JACKSON HUNT

Beckett se acercó a la ventana de su despacho. El aire en Washington parecía más puro que el de Nueva york. Tomo su teléfono y buscó entre sus contactos a Castle. Lo extrañaba, pero no tenía el valor para escuchar su voz nuevamente. No después de lo que había ocurrido. No después de rechazar su propuesta. Miró la foto que tenía de contacto telefónico y se preguntaba como estaría ahora, después de casi 9 meses de haber roto su relación y haberse mudado a DC.

Había sabido por Lanie, con quien mantenía poco y nada de contacto, que había llegado un nuevo detective de homicidio a trabajar con su equipo antiguo. Esperaba que su retirada no haya causado muchos cambios para Ryan y Esposito. Le habría gustado haberse despedido de ellos. Y sabía que en esos momentos estarían molestos con ella por la rapidez con la que se fue.

-¿Kate?- Llamó una vez más uno de los miembros de su equipo, quien parecía intentar llamar su atención durante un buen rato.
-Disculpa… - sonrió y guardó su teléfono.
-¿Estás bien? – Alzo las cejas.
-Sí. ¿Qué ocurre?- quiso saber intentado volver su cabeza al trabajo.
-Al parecer han asesinado a uno de los nuestros. Haz tus maletas. Nos vamos a New York. – Becket levantó la mirada tan pronto como lo oyó.
-¿Nueva York?- Intentó parecer relajada.
-Esas son las ordenes. – Alzó los hombros sin darle mucha importancia. – Salimos en una hora. – Indicó antes de desaparecer tras la puerta.
Beckett miró su reloj y con el estómago revuelto y pensamientos confusos fue empacar.

Tal como su nuevo compañero se lo había indicado, una hora más tarde estaban en el helicóptero rumbo a NY.

-¿Estás nerviosa? – Preguntó con ánimos de entablar una conversación.
-¿Por qué? – Frunció el ceño sin entender muy bien a qué se refería.
-¿Por volver a casa? – Sonrió.
- Un poco. – mintió sin más y se perdió en sus pensamientos dando por terminada la conversación.
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-¿Qué tenemos Dr. Parish?- Preguntó el nuevo Detective caminando directamente hacia la víctima.
-Hombre, pasado los 65, sin identificación – Explicó rápidamente – Herida de bala en el pecho. Murió instantáneamente.
El detective se acercó y apreció la imagen del hombre yacido frente a sus pies.
-Los vecinos no reconocen a la persona. Uno de ellos venía llegando a esta hora a su apartamento y vio al hombre tirado en el suelo. Llamo rápidamente a la policía. – Explicó Esposito quien llevaba un tiempo trabajando en la escena del crimen.
- ¿Hay algún indicio de que esto sea un asalto? – se agachó para ver el cuerpo más de cerca.
-No hay identificación ni billetera, sin embargo hay dinero en sus bolsillos, su reloj sigue en su muñeca y no hay rastros de teléfono. – Explicó Lanie.
-Está bien. Llevémoslo a la morgue. Ryan busca en la base de datos. Necesitamos el nombre para informar a su familia. – Ryan se acercó a él con una bolsa de evidencia que contenía una identificación.
-¿Qué es lo que tienes ahí? – pregunto poniéndose de pie para estar a la altura.
-Identificación. Aquí dice que nuestra víctima es Jackson Hunt... –Alzo las cejas un tanto incrédulo.
-¿Qué tipo de nombre es ese? – Preguntó Esposito con la misma incredulidad.

El sonido de dos autos acercándose provoco que todos se volvieran. Un automóvil y una camioneta tipo furgón se acercaron a toda velocidad y frenaron justo detrás de ellos taparon todas las salidas de aquel callejón. Del furgón vieron bajar a dos hombres vestidos con cortavientos azules y llamativas letras amarillas con la sigla “FBI”. Del automóvil, se sorprendieron al ver a su ex compañera acercarse a ellos detrás del que parecía su nuevo compañero.

-Detective Smith. –Llamó el hombre que acompañaba Beckett.
-Soy yo. – Se acercó unos pasos con el ceño fruncido haciendo honor a la rivalidad de policías y federales.
-Agradecemos su colaboración y su tiempo, pero desde ahora nos encargaremos nosotros.- Aclaró quitándose los lentes de sol y mostrando su mirada fría y poco amistosa.
-¿Qué hacen federales de DC metidos en nuestro caso de homicidio en Nueva York?- Espetó Esposito acercándose y mirando fijamente a su ex compañera.
-El FBI tomará el caso desde ahora. – Respondió un tanto dubitativa y sin la tenacidad que la caracterizaba.

Ryan se acercó a Esposito y ambos miraron a su antigua compañera vestida de federal sin dar crédito a la situación. Era ella quien constantemente les alentaba a no entregar los casos a los federales sin pelear. Era ella quien se llenaba de argumentos al momento de pedir apoyo a Gates para seguir investigando los casos que los federales le arrebataban.

-Ya lo veremos. –Contestó Smith desafiando a Beckett, sin saber quién era ni por qué sus compañeros estaban tan a la defensiva.
-Ryan, Esposito, Dr. Parish, permítanle a nuestros amigos retirar el cuerpo – Sonrió irónicamente dando la espalda al equipo del FBI.
-También vamos a necesitar la evidencia que se ha encontrado. – agregó Kate llamando la atención de los tres detectives.
-Mi investigación, mi evidencia, cariño. Quieres el caso, investiga con tu equipo. – Dijo y sin más y con fuerte silbido y voz de mando pidió a todo su equipo que se retirara de la escena.
Ryan and Esposito se mantuvieron fijos unos segundos, luego se retiraron siguiendo a su nuevo líder. Beckett se acercó a Lanie y evitando que su actual compañero la viera sonrió a ella.
-¿Nos vemos más tarde? – Lanie sonrió disimuladamente.
-Ya sabes dónde encontrarme. –Beckett volvió a sonreír y Lanie se alejó siguiendo a su esquipo.
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Las puertas del precinto se abrieron y sentía que todo lo que conocía ahí había desaparecido. Su amistad con Ryan y Esposito. Su familiaridad con el edificio. Sentía que todo el mundo la miraba como si fuese el bicho raro del lugar, como si hubiera perdido el derecho de sentirse en su casa. Había pasado momentos intensos e íntimos en aquel lugar, momentos de angustia y de alegría. Había dedicado su vida a trabajar en ese edificio y sabía que eso no se lo podrían quitar.
Entró al ascensor y presionó rápidamente la planta baja. Recorrió el pasillo por el que había transitado tantas veces. Tomó aire y abrió la puerta de la sala de autopsias y agradeció ver al menos a una persona feliz por verla de nuevo allí.
Lanie se acercó a ella y se abrazaron.

