Estaba raro cap2 [05/05/2014]
+4
Larailolilla
ZOMAtitos&Oreos
treinta y uno
okusak
8 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 1 de 1.
Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Aquí dejo otra historia bastante avanzada. Un saludo.
Resumen:
Richard Castle está raro. ¿Podrá Kate y su familia ayudarlo? ¿Logrará superar un gran trauma?
Resumen:
Richard Castle está raro. ¿Podrá Kate y su familia ayudarlo? ¿Logrará superar un gran trauma?
CAPÍTULO 1
Castle lleva unos días raro. No come mucho, apenas prueba bocado y se levanta de la mesa sin ni siquiera probar la comida; deambula por las noches sin poder dormir; se pasa horas delante de su portátil sin intentar teclear; ya no pisa comisaría y cuando Beckett le llama él se excusa con alguna reunión inventada o cualquier otra excusa.
Alexis y Martha notan ese cambio de actitud, pero cuándo le preguntan el escritor les sonríe diciendo que son imaginaciones suyas, que él está muy bien, que solo es cansancio y estas llegan a creérselo, porque, en realidad era cierto, o podía serlo; la editorial había adelantado la fecha de entrega y se suponía que Castle escribía día y noche. Se suponía.
Por otro lado Kate estaba preocupada. Ella también había notado el cambio en Castle. Llevaba cuatro días escuchando excusas baratas por la boca de él y estaba harta, así que aquel día, cuando volvió a llamarlo por un caso de aquellos que tanto le gustaban a él, decide mentirle comunicándole que el capitán quiere que ayude en aquel caso. Y funcionó. Castle aceptó a regañadientes y en dos horas estuvo en comisaría, ayudando.
Beckett suspiró cuando lo vio salir del ascensor con un café en la mano. Inconscientemente, pensó que quizás estaba enfadado con ella, y aquello no la dejó dormir lo que llevaba de semana. Aunque, viendo sus miradas perdidas y las sonrisas forzadas que surgían de vez en cuando, no pudo evitar preocuparse más. No estaba enfadado con ella, pero le sucedía algo.
Le preguntó varias veces cómo le había ido esos cuatro días, pero siempre surgía algo que interrumpía el momento. Cuando resolvieron el caso, Kate entró a ver al capitán para contarle la resolución de aquel caso y al salir Castle ya estaba entrando en el ascensor.
Castle llegó a casa y se encerró en su despacho, allí se sentó en la silla y empezó a llorar, sin contenerse. Alexis y Martha lo habían visto entrar desde la cocina, pero no intuyeron su pena, pues este las saludó con una sonrisa.
Media hora después, Rick salió de su escondite y, después de limpiarse las lágrimas y los restos de tristeza, hizo presencia en el comedor para preparar la cena con sus pelirrojas. Martha y Alexis empezaron a hablar de temas irrelevantes, hasta que alguien picó la puerta. Alexis se levantó y abrió encontrándose con la detective.
—¿Becket? —preguntó abriendo la boca sin contener su sorpresa.
La aludida sonrió.
—Hola Alexis —la saludó levantando la mano—. ¿Está tu padre? —Alexis tardó un rato, pero consiguió asentir—. ¿Puedo pasar? —rogó la detective con prudencia. La pelirroja soltó el pomo de la puerta y se hizo a un lado, dejando pasar a la inspectora.
Cuando entró, Martha se acercó a saludarla con un abrazo, Castle se quedó observándolas desde la barra de la cocina, perplejo. Se había ido antes para evitar derrumbarse y ahora la tenía allí, las tres personas que más apreciaba estaban allí, y él no quería preocuparlas... ni si quiera sabía si podía seguir fingiendo que todo iba bien.
—¿Qué haces aquí querida? —se escuchó la voz de la actriz, mientras esta dirigía a su invitada hacia la barra de la cocina—. ¿Has comido? Puedes unirte a nosotros.
Beckett se dejó guiar y al llegar a la barra, se sentó en un taburete. Martha y Alexis hicieron lo mismo.
—No, no he comido... quería hablar con Castle —miró al aludido, haciéndole entender que no se iba a ir de allí hasta que hablaran, y Castle sonrió como si no pasara nada.
—Bueno, podemos hablar después de cenar —contestó el escritor, acercándose a la barra con la cena para servir—. ¿Vamos a la mesa?
Las pelirrojas asintieron y obedecieron, Kate hizo lo mismo, sentándose al lado de Castle. La cena transcurrió tranquila, relajada y llena de conversaciones. Kate no dejaba de observar el comportamiento de Castle confirmando sus sospechas; estaba raro. Cuando las pelirrojas se levantaron para recoger la mesa, Kate tomó la mano a Castle, que ya estaba por irse.
—¿Podemos hablar? —le preguntó ella. Él miró hacia el suelo, suspiró, y volvió a levantar la cabeza, sonriendo.
—Claro, pasa —le señaló el despacho—. Aquí estaremos más tranquilos —Kate asintió y entró a la sala, con Rick a sus espaldas. Él cerró la puerta, avanzó unos pasos y se sentó en la mesa de su escritorio, mirándola—. ¿De que quieres hablar? ¿El caso se a complicado? —le sonrió como si no ocurriera nada.
Kate se aceró a él, lo rodeó entre sus brazos y apoyo su cabeza sobre el hombro del escritor. Castle levantó las manos y se olvidó de pestañear al tiempo que su corazón palpitaba sin tregua.
—Qué... ¿Kate?
—Cuéntamelo —contestó ella aun entre su hombro—, Cuéntame qué te pasa... por qué llevas cuatro días sin dormir?
Rick sintió como las lágrimas lo inundaban y su cuerpo paso a relajarse tenuemente.
—Kate... —susurró acomodándose en su hombro.
—Puedes contármelo —siseo con una dulzura que nunca había visto salir de su boca—. Sea lo que sea, yo estoy aquí; siempre —le acarició el pelo—. Aunque si me pides espacio también intentaré dártelo.
