Caminos Cruzados.

Elisabeth_NYC escribió:Malas personas sois...

Aquí amenazando a una pobre niña indefensa...
Vergüenza os tendría que dar!!!

Solo es para meter presion. No te preocupes que morir no te voy a matar, como mucho te corto una mano, por que si te mato no se como continua la historia. (ES BROMA)

¿Y lo tenías que dejar así? ¿Cuánto van a tardar estos dos en volverse a ver? A este paso si que da tiempo a que Kate se case...

¡No, que es broma!
Me ha gustado mucho, y me encantan lo realista que parece con esos datos que das sobre la localización de cada lugar al que van los personajes.

Pues nada, tocará esperar a que puedas subir el siguiente.
Ya que estarás dentro de dos semanas en España, no seas mala y dejanos algo la semana que viene

_Casckett_ escribió:

Elisabeth_NYC escribió:Malas personas sois...

Aquí amenazando a una pobre niña indefensa...
Vergüenza os tendría que dar!!!

Solo es para meter presion. No te preocupes que morir no te voy a matar, como mucho te corto una mano, por que si te mato no se como continua la historia. (ES BROMA)

Nada más que decir U_U

Amen hermana! U_U




PD: que te lo crees tú!!! muahahah

Pues la verdad es que no veo que ves de insulso en este capítulo, a no ser que sea para que te resuenen los oídos con las alabanzas sobre el mismo, porque te ha quedado genial. La verdad es que a cada día que pasa me gustas más como escritora, .
Podías aprovechar el porrón de horas del avión, en que seguro que no tienes nada que hacer, para escribir algunas líneas más, y seguro que algún ordenador pillaras en Pamplona para subirlo. Anda, no seas mala y no nos alargues la espera en demasía.
Además, alguna crónica nos tiernes que subir una vez aquí, que seguro que algo te pasará.

Kynu escribió:

_Casckett_ escribió:

Elisabeth_NYC escribió:Malas personas sois...

Aquí amenazando a una pobre niña indefensa...
Vergüenza os tendría que dar!!!

Solo es para meter presion. No te preocupes que morir no te voy a matar, como mucho te corto una mano, por que si te mato no se como continua la historia. (ES BROMA)

Nada más que decir U_U

Amen hermana! U_U




PD: que te lo crees tú!!! muahahah

Solo me queda una cosa por decir Amen!

lo dejas en lo mejor, se me ha hecho corto.
hasta el sabado, ya estoy impaciente.

Tiempo al tiempo chicas... XD

Que bien te ha quedado el capítulo. Espero ese reencuentro con impaciencia, jejejejeje.

No tardes mucho en actualizar.

Hum.

Creo que eso de "al lío" lo dice Estrella... Pero vamos ya sabes que mis neuronas... Y más hoy sin DORMIR pues...

"Pobre niña indefensa"??? Analiza una a una las palabras... Naaaaaaaaaaaa no das ni una!! (mira exclamaciones con el punto abajo, que cosas)

Bueno, con respecto al capi, no lo había leído, y como finalmente y después del madrugón tengo tiempo, pues decirte que me gusta lo escrito, deseando ver como reacciona ella cuando le digan que tiene que soportarle y mucho más cuando descubra que recupera su cadena.

Se buena (sabrás?) ah y a la espera de saber lo de las fresas!!

Anver escribió:Hum.

Creo que eso de "al lío" lo dice Estrella... Pero vamos ya sabes que mis neuronas... Y más hoy sin DORMIR pues...

"Pobre niña indefensa"??? Analiza una a una las palabras... Naaaaaaaaaaaa no das ni una!! (mira exclamaciones con el punto abajo, que cosas)

Bueno, con respecto al capi, no lo había leído, y como finalmente y después del madrugón tengo tiempo, pues decirte que me gusta lo escrito, deseando ver como reacciona ella cuando le digan que tiene que soportarle y mucho más cuando descubra que recupera su cadena.

Se buena (sabrás?) ah y a la espera de saber lo de las fresas!!

cierto la de "al lio... " soy yo,jajajajaj.
Pobrecita ella que no ha dormido. Porqué habrá sido, jajajajja.
no te quejes que así te cunde más la mañana.
No seas mala, Ana, que igual en su teclado las exclamaciones son iguales que las ies, jajajajja

Iros las dos a la porra.

Ana… yo buena soy siempre. Lo que pasa que no lo queréis aceptar.
Estrella… mira el teclado y mira dónde queda la "i" y dónde queda la exclamación "¡". ¿¿¿Tú te crees que cuando tecleo a toda leche las interrogaciones, no se me cuela la exclamación "¡"???

Eminencias; que sois las dos unas eminencias.

Perdón; es cierto: "al lío" lo dice Estrella.
Mea culpa

¿Que?

http://www.piezasportatil.com/index.php?main_page=popup_image&pID=1578&zenid=qok7senrcqr8rkhlstsstq3526

Desconozco tu teclado, el mío es como ese....

Ahora y dado que me has llamado "eminencia" lección sobre la utilización de los sigos de exlamación : http://es.wikipedia.org/wiki/Signo_de_exclamaci%C3%B3n

Lo que no debe hacerse es utilizar el signo "¡" (punto arriba y confundible con la letra), para cerrar una exclamación, pues para cerrarlas es el "!" (punto abajo).

