"El Mareo" - Stanathan Real Person Fic

heyblueeyes escribió:

evameva124 escribió:dioosss es increiblee! escribes geniaal! Tu forma de expresarlo todo me toca la fibra sensible Me parece que cuando se enrollen va ser muuy ejem... si M:para mayores de 17 xddd

Me alegra que te parezca increíble; para mi también es increíble, porque tenía esta idea dando en mi cabeza desde hacía bastante tiempon y no me animaba a plasmarla en ninguna parte. Ese disclaimer (no sé cómo se dice la palabra en Español) lo pongo en casi todas mis historias, por las dudas... Igual yo antes de tener 17 entraba a los fics y los leía igual, así que tampoco espero que la gente se lo tome a pecho (?)

que vaa si confio en que estara genial! me muero de ganas de leerlo espero que escribas un nuevo capitulo pronto

heyblueeyes escribió:


Nota: El Español no es mi primer idioma, así que les ruego por favor sean pacientes conmigo y me señalen cualquier error de ortografía o gramática que encuentren. Mis padres son argentinos, así que el Español que aprendí es el que se habla en ese país.

No se que español estás utilizando, pero se entiende perfectamente, en España no se habla igual en todas partes, así que no te preocupes por eso. Continúa con tu historia por favor por qué es estupenda.

Otro capi porfaaa estña genial, te felicito, muy bien expresado¡¡

Sigueeeeeeeeeeee Sigueeeeeeeeeeeeeeee Sigueeeeeeeeeeeeeeee
YAYYYYYYYYYYYYYYYY
You should continue with this fic.. seriously is just amazing

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Yo también hacía lo mismo que tú. Leer esas historias a pesar de la advertencia y de tener menos de 17
Tampoco vamos a leer nada que no sepamos. Lo hayamos sentido o no.
Continua

La noche anterior a ese martes había dormido de a ratos, el sueño evadiéndola cruelmente, los sentimientos devorándola poco a poco, desgarrándola intensamente. Estaba llena de él, a tal punto que dentro de ella no había espacio para otra cosa: lo pensaba, lo imaginaba, lo deseaba, lo fantaseaba… El torbellino de emociones y sensaciones que la zamarreaba de un lado a otro le impedía descansar, apagar sus pensamientos, dejarse caer al vacío y quedar envuelta por la negrura, al menos un rato.

La mareaba.

Por eso había pasado la noche rodando de un borde de la cama al otro, enterrando la cara en las sábanas y las almohadas e imaginando que estaban empapadas con perfume de él, imaginando cómo sería dormir acurrucada a su lado, escuchando los latidos de su corazón. En las últimas semanas, pocas noches habían sido distintas a esa, pocas veces había caído rendida de cansancio luego de jornadas larguísimas, pocas noches había logrado descansar; pero incluso en esas escasas madrugadas no había conseguido escaparse de él, porque había estado escrito en cada segundo de las proyecciones de su inconsciente.

Detrás de un par de lentes oscuros escondía sus ojos verdes esa mañana en un intento de que no se notara lo exhausta que estaba. Ya se le estaban agotando las excusas y explicaciones para conformar a los técnicos, maquilladoras y colegas que le preguntaban si se sentía bien debido a su deplorable aspecto. No podía contestarles con la verdad, por supuesto que no. ¿Qué iba a decirles?, ¿’estoy pálida y ojerosa porque me enfermé de amor y no sé qué hacer y paso toda la noche pensando en él y sonriendo como una tonta imaginándome cuál será el sabor exacto de sus besos’? Le causaba gracia conjurar una escena mental en la que le decía esas palabras – o una variable de ellas – a otro ser humano; hasta ahora sus confesiones de mujer enloquecida por un hombre que no la correspondía habían sido hechas únicamente a las hojas de papel de un cuaderno viejo, donde con su letra prolija volcaba un poco de ese mar que dentro suyo se desbordaba cada vez que se miraban, cada vez que se sonreían, cada vez que se tocaban, cada vez que respiraban el mismo aire.

Estaba perdiendo el control de sí misma, de eso no había duda.

Por culpa de él ya no podía dormir como una persona normal.

Por culpa de él sus patrones de sueño estaban trastornados.

Por culpa de él los días se habían convertido en una suma de horas dedicadas a admirarlo en silencio y secretamente, y las noches en una mezcla de minutos inexactos dedicados a yacer inquieta con los ojos clavados en el cielo raso o el rostro enterrado en la almohada del lado opuesto en el que ella solía dormir antes (la almohada que usaría él si durmieran juntos, en su cama), permitiendo que todo ese amor inconmensurable la devorara de a pedacitos.

Era grave.

Su enamoramiento era, decididamente, grave.

