- La maldición del pastor belga - Capítulo 4 -

Kate escribió:muchas gracias a las tres!!!

silvanaaaaaaaaa!!! cuantisimo tiempo!!!! que tal te va???

Holaaaaaaa!!!!!!!!! tanto tiempoooooo!!!!!!!!!!!!
Aca estamos con mucho trabajo, solo entro para leer los fics de ustedes!!!!! y subir algun capitulo del mio!!!!!!
Espero que estes muy biennnnnnnnn!!!!!

Kate escribió:siiii, muy bien!!! mañana me voy a Gales unos dias!!! ya te contare. y tu que tal?? a ver si algun dia hablamos en el chat!!!

Que bueno que te vas de vacaciones, a disfrutar!!!!!!!!!!!
Yo todo bien, con mucho trabajo y esperando mis vacaciones!!!!!! jajajaj
En cuanto pueda me conecto en el chat, te lo prometo

me gusta mucho!! menuda para la maldicion! cuidado con el belga que anda suelto!!
sigue pronto y disfruta del viaje!!
(te envidio )

Capitulo 4

- Oh, gracias a Dios, inspectora Beckett. – exclamó el hombre que acababa de entrar a la sala de reuniones de la NJPD. Se acercó y le tendió la mano. – Soy el inspector Phil Chester. – desvió la mirada y ahora le tendió la mano a Castle. – He oído hablar de ustedes. Parece ser que forman un equipo... peculiar.

Ninguno de los dos supo si tomarse la crítica como un halago o una ofensa, por lo que permanecieron callados.

- El detective Esposito dijo que alguien de la policía de aquí había llamado preguntando por el caso... – empezó Beckett.

- ... de Jessica Hawking, si. – se sentó en una silla y con un gesto les invitó a que le imitasen. – En realidad, lo que quería era advertirles.

- ¿Advertirnos? – preguntó Castle.

- Si. Verán. Este es un caso... digamos que la palabra correcta sería extraño.

- Pero... ¿en qué sentido? – insistió Beckett. El inspector evitaba el tema de conversación.

Finalmente, relajó los hombros, símbolo de rendimiento.

- Está bien. Mucha gente a muerto con este caso. Mi equipo y yo hemos decidido quedarnos mirado... desde fuera, ¿entiende? – bajó el volumen de voz. – Se trata de un asesino relámpago.

- ¿Asesino relámpagoo? – preguntó Castle, que nunca había oído hablar del tema.

- Si, Castle, un asesino relámpago es aquel que mata a mas de tres o cuatro personas en un periodo de tiempo menor a treinta días. – Beckett se giró y encaró al detective. - ¿Desde cuándo está éste?

- Desde el martes pasado, y la señora Hawking es la 5ª víctima. Verán... – se acercó más a ellos. – Todo está relacionado con un caso extraño de una demanda... La señora Simpson denuncio a la señorita Nickelson porque esta le había echado una maldición a su perro. Parece una estupidez, pero ya ven hasta donde ha ido la cosa.

Hubo unos segundos de asimilación, tras los cuales, Beckett preguntó:

- A ver, para aclararnos: un perro está maldito y una mujer denuncia a la culpable. ¿Qué tiene que ver el asesinato en todo esto?

- ¿El asesino no será el perro maldito, verdad? – preguntó Castle.

- Ustedes verán. – dijo por respuesta el policía.

- No me dirá que usted cree en estas tonterías. – Beckett esbozó una media sonrisa.

- Antes no creía, pero ahora no se muy bien qué decir.

Otros segundos de silencio.

- Muy bien... ¿Van a continuar investigando en este caso? – preguntó ella.

- Por supuesto que no. Uno de nuestros agentes murió también a manos del chucho... Mejor dicho, a bocas.

- Bien, entonces les pido permiso para continuar nosotros con la investigación.

- ¿Está loca? – preguntó el policia.

- ¿Estás loca? – casi grita Castle, al unísono.

- No lo estoy. Voy a descubrir quién es el asesino.




- ¿Estás loca? – repitió Castle, a la salida de la comisaría.

- Venga ya, Castle, no me digas que crees en estas estupideces.

- Creo en vampiros, superhéroes, en la magia y en el hada de los dientes. ¿Por qué no creer en esto?

- Pues porque es una estupidez. Un perro... poseído... ¿Por quién? ¿Por el diablo de los perros?

- Shhhhh... – saltó Castle. Y añadió susurrando: - Puede oirte.

- Me has escupido. Y no “puede oirme” nadie, Castle. No hay ningún diablo perruno.

- Porque lo digas tu. – murmuró Castle.

Beckett miró su reloj y comprobó que eran las 12. Entre la visita al señor Hawking y la entrevista con el policía, se les había acortado la mañana.

- ¿Te apetece que vayamos a algún sitio para tomar algo? – preguntó, con lo que dio por zanjada la conversación.

- Aja. – asintió él.

perfecto


capitulooooooooooooooooooo


oleeeeeeeeeeee oleee capitulo nuevoo xDDDDDDDDDDDDDD



GRACIAS Por la fic

donde esta el capitulo 5, lo quiero, lo quiero, lo quiero, yaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Acabo de encontrar este fic y me he leído los cuatro capítulos seguidos. Ahora lo malo, es que quiero más. ¡Más! ¿Comprendes eso, Kate? ¡Quiero más! Así que, por favor, por el bien de mi salud mental, escribe pronto el quinto capítulo, ¿sí?

me encanta como narras! Y la trama está muy bien!

