Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09

INCREÍBle gracias por continuar

Me convenció de principio a fin!!!

Continualo pronto!!!

CAPITULO 7. SORPRESAS

Sorprendentemente Victoria Gates sabía sonreír. Y eso es lo que hizo cuando abrió la puerta y vio a Sarah.

Le mandó que entrase y antes de cerrar la puerta, se asomó al jardín, mirando hacia la calle. Vacío. Sólo estaba el coche de Sarah aparcado. La invitó a sentarse en el sofá, frente a ella.

- Me alegro de verte Sarah. ¿Cómo te va por la 68?
- Bueno, no puedo quejarme. John me ayuda, pero reconozco que es muy raro no verla allí.
- Confía en John y aprende Sarah, me alegro que no te hayan cambiado de compañero. Perdona que vaya al grano pero estoy deseando saber que tienes que contarme.

Sarah cogió su bolso del suelo y saco el recorte de periódico tendiéndoselo a Gates.

- Quien quiera que mató al capitán Smith en su casa, no se dio cuenta que habían caído bajo un mueble.
- ¿Cómo le han matado?
- Una ejecución, directa, con silenciador, en mitad de la frente, yo diría que calibre 45. Estaba claro que o conocía al asesino, o que no le daba ningún miedo su presencia. Estaba sentado tranquilamente en una de las sillas de su despacho, la puerta no estaba forzada. No había ninguna señal de lucha, tenía el cabello totalmente peinado y su ropa estaba impecable. El cadáver no era reciente, yo diría que llevaba más de 24 horas. Y si soy sincera me apostaría algo a que el capitán no esperaba que le disparasen. Quizá incluso el asesino le estaba esperando sentado en su despacho, el capitán tenía los brazos sobre los reposabrazos de la silla. Quizá el asesino no encontró lo que buscaba y le ejecutó por rabia. Desde luego, lo que si hizo fue revolver toda la casa, y lo hizo antes que llegase el capitán, porque había documentos bajo sus zapatos, en el suelo.
- ¿Pudiste hablar con el forense?
- No, aún estaba analizando el cadáver, mañana nos dará todos los detalles.
- Bueno, veo que siguen sin hacerte falta muchos de esos detalles Sarah – y la joven sonrió pensando que no había visto más, hoy no era su día, mientras Gates miraba el recorte de periódico y la foto que Sarah le había entregado.
- ¿Es este el eslabón que estaba buscando señor?
- Puede ser, Sarah. ¿te han visto coger esto?
- No señor.
- Bien, tienes que volver a dejarlo donde estaba – la chica asintió – sé que te estas jugando mucho al hacer esto Sarah, agradezco tu fidelidad y no sabes como me alegro que haya sido a ti a quien hayan llamado para ir a esa casa. Este es un tema muy delicado y no tengo mucha gente en quien confiar.
- Puede contar conmigo señor, ya lo sabe.
- Deja de llamarme señor, no estamos en comisaría.
- Es mejor seguir la costumbre…
- Esto es muy importante Sarah. Necesitaré que me mantengas informada de todo lo que vayáis descubriendo, pero no quiero que vuelvas a mi casa, ni que me llames por teléfono, eso solo lo harás si lo consideras verdaderamente urgente. Nos jugamos mucho. Ya han muerto muchas personas por esto. Y tendrás que hacerme caso en todo lo que te diga.
- ¿Esta ella de nuevo en peligro? – dijo señalando el periódico – no había cosa que más le jodiese que atentasen contra un compañero.
- Más que eso Sarah, esta en el ojo del huracán, y no se da cuenta porque esta demasiado cegada por la venganza. He intentado apartarla del caso, pero no me fio de su cabezonería. Es capaz de continuar sola por su cuenta. Y no nos conviene perderla. Cuando todo esto acabe pedirás el traslado a la 12, quiero que trabajes con ella y sabrás porque lo digo.
- Y ¿él?
- Bueno, eso no lo tengo tan claro, tiene que estar metiendo siempre las narices donde no le llaman y es bueno haciéndolo, no sé que es lo que sabe de todo esto, pero por el momento no creo que vayan a por él, de lo contrario ya estaría muerto, es un blanco fácil. Ya le conocerás. Sorprendentemente forman un buen equipo, y con los recortes de presupuesto, reconozco que es sencillo de mantener.
- Está bien. ¿Qué debo hacer?
- Ve a ver a tu abuelo todos los días, ponle al día. El sabrá como hacérmelo llegar – la joven sonrió
- Se alegrará de sentirse útil
- Si, de nuevo a la carga… confía solo en lo que tu abuelo te diga. Deberías irte Sarah. La próxima vez que te vea, trabajarás en la 12. Ahora tengo que confirmar que mi gente esta segura.
- Victoria
- Sarah ten mucho cuidado con este caso. Espera siempre instrucciones –la chica asintió y salió de la casa

Gates, apagó la luz y salió a la calle ocultándose en las sombras. Nadie había seguido a Sarah. Nadie sospechaba nada, al menos por el momento.

Entró en su casa y cogió un móvil desechable. Marcó un número y espero respuesta.

- Buenas noches, le habla Victoria Gates.
- Buenas noches –contestó una mujer al otro lado de la línea – el capitán Stevens nos dijo que se pondría en contacto con nosotros. Le habla la Sargento Harriet Barber.
- Tengo muy buenas referencias suyas sargento y de su compañero el teniente…
- Me alegra saberlo capitán, mi compañero el teniente James Brandon y yo- se adelantó intuyendo que no sabría como se llamaba su compañero- estamos a su entera disposición.
- ¿Me pueden informar del turno de hoy por favor?
- La detective esta a salvo, hemos puesto vigilancia de cebo y no hay nadie que la esté siguiendo. Nos sorprende que ni ella misma haya detectado esa vigilancia, no estamos siendo muy cuidadosos. Usted nos dijo que ella se daría cuenta.
- La detective Beckett no esta pasando por su mejor momento. Dele tiempo y verá como sospechará. Creo que voy a necesitar que cuiden de otra persona.
- Dígame…
- Necesito que pongan vigilancia al asesor Richard Castle.
- ¿Cómo ha dicho? ¿Richard Castle?
- Si, el escritor – dijo pacientemente pensando que la sargento seria otra de sus locas fans - es asesor en nuestra comisaría..
- Creo que podremos ahorrarnos la vigilancia de Richard Castle, capitán, ahora mismo estamos en un edificio enfrente de la casa del señor Castle. La detective Beckett vino aquí el viernes por la noche, ayer a las doce y media salió hacía su apartamento y dos horas después el señor Castle y su hija la recogieron y fueron a comer a un restaurante en Brooklyn, volvieron a este domicilio sobre las cuatro de la tarde y a las nueve y treinta de la noche salieron los dos solos por la zona a pie dando un paseo. Volvieron a las doce de la noche y no se han movido de allí. La hija del señor Castle ha vuelto a casa hace una hora. El apartamento de la detective no ha tenido ninguna visita extraña durante sus salidas, y salvo una visita de la señorita Lanie Parish, forense de la comisaría, que se marchó al ver que no había nadie, el apartamento de la detective Beckett es seguro.

A Gates le pilló por sorpresa. Cuando Beckett volviese hablaría con ella. No le convencían en absoluto las relaciones de pareja dentro de la comisaría. Esa chica tiene futuro. Si tuviese que prescindir de Castle lo iba a hacer. Por su bien.

- ¿Capitana Gates? ¿sigue ahí?
- Si perdone Sargento, evidentemente la vida privada de mis agentes es eso privada… ¿me pueden confirmar si mantienen una relación sentimental?
- Si señora, mantienen una relación de pareja.
- ¿Podría ese hecho complicar la vigilancia?
- No señora, formaremos otro equipo para continuar la vigilancia si se separan.
- Pueden informarme de cualquier novedad en este móvil.
- Lo haremos señora.
- Gracias sargento, buenas noches y buen trabajo.
- Gracias señora.

La sargento colgó el móvil y sonrió al teniente.