Vamos que no es lo mismo Anai que Ana! ¿No crees?

Anver escribió:¿Que?

http://www.piezasportatil.com/index.php?main_page=popup_image&pID=1578&zenid=qok7senrcqr8rkhlstsstq3526

Desconozco tu teclado, el mío es como ese....

Ahora y dado que me has llamado "eminencia" lección sobre la utilización de los sigos de exlamación : http://es.wikipedia.org/wiki/Signo_de_exclamaci%C3%B3n

Lo que no debe hacerse es utilizar el signo "¡" (punto arriba y confundible con la letra), para cerrar una exclamación, pues para cerrarlas es el "!" (punto abajo).

Vamos que no es lo mismo Anai que Ana! ¿No crees?

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJJAJA ME MATAS TIA! ME MATAAAAAAAAAS xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Lo primero de todo avisaros: EL SÁBADO QUE VIENE NO HAY CAPÍTULO.
Os explico. Estaré en España y quiero aprovechar todo lo que pueda eso.
Para tranquilizaros; Puede que ésta semana os cuelgue el capítulo antes de irme. Pero que sepáis, que el que cuelgue (si lo cuelgo) es el del Sábado.
Nada más; Que lo disfrutéis.






Cuando terminé de dar saltos como un loco, decidí que era hora de dar un giro al día.

Lo tenía claro, ésta noche Gina y yo volveríamos a ser editora y escritor. Pero a pesar de que nuestra relación sentimental terminaría ahí, tenía una buenísima noticia que esperaba que ella la viese de la misma forma que yo. Si no era así, me tendría que buscar otro editor.

Acto seguido, me fui a duchar y a vestirme para la cena.

---

Después de identificarme como inspectora ante la señorita de recepción, pedí hablar con el jefe de la empresa. Tras varias llamadas me indicó que tomase asiento y esperase, en breve sería atendida. Yo me negué a sentarme. Acepté su invitación pero la rechacé.

Mientras tanto, pensaba la forma de interrogar a la empleada con la esperanza de obtener cualquier información pero sin que pareciese un interrogatorio. No me hizo falta, ella misma comenzó a hablar…

-Supongo que viene por lo de Alison…- me mantuve inexpresiva, no iba a dar ninguna información acerca del caso sino a recibirla. –Era muy buena chica. Todos los días cuando entraba, se paraba a saludarme. Ninguno lo hace…- miró hacia abajo y continuó. –El otro día me trajo una cajita de donuts de la tienda de enfrente. De mis favoritos- sonrió.
-¿Notó usted algo extraño los últimos días en Alison? ¿Cómo comportamiento, forma de vestir, de hablar, etc.?- le pregunté.

Negó con la cabeza.
-¿Eran amigas?-.
Volvió a negar.
-Si recuerda alguna cosa más…- le tendí mi tarjeta–No dude en llamarme-.
Cogió mi tarjeta y la guardó entre los papeles.

Segundos después apareció el secretario del jefe de la empresa.
-¿Señorita Beckett?- preguntó sin interés por la respuesta, mientras me indicaba con la mano que le acompañase a los ascensores.
-Detective Beckett- le corregí antes de seguirlo.

Vi cómo cambiaba su actitud de indiferencia hacia mí.

Una vez dentro del ascensor, me situé detrás de él. Pulsó el botón de la planta 57 y se acomodó la chaqueta del traje. Cuadró los hombros, y metió las manos en los bolsillos.

Yo comencé a plantear las preguntas que debía de hacer a su jefe. Sabía que la chica de recepción conocía algo más de lo que me había querido o podido contar. “Más tardé contactaré con ella, y si no es así, la llamaré para ir a comisaría…” pensé.

Las puertas se abrieron y mostraron una enorme recepción, acristalada con unas impresionantes vistas al Financial District y parte de Wall Street, una decoración exquisita tanto en muebles como en acabados y objetos decorativos. Un cristal escarchado, que iba de lado a lado de la recepción; separaba una estancia de ésta; sólo se apreciaba el asa de una puerta, así que supuse que sería el despacho del jefe de la empresa.

El secretario se acercó al escritorio, cogió el teléfono y marcó un solo número. Esperó.
-De acuerdo, ahora mismo- colgó.
Se giró hacia mí y me indicó que le volviese a acompañar.

Tocó a la puerta con un suave golpe, ya que le habían dado permiso para pasar, desde el teléfono, y abrió la puerta.

El despacho era enorme. Daba al otro lado de las vistas que tenía la recepción, el otro lado de la ciudad. Todo en cristal, acero inoxidable, y en colores negros, grises, y blancos, dejaban ver que para ese hombre, el diseño sobrio y líneas limpias, era una necesidad y seguramente una obligación.

Giré la cabeza hacia la derecha para ver como un hombre de unos 30 y picos años, moreno, bastante alto y con un aspecto muy cuidado, se levantaba de detrás de un escritorio de líneas modernas, mientras se cerraba los botones de la americana. Rodeó la mesa y se acercó hasta donde yo me encontraba. Me estrechó la mano y se presentó con una sonrisa forzada e inexpresiva.

-Rod Sullivan… Detective.– apretó su mano y la soltó. Yo hice lo mismo; me presenté y me solté del saludo a la vez que él.
Tenía una voz cortante, se veía que quería tener el control de todo lo que estaba a su alrededor.

