Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
HERMOSOOOOOOOO!!
karlaguilarodgers- As del póker
- Mensajes : 257
Fecha de inscripción : 01/01/2012
Edad : 31
Localización : venezuela
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Bueno aqui dejo mi comentario, sin haberlo terminado de leer.
Está interesante hasta donde yo he llegado, y muy bien escrito-
Es largo y necesito tiempo para ir leyendolo todo, pero como muy bien dices, si no hay comentarios parece que no gusta.
No es este tu caso.
En cuanto pueda me pongo al día.
Está interesante hasta donde yo he llegado, y muy bien escrito-
Es largo y necesito tiempo para ir leyendolo todo, pero como muy bien dices, si no hay comentarios parece que no gusta.
No es este tu caso.
En cuanto pueda me pongo al día.
Última edición por marypaz el Mar Jun 19, 2012 11:07 pm, editado 1 vez
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me encanta!!!
Me tienes intrigadísima con todo el caso de Smith!! Por cierto, que bien me cae Sarah! A ver si ve va a la 12th a trabajar!
Me tienes intrigadísima con todo el caso de Smith!! Por cierto, que bien me cae Sarah! A ver si ve va a la 12th a trabajar!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Que bien estas llevando la historia!!!!!!!!!!!
Ahora los dos estan en peligro pero no solo de los malos, de ellos cuando se enojan!!! menos mal que vienen las reconciliaciones sino volvemos 4 años para atras!!!!
Sigue por favor escribiendo, me encanta.
Ahora los dos estan en peligro pero no solo de los malos, de ellos cuando se enojan!!! menos mal que vienen las reconciliaciones sino volvemos 4 años para atras!!!!
Sigue por favor escribiendo, me encanta.
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Bueno ya me he puesto al corriente con el fic, muy interesante ya que estás metiendo a muchos personajes, te felicito porque es dificil de conseguirlo.
Me ha encantado la frase "mañana lo pensaré" es una de mis favoritas.
En este foro se suben tantas historias y largas, que ME FALTAN HORAS, para acudir a todas. Este es el motivo por el que a veces no comento.
De verdad es por falta de tiempo incluso para leer
Me ha encantado la frase "mañana lo pensaré" es una de mis favoritas.
En este foro se suben tantas historias y largas, que ME FALTAN HORAS, para acudir a todas. Este es el motivo por el que a veces no comento.
De verdad es por falta de tiempo incluso para leer
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Muchas gracias por vuestro apoyo.
Gracias marypaz, entiendo que son muchos fics, yo incluso lio historias al leerlos, pero cuando te pones a escribir y ves que hay pocos comentarios, piensas que es porque no estas llegando a interesar... ¿lógico no?
Marypaz, Silvanalino, LeFleur89, mary530, karlaguilarodgers, castle&beckett, Teresita_yocastle$$NYPD y Mel_Castle, gracias, el cap. 10 irá por vosotras, prometo subirlo en tres o cuatro horas.
Gracias marypaz, entiendo que son muchos fics, yo incluso lio historias al leerlos, pero cuando te pones a escribir y ves que hay pocos comentarios, piensas que es porque no estas llegando a interesar... ¿lógico no?
Marypaz, Silvanalino, LeFleur89, mary530, karlaguilarodgers, castle&beckett, Teresita_yocastle$$NYPD y Mel_Castle, gracias, el cap. 10 irá por vosotras, prometo subirlo en tres o cuatro horas.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me tienes enganchada a tu fic desde que lei el primer capítulo, me encantan los nuevos agentes que has introducido en la historia, sobretodo Sarah, me gusta mucho su personaje, y Beckett y Castle están tan a lo suyo aprovechando el tiempo perdido que ni se dan cuenta que tienen vigilancia.
Me gusta mucho la escena en la habitación de Beckett, ese Castle preocupado me ha encantado, es super tierno.
Ya tengo ganas de leer el siguiente capitulo
Me gusta mucho la escena en la habitación de Beckett, ese Castle preocupado me ha encantado, es super tierno.
Ya tengo ganas de leer el siguiente capitulo
______________________
Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Lo prometido.. corto, pero tengo que descansar, mañana me espera un buen día de trabajo y no podré volver a escribir nada hasta el viernes.
((Gracias castle_beckett_alba))
CAPITULO 10
Ella abrió levemente los ojos reconociendo perfectamente el sitio donde estaba. Esbozó una sonrisa, que desapareció rápido de su boca cuando se sorprendió y vio que él no la abrazaba. Se giró descubriendo que no era que él se hubiese dado la vuelta, si no que inesperadamente, no estaba en la cama. Pensó que estaría en el baño. Y cerró los ojos, aún le molestaba la luz. Se quedó un momento así, boca arriba y con los ojos cerrados. Notó su olor, y sintió una pequeña oleada de calidez junto a su nariz. Abrió los ojos y le pescó inclinado sobre su cara, casi rozando sus labios, sonrió al ver como ella le miraba y la beso.
- Tengo que irme ya. He quedado en la editorial.
- ¿Qué hora es?
- Las ocho y media
Ella le miro, estaba ya vestido, con un pantalón negro, una camisa celeste que resaltaba de sobremanera sus profundos ojos azules y una corbata en tonos rosas y lilas. Se acababa de duchar y olía a una combinación de gel, champú, colonia y aftershave. Todo el conjunto le atraía, y mucho más cuando su sonrisa volvió a contagiar a sus ojos. Castle sonreía con los ojos.
- Últimamente creo que duermo demasiado.
- Yo creo que eso es porque lo haces en muy buena compañía – le dijo dándole un beso en el cuello.
- Puede… - le respondió ella ocultando su labio inferior
- ¿Qué vas a hacer hoy?
- Voy a llamar a mi padre y pasaré el día con él. Quiero contarle todo.
- ¿Todo? –preguntó él algo sorprendido.
- Sí. Todo. Y me da la impresión que no le va a pillar de sorpresa – le dijo acariciándole una mejilla con las yemas de los dedos.
- Puedes coger mi coche, te he dejado las llaves en mi escritorio.
- ¿Me dejas tu Ferrari? – le dijo sorprendida
- Kate, no creo que quieras coger el Ferrari, pero sabes que te lo dejaría. Te he dejado las llaves del Lexus, está en la plaza 18, no te dejo el coche de Alexis por si no eres capaz de sacarlo de esa plaza tan pequeña de parking – le dijo sonriente
- Gracias Richard, pero no sé …
- Bueno, haz lo que quieras. Yo estaré en la editorial hasta medio día y después iré a buscar a la gran Martha Rodgers a Los Hamptons antes que haga una fiesta y me destroce la casa.
- Que exagerado eres!
- Ah, no! No la conoces… Comeremos en su restaurante preferido y hablaré con ella. Volveremos por la tarde.
- ¿Le pedirás que me dé su bendición? – le preguntó divertida ella
- No hace falta. Créeme, la tienes desde hace mucho tiempo… lo que no sé si accederá y me dará su bendición a mi…
Volvieron a besarse, y ella empezó a aflojarle el nudo de la corbata mientras intensificaba sus besos.
- Kate, tengo que irme – le dijo él sujetando sus manos – tengo que estar allí a las nueve – la besó sobre la nariz – deberías haber entrado hace un rato en mi ducha…
Richard salió de la habitación, colocando el nudo de su corbata y con una media sonrisa inclinada en sus labios. Cuando estaba a punto de salir por la puerta de su casa, arrugó su nariz e hizo un gesto con su brazo apretando su puño:
- Siiii – exclamó muy bajito – jaque Beckett…
Kate abrió los ojos como platos cuando Richard sujetó sus manos, besó su nariz despidiéndose, y poniéndose la chaqueta de su traje desapareció por la puerta de la habitación, camino de la editorial. No pudo más que sonreír viéndole alejarse. ¡Se la estaba devolviendo! Y justo en ese momento, ¡con lo atractivo que estaba! Ya pensaría una pequeña venganza. Ahora tenía que ponerse en pie, era muy tarde. Unos minutos después mientras preparaba la ropa que iba a ponerse, oyó su móvil sonando en el salón, y por la melodía que sonaba (expediente X) y que el mismo configuró en su teléfono el día que ella lo había estrenado, era Richard. Descolgó y sin llegar a responder…
- ¿A que ya me extrañas? –le preguntó el
- Seguro.
- He olvidado decirte algo.