Y era verdad, estaba dispuesta a no volver a sacarle el tema de su comportamiento si él se lo pedía, aunque eso significara preocuparse más aún.
Por contra, en vez de hablar, Rick echó a llorar. Kate le agarró de la mano y lo guió hacia el sofá del despacho. Castle se dejo guiar. Ella lo rodeó más fuertemente con sus brazos y dejó que esté se desahogara. Pasaron los minutos y Castle seguía sollozando sin dejar de llorar. Kate entendió que necesitaba soltar todas esas lágrimas retenidas y optó por reconfortarlo en silencio.
Una hora después, Castle no lloraba, se había calmado pero aun no se atrevía a hablar. Kate continuaba abrazándolo, estaban sentados uno al lado del otro y él descansaba su cabeza en el hombro de ella, mientras esta rodeaba su cintura con su brazo izquierdo y acariciaba su pelo con ternura.
Así estuvieron un rato más hasta que Castle, con los ojos cerrados, rompió el silencio.
—¿Te lo puedo contar mañana? —siseó.
—Mañana —contestó ella, besando su frente.
—Gracias —dijo él, acariciando la cintura de ella con ternura. Kate sonrió ante el gesto.
—Siempre —siseó mirando hacia la pared, sus mejillas la delataban.
Él sonrió y ella lo supo, no lo podía ver, pero lo intuyó. Entre ellos existía esa magia, aquella conexión que, por mucho que ella negara o intentara ignorar, se iba haciendo más fuerte e intensa con el paso del tiempo... incluso de los segundos.
Sus respiraciones se acompasaron, sincronizándose, de forma pausada y relajada. Kate dejó de mirar la pared para poder observar el rostro sosegado del escritor. Tenía los ojos cerrados, su cabeza apoyada en el hombro de ella, sus brazos rodeándola sin intención de soltarla y una sonrisa sincera en su cara.
Ella arqueó sus labios y acarició su pelo, con suavidad, en círculos. Rick ensanchó su sonrisa aún con los ojos cerrados y ronroneó acercándose más hacia ella. Kate continuó con su caricia, sintiendo la respiración de él sobre su cuello. Suspiró.
—Creo que me quedaré a dormir... —siseó, sabiendo que él no le contestaría porque, por primera vez en cuatro días, el sueño le había vencido.
Alexis y Martha notan ese cambio de actitud, pero cuándo le preguntan el escritor les sonríe diciendo que son imaginaciones suyas, que él está muy bien, que solo es cansancio y estas llegan a creérselo, porque, en realidad era cierto, o podía serlo; la editorial había adelantado la fecha de entrega y se suponía que Castle escribía día y noche. Se suponía.
Por otro lado Kate estaba preocupada. Ella también había notado el cambio en Castle. Llevaba cuatro días escuchando excusas baratas por la boca de él y estaba harta, así que aquel día, cuando volvió a llamarlo por un caso de aquellos que tanto le gustaban a él, decide mentirle comunicándole que el capitán quiere que ayude en aquel caso. Y funcionó. Castle aceptó a regañadientes y en dos horas estuvo en comisaría, ayudando.
Beckett suspiró cuando lo vio salir del ascensor con un café en la mano. Inconscientemente, pensó que quizás estaba enfadado con ella, y aquello no la dejó dormir lo que llevaba de semana. Aunque, viendo sus miradas perdidas y las sonrisas forzadas que surgían de vez en cuando, no pudo evitar preocuparse más. No estaba enfadado con ella, pero le sucedía algo.
Le preguntó varias veces cómo le había ido esos cuatro días, pero siempre surgía algo que interrumpía el momento. Cuando resolvieron el caso, Kate entró a ver al capitán para contarle la resolución de aquel caso y al salir Castle ya estaba entrando en el ascensor.
Castle llegó a casa y se encerró en su despacho, allí se sentó en la silla y empezó a llorar, sin contenerse. Alexis y Martha lo habían visto entrar desde la cocina, pero no intuyeron su pena, pues este las saludó con una sonrisa.
Media hora después, Rick salió de su escondite y, después de limpiarse las lágrimas y los restos de tristeza, hizo presencia en el comedor para preparar la cena con sus pelirrojas. Martha y Alexis empezaron a hablar de temas irrelevantes, hasta que alguien picó la puerta. Alexis se levantó y abrió encontrándose con la detective.
—¿Becket? —preguntó abriendo la boca sin contener su sorpresa.
La aludida sonrió.
—Hola Alexis —la saludó levantando la mano—. ¿Está tu padre? —Alexis tardó un rato, pero consiguió asentir—. ¿Puedo pasar? —rogó la detective con prudencia. La pelirroja soltó el pomo de la puerta y se hizo a un lado, dejando pasar a la inspectora.
Cuando entró, Martha se acercó a saludarla con un abrazo, Castle se quedó observándolas desde la barra de la cocina, perplejo. Se había ido antes para evitar derrumbarse y ahora la tenía allí, las tres personas que más apreciaba estaban allí, y él no quería preocuparlas... ni si quiera sabía si podía seguir fingiendo que todo iba bien.
—¿Qué haces aquí querida? —se escuchó la voz de la actriz, mientras esta dirigía a su invitada hacia la barra de la cocina—. ¿Has comido? Puedes unirte a nosotros.
Beckett se dejó guiar y al llegar a la barra, se sentó en un taburete. Martha y Alexis hicieron lo mismo.
—No, no he comido... quería hablar con Castle —miró al aludido, haciéndole entender que no se iba a ir de allí hasta que hablaran, y Castle sonrió como si no pasara nada.
—Bueno, podemos hablar después de cenar —contestó el escritor, acercándose a la barra con la cena para servir—. ¿Vamos a la mesa?
