Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
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CAP 4 (cortito)
Os dejo un cortito capitulo cuatro... no sé si podré seguir hoy
CAPITULO 4. EL POSTRE
Ella sonrió, y les miro a los ojos alternativamente. Se sorprendió ante aquella mirada idéntica, se había fijado antes que sus ojos eran iguales, pero nunca se había parado a comprobar que compartían gestos y parte de personalidad. Vio en sus miradas que se habían quedado impactados. Mudos, pero interrogantes.
Sintió que Castle entrelazaba sus dedos, apretándola con fuerza. Alexis puso una mano sobre su hombro:
- Kate ¿estas segura? – preguntó la joven – Me alegro porque te alejas, y a papá contigo, de los peligros de Nueva York, pero ¿es eso lo que quieres?
- Alexis – dijo tiernamente Castle sin retirar sus ojos de los de Kate – no vamos a agobiar a Kate cariño.
Alexis asintió con la cabeza en silencio, y volvió a su postre de chocolate.
Castle mantuvo su mirada en Kate, y ella notó como su expresión cambio de sorpresa a tristeza, de tristeza a preocupación. Él bajo un segundo la mirada hacia sus manos entrelazadas:
- Luego hablaremos sobre ello Kate, quizá ahora ambos necesitamos digerir un poco todo esto, y creo que nuestras mentes no están todo lo relajadas que deberían para hacerlo.
Ella asintió, sabía que tenía que contarle todo. Ayer no quiso esperar más, le necesitaba. Se sintió satisfecha, Richard estaba actuando mejor de lo que ella podía esperar, en las últimas horas había notado como él se amoldaba y la guiaba, la acompañaba y anticipaba en cada momento justo, y ahora además, parecía entender su mundo sin pedir explicaciones. Comprendió que le sorprendiese su decisión, entendió la tristeza de su mirada al imaginar por lo que ella estaba pasando al abandonar su mundo, y asimiló que su preocupación era por ella, sólo por ella y lo que podría pasarle ahora lejos de lo que hasta ahora era toda su vida.
Una sonrisa de medio lado apareció en el rostro de Kate, ¿Cómo no se había dado cuenta antes?, él había sido siempre así con ella, no solo en las últimas horas: se amoldaba a su vida, la guiaba en silencio, la acompañaba como un fiel amigo y se anticipaba a todos sus deseos y pensamientos. Las palabras que él le dijo dos días antes en su casa le saltaron a la mente: “Durante cuatro años he estado aquí, esperando que abrieses tus ojos y vieras que estaba justo aquí”….”Y te quiero Kate”
- Rick…
Castle la miró interrogante, no le nombraba por su nombre de pila, algo pasaba. Alexis levantó su mirada sorprendida por lo mismo y vio como ambos mantenían por segundos sus ojos en los del otro, como si el mundo a su alrededor no existiese, y tan solo existiera esa línea imaginaria que les ataba entre sus ojos y que la joven casi podía ver.
- Rick, te quiero – le soltó Kate inesperadamente y él sintió que estaba en un tiovivo, que todo giraba a su alrededor, todo excepto los ojos de Kate.
Alexis abrió sus ojos como platos dejando caer la cuchara sobre el postre, y empezó a sonreir cuando vio a su padre, acercarse a Kate como un autómata poseído y a Kate hacer lo mismo, fundiéndose en un lento y dulce beso. Ella acarició con dos dedos su mandíbula, parando después lentamente el beso y mostrándole una amplia sonrisa y separándose sin dejar de mirarse. Él se perdió en su olor, el olor a Kate Beckett, que se había hecho más intenso desde que la recogieron en su casa.
- Guau Kate – dijo una feliz pelirroja – acabas de liberarme por completo. Ahora si que puedo irme a la universidad sin tener que preocuparme por como encontraré a mi padre cuando vuelva – y retomó su postre con devoción.
- Lo siento Alexis – dijo Castle sin apartar sus ojos de Kate – pero nada va a impedir tu obligación de llamarme al menos cuatro veces al día.
- Bueno, viendo lo que veo, quizá quieras negociar y rebajar ese número por si te pillo “ocupado”
- Alexis!! – dijeron Rick y Kate al unísono – eso ni lo sueñes!! – y ambos se rieron por la complicidad al decirlo.
Mantuvieron su conexión visual durante varios segundos más, hasta que Kate comprendió que por mucho que le gustase ese momento, no estaban solos. Ya tendrían tiempo de seguirlo.
Rick, reaccionó cuando ella apartó la mirada. No pensaba borrar de su mente aquel momento, estaba guardándolo en uno de sus archivos mentales blindados, en la carpeta titulada “Lo mejor de mi vida”, junto a la imagen de un bebé pelirrojo recién nacido, a la sonrisa orgullosa de Martha el día de su dieciochoavo cumpleaños, muy cerca de la portada que el New York Times le dedicó cuando su primer Best Seller batió imprevisible un record de ventas mensuales y junto a una desconocida Kate Beckett de corta melena susurrando en su oído “no te haces una idea”…
Salieron riendo del restaurante. Alexis le dio las llaves del coche a su padre. Pero él negó con la cabeza.
- Lo siento, tú conduces. Eso te pasa por habérmelas quitado antes. Y tienes que aparcar en 10 segundos. Pienso cronometrarlos.
- Pero bueno!! – dijo Kate picándole – ¿Te haces mayor y por fin aceptas lo mal que conduces?
- Todo lo contrario!! – dijo mirándola y arqueando una de sus cejas divertido, y acercándose para que solo ella le oyese le susurro al oido – me siento más joven y creo que mis manos estarán mejor en otro sitio que no sea el volante…
Ella giro levemente sus ojos, como tantas y tantas veces él la había visto hacer cuando se metia con ella, y esta vez, tal y como había imaginado en todas aquellas ocasiones y que jamás atrevió a hacer, la rodeó la cintura con su brazo y la besó en la mejilla.
- Bueno, pues quien conduce pone su música y sin quejas – dijo la joven.
- Uffs… lo había olvidado – contestó él fingiendo estar molesto, hoy le daba igual que música sonase, él tenía su propia banda sonora.
Alexis subió al asiento del conductor y espero a que ellos entrasen, buscando en su bolso el pequeño pendrive con la última música que había pasado de su Iphone para poderla escuchar en el equipo del coche. Kate se acomodó como antes, en el asiento del acompañante y Richard detrás, y esta vez no espero a que arrancasen para rodear con su brazo derecho a Kate y buscar su mano aferrándose a ella.
Alexis conectó el audio del coche, y empezó a sonar bajito “Whithout you” de David Guetta.
- ¿Puedes subirla un poco Alexis? – preguntó Kate – me gusta esta canción
- ¿A que si? – anoche la pusieron mil veces
I can't win, I can't reign (No puedo ganar, no puedo reinar
I will never win this game nunca podré ganar este juego
Without you, without you sin ti, sin ti
I am lost, I am vain Estoy perdido, soy inútil
I will never be the same nunca podre ser el mismo
Without you, without you sin ti, sin ti
I won't run, I won't fly No puedo correr, no puedo volar
I will never make it back Nunca lo hare de nuevo
Without you, without you sin ti, sin ti
I can't rest, I can't fight No puedo descansar, no puedo luchar
All I need is you and I Todo lo que necesito es a ti y a mi
Without you Sin ti)
- Kate – le dijo él acercándose a su oído y ella se volvió un poco para mirarle - ¿recuerdas cuando me dijiste que se sabia cuando se estaba enamorado porque se entendían las canciones? - lo dijo muy bajito, dandole a entender que no queria que le oyese Alexis.
- Si, lo preguntaste por ella no? – y la miró suponiendo que él pensaba que su hija había encontrado un nuevo amor anoche.
- Si, entonces si, pero hoy… Soy yo quien esta entendiendo la canción….
Kate se inclinó hacía atrás y le besó.
Un utilitario negro había ocupado el lugar de la berlina gris, y les seguía de cerca. Pero ellos seguían hablando y riendo, sin percatarse que les observaban.
*************
Fin capitulo 4.
Mil gracias!!!!
CAPITULO 4. EL POSTRE
Ella sonrió, y les miro a los ojos alternativamente. Se sorprendió ante aquella mirada idéntica, se había fijado antes que sus ojos eran iguales, pero nunca se había parado a comprobar que compartían gestos y parte de personalidad. Vio en sus miradas que se habían quedado impactados. Mudos, pero interrogantes.
Sintió que Castle entrelazaba sus dedos, apretándola con fuerza. Alexis puso una mano sobre su hombro:
- Kate ¿estas segura? – preguntó la joven – Me alegro porque te alejas, y a papá contigo, de los peligros de Nueva York, pero ¿es eso lo que quieres?
- Alexis – dijo tiernamente Castle sin retirar sus ojos de los de Kate – no vamos a agobiar a Kate cariño.
Alexis asintió con la cabeza en silencio, y volvió a su postre de chocolate.
Castle mantuvo su mirada en Kate, y ella notó como su expresión cambio de sorpresa a tristeza, de tristeza a preocupación. Él bajo un segundo la mirada hacia sus manos entrelazadas:
- Luego hablaremos sobre ello Kate, quizá ahora ambos necesitamos digerir un poco todo esto, y creo que nuestras mentes no están todo lo relajadas que deberían para hacerlo.
Ella asintió, sabía que tenía que contarle todo. Ayer no quiso esperar más, le necesitaba. Se sintió satisfecha, Richard estaba actuando mejor de lo que ella podía esperar, en las últimas horas había notado como él se amoldaba y la guiaba, la acompañaba y anticipaba en cada momento justo, y ahora además, parecía entender su mundo sin pedir explicaciones. Comprendió que le sorprendiese su decisión, entendió la tristeza de su mirada al imaginar por lo que ella estaba pasando al abandonar su mundo, y asimiló que su preocupación era por ella, sólo por ella y lo que podría pasarle ahora lejos de lo que hasta ahora era toda su vida.
Una sonrisa de medio lado apareció en el rostro de Kate, ¿Cómo no se había dado cuenta antes?, él había sido siempre así con ella, no solo en las últimas horas: se amoldaba a su vida, la guiaba en silencio, la acompañaba como un fiel amigo y se anticipaba a todos sus deseos y pensamientos. Las palabras que él le dijo dos días antes en su casa le saltaron a la mente: “Durante cuatro años he estado aquí, esperando que abrieses tus ojos y vieras que estaba justo aquí”….”Y te quiero Kate”
- Rick…
Castle la miró interrogante, no le nombraba por su nombre de pila, algo pasaba. Alexis levantó su mirada sorprendida por lo mismo y vio como ambos mantenían por segundos sus ojos en los del otro, como si el mundo a su alrededor no existiese, y tan solo existiera esa línea imaginaria que les ataba entre sus ojos y que la joven casi podía ver.
- Rick, te quiero – le soltó Kate inesperadamente y él sintió que estaba en un tiovivo, que todo giraba a su alrededor, todo excepto los ojos de Kate.
Alexis abrió sus ojos como platos dejando caer la cuchara sobre el postre, y empezó a sonreir cuando vio a su padre, acercarse a Kate como un autómata poseído y a Kate hacer lo mismo, fundiéndose en un lento y dulce beso. Ella acarició con dos dedos su mandíbula, parando después lentamente el beso y mostrándole una amplia sonrisa y separándose sin dejar de mirarse. Él se perdió en su olor, el olor a Kate Beckett, que se había hecho más intenso desde que la recogieron en su casa.