- Soy toda oídos
- ¿Quieres salir a cenar esta noche conmigo? Creo que aún no hemos tenido una cita.
Ella sonrió. Había cosas que no dejaban de sorprenderla de Richard Castle.
- Me encantaría
- Pasaré a buscarte a tu casa a las ocho y media. Dentro de doce horas…
- Nos movemos Harry, y esta vez se separan. Ponte en marcha, es él el que se mueve, te toca a ti cuidar que nuestros elefantes no se dejen ver y que no le pase nada al escritor.
- Dime todo lo que veas, Jimmy – le dijo dándole un beso y saliendo a toda prisa hacía la calle colocándose un auricular y cogiendo por el camino un casco de motocicleta.
A esa misma hora, en la comisaría, Gates hablaba con el agente a cargo del archivo, y llamó a Ryan a su despacho. Kevin había pasado un mal fin de semana. Por un lado sabía que gracias a su aviso, Beckett estaba viva, pero por otro, había conocido que la traición entre compañeros era horrible, y llevaba todo el fin de semana debatiéndose entre elegir que era más importante si el deber hacía su trabajo o la lealtad a sus compañeros. Todo había cambiado desde el viernes. Ya nada volvería a ser igual. Entró al despacho de Gates.
- Ryan, el agente Wayne necesita ayuda en el archivo, creo que tiene trabajo atrasado de varios meses, y como estas sin compañeros, te he presentado voluntario hasta nueva orden
- Señor! – protestó Ryan
- Detective Ryan – le cortó Gates - ¿Tengo que recordarle que sus compañeros están suspendidos?
- No. Señor.
Ryan salió del despacho. Eso era justo lo que necesitaba. Esa roca de Gates le castigaba también a él. Recogió con rabia los informes de su escritorio, acumulándolos sin orden en una esquina de la mesa y siguió a Wayne que le esperaba para ir al archivo.
Gates sabía que no estaba siendo del todo justa. Gracias a él, sus compañeros estaban vivos, aunque por otro lado, el también había formado parte del pequeño engaño para hacer justicia a Beckett por cuenta propia. Bueno, tenía que tenerle vigilado, si a Beckett le daba por seguir investigando, tiraría de Ryan para que le facilitase información. Y eso era justo lo que había que evitar. Wayne tenía órdenes concretas: asegurarse de ser su sombra mientras Ryan estuviese en la comisaría. La primera parte estaba hecha. Ahora sabía que le iba a tocar librar con John y alejarle lo que pudiese.
John y Sarah estaban hablando con su superior en la 68. Era un tipo extraño al que le gustaba hacer las cosas a su manera. Todo lo que había conseguido en su vida, había sido gracias a su instinto, su cabezonería y su constante trabajo, nadie le había regalado nada, su padre había sido recoge basuras y su madre limpiaba casas ajenas por horas, nadie dio nada por él cuando era novato y nadie le había tendido una mano nunca. No estaba de acuerdo en que su gente fuese a pedir favores a otra comisaría, y mucho menos si a cargo de esa comisaría estaba la antigua capitana de la 68. Su gente era suya. Seguirían sus propias pistas. No iba a compartir con la 12 la gloria de coger al asesino de un policía jubilado, de un capitán jubilado.
John salió del despacho cabreado. No entendía a ese tipo. Lo lógico era colaborar.
- Empecemos de cero Sarah, volvamos a casa de Smith.
En la 12 y ajena a ese dato, Gates tenía su propio plan para alejar a John. Mientras esperaba su llamada, sacó de su escritorio un esquema en una hoja de tamaño Din a3. Era un esquema de la pizarra de Kate, con todos los pasos que había dado para encontrar al asesino de su madre. Y ahora ella tenía que colocar en el orden adecuado a Smith, Castle y Beckett… ¿Quién estaría moviendo todos esos hilos? ¿Cuánto se estaba acercando Beckett y cuanto tiempo tardarían en volver a atacarla? Tenía que ir rápido pero sin dar un solo paso en falso.
****
En otra parte de la ciudad, el francotirador descansaba desnudo sobre la cama del hotel donde estaba alojado. No sabía como aquella detective le había encontrado. Tendría que andar con más cuidado. Sonrió al pensar como le estaba costando cargarse a esa tía. Dos intentos, dos fallos. Tenía más vidas que un gato. La próxima vez no pensaba fallar, y además le haría pagar por esos dos fallos. Si. Esa tía estaba muy buena, estaría bien pasar un buen rato antes de cargársela. Esos pensamientos le provocaron una nueva erección, se levantó y entró al baño, la prostituta estaba dándose una ducha, cerró los grifos y la sacó de la bañera con brusquedad, y empujándola por la espalda contra la pared, pegó su cara baldosas…
****
- Hola papá – dijo Kate abrazándose a su padre cuando él abrió la puerta.
- Katie, cariño, ¿ocurre algo?
- Es una larga historia papá, creo que será mejor que vayamos comer y te cuento todo.
- No sé qué ocurre hija, pero ha de ser algo bueno, pones la misma cara que ponía tu madre cuando estaba contenta.
Entre recuerdos y sonrisas de años pasados, Kate fue poniendo al día a su padre, todo lo que habían averiguado, su enfado con Castle, como había visto la cara del tío que la disparó, como quedó colgando de la azotea y por último le contó cómo Castle le había dicho que la quería el día del entierro de Montgomery, como ella se lo había ocultado a todo el mundo, como él había vuelto a declararse y ella le había dejado ir, y como finalmente, había renunciado a vengar a su madre para elegir ser feliz con Castle. Y ahora necesitaba su apoyo. Había abandonado el caso de su madre.
Jim Beckett asistía mudo al relato de su hija, y cuando ésta, con la cara surcada por lágrimas le decía que había abandonado el caso de su mujer, el no pudo más que esbozar una amplia y satisfecha sonrisa y soltándole las manos, sacó un pañuelo blanco de su bolsillo, perfectamente planchado y doblado y con las iniciales JB bordadas en granate. Le limpió la cara en silencio. Ella volvió a sentirse niña, recordando alguna de las veces en las que su padre había hecho el mismo gesto cuando se caía con la bicicleta, o se lastimaba en el parque.
- Katie, tu madre estaría orgullosa de ti. Y me caería una buena regañina por no poder evitar dejarte ir tras ese tipo. Tienes que ser feliz cariño, tienes que pasar esa página. Nadie nos devolverá a tu madre, y no quiero que nadie me quite a mi hija.
- Papá…
- Katie, Richard es un buen hombre y te quiere, lo sé desde el día que le fui a ver a su casa para que te alejase de todo esto, su forma de hablar sobre ti era como la tuya cuando me contabas cosas de él, tú llevas queriéndole desde el día que apareció por tu vida. Si crees que tu madre no te perdonaría por esto, estas… estas muy equivocada hija. Solo te queríamos a ti, y solo queríamos que fueses feliz. Has hecho más de lo que deberías. Tu madre estaría tan orgullosa de ti como lo estoy yo.
Cuando Kate consiguió respirar pausadamente, obligó a su padre a contarle como y porque había ido a ver a Castle a su casa, y su padre le contó los detalles que ella quería oír…lo que él había preguntado, lo que él había contado…
Kate dejó a su padre en la puerta de su casa, con la promesa de verse pronto. Sentía que una carga negra y pesada había abandonado su cuerpo y acariciando el volante del coche de Castle, millones de mariposas aletearon en su estómago… le quedaban un par de horas para su cita… tenía que darse prisa. Le mando un mensaje, se le había hecho tarde y tendría que ir a casa con su Lexus y dejarlo aparcado en la calle, ella no tenía garaje… ¿la perdonaría?
No vio el utilitario negro que la seguía de cerca, ni la moto de Jimmy por detrás de ellos.
Por su parte, Richard y Martha se adentraban por Queens después de haber comido en los Hamptons. Cuando esto ocurría y Richard le confesaba a su madre como Kate se había presentado en su casa, Martha no pudo más que exclamar un: ¡Pero eso es mágnifico, Richard querido! Al más puro estilo Sheakeasperiano, haciendo que los pocos clientes que estaban en el restaurante se volviesen y mirasen a la gran dama y su popular hijo.