-Hey Lanie, ¿Cómo estás? – Lanie la invitó a sentarse.
-Estoy bien. Ya sabes, tratando de lidiar con este caso sin recibir ayuda de los federales. – Bromeó intentando calmar la situación.
-Lanie… - Lanie la detuvo con su mano.
-No tienes que explicármelo, Kate. Yo entiendo, es Esposito y Ryan con los que tendrás que conversar. – Kate alzó las cejas entendiendo lo complejo que sería eso.
-Y con el Detective Smith. – Añadió dejando ver su poca aceptación hacia el nuevo líder del equipo.
-Smith es bastante dedicado a su trabajo. No se los va a poner fácil. –Advirtió.
-¿Qué tal se ha integrado al grupo?- Quiso saber.
-Lleva bastante tiempo en homicidios, por lo que es muy seguro de sí mismo y de sus capacidades. Al comienzo él y Javi tuvieron sus diferencias, pero al parecer ya es todo cosa del pasado. – Explicó brevemente. -¿Qué tal el FBI?
-Es bastante trabajo, no necesariamente homicidios. He tardado en acostumbrarme al ritmo de vida. – Suspiró.
-Lo harás bien, Kate. Sólo dale un tiempo. – Aconsejó intentando animarla. - ¿Qué tal el nuevo equipo? Tu compañero parece ser bastante competitivo con los policías. – Agregó al ver su actitud con Smith esa mañana.
-Es una gran persona, sólo hace su trabajo. Las apariencias engañan. –Sonrió.
Lanie observó en silencio a su amiga. Estaba distinta, había cambiado un tanto su apariencia, pero en esencia era la misma.
-¿Has sabido de Castle? – Preguntó directamente utilizando sus privilegios de mejor amiga.
Beckett guardo silencio un momento y pareció volver a respirar después de unos segundos
-No. He llegado esta mañana y hemos estado ocupados intentando descubrir el paradero del asesino de Hunt. – Se excusó.
-No puedes ocultarte para siempre, Kate. Esta es la oportunidad que tienen para aclarar las cosas. – Beckett no le había mencionado acerca de cómo habían terminado las cosas entre Castle y ella realmente. Al momento de despedirse solo le dio a entender que su relación se había acabado por la decisión que ella había tomado.
-Lo sé. –respondió perdida en sus pensamientos al momento en que su teléfono sonaba.
Vio el visor y supo de Inmediato que su compañero estaba en aquel precinto.

- Beckett.
….
-Estaré ahí en un par de minutos. Estoy en camino.
…
Adiós.
-¿Gates? – Preguntó Lanie sabiendo las obligaciones de su compañera.
-Sí. Con suerte Esposito y Ryan me dejaran llegar a su oficina. – Dijo poniéndose de pie. – Te veo luego.

Beckett salió de la sala de autopsias e ingresó nuevamente al ascensor. A medida que iba subiendo, sus nervios iban aumentando. Para cuando las puertas del ascensor se abrieron deseó no encontrarse con Esposito o Ryan. Inevitablemente caminó directo hasta su antiguo escritorio para ver la placa “Detective T. Smith” sobre él. Su escritorio estaba bastante menos decorado a como ella lo tenía y la silla que siempre se encontraba junto a él ya no estaba en su sitio. Echó un vistazo alrededor, uno que otro oficial la miraba con intenciones de saludarla. Beckett simplemente bajo la mirada y se dirigió a la oficina de Gates en donde ya se encontraba su compañero y el Detective Smith hacia u par de minutos.
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Gates, Smith, Beckett y Collins llevaban poco más de un hora discutiendo el caso y sobre a quién le correspondía la jurisdicción del mismo. Gates y Smith se basaban en el lugar en dónde habían encontrado el cuerpo y dónde había ocurrido el asesinato. Por otro lado, Collins basaba sus argumentos en la victima, mientras Beckett intentaba mediar entre ambos puntos de vista.

Ryan and Esposito por su parte miraban de vez en cuando hacia la oficina intentando descifrar que se concluiría. No habían abandonado la investigación del todo, no mientras los federales se lo prohibieran. En la pizarra blanca estaba el nombre de “Jackson Hunt”, como era de costumbre, acompañado de la frase “Sin registro” entre paréntesis, sin fotografía ni dibujo, eso también se los habían quitado. Tenían la hora del asesinato en la línea de tiempo: 10 am, y bastante espacio en blanco.

-¿Quién es este tipo? – Pregunto Ryan más para sí mismo que para Esposito.
-¿Hey, están listos? – La voz de Castle los distrajo completamente de su enojo.
Ambos se quedaron en silencio y miraron de reojo a la oficina de Gates deseando que Beckett no saliera todavía.
-¿Qué ocurre? – Pregunto cambiando su tono al ver la cara de preocupación de sus amigos.
-Nada. –Dijeron al unísono.
-¿Listos para qué? – Pregunto Esposito intentando llevar Castle tras la pizarra blanca para que no viera a Beckett.
-Hoy es noche de póker. – Frunció el ceño extrañado por la actitud de los dos detectives.
-Claro. –Sonrió Ryan falsamente provocando otro silencio incómodo.
-¿Están bien? – Preguntó una vez más al momento en que la puerta de Gates se abría a unos cuantos metros de ellos.
-¿Qué?
-Claro.

Mintieron una vez más. Ryan se puso en frente de Castle tratando de cubrirlo y Esposito intento cubrirlo por el costado. Beckett les dirigió una mirada a sus compañeros quienes estaban de espalda hablando con alguien que no podía ver del todo y quiso acercarse a aclarar las cosas.

-Chicos…- Se detuvo en seco al ver a Castle de pie junto a sus dos ex compañeros. – Rick.

