Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
En primer lugar, gracias a tod@s los que estáis leyendo de tirón toda esta historia. Merecéis que os las de, pues empiezo a pensar que estoy reescribiendo la biblia... yo llevo contabilizadas más de doscientas hojas de Word.
En segundo lugar, disculpar el retraso en subir el capitulo final (uno) os prometo que antes de que acabe la semana estará subido. Estoy tomándome mi tiempo, repasando, volviendo a leer y releer. No quiero defraudar a nadie, y no quiero dejar nada en el aire. Y os voy avisando... es largo... asi que, cuando lo suba, armaros de paciencia, pues os llevará un buen rato leerlo.
En tercer lugar, y no por ello menos importante, gracias a tod@s los que lleváis dándome vuestro apoyo durante estos meses... increíbles, sois increíbles... no hay palabras. Os nombraría a tod@s, pero j-----piiii SOIS TANT@S!!! me tenéis alucinada, nunca pensé que esos momentos de "enajenación mental mía" podría gustar a tanta gente...
Un placer escribir para vosotr@s, y un placer haber podido entreteneros durante el tiempo de espera hasta la quinta temporada. Cumpliré mi promesa y a finales de semana tendréis el capítulo.
M I L G R A C I A S
En segundo lugar, disculpar el retraso en subir el capitulo final (uno) os prometo que antes de que acabe la semana estará subido. Estoy tomándome mi tiempo, repasando, volviendo a leer y releer. No quiero defraudar a nadie, y no quiero dejar nada en el aire. Y os voy avisando... es largo... asi que, cuando lo suba, armaros de paciencia, pues os llevará un buen rato leerlo.
En tercer lugar, y no por ello menos importante, gracias a tod@s los que lleváis dándome vuestro apoyo durante estos meses... increíbles, sois increíbles... no hay palabras. Os nombraría a tod@s, pero j-----piiii SOIS TANT@S!!! me tenéis alucinada, nunca pensé que esos momentos de "enajenación mental mía" podría gustar a tanta gente...
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M I L G R A C I A S
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
gracias a ti por escribir y hacernos este verano mas ameno a la espera de la 5 temporada, gracias
trinity640- Actor en Broadway
- Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Edad : 47
Localización : Andalucia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
ohh se me olvidaba leer otra vez este fic impresionante los capitulos
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Que ganas de leer lo que tienes pensado, y más aun cuando has dicho que será largo, eso quiere decir que no faltará de nada. Estoy deseando que lo subas, seguro que será un gran final. Gracias a ti por escribir una historia tan buena, realmente en muchos aspectos me ha venido muy bien las palabras que escribías en la historia, leyendo lo que escribes se aprende mucho.
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Bueno... pues llegó el final.
No puedo decir que no me de pena, pero también he decir que ya era pesado de leer, no para mí claro, que yo lo escribía, pero supongo que mas de uno decidió abandonar al ver tanta letra.
Como ya comenté ayer, daros las gracias uno a uno a todos significa tener que escribir de nuevo otras diez páginas ¿Me perdonáis si no lo hago? Todos y cada uno de vuestros comentarios han sido leídos y procesados en mi mente y aunque no os haya contestado los he tenido en cuenta.
Mil gracias.
Os dejo con el capítulo final, que al fin y al cabo es lo que habéis venido a leer y no mis tonterias...
***********
CAPITULO 40
Habían pasado una semana revisando expedientes, separando posibles implicados de los que no estaban, y tras hacer una primera criba, volvieron de nuevo a revisarlos, encontrando similitudes y conexiones entre los que realmente estaban implicados en aquella trama y los que estaban implicados en otras de menos importancia, pero que no por ello se librarían de su castigo.
Gates estaba orgullosa del trabajo que habían realizado, y al día siguiente, los capitanes no implicados de las comisarias de Nueva York, recibirían la orden de detener de inmediato a todos los policías corruptos. La cifra no era nada desdeñable. Más de trescientos agentes de todo tipo de categoría profesional estaban involucrados en aquel caso. Lo único que temía era la mala prensa que todo aquel alboroto generaría en el Departamento de Policía de Nueva York. Afortunadamente, el equipo de asesores de imagen y comunicación ya tenía preparados la información y la publicidad que presentarían tras las detenciones y que intentarían paliar en todo lo que pudiesen que el resto de los agentes se viesen cuestionados por la opinión pública. Todos los arrestos se efectuarían el mismo día y a la misma hora. No podía dejarse al azar, no podía permitirse el lujo que alguno de ellos huyese.
- ¿Puedo hablar con usted un momento? – le dijo Castle en la puerta del despacho de Gates sacándola de sus pensamientos
- Claro… adelante señor Castle – él entró y cerró la puerta tras de sí
- Ha llegado el gran momento… - le dijo él - ¿Cómo se encuentra?
- Si le digo la verdad, deseando que todo esto acabe… Aunque no creo que haya venido hasta aquí para preguntar como me encuentro… - le dijo
- Puede pensar que no, pero me interesaba su respuesta – le dijo él serio
- Se lo agradezco… Yo no entiendo su trabajo señor Castle, pero… ¿Cómo avanza?
- La idea la tengo, me faltaría documentarme bien mañana… y seguir algo del proceso después para montar bien el final.
- Sobre eso no hay problema, acompañará a Beckett, ella arrestará al comisario asignado a esta zona…
- Vaya… un pez gordo… ¿No prefiere hacerlo usted? – Gates sonrió
- Yo me reservo al más gordo de los peces señor Castle… mañana iré a por el Jefe de la policía… puede que le resulte un poco egoísta, pero… es una espina clavada desde hace tantos años… por cierto me alegro que su amigo el Alcalde Robert Weldon no tenga nada que ver en todo esto.
- Robert es un político de los que ya no quedan –le dijo sonriendo y recordando como Gates le había cuestionado meses antes - En cuanto al Jefe de Policía, la entiendo… - dijo mirando hacía fuera y viendo a Kate reír con Jimmy y Harry – sacarse una espina así puede resultar muy beneficioso…
- Si… - le contestó ella sabiendo a lo que se refería – señor Castle, no tengo mucho tiempo, dígame que es lo que ha venido a pedirme.
- Sé que nunca fui de su agrado en esta comisaría, y que si me aguanta aquí es por ella y…
- Señor Castle… - le interrumpió ella
- Capitana Gates, déjeme continuar por favor… - ella calló y asintió
- Durante los próximos dos meses no voy a aparecer por esta comisaría, tengo que acabar de escribir esta historia que me ha encomendado, y le prometo de nuevo que lo haré como usted me pidió, siendo objetivo y bajo la experiencia de una persona que lleva con ustedes cuatro años. Cuando el libro esté acabado, a finales de agosto y como usted y yo acordamos, le dará a Beckett tiempo libre para que prepare su examen y pueda recuperarse de la operación… después del examen, ella volverá a incorporarse, pero no hemos hablado de mi…
- ¿De usted?
- Usted me dijo que la liberaría de su trabajo para que pudiese recuperarse de la operación, pero no me dijo que tenía intenciones de ascenderla a Teniente. ¿Qué planes tiene para ella? Porque me gustaría poder seguir viniendo a esta comisaría, a colaborar, asesorar o fisgar y entrometerme como usted dice… y creo que si la asciende, yo no entro en sus planes y me plantará en la calle… Entienda que quiera saberlo, si mañana es mi último día aquí…
- Señor Castle… ¿puedo hablar ya o aún no ha terminado?
- Si… he terminado.
- Ocúpese de estar mañana en el arresto del comisario, dedique uno de los capítulos de su libro a ese momento, tómese su tiempo para escribir el resto, aunque me gustaría que nadie se le adelantase y veo que tiene fecha de entrega, ya le dije que confío en usted para contar la verdad y no historias absurdas que nos dejen en mal lugar a todos – dijo señalando hacía fuera, hacía Ryan, Espo, Sarah, Jimmy, Harry… Kate... – nos partimos la cara a diario con asesinos y sinvergüenzas, nadie debe juzgarnos y escribir sobre nosotros sin conocernos… cuando termine ayúdela a aprobar ese examen y cuando lo haga, no seré yo quien le pida que se vaya o se quede, será ella....
- ¿Cómo? ¿Cómo que será ella?
- Yo tengo que dirigir una comisaría, entera, no sólo homicidios, no puedo estar encima de este departamento… lo hará ella, y francamente que usted moleste o no moleste a los inspectores de homicidios, me traerá sin cuidado, será el problema de ella, no el mío. Si ella le deja, yo le dejo, si ella le manda a casa, yo le mando a casa… - a él se le iluminó por completo la cara
- Bien –acertó a contestar- aunque pensándolo bien… no sé si eso será lo más acertado… - dijo pensando en como podía enfadarse Kate con él y enviarle a casa para siempre.
- Ese será su problema señor Castle, ese será su problema…. El mío es que usted cumpla su trato, escriba ese libro contando la verdad, mi problema es que no quiero que nadie se le adelante y cuente versiones falsas, quiero que ayude a Beckett y apruebe ese examen y vuelva recuperada y deseando ocuparse de su nuevo trabajo…
- ¿Cuándo se lo dirá a ella? – preguntó
- Cuando apruebe, y espero que usted no lo haga antes.
- No señor – contestó tajante – tenemos un trato… yo saldré ahí y diré que le he pedido poder volver en Noviembre y que usted ha prometido pensarlo….
- Como quiera… ¿algún asunto más?
- No… todo está claro… tendrá su libro
- Ah, señor Castle, Sarah vendrá conmigo mañana, ella le dará los detalles de cómo detengo al jefe de policía
- Bien… me será de gran ayuda… tiene una mente privilegiada
- Así es… En cuanto a los detalles del proceso, le facilitaré acceso a Robert Evans, el fiscal del caso…
- Y su marido –añadió él para su sorpresa…
- Si… y ahora salga ahí… llamaré a Beckett en unos minutos y les daré a todos la tarde libre, han hecho un gran trabajo.
- Gracias Victoria… - le dijo sonriendo y ella le asintió – usted también… y estoy siendo objetivo… -le dijo sonriéndola y recibiendo una sonrisa de Gates a cambio.
Richard salió del despacho y se encamino hacía Kate, que le miró intrigada.
- No sabía que querías hablar con Gates… ¿ocurre algo?
- ¿Te apetece un café? – le dijo para poder hablarle con privacidad
Ella le siguió y entraron a la sala de descanso y él empezó a preparar un café para ella.
- ¿Qué ocurre? Me asustas.
- Nada malo Kate, aunque no sé si estarás de acuerdo…
- ¿De acuerdo? ¿En que Castle?
- Estaré hasta finales de Agosto en mi casa escribiendo…
- ¿Cómo?
- Tengo un libro que entregar Kate… lo sabes
- Lo sé… pero no pensé que… te recluirías… - él la entregó el café y comenzó a prepararse uno para él
- Ni yo… pero llevo mucho sin escribir Kate… más de un mes desde que todo esto empezó…
- Lo entiendo… pero…. Yo … sabes…
- Kate, mi amor – le dijo cogiendo su mano- yo también te echaré de menos, pero te esperaré cada noche en casa…
- Lo sé… solo que… tengo que hacerme a la idea… no lo esperaba… - él sonrió y tomó un sorbo de su café
- Si pensabas librarte de mí por completo… no lo conseguirás, no será como la última vez que me recluí…
- ¿Y que hablabas con Gate?
- Mi vuelta…
- ¿Y que te ha dicho?
- Que cuando decida volver… se lo comunique y se lo pensará…
- Se lo pensará… ufs… - dijo Kate algo abatida.
- Confío en ella Kate…
- Ya veremos Rick, ya veremos – le dijo acercándose a él y besándole.
Salieron de la sala de descanso y cuando se acercaban a la mesa de Kate, Gates desde su despacho gritó:
- ¡Beckett! – ella le miró intuyendo algún problema con la conversación que acababa de mantener con Rick.
- Tranquila – le dijo él, siempre puedo llamar a Weldon y que la obligue a dejarme volver.
Ella le negó con la cabeza. Ya lo hizo una vez, y quedó claro que no debería haber una segunda… por su bien y por el de él.
- ¿Señor? – dijo Kate entrando en el despacho
- Siéntese por favor… Le diré que haremos mañana. Quiero que usted y Castle vayan a arrestar al Comisario de zona, John Cullen, y Espósito y Ryan irán a por el capitán de la 18, Brandon y Barber, que mañana aún son de la 12, detendrán al comisario de su zona, y Sarah vendrá conmigo… quiero que me acompañe. Sarah será un gran apoyo para ustedes, pero antes tenemos que terminar de formarla ¿me entiende?
- Si señor – le dijo Kate intuyendo que le iba a tocar hacer de profesora durante los meses que Richard estuviese escribiendo. -¿Puedo preguntar a quien arrestará usted?
- A William Norton.
- ¿El Jefe? – preguntó asombrada Kate.
- Así es…
- No puedo creer que todo esto sea tan complejo… - le aseguró
- Ha tenido mucha suerte Beckett. Viendo todo lo que han hecho, podían haber acabado con usted de una palmada, como si fuera una mosca. Tuvo suerte de cruzarse en el camino de Montgomery, de no haber sido así… - le dijo apretando los labios – pero mañana todo habrá acabado.
- Si señor… el capitán Montgomery me enseñó muchas cosas vivo y una gran lección cuando murió.
- Usted y su equipo han hecho un buen trabajo. Tómense el resto de la tarde libre, mañana les quiero aquí a las ocho.
- Gracias señor.
- Hasta mañana.
Aunque Esposito les había propuesto ir a tomar algo todos juntos, sin duda para no estar sólo hasta que Lanie acabase su turno, todos le pusieron excusas para irse, y él no pudo insistirles más, les entendía, habían pasado unos días de arduo trabajo, sin descanso ni el fin de semana y todos querían estar con sus parejas. Espo, resignado, decidió bajar hasta el laboratorio de Lanie y esperarla allí, al menos podrían hablar, y quien sabe si la convencería para salir antes de su hora.
Harry y Jimmy, como era habitual en ellos, volaron en su moto, Sarah corrió hasta el metro para ir a su casa y prepararse para salir con Anthony y Ryan fue caminando hasta la oficina de Jenny, con un poco de suerte ella no tendría mucho trabajo y podrían volver pronto a casa. Richard y Kate fueron los últimos en salir, Kate dejó ordenada toda su mesa y él recogió las tazas del café mientras la esperaba.
Mientras andaban hacía el ascensor, se cruzaron con Gates que caminaba leyendo un informe, y tras levantar levemente su mirada por encima de las gafas les deseo que descansasen y se despidió hasta la mañana siguiente. Ellos no pudieron ver la sonrisa de Gates después de cruzarse con ella. Victoria Gates estaba orgullosa de aquel equipo.
Bajaron en el ascensor hasta el aparcamiento de la comisaria, donde el flamante Chevrolet Volt de Kate estaba aparcado en el lugar reservado para ella. Él la miró de reojo, poniéndole de nuevo esos ojitos de Gato con botas de Sherk, y ella le negó con la cabeza.
- No lo entiendo… yo te dejo mis coches… - le dijo lloriqueteando
- No es mío Rick, y lo sabes – contestó ella con tono de madre negando de nuevo algo a su hijo
- ¿No confías en mí?
- Si, pero no quiero problemas en mi trabajo… no me pongas en compromisos, además, tienes un Ferrari, un Lexus, el Ford de Alexis y esa súper moto que, por cierto, aún no me has enseñado… ¿para que quieres conducir un coche eléctrico? No te pega…
- Esta bien inspectora, no pienso discutir con usted. Conduzca y no se queje –ella le miró intentando averiguar que se traería entre manos esta vez. ¿Me llevas a casa? – le preguntó él y ella levantó una ceja
- ¿A tu casa? Yo pensé…
- Cogeré algo de ropa y después iremos a la tuya… ¿te apetece que salgamos a cenar hoy?
- Pensaba pedirte que aprovechásemos para ir al cine, hace mucho que no voy…
- Vale, vamos a casa, cojo la ropa para mañana y vamos al cine y a cenar ¿te parece?
- Me parece bien… pero, ¿una cena informal vale?
- Como tu quieras.
Salieron del aparcamiento, y ella pudo ver como él había adoptado la misma posición que unos días antes, medio girado en su asiento, en silencio y sin parar de mirarla mientras conducía. Ella fingió ignorarle, decidida a no dar su brazo a torcer. Entonces él hizo algo inesperado, se inclinó hacía ella y con total y absoluto descaro comenzó a acariciarla entre los muslos
- ¡Ehh! – le gritó ella - ¿se puede saber que estas haciendo Castle?
- Tu elegiste conducir… paso dos iniciado… - informó con voz de autómata- conduce… no te distraigas inspectora, ya que no conduzco en algo tendré que entretenerme.
- ¿Quieres estarte quieto? – le dijo cogiéndole la mano y dejándola sobre las piernas de él que de inmediato volvió a la carga, esta vez sobre su pecho, desabotonando uno de los botones de su camisa y metiendo la mano por la abertura para acariciarla.
- No. No voy a estarme quieto… - ella intentó sacarle la mano de debajo de su camisa y sin darse cuenta que el semáforo acababa de ponerse en rojo, lo rebasó, ganándose los pitidos de varios de los coches que habían comenzado su marcha y que evitaron impactar con ella - ¿ves? Concéntrate inspectora… tu elegiste conducir… ¿acaso no eres capaz de hacerlo mientras te meto mano? – le dijo retándola al notar que ella estaba aminorando la marcha y pretendía parar el coche.
- ¿Crees que no puedo hacerlo Castle? – le dijo acelerando de nuevo, centrándose en la calle y reprimiendo un gemido al notar los dedos de él jugueteando sobre su piel por dentro de su sujetador.
- No lo sé… - le dijo acercando su boca al cuello de ella – paso tres, iniciado… - y comenzó a besarle en el cuello - ¿puedes resistirlo? – no recibió respuesta, tan sólo un acelerón del coche le confirmó que no iba a resistir mucho.
Aparcó en la plaza que Richard le había alquilado en su propio edificio, y sin salir del coche Richard había comenzado a besarle en la boca y ella le correspondió de forma urgente, pero de repente, él paró, saco su mano de debajo de la blusa de ella, abrochando el botón, volvió a su asiento, se peinó el pelo con los dedos y desabrochándose el cinturón de seguridad le dijo:
- Pues ya hemos llegado – acto seguido abrió su puerta y salió sonriendo – Veo que si has podido resistirlo…
- ¿Qué? – dijo ella en un susurro ahogado, intentando normalizar su respiración y la agitación de su corazón
Él dio la vuelta al coche y abrió la puerta de ella, que aún seguía con el cinturón de seguridad puesto y mirando al frente.
- ¿Vamos inspectora? – le dijo tendiendo su mano y sonriéndole, ella le miró y desabrochó su cinturón, saliendo del coche cogida de su mano
- Esta me la vas a pagar Richard Castle – le dijo dándole un tirón de su mano y pegándole contra ella.
- ¿Ahora? – le contestó él gracioso.
- Ahora tengo otros planes – le dijo – dejaré la venganza para otro momento – comenzó a besarle el cuello
Se arrastraron hacía el ascensor besándose y acariciándose, y el trayecto hasta el piso de él, les pareció durar más tiempo del habitual, antes de entrar en la casa, él ya tenía la camisa totalmente desabrochada, y ella jugaba con la hebilla del pantalón de él, mientras Kate sujetaba su propia camisa con un solo botón abrochado. Richard se separó de su boca y miró al interior de su casa, y al no ver a nadie, tiró de ella arrastrándola hacía su despacho de camino a su habitación. Se detuvieron allí y el la sentó sobre la mesa, besándola, y ella le abrazó con las piernas, en ese momento, un tintineo de llaves y un ruido metálico proveniente de la cerradura de puerta principal les alertó.
- ¡Viene alguien! – le dijo Kate intentando zafarse de él y colocar su ropa de alguna forma
- No digas nada – le dijo susurrante Richard y la levantó por la cintura comenzando a andar hacia la abertura que comenzó a desvelarse detrás del cuadro y que de alguna forma él había accionado – nadie sabrá que estamos aquí.
Ella pudo comprobar que lo que él la había dicho era cierto. Detrás de ese despacho había un cuarto secreto con aparatos de gimnasio, cerró la abertura tras de si, y sin perder el ritmo siguieron con lo que él había comenzado en el coche…
Un rato después…
- No puedo creer que tengas esto oculto – le dijo ella aún jadeante y tumbada sobre él
- ¿No te gusta? – le dijo un también jadeante Richard- ¿sabes? No había pensado que este suelo de goma resultase tan cómodo…
- No entiendo porque lo tienes en secreto…
- En primer lugar es MI gimnasio, no quiero tener que ver a las amigas de mi madre o de Alexis por aquí ¿imaginas?
- Ah… no lo había pensado… - confirmó ella.
- Y además… es el lugar perfecto para esconderme de Alexis y ganarle batallas al láser…
- ¡Eres un tramposo! – le dijo dándole un pequeño puñetazo en el pecho
- Siiii – le dijo – y me encanta… mi madre se alía con Alexis para distraerme y que ella gane… es lo justo, así compenso.
- ¿Y ahora como saldremos de aquí? Teníamos planes…
- No te preocupes, Alexis suele subirse a su cuarto, es raro que se quede abajo…
- Y ¿si es Martha?
- No – le dijo seguro él – conozco el sonido de las llaves de Alexis… era ella, y ahora estará en su cuarto, en el ordenador, con música o buscando que va a ponerse para salir con alguna amiga, créeme… pura rutina.
Se vistieron entre besos y cuando ambos se dieron el visto bueno a la imagen del otro, él deslizó un pequeño panel y miró por un agujero, ella estaba asombrada.
- No hay nadie en la sala – le dijo mirándola y la abertura volvió a abrirse sin que ella hubiese visto como la accionaba.
- Esto no me gusta nada Rick – le dijo ella.
- ¿Por qué? No nos van a pillar, lo he hecho cientos de veces – le dijo cogiéndola de la mano para salir
- Eso es lo que no me gusta… a saber a quien habrás traído aquí… - le dijo con un tono de enfado provocando que él parase en seco, y se diese la vuelta para mirarla
- Escucha Kate – le dijo muy serio – ni siquiera Gina hace dos años durmió en esta casa un solo día, jamás he traído a nadie a casa para eso. Hay hoteles ¿sabes? … ¿Qué clase de padre crees que soy? – ella le miró largamente.
- ¿Y yo? –le preguntó indecisa
- Tú… tu eres la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida – le dijo besándola – la única con derecho a meterse en mi casa, en mi cama y en mi cuarto secreto. Y ahora salgamos o no nos dará tiempo para ir al cine… -ella le asintió sonriente.
Salieron a la sala y la abertura se cerró tras ellos. Efectivamente y como él había dicho, no había nadie allí y se oía música proveniente del piso de arriba. Caminaron hasta la puerta y fingieron abrirla y cerrarla.