A veces cuando él le preguntaba por qué lucía tan cansada, por qué estaba tan ojerosa o por qué tenía el aspecto de alguien que estuvo toda la noche peleándose con la almohada, tratando de conciliar un sueño esquivo y malvado, ella tenía ganas de contestarle con la verdad: ‘te pienso todo el tiempo, me partís la cabeza, me consumís, me desgarrás, con cada gesto y cada cosa que hacés o decís me enamoro más perdidamente de vos, y no sé qué hacer ni con vos ni conmigo ni con mis sentimientos. Estoy enferma de amor y mi enfermedad tiene nombre y apellido: tu nombre y tu apellido’.

Pero siempre se contenía.

Siempre se mordía la lengua.

Se tragaba las palabras.

Se quedaba con el sabor amargo en la boca.

Y la enfermedad seguía avanzando.

Los síntomas se volvían peores.

Y ella se enamoraba más y más.

Estaba enamorada hasta los huesos de un hombre que la veía como a una compañera más, una colega, una actriz con la que compartía la fama y el éxito, nada especial, nada distintos, nada significativo.

Y eso la partía en dos.

Y eso la mareaba.

Y eso le quitaba el sueño.

Y cuando aquél martes por la mañana él le dio los buenos días y comentó que lucía más cansada y débil que de costumbre (porque ‘cansada’ y ‘débil’ y ‘ojerosa’ y ‘pálida’ y ‘un poco triste’ se habían convertido en adjetivos ideales para describirla desde que perdía todas sus madrugadas escribiendo en su mente historias de amor dulces que los tenían a los dos como protagonistas) ella tuvo que morderse los labios con fuerza para que no se le escapara desde el fondo de su alma una frase como ‘no duermo porque mi cerebro se rehúsa a apagarse por un rato y dejar de pensarte, y cuando el muy caprichoso me permite dormir me tortura dulcemente fabricando sueños en los que hacemos el amor’.

No le dijo nada.

Otra vez se guardó las palabras.

Las guardó dentro suyo para después purgarlas escribiendo largos párrafos sobre su amor no correspondido.

Porque creía que él no tenía interés alguno en ella.

Porque creía que él no la miraba de manera distinta a como miraba a cualquier otra compañera.

Porque creía que él rechazaría cualquier intento de su parte de conocerse más.

Se limitó a contestarla cualquier tontería, otra excusa, otra mentira, para escapar de la situación.

No sospechaba que la noche anterior él tampoco había pegado un ojo: había estado ocupado perdiendo el tiempo con otra mujer, tratando de olvidarla a ella, tratando de sacársela de la cabeza.

Porque él, al igual que ella, también tenía miedo.

Eran miedos distintos, claro.

Pero miedos al fin.




Tengo el contorno de toda la historia planeado, pero a rasgos generales. Si quieren ver algo en especial, o les gustaría que escribiera algo en espacial, estoy abierta a todo tipo de propuestas

me encanta ojala le continues y no nos hagas esperar como los tros malvados que nos haces esperar una eternidad para leer apenas 1 capi xD

.:DaNu:. escribió:me encanta ojala le continues y no nos hagas esperar como los tros malvados que nos haces esperar una eternidad para leer apenas 1 capi xD

Cuando no estoy estudiando, escribo tan rápido como puedo. Mi idea es postear un capítulo por día, pero veremos cómo van las cosas, porque tengo que combinar mis horas de escritura con mis horas de estudio. Me alegra que esté gustándote la historia

genial me gusta tu historia gracias por subir

Teresita_yocastle$$NYPD escribió:genial me gusta tu historia gracias por subir

Gracias por leer

Y cualquier sugerencia que tengan, ¡siempre es bienvenida!

para no ser tu lengua nativa el español escribes muy bien...

me leí todito hoy el fic este, me gusto vamos a ver como sigue

I love It
keep the good work!

laura88 escribió:I love It
keep the good work!

I've got chapter 3 on the works right now. It'll be posted in an hour or two! Thank you for reading and reviewing!

¡¡¡ME ENCANTA!!!

La intensidad del mal que creía estar ahorrándole a ella era sólo comparable a la intensidad del mal que como consecuencia de su ‘sacrificio’ estaba padeciendo él (por ‘sacrificio’ entiéndase: enredarse bajo las sábanas de la cama de algún cuarto de hotel con alguna de sus ‘amigas con derecho a roce’ en lugar de darse el gusto de enredarla a ella bajo sus sábanas). Llevaba varias noches sin poder dormir, todas desperdiciadas tumbado semidesnudo junto a algún cuerpo tibio, sin satisfacción física o emocional, pendiendo del borde del precipicio, sujetándose apenas con las yemas de sus dedos, su cerebro funcionando a la velocidad de la luz, consumido por una necesidad que estaba comenzando a mutar en obsesión.

Mientras tenía sexo con la muñeca Barbie de carne y hueso de turno, sus sentidos agudizados se habían empecinado en torturarlo, la media botella de alcohol previamente consumida volviéndoles la tarea incluso más fácil.