-Señor Sullivan, quería hacerle unas preguntas acerca de una empleada suya, llamada Alison Spencer, de 32 años.- mientras le hablaba, analizaba sus leves expresiones ante la información que le estaba dando. –¿Sería tan amable de contestarlas?- finalicé.

-Por favor- extendió el brazo hacia un sofá rodeado por dos butacas, todo de color negro y barras de acero. -¿Quiere tomar algo?-.

-No, gracias- contesté.

-Bien- se giró hacia el secretario, que todavía aguardaba en la puerta, y con un gesto de mano, le indicó que no necesitaba nada más. Éste la cerró, dejándome a solas con aquel directivo que parecía no tener sangre en las venas. Me senté en una butaca para quedarme a la izquierda de él. Mientras, él se servía una copa de Whisky en el mini bar. Pegó un sorbo y se sentó en el sofá.

Con aire tranquilo y relajado, que demostraba que no tenía nada que esconder en relación al caso, al menos, eso aparentaba, porque yo sería la que decidiría si me decía la verdad o no.

-Señor Sullivan, ¿Conoce a la señorita Spencer?- comencé el interrogatorio.

-Sí y no- sonrió.

-¿Cómo que sí y no, Señor Sullivan?, ¿Puede explicarme eso?- enarqué una ceja.

-Sí, sé quién es la señorita Spencer, es mi empleada y por cierto, una de mis mejores científicas; y no, no la conozco en persona… Detective, tengo a mi cargo a más de dos mil empleado y eso sin contar algunos puestos aislados, no conozco a todos.- Pegó otro sorbo del Whisky y se acomodó en el sofá cruzando una pierna para dejar el talón de una, en la rodilla de la otra.

-Era; Señor Sullivan- le corregí. Al ver su cara de desconcierto, supe que nadie le había informado sobre lo ocurrido a su empleada, cosa que pude ver por cómo cambió el gesto facial, a una mueca de enfado. Había acertado; le gustaba tener el control de todo lo que tenía a su alrededor, y lo ocurrido ésta mañana salía fuera de su control. –Señor Sullivan; la señorita Spencer ha aparecido muerta esta mañana con dos tiros por la espalda.- se irguió en el sofá y frunció el ceño, confundido. No se lo esperaba.

-¿Muerta?, ¿Cómo?- miraba a la mesa de café que había delante nuestra mientras me preguntaba.

-Ya se lo he dicho, señor Sullivan. Su empleada ha sido asesinada. Señor Sullivan… ¿me está diciendo que era una de sus mejores empleadas y que no la conocía en persona?, ¿Nunca la vio en ninguna de las investigaciones que hace su empresa?- no me lo creía.

-Detective Beckett… ¿Qué está queriendo decir?-

-Le estoy diciendo que una empleada suya ha sido hallada muerta ésta mañana y que no me creo que siendo una de las mejores científicas que tenía contratadas, no la conociese. Eso le estoy queriendo decir- cambió su gesto de indignación poco creíble a una cara de total disposición hacia mí. –Volvamos a empezar, Señor Sullivan.- sabía que de ahí podía sacar mucha información. -¿Conocía a Allison Spencer?- pregunté con autoridad.

-Si.-

-¿Mantenía alguna relación de cualquier tipo con ella?- ahora me tenía que fijar muy bien a su reacción.

-No- contesto indignado. –No mantenía ninguna relación sentimental con ella. Detective; si me está acusando de haberla matado, le diré que se equivoca de hombre, y si sigue por este camino, nos veremos en los tribunales, aparte de recibirá una visita de mi abogado-. No quería acabar en el despacho de mi superior, por un tío como él, así que cambié de camino, pero sabía que algo ocultaba.

-¿Sabe si tenía pareja, estaba casada, hijos…?- continué.

-No.- contestó con deje.

-¿En qué estaba trabajando? ¿Algo por lo que valdría la pena matarla? ¿Cuál era su cargo en la empresa?- dejé que empezara a contestarlas.

-Su cargo; es… perdón, era; la jefa en un nuevo proyecto, sobre la vacuna del VIH, era la que presentó la idea. Yo acepté, ¿sabe cuántos millones me reportará la vacuna cuando salga? Se lo puede imaginar. Ella tenía el mando de la investigación. Yo no le puedo ayudar más en eso; si quiere puede preguntarle a su ayudante y al resto de investigadores y científicos que trabajan con ella.- me respondió a las preguntas que le realicé y alguna más antes de dar por finalizada el pequeño interrogatorio que le había realizado.

-Está bien señor Sullivan- me levanté de la butaca. –Pero me gustaría pedirle una cosa más, si recuerda alguna cosa más, o si se entera de algo valioso para la investigación- le entregué mi tarjeta –no dude en llamarme. Muchas gracias por su tiempo, pase un buen día.- me dirigí a la puerta, mientras el me la abría. Le di las gracias.

-Elliot- se dirigió a su secretario, el cual se levantó a la velocidad de la luz mientras bordeaba la mesa. –Acompañe a la Detective hasta el laboratorio.- éste miró a su jefe con cara de sorpresa al oírle la palabra “laboratorio”. –Tiene mi autorización para acceder a las instalaciones y hablar con el equipo de la señorita Spencer.-

-De acuerdo. Si es tan amable de acompañarme...- se hizo a un lado para que pasase.