Castle, bajó la mirada hasta encontrarse con los ojos de Kate. Ryan y Esposito dieron media vuelta para encararla y sintieron como el ambiente se iba tensando a medida que pasaban los segundos en silencio. Castle sintió una puntada en el estomago y sintió que la sangre ya no le llegaba a la cabeza y Beckett había palidecido de un momento a otro, quería decir algo, pero su cerebro había perdido todo control de sus movimientos y pensamientos.

Smith se acercó al cuarteto y sin conocer la intensidad de ese encuentro e interrumpió sin más.
-Ryan, Esposito. El caso sigue siendo nuestro, sin embargo tendremos que trabajar en colaboración con los Agentes Beckett y Collins de DC. –Aclaró sin entender muy bien por qué estaban ahí.
Beckett dedicó una sonrisa a Smith y se acercó a la pizarra en donde tenían la poca información a la que tenían acceso.
Castle intentó parecer tranquilo y evitando la mirada de Beckett y el resto de sus compañeros disimuló interesarse en el caso. Sus ojos se detuvieron en las palabras “JACKSON HUNT (sin registros)” y de pronto recordó.
-¿Jackson Hunt? – Interrumpió sin importar las indicaciones que Smith le estaba dando a su equipo y atrayendo la mirada de todos. - ¿Ese es el nombre de su víctima? – se acercó al escritorio y se sentó dejando descansar el peso de su cuerpo.
-¿Lo conoces? – Preguntó Beckett preocupada al ver su reacción.
-¿Tienes una foto? – Becket abrió la carpeta que llevaba en sus manos y busco entre los papeles la fotografía del hombre.
Castle la estudió por un par de segundos con expresión seria y melancólica. Devolvió la foto a Beckett y pasó una mano por su barbilla.
-¿Quién es Jackson Hunt? – Esta vez fue Ryan quien intentó obtener una respuesta.
-Es mi padre. – Respondió sin intentar disimular su asombro.

-¿Jackson Hunt? – Interrumpió sin importar las indicaciones que Smith le estaba dando a su equipo y atrayendo la mirada de todos. - ¿Ese es el nombre de su víctima? – se acercó al escritorio y se sentó dejando descansar el peso de su cuerpo.
-¿Lo conoces? – Preguntó Beckett preocupada al ver su reacción.
-¿Tienes una foto? – Becket abrió la carpeta que llevaba en sus manos y busco entre los papeles la fotografía del hombre.
Castle la estudió por un par de segundos con expresión seria y melancólica. Devolvió la foto a Beckett y pasó una mano por su barbilla.
-¿Quién es Jackson Hunt? – Esta vez fue Ryan quien intentó obtener una respuesta.
-Es mi padre. – Respondió sin intentar disimular su asombro.
Smith inmediatamente reporto el hallazgo a Gates, y llevaban buenos minutos encerrados conversando con Collins y Castle nuevamente en la oficina. Ryan y Esposito intentaban recuperar la evidencia que el FBI les había quitado para encontrar lo más rápido posible al responsable. Beckett por su parte llevaba unos minutos al teléfono con el director para apresurar el reconocimiento de la identidad de la víctima y los informes de autopsias y evidencias que habían conseguido una vez investigada la escena del crimen. Para cuando terminó su llamada, vio a Castle salir a toda velocidad del despacho. Sin levantar la mirada para no encontrarse con Beckett entró rápidamente al ascensor y marcó el numero 1.
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Su apartamento estaba completamente obscuro, lo único que iluminaba su estancia era la luz de la ciudad. No necesitaba más. Sirvió whiskey en un vaso en la medida perfecta y aprovechó que ni Alexis ni Martha se encontraban en casa para hacer algo que hacía tiempo no hacia: Recordar.
Se acordaba de cada centímetro de la cara de su padre, en su pelo banco, su voz gastada y su perfecto estado físico. Recordaba también sus últimas palabras en Paris:

-¿Qué pasará contigo después?
-Asumiendo que no estaremos los dos muertos, desaparecer. – Explicó como si fuera obvio.
- No, pero acabamos de…
-Así es el trabajo. Así es mi vida – Explicó rápidamente antes de hacer más difícil ese momento.
-Sí, pero uh… nos acabamos de conocer. – Intentó una vez más – Quiero decir, tengo muchas preguntas, muchas cosas que quisiera decir. No… Necesito más tiempo. - Los ojos de Castle brillaban de tristeza y alegría al mismo tiempo.
-Tal vez podamos hacerlo en algún momento, sabes. Algún día...

El timbre de la puerta principal lo sobresaltó y lo trajo de vuelta al presente. Miró el su reloj. Era tarde y no esperaba a nadie. Se acercó a la puerta con cuidado intentando no tropezar con nada en su camino. Con el vaso en su mano y la otra afirmada en el pomo de la puerta vio a una distinta, pero igualmente atractiva Agente Beckett de pie en silencio con cara de preocupación.

-Kate. – Se sorprendió al verla ahí.
-¿Cómo estás? – Pregunto cuando Castle le dio espacio para que entrara.
Castle cerró a puerta tras ella y encendió una lámpara que ilumino tenuemente la habitación.
-Esta noticia me ha tomado por sorpresa. –Confesó dejándose caer en el sofá.
-Rick, lo siento. –Dijo acercándose a él y sentándose a su lado.
Hubo un momento de silencio. Beckett lo observó con la mirada perdida y bebiendo largos sorbos de su brebaje. No la rechazaba, eso era algo, pero sentía que ahora era él quien había levantado un muro entre ellos y que a pesar de su caballerosidad y respeto hacia ella demostraba su dolor. El mismo que sentía ella.
-Nunca me contaste que lo habías conocido. –Intentó llegar a él.
Castle levantó su mirada y por segunda vez desde que se habían encontrado no supo qué decir.
-No creí que fuera importante. – Alzó los hombros sin intención de comenzar una discusión.
-Nunca me hablaste de él cuando estuvimos juntos. –Castle se puso de pie y la fulminó con la mirada. ¿Realmente estaba pidiendo explicaciones casi 9 meses después de que ella rechazó su propuesta de matrimonio? Pensó y sintió como pensamientos de rencor lo invadían nuevamente, tal como sintió un par de días después de que se fuera.
-¿Qué es lo que haces aquí, Kate? – Sirvió un poco mas de whiskey en su vaso.
-Quería saber cómo estabas. –Intentó desviar la conversación pensando que haber ido hasta allí había sido una mala idea.
-Nunca llamaste. – Acusó gentilmente. Beckett no se sintió ofendida, sabía que no lo hacía para herirla.
-Necesitaba aclarar mi cabeza. Darme tiempo para pensar en la decisión que he tomado. – Se defendió. Poniéndose de pie y acercándose a la mesa.