Mientras conducía su Ferrari, Richard esbozó una sonrisa al sentir ese familiar cosquilleo en el estómago… un par de horas para su cita. Notó la vibración de un mensaje y leyó lo que Kate le decía. Le contestó que agradecía no haberle dejado el Ferrari, que no se preocupase y le recordaba: a las ocho y media…
Harry se movía entre el tráfico lento de Queens, cuando llegasen iban a tener unas palabras. Vale que era un Ferrari, pero los chicos habían dejado escapar a Castle, y la habían comprometido al tener que ir más pegada a él.
A las ocho y media en punto, el timbre de la casa de Beckett sonó.
Ella fue a abrir, no sin antes mirarse por última vez en el espejo y esperando que no se le ocurriese llevarla a un sitio demasiado elegante. Cuando abrió la puerta, no pudo más que volver a sonrojarse y desear que él no dejase nunca de sorprenderla. Ni siquiera se le veía. Sólo podía ver un enorme ramo de las más divinas rosas rojas que le decían:
- Eres preciosa.
*********
FIN CAPITULO 10
GRACIAS por llegar hasta aqui, espero que os guste
((Gracias castle_beckett_alba))
CAPITULO 10
Ella abrió levemente los ojos reconociendo perfectamente el sitio donde estaba. Esbozó una sonrisa, que desapareció rápido de su boca cuando se sorprendió y vio que él no la abrazaba. Se giró descubriendo que no era que él se hubiese dado la vuelta, si no que inesperadamente, no estaba en la cama. Pensó que estaría en el baño. Y cerró los ojos, aún le molestaba la luz. Se quedó un momento así, boca arriba y con los ojos cerrados. Notó su olor, y sintió una pequeña oleada de calidez junto a su nariz. Abrió los ojos y le pescó inclinado sobre su cara, casi rozando sus labios, sonrió al ver como ella le miraba y la beso.
- Tengo que irme ya. He quedado en la editorial.
- ¿Qué hora es?
- Las ocho y media
Ella le miro, estaba ya vestido, con un pantalón negro, una camisa celeste que resaltaba de sobremanera sus profundos ojos azules y una corbata en tonos rosas y lilas. Se acababa de duchar y olía a una combinación de gel, champú, colonia y aftershave. Todo el conjunto le atraía, y mucho más cuando su sonrisa volvió a contagiar a sus ojos. Castle sonreía con los ojos.
- Últimamente creo que duermo demasiado.
- Yo creo que eso es porque lo haces en muy buena compañía – le dijo dándole un beso en el cuello.
- Puede… - le respondió ella ocultando su labio inferior
- ¿Qué vas a hacer hoy?
- Voy a llamar a mi padre y pasaré el día con él. Quiero contarle todo.
- ¿Todo? –preguntó él algo sorprendido.
- Sí. Todo. Y me da la impresión que no le va a pillar de sorpresa – le dijo acariciándole una mejilla con las yemas de los dedos.
- Puedes coger mi coche, te he dejado las llaves en mi escritorio.
- ¿Me dejas tu Ferrari? – le dijo sorprendida
- Kate, no creo que quieras coger el Ferrari, pero sabes que te lo dejaría. Te he dejado las llaves del Lexus, está en la plaza 18, no te dejo el coche de Alexis por si no eres capaz de sacarlo de esa plaza tan pequeña de parking – le dijo sonriente
- Gracias Richard, pero no sé …
- Bueno, haz lo que quieras. Yo estaré en la editorial hasta medio día y después iré a buscar a la gran Martha Rodgers a Los Hamptons antes que haga una fiesta y me destroce la casa.
- Que exagerado eres!
- Ah, no! No la conoces… Comeremos en su restaurante preferido y hablaré con ella. Volveremos por la tarde.
- ¿Le pedirás que me dé su bendición? – le preguntó divertida ella
- No hace falta. Créeme, la tienes desde hace mucho tiempo… lo que no sé si accederá y me dará su bendición a mi…
Volvieron a besarse, y ella empezó a aflojarle el nudo de la corbata mientras intensificaba sus besos.
- Kate, tengo que irme – le dijo él sujetando sus manos – tengo que estar allí a las nueve – la besó sobre la nariz – deberías haber entrado hace un rato en mi ducha…
Richard salió de la habitación, colocando el nudo de su corbata y con una media sonrisa inclinada en sus labios. Cuando estaba a punto de salir por la puerta de su casa, arrugó su nariz e hizo un gesto con su brazo apretando su puño:
- Siiii – exclamó muy bajito – jaque Beckett…
Kate abrió los ojos como platos cuando Richard sujetó sus manos, besó su nariz despidiéndose, y poniéndose la chaqueta de su traje desapareció por la puerta de la habitación, camino de la editorial. No pudo más que sonreír viéndole alejarse. ¡Se la estaba devolviendo! Y justo en ese momento, ¡con lo atractivo que estaba! Ya pensaría una pequeña venganza. Ahora tenía que ponerse en pie, era muy tarde. Unos minutos después mientras preparaba la ropa que iba a ponerse, oyó su móvil sonando en el salón, y por la melodía que sonaba (expediente X) y que el mismo configuró en su teléfono el día que ella lo había estrenado, era Richard. Descolgó y sin llegar a responder…
- ¿A que ya me extrañas? –le preguntó el
- Seguro.
- He olvidado decirte algo.
- Soy toda oídos
- ¿Quieres salir a cenar esta noche conmigo? Creo que aún no hemos tenido una cita.
Ella sonrió. Había cosas que no dejaban de sorprenderla de Richard Castle.
- Me encantaría
- Pasaré a buscarte a tu casa a las ocho y media. Dentro de doce horas…
- Nos movemos Harry, y esta vez se separan. Ponte en marcha, es él el que se mueve, te toca a ti cuidar que nuestros elefantes no se dejen ver y que no le pase nada al escritor.
- Dime todo lo que veas, Jimmy – le dijo dándole un beso y saliendo a toda prisa hacía la calle colocándose un auricular y cogiendo por el camino un casco de motocicleta.
A esa misma hora, en la comisaría, Gates hablaba con el agente a cargo del archivo, y llamó a Ryan a su despacho. Kevin había pasado un mal fin de semana. Por un lado sabía que gracias a su aviso, Beckett estaba viva, pero por otro, había conocido que la traición entre compañeros era horrible, y llevaba todo el fin de semana debatiéndose entre elegir que era más importante si el deber hacía su trabajo o la lealtad a sus compañeros. Todo había cambiado desde el viernes. Ya nada volvería a ser igual. Entró al despacho de Gates.
- Ryan, el agente Wayne necesita ayuda en el archivo, creo que tiene trabajo atrasado de varios meses, y como estas sin compañeros, te he presentado voluntario hasta nueva orden
- Señor! – protestó Ryan
- Detective Ryan – le cortó Gates - ¿Tengo que recordarle que sus compañeros están suspendidos?
- No. Señor.
Ryan salió del despacho. Eso era justo lo que necesitaba. Esa roca de Gates le castigaba también a él. Recogió con rabia los informes de su escritorio, acumulándolos sin orden en una esquina de la mesa y siguió a Wayne que le esperaba para ir al archivo.
Gates sabía que no estaba siendo del todo justa. Gracias a él, sus compañeros estaban vivos, aunque por otro lado, el también había formado parte del pequeño engaño para hacer justicia a Beckett por cuenta propia. Bueno, tenía que tenerle vigilado, si a Beckett le daba por seguir investigando, tiraría de Ryan para que le facilitase información. Y eso era justo lo que había que evitar. Wayne tenía órdenes concretas: asegurarse de ser su sombra mientras Ryan estuviese en la comisaría. La primera parte estaba hecha. Ahora sabía que le iba a tocar librar con John y alejarle lo que pudiese.
John y Sarah estaban hablando con su superior en la 68. Era un tipo extraño al que le gustaba hacer las cosas a su manera. Todo lo que había conseguido en su vida, había sido gracias a su instinto, su cabezonería y su constante trabajo, nadie le había regalado nada, su padre había sido recoge basuras y su madre limpiaba casas ajenas por horas, nadie dio nada por él cuando era novato y nadie le había tendido una mano nunca. No estaba de acuerdo en que su gente fuese a pedir favores a otra comisaría, y mucho menos si a cargo de esa comisaría estaba la antigua capitana de la 68. Su gente era suya. Seguirían sus propias pistas. No iba a compartir con la 12 la gloria de coger al asesino de un policía jubilado, de un capitán jubilado.
John salió del despacho cabreado. No entendía a ese tipo. Lo lógico era colaborar.
- Empecemos de cero Sarah, volvamos a casa de Smith.