- Gates es de las que tiene que tener a toda su comisaria bajo su control absoluto. Le ha molestado no saber que estaban liados.
- Pues no parece que lo escondan en absoluto –contestó James sin levantar los ojos del juego en su Iphone
- A lo mejor se lo esconden a ella y no al resto del mundo.
- Eso tiene que ser divertido. ¿Te imaginas que nosotros tuviésemos que estar escondiéndonos?
- No lo aguantarías.
- Cuando quieras fingimos que hemos cortado y lo intentamos.
- Paso
- ¿Te gusto demasiado eh?
- Si – le dijo ella dándole un beso – y no veo la necesidad, Stevens no nos ha puesto condiciones. Si no pudiese trabajar contigo, quizá no trabajase tan bien como lo hago ¿no?
- Bueno, cada uno tiene sus opiniones, yo creo que tú sabes lo que pienso sólo con oír como respiro, y yo se lo quieres hacer con echar un vistazo a tus ojos, y Stevens se aprovecha de eso.
- Si, eso y que se ahorra llamadas… con llamar a uno tiene a dos- James empezó a reír – y según están los presupuestos, eso se valora… De todas formas, si yo fuese Beckett, con la pasta que tiene su novio, no creo que aguantase a Gates.

Gates guardó el móvil. Y miró la hora. Las cuatro de la mañana. Tenía que dormir un poco. Mañana venía a comer su cuñada y su familia. Eso la distraería. Este caso era demasiado complicado y peligroso y si no jugaban bien sus bazas, todos podrían perder sus vidas, pero si ganaban la mano, el NYPD iba a cambiar, ganarían libertad y ella movería sus piezas para poner a todo el mundo donde debía estar, era buena en eso.

Kate se despertó olisqueando el aire. Olía muy bien. Abrió los ojos y comprobó la hora. Las diez de la mañana. ¿Cuánto tiempo hacía que no se despertaba a las diez de la mañana? Castle se removió a su espalda y la abrazó más fuerte.

- Rick, Alexis tiene razón, no sé como puedo respirar contigo abrazándome así.

El cerró aún más su abrazo, aprisionándola entre su cuerpo y agarrándola con las piernas.

- Y aun así, te escapas por la noche. ¿Por qué me dejas solito? Me da miedo la oscuridad
- La próxima vez te despierto y haces de camarero. Tenía sed.
- Te deje agua en la mesita.
- Si, y nos la bebimos anoche, ¿recuerdas? Pasamos un “poquito de calor” – el dibujó una amplia sonrisa en su cara sin abrir los ojos.
- Pues no, no me acuerdo ex inspectora ¿Me haces una simulación de la situación para ver si recupero la memoria?
- Me sorprende escritor, que a su edad tenga tanto aguante y quiera repetir cada dos por tres.
- ¿Comooo?
- Jajaja
- ¿Cómo que a mi edad? ¿Quieres una demostración que tengo la edad justa para cansarla ex inspectora? – le dijo empezando a besar su nuca
- No hace falta, no gastes energía, no quiero que te lesiones – le dijo riendo
- ¿Cómo que no? – sujetó sus manos mientras la abrazaba y besaba suavemente su cuello
- Para, Rick
- ¿No te gusta?
- ¿A que huele?
- Tu piel huele estupendamente- continuó con el cuello de Kate
- Para, Rick, huele a tortitas, creo que Alexis está en la cocina, no sigas.

El la besó en la mejilla, seguía sin soltarle las manos.

- Te has salvado … por el momento!! ¿Aleeeexis? – gritó Castle
- ¿Qué papa? – Le contestó la chica
- Ven
- ¿Castle!! ¿Cómo le dices que venga?
- ¿No querrás que este gritando todo el tiempo, no? – y volvió a besar su mejilla.
- ¿Qué quieres? - Dijo Alexis apoyándose en la puerta de la habitación
- Eso es lo que quiero saber yo Alexis. Llegaste a las tres, apenas has dormido seis horas y has bajado para prepararnos el desayuno, has abierto la puerta de la habitación para que nos llegase el olor a tortitas… ¿Qué tramas? –Kate sentía que le hervían las mejillas, era la primera vez que alguien la observaba mientras estaba con un hombre en la cama, o al menos que ella fuese consciente de ello.
- Oh! Papá – dijo la joven acercándose a la cama y sentándose a la altura de las rodillas de Kate, con lo que ella volvió a notar que su cara concentraba el 80% de la sangre de su cuerpo.
- ¿Qué quieres Alexis? – le dijo Richard
- Michael y Robert…
- Ya empezamos – dijo Richard
- Nos han invitado a ir con ellos a Philadelphia el lunes… ¿Me dejarás ir?
- Alexis...
- Venga papá, no está lejos, volveremos por la noche- y Kate vio como puso esos ojitos de gato con botas en Sherk… exactos a los de su padre.
- Alexis, ahora hablamos. ¿Qué has hecho de desayuno?
- Levantaros y lo veréis – dijo divertida, levantándose de la cama y saliendo de la cocina.
- Se aprovecha porque estas aquí
- ¿Qué estoy aquí? Hace 5 minutos que no estoy aquí… me muero de vergüenza, tu hija entrando en la habitación!! Y no me has soltado para dejar que me tapase…
- Estas tapada, yo no te veo nada, menos mal que te tengo memorizada, y la he llamado para que sepa que la he pillado y que no puede aprovecharse porque estés aquí- le dijo besándole otra vez en la mejilla – se lo que hago. Vamos a desayunar anda, - le dijo soltándola- ya que nos ha hecho el desayuno…
- ¿Dónde dejaste la camiseta? – le dijo
Richard había saltado de la cama, poniéndose los calzoncillos y el pantalón del pijama y mientras se ponía su camiseta, le enseñaba triunfante la suya a Kate.
- Si la quieres tendrás que venir a por ella…. Y sin sábana….

Salieron de la habitación riendo, Rick andaba detrás de ella, abrazándola por la espalda fingiendo que mordía su cuello.

- Bueno, bueno – dijo Rick soltando a Kate y sentándose en su sitio habitual – si hasta has estado haciendo zumo de naranja… veamos que me has preparado para intentar sobornarme. Tortitas, huevos revueltos, bacón ¿has bajado a por los croisant a la pastelería? No me lo puedo creer Alexis!!
- Si, he bajado a por ellos –le dijo mientras le metía uno en la boca
- Eftps crfistsns eftan buefnisimos – le masculló a Kate
- Papá, será solo mañana, iremos en el coche de Courtney, volveríamos sobre las ocho.
- No creo que sea una buena idea – le dijo seriamente a Alexis –apenas les conoces y ¿te vas con dos chicos a pasar el día a 150 kms de aquí?
- El padre de Courtney le deja ir, me lo ha dicho esta mañana.
- Ya, pues yo no soy el padre de Courtney, soy el tuyo y no quiero que vayas.

Kate se sintió un poco incómoda, siempre pensó que en la relación padre e hija, él era el que siempre la empujaba a hacer locuras, y ella la que tenía los pies en el suelo. No podía imaginar que Richard pudiese ser tan serio y cabal, y aunque a ella no le parecía que fuese demasiado grave que la joven fuese a Philadelphia a pasar el día con sus amigos, entendía que él tendría sus motivos para no dejarla ir. Ya le preguntaría luego.

- No lo entiendo papa, me has dejado ir a Washington y Boston a pasar un fin de semana con mis amigas y no me dejas ir a Philadelphia un día….
- No. No te dejo ir. Porque no vas con tus amigas, vas con una amiga y dos chicos a los que conoces de unas horas, no voy a dejarte ir, y no es propio de ti que sigas insistiendo, deberías meditarlo un poco.
- Esta bien papá. Voy a ducharme. He quedado a comer con mis amigas – dijo enfadada, levantándose y dejando su desayuno a medias.

Kate le miró y vio que él seguía a Alexis con la mirada, escaleras arriba. Pocas veces había visto esa mirada y una de esas veces había sido el jueves pasado, cuando discutió con ella. Se acercó a él y le dio un beso en la mejilla. El la miró y esbozó una sonrisa.

