha y ponerme ropa distinta- le dijo ella soltándose de sus labios
- Puedes ducharte aquí si quieres – y viendo como ella levantaba levemente sus cejas y entrecerraba los ojos le aclaró- No. Noooo voy a intentar meterme contigo en la duchaaaa, de verdad, hoy no. Otro día y ¿sabes? creo que serás tú quien no puedas evitarlo y te cueles mientras me ducho yo – le dijo con un tono más bajo y ella sonrió
- ¿Cómo puedes estar tan seguro? – le contestó rozando sus labios
- Porque soy irresistible –contestó rápidamente.
- Vaya… - dijo ella volviendo a rozar sus labios – entonces cuando llegue ese día, acuérdate de mi y no pongas el agua muy caliente
- ¿Te encargarás tú de calentarla inspectora? – le dijo susurrando y entrecerrando los ojos…
- Creo que no escritor – le dijo tirando de la sábana, dejándole desnudo sobre la cama y enrollándose con ella mientras se levantaba de la cama – lo digo por tu piel, con la larga espera y el agua caliente te arrugarás como una pasita y tus fans no querrán que un viejo verde les firme sobre el pecho, sigue soñando Castle!!
- Y eso te encantaría ¿eh? – dijo saltando de la cama, abrazándola por la cintura y besándola en la boca
- Confieso que si, pero solo por ver tu ego arrastrado y suplicando por el suelo. – se deshizo de su abrazo – Tengo que ir a casa
- ¿Te llevo? Espera que me duche, te acerco y luego volvemos por Alexis.
- No. Cogeré un taxi, será más rápido. Tú arréglate, espera a Alexis y luego me vais a buscar. Y ahora date la vuelta que tengo que vestirme
De nuevo esa vergüenza… debía superarla, pero no lo lograba, sus mejillas volvían a arder.
- No. No pienso darme la vuelta.
- Castle!
- Vamos Kate, tengo memorizado tu cuerpo.
- Pues entonces, no necesitas mirar más. Recurre a tu memoria.
- No puedo contigo! – se dio media vuelta y se encaminó al baño – me voy a duchar.

Ella le miró alejarse, no pudo evitar fijarse en su trasero, que no estaba nada, pero que nada mal, y de nuevo volvió a notar el calor en su cara.

Cuando él cerró la puerta tras de si, ella cogió su ropa y comenzó a vestirse, los bajos del vaquero y los hombros y las mangas de la camiseta aún estaban húmedos, el vaquero era pasable, pero no podía ponerse la camiseta.

Abrió la puerta del baño y oyó como el agua corría en la ducha:

- Vaya inspectora, si que has tardado mucho en querer colarte en mi ducha – le dijo el asomando la cabeza tras la puerta acristalada de la ducha.
- No seas bobo. Mi camiseta esta mojada, ¿puedes dejarme algo tuyo?
- Oh! Que decepción, pero ya caerás inspectora. Busca en el armario. Coge lo que quieras- le dijo volviendo a su ducha.

Ella negó con la cabeza “no tenia remedio” pensó. Abrió el armario y se sorprendió por la cantidad de ropa perfectamente colocada que había dentro, y ese aroma. Era el olor de Richard Castle. Lo había notado en mil ocasiones flotando a su alrededor, y a veces, cuando sus cuerpos se habían rozado en el día a día de la comisaria el aroma era más intenso.

Camisas, chaquetas, abrigos, pantalones…. Quizá en algún cajón podría haber alguna camiseta…. En el segundo encontró lo que buscaba, una camiseta gris de canalé abotonada en el cuello. Se la puso, le quedaba algo grande y tuvo que doblar las mangas, busco su cazadora, también mojada pero no se la pondría y pasó de nuevo al baño.

- Castle, me voy ya. Llámame cuando salgáis de casa y os esperaré en la calle.
- Espera! – dijo asomando de nuevo la cabeza tras la puerta de cristal - ¿mi beso de despedida? – y puso sus morritos de niño bueno
- ¿No vas a sobrevivir sin el?
- ¿Tu crees que podría? Llegas a mi casa, te aprovechas de mi cuerpo, te apoderas de mi sueño y me drogas con tus besos y ahora vas y ¿me niegas un besito de despedida?, venga Kate, necesito mi dosis!!
- Esta bien – dijo acercándose a él divertida por todo lo que le había dicho en aquella frase – pero me voy ya, no intentes nada.