---

Salí de la ducha con una sonrisa en la cara que, si no tuviese músculos faciales que me avisaran de que la piel se me iba a desgarrar si seguía sonriendo, creo que perfectamente hubiese podido juntar ambas comisuras en la nuca.

Mi madre se dio cuenta de tan repentino cambio, cuando salí al salón.

-¿A qué se debe tal cambio, querido?- preguntó.

-Madre…- me acerqué al mini-bar y me serví una copa de Bourbon –Me alegra poder comunicarte que el Alcalde Bloomberg me ha dado autorización para llevar a cabo mi nuevo proyecto literario, que me permite pegarme a la policía del Homicidios de la comisaría 9th. ¡A que es genial!- sonreí levantando la copa a modo de brindis.

-Oh, querido… ¿Quién es la chica?- fue directa, sin una sonrisa por mi noticia, pero sí porque sabía que algo le ocultaba.

-Nadie madre. Me ofende que digas que hay una mujer… Sabes que jamás sería capaz de quitar el puesto de: "la mujer de mi vida" a Alexis- era divertido tomarle el pelo.

-Vamos Richard… ¿Quién es?- insistió.

-Ahora enserio madre. No hay nadie. Se me ocurrió mientras venía paseando esta mañana. Verás, se trataría de una policía de homi…- comencé a exponerle mi idea.

Tras media hora aguantando sus críticas, le di un beso en la frente y le agradecí su incondicional apoyo.

Me fui a mí a despacho, dejando a mi madre sentada en un taburete de la cocina con otro vaso de Bourbon. Encendí mi portátil y me puse a plasmar las brillantes ideas que se me estaban ocurriendo. Se lo entregaría a Gina a la noche, después de explicarle mi idea, y así no tendría que escuchar a otra Martha Rodgers…



Siento si lo veis corto... Pero ésta semana no he tenido tiempo de escribir. Bueno, ni tiempo ni imaginacion.
Vuelvo a repetir; si pudiese escribir el siguiente, lo colgaría antes de irme a España.
Espero que si no me es posible, me perdonéis.

Espero que os haya gustado. En el siguiente, lo que sí os puedo decir, es que ya no será del mismo día todo el capítulo.

Muchas gracias por leerme, y por comentar el que queráis.
Besos!

Pues para estar falta de imaginación, lo has bordado. Continúa cuando puedas.

Felices vacaciones en España y que tengas buen vuelo, porque con tanta tormenta, a lo mejor se mueve un poco.

cap, perfecto. ahora a ver si los juntas un poquito, vamos digo yo.
que bien, por fin vacaciones, te las mereces.
toca disfrutar de la familia, los amigos, la tierra.
me gusta que el next sabado no haya cap, porque significará que estarás con los tuyos.
mogollon de besos
estrella

Buen capítulo, ¿que será lo que esconde en Señor Sullivan?
Me encanta lo astuta que es Martha, a ella no se la puede engañar jaja
Ahora toca disfrutar de esas merecidas vacaciones Eli.
Recarga pilas, descansa y pásatelo genial.

me encanta, continua pronto.

Como recompensa por no haberos colgado el Sábado nuevo capítulo, hoy os voy a colgar 2. El primero; son dos capítulos en uno. Pero es como disculpa por la falta. Así que hoy tendréis casi 3 capis. Este sábado viene lo bueno.
No os entretengo más.
Que lo disfrutéis.




Capítulo 6: Si te cruzas en los caminos; corres el riesgo de ser atropellado.


Continuaba procesando toda la información que el jefe de la empresa me había proporcionado. Sabía que faltaban cosas; cosas que me había ocultado, o cosas que no me había querido decir. El caso era que entre la mujer de la recepción y el jefe de todo esto, existía un vacío en relación con la empleada asesinada.

Delante de mí, caminaba con aire autoritario el secretario del jefe; Elliot.

Mi instinto me decía que ese tal Elliot, era un empleado que detrás de aquella apariencia de persona servicial, se encontraba una persona fría y autoritaria a la que le perdía el poder. Y como mi instinto me había demostrado que no solía fallar, decidí hacer unas preguntas rutinarias al hombre que caminaba delante.

Seguíamos por un pasillo largo de cristal; a ambos lados se veían los laboratorios y a la gente que trabajaba en ellos. Al fondo se veía una puerta de cristal, a la que le seguían dos más. Un vigilante de seguridad en cada puerta, eran los encargados de acreditar la veracidad de las identificaciones de todo aquel que entraba y salía.

Decidí que antes de llegar a la altura del primer vigilante, le haría un par de preguntas a Elliot. Tenía que parecer tranquila, ya que si dejaba ver que le consideraba un sospechoso, se cerraría en banda y no conseguiría nada.

-Eehh… ¿Elliot, verdad?- tenía que empezar conociendo sus datos. Disminuyó su velocidad y nos pusimos a la par. Asintió, y corrigió mi tuteo, dejándome ver que le molestaba esa forma de confianza. Iba por buen camino, era lo que yo quería.
-Elliot Hoockeverg.- ya sabía el apellido.
-Señor Hoockeverg; ¿conocía a la señorita Spencer?- me fijaba en sus expresiones, inclusos las menos apreciables. Estábamos a mitad del pasillo, así que tampoco tenía mucho tiempo.
-No.- dijo tajante.
-¿Suele venir mucho por los laboratorios?- le había visto como se desenvolvía perfectamente por aquellos caminos y como accedía de forma impecable a las instalaciones donde ahora nos encontrábamos. Eso sólo se podía conseguir cuando lo repites de forma asidua.
-No.- mentía.
-¿Por qué le pareció tan extraño que el señor Sullivan me diese pleno acceso a los laboratorios?- “si no quieres decir la verdad, seré yo la que te cerque”, pensé.