Hubo un silencio que pareció eterno, pero no de esos silencios incómodos, era más bien una oportunidad para comenzar a conversar de nuevo sin recurrir al pasado. Castle estaba herido y ella lo sabía. Lo sabía porque ella se había causado a sí misma el mismo dolor cuando rechazo su propuesta.
-Supe que has terminado Niki Heat. –Comenzó de nuevo al ver un ejemplar de la última novela de Castle sobre la mesa de centro.
-Sí, - volvió a sentarse. –He terminado la historia. – volvieron a un punto muerto en su conversación.

Castle intentó ordenar sus ideas.
-¿Qué tal DC y el FBI? – preguntó más para romper el hielo que por interés.
-Las cosas son distintas, la ciudad es distinta. La gente es distinta. – Comenzó a hojear el libro en sus manos. – A veces extraño esto. Sentirme en casa. – Confesó por primera vez en voz alta.
Entre sorbos Castle la observaba, podía sentir que no estaba cien por ciento feliz en DC, pero no quería darse falsas esperanzas. No quería creer que podría extrañarlo a él. No quería volver a abrir la herida.

-Eres buena en esto, Kate. Sólo debes darte un poco de tiempo. – Beckett se sentó a su lado nuevamente.
-¿De verdad lo crees? – Lo miró fijamente.
Castle buscó ligeramente su mano. Ella dejó que la acariciara, con su pulgar.
-Lo sé. –Ambos bajaron sus miradas y observaron cómo sus dedos reconocían el contacto del otro.
-¿Cómo estás, Rick? – dijo soltando la angustia de su pecho que no le permitía respirar con tranquilidad.

Castle levanto su vista, sabia a lo que se refería. Conocía demasiado a Beckett y sabía que necesitaba que él le confirmara que las cosas eran difíciles ahora que no estaban juntos, para así ella poder reconocerlo a sí misma. Castle quitó un mechón de pelo que caía frente a sus ojos y se perdieron ahí, en los ojos del otro y así se fueron quedando mientras recordaban aquella última conversación:

A medida que se iba acercando Beckett sentía que su corazón iba más rápido. No podía evitar sentirse culpable por verlo así. Tan decepcionado. Le daba la impresión de que sus pasos no la hacían avanzar, hasta que se encontró justo al lado de él. En ningún momento le dedico una mirada, o un gesto que indicara que la había visto. Parecía ignorarla.
-Lo siento. – Luego de estas palabras lo vio reaccionar. Era eso lo que él quería escuchar. – No debí haber guardado secretos. – esperó una respuesta.
-Así eres. No dejas que la gente se acerque. –Su vista seguía hacia el frente. Beckett sintió de pronto que aquella relación terminaría peor de lo que ya estaba. – He hecho todo lo posible para estar contigo. –Beckett sabía que eso era cierto, sin embargo creía en que sus razones para actuar de aquella manera eran válidas, o lo fueron en un momento.
-Castle yo… - Intentó
-Por favor, déjame terminar. –Beckett disimuló su sorpresa. Nunca había visto a Castle así. Nunca había estado tan serio, tan decidido. – He pensado bastante en nosotros, en nuestra relación. Acerca de lo que tenemos y hacia donde nos dirigimos. Y he decidido que quiero más, ambos merecemos más. – Beckett sintió una puntada en su pecho. Intentaba ordenar su cabeza y comenzaba a pensar que tal vez arruinar su antigua relación de amistad para terminar así no había valido la pena.
-Estoy de acuerdo. – Dijo eliminando completamente la última esperanza de que su relación a distancia podría resultar.
-Así que, pase lo que pase. Decidas lo que decidas… Katherine Houghton Beckett… - De reojo vio que se preparaba para marcharse, sin embargo en vez de dar el primer paso, lo vio ir con una rodilla al suelo. – ¿Te casarías conmigo?
Beckett quedo atónita. No daba crédito a lo que estaba ocurriendo. Su corazón se aceleraba y su expresión demostraba cada segundo que pasaba su asombro. Vio como él totalmente entregado ofrecía el anillo de compromiso y ella no podía pensar. Acto seguido, luego de un par de segundos eternos, Kate sintió cómo las palabras se acumulaban en su boca sin darle oportunidad de escogerlas.
-Rick, he tomado el trabajo en Washington. – Sus palabras apenas fueron escuchadas. Cerró los ojos para evitar las lágrimas y cuando los abrió vio que nuevamente pareciera ver a través de ella.
Castle sabía que esa era una de las posibles respuestas, sin embargo no era la q esperaba. Se levantó mirando al suelo sin saber qué dolía más: si Beckett rechazando su propuesta o el hecho de terminar su relación de esa manera. Dirigió una sutil mirada hacia ella, evitando remordimientos y rencor. Esa tarde había jugado su última carta, y había perdido la partida.
-Castle, yo….
-Está bien – Dijo sin mirarla – Yo entiendo.
Castle fingió una sonrisa y se acercó a ella. Podía sentir como el anillo que había comprado para Kate le hería la palma de la mano. No quería aflojar, necesitaba descargar su fuerza e ira contra algo. Necesitaba un dolor físico que reemplazara su decepción. Besó a Beckett en la frente, caballerosamente, tímidamente y se alejó sin volver la mirada ni por un momento.

Ambos recordaron sus palabras y Castle intentaba pensar con la cabeza fría, se había imaginado ese escenario un par de veces en el pasado. El escenario en el cual ella volvía e intentaba solucionar las cosas, pero se había convencido a sí mismo que no dejaría que la culpa o el arrepentimiento de ella lo confundiera más de lo que ya estaba. No era su intención castigarla, pero no podría pasar por aquello de nuevo. Sus decisiones ya habían sido tomadas y lo mejor para ambos era mantenerlas así.

