JACKSON HUNT

 

-No aceptaste su propuesta. Eso es el fin de una relación. – Interrumpió sin entender la actitud de Beckett en aquel entonces.

La conversación se había convertido en un partido de tenis en donde quién se quedaba en silencio perdía.

-Tú crees que no me lo he cuestionado. Para mí tampoco ha sido fácil estar todo este tiempo así. Tampoco ha sido fácil verlo de nuevo. – confesó ya sin cuestionarse.

-Entonces ¿Por qué no dejas que Collins haga tu trabajo? ¿Por qué sigues acercándote a él? solo vas a hacer las cosas más difíciles para ambos cuando te tengas que ir. ¿Por qué no dejas las cosas como están y sigues con tu vida en DC? – Preguntó sin dar respiro a su compañera.

-Porque al tal vez debería haber aceptado casarme con él. – Soltó sin pensar llevándose una mano a la boca como queriendo retener sus palabras.

Esposito miró hacia la puerta que estaba justo a espaldas de Beckett y vio a Castle de pie justo para escuchar esa última confesión.

 

Los tres quedaron inmóviles durante un par de segundos. Beckett volvió su mirada al frente. No podría mirarlo y tampoco quería que la mirara. Esposito alternaba su vista entre uno y el otro como  pensando en si habría algo útil en aquel momento.

Beckett cerró los ojos aun con su mano tapando su boca. Quería retroceder el tiempo, necesitaba salir de ahí. Lo siguiente que escucho fue el ruido de la puerta de la habitación cerrándose y pasos de Castle que se perdieron en la lejanía.

-Beckett… - Esposito espero que saliera de su espasmo.

-No puedo estar aquí ahora. – Beckett tomó sus cosas y salió del lugar.

Esposito se quedó en el living del lugar esperando a que Castle saliera, o que Beckett regresara, pero conocía a su compañera, y no iba a volver.

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Beckett llevaba tiempo sentada en su coche, con un café en la mano mirando directamente hacia los columpios en frente de ella. Se culpaba por haber sido tan descuidada al elegir sus palabras. Se culpaba por no haber llamado a Castle ni a sus compañeros durante el tiempo que estuvo fuera, se culpaba por no haberles dicho que se iría y más aún se culpaba por no haberlo intentado con Castle antes. Sentía que ella se había estancado durante su tiempo en DC, mientras que la vida del resto seguía avanzando. Había dado dos pasos al decidir estar con Castle y ahora retrocedía tres.

Le dio vueltas al asunto, y luego de dos horas, encendió el motor y condujo rumbo al precinto en donde estaba Collins. No era sano ni para ella ni para Castle que ella trabajara ese caso. Volvería a su actual vida, volvería a hacerse responsable de sus actos y decisiones lejos de Nueva York.

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Al llegar al precinto divisó a Ryan sentado frente a su monitor, dormido después de ver quizás cuantas cintas de vigilancia. Había tres tazas de café vacías a su alrededor, y su celular estaba sobre la mesa como si esperara el llamado de Jenny. Beckett pasó directamente a la sala de café y preparó uno para su compañero. También cogió algo para que comiera, lo más probable era que no se acordara de cuando había sido la última vez que había ingerido algo.

Beckett se acercó a él y suavemente le tocó el hombro para despertarlo. Intentó tres o cuatro veces hasta que por fin vio sus profundos ojos azules mirándola.

-¿Beckett? – Intentó de incorporarse. -¿Qué estás haciendo aquí? – preguntó tratando de identificar el lugar en dónde estaba.

-Hey, Ryan.  Vine a hablar con Collins… ¿Por qué no vas a casa con Jenny? – Sugirió amistosamente pasando una mano por su antebrazo brindándole apoyo.

-Estás loca, de no estar aquí ahora, Smith no me dejará faltar para cuando nazca… - Se detuvo de pronto cayendo en cuenta de que no le había contado a Beckett. – Jenny está embarazada. - Sonrió orgulloso.

Beckett reconoció de inmediato la dicha que sentía su compañero, se veía al mirar sus ojos. Irradiaba y contagiaba su alegría. De pronto notó que Ryan no estaba siendo evasivo con ella como lo había sido Esposito y lo atribuyó a su nuevo estado de ánimo.

