Come Back. 11. FINAL (22/02/14)

Bueno, aquí traigo una nueva historia, ya sé que tengo la de los zombies, pero, ahora que tengo tiempo libre y tenía esta idea desde hace un tiempo, decidí subirla, en unos momentos subiré un nuevo capi de "Kidnapped", espero coments




—Me alegra verla por aquí de nuevo, detective Beckett—Sonrió Gates—Sólo espero que esta vez se quede para siempre.
—No lo dude, señor, para eso he venido—Washington fue un gran error.—Contestó ella.

Victoria la miró con compasión, como si la comprendiese, demostrando un pequeño atisbo de madre con la detective.—Me alegra oír eso. Aquí tiene su placa, tendrá que hacer unas pruebas de tiro— Aunque sé que está perfectamente capacitada.—Aclaró haciendo una leve pausa al mismo tiempo que se colocaba las gafas sobre su pelo negro azabache que contrastaba con la americana roja en la que iba enfundada.—Es un simple protocolo.
—Lo sé—Respondió.—Gracias señor—Dicho esto, la ahora detective, volvió a colocarse su placa en el cinturón y abandonó el despacho.

—¿Beckett?—Preguntó una voz masculina en su espalda.
—Castle...—Susurró ella; esbozando una sonrisa sin que el escritor  se diese cuenta.
—¿Qué haces aquí?
—He vuelto—Le respondió mientras se giraba, mirándolo suplicante ante su silencio.
—Yo...—Ella se llevó una mano al pelo, despeinándose inconscientemente, se había quedado en blanco, todo lo que había ensayado en su casa se había esfumado, justo cuando estaban cara a cara.


Castle observaba melancólico la ciudad de Washington, apoyado en la repisa de la ventana, mientras miraba su reloj una y otra vez. No le gustaba esa vida, el tener que pedir un deseo a una estrella fugaz para que ella volviese a casa antes de la madrugada. Llevaba semanas sin verla, sin disfrutar de ella, sin poder tocarla ni besarla, hablaban por teléfono, pero, no era lo mismo.

Ella estaba de ciudad en ciudad, y nada más resolver un caso ya les asignaban uno nuevo, no podía seguir así, esperándola hasta las tantas para solo recibir un beso por su parte. La echaba de menos, a ella, a su Kate.

El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos, volviéndose para observarla entrar, observar el sigilo con el que dejaba el abrigo en la percha y se dirigía a la cocina para tomarse algo de comer, pensando que él estaba dormido.

—Hola—Susurró haciendo que ella diese un respingo y por poco tirase el sándwich de pollo que engullía con ansia.
—¡Rick!—Exclamó.—Que susto me has dado...—Él se encogió de hombros—Deberías estar durmiendo, necesitas descansar...—Le recriminó.
—Ya, y tú...Dime, ¿Cuánto tiempo llevas sin comer?, por como te comías ese sándwich, yo diría que muuucho—Enfatizó esto último, cruzándose de brazos.
—Rick...—La agente especial miró su reloj de pulsera—Son las cuatro de la mañana, no tengo ganas de discutir...—Suspiró aclarándose los ojos.—Estoy cansada...

—Ya, bueno, pero resulta.—Hizo una pausa.—Que es la única hora en la que puedo ver a mi futura prometida.—Dijo y se dejó caer en el sofá.—Hoy dormiré aquí, buenas noches.

Que bonito   escribes muy bien
espero el siguiente pronto o si no la que va a romper el palo voy a ser yo  

CovadongaNathan escribió:Que bonito   escribes muy bien
espero el siguiente pronto o si no la que va a romper el palo voy a ser yo  

NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO UN PALO NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO:bigcrying:      Gracias por leer y comentar  

Sigue prontooo

Sigue prontooo

Continua continua continua pooorfis y pronti!

Woooolaaa!! aquí os dejo un nuevo capi, gracias por leer y por los comentarios, seguimos en el pasado!! 8)espero que os guste :lol:y que sea lo que esperabais, si lo hacíais claro...   




La luz se colaba sin timidez alguna por las ventanas abiertas de par en par del salón, cegando a la agente especial que hacía escasos minutos había abandonado la penumbra de su habitación. Bajó el último escalón de madera, procurando que sus tacones no hiciesen demasiado ruido mientras buscaba a Castle con la mirada.

—Buenos días—Le sonrío desde la cocina—¿Café?