-El Señor Sullivan no deja que nadie acceda a ellos. Aquí dentro hay muchísima información, valiosísima información. Nadie ajeno al laboratorio puede saber de qué se trata una determinada información. Incluso entre los departamentos que se encuentra dividido el laboratorio- indicó los cristales que dejaba ver diferentes laboratorios, separados por números gigantes en los cristales –no tienen acceso a las informaciones de los demás departamentos. Cada departamento es conocedor de su información y de ninguna más.- terminó.
-Entonces, ¿Quién es el único que está en conocimiento de todas las informaciones?- pregunté, ya que el señor Sullivan me había hablado sobre la investigación de Allison, con lo que aquella estricta privacidad de la que me hablaba Elliot, no me cuadraba.
-Nadie. Sólo los que trabajan en el proyecto; y no todos los que lo hacen, están al corriente de toda la información; poseen pleno conocimiento de ella.-

-Y usted, sabe todo esto ¿por…?- pregunté sin acabar.
-Señora Beckett...- se giró hacia mí, quedándonos ambos quietos, cerca ya del vigilante de la primera puerta.
-Detective Beckett, si no le importa- le corregí.
-Detective Beckett- repitió. –No me gusta lo que está insinuando. Yo sé todo esto porque trabajo para esta empresa y estoy al corriente de las normas y reglas de esta. Como le he dicho, no conocía a Allison, y no suelo bajar aquí. Así que, si no le importa, acompáñeme, yo le esperaré a la salida y haga su trabajo, interrumpiendo el mío lo menos posible.- mostró una fría sonrisa y se acercó al guardia explicándole nuestra presencia y sobre todo la mía.

Yo no había querido continuar con las preguntas. Él mismo me había dado una información muy valiosa al final. Como detective, había aprendido que alguien que no conoce a un sujeto no le llama por el nombre de pila, eso solo indica que existe un vínculo entre los individuos. El uso del nombre de una víctima, de la forma en la que Elliot Hoockerverg lo hizo, me mostró que la había conocido. Es más, eso me dice que mantuvo cualquier tipo de trato familiar con la víctima.

Me callé, cuando llegase a comisaría lo que primero haría, sería llamarlo para que se le interrogase en nuestras instalaciones.

El vigilante me dio una tarjeta de visitante, el segundo me indicó que dejase mi arma reglamentaria y todo aquello de metal que pudiese interferir en las investigaciones; el tercero me entregó una bata, unas calzas, y un absurdo gorro de papel para poder acceder al recinto.
Luego me ordenó que metiese las manos en una especie de secador, con el objetivo de descontaminarlas.

A regañadientes hice lo que me ordenó y me coloqué el gorro y las calzas.

-Acompáñeme.- me indicó la puerta que daba a un pasillo con acceso a la izquierda o derecha.

Giramos a la derecha y me llevó hasta el cristal donde había un 7 enorme pegado a la puerta. Pulsó un timbre y un hombre, metido en un buzo como el de los técnicos que descontaminan áreas con radioactividad, salió de la sala.

-Éste es el Doctor Hardy. Doctor Hardy; ésta es la Detective Beckett.- saludé y el doctor nos indicó una sala al otro lado del pasillo por donde habíamos venido, separada por otra puerta. Tras esta, se encontraba un cambiador, donde el doctor dejó su buzo y cogió una bata con su nombre bordado, se colocó unas calzas y el mismo gorro que llevábamos el guardia y yo.

Después pasamos a un enorme comedor que en aquel momento se encontraba vacío.

-Encantado Detective Beckett.- el doctor era un hombre que rondaría los 60 y pico años, con el pelo canoso, unas gafas redondas con cristales grandes. Era de estatura media, un poco barrigudo y unos ojos con un azul grisáceo. No parecía doctor, ni mucho menos que trabajase para aquella empresa. –Tiene que ser grave para que la dejen entrar en las instalaciones…- cavilaba mientras con una esquina de la camisa limpiaba los cristales de las gafas.

Nos acercamos a una mesa y ambos nos sentamos, el guardia se quedó en la puerta del comedor dándonos privacidad.

-Lo es, Doctor Hardy.-
-Llámeme Hardy, aquí todo el mundo me llama así. Lo de Doctor o Señor me hace parecer más mayor, y créame; a mi edad, ser más mayor, no gusta.- una risa cálida y amable salió de su boca.
-De acuerdo. Verá Hardy… ¿Usted conocía a la señorita Allison Spencer?- antes de finalizar la pregunta, noté como se entristecía al escuchar la palabra “conocía”.
-Sí, sí, conozco a Allison. Oh Dios mío… Detective Beckett… ¿Qué ha ocurrido?-.
-Verá, la señorita Spencer ha sido asesinada esta mañana…- no pude terminar de hablar, el afable hombre que estaba sentado delante mía, se había echado a llorar al oír lo sucedido. –Lo siento de veras, Hardy.-

Éste, levantó la vista y con una mirada de profundo dolor preguntó:
-¿Cómo?-.