Él la dio un beso muy suave y rápido en sus labios y volvió veloz bajo la ducha, como si nada.

Ella se quedó allí, de pie, mirándole aturdida. ¿Sólo ese aprendiz de beso? Puso su mano en la puerta de cristal y cuando fue a abrirla y meterse bajo la ducha junto a él, cambió de opinión y salió del baño, sacudiendo la cabeza, como si así pudiese zafarse de aquel pensamiento.

Él sonrió y dijo en voz baja:

- Te ha faltado poco… la próxima vez no podrás resistirlo, pienso jugar contigo preciosa.

Bajó a la calle y no tardó en encontrar un taxi. Le dio su dirección al taxista y se hundió en el asiento, una amplia sonrisa se dibujaba en su cara, sus ojos miraban el techo del taxi. La ciudad no existía, los ruidos se habían apagado, sólo oía el sonido de los besos de Castle sobre su cuerpo. Había bajado tanto la guardia que fue incapaz de cerciorarse que una berlina gris salió de su aparcamiento junto al Loft de Castle justo en el momento que ella había detenido el taxi, y les seguía de cerca.

Notó una vibración en el bolsillo de su cazadora. Era su móvil. Se había olvidado de él desde ayer. Presiono la tecla del menú y comprobó que tenia medio centenar de llamadas perdidas y más de veinte mensajes, todos de las mismas personas, Lanie, Ryan y Esposito: su amigos, su gente, su equipo. Estaba orgullosa de ellos.

Empezó por los catorce mensajes de Lanie. Los fue leyendo deprisa. Tendría que llamarla. Se la notaba preocupada, sabía lo que había pasado, los chicos se lo habían detallado.

Ryan le pedía disculpas por haber recurrido a Gates… El bueno de Kevin. Se disculpaba erróneamente, si no hubiese sido por él, ella estaría ahora en la mesa de trabajo de Lanie.

Espósito, indignado y triste, le decía que no debía haber dimitido, que una suspensión no debía bastar para rendirse.
Un mensaje de Gates… ¿Gates?... “No voy a aceptar su dimisión, cumpla con su sanción y preséntese en mi despacho en un mes. Si ha sido valiente para saltarse las normas, séalo también para cumplir el castigo”.

No tenía ganas de pensar en ello. Rememoró a Scarlett O’Hara en “Lo que el viento se llevó” y se dijo “Hoy estoy muy cansada para pensar, ya lo pensaré mañana” hoy sólo tenía ganas de abrazar a Castle, de besarlo, de olerlo, de rozar su piel y sucumbir a sus caricias.

El móvil volvió a vibrar… mensaje de Castle: “Te estoy echando de menos. No dejo de pensar en tu sonrisa… ah y quédate con mi camiseta, parece que te queda mejor a ti que a mi”

Decidió contestar a todos, excepto a Gates, mientras el taxi iba hacia su casa.

Lanie: “No te preocupes tanto por mi. Estoy mejor de lo que puedas imaginar. Ahora no puedo hablar, voy con prisa, pero te llamaré esta tarde. Besos”

Ryan: “Kevin, te recuerdo que fue tu mano la que evitó que cayese desde la azotea. Me da igual como llegaste allí. Lo hiciste y estoy aquí gracias a ti. Un beso para ti y otro para Jenny”

Espósito: “Javi, lo sé. Tienes razón, lo pensaré. Siento mucho que por mi culpa te hayan jodido así y encima intentas animarme!!, deberías odiarme!! Gracias por ser mi sombra en esto. Un beso y dile a Lanie que estoy bien, se que estaras con ella”

Richard: “Para echarme tan pronto de menos fue un beso de despedida de lo más rácano… Yo no dejo de pensar en ti. Ah! no iba a pedirte permiso para quedarme “mi” nueva camiseta.”

Entró a su casa, preparó la ropa que iba a ponerse, ajena a la berlina gris que aparcaba cerca de su casa, y se metió en el baño. Puso el agua a la máxima temperatura que podía aguantar, su cuerpo agradecería una ducha así, los músculos la dolían y sabía que estaban cansados, pero ella se sentía pletórica y les hacía caso omiso. El agua ardiendo arrastraría el dolor, como otras tantas veces, sólo que esta vez, sólo podía llevarse el dolor físico, el mental había desaparecido horas antes…

Cuando Castle y Alexis llegaron a su edificio, ella estaba en la calle esperándoles. Le sorprendió ver a Alexis al volante y a Castle sentado en el asiento de atrás. Se subió al asiento del acompañante y les miró extrañada.