-Lo sé. Esposito me lo contó hoy. Felicidades. –Se acercó hasta él y lo abrazó. Sintió la familiaridad con la que Ryan recibió su abrazo y le daba gusto que al menos las cosas con él no estuvieran tensas. – ¿No deberías volver con Jenny? – Frunció el ceño.

-Está la madre de Jenny para acompañarla, y ya sabes, prefiero esperar acá y ocupar mi mente en otra cosa. Mis nervios no aguantarán tanto. Además Smith no dejará que me ausente tanto antes de que nazca el bebé, prefiero aprovechar esos días con él. – Explicó brevemente.

-¿Él?, ¿Entonces ya sabes que será un niño? – preguntó emocionada

-No, Jenny y yo queremos que sea sorpresa, pero yo prefiero que sea niño. – Se observaron un momento y Ryan notó el cambio en el rostro de Beckett al ver a Collins junto a Smith en la oficina que se les había asignado.

-¿No se supone que deberías… estar… con… Castle? – Terminó apenas su pregunta sabiendo que había metido la pata.

Beckett observó de pronto la incomodidad de su compañero y supo de inmediato que Esposito había hablado con él. Esposito jamás puede ocultarle algo a Ryan, pensó.

-Debería – Alzó las cejas – pero las cosas no han salido como yo esperaba. – Explicó brevemente. – Volveré a DC. – Ryan frunció los labios, miró su reloj y se puso de pie.

Beckett lo siguió con la mirada, vio como su compañero se ponía su chaqueta, tomaba las llaves del auto y guardaba su celular.

-Ven conmigo. –Ryan hizo un gesto con la cabeza y se quedó mirando a Beckett quién intentaba disimular una sonrisa. Conocía esa mirada, sabía lo que su compañero tenía en la mente. Sin pensarlo dos veces se puso de pie y lo siguió sin que Collins, Smith o Gates la vieran.

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Ryan abrió la puerta para su compañera y se dirigieron rápidamente a un lado apartado de la barra en donde pudieran conversar. Ryan se acercó a la camarera, pidió dos cervezas y se sentó frente a Beckett.

Se quedaron en silencio un momento como intentando comenzar la conversación de la manera más sutil posible y luego fue Beckett quien irrumpió el silencio.

-Estoy feliz por ti, Ryan. No sabes cuánto. –  sonrió sinceramente.

-No tienes idea de cómo esto ha cambiado mi vida. No puedo ser más feliz y me aterra al mismo tiempo. – dijo con la mirada perdida en sus manos entrelazadas sobre la mesa.

-Lo harás bien, tú y Jenny son perfectos.- Ryan sonrió y asintió con la cabeza.

-¿Qué hay de ti y Castle? Esposito me ha dicho que te fuiste y que sabe que no vas a volver. – Preguntó sin más.

-Sí, creo que no fue buena idea haber sido asignada a esta investigación. Estar en Nueva York de nuevo me hace pensar. – Alzó las cejas y se produjo un silencio al momento en que la camarera ponía las cervezas frente a cada uno.

-¿Te arrepientes de haber tomado el trabajo…. O de no haberte casado con Castle? – Dio un largo sorbo atento a la expresión de Beckett.

-No tomar el trabajo hubiera significado reprocharle a Castle toda la vida la oportunidad que tuve y nunca tome. – Explicó brevemente y pensó unos segundos antes de continuar. - …Y no haberme casado con Castle… ¿Crees que hubiera funcionado? – Se zafó de la respuesta como solía hacer cada vez que ella misma se lo preguntaba.

-Desde que Castle empezó a trabajar con nosotros, siempre supe que algún día estarían juntos. Para cuando me enteré que ya estaban juntos, me alegre por ambos, una relación como la que tuvieron era lo mínimo que se merecían. Ahora que los veo nuevamente aún lo creo. – La miró fijamente intentando devolver la respuesta a ella.

-Qué pasa si no funciona. Si las cosas no vuelven a ser lo que eran antes. - Dijo casi con un suspiro desesperado.

-Deja preguntarte algo. Si no hubieras tenido esta oferta de trabajo, ¿Hubieras aceptado casarte con Castle? – Beckett  pensó un minuto. Nunca se había planteado aquella idea.  Medito un momento, y más.