Las pelirrojas asintieron y obedecieron, Kate hizo lo mismo, sentándose al lado de Castle. La cena transcurrió tranquila, relajada y llena de conversaciones. Kate no dejaba de observar el comportamiento de Castle confirmando sus sospechas; estaba raro. Cuando las pelirrojas se levantaron para recoger la mesa, Kate tomó la mano a Castle, que ya estaba por irse.
—¿Podemos hablar? —le preguntó ella. Él miró hacia el suelo, suspiró, y volvió a levantar la cabeza, sonriendo.
—Claro, pasa —le señaló el despacho—. Aquí estaremos más tranquilos —Kate asintió y entró a la sala, con Rick a sus espaldas. Él cerró la puerta, avanzó unos pasos y se sentó en la mesa de su escritorio, mirándola—. ¿De que quieres hablar? ¿El caso se a complicado? —le sonrió como si no ocurriera nada.
Kate se aceró a él, lo rodeó entre sus brazos y apoyo su cabeza sobre el hombro del escritor. Castle levantó las manos y se olvidó de pestañear al tiempo que su corazón palpitaba sin tregua.
—Qué... ¿Kate?
—Cuéntamelo —contestó ella aun entre su hombro—, Cuéntame qué te pasa... por qué llevas cuatro días sin dormir?
Rick sintió como las lágrimas lo inundaban y su cuerpo paso a relajarse tenuemente.
—Kate... —susurró acomodándose en su hombro.
—Puedes contármelo —siseo con una dulzura que nunca había visto salir de su boca—. Sea lo que sea, yo estoy aquí; siempre —le acarició el pelo—. Aunque si me pides espacio también intentaré dártelo.
Y era verdad, estaba dispuesta a no volver a sacarle el tema de su comportamiento si él se lo pedía, aunque eso significara preocuparse más aún.
Por contra, en vez de hablar, Rick echó a llorar. Kate le agarró de la mano y lo guió hacia el sofá del despacho. Castle se dejo guiar. Ella lo rodeó más fuertemente con sus brazos y dejó que esté se desahogara. Pasaron los minutos y Castle seguía sollozando sin dejar de llorar. Kate entendió que necesitaba soltar todas esas lágrimas retenidas y optó por reconfortarlo en silencio.
Una hora después, Castle no lloraba, se había calmado pero aun no se atrevía a hablar. Kate continuaba abrazándolo, estaban sentados uno al lado del otro y él descansaba su cabeza en el hombro de ella, mientras esta rodeaba su cintura con su brazo izquierdo y acariciaba su pelo con ternura.
Así estuvieron un rato más hasta que Castle, con los ojos cerrados, rompió el silencio.
—¿Te lo puedo contar mañana? —siseó.
—Mañana —contestó ella, besando su frente.
—Gracias —dijo él, acariciando la cintura de ella con ternura. Kate sonrió ante el gesto.
—Siempre —siseó mirando hacia la pared, sus mejillas la delataban.
Él sonrió y ella lo supo, no lo podía ver, pero lo intuyó. Entre ellos existía esa magia, aquella conexión que, por mucho que ella negara o intentara ignorar, se iba haciendo más fuerte e intensa con el paso del tiempo... incluso de los segundos.
Sus respiraciones se acompasaron, sincronizándose, de forma pausada y relajada. Kate dejó de mirar la pared para poder observar el rostro sosegado del escritor. Tenía los ojos cerrados, su cabeza apoyada en el hombro de ella, sus brazos rodeándola sin intención de soltarla y una sonrisa sincera en su cara.
Ella arqueó sus labios y acarició su pelo, con suavidad, en círculos. Rick ensanchó su sonrisa aún con los ojos cerrados y ronroneó acercándose más hacia ella. Kate continuó con su caricia, sintiendo la respiración de él sobre su cuello. Suspiró.
—Creo que me quedaré a dormir... —siseó, sabiendo que él no le contestaría porque, por primera vez en cuatro días, el sueño le había vencido.
Última edición por okusak el Lun Mayo 05, 2014 1:26 am, editado 1 vez
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Sigueeee! Esta interesante
treinta y uno- As del póker
- Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 09/06/2013
Edad : 25
Localización : Pamplona/Navarra
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
PEDRO JESSICA DE LAS ANGUSTIAS...y ya sabes como sigue...no tengo ganas de escribir, POR QUE CUANDO SUBES NO ME AVISAAAASSS y eseee dibujooo uyyy que se va a quedar a dormiiirr (aayyyque mal me sienta el calor) bueno jess...como ya no se que decir de este fic, aparte de que quiero que me pases algooooo PLIIISSSSSS y.................que suubaaas rapidooo que quiero leeer masss y capis mas frescoooss
BEESOOOOSSS
BEESOOOOSSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Absolutamente enfrascada, continúa
Larailolilla- Escritor novato
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 21/03/2014
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Que bonito
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Edad : 24
Localización : En el mundo de los sueños
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
aiixx...menos mal que me decidi a leer el fic, me encanta la portada y el comienzo continua
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Se nota que se conocen!! Que será lo que esconde rick?? Nada bueno debe ser
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Me encanta yo lo sigo tmbien en fanfiction
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Gracias, ahora mismo subiré otro si me dejan .treinta y uno escribió:Sigueeee! Esta interesante
Sí que te aviso, mira: Angela he suido. ¿Lo ves? Gracias por comentar, no se te pasa ni una jaja.ZOMAtitos&Oreos escribió:PEDRO JESSICA DE LAS ANGUSTIAS...y ya sabes como sigue...no tengo ganas de escribir, POR QUE CUANDO SUBES NO ME AVISAAAASSS y eseee dibujooo uyyy que se va a quedar a dormiiirr (aayyyque mal me sienta el calor) bueno jess...como ya no se que decir de este fic, aparte de que quiero que me pases algooooo PLIIISSSSSS y.................que suubaaas rapidooo que quiero leeer masss y capis mas frescoooss
BEESOOOOSSS
Gracias, continuaré .Larailolilla escribió:Absolutamente enfrascada, continúa
Gracias .moxaCaSkett(sariita) escribió:Que bonito
¿No te ibas a poner al día con muchos fics? Si es que soy una mala influencia . Gracias por leer y comentar._Caskett_ escribió:aiixx...menos mal que me decidi a leer el fic, me encanta la portada y el comienzo :love:continua
Gracias, en fanfictión va un poco más adelantado xD.castle&beckett..cris escribió:Me encanta yo lo sigo tmbien en fanfiction
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
CAPÍTULO 2
Alexis bajó las escaleras con un bostezo audible. Llevaba puesto el pijama y aún andaba despeinada cuando llegó a la cocina. Abrió la nevera, sacó un tetrabrik de zumo y buscó un vaso. Vertió una cantidad modesta y bebió un trago.