Ella lo miró algo confundida, analizando cada gesto que el escritor realizaba, no solo descolocada por su cambio de actitud, sino porque se comportaba como si no hubiese sucedido nada, como al principio de mudarse.
—Sí, Gracias—Oye...Castle, anoche...
—Bueno, he estado pensando, acepté venir aquí con todas las consecuencias y privilegios, Kate.—Explicó—Y si es el FBI lo que te hace feliz lo acataré...

La detective frunció los labios negando con la cabeza mientras daba un sorbo escueto al café.—¿Sabes?—Él la miró inquisitivo.—Yo también he estado pensando...Rick, tu te mereces ser feliz, y esa felicidad yo no puedo dártela ahora mismo.—Se quita el anillo y lo deja en la encimera—Siento como si esto fuese un baile, un baile en el que la música ha dejado de sonar y ya no hay nada que hacer en la pista—Kate ladeó la cabeza—No te quiero para tenerte de adorno.—Él frunce el ceño, algo molesto ante su comentario.—Te quiero, pero, ahora no sé si eso es suficiente Rick, ya nada es lo mismo.

—Kate...—Beckett llevó el dedo índice a sus labios, silenciándolo y acto seguido puso el anillo en su mano.—Es lo mejor para nosotros, Rick, ahora no sé si lo que siento por ti es real, o es tan fuerte como para casarme contigo.

El escritor agachó la cabeza, buscando las fuerzas suficientes para poder contestarle.—Si eso...—Balbuceó.—Si eso es lo que quieres, espero que estés segura de lo que haces...Solo quiero que seas feliz...—Logró pronunciar al fin con voz rota.—Solo quiero que sepas que esta vez se acabó para siempre, no pienso seguir esperándote.—Cogió su chaqueta de cuero marrón y, echándosela al hombro se encaminó hacia la puerta.—Te...Daré una lista con las cosas que quiero, lo demás...—Hizo una pausa.—Tíralo, quémalo, haz lo que te de la gana.—Cerró la puerta con un fuerte portazo.

Kate se dejó caer en el sofá, limpiándose una lágrima revelde que había comenzado a rodar por su mejilla al mismo tiempo que miraba la hora en su reloj de pulsera—Las 9:30—Sería mejor que se diese prisa si no quería llegar tarde.

***
Castle se quedó unos momentos apoyado en la puerta de su loft, llevándose las manos a unos ojos inyectados en lágrimas mientras que maldecía a Beckett entre dientes, aludido a que medio imperio pelirrojo lo observaba inquisitiva.

—Richard querido, ¿Qué ocurre?—Preguntó Martha mientras avanzaba hacia su hijo.

El escritor hizo una mueca, desviando sus ojos azules hacia el techo, contemplándolo con tristeza, como si estuviese intentando ganar tiempo para darle una respuesta a su madre.—Ella...—Suspiró mientras se sacaba el anillo de la agente especial del bolsillo y se lo enseñaba a la pelirroja, la que le tomó de la mano, guiándolo hacia el sofá e indicándole que no se moviese de allí para volver minutos después con una botella de whisky y un par de vasos en la mano.
—Ahora, cuéntame que ha pasado.

El escritor se bebió de un trago el líquido ambarino para que después su madre le fuese llenando la copa monótonamente mientras que el escritor le relataba lo ocurrido.
—Oh, Richard...—Suspiró su madre.—Lo siento mucho querido...
—Ya...madre...pero, ella no sabía...'Si lo nuestro era real.'—La parafrasea.—Nosotros...
—Sigue.—Le animó.
—Nosotros...¡Nos íbamos a casar!, como puede ser tan rastrera de decirme que sí cuando no sabe si lo nuestro es real, he estado aguantando 4 meses en una ciudad que odio, para que después...¡Me eche!, me diga que 'Te quiero, pero no sé si eso es suficiete'—Solloza mientras deja caer la cabeza en el hombro de su madre y llora desconsoladamente.


Gracias por leer, intentaré subir el capi la semana que viene...

Sigueée

K triste!! No aguanto este fic!! Lo dejoo buaaaaa :"((

Sigueeeee

No tardes en segui poooooorfa!

No va muy bien que digamos el fic.
Continuaaaaa.

  

Sigueeee

Me encantan las peleas amorosas, y esta tiene miga.
sigue pronto por fa

Precioso , aunque pobre Castle , sigueee .

Bueeno, otro capi más centrado en el pasado,  siento mucho la espera, pero entre los cinco días que llevo de clases la bruja de biología ya me ha puesto un exámen  y mandado a estudiar de historia y tal, y con los entrenamientos no tengo tiempo de naadaaaaaaaaaaa, intentaré actualizar mis fics este finde, por ahora os dejo esta pequeña bazofia  espero no liaros con el pasado y el presente cuando aparece este signo  es pasado (*)<-Ete, ete.   Gracias por comentar y leer!!


