Coitus Interruptus [12/12] -Acabado-

Llevaba dos días sin saber de él. No había contestado a sus llamadas y después de mucho intentarlo él había apagado su móvil. Ni siquiera había abierto la puerta tras un vago intento de asaltar su casa. Golpeó la puerta durante horas sin obtener respuesta. Suspiró. Nadie sabía nada de él. Ante Gates había alegado que estaba enfermo. Los chicos no hacían más que preguntar a Beckett que demonios le pasaba a Castle pero ella era incapaz de contestarles que tenía el orgullo tan herido que no era capaz de dar la cara. Lanie tampoco sabía nada.

Ya no sabía que hacer… al final tendría que recurrir a la fuerza, y si hacía falta tiraría la puerta abajo con tal de hablar con él.

De nuevo, tras salir de comisaría, ahí estaba plantada frente la puerta de casa de Castle.

Tocó suavemente y escuchó como una melodía se apagaba al otro lado.

Volvió a golpear con sus nudillos.

-Ok, Rick, como no abras la maldita puerta la tiro abajo.

No hubo respuesta.

-Ok… le pienso hacer un agujero a tu cerradura… ¡Estoy sacando el arma!

Tras varios segundos donde la detective llevo su mano a la funda de su glock, se abrió la puerta.

Al otro lado, Richard Castle era una sombra del verdadero Richard Castle.

Estaba en pijama y bata, despeinado y con unas pronunciadas ojeras.

Mientras tanto, ella llevaba su abrigo azul con mangas de cuero. Era su favorito y también el de Castle. Llevaba tacones negros, altos, suela roja, sin duda los Laboutin que Castle le había regalado hacía unas semanas.

El cabello lo llevaba suelto e iba más maquillada que de costumbre.

Beckett avanzó haciendo que este se apartara, antes que se arrepintiera de tenerla ahí y cerró la puerta detrás de si.

Castle se dio la vuelta y fue al sofá. En la mesita había unas cuantas cajas de pizza vacías, un par de latas de refrescos y envoltorios de chicles y chucherias en general.

-¿Querías tener una sobredosis de Carbo hidratos y azúcar?

Castle hizo una mueca como respuesta.

Beckett alargó la mano y acarició sus dedos y su brazo. Castle se tensó.

-Venga ya, Rick, no es para tanto…

Castle le dio una severa mirada.

-Ok, es importante…pero si no me hablas no se como te sientes.

Castle suspiró. Beckett le imitó. Miró alrededor suyo.

-¿Has escrito?

Castle negó.

-Estoy en crisis…-se excusó-estoy planteándome si realmente debo seguir escribiendo por que no me conduce a ningún lado, y nada me sale bien…

-No puedes hablar en serio.

-¡Si, si que hablo en serio!

-¡Richard no puedes estar así por esto!-señaló su entrepierna-¡Fue algo puntual!

Castle frunció el ceño. Beckett sólo le llamaba Richard cuando realmente se enfadaba y mucho. Se mordió el labio.

-Sólo fue una cadena de accidentes…ya esta…-Beckett se acomodó mejor-No debes preocuparte.

Castle tragó saliva y miró a la detective.

-He intentado…agitar antes de usar como un refresco… he intentado concentrarme en el porno… leer algo erotico… ¡Nada! ¡Ha muerto! ¡Desde el desastroso record de 10 segundos ha muerto!

Beckett se mordió el labio y se levantó. Castle se asustó. La vio alejarse y por un momento su corazón se paralizó. Pensó que la había perdido. Que no quería saber más de él, un pobre patán que estaba deprimido por problemas de erección y eyaculador precoz.

No obstante, se quedó paralizado al ver como Kate se giró y le miró con una sonrisa traviesa curvando sus labios. Castle frunció el ceño apenas sin comprender hasta que la detective subió la pierna a la mesa del centro, haciendo un ruido sordo al clavar el tacón sobre la superficie.

Su pierna, larga, libre de pantalón alguno pero con medias de color negro, bien ceñidas, estilizada por esos magníficos tacones hacía un ángulo perfecto con su rodilla flexionada y sus manos en jarra mirándole casi acusadoramente.

-¿Qué…?