- ¡Hola! – gritó él – ya estamos en casa Alexis.
- ¡Hola papá! ¡Hola Kate! – les dijo Alexis bajando por la escalera y acercándose para besarlos -Que pronto hoy
- Gates nos ha dado la tarde libre - le dijo Kate
- Hemos venido a por ropa, hoy dormiré en casa de Kate.
- Vamos a aprovechar las horas y nos vamos al cine – le dijo Kate mientras Richard se soltaba de su mano e iba hacía su habitación.
- Oh… bien…
- ¿Quieres venir con nosotros? – le preguntó Kate adivinando que ella estaría sola toda la tarde y haciendo que Richard parase y se volviese hacía ellas.
- ¿No os importa que vaya con vosotros? – preguntó la joven sonriendo
- Claro que no – le dijo Kate acariciando el brazo que Richard acababa de pasarle por la cintura – pero lo siento por los dos… la peli la elijo yo…
- Oh vamos Kate, eso no vale – le dijo él…
- Lo que no vale es que seáis dos enamorados de las pelis de zombis contra mi… nada de eso… yo elijo… - y los tres rieron.
Durante la película, Kate abrazó a Richard, apoyando su cabeza en el hombro de él y deslizó con cuidado de no ser vista por Alexis, su mano por debajo de la chaqueta doblada que él tenía sobre su abdomen, provocando que él se estremeciese al notar que ella presionaba entre sus piernas, y notando como esa parte de su cuerpo no tardó ni diez segundos en reaccionar a sus caricias, haciendo que ella, al notarlo, mostrase una gran sonrisa y le susurrase al oído:
- Pasos uno, dos y tres – le dijo besándole el cuello – ten cuidado escritor, concéntrate en la película y en que Alexis no pueda ver lo que te ocurre….
Después de ver la película, fueron a cenar a un restaurante de comida oriental que también eligió Kate y donde ella siguió provocándole por debajo de la mesa y tras cenar llevaron a Alexis de vuelta a casa.
- Veo que tu abuela está en casa - le dijo Richard a Alexis asomando la cabeza por la ventanilla y mirando la luz proveniente del loft.
- Buenas noches papá, Kate… lo he pasado muy bien… -les dijo saliendo del coche y dándoles un beso por la ventanilla – hasta mañana.
- Hasta mañana – contestó él sonriendo y mirándola hasta que el portero le abrió la puerta – vámonos.
- Si tienes mucha urgencia, si quieres aún podemos dejar el coche y dormir aquí… - le dijo ella.
- Noo. Vamos a tu casa. Gracias por decirle que se viniese
- No tienes que darlas. Lo paso muy bien cuando te hacemos de rabiar –le dijo sonriendo y él puso cara de víctima.
- Paso dos y tres inspectora – le dijo pasando su lengua por el cuello de ella y acariciando entre sus piernas
- Paso cuatro escritor – le dijo ella mientras hábilmente y sin que él se diese cuenta, le cerraba sus esposas en la mano izquierda y lo esposaba a la palanca para mover el asiento, entre las piernas de él, inmovilizándole hasta que llegasen a su casa.
- ¿De donde las has sacado? –le preguntó él curioso
- Las preparé mientras despedías a Alexis, imaginaba que querrías revancha….
Después de llegar entre besos a la ducha y estar bajo ella más tiempo del debido, él la abrazaba en la cama por la espalda, mientras comentaban lo que ocurriría el día siguiente y el tiempo que Richard estaría sin ir a la comisaria, dedicado a escribir su libro.
- Gates me hará estar con Sarah pegada a mí hasta que vuelvas – le dijo ella con fastidio.
- Venga Kate, Sarah es un encanto y yo creo que sabrás apreciar su capacidad, te será útil – le dijo él besando su nuca y acariciando su pecho.
- Lo sé, pero comprende que no me guste la idea… llevo cuatro años contigo y ahora que por fin estamos juntos, te quedas en casa y me tengo que hacer cargo de ella… volver a empezar… novata como tú.
- Bueno, al menos ella es policía desde hace un par de años…
- Supongo que el problema no es ella – le confesó Kate – el problema eres tú…
- ¿Yo? Pero si yo ya no estaré …
- Por eso… por eso mismo… me tocará pegarme con la cafetera…
- Yo te esperare en mi casa con la cena preparada… te lo prometo.
- ¿En tu casa?
- ¿Dónde quieres que escriba? ¿aquí?
- Bueno, podías turnarlo…
- Ya veremos… pero tengo mis cosas en casa, podemos seguir viniendo aquí a dormir… ya veremos ¿vale? No te preocupes ahora por eso… te esperaré con la cena preparada y pasaremos las noches juntos, y los fines de semana podemos ir a los Hamptons. El tiempo pasará rápido y cuando quieras darte cuenta estaré llevándole un café a la teniente Beckett…
- Esa es otra… no quiero ni pensar que me tiene preparado Gates… y tengo que aprobar si o si…
- Pregúntaselo
- Como que te crees que me lo va a decir
- Si no pruebas no lo sabrás.
- Prefiero no hacerlo.
Poco a poco fueron dejando que la conversación se hiciese más lenta, incluso hablando en susurros hasta que ambos se quedaron dormidos.
Cuando él despertó ella ya estaba en la ducha. Salió de la cama y preparó el desayuno. Hoy tenían que ser rápidos les esperaba el capitulo final de la historia, al día siguiente él ya no la acompañaría a comisaria.
El día fue algo pesado. Se encargaron de detener al comisario de la zona, que juró vengarse de ambos y echarles a patadas del cuerpo en cuanto se aclarase todo. Kate se mantuvo impasible, leyéndole sus derechos y deseándole suerte en el intento de echarles de la 12. Cuando la prensa se enteró de todo lo que estaba pasando en todas las comisarias de Nueva York, hubo un gran revuelo y aunque se había convocado una rueda de prensa, no pudieron evitar que los periodistas intentasen colarse en la 12, por ser el centro donde se habían desarrollado todas las operaciones. Espo y Ryan estaban empeñados en ir a tomar algo para despedir a Jimmy y Harry, que volverían a su comisaria, y de paso despedirse de Richard, aunque él les decía que más de una tarde iría a buscar a Kate y les vería por allí, finalmente acabaron en Old Haunt, y Richard tuvo que llamar a Alexis para que no se preocupase por ellos, pues volverían a quedarse en la casa de Kate.
- Kate – le dijo Jimmy – ha sido todo un placer trabajar contigo. Supongo que la próxima vez que te vea no podré darte órdenes – ella rio – estaremos de igual a igual.
- Muchas gracias por cuidarnos tan bien – les dijo Kate a ambos pero especialmente a Jimmy, que se había convertido en muy buen consejero.
- En cuanto sepamos donde y cuando nos casamos, os haremos llegar la invitación – les dijo Harry – aunque no sé si será conveniente verte aparecer por mi boda – le dijo a Richard sonriendo
- ¿Imaginas la prensa? - contestó Richard y comenzó a reír – todos me mirarían cuando preguntasen eso de “si hay alguien que tenga algún impedimento….”
- Especialmente te miraría Kate con cara de mala leche - le dijo Jimmy riendo…
- O con la pistola en la mano – sentenció Espo y todos rieron.
- Nos ha gustado colaborar con la 12 chicos – les dijo Harry a todos mientras salían por la puerta.
Al rato, Sarah y Anthony, que había accedido a ser presentado, se despidieron y se marcharon. Veinte minutos más tarde, Ryan y Jenny se levantaron para irse, provocando que el resto les acompañase, todos estaban cansados.
- Estoy deseando llegar a casa y darme un buen baño caliente – le dijo a Richard mientras entraban al coche.
- ¿Con almohada o sin almohada? – preguntó él
- Sabes de sobra que desde que he descubierto lo bien que haces de almohada estas obligado a estar en mi baño – le contestó ella.
Un rato después en la bañera
- Mañana iré a ver a Paula – le dijo él besándole la mejilla mientras ella estaba recostada en su hombro- y…
- ¿Tengo que darte permiso? – le dijo sin abrir los ojos
- No. Es mi representante desde hace siglos y no he tenido nada que ver con ella nunca – contestó rápido él.
- ¿Entonces? ¿Por qué me lo dices?
- Porque quiero saber si no te importa que haga saber que estoy saliendo contigo. Me niego a salir de nuevo como soltero cotizado y que te enfades conmigo.
- ¿En que me afecta a mí?
- En el comunicado que haga a la prensa necesito un nombre… ¿quieres que me lo invente? – ella abrió los ojos
- Pero si haces eso ¿nadie vendrá a hacerme fotos o perseguirme verdad?
- Le diré a Paula que se encargue de eso… pero necesito saber si quieres que lo haga o no lo haga…
- ¿Y tiene que ser mañana? ¿No dejas que me lo piense?
- ¿Qué te lo pienses? ¿Qué tienes que pensar?
- No quiero tener a la prensa detrás de mi Rick.
- No soy tan importante Kate, y lo hago por ti. Esas listas salen en septiembre…
- Esta bien, pero dile a Paula que no quiero a nadie detrás de mi. Soy policía, necesito proteger mi identidad.
- No te preocupes… después iré a ver a mi abogado.
- ¿Abogado o abogada? –le inquirió ella
- Abogado…
- ¿También tengo que darte permiso? – le dijo ella relajada de nuevo en su baño.
- Tienes que firmar las escrituras de propiedad de esta casa Kate, me las ha enviado y las tengo en casa, mañana pasare por la comisaria y me las firmas.
- Aún no puedo creer que me hayas regalado esta casa…
- Pues mañana lo tendrás por escrito – le dijo él.
Ella se incorporó en el baño y dándose la vuelta busco su boca, juntándola con la suya y recibiendo las caricias urgentes de él, acabando con ambos sobre la cama.
********
Los meses de verano pasaron muy deprisa para Castle. En tan sólo dos meses y dos semanas tuvo listo un nuevo libro. Se concentraba cada día, desde por la mañana, cuando Kate abandonaba la cama, hasta la hora de ir a buscarla hasta comisaria o de preparar la cena y el baño para ella. El segundo día que él durmió en casa de Kate tras dejar de ir por la comisaría, se levantó y ella ya se había marchado a trabajar sin que él se hubiese dado cuenta y dejándole una nota y un sobre en la almohada: “Buenos días mi amor. Levántate ya y ponte a escribir, no te hagas el remolón. Te amo”. Cuando él abrió el sobre, descubrió que ella le había hecho una copia de las llaves de su casa, y en otra nota le decía: “Espero que te guste el llavero…” . Y él sonrió al descubrir que era una réplica en plata de unas esposas de policía, a la que le faltaba una parte, sólo eran la mitad de unas esposas un solo aro, las miró y descubrió que tenían un mecanismo para enganchar la otra mitad que sin dudar él pensó que llevaría ella. Y acertó. Días después y en un descuido de ella, él añadió en el llavero de ella las llaves de su loft.
Pasaron algunos fines de semana en su casa de los Hamptons, y mientras ella se relajaba al sol, o en la piscina o el mar, él escribía sin dejarle leer absolutamente nada, “trae mala suerte” le decía para que ella no insistiese más y ella le respetaba. Se regalaban absolutamente todas las noches, que sólo les pertenecían a ellos, incluso les habían respetado los asesinos, que habían decidido matar de noche en otras partes de la ciudad donde no era Kate quien tenía que acudir.
El 31 de agosto, a las 11 de la mañana, Richard apareció en la 12, pasó inadvertido para Esposito y Ryan, concentrados en el ordenador del primero buscando una pista de su caso, Sarah levantó la cabeza y cuando él le hizo un gesto con el dedo sobre los labios en señal de silencio, ella le sonrió sin dejar de mirarle, y encantada de ser espectadora de ese momento que Castle sin duda iba a dedicar a Beckett.
Él se acercó hasta su mesa, donde ella estaba concentrada en acabar con el papeleo, al día siguiente empezaba su periodo de estudio, y tenía que acabar todo antes de poder irse. Tres días después entraría en quirófano. No se percató, seguro que porque no lo esperaba allí, de su presencia, y cuando él le dejó sobre la mesa el vaso de su café preferido, ella sin levantar la vista sonrió, sabiendo que era él, su aroma le delataba.
- No sabes lo que echo de menos esto – le dijo mirándole y cogiendo el vaso para darle un sorbo.
- Ya queda menos inspectora – le contestó él inclinándose para darle un suave beso.
- ¿Qué haces por aquí? – le preguntó mientras él se sentaba en la silla Castle.
- Vengo a cumplir un trato… - ella le miró curiosa, y el sacó de una bolsa de papel un ejemplar de un libro y se lo tendió – acabo de recogerlo en la imprenta.
Ella miró la portada, totalmente negra, con un dragón rojo que emitía fuego en relieve sobre la misma. “La caída del dragón”
- ¿Un trato? ¿Con quien? – le preguntó curiosa
- Con ella – y él señalo con la cabeza a Gates – lee el resumen de la parte de atrás mientras hablo con Gates – le dijo dejándola boquiabierta.
Él se levantó volviendo a besarla en los labios y se encaminó hacia el despacho de Gates. Kate le vio entrar, cerrar la puerta y sentarse y como le daba a Gates otro ejemplar de su libro. Ella le dio la vuelta para leer el resumen. Este no era un libro sobre Nikki Heat, él había escrito un libro sobre la corrupción de Powell y como había afectado a la policía…
Ella abrió el libro, y leyó la dedicatoria:
“A ti, a tu personalidad, a tu fuerza y tu coraje y a todos los pequeños detalles que me enamoran aún más cada día. Este libro es tuyo, porque si eres quien eres, es por todo esto y por tu empeño de descubrir la verdad. Te amo Kate”
Kate levantó la mirada del libro y se encontró con los ojos de Sarah, que la miraban afables y no pudo más que sonreírla, aunque desde su ojo se deslizaba una lágrima y caía en esa primera hoja del libro que Richard no le había dicho que estaba escribiendo. Pero no se sintió mal por ello, al contrario, supuso que era una sorpresa, aunque le intrigaba saber que clase de trato tenía con Gates. Kate fue a la última página, donde sabía que él escribía los agradecimientos de sus libros.
“Durante el largo camino de mi vida, me he encontrado con personas a las que sabía que tarde o temprano tendría que agradecerles algo. La sorpresa viene cuando desde el primero momento piensas que jamás tendrás nada que agradecerle a alguien, simplemente porque no te ha caído bien, o tú no le has resultado simpático, y al final esa persona resulta que ha dado la vuelta a tu relación con ella, demostrando que tienes que agradecerle mucho más que al resto. Por eso GRACIAS en mayúsculas a Victoria, por tu apoyo, tu confianza, consejo y protección. Espero no haberte defraudado con este libro.
Y ahora al resto, a esos que siempre tendré que agradecerles formar parte de mi vida.
Gracias Javi, por ser su hermano mayor, por seguirla incondicionalmente y cubrir su espalda. Gracias Kevin, por hacer lo que tenías que hacer. Sin vosotros dos, no sé que hubiese pasado y donde estaríamos hoy.
Gracias Lanie, huracán Lanie, que pasaste desarmando motivos y pensamientos y poniéndole las cosas en su verdadero lugar, cuento contigo para que lo sigas haciendo...
Gracias Martha por tus grandes consejos. Gracias Alexis por tu preocupación por mi, sé que me quieres mucho.
Gracias Roy… donde quiera que estés, porque protegiste con tu vida lo que yo más amo de la mía.
Gracias a Paula por aguantar todas mis locuras y en especial las de esta primavera y gracias Gina, por tu paciencia en mi falta de puntualidad.
Gracias al Departamento de Policía de Nueva York. Aunque a veces os cueste, y no os entendamos, gracias por protegernos de vosotros mismos.
Gracias a mis amigos, porque todos me aportáis pequeños detalles (debería de excluir a los que jugáis a Póker conmigo, que en vez de aportar me limpiáis…)
Y por último, gracias a ti, mi amor, porque sin ti, yo no sería yo….”
La mano de él se posó en su hombro y ella levantó la mirada para encontrarse con la suya.
- ¿Hablamos? – le dijo
- Si – y se levantó para ir a la sala de descanso.
Espo y Ryan se dieron cuenta que él estaba allí e intentaron llamar su atención, pero Sarah les calmó, era su momento. De Kate y de Richard. Y ella les conminó a que les dejasen en paz.
Antes de que Kate le hiciese ninguna pregunta, Richard se adelantó y mientras cerraba la puerta le dijo:
- Gates encontró el manuscrito que estaba escribiendo Joyce Loods cuando recibió los documentos de Smith. Parecía que ella quería dar el gran salto del periodismo y estaba escribiendo una novela en la que dejaba bastante mal a todo el cuerpo – ella le miraba en silencio – Cuando lo leyó, pensó que Joyce no sabía nada de vosotros, y se le ocurrió que debería de ser yo quien lo escribiese, dado que lo he vivido en primera persona y que llevo trabajando con vosotros todo este tiempo. Ella confiaba en mi para escribirlo.
- ¿Y cual era el trato Castle? – le preguntó ella sin rencor pero muy seria.
- Debía de escribirlo antes que nadie pudiese adelantarse, y lo he hecho en dos meses
- ¿Y su parte del trato? – ella le preguntaba tranquila, pero seria… él se acercó y la cogió la cara con ambas manos.
- Dos meses míos de trabajo, dos meses tuyos de descanso para tu operación.
- ¿Por qué siempre me metes en tus tratos Castle? – le dijo suavemente.
- Porque te amo Kate. Quería sorprenderte con este libro. Es tu caso. Es tu vida.
- No debes de amarme mucho cuando esos meses de descanso estoy obligada a estudiar…
- Eso no es cosa mía, ella tenía que buscar alguna excusa …
- ¿Eso quiere decir que ya no tengo que presentarme al examen?
- ¿No querrás hacer eso verdad? – le dijo con pánico en su cara - ¿Por qué?
- Y ¿Por qué he de hacerlo?
- Porque ella tiene planes para ti, por ti, que no debes quedarte donde estas, Kate, tu vales… no me digas ahora que no vas a presentarte… - ella suspiró
- Vaya trato… la próxima vez me lo cuentas para que te diga que debes acordar… tus tratos me traen problemas Castle, trataste con Smith y aparte de casi matarme a mi, le mataron a él, acuerdas con Gates mi descanso y en vez de descanso es trabajo… no te quedes ahí parado como un tonto, al menos abrázame…
- ¿Estas muy enfadada? – le dijo apretándola contra él
- No puedo estarlo – le contestó ella muy suavemente – no me dejas estarlo… tu dedicatoria, tus agradecimientos…
- ¿Te ha gustado? – ella se separo de su abrazó y le miró
- Si… mucho… muchísimo… - le dijo besándole
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7 de Noviembre de 2012
El examen de Kate se había retrasado quince días más, lo tendría en una semana. Como cada día, desde que se había puesto a estudiar, ambos se sentaban cerca, ella estudiando, el escribiendo la nueva novela de Nikki Heat, que había retrasado por la entrega de “La caída del dragón” que había sido todo un éxito y le estaba reportando grandes ingresos, aunque él había pospuesto toda clase de promociones a después del examen de ella. Ahora, ella estaba sentada de lado sobre el sofá de Richard, con las piernas estiradas encima y él estaba en el suelo, escribiendo en su portátil con la espalda apoyada en el sofá y con su cabeza sobre el costado de ella, que le acariciaba el pelo mientras estudiaba. Prácticamente vivían en la casa de él, puesto que ni Alexis ni Martha estaban mucho por allí, y allí tenían lo que necesitaban… más silencio que en casa de ella y el gimnasio para que Kate no perdiese su forma. La operación había sido un éxito y estaba completamente recuperada. La nueva novela iba bastante adelantada, incluso la repasaban juntos y ella le corregía en dato policiales s en los que él no había acertado del todo. Los estudios de Kate iban muy bien, estaba aprobando todos los exámenes de prueba que llegaban hasta sus manos. Se dedicaban todo el día a estudiar y escribir (bueno casi todo) y sólo se permitían distracciones después de al menos diez horas al día de estudio y escritura. Entonces ambos se convertían y hacían las cosas más dispares, desde salir a bailar a los locales más “in” del momento, donde se provocaban celos mutuamente acercándose a otras personas, como cenar tranquilamente en el sofá de su casa y ver una película abrazados, o salir a un restaurante, ir al cine o al teatro. Aunque en los últimos días, lo que más les gustaba era enfundarse en trajes de cuero negro y salir a toda velocidad en la moto de él a recorrer los rincones de aquella gran ciudad de noche, turnándose al conducirla y haciéndolo a gran velocidad si el tráfico de la madrugaba lo permitía. Batman y Catwoman, Catwoman y Batman.
Se oyó un tintineo de llaves y se abrió la puerta de la casa, apareciendo Martha.
- Hola chicos –les dijo y ellos la miraron
- Hola madre ¿tú por aquí? – le dijo Richard – ¿ya has dejado a ese nuevo novio tuyo?
- No querido, pero empieza a hacer frío y necesito ropa, no tengo todo mi armario en casa de Lester.
- ¿Qué tal te va Martha? – preguntó Kate sin dejar de revolver el pelo de Richard.
- Todo perfecto querida… He revisado el correo y he encontrado esta carta para vosotros – les dijo entregándoles un sobre que venía a nombre de los dos – Lester esta en doble fila, voy a por mi abrigo y me voy enseguida…
- Vale madre… - dijo sin hacer mucho caso -¿Qué es esto? – le dijo entregando el sobre a Kate
- No lo sé… Kate Beckett y Richard Castle…. –leyó ella – ¿lo abro?
- Claro – y ella rompió el sobre mientras él seguía tecleando en su ordenador.
- Vaya…
- ¿Qué? – preguntó él.
- Me va a tocar pedirle otro favorcito a Gates…
- ¿Por qué? – le dijo él girándose - ¿Qué es?
- La invitación a la boda de Jimmy y Harry… finalmente se casan en Londres
- ¿Cuándo?
- En un mes… el 8 de diciembre… ¿hoy estamos a 7 no?
- Si, estamos a 7 de noviembre – le dijo él.
- Chicos – dijo Martha bajando por las escaleras – yo ya me marcho – se acercó a ellos para besarlos – Que bonito – dijo al ver la invitación - ¿vais de boda?
- Si… - contestó Kate – a Londres…
- Vaya – contestó Martha – bueno, así os tomáis un descanso… me voy…. – les dijo y se despidió de nuevo desde la puerta.
Richard dejó su portátil a un lado irguiéndose un poco e inclinando su cabeza hacía atrás, sobre las piernas de Kate, mirándola. Ella dejó sus apuntes y llevó sus manos a la cara de él, volviendo a jugar con su pelo y recorriendo su mandíbula con un dedo de otra mano.
