I Love This Game

sigueeee

Uno pequeño, un saludo!

El segundo y tercer día pasaron sin muchos avances en la investigación ya que todas las pesquisas destinadas a corroborar cuartadas de los seres más cercanos, así como descartar los motivos más comunes como intento de robo, crimen pasional, etc… Fueron 48 horas eternas donde el trabajo policial era de lo menos apasionante para Castle y todo ello aderezado por ese latente frialdad de su compañera. Ante este hecho Richard Castle no pudo hacer otra cosa que asumir estoicamente que esos días no iban a ser los más emocionantes de su estancia como asesor del Departamento de Policía de Nueva York. Sin embargo permaneció inasequible al desaliento e incluso en algún momento rellenó algo de papeleo para complacer a Beckett y si albergo alguna esperanza de arrancar un mínimo de acercamiento para su compañera, su resultado fue un auténtico fracaso.
Tras acabar ese tercer día de investigación, el equipo tuvo una pequeña reunión donde decidieron dedicar el día siguiente a investigar a fondo la figura del señor Brandon, cuestión que incluía tanto a su familia, como a sus compañeros y a todo el material de su casa y despacho.
Después de concretada la tarea para el día siguiente, la capitana Gates continuo con su discurso divagando sobre las cuestiones de especial sensibilidad con la presencia y la ciudadanía, cuando Beckett aburrida sintió una mira vigilándole, pudo imaginar de quien era, pero no pudo girarse a averiguarlo porque algo en el discurso de la capitana Gates llamó su atención, y cuál fue sorpresa, cuando escucho de Gates, unas palabras de agradecimiento a Richard Castle por haber contribuido tanto económicamente como con sus influencias con el alcalde para equipar a la comisaría Nº 12 con unos modernos Smarthphones equipados con las aplicaciones más modernas al alcance de la policía.
Gates dio por finalizo el día, y el equipo de homicidios se disolvió, acto seguido Beckett se volvió en busca de Castle un poco molesta por lo que ella entendió como otra nueva y borda formar de ganar puntos, sin embargo no encontró a Castle donde antes creyó adivinar aquellos ojos mirándole fijamente. Pregunto a Ryan y Exposito por el paradero de Castle y ambos le contestaron que cuando la capitana Gates empezó a comentar sobre la adquisición de los nuevos teléfonos, Castle se giró, les sonrió circunspecto y se encamino hacia el ascensor.
Kate recogió rápidamente sus cosas para intentar interceptar a la salida a Castle, y es que aunque se resistiese a reconocerlo esa actitud de Castle le había dejado turbada.
No encontró a rastro de Richard en la salida de la comisaría ni aledaños, así que dio un hondo suspiro y se dirigió a su casa.
Cuando salió del ascensor de su casa toda cargada con la bolsa del trabajo, la bolsa con la cena que había comprado en el chino de la esquina y toda la correspondencia de su buzón y apurada al máximo, agradeció aquella voz que le susurro un “espera que te ayudo”. Cuando consiguió liberar la mano con la que cargaba la comida y la correspondencia se dispuso a agradecer a ese hombre a ese amable hombre la ayuda dispensada.
- Muchas gracias por su ay… -Kate no pudo acabar la frase al comprobar que el buen samaritano era Castle-.
Castle respondió con un lacónico “de nada” mientras se dirigía a la puerta del departamento de Beckett. Ella lo siguió casi por defecto y abrió la puerta del departamento, cuando depositaron todo en su sitio, Castle se encamino hacia la ventana y se quedó apoyado en el marco con la mirada perdida en el cielo de Nueva York. Al cabo de unos segundos que a una insegura Beckett le parecieron horas, Castle pareció salir de su ensimismamiento y fue a sentarse al sofá mientras le decía a Kate:
- No te parece que tenemos que hablar ¿?. Dijo mientras se dejaba caer en el sofá de Beckett.