- Guau Kate – dijo una feliz pelirroja – acabas de liberarme por completo. Ahora si que puedo irme a la universidad sin tener que preocuparme por como encontraré a mi padre cuando vuelva – y retomó su postre con devoción.
- Lo siento Alexis – dijo Castle sin apartar sus ojos de Kate – pero nada va a impedir tu obligación de llamarme al menos cuatro veces al día.
- Bueno, viendo lo que veo, quizá quieras negociar y rebajar ese número por si te pillo “ocupado”
- Alexis!! – dijeron Rick y Kate al unísono – eso ni lo sueñes!! – y ambos se rieron por la complicidad al decirlo.
Mantuvieron su conexión visual durante varios segundos más, hasta que Kate comprendió que por mucho que le gustase ese momento, no estaban solos. Ya tendrían tiempo de seguirlo.
Rick, reaccionó cuando ella apartó la mirada. No pensaba borrar de su mente aquel momento, estaba guardándolo en uno de sus archivos mentales blindados, en la carpeta titulada “Lo mejor de mi vida”, junto a la imagen de un bebé pelirrojo recién nacido, a la sonrisa orgullosa de Martha el día de su dieciochoavo cumpleaños, muy cerca de la portada que el New York Times le dedicó cuando su primer Best Seller batió imprevisible un record de ventas mensuales y junto a una desconocida Kate Beckett de corta melena susurrando en su oído “no te haces una idea”…
Salieron riendo del restaurante. Alexis le dio las llaves del coche a su padre. Pero él negó con la cabeza.
- Lo siento, tú conduces. Eso te pasa por habérmelas quitado antes. Y tienes que aparcar en 10 segundos. Pienso cronometrarlos.
- Pero bueno!! – dijo Kate picándole – ¿Te haces mayor y por fin aceptas lo mal que conduces?
- Todo lo contrario!! – dijo mirándola y arqueando una de sus cejas divertido, y acercándose para que solo ella le oyese le susurro al oido – me siento más joven y creo que mis manos estarán mejor en otro sitio que no sea el volante…
Ella giro levemente sus ojos, como tantas y tantas veces él la había visto hacer cuando se metia con ella, y esta vez, tal y como había imaginado en todas aquellas ocasiones y que jamás atrevió a hacer, la rodeó la cintura con su brazo y la besó en la mejilla.
- Bueno, pues quien conduce pone su música y sin quejas – dijo la joven.
- Uffs… lo había olvidado – contestó él fingiendo estar molesto, hoy le daba igual que música sonase, él tenía su propia banda sonora.
Alexis subió al asiento del conductor y espero a que ellos entrasen, buscando en su bolso el pequeño pendrive con la última música que había pasado de su Iphone para poderla escuchar en el equipo del coche. Kate se acomodó como antes, en el asiento del acompañante y Richard detrás, y esta vez no espero a que arrancasen para rodear con su brazo derecho a Kate y buscar su mano aferrándose a ella.
Alexis conectó el audio del coche, y empezó a sonar bajito “Whithout you” de David Guetta.
- ¿Puedes subirla un poco Alexis? – preguntó Kate – me gusta esta canción
- ¿A que si? – anoche la pusieron mil veces
I can't win, I can't reign (No puedo ganar, no puedo reinar
I will never win this game nunca podré ganar este juego
Without you, without you sin ti, sin ti
I am lost, I am vain Estoy perdido, soy inútil
I will never be the same nunca podre ser el mismo
Without you, without you sin ti, sin ti
I won't run, I won't fly No puedo correr, no puedo volar
I will never make it back Nunca lo hare de nuevo
Without you, without you sin ti, sin ti
I can't rest, I can't fight No puedo descansar, no puedo luchar
All I need is you and I Todo lo que necesito es a ti y a mi
Without you Sin ti)
- Kate – le dijo él acercándose a su oído y ella se volvió un poco para mirarle - ¿recuerdas cuando me dijiste que se sabia cuando se estaba enamorado porque se entendían las canciones? - lo dijo muy bajito, dandole a entender que no queria que le oyese Alexis.
- Si, lo preguntaste por ella no? – y la miró suponiendo que él pensaba que su hija había encontrado un nuevo amor anoche.
- Si, entonces si, pero hoy… Soy yo quien esta entendiendo la canción….
Kate se inclinó hacía atrás y le besó.
Un utilitario negro había ocupado el lugar de la berlina gris, y les seguía de cerca. Pero ellos seguían hablando y riendo, sin percatarse que les observaban.
*************
Fin capitulo 4.
Mil gracias!!!!
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me lei los dos capitulos juntos
Te felicito, me gusta muchisimo tu historia, pero me preocupan determinadas vigilancias
Espero que sigas pronto y no dejes que les pase nada porfiii
Te felicito, me gusta muchisimo tu historia, pero me preocupan determinadas vigilancias
Espero que sigas pronto y no dejes que les pase nada porfiii
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
muy bueno el fic, pero ese coche no me gusta nada de nada, espero que no cause muchos problemas ahora q por fin estan felices
Duende- Escritor - Policia
- Mensajes : 1212
Fecha de inscripción : 01/03/2011
Edad : 36
Localización : Galicia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me he leido todos los capitulos que has escrito y me encanta este fic Espero que ahora que estan muy felices no les pase nada malo.
KBCAlways- As del póker
- Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 11/03/2012
Edad : 29
Localización : Granada
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Jajaja
Mil Gracias por vuestros comentarios. Acepto también críticas constructivas...
A mi más que la vigilancia, me preocupa la gramática y la ortografía... y los gazapos que puedo ir metiendo conforme voy relatando!
Veo vuestros comentarios y me dáis fuerzas y ánimos para seguir...
Mil Gracias por vuestros comentarios. Acepto también críticas constructivas...
A mi más que la vigilancia, me preocupa la gramática y la ortografía... y los gazapos que puedo ir metiendo conforme voy relatando!
Veo vuestros comentarios y me dáis fuerzas y ánimos para seguir...
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
preciosooooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Muy buenos estos dos ultimos capítulos, la escenita de la ducha me ha hecho reir y la declaración de Kate ma ha encantado, un poco más y Castle se atraganta jajaja
Tengo curiosidad por saber que pasará con esa vigilancia.
Continualo por favor!
Tengo curiosidad por saber que pasará con esa vigilancia.
Continualo por favor!
CAPITULO 5
Bueno, finalmente he podido revisarlo y creo que compensa el 4, que era más corto.
CAPITULO 5. HABLANDO.
Llegaron al loft de Castle, él y Kate reian mientras Alexis seguía intentando dar explicaciones inexplicables a su forma de aparcar, que lejos de los diez segundos que le había dado de plazo su padre, se habían alargado a diez minutos, obcecada en aparcar bien el coche, sin dejar que Castle o Kate que habían salido del coche para no ponerla nerviosa, lo hiciesen por ella.
- Seguir riendo- dijo mientras iba a la cocina y cogia una botellita de agua – conseguiréis traumatizarme. Cuando el vecino te pidió que le cambiases la plaza, te dije que no aceptases, es pequeña y encima entre las dos columnas pero tu te empeñas en llevar la razón, pero vale, seguir riendo..
- Alexis, no me rio de ti – le dijo Kate – lo hago porque eres más parecida a tu padre de lo que yo pensaba.
- Eh, eh!! Que yo no aparco tan mal – se defendió él yendo hacia su hija y abrazándola- cariño, ya sé que aparcas mejor de lo que lo has hecho hoy, es normal, estas cansada. Ve a descansar – le dijo mientras besaba su frente – si quieres volver a salir hoy, tienes que dormir.
- ¿Me despertaréis si a las ocho no me he levantado? – preguntó sin rastro de enfado en ella.
- Yo me encargo – le dijo Kate rápidamente
Alexis desapareció escaleras arriba, dándose prisa por que llegasen las ocho, estaba deseando volver a ver a Michael.
- Yo también creo que esa plaza es pequeña – le dijo Kate volviéndose hacía él en cuanto Alexis desapareció de su vista.
- Si – le contestó el sonriendo maliciosamente – pero es la única forma que aprenda a aparcar bien, el vecino nos devolverá la nuestra cuando aparque en 10 segundos.
- ¿Cómo puedes estar haciéndole eso?
- Es por su bien, y que no se queje, peor sería que aparcase en la calle.
- No puedo creerlo!!
- No estoy haciendo nada malo, es mi niña, no la haría ningún daño, algún día me dará las gracias.
- Creo que tu concepto de hacer “no hacer daño”, no concuerda con el resto de humanos – le dijo ella seria.
- No entiendo porque te enfadas
- No me enfado. Yo no entiendo tu forma de “enseñarla” y la verdad es que no se como lo has hecho, pero lo cierto es que tu hija es un modelo a seguir…
- Pese al padre que tiene ¿verdad? Que se dedica a ir haciendo daño… - le dijo muy seriamente, sabía que ella le reprochaba que le hubiese ocultado que actuaba con Smith a su espalda- Lo he hecho con mucho amor, Kate, me he pasado los últimos diecinueve años, desde que supe que vendría al mundo, dándole todo mi amor, estando a su lado y aunque a ti te parezca lo contrario, haciendo que este mundo sea un juego y que fuese aprendiendo directamente de mis meteduras de pata y tonterías, no de las suyas, para que no tuviese que pagar por sus errores viendo los míos. Y ella sabe como la quiero y yo se como me quiere ella a mi, en eso no hay trampas, el resto es únicamente el juego de la vida.
Kate captó que él le había devuelto la pelota. Se acercó a él. No estaba dispuesta a volver a discutir. Se acercó aún más, pegando su cuerpo y apoyando la cabeza en su pecho. Se quedaron así, inmóviles un par de minutos. Respirándose mutuamente y sabiendo que era el momento de hablar.
- ¿Hablamos? – le dijo Kate mirándole a los ojos.
- Kate, todo lo que has hecho desde que te conozco, tiene un motivo, me moleste o no tienes tus motivos y si no quieres contármelos ahora, lo respetaré aunque no lo entienda.
- ¿Nos sentamos en el sofá? Estoy algo cansada.
Se sentaron juntos, apoyados totalmente en el respaldo, ambos estaban cansados. Ella le ofreció su mano, y él se la tomó.
- Rick, yo no estaba preparada para oírte decir que me querías.