Yo dudaba sí decirle lo que preguntaba, porque sabía por propia experiencia que no quería oír los detalles.
-La investigación aún está abierta…- intenté salir por una vía alternativa, aunque eso no impedía decir cómo murió, sabía que si usaba aquello, el dolor no sería tan grande.

-Era increíble.- se secó las lágrimas con un pañuelo de tela blanco. –Era más inteligente que muchos de todos estos juntos. Cada conversación con ella era impresionante. Poseía conocimientos, ganas, energía… Le apasionaba su trabajo. Decía que ayudar a la gente investigando curas para los males de hoy en día, le ayudaba a ser mejor persona. No pasaba una hora, y ya estaba ideando cómo se podría tratar cualquier enfermedad. Era una gran chica… el que le haya hecho esto…- se le quebró la voz. –debería recibir lo mismo...-.

-Hardy… Con respecto a eso; ¿Sabe usted por qué querrían matarla?- empezaba mi trabajo.
-Claro que sí… Verá Detective… Allison pensaba siempre en nuevas investigaciones, como ya le he dicho, no pasaba ni una hora y ya estaba imaginando métodos de cura. Hace tres meses, vino al laboratorio fuera de su turno. Yo me encontraba repasando los procedimientos de unos cultivos que habíamos recibido, cuando la oí entrar a nuestro departamento. Le saludé preguntándole a qué debía el honor de su presencia tan tarde. Ni me miró.- se le veía disgustado. –Ella no era así, así que me acerqué a su mesa y le pregunté qué ocurría…-.

-¿Era normal que viniese al laboratorio fuera de su turno?- pregunté mientras anotaba en mi libreta los datos de interés que me estaba dando.
-Sí. Prácticamente vivía aquí… Llegaba la primera y se iba la última. Y cuando se iba, era normal que la vieses volver una hora después… Vivía para investigar.- una sonrisa de orgullo reinaba en su rostro cuando hablaba de ella.
-¿Sabe si tenía familia, pareja…?-.
-No… Vivía sola. Su familia es de un pequeño pueblo de Illinois… Yo era lo más parecido a una familia que tenía… Su padre y yo somos amigos desde la universidad… Nos conocimos hará más de 30 años… Cuando Allison se quiso venir a Nueva York, yo la acogí en mi casa mientras encontraba un apartamento. Mi hija y ella eran como hermanas…- las lágrimas volvían a salir. –No sé cómo voy a poder mirar a su padre a la cara…- rompió a llorar. Yo le estreché la mano y le tranquilicé mientras le decía que no era su culpa.

-Sí, sí que lo es. Verá… el día que vino al laboratorio, fue porque creía haber descubierto la vacuna contra el VIH. Me explicó su hipótesis y créame… era brillante. Ambos nos pusimos a elaborar los detalles de la investigación para presentarla a jefe de ésta empresa…-
-Rob Sullivan.- repasé.
-Exacto.- algo no me cuadraba con lo que Elliot me había dicho antes…
-Entonces… alguien sí sabe la información que existe en los departamentos ¿no?.-
-Si… Entre departamentos es como si no existiésemos, pero nuestras investigaciones tienen que ser avaladas por alguien… y ese alguien es el Señor Sullivan.- me aclaró.
-Entonces, se lo expusieron y les dio luz verde ¿no?-

-Sí. Dos semanas después de que viniese al laboratorio a deshora, y una después de presentarla ante el Señor Sullivan, nuestro departamento comenzó a investigar la vacuna. Allison estaba pletórica… a ella el beneficio económico no le importaba. Lo que le importaba era que podría salvar miles de vidas. Hace un mes…- me volvió a mirar a los ojos. –Vino llorando, también fuera de su turno. Yo me acerqué y le pregunté qué había ocurrido, si alguien le había hecho daño. Ella me dijo que no pasaba nada, que no era nada importante. Pero yo sabía que no era así… pero…- se le inundaron los ojos de lágrimas. –pero preferí callarme… no preguntarle. Si le hubiese insistido, quizás ahora no estaría muerta…- me acerqué a la barra del comedor y le serví un vaso de agua.

-Hardy. Usted no tiene la culpa, los únicos que la tienen son los que han hecho esto. Le prometo que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para coger a quien lo haya hecho.- Me levanté de nuevo, pero ésta vez para irme. Por hoy había sido suficiente. No quería presionar más al doctor, después de todo, ha sido el único que me ha contado todo con franqueza… -Hardy; si recuerda alguna cosa más, sea la hora que sea, y sea lo que sea… no dude en llamarme.- le tendí mi tarjeta. –Ha sido usted de gran ayuda. Le prometo que haré lo que sea por encontrarlos-.
-Gracias Detective…- dijo estrechándome la mano, ya levantado él también. –Ella era como una segunda hija para mí. No se merecía nada de lo que le hayan hecho.-

Me despedí de él y fui hasta la salida con el vigilante.

Allí me esperaba todavía Elliot.

Aproveché que nos encontrábamos de nuevo en el pasillo solos, y alejados del primer guardia para preguntarle; pero esta vez como Detective.