No tardó en esculpirlo todo y vaciar el vaso en el fregadero.
—¿Pero qué? —observó el envase de zumo, dando con el problema—. ¿Está caducado? —se auto preguntó pasándose una mano por la boca. Luego se trasladó al momento en el que su padre había vuelto de la compra con mala cara, cambiándola por una sonrisa forzada cuando ella lo sorprendió abrazándolo por detrás, justo después de que él depositara el tetrabrik en la nevera.
—Lo mataré... —dijo, conteniendo una mueca de asco. El sabor a naranja rancia se apoderó de su boca sin intención de irse. Volvió a abrir la nevera y revisó las demás bebidas y envases—. ¡Está todo caducado! —se exasperó, buscando algo que fuera comestible—.Dios... ¿dónde tenías la cabeza papá? —cuestionó en voz alta.
Un movimiento instintivo le hizo mirar hacia la habitación de su padre, para segundos después abrir la boca desmesuradamente. Pequeños momentos invadieron su mente, reviviendo escenas en las que su padre repetía un “No pasa nada, estoy bien.” acompañado de una sonrisa forzada.
Cerró la nevera y caminó hacia la alcoba de su padre. Era eso, lo sabía. Sabía que estaba raro; despistado; como en la luna... y era por algo que lo deprimía. Se tomó lo del zumo caducado como su propio auto castigo merecido y picó un par de veces en la puerta de la habitación. Fueron golpecitos suaves acompañados de un “¿Papá, estás despierto? ¿Puedo entrar?” muy suave.
Pero el silencio fue lo único que le respondió. Sin pensárselo, abrió la puerta. La oscuridad la invadió, pero no fue eso lo que la asustó; sino comprobar que no había nadie al encender la luz.
Algo en su interior le hizo pensar que su padre se había ido de casa, aumentando su preocupación al teorizar con varias hipótesis no demasiado alentadoras. Pero pronto las desestimo. —¡El despacho! —exclamó dirigiéndose hacia él. Quizás su padre había trabajado hasta tarde y ahora estaba dormido. Rezó para que fuera eso y abrió la puerta sin ni siquiera avisar.
Sus ojos se abrieron de golpe y se olvidó de pestañear.
En el sofá del despacho, sentada en uno de los lados se encontraba Beckett, y a su lado, tumbado con los ojos cerrados estaba su padre, con la cabeza en el regazo de la detective, que, al contrario que él, mantenía los ojos abiertos de par en par, mirando a la pelirroja.
—¿Beckett? —pronunció la joven parpadeando.
Kate dejó de acariciar el pelo de Castle.
—Yo... —intentó buscar las palabras adecuadas—. Tu padre se quedó dormido mientras hablábamos y no quise despertarlo —se excusó susurrando.
Alexis la escuchó sin poder cerrar la boca. Castle se removió, poniéndose de lado, quejándose en el camino. Kate acomodó la cabeza del escritor en su regazo y volvió a acariciarlo, relajándolo al instante.
—Creo que llevaba días sin dormir —siseó la detective, concentrando su vista en los ojos de la muchacha, que la entendió sin necesidad de decir más.
—Vale —susurró Alexis—, os dejaré aquí y le diré a la abuela que no entre. Hoy... —miró a su padre preocupada— ...no creo que vaya a clases —miró hacia el suelo—. Así que estaré en la cocina.
Kate ponderó la posibilidad de hablar y enmudeció durante unos segundos.
—No voy a dejarlo solo —optó por decir. Alexis sonrió por primera vez desde que abrió aquella puerta.
—No podría ir a clase sin dejar de pensar en... —suspiró. Kate asintió, entendiéndola—.¿Quieres que te traiga algo? ¿Un cojín? —susurró.
La detective miró a Castle antes de responder.
—Creo que tiene frío, algo para taparle estaría bien.
Alexis asintió, salió de allí, y en menos de dos minutos, volvió a entrar con una manta en las manos. Se la colocó a su padre, comprobó que la detective estuviera bien y los dejó solos. Cuando cerró la puerta se dirigió a la cocina.
Al final su padre estaba peor de lo que había pensado esa mañana. Y no solo estaba triste, es que ni si quiera dormía y ni ella ni su abuela se habían dado cuenta de sus ojeras. De repente, Alexis sonrió mientras abría la puerta de la nevera al recordar la expresión de Kate y su mirada cansada. Quizás su padre no había dormido días atrás, pero aquella noche había descansado a costa de las horas de sueño de la detective.
No tardó en esculpirlo todo y vaciar el vaso en el fregadero.
—¿Pero qué? —observó el envase de zumo, dando con el problema—. ¿Está caducado? —se auto preguntó pasándose una mano por la boca. Luego se trasladó al momento en el que su padre había vuelto de la compra con mala cara, cambiándola por una sonrisa forzada cuando ella lo sorprendió abrazándolo por detrás, justo después de que él depositara el tetrabrik en la nevera.