- Kate yo…- ella le interrumpió
- Déjame seguir por favor, escúchame – el asintió en silencio – Si me lo hubieses dicho trece meses antes te habría sorprendido y me habrías llevado a tu casa de los Hamptons en vez de irte con Gina. Pero ella llegó justo cuando iba a hablar contigo. Y no te culpo por ello, yo tonteaba con Demming delante de tus narices, pero sólo era para mi eso, un tonteo. Después de aquello entendí que no estabas en absoluto interesado en mi, y yo no quiero ser una más de tu lista de conquistas Rick, creo que te lo deje claro el primer día.. – él fue a hablar, y Kate le puso un dedo en sus labios silenciándole – Cuando volviste en Otoño, seguías con Gina, y yo conocí a Josh, y te juro que él me ayudó a superar lo mal que me había sentido cuando te vi marcharte con ella. Y seguramente hoy estaría con él si no me hubiesen disparado y tú me hubieses confesado que me querías. No estaba enamorada de él, pero nos sentíamos bien juntos. Para mí era suficiente, no podía atarme a nadie, no quería depender de nadie que pudiese dejarme abandonada como lo hizo mi madre cuando la mataron y no podía dejarle para meterme en tus brazos, porque no confiaba en ti Rick, tú, el play boy rico y tu nube de chicas alrededor. Pero me lo habías confesado, y ya no sabía si era porque estaba a punto de morir y lo dijiste para que yo reaccionase a la vida, y que no quedase en tu conciencia el no haber intentado hacer algo, o si lo decías porque realmente escondías tus sentimientos por miedo a que te alejase de la comisaria si me enteraba y ese momento era el más difícil que estabas viendo porque me estaba muriendo en tus brazos y no me habías dicho nunca lo que sentías. Estaba confundida. Tenía que estar segura de lo que tu realmente querías y tenía que estar segura que yo podría ser lo que tu buscabas. Me niego a ser una más de tu lista – le dijo muy despacio- pero ya no sólo por ti Rick, si no también por mi. Tenía que estar segura que no sería yo quien se apuntase la conquista. El terapeuta que me trató tras el disparo, me ayudo y hoy… estoy aquí. Se lo que quiero: te quiero a ti, y creo que después de tu espera y lo que me confesaste el otro día, tu me quieres a mi.
Castle se frotó los ojos y respiró profundamente. Ahora entendía muchas cosas.
- Kate ¿ya puedo hablar? – ella asintió y él comenzó- Kate, no me había atrevido a decírtelo, y lamento cada segundo de mi vida que dejé pasar sin hablar contigo. Pero creo que también gracias a todos nuestros miedos, hoy estamos donde estamos ¿no?, y Kate, no es que yo te quiera, es que … estoy perdidamente enamorado de ti…
Ella le sonrió y apoyo su cabeza en el hombro de él.
- Eres todo lo que quiero Rick.
- Y tu eres todo lo que yo necesito Kate.
Él cogió sus mejillas y la besó en la nariz, en los ojos, en los pómulos y en sus labios.
- Y ahora cuéntame que ocurrió ayer y porque no puedo llamarte inspectora.
- Pufs, esto si que es una larga historia.
- Resúmela
- Le encontramos, nos ganó, Gates se enteró, y nos suspendió, y le dije que se quedase con la placa. Fin.
- Vamos, vamos, si no vas a ganarte la vida como inspectora, no podré contratarte de ayudante resumiendo así de mal – besó la punta de su nariz.
- Le encontramos gracias al llavero del coche. Estaba en un hotel cerca de la comisaría. Ryan nos dijo que debíamos pedir refuerzos, pero Javi y yo no quisimos. Fuimos a por él y Ryan se quedó en comisaría para cubrirnos. Cuando llegamos al hotel nos confirmaron que él no estaba en la habitación y accedieron a abrirla, allí estaban todos los papeles que robaron en la casa de Montgomery, incluso el portátil y el álbum de fotos de la boda de Montgomery. Estábamos demasiado absortos revisando que era lo que buscaba, y no le oímos llegar, dejó KAO a Javi, y me golpeó haciendo que mi arma saliese despedida. Me recuperé como pude, Javi estaba en el suelo, y le seguí hasta la azotea. No sé como lo hizo, ese tipo es muy bueno, se esfumó en la azotea. Me relajé y me sorprendió por la espalda, salió de la nada, tres segundos antes yo le seguía y él apareció para golpearme por la espalda. Me dio una paliza, Rick, no pude con él, me trató como una marioneta, incluso me levantó del suelo por el cuello sin ningún esfuerzo. Y yo tenía tanta rabia acumulada, le dije que me diera el nombre de quien le pagaba y se rio en mi cara. Me entró tal ataque que me lancé sobre él, y esa mole me esquivó y rodé por la azotea y me quedé colgando con las dos manos. Creo que no tenía intención de matarme, porque podría haberlo hecho desde el primer momento, creo que se encontró con mi torpeza y me dejó allí colgando. No sé cuanto tiempo estuve allí. Al principió luche por subir, pero cuando miré hacia abajo y vi que no podría sobrevivir a esa caída, viniste a mi mente. Me habías dicho que no querías verme morir y ahora no estabas allí para salvarme. Te había perdido. No podía más, los dedos se me escurrían, y me solté de una mano, vi que era mi final Rick y entonces te oí, me llamaste… mi mano se soltó y me cogiste en el aire… pero no eras tú, era Ryan con refuerzos. Cuando me subieron vi a Gates mirando con cara de pocos amigos. Volvimos a comisaria y nos llamo a Javi y a mí a su despacho, fue dura, realmente es una roca, no nos dejo pronunciar ni una palabra. Nos dijo que no hacíamos honor al uniforme y que nos suspendía – paró y le miro arrugando los labios.
- Por eso tienes medio cuerpo morado ¿no? por la paliza …
- Pensé que no te habrías dado cuenta.
- Te he memorizado
- Para Rick – y sus mejillas volvieron a sonrojarse
- Y que paso después?
- Ya me daba todo igual, no me iba a servir de nada que me matasen por vengarme de mi madre, ganarían doblemente, la vida de mi madre y la mía. Y tú no estabas allí. Y ni siquiera nos habíamos dado una oportunidad. Decidí abandonar y venir a buscarte. Le dije a Gates que se guardase la placa, que dimitía – una punzada de dolor se adivinó en sus ojos.
- ¿Te arrepientes?
- ¿De venir a por ti o de entregar mi placa? – le sonrió con tristeza.
- De ambas cosas – le contestó con rapidez.
- ¿Crees que si me hubiese arrepentido de venir a buscarte estaría ahora aquí contigo? ¿Por quien me has tomado Richard Castle? O mejor dicho ¿tan irresistible te crees que eres que retienes a una mujer solo por tu físico?
- Vaya, esas son preguntas que requieren un sutil análisis… y creo que lo tengo bien analizado: me quieres y … además estoy muy bueno ¿eh? – ella le dio un leve codazo sonriendo.
- No lo sé Rick, no sé si me arrepiento. Puede que sí, tendré que pensarlo. No sé hacer otra cosa, sólo he sido policía, pero no sé si quiero seguir. Gates me ha enviado un mensaje al móvil, dice que no acepta mi dimisión y que estoy suspendida un mes.
- Anda, ven aquí, deja que te abrace – rodeo sus hombros y la atrajo hacía el- estas dudas sólo se curan con una buena sesión de
- Castle!!- interrumpió ella en voz más alta.
- Kate! pero que mal pensada eres!! Ni siquiera dejas que termine la frase! MIMOS, amor, estas dudas sólo se curan con una buena sesión de mimos… ¿tan irresistible te crees que piensas la persona que tienes a tu lado sueña con llevarte a la cama a todas horas?
- Si esa persona de mi lado se llama Richard Castle, si, creo que lo soy.
- Ohhhh vamos!! Ese ego ex-inspectora, no querrás hacer una competición con el mio ¿eh?, estoy bien entrenado.
- Calla y abrázame, bobo. Estoy agotada y si, quiero esos mimos.
- Y yo quiero que me llames siempre Rick ¿vale? Me gusta como suena en tu voz.
- Si Rick – le dijo ella divertida- te llamaré Rick, Rick… y le abrazó solicitando sus mimos.
- Espera, voy a sacar el reposapiés, y nos ponemos más cómodos. Quítate los zapatos.
- Voy a poner la alarma del móvil, le dije a Alexis que la despertaría. ¿Por qué no pones una de esas películas que me dijiste el otro día?
Castle puso la película, y ambos se tumbaron el en sofá, abrazados. Ninguno de los dos se dio cuenta de cuando se quedó dormido el otro. La película acabó y el DVD se paró y la pantalla de la televisión se quedó con nubes eléctricas de color gris.
A las siete y media de la tarde, una alterada Alexis bajó por la escalera, y les encontró allí, profundamente dormidos. Cogió una manta del armario de la entrada y se la puso por encima, apagó la televisión y el DVD. Cogió un zumo de la nevera y volvió a subir a su habitación para prepararse. Volvió su cabeza desde la escalera y sonrió. Era sorprendente, pero estaba pasando. ¡Y la abuela no lo sabía!, pero no tenía tiempo de llamarla.
Media hora después ambos se sobresaltaban con el sonido de la alarma del móvil de Kate. Eran las ocho.
- Voy a llamar a Alexis – dijo Kate sin abrir los ojos.
- No te muevas, no hace falta, quédate aquí. Ya está despierta.
Kate abrió los ojos y vio que tenían una manta por encima. Definitivamente Alexis era la adulta de esa casa. Kate se preguntó cuantas veces habría tenido que arropar a su padre. Tenía que ayudarla con ese aparcamiento, solo era cuestión de realizar dos maniobras, ella ya se había fijado cuando salieron del coche.
Se fueron desperezando poco a poco y él la propuso salir un rato, por el barrio, a andar y ya verían después si cenaban algo en cualquier sitio, o si volvían para ver la película que ambos confesaron, solo vieron empezar.
Cuando Alexis bajo, ellos estaban sentados en los taburetes de la cocina, bebiendo zumo.
- ¿Donde vais a ir? – preguntó Richard
- No lo tengo aún claro, Courtney viene a buscarme y me lo contará por el camino. Ella ha quedado con ellos pero no se aún donde, iremos al cine y luego iremos a tomar algo.
- Kate y yo vamos a salir a dar un paseo por aquí.
- ¿Te quedarás a dormir Kate? – le dijo con total naturalidad pero pillándola por sorpresa, ella no lo había pensado
- No lo sé Alexis, ¿Por qué? ¿Necesitas algo?
- Si, cariño, se quedará a dormir en casa – se apresuró a contestar Richard provocando que su hija sonriese y Kate le mirase con las cejas levantadas.
- No, nada, estaré más tranquila sabiendo que dejo al niño con una canguro responsable – le contestó y Kate comenzó a reírse
- Papá, dime hora.
- Son las nueve y cuarto cariño.
- No papá, dime a que hora quieres que vuelva.
- Ah! pues … no sé… ¿a que hora llegaste hoy? ¿las siete te parece bien?- dijo mirando a Kate para que le ayudase
- Papá, a ninguno de mis amigos le dejan llegar a esa hora..
- Y… ¿entonces? ¿a que hora crees que les dejan llegar a tus amigos?
- ¿Te parece bien las tres?
- Vale, pero como te retrases, pienso castigarte cada treinta minutos con doble de helado de postre- le dijo señalándola con el dedo índice
- ¿Quieres que le deje instrucciones a tu canguro?
- Espero que no le hagan falta – dijo mirando a Kate con los ojos entrecerrados.
- Prometo que se lavará los dientes antes de irse a dormir – y no pudo evitar volver a reírse.
- Me marcho, Courtney tiene que estar ya abajo – dio un beso a cada uno
- Promete que lo pasarás bien!! – le dijo Richard mientras salía por la puerta – ¿llevas el móvil?