—¡Castle!—Exclamó Esposito mientras zarandeaba a su compañero.
—Eh...¿Qué?—Preguntó él algo aturdido.
—¿Dónde estabas tío?
—Lo siento, estaba pensando.—Se disculpó el escritor.—¿Qué pasa?
El moreno frunció los labios negando con la cabeza al mismo tiempo que posaba una mano en el hombro del escritor, haciéndole saber que estaba ahí, gesto por el que el novelista sonrío agradecido.—Tenemos un caso.—Informó, ¿Vienes?
—Claro.—Respondió mientras buscaba a su compañera con la mirada.
*
—No, madre—Negó el escritor por enésima o duodécima vez.—Estoy seguro de esto, esto es lo que quiero, ahora mismo iré a informar a Gates y a los chicos de que dejo la comisaría para irme un tiempo indefinido a algún lugar aleatorio del mundo que escogeré en el último momento.
—Richard...—Su madre iba a volver a replicar hasta que este la calló con la mirada y Martha finalmente se dio por vencida ante la idea del cabezota de su hijo—Está bien, si crees que es lo mejor para ti...—Suspiró mientras dejaba caer sus manos sobre su regazo.—Haz lo que quieras.

El escritor no se resistió y abrazó a su madre—Me voy ya—Dijo separándose de los brazos de la pelirroja y dedicándole una tímida sonrisa.—Adiós—.
Se despidió el escritor, cerrando la puerta del loft con sutileza, procurando no despertar a Alexis, la que aún dormía encerrada entre las cuatro paredes de su habitación.

Decidió ir andando a la doce, tratando de grabar en su memoria el paisaje primaveral de lo que era ahora Nueva York, la gran ciudad. Ha vivido siempre aquí, y sabe que su marcha será por un tiempo algo largo, hasta que el permanente con el que se habían grabado las duras y últimas palabras de la detective se borrasen de su ahora dañado y fácil corazón.

Necesitaba irse, se estaba ahogando, y sabía que esa era la única manera de salvarse, y a veces no entendía como algo tan fácil como el amor podía llegar a destrozar a una persona.
***
En la comisaría, el dúo de detectives trabajaba en un caso algo complejo, sabían que ambos solos no rendían lo suficiente como para llevar todos los casos de Nueva York, echaban de menos a la pareja, la doce ya no es lo que era sin ellos, y para colmo, Gates les había asignado una nueva compañera, lo que en parte significaba que definitivamente, nada volvería a ser igual.

Desde que supieron que ya no había boda, todo el mundo se había preocupado bastante por la detective y el escritor, todos sabían que habían nacido para estar juntos, ellos mismos quizá no se diesen cuenta, pero, esperaban que algún día escogieran el camino fácil y acabasen felices y comiendo perdices.

Eso era una historia de amor, algo extraña pero lo era.

Y solo apartaron la vista de su pizarra cuando la nueva y Castle pisaron la comisaría, una abandonando el despacho de Gates con una sonrisa de oreja a oreja y otro poniendo los pies fuera del ascensor, este último, no tenía muy buena cara, parecía que estuviese pasando una gripe o algo peor, y sí era peor, era una ruptura, una horrible ruptura con el amor de su vida. —¡Ey Castle!—Le saludaron animados los detectives, obteniendo una mediana sonrisa por parte del novelista.—Hola chicos, tengo que hablar con Gates, ¿Me disculpáis?—Ambos asintieron, haciendo paso al escritor.

La capitana le miraba con compasión, como si ya se esperase lo que le iba a decir, y durante unos segundos él pensó en si había perdido el tiempo viniendo aquí.
—¿Se le ha comido la lengua el gato?—Preguntó Gates recuperando la compostura, Castle negó.
—Pues hable, no tengo toda la mañana.

—Yo...—Titubeó con voz ronca, para después aclararse la garganta y llevarse una mano al pelo.
—¿Quiere dejar la comisaría?—Adivinó la Dama de hierro, y Rick le agradeció con la mirada que no le hubiese hecho contarlo una vez más, ya había tenido suficiente con los medios, pero, esa es otra historia.—Así es—Afirmó.

Gates se puso sus gafas a modo de diadema, camuflándolas entre su pelo negro azabache.
—Señor Castle, a lo largo de estos años que ha estado en la comisaría, dos y un par de meses conmigo, ha habido momentos que he llegado a detestarle, pero, otros en los que le he admirado, no solo por su determinación y valentía, sino, porque le he llegado a considerar parte del equipo.—Señaló a Espo y Ryan.—Un detective más de esta comisaría, un gran detective, y no quiero perderle en el equipo, y no solo yo, la nueva detective le ha solicitado como compañero, usted es quien decide, no puedo obligarlo a nada, pero, si pudiese, me encantaría que se quedase, solo piénselo.