- ¿Por qué me miras así Ricky? – le dijo ella y él sonrío
- ¿Sabes que día es hoy verdad?
- 7 de Noviembre… en una semana tengo el examen
- ¿Nada más? – ella le miró intrigada
- No sé… ¿Qué más? –le dijo haciéndose la interesante y sabiendo a que se refería él.
- Parece mentira Kate, que tenga que ser yo quien recuerde estas cosas… - le dijo fingiendo indignarse
- ¿El que? – le preguntó ella risueña
- Hoy hace seis meses que estamos juntos ¿Lo habías olvidado? – ella se puso a reír
- Claro que no, tonto… - le dijo agachándose para besarle y riendo por la forma que lo hacia… estaban de lado y más que besarle parecía que le hacía la respiración boca a boca.
- Kate…- él pensó que precisamente ahora era el momento oportuno…
- Dime – le dijo sin parar de darle besos en la cara
- ¿Te quieres casar conmigo? – le soltó él de repente y ella paró de darle besos, irguiendo su cabeza
Sus mentes viajaron a Delfos cinco meses atrás…. ¿La mujer a la que amo, si le doy el tiempo suficiente, confiará en mí y se casará conmigo cuando se lo pida? Los dioses creen que con el tiempo suficiente y el comportamiento adecuado, ellos … ellos te serán… seguramente te serán favorables.
- Kate… - la llamó sacándola de sus pensamientos y de su mirada perdida en el sofá
- Si… – le dijo ella mirándole
- Kate, cielo, te he hecho una pregunta… y esta vez creo que era bastante clara-le dijo maldiciéndose por no haberse arrodillado y haberle ofrecido el anillo que tanto tiempo llevaba guardado esperando ese momento.
- Y yo te he contestado mi amor, te acabo de decir que si… -le dijo inclinándose de nuevo hasta su boca – Si. Me quiero casar contigo Rick – y ella pudo ver un brillo de emoción en sus ojos, y él en los de ella.
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FIN
G R A C I A S por haber llegado hasta el final. Mil gracias. Doscientas cincuenta hojas. Cuarenta partes.
Espero no haber defraudado a nadie, espero no haber dejado nada pendiente, espero haber servido de entretenimiento durante esta vuestra larga espera y espero que me digáis que queréis leer el epílogo final que tengo listo.
Ana.
No puedo decir que no me de pena, pero también he decir que ya era pesado de leer, no para mí claro, que yo lo escribía, pero supongo que mas de uno decidió abandonar al ver tanta letra.
Como ya comenté ayer, daros las gracias uno a uno a todos significa tener que escribir de nuevo otras diez páginas ¿Me perdonáis si no lo hago? Todos y cada uno de vuestros comentarios han sido leídos y procesados en mi mente y aunque no os haya contestado los he tenido en cuenta.
Mil gracias.
Os dejo con el capítulo final, que al fin y al cabo es lo que habéis venido a leer y no mis tonterias...
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CAPITULO 40
Habían pasado una semana revisando expedientes, separando posibles implicados de los que no estaban, y tras hacer una primera criba, volvieron de nuevo a revisarlos, encontrando similitudes y conexiones entre los que realmente estaban implicados en aquella trama y los que estaban implicados en otras de menos importancia, pero que no por ello se librarían de su castigo.
Gates estaba orgullosa del trabajo que habían realizado, y al día siguiente, los capitanes no implicados de las comisarias de Nueva York, recibirían la orden de detener de inmediato a todos los policías corruptos. La cifra no era nada desdeñable. Más de trescientos agentes de todo tipo de categoría profesional estaban involucrados en aquel caso. Lo único que temía era la mala prensa que todo aquel alboroto generaría en el Departamento de Policía de Nueva York. Afortunadamente, el equipo de asesores de imagen y comunicación ya tenía preparados la información y la publicidad que presentarían tras las detenciones y que intentarían paliar en todo lo que pudiesen que el resto de los agentes se viesen cuestionados por la opinión pública. Todos los arrestos se efectuarían el mismo día y a la misma hora. No podía dejarse al azar, no podía permitirse el lujo que alguno de ellos huyese.
- ¿Puedo hablar con usted un momento? – le dijo Castle en la puerta del despacho de Gates sacándola de sus pensamientos
- Claro… adelante señor Castle – él entró y cerró la puerta tras de sí
- Ha llegado el gran momento… - le dijo él - ¿Cómo se encuentra?
- Si le digo la verdad, deseando que todo esto acabe… Aunque no creo que haya venido hasta aquí para preguntar como me encuentro… - le dijo
- Puede pensar que no, pero me interesaba su respuesta – le dijo él serio
- Se lo agradezco… Yo no entiendo su trabajo señor Castle, pero… ¿Cómo avanza?
- La idea la tengo, me faltaría documentarme bien mañana… y seguir algo del proceso después para montar bien el final.
- Sobre eso no hay problema, acompañará a Beckett, ella arrestará al comisario asignado a esta zona…
- Vaya… un pez gordo… ¿No prefiere hacerlo usted? – Gates sonrió
- Yo me reservo al más gordo de los peces señor Castle… mañana iré a por el Jefe de la policía… puede que le resulte un poco egoísta, pero… es una espina clavada desde hace tantos años… por cierto me alegro que su amigo el Alcalde Robert Weldon no tenga nada que ver en todo esto.
- Robert es un político de los que ya no quedan –le dijo sonriendo y recordando como Gates le había cuestionado meses antes - En cuanto al Jefe de Policía, la entiendo… - dijo mirando hacía fuera y viendo a Kate reír con Jimmy y Harry – sacarse una espina así puede resultar muy beneficioso…
- Si… - le contestó ella sabiendo a lo que se refería – señor Castle, no tengo mucho tiempo, dígame que es lo que ha venido a pedirme.
- Sé que nunca fui de su agrado en esta comisaría, y que si me aguanta aquí es por ella y…
- Señor Castle… - le interrumpió ella
- Capitana Gates, déjeme continuar por favor… - ella calló y asintió
- Durante los próximos dos meses no voy a aparecer por esta comisaría, tengo que acabar de escribir esta historia que me ha encomendado, y le prometo de nuevo que lo haré como usted me pidió, siendo objetivo y bajo la experiencia de una persona que lleva con ustedes cuatro años. Cuando el libro esté acabado, a finales de agosto y como usted y yo acordamos, le dará a Beckett tiempo libre para que prepare su examen y pueda recuperarse de la operación… después del examen, ella volverá a incorporarse, pero no hemos hablado de mi…
- ¿De usted?
- Usted me dijo que la liberaría de su trabajo para que pudiese recuperarse de la operación, pero no me dijo que tenía intenciones de ascenderla a Teniente. ¿Qué planes tiene para ella? Porque me gustaría poder seguir viniendo a esta comisaría, a colaborar, asesorar o fisgar y entrometerme como usted dice… y creo que si la asciende, yo no entro en sus planes y me plantará en la calle… Entienda que quiera saberlo, si mañana es mi último día aquí…
- Señor Castle… ¿puedo hablar ya o aún no ha terminado?
- Si… he terminado.
- Ocúpese de estar mañana en el arresto del comisario, dedique uno de los capítulos de su libro a ese momento, tómese su tiempo para escribir el resto, aunque me gustaría que nadie se le adelantase y veo que tiene fecha de entrega, ya le dije que confío en usted para contar la verdad y no historias absurdas que nos dejen en mal lugar a todos – dijo señalando hacía fuera, hacía Ryan, Espo, Sarah, Jimmy, Harry… Kate... – nos partimos la cara a diario con asesinos y sinvergüenzas, nadie debe juzgarnos y escribir sobre nosotros sin conocernos… cuando termine ayúdela a aprobar ese examen y cuando lo haga, no seré yo quien le pida que se vaya o se quede, será ella....
- ¿Cómo? ¿Cómo que será ella?
- Yo tengo que dirigir una comisaría, entera, no sólo homicidios, no puedo estar encima de este departamento… lo hará ella, y francamente que usted moleste o no moleste a los inspectores de homicidios, me traerá sin cuidado, será el problema de ella, no el mío. Si ella le deja, yo le dejo, si ella le manda a casa, yo le mando a casa… - a él se le iluminó por completo la cara
- Bien –acertó a contestar- aunque pensándolo bien… no sé si eso será lo más acertado… - dijo pensando en como podía enfadarse Kate con él y enviarle a casa para siempre.
- Ese será su problema señor Castle, ese será su problema…. El mío es que usted cumpla su trato, escriba ese libro contando la verdad, mi problema es que no quiero que nadie se le adelante y cuente versiones falsas, quiero que ayude a Beckett y apruebe ese examen y vuelva recuperada y deseando ocuparse de su nuevo trabajo…
- ¿Cuándo se lo dirá a ella? – preguntó
- Cuando apruebe, y espero que usted no lo haga antes.
- No señor – contestó tajante – tenemos un trato… yo saldré ahí y diré que le he pedido poder volver en Noviembre y que usted ha prometido pensarlo….
- Como quiera… ¿algún asunto más?
- No… todo está claro… tendrá su libro
- Ah, señor Castle, Sarah vendrá conmigo mañana, ella le dará los detalles de cómo detengo al jefe de policía
- Bien… me será de gran ayuda… tiene una mente privilegiada
- Así es… En cuanto a los detalles del proceso, le facilitaré acceso a Robert Evans, el fiscal del caso…
- Y su marido –añadió él para su sorpresa…
- Si… y ahora salga ahí… llamaré a Beckett en unos minutos y les daré a todos la tarde libre, han hecho un gran trabajo.
- Gracias Victoria… - le dijo sonriendo y ella le asintió – usted también… y estoy siendo objetivo… -le dijo sonriéndola y recibiendo una sonrisa de Gates a cambio.
Richard salió del despacho y se encamino hacía Kate, que le miró intrigada.
- No sabía que querías hablar con Gates… ¿ocurre algo?
- ¿Te apetece un café? – le dijo para poder hablarle con privacidad
Ella le siguió y entraron a la sala de descanso y él empezó a preparar un café para ella.
- ¿Qué ocurre? Me asustas.
- Nada malo Kate, aunque no sé si estarás de acuerdo…
- ¿De acuerdo? ¿En que Castle?
- Estaré hasta finales de Agosto en mi casa escribiendo…
- ¿Cómo?
- Tengo un libro que entregar Kate… lo sabes
- Lo sé… pero no pensé que… te recluirías… - él la entregó el café y comenzó a prepararse uno para él
- Ni yo… pero llevo mucho sin escribir Kate… más de un mes desde que todo esto empezó…
- Lo entiendo… pero…. Yo … sabes…
- Kate, mi amor – le dijo cogiendo su mano- yo también te echaré de menos, pero te esperaré cada noche en casa…
- Lo sé… solo que… tengo que hacerme a la idea… no lo esperaba… - él sonrió y tomó un sorbo de su café
- Si pensabas librarte de mí por completo… no lo conseguirás, no será como la última vez que me recluí…
- ¿Y que hablabas con Gate?
- Mi vuelta…
- ¿Y que te ha dicho?
- Que cuando decida volver… se lo comunique y se lo pensará…
- Se lo pensará… ufs… - dijo Kate algo abatida.
- Confío en ella Kate…
- Ya veremos Rick, ya veremos – le dijo acercándose a él y besándole.
Salieron de la sala de descanso y cuando se acercaban a la mesa de Kate, Gates desde su despacho gritó:
- ¡Beckett! – ella le miró intuyendo algún problema con la conversación que acababa de mantener con Rick.
- Tranquila – le dijo él, siempre puedo llamar a Weldon y que la obligue a dejarme volver.
Ella le negó con la cabeza. Ya lo hizo una vez, y quedó claro que no debería haber una segunda… por su bien y por el de él.
- ¿Señor? – dijo Kate entrando en el despacho
- Siéntese por favor… Le diré que haremos mañana. Quiero que usted y Castle vayan a arrestar al Comisario de zona, John Cullen, y Espósito y Ryan irán a por el capitán de la 18, Brandon y Barber, que mañana aún son de la 12, detendrán al comisario de su zona, y Sarah vendrá conmigo… quiero que me acompañe. Sarah será un gran apoyo para ustedes, pero antes tenemos que terminar de formarla ¿me entiende?
- Si señor – le dijo Kate intuyendo que le iba a tocar hacer de profesora durante los meses que Richard estuviese escribiendo. -¿Puedo preguntar a quien arrestará usted?
- A William Norton.
- ¿El Jefe? – preguntó asombrada Kate.
- Así es…
- No puedo creer que todo esto sea tan complejo… - le aseguró
- Ha tenido mucha suerte Beckett. Viendo todo lo que han hecho, podían haber acabado con usted de una palmada, como si fuera una mosca. Tuvo suerte de cruzarse en el camino de Montgomery, de no haber sido así… - le dijo apretando los labios – pero mañana todo habrá acabado.
- Si señor… el capitán Montgomery me enseñó muchas cosas vivo y una gran lección cuando murió.
- Usted y su equipo han hecho un buen trabajo. Tómense el resto de la tarde libre, mañana les quiero aquí a las ocho.
- Gracias señor.
- Hasta mañana.
Aunque Esposito les había propuesto ir a tomar algo todos juntos, sin duda para no estar sólo hasta que Lanie acabase su turno, todos le pusieron excusas para irse, y él no pudo insistirles más, les entendía, habían pasado unos días de arduo trabajo, sin descanso ni el fin de semana y todos querían estar con sus parejas. Espo, resignado, decidió bajar hasta el laboratorio de Lanie y esperarla allí, al menos podrían hablar, y quien sabe si la convencería para salir antes de su hora.
Harry y Jimmy, como era habitual en ellos, volaron en su moto, Sarah corrió hasta el metro para ir a su casa y prepararse para salir con Anthony y Ryan fue caminando hasta la oficina de Jenny, con un poco de suerte ella no tendría mucho trabajo y podrían volver pronto a casa. Richard y Kate fueron los últimos en salir, Kate dejó ordenada toda su mesa y él recogió las tazas del café mientras la esperaba.
Mientras andaban hacía el ascensor, se cruzaron con Gates que caminaba leyendo un informe, y tras levantar levemente su mirada por encima de las gafas les deseo que descansasen y se despidió hasta la mañana siguiente. Ellos no pudieron ver la sonrisa de Gates después de cruzarse con ella. Victoria Gates estaba orgullosa de aquel equipo.
Bajaron en el ascensor hasta el aparcamiento de la comisaria, donde el flamante Chevrolet Volt de Kate estaba aparcado en el lugar reservado para ella. Él la miró de reojo, poniéndole de nuevo esos ojitos de Gato con botas de Sherk, y ella le negó con la cabeza.
- No lo entiendo… yo te dejo mis coches… - le dijo lloriqueteando
- No es mío Rick, y lo sabes – contestó ella con tono de madre negando de nuevo algo a su hijo
- ¿No confías en mí?
- Si, pero no quiero problemas en mi trabajo… no me pongas en compromisos, además, tienes un Ferrari, un Lexus, el Ford de Alexis y esa súper moto que, por cierto, aún no me has enseñado… ¿para que quieres conducir un coche eléctrico? No te pega…
- Esta bien inspectora, no pienso discutir con usted. Conduzca y no se queje –ella le miró intentando averiguar que se traería entre manos esta vez. ¿Me llevas a casa? – le preguntó él y ella levantó una ceja
- ¿A tu casa? Yo pensé…
- Cogeré algo de ropa y después iremos a la tuya… ¿te apetece que salgamos a cenar hoy?
- Pensaba pedirte que aprovechásemos para ir al cine, hace mucho que no voy…
- Vale, vamos a casa, cojo la ropa para mañana y vamos al cine y a cenar ¿te parece?
- Me parece bien… pero, ¿una cena informal vale?
- Como tu quieras.
Salieron del aparcamiento, y ella pudo ver como él había adoptado la misma posición que unos días antes, medio girado en su asiento, en silencio y sin parar de mirarla mientras conducía. Ella fingió ignorarle, decidida a no dar su brazo a torcer. Entonces él hizo algo inesperado, se inclinó hacía ella y con total y absoluto descaro comenzó a acariciarla entre los muslos
- ¡Ehh! – le gritó ella - ¿se puede saber que estas haciendo Castle?
- Tu elegiste conducir… paso dos iniciado… - informó con voz de autómata- conduce… no te distraigas inspectora, ya que no conduzco en algo tendré que entretenerme.
- ¿Quieres estarte quieto? – le dijo cogiéndole la mano y dejándola sobre las piernas de él que de inmediato volvió a la carga, esta vez sobre su pecho, desabotonando uno de los botones de su camisa y metiendo la mano por la abertura para acariciarla.
- No. No voy a estarme quieto… - ella intentó sacarle la mano de debajo de su camisa y sin darse cuenta que el semáforo acababa de ponerse en rojo, lo rebasó, ganándose los pitidos de varios de los coches que habían comenzado su marcha y que evitaron impactar con ella - ¿ves? Concéntrate inspectora… tu elegiste conducir… ¿acaso no eres capaz de hacerlo mientras te meto mano? – le dijo retándola al notar que ella estaba aminorando la marcha y pretendía parar el coche.
- ¿Crees que no puedo hacerlo Castle? – le dijo acelerando de nuevo, centrándose en la calle y reprimiendo un gemido al notar los dedos de él jugueteando sobre su piel por dentro de su sujetador.
- No lo sé… - le dijo acercando su boca al cuello de ella – paso tres, iniciado… - y comenzó a besarle en el cuello - ¿puedes resistirlo? – no recibió respuesta, tan sólo un acelerón del coche le confirmó que no iba a resistir mucho.
Aparcó en la plaza que Richard le había alquilado en su propio edificio, y sin salir del coche Richard había comenzado a besarle en la boca y ella le correspondió de forma urgente, pero de repente, él paró, saco su mano de debajo de la blusa de ella, abrochando el botón, volvió a su asiento, se peinó el pelo con los dedos y desabrochándose el cinturón de seguridad le dijo:
- Pues ya hemos llegado – acto seguido abrió su puerta y salió sonriendo – Veo que si has podido resistirlo…
- ¿Qué? – dijo ella en un susurro ahogado, intentando normalizar su respiración y la agitación de su corazón
Él dio la vuelta al coche y abrió la puerta de ella, que aún seguía con el cinturón de seguridad puesto y mirando al frente.
- ¿Vamos inspectora? – le dijo tendiendo su mano y sonriéndole, ella le miró y desabrochó su cinturón, saliendo del coche cogida de su mano
- Esta me la vas a pagar Richard Castle – le dijo dándole un tirón de su mano y pegándole contra ella.
- ¿Ahora? – le contestó él gracioso.
- Ahora tengo otros planes – le dijo – dejaré la venganza para otro momento – comenzó a besarle el cuello
Se arrastraron hacía el ascensor besándose y acariciándose, y el trayecto hasta el piso de él, les pareció durar más tiempo del habitual, antes de entrar en la casa, él ya tenía la camisa totalmente desabrochada, y ella jugaba con la hebilla del pantalón de él, mientras Kate sujetaba su propia camisa con un solo botón abrochado. Richard se separó de su boca y miró al interior de su casa, y al no ver a nadie, tiró de ella arrastrándola hacía su despacho de camino a su habitación. Se detuvieron allí y el la sentó sobre la mesa, besándola, y ella le abrazó con las piernas, en ese momento, un tintineo de llaves y un ruido metálico proveniente de la cerradura de puerta principal les alertó.
- ¡Viene alguien! – le dijo Kate intentando zafarse de él y colocar su ropa de alguna forma
- No digas nada – le dijo susurrante Richard y la levantó por la cintura comenzando a andar hacia la abertura que comenzó a desvelarse detrás del cuadro y que de alguna forma él había accionado – nadie sabrá que estamos aquí.
Ella pudo comprobar que lo que él la había dicho era cierto. Detrás de ese despacho había un cuarto secreto con aparatos de gimnasio, cerró la abertura tras de si, y sin perder el ritmo siguieron con lo que él había comenzado en el coche…
Un rato después…
- No puedo creer que tengas esto oculto – le dijo ella aún jadeante y tumbada sobre él
- ¿No te gusta? – le dijo un también jadeante Richard- ¿sabes? No había pensado que este suelo de goma resultase tan cómodo…
- No entiendo porque lo tienes en secreto…
- En primer lugar es MI gimnasio, no quiero tener que ver a las amigas de mi madre o de Alexis por aquí ¿imaginas?
- Ah… no lo había pensado… - confirmó ella.
- Y además… es el lugar perfecto para esconderme de Alexis y ganarle batallas al láser…
- ¡Eres un tramposo! – le dijo dándole un pequeño puñetazo en el pecho
- Siiii – le dijo – y me encanta… mi madre se alía con Alexis para distraerme y que ella gane… es lo justo, así compenso.
- ¿Y ahora como saldremos de aquí? Teníamos planes…
- No te preocupes, Alexis suele subirse a su cuarto, es raro que se quede abajo…
- Y ¿si es Martha?
- No – le dijo seguro él – conozco el sonido de las llaves de Alexis… era ella, y ahora estará en su cuarto, en el ordenador, con música o buscando que va a ponerse para salir con alguna amiga, créeme… pura rutina.
Se vistieron entre besos y cuando ambos se dieron el visto bueno a la imagen del otro, él deslizó un pequeño panel y miró por un agujero, ella estaba asombrada.
- No hay nadie en la sala – le dijo mirándola y la abertura volvió a abrirse sin que ella hubiese visto como la accionaba.
- Esto no me gusta nada Rick – le dijo ella.
- ¿Por qué? No nos van a pillar, lo he hecho cientos de veces – le dijo cogiéndola de la mano para salir
- Eso es lo que no me gusta… a saber a quien habrás traído aquí… - le dijo con un tono de enfado provocando que él parase en seco, y se diese la vuelta para mirarla
- Escucha Kate – le dijo muy serio – ni siquiera Gina hace dos años durmió en esta casa un solo día, jamás he traído a nadie a casa para eso. Hay hoteles ¿sabes? … ¿Qué clase de padre crees que soy? – ella le miró largamente.
- ¿Y yo? –le preguntó indecisa
- Tú… tu eres la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida – le dijo besándola – la única con derecho a meterse en mi casa, en mi cama y en mi cuarto secreto. Y ahora salgamos o no nos dará tiempo para ir al cine… -ella le asintió sonriente.
Salieron a la sala y la abertura se cerró tras ellos. Efectivamente y como él había dicho, no había nadie allí y se oía música proveniente del piso de arriba. Caminaron hasta la puerta y fingieron abrirla y cerrarla.
- ¡Hola! – gritó él – ya estamos en casa Alexis.
- ¡Hola papá! ¡Hola Kate! – les dijo Alexis bajando por la escalera y acercándose para besarlos -Que pronto hoy
- Gates nos ha dado la tarde libre - le dijo Kate
- Hemos venido a por ropa, hoy dormiré en casa de Kate.