-Vas a mantenerte callado y en silencio. Veremos a ver que problema pasa contigo-Beckett fue seria y directa. Tan dura como en sus interrogatorios, sin una pizca de duda.

Castle asintió rápido y se acomodó en el sofá mirándola. La detective agarró el mando a distancia del reproductor de música que sonaba por toda la casa y le dio al play. Se lo tiró a Castle que acababa de recuperar el interés, y no apartaba la mirada de ella.

Sexy Back de Justin Timberlake comenzó a sonar a todo volumen.

Castle miró impresionado como su novia empezaba a moverse al ritmo de la música, moviendo las caderas con destreza, sin deshacerse de una sola prenda.

Beckett se dio la vuelta mientras movía sus manos para deshacerse del cinturón. Se deshizo de él y se dio la vuelta para tirárselo a Castle. Aún faltaban los botones, empezó a desabotonarlos uno a uno sin apartar la mirada del escritor mientras se mordía el labio inferior.

Terminó de los botones del abrigo y lo abrió. Por un segundo pensó que los ojos de Castle se saldrían de sus orbitas. La detective estaba frente a él con tan sólo un sujetador de encaje, finísimo, con transparencias y de color negro, a juego con unas minúsculas braguitas del mismo estilo y un liguero que sujetaba las medias del mismo color.

Con destreza se quitó una manga del abrigo, jugando con él, se quitó la otra y lo dejó caer, deslizándose por su cuerpo hasta el suelo.

Beckett lo pateó suavemente mientras seguía moviéndose frente a Castle.

Éste estaba disfrutando del espectáculo. No todos los días tenía uno a la detective Kate Beckett en lencería haciendo un baile erótico.

Dio media vuelta y movió el trasero con sensualidad. Se lamió la mano mientras miraba atenta a cada reacción de Castle y mirándole por encima del hombro, se dio un azote en una de sus nalgas, haciendo que el hombre se removiera incómodo y que el pijama mostrara el grado de excitación del escritor.

Se acercó poniéndose frente a él y tomó su mano para que pudiera tocarla sin tener apenas que moverse. Hizo que acariciara el valle de entre sus pechos, justo encima de su cicatriz. A continuación bajó por su estomago y regresó hacia el norte acariciándose los senos con los dedos expertos de Richard.

Acercó su mano a su boca y succionó los dedos de él, sin dejar de mirarle. Aquello era demasiado para él, pero por lo menos ya sabía tres cosas: 1. Estaba loco por ella. 2. Tenía una erección enorme. 3. Aún no se había corrido. Ya no era un adolescente.

Beckett separó la mano de él de su rostro y se giró moviendo su trasero y le miró con una sensualidad que le volvía loco. Se quedó apenas quieta, de espaldas a él pero sin apartar la mirada.

-Vamos… hazlo-dijo con tono sensual, esperando que la azotara. Él estaba dudando.-Vamos Ricky…

Segundos después de provocarle con ese "Ricky", notaba la mano de él chocar contra su mano derecha sin demasiada fuerza. Gimió para torturarlo un poquito más.

-¿Eso es todo, cariño? ¿Tú…que tienes palabra de seguridad…?-puso cara de niña buena mientras decía eso, y al segundo, otra nalgada algo más fuerte haciendo que gimiera un poquito más alto.

-Dios, Kate…me estas matando-tragó saliva con fuerza. Apenas tenía voz para hablar.

Ésta vez, Beckett no subió su pie a la mesa; clavó su tacón en el sofá, entre las piernas de Castle que se movió hacia atrás, pegando su espalda al respaldo.

El escritor acarició su pierna y se deshizo del zapato. Beckett repitió el gesto, pero esta vez, con la suela del zapato acarició levemente la enorme erección que se marcaba contra el pantalón del pijama y antes de separarse, hizo apenas presión haciendo que el escritor gimiera roncamente.

Se separó de él ya descalza y Castle soltó el aire cuando la vio acariciar sus senos por encima de la tela del sostén. Bajó sus manos y acarició sobre su pubis.

-Oh…dios.-Ya no podía decir nada coherente ante el espectáculo de tener a aquella mujer, así ante él, semi desnuda.