-¿Qué esperas Beckett? Que Castle te espere toda la vida. – Beckett frunció el ceño.

-No, sólo… necesito aclarar mi mente. – Bebió una vez más.

-Claro que lo tienes que hacer, pero hazlo rápido, de lo contrario las cosas ya habrán cambiado demasiado como para volver a retomarlas donde las has dejado. – Concluyó finalmente.

Beckett sentía la presión que ella misma se estaba imponiendo, más ahora que sabía que Ryan tenía razón. El tiempo podría encargarse de separarla de Castle aún más. Tenía dos opciones, seguía cuestionando sus decisiones o bien volvía a DC a su trabajo y se olvidaba de Castle para siempre.

-Mi cabeza es un desastre. – Confesó lo obvio en voz alta.

-Entonces deja de pensar con tu cabeza. – Ryan dedicó una sonrisa y antes de que Beckett pudiera decir algo el móvil de ambos comenzó a sonar.

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A la mañana siguiente, Beckett estaba en el precinto, tal como Collins se lo había pedido con un tono no muy agradable. Caminó directo hasta la oficina que su compañero y ella estaban utilizando en el precinto y sin llamar a la puerta ingresó. Había decidido permanecer ahí, cerca de Castle intentando devolverle la mano por todo lo que hizo él con el caso de su madre.

-Beckett, ¿Qué tienes en la cabeza? – Dijo al momento en que la vio entrar y cerrar la puerta. – Trabajamos con la seguridad de las personas, no puedes simplemente abandonar tu trabajo. Igor Volcov está en algún lugar de la ciudad esperando que nos equivoquemos para poder llegar a Castle, ¿Es eso lo que buscas? – Increpó evidentemente molesto.

-Claro que no. – Se defendió resignada a su error.

-He llamado a DC. – Beckett levantó la vista sorprendida. – Creo que ha sido un error que te enviaran a Nueva York para este trabajo. – Dijo para probarla. Evidentemente Collins no había realizado llamada alguna, simplemente quería saber hasta dónde podía involucrar a Beckett en aquel caso y que tan preparada estaba para ello.

-Collins, sé que cometí un error, pero no puedes sacarme del caso. No ahora. – Se defendió.

-Estás emocionalmente relacionada con el caso, Beckett. –Se acercó calmándose e intentándola hacer entrar en razón. – Y no sólo con el caso, sino con todos los que trabajan en él.

-Puedo hacer esto. –Respondió casi a modo de suplica.

-¿Beckett, no sería mejor que volvieras a DC? – Suavizó su tono.  Y le dedicó otra de sus miradas. Una mirada con la cual Beckett ya estaba algo familiarizada. Se acercó un poco hasta ella y puro una mano sobre su hombro. Beckett sintió de pronto una incomodidad que la cohibía y evitando parecer ruda se alejo unos cuantos pasos.

-Collins, necesito hacer esto. Tienes razón, estoy involucrada en este caso, pero sólo porque este equipo fue mi hogar durante mucho tiempo y siento que necesito devolver la mano. – explicó rápidamente.

-Beckett, esto no depende de mí. Sé que serás lo suficientemente sensata como para abandonar el caso cuando corresponda. No eres una novata en esto. –Collins tomo asiento dejando una silla libre entre ella y él.

Beckett disimuló estar leyendo unos papeles sobre la mesa y esperó a que Collins la pusiera al día.

-Las ultimas noticias que tenemos es que Volcov no está actuando solo. Tiene a un equipo bajo sus órdenes. Tenemos a uno de ellos. –Beckett miró asombrada a Collins.

-¿Hace cuanto que tienen a ese hombre? – Pregunto indignada

-Desde anoche. Lo encontramos solo en el parque. Aparentemente tenía una cita con alguien del mismo equipo. Lo trajimos. Necesitamos que Castle lo reconozca.- Beckett se puso de pie.

- ¿Cómo es que lo tienen desde anoche y recién me estoy enterando? -  Continuó con su indignación.

-Beckett se suponía que debías haber estado con Castle. La información iba a llegar a ti cuando dejaras de custodiarlo, pero decidiste abandonar tu labor ayer por la noche. Saliste apurada de la casa de seguridad y dejaste a un detective cuando se suponía que debería haber estado un agente con Castle.- Ambos comenzaban a elevar sus voces. Esa era la primera vez luego de los casi nueve meses trabajando juntos en donde discutían de aquella forma.