- Vamos a aprovechar las horas y nos vamos al cine – le dijo Kate mientras Richard se soltaba de su mano e iba hacía su habitación.
- Oh… bien…
- ¿Quieres venir con nosotros? – le preguntó Kate adivinando que ella estaría sola toda la tarde y haciendo que Richard parase y se volviese hacía ellas.
- ¿No os importa que vaya con vosotros? – preguntó la joven sonriendo
- Claro que no – le dijo Kate acariciando el brazo que Richard acababa de pasarle por la cintura – pero lo siento por los dos… la peli la elijo yo…
- Oh vamos Kate, eso no vale – le dijo él…
- Lo que no vale es que seáis dos enamorados de las pelis de zombis contra mi… nada de eso… yo elijo… - y los tres rieron.
Durante la película, Kate abrazó a Richard, apoyando su cabeza en el hombro de él y deslizó con cuidado de no ser vista por Alexis, su mano por debajo de la chaqueta doblada que él tenía sobre su abdomen, provocando que él se estremeciese al notar que ella presionaba entre sus piernas, y notando como esa parte de su cuerpo no tardó ni diez segundos en reaccionar a sus caricias, haciendo que ella, al notarlo, mostrase una gran sonrisa y le susurrase al oído:
- Pasos uno, dos y tres – le dijo besándole el cuello – ten cuidado escritor, concéntrate en la película y en que Alexis no pueda ver lo que te ocurre….
Después de ver la película, fueron a cenar a un restaurante de comida oriental que también eligió Kate y donde ella siguió provocándole por debajo de la mesa y tras cenar llevaron a Alexis de vuelta a casa.
- Veo que tu abuela está en casa - le dijo Richard a Alexis asomando la cabeza por la ventanilla y mirando la luz proveniente del loft.
- Buenas noches papá, Kate… lo he pasado muy bien… -les dijo saliendo del coche y dándoles un beso por la ventanilla – hasta mañana.
- Hasta mañana – contestó él sonriendo y mirándola hasta que el portero le abrió la puerta – vámonos.
- Si tienes mucha urgencia, si quieres aún podemos dejar el coche y dormir aquí… - le dijo ella.
- Noo. Vamos a tu casa. Gracias por decirle que se viniese
- No tienes que darlas. Lo paso muy bien cuando te hacemos de rabiar –le dijo sonriendo y él puso cara de víctima.
- Paso dos y tres inspectora – le dijo pasando su lengua por el cuello de ella y acariciando entre sus piernas
- Paso cuatro escritor – le dijo ella mientras hábilmente y sin que él se diese cuenta, le cerraba sus esposas en la mano izquierda y lo esposaba a la palanca para mover el asiento, entre las piernas de él, inmovilizándole hasta que llegasen a su casa.
- ¿De donde las has sacado? –le preguntó él curioso
- Las preparé mientras despedías a Alexis, imaginaba que querrías revancha….
Después de llegar entre besos a la ducha y estar bajo ella más tiempo del debido, él la abrazaba en la cama por la espalda, mientras comentaban lo que ocurriría el día siguiente y el tiempo que Richard estaría sin ir a la comisaria, dedicado a escribir su libro.
- Gates me hará estar con Sarah pegada a mí hasta que vuelvas – le dijo ella con fastidio.
- Venga Kate, Sarah es un encanto y yo creo que sabrás apreciar su capacidad, te será útil – le dijo él besando su nuca y acariciando su pecho.
- Lo sé, pero comprende que no me guste la idea… llevo cuatro años contigo y ahora que por fin estamos juntos, te quedas en casa y me tengo que hacer cargo de ella… volver a empezar… novata como tú.
- Bueno, al menos ella es policía desde hace un par de años…
- Supongo que el problema no es ella – le confesó Kate – el problema eres tú…
- ¿Yo? Pero si yo ya no estaré …
- Por eso… por eso mismo… me tocará pegarme con la cafetera…
- Yo te esperare en mi casa con la cena preparada… te lo prometo.
- ¿En tu casa?
- ¿Dónde quieres que escriba? ¿aquí?
- Bueno, podías turnarlo…
- Ya veremos… pero tengo mis cosas en casa, podemos seguir viniendo aquí a dormir… ya veremos ¿vale? No te preocupes ahora por eso… te esperaré con la cena preparada y pasaremos las noches juntos, y los fines de semana podemos ir a los Hamptons. El tiempo pasará rápido y cuando quieras darte cuenta estaré llevándole un café a la teniente Beckett…
- Esa es otra… no quiero ni pensar que me tiene preparado Gates… y tengo que aprobar si o si…
- Pregúntaselo
- Como que te crees que me lo va a decir
- Si no pruebas no lo sabrás.
- Prefiero no hacerlo.
Poco a poco fueron dejando que la conversación se hiciese más lenta, incluso hablando en susurros hasta que ambos se quedaron dormidos.
Cuando él despertó ella ya estaba en la ducha. Salió de la cama y preparó el desayuno. Hoy tenían que ser rápidos les esperaba el capitulo final de la historia, al día siguiente él ya no la acompañaría a comisaria.
El día fue algo pesado. Se encargaron de detener al comisario de la zona, que juró vengarse de ambos y echarles a patadas del cuerpo en cuanto se aclarase todo. Kate se mantuvo impasible, leyéndole sus derechos y deseándole suerte en el intento de echarles de la 12. Cuando la prensa se enteró de todo lo que estaba pasando en todas las comisarias de Nueva York, hubo un gran revuelo y aunque se había convocado una rueda de prensa, no pudieron evitar que los periodistas intentasen colarse en la 12, por ser el centro donde se habían desarrollado todas las operaciones. Espo y Ryan estaban empeñados en ir a tomar algo para despedir a Jimmy y Harry, que volverían a su comisaria, y de paso despedirse de Richard, aunque él les decía que más de una tarde iría a buscar a Kate y les vería por allí, finalmente acabaron en Old Haunt, y Richard tuvo que llamar a Alexis para que no se preocupase por ellos, pues volverían a quedarse en la casa de Kate.
- Kate – le dijo Jimmy – ha sido todo un placer trabajar contigo. Supongo que la próxima vez que te vea no podré darte órdenes – ella rio – estaremos de igual a igual.
- Muchas gracias por cuidarnos tan bien – les dijo Kate a ambos pero especialmente a Jimmy, que se había convertido en muy buen consejero.
- En cuanto sepamos donde y cuando nos casamos, os haremos llegar la invitación – les dijo Harry – aunque no sé si será conveniente verte aparecer por mi boda – le dijo a Richard sonriendo
- ¿Imaginas la prensa? - contestó Richard y comenzó a reír – todos me mirarían cuando preguntasen eso de “si hay alguien que tenga algún impedimento….”
- Especialmente te miraría Kate con cara de mala leche - le dijo Jimmy riendo…
- O con la pistola en la mano – sentenció Espo y todos rieron.
- Nos ha gustado colaborar con la 12 chicos – les dijo Harry a todos mientras salían por la puerta.
Al rato, Sarah y Anthony, que había accedido a ser presentado, se despidieron y se marcharon. Veinte minutos más tarde, Ryan y Jenny se levantaron para irse, provocando que el resto les acompañase, todos estaban cansados.
- Estoy deseando llegar a casa y darme un buen baño caliente – le dijo a Richard mientras entraban al coche.
- ¿Con almohada o sin almohada? – preguntó él
- Sabes de sobra que desde que he descubierto lo bien que haces de almohada estas obligado a estar en mi baño – le contestó ella.
Un rato después en la bañera
- Mañana iré a ver a Paula – le dijo él besándole la mejilla mientras ella estaba recostada en su hombro- y…
- ¿Tengo que darte permiso? – le dijo sin abrir los ojos
- No. Es mi representante desde hace siglos y no he tenido nada que ver con ella nunca – contestó rápido él.
- ¿Entonces? ¿Por qué me lo dices?
- Porque quiero saber si no te importa que haga saber que estoy saliendo contigo. Me niego a salir de nuevo como soltero cotizado y que te enfades conmigo.
- ¿En que me afecta a mí?
- En el comunicado que haga a la prensa necesito un nombre… ¿quieres que me lo invente? – ella abrió los ojos
- Pero si haces eso ¿nadie vendrá a hacerme fotos o perseguirme verdad?
- Le diré a Paula que se encargue de eso… pero necesito saber si quieres que lo haga o no lo haga…
- ¿Y tiene que ser mañana? ¿No dejas que me lo piense?
- ¿Qué te lo pienses? ¿Qué tienes que pensar?
- No quiero tener a la prensa detrás de mi Rick.
- No soy tan importante Kate, y lo hago por ti. Esas listas salen en septiembre…
- Esta bien, pero dile a Paula que no quiero a nadie detrás de mi. Soy policía, necesito proteger mi identidad.
- No te preocupes… después iré a ver a mi abogado.
- ¿Abogado o abogada? –le inquirió ella
- Abogado…
- ¿También tengo que darte permiso? – le dijo ella relajada de nuevo en su baño.
- Tienes que firmar las escrituras de propiedad de esta casa Kate, me las ha enviado y las tengo en casa, mañana pasare por la comisaria y me las firmas.
- Aún no puedo creer que me hayas regalado esta casa…
- Pues mañana lo tendrás por escrito – le dijo él.
Ella se incorporó en el baño y dándose la vuelta busco su boca, juntándola con la suya y recibiendo las caricias urgentes de él, acabando con ambos sobre la cama.
********
Los meses de verano pasaron muy deprisa para Castle. En tan sólo dos meses y dos semanas tuvo listo un nuevo libro. Se concentraba cada día, desde por la mañana, cuando Kate abandonaba la cama, hasta la hora de ir a buscarla hasta comisaria o de preparar la cena y el baño para ella. El segundo día que él durmió en casa de Kate tras dejar de ir por la comisaría, se levantó y ella ya se había marchado a trabajar sin que él se hubiese dado cuenta y dejándole una nota y un sobre en la almohada: “Buenos días mi amor. Levántate ya y ponte a escribir, no te hagas el remolón. Te amo”. Cuando él abrió el sobre, descubrió que ella le había hecho una copia de las llaves de su casa, y en otra nota le decía: “Espero que te guste el llavero…” . Y él sonrió al descubrir que era una réplica en plata de unas esposas de policía, a la que le faltaba una parte, sólo eran la mitad de unas esposas un solo aro, las miró y descubrió que tenían un mecanismo para enganchar la otra mitad que sin dudar él pensó que llevaría ella. Y acertó. Días después y en un descuido de ella, él añadió en el llavero de ella las llaves de su loft.
Pasaron algunos fines de semana en su casa de los Hamptons, y mientras ella se relajaba al sol, o en la piscina o el mar, él escribía sin dejarle leer absolutamente nada, “trae mala suerte” le decía para que ella no insistiese más y ella le respetaba. Se regalaban absolutamente todas las noches, que sólo les pertenecían a ellos, incluso les habían respetado los asesinos, que habían decidido matar de noche en otras partes de la ciudad donde no era Kate quien tenía que acudir.
El 31 de agosto, a las 11 de la mañana, Richard apareció en la 12, pasó inadvertido para Esposito y Ryan, concentrados en el ordenador del primero buscando una pista de su caso, Sarah levantó la cabeza y cuando él le hizo un gesto con el dedo sobre los labios en señal de silencio, ella le sonrió sin dejar de mirarle, y encantada de ser espectadora de ese momento que Castle sin duda iba a dedicar a Beckett.
Él se acercó hasta su mesa, donde ella estaba concentrada en acabar con el papeleo, al día siguiente empezaba su periodo de estudio, y tenía que acabar todo antes de poder irse. Tres días después entraría en quirófano. No se percató, seguro que porque no lo esperaba allí, de su presencia, y cuando él le dejó sobre la mesa el vaso de su café preferido, ella sin levantar la vista sonrió, sabiendo que era él, su aroma le delataba.
- No sabes lo que echo de menos esto – le dijo mirándole y cogiendo el vaso para darle un sorbo.
- Ya queda menos inspectora – le contestó él inclinándose para darle un suave beso.
- ¿Qué haces por aquí? – le preguntó mientras él se sentaba en la silla Castle.
- Vengo a cumplir un trato… - ella le miró curiosa, y el sacó de una bolsa de papel un ejemplar de un libro y se lo tendió – acabo de recogerlo en la imprenta.
Ella miró la portada, totalmente negra, con un dragón rojo que emitía fuego en relieve sobre la misma. “La caída del dragón”
- ¿Un trato? ¿Con quien? – le preguntó curiosa
- Con ella – y él señalo con la cabeza a Gates – lee el resumen de la parte de atrás mientras hablo con Gates – le dijo dejándola boquiabierta.
Él se levantó volviendo a besarla en los labios y se encaminó hacia el despacho de Gates. Kate le vio entrar, cerrar la puerta y sentarse y como le daba a Gates otro ejemplar de su libro. Ella le dio la vuelta para leer el resumen. Este no era un libro sobre Nikki Heat, él había escrito un libro sobre la corrupción de Powell y como había afectado a la policía…
Ella abrió el libro, y leyó la dedicatoria:
“A ti, a tu personalidad, a tu fuerza y tu coraje y a todos los pequeños detalles que me enamoran aún más cada día. Este libro es tuyo, porque si eres quien eres, es por todo esto y por tu empeño de descubrir la verdad. Te amo Kate”
Kate levantó la mirada del libro y se encontró con los ojos de Sarah, que la miraban afables y no pudo más que sonreírla, aunque desde su ojo se deslizaba una lágrima y caía en esa primera hoja del libro que Richard no le había dicho que estaba escribiendo. Pero no se sintió mal por ello, al contrario, supuso que era una sorpresa, aunque le intrigaba saber que clase de trato tenía con Gates. Kate fue a la última página, donde sabía que él escribía los agradecimientos de sus libros.
“Durante el largo camino de mi vida, me he encontrado con personas a las que sabía que tarde o temprano tendría que agradecerles algo. La sorpresa viene cuando desde el primero momento piensas que jamás tendrás nada que agradecerle a alguien, simplemente porque no te ha caído bien, o tú no le has resultado simpático, y al final esa persona resulta que ha dado la vuelta a tu relación con ella, demostrando que tienes que agradecerle mucho más que al resto. Por eso GRACIAS en mayúsculas a Victoria, por tu apoyo, tu confianza, consejo y protección. Espero no haberte defraudado con este libro.
Y ahora al resto, a esos que siempre tendré que agradecerles formar parte de mi vida.
Gracias Javi, por ser su hermano mayor, por seguirla incondicionalmente y cubrir su espalda. Gracias Kevin, por hacer lo que tenías que hacer. Sin vosotros dos, no sé que hubiese pasado y donde estaríamos hoy.
Gracias Lanie, huracán Lanie, que pasaste desarmando motivos y pensamientos y poniéndole las cosas en su verdadero lugar, cuento contigo para que lo sigas haciendo...
Gracias Martha por tus grandes consejos. Gracias Alexis por tu preocupación por mi, sé que me quieres mucho.
Gracias Roy… donde quiera que estés, porque protegiste con tu vida lo que yo más amo de la mía.
Gracias a Paula por aguantar todas mis locuras y en especial las de esta primavera y gracias Gina, por tu paciencia en mi falta de puntualidad.
Gracias al Departamento de Policía de Nueva York. Aunque a veces os cueste, y no os entendamos, gracias por protegernos de vosotros mismos.
Gracias a mis amigos, porque todos me aportáis pequeños detalles (debería de excluir a los que jugáis a Póker conmigo, que en vez de aportar me limpiáis…)
Y por último, gracias a ti, mi amor, porque sin ti, yo no sería yo….”
La mano de él se posó en su hombro y ella levantó la mirada para encontrarse con la suya.
- ¿Hablamos? – le dijo
- Si – y se levantó para ir a la sala de descanso.
Espo y Ryan se dieron cuenta que él estaba allí e intentaron llamar su atención, pero Sarah les calmó, era su momento. De Kate y de Richard. Y ella les conminó a que les dejasen en paz.
Antes de que Kate le hiciese ninguna pregunta, Richard se adelantó y mientras cerraba la puerta le dijo:
- Gates encontró el manuscrito que estaba escribiendo Joyce Loods cuando recibió los documentos de Smith. Parecía que ella quería dar el gran salto del periodismo y estaba escribiendo una novela en la que dejaba bastante mal a todo el cuerpo – ella le miraba en silencio – Cuando lo leyó, pensó que Joyce no sabía nada de vosotros, y se le ocurrió que debería de ser yo quien lo escribiese, dado que lo he vivido en primera persona y que llevo trabajando con vosotros todo este tiempo. Ella confiaba en mi para escribirlo.
- ¿Y cual era el trato Castle? – le preguntó ella sin rencor pero muy seria.
- Debía de escribirlo antes que nadie pudiese adelantarse, y lo he hecho en dos meses
- ¿Y su parte del trato? – ella le preguntaba tranquila, pero seria… él se acercó y la cogió la cara con ambas manos.
- Dos meses míos de trabajo, dos meses tuyos de descanso para tu operación.
- ¿Por qué siempre me metes en tus tratos Castle? – le dijo suavemente.
- Porque te amo Kate. Quería sorprenderte con este libro. Es tu caso. Es tu vida.
- No debes de amarme mucho cuando esos meses de descanso estoy obligada a estudiar…
- Eso no es cosa mía, ella tenía que buscar alguna excusa …
- ¿Eso quiere decir que ya no tengo que presentarme al examen?
- ¿No querrás hacer eso verdad? – le dijo con pánico en su cara - ¿Por qué?
- Y ¿Por qué he de hacerlo?
- Porque ella tiene planes para ti, por ti, que no debes quedarte donde estas, Kate, tu vales… no me digas ahora que no vas a presentarte… - ella suspiró
- Vaya trato… la próxima vez me lo cuentas para que te diga que debes acordar… tus tratos me traen problemas Castle, trataste con Smith y aparte de casi matarme a mi, le mataron a él, acuerdas con Gates mi descanso y en vez de descanso es trabajo… no te quedes ahí parado como un tonto, al menos abrázame…
- ¿Estas muy enfadada? – le dijo apretándola contra él
- No puedo estarlo – le contestó ella muy suavemente – no me dejas estarlo… tu dedicatoria, tus agradecimientos…
- ¿Te ha gustado? – ella se separo de su abrazó y le miró
- Si… mucho… muchísimo… - le dijo besándole
********
7 de Noviembre de 2012
El examen de Kate se había retrasado quince días más, lo tendría en una semana. Como cada día, desde que se había puesto a estudiar, ambos se sentaban cerca, ella estudiando, el escribiendo la nueva novela de Nikki Heat, que había retrasado por la entrega de “La caída del dragón” que había sido todo un éxito y le estaba reportando grandes ingresos, aunque él había pospuesto toda clase de promociones a después del examen de ella. Ahora, ella estaba sentada de lado sobre el sofá de Richard, con las piernas estiradas encima y él estaba en el suelo, escribiendo en su portátil con la espalda apoyada en el sofá y con su cabeza sobre el costado de ella, que le acariciaba el pelo mientras estudiaba. Prácticamente vivían en la casa de él, puesto que ni Alexis ni Martha estaban mucho por allí, y allí tenían lo que necesitaban… más silencio que en casa de ella y el gimnasio para que Kate no perdiese su forma. La operación había sido un éxito y estaba completamente recuperada. La nueva novela iba bastante adelantada, incluso la repasaban juntos y ella le corregía en dato policiales s en los que él no había acertado del todo. Los estudios de Kate iban muy bien, estaba aprobando todos los exámenes de prueba que llegaban hasta sus manos. Se dedicaban todo el día a estudiar y escribir (bueno casi todo) y sólo se permitían distracciones después de al menos diez horas al día de estudio y escritura. Entonces ambos se convertían y hacían las cosas más dispares, desde salir a bailar a los locales más “in” del momento, donde se provocaban celos mutuamente acercándose a otras personas, como cenar tranquilamente en el sofá de su casa y ver una película abrazados, o salir a un restaurante, ir al cine o al teatro. Aunque en los últimos días, lo que más les gustaba era enfundarse en trajes de cuero negro y salir a toda velocidad en la moto de él a recorrer los rincones de aquella gran ciudad de noche, turnándose al conducirla y haciéndolo a gran velocidad si el tráfico de la madrugaba lo permitía. Batman y Catwoman, Catwoman y Batman.
Se oyó un tintineo de llaves y se abrió la puerta de la casa, apareciendo Martha.
- Hola chicos –les dijo y ellos la miraron
- Hola madre ¿tú por aquí? – le dijo Richard – ¿ya has dejado a ese nuevo novio tuyo?
- No querido, pero empieza a hacer frío y necesito ropa, no tengo todo mi armario en casa de Lester.
- ¿Qué tal te va Martha? – preguntó Kate sin dejar de revolver el pelo de Richard.
- Todo perfecto querida… He revisado el correo y he encontrado esta carta para vosotros – les dijo entregándoles un sobre que venía a nombre de los dos – Lester esta en doble fila, voy a por mi abrigo y me voy enseguida…
- Vale madre… - dijo sin hacer mucho caso -¿Qué es esto? – le dijo entregando el sobre a Kate
- No lo sé… Kate Beckett y Richard Castle…. –leyó ella – ¿lo abro?
- Claro – y ella rompió el sobre mientras él seguía tecleando en su ordenador.
- Vaya…
- ¿Qué? – preguntó él.
- Me va a tocar pedirle otro favorcito a Gates…
- ¿Por qué? – le dijo él girándose - ¿Qué es?
- La invitación a la boda de Jimmy y Harry… finalmente se casan en Londres
- ¿Cuándo?
- En un mes… el 8 de diciembre… ¿hoy estamos a 7 no?
- Si, estamos a 7 de noviembre – le dijo él.
- Chicos – dijo Martha bajando por las escaleras – yo ya me marcho – se acercó a ellos para besarlos – Que bonito – dijo al ver la invitación - ¿vais de boda?
- Si… - contestó Kate – a Londres…
- Vaya – contestó Martha – bueno, así os tomáis un descanso… me voy…. – les dijo y se despidió de nuevo desde la puerta.
Richard dejó su portátil a un lado irguiéndose un poco e inclinando su cabeza hacía atrás, sobre las piernas de Kate, mirándola. Ella dejó sus apuntes y llevó sus manos a la cara de él, volviendo a jugar con su pelo y recorriendo su mandíbula con un dedo de otra mano.
- ¿Por qué me miras así Ricky? – le dijo ella y él sonrío
- ¿Sabes que día es hoy verdad?
- 7 de Noviembre… en una semana tengo el examen
- ¿Nada más? – ella le miró intrigada
- No sé… ¿Qué más? –le dijo haciéndose la interesante y sabiendo a que se refería él.