-Beckett, no puedo... - Dijo siendo interrumpido afortunadamente por el teléfono de su acompañante.
-Beckett – contestó alejándose de Castle y poniéndose de pie.
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Beckett y Castle se acercaron al grupo de detectives y agentes que ahora conformaban la investigación. Al parecer habían encontrado algo en la escena del crimen que necesitaban clarificar. Ambos ignoraron las miradas de Esposito y Ryan que parecían confusas al verlos llegar juntos.
-Sr. Castle, que bueno que lo veo. Tenemos unas preguntas acerca de su padre. – Castle asintió y se sentó en una de las sillas vacías cerca de Ryan. Observó al compañero de Beckett, quién abría una carpeta y se paseaba por la sala con gesto frio e inmutable. Si no hubiera estado el resto de los detectives presentes, habría jurado que estaba en un interrogatorio.
- ¿Mr Castle, qué relación tenía exactamente con su padre? – Inquirió de manera acusativa el compañero de Beckett.
-Ninguna. No lo conocí hasta el año pasado. – Collins trataba el tema, como quien estuviera hablando del clima. Parecía no entender lo difícil que era para él hablar de eso.
-¿Qué ocurrió el año pasado que hizo que se conocieran? – Dijo sin inmutarse
-Mi hija fue secuestrada como un acto de represalia hacia él. Fui hasta Paris a buscarla. Fue ahí donde lo conocí. – Explicó brevemente
-¿Dijo su padre para quien trabajaba? – Beckett sintió que las preguntas de su compañero iban con una cuota de acusación.
-No explícitamente, pero….
-¿Dijo su padre cual era su verdadero nombre? – Collins parecía cabreado.
-No, solo dijo que era ficticio…
-¿Sabía usted que su padre estaba en Nueva York? –Lo interrumpía sin dejarlo explicar.
-¿Cómo iba a saberlo? – Respondió mirando al resto del grupo quienes parecían entender qué estaba ocurriendo.
-¿Existe la posibilidad de que Hunt estuviera en la ciudad para encontrarse con usted? – Castle frunció el ceño, tenía la impresión de que todo estaba ocurriendo extremadamente rápido y no precisamente por el whiskey que había ingerido. ¿Se le estaba acusando de algo? pensó
- No lo sé, no lo creo…
-¿Después de aquella vez en Paris, tuvo algún contacto con él? – Se sentó en la silla del frente abriendo una carpeta con documentos.
- No. ¿Se me está acusando de algo? – Preguntó en general para la gente que estaba dentro de la habitación.
-Yo estoy haciendo las preguntas. – Collins sabía que Castle, Ryan y Esposito estaban irritados, en parte, ese era su plan.
-No creí que esto fuera un interrogatorio.
-Si es necesario tendré que llevarlo a una sala de interrogación. – Esposito dedicó una mirada de advertencia a Beckett para que detuviera a su compañero, pero ella solo ignoró su mirada. No quería entrar en el juego de Collins. Ni siquiera sabía cuál era ese juego, pero su trabajo era apoyarlo, sin importar las circunstancias.
-¿Estás insinuando que tuve algo que ver con la muerte de mi padre? – Se puso de pie sin creer lo que estaba escuchando.
-No fui yo quien lo dijo. – Castle se abalanzó rápidamente a Collins, en un acto reflejo Beckett se interpuso en su camino y Esposito tomó a Castle de un brazo para detenerlo. Beckett observo los ojos de Castle clavados en los de su compañero, todos se quedaron inmóviles por un par de segundos.
-Tenemos que hablar. – Interrumpió Beckett por primera vez. Caminó hasta la puerta, la abrió y la sostuvo para que Collins pasara delante de ella.

Ambos caminaron hasta la sala del café y cerraron la puerta tras ellos.
-Beckett, sé que son tus amigos, pero tenemos que hacer nuestro trabajo. Si tú no puedes, al menos deja que yo lo haga. – Dijo antes de que ella pudiera decir algo.
-Estás siendo demasiado duro con él, esto no es un interrogatorio. Castle no tiene nada que ver con la muerte de Hunt. – Defendió cien por ciento segura.
-¿Alguna vez te habló de Hunt? – Beckett miró el suelo. Nunca había hablado con Collins acerca de Castle, pero sabía que en cualquier momento descubriría el tipo de relación que tenían.
-No. Sólo lo que está diciendo ahora. – Dijo observándolo por entre las persianas.
-Kate, no digo que tenga algo que ver con el asesinato, pero puede que tenga información importante para nosotros y no nos la quiera dar para protegerlo de algo. – Beckett guardo silencio y más calmada se dispuso a escuchar. -¿Qué tan bien lo conoces? – Preguntó con aire de confidencialidad.
-Lo suficiente, como para saber que él no tiene idea de lo que está ocurriendo aquí. – Collins sostuvo su mirada un par de segundos. Confiaba en ella.
- Tenemos la información de que Hunt ha estado viajando constantemente a Nueva York desde aproximadamente poco más de un año. – Mostró a Beckett un documento dentro su carpeta que corroboraba lo que decía.
-Castle no lo sabe. – Respondió a la defensiva. Collins solo la miró con inseguridad. – No, Te lo digo, si Castle hubiese estado en contacto con su padre hace más de un año me lo hubiera dicho. – Explicó.
-¿Qué tipo de relación tenían? – Preguntó más por curiosidad que por lo relevante de la información.
-Éramos bastante cercanos. Si él hubiera sabido algo me hubiera comentado. – Insistió.
-Kate, tengo la impresión de que Hunt viajaba a Nueva York para prevenir a Castle y su familia. Hace un año atrás, cuando Volcov secuestró a la hija de Castle por haber asesinado a su esposa, Hunt y Castle idearon un plan para su rescate. La cara visible de la operación fue Castle, no Hunt. Durante esa operación Gregor Volcov fue asesinado, y es su hijo, Igor Volcov quien busca venganza. – Explicó a Beckett mostrando una foto de Igor Volcov.
-¿Tienes alguna idea de qué significa esto? – Sacó otro documento de la carpeta. Esta vez era una fotografía de la mano del cuerpo sin vida de Hunt sujetando un libro.
-No. – La analizó.
-¿Crees que él nos pueda dar la respuesta? – Beckett levantó su vista hacia Collins, luego miro hacia afuera hasta donde estaba Castle escoltado por Esposito y Ryan.
-Tal vez. Pero esta vez intentaré yo. – Collins asintió y dejó que se encargara de la situación.