-Collins, necesito que me mantengas informada de lo que está ocurriendo.

-Yo también, Kate. Necesito que estés de mi lado.

-Pensé que todos estábamos del mismo lado. –Encaró.

-Tú conoces a esta gente, deberías usar eso a tu favor ahora que las cosas entre tú y el detective Esposito están bien. –Dijo arrepintiéndose al mismo tiempo en que lo decía.

-¿Qué es lo que acabas de decir? ¿De dónde sacaste eso? – Beckett se acercó a él con tono amenazante.

-Beckett – Comenzó

-¿Estás desconfiando de la gente de este precinto?  ¿De mi? ¿Qué hiciste, acaso pusiste micrófonos en la maldita casa?- Beckett se paso una mano por la cara y dándole la espalda, pero se volvió rápidamente al no escuchar respuestas de su compañero. –Si lo hiciste. – concluyó finalmente al ver el rostro firme de su compañero, quien por cierto no parecía arrepentido.

-Kate, tenía que hacerlo.

-No me enviaron acá a investigar. Me enviaron como una estrategia para sacar información. Estas usando mi vida privada para esta investigación. - Collins se acercó la tomó por el brazo e intentó calmarla.

-Beckett, esto es lo que hacemos. Ya no estás en la brigada de homicidios. Ahora eres una agente que está investigando a un tipo muy importante que no sabemos quién es y que nos puede traer problemas de estado. Tenemos que usar todo lo que esté a nuestro alcance para evitarlo. – Beckett retrocedió hacia la puerta y se soltó de las manos de Collins. – No dejes que una relación del pasado ponga en peligro nuestro trabajo y a esta gente. – Beckett frunció el ceño y aclaró su garganta.

-Tienes razón. –Respondió luego de un momento notablemente más calmada. – Debería volver a Washington. No estoy lista para esto. – Collins levantó la mirada y clavo sus ojos en los de su compañera.

-Kate – la detuvo antes de que saliera. – Tal vez deberías dar vuelta la página y dejar de vivir en el pasado. – Dijo acercándose amistosamente con las manos en los bolsillos y con la mirada sincera.

-Sé que este es el trabajo que quiero. Sólo necesito un poco de tiempo. – Respondió con una sonrisa agradeciendo el consejo.

-No me refería a tu trabajo. – La sonrisa de Beckett se desvaneció de pronto y de pronto entendió todas las indirectas de Collins durante todos esos meses.

Kate no pudo seguir sosteniendo la mirada de Collins que se paseaba por sus ojos y sus labios. Collins se acercó unos centímetros y apoyó su mano al brazo de Beckett y  ella se vio obligada a mirarlo.

-Kate, es tú decisión continuar en esta investigación. – Beckett asintió con su cabeza y sin dar crédito a la situación veía como su compañero continuaba acercándose.

El ruido de la puerta abriéndose de golpe y rápidamente la hizo reaccionar y retrocedió unos pasos para encontrarse con un arrepentido Esposito y un camuflado e indiferente Castle.

Beckett y Castle cruzaron miradas y rápidamente las apartaron, mientras esposito rompía el silencio con preguntas que Beckett no podía retener.

-Tenemos a un tal Leonid Gólubev. Está en la sala de interrogación. Sr. Castle, necesitamos que nos informe si es que ha visto a este hombre antes. Si es que tuvo alguna participación en el secuestro de su hija en Francia. – Castle asintió rápidamente y escondió su vista tras la visera de su gorro.

- ¿Cómo? Pensé que Volcov atacaría sólo.

-Al parecer esto es más grande de lo que parece. – Beckett volvió su mirada a Castle. Sentía su preocupación.

Los hombres salieron del despacho en donde estaban seguidos por Beckett, quien unos metros luego, se desvió del camino y se dirigió a la sala por un café.

-¡Hey, Beckett! –Collins llamó la atención de su compañera. – ¿Vienes?

-Me saltaré esta. Nos vemos cuando termines. – Fingió una sonrisa para su compañero y el resto del equipo y continuó.  