- A veces se pone cabezota. ¿no lo esperabas verdad? No me mires tú también así. Les conoce de unas horas. Puede que sean los chicos más responsables de todo Nueva York, pero tiene dieciocho años, no puede salir corriendo con cada uno de los que conozca, y si, ya se lo que piensas, dará igual si no sale de Nueva York, pero al menos yo estaré en su radio de alcance.
- Vale… ¿sabes Castle? Te pones muy interesante cuando te enfadas….
- No estoy enfadado, estoy preocupado.
- Rectifico entonces… te pones muy interesante cuando te preocupas… pero no cuando te preocupas por mi…

Él sonrió y la atrajo hacía el. La abrazó por la cintura y puso su frente junto a la suya.

- Kate, tu me tuviste muy preocupado – le dijo besándola – Alexis bajará en un rato y habrá cambiado de idea, la conozco y sé que lo hará. No me ha gustado que intente aprovecharse porque estás aquí y tengo la guardia baja. Esa no es su forma de actuar. Y no me ha gustado que se fuese sin terminar de desayunar con nosotros.

Siguieron desayunando y hablando y al rato Alexis bajó arreglada y dispuesta a marcharse. Se acercó en silencio a ellos, miró a su padre y le abrazó.

- Lo siento papa. Tienes razón, no debería ir. Me ha llamado Courtney, a ella tampoco le dejan ir. Sus padres pensaban que iba conmigo. Siento haberme ido sin terminar de desayunar – miró a Kate disculpándose -. Voy a ir a comer con mis amigas, volveré sobre las diez, podríamos salir a tomar un helado cuando vuelva….
- Ya veremos… pásalo bien ¿vale? – le dijo Richard dándole un beso en la cabeza.

Salió por la puerta, y Richard miró a Kate….

- En cuanto a ti, creo que tenemos pendiente una conversación sobre mi edad….

Ella levantó las cejas, escondió su labio inferior y le cogió de la mano para llevarle a su habitación, él se levantó del taburete, la frenó en seco y agachándose delante de ella, la cargó sobre su hombro mientras ella soltó un grito agudo seguido de su nombre.

- Ahora veremos que pasa con mi edad….

***********
FIN CAPITULO 7
Gracias por leer.... decirme si voy bien....
(me escuecen los ojos de estar delante del ordenador)

me encanta!!!!!!!!! sigue prontito, pero descansa de tanto ordenador anda!!!

Te quedo super, gocé mucho con el desayuno "trampa" de Alexis y lo de la discusión por la edad de Castle jajaja

Sigue pronto!

Vas mas que biennnnn
Las situaciones kate,rick y alexis me matan
Y gates a cargo de todo me gusta, creo que ella sera la que los ayude en la serie tambien.
Sigueloooooooooooo porfiiiii

Es hora de ir dando las gracias, me he ocupado demasiado de escribir la historia y no he dado las gracias… que falta de educación por mi parte… mil perdones, ahí van:

Leilakb: Gracias, por el más temido primer comentario… un gran alivio leerlo. Pufs. No sabes cuanto.
Dannyyfranco: Gracias por tu bienvenida y por pedir el siguiente! Y no creo que en la serie nos den detalles… que pena…

Maria_cs: Gracias, poco a poco me ibais dando ganas de seguir escribiendo, te he hecho caso y he dejado el ordenador un rato, lo he cambiado por lápiz y papel... jejeje

Teresita_yocastle$$NYPD: ¿Qué maravilla de historia? … que halagazo!! Gracias, gracias.

Castle&Beckett: Gracias por la primera amenaza… jejeje molaaaaa!!

Mary530: Cruzando el charco y le gusta mi historia!!! Gracias! Espero poder imaginar más discursiones de ese tipo, y lo de la edad… He leído por ahí que dicen que Fillion esta mayor… y noooooooooooooooo, esta en la edad justitaaaaaa

Karlaguilarodgers: lo intento, intento seguir… gracias.

Jorja: Gracias por tu apoyo y sobre todo ¡por recomendarme! (mooooola, Jajaja)

Moni Valdes: Gracias por tu apoyo desde este otro lado del océano.
Duende: Gracias, intentaré que siga imaginando ideas locas…

Castle&Becket..Cris: voy, voy, dame tiempo de dormir… gracias!!

Skyscraper: gracias por haberte dado cuenta de mis intenciones, comedia romántica… haber si lo consigo.

Becket_Castle_Alba: Gracias…seguís animándome… mil gracias. Si se llega a atragantar Castle!!!, y me sigues comentando que te gusta el apoyo de él, el tonteo y la ternura… tomo nota!! Espero no defraudarte.

Cata Castillo: Yo también creo que no nos darán detalles, gracias por entender el comecoco que tengo al describir las escenas, dicen que una imagen vale mas que mil palabras, pero ¿son mil palabras capaces de describir una imagen? Me animas a creer que si… ah y me encanta tu avatar (juas juas)

Maku_Stanathan: Guauuuuu, corre el boca a boca… esto es demasiado para mi… gracias…. Tranquila tanto tú como tu amiga Jor, no pretendo hacer daño a nadie….

Silvanalino: Gracias. Tranquilidad absoluta… ya verás…. Aunque no se yo si compartir contigo lo de Victoria Gates…. Bueno…. Tomo nota de tu apunte, ya veré por donde salir.

Mel.castle: Gracias, empieza a preocuparme que penséis que quiero hacerles daño…

Lefleur89: Gracias, a mi también me gusta eso de poder leer varios capis seguidos…

Caskett mola: Gracias por ser tan insaciable!!! Me pongo ya mismo a escribir…

Intentaré tener otro capi esta tarde... hoy no trabajo, pero a partir de mañana tengo otro horario y será más complicado....

silvanalino escribió:Vas mas que biennnnn
Las situaciones kate,rick y alexis me matan
Y gates a cargo de todo me gusta, creo que ella sera la que los ayude en la serie tambien.
Sigueloooooooooooo porfiiiii

completamente de acuerdo con sil

Me gusta mucho como lo estas llevando, espero el siguiente capitulo con ansias

Gracias Graciasssssssssssssssss por esta historia tan fabulosa

Me encantó, la historia del caso y que Gates este ayudando con guardia sin que Beckett y Castle lo sepan me gusta. Además,la escena del desayuno con Alexis estuvo muy bien

Continualo que sin duda no me defraudas, cada capítulo esta mejor y más interesante

sigue prontoooo!!!!!!!!!!!!

Bueno, bueno...

Espero no aburriros....

CAPITULO 8. RESPUESTAS.

Sarah llegó a la casa del capitán Smith media hora antes de la cita con John. Un agente custodiaba la puerta de la casa, donde aún trabajaban varios CSI. Preguntó al agente por su hija, cruzando unas breves frases y dejando al mismo con una sonrisa de oreja a oreja recordando a su bebé. Sarah sabía observar. Era su punto fuerte. El agente Williams tenía pequeñas manchas difuminadas de baba con restos de lo que parecía papilla en su hombro izquierdo, seguramente habría salido de casa a toda prisa esa mañana y ni se habría fijado. Ahora tendría que sortear al resto y cumplir con la orden de Gates: “tienes que volver a dejarlo donde estaba”. Sabía que Gates se jugaba mucho, no sabía exactamente que era lo que estaba pasando, pero confiaba absolutamente en ella, y le ayudaría en todo lo que pudiese.

Si para Gates era importante, para ella era urgente, ese había sido su lema desde hacía casi dos años, desde el día que se puso bajo sus órdenes y ese seguiría siendo su lema hasta que Gates se jubilase, estuviese donde estuviese.

Entró al despacho de Smith. Saludó al CSI con familiaridad. Y empezó a distraerle con su conversación. Se puso unos guantes y empezó a ojear los papeles sobre el escritorio, tal y como hizo la noche anterior, disimulando. De la misma forma que se había caído un recibo, Sarah dejo caer a propósito una de las facturas, comentando con el CSI su torpeza y agachándose, cuando este volvió a su trabajo dándole la espalda Sarah deslizó bajo el mueble los documentos que había encontrado la noche anterior.