Su vista se nubló de tanto deseo, Beckett bailaba sensualmente delante de él. Tanteó durante un segundo su miembro endurecido para seguir con la visión más magnifica que podía tener.

Alzó una ceja al ver como la detective se estaba animando, tal vez más de la cuenta, al acercar el perchero que había al lado de la puerta, no obstante su cara se iluminó al ver como tanteaba con sus manos la fina barra y empezaba a moverse de arriba abajo, agachándose mientras abría sus piernas delante de Castle.

Subió y giró sobre si misma, tal vez sobre excitada, pasó una mano y otra por la barra y se echó hacia atrás sin calcular que su mano aún no había agarrado la barra, resbalando. Trastabilló con su propio pie. Castle sonrió y su cara cambió a una de asombro, aguantó la risa que luchaba por escapar desde lo más fondo de su ser. Su cara era un poema entre divertido, asombrado, asustado, preocupado.

Se levantó rápido a ayudarla mientras Beckett intentaba levantarse.

-No puedo…dios…como duele-dijo Kate entre una risa de nerviosismo por el ridículo realizado al meterse semejante ostia frente a Castle y en ropa interior, y un deje de disgusto y enfado.

Intentó poner el pie izquierdo en el suelo y darse impulso pero aclamó de dolor y se dejó caer, quedando extendida en el suelo.

El sonido que salió de su garganta fue gutural, casi parecido a un gemido.

-Kate…no grites de esa forma que me pones a cien.

-¿A CIEN? CIEN GUANTAZOS TE VOY A DAR-contestó la detective notando como su tobillo cada vez estaba más hinchado y de un color más oscuro-¡Me duele!

Castle la ayudaba a levantarse sin apoyar su pie pero ladeó su cabeza para tener una mejor visión de… sus pechos.

-¡Castle! ¡Deja de mirarme las tetas y céntrate en mi tobillo!-gritó desesperada. Se arrastró como pudo, negándose a la ayuda de su novio y apoyó su espalda en el sofá. Castle se sentó a su lado. -¿Cómo lo ves?-gimió al moverlo un poco-¿Está roto?.

Castle acarició su tobillo, al no llevar nada se veía muchísimo la bola que ahora tenía por tobillo, medio amoratado… pero su piel era tan suave.

-¿Rick?

-¿Hmmm?-Deslizó una mano por la planta del pie de ella. Beckett estaba casi llorando. Le dolía y aún así no se perdía como él estaba intentando ser tierno, llevaba cuidado en cada una de sus caricias, por lo que no esperó lo siguiente: Sin pensarlo, Castle estiró su pie completamente, sintiendo un clajido y acto seguido el grito de Beckett se pudo escuchar por todo el edificio.-Ya está… no estaba roto. Una lágrima se deslizó por la mejilla de la detective.

-Esto lo investigué para uno de mis libros…

-¿Por lo menos fue con un doctor de verdad?

Castle la miró inocentemente.

-Veterinario.

Beckett apretó sus labios.

-Llama a Lanie, o llévame a urgencias.

* * *

-¿Me pasas el refresco?-

Castle cogió la lata y se la tendió a su novia mientras colocaba el bol de las palomitas en medio y ésta atacó de inmediato mientras veían una película.

Beckett se acurrucó mejor contra Castle, mientras acariciaba su mano y su pie reposaba sobre la mesa. Agarró un palo y lo metió por la venda, casi a la altura de la rodilla, rascándose con gusto mientras Castle intentaba aguantar la risa. La detective con shorts y camiseta ancha disfrutaba de una tarde completamente de reposo.

Aun le quedaban dos días más y completaría su semana sin hacer absolutamente nada tras el accidentado encuentro que habían tenido, decidiendo así pausar sus ansias por hacer el amor y esperar a que los planetas estuvieran alineados y les dieran el beneplácito, para por fin experimentar todo el placer que estaban esperando disfrutar el uno en los brazos del otro desde hacía años.

No obstante y a pesar de todo, estaban disfrutando de esa semana de descanso, desde el lado positivo habían descubierto que si no intentaban hacerlo esa semana, sería una semana sin accidentes y sin tener que dar explicaciones a nadie, y sin soportar las burlas de sus compañeros y amigos.