En la 12 y ajena a ese dato, Gates tenía su propio plan para alejar a John. Mientras esperaba su llamada, sacó de su escritorio un esquema en una hoja de tamaño Din a3. Era un esquema de la pizarra de Kate, con todos los pasos que había dado para encontrar al asesino de su madre. Y ahora ella tenía que colocar en el orden adecuado a Smith, Castle y Beckett… ¿Quién estaría moviendo todos esos hilos? ¿Cuánto se estaba acercando Beckett y cuanto tiempo tardarían en volver a atacarla? Tenía que ir rápido pero sin dar un solo paso en falso.
****
En otra parte de la ciudad, el francotirador descansaba desnudo sobre la cama del hotel donde estaba alojado. No sabía como aquella detective le había encontrado. Tendría que andar con más cuidado. Sonrió al pensar como le estaba costando cargarse a esa tía. Dos intentos, dos fallos. Tenía más vidas que un gato. La próxima vez no pensaba fallar, y además le haría pagar por esos dos fallos. Si. Esa tía estaba muy buena, estaría bien pasar un buen rato antes de cargársela. Esos pensamientos le provocaron una nueva erección, se levantó y entró al baño, la prostituta estaba dándose una ducha, cerró los grifos y la sacó de la bañera con brusquedad, y empujándola por la espalda contra la pared, pegó su cara baldosas…
****
- Hola papá – dijo Kate abrazándose a su padre cuando él abrió la puerta.
- Katie, cariño, ¿ocurre algo?
- Es una larga historia papá, creo que será mejor que vayamos comer y te cuento todo.
- No sé qué ocurre hija, pero ha de ser algo bueno, pones la misma cara que ponía tu madre cuando estaba contenta.
Entre recuerdos y sonrisas de años pasados, Kate fue poniendo al día a su padre, todo lo que habían averiguado, su enfado con Castle, como había visto la cara del tío que la disparó, como quedó colgando de la azotea y por último le contó cómo Castle le había dicho que la quería el día del entierro de Montgomery, como ella se lo había ocultado a todo el mundo, como él había vuelto a declararse y ella le había dejado ir, y como finalmente, había renunciado a vengar a su madre para elegir ser feliz con Castle. Y ahora necesitaba su apoyo. Había abandonado el caso de su madre.
Jim Beckett asistía mudo al relato de su hija, y cuando ésta, con la cara surcada por lágrimas le decía que había abandonado el caso de su mujer, el no pudo más que esbozar una amplia y satisfecha sonrisa y soltándole las manos, sacó un pañuelo blanco de su bolsillo, perfectamente planchado y doblado y con las iniciales JB bordadas en granate. Le limpió la cara en silencio. Ella volvió a sentirse niña, recordando alguna de las veces en las que su padre había hecho el mismo gesto cuando se caía con la bicicleta, o se lastimaba en el parque.
- Katie, tu madre estaría orgullosa de ti. Y me caería una buena regañina por no poder evitar dejarte ir tras ese tipo. Tienes que ser feliz cariño, tienes que pasar esa página. Nadie nos devolverá a tu madre, y no quiero que nadie me quite a mi hija.
- Papá…
- Katie, Richard es un buen hombre y te quiere, lo sé desde el día que le fui a ver a su casa para que te alejase de todo esto, su forma de hablar sobre ti era como la tuya cuando me contabas cosas de él, tú llevas queriéndole desde el día que apareció por tu vida. Si crees que tu madre no te perdonaría por esto, estas… estas muy equivocada hija. Solo te queríamos a ti, y solo queríamos que fueses feliz. Has hecho más de lo que deberías. Tu madre estaría tan orgullosa de ti como lo estoy yo.
Cuando Kate consiguió respirar pausadamente, obligó a su padre a contarle como y porque había ido a ver a Castle a su casa, y su padre le contó los detalles que ella quería oír…lo que él había preguntado, lo que él había contado…
Kate dejó a su padre en la puerta de su casa, con la promesa de verse pronto. Sentía que una carga negra y pesada había abandonado su cuerpo y acariciando el volante del coche de Castle, millones de mariposas aletearon en su estómago… le quedaban un par de horas para su cita… tenía que darse prisa. Le mando un mensaje, se le había hecho tarde y tendría que ir a casa con su Lexus y dejarlo aparcado en la calle, ella no tenía garaje… ¿la perdonaría?
No vio el utilitario negro que la seguía de cerca, ni la moto de Jimmy por detrás de ellos.
Por su parte, Richard y Martha se adentraban por Queens después de haber comido en los Hamptons. Cuando esto ocurría y Richard le confesaba a su madre como Kate se había presentado en su casa, Martha no pudo más que exclamar un: ¡Pero eso es mágnifico, Richard querido! Al más puro estilo Sheakeasperiano, haciendo que los pocos clientes que estaban en el restaurante se volviesen y mirasen a la gran dama y su popular hijo.
Mientras conducía su Ferrari, Richard esbozó una sonrisa al sentir ese familiar cosquilleo en el estómago… un par de horas para su cita. Notó la vibración de un mensaje y leyó lo que Kate le decía. Le contestó que agradecía no haberle dejado el Ferrari, que no se preocupase y le recordaba: a las ocho y media…
Harry se movía entre el tráfico lento de Queens, cuando llegasen iban a tener unas palabras. Vale que era un Ferrari, pero los chicos habían dejado escapar a Castle, y la habían comprometido al tener que ir más pegada a él.
A las ocho y media en punto, el timbre de la casa de Beckett sonó.
Ella fue a abrir, no sin antes mirarse por última vez en el espejo y esperando que no se le ocurriese llevarla a un sitio demasiado elegante. Cuando abrió la puerta, no pudo más que volver a sonrojarse y desear que él no dejase nunca de sorprenderla. Ni siquiera se le veía. Sólo podía ver un enorme ramo de las más divinas rosas rojas que le decían:
- Eres preciosa.
*********
FIN CAPITULO 10
GRACIAS por llegar hasta aqui, espero que os guste
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Por supuesto que me gustaa
Y cada vez mas, es un placer leerte. Gracias por compartirlo
Se pone dificil la situacion de ellos dos, sera una guerra...
Y cada vez mas, es un placer leerte. Gracias por compartirlo
Se pone dificil la situacion de ellos dos, sera una guerra...
silvanalino- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Cada vez está más interesante.
Lo describes de manera que es como si estuviera viendo un capitulo.
Felicidades, y esperaremos pacientemente a que puedas subir otra parte del relato.
Lo describes de manera que es como si estuviera viendo un capitulo.
Felicidades, y esperaremos pacientemente a que puedas subir otra parte del relato.
marypaz- Policia de homicidios
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Lo has dejado en lo más interesante, esa cita parece que va a ser especial
Me ha gustado mucho la conversación de Kate con su padre, por fin tiene a su hija a salvo al menos de momento.
Espero con muchas ganas el siguiente capítulo
Me ha gustado mucho la conversación de Kate con su padre, por fin tiene a su hija a salvo al menos de momento.
Espero con muchas ganas el siguiente capítulo
______________________
Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Que ganas de leer la cita, sigue pronto!!
KBCAlways- As del póker
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Fecha de inscripción : 11/03/2012
Edad : 29
Localización : Granada
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Muy bueno, continua
Pronto
Pronto
chelcas- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me encanta, sigue pronto!
Estefanía988- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 19/12/2011
Edad : 36
Localización : Una pequeña isla en medio del Atlántico
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me encanta tu historia siguela pronto!
LEILAKB- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 08/11/2011
Edad : 34
Localización : madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
G R A C I A S a todos por vuestros comentarios
Hoy tengo el dia complicado, trabajé de mañana, he descansado unas horas y comienzo turno de nuevo hasta las 7 de la mañana.
Prometo que mañana escribiré el siguiente capitulo, pensaba que empezaría ya a mover fichas en el tablero de ajedrez, pero veo que Mel quiere descripción de la cita, asi que... me debo a mis lectores... "maquinando" la cita que estoy ya....
A ver que se le ocurre a Castle.....
Hoy tengo el dia complicado, trabajé de mañana, he descansado unas horas y comienzo turno de nuevo hasta las 7 de la mañana.
Prometo que mañana escribiré el siguiente capitulo, pensaba que empezaría ya a mover fichas en el tablero de ajedrez, pero veo que Mel quiere descripción de la cita, asi que... me debo a mis lectores... "maquinando" la cita que estoy ya....