Permaneció agachada unos segundos más observando desde esa postura todo el despacho y al estar segura que nadie la había descubierto, se puso en pie y comenzó a realizar su trabajo: “observar meticulosamente toda la escena”.

- Albert – le dijo al CSI - ¿Podrías coger una muestra de esta mancha?

Albert se acercó donde Sarah le mostraba. En una de las patas de la mesa del despacho, había una mancha de una sustancia grasa con unas pequeñas partículas blancas, parecía arena.

- Vaya, gracias Sarah, como premio por ayudarme, haré que analicen esto primero – y se volvió hasta su equipo para buscar la cámara de fotos y hacer unas fotografías antes de coger la muestra.
- Buenos días chicos – dijo John desde la puerta del despacho
- Hola sargento – le contestó Albert.
- John – le dijo Sara levantándose y yendo a su encuentro – ¿vamos a por esos vecinos?
- Si has acabado de hacer todo lo que ayer no hiciste… - le contestó gracioso
- Lo siento John, ayer no era mi día – se disculpó la chica – creo que ya he acabado aquí.
- Andando entonces. Hasta luego Albert – y este levantó la mano en señal de despedida mientras tomaba fotografías del hallazgo de Sarah.

Pasaron la mañana interrogando al portero, a los vecinos… pero nadie sabía nada, nadie había visto u oído nada. Todos describieron a Smith de la misma forma, un atento vecino, atento y serio, triste desde que murió su esposa. Jamás había dado problemas, no habían visto a nadie extraño rondando, ni le habían visto con otra persona en los últimos meses que no fuese su hija. Volvieron a la comisaría, y fueron al laboratorio para ver que les podía decir el forense.

- ¿Que tienes que contarnos Adam? – preguntó John al forense mientras accedían a la sala de autopsias.
- Bueno chicos, no puedo contaros mucho más de lo que veis. Salvo que al señor Smith le quedaban unos meses de vida y quizá le han hecho un favor disparándole, se ha ahorrado mucho sufrimiento, tenía un tumor cerebral avanzado.
- Fiuuuuu – silbó John – si yo pudiese elegir, elegiría sin duda el tiro.
- La bala, de 9 milimetros, disparada con silenciador, está en balística – Sarah sonrió para ella, se había equivocado con el arma, ayer no fue su día– No he encontrado ningún resto en sus manos. Dentro de sus bolsillos estaba su cartera, las llaves de un coche, un teléfono móvil y un paquete de caramelos mentolados empezado. Nada más.
- Esta bien. Nos llevamos el móvil para que intenten averiguar con quien habló los últimos días.

Sarah convenció a John para que se fuese a comer con Alice. Ella se encargaría del móvil de Smith. No tenían gran cosa. Iba a ser complicado seguir así y era domingo… John la dejó en su escritorio no sin hacerla prometer que le llamaría con cualquier cosa importante, y se marcho camino de su casa para darle una sorpresa a su mujer. Llevó el móvil a los técnicos de guardia, y volvió a su escritorio para averiguar quien era Smith y porque habrían querido matarle. Cuando su estómago rugió, Sarah seguía estudiando la vida del Capitán. Miró la hora… las 14.00 sería mejor que fuese a comprar algo para comer.

Apagó la pantalla de su ordenador, ordenó los bolígrafos sobre el cubilete, cogió su chaqueta y se encaminó hacia las escaleras.

*****
Kate miraba el techo de la habitación de Richard, pensativa mientras acariciaba el pelo de él, cuya cabeza reposaba sobre su pecho. ¿Qué era lo que iba a hacer ahora con su vida? Estaba claro que le quería a él para el resto de sus días, pero… ¿el trabajo? Absorta en estos pensamientos le notó dar un pequeño respingo, debía de estar soñando. Bajó su mano desde la almohada hasta encontrar la de él, que la agarraba por la cintura, y entrecruzó sus dedos con los de él.

Esto era real y no quería moverse de allí. Ahora sabía que le necesitaba tanto como él llevaba necesitándola a ella los últimos cuatro años. Por un momento se imaginó siendo su ayudante. Podrían dedicarse a hacer cualquier tipo de investigación para sus libros. Sería divertido. Estaba claro que fuese lo que fuese a pasar en su vida a partir de ahora, lo que si tenía claro, es que sería a su lado.

Él despertó. Notaba los dedos de Kate entre su pelo.

- Me encantaría despertarme así cada mañana – le dijo besándola entre ambos pechos, justo sobre la cicatriz del disparo.
- Pues a mi no del todo, deberías de afeitarte, me pinchas.
- Tienes razón, me has secuestrado y no he tenido tiempo de hacerlo – dijo bostezando.
- ¿Ya ha descansado del esfuerzo, escritor? – le preguntó para picarle.
- Solo he tomado un pequeño respiro jovencita – le contestó poniéndose encima de ella e inmovilizándola con todo su cuerpo – continuemos – paro para besarla – con unos ejercicios prácticos…
- Vamos Rick, no hace falta que intentes demostrarme nada. Sólo bromeaba.
- ¿Ah si? ¿no es este el examen de prueba para ser el amante de Katherine Beckett? ¿Me he equivocado de sala? Me han dicho que solo se aprueba con un noventa sobre cien. Esa arpía es muy exigente – dijo esta ultima frase forzando la voz a un tono más bajo y grave – ella le sonrió y el la beso.
- Y no soy tan exigente! De hecho tienes el aprobado. ¿Qué tal si nos levantamos? Son casi las dos – dijo intentando escabullirse de la cama
- Hey hey hey, quieta ahí! No vas a escaparte tan fácilmente, no vas a salirte con la tuya
- Vamos Castle, me apetece darme una ducha y salir a comer algo
- ¿Me estas invitando a compartir tu ducha ex inspectora? – le dijo levantando una de sus cejas y arrugando su boca
- Lo siento pero… - con un movimiento seco y rápido le giró sobre la cama, dejándole boca arriba, ella a horcajadas sobre él y sujetando sus manos contra las almohadas – yo no he oído esa frase salir de mi boca.
- ¿Cómo has hecho eso? – le dijo intrigado – guau Kate, esto me pone… – le dijo entrecerrando los ojos con esa voz cómica y levantando la cabeza para darle un beso
- ¿Qué te pone? – río ella – llevas “puesto” desde cinco minutos antes de despertarte, estabas demasiado pegado a mi como para no darse cuenta.
- Ajaaaa – le dijo el con un toque de chulería – eso demuestra que no soy tan mayor ¿eh?
- Vale, ya te he dicho que has pasado el examen – le dijo besando su nariz y saltando rápidamente de la cama llevándose con ella la sábana- voy a la ducha tardaré tres minutos
- Pero… y ¿mi nota? – le dijo implorante en voz alta mientras cerraba la puerta del baño tras ella

Kate abrió un poco la puerta, asomando la cabeza y le dijo:

- Era una arpía ¿no? – y cerró de nuevo la puerta, sonriendo mientras abría el grifo de la ducha, lamentando no poder ver su cara
- ¿No no-noventa sobre cien? – susurró él con la mirada perdida sobre la puerta del baño y totalmente paralizado

Reaccionó cuando oyó que llamaban a la puerta. Busco sus calzoncillos, el timbre volvió a sonar. Se puso el pantalón del pijama y la camiseta y fue a abrir la puerta.

- ¿Lanie?
- Hola Castle
- ¿Ocurre algo?
- Dime la verdad Castle –le dijo entrando sin permiso en la casa y con cara de enfado - ¿Beckett esta aquí?

Richard la miró sin saber muy bien que decirle. Querría gritarle que sí, que llevaba con el desde el viernes y que quería que estuviese con él el resto de su vida. Pero no sabía que podía querer contarle Beckett… porque ahora, en ese mismo momento y viendo a Lanie delante de él, Kate se había convertido de nuevo en Beckett, y le mataría si soltaba por su boca algo que ella no hubiese querido decir. Se quedó allí, frente a Lanie, completamente mudo. ¿Qué hacer?