—Lo mataré... —dijo, conteniendo una mueca de asco. El sabor a naranja rancia se apoderó de su boca sin intención de irse. Volvió a abrir la nevera y revisó las demás bebidas y envases—. ¡Está todo caducado! —se exasperó, buscando algo que fuera comestible—.Dios... ¿dónde tenías la cabeza papá? —cuestionó en voz alta.
Un movimiento instintivo le hizo mirar hacia la habitación de su padre, para segundos después abrir la boca desmesuradamente. Pequeños momentos invadieron su mente, reviviendo escenas en las que su padre repetía un “No pasa nada, estoy bien.” acompañado de una sonrisa forzada.
Cerró la nevera y caminó hacia la alcoba de su padre. Era eso, lo sabía. Sabía que estaba raro; despistado; como en la luna... y era por algo que lo deprimía. Se tomó lo del zumo caducado como su propio auto castigo merecido y picó un par de veces en la puerta de la habitación. Fueron golpecitos suaves acompañados de un “¿Papá, estás despierto? ¿Puedo entrar?” muy suave.
Pero el silencio fue lo único que le respondió. Sin pensárselo, abrió la puerta. La oscuridad la invadió, pero no fue eso lo que la asustó; sino comprobar que no había nadie al encender la luz.
Algo en su interior le hizo pensar que su padre se había ido de casa, aumentando su preocupación al teorizar con varias hipótesis no demasiado alentadoras. Pero pronto las desestimo. —¡El despacho! —exclamó dirigiéndose hacia él. Quizás su padre había trabajado hasta tarde y ahora estaba dormido. Rezó para que fuera eso y abrió la puerta sin ni siquiera avisar.
Sus ojos se abrieron de golpe y se olvidó de pestañear.
En el sofá del despacho, sentada en uno de los lados se encontraba Beckett, y a su lado, tumbado con los ojos cerrados estaba su padre, con la cabeza en el regazo de la detective, que, al contrario que él, mantenía los ojos abiertos de par en par, mirando a la pelirroja.
—¿Beckett? —pronunció la joven parpadeando.
Kate dejó de acariciar el pelo de Castle.
—Yo... —intentó buscar las palabras adecuadas—. Tu padre se quedó dormido mientras hablábamos y no quise despertarlo —se excusó susurrando.
Alexis la escuchó sin poder cerrar la boca. Castle se removió, poniéndose de lado, quejándose en el camino. Kate acomodó la cabeza del escritor en su regazo y volvió a acariciarlo, relajándolo al instante.
—Creo que llevaba días sin dormir —siseó la detective, concentrando su vista en los ojos de la muchacha, que la entendió sin necesidad de decir más.
—Vale —susurró Alexis—, os dejaré aquí y le diré a la abuela que no entre. Hoy... —miró a su padre preocupada— ...no creo que vaya a clases —miró hacia el suelo—. Así que estaré en la cocina.
Kate ponderó la posibilidad de hablar y enmudeció durante unos segundos.
—No voy a dejarlo solo —optó por decir. Alexis sonrió por primera vez desde que abrió aquella puerta.
—No podría ir a clase sin dejar de pensar en... —suspiró. Kate asintió, entendiéndola—.¿Quieres que te traiga algo? ¿Un cojín? —susurró.
La detective miró a Castle antes de responder.
—Creo que tiene frío, algo para taparle estaría bien.
Alexis asintió, salió de allí, y en menos de dos minutos, volvió a entrar con una manta en las manos. Se la colocó a su padre, comprobó que la detective estuviera bien y los dejó solos. Cuando cerró la puerta se dirigió a la cocina.
Al final su padre estaba peor de lo que había pensado esa mañana. Y no solo estaba triste, es que ni si quiera dormía y ni ella ni su abuela se habían dado cuenta de sus ojeras. De repente, Alexis sonrió mientras abría la puerta de la nevera al recordar la expresión de Kate y su mirada cansada. Quizás su padre no había dormido días atrás, pero aquella noche había descansado a costa de las horas de sueño de la detective.
xxx
Se removió ronroneando y esbozó una sonrisa. Un olor familiar lo rodeaba sin saber muy bien a quien pertenecía, pero se estaba tan bien... Una caricia recorrió su frente, y arqueó más sus labios. No quería despertar.
—Rick... Castle —rectificó una voz melodiosamente suave.
—Mhhmmm... —ronroneó él, abriendo sus ojos para ensanchar su sonrisa al máximo. Kate lo miraba desde arriba, acariciando su pelo—. Buenos días. —la saludó como un niño emocionado tras ver que Papa Noel existe.
—Buenos días bella durmiente —le correspondió la sonrisa, acariciando el pelo revuelto del escritor—.¿Cómo has dormido?
—Muy bien... —cerró los ojos para notar las caricias de la detective.
Kate miró el reloj de su padre, las 11 pasadas. Volvió a posar sus pupilas en el escritor y sonrió sin dejar de acariciarlo. Ya tendrían tiempo para hablar.
Ellas los recibieron con una sonrisa, y para sorpresa de Kate, no comentaron nada de que la detective siguiera allí.
Comieron y poco después empezaron a recoger la mesa. En eso estaban cuando Kate recibió una llamada de comisaría. Castle la miró extrañado de que no la hubieran llamado antes para algún caso, y Kate le confesó que había apagado el móvil y que aquella era la decimoquinta llamada que recibía. Las pelirrojas se sorprendieron.
—Entonces Montgomeri... —la voz de Castle se notó preocupada.
—Montgomeri piensa que estamos trabajando —le sonrió. Castle fue a preguntar algo pero Kate se anticipó—. Los chicos nos están cubriendo. Esposito me ha informado un poco por encima de que va el caso. Se ve que los testigos vieron una “aparición fantasmal” cerca de la víctima, que iba vestida de vampiro —hizo una pausa para pasar a Alexis los últimos platos y miró de reojo a Castle, que se emocionó al escuchar las palabras “aparición fantasmal” y vampiro—. Pero tranquilo, hoy no hace falta que...