- Parece mentira Kate, que tenga que ser yo quien recuerde estas cosas… - le dijo fingiendo indignarse
- ¿El que? – le preguntó ella risueña
- Hoy hace seis meses que estamos juntos ¿Lo habías olvidado? – ella se puso a reír
- Claro que no, tonto… - le dijo agachándose para besarle y riendo por la forma que lo hacia… estaban de lado y más que besarle parecía que le hacía la respiración boca a boca.
- Kate…- él pensó que precisamente ahora era el momento oportuno…
- Dime – le dijo sin parar de darle besos en la cara
- ¿Te quieres casar conmigo? – le soltó él de repente y ella paró de darle besos, irguiendo su cabeza
Sus mentes viajaron a Delfos cinco meses atrás…. ¿La mujer a la que amo, si le doy el tiempo suficiente, confiará en mí y se casará conmigo cuando se lo pida? Los dioses creen que con el tiempo suficiente y el comportamiento adecuado, ellos … ellos te serán… seguramente te serán favorables.
- Kate… - la llamó sacándola de sus pensamientos y de su mirada perdida en el sofá
- Si… – le dijo ella mirándole
- Kate, cielo, te he hecho una pregunta… y esta vez creo que era bastante clara-le dijo maldiciéndose por no haberse arrodillado y haberle ofrecido el anillo que tanto tiempo llevaba guardado esperando ese momento.
- Y yo te he contestado mi amor, te acabo de decir que si… -le dijo inclinándose de nuevo hasta su boca – Si. Me quiero casar contigo Rick – y ella pudo ver un brillo de emoción en sus ojos, y él en los de ella.
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FIN
G R A C I A S por haber llegado hasta el final. Mil gracias. Doscientas cincuenta hojas. Cuarenta partes.
Espero no haber defraudado a nadie, espero no haber dejado nada pendiente, espero haber servido de entretenimiento durante esta vuestra larga espera y espero que me digáis que queréis leer el epílogo final que tengo listo.
Ana.
Última edición por Anver el Miér Sep 19, 2012 5:15 pm, editado 1 vez
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
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Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Esto ha sido precioso. Un fic maravillo, con descripciones de viajes increíbles, personajes muy logrados y momentos de la parejita maravillosos.
Lo voy a echar de menos, muchas gracias por regalarnos esta historia Anver. Un beso!
Lo voy a echar de menos, muchas gracias por regalarnos esta historia Anver. Un beso!
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
No puedo mas que arrodillarme ante usted!
Ha sido un fic maravilloso, y este último capitulo ha sido genial y para nada largo, por mi la hubiera visto llegar a teniente!!
En serio, enhorabuena y espero leer pronto otra de tus "idas de olla"
Ha sido un fic maravilloso, y este último capitulo ha sido genial y para nada largo, por mi la hubiera visto llegar a teniente!!
En serio, enhorabuena y espero leer pronto otra de tus "idas de olla"
azuladna- Ayudante de policia
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 29/08/2012
Edad : 38
Localización : Second star to the right
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
HAZ UN EPILOGOOOOO ME ENCANTAAAA
UN FIC PRECIOSOOO
UN FIC PRECIOSOOO
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Ha sido genial, maravilloso!
Zeny_Mackenzie- Moderador
- Mensajes : 1226
Fecha de inscripción : 07/06/2011
Edad : 41
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
un fic espectacular, tienes talento, es una historia preciosa de principio a fin, yo si quiero leer el prologo y tambien me gustaria volver a leer otra historia tuya,
gracias por dedicar parte de tu tiempo a deleitarnos con esos viajes, con esos momentos que han sido gracias a ti como vivirlos en primera persona
:
gracias por dedicar parte de tu tiempo a deleitarnos con esos viajes, con esos momentos que han sido gracias a ti como vivirlos en primera persona
:
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Mereces
ERES LO MAXIMO, YA LO SABES
SOY TU FAN
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Increíble toda la historia! Cada momento inmejorable!
Me ha gustado mucho el final!
Me ha gustado mucho el final!
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Ana impresionante para mi no es largo, sobre todo cuando te gusta lo que lees, me parece corto, quizás una segunda parte no estaría mal, gracias por tu tiempo, por entretenernos y así hacer la espera mas corta, es un placer leer lo que escribes, espero leerte pronto
setejga- Ayudante de policia
- Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 30/03/2012
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Un fic precioso!! Quiero leer el prólogo ya! Y muuuchas más historias tuyas
LEILAKB- Actor en Broadway
- Mensajes : 202
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Edad : 34
Localización : madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
me ha encantado, sigue escribiendo lo haces muy bien.
Invitado- Invitado
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
El último capítulo ha sido un digno colofón a toda la historia, que has ido desarrollando muy bien. Tiene mérito escribir tantos capítulos, manteniendo el interés en la lectura.
Haces unas descripciones increíbles.
Ahora ya terminado éste, quizás me anime a leer otros fics también largos. No me gusta mezclar las lecturas, ya que induce muchas veces a interferencias, al ser los mismos protagonistas. También inluye y mucho la falta de tiempo.
Felicidades-
Haces unas descripciones increíbles.
Ahora ya terminado éste, quizás me anime a leer otros fics también largos. No me gusta mezclar las lecturas, ya que induce muchas veces a interferencias, al ser los mismos protagonistas. También inluye y mucho la falta de tiempo.
Felicidades-
marypaz- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
¿Qué si queremos llegar? Por favor mandalo pronto, porque me ha emocionado, ha sido de las mejores historias, mejores escritas y mayor definidas de todas. Me ha encantado, maravillado, espero que algún la serie se parezca un poco a tu FIC, que tan aunque sea un poco de todo lo que tu nos ha dado en cada capítulo
¡GRACIAS!
¡GRACIAS!
Invitado- Invitado
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
El ultimo capitulo a terminado de unica forma k no me esperaba.
Me as conmovido con las dedicatorias del libro pero el final a sido.... increible sinceramente no tengo palabras apra decirte como me siento ahora!!
Tu fic el mejor k e leido asta ahora y e de decirte k no son pocos.....
Me as conmovido con las dedicatorias del libro pero el final a sido.... increible sinceramente no tengo palabras apra decirte como me siento ahora!!
Tu fic el mejor k e leido asta ahora y e de decirte k no son pocos.....
RcKb- As del póker
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Edad : 25
Localización : NY, Sacramento & Tokyo
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Un capítulo impresionante para una historia fantástica. Cuando se lee algo que es bueno, no se hace largo, se desea leer más, y esta historia es muy buena, como ya te han dicho por ahí una de las mejores que he leído.
Espero con ganas el epílogo, y espero que esta se la primera historia de muchas.
Espero con ganas el epílogo, y espero que esta se la primera historia de muchas.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Localización : Al sur del sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Genial final, para una historia genial... Muy buena realmente de principio a fin. Ahora a esperar el epílogo =)
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Felicitaciones!! Fue un grandioso fic y me ha gustado mucho, ni un segundo a dejado de gustarme.
Te doy una opinion? Me gustaria que haya una continuacion, valdria totalmente leer lo que podria pasar luego que Kathe ya sea teniente.
Espero tu proxima historia, esta me ha encantado. Exitos
Te doy una opinion? Me gustaria que haya una continuacion, valdria totalmente leer lo que podria pasar luego que Kathe ya sea teniente.
Espero tu proxima historia, esta me ha encantado. Exitos
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 07/10/2011
Edad : 30
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Y ahora que voy hacer sin leer yo tu historia? Ya puedes ponerte a escribir otra, pero ya mismo "DE YA".
Me encanto el fic de verdad. Y espero que pronto estés con otro
Me encanto el fic de verdad. Y espero que pronto estés con otro
moth13- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 24/04/2011
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Gracias por vuestros comentarios. Hoy os subo el epílogo, para que, cuando se os pase la fiebre por ese vídeo de hoy, os entrengáis hasta el lunes.
De momento no voy a escribir más. Necesito recuperar horas en amigos, deporte, sueño... pero quien sabe, lo mismo lo echo de menos y estoy a la carga en horas...
No voy a hacer una segunda parte... no es plan de aburrir. Pero gracias por pedirlo.
Los últimos párrafos (los que están en negrita) me han costado mucho escribirlos. Tratarlos con cariño.
Y ahora... al turrón...
EPILOGO
Verano 2032
King George Hotel Palace, Atenas. Suite presidencial.
Ella se despertó primero. Estaban en Atenas, habían llegado el día anterior, estaban en la misma habitación que entonces. Él la abrazaba por la espalda, como todas las noches desde hacía veinte años. Ella se giró para mirarle dormir. Habían pasado muchos años, pero él no había perdido su atractivo, al contrario, había ganado con la edad, como los grandes actores de Holywood y las pequeñas arrugas que surcaban su rostro le hacían mucho más interesante, sobre todo para muchas de las lectoras jovencitas que acudían a sus eventos, y que él siempre trataba como si fuesen sus hijas. Seguía siendo un escritor de éxito, sus libros siempre estaban en las listas de los más vendidos “y estarán ahí porque mi musa sigue conmigo” decía siempre que le preguntaban en alguna entrevista por su secreto para mantener sus libros en lo alto de las listas. Ella viajó mentalmente hasta el día que él la pidió que se casasen, y no pudo resistir darle un beso. Él se movió, arrugó la nariz, susurro entre dientes “te amo Kate” y siguió durmiendo. Ella siguió recordando aquella época, como había aprobado su examen de ascenso con un solo fallo que le restó un punto en su examen obteniendo un 999, y como Gates la dijo que ella dirigiría homicidios. Recordó como él se estuvo metiendo con ella por ese fallo, que no era más que una mala interpretación del examinador, que en vez de leer arrival había leído allival y no dio por perfecto el artículo que pedían que detallase. Richard la compró un libro escolar para practicar caligrafía, puesto que le decía que nunca había escrito bien las erres y ella le amenazó con su pistola. No obstante, y pese a es fallo, aún nadie había superado su nota en un examen para teniente, y eso pese a que habían pasado ya veinte años. Y ahora estaban ahí… repitiendo el viaje que habían hecho veinte años antes, Venecia, Grecia, Paris y dejando para el final Londres, donde Harry y Jimmy les esperaban.
De repente la puerta de la habitación se abrió y un pequeño torbellino de cabellos largos y casi albinos entró en la habitación
- Kristen, cariño – le dijo a la niña – ven aquí – le dijo tomando en brazos a la pequeña de tres años y subiéndola a la cama.
Kate la abrazó besándola. Era una pequeña preciosa, de carita redonda y preciosos ojos azules y un pelo casi blanco que le recordaba a la abuela de la pequeña.
- ¿Has dormido bien? – la niña la miró sonriendo y Kate volvió a besarla con ternura.
La pequeña comenzó a jugar con la cadena de Kate y se llevó una manita a los ojos restregándolos y se metió el pulgar de la otra mano en su boca, dando signos de sueño, Kate la tumbó en la cama, entre ella y Richard, y la niña se giró hacía él, tocándole la cara. Kate les miraba cuando oyó un par de suaves golpes en la puerta.
- Perdona Kate – le dijo Alexis bajito asomándose a la puerta - ¿esta mi torbellino por aquí?
Kate le señaló a la niña, que parecía querer dormir un rato. Kate le hizo una seña para que no se la llevase. Se levantó y se puso un pantalón de pijama. Habían pasado veinte años, pero ella no había perdido la figura, que bajo una camiseta ajustada de tirantes y ese pantalón seguía luciendo desde siempre.
- Deja que duerma un rato con su abuelo… ya sabes como adora tu padre a su princesita – le dijo mientras salían a la terraza donde estaba la piscina privada de la habitación.
- Lo siento Kate, salió corriendo cuando yo hablaba con su padre por teléfono. ¿Te ha despertado?
- No Alexis, ya estaba despierta, y si lo hubiese hecho, sería una bonita forma de despertar. ¿Y Marthy? ¿No estaba contigo?
- No. Bajó al gimnasio hace una hora.
- ¿Al gimnasio? – preguntó Kate extrañada
- Eso dijo… ¿Por qué?
- Algo trama… no es normal que vaya al gimnasio y menos a estas horas – dijo mirando el viejo reloj de su padre y viendo que no eran más que las nueve y media – No puedo con ella Alexis, este último año esta siendo agotadora.
- Bueno, esta en la edad tonta… ya sabes…
- No sabes lo que agradezco que accedieses a venir, se negaba a venir con nosotros, quería quedarse con tu abuela y aunque Martha accedió cuando ella se lo pidió, ya no esta para cuidarla. Cuando le dijimos que venías, le faltó tiempo para preparar la ropa que iba a llevarse.
- Ya… la abuela la adora… ya lo sabes, aunque no pueda con ella hará lo que le pida.
- Si, entiendo que la quiera, pero no debe ceder a sus chantajes.
- Marthy es como papá…
- No Alexis, si fuese como tu padre no me preocuparía… tu padre fue un gamberro, pero con buen fondo, nada más. Ella es como yo y eso es precisamente lo que me preocupa.
- ¿Cómo tú? – preguntó asombrada Alexis – tú no eres así… nunca has sido así…
- Deberías hablar con mi padre – le dijo riendo – me dice que tengo lo que merezco…
- Pues quizá cambie como tú…
- Espero que lo haga, y rápido, pero no por la misma razón por lo que lo hice yo – dijo Kate nostálgica.
- No, espero que no…
- ¿Y Brandon?
- Está en Boston, resolviendo no sé que caso, ya sabes los del FBI no hablan de sus casos – Kate la sonrió- me ha confirmado que se irá a Londres la semana que viene, tiene que arreglar no se qué papeles relacionados con su título de Lord, ya sabes cosas de ingleses, y ya que iremos a ver a Harry y Jimmy aprovechará para ir…
- Recuerdo lo claro que tenía con doce años lo que quería ser de mayor… -le dijo a Alexis mirándola divertida
- Ya se lo que estas pensando Kate, sigues preguntándome con la mirada como pude acabar casándome con el hijo de Jimmy y Harry ¿verdad?
- Me sorprendió… vuestra diferencia de edad… tu siempre has sido tan madura… y … él tiene seis años menos que tú…
- Tu te llevas siete años con papá… ¿Qué más da quien haya nacido antes?
- Tengo que reconocer que supiste elegir – le dijo riendo – yo tendré un abuelito en mi cama y tu un jovencito– le dijo riendo
- Me temo Lady Kristen – la llamaba así, al fin y al cabo era hija de un Lord inglés - que tu madre y la madrastra de Blancanieves están criticándome… - dijo Richard a la niña que sostenía en brazos mientras salía a la terraza y le daba un beso en la cabeza a su hija y otro en los labios a su mujer.
- Vamos Rick, solo hablábamos de tu edad… - le dijo Kate revolviendo el pelo de la niña, idéntico al de Harry.
- Creo haberte demostrado más de una vez que la edad no pasa por mi – contestó él girándose para sonreír a la recién llegada – hola cariño, ya tengo a todas mis chicas juntas…
- Hola papá – le dijo acercándose y dando un beso a su padre y a su sobrina
- ¿De donde vienes Marthy? – le inquirió Kate.
- Buenos días a ti también mamá – le dijo molesta mientras se acercaba a su hermana para darle un beso.
- Responde a tu madre cariño – le dijo Richard temiendo que aquello podría convertirse una vez más en otra de las broncas entre Kate y su hija.
- Estaba en el gimnasio mamá – le dijo mientras le daba un beso a su madre
- ¿Y que es lo que tiene de interesante ese gimnasio Marthy? – le preguntó su madre entrecerrando los ojos.
- Nada…
- Espero que ese “nada” tenga tu edad – le dijo Kate y su hija sopló retirando uno de sus rizos castaños de su cara - ¿me estas oyendo? – le dijo Kate enfrentando sus ojos a los de su hija, pareciendo que se miraba en un espejo, pues eran exactamente iguales.
- Te oigo, mamá, te oigo… - le dijo resignada y haciendo una mueca de complicidad a su padre.
Martha Johanna era un calco exacto a su madre. Y no sólo físicamente, era inteligente, obstinada, valiente, decidida y aunque había sido una niña modelo, las hormonas adolescentes la estaban revolucionando, últimamente había cambiado sus excelentes notas por calificaciones mediocres, sus horas de estudio por horas al teléfono y al ordenador con sus amigas, había cambiado completamente su armario, había pasado de ser obediente a rebelarse por todo y Kate sabía bien lo que podía llegar a hacer su hija, mirando lo que había hecho ella en el pasado… deseaba con todas sus fuerzas que creciese lo más rápido posible y se tranquilizase volviendo a su formalidad, tal y como ella lo hizo en su día. Acababa de cumplir trece años.
- Esto es culpa tuya – le dijo Kate a Richard – la has consentido demasiado
- ¿Yo? Sabes de sobra que no tengo la culpa, ganaron tus genes – le contestó el divertido.
Richard sabía que parte de la culpa podía ser suya, puesto que malcrió a su hija todo lo que pudo. Le recordaba tanto a ella, era como Kate pero en niña, hasta repetía sus gestos y él deseaba que creciese feliz y darle todos los mimos que no tuvo su madre durante los trece largos años que ella se empeñó en vivir para vengarse del asesino de su madre. Y Kate veía en su hija un reflejo de ella misma y sabía que Richard tenía razón, no se puede luchar contra los genes.
- ¡Vale ya! estáis hablando de mí y estoy delante – resolvió Marthy que se había sentado junto a su hermana mayor, a la que adoraba.
- Buenos días gente – dijo el muchacho saliendo a la terraza tan sólo vestido con sus calzoncillos y cogiendo a Kristen de los brazos de su abuelo - ¿Qué ha hecho esta vez la niña mimada? – dijo mirando a Marthy y besando a Kristen
- Cállate idiota – le contestó Marthy – como tú siempre haces lo que te da la gana…
- Será porque yo casi tengo dieciocho años niñata – le contestó el chico jugando con la niña – y no voy acosando a los entrenadores del gimnasio
- Chris, esta me la pagas – le advirtió la chica mientras sus mejillas se sonrosaban, pero ya era demasiado tarde, miró a su madre que la miraba con ojos inquisidores.
- Ya hablaremos tu y yo a solas de esto, Martha – le dijo Kate, y la chica supo que traería consecuencias, siempre que su madre le llamaba así, traía consecuencias.
- Ha llamado tu hijo – le dijo Chris a Richard mientras le daba un beso
- Mi hijo – le dijo Richard a Chris
- Bueno, tu otro hijo... ya sabes, ese que no soy yo... – le respondió mientras besaba a su madre y a su hermana mayor
- ¿Qué le pasa a Sean para que llame por teléfono? ¿No estaba contigo en la habitación? – preguntó preocupada Kate
- Mami, ese hijo preferido tuyo es tan tonto que esta mañana salió a correr hasta Marathon, ya sabes, quería cubrir la distancia y emular a Filípides… - contestó Chris soltando su pelo de entre los dedos de su sobrina – y cuando ha llegado allí le han dicho que hoy es festivo y no hay autobús de vuelta hasta Atenas.
- Voy a vestirme y tú me acompañaras a por tu hermano – le dijo Richard a Chris
- ¡Eh! ¡eh!… yo pretendía seguir durmiendo – dijo el chico enfrentando sus verdes ojos a los de su padre.
- Chris, por favor, acompaña a tu padre – le pidió Kate
- Esta bien – no podía resistir cumplir los deseos de su madre – ¿debería ducharme antes no? – dejó a su sobrina en los brazos de su hermana pequeña y se lanzó a la piscina salpicando a todos.
Christopher era el segundo hijo de Richard y Kate. Su físico era idéntico al de su hermana pequeña salvo el color del pelo que ni era tan claro como el de su padre, ni tan oscuro como el de su madre y ligeramente rizado, alto, delgado, los mismos ojos verdes de su madre y hermana, pero su carácter era el mismo de su padre. Un gamberro de buen corazón, un simpático caradura al que las chicas perseguían y a las que él daba boleto cuando le apetecía, un buen estudiante aunque nadie entendía de donde sacaba el tiempo para poder alcanzar esas notas, pues nadie le veía nunca estudiar, ocupado en salir con sus amigos. Era inteligente, terco y valiente como su madre. Sus risas resonaban siempre por la casa, bromeando y haciendo que todos perdonasen sus bromas cuando les ponía cara de cachorrillo abandonado y repartía besos y abrazos. Cumpliría dieciocho años en diciembre. Estaba decidido a seguir los pasos de su madre y convertirse en policía, aunque Kate intentaba convencerle de lo contrario. Pese a picar a su hermana pequeña, hacía todo lo posible por protegerla, él y Sean eran los eternos guardianes de su hermana por la que sentían verdadera pasión.
Sean era el hijo mayor de la pareja. Había cumplido dieciocho años en febrero. Los dos hermanos se llevaban apenas 10 meses de diferencia de edad. Kate se quedó embarazada en el tiempo que su ginecólogo le marcó como tiempo de descanso, como ella decía, estuvo casi dos años embarazada, y estar embarazada con un bebé de meses en el regazo resultó algo agotador. Así que, se tomaron con calma volver a tener un hijo, aunque Richard le insistía que quería una niña que fuese como ella y a la que poder poner el nombre que él eligiese, puesto que antes de nacer Sean, habían pactado que los nombres de niño los pondría ella y los de niña los elegiría él. Cinco años después y tras un aborto de Kate, nació Martha Johanna, Marthy para su familia, Jo para sus amigos. Richard se deshizo con su niña. Tal y como él la había prometido, él se había hecho cargo de los niños cuando ella había vuelto a su trabajo, él se encargaba de ellos durante el día, y ella se ocupaba cuando volvía a casa, aunque a veces eso representaba que Richard tenía que hacerse cargo también de ella, que acababa agotada, y él terminaba sacándola de la habitación de sus hijos y llevándola en brazos dormida hasta su cama casi todas las noches.
En cuanto a Sean, era el calco de su padre. Era más alto que Chris, de complexión fuerte, el mismo color de pelo y de ojos de su padre, incluso reía igual que él con sus ojos… Sean era el hijo ideal, un estudiante modelo, muy responsable y cariñoso, preocupado únicamente por sus estudios y por el equipo de atletismo al que pertenecía. Tímido con las chicas, aunque estas no le daban tregua, pero él las esquivaba, su plan era la universidad, quería estudiar periodismo o quizá literatura o tal vez ambas, estaba dispuesto a ser el segundo escritor de la casa. Desde el principio vieron que Sean y Alexis eran exactamente iguales. Todos acusaban a Kate de tener preferencia por Sean entre sus tres hijos, y ella misma se reconocía a veces, que tal vez fuese así, y que le consentía y mimaba pues le recordaba tanto a Richard que no podía evitarlo, le defendía ante sus hermanos y su padre, de la misma forma que Richard lo hacía con Marthy. En cuanto a Chris, no quedaba exento de defensores, porque todos le adoraban, su madre porque su picardía y caradura le recordaba a Richard, su padre porque veía en él todos los rasgos de Kate. Sean porque Chris era su consejero y su mejor amigo y Marthy porque aunque se metiese con ella, era el único capaz de entenderla. Alexis porque quería a sus tres hermanos por igual. Kate y Richard sabían que Chris era la mezcla perfecta de ambos. Y Chris adoraba a toda su familia aunque su hermana pequeña y su madre eran su debilidad.