- Vamos Castle, ¿No me digas que no esta aquí contigo?, la he llamado mil veces y no contesta, he ido a su casa y no esta allí. ¿Qué debo hacer? Estoy preocupada, se fue de la comisaría el viernes y no sé que puede estar pasando por esa cabezota suya.

Lanie se calló y observó a Castle, notó su cara de preocupación. Oh Dios. Había metido la pata viniendo hasta aquí, pensó, le estoy preocupando. Y está deprimido, esta en pijama a las dos de la tarde y no se ha afeitado en un par de días. ¿Qué le pasa a Beckett? ¿Por qué me ha mentido así? ¿Dónde estará y en que líos estará metiéndose? De pronto la imaginó de nuevo luchando, como le había contado Espo, contra un enorme tipo que la mataba con sus propias manos, la pegaba un tiro o la tiraba desde una azotea.

- Castle, lo siento, no debí haber venido, yo… me he equivocado – se hizo un incómodo silencio
- Rick – dijo Kate saliendo del despacho de él, envuelta en una toalla y secando su pelo con otra – creo que tendría que ir a mi casa, no tengo ropa y hoy me toca elegir a mí, quiero comer comida ch… - se paró de golpe viendo a Lanie – Lanie! ¿Qué haces aquí? – le dijo viendo como la mandíbula de Lanie se abría desmesuradamente – Ay!! Olvidé llamarte, lo siento Lanie y ¿has venido a cumplir tu amenaza no? – le dijo divertida
- Kate!! – le grito Lanie – como se te ocurre tenerme así! – le dio un manotazo a Richard en el pecho y mirándole le dijo - ¿y tu porque no me lo has dicho?
- Bueno, yo … no me atrevía – contestó el intrigado
- Kate, cielo, ya te estaba imaginando investigar por tu cuenta y correr tras ese tipo, me tenias preocupada – le dijo acercándose a ella.
- Te dije que estaba aquí, con él.
- ¿Cómo? – preguntó Richard sorprendido- ¿ella lo sabía?
- Si, le mande un mensaje –contestó a Richard – No sé porque tienes que dudar de mi Lanie, no miento.
- ¿Será porque te conozco? Por un momento pensé que me estabas dando largas y habías continuado la cruzada tu solita.
- No, Lanie, eso se ha terminado – dijo acercándose al aún sorprendido Richard y besándole para que Lanie no tuviese dudas - ¿Por qué no vas a ducharte Rick? – el asintió con la cabeza – y de paso podías afeitarte….
- Es una mandona – le dijo a Lanie mientras se iba a su habitación.

Esperaron unos segundos a que él desapareciese por su despacho.

- Lo siento Kate, deberías haberme llamado, no es propio de ti, estaba preocupada.
- Lo sé, me ha volado el tiempo, no me he dado cuenta. No es culpa tuya, agradezco que te preocupes.
- Me siento un poco idiota ¿sabes? Presentándome aquí… y Castle… le pregunté si estabas aquí y no me contestó, se quedo mirándome con esa cara…
- Oh, no! no pienses eso, en serio, no pasa nada. No sé porque él no te ha dicho nada…
- Hasta he pensado que estaba deprimido, a estas horas en pijama, despeinado, descalzo y con barba….
- Jajaja… bueno… eso tiene una explicación…
- Si, ya la imagino.
- Espera que nos vistamos, íbamos a salir a comer, vente y hablamos.
- No. No quiero estar entre medias de los nuevos tortolitos…
- Vamos Lanie, mira la hora, vamos a comer.

Kate volvió a la habitación para vestirse, y entró en el baño para avisar a Richard que Lanie les acompañaría a comer

- Rick, Lanie vendrá a comer con nosotros
- Aléjate de aquí Kate, no deberías entrar en mi ducha mientras haya visita fuera, no sería educado – le dijo asomando la cabeza – sé que es complicado contenerte, pero no sería correcto hacer esperar a Lanie…
- Pero mira que eres… - le dijo acercándose a él para darle un beso

Él la siguió con la mirada mientras cogía el cepillo del pelo y cuando ella cerró la puerta del baño el dijo:

- Creo que caerás antes de lo que piensas, Kate.

Quince minutos después salían por la puerta y se metían en el coche de Lanie.

- Agentes, atentos, hay movimiento – dijo la sargento Barber mientras observaba con unos prismáticos a las tres personas saliendo a la calle.
- Los vemos – contesto una voz de mujer
- Atentos por si se separan – se giró y zarandeó a James que dormitaba en el sofá – despierta Jimmy, nos movemos.
- ¿Qué ocurre Harry?
- Ha llegado la forense hace media hora y salen los tres de casa – el cogió otros prismáticos – ¿Has descansado?
- Si, aunque no me importaría nada estar en nuestra cama, ese sofá es incómodo.
- Bueno, si estuviésemos en casa Brandon no te dejaría dormir, le tienes mal criado, así que, estas en las mismas.
- Mira, parece que se marchan juntos.
- Mejor, más fácil. ¿Ves algún movimiento?
- No por el momento. Brandon no esta mal criado, quiere a su padre tanto como su madre ¿no?- le dijo sonriendo- Ahí van nuestros chicos… no entiendo como esa inspectora no se da cuenta…
- Gates dijo que no estaba en su mejor momento.
- Chicos – dijo James por la radio – sois un puto elefante, solo os falta barritar para llamarles la atención. Separaros más y no les perdáis de vista.
- Si señor

Harry y Jimmy se concentraron en su trabajo. Ningún coche salvo sus chicos, había ido tras el coche de Lanie. Ahora vigilaban el edificio. No había ningún movimiento en la calle, era la hora de comer de un domingo y la zona no era muy transitada. Harry observaba con atención el portal y a entrada del garaje de la casa, mientras Jimmy analizaba el resto de puntos por donde podría colarse un intruso.

Mientras tanto, en la 68, Sarah había vuelto ha su escritorio y estaba absorta en el historial de Smith. Levantó un momento los ojos de su pantalla y vio acercarse a Anthony, el técnico de informática al que le había dado en custodia el móvil de Smith. Le sonrió, ese chico le caía muy bien. Eran más o menos de la misma edad habían llegado casi al mismo tiempo a la comisaria.

- Sarah, creo que nos engañan, siempre nos toca trabajar en domingo.
- ¿Has encontrado algo Anthony?
- Si pero no gran cosa, utilizaba poco el móvil y solo para llamar. Te dejo la lista y los nombres de los propietarios, tanto de las llamadas recibidas como de las emitidas. Como no tiene gran cosa, te he traído los últimos doce meses. Si quieres más llámame.
- Gracias por traérmelo.
- Me aburro. ¿tienes algo más para mí?
- Pues no. Pero el próximo domingo te puedo traer mi portátil, creo que tiene un virus.
- Eso esta hecho, eso si, esta noche cuando salgamos tu pagas las cervezas ¿Te parece?
- No sé si voy a salir pronto, pero si es así, cuenta con ello.

Sarah revisó las llamadas de Smith, empezando por las más recientes. Su hija, su hija, doctor Herbert Reynolds,…. ¿Richard Castle?, siguió revisando, en los últimos doce meses se había puesto en contacto con Richard Castle 8 veces, 3 de ellas en la última semana. Sarah cogió el teléfono y llamo a Anthony.

- Dime Sarah
- ¿Me podrías facilitar los cinco últimos años de las llamadas de este móvil?
- Claro, pero sigue sin tener gran cosa, ahora te lo imprimo.
- Gracias
- Bueno, ya sabes que me debes unas cervezas.
- Anthony hoy no podré, había olvidado que quedé en ir a ver a mi abuelo a la residencia.
- No pasa nada Sarah, otro día. Ahora te llevo el listado.

Realmente le fastidiaba decirle que no a Anthony. Era tan mono. Pero esto tenía que saberlo Gates. Mientras esperaba el listado, sonó su móvil.