—¡Voy arriba a cambiarme! —exclamó, dando pequeños saltitos y palmaditas acompasadas.
Kate sonrió.
—Es un caso —levantó las cejas, observando como Rick desaparecía por las escaleras.
—Sí que lo es —afirmó a sus espaldas la actriz. Kate se giró, tensándose al instante. Ambas pelirrojas habían dejado de recoger para acercarse a ella y ahora la miraban con intención de hallar alguna respuesta. Pero antes de que preguntaran Kate se las apañó para contestar.
—No me ha dicho que le pasa —Alexis y Martha suspiraron—. Pero al menos sonríe —eso último lo dijo inconscientemente, mirándolas de reojo para observar su reacción. Sonreían.
Beckett suspiró.
—No pasa nada —le dijo, tocando su hombro. Él alzó la cabeza para mirarla—. Mientras no hagas cocinar a tu madre o a tu hija —le sonrió, recibiendo el mismo gesto por parte de Rick.
—¿Bromeas? Son ellas las que me harán cocinar a mí —se hizo el ofendido, poniendo morritos. Kate se tranquilizó, al menos el sentido del humor no lo había perdido—. Seguro que se pondrán a ver la tele, ensayar o hacer lo deberes, pero tendrán cosas que hacer porque hoy hicieron la comida —mientras hablaba, el ascensor se había abierto y Kate separó su mano del hombro de Rick para caminar hacia la salida—. Hoy no me libro.
Kate rió ante la deducción del escritor. Ahora caminaban hacia el coche, uno al lado del otro.
—Bueno, si pasa eso... —le dijo, localizando el coche y dirigiéndose al lado del piloto, Castle hizo lo mismo en el del copiloto—. Yo te ayudaré, chef —le sonrió, entrando al coche.
Castle se quedó estático mirando hacia la nada, poco después arqueó sus labios hacia arriba.
Una hora después, cenaron y Alexis se ofreció para recoger la mesa mientras Castle ponía una película. Kate lo veía canturrear mientras levantaba el CD como si fuera un trofeo. Según Alexis, desde que cumplió los 13 años, tanto ella como Martha esquivaban sus sesiones de la trilogía de la guerra de las galaxias.
—Dos veces a la semana —corroboró Martha a su nieta—. Nos ponía las dichosas peliculitas dos veces por semana, mínimo. Así que acabé por unirme al lado oscuro y rompí el DVD.
Kate rió. Castle observó a su madre con fingida molestia.
—Y entonces entendí la indirecta y me aseguré de comprar un DVD más barato —dijo él, poniendo el CD en el lector—. Pero hoy la galaxia se instalará en este humilde salón para que podamos contemplarla. ¿No es estupendo?
Kate rió de nuevo y Martha suspiró.
—Hoy será la excepción —le advirtió Alexis, que había vuelto de fregar los platos y se sentó en el sofá, al lado de su abuela y de Kate.
Rick apagó las luces y se sentó en el lado izquierdo del sofá, al lado de Kate.
La película pasó y poco a poco Castle se fue acomodando en el hombro de la inspectora, hasta quedarse dormido. Kate se dio cuenta de todo el proceso, primero la mano de él en su pierna, acariciándola, la cabeza del escritor sobre su hombro, la respiración de él acariciándola levemente, pausándose poco a poco... hasta que lo vio cerrar los ojos.
Kate suspiró, rodeando al escritor con su brazo. Alexis y Martha se inclinaron un poco para verla y esta les miró un poco ruborizada. Alexis le cogió la mano a la detective y le dijo algo que no esperaba oír de su boca.
—¿Te puedes quedar a dormir con mi padre? —preguntó en un susurro, Beckett abrió la boca sin saber como cerrarla.
—¿Qué? —tartamudeó la aludida, intentando no alzar la voz.
—Que si te puedes quedar a dormir con Richard, querida —siseó esta vez Martha. Kate iba de sorpresa en sorpresa—. Se que es una petición un poco... extraña. Pero algo me dice que si te vas, acabará despertándose y no dormirá —suspiró—. Al menos contigo descansa.
La detective tragó saliva antes de contestar.
—Martha yo...
—Por favor —la interrumpió la joven—. Se que has pasado todo el día con él, y que ayer pasaste la noche aquí, incomoda en el sofá del despacho, seguramente sin descansar lo necesario, pero... —no sabía como continuar para convencerla, así que posó su otra mano en la de ella y la miró con sinceridad—. Por favor, quedate a dormir con él.
Martha se acercó a su nieta para poder alcanzar las manos de la pelirroja, uniéndose en aquel gesto de súplica.
Kate miró hacia el suelo y asintió. Al instante, Alexis esbozó una sonrisa de alegría, al igual que su abuela, que tuvo que contenerse de abrazar a la detective por si despertaba a su hijo sin querer. Beckett tan solo se ruborizó más.
Con un sigilo extraordinario, Alexis apagó el televisor, Martha fue a por un par de mantas mientras Kate le quitaba los zapatos a Castle y, entre las tres, tumbaron a Rick en el sofá. Kate finalizó la operación colocándole una almohada y tapándole con cuidado. Castle estaba tan dormido que lo único que hizo fue ronronear cuando Kate se separó de su abrazo.
Una vez tumbado, Beckett se quedó allí, de pie, cruzada de brazos con las mejillas encendidas. Las pelirrojas no le quitaban ojo.
—Querida... —susurró la actriz, con cierto miedo a que la detective se retractara. Kate la miró y no hizo falta decir nada más—. Nos vamos arriba. Cualquier cosa, nos avisas —se acercó a ella y la abrazó. Alexis hizo lo mismo—. Buenas noches —dijeron ambas a la vez.
—Buenas noches —respondió Kate.
Alexis apagó la luz y subió seguida de su abuela. Cuando desaparecieron Kate suspiró. Aquello no se lo habría imaginado nunca. ¿Alexis y Martha pidiéndole que durmiera con Castle? Era surrealista.