- Claro papá! Si a ambas cosas!
- Me podías haber ayudado con la hora!! – le dijo a Kate cuando se cerró la puerta.
- Lo siento, no tengo ni idea de a que hora llegan hoy a casa con su edad… ¿Qué es eso de que me quedaré a dormir en tu casa?
- ¿No quieres quedarte?
- No es eso, sólo que no lo habíamos hablado y decidiste por mi
- No Kate, no decidí por ti, no quiero decidir por ti nunca más. Decidí por mí. Y yo quiero que te quedes. Pero sólo si tú también quieres hacerlo.
Ella se levantó del taburete y se acercó hasta él que seguía sentado, quedándose de pie entre sus piernas, el la cogió por la cintura y sonrieron mientras buscaban sus bocas.
- ¿Te he dicho ya que estas preciosa con ese vestido?
Media hora después salían del portal de Castle cogidos de la mano, caminando sin rumbo por las calles del barrio, sin prisas.
Unos metros por detrás de ellos, la pareja que había salido del utilitario negro, les seguía atentamente disimulando, el hombre abrazaba a la chica por los hombros.
*************
FIN CAPITULO 5
Gracias por llegar hasta aqui!!
CAPITULO 5. HABLANDO.
Llegaron al loft de Castle, él y Kate reian mientras Alexis seguía intentando dar explicaciones inexplicables a su forma de aparcar, que lejos de los diez segundos que le había dado de plazo su padre, se habían alargado a diez minutos, obcecada en aparcar bien el coche, sin dejar que Castle o Kate que habían salido del coche para no ponerla nerviosa, lo hiciesen por ella.
- Seguir riendo- dijo mientras iba a la cocina y cogia una botellita de agua – conseguiréis traumatizarme. Cuando el vecino te pidió que le cambiases la plaza, te dije que no aceptases, es pequeña y encima entre las dos columnas pero tu te empeñas en llevar la razón, pero vale, seguir riendo..
- Alexis, no me rio de ti – le dijo Kate – lo hago porque eres más parecida a tu padre de lo que yo pensaba.
- Eh, eh!! Que yo no aparco tan mal – se defendió él yendo hacia su hija y abrazándola- cariño, ya sé que aparcas mejor de lo que lo has hecho hoy, es normal, estas cansada. Ve a descansar – le dijo mientras besaba su frente – si quieres volver a salir hoy, tienes que dormir.
- ¿Me despertaréis si a las ocho no me he levantado? – preguntó sin rastro de enfado en ella.
- Yo me encargo – le dijo Kate rápidamente
Alexis desapareció escaleras arriba, dándose prisa por que llegasen las ocho, estaba deseando volver a ver a Michael.
- Yo también creo que esa plaza es pequeña – le dijo Kate volviéndose hacía él en cuanto Alexis desapareció de su vista.
- Si – le contestó el sonriendo maliciosamente – pero es la única forma que aprenda a aparcar bien, el vecino nos devolverá la nuestra cuando aparque en 10 segundos.
- ¿Cómo puedes estar haciéndole eso?
- Es por su bien, y que no se queje, peor sería que aparcase en la calle.
- No puedo creerlo!!
- No estoy haciendo nada malo, es mi niña, no la haría ningún daño, algún día me dará las gracias.
- Creo que tu concepto de hacer “no hacer daño”, no concuerda con el resto de humanos – le dijo ella seria.
- No entiendo porque te enfadas
- No me enfado. Yo no entiendo tu forma de “enseñarla” y la verdad es que no se como lo has hecho, pero lo cierto es que tu hija es un modelo a seguir…
- Pese al padre que tiene ¿verdad? Que se dedica a ir haciendo daño… - le dijo muy seriamente, sabía que ella le reprochaba que le hubiese ocultado que actuaba con Smith a su espalda- Lo he hecho con mucho amor, Kate, me he pasado los últimos diecinueve años, desde que supe que vendría al mundo, dándole todo mi amor, estando a su lado y aunque a ti te parezca lo contrario, haciendo que este mundo sea un juego y que fuese aprendiendo directamente de mis meteduras de pata y tonterías, no de las suyas, para que no tuviese que pagar por sus errores viendo los míos. Y ella sabe como la quiero y yo se como me quiere ella a mi, en eso no hay trampas, el resto es únicamente el juego de la vida.
Kate captó que él le había devuelto la pelota. Se acercó a él. No estaba dispuesta a volver a discutir. Se acercó aún más, pegando su cuerpo y apoyando la cabeza en su pecho. Se quedaron así, inmóviles un par de minutos. Respirándose mutuamente y sabiendo que era el momento de hablar.
- ¿Hablamos? – le dijo Kate mirándole a los ojos.
- Kate, todo lo que has hecho desde que te conozco, tiene un motivo, me moleste o no tienes tus motivos y si no quieres contármelos ahora, lo respetaré aunque no lo entienda.
- ¿Nos sentamos en el sofá? Estoy algo cansada.
Se sentaron juntos, apoyados totalmente en el respaldo, ambos estaban cansados. Ella le ofreció su mano, y él se la tomó.
- Rick, yo no estaba preparada para oírte decir que me querías.
- Kate yo…- ella le interrumpió
- Déjame seguir por favor, escúchame – el asintió en silencio – Si me lo hubieses dicho trece meses antes te habría sorprendido y me habrías llevado a tu casa de los Hamptons en vez de irte con Gina. Pero ella llegó justo cuando iba a hablar contigo. Y no te culpo por ello, yo tonteaba con Demming delante de tus narices, pero sólo era para mi eso, un tonteo. Después de aquello entendí que no estabas en absoluto interesado en mi, y yo no quiero ser una más de tu lista de conquistas Rick, creo que te lo deje claro el primer día.. – él fue a hablar, y Kate le puso un dedo en sus labios silenciándole – Cuando volviste en Otoño, seguías con Gina, y yo conocí a Josh, y te juro que él me ayudó a superar lo mal que me había sentido cuando te vi marcharte con ella. Y seguramente hoy estaría con él si no me hubiesen disparado y tú me hubieses confesado que me querías. No estaba enamorada de él, pero nos sentíamos bien juntos. Para mí era suficiente, no podía atarme a nadie, no quería depender de nadie que pudiese dejarme abandonada como lo hizo mi madre cuando la mataron y no podía dejarle para meterme en tus brazos, porque no confiaba en ti Rick, tú, el play boy rico y tu nube de chicas alrededor. Pero me lo habías confesado, y ya no sabía si era porque estaba a punto de morir y lo dijiste para que yo reaccionase a la vida, y que no quedase en tu conciencia el no haber intentado hacer algo, o si lo decías porque realmente escondías tus sentimientos por miedo a que te alejase de la comisaria si me enteraba y ese momento era el más difícil que estabas viendo porque me estaba muriendo en tus brazos y no me habías dicho nunca lo que sentías. Estaba confundida. Tenía que estar segura de lo que tu realmente querías y tenía que estar segura que yo podría ser lo que tu buscabas. Me niego a ser una más de tu lista – le dijo muy despacio- pero ya no sólo por ti Rick, si no también por mi. Tenía que estar segura que no sería yo quien se apuntase la conquista. El terapeuta que me trató tras el disparo, me ayudo y hoy… estoy aquí. Se lo que quiero: te quiero a ti, y creo que después de tu espera y lo que me confesaste el otro día, tu me quieres a mi.
Castle se frotó los ojos y respiró profundamente. Ahora entendía muchas cosas.
- Kate ¿ya puedo hablar? – ella asintió y él comenzó- Kate, no me había atrevido a decírtelo, y lamento cada segundo de mi vida que dejé pasar sin hablar contigo. Pero creo que también gracias a todos nuestros miedos, hoy estamos donde estamos ¿no?, y Kate, no es que yo te quiera, es que … estoy perdidamente enamorado de ti…
Ella le sonrió y apoyo su cabeza en el hombro de él.
- Eres todo lo que quiero Rick.
- Y tu eres todo lo que yo necesito Kate.
Él cogió sus mejillas y la besó en la nariz, en los ojos, en los pómulos y en sus labios.
- Y ahora cuéntame que ocurrió ayer y porque no puedo llamarte inspectora.
- Pufs, esto si que es una larga historia.
- Resúmela
- Le encontramos, nos ganó, Gates se enteró, y nos suspendió, y le dije que se quedase con la placa. Fin.
- Vamos, vamos, si no vas a ganarte la vida como inspectora, no podré contratarte de ayudante resumiendo así de mal – besó la punta de su nariz.
- Le encontramos gracias al llavero del coche. Estaba en un hotel cerca de la comisaría. Ryan nos dijo que debíamos pedir refuerzos, pero Javi y yo no quisimos. Fuimos a por él y Ryan se quedó en comisaría para cubrirnos. Cuando llegamos al hotel nos confirmaron que él no estaba en la habitación y accedieron a abrirla, allí estaban todos los papeles que robaron en la casa de Montgomery, incluso el portátil y el álbum de fotos de la boda de Montgomery. Estábamos demasiado absortos revisando que era lo que buscaba, y no le oímos llegar, dejó KAO a Javi, y me golpeó haciendo que mi arma saliese despedida. Me recuperé como pude, Javi estaba en el suelo, y le seguí hasta la azotea. No sé como lo hizo, ese tipo es muy bueno, se esfumó en la azotea. Me relajé y me sorprendió por la espalda, salió de la nada, tres segundos antes yo le seguía y él apareció para golpearme por la espalda. Me dio una paliza, Rick, no pude con él, me trató como una marioneta, incluso me levantó del suelo por el cuello sin ningún esfuerzo. Y yo tenía tanta rabia acumulada, le dije que me diera el nombre de quien le pagaba y se rio en mi cara. Me entró tal ataque que me lancé sobre él, y esa mole me esquivó y rodé por la azotea y me quedé colgando con las dos manos. Creo que no tenía intención de matarme, porque podría haberlo hecho desde el primer momento, creo que se encontró con mi torpeza y me dejó allí colgando. No sé cuanto tiempo estuve allí. Al principió luche por subir, pero cuando miré hacia abajo y vi que no podría sobrevivir a esa caída, viniste a mi mente. Me habías dicho que no querías verme morir y ahora no estabas allí para salvarme. Te había perdido. No podía más, los dedos se me escurrían, y me solté de una mano, vi que era mi final Rick y entonces te oí, me llamaste… mi mano se soltó y me cogiste en el aire… pero no eras tú, era Ryan con refuerzos. Cuando me subieron vi a Gates mirando con cara de pocos amigos. Volvimos a comisaria y nos llamo a Javi y a mí a su despacho, fue dura, realmente es una roca, no nos dejo pronunciar ni una palabra. Nos dijo que no hacíamos honor al uniforme y que nos suspendía – paró y le miro arrugando los labios.
- Por eso tienes medio cuerpo morado ¿no? por la paliza …
- Pensé que no te habrías dado cuenta.
- Te he memorizado
- Para Rick – y sus mejillas volvieron a sonrojarse
- Y que paso después?
- Ya me daba todo igual, no me iba a servir de nada que me matasen por vengarme de mi madre, ganarían doblemente, la vida de mi madre y la mía. Y tú no estabas allí. Y ni siquiera nos habíamos dado una oportunidad. Decidí abandonar y venir a buscarte. Le dije a Gates que se guardase la placa, que dimitía – una punzada de dolor se adivinó en sus ojos.