- Carter
- Hola Sarah, soy Albert
- Dime Albert, ¿tienes algo?
- Nada especial, pero te prometí que analizaríamos primero lo que encontraste.
- ¿Qué es?
- Bueno, es residuo de grasa de cocina, eso en una aorta bien podría matar a alguien.
- Y ¿la arena?
- Mira, eso si que es más curioso. Es una gravilla especial que se utilizaba en las cubiertas de los tejados hasta hace 30 años que se cambió por productos plásticos más ligeros. También había atrapadas dos fibras, las han analizado y son de un tejido muy común, utilizado para confeccionar chaquetas y pantalones. Puede ser que esa grasa venga de alguna chimenea de una azotea y se haya traspasado a la mesa al acercar esa chaqueta o pantalón, lo lógico es que fuese lo último viendo la altura a la que estaba. Espero que te sirva de algo Sarah.
- Bueno, ahora mismo no encuentro ninguna relación, pero gracias por tu rapidez Albert.

Anthony le llevo el listado con el resto de llamadas. Buscó las llamadas anteriores, y no encontró mas llamadas en el pasado de Smith a Castle. Pero le sorprendió encontrar llamadas de Smith a Roy Montgomery. No eran muchas, pero si periódicas. Decidió llamar a John y contarle lo de la grasa. No iba a contarle lo de las llamadas, porque si ella no supiese quien era Castle en ese caso, esas llamadas no le habrían llamado mucho la atención. Mientras pensaba que iba a decirle, volvió a sonar su móvil.

- Carter.
- Hola Sarah soy el doctor Adam, no es normal que te llame para esto, pero es domingo y están algo perdidos.
- Dígame
- Me han llamado de balística. La bala salió de la misma arma utilizada en otro caso reciente. Te doy el número y lo consultas toma nota 2012-873514
- Gracias Adam

Sarah consultó el archivo. Vaya! Un caso abierto de la 12. Un chico latino apareció muerto dentro de un coche en un callejón con una bala de 9 milímetros.

Tenía que llamar a John, pero urgentemente tenía que ir a su abuelo. Tenía que mentirle.

- John?
- Dime Sarah, o espera y me ves, estoy en 10 minutos.
- John, me han llamado de la residencia de mi abuelo, le ha pasado algo, voy a ir allí.
- Vale, no te preocupes ¿algo nuevo?
- Si, te dejo los datos en mi mesa, quiero ir ya.
- Vete, tranquila. Que no sea nada.
- Gracias John.

Sarah cogió su libreta y salió de la comisaría hacía la residencia de su abuelo. Cuando llegó allí, su abuelo le dijo que lo mejor sería salir a dar un paseo al jardín. Ella le siguió hasta el banco más alejado del jardín y le fue contando todos los detalles. Su abuelo fruncía el ceño.

- ¿Qué debo hacer abuelo?
- Sigue en el caso, deja que John investigue, tu no relaciones nada, no sabes nada. Y cuando yo te llame, discúlpate por ser mala nieta y simplemente ven a verme lo más rápido que puedas.
- Si abuelo.

Cuando Sarah salió de la residencia, Ben Carter fue a su habitación, cogió un móvil desechable e hizo una llamada.

- Gates – contestaron al otro lado de la línea
- Tienes que venir ahora.
- Veré como lo puedo hacer.
- Ahora Gates – y colgó

Victoria llegó media hora después, y se encaminó por el jardín a buscar a Ben. Lo encontró donde siempre, en el banco más alejado del jardín.

- Estaba con mi familia.
- Ya tendrás tiempo de volver a hacerlo. Sarah tiene datos Victoria, y son importantes.

Ben le contó lo de las llamadas, la grasa, la bala.

- Ben, tengo un asesino que mató hace unos días a un chico que entró en la casa de Montgomery para llevarse documentos, hora ha matado a Smith y ha estado a punto de matar a mi mejor detective tirándola desde una azotea, y mientras, su novio el señor Castle, recibía llamadas de Smith, y anteriormente era Montgomery quien las recibía… ¿Qué relación tendría Smith con Montgomery?
- Sarah dice que Castle no empezó a recibir llamadas de Smith hasta hace un año, que fue cuando murió Montgomery, como si le hubiese pasado el relevo.
- Castle… ¿que pintará en todo esto?… él no es policía
- Tendrás que averiguarlo Victoria – y la miró a los ojos, viendo un destello de cansada tristeza en ellos – No te rindas

Gates salió de la residencia. Era muy cuidadosa, se aseguró que nadie la había seguido. Volvió a su casa. Cuando lo hizo, entro en el despacho de su marido, y llamo a los escoltas.

- Brandon
- Al habla Gates, teniente. ¿novedades?
- Beckett y Castle han salido con la forense Lanie Parish, han comido en un restaurante chino del centro. Hace 45 minutos salieron del local. Beckett y Castle han ido al apartamento de ella en un taxi y por el momento continúan allí.
- Teniente, gracias
- Señor.

Un par de horas antes, en el restaurante chino preferido de Beckett, Lanie escuchaba atenta, la versión de todo lo que había ocurrido con Kate el viernes pasado. Bueno, todo no, Kate omitió contarle los detalles de cómo llegó hasta la casa de Castle. Ya se lo contaría, pero no delante de él. Cuando Castle se excusó para ir al baño, Lanie apremió a Kate para que le contase las partes más “jugosas”, pero Kate únicamente le dijo riendo:

“Supera mis expectativas Lanie, las supera en todo lo que podía imaginar”

Y Castle volvió a la mesa, y la conversación quedó en suspenso por ese día….

*************
FIN DEL CAPITULO 8

Como nadie me diga si le esta gustando, lo paro aqui eh? veo muchas visitas, pero debe ser un bodrío porque apenas tengo contestaciones....

Esta magnifico anver! de verdad
haha me encanto mucho la parte en que Lannie entroo hahahaha

Todo tu fic es increible continuaalo!

Sólo dire

Por el amor de dios! Me encanta cómo estás llevando el fic!!! Me gusta muchísimo la idea de meter nuevos personajes y toda ésta trama nueva!!

Ni se te ocurra dejarlo aquí por dios!!!

Como puedes pensar esoooo, tu sigueloooo
cada vez mejor se pone esta historia y sigo pensando que gates es de equipo bueno

esta buenisiisssmoooooooooooooooooo sigue prontoooo y no lo pares porque en verdad esta super superr

es genial la historia que estas creando y como se empieza a relacionar todo!!!
me encantaaaaa! sigue por favor!!!

Acabo de terminar de
Leerlo todo y me ha
Encantado, esta muy
Bueno, me tenía
Preocupada la camioneta
Pero después me di
Cuenta que eran los
Vigilantes, muy
Bueno, continua

No lo pares por favor, tu fic es increible
Me encanta como estas llevando el caso de Smith, se pone muy interesante y la parte de Lanie en este capitulo me gusta mucho, me imagino la cara que se le debió de quedar cuando vio a Beckett en cada de Castle

Siguelo pronto, me encanta

sigueeee

CAPITULO 9

Habían comido con Lanie, y Richard comprobó que a Kate le venía muy bien hablar de todo lo que había pasado el viernes. O al menos le venía bien hablarlo con su amiga. Él había pasado la mayor parte de la comida callado, observando e interviniendo para soltar alguna tontería, contestar a alguna pregunta o para opinar sobre la calidad de tal o cual plato. Él no estaba dispuesto a presionar. Había que dejarla. Notaba que volvía a ser Beckett, poco a poco volvía a ser ella y le asustaba pensar que Beckett acabaría con la tierna y romántica Kate de los dos últimos días. No se atrevía a hablar para no meter la pata y que toda esa felicidad que se había construido a besos, se desmoronase en una hora y por su culpa.

Salieron del restaurante y aunque Lanie se ofreció a llevarlos, Kate le dijo que pasearían un rato y tomarían un taxi después. Lanie se despidió, no sin antes decirle al oído a Kate lo bien que le sentaba aquel vestido, que era el mismo que llevaba el día anterior, y esto volvió a provocar que sus mejillas se incendiasen, pues recordó el momento en que le dijo a él que se lo quitase, y revivió mentalmente toda aquella escena y la calidez y suavidad con la que Rick la había desnudado, y todo lo que vino después.