Esposito siguió a Beckett con la mirada hasta que se acercó hasta ellos denotando aversión.
-Castle – Llamó su atención ignorando las miradas de sus ex compañeros. – Necesito mostrarte algo.
Castle se puso de pie y la siguió hasta dentro de la sala en donde estaban antes. Cerró la puerta dejando a los dos detectives y su compañero del otro lado.
-Beckett, ¿Qué está ocurriendo? – Se acercó en la silla al lado de ella.
- Castle, tenemos la información de que tu padre ha estado visitando Nueva York hace durante un tiempo. – Castle frunció el ceño y la dejo continuar. – Luego de que Alexis fuera secuestrada específicamente. Todo indica que el responsable de su muerte fue uno de los hombres que tuvo secuestrada a Alexis en Francia. Reconoces a este hombre – Mostró una foto de Volcov. Castle la observó y no necesito mucho tiempo para contestar.
-Gregor Volcov. Mi pare asesino a su esposa en una misión de inteligencia. Esa es la razón por la cual tomaron a Alexis. – Explicó a grandes rasgos.
-Recuerdas a este hombre – Mostró otra foto. Castle la observó e intento hacer memoria.
-No. – Contestó luego de unos cuantos segundos. - ¿es él quien mató a mi padre? – analizó la fotografía lentamente.
-Es posible. – afirmó sin ánimos de ocultar información. – Su nombre es Igor Volcov, su hijo. –Indicó la foto de Gregor. – Es posible que sea él quien intente cobrar venganza por la muerte de su padre. – Declaró con pocas señales de duda.
Castle pasó una mano por su cabeza. Aún no asimilaba estar ahí hablando acerca de la muerte de su padre.
-Hay algo más – Continuó – Sabes qué significa esto. – Mostró una última foto.
-Es posible que esto tenga algo que ver contigo. – Beckett dejó la foto frente a Castle sobre la mesa. Castle la observó, y supo por su expresión que tenía todo que ver con él.
-Casino Royale. – leyó en susurro, y guardó silencio un momento.
-¿Rick? – Insistió viendo como Collins le hacía señas desde afuera indicándole que tenía información.
-Cuando nos encontramos en París, acusé a mi padre de no haberse interesado por nosotros cuando yo era pequeño. El me comentó que en una oportunidad, cuando yo tenía 10 años, nos topamos en la biblioteca y me dio una copia de Casino Royale. – Aclaró su garganta. Beckett acercó su mano hasta la mano de Castle que reposaba en una de sus piernas y de reojo miró hacia afuera esperando que nadie los viera.
-Él fue quien te envió el libro. –Dedujo recordando el momento en que Caslte y Alexis llegaron de París y un paquete aguardaba por él en el mesón de su cocina.

Castle simplemente asintió y apretó su mano.
-Era para decirme que había salido bien de la operación de rescate. – Collins abrió la puerta, interrumpiendo sin más y de un sobresalto Castle y Beckett se soltaron las manos rápidamente.
-Sr. Castle, debido a los hecho, tengo la orden de protegerlo a usted y a su familia. – Castle se puso de pie y escucho con atención. – Su madre y su hija serán albergadas en una casa de seguridad. – Castle dedico una mirada de preocupación a Beckett. – Con respecto a usted, me temo que nos tendrá que acompañar.
-¿Dónde está Alexis y mi madre? – Preguntó como acto reflejo mientras Esposito se integraban a la conversación.
-Nosotros nos haremos cargo. –Ofreció esposito.
-De ninguna manera. La agente Beckett y yo nos encargaremos de eso. –Dijo sin dar lugar a rebatir. – Sr. Castle, acompáñeme por favor. – Castle siguió a Collins no sin antes echar un último vistazo a Esposito y Beckett.

Beckett sintió el incomodo silencio entre sus antiguos compañeros. Esposito y Ryan simplemente no toleraban la situación.
-Espo… Podemos hablar un momento. – dijo al momento en que Ryan se acercaba corriendo a ellos
-Javi, tengo que irme. – Le entregó las carpetas a Esposito.
-¿Qué pasa? – Dijo apresurándose tras él quien tomaba sus pertenencias de su escritorio.
-Es Jenny. – Alcanzó a decir al momento que las puertas del ascensor se abrían y se subía a él.
-¿Qué ocurre con Jenny? – Preguntó Beckett preocupada.
-Está embarazada. Está a punto de dar a luz. – Beckett se quedo con la boca abierta. – Te habríamos contado si no te hubieras ido tan apurada a DC. –Recriminó caminando a buscar un café, alejándose de ella.

Beckett se quedó de pie un segundo, luego lo siguió irritada.
-Javi, esto no es justo. –Acusó
-Lo que no es justo Kate es que te hayas ido sin decirnos, sin despedirte, y que ahora aparezcas y pretendas que nada ha pasado. – Se dio media vuelta y la encaró.
-Espo, no sabía que tendría que irme tan rápido. – Se defendió.
-Ya veo, te ofrecieron el trabajo, fuiste a la entrevista y te fuiste, todo el mismo día. – Dedujo sarcástico.
-No. – Se detuvo un momento a pensar. –Javi, tú sabes cuánto me he esforzado. Tú sabes que en algún momento me iría por algo mejor. – Trató de hacerlo entender.
- Y me alegra que hayas conseguido eso, pero pudiste habernos advertido antes. Pudiste haber llamado durante todo este tiempo. ¿Cuánto tiempo fuimos compañeros, amigos? – Beckett se quedó en silencio, sabía que tenía razón en ese punto.
-Espo…
-¿Sabes lo complicado que fue estar bajo las órdenes de Smith de la noche a la mañana? ¿Sabes lo difícil que ha sido para Ryan dividirse entre el trabajo y Jenny para tener al tanto a Smith sobre los casos que teníamos? – Beckett lo miraba atenta, nunca había visto a Esposito de esa manera. Podía sentir la rabia en sus palabras, la decepción que había causado su rápida desaparición. – ¿Sabes cuánto tiempo le tomó a Castle superar todo esto?
-El mismo tiempo que me tomó a mí. –Dijo casi como acto reflejo y en susurro.
Esposito se quedó en silencio. De todas las respuestas jamás pensó que Beckett saldría con algo tan sincero y personal. Comprendió que no solo estaba castigando a Beckett por dejarlos botados en el precinto, sino que también por haberlos abandonado como amigos e incluso se había tomado la atribución de abogar por Castle.
-Al menos nosotros intentamos hablarte. – Beckett recordó de pronto todas las llamadas que no contestó de Esposito y Ryan por temor a la actitud que podrían adoptar. Todas las llamadas que ignoró y que con los días fueron cesando hasta dejar de recibirlas.