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Beckett abrió sus ojos, miró a su alrededor e intentó comprender donde estaba. Miró los papeles que tenía en frente y sintió el olor a café que emanaba de una taza y llegaba a su nariz como si se tratara del desayuno más deseado. Consultó con su reloj la hora, había dormido alrededor de 20 minutos y aunque había sido poco, era todo lo que necesitaba. La taza de café aún estaba tibia, la tomó y dio un sorbo. Se puso de pie y se acercó a la ventana que daba hacía afuera de la oficina, y con sus dedos entreabrió las persianas que había cerrado antes y se sorprendió al ver la poca cantidad de gente que había ahí. Smith, Gates, Estaban acompañando a Castle. Collins estaba en la sala de interrogación con el sospechoso, pero de Ryan y Esposito o alguien más no había rastros.

Con un mal presentimiento se negó a abrir las persianas y se acercó a la ventana que daba hacia afuera del precinto. Y con el mismo movimiento echó un vistazo hacia afuera. Desde la altura, vio tres vehículos que no pertenecían a NYPD mal estacionados tapando la entrada del precinto y cortando el tránsito trasero. Algo no anda bien. –Pensó.

Kate: Algo anda mal. Hay que sacar a Castle de aquí.

Beckett escribió rápidamente en el teclado de su teléfono y envió el mensaje a Collins y Smith. Tomó su arma y la aseguró en su cadera. Se acercó al cajón del escritorio que estaba ocupando mientras duraba la investigación y extrajo su segunda arma: una Glock 26, por si la fuera a necesitar, y la ubicó en su tobillera. Vio la luz de la pantalla de su celular y leyó rápidamente los mensajes que llegaron.

Smith: Estamos sacando a Castle. Necesitamos refuerzos.

Collins: Cuál es tu ubicación?

Beckett escuchó el sonido del ascensor. Se acercó a la ventana y evitando ser vista, miró por un pequeño espacio que había entre las persianas. Al momento en que las puertas se abrían, logró divisar a un hombre de estatura media con un arma en su mano y la cara cubierta.

Beckett marcó rápidamente el número de Smith deseando que su teléfono estuviera en silencio. Se acercó nuevamente a la otra ventana, con el teléfono pegado a la oreja, su arma en una mano y paseando su mirada entre la puerta del despacho y el exterior.

-Smith – Escuchó de pronto con tono preocupado.

-Estamos rodeados. Hay al menos un hombre en este piso y nos vigilan desde afuera. – Comunicó en susurro. Smith esperó un segundo como negándose a recibir órdenes de Beckett. - ¿Qué hago? – Preguntó con susurro.

-Hay un cuartucho de fotocopias en el pasillo por el lado norte del edificio. Necesito que esperes ahí con Castle. –Beckett sintió la respiración agitada de Smith al otro lado del teléfono.

-Veo la puerta, pero hay un sujeto de espaldas. –Dijo aún más silenciosamente.

-¿Cómo esta vestido? – Preguntó volviendo a su posición original para mantener al hombre que ella había visto en la mira.

-Pantalón caqui, sweater negro, cara cubierta. – describió rápidamente. – Necesitamos distraerlo.

-No puedo salir de momento…

-Se está moviendo… va en tu dirección. – Esperó unos segundos.

-¿Es seguro que te muevas? – Volvió a preguntar sintiendo la tensión en su cuello.

-Eso creo. – Sentía los susurros de Castle y Smith planeando sus próximos pasos.

-Estoy viendo al segundo hombre. – Dijo observando cómo el hombre descrito se reunía con el otro. Observó como uno daba instrucciones al otro y se dividían para comenzar a inspeccionar las oficinas del piso. Vio como el primer hombre se acercaba a donde se encontraba ella con paso cuidadoso e intentando no hacer ruido.

-Me estoy moviendo. – El corazón de Beckett se aceleraba. Presionó el celular contra su pecho evitando que provocara algún sonido y con su mano derecha empuñaba su arma. Se encontraba en cuclillas con la espalda pegada a un escritorio y sin visión a la puerta. Esperó atenta el ruido de aquel hombre entrando al despacho para abrir fuego.

-¡Hey! – Se sobresaltó al escuchar un grito afuera, seguidos de pasos apresurados alejándose y dos disparos cercanos.

-¡Rick! – Dijo para sí misma en susurro mientras su corazón se detenía.  

CONTINUARÁ...