Acompañaron a la forense hasta su coche, viéndola desaparecer minutos después entre el escaso tráfico. Kate se giró para mirarle.

- ¿Podemos ir a mi casa? – sonaba más a afirmación que a pregunta

Richard asintió con la cabeza y llamó a un taxi que estaba parado cerca. Apenas hablaron dentro del taxi. Iban cogidos de la mano, mirando hacia fuera. En cuatro o cinco ocasiones, alternándose uno o el otro, se acercaban para darse un beso, como si ninguno de los dos quisiera dar a entender al otro que no le hacía caso. Llegaron al apartamento y cuando Richard cerró la puerta pasando detrás de ella, Kate se dio la vuelta para mirarle.

- ¿Qué ocurre Rick? – le inquirió- estabas ausente, y creo que sigues en otra parte.
- Nooo. No ocurre nada Kate de verdad.
- Vale, pues si no ocurre nada, gracias por acompañarme a casa Castle. Ya hablaremos cuando te venga la inspiración, o quieras empezar a ser sincero conmigo – dijo dándose la vuelta y encaminándose a su habitación.

Él se quedó de pie, mirándola, abrió la boca para decir algo que no quiso salir de su garganta. Se quedó allí unos minutos. No sabiendo cómo afrontarlo. Finalmente, el pánico atroz a perderla le envalentonó y fue hasta su habitación. Ella se había puesto un pantalón de chándal y una camiseta, y estaba sentada en el suelo, con una pierna estirada y poniéndose unas zapatillas de runing. Levantó la vista hacia él y este pudo comprobar una mirada de enfado en ella, esa mirada la conocía bien. La había visto varias veces, era su mirada de cabreo con él. Con el resto de la gente cuando se enfadaba ponía otra, esa era la suya.

- ¿Te ha venido ya la inspiración? – le dijo volviendo su vista a la lazada de una de las zapatillas, terminándola.
- Kate, escúchame.
- Soy toda oídos, puedo hacer dos cosas a la vez, y quiero salir a correr un poco.
- Tengo…- dijo haciendo una larga pausa - tengo miedo Kate.

Ella soltó el cordón de la zapatilla y le miró sorprendida. Él dio un paso más y ella dobló sus rodillas y pasó sus manos por sus piernas, apoyó la barbilla sobre sus rodillas quedándose en esa postura y dándole a entender que le escuchaba. Él se acercó y se sentó en el suelo, frente a ella, el abrió sus piernas acercándose y pasó una a cada lado de Kate, rodeándola. Tomo aire y le dijo:

- Kate tengo miedo de que te arrepientas de todo esto.
- ¿Cooomo? – dijo ella en voz muy baja
- Tengo miedo de meter la pata diciendo o haciendo algo inadecuado ante Lanie, Espo, Ryan, Gates o quien sea y que te arrepientas de todo. Hoy he visto, me he convencido, que tú debes volver a comisaría, no puedes dejarlo, eres poli, siempre lo has sido y siempre lo serás, es tu vida… y no sé si seremos capaces de afrontar con tranquilidad todo lo que sentimos allí y si te enfadases conmigo constantemente, podría ser que te arrepintieses. Cuando comíamos con Lanie, he visto de nuevo a la detective Beckett, con su recta vida profesional y con su vida privada al margen del trabajo, y me he descolocado…
- Rick, pero mira que eres bobo – le dijo sonriendo y poniéndose de rodillas frente a él se acercó a su cara y susurrando sobre su nariz – no sé si querría volver a la 12 si tú no vuelves conmigo. Y si, te prometo que si lo hago, seguiré enfadándome contigo por tus tonterías y tus teorías absurdas sobre conspiraciones galácticas, implicaciones gubernamentales o invasiones de plantas asesinas, seguiré regañándote por tus estupideces porque ese es mi trabajo, en el que se pierden muchas vidas, y siempre seré fiel y responsable en mi trabajo, pero cuando salgamos de allí, te prometo que buscaré tus brazos y tus besos, porque no creo que pueda vivir sin ellos después de saber cómo me gusta estar ahí, y te juro Richard Castle, que como no estés ahí para mi, pienso buscarte y pegarte un tiro. Pero eso será si decido volver.

Kate le besó y él la agarró por los brazos dejándose caer sobre la espalda arrastrándola sobre él en su caida, sin decir ni una palabra mientras se amaban sobre el suelo.

***
Sarah llegó a la 68, inventándose una tonta caída de su abuelo, nada relevante. John no le prestó demasiada atención al asunto y ella se sintió aliviada. Se pusieron a analizar los datos que tenían, John incluso habló de llamar a Gates y colaborar, puesto que ella estaba al cargo de la 12 y allí se había cometido el primer asesinato. Tendría que consultarlo con el capitán, pero no creía que fuese problema. Podrían cruzar datos y averiguar algo más.

Mientras que redactaban peticiones y terminaban de leer algún informe, dieron las 18:30 y ambos decidieron que la jornada había acabado por hoy y que se merecían volver a casa. Sarah cogió el teléfono y esperando que aún estuviese allí llamo a Anthony, dos, tres, cuatro tonos… cuando estaba a punto de colgar un Anthony jadeante Sarah le dijo:

- Anthony, soy Sarah.
- Me has pillado por los pelos, ya me marchaba. ¿Necesitas algo?
- ¿Aún quieres tomarte esas cervezas?

Treinta minutos después, ambos se reían en un bar cercano a la comisaría.

En ese mismo momento, Gates se despedía de su familia política. Su marido la sujetaba por la cintura mientras despedían con la mano al coche que se alejaba.

- Vicky, ¿Qué ocurre? – le dijo preocupado.
- Trabajo, sólo trabajo – y se volvió hacía él para darle un beso – creo que debería ir a descansar cuanto antes, me temo que mañana será un día muy duro.
- Ve a tomar un baño, y luego te metes en la cama. Yo me ocupo de recoger todo.

Gates se sentía afortunada. Su marido, sin ser policía, siempre había entendido su trabajo, dándole todas las fuerzas y el apoyo que ella necesitaba en cada momento, ayudándola y estando siempre a su disposición para ella. Se acordó de los días en los que se conocieron, cuando él era un joven abogado ayudando al fiscal y ella era una novata que tenía que testificar en un juicio, sonrió al recordar como él iba día sí y día también a la comisaria con pretextos tontos sobre la preparación del juicio, hasta que consiguió invitarle a cenar… Eso le hizo pensar en Beckett y Castle. Si, su relación también funcionaría. Pero le gustaría que fuese lejos de su comisaria. Ella no podía permitirse distracciones, tenía mucho futuro por delante y se encargaría de recordárselo. Tomaría su baño y antes de acostarse llamaría a los escoltas. Le preocupaba la seguridad de Beckett y Castle.

Richard acariciaba la espalda de Kate. Volvió a acomodar como pudo el pantalón del chándal de Kate bajo su cabeza para evitar la dureza del suelo. Ella levantó la vista mirándole.

- Creo que deberíamos levantarnos, yo estoy cómoda encima de mi colchón favorito, pero tú te vas a acartonar sobre el suelo.
- Si, reconozco que es incómodo, pero me encanta que estés tumbada sobre mí. Aunque si, deberíamos levantarnos, quiero ver cómo lo haces – y le sonrió pícaramente observando como ella se sonrojaba al darse cuenta que no tenía nada a mano para taparse.
- No vas a mirarme mientras lo hago – aseguró
- De eso nada – contestó él rápidamente.
- Ya verás como si… - le dijo mientras acariciaba su nuca y le atraía para besarle
- No.. no ex inspectora – dijo él en la boca de ella, correspondiendo obediente a ese beso.

En ese momento, aprovechando el punto flojo de Richard, Kate iba tomando en sus manos el pantalón del chándal que él había puesto bajo su cabeza, y sin que supiese lo que se le venía encima, fue alejando sus labios de forma que él fue incorporando la cabeza poco a poco para seguirlos, y entonces, con un golpe maestro, le puso los pantalones por la cabeza y se incorporó como un gato corriendo hasta el baño.