- ¿Te arrepientes?
- ¿De venir a por ti o de entregar mi placa? – le sonrió con tristeza.
- De ambas cosas – le contestó con rapidez.
- ¿Crees que si me hubiese arrepentido de venir a buscarte estaría ahora aquí contigo? ¿Por quien me has tomado Richard Castle? O mejor dicho ¿tan irresistible te crees que eres que retienes a una mujer solo por tu físico?
- Vaya, esas son preguntas que requieren un sutil análisis… y creo que lo tengo bien analizado: me quieres y … además estoy muy bueno ¿eh? – ella le dio un leve codazo sonriendo.
- No lo sé Rick, no sé si me arrepiento. Puede que sí, tendré que pensarlo. No sé hacer otra cosa, sólo he sido policía, pero no sé si quiero seguir. Gates me ha enviado un mensaje al móvil, dice que no acepta mi dimisión y que estoy suspendida un mes.
- Anda, ven aquí, deja que te abrace – rodeo sus hombros y la atrajo hacía el- estas dudas sólo se curan con una buena sesión de
- Castle!!- interrumpió ella en voz más alta.
- Kate! pero que mal pensada eres!! Ni siquiera dejas que termine la frase! MIMOS, amor, estas dudas sólo se curan con una buena sesión de mimos… ¿tan irresistible te crees que piensas la persona que tienes a tu lado sueña con llevarte a la cama a todas horas?
- Si esa persona de mi lado se llama Richard Castle, si, creo que lo soy.
- Ohhhh vamos!! Ese ego ex-inspectora, no querrás hacer una competición con el mio ¿eh?, estoy bien entrenado.
- Calla y abrázame, bobo. Estoy agotada y si, quiero esos mimos.
- Y yo quiero que me llames siempre Rick ¿vale? Me gusta como suena en tu voz.
- Si Rick – le dijo ella divertida- te llamaré Rick, Rick… y le abrazó solicitando sus mimos.
- Espera, voy a sacar el reposapiés, y nos ponemos más cómodos. Quítate los zapatos.
- Voy a poner la alarma del móvil, le dije a Alexis que la despertaría. ¿Por qué no pones una de esas películas que me dijiste el otro día?
Castle puso la película, y ambos se tumbaron el en sofá, abrazados. Ninguno de los dos se dio cuenta de cuando se quedó dormido el otro. La película acabó y el DVD se paró y la pantalla de la televisión se quedó con nubes eléctricas de color gris.
A las siete y media de la tarde, una alterada Alexis bajó por la escalera, y les encontró allí, profundamente dormidos. Cogió una manta del armario de la entrada y se la puso por encima, apagó la televisión y el DVD. Cogió un zumo de la nevera y volvió a subir a su habitación para prepararse. Volvió su cabeza desde la escalera y sonrió. Era sorprendente, pero estaba pasando. ¡Y la abuela no lo sabía!, pero no tenía tiempo de llamarla.
Media hora después ambos se sobresaltaban con el sonido de la alarma del móvil de Kate. Eran las ocho.
- Voy a llamar a Alexis – dijo Kate sin abrir los ojos.
- No te muevas, no hace falta, quédate aquí. Ya está despierta.
Kate abrió los ojos y vio que tenían una manta por encima. Definitivamente Alexis era la adulta de esa casa. Kate se preguntó cuantas veces habría tenido que arropar a su padre. Tenía que ayudarla con ese aparcamiento, solo era cuestión de realizar dos maniobras, ella ya se había fijado cuando salieron del coche.
Se fueron desperezando poco a poco y él la propuso salir un rato, por el barrio, a andar y ya verían después si cenaban algo en cualquier sitio, o si volvían para ver la película que ambos confesaron, solo vieron empezar.
Cuando Alexis bajo, ellos estaban sentados en los taburetes de la cocina, bebiendo zumo.
- ¿Donde vais a ir? – preguntó Richard
- No lo tengo aún claro, Courtney viene a buscarme y me lo contará por el camino. Ella ha quedado con ellos pero no se aún donde, iremos al cine y luego iremos a tomar algo.
- Kate y yo vamos a salir a dar un paseo por aquí.
- ¿Te quedarás a dormir Kate? – le dijo con total naturalidad pero pillándola por sorpresa, ella no lo había pensado
- No lo sé Alexis, ¿Por qué? ¿Necesitas algo?
- Si, cariño, se quedará a dormir en casa – se apresuró a contestar Richard provocando que su hija sonriese y Kate le mirase con las cejas levantadas.
- No, nada, estaré más tranquila sabiendo que dejo al niño con una canguro responsable – le contestó y Kate comenzó a reírse
- Papá, dime hora.
- Son las nueve y cuarto cariño.
- No papá, dime a que hora quieres que vuelva.
- Ah! pues … no sé… ¿a que hora llegaste hoy? ¿las siete te parece bien?- dijo mirando a Kate para que le ayudase
- Papá, a ninguno de mis amigos le dejan llegar a esa hora..
- Y… ¿entonces? ¿a que hora crees que les dejan llegar a tus amigos?
- ¿Te parece bien las tres?
- Vale, pero como te retrases, pienso castigarte cada treinta minutos con doble de helado de postre- le dijo señalándola con el dedo índice
- ¿Quieres que le deje instrucciones a tu canguro?
- Espero que no le hagan falta – dijo mirando a Kate con los ojos entrecerrados.
- Prometo que se lavará los dientes antes de irse a dormir – y no pudo evitar volver a reírse.
- Me marcho, Courtney tiene que estar ya abajo – dio un beso a cada uno
- Promete que lo pasarás bien!! – le dijo Richard mientras salía por la puerta – ¿llevas el móvil?
- Claro papá! Si a ambas cosas!
- Me podías haber ayudado con la hora!! – le dijo a Kate cuando se cerró la puerta.
- Lo siento, no tengo ni idea de a que hora llegan hoy a casa con su edad… ¿Qué es eso de que me quedaré a dormir en tu casa?
- ¿No quieres quedarte?
- No es eso, sólo que no lo habíamos hablado y decidiste por mi
- No Kate, no decidí por ti, no quiero decidir por ti nunca más. Decidí por mí. Y yo quiero que te quedes. Pero sólo si tú también quieres hacerlo.
Ella se levantó del taburete y se acercó hasta él que seguía sentado, quedándose de pie entre sus piernas, el la cogió por la cintura y sonrieron mientras buscaban sus bocas.
- ¿Te he dicho ya que estas preciosa con ese vestido?
Media hora después salían del portal de Castle cogidos de la mano, caminando sin rumbo por las calles del barrio, sin prisas.
Unos metros por detrás de ellos, la pareja que había salido del utilitario negro, les seguía atentamente disimulando, el hombre abrazaba a la chica por los hombros.
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FIN CAPITULO 5
Gracias por llegar hasta aqui!!
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Genial me gusta como apoya Castle a Beckett con su dimisión y lo tierno que son los dos
Precioso!!
Precioso!!
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Que dulces son Pero me da muy mala espina los del coche.
KBCAlways- As del póker
- Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 11/03/2012
Edad : 29
Localización : Granada
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Te superaste lejosssss
Que buen capitulo!!!!!
Geniallllllll
Quiero masssssss
Que buen capitulo!!!!!
Geniallllllll
Quiero masssssss
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Oh! muchas gracias!
Dentro de unas 8 horas podré subir otro más. Ahora tengo que trabajar.
G R A C I A S
Dentro de unas 8 horas podré subir otro más. Ahora tengo que trabajar.
G R A C I A S
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me acabo de leer el fic de un tirón!! Me encanta!!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
siguelooooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
caskett mola- Autor de best-seller
- Mensajes : 874
Fecha de inscripción : 27/01/2011
Edad : 26
Localización : Castlelandia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
CAPITULO 6. SABADO NOCHE.
Volvieron al loft sobre las doce de la noche, después de pasear tranquilamente, y entrar en un par de locales para tomar una cerveza y picar algo. Hablaron de sus vidas, de sus gustos, de sus aficiones. Ninguno de los dos quiso hablar sobre el caso de su madre ni sobre la decisión de Kate. No eran conscientes que les seguían. Beckett había bajado la guardia por completo, como si su renuncia hubiese borrado todos los años de entrenamiento y prácticas reales.
- ¿Quieres intentar ver la película? – le preguntó él
- No. Estoy cansada.
- ¿Nos vamos a dormir?
- He prometido que te lavarías los dientes antes de acostarte, y eso me recuerda que no estoy en mi casa y no tengo cepillo de dientes…
- Eso es sencillo, siempre tengo cepillos nuevos, ahora te doy uno. ¿Necesitas algo más?
- ¿Una camiseta para dormir?
- No se si decirte que elijas tu misma, pero si no vas a devolvérmela y coges alguna de mis preferidas…
- También me gustaría ducharme antes.
- Ven, te voy a enseñar donde tienes todo lo que necesitas.
Fueron hasta el baño y le explicó como utilizar la columna de hidromasaje, donde guardaba las toallas, el secador del pelo, donde dejar las toallas y la ropa sucia, le dio un cepillo de dientes y una esponja nuevas, y le dijo que bajaría del cuarto de baño de Alexis champú y gel de “chicas” dado que las marcas que utilizaba el, tenían fragancias masculinas.
La dejó eligiendo camiseta mientras subía al baño de Alexis. Cogió gel, champú y hasta un cepillo del pelo, Alexis era más previsora que el y tenia comprado recambio de todo.
Cuando llegó a su habitación, ella le esperaba sentada en la cama, había cogido una camiseta negra, de manga larga, que le quedaría grande, aunque era la más pequeña que había encontrado.
- Kate, mientras te duchas voy a llamar a mi madre. No se nada de ella hoy, espero que no este montando una súper fiesta.
- Vale – le dijo ella entrando al baño
- Es una pena que te escapes al baño, llevaba todo el día soñando con quitarte ese vestido – le dijo él poniendo la misma cara de play boy que le puso cuatro años atrás cuando en comisaría, mientras le interrogaba, le dijo que tenía unos ojos preciosos.
- No creo que te quedase bien Castle, no es de tu talla – y cerró la puerta del baño mientras él sonreía, notando de nuevo que la temperatura de sus mejillas había subido varios grados en milésimas de segundos y su corazón se había acelerado como el de una adolescente tonteando.
Él llamó a Martha, que estaba cenando en la casa de unos amigos, hablaron muy poco, Martha estaba ocupada, simplemente le dijo que Alexis estaba en el cine y que él iba a acostarse en un rato. No le dijo nada de Kate. No era momento. Ya habría tiempo. Prefería contárselo en persona. A Martha no se le había escapado ni una desde el principio y le había apoyado y dado ánimos, además de excelentes consejos. Se quedó un rato pensativo, viajando por su niñez junto a Martha y agradeciendo que aunque en sus primeros años no había estado muy cerca, ahora era justo la madre que quería tener.