Sigueee.

sigueeeeeeee

Qué lío tengo en la cabeza, huy,huy,huyyyyy, que no se como van a terminar éstos, si en la cama o como el rosario de la aurora¡¡¡¡¡, SIGUE PRONTO PORQUE NO SE POR DONDE METER MANO AL TEMA. BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS

Una vez acomodado en el sofá, Castle pareció volver a perder la mirada en el infinito, sin embargo al recostarse sobre su espalda, con un gesto cansado miró a Beckett de una forma tan turbadora que Kate se encogió de hombros y tuvo que volverse hacia la cocina. Cuando llego a la cocina todavía podía sentir la mirada de Castle esperando sus respuestas asi que Kate se armó de todo el valor posible, y tras coger dos cervezas de la nevera, volvió al salón y ofreciéndole una Castle se sentó al lado suyo.
Mientras Castle se acercaba a la mesilla para abrir su cerveza y empezar su pequeño ritual de de quitar todas las etiquetas de la cerveza, Kate lo imitó y cuando ambos hubieron acabaron de desnudar sus cervezas, empezaron a desnudar sus sentimientos.
• Mira Castle, quiero que perdones toda mi actitud durante estos días, sé que no he sido la persona más amable del mundo, ni tan siquiera la más educada de la ciudad, pero este caso ha removido varios sentimientos del pasado que creía tener superados. –Dijo Kate.
Castle le cogió la mano y mirándole a los ojos le espetó a Beckett. – Comprendo que puedas tener todas esas emociones. ¡Caray! Es que es lógico que tengas esas emociones Kate, al fin y al cabo eres un ser humano. Lo que me está verdaderamente desconcertando es que pagues conmigo esos platos rotos…
Castle no pudo continuar su frase ya que Kate le replicó con furia “Castle, no pago platos rotos con nadie, tu solito te encargas de romperlos, últimamente no das pie con bola y pareces más obsesionado con detalles sin importancia para tus libros que ayudarme en mi trabajo”.
- Lo siento Kate… -Dijo brevemente, para después apuntillar. –No puedo consentir que me eches en cara esto porque desde el minuto uno de este caso, no he hecho más que intentar complacerte y tu cada vez te has ido alejando más y más entre reproches basado en tus propios sentimientos que en cosas que verdaderamente yo hubiera provocado. Y te vuelvo a repetir Kate, que lo siento y que lo único que puedo hacer es seguir aquí para cuando quieras dejarme de reprocharme cosas y juntes el valor para contarme esos sentimientos que verdaderamente son los que están haciéndote daño.
Cuando Castle acabo de decir su parte, observo fijamente a Kate y vió en ella la mirada perdida que instantes antes había tenido él mientras miraba por la ventana. Adivinó en sus ojos un cierto temblor y un ligero brillo fruto de unas emociones que estaban pidiendo a gritos salir, solo que en ese momento, él no estaba seguro de si de verdad quería conocer esas emociones. La duda duró solo un instante, él siempre iba a estar ahí y parte de ese contrato era saber y sobretodo entender esos que hacían a aquella detective neoyorkina una persona tan especial en su vida.
• Yo eh yo, Castle… Balbuceó Kate.
• Castle yo… no sé cómo decirte esto, pero tú estabas raro y yo confundida Castle, en realidad no sabía cómo podía tener lo que quería y todo me daba vueltas Castle. Lo deje ahí aparcado Castle, pero luego llego el caso del señor Brandon y tenía la nacionalidad británica y encima también me revoloteaban los recuerdos de los partidos que fui a ver con mi madre y tú no parabas de meter la pata al principio del caso y se me acumuló todo y estaba al límite.
- Kate, sinceramente no te estoy entendiendo, háblame por favor, estoy aquí y ahora, soy yo… Por favor Kate… Dijo Castle con todo el tono de cariño que le salió del corazón.
• Richard ¿te acuerdas del Detective-Inspector Colin Hunt de Scotland Yard?.