A ver que se le ocurre a Castle.....
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
La historia sigue de lujo y teniendo en cuenta como describes cada escena, yo también quiero leer que pasa durante esa cita.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Te quedo muy chevere este cap anver!
Yo también espero leer la escena de la cita
Sigue pronto!
Yo también espero leer la escena de la cita
Sigue pronto!
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Bueno, pues vamos a ello... no he dormido nada, así que, por favor, disculpar gazapos, errores, mala historia...
CAPITULO 11. LA CITA
Salieron del portal de Kate, ella iba agarrada de su brazo. Él iba vestido completamente de negro, a excepción de su corbata, de tonos grises plateados, que curiosamente y sin acordarlo, hacía juego con el vestido de ella, un vestido largo y sencillo, que dejaba al descubierto sus hombros que iban ahora cubiertos con un chal negro semi trasparente. Se había recogido el pelo en una especie de moño alto, dejando caer varios mechones de pelo que se habían rizado formando bucles.
- Fiuuu – silbó Jimmy mirando a través de los prismáticos ganándose un codazo de Harry – salen los dos, venga paquidermos, poneros en marcha y tener cuidado con lo que hacéis hasta que lleguemos.
- Si teniente.
Richard le abrió la puerta del Lexus sonriéndola, y cuando ella entró y se hubo acomodado, la cerró suavemente y fue hasta la puerta del conductor entrando al coche.
- ¿Dónde iremos?
- Al Daniel, en la 60 este con la calle 65
- ¿Al Daniel? – se sorprendió Kate, sabiendo que era el mejor restaurante de Nueva York, era al que el sábado pasado Alexis no quiso ir -¿tiene que ser ese?
- Tengo una reserva, y créeme, no es sencillo reservar. Alexis te dijo que no le gusta, porque se siente observada, pero creo que debes probarlo. Pero si no quieres…
- Está bien. No importa – no le gustaría sentirse observada, pero no quería defraudarle.
Cuando llegaron al restaurante, Richard salió veloz del coche, adelantándose al aparcacoches y abriendo la puerta para que Kate saliese, le tendió la mano y cuando esta se la dio, él depositó un suave beso sobre ella, la acomodó en su brazo y dándole las gracias al aparcacoches, se dirigió a la entrada del restaurante, donde el portero le dio la bienvenida saludándole por su nombre.
Tras acceder al local, el Metre les recibió, saludando a Castle amigablemente. Kate miró el local, y se sorprendió. Estaba completamente vacío. Le llamó la atención la decoración, en tonos blancos que hacían al local muy luminoso. Unas grandes lámparas cilíndricas de color blanco repartían la luz. El Metre les dirigió hasta el centro del local, a la única mesa que tenía las velas decorativas encendidas. Tomaron asiento y el Metre les ofreció la carta de vinos, dejándoles para que pudiesen decidirse. Richard ni siquiera la miró.
- Creo que ya sé el que quiero.
- Bien, elígelo tú.
- ¿Has probado alguna vez el vino español?
- No.
- Bueno, pues será la primera vez. Voy a elegir un vino blanco, que irá a la perfección con los platos que nos servirán.
Richard miró al Metre, que se acercó de inmediato, le pidió un “Rioja CVNE corona gran reserva”, el Metre, sonriendo, no pudo más que decir:
- Excelente elección señor Castle.
Kate, que si ojeaba la carta, le miró levantando las cejas cuando descubrió el precio de aquel vino.
- ¿Mil doscientos cincuenta dólares?
- Un vino especial, para una cita especial. Tu has mandado siempre en la comisaría, este es mi mundo, deja que yo tenga también mi momento de gloria …
En ese momento las grandes lámparas del techo se apagaron, y el resto de apliques de la pared atenuaron su luminosidad, dejando que las velas tomasen el relevo y la importancia que debían y el local se tornó cálido y acogedor. Kate miró a su alrededor, sorprendida.
- No te preocupes, nadie va a observarte. Esta reservado únicamente para nosotros. Los lunes cierran. El Chef, Daniel Boulud’s, es un gran fan de mis libros. Me he permitido elegir por los dos… no he querido abusar y tenerle en la cocina esperando a que nos decidiésemos
Kate le miraba, era increíble. No dejaba de sorprenderla. Poco a poco se fue relajando y disfrutando de la cena… “Tarrina de pato con almendra marcona”, “Solomillo de ternera asado con alcachofa”, y una combinación de todos los postres de chocolate de la casa que sería la envidia de Alexis si se enterase… acompañado de una botella de Dom Pérignon. Por un momento se preguntó cuantos sueldos mensuales de policía necesitaría para poder pagar una cena así, y llegó a la conclusión que quizá necesitase un año, no a todo el mundo le abren un restaurante para él sólo.
Cuando se acercaban las diez de la noche, Richard le dijo que tenían que marcharse, o no llegarían a tiempo.
Cuando salieron del local, el coche estaba preparado y Richard, de nuevo, se adelantó al aparcacoches y le abrió la puerta.
- Y bien… ¿Dónde me llevaras ahora?
- Vamos, déjate llevar Kate… te prometo que te gustará.
Claro que se dejaba llevar… todo le había gustado, desde las flores hasta su forma de besar su mano, los platos elegidos, el vino, el champagne….
Detrás de ellos a mucha distancia, Jimmy y Harry, en una sola moto, habían decidido enviar a los chicos a cenar, y que tomasen el relevo en el apartamento de Kate. Todo estaba tranquilo, no había rastro de ningún francotirador que les siguiese.
Hasta que Richard se acercó a la garita de vigilancia en la entrada de los estudios de A&E TV, había pensado que esa noche nada podía sorprenderla, porque todo era sorprendente, pero cuando el vigilante levantó la barrera saludándole por su nombre y le indicó la plaza donde debía aparcar el coche, Kate terminó por pensar que estaba soñando.
- Señor Castle, vamos, le estábamos esperando, estamos a punto de salir al aire y Criss ha preguntado por usted varias veces – le apremió una joven rubia con auriculares y una carpeta en la mano – síganme
- Un momento – dijo Richard abriendo el maletero – tengo que coger una cosa – y saco una pequeña bolsa de elegante cartón negro brillante y la joven le asintió nerviosa.
Accedieron a los estudios, Castle siguiendo deprisa a la chica, y Kate, volando sobre una nube de sensaciones… ¿Dónde iban?
Entraron en un plató, y les acomodaron en la primera fila de un pequeño escenario, que Kate reconoció de inmediato, abriendo los ojos como platos y acercándose al oído de Richard le dijo:
- ¿Criss? ¿Criss Angel?
- ¿Te gustaba la magia no es verdad?
No pudo continuar hablando, el programa comenzaba en directo. El mejor ilusionista del mundo Criss Angel. Dios, Richard, ¿cómo podía estar haciendo todo esto por ella? Era… no podía pensar… Había visto a ese mago en las calles de Nueva York, formando tumultos y haciendo magia improvisada, dejando boquiabierto a todo aquel que tuviese la suerte de pasar por su lado. Tomó la mano de Richard, entrelazando sus dedos con los de él y observando todo maravillada. El mejor ilusionista, el sucesor de Houdini…
Durante la hora que duraba el programa en directo, Criss fue desplegando sus trucos, Kate estaba absorta, mirando como tras tragarse una moneda, la hacía recorrer por debajo de la piel de su brazo, para después con un pequeño corte cerca de la muñeca, sacarla y mostrarla al público. En otro de los trucos, Criss, iba sacando poco a poco de un cuadro pintado, todos los elementos (copas, cartas, cerillas…) manipulándolos a su antojo y volviendo a introducirlos en el cuadro tras haberlos cambiado, y todo el público comprobaba como el cuadro se iba modificando… copas sin bebida, cartas dobladas, cerillas usadas….