Decidió darse el también una ducha, cogió un pantalón de pijama y una camiseta y subió al baño de Alexis. Mientras se duchaba pensó en lo que le hubiese gustado haberse colado en la ducha de Kate. Pero sería mejor que fuese con cuidado, que fuese ella quien se dejase llevar, era adorable que ella sintiese tanta vergüenza ante él y no iba a presionarla, pero se iba a encargar que ella fuese la que se metiese en su ducha, y sonreía mientras pensaba como hacerlo.
Mientras, en el baño de abajo, Kate, sonreía. No le hubiese importado ducharse con su gel, lo estaba oliendo y le gustaba, le recordaba a él.
Cuando Castle bajó, oyó que Kate estaba utilizando el secador del pelo. Fue a la nevera y cogió dos botellas de agua y las llevo a la habitación, ella salió del baño, con la camiseta negra puesta y su vestido en la mano, justo cuando él colocaba las botellas en las mesitas de a cada lado de la cama.
- Tienes que lavarte los dientes, lo he prometido
- Hubiese entrado para hacerlo mientras te duchabas, pero sabía que no podrías resistirte y me meterías junto a ti en la ducha…
Ella giró sus ojos, como tantas otras veces y el entró al baño para lavarse los dientes.
Cuando salió del baño, se paró un momento para acostumbrar sus ojos a la oscuridad, ella había apagado la luz, y estaba de pie junto a la cama, mirándole, se había vuelto a vestir. Se fue acercando a ella despacio, “todo en ella es misterio” pensó, ¿Qué iba a hacer ahora? ¿irse?... Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Kate le coló dos dedos entre la goma del pantalón del pijama y su tripa y tiró atrayéndole hacia ella.
- ¿Rick quieres seguir soñando o vas a quitarme ya el vestido? – le dijo mordiéndose ligeramente su labio inferior
***
Ella se despertó, miró el reloj, eran las tres menos cuarto. Sentía mucho calor, Rick era una estufa. Se incorporó despacio besando su hombro, él dormía boca arriba y fue fácil librarse del brazo que rodeaba su espalda. Se habían bebido el agua que Rick había dejado en las mesitas y sentía sed. Se puso la camiseta y las braguitas, salió de la habitación y fue a la nevera.
Se sentó en uno de los taburetes. Miró a su alrededor, por las grandes ventanas del loft, entraba la luz de las farolas de la calle, y esa tenue luz era suficiente para desenvolverse con comodidad por la casa sin necesidad de encender ninguna luz.
Se acordó de Lanie. Había quedado en llamarla y no lo había hecho. Cogió el agua y fue hasta el sofá. La última vez que lo vio su móvil estaba sobre la mesa, le había servido para avisarle que debía despertar a Alexis. Se sentó y vio varios mensajes de Lanie. El último lo había enviado hacía media hora, y amenazaba con poner una denuncia por su desaparición si no la contestaba, había ido a su casa y no estaba allí y ahora estaba en un pub tomando algo con unos amigos y con el móvil en la mano esperando respuestas. Decidió contarle la verdad y así la dejaría en paz:
“Lanie, de verdad, no te preocupes, estoy muy bien. Demasiado bien. Estoy durmiendo con Castle. Estoy en su casa, olvidé llamarte esta tarde. Lo siento. Mañana te llamo. No te enfades.”
Le dio a enviar, y esperó su respuesta, porque sabía que habría una respuesta. Las tres menos diez. Casi mejor se quedaba a esperar que llegase Alexis, así mañana no tendría que revivir la histeria de su padre por no saber si estaba o no.
Dos minutos…. Trrrrrrrrrrr trrrrrrrrrrr , la respuesta de Lanie:
“¿Cómooooo? Katherine Beckett esta me la pagas. Llevo 30 horas preocupada por ti, pensando que estarías fatal y tu estás tranquilamente metida en la cama de Castle pasándotelo en grande (o eso espero, ya me contarás). O me llamas mañana o me presentaré en su casa, quedas avisada.”
Kate sonrió ante la amenaza que sabía que Lanie podía cumplir. Mañana la llamaba.
Trrrrrrrrr trrrrrrrrrr, otro mensaje
“Por cierto, olvidé decirte que ya era hora y que me alegro por ti… y por él, ¿ya no tiene cara de cachorrillo abandonado? Un beso”
Sonrisa. Es cierto, era como un cachorro abandonado, aunque a ella le recordaba más a “el gato con botas” de la peli de Sherk poniendo ojitos dilatados para conseguir sus objetivos, pero con ese aire de delicioso cara dura.
No iba a contestarle, o se enredarían en una conversación y Lanie era capaz hasta de pedirle que le hiciese una foto. Se quedó allí sentada, pensando en los cinco últimos días, en el giro inesperado que había tomado su vida en esas escasas horas. Cuatro años y todo se había revuelto y cambiado de sitio en menos de 48 horas.
La puerta de la calle se abrió y un chorro de luz invadió la sala. Alexis estaba de espaldas, susurró algo y una voz de chico la contestó. Beso.
Alexis entró y encendió únicamente la lámpara de la entrada. Cerró la puerta y se quedó parada allí un instante. Kate la llamó en voz baja para que no se asustase:
- Alexis
- Hola Kate
- ¿Todo bien?
- Me ha besado! Tengo que hablar con Courtney ahora mismo. ¿Y papá?
- Durmiendo
- ¿Me estabas esperando o estas durmiendo aquí? – preguntando con la esperanza que simplemente estuviese esperándola en el sofá.
- Me desperté con sed, al mirar mi móvil, vi la hora y preferí esperar que llegases para no montarte otro número como el de esta mañana. Ahora vuelvo a la cama. Y tu deberías subir y meterte en la tuya –se levantó del sofá encaminándose a la habitación.
- Si, ya voy. ¿Kate?
- ¿Si?
- Gracias por estar aquí. Ya no recuerdo cuanto tiempo hacía que no le veía tan feliz. – le dijo subiendo por la escalera.
La miró sonriendo hasta que desapareció en el primer piso. Entró en la habitación, cerró la puerta y se deslizó junto a él. Él se había dado la vuelta, durmiendo de lado y sacando un brazo fuera de la cama. Ella se juntó a su espalda, y llevó su mano al pecho de él, abrazándose con fuerza. Él la cogió la mano y se dio la vuelta.
- Te echaba de menos, ¿Dónde estabas?
- Tenia sed
- No te vayas nunca tanto tiempo, deja que te abrace yo a ti, no quiero que te vayas- le dijo intentando que ella girase y le diese la espalda para abrazarla.
- Rick – le dijo ella sin moverse
- Si?
- Te quiero Rick
- Y yo te quiero a ti Kate – acarició su mejilla y la besó.
Ella correspondió al beso, las manos de él se metieron bajo su camiseta, y ella se incorporó para ayudarle a quitársela y cuando paso una de sus piernas por encima de su abdomen para ponerse a horcajadas sobre él, sus besos se volvieron más apremiantes.
***
En otra parte de la ciudad, unas horas antes, una desesperada hija daba vueltas en su cabeza por el paradero de su padre. Habían quedado a comer ese sábado, como todos los sábados, pero él no había ido. En un principio pensó que se trataría de un despiste. Su padre siempre había sido una persona muy seria y formal, pero la edad comenzaba a hacer estragos, y desde que murió su madre, ella había notado que más de una vez se le olvidaban detalles. Quiso engañarse pensando que no ocurría nada. Le estuvo llamando, y él no contestaba. También quiso pensar que se había ido de casa sin llevarse el móvil. Pero cuando por la noche, ella insistía y él no respondía, empezó a preocuparse seriamente. Espero a que los niños estuviesen dormidos, y le dijo a su marido que se iba a acercar a Nueva York, para ver si estaba bien. Ella le estaba imaginando con un ataque cardíaco tirado en el suelo.
- Bette, cariño, no seas exagerada. Tardarás más de una hora en llegar allí y te le encontrarás dormitando frente a la televisión con un libro en la mano.
- Estoy preocupada, esto no es normal en él y tú también lo sabes.
- ¿No podemos llamar al portero y que suba? Seria más rápido y te tranquilizarías antes.
- No, hoy es sábado, Charles no trabaja los sábados ni los domingos. ¿Crees que debería llamar a la policía?
- No creo Bette, el viernes hablaste con él, te dirán que no ha pasado suficiente tiempo. Esta bien, vámonos.
- No hace falta que vengas
- Cariño ¿te has visto? Si te dejo ir así tendré dos motivos para preocuparme: tú y tu padre.
- Voy a decirle a Danny que les dejamos solos.
Una hora y media después, la pareja abría la puerta de la casa en Nueva York, y un gritó agudo salía de la boca de ella. Su padre estaba allí, en su despacho, sentado en una de las sillas de confidente, tenía los ojos abiertos, una expresión relajada en su cara y una herida de bala en mitad de la frente.
Cuando llegó la policía, y vieron como estaba la casa, dedujeron que el asesino había estado buscando algo, con o sin éxito.
Interrogaron a ambos, la mujer apenas podía contestarles, estaba absorta en la imagen del cadáver de su padre y sus ojos abiertos. Estaba sentada en el sofá de la sala, inclinada hacia delante con la cara entre las manos. El forense examinaba el cadáver, tomando temperaturas y apuntando constantemente sobre su cuaderno de notas.
Los CSI esperaban el visto bueno para ponerse a buscar detalles.
- ¿Puede saber si falta algo de valor? – le preguntó la joven policía y ella negó con la cabeza sin levantar la vista.
- ¿Sabe si su padre tenía algún enemigo? – ella levantó la cara mirando al policía que le preguntaba ahora
- ¿Enemigos? ¿tienen ustedes enemigos detectives? –ambos policías intercambiaron sus miradas – mi padre se jubiló hace años, siempre nos ha mantenido al margen de su trabajo, pero yo siempre he creído que todos los policías tienen enemigos.
- ¿Su padre había sido policía? – preguntó la joven
- ¿De verdad pertenece usted al cuerpo?
Bette la miró sorprendida. ¿Qué clase de detective era si no se había dado cuenta que su padre había sido policía? ¿Cuántos años tendría? ¿Por qué el cuerpo al que su padre le había dedicado toda su vida le enviaba un aprendiz?
Sarah se excusó ante la mujer, mirando a su compañero y dejó que el siguiera con las preguntas. Había entrado en la casa y había ido directa a la mujer, era sábado ¡joder!, tenía que haber escuchado a su madre cuando le decía que estudiase biología y ahora seguiría tranquilamente tomando algo de juerga con sus amigos y no allí.
Decidió revisar la casa. Así se enteraría de quien era ese hombre. Entró en el despacho, el forense la saludó levemente y le dijo que en un rato les daría las causas “Que gracia, ¿Qué causas? Tiene un tiro en la frente! ¿no era obvio cual era la causa de la muerte?”
Revisó las fotografías de la pared y entendió el enfado de la hija. Capitán Smith. Se acercó a la mesa, estaba llena de todo tipo de papeles e informes desordenados. Se puso unos guantes y cogió algunos. Un contrato de seguro de la casa, facturas, extractos bancarios… contabilidad doméstica… ¿a quien le interesaba la contabilidad doméstica? Un recibo más pequeño cayó hasta el suelo y fue a colarse debajo de la estantería. Vaya, que fastidio. Hoy todo salía mal. Odiaba trabajar los sábados, no era justo. Se agacho para recogerlo y al meter los dedos en el hueco, arrastró junto al recibo, una hoja de periódico doblada.