- No, no, no Kate, no es justo!! – chilló intentando zafarse del chándal para mirarla aunque solo fuese un segundo.

Después de ducharse, Kate salió embutida en su albornoz, y le encontró, vestido ya, tumbado sobre su cama con las piernas fuera de ella.

- Eres muy cruel ¿lo sabes? – le dijo sin dejar de mirar al techo.
- Es por tu bien. No quiero que cometas un exceso y te lesiones.
- Bueno, creo que… -paró de golpe, no podía hacerle la gracia de contarle cual era el número record en venticuatro horas
- Crees ¿qué?
- Creo que deberíamos volver a casa y tomar ese helado con Alexis.
- Yo estoy en casa

El se incorporó en la cama, ahora se avecinaba otro problema. Y tampoco podría presionar con ese tema.

- A mí me encantaría que vinieses esta noche a dormir conmigo – le dijo suavemente – y el resto de las noches.

Ella se sentó a su lado en la cama.

- ¿Sabes Rick? Este fin de semana en tu casa ha sido increíble. Y ya te he dicho que yo también quiero dormir entre tus brazos. Pero vas a tener que tener un poco de paciencia. Tú tienes tu casa, con tu hija y tu madre, una familia. Yo llevo viviendo sola desde que salí de casa para ir a la universidad. Meterme en tu casa con tu familia, tan rápido… necesito tiempo, poco a poco ¿vale?
- Kate, será como tú quieras – le dijo con tristeza – cuando dijiste que viniésemos a por ropa….
- Si, y quiero dejar algo de ropa en tu casa, no quiero tener que ponerme la misma cada vez que me quede allí, y tú podrías hacer lo mismo, es lo que quiero decirte, que también podemos quedarnos aquí. Poco a poco ¿vale?
- Está bien, será como tú quieras. Pero hoy no voy a quedarme. Alexis…
- Lo sé, hoy vamos a tu casa – vio como a él se le iluminaban los ojos – pero mañana ¿te quedas aquí conmigo?
Él no dijo nada, estaba demasiado ocupado en tranquilizar su corazón, se limitó a acercarse a ella y darle un suave beso en la mejilla.
- Me visto, guardo algo de ropa en una bolsa y vamos a por ese helado.

Él la miraba, absorto en su sonrisa. Esas sonrisas que tanto le había costado ver…

- He dicho que me tengo que vestir, venga, ¡¡fuera de mi habitación!!
- Pero ¡Kate! – protestó – Si ¡te tengo memorizada!
- Bien, pues recurre a esa memoria sentado en el sofá para entretenerte mientras me visto.

Media hora después, mientras cerraban la puerta del apartamento de Kate, el respiró de nuevo ese aroma. Ahora era más intenso, el olor de Kate Beckett. Se empezó a perder en ese aroma, hasta que ella confundida ante sus ojos, le saco del trance preguntándole si estaba bien. El sonrió pensando que nada en ese mundo le hacía sentir tan bien como ese olor.

- Teniente, se mueven.
- Bien Dumbo, a ver si esta vez te mueves con más sigilo.
- Si teniente.
- Charly, atento al domicilio en cuanto salgan. Decirme lo que veis para que pueda saber que ocurre.
- Si teniente.

Kate y Richard entraron en el taxi y le indicaron al taxista la dirección de la casa de él. Al contrario que en el anterior, esta vez, él tenía su brazo por encima del hombro de ella y charlaban distraídamente intercambiándose besos. El taxista miró por el retrovisor, ese coche gris de nuevo… quizá se equivocaba pero parecía que les seguía y no precisamente con cuidado. Cuando paró en la casa de Castle, vio como el coche gris continuaba su camino por la calle. Unos minutos más tarde, cuando se incorporó al tráfico, vio como el coche gris aparcaba cerca de donde dejó a sus clientes. Por un momento pensó en llamar a la policía, pero tras pensarlo un poco mejor, y verse durante horas en la sala de espera de una comisaría, continuó su camino y olvidó el coche, el tío famoso y la chica de ojos verdes.

Cuando entraron en el Loft, Alexis les esperaba recostada en el sofá, con cara de aburrimiento, y saltó en cuanto vio a Kate entrar detrás de su padre, ella también temía que Kate no se quedase allí. Había pasado el fin de semana y notaba que su padre estaba radiante. No quería que eso acabase. Les apremió para salir a pasear y tomar un helado, poniendo de nuevo esos ojitos de gato con botas.
Salieron a la calle, Kate y Richard se cogían la mano, mientras Alexis se refugiaba bajo el brazo de su padre.

- Gates no sabría nada de esto, pero parecen una familia muy unida – comentó Jimmy
- Chicos, se mueven, salir del coche y seguirlos a distancia – dijo Harry
- No me explico cómo esa chica no sé da cuenta que la siguen.
- Vamos Jimmy, eres demasiado duro con los chicos. Les hemos dicho que se dejen ver.
- Si, pero joder Harry, parecen novatos.
- No parecen novatos, son novatos – le dijo mientras sonaba el teléfono interrumpiendo su conversación – vigila si les siguen, yo lo cojo mientras reviso el edificio. Barber…
- Gates. Buenas noches sargento ¿me informa?
- Capitán. El apartamento de Beckett sigue limpio. Han pasado la tarde allí y hace veinte minutos volvieron a la casa del señor Castle. Acaban de salir a pasear a pie con la hija del señor Castle. Aquí todo está limpio.
- Escúcheme Sargento, en las últimas horas han aparecido datos que me confirman que ambos están en grave peligro. No bajen la guardia y por favor, manténgame informada de todo lo anómalo que vean.
- No se preocupe, lo haremos y si no la localizásemos acudiremos al capitán Stevens.
- Gracias Sargento, tengan cuidado. Si aparece ese hombre, no duden que acabará con todos aquellos que se interpongan en su camino.
- Si señora.
- Buenas noches – dijo colgando y de nuevo soltó aire por la nariz, intentando tranquilizarse. Mañana iba a ser un día duro. Seguro que John llamaría para colaborar en el caso y tendría que darle largas. Y Ryan, con él no sabía qué hacer. Bueno, lo mejor sería ir a la cama y descansar.
- Era Gates – le dijo a Jimmy – parece preocupada. Dice que han aparecido datos y que tengamos cuidado con el tipo que quiere acabar con ellos, que no se lo pensará si tiene que acabar con nosotros.
- Bueno – contestó Jimmy – pues aquí le espero y que gane el mejor ¿no? – le dijo arrogante a Harry y se inclinó para darle un beso en los labios.

Sarah bajó del coche de Anthony, y tras despedirse con un suave beso en la mejilla, se encaminó a las escaleras de su portal, girándose un momento para despedirse de él, que no había dejado de mirarla ni un momento. Cruzó la puerta y tras decirle adiós con la mano, entró en el ascensor, apoyándose en la pared y soltando todo el aire que sin darse cuenta había estado reteniendo… Ese chico la estaba empezando a gustar demasiado.

Dentro del Loft, después de un rato charlando en el sofá con Kate y su padre, Alexis se despidió para ir a dormir y recuperar todas las horas de sueño que había perdido durante el fin de semana. Vieron desaparecer a la chica por las escaleras y Richard se levantó tendiendo la mano a Kate.

- Vamos a dormir -ese olor volvia a embriagarle y le gustaría dormir con esa sensación - mañana tengo cita en la editorial por la mañana ¿quieres acompañarme?
- Creo que no. Yo debería ir a ver a mi padre y contarle todo – le dijo agarrando su mano levantándose.
- ¿Qué necesitas antes de ir a dormir? – y pensó que debería coger agua y dejarla en las mesillas.

Ella le miró, sonriendo, y cogiendo su otra mano camino de espaldas hacía el despacho de Castle, tirando de él.

- A ti……

Me encantan esos momentos entre Castle y Beckett

MARAVILLOSO

SIGU33