-Me ha mentido.- se giró con brusquedad.
-¿Cómo dice?-.
-Digo, que usted me ha mentido.- su cara reflejaba desconcierto. –Sí que hay alguien enterado de la información de todos los departamentos del laboratorio.- hice una pausa. –Su jefe.-

Sus ojos trataban de esquivar mi mirada.

-Dígame señor Hoockerverg, ¿En qué más me ha mentido?-
-En nada. Se lo juro.- una mezcla entre asco, superioridad y miedo era lo que reflejaba su mirada.
-Si averiguo que me ha mentido en alguna cosa más lo detendré por obstrucción a la justicia. ¿Me ha entendido?- por hoy me era suficiente. Había terminado por hoy en ésta empresa. –Sé salir sola. Buenas tardes.- lo dejé en aquella recepción justo cuando habíamos salido del ascensor.

Vi que la recepcionista me miraba como si quisiera contarme algo, pero hoy ya era suficiente. Me acerqué a ella y le tomé el nombre. “Linda Chuang”.

Cuando salí de aquel edificio había anochecido. Miré el reloj que indicaba las nueve y veinte de la noche.

“¡La cena!” me acordé.

Llegaba justa para la cena, ya que antes tenía que pasar por comisaría y redactar un informe de todo lo ocurrido durante el día y lo que había descubierto sobre la investigación. Además debía de poner al corriente a mi superior.

No quería empeorar (más de lo que estaban) las cosas entre Josh y yo… tenía muy claro que hoy pondría fin a nuestra relación, pero no quería hacerlo de malas maneras.

Me subí al coche y fui todo lo rápido que pude hasta la comisaria… tampoco quería que me pusieran una falta por conducción temeraria, así que dentro de los límites, fui lo más rápida que pude.




Bueno... como habéis podido leer este capitulo era necesario para poder seguir la historia.
Espero que os haya gustado. En breve cuelgo el Capítulo 7.

Gracias por leer!!!
Espero comentarios (si queréis, claro)!!! XD

Realmente divino. Todo un capitulazo, magnificamente redactado y expresado, además de interesante la historia.
Estoy deseando leer la continuación.

Gracias por la recompensa Eli

Me gusta mucho lo detallado del caso y lo real que parece.
Como guionista para la serie no tendrías precio

Me encanta, estoy deseando leer el siguiente

Bueno; pues aquí va el siguiente y muuuuy necesario capítulo. En el 8 ya empezamos lo bueno.
Nada más. Que lo disfrutéis.





Gina llegó puntual a nuestra cena.

Se había arreglado como siempre hacía para mí.

Ambos sabíamos qué fin tenía ésta cena, y a ninguno parecía sorprendernos ni importarnos.

Ya no éramos pareja… sólo nos faltaba confirmarlo.

-Bienvenida Gina…- le cogí el abrigo que traía y lo guardé en el armario de la entrada.
-Hola Rick.- en su voz no se apreciaba dolor por lo que iba a pasar, era la voz que tenía como editora, no como pareja.
Eso hacía las cosas más llevaderas.

Serví la cena y nos pusimos a hablar de cosas superficiales. Así por lo menos, disfrutaríamos de ella. Más tarde iríamos al tema inicial.

Nos reímos y charlamos de las cosas que habíamos hecho y deshecho cuando entre nosotros había existido esa pasión. Pasión de la cual, ahora, solo quedaban los restos.

Nos habíamos querido con furor. Nos habíamos prometido el cielo y las estrellas. Había llegado a pensar que ella era la adecuada. Pero ahora no quedaba nada. Un sentimiento de aprecio por ser quien era, era lo único que quedaba entre ella y yo.

Pasamos al postre y empezamos a hablar de lo verdaderamente importante.

“Nosotros.”

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Salí de comisaría, como una flecha mientras conducía hasta mi apartamento… aunque no estaba muy lejos.

Aparqué en el garaje sin hacer mucha maniobra y fui aún más rápido hasta el ascensor. No quedaba mucho tiempo.

Josh llegaría a las 22:30 y eran las 22:05. Había dejado echa la cena por la mañana. Solo quedaba meterla al horno.

Entré a la cocina como una exhalación, empujando la bandeja del horno dentro de él y encendiéndolo. “Mientras me ducho se hace” me repetía.

Fui directa a la ducha, con la ropa para la cena en la mano.

Un aclarón rápido y fuera.

Me cambié y me maquillé muy poco. No porque me diese igual (que también) sino por falta de tiempo y ganas.

Miré al reloj: las 22:20.
-Ahora me sobrará tiempo… verás.- me dije en voz alta.

Fui a la cocina y empecé a poner la mesa.

Sin adornos ni florituras. Los platos, cubiertos y vasos.

Era una cena en la que se suponía que yo pondría fin a nuestra relación; no me parecía adecuado adornarla.

Josh llegó puntual.

Al abrirle la puerta me sonrió a modo de saludo, me aparté para que pasase y ya en la cocina me entregó una botella de vino.
“Me va a hacer falta”.

-La cena está casi lista.- le informé.

Cuando me giré, él estaba detrás. Me sujetó la nuca y me dedicó un suave beso en los labios.

En otra ocasión, ese beso habría sido correspondido por otro más intenso de mi parte, y a su vez él, me daría otro con más intensidad que el mío… acabaríamos siendo uno en una noche de pasión y desenfreno. Y todo por un suave beso.