Vaya, esto si que es bueno, pensó desdoblando el periódico y comprobando que dentro había una foto de un famoso neoyorkino. El recorte de prensa era del tiroteo del año pasado a una compañera de otra comisaria, durante el entierro del capitán… Miro a ambos lados, nadie la miraba. Metió el recorte y la foto rápidamente en su bolso, esperaba que no la hubiese visto nadie o se la cargaría. Tenía que hacer una llamada urgente. Esto era muy inesperado y debía advertirle. Se levantó y dejó el recibo entre el resto de documentos.
- John, voy un momento a mi coche, con las prisas me he olvidado el móvil – le dijo muy bajo a su compañero acercándose por la espalda mientras el seguía apuntando en su libreta lo que la hija de Smith, le iba diciendo.
- Tomate tu tiempo, y si puedes, un café – le contestó el mirándola y guiñándole un ojo – yo me ocupo.
Sarah sonrió. Tenía suerte de contar con John como compañero. Siempre trataba de protegerla de todo, era como su hermano mayor. No le gustaba ocultarle esto, pero sabía lo que se jugaba.
Bajó hasta su coche y se metió cerrando con el seguro. Sacó su móvil del bolsillo de la chaqueta y marcó. Espero varios tonos…
- Sarah, ¿ocurre algo? – le contestó una adormilada y firme voz de mujer al otro lado.
- Creo que si. Estoy en el escenario de un crimen, un capitán jubilado de NYPD. El que lo ha hecho buscaba documentación, pero creo que se le ha podido “descuidar” un par de detalles debajo de un mueble… y creo que le afectan…
- Sarah, no sigas. Cuando acabes ahí, ven para mi casa, no quiero hablar por teléfono.
- Si señor…
Gates colgó el teléfono y apretó los labios. Soltó un soplo corto de aire por la nariz, haciendo ruido.
Sarah entró de nuevo en la casa. Jonh charlaba con el forense. Se acercó a él y miró de reojo a la mujer, que seguía allí con la cara entre las manos.
- Esta bien, gracias, nos avisas y pasamos por tu laboratorio.- Le dijo al forense mientras la miraba.
- ¿Sabemos ya la “causa” de la muerte? – le dijo bajito sonriendo
- Oh si, dice que ha sido el ama de llaves con el candelabro en la cocina- le dijo en voz baja, tomándola del brazo y caminando hacía la puerta de la casa
- ¿Dónde vamos?
- Tú a tu casa. No sé que te pasa, pero no pareces tú. Y yo seguiré aquí un rato. No puedo ir puerta por puerta con los vecinos a estas horas, mañana me acompañarás, pero necesito a Sarah ¿estamos?
Sarah sabía que tenía razón. Estaba totalmente descolocada. Además si se iba ahora podría ir a hablar con Victoria cuanto antes y se le quitarían los nervios.
- Creo que Alice sabía bien lo que hacía cuando se casó contigo John, eres estupendo.- le dijo sonriéndole
- Pues creo que de vez en cuando se le olvida, y ahora que lo comentas, el próximo día que quedéis a comer, encárgate de recordárselo.
- Te debo una.
- Me debes esa, vete anda.
Sarah vio luz en una de las ventanas de la casa de Gates. Aparcó el coche y se acercó golpeando muy suavemente con los nudillos en la puerta.
*********
FIN CAPITULO 6
¿Os convence? Gracias por llegar hasta aqui.
Volvieron al loft sobre las doce de la noche, después de pasear tranquilamente, y entrar en un par de locales para tomar una cerveza y picar algo. Hablaron de sus vidas, de sus gustos, de sus aficiones. Ninguno de los dos quiso hablar sobre el caso de su madre ni sobre la decisión de Kate. No eran conscientes que les seguían. Beckett había bajado la guardia por completo, como si su renuncia hubiese borrado todos los años de entrenamiento y prácticas reales.
- ¿Quieres intentar ver la película? – le preguntó él
- No. Estoy cansada.
- ¿Nos vamos a dormir?
- He prometido que te lavarías los dientes antes de acostarte, y eso me recuerda que no estoy en mi casa y no tengo cepillo de dientes…
- Eso es sencillo, siempre tengo cepillos nuevos, ahora te doy uno. ¿Necesitas algo más?
- ¿Una camiseta para dormir?
- No se si decirte que elijas tu misma, pero si no vas a devolvérmela y coges alguna de mis preferidas…
- También me gustaría ducharme antes.
- Ven, te voy a enseñar donde tienes todo lo que necesitas.
Fueron hasta el baño y le explicó como utilizar la columna de hidromasaje, donde guardaba las toallas, el secador del pelo, donde dejar las toallas y la ropa sucia, le dio un cepillo de dientes y una esponja nuevas, y le dijo que bajaría del cuarto de baño de Alexis champú y gel de “chicas” dado que las marcas que utilizaba el, tenían fragancias masculinas.
La dejó eligiendo camiseta mientras subía al baño de Alexis. Cogió gel, champú y hasta un cepillo del pelo, Alexis era más previsora que el y tenia comprado recambio de todo.
Cuando llegó a su habitación, ella le esperaba sentada en la cama, había cogido una camiseta negra, de manga larga, que le quedaría grande, aunque era la más pequeña que había encontrado.
- Kate, mientras te duchas voy a llamar a mi madre. No se nada de ella hoy, espero que no este montando una súper fiesta.
- Vale – le dijo ella entrando al baño
- Es una pena que te escapes al baño, llevaba todo el día soñando con quitarte ese vestido – le dijo él poniendo la misma cara de play boy que le puso cuatro años atrás cuando en comisaría, mientras le interrogaba, le dijo que tenía unos ojos preciosos.
- No creo que te quedase bien Castle, no es de tu talla – y cerró la puerta del baño mientras él sonreía, notando de nuevo que la temperatura de sus mejillas había subido varios grados en milésimas de segundos y su corazón se había acelerado como el de una adolescente tonteando.
Él llamó a Martha, que estaba cenando en la casa de unos amigos, hablaron muy poco, Martha estaba ocupada, simplemente le dijo que Alexis estaba en el cine y que él iba a acostarse en un rato. No le dijo nada de Kate. No era momento. Ya habría tiempo. Prefería contárselo en persona. A Martha no se le había escapado ni una desde el principio y le había apoyado y dado ánimos, además de excelentes consejos. Se quedó un rato pensativo, viajando por su niñez junto a Martha y agradeciendo que aunque en sus primeros años no había estado muy cerca, ahora era justo la madre que quería tener.
Decidió darse el también una ducha, cogió un pantalón de pijama y una camiseta y subió al baño de Alexis. Mientras se duchaba pensó en lo que le hubiese gustado haberse colado en la ducha de Kate. Pero sería mejor que fuese con cuidado, que fuese ella quien se dejase llevar, era adorable que ella sintiese tanta vergüenza ante él y no iba a presionarla, pero se iba a encargar que ella fuese la que se metiese en su ducha, y sonreía mientras pensaba como hacerlo.
Mientras, en el baño de abajo, Kate, sonreía. No le hubiese importado ducharse con su gel, lo estaba oliendo y le gustaba, le recordaba a él.
Cuando Castle bajó, oyó que Kate estaba utilizando el secador del pelo. Fue a la nevera y cogió dos botellas de agua y las llevo a la habitación, ella salió del baño, con la camiseta negra puesta y su vestido en la mano, justo cuando él colocaba las botellas en las mesitas de a cada lado de la cama.
- Tienes que lavarte los dientes, lo he prometido
- Hubiese entrado para hacerlo mientras te duchabas, pero sabía que no podrías resistirte y me meterías junto a ti en la ducha…
Ella giró sus ojos, como tantas otras veces y el entró al baño para lavarse los dientes.
Cuando salió del baño, se paró un momento para acostumbrar sus ojos a la oscuridad, ella había apagado la luz, y estaba de pie junto a la cama, mirándole, se había vuelto a vestir. Se fue acercando a ella despacio, “todo en ella es misterio” pensó, ¿Qué iba a hacer ahora? ¿irse?... Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Kate le coló dos dedos entre la goma del pantalón del pijama y su tripa y tiró atrayéndole hacia ella.
- ¿Rick quieres seguir soñando o vas a quitarme ya el vestido? – le dijo mordiéndose ligeramente su labio inferior
***
Ella se despertó, miró el reloj, eran las tres menos cuarto. Sentía mucho calor, Rick era una estufa. Se incorporó despacio besando su hombro, él dormía boca arriba y fue fácil librarse del brazo que rodeaba su espalda. Se habían bebido el agua que Rick había dejado en las mesitas y sentía sed. Se puso la camiseta y las braguitas, salió de la habitación y fue a la nevera.
Se sentó en uno de los taburetes. Miró a su alrededor, por las grandes ventanas del loft, entraba la luz de las farolas de la calle, y esa tenue luz era suficiente para desenvolverse con comodidad por la casa sin necesidad de encender ninguna luz.
Se acordó de Lanie. Había quedado en llamarla y no lo había hecho. Cogió el agua y fue hasta el sofá. La última vez que lo vio su móvil estaba sobre la mesa, le había servido para avisarle que debía despertar a Alexis. Se sentó y vio varios mensajes de Lanie. El último lo había enviado hacía media hora, y amenazaba con poner una denuncia por su desaparición si no la contestaba, había ido a su casa y no estaba allí y ahora estaba en un pub tomando algo con unos amigos y con el móvil en la mano esperando respuestas. Decidió contarle la verdad y así la dejaría en paz:
“Lanie, de verdad, no te preocupes, estoy muy bien. Demasiado bien. Estoy durmiendo con Castle. Estoy en su casa, olvidé llamarte esta tarde. Lo siento. Mañana te llamo. No te enfades.”
Le dio a enviar, y esperó su respuesta, porque sabía que habría una respuesta. Las tres menos diez. Casi mejor se quedaba a esperar que llegase Alexis, así mañana no tendría que revivir la histeria de su padre por no saber si estaba o no.
Dos minutos…. Trrrrrrrrrrr trrrrrrrrrrr , la respuesta de Lanie:
“¿Cómooooo? Katherine Beckett esta me la pagas. Llevo 30 horas preocupada por ti, pensando que estarías fatal y tu estás tranquilamente metida en la cama de Castle pasándotelo en grande (o eso espero, ya me contarás). O me llamas mañana o me presentaré en su casa, quedas avisada.”
Kate sonrió ante la amenaza que sabía que Lanie podía cumplir. Mañana la llamaba.
Trrrrrrrrr trrrrrrrrrr, otro mensaje
“Por cierto, olvidé decirte que ya era hora y que me alegro por ti… y por él, ¿ya no tiene cara de cachorrillo abandonado? Un beso”
Sonrisa. Es cierto, era como un cachorro abandonado, aunque a ella le recordaba más a “el gato con botas” de la peli de Sherk poniendo ojitos dilatados para conseguir sus objetivos, pero con ese aire de delicioso cara dura.
No iba a contestarle, o se enredarían en una conversación y Lanie era capaz hasta de pedirle que le hiciese una foto. Se quedó allí sentada, pensando en los cinco últimos días, en el giro inesperado que había tomado su vida en esas escasas horas. Cuatro años y todo se había revuelto y cambiado de sitio en menos de 48 horas.