Sigue por favoor!

me encanta como narras! Y la trama está muy bien!

Sigue por favoor!

escribe mas!! =D

Capítulo 5

- Esto es increíble. – dijo Beckett. – Realmente increíble... – Pausa. - ¡Increíble!

- ¿Qué? ¿Qué es increíble? – se impacientó su compañero.

Los dos estaban sentados, uno en frente del otro, en un restaurante Kentucky Fried Chicken, picando alitas de pollo de un cubo tamaño mediano. Beckett ojeaba los informes de la carpeta marrón sobre el caso del “perro maldito”

- Escucha esto. La primera víctima es Alberto Romero, 23 años, de Buenos Aires, Argentina. Según pone aquí, era el jardinero de la señora Simpson. “La víctima presenta mordeduras atroces por todo el cuerpo. No se distingue herida de arma blanca. Causa de la muerte: desangro.” – leyó Beckett.

- Si, como Jessica, entonces.

- Exacto. La segunda víctima es Agatha Herth, 76 años, de Montreal, Canadá. Era una vieja amiga de la señora Simpson, que estaba pasando unos días en su casa. La descripción del cadáver es la misma que la de las otras víctimas. La tercera víctima es Elizabeth Simpson, 77 años, de Newark, Nueva Jersey. Viuda de John Simpson, un importante empresario en Wall Street, al morir él, se encerró en la mansión que habían comprado a las afueras de la ciudad natal de Elizabeth,... The Abode of Fancy... ¿La morada de la fantasía?

- Hay gente rara por todo el mundo. – contestó Castle, mientras se chupaba los dedos y cogía otra alita del cubo.

- La cuarta víctima es Rupert Greach, 32 años, de Newark también. Es el policía que nos comentó Phil. Y por último, Jessica Hawking, 36 años, Jersey City. Parecen todos relacionados. Las heridas son iguales... – siguió leyendo. – Dicen aquí que el perro que ha maldecido, un pastor belga de 7 años, no aparece. Seguramente se habrá escapado. – añadió, con la esperanza de dar un soplo de cordura a aquella situación tan subrrealista.

- Si, puede... puede... O puede también que esté bajo el dominio de espíritus malignos y esté escondido en alguna parte del país esperando su presa para atacar.

- Escucha, Castle. Las cuatro primeras víctimas han muerto dentro de La morada de la fantasía. Sin embargo... ¿qué hacía Jessica tan lejos de su casa?

Castle se encogió de hombros y siguió comiendo. El teléfono de Beckett empezó a sonar.

- Beckett. – contestó, puso el teléfono en manos libres y lo colocó boca arriba en la mesa.

- Tenemos los resultados de la autopsia de Jessica Hawking. Murio desangrada por las mordeduras de un perro. – informó la voz de Ryan. - ¿Queréis saber su raza?

- Uy, si. – dijo sarcásticamente Castle.

- Lanie dice que es muy posible que sea de algún tipo de pastor europeo, más concretamente, un pastor belga.

- ¡No fastidies! – protestó Beckett.

- ¿Pasa algo? – se interesó Ryan.

En pocos minutos, y pisándose las frases el uno al otro, informaron a Ryan, y después también a Esposito, que cogió el teléfono de otro escritorio, de todo lo relacionado con la denuncia hacia Rose, la muerte de todas esas personas, la conversación con el policía y la maldición del pastor belga.

- En mi opinión, el perro siguió a Jessica a Nueva York. – comentó Ryan.

- Si, pero si el perro no aparece, como habeis dicho, ¿por que todas las victimas murieron en la mansión? – añadió Esposito.

- No me puedo creer que penséis que esto es real. – dijo Beckett.

- Venga ya, Beckett. La pregunta sería cómo no pensarlo. – dijo Esposito, a su vez.

- Muertes misteriosas... – dijo Ryan.

- Magia negra... – dijo Esposito.

- El lado oscuro de la fuerza... – añadió Castle, arqueando una ceja mientras miraba a Beckett.

Ella puso los ojos en blanco y sonrió.

- Bien. Aun asi, deberíais pasaros a ver a la señorita Rose Nickelson. Mientras tanto, nosotros iremos a La morada de la fantasía. Buscaremos algo útil.

- ¿Vamos a entrar en la boca del lobo? – Castle la miró horrorizado. – O mejor dicho, la boca del perro maldito.

- Si, Castle. Vamos a resolver este caso, y así te demostraré que no hay ninguna maldición.



sorry, chicas. no pongo mas porque, basicamente, tengo un bloqueo mental que me abarca todo el cerebro, asi que esto es lo ultimo que tengo escrito. cuando este de nuevo situada en el colegio y no tenga todo este lio de principio de curso, seguire con la historia. MUCHAS GRACIAS POR LEERME!!!

D= necesitas ayuda urgente1!!!

genial capi

jeje me encanta! me recuerda a un viaje que hize el año pasado, donde habia un libro para opinar del sendero y el rio, y un amigo nuestro se puso a leer todos los comentarios, y habia uno que nos hizo reir que no veas
"cuidado que hay un belga suelto" aun no sabemos si es humano o animal...(no penseis en gays y punto jajaja)

Ya pensaba que te olvidaras del fic!
ME encanta

Tranquila, podemos esperar. Mientras que continues, aunque sea dentro de unos días...

genial espero que Caskett se diga lo que siente y que Beckett les pruebe que no hay ninguna maldición... o si?