Mmmm...  se pone interesante, así que la nueva quiere a Rick de compañero    

me gusta mucho lo de que cambies del pasado al presente, un pelin lioso pero le da un toque muy chulo al no ser una historia lineal

Continúa prontooo

Umm, me gusta la idea de los cambios en el tiempo. Esto. Empieza a poner interesante. Que dirá Kate cuando lo vea trabajar junto a otra??

Madre mia una detective,     me da que la vas a liar parda.
podría persuadir a la bruja de biología   y hacerle ver que aqui también te necesitamos.
Me gusta como va la historia  

Continuaaaa

¡Wolaaa! lamento la tardanza  pensaba subirlo esta semana pero al final me pusieron un exámen  y no pude tocar el ordenador, pero ya estoy libre  al menos este finde  Bueno, espero no liaros con el pasado y el presente :bleh:y este capi se lo dedico a KateC_17 que me pidió los capis más larguitos y aquí tiene su pedido, a partir de ahora intentaré hacerlos así, o más:roll: la primera escena está INSPIRADA en la escena del baño del 6x01, más o menos M, a si (No digo 18 porque aún no los cumplí) /i]
[i]Espero coments y al lío...  

Dejó la chaqueta en la sala y ni se molestó en encender la luz. Recorrió el camino a tientas hasta el baño, tratando de no tropezarse con las cajas de la mudanza que estaban desperdigadas por lo que se podría llamar salón. Al menos había luz.

Se sentó en el borde de la bañera y empezó a llenarla de agua. Sintió una presencia en su espalda y se giró instintivamente, su corazón estaba a cien. No solo porque se había dado un buen susto sino porque era él, estaba ahí, ante ella.

—¿Qué haces aquí?—Le preguntó mientras guardaba su arma y sonreía medianamente al observar que el escritor mantenía las manos en alto.
—Te echaba de menos—Confesó, algo más relajado.—Han sido seis semanas sin verte, muy largas—Enfatizó esto último y se acercó a ella.

—Yo también te echaba de menos...Pensaba que estabas en Nueva York—Le miró de arriba a abajo con lascivia y empezó a desabrocharse los botones, recreándose en todos y cada uno de ellos.

Castle tragó saliva.—Ve...nía a darte una sorpresa...

Beckett le hizo caso omiso. No quería parloteo, necesitaba sentirle.

Deslizó la prenda por sus hombros, ofreciéndole la buena vista de su sujetador de encaje negro. Perfectamente amoldado a sus pechos. Él reaccionó y se acercó lo suficiente a ella como para poder pasar sus brazos por su cintura, apretándole contra él. La federal empezó a quitarle la camisa al escritor. Azul. Arrancándosela de golpe y haciendo que los botones saliesen disparados a lugares remotos de la sala.

Él besó sus labios, con ansia, con el anhelo de 42 días sin verla. Enzarzándose en una batalla con su lengua y bajando con torpeza el pantalón de ella. Al contrario, Beckett se deshizo de la prenda con facilidad y acto  seguido enredó las piernas en la cintura del escritor. Gimiendo levemente al sentir el erecto miembro del escritor haciendo fricción con su intimidad.

Demasiada pereza para subir las escaleras y hacerlo en un colchón de látex tirado en el suelo. Con cuidado, la empotró contra la pared. Las manos de ella viajaron hacia su pantalón, desabrochándolo y bajándolo hasta sus tobillos.

El novelista, centró su boca en su cuello, besándolo con parsimonia mientras que desabrochaba el sostén y cuando este dejó libre sus pechos lo tiró al suelo.

Sus labios llegaron hasta su pezón, lamiendo la aureola y acto seguido atrapándolo con sus labios. Arrancando leves gemidos de las cuerdas vocales de la inspectora.

Kate, volvió a ponerse en pie para quitarse las bragas con más facilidad. Rick la tumbó ente la montaña de ropa y procurando no dejar caer todo su peso sobre ella empezó a besar su abdomen mientras Beckett suspiraba.

Empezó a jugar con su lengua en su sexo. Abriéndose camino por sus pliegues, notando la humedad de ella en sus labios, Kate, que instintivamente empezó a juguetear con el pelo del escritor, apretando su cabeza contra su intimidad entre gemidos.—Rick...—Jadeó.
Abrió los ojos rápidamente. Sintiéndose una extraña, ya que le resultaba realmente raro el cambio radical que acababa de sufrir su cabeza hacia escasos minutos.