Castle se removió entre sueños, con cara de pasarlo mal. Beckett se quitó los tacones y se acercó a él, haciéndose un hueco entre las sábanas para tumbándose a su lado, al filo del sofá, abrazando su espalda son sus brazos de forma protectora.
—Ya está... Tranquilo Rick —le susurró haciendo que Castle se relajara—. Estoy aquí —le siseaba al oído, acercándolo hacia ella—. Estoy aquí —repitió besando su hombro.
Desde la puerta de su dormitorio, en la planta de arriba, Alexis escuchaba la voz de la policía con una sonrisa.
—Rick... Castle —rectificó una voz melodiosamente suave.
—Mhhmmm... —ronroneó él, abriendo sus ojos para ensanchar su sonrisa al máximo. Kate lo miraba desde arriba, acariciando su pelo—. Buenos días. —la saludó como un niño emocionado tras ver que Papa Noel existe.
—Buenos días bella durmiente —le correspondió la sonrisa, acariciando el pelo revuelto del escritor—.¿Cómo has dormido?
—Muy bien... —cerró los ojos para notar las caricias de la detective.
Kate miró el reloj de su padre, las 11 pasadas. Volvió a posar sus pupilas en el escritor y sonrió sin dejar de acariciarlo. Ya tendrían tiempo para hablar.
xxx
Cuando Castle decidió levantarse Alexis y Martha ya estaban preparando la comida. Rick las saludó, por primera vez en mucho tiempo, con una sonrisa sincera y un abrazo efusivo. Estaba más descansado y relajado, aun se le notaba preocupado, pero liberado. Ellas los recibieron con una sonrisa, y para sorpresa de Kate, no comentaron nada de que la detective siguiera allí.
Comieron y poco después empezaron a recoger la mesa. En eso estaban cuando Kate recibió una llamada de comisaría. Castle la miró extrañado de que no la hubieran llamado antes para algún caso, y Kate le confesó que había apagado el móvil y que aquella era la decimoquinta llamada que recibía. Las pelirrojas se sorprendieron.
—Entonces Montgomeri... —la voz de Castle se notó preocupada.
—Montgomeri piensa que estamos trabajando —le sonrió. Castle fue a preguntar algo pero Kate se anticipó—. Los chicos nos están cubriendo. Esposito me ha informado un poco por encima de que va el caso. Se ve que los testigos vieron una “aparición fantasmal” cerca de la víctima, que iba vestida de vampiro —hizo una pausa para pasar a Alexis los últimos platos y miró de reojo a Castle, que se emocionó al escuchar las palabras “aparición fantasmal” y vampiro—. Pero tranquilo, hoy no hace falta que...
—¡Voy arriba a cambiarme! —exclamó, dando pequeños saltitos y palmaditas acompasadas.
Kate sonrió.
—Es un caso —levantó las cejas, observando como Rick desaparecía por las escaleras.
—Sí que lo es —afirmó a sus espaldas la actriz. Kate se giró, tensándose al instante. Ambas pelirrojas habían dejado de recoger para acercarse a ella y ahora la miraban con intención de hallar alguna respuesta. Pero antes de que preguntaran Kate se las apañó para contestar.
—No me ha dicho que le pasa —Alexis y Martha suspiraron—. Pero al menos sonríe —eso último lo dijo inconscientemente, mirándolas de reojo para observar su reacción. Sonreían.
xxx
Rick terminó de vestirse y fueron a casa de Kate para que ella se cambiara, cuando llegaron a comisaría, Esposito y Ryan les informaron de lo poco que habían avanzado en el caso. Pasaron el resto del día trabajando. Castle parecía animado y, aunque sabía que tarde o temprano le tocaría hablar de su comportamiento en los últimos días, estaba seguro de que Kate no le presionaría, que le daría su tiempo, y así fue. Ella solo tocó el tema cuando él le preguntó si quería cenar con su familia. En ese momento estaban solos, en el ascensor, y Kate le preguntó si hablarían. La respuesta de Castle fue mirar hacia el suelo y tartamudear algo inentendible. Beckett suspiró.
—No pasa nada —le dijo, tocando su hombro. Él alzó la cabeza para mirarla—. Mientras no hagas cocinar a tu madre o a tu hija —le sonrió, recibiendo el mismo gesto por parte de Rick.
—¿Bromeas? Son ellas las que me harán cocinar a mí —se hizo el ofendido, poniendo morritos. Kate se tranquilizó, al menos el sentido del humor no lo había perdido—. Seguro que se pondrán a ver la tele, ensayar o hacer lo deberes, pero tendrán cosas que hacer porque hoy hicieron la comida —mientras hablaba, el ascensor se había abierto y Kate separó su mano del hombro de Rick para caminar hacia la salida—. Hoy no me libro.
Kate rió ante la deducción del escritor. Ahora caminaban hacia el coche, uno al lado del otro.
—Bueno, si pasa eso... —le dijo, localizando el coche y dirigiéndose al lado del piloto, Castle hizo lo mismo en el del copiloto—. Yo te ayudaré, chef —le sonrió, entrando al coche.
Castle se quedó estático mirando hacia la nada, poco después arqueó sus labios hacia arriba.
xxx
Cuando llegaron a casa de Castle, sus pelirrojas lo estaban esperando. Kate las vio un poco preocupadas pero no dijo nada. Luego Castle anunció que él y Kate harían la cena y esta solo pudo sonreír al verlo caminando hacia la cocina dando saltitos, al estilo Heidi.Una hora después, cenaron y Alexis se ofreció para recoger la mesa mientras Castle ponía una película. Kate lo veía canturrear mientras levantaba el CD como si fuera un trofeo. Según Alexis, desde que cumplió los 13 años, tanto ella como Martha esquivaban sus sesiones de la trilogía de la guerra de las galaxias.