Esposito tomó su café, y sin decir más salió de ahí y se acercó a Collins y Castle. Beckett tomó aire un segundo. Necesitaba tiempo para pensar en todo aquello que su amigo le había dicho. No tenía respuesta para eso, sabía que debió haber llamado o al menos haberle contestado las llamadas. Respiró profundo e intentó enfocarse al trabajo, ya tendría tiempo de aclarar las cosas con todos.
Salió de la sala y se acercó a donde estaba el grupo trabajando. Con aire distraído miró a Collins quién le hacía un gesto para se apresurara.
-Beckett, yo llevaré al Sr. Castle hasta la casa de seguridad. Ve a su casa y trae algo de sus pertenencias. Luego de eso serás tú quien lo custodiará. – Beckett levantó la vista y dedico una fugaz mirada a Castle y Esposito. Intentó parecer natural. – Yo volveré y me uniré a la investigación del Detective Smith y su equipo. – Espero una breve aprobación, que sin duda llegó, pero sin mucho convencimiento.
-De acuerdo. – Se limitó a decir.

Dicho esto, Castle y Collins se encaminaron hacia el ascensor, Esposito fue al despacho de Gates en donde estaba Smith reportando los últimos acontecimientos y Beckett se quedo de pie un segundo para analizar lo que estaba pasando.
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Beckett había recibido la información de que Alexis y Martha ya habían sido trasladadas a la casa de seguridad. Se había conseguido las llaves del apartamento de Castle, aunque ella aún tenía las suyas. Giró las llaves y entró al desolado lugar, recordaba cada centímetro de las habitaciones. Había pasado gran tiempo allí junto a Castle, Alexis y Martha. Imaginó que hubiera pasado si hubiera aceptado la propuesta de Castle, como habría sido compartir toda esa vida familiar que él disfrutaba y ella carecía. Reflexionó un segundo antes de seguir adentrándose al salón, como pidiendo permiso y disculpas en silencio. Poco a poco comenzó a moverse dentro de la estancia con más soltura. Dejó su bolso sobre el mesón de la cocina y se dirigió directamente al dormitorio principal.

Encendió la luz, y se sintió aún más familiarizada con esta parte del pent-house. Se dirigió rápidamente y registro en los cajones cosas, sacó pertenencias de Castle y las metió a un pequeño bolso de mano. Se dirigió al closet y hurgó ente la ropa. Llegó hasta el fondo de uno de los compartimentos y al retirar las manos cayó ropa que le parecía conocida. Se agachó a recogerla y al tomarla cayó nuevamente una pequeña caja azul. Reconoció su polera al instante, Castle la había guardado en vez de tirarla, eso debía significar algo. Tomó la pequeña caja y sabiendo lo que había dentro de ella la abrió. En ella descansaba el hermoso anillo de compromiso que había comprado para ella. Lo miró un par de segundos y se transportó nuevamente a aquel día.
Pensó en probárselo, pero desistió inmediatamente desechando todo pensamiento que la hiciera dudar de la decisión de haberse ido. Ya era tarde para arrepentimientos. Tomó un par de cosas más, ordenó lo que había desordenado y salió de ahí lo más rápido que pudo.
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Al llegar a la casa en donde se encontraba Castle, Kate llamó a la puerta, por motivos de seguridad, se identificó antes que Collins preguntara quien era. Al abrir, se encontró con Castle tomando un reconfortante café. Collins dio las últimas indicaciones a Castle y Beckett y luego se acercó a la puerta tomando a Beckett sutilmente por el brazo.

-Si esto es incomodo para ti, puedo quedarme yo. – Ofreció comprendiendo un poco más acerca de la relación que Kate y Rick habían tenido en el pasado.
Beckett lo miró sorprendida, y fingió una sonrisa.
-Está bien, puedo hacer esto. – Dijo sin más.

Collins dedicó una mirada más a la pareja y salió cerrando la puerta tras él. Beckett se aseguro de poner los seguros correspondientes y se tomó su tiempo para volverse a Castle. Lo vio con la mirada perdida, su rostro denotaba cansancio, tristeza, inseguridad pero a su parecer se veía tan atractivo como siempre. Se acercó a la mesa y se sentó frente a él dejando el bolso a su lado.
-Traje cosas que pensé que podrías necesitar. – Castle agradeció con su mirada y pasó su mano por la frente.
- No puedo creer que esto esté pasando. – Confesó como si se tratara de una amiga de toda la vida.
-Castle vamos a encontrar al responsable. – Castle sonrió, supe que esa sería su respuesta y lo tranquilizaba. Siempre había confiado en ella y en sus promesas. Se quedó un par de segundo observándola.
-Te prepare café. – Dijo acercando una taza que había servido para ella minutos antes de que llegara. Sonrió por primera vez desde que se había encontrado nuevamente.
-Gracias. – respondió devolviéndole la sonrisa sinceramente.

Beckett bebió un sorbo sintiendo los ojos de Castle sobre ella.
-Deberías intentar dormir un poco. – Sugirió para evitar tocar temas incómodos.