Richard y Chris se marcharon en el monovolumen de alquiler para ir a buscar a Sean, mientras el resto de la familia se dispuso a desayunar en la terraza.
- Oye mamá – le dijo Marthy a Kate - ¿esa foto tuya que tiene papá en su despacho la hicisteis aquí? Le dijo la chica mirando la piscina y al fondo el eterno Parthenon.
- Si – contestó Kate recordando aquel día y como se vio sorprendida al verle tirado en el suelo de la terraza enfocándola mientras ella emergía del agua – me la hizo tu padre aquí una noche que…
- No sigas mamá… no quiero saberlo – le dijo la chica levantando la mano y Alexis la miró echándose a reír.
- ¡Marthy! – le dijo Kate – pero…
- ¡Pues si les llegas a pillar en la cama como lo hice yo! – dijo una divertida Alexis – Kate tendrías que haberte visto la cara cuando al día siguiente papá me hizo entrar en la habitación ¿recuerdas? Estabas completamente roja… - Alexis volvió a reír – no sabías si salir huyendo de allí o intentar esconderte bajo las sábanas…
- ¿Te acuerdas de eso? – le dijo Kate recordando ese momento y volviendo a notar el rubor en sus mejillas –esperaba que lo hubieses olvidado…
- Bueno vale ya ¿no? hay niñas delante…. – dijo Marthy
- ¿Y una de esas niñas eres tú? – le dijo su madre – porque si es así creo que tendrás que comportarte como tal y no volver a bajar a escondidas al gimnasio para intentar ligar con el entrenador.
- Oh vamos mamá… es tan guapo ¿verdad Alexis?
- Marthy a mi no me metas… deberías estar pensando en como arreglar el desastre de curso que has tenido este año y no en un entrenador griego, por muy guapo que sea, y que por cierto si que lo es – dijo Alexis
- Deberías hacer caso a Alexis. Eres la única de tus tres hermanos que ha sacado tan malas notas a tu edad.
- He aprobado mamá… ¿no es suficiente?
- No – dijeron a la vez Alexis y Kate.
La chica decidió callarse, no estaba su padre para defenderla y seguro que salía perdiendo si seguía discutiendo con su madre y su hermana.
Dos horas después, Richard y sus dos hijos entraban en la habitación. Kate y las chicas estaban en la piscina, el calor ya había comenzado a caldear Atenas, y el incidente con Sean les había impedido salir a visitar la Acrópolis como era la intención de Richard y Kate, lo mejor era pasar allí la mañana, ya saldrían por la tarde a visitar algún museo.
Kate les vio llegar, estaba sentada en el borde de la piscina, con las piernas dentro y sujetando a Kristen que chapoteaba feliz mientras Alexis y Marthy nadaban. Se incorporó y entrego la niña a Chris, que ya se había quitado la camisa y las zapatillas deportivas y tomó el lugar de su madre en el borde de la piscina jugando con la niña. Kate se acercó a Sean y le retiró el despeinado flequillo de la frente, al igual que lo había hecho mil veces con su padre.
- Pero hijo… ¿Cómo se te ocurre irte así? Sin avisar… ¿y si te hubiese pasado algo? – le dijo besando su mejilla
- Tranquila mamá – le dijo él respondiendo el beso de su madre – llevaba el móvil
- ¿El móvil va a salvarte de ser atropellado por algún conductor que no te viese?
- Nadie ha atropellado a nadie mamá. Estoy bien, mírame – le dijo dándose la vuelta por completo.
- Ya lo sé, pero no puedo evitarlo
- Además papá ya me ha regañado suficiente.
- No te estoy regañando cariño… solo quiero que entiendas nuestra preocupación y si tu padre te ha regañado es porque estaba tan preocupado como yo.
Kate le miró, el clon de Richard, miró sus ojos, esos ojos con la misma mirada de su padre y su hermana Alexis, sólo que Sean no ponía ojitos de gato con botas de Sherk para que ella le perdonase, él y Marthy no recurrían a esa mirada para pedir perdón, ellos tres asumían los errores y cuando pedían perdón lo hacían sin recurrir a ningún tipo de técnica para originar pena y conseguir lo que se propusiesen. Ellos tres aceptaban con valentía, adoraba eso de Sean y Marthy, se sentía orgullosa de que en eso se pareciesen a ella.
- Cariño – le dijo abrazándole y apretándose contra el muchacho, que ya era más alto que ella – no vuelvas a hacerme esto ¿vale? Avísanos siempre de a donde vas… podríamos haberte acompañado en el coche, si llega a pasarte algo… yo… nosotros…
- Lo siento mamá… no volverá a pasar, te lo prometo – le dijo y la besó en la mejilla y ella le sonrió, no podía enfadarse con él, era su niño...
Fue pasando el día y la noche se apoderó de Atenas. Disfrutaban del fresco en la terraza y poco a poco fueron retirándose cada uno a su habitación, Sean estaba agotado por la carrera y fue el primero en irse, al rato fue Marthy con Kristen en sus brazos, media hora después Chris, que no tenía sueño, les dijo que bajaba a por algo de leer a la recepción del hotel y Alexis que había dormido una larga siesta, decidió ir también a descansar. Kate le dijo a Richard que iba a ver a Sean y Marthy, y él la dijo que la esperaría dándose un baño en la piscina.
Cuando Kate y Alexis entraron en la habitación, iluminada por la suave luz de una lamparita anti miedo, vieron a Marthy dormida en su cama y a Kristen en la cuna, abrazada a su patito de peluche, pero en una extraña posición, durmiendo boca abajo y con las piernas flexionadas, parecía haberse quedado dormida mientras estaba de rodillas y que su pequeño cuerpo había caído rendido así sobre la almohada. Alexis la colocó las piernas sin que la niña se moviese lo más mínimo y cubrió la mitad de su cuerpo con la sábana, dándola un beso. Kate miraba la escena en silencio y no pudo evitar preguntar a Alexis:
- ¿Lo sabe ya Brandon? – Alexis la miró
- ¿Qué tiene que saber? – le preguntó
- Que estas otra vez embarazada… es obvio… tu cuerpo, tu cansancio, tu comida… ¿de cuanto?
- No se te pasa una ¿eh? – le dijo acercándose a Kate y abrazándola – pensaba decíroslo a todos en Londres, después de que él lo supiese. Aún no me he hecho ninguna prueba, pero tengo todos los síntomas y un retraso de casi tres semanas.
- Creo doctora, que no te hace falta hacerte ninguna prueba…
- Si… lo sé…tengo todas las pistas… llevo atendiendo embarazadas demasiado tiempo… ¿me guardas el secreto?
- ¿Con tu padre?
- No, supongo que no podrás, pero si con el resto… no quiero que Brandon sea el último en enterarse.
- No te preocupes. Solo espero que si es chico no le llames Robert … - Alexis soltó una carcajada
- Sabes que me encantó Crepúsculo… pero no, si es chico será su padre quien elija…
Kate se acercó a la cuna de Kristen arrodillándose delante y dándole un beso a la pequeña.
- Y deja que nos ocupemos estos días de este torbellino –le dijo acariciándole la cara- ya bastante tienes con este viaje y el calor. Kristen tiene tres tíos llenos de energía, por no hablar de su abuelo y por supuesto me tienes a mí…
- Kate, tu eres su abuela y no me gusta que te excluyas. Has sido más madre para mí que la mía, quiero mucho a mi madre, pero ya sabes que sólo esta para las diversiones, en los momentos duros, tu has sido quien ha estado a mi lado.
- Abuela – le dijo Kate – entre estos tres y tú me estáis haciendo mayor – le dijo señalando a Marthy
- No te preocupes tanto por ella, es una buena chica, se le pasará… - Kate deslizó sus rodillas por el suelo hasta ponerse junto a la cabeza de su hija.
- Si supiese por un momento lo mal que lo pase hasta que por fin me quedé embarazada, no me provocaría tanto con su comportamiento. Fue una niña tan deseada… - le confesó Kate, aunque Alexis ya lo sabía.
- Ya verás como cambia.
- Pensé que jamás –dijo acariciando la cara de su hija y retirándole un par de bucles de la cara – pensé que jamás – repitió- volvería a quedarme embarazada después del aborto… fue tan duro…
- Lo sé Kate – le dijo Alexis acercándose y agachándose junto a ella para darle un beso en la mejilla – pero si la naturaleza pensó que no debía seguir adelante, fue por algo…
- Si ella supiese todo lo que la queremos… todo lo que yo quiero a mi niña… - dijo mientras la miraba y acariciaba la cara.
- Ya se dará cuenta… todos nos damos cuenta…
- Espero que no haga demasiadas locuras hasta que pase eso... - le dijo mirando a su hija con ternura y besándola en la frente – métete ya en la cama Alexis, cuando Kristen se despierte llévala a nuestra habitación ¿vale? - Kate se incorporó volviendo a besar a su hija y saliendo de la habitación.
Alexis se cambió y se metió en la cama.
- Espero que no se te ocurra comentar nada de lo que has oído esta noche Marthy – le dijo a la chica.
No recibió ninguna contestación.
- Vamos, sé de sobra que estas despierta y lo has oído todo. No soy tu madre, no puedes engañarme, soy especialista en hacerme la dormida.
- ¿Y que podía hacer? – le contestó la chica- Hubiese sido peor abrir los ojos…
- Nada… hacer lo que estabas haciendo. Pero jamás se te ocurra decirle nada de todo esto, lo pasó fatal aquellos meses, y papá también… por un momento pensó que volvería a recluirse en sí misma de nuevo.
- Me alegro de volver a ser tía… -le dijo la chica después de un rato de silencio.
- Sobre eso también debes guardar silencio, no quiero que Brandon piense que es el último en enterarse y no es una noticia para darle por teléfono…
- Tranquila, no diré nada
- Y empieza a madurar Marthy por favor, ya has oído a tu madre, todos te queremos demasiado pero Kate… ella te quiere más incluso que papá.
Marthy no dijo nada más. Secretamente pensó que debía saber que es lo que había pasado con su madre, porque todo el mundo decía que hubo una Kate antes y una después, y lo del aborto… siguió dando vueltas a todo ese tema, pensando como podría averiguarlo, y se durmió tras encontrar mentalmente a la persona que le contaría todo eso sin delatarla… su abuelo Jim…
Kate se acercó hasta la cama donde Sean dormía profundamente. Se había dejado caer boca abajo sobre la cama con la ropa que había llevado puesta por la tarde, ni siquiera se había descalzado. Kate le empezó a quitar las zapatillas y poco a poco fue presionándole para que fuese girando y poder desabrocharle la camisa y el pantalón, pudo tirar de los vaqueros pero no podía quitarle la camisa, en ese momento Sean abrió los ojos
- Mamá
- Sean, quítate la camisa cariño, no puedes dormir así – el muchacho obedeció y Kate le beso en la frente cuando volvió a apoyarse sobre la almohada.
Kate volvió a su habitación y se puso un bikini, Richard estaba sentado dentro del agua y giró su cabeza al notar como ella apagaba la luz de la habitación.
- Ven aquí – le dijo – el agua tiene la temperatura ideal.
Ella entró en el agua y se sentó entre las piernas de él, que la abrazó por la espalda besando su cuello.
- ¿Están todos dormidos? – le preguntó
- He tenido que desnudar a Sean, se había tirado sobre la cama y tenía la luz encendida.
- ¿Marthy?
- Duerme profundamente. Podría tirarse durmiendo dos o tres años, así cuando despertase quizá ya no estuviese tan revolucionada. Te juro que a veces me dan ganas de llevarla a comisaría y meterla en un calabozo donde pueda tenerla vigilada hasta los ventitres….
- Eso sería abuso de poder Capitana Becketts.
- No interfieras, sabes que tengo razón.
- Podría recordarte muchos de los consejos que me dabas cuando te contaba las cosas extrañas que hacía Alexis… y acertabas con ellos, pero ahora haces lo contrario ¿Por qué?… ¿no puedes aplicarlo porque es tu niña?
- Me preocupa tanto. A veces creo que piensa que no la quiero – le dijo con tristeza
- Eso es absurdo – le dijo apretándola más contra él – es la niña más deseada que hayan podido querer más unos padres.
- Ya, pero creo que ella no lo sabe.
- ¿Te das cuenta que cada uno de nuestros hijos a nacido por un motivo diferente? – le dijo él – Sean es el hijo del amor, nació después de todas las noches que dedicábamos a amarnos… solos tú y yo… - la besó de nuevo el cuello – Chris es el hijo de la pasión ¿recuerdas?
- ¿Qué si recuerdo? No he tenido la certeza de cuando engendramos a ninguno de ellos salvo a Chris y recuerdo la bronca de mi ginecólogo.
- Estabas preciosa… yo no podía resistirlo más… - le dijo volviendo a su cuello
- Y ella…
- Marthy es la hija soñada, la hija buscada, de los tres, la única que realmente nos esforzamos por tener. ¿Ves? – le dijo triunfal – tenemos uno de cada…
- Hablando de niños… - le dijo Kate colocando su nuca en el hombro de él recostándose para ver su cara
- No me lo digas… Alexis nos vuelve a hacer abuelos ¿verdad?
- ¿También te has dado cuenta? – le dijo sonriendo
- Claro… fui entrenado por la mejor inspectora – le dijo dándole la vuelta y haciendo que ella se sentase a horcajadas sobre él, abrazándola y comenzando a besarla.
- ¡Hola padres! – dice Chris sacándoles del beso – Dejar lo que estéis haciendo, hay un menor delante de vosotros
Chris se descalzo quitándose a la vez la camiseta y metiéndose al agua con los pantalones tipo bermuda que llevaba puestos.
- Chris… no hagas eso… ¿acaso no tienes bañador? – dijo Kate.
- Si llego a parar a cambiarme antes de venir os hubiese pillado en peores circunstancias… ¿imaginas el trauma que podríais haberme causado, mami?
- Supongo que el mismo que me causo a mí encontrar en tu habitación una caja de preservativos a los que le faltaba la mitad del contenido – le contestó ella – y ya que ha salido el tema ¿Qué tienes que decir a eso?
- Que tomo mis precauciones – le dijo acercándose a ella y dándole un beso en la mejilla – eres demasiado joven y guapa para que yo te haga abuela, mami – Richard giró la cara para que ella no pudiese ver como no podía contener una gran sonrisa ante la respuesta de su hijo.
- Y tú no le rías la gracia Castle, te estoy viendo – le dijo Kate
- Tú tampoco debes de tomarlo tan a la tremenda cuando se lo has dicho hoy y no cuando lo encontraste – le replicó Richard.
- Bueno, ya que no tenéis que preocuparos por mí, quedaros tranquilos que tampoco hay que preocuparse por el entrenador del gimnasio – dijo sonriendo
- ¿Qué has hecho Chris? – preguntó Kate un poco alarmada
- Naaada. Sólo nos cruzamos en recepción, y le dije que mi hermana pequeña estaba un poco “obsesionada” con él, puso cara de no saber de quien diablos le estaba hablando, hasta que le dije que tenía trece años, entonces la describió como la simpática niñita que había ido por la mañana.
- Como se entere tu hermana – le dijo Richard
- Vino a buscarle su novia, que por cierto, esa si que esta realmente buena y no él, y me dijo que no iba a buscarse ningún problema con nosotros ni con el hotel, le invité a que si baja mañana le haga trabajar duro para que no tenga ganas de volver y me dijo que sin problemas– Kate sonrió
- No deberías haberlo hecho Chris, tengo que darle un voto de confianza a tu hermana – dijo Kate – aunque confieso que me dejas más tranquila al saber que la ve como lo que es, una niñita.
- Tú y yo formaremos un gran equipo cuando trabaje contigo – le dijo a Kate guiñándole un ojo.
- No empieces Chris – le dijo Richard – no me apetece oíros discutir
- No hay nada que discutir Rick, irá a la universidad, y cuando acabe, el sabrá lo que hace, pero no pienso permitir que eche a perder esa oportunidad – dijo Kate
- ¿Y que tienes pensado que estudie? – le preguntó Chris - ¿Historia de cómo encerrar a los malos?
- Me da lo mismo lo que quieras estudiar, pero lo harás. Cuando acabes, puedes dedicarte a lo que quieras, como si quieres se acróbata del circo, pero vas a ir a la universidad, y te recomiendo que vayas revisando que carrera quieres hacer, si no quieres que la elija yo por ti, y no creo que te guste lo que tengo pensado.
- No sé porque te empeñas tanto, ni tú ni tía Sarah acabasteis la universidad y no ha pasado nada.
Sarah y Anthony se habían ganado el título de “tíos”. Cuando Sean y Chris eran aún bebés, ellos se ofrecían siempre voluntarios para hacer de canguros y que Richard y Kate pudiesen salir a cenar o al cine y relajarse, y ellos agradecían ese detalle, no podían dejar a los niños con nadie más, Jenny, Lanie, Ryan y Espo estaban demasiado ocupados en sus propios bebés, y no siempre podían contar con Martha y Alexis, la primera por su trabajo, y la segunda por sus estudios. Sarah había sido de gran ayuda a Kate, tanto fuera como dentro del trabajo, donde poco a poco se fue acostumbrando a su presencia y a la falta de Richard, ocupado en casa con los niños y a la de Lanie y su baja por maternidad. También la echo una mano cuando nació Marthy, Sarah se llevó varios días a los niños a su casa, cuidando de ellos hasta que Kate y Richard estuvieron lo suficientemente recuperados y preparados para poder enfrentarse a los tres niños en casa.
- ¿Y acaso crees que no me arrepiento de no haber terminado? Y no voy a discutir contigo sobre lo que yo hice en el pasado, hablamos de tu futuro – le espetó Kate.
- Deberías ir a dormir Chris – le dijo su padre intentando suavizar la situación.
- Vale… prometo pensarlo mami… - le dijo y la volvió a besar en la mejilla
Chris salió del agua, se quitó el pantalón y los calzoncillos, dejándolos chorrear sobre el respaldo de una de las sillas metálicas.
- Chriiiis – le dijo su madre.
- ¿Qué? No pretenderás que entre a la habitación así y lo moje todo… no creo que tenga nada que no hayas visto ya ¿no? –le dijo sonriendo cogiendo una toalla y secándose el pelo – a ver que hacéis ahora que os dejo solos… por cierto… ¿en que año estuvisteis aquí? –preguntó el chico
- En el 2012 – contestó rápido su padre – hace veinte años ¿Por qué?
- Nada… curiosidad por saber si Sean fue creado – dijo la palabra levantando las manos y moviendo los dedos a modo de encomillado – en esta piscina… que luego parece que nos escandalizamos por encontrar cosas que no deben buscarse en los cajones de tu hijo – le dijo riendo a su madre.
- Lárgate a la cama – le dijo su padre intentando salpicarle - ¡ya!
Kate le miró mientras se alejaba desnudo hacía su habitación, sin poder contener una sonrisa.
- Es igual que tú – le dijo a Richard mirándole
- De eso nada, se parece a ti, tu pelo, tus ojos, tu delgadez… – le contestó él
- En el cuerpo, pero es tan descarado y gamberro como tú, y…. ¿sabes?...
- ¿Qué? – le preguntó Richard volviendo a abrazarla
- Hay una parte de su cuerpo que me encanta, porque en eso es idéntico a ti…
- ¿Ah si? – le dijo él pícaramente.
- Tiene tu mismo culo – y ambos comenzaron a reír.
La mañana siguiente Kate y Richard les dijeron que tenían que acompañarles a un lugar muy especial para ellos. Ninguno de los cuatro hermanos preguntó nada, se limitaron a prepararse y dejar que les llevasen. Salieron del hotel caminando, Richard con su nieta en los hombros, mientras Chris giraba alrededor de ellos, corriendo, saltando y tocando a su sobrina y haciéndola reír. Unos pasos por detrás, Sean abrazaba a su madre por los hombros, y ella le pasó la mano por la cintura, mientras hablaban de la historia de Atenas. Más retrasadas Alexis y Marthy hablaban de ropa, de música y de otros temas que Alexis sabía que ocupaban la mente de la adolescente.
- ¿Queda mucho papá? – preguntó Chris turnándose con él y colocando a su sobrina sobre sus hombros.
- No, en la siguiente calle – le contestó él.
Giraron a la izquierda en la siguiente calle y Richard sonrió al ver que aún seguía allí la pequeña iglesia, miró hacía atrás cruzando su mirada con Kate, que le devolvió la sonrisa.
- Chicos – dijo Richard haciendo que todos se juntasen – hemos llegado, entraremos en esa iglesia
- Papá – dijo Alexis – yo he estado aquí contigo ¿verdad? Yo tenía la edad de Marthy…
- Si… - estuviste aquí conmigo – y en aquella ocasión hice una petición que se cumplió. Cuando volvimos juntos – dijo cogiendo a Kate de la mano- volvimos a hacer una petición, que nos ha vuelto a ser concedida… y hoy debemos dar las gracias.
Esperaron a que las dos mujeres que estaban dentro de la pequeña iglesia saliesen y entraron ocupando el reducido espacio. Los cuatro observaron como sus padres se sentaban en silencio mirando el icono colgado en la pared, y cada uno por su lado suponiendo que rezaban en silencio.
Cuando acabaron, Richard sacó de su bolsillo un pequeño block y su pluma
- ¿Quieres pedir algo amor? – ella le cogió la mano y volvió a meter la pluma y el block en su bolsillo
- Creo que ya tenemos todo lo que podríamos pedir. ¿No crees? – y él asintió poniéndose en pie y saliendo de la pequeña iglesia.
Esperaron a que los cinco saliesen de la iglesia. Quizá sus hijos si habían hecho alguna petición, quizá no, quizá tan sólo estaban dándoles tiempo… no lo sabían y realmente no importaba, ellos acababan de cumplir con un sueño que tenían desde hacía veinte años.
- ¿Ahora me dirás lo que pediste? – Le dijo Richard a Kate abrazándola y ella le asintió.
- Pero antes quiero una foto de todos con la iglesia al fondo….
Le pidieron a un chico que les tomase la fotografía y al revisarla, Kate pensó en el marco que le pondría a esa foto de familia cuando la pusiese sobre su mesa de la comisaría, junto a la de sus dos hijos escoltando a su hermana el primer día de colegio de ésta y a la de Alexis el día de su graduación, tendría que mover un poco la foto de Richard y ella besándose bajo un puente de Venecia mientras paseaban en góndola….