Criss eligió a una chica de entre el público, preguntó su nombre, la entretuvo un rato, tras el cual la rogó que se sentase de nuevo en su sitio. Sus ayudantes le llevaron una pecera sobre una mesa con ruedas, sus dimensiones no era muy grandes, era un cubo de más o menos un metro de lado. En la pecera, un pez de color granate, ajeno al programa, se movía entre las plantas. Criss miró a la voluntaria, y le dijo que el pez era del mismo color que su vestido. El público miró a la chica comprobando que era cierto y se concentró de nuevo en Criss, que se acercó a la pecera, tapándola con su cuerpo y acercó sus labios al cristal y le dijo al pececillo que se había quedado con ganas de darle un beso cuando la había sacado de entre el público, en ese momento, besó el cristal, arrastrando sus labios hasta el borde, donde se encontró con los labios de la chica, que estaba empapada y de rodillas dentro de la pecera. El público miró al asiento de la chica, vacío, y volvió de nuevo a mirar a Criss, que besaba a la chica y volvía a tapar con su cuerpo la pecera, y cuando se separó, el pececillo granate seguía su marcha entre las plantas, ajeno a todo, y la chica del traje granate aplaudía totalmente seca sentada en su asiento.
Kate no se daba cuenta, que de vez en cuando, Richard dejaba de mirar al mago por minutos, para fijar su mirada en ella, y quedarse absorto mirando su sonrisa y esos felices ojos que parecían transportarla en el tiempo, muchos años atrás…
Criss continuó sus trucos, esta vez con sombras, tocaba las sombras que los objetos reflejaban en el panel que tenía situado tras de él, y los objetos reales se movían, como si se hubiesen cambiado las tornas y la sombra fuese objeto y el objeto sombra.
El programa se acercaba a su fin, y Criss dijo:
- Para terminar, necesito que esta bella dama del público – y acercándose a ella la tendió la mano – me acompañe. Kate no sabía donde meterse. El rubor la invadió. Richard la soltó de la mano mirando sus ojos fijamente y diciéndole con palabras mudas: “déjate llevar”
Kate se levantó, y el mago fue dando pasos de espaldas, arrastrándola hacía el escenario, manteniendo con los ojos la mirada de ella. Ella se dejó llevar, sus ojos eran magnéticos, hipnotizantes, él la preguntó su nombre, ella le contestó sin apenas enterarse que hablaba, era un hombre increíblemente atractivo pensó, el mago se quitó la sudadera y se quedó con una camiseta negra muy ajustad que marcaba sus perfectos abdominales, él ensenó los brazos al público y la cámara, dando a entender que no tenía nada que esconder, ella miró sus abdominales y percibió el olor de él, que la envolvía y esos ojos oscuros… se fue relajando, el plató desaparecía, tan solo estaban sus increíbles ojos y esa voz profunda que le decía que leía en la mente de su acompañante que tenía un regalo para ella guardado desde hacía tiempo y que jamás se había atrevido a dárselo.
Kate estaba perdida en los ojos del mago, que la tomó de la muñeca izquierda con ambas manos, el operador de la cámara fue acercándose y enfocó la muñeca de Kate, el mago sujetó con su mano derecha la muñeca y empezó a realizar un masaje sobre ella con la mano izquierda, Kate miró su muñeca y volvió a sus ojos que la atraían con una fuerza indescriptible, no podía dejar de mirarlos… la cámara fue mostrando como el mago dejaba de hacer el masaje en su muñeca y cuando fue retirando sus dedos, la televisión mostró como en la antes desnuda muñeca de Kate, apareció un precioso reloj de pulsera.
El público comenzó a aplaudir, pero ella los oía lejanamente, el mago sostenía aún su mirada y con voz grave y profunda que sólo ella pudo oir le dijo:
- Creo que deberías mirar detrás del reloj. Hay un mensaje muy importante para ti.
Dando las gracias al público, Criss acercó a Kate hasta su asiento, donde ella despertó de su trance y se sentó junto a Richard que aplaudía entusiasmado.
Ella miró el reloj, era increíblemente bonito. Era un reloj Cartier, de oro rosa, la esfera en vez de ser redonda era ovalada, con la parte horizontal más ancha y el lado derecho más elevado que el izquierdo. La correa era de tela plateada, y ella miró la hebilla también de oro rosa, ¿Cómo se lo había puesto? Fueron dos segundos de masaje, no había notado absolutamente nada…
Miró a Richard, preguntándole con los ojos por ese obsequio, él sonrió mostrándole la bolsa que había cogido del maletero, él la sujetaba balanceándola con dos dedos por el asa, ella ahora se fijo que en la bolsa en letras blancas ponía “Cartier” y estaba precintada por su parte superior con una pegatina.
- Chico listo – se limitó a decir Richard sonriendo – y muy hábil por lo que veo ¿tengo que preocuparme o sólo le mirabas así por la situación?
Cuando cortaron la conexión, Criss se acercó a ellos sonriendo:
- Rick, viejo amigo! – le dijo dándole un abrazo – deberías haberme dicho que es preciosa – le dijo volviéndose hacia Kate y tomándole la mano para darle un beso en el dorso.
- Vamos Criss ¿no tienes bastante con Camerón? – le dijo Richard sonriendo
- Eso son terrenos pantanosos amigo, ya lo sabes. Un placer Kate – le dijo volviendo a besar su mano – cuando quieras librarte de Rick, llámame y le haremos desaparecer del planeta… - y ella volvió a notar como se perdía en sus oscuros ojos
Salieron del estudio rumbo al coche, Kate le preguntó sobre el reloj, él se limitó a contestarle:
- Es cierto, lo tenía guardado desde hace mucho tiempo, ya te lo contaré otro día. Sé que tienes el reloj de tu padre y que no lo cambiarás por nada del mundo, pero cuando te vistes así como hoy… no puedes ponértelo. Y quiero que entonces, lleves este, si tú quieres…
Ella no dijo nada. Se daba cuenta que Castle la tenía totalmente estudiada. Sonrió.
Llegaron al apartamento de Kate. Ella abrió la puerta y entró, y cuando se dio cuenta que él no la seguía se giró hacía él
- ¿No vas a entrar?
- No – ella giró levemente su cabeza interrogante – ha sido una noche estupenda, espero que lo hayas pasado tan bien como yo.
- Si Rick, pero, ¿de verdad no quieres…?
- Kate, considera esta nuestra primera cita. No hay nada que desee más en este mundo que quedarme contigo hoy, pero prefiero que recordemos este día así.
Definitivamente Richard Castle superaba todas sus expectativas. No podía hacer otra cosa que acercarse a él y besarle.
- Gracias Rick. Por esta inolvidable noche, ha sido… -dijo haciendo una pausa- las rosas, la cena, la magia, el reloj… eres increíble Richard Castle… - él la sonrió con sus ojos, besándola suavemente
- Te llamaré mañana – le dijo él caminando hacía atrás para no dejar de mirarla – guarda la garantía del reloj, esta en la caja, tiene un seguro ¿ok?.... eres preciosa Kate.
Kate entró y se apoyó en la puerta cerrándola, por un momento necesitaba quedarse ahí… quieta.
Se dio cuenta que tenía en la mano la bolsa del reloj, estaba precintada… ¿Cómo era posible? Rompió el precinto y saco un paquete, sin duda la caja del reloj, pero estaba envuelto en papel de regalo. Lo abrió. En la caja sólo estaba la garantía, y miró la fecha, era de hacía cuatro meses… ¿Por qué todo ese tiempo? ¿Qué había pasado hacía cuatro meses?
Al ir a dejar la caja del reloj de nuevo en la bolsa, se fijó que había una tarjeta, la sacó y leyó:
“Hoy he vuelto a pasar mucho miedo. Pensé que no sería capaz de sacarte de ese coche y mi corazón casi se para pensando en esa tumba bajo el Hudson. Quiero que sepas que estaré ahí…”
Los ojos oscuros del mago volvieron a su mente : “creo que deberías mirar detrás del reloj, hay un mensaje muy importante para ti”
Kate se desabrochó el reloj y miró detrás, una enorme sonrisa iluminó su cara cuando grabada en la tapa del reloj, leyó:
“Always”
***********
FIN CAPITULO 11.
GRACIAS por llegar hasta aqui.
MEL espero no haberte defraudado.
El restaurante Daniel: http://www.danielnyc.com/daniel.html, donde podréis ver las fotos, leer el menú y la carta de los vinos (ese guiño al vino español, ¿nos lo merecemos no?)