- Guau Kate, me quitas el habla. Alexis deberíamos invitarla todos los días a comer.
- Papá tiene razón, estas muy guapa Kate – le dijo la chica sonriendo
- ¿Siempre llevas chófer Castle? – le dijo ella cambiando de tema al notar de nuevo el calor de sus mejillas
- Siempre que quien conduce no se fia de mí, si –dijo algo molesto mirando a Alexis.
- No iba a dejar que nos llevase a ese restaurante tan pijo – contestó Alexis – y ya le conozco, si le dejo conducir nos llevaría hasta allí.
- Es un restaurante estupendo, se come genial.
- Vale, pues vas tu otro día, yo no quiero ir.
- Te perderás su nuevo postre de diez chocolates.
- No vas a convencerme papá.
- Diez chocolates Alexis… de diez formas diferentes, el de naranja confitada…hummmm
- No lo conseguirás.
- Luego esta la bombita de chocolate negro, rellena de dulce de leche… - dijo poniendo los ojos en blanco- cuando se derrite el chocolate en la lengua, el dulce de leche recorre todo el paladar.
- Eres como un niño.
- Me gusto mucho el blanco con toque de limón
- Papá
- Pues tu sabrás donde quieres llevarnos, no pienso darte ideas – se rindió enfurruñado.
- No me hacen falta papá. Tengo claro donde quiero comer. Y también tienen chocolate de postre.

Kate observaba divertida la escena, como quien observa un partido de tenis. Castle pasó su brazo derecho por detrás de su asiento, abrazándola y ella subió su mano para entrelazar sus dedos con los de él. Ese gesto no pasó desapercibido por los dos ocupantes de una berlina gris que les seguía desde el apartamento de Beckett.

Comieron en un pequeño y pintoresco restaurante familiar especializado en pescado. Castle se preguntaba de que le sonaba ese lugar. Cuando consultó a Alexis para saber de que conocía ese sitio, ella se limitó a contestar que había venido decenas de veces con su abuela cuando se escapaban de compras. Castle no recordaba haber venido nunca con su madre, pero ese sitio parecía anclado a algún recuerdo de su memoria que no podía descifrar.

Entre risas, Kate y Castle fueron enterándose de la noche de diversión de Alexis, de Courtney , de Michael y Robert, los guapos muchachos con los que habían quedado esa tarde para ir al cine.

Cuando el camarero les trajo el postre, Kate le preguntó a Alexis por su discurso, y Castle, sacó su cartera y le entregó a Kate un papel doblado:

- No he podido evitar copiarlo Alexis, es orgullo de padre – le dijo dándole un beso en la mejilla.
Kate lo desdobló y comenzó a leerlo para sí:

Hay una verdad universal a la que todos tenemos que enfrentarnos, queramos o no. Todo finalmente termina. Por mucho que hayamos esperado este día, nunca me han gustado los finales. El último día de verano, el capítulo final de un gran libro, la marcha de un buen amigo ... Pero los finales son inevitables. Las hojas caen, cierras el libro, dices adiós.
Hoy es uno de esos días para nosotros. Hoy decimos adiós a todo lo que nos era familiar, todo lo que nos era cómodo. Estamos avanzando. Pero sólo porque nos vamos, y eso duela ... Hay algunas personas que son tan una parte de nosotros que estarán con nosotros pase lo que pase.
Ellos son nuestra tierra firme, nuestra Estrella del Norte, y las voces de los pequeños claros en nuestros corazones que estarán con nosotros ... siempre.

Castle y Alexis la miraban…

- Vaya – dijo ella sorprendida- ¿Leias mi mente durante el discurso?

Kate se armó de valor. Tomo aire y cogió la mano de Castle sobre la mesa.

- He de confesaros algo – padre e hija se miraron y Kate apretó con fuerza la mano de Castle– ayer puse fin a mi antigua vida. He dimitido. Ya no soy policía…
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Fin capitulo 3.

Gracias por llegar hasta aqui y mil gracias por los comentarios y los ánimos para seguir escribiendo.

Que buen capítulo! Espero que no les pase nada a nignuno de los tres...

Jorja escribió:Que buen capítulo! Espero que no les pase nada a nignuno de los tres...

Opino lo mismo que mi buena amiga Jor... Muy bueno el capitulo y tambien espero que no les suceda nada a la nueva familia Castle