La puerta de la calle se abrió y un chorro de luz invadió la sala. Alexis estaba de espaldas, susurró algo y una voz de chico la contestó. Beso.
Alexis entró y encendió únicamente la lámpara de la entrada. Cerró la puerta y se quedó parada allí un instante. Kate la llamó en voz baja para que no se asustase:
- Alexis
- Hola Kate
- ¿Todo bien?
- Me ha besado! Tengo que hablar con Courtney ahora mismo. ¿Y papá?
- Durmiendo
- ¿Me estabas esperando o estas durmiendo aquí? – preguntando con la esperanza que simplemente estuviese esperándola en el sofá.
- Me desperté con sed, al mirar mi móvil, vi la hora y preferí esperar que llegases para no montarte otro número como el de esta mañana. Ahora vuelvo a la cama. Y tu deberías subir y meterte en la tuya –se levantó del sofá encaminándose a la habitación.
- Si, ya voy. ¿Kate?
- ¿Si?
- Gracias por estar aquí. Ya no recuerdo cuanto tiempo hacía que no le veía tan feliz. – le dijo subiendo por la escalera.
La miró sonriendo hasta que desapareció en el primer piso. Entró en la habitación, cerró la puerta y se deslizó junto a él. Él se había dado la vuelta, durmiendo de lado y sacando un brazo fuera de la cama. Ella se juntó a su espalda, y llevó su mano al pecho de él, abrazándose con fuerza. Él la cogió la mano y se dio la vuelta.
- Te echaba de menos, ¿Dónde estabas?
- Tenia sed
- No te vayas nunca tanto tiempo, deja que te abrace yo a ti, no quiero que te vayas- le dijo intentando que ella girase y le diese la espalda para abrazarla.
- Rick – le dijo ella sin moverse
- Si?
- Te quiero Rick
- Y yo te quiero a ti Kate – acarició su mejilla y la besó.
Ella correspondió al beso, las manos de él se metieron bajo su camiseta, y ella se incorporó para ayudarle a quitársela y cuando paso una de sus piernas por encima de su abdomen para ponerse a horcajadas sobre él, sus besos se volvieron más apremiantes.
***
En otra parte de la ciudad, unas horas antes, una desesperada hija daba vueltas en su cabeza por el paradero de su padre. Habían quedado a comer ese sábado, como todos los sábados, pero él no había ido. En un principio pensó que se trataría de un despiste. Su padre siempre había sido una persona muy seria y formal, pero la edad comenzaba a hacer estragos, y desde que murió su madre, ella había notado que más de una vez se le olvidaban detalles. Quiso engañarse pensando que no ocurría nada. Le estuvo llamando, y él no contestaba. También quiso pensar que se había ido de casa sin llevarse el móvil. Pero cuando por la noche, ella insistía y él no respondía, empezó a preocuparse seriamente. Espero a que los niños estuviesen dormidos, y le dijo a su marido que se iba a acercar a Nueva York, para ver si estaba bien. Ella le estaba imaginando con un ataque cardíaco tirado en el suelo.
- Bette, cariño, no seas exagerada. Tardarás más de una hora en llegar allí y te le encontrarás dormitando frente a la televisión con un libro en la mano.
- Estoy preocupada, esto no es normal en él y tú también lo sabes.
- ¿No podemos llamar al portero y que suba? Seria más rápido y te tranquilizarías antes.
- No, hoy es sábado, Charles no trabaja los sábados ni los domingos. ¿Crees que debería llamar a la policía?
- No creo Bette, el viernes hablaste con él, te dirán que no ha pasado suficiente tiempo. Esta bien, vámonos.
- No hace falta que vengas
- Cariño ¿te has visto? Si te dejo ir así tendré dos motivos para preocuparme: tú y tu padre.
- Voy a decirle a Danny que les dejamos solos.
Una hora y media después, la pareja abría la puerta de la casa en Nueva York, y un gritó agudo salía de la boca de ella. Su padre estaba allí, en su despacho, sentado en una de las sillas de confidente, tenía los ojos abiertos, una expresión relajada en su cara y una herida de bala en mitad de la frente.
Cuando llegó la policía, y vieron como estaba la casa, dedujeron que el asesino había estado buscando algo, con o sin éxito.
Interrogaron a ambos, la mujer apenas podía contestarles, estaba absorta en la imagen del cadáver de su padre y sus ojos abiertos. Estaba sentada en el sofá de la sala, inclinada hacia delante con la cara entre las manos. El forense examinaba el cadáver, tomando temperaturas y apuntando constantemente sobre su cuaderno de notas.
Los CSI esperaban el visto bueno para ponerse a buscar detalles.
- ¿Puede saber si falta algo de valor? – le preguntó la joven policía y ella negó con la cabeza sin levantar la vista.
- ¿Sabe si su padre tenía algún enemigo? – ella levantó la cara mirando al policía que le preguntaba ahora
- ¿Enemigos? ¿tienen ustedes enemigos detectives? –ambos policías intercambiaron sus miradas – mi padre se jubiló hace años, siempre nos ha mantenido al margen de su trabajo, pero yo siempre he creído que todos los policías tienen enemigos.
- ¿Su padre había sido policía? – preguntó la joven
- ¿De verdad pertenece usted al cuerpo?
Bette la miró sorprendida. ¿Qué clase de detective era si no se había dado cuenta que su padre había sido policía? ¿Cuántos años tendría? ¿Por qué el cuerpo al que su padre le había dedicado toda su vida le enviaba un aprendiz?
Sarah se excusó ante la mujer, mirando a su compañero y dejó que el siguiera con las preguntas. Había entrado en la casa y había ido directa a la mujer, era sábado ¡joder!, tenía que haber escuchado a su madre cuando le decía que estudiase biología y ahora seguiría tranquilamente tomando algo de juerga con sus amigos y no allí.
Decidió revisar la casa. Así se enteraría de quien era ese hombre. Entró en el despacho, el forense la saludó levemente y le dijo que en un rato les daría las causas “Que gracia, ¿Qué causas? Tiene un tiro en la frente! ¿no era obvio cual era la causa de la muerte?”
Revisó las fotografías de la pared y entendió el enfado de la hija. Capitán Smith. Se acercó a la mesa, estaba llena de todo tipo de papeles e informes desordenados. Se puso unos guantes y cogió algunos. Un contrato de seguro de la casa, facturas, extractos bancarios… contabilidad doméstica… ¿a quien le interesaba la contabilidad doméstica? Un recibo más pequeño cayó hasta el suelo y fue a colarse debajo de la estantería. Vaya, que fastidio. Hoy todo salía mal. Odiaba trabajar los sábados, no era justo. Se agacho para recogerlo y al meter los dedos en el hueco, arrastró junto al recibo, una hoja de periódico doblada.
Vaya, esto si que es bueno, pensó desdoblando el periódico y comprobando que dentro había una foto de un famoso neoyorkino. El recorte de prensa era del tiroteo del año pasado a una compañera de otra comisaria, durante el entierro del capitán… Miro a ambos lados, nadie la miraba. Metió el recorte y la foto rápidamente en su bolso, esperaba que no la hubiese visto nadie o se la cargaría. Tenía que hacer una llamada urgente. Esto era muy inesperado y debía advertirle. Se levantó y dejó el recibo entre el resto de documentos.
- John, voy un momento a mi coche, con las prisas me he olvidado el móvil – le dijo muy bajo a su compañero acercándose por la espalda mientras el seguía apuntando en su libreta lo que la hija de Smith, le iba diciendo.
- Tomate tu tiempo, y si puedes, un café – le contestó el mirándola y guiñándole un ojo – yo me ocupo.
Sarah sonrió. Tenía suerte de contar con John como compañero. Siempre trataba de protegerla de todo, era como su hermano mayor. No le gustaba ocultarle esto, pero sabía lo que se jugaba.
Bajó hasta su coche y se metió cerrando con el seguro. Sacó su móvil del bolsillo de la chaqueta y marcó. Espero varios tonos…
- Sarah, ¿ocurre algo? – le contestó una adormilada y firme voz de mujer al otro lado.
- Creo que si. Estoy en el escenario de un crimen, un capitán jubilado de NYPD. El que lo ha hecho buscaba documentación, pero creo que se le ha podido “descuidar” un par de detalles debajo de un mueble… y creo que le afectan…
- Sarah, no sigas. Cuando acabes ahí, ven para mi casa, no quiero hablar por teléfono.
- Si señor…
Gates colgó el teléfono y apretó los labios. Soltó un soplo corto de aire por la nariz, haciendo ruido.
Sarah entró de nuevo en la casa. Jonh charlaba con el forense. Se acercó a él y miró de reojo a la mujer, que seguía allí con la cara entre las manos.
- Esta bien, gracias, nos avisas y pasamos por tu laboratorio.- Le dijo al forense mientras la miraba.
- ¿Sabemos ya la “causa” de la muerte? – le dijo bajito sonriendo
- Oh si, dice que ha sido el ama de llaves con el candelabro en la cocina- le dijo en voz baja, tomándola del brazo y caminando hacía la puerta de la casa
- ¿Dónde vamos?
- Tú a tu casa. No sé que te pasa, pero no pareces tú. Y yo seguiré aquí un rato. No puedo ir puerta por puerta con los vecinos a estas horas, mañana me acompañarás, pero necesito a Sarah ¿estamos?
Sarah sabía que tenía razón. Estaba totalmente descolocada. Además si se iba ahora podría ir a hablar con Victoria cuanto antes y se le quitarían los nervios.
- Creo que Alice sabía bien lo que hacía cuando se casó contigo John, eres estupendo.- le dijo sonriéndole
- Pues creo que de vez en cuando se le olvida, y ahora que lo comentas, el próximo día que quedéis a comer, encárgate de recordárselo.
- Te debo una.
- Me debes esa, vete anda.
Sarah vio luz en una de las ventanas de la casa de Gates. Aparcó el coche y se acercó golpeando muy suavemente con los nudillos en la puerta.
*********
FIN CAPITULO 6
¿Os convence? Gracias por llegar hasta aqui.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Vaya forma de relacionarlo todo, muy bueno el capitulo
Me encanta el juego que se traen Beckett y Castle siempre tonteando, me gustó mucho la escena de Alexis cuando llega a casa y el caso tiene muy buena pinta.
Continualo!!
Me encanta el juego que se traen Beckett y Castle siempre tonteando, me gustó mucho la escena de Alexis cuando llega a casa y el caso tiene muy buena pinta.
Continualo!!
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Genial el capítulo. Me has dejado super intrigada. Y en cuanto a la relación de ellos es una maravilla como lo narras, parece que lo esté viendo.
Enhorabuena por esta magnífica historia.
Enhorabuena por esta magnífica historia.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MÁÁÁÁÁÁÁÁS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! A mí me convence tanto que quiero otro ya.
caskett mola- Autor de best-seller
- Mensajes : 874
Fecha de inscripción : 27/01/2011
Edad : 26
Localización : Castlelandia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me está subiendo la sangre a la cara.....
GRACIAS!!!
GRACIAS!!!
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Página 2 de 22. • 1, 2, 3 ... 12 ... 22
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