Él la sacó de sus pensamientos mientras andaban de regreso al hotel
- Dime que pediste… me muero de curiosidad… han pasado veinte años…. –ella le sonrío
- Quería que no dejases pasar mucho tiempo para pedirme que me casase contigo y formar una familia a tu lado.
Él se paró en seco, abrazándola. Por delante de ellos sus dos hijos varones se lanzaban con cuidado a los brazos a su sobrina, como si fuese una pelota y provocando las risas de la niña, mientras, las dos chicas hablaban animadamente, ambos les miraron, y Richard llevó sus dedos a la cara de Kate, girándole el mentón para que lo mirase.
- ¿Recuerdas en Plaka cuando vimos como una anciana regañaba a su marido y le hacía poner una chaqueta y luego le acarició con tanto amor? – le dijo Richard.
- Me acuerdo – contestó ella con una sonrisa.
- Pues yo pedí envejecer así, contigo, a tu lado, con ese amor.
Ella no dijo nada. Se limitó a cerrar el estrecho tramo que separaban sus bocas y besarse en silencio, teniendo una vez más de banda sonora el tráfico infernal para el que aquella ciudad y por mucho tiempo que pasase, seguía sin estar preparada, y como testigos a cuatro jóvenes y una niña pequeña que se habían parado, dado la vuelta hacia ellos, mirándoles y les esperaban entre risas y silbidos… su familia….
“Llenamos el caldero de risas y salero,
con trajes de caricias rellenamos el ropero.
Hicimos el aliño de sueños y de niños,
pintamos en el cielo la bandera del cariño.
Las cosas se complican,
si el afecto se limita a los momentos de pasión.
Subimos la montaña de riñas y batallas,
vencimos al orgullo sopesando las palabras.
Pasamos por los puentes de celos y de historias,
prohibimos a la mente confundirse con memorias.
Nadamos por las olas de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.
Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento que las almas se confundan en un mismo corazón”
Nacho Cano – Vivimos siempre juntos.
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Dedicado a mi gran amiga, EDP, porque ser la única persona que me conoce y a la que dejo leer mis pensamientos, y recuerda: “ten cuidado ahí afuera ¿ok?”
Gracias a Silvana y Alba. Sois incansables y me habéis animado a seguir con vuestras palabras y vuestros mensajes de apoyo continuo. Alba espero no haberte defraudado con Sarah,y sigue escribiendo eres grande. Sil, a ti no puedo decirte nada más, gracias por corregir y no dejar que metiese la pata, y gracias por el aporte de datos.
Gracias a Cata Castillo (y su C3 claro), a María_cs y Mari Paz, porque cada vez que subía un capÍtulo esperaba vuestros comentarios (tres grandes escritoras)
Gracias a Teresita_yoCastle y Castle&Beckett_Cris, siempre ahí y pidiendo más!!!, vaya dos!!! Gracias chicas…
Gracias a Skyscraper, Chelcas, Maku Stanathan, Mari530, LeFleur89, Moni Valdes, Duende, BrujaAle, Jorja , Karlaularodgers, Mel.Castle, May, castlelover, caskett mola, DannyyFranco, Trinity640, Isana, Stana Beckett, Setejga, Claudia Vasquez, Eetccastle, AlbaKB,Rikala, Sofia, Andyrogerscastle, Okusak, Azuladna, Maqui-Castleadicta, Choleck, Rikk y Katee, RcKb, Zeny_Mackenzie, forever23, kate&castle,
Gracias LeilaKB por ser la primera en comentarme…
Creo que no se me olvida nadie, y si fuese así, lo siento, tienes derecho a quejarte y rectificaré…
Hum creo que se me olvida darle las gracias alguien a quien debería dar dos tirones de orejas, uno por ser hoy su cumpleaños (Felicidades) y otra por no tener noticias… si… tu, ya verás cuando te pille Moth13
Ah si… claro, gracias a tod@s los que habéis llegado hasta aquí aunque no estéis registrados y no comentéis, o simplemente no os parece tan buena la historia para hacerlo, pero el hecho de estar llegando a este párrafo, ya es de agradecer…
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Todo un placer escribir y entreteneros.
Ana.
De momento no voy a escribir más. Necesito recuperar horas en amigos, deporte, sueño... pero quien sabe, lo mismo lo echo de menos y estoy a la carga en horas...
No voy a hacer una segunda parte... no es plan de aburrir. Pero gracias por pedirlo.
Los últimos párrafos (los que están en negrita) me han costado mucho escribirlos. Tratarlos con cariño.
Y ahora... al turrón...
EPILOGO
Verano 2032
King George Hotel Palace, Atenas. Suite presidencial.
Ella se despertó primero. Estaban en Atenas, habían llegado el día anterior, estaban en la misma habitación que entonces. Él la abrazaba por la espalda, como todas las noches desde hacía veinte años. Ella se giró para mirarle dormir. Habían pasado muchos años, pero él no había perdido su atractivo, al contrario, había ganado con la edad, como los grandes actores de Holywood y las pequeñas arrugas que surcaban su rostro le hacían mucho más interesante, sobre todo para muchas de las lectoras jovencitas que acudían a sus eventos, y que él siempre trataba como si fuesen sus hijas. Seguía siendo un escritor de éxito, sus libros siempre estaban en las listas de los más vendidos “y estarán ahí porque mi musa sigue conmigo” decía siempre que le preguntaban en alguna entrevista por su secreto para mantener sus libros en lo alto de las listas. Ella viajó mentalmente hasta el día que él la pidió que se casasen, y no pudo resistir darle un beso. Él se movió, arrugó la nariz, susurro entre dientes “te amo Kate” y siguió durmiendo. Ella siguió recordando aquella época, como había aprobado su examen de ascenso con un solo fallo que le restó un punto en su examen obteniendo un 999, y como Gates la dijo que ella dirigiría homicidios. Recordó como él se estuvo metiendo con ella por ese fallo, que no era más que una mala interpretación del examinador, que en vez de leer arrival había leído allival y no dio por perfecto el artículo que pedían que detallase. Richard la compró un libro escolar para practicar caligrafía, puesto que le decía que nunca había escrito bien las erres y ella le amenazó con su pistola. No obstante, y pese a es fallo, aún nadie había superado su nota en un examen para teniente, y eso pese a que habían pasado ya veinte años. Y ahora estaban ahí… repitiendo el viaje que habían hecho veinte años antes, Venecia, Grecia, Paris y dejando para el final Londres, donde Harry y Jimmy les esperaban.
De repente la puerta de la habitación se abrió y un pequeño torbellino de cabellos largos y casi albinos entró en la habitación
- Kristen, cariño – le dijo a la niña – ven aquí – le dijo tomando en brazos a la pequeña de tres años y subiéndola a la cama.
Kate la abrazó besándola. Era una pequeña preciosa, de carita redonda y preciosos ojos azules y un pelo casi blanco que le recordaba a la abuela de la pequeña.
- ¿Has dormido bien? – la niña la miró sonriendo y Kate volvió a besarla con ternura.
La pequeña comenzó a jugar con la cadena de Kate y se llevó una manita a los ojos restregándolos y se metió el pulgar de la otra mano en su boca, dando signos de sueño, Kate la tumbó en la cama, entre ella y Richard, y la niña se giró hacía él, tocándole la cara. Kate les miraba cuando oyó un par de suaves golpes en la puerta.
- Perdona Kate – le dijo Alexis bajito asomándose a la puerta - ¿esta mi torbellino por aquí?
Kate le señaló a la niña, que parecía querer dormir un rato. Kate le hizo una seña para que no se la llevase. Se levantó y se puso un pantalón de pijama. Habían pasado veinte años, pero ella no había perdido la figura, que bajo una camiseta ajustada de tirantes y ese pantalón seguía luciendo desde siempre.
- Deja que duerma un rato con su abuelo… ya sabes como adora tu padre a su princesita – le dijo mientras salían a la terraza donde estaba la piscina privada de la habitación.
- Lo siento Kate, salió corriendo cuando yo hablaba con su padre por teléfono. ¿Te ha despertado?
- No Alexis, ya estaba despierta, y si lo hubiese hecho, sería una bonita forma de despertar. ¿Y Marthy? ¿No estaba contigo?
- No. Bajó al gimnasio hace una hora.
- ¿Al gimnasio? – preguntó Kate extrañada
- Eso dijo… ¿Por qué?
- Algo trama… no es normal que vaya al gimnasio y menos a estas horas – dijo mirando el viejo reloj de su padre y viendo que no eran más que las nueve y media – No puedo con ella Alexis, este último año esta siendo agotadora.
- Bueno, esta en la edad tonta… ya sabes…
- No sabes lo que agradezco que accedieses a venir, se negaba a venir con nosotros, quería quedarse con tu abuela y aunque Martha accedió cuando ella se lo pidió, ya no esta para cuidarla. Cuando le dijimos que venías, le faltó tiempo para preparar la ropa que iba a llevarse.
- Ya… la abuela la adora… ya lo sabes, aunque no pueda con ella hará lo que le pida.
- Si, entiendo que la quiera, pero no debe ceder a sus chantajes.
- Marthy es como papá…
- No Alexis, si fuese como tu padre no me preocuparía… tu padre fue un gamberro, pero con buen fondo, nada más. Ella es como yo y eso es precisamente lo que me preocupa.
- ¿Cómo tú? – preguntó asombrada Alexis – tú no eres así… nunca has sido así…
- Deberías hablar con mi padre – le dijo riendo – me dice que tengo lo que merezco…
- Pues quizá cambie como tú…
- Espero que lo haga, y rápido, pero no por la misma razón por lo que lo hice yo – dijo Kate nostálgica.
- No, espero que no…
- ¿Y Brandon?
- Está en Boston, resolviendo no sé que caso, ya sabes los del FBI no hablan de sus casos – Kate la sonrió- me ha confirmado que se irá a Londres la semana que viene, tiene que arreglar no se qué papeles relacionados con su título de Lord, ya sabes cosas de ingleses, y ya que iremos a ver a Harry y Jimmy aprovechará para ir…
- Recuerdo lo claro que tenía con doce años lo que quería ser de mayor… -le dijo a Alexis mirándola divertida
- Ya se lo que estas pensando Kate, sigues preguntándome con la mirada como pude acabar casándome con el hijo de Jimmy y Harry ¿verdad?
- Me sorprendió… vuestra diferencia de edad… tu siempre has sido tan madura… y … él tiene seis años menos que tú…
- Tu te llevas siete años con papá… ¿Qué más da quien haya nacido antes?
- Tengo que reconocer que supiste elegir – le dijo riendo – yo tendré un abuelito en mi cama y tu un jovencito– le dijo riendo
- Me temo Lady Kristen – la llamaba así, al fin y al cabo era hija de un Lord inglés - que tu madre y la madrastra de Blancanieves están criticándome… - dijo Richard a la niña que sostenía en brazos mientras salía a la terraza y le daba un beso en la cabeza a su hija y otro en los labios a su mujer.
- Vamos Rick, solo hablábamos de tu edad… - le dijo Kate revolviendo el pelo de la niña, idéntico al de Harry.
- Creo haberte demostrado más de una vez que la edad no pasa por mi – contestó él girándose para sonreír a la recién llegada – hola cariño, ya tengo a todas mis chicas juntas…
- Hola papá – le dijo acercándose y dando un beso a su padre y a su sobrina
- ¿De donde vienes Marthy? – le inquirió Kate.
- Buenos días a ti también mamá – le dijo molesta mientras se acercaba a su hermana para darle un beso.
- Responde a tu madre cariño – le dijo Richard temiendo que aquello podría convertirse una vez más en otra de las broncas entre Kate y su hija.
- Estaba en el gimnasio mamá – le dijo mientras le daba un beso a su madre
- ¿Y que es lo que tiene de interesante ese gimnasio Marthy? – le preguntó su madre entrecerrando los ojos.
- Nada…
- Espero que ese “nada” tenga tu edad – le dijo Kate y su hija sopló retirando uno de sus rizos castaños de su cara - ¿me estas oyendo? – le dijo Kate enfrentando sus ojos a los de su hija, pareciendo que se miraba en un espejo, pues eran exactamente iguales.
- Te oigo, mamá, te oigo… - le dijo resignada y haciendo una mueca de complicidad a su padre.
Martha Johanna era un calco exacto a su madre. Y no sólo físicamente, era inteligente, obstinada, valiente, decidida y aunque había sido una niña modelo, las hormonas adolescentes la estaban revolucionando, últimamente había cambiado sus excelentes notas por calificaciones mediocres, sus horas de estudio por horas al teléfono y al ordenador con sus amigas, había cambiado completamente su armario, había pasado de ser obediente a rebelarse por todo y Kate sabía bien lo que podía llegar a hacer su hija, mirando lo que había hecho ella en el pasado… deseaba con todas sus fuerzas que creciese lo más rápido posible y se tranquilizase volviendo a su formalidad, tal y como ella lo hizo en su día. Acababa de cumplir trece años.
- Esto es culpa tuya – le dijo Kate a Richard – la has consentido demasiado
- ¿Yo? Sabes de sobra que no tengo la culpa, ganaron tus genes – le contestó el divertido.
Richard sabía que parte de la culpa podía ser suya, puesto que malcrió a su hija todo lo que pudo. Le recordaba tanto a ella, era como Kate pero en niña, hasta repetía sus gestos y él deseaba que creciese feliz y darle todos los mimos que no tuvo su madre durante los trece largos años que ella se empeñó en vivir para vengarse del asesino de su madre. Y Kate veía en su hija un reflejo de ella misma y sabía que Richard tenía razón, no se puede luchar contra los genes.
- ¡Vale ya! estáis hablando de mí y estoy delante – resolvió Marthy que se había sentado junto a su hermana mayor, a la que adoraba.
- Buenos días gente – dijo el muchacho saliendo a la terraza tan sólo vestido con sus calzoncillos y cogiendo a Kristen de los brazos de su abuelo - ¿Qué ha hecho esta vez la niña mimada? – dijo mirando a Marthy y besando a Kristen
- Cállate idiota – le contestó Marthy – como tú siempre haces lo que te da la gana…
- Será porque yo casi tengo dieciocho años niñata – le contestó el chico jugando con la niña – y no voy acosando a los entrenadores del gimnasio
- Chris, esta me la pagas – le advirtió la chica mientras sus mejillas se sonrosaban, pero ya era demasiado tarde, miró a su madre que la miraba con ojos inquisidores.
- Ya hablaremos tu y yo a solas de esto, Martha – le dijo Kate, y la chica supo que traería consecuencias, siempre que su madre le llamaba así, traía consecuencias.
- Ha llamado tu hijo – le dijo Chris a Richard mientras le daba un beso
- Mi hijo – le dijo Richard a Chris
- Bueno, tu otro hijo... ya sabes, ese que no soy yo... – le respondió mientras besaba a su madre y a su hermana mayor
- ¿Qué le pasa a Sean para que llame por teléfono? ¿No estaba contigo en la habitación? – preguntó preocupada Kate
- Mami, ese hijo preferido tuyo es tan tonto que esta mañana salió a correr hasta Marathon, ya sabes, quería cubrir la distancia y emular a Filípides… - contestó Chris soltando su pelo de entre los dedos de su sobrina – y cuando ha llegado allí le han dicho que hoy es festivo y no hay autobús de vuelta hasta Atenas.
- Voy a vestirme y tú me acompañaras a por tu hermano – le dijo Richard a Chris
- ¡Eh! ¡eh!… yo pretendía seguir durmiendo – dijo el chico enfrentando sus verdes ojos a los de su padre.
- Chris, por favor, acompaña a tu padre – le pidió Kate
- Esta bien – no podía resistir cumplir los deseos de su madre – ¿debería ducharme antes no? – dejó a su sobrina en los brazos de su hermana pequeña y se lanzó a la piscina salpicando a todos.
Christopher era el segundo hijo de Richard y Kate. Su físico era idéntico al de su hermana pequeña salvo el color del pelo que ni era tan claro como el de su padre, ni tan oscuro como el de su madre y ligeramente rizado, alto, delgado, los mismos ojos verdes de su madre y hermana, pero su carácter era el mismo de su padre. Un gamberro de buen corazón, un simpático caradura al que las chicas perseguían y a las que él daba boleto cuando le apetecía, un buen estudiante aunque nadie entendía de donde sacaba el tiempo para poder alcanzar esas notas, pues nadie le veía nunca estudiar, ocupado en salir con sus amigos. Era inteligente, terco y valiente como su madre. Sus risas resonaban siempre por la casa, bromeando y haciendo que todos perdonasen sus bromas cuando les ponía cara de cachorrillo abandonado y repartía besos y abrazos. Cumpliría dieciocho años en diciembre. Estaba decidido a seguir los pasos de su madre y convertirse en policía, aunque Kate intentaba convencerle de lo contrario. Pese a picar a su hermana pequeña, hacía todo lo posible por protegerla, él y Sean eran los eternos guardianes de su hermana por la que sentían verdadera pasión.
Sean era el hijo mayor de la pareja. Había cumplido dieciocho años en febrero. Los dos hermanos se llevaban apenas 10 meses de diferencia de edad. Kate se quedó embarazada en el tiempo que su ginecólogo le marcó como tiempo de descanso, como ella decía, estuvo casi dos años embarazada, y estar embarazada con un bebé de meses en el regazo resultó algo agotador. Así que, se tomaron con calma volver a tener un hijo, aunque Richard le insistía que quería una niña que fuese como ella y a la que poder poner el nombre que él eligiese, puesto que antes de nacer Sean, habían pactado que los nombres de niño los pondría ella y los de niña los elegiría él. Cinco años después y tras un aborto de Kate, nació Martha Johanna, Marthy para su familia, Jo para sus amigos. Richard se deshizo con su niña. Tal y como él la había prometido, él se había hecho cargo de los niños cuando ella había vuelto a su trabajo, él se encargaba de ellos durante el día, y ella se ocupaba cuando volvía a casa, aunque a veces eso representaba que Richard tenía que hacerse cargo también de ella, que acababa agotada, y él terminaba sacándola de la habitación de sus hijos y llevándola en brazos dormida hasta su cama casi todas las noches.
En cuanto a Sean, era el calco de su padre. Era más alto que Chris, de complexión fuerte, el mismo color de pelo y de ojos de su padre, incluso reía igual que él con sus ojos… Sean era el hijo ideal, un estudiante modelo, muy responsable y cariñoso, preocupado únicamente por sus estudios y por el equipo de atletismo al que pertenecía. Tímido con las chicas, aunque estas no le daban tregua, pero él las esquivaba, su plan era la universidad, quería estudiar periodismo o quizá literatura o tal vez ambas, estaba dispuesto a ser el segundo escritor de la casa. Desde el principio vieron que Sean y Alexis eran exactamente iguales. Todos acusaban a Kate de tener preferencia por Sean entre sus tres hijos, y ella misma se reconocía a veces, que tal vez fuese así, y que le consentía y mimaba pues le recordaba tanto a Richard que no podía evitarlo, le defendía ante sus hermanos y su padre, de la misma forma que Richard lo hacía con Marthy. En cuanto a Chris, no quedaba exento de defensores, porque todos le adoraban, su madre porque su picardía y caradura le recordaba a Richard, su padre porque veía en él todos los rasgos de Kate. Sean porque Chris era su consejero y su mejor amigo y Marthy porque aunque se metiese con ella, era el único capaz de entenderla. Alexis porque quería a sus tres hermanos por igual. Kate y Richard sabían que Chris era la mezcla perfecta de ambos. Y Chris adoraba a toda su familia aunque su hermana pequeña y su madre eran su debilidad.
Richard y Chris se marcharon en el monovolumen de alquiler para ir a buscar a Sean, mientras el resto de la familia se dispuso a desayunar en la terraza.
- Oye mamá – le dijo Marthy a Kate - ¿esa foto tuya que tiene papá en su despacho la hicisteis aquí? Le dijo la chica mirando la piscina y al fondo el eterno Parthenon.
- Si – contestó Kate recordando aquel día y como se vio sorprendida al verle tirado en el suelo de la terraza enfocándola mientras ella emergía del agua – me la hizo tu padre aquí una noche que…
- No sigas mamá… no quiero saberlo – le dijo la chica levantando la mano y Alexis la miró echándose a reír.
- ¡Marthy! – le dijo Kate – pero…
- ¡Pues si les llegas a pillar en la cama como lo hice yo! – dijo una divertida Alexis – Kate tendrías que haberte visto la cara cuando al día siguiente papá me hizo entrar en la habitación ¿recuerdas? Estabas completamente roja… - Alexis volvió a reír – no sabías si salir huyendo de allí o intentar esconderte bajo las sábanas…
- ¿Te acuerdas de eso? – le dijo Kate recordando ese momento y volviendo a notar el rubor en sus mejillas –esperaba que lo hubieses olvidado…
- Bueno vale ya ¿no? hay niñas delante…. – dijo Marthy
- ¿Y una de esas niñas eres tú? – le dijo su madre – porque si es así creo que tendrás que comportarte como tal y no volver a bajar a escondidas al gimnasio para intentar ligar con el entrenador.
- Oh vamos mamá… es tan guapo ¿verdad Alexis?
- Marthy a mi no me metas… deberías estar pensando en como arreglar el desastre de curso que has tenido este año y no en un entrenador griego, por muy guapo que sea, y que por cierto si que lo es – dijo Alexis
- Deberías hacer caso a Alexis. Eres la única de tus tres hermanos que ha sacado tan malas notas a tu edad.
- He aprobado mamá… ¿no es suficiente?
- No – dijeron a la vez Alexis y Kate.
La chica decidió callarse, no estaba su padre para defenderla y seguro que salía perdiendo si seguía discutiendo con su madre y su hermana.
Dos horas después, Richard y sus dos hijos entraban en la habitación. Kate y las chicas estaban en la piscina, el calor ya había comenzado a caldear Atenas, y el incidente con Sean les había impedido salir a visitar la Acrópolis como era la intención de Richard y Kate, lo mejor era pasar allí la mañana, ya saldrían por la tarde a visitar algún museo.
Kate les vio llegar, estaba sentada en el borde de la piscina, con las piernas dentro y sujetando a Kristen que chapoteaba feliz mientras Alexis y Marthy nadaban. Se incorporó y entrego la niña a Chris, que ya se había quitado la camisa y las zapatillas deportivas y tomó el lugar de su madre en el borde de la piscina jugando con la niña. Kate se acercó a Sean y le retiró el despeinado flequillo de la frente, al igual que lo había hecho mil veces con su padre.
- Pero hijo… ¿Cómo se te ocurre irte así? Sin avisar… ¿y si te hubiese pasado algo? – le dijo besando su mejilla
- Tranquila mamá – le dijo él respondiendo el beso de su madre – llevaba el móvil
- ¿El móvil va a salvarte de ser atropellado por algún conductor que no te viese?