—Dos veces a la semana —corroboró Martha a su nieta—. Nos ponía las dichosas peliculitas dos veces por semana, mínimo. Así que acabé por unirme al lado oscuro y rompí el DVD.
Kate rió. Castle observó a su madre con fingida molestia.
—Y entonces entendí la indirecta y me aseguré de comprar un DVD más barato —dijo él, poniendo el CD en el lector—. Pero hoy la galaxia se instalará en este humilde salón para que podamos contemplarla. ¿No es estupendo?
Kate rió de nuevo y Martha suspiró.
—Hoy será la excepción —le advirtió Alexis, que había vuelto de fregar los platos y se sentó en el sofá, al lado de su abuela y de Kate.
Rick apagó las luces y se sentó en el lado izquierdo del sofá, al lado de Kate.
La película pasó y poco a poco Castle se fue acomodando en el hombro de la inspectora, hasta quedarse dormido. Kate se dio cuenta de todo el proceso, primero la mano de él en su pierna, acariciándola, la cabeza del escritor sobre su hombro, la respiración de él acariciándola levemente, pausándose poco a poco... hasta que lo vio cerrar los ojos.
Kate suspiró, rodeando al escritor con su brazo. Alexis y Martha se inclinaron un poco para verla y esta les miró un poco ruborizada. Alexis le cogió la mano a la detective y le dijo algo que no esperaba oír de su boca.
—¿Te puedes quedar a dormir con mi padre? —preguntó en un susurro, Beckett abrió la boca sin saber como cerrarla.
—¿Qué? —tartamudeó la aludida, intentando no alzar la voz.
—Que si te puedes quedar a dormir con Richard, querida —siseó esta vez Martha. Kate iba de sorpresa en sorpresa—. Se que es una petición un poco... extraña. Pero algo me dice que si te vas, acabará despertándose y no dormirá —suspiró—. Al menos contigo descansa.
La detective tragó saliva antes de contestar.
—Martha yo...
—Por favor —la interrumpió la joven—. Se que has pasado todo el día con él, y que ayer pasaste la noche aquí, incomoda en el sofá del despacho, seguramente sin descansar lo necesario, pero... —no sabía como continuar para convencerla, así que posó su otra mano en la de ella y la miró con sinceridad—. Por favor, quedate a dormir con él.
Martha se acercó a su nieta para poder alcanzar las manos de la pelirroja, uniéndose en aquel gesto de súplica.
Kate miró hacia el suelo y asintió. Al instante, Alexis esbozó una sonrisa de alegría, al igual que su abuela, que tuvo que contenerse de abrazar a la detective por si despertaba a su hijo sin querer. Beckett tan solo se ruborizó más.
Con un sigilo extraordinario, Alexis apagó el televisor, Martha fue a por un par de mantas mientras Kate le quitaba los zapatos a Castle y, entre las tres, tumbaron a Rick en el sofá. Kate finalizó la operación colocándole una almohada y tapándole con cuidado. Castle estaba tan dormido que lo único que hizo fue ronronear cuando Kate se separó de su abrazo.
Una vez tumbado, Beckett se quedó allí, de pie, cruzada de brazos con las mejillas encendidas. Las pelirrojas no le quitaban ojo.
—Querida... —susurró la actriz, con cierto miedo a que la detective se retractara. Kate la miró y no hizo falta decir nada más—. Nos vamos arriba. Cualquier cosa, nos avisas —se acercó a ella y la abrazó. Alexis hizo lo mismo—. Buenas noches —dijeron ambas a la vez.
—Buenas noches —respondió Kate.
Alexis apagó la luz y subió seguida de su abuela. Cuando desaparecieron Kate suspiró. Aquello no se lo habría imaginado nunca. ¿Alexis y Martha pidiéndole que durmiera con Castle? Era surrealista.
Castle se removió entre sueños, con cara de pasarlo mal. Beckett se quitó los tacones y se acercó a él, haciéndose un hueco entre las sábanas para tumbándose a su lado, al filo del sofá, abrazando su espalda son sus brazos de forma protectora.
—Ya está... Tranquilo Rick —le susurró haciendo que Castle se relajara—. Estoy aquí —le siseaba al oído, acercándolo hacia ella—. Estoy aquí —repitió besando su hombro.
Desde la puerta de su dormitorio, en la planta de arriba, Alexis escuchaba la voz de la policía con una sonrisa.
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Estaba raro cap2 [05/05/2014]
Jessica Jessica Jessica...otra vez sin avisar? menos mal que tengo mis radares de chapubos fundionando perfectamente si no...no me enteraba se queedaaa a dooormiiiir vaaan a dooormiiir juntiitoooossss
Emm este capi ya te lo comente asi que no tengo mucho que decir solo lo mismo de siempre PREEEEEEEEEEEEEEEEMIIIOOOOOOOO escriibee muuchoo
BEEESOOOOSSSS (ahora a por 7777)
Emm este capi ya te lo comente asi que no tengo mucho que decir solo lo mismo de siempre PREEEEEEEEEEEEEEEEMIIIOOOOOOOO escriibee muuchoo
BEEESOOOOSSSS (ahora a por 7777)
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Temas similares
» ●Sólo contigo● ~Beckett y Castle~ (13/04/2014) ►Capítulo: 9◄
» "Always." (FINALIZADO CON 7 CAPÍTULOS) 26/02/2014 [Fan Fic ~Beckett & Castle]
» Diario De ... : CHARLOTTE [Cap4] (PAG 2 AL FINAL)
» Break Up (Caskett 2014)
» Sin titulo por ahora (He vuelto)
» "Always." (FINALIZADO CON 7 CAPÍTULOS) 26/02/2014 [Fan Fic ~Beckett & Castle]
» Diario De ... : CHARLOTTE [Cap4] (PAG 2 AL FINAL)
» Break Up (Caskett 2014)
» Sin titulo por ahora (He vuelto)
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.