Castle asintió y se puso de pie lentamente aceptando su sugerencia por el mismo motivo. Anduvo un par de pasos en dirección a la habitación y se volvió a ella.
-En cuanto sepas algo…
-Te lo haré saber. – Interrumpió dedicándole la última mirada.
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Un par de horas después de que Castle se fuera a acostar, Beckett seguía despierta en el sofá, recordando el incidente con el anillo. Analizando la situación y cuestionando más seriamente su decisión de marcharse. A ratos sentía los parpados pesados y poco a poco fue conciliando el sueño. Dejó su arma cargada sobre la pequeña mesa cercana a ella y se acomodó en el sofá. Cerró los ojos y relajó su cuerpo. La casa estaba en completo silencio, casi podía sentir a Castle respirar en la pieza contigua. Imágenes fueron pasando por su mente y fue abstrayéndose de su entorno y el mundo. Volvió su imaginación a aquella última conversación con Castle en el parque, lo vio acercándose a ella, pero esta vez no estaba con la expresión seria de aquel entonces, más bien parecía dichoso. Castle se fue acercando un poco más a ella, tomó su mano y deslizó el anillo sutilmente por su dedo anular izquierdo. Se puso de pie y le acarició el rostro, sonrió un vez más y esperó el roce de sus labios.

Tres golpes en la puerta la trajeron de vuelta al sofá de un salto. Le tomo solo unas milésimas de segundo recordar dónde estaba y en la situación en la que estaba. Miró a la mesa de centro, tomó su arma y todavía sin saber si los golpes había sido parte de su sueño se acercó rápidamente a la entrada. Escuchó una respiración del otro lado.

-¿Quién es? – Pregunto con tono seguro.
- Esposito. –reconoció la voz.
Quitó los seguros de la puerta y abrió más tranquila para encontrarse con el conocido rostro latino de su amigo.
-Hey Espo. ¿Qué haces aquí? – Preguntó extrañada cuando su ceño se fruncía.
Esposito evito su mirada e intentó disimular una sonrisa.
-¿Pasó algo con Ryan? – Preguntó preocupada.
-No, Ryan está bien. Lo de Jenny fue solo una falsa alarma. – Dudó antes de continuar. - He venido a ver como están las cosas. – Beckett abrió los ojos poco crédula. -Ok, pensé que tal vez podrías necesitar refuerzos. –Confesó volviendo la mirada a ella sonriendo.
Kate se acercó a él y lo rodeó con sus brazos. Esposito respondió cálidamente al abrazo de su amiga. Se separaron, caminaron hasta los sillones y se pusieron al tanto de sus vidas.
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Después de conversar acerca de trabajo, Ryan y las falsas alarmas de Jenny y otros temas triviales, ambos quedaron en silencio.
-¿Cómo está Castle? – Pregunto preocupado más que por lo ocurrido, por el hecho de haber visto a Beckett nuevamente.
-Cansado, agobiado supongo. No hemos tenido tiempo de hablar mucho. En cuanto llegue se fue a descansar. –Explicó.
-¿Cómo estás tú? – intentó ser mas explicito.
-Igual, no puedo creer que estoy aqui de nuevo. – Espo se quedó mirando a Beckett en silencio.
-¿Qué? – Preguntó al dares cuenta de la insitencia de su Mirada
-Ya sabes que no te estoy preguntando por el caso. Me refiero a ustedes dos, como lo están llevando. – explicó lo obvio.
- Fui a verlo a su apartamento para conversar, pero con todo esto me resulta imposible. Está distante y no los culpo. – Se apresuró a decir. – Sólo que no hemos tenido tiempo, Javi. – Guardó silencio.
-Las cosas han sido duras para él. La muerte de su padre, verte de nuevo luego de cómo terminaron las cosas… tienes que entenderlo. – aconsejó alzándose de hombros.
-Dímelo a mí. Fui a buscar sus cosas y entrar nuevamente a ese apartamento… - No terminó la idea.
-¿Qué? – presionó.
-Encontré el anillo. –Dijo casi inaudible.
Esposito se quedó en silencio con cara de póker.
-¿Qué anillo? – alzó las cejas.
Beckett frunció el ceño, era posible que se haya delatado más de lo que debía.
-Anillo de compromiso. – Dedujo sin poder creerlo. – Beckett, ¿Iban a casarse? – Se puso de pie alterado y sorprendido por enterarse recién de una noticia que no fue hacia poco más de ocho mese.
Beckett se maldijo por haber abierto la boca, su carencia de amistades en DC le había jugado una mala pasada y ahora se encontraba descargándose con Esposito.
-No. – Respondió de inmediato. – Él me lo propuso después de haber tomado la decisión. – Se defendió.
-Por eso estaba como estaba. – Recordó a Castle días después de que Beckett se fuera. - ¿Por qué no nos lo dijo? – Se preguntó más para sí mismo que para Beckett. -¿Por qué no aceptaste? – Preguntó a modo de reproche.
-Espo, las cosas entre Castle y yo no estaban bien. ..
-Beckett, no te excuses. – volvió a su tono serio y acusador. – Si hubieras querido seguir con Castle hubieras aceptado.
-¿Cómo? ¿Él aquí y yo en DC? – Comenzó a levantar el tono de la conversación olvidando la presencia de Castle en la misma casa.
-Tal vez. No lo sé, pero al menos debiste intentarlo.- Alzó también su voz.
-Tú crees que no quería seguir la relación….
-No aceptaste su propuesta. Eso es prácticamente el fin de una relación. – Interrumpió sin entender la actitud de Beckett en aquel entonces.
La conversación se había convertido en un partido de tenis en donde quién se quedaba en silencio perdía.
-Tú crees que no me lo he cuestionado. Para mí tampoco ha sido fácil estar todo este tiempo así. Tampoco ha sido fácil verlo de nuevo. – confesó ya sin cuestionarse.
-Entonces ¿Por qué no dejas que Collins haga tu trabajo? ¿Por qué sigues acercándote a él? solo vas a hacer las cosas más difíciles para ambos cuando te tengas que ir. ¿Por qué no dejas las cosas como están y sigues con tu vida en DC? – Preguntó sin dar respiro a su compañera.
-Porque tal vez debería haber aceptado casarme con él. – Soltó sin pensar llevándose una mano a la boca como queriendo retener sus palabras.
Esposito miró hacia la puerta que estaba justo a espaldas de Beckett y vio a Castle de pie justo para escuchar esa última confesión.
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CONTINUARÁ...