Pero esta vez no sucedió nada.

Yo me aparté de él con una sonrisa incomoda. No quería que me lo pusiera más difícil, y aquello no ayudaba.

Nos sentamos en la mesa y comenzamos a cenar en silencio. Yo mientras pensaba en cómo empezar con nuestro final.

Él interrumpió nuestro silencio preguntándome sobre el trabajo.
Así transcurrió la cena… Yo le hablaba acerca del caso y él de su trabajo.

Pasamos al postre; momento en el que sabía que era turno de poner fin a aquello.

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Gina y yo pusimos fin a nuestra relación con un abrazo en el que no se reflejaba odio ni dolor entre ambos. Era un abrazo que reflejaba que podíamos seguir siendo amigos.

Yo me levanté como un muelle y me dirigí a mi despacho.

-¡Dame un segundo!- le grité desde dentro.

Cuando salí, me situé delante del sofá donde se había sentado Gina y me quedé de pie.

-Verás… Ésta mañana, mientras venía hacia casa, se me ocurrió una brillante idea. Sé que me estás presionando para que devuelva a Derrick Storm a la vida; cosa que no va a pasar…- Gina puso los ojos en blanco. –Escúchame Gina, por favor. Cosa que no va a pasar, porque he encontrado mi nueva idea de mi nuevo Best Seller.- con una sonrisa en la cara le tendí el borrador del primer capítulo que había escrito esa misma tarde.

Ella lo cogió, le echó una ojeada por encima y me miró con dudas.

-Léelo, por favor. Gina, confía en mí.-
-La última vez que confié en ti, le metiste una bala en la cabeza a Derrick Storm. ¿Qué hace que éste borrador sea la nueva gallina de los huevos de oro, Rick?- me preguntó con deje.
-Lee. Por favor.- insistí poniéndole mi cara de corderito.

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Josh miraba con semblante serio lo que yo le decía.

-… compréndeme Josh; yo no puedo estar de un lado para otro toda la vida. Yo quiero quedarme aquí, asentar la cabeza y echar raíces en esta ciudad. ¿Qué pasará la próxima vez que te destinen a Washington o a Seattle? ¿Y cuándo te vuelvan a mandar a Nueva York? Lo siento Josh… esa no es mi vida. Sabes que esto no funciona. Ni tampoco la distancia. Es difícil para mí… por favor; no lo hagas más difícil aún. Acepta y comprende mi decisión.- se me quebró la voz… quería salir corriendo. Me levanté de la silla y me metí en mi habitación.

Tirada en la cama, empecé a llorar. Oí cómo Josh salía del apartamento y en cuanto oí cómo se cerraba la puerta, me desahogué con fuerza. Olas de sentimientos empezaron a venirme a la cabeza. Sabía que había hecho lo correcto. Mi relación con Josh terminaría de todas formas aunque me fuese con él, porque no sería yo. Me faltaría una parte de mí. Esa parte que era un pilar de mi persona. La comisaria 9th era mi otra mi mitad. Si me fuese con Josh, acabaría rompiendo porque no me encontraría nunca completa.

Seguí llorando hasta que en algún momento, me rendí al sueño.

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Gina cerró el borrador, me miró a los ojos y permaneció callada un par de minutos.

Yo tenía el corazón en un puño. Aunque sabía que lo haría de una forma u otra, con Gina o sin Gina; en el fondo una parte de mí, quería que fuera Gina la que aceptase el proyecto y siguiese siendo mí editora; pero si rechazaba mi idea, me vería obligado a buscar otro editor. Ahora todo estaba en manos de Gina.

-¿Cómo piensas hacerlo?- dejé escapar todo el aire que inconscientemente había aguantado hasta que ella habló.
-Ya sé cómo.- sonreí. –Bloomberg me ha dado vía libre con la única condición de que le sea favorable para las elecciones. ¿A qué es genial?- reí.

Gina se levantó del sofá y me entregó el borrador. Se paró delante mía y antes de marcharse hacia la puerta, espetó:
-Procura empezar mañana mismo, o si no… di adiós al proyecto Rick... Ah!; y procura no matar a ésta también… Más que nada, si en tu cabeza existe la idea de seguir viviendo del cuento. Y nunca mejor dicho. Buenas Noche Rick.- me dio un beso en la mejilla, como siempre hacíamos y se abrochó el abrigo.

Cuando cerró la puerta de la calle yo no cabía en mí de lo contento que estaba.

Recogí la cena y me fui a dormir.

-Mañana va a ser un día intenso Richard.- me dije en voz alta mientras buscaba una postura para dormirme.

-Vaya que si lo va a ser.- repetí en un bostezo y me dormí.



Bueeeeeno, pues hasta aquí el lío de ponerse en el lugar de cada personaje.
Espero que os haya gustado y que si queréis lo comentéis!!!
El sábado más.

Besaaaazos (desde España)!!!

Ahora los dos están libres
¿Se volverán a ver los dos en el 8?
Me encanta Eli.
Besos.

Bueno, ya libres los chicos. Veamos como sigue la historia en el próximo capítulo.

Dos grandes capítulos. Que ganas de ver como será el reencuentro entre ambos,, y la reacción de ella cuando le de la cadena con el anillo.

Continúa pronto.