Siempre era lo mismo: la imagen borrosa en sus retinas se distorsionaba hasta confundirlo y hacerle creer que era ella la mujer temblando debajo de él, que era de ella el cuello que estaba devorando a mordiscos, que eran suyos los gemidos y jadeos abriendo surcos en el silencio de la habitación como abrían surcos sus uñas en la piel de su espalda. La besaba y acariciaba en sitios que en sus fantasías eran zonas sensibles que a ella la volverían loca en segundos, como si sus manos y su boca estuvieran tratando de moldearla – prisioneras de un rapto de locura temporal – hasta convertirla en ella, hasta convertir a la rubia escultural y voluptuosa con su cuerpo tallado en plástico en la actriz joven, delgada y de cabello oscuro que empapaba su mente mientras él se empapaba de otra.

Pero al acabar se sentía vacío, insignificante, con más ganas de ella que antes. Y así permanecía siempre – vacío, insignificante, atormentado por las ganas insaciables – durante lo que le quedara a la madrugada.

Ese era el caso desde hacía varios meses.

Ese había sido el caso la noche anterior a aquél martes.

No aguantaba más así.

Ya estaba tornándose enfermizo e insoportable.

Algo debe quedar en claro: él no la amaba (no aún; faltaba mucho para que la amara, faltaba mucho para que la adorara). Él, por regla general, no amaba. Ninguna mujer había logrado domarlo o cambiarlo y Stana Katic no sería la excepción (al menos eso pensaba él al principio). Simplemente la deseaba, mucho más de lo que había deseado alguna vez a cualquier otra.

Estaba obsesionado con ella, obsesionado a tal punto que todas sus energías estaban focalizadas en ella: su boca, sus ojos, su piel, su perfume, su voz, su sonrisa, su risa, sus curvas, su boca, su lengua, sus dientes, su perfecta y delicada espina dorsal…

Estaba obsesionado con ella.

Y ya no aguantaba más.

Para un hombre acostumbrado a tener a cualquier mujer comiendo de la palma de su mano, arrodillada a sus pies rogando por algo de su atención, estaba resultando tremendamente frustrante tener que servirse de un sinfín de modelitos rubias en su afán por cubrir la enorme, terrible, gigante necesidad de ella que se había instalado allí segundos después de conocerla.

¿Por qué no se sacaba las ganas con ella? ¿Por qué no chasqueaba los dedos para tenerla arrodillada a sus pies rogándole un poco? ¿Por qué no la hechizaba con una sonrisa y le murmuraba unas cuantas estupideces al oído hasta lograr tenerla semidesnuda acorralada contra una pared?

Porque tenía miedo.

Sí, tenía miedo.

Temía lastimarla.

Temía hacerle daño.

Temía herirla.

Temía las consecuencias.

Temía quebrarle el alma.

Temía partirle el corazón.

Estaba sacrificándose él para protegerla a ella.

Estaba privándose de algo que deseaba hasta la locura para protegerla a ella.

¿Protegerla de qué?

Protegerla de él.

Esa era una de sus reglas fundamentales – siempre lo había sido – y no pensaba quebrarla; un desliz, un paso en falso, una decisión mal tomada, todo ello acarrearía consigo consecuencias graves con las que no tenía ganas de lidiar ni aptitudes para ello.

Esa era una de sus reglas fundamentales: jamás tengas sexo con una mujer abiertamente enamorada de vos.

Aquella noche en New York habría acabado del otro lado de la puerta si él no se hubiera percatado de cómo ella lo miraba, cómo le sonreía, la atención con la que lo escuchaba, lo pendiente que estaba de cada palabra que salía de su boca, la adoración y embelesamiento plasmados en su carita de muñeca…

Ella estaba enamorada de él.

En algún momento, en algún instante, de alguna manera, su compañera de elenco se había enamorado de él.

Y por mucho que la deseara, por mucho que fantaseara con ella, por mucho que estuviera partiéndola la cabeza al medio, por mucho que tuviera ganas de besarla y acariciarla palmo a palmo, por muy obsesionado que estuviera con ese par de piernas larguísimas y esos intrigantes ojos verdes, no podía tenerla, porque ella estaba enamorada de él, y él no estaba dispuesto a romper las reglas.

me encanta, cada vez se pone mas intrigrante este fic, lo describes muy poetico y detalladamente

.:DaNu:. escribió:me encanta, cada vez se pone mas intrigrante este fic, lo describes muy poetico y detalladamente

Espero poder seguir haciéndolo intrigante e interesante.

sólo una cosa... Me encanta!

genial me gusta mucho tu historiaaaaaaaaaaaaaa

Ya esos tienen que pasar al siguiente nivel sino se van a morir de deseo

please upload soon!

este fic me deja sin aliento de verdad en una palabra.... sublime .... me encanta

Súper fic la verdad y te expresas muy bien me encanta