Criss Angel es un ilusionista real. Se le ha relacionado con Cameron Diaz. Y es muy atractivo
El reloj que he intentado (no sé si lo habré conseguido) describir: http://www.cartier.es/#/media/images/show-me/product-visuals/w8100009_1-png?view=1&return=colecciones/relojer%C3%ADa/w8100009-reloj-d%C3%A9lices-de-cartier-modelo-peque%C3%B1o
CAPITULO 11. LA CITA
Salieron del portal de Kate, ella iba agarrada de su brazo. Él iba vestido completamente de negro, a excepción de su corbata, de tonos grises plateados, que curiosamente y sin acordarlo, hacía juego con el vestido de ella, un vestido largo y sencillo, que dejaba al descubierto sus hombros que iban ahora cubiertos con un chal negro semi trasparente. Se había recogido el pelo en una especie de moño alto, dejando caer varios mechones de pelo que se habían rizado formando bucles.
- Fiuuu – silbó Jimmy mirando a través de los prismáticos ganándose un codazo de Harry – salen los dos, venga paquidermos, poneros en marcha y tener cuidado con lo que hacéis hasta que lleguemos.
- Si teniente.
Richard le abrió la puerta del Lexus sonriéndola, y cuando ella entró y se hubo acomodado, la cerró suavemente y fue hasta la puerta del conductor entrando al coche.
- ¿Dónde iremos?
- Al Daniel, en la 60 este con la calle 65
- ¿Al Daniel? – se sorprendió Kate, sabiendo que era el mejor restaurante de Nueva York, era al que el sábado pasado Alexis no quiso ir -¿tiene que ser ese?
- Tengo una reserva, y créeme, no es sencillo reservar. Alexis te dijo que no le gusta, porque se siente observada, pero creo que debes probarlo. Pero si no quieres…
- Está bien. No importa – no le gustaría sentirse observada, pero no quería defraudarle.
Cuando llegaron al restaurante, Richard salió veloz del coche, adelantándose al aparcacoches y abriendo la puerta para que Kate saliese, le tendió la mano y cuando esta se la dio, él depositó un suave beso sobre ella, la acomodó en su brazo y dándole las gracias al aparcacoches, se dirigió a la entrada del restaurante, donde el portero le dio la bienvenida saludándole por su nombre.
Tras acceder al local, el Metre les recibió, saludando a Castle amigablemente. Kate miró el local, y se sorprendió. Estaba completamente vacío. Le llamó la atención la decoración, en tonos blancos que hacían al local muy luminoso. Unas grandes lámparas cilíndricas de color blanco repartían la luz. El Metre les dirigió hasta el centro del local, a la única mesa que tenía las velas decorativas encendidas. Tomaron asiento y el Metre les ofreció la carta de vinos, dejándoles para que pudiesen decidirse. Richard ni siquiera la miró.
- Creo que ya sé el que quiero.
- Bien, elígelo tú.
- ¿Has probado alguna vez el vino español?
- No.
- Bueno, pues será la primera vez. Voy a elegir un vino blanco, que irá a la perfección con los platos que nos servirán.
Richard miró al Metre, que se acercó de inmediato, le pidió un “Rioja CVNE corona gran reserva”, el Metre, sonriendo, no pudo más que decir:
- Excelente elección señor Castle.
Kate, que si ojeaba la carta, le miró levantando las cejas cuando descubrió el precio de aquel vino.
- ¿Mil doscientos cincuenta dólares?
- Un vino especial, para una cita especial. Tu has mandado siempre en la comisaría, este es mi mundo, deja que yo tenga también mi momento de gloria …
En ese momento las grandes lámparas del techo se apagaron, y el resto de apliques de la pared atenuaron su luminosidad, dejando que las velas tomasen el relevo y la importancia que debían y el local se tornó cálido y acogedor. Kate miró a su alrededor, sorprendida.
- No te preocupes, nadie va a observarte. Esta reservado únicamente para nosotros. Los lunes cierran. El Chef, Daniel Boulud’s, es un gran fan de mis libros. Me he permitido elegir por los dos… no he querido abusar y tenerle en la cocina esperando a que nos decidiésemos
Kate le miraba, era increíble. No dejaba de sorprenderla. Poco a poco se fue relajando y disfrutando de la cena… “Tarrina de pato con almendra marcona”, “Solomillo de ternera asado con alcachofa”, y una combinación de todos los postres de chocolate de la casa que sería la envidia de Alexis si se enterase… acompañado de una botella de Dom Pérignon. Por un momento se preguntó cuantos sueldos mensuales de policía necesitaría para poder pagar una cena así, y llegó a la conclusión que quizá necesitase un año, no a todo el mundo le abren un restaurante para él sólo.
Cuando se acercaban las diez de la noche, Richard le dijo que tenían que marcharse, o no llegarían a tiempo.
Cuando salieron del local, el coche estaba preparado y Richard, de nuevo, se adelantó al aparcacoches y le abrió la puerta.
- Y bien… ¿Dónde me llevaras ahora?
- Vamos, déjate llevar Kate… te prometo que te gustará.
Claro que se dejaba llevar… todo le había gustado, desde las flores hasta su forma de besar su mano, los platos elegidos, el vino, el champagne….
Detrás de ellos a mucha distancia, Jimmy y Harry, en una sola moto, habían decidido enviar a los chicos a cenar, y que tomasen el relevo en el apartamento de Kate. Todo estaba tranquilo, no había rastro de ningún francotirador que les siguiese.
Hasta que Richard se acercó a la garita de vigilancia en la entrada de los estudios de A&E TV, había pensado que esa noche nada podía sorprenderla, porque todo era sorprendente, pero cuando el vigilante levantó la barrera saludándole por su nombre y le indicó la plaza donde debía aparcar el coche, Kate terminó por pensar que estaba soñando.
- Señor Castle, vamos, le estábamos esperando, estamos a punto de salir al aire y Criss ha preguntado por usted varias veces – le apremió una joven rubia con auriculares y una carpeta en la mano – síganme
- Un momento – dijo Richard abriendo el maletero – tengo que coger una cosa – y saco una pequeña bolsa de elegante cartón negro brillante y la joven le asintió nerviosa.
Accedieron a los estudios, Castle siguiendo deprisa a la chica, y Kate, volando sobre una nube de sensaciones… ¿Dónde iban?
Entraron en un plató, y les acomodaron en la primera fila de un pequeño escenario, que Kate reconoció de inmediato, abriendo los ojos como platos y acercándose al oído de Richard le dijo:
- ¿Criss? ¿Criss Angel?
- ¿Te gustaba la magia no es verdad?
No pudo continuar hablando, el programa comenzaba en directo. El mejor ilusionista del mundo Criss Angel. Dios, Richard, ¿cómo podía estar haciendo todo esto por ella? Era… no podía pensar… Había visto a ese mago en las calles de Nueva York, formando tumultos y haciendo magia improvisada, dejando boquiabierto a todo aquel que tuviese la suerte de pasar por su lado. Tomó la mano de Richard, entrelazando sus dedos con los de él y observando todo maravillada. El mejor ilusionista, el sucesor de Houdini…
Durante la hora que duraba el programa en directo, Criss fue desplegando sus trucos, Kate estaba absorta, mirando como tras tragarse una moneda, la hacía recorrer por debajo de la piel de su brazo, para después con un pequeño corte cerca de la muñeca, sacarla y mostrarla al público. En otro de los trucos, Criss, iba sacando poco a poco de un cuadro pintado, todos los elementos (copas, cartas, cerillas…) manipulándolos a su antojo y volviendo a introducirlos en el cuadro tras haberlos cambiado, y todo el público comprobaba como el cuadro se iba modificando… copas sin bebida, cartas dobladas, cerillas usadas….
Criss eligió a una chica de entre el público, preguntó su nombre, la entretuvo un rato, tras el cual la rogó que se sentase de nuevo en su sitio. Sus ayudantes le llevaron una pecera sobre una mesa con ruedas, sus dimensiones no era muy grandes, era un cubo de más o menos un metro de lado. En la pecera, un pez de color granate, ajeno al programa, se movía entre las plantas. Criss miró a la voluntaria, y le dijo que el pez era del mismo color que su vestido. El público miró a la chica comprobando que era cierto y se concentró de nuevo en Criss, que se acercó a la pecera, tapándola con su cuerpo y acercó sus labios al cristal y le dijo al pececillo que se había quedado con ganas de darle un beso cuando la había sacado de entre el público, en ese momento, besó el cristal, arrastrando sus labios hasta el borde, donde se encontró con los labios de la chica, que estaba empapada y de rodillas dentro de la pecera. El público miró al asiento de la chica, vacío, y volvió de nuevo a mirar a Criss, que besaba a la chica y volvía a tapar con su cuerpo la pecera, y cuando se separó, el pececillo granate seguía su marcha entre las plantas, ajeno a todo, y la chica del traje granate aplaudía totalmente seca sentada en su asiento.