Había sido un sueño, solo un maldito sueño demasiado real.

Se incorporó y miró la hora, a penas eran las cinco de la mañana, podría seguir durmiendo, pero prefería no hacerlo, no quería que su subconsciente volviese a jugarle otra mala pasada como esta.

Se quitó la ancha camiseta negra y bajó sus bragas con pesadez. Aún era de noche, por lo que mantuvo las persianas cerradas y las cortinas corridas. Se encerró en el baño y se miró al espejo. Su cuerpo había sufrido alguno que otro cambio en este último año; Había adelgazado varios kilos, su cuerpo algo tostado había vuelto a la palidez del de una inspectora de homicidios 7 años atrás, aquella visión era demasiado para ella. No pudo más, se derrumbó. Rompió llanto, silenciosamente, no sólo por lo ocurrido por el escritor, su vida no le había sido fácil, tal vez no había tomado las decisiones correctas, sí, somos humanos, cometemos errores, sí, entendía que el escritor la ignorase, pero, desde el asesinato de su madre había tenido miedo de meterse de lleno en una relación y luego perder a esa persona.

Sí, la había perdido, pero eso no significaba que no pudiese recuperarla.

Se limpió las lágrimas con el antebrazo y se sonrío. Debía ser fuerte. Ella era fuerte.

—Matt no tenía coartada para el asesinato—Dijo Allie y miró al escritor—Tiene motivos, a demás el portero le vio salir a as 12:30 de su apartamento. Le tenemos.—Ambos sonrieron.
—A por él—Intervino Espósito y el trío comenzó a andar hacia el acensor.

—¿A dónde van?—Le preguntó Beckett a Ryan
—Van a detener a un sospechoso, al parecer ya han resuelto el caso—Le respondió mientras dibujaba unas comillas en el aire y miraba al dúo de detectives y al novelista.

—Oye Ryan...Siento lo de Espo y tú...—Suspiró y se llevo ambas manos a los ojos.—Todo esto es por mi culpa...

El rubio negó y le cogió la mano—Ya verás como todo volverá a ser como antes, estoy seguro.
—Ryan...—Kevin la silenció con la mirada.—Te lo prometo.


Él y el moreno había discutido la noche anterior cuando el irlandés había ido a casa de Javier a tratar de hacer la paz entre la inspectora y él. Este le seguía guardando rencor, no solo por lo ocurrido con Castle, sino porque abandonó la doce, desapareció y según él pretendía volver como si nada.

Sólo debía entrar en razón, pero a ver quién conseguía que lo entendiese ya que a veces podía ser casi tan cabezota como Beckett o incluso más.

Kate vertió el café en el fregadero, con rabia y soltó un pequeño bufido. Ya nada era como antes

Allie miró desafiante al sospechoso. Mordiéndose el labio para tratar de canalizar su rabia y no liarse a puñetazos con el detenido, le estaba hartando.

—¿Sabes qué?—Se encogió de hombros—Me da igual. Te tenemos, son pruebas suficientes como para llevarte a jucicio, Matt. Tenías motivos, no tienes coartada, se acabó.
—Se acabó—Repitió el escritor, con voz cantarina pero en un susurro.

El hombre los miró derrotado.—Ella...Iba a dejarme...No podía permitirlo...

Había sido suficiente, no lo había hecho con las palabras exactas, pero había confesado.

Salieron de la sala, Allie sonreía, el escritor no. Por un instante su mirada celeste se cruzó con el avellana verdoso de la inspectora. Ella le miró suplicante, pero él, con toda su fuerza de voluntad, le devolvió la mirada fría. Ensayada específicamente en el espejo durante horas. Por ella y solo para ella.

—Rick—Allie lo sacó de sus pensamientos—¿Te apetece ir a comer algo?
—Creo que paso—El escritor le sonrío tiernamente—¿Quedamos para cenar? Estoy algo cansado de este caso y necesito airearme un poco.
—Pues para cenar entonces—Sonrío y cogió su chaqueta—Hasta esta noche.

Él iba a hacer lo mismo cuando alguien le agarró con fuerza o más bien, decisión, el brazo derecho, haciendo que sus músculos se tensaran y su corazón palpitase a 130 por hora.
—Rick—Le imploró—Por favor.
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Esto es todo por hoy  
Continuará...

Sigue por favor, esto se pon mas interesante. Haz sufrir un poco mas a Kate por dejar a Rick, pero no mucho. Gracias por escribir