- Sí. Respondió un asombrado Castle.
• ¿Y te acuerdas que por aquella época no parabas de pasearte con despampanantes rubias modelos y azafatas por la comisaría y los escenarios de crímenes?.
- Si. Respondio nuevamente Castle, solo que esta vez ya más en guardia por los caminos que estaba llevando esa conversación.
• Pues en aquella época Richard, yo te necesitaba a mi lado, casos como aquella explosión en Wall Street removieron muchas cosas aquí dentro (dijo Beckett señalándose el corazón), y tú estabas paseándote con aquellas chicas y el Detective-Inspector Hunt estaba allí y me invito a tomar una copa antes de tomar su vuelo… –Beckett no pudo añadir más a su explicación salvo mirar a Castle con las lágrimas brotándole de los ojos.
- Kate me estás diciendo que te acostaste aquella noche con “Mister ScotlandYard” ¿?. Apuntilló Castle con un punto irónico.
• Si Richard, como ya te he dicho tu ibas paseand…
De repente la mano de Castle apareció en la nuca de Kate y esta sintió como con un suave moviento estaba siendo atraiada hacia los brazos de Castle y ella no pudo oponer resistencia ninguna. Cuando Castle termino de abrazarla por completo sintió los sollozos de Beckett y sintió un pinchazo en su corazón, y se juró que nunca más podría vería a esa chica así de desvalida y desprotegida por su culpa y tras apretar más contra su cuerpo a su temblorosa compañera dijo.
- Kate, me estás diciendo en serio que me has tenido a pan y agua todos estos días tanto en el trabajo como en casa, porque este caso te ha recordado que cuando aún no salíamos juntos te acostaste con un hombre y no me lo habías contado. Es eso¿?. –Respondió Castle.
Beckett asomo la cabeza todo lo que dejo librarse el abrazo de oso de Castle y asintió levemente.
- Kate, por favor, creía que me conocías un poco mejor, no es mi estilo ponerme en plan “macho alfa de la manada” y desterrar a las hembras que no se ciñeron solo a mí. Salíamos juntos en ese momento¿? Nuestro acuerdo de escritor-musa decía algo sobre fidelidad¿? Si la respuesta es NO, no entiendo que tu misma le dieses vueltas a todo esto. –Dijo Castle
Sin embargo el silencio se apodero de la pareja mientras continuaban tan abrazos y apretados como si no fuese a haber un mañana.
Castle rompió el silencio de la estancia preguntado a Beckett si quería cenar, esta le replico que no tenía mucha hambre, sin embargo Castle haciendo gala de su habitual labia consiguió que ambos cenaran mientras hablaban vacíamente sobre la posibilidad de probar la comida argentina muy de moda por un asador porteño que estaba adquiriendo mucha fama en la ciudad. Una vez finalizada la cena y recogida la mesa, Castle comenzó a allanar el terreno para irse del apartamento de Beckett y que su hija estuviera esa noche durmiendo en su casa, le dio la cuartada perfecta para abandonar la casa de Kate, no sin antes asegurarse de dejarla arropada en la cama y con una leve sonrisa tras besarla suavemente en la boca y despedirse mientras se alejaba caminando de espaldas y le cantaba una “nana” de buenas noches.
Mientras tomaba el ascensor Castle, comenzó a darle muchas vueltas a esa conversación que había tenido lugar y tras darse de bruces con una anónima persona, se dio cuenta que vagaba sin rumbo por la calle, mientras intentaba analizar lo ocurrido en el piso de Beckett.
Misteriosamente en el lugar del encontronazo con el anónimo transeúnte había un bar, al cual, Castle entró y pidió un Jack Daniels con hielo.
Su cabeza siguió dando vueltas durante 3 Jack Daniels más sin embargo en un momento, algo cambió en su cabeza y sintió que renacia por momentos…

Miro su vaso vacío y le dijo al camarero que le sirviera otro Jack Daniels, se lo bebió de un trago, pago su cuenta y Richard Castle salió por la puerta.

Sigueeeeeeeee

sigueloooo