Kate no se daba cuenta, que de vez en cuando, Richard dejaba de mirar al mago por minutos, para fijar su mirada en ella, y quedarse absorto mirando su sonrisa y esos felices ojos que parecían transportarla en el tiempo, muchos años atrás…
Criss continuó sus trucos, esta vez con sombras, tocaba las sombras que los objetos reflejaban en el panel que tenía situado tras de él, y los objetos reales se movían, como si se hubiesen cambiado las tornas y la sombra fuese objeto y el objeto sombra.
El programa se acercaba a su fin, y Criss dijo:
- Para terminar, necesito que esta bella dama del público – y acercándose a ella la tendió la mano – me acompañe. Kate no sabía donde meterse. El rubor la invadió. Richard la soltó de la mano mirando sus ojos fijamente y diciéndole con palabras mudas: “déjate llevar”
Kate se levantó, y el mago fue dando pasos de espaldas, arrastrándola hacía el escenario, manteniendo con los ojos la mirada de ella. Ella se dejó llevar, sus ojos eran magnéticos, hipnotizantes, él la preguntó su nombre, ella le contestó sin apenas enterarse que hablaba, era un hombre increíblemente atractivo pensó, el mago se quitó la sudadera y se quedó con una camiseta negra muy ajustad que marcaba sus perfectos abdominales, él ensenó los brazos al público y la cámara, dando a entender que no tenía nada que esconder, ella miró sus abdominales y percibió el olor de él, que la envolvía y esos ojos oscuros… se fue relajando, el plató desaparecía, tan solo estaban sus increíbles ojos y esa voz profunda que le decía que leía en la mente de su acompañante que tenía un regalo para ella guardado desde hacía tiempo y que jamás se había atrevido a dárselo.
Kate estaba perdida en los ojos del mago, que la tomó de la muñeca izquierda con ambas manos, el operador de la cámara fue acercándose y enfocó la muñeca de Kate, el mago sujetó con su mano derecha la muñeca y empezó a realizar un masaje sobre ella con la mano izquierda, Kate miró su muñeca y volvió a sus ojos que la atraían con una fuerza indescriptible, no podía dejar de mirarlos… la cámara fue mostrando como el mago dejaba de hacer el masaje en su muñeca y cuando fue retirando sus dedos, la televisión mostró como en la antes desnuda muñeca de Kate, apareció un precioso reloj de pulsera.
El público comenzó a aplaudir, pero ella los oía lejanamente, el mago sostenía aún su mirada y con voz grave y profunda que sólo ella pudo oir le dijo:
- Creo que deberías mirar detrás del reloj. Hay un mensaje muy importante para ti.
Dando las gracias al público, Criss acercó a Kate hasta su asiento, donde ella despertó de su trance y se sentó junto a Richard que aplaudía entusiasmado.
Ella miró el reloj, era increíblemente bonito. Era un reloj Cartier, de oro rosa, la esfera en vez de ser redonda era ovalada, con la parte horizontal más ancha y el lado derecho más elevado que el izquierdo. La correa era de tela plateada, y ella miró la hebilla también de oro rosa, ¿Cómo se lo había puesto? Fueron dos segundos de masaje, no había notado absolutamente nada…
Miró a Richard, preguntándole con los ojos por ese obsequio, él sonrió mostrándole la bolsa que había cogido del maletero, él la sujetaba balanceándola con dos dedos por el asa, ella ahora se fijo que en la bolsa en letras blancas ponía “Cartier” y estaba precintada por su parte superior con una pegatina.
- Chico listo – se limitó a decir Richard sonriendo – y muy hábil por lo que veo ¿tengo que preocuparme o sólo le mirabas así por la situación?
Cuando cortaron la conexión, Criss se acercó a ellos sonriendo:
- Rick, viejo amigo! – le dijo dándole un abrazo – deberías haberme dicho que es preciosa – le dijo volviéndose hacia Kate y tomándole la mano para darle un beso en el dorso.
- Vamos Criss ¿no tienes bastante con Camerón? – le dijo Richard sonriendo
- Eso son terrenos pantanosos amigo, ya lo sabes. Un placer Kate – le dijo volviendo a besar su mano – cuando quieras librarte de Rick, llámame y le haremos desaparecer del planeta… - y ella volvió a notar como se perdía en sus oscuros ojos
Salieron del estudio rumbo al coche, Kate le preguntó sobre el reloj, él se limitó a contestarle:
- Es cierto, lo tenía guardado desde hace mucho tiempo, ya te lo contaré otro día. Sé que tienes el reloj de tu padre y que no lo cambiarás por nada del mundo, pero cuando te vistes así como hoy… no puedes ponértelo. Y quiero que entonces, lleves este, si tú quieres…
Ella no dijo nada. Se daba cuenta que Castle la tenía totalmente estudiada. Sonrió.
Llegaron al apartamento de Kate. Ella abrió la puerta y entró, y cuando se dio cuenta que él no la seguía se giró hacía él
- ¿No vas a entrar?
- No – ella giró levemente su cabeza interrogante – ha sido una noche estupenda, espero que lo hayas pasado tan bien como yo.
- Si Rick, pero, ¿de verdad no quieres…?
- Kate, considera esta nuestra primera cita. No hay nada que desee más en este mundo que quedarme contigo hoy, pero prefiero que recordemos este día así.
Definitivamente Richard Castle superaba todas sus expectativas. No podía hacer otra cosa que acercarse a él y besarle.
- Gracias Rick. Por esta inolvidable noche, ha sido… -dijo haciendo una pausa- las rosas, la cena, la magia, el reloj… eres increíble Richard Castle… - él la sonrió con sus ojos, besándola suavemente
- Te llamaré mañana – le dijo él caminando hacía atrás para no dejar de mirarla – guarda la garantía del reloj, esta en la caja, tiene un seguro ¿ok?.... eres preciosa Kate.
Kate entró y se apoyó en la puerta cerrándola, por un momento necesitaba quedarse ahí… quieta.
Se dio cuenta que tenía en la mano la bolsa del reloj, estaba precintada… ¿Cómo era posible? Rompió el precinto y saco un paquete, sin duda la caja del reloj, pero estaba envuelto en papel de regalo. Lo abrió. En la caja sólo estaba la garantía, y miró la fecha, era de hacía cuatro meses… ¿Por qué todo ese tiempo? ¿Qué había pasado hacía cuatro meses?
Al ir a dejar la caja del reloj de nuevo en la bolsa, se fijó que había una tarjeta, la sacó y leyó:
“Hoy he vuelto a pasar mucho miedo. Pensé que no sería capaz de sacarte de ese coche y mi corazón casi se para pensando en esa tumba bajo el Hudson. Quiero que sepas que estaré ahí…”
Los ojos oscuros del mago volvieron a su mente : “creo que deberías mirar detrás del reloj, hay un mensaje muy importante para ti”
Kate se desabrochó el reloj y miró detrás, una enorme sonrisa iluminó su cara cuando grabada en la tapa del reloj, leyó:
“Always”
***********
FIN CAPITULO 11.
GRACIAS por llegar hasta aqui.
MEL espero no haberte defraudado.
El restaurante Daniel: http://www.danielnyc.com/daniel.html, donde podréis ver las fotos, leer el menú y la carta de los vinos (ese guiño al vino español, ¿nos lo merecemos no?)
Criss Angel es un ilusionista real. Se le ha relacionado con Cameron Diaz. Y es muy atractivo
El reloj que he intentado (no sé si lo habré conseguido) describir: http://www.cartier.es/#/media/images/show-me/product-visuals/w8100009_1-png?view=1&return=colecciones/relojer%C3%ADa/w8100009-reloj-d%C3%A9lices-de-cartier-modelo-peque%C3%B1o
Anver- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me encantaaaaaaaa!
LEILAKB- Actor en Broadway
- Mensajes : 202
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Edad : 34
Localización : madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
INCREIBLEEEEEEEEEEEEEEE
QUIERO UN HOMBRE ASI!!!!!!
Fantastico capitulo!!!!! me encantooooooooo
QUIERO UN HOMBRE ASI!!!!!!
Fantastico capitulo!!!!! me encantooooooooo
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
KE PASADA DE RELOJ!!!!!
SIGUELOO
SIGUELOO
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Muy lindo el capitulo,
Continua
Continua
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
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