- Nadie ha atropellado a nadie mamá. Estoy bien, mírame – le dijo dándose la vuelta por completo.
- Ya lo sé, pero no puedo evitarlo
- Además papá ya me ha regañado suficiente.
- No te estoy regañando cariño… solo quiero que entiendas nuestra preocupación y si tu padre te ha regañado es porque estaba tan preocupado como yo.
Kate le miró, el clon de Richard, miró sus ojos, esos ojos con la misma mirada de su padre y su hermana Alexis, sólo que Sean no ponía ojitos de gato con botas de Sherk para que ella le perdonase, él y Marthy no recurrían a esa mirada para pedir perdón, ellos tres asumían los errores y cuando pedían perdón lo hacían sin recurrir a ningún tipo de técnica para originar pena y conseguir lo que se propusiesen. Ellos tres aceptaban con valentía, adoraba eso de Sean y Marthy, se sentía orgullosa de que en eso se pareciesen a ella.
- Cariño – le dijo abrazándole y apretándose contra el muchacho, que ya era más alto que ella – no vuelvas a hacerme esto ¿vale? Avísanos siempre de a donde vas… podríamos haberte acompañado en el coche, si llega a pasarte algo… yo… nosotros…
- Lo siento mamá… no volverá a pasar, te lo prometo – le dijo y la besó en la mejilla y ella le sonrió, no podía enfadarse con él, era su niño...
Fue pasando el día y la noche se apoderó de Atenas. Disfrutaban del fresco en la terraza y poco a poco fueron retirándose cada uno a su habitación, Sean estaba agotado por la carrera y fue el primero en irse, al rato fue Marthy con Kristen en sus brazos, media hora después Chris, que no tenía sueño, les dijo que bajaba a por algo de leer a la recepción del hotel y Alexis que había dormido una larga siesta, decidió ir también a descansar. Kate le dijo a Richard que iba a ver a Sean y Marthy, y él la dijo que la esperaría dándose un baño en la piscina.
Cuando Kate y Alexis entraron en la habitación, iluminada por la suave luz de una lamparita anti miedo, vieron a Marthy dormida en su cama y a Kristen en la cuna, abrazada a su patito de peluche, pero en una extraña posición, durmiendo boca abajo y con las piernas flexionadas, parecía haberse quedado dormida mientras estaba de rodillas y que su pequeño cuerpo había caído rendido así sobre la almohada. Alexis la colocó las piernas sin que la niña se moviese lo más mínimo y cubrió la mitad de su cuerpo con la sábana, dándola un beso. Kate miraba la escena en silencio y no pudo evitar preguntar a Alexis:
- ¿Lo sabe ya Brandon? – Alexis la miró
- ¿Qué tiene que saber? – le preguntó
- Que estas otra vez embarazada… es obvio… tu cuerpo, tu cansancio, tu comida… ¿de cuanto?
- No se te pasa una ¿eh? – le dijo acercándose a Kate y abrazándola – pensaba decíroslo a todos en Londres, después de que él lo supiese. Aún no me he hecho ninguna prueba, pero tengo todos los síntomas y un retraso de casi tres semanas.
- Creo doctora, que no te hace falta hacerte ninguna prueba…
- Si… lo sé…tengo todas las pistas… llevo atendiendo embarazadas demasiado tiempo… ¿me guardas el secreto?
- ¿Con tu padre?
- No, supongo que no podrás, pero si con el resto… no quiero que Brandon sea el último en enterarse.
- No te preocupes. Solo espero que si es chico no le llames Robert … - Alexis soltó una carcajada
- Sabes que me encantó Crepúsculo… pero no, si es chico será su padre quien elija…
Kate se acercó a la cuna de Kristen arrodillándose delante y dándole un beso a la pequeña.
- Y deja que nos ocupemos estos días de este torbellino –le dijo acariciándole la cara- ya bastante tienes con este viaje y el calor. Kristen tiene tres tíos llenos de energía, por no hablar de su abuelo y por supuesto me tienes a mí…
- Kate, tu eres su abuela y no me gusta que te excluyas. Has sido más madre para mí que la mía, quiero mucho a mi madre, pero ya sabes que sólo esta para las diversiones, en los momentos duros, tu has sido quien ha estado a mi lado.
- Abuela – le dijo Kate – entre estos tres y tú me estáis haciendo mayor – le dijo señalando a Marthy
- No te preocupes tanto por ella, es una buena chica, se le pasará… - Kate deslizó sus rodillas por el suelo hasta ponerse junto a la cabeza de su hija.
- Si supiese por un momento lo mal que lo pase hasta que por fin me quedé embarazada, no me provocaría tanto con su comportamiento. Fue una niña tan deseada… - le confesó Kate, aunque Alexis ya lo sabía.
- Ya verás como cambia.
- Pensé que jamás –dijo acariciando la cara de su hija y retirándole un par de bucles de la cara – pensé que jamás – repitió- volvería a quedarme embarazada después del aborto… fue tan duro…
- Lo sé Kate – le dijo Alexis acercándose y agachándose junto a ella para darle un beso en la mejilla – pero si la naturaleza pensó que no debía seguir adelante, fue por algo…
- Si ella supiese todo lo que la queremos… todo lo que yo quiero a mi niña… - dijo mientras la miraba y acariciaba la cara.
- Ya se dará cuenta… todos nos damos cuenta…
- Espero que no haga demasiadas locuras hasta que pase eso... - le dijo mirando a su hija con ternura y besándola en la frente – métete ya en la cama Alexis, cuando Kristen se despierte llévala a nuestra habitación ¿vale? - Kate se incorporó volviendo a besar a su hija y saliendo de la habitación.
Alexis se cambió y se metió en la cama.
- Espero que no se te ocurra comentar nada de lo que has oído esta noche Marthy – le dijo a la chica.
No recibió ninguna contestación.
- Vamos, sé de sobra que estas despierta y lo has oído todo. No soy tu madre, no puedes engañarme, soy especialista en hacerme la dormida.
- ¿Y que podía hacer? – le contestó la chica- Hubiese sido peor abrir los ojos…
- Nada… hacer lo que estabas haciendo. Pero jamás se te ocurra decirle nada de todo esto, lo pasó fatal aquellos meses, y papá también… por un momento pensó que volvería a recluirse en sí misma de nuevo.
- Me alegro de volver a ser tía… -le dijo la chica después de un rato de silencio.
- Sobre eso también debes guardar silencio, no quiero que Brandon piense que es el último en enterarse y no es una noticia para darle por teléfono…
- Tranquila, no diré nada
- Y empieza a madurar Marthy por favor, ya has oído a tu madre, todos te queremos demasiado pero Kate… ella te quiere más incluso que papá.
Marthy no dijo nada más. Secretamente pensó que debía saber que es lo que había pasado con su madre, porque todo el mundo decía que hubo una Kate antes y una después, y lo del aborto… siguió dando vueltas a todo ese tema, pensando como podría averiguarlo, y se durmió tras encontrar mentalmente a la persona que le contaría todo eso sin delatarla… su abuelo Jim…
Kate se acercó hasta la cama donde Sean dormía profundamente. Se había dejado caer boca abajo sobre la cama con la ropa que había llevado puesta por la tarde, ni siquiera se había descalzado. Kate le empezó a quitar las zapatillas y poco a poco fue presionándole para que fuese girando y poder desabrocharle la camisa y el pantalón, pudo tirar de los vaqueros pero no podía quitarle la camisa, en ese momento Sean abrió los ojos
- Mamá
- Sean, quítate la camisa cariño, no puedes dormir así – el muchacho obedeció y Kate le beso en la frente cuando volvió a apoyarse sobre la almohada.
Kate volvió a su habitación y se puso un bikini, Richard estaba sentado dentro del agua y giró su cabeza al notar como ella apagaba la luz de la habitación.
- Ven aquí – le dijo – el agua tiene la temperatura ideal.
Ella entró en el agua y se sentó entre las piernas de él, que la abrazó por la espalda besando su cuello.
- ¿Están todos dormidos? – le preguntó
- He tenido que desnudar a Sean, se había tirado sobre la cama y tenía la luz encendida.
- ¿Marthy?
- Duerme profundamente. Podría tirarse durmiendo dos o tres años, así cuando despertase quizá ya no estuviese tan revolucionada. Te juro que a veces me dan ganas de llevarla a comisaría y meterla en un calabozo donde pueda tenerla vigilada hasta los ventitres….
- Eso sería abuso de poder Capitana Becketts.
- No interfieras, sabes que tengo razón.
- Podría recordarte muchos de los consejos que me dabas cuando te contaba las cosas extrañas que hacía Alexis… y acertabas con ellos, pero ahora haces lo contrario ¿Por qué?… ¿no puedes aplicarlo porque es tu niña?
- Me preocupa tanto. A veces creo que piensa que no la quiero – le dijo con tristeza
- Eso es absurdo – le dijo apretándola más contra él – es la niña más deseada que hayan podido querer más unos padres.
- Ya, pero creo que ella no lo sabe.
- ¿Te das cuenta que cada uno de nuestros hijos a nacido por un motivo diferente? – le dijo él – Sean es el hijo del amor, nació después de todas las noches que dedicábamos a amarnos… solos tú y yo… - la besó de nuevo el cuello – Chris es el hijo de la pasión ¿recuerdas?
- ¿Qué si recuerdo? No he tenido la certeza de cuando engendramos a ninguno de ellos salvo a Chris y recuerdo la bronca de mi ginecólogo.
- Estabas preciosa… yo no podía resistirlo más… - le dijo volviendo a su cuello
- Y ella…
- Marthy es la hija soñada, la hija buscada, de los tres, la única que realmente nos esforzamos por tener. ¿Ves? – le dijo triunfal – tenemos uno de cada…
- Hablando de niños… - le dijo Kate colocando su nuca en el hombro de él recostándose para ver su cara
- No me lo digas… Alexis nos vuelve a hacer abuelos ¿verdad?
- ¿También te has dado cuenta? – le dijo sonriendo
- Claro… fui entrenado por la mejor inspectora – le dijo dándole la vuelta y haciendo que ella se sentase a horcajadas sobre él, abrazándola y comenzando a besarla.
- ¡Hola padres! – dice Chris sacándoles del beso – Dejar lo que estéis haciendo, hay un menor delante de vosotros
Chris se descalzo quitándose a la vez la camiseta y metiéndose al agua con los pantalones tipo bermuda que llevaba puestos.
- Chris… no hagas eso… ¿acaso no tienes bañador? – dijo Kate.
- Si llego a parar a cambiarme antes de venir os hubiese pillado en peores circunstancias… ¿imaginas el trauma que podríais haberme causado, mami?
- Supongo que el mismo que me causo a mí encontrar en tu habitación una caja de preservativos a los que le faltaba la mitad del contenido – le contestó ella – y ya que ha salido el tema ¿Qué tienes que decir a eso?
- Que tomo mis precauciones – le dijo acercándose a ella y dándole un beso en la mejilla – eres demasiado joven y guapa para que yo te haga abuela, mami – Richard giró la cara para que ella no pudiese ver como no podía contener una gran sonrisa ante la respuesta de su hijo.
- Y tú no le rías la gracia Castle, te estoy viendo – le dijo Kate
- Tú tampoco debes de tomarlo tan a la tremenda cuando se lo has dicho hoy y no cuando lo encontraste – le replicó Richard.
- Bueno, ya que no tenéis que preocuparos por mí, quedaros tranquilos que tampoco hay que preocuparse por el entrenador del gimnasio – dijo sonriendo
- ¿Qué has hecho Chris? – preguntó Kate un poco alarmada
- Naaada. Sólo nos cruzamos en recepción, y le dije que mi hermana pequeña estaba un poco “obsesionada” con él, puso cara de no saber de quien diablos le estaba hablando, hasta que le dije que tenía trece años, entonces la describió como la simpática niñita que había ido por la mañana.
- Como se entere tu hermana – le dijo Richard
- Vino a buscarle su novia, que por cierto, esa si que esta realmente buena y no él, y me dijo que no iba a buscarse ningún problema con nosotros ni con el hotel, le invité a que si baja mañana le haga trabajar duro para que no tenga ganas de volver y me dijo que sin problemas– Kate sonrió
- No deberías haberlo hecho Chris, tengo que darle un voto de confianza a tu hermana – dijo Kate – aunque confieso que me dejas más tranquila al saber que la ve como lo que es, una niñita.
- Tú y yo formaremos un gran equipo cuando trabaje contigo – le dijo a Kate guiñándole un ojo.
- No empieces Chris – le dijo Richard – no me apetece oíros discutir
- No hay nada que discutir Rick, irá a la universidad, y cuando acabe, el sabrá lo que hace, pero no pienso permitir que eche a perder esa oportunidad – dijo Kate
- ¿Y que tienes pensado que estudie? – le preguntó Chris - ¿Historia de cómo encerrar a los malos?
- Me da lo mismo lo que quieras estudiar, pero lo harás. Cuando acabes, puedes dedicarte a lo que quieras, como si quieres se acróbata del circo, pero vas a ir a la universidad, y te recomiendo que vayas revisando que carrera quieres hacer, si no quieres que la elija yo por ti, y no creo que te guste lo que tengo pensado.
- No sé porque te empeñas tanto, ni tú ni tía Sarah acabasteis la universidad y no ha pasado nada.
Sarah y Anthony se habían ganado el título de “tíos”. Cuando Sean y Chris eran aún bebés, ellos se ofrecían siempre voluntarios para hacer de canguros y que Richard y Kate pudiesen salir a cenar o al cine y relajarse, y ellos agradecían ese detalle, no podían dejar a los niños con nadie más, Jenny, Lanie, Ryan y Espo estaban demasiado ocupados en sus propios bebés, y no siempre podían contar con Martha y Alexis, la primera por su trabajo, y la segunda por sus estudios. Sarah había sido de gran ayuda a Kate, tanto fuera como dentro del trabajo, donde poco a poco se fue acostumbrando a su presencia y a la falta de Richard, ocupado en casa con los niños y a la de Lanie y su baja por maternidad. También la echo una mano cuando nació Marthy, Sarah se llevó varios días a los niños a su casa, cuidando de ellos hasta que Kate y Richard estuvieron lo suficientemente recuperados y preparados para poder enfrentarse a los tres niños en casa.
- ¿Y acaso crees que no me arrepiento de no haber terminado? Y no voy a discutir contigo sobre lo que yo hice en el pasado, hablamos de tu futuro – le espetó Kate.
- Deberías ir a dormir Chris – le dijo su padre intentando suavizar la situación.
- Vale… prometo pensarlo mami… - le dijo y la volvió a besar en la mejilla
Chris salió del agua, se quitó el pantalón y los calzoncillos, dejándolos chorrear sobre el respaldo de una de las sillas metálicas.
- Chriiiis – le dijo su madre.
- ¿Qué? No pretenderás que entre a la habitación así y lo moje todo… no creo que tenga nada que no hayas visto ya ¿no? –le dijo sonriendo cogiendo una toalla y secándose el pelo – a ver que hacéis ahora que os dejo solos… por cierto… ¿en que año estuvisteis aquí? –preguntó el chico
- En el 2012 – contestó rápido su padre – hace veinte años ¿Por qué?
- Nada… curiosidad por saber si Sean fue creado – dijo la palabra levantando las manos y moviendo los dedos a modo de encomillado – en esta piscina… que luego parece que nos escandalizamos por encontrar cosas que no deben buscarse en los cajones de tu hijo – le dijo riendo a su madre.
- Lárgate a la cama – le dijo su padre intentando salpicarle - ¡ya!
Kate le miró mientras se alejaba desnudo hacía su habitación, sin poder contener una sonrisa.
- Es igual que tú – le dijo a Richard mirándole
- De eso nada, se parece a ti, tu pelo, tus ojos, tu delgadez… – le contestó él
- En el cuerpo, pero es tan descarado y gamberro como tú, y…. ¿sabes?...
- ¿Qué? – le preguntó Richard volviendo a abrazarla
- Hay una parte de su cuerpo que me encanta, porque en eso es idéntico a ti…
- ¿Ah si? – le dijo él pícaramente.
- Tiene tu mismo culo – y ambos comenzaron a reír.
La mañana siguiente Kate y Richard les dijeron que tenían que acompañarles a un lugar muy especial para ellos. Ninguno de los cuatro hermanos preguntó nada, se limitaron a prepararse y dejar que les llevasen. Salieron del hotel caminando, Richard con su nieta en los hombros, mientras Chris giraba alrededor de ellos, corriendo, saltando y tocando a su sobrina y haciéndola reír. Unos pasos por detrás, Sean abrazaba a su madre por los hombros, y ella le pasó la mano por la cintura, mientras hablaban de la historia de Atenas. Más retrasadas Alexis y Marthy hablaban de ropa, de música y de otros temas que Alexis sabía que ocupaban la mente de la adolescente.
- ¿Queda mucho papá? – preguntó Chris turnándose con él y colocando a su sobrina sobre sus hombros.
- No, en la siguiente calle – le contestó él.
Giraron a la izquierda en la siguiente calle y Richard sonrió al ver que aún seguía allí la pequeña iglesia, miró hacía atrás cruzando su mirada con Kate, que le devolvió la sonrisa.
- Chicos – dijo Richard haciendo que todos se juntasen – hemos llegado, entraremos en esa iglesia
- Papá – dijo Alexis – yo he estado aquí contigo ¿verdad? Yo tenía la edad de Marthy…
- Si… - estuviste aquí conmigo – y en aquella ocasión hice una petición que se cumplió. Cuando volvimos juntos – dijo cogiendo a Kate de la mano- volvimos a hacer una petición, que nos ha vuelto a ser concedida… y hoy debemos dar las gracias.
Esperaron a que las dos mujeres que estaban dentro de la pequeña iglesia saliesen y entraron ocupando el reducido espacio. Los cuatro observaron como sus padres se sentaban en silencio mirando el icono colgado en la pared, y cada uno por su lado suponiendo que rezaban en silencio.
Cuando acabaron, Richard sacó de su bolsillo un pequeño block y su pluma
- ¿Quieres pedir algo amor? – ella le cogió la mano y volvió a meter la pluma y el block en su bolsillo
- Creo que ya tenemos todo lo que podríamos pedir. ¿No crees? – y él asintió poniéndose en pie y saliendo de la pequeña iglesia.
Esperaron a que los cinco saliesen de la iglesia. Quizá sus hijos si habían hecho alguna petición, quizá no, quizá tan sólo estaban dándoles tiempo… no lo sabían y realmente no importaba, ellos acababan de cumplir con un sueño que tenían desde hacía veinte años.
- ¿Ahora me dirás lo que pediste? – Le dijo Richard a Kate abrazándola y ella le asintió.
- Pero antes quiero una foto de todos con la iglesia al fondo….
Le pidieron a un chico que les tomase la fotografía y al revisarla, Kate pensó en el marco que le pondría a esa foto de familia cuando la pusiese sobre su mesa de la comisaría, junto a la de sus dos hijos escoltando a su hermana el primer día de colegio de ésta y a la de Alexis el día de su graduación, tendría que mover un poco la foto de Richard y ella besándose bajo un puente de Venecia mientras paseaban en góndola….
Él la sacó de sus pensamientos mientras andaban de regreso al hotel
- Dime que pediste… me muero de curiosidad… han pasado veinte años…. –ella le sonrío
- Quería que no dejases pasar mucho tiempo para pedirme que me casase contigo y formar una familia a tu lado.
Él se paró en seco, abrazándola. Por delante de ellos sus dos hijos varones se lanzaban con cuidado a los brazos a su sobrina, como si fuese una pelota y provocando las risas de la niña, mientras, las dos chicas hablaban animadamente, ambos les miraron, y Richard llevó sus dedos a la cara de Kate, girándole el mentón para que lo mirase.
- ¿Recuerdas en Plaka cuando vimos como una anciana regañaba a su marido y le hacía poner una chaqueta y luego le acarició con tanto amor? – le dijo Richard.
- Me acuerdo – contestó ella con una sonrisa.
- Pues yo pedí envejecer así, contigo, a tu lado, con ese amor.
Ella no dijo nada. Se limitó a cerrar el estrecho tramo que separaban sus bocas y besarse en silencio, teniendo una vez más de banda sonora el tráfico infernal para el que aquella ciudad y por mucho tiempo que pasase, seguía sin estar preparada, y como testigos a cuatro jóvenes y una niña pequeña que se habían parado, dado la vuelta hacia ellos, mirándoles y les esperaban entre risas y silbidos… su familia….
“Llenamos el caldero de risas y salero,
con trajes de caricias rellenamos el ropero.
Hicimos el aliño de sueños y de niños,
pintamos en el cielo la bandera del cariño.
Las cosas se complican,
si el afecto se limita a los momentos de pasión.
Subimos la montaña de riñas y batallas,
vencimos al orgullo sopesando las palabras.
Pasamos por los puentes de celos y de historias,
prohibimos a la mente confundirse con memorias.
Nadamos por las olas de la inercia y la rutina,
con la ayuda del amor.
Vivimos siempre juntos, y moriremos juntos,
allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito,
y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo,
y llegará el momento que las almas se confundan en un mismo corazón”
Nacho Cano – Vivimos siempre juntos.
******
Dedicado a mi gran amiga, EDP, porque ser la única persona que me conoce y a la que dejo leer mis pensamientos, y recuerda: “ten cuidado ahí afuera ¿ok?”
Gracias a Silvana y Alba. Sois incansables y me habéis animado a seguir con vuestras palabras y vuestros mensajes de apoyo continuo. Alba espero no haberte defraudado con Sarah,y sigue escribiendo eres grande. Sil, a ti no puedo decirte nada más, gracias por corregir y no dejar que metiese la pata, y gracias por el aporte de datos.
Gracias a Cata Castillo (y su C3 claro), a María_cs y Mari Paz, porque cada vez que subía un capÍtulo esperaba vuestros comentarios (tres grandes escritoras)
Gracias a Teresita_yoCastle y Castle&Beckett_Cris, siempre ahí y pidiendo más!!!, vaya dos!!! Gracias chicas…
Gracias a Skyscraper, Chelcas, Maku Stanathan, Mari530, LeFleur89, Moni Valdes, Duende, BrujaAle, Jorja , Karlaularodgers, Mel.Castle, May, castlelover, caskett mola, DannyyFranco, Trinity640, Isana, Stana Beckett, Setejga, Claudia Vasquez, Eetccastle, AlbaKB,Rikala, Sofia, Andyrogerscastle, Okusak, Azuladna, Maqui-Castleadicta, Choleck, Rikk y Katee, RcKb, Zeny_Mackenzie, forever23, kate&castle,
Gracias LeilaKB por ser la primera en comentarme…
Creo que no se me olvida nadie, y si fuese así, lo siento, tienes derecho a quejarte y rectificaré…
Hum creo que se me olvida darle las gracias alguien a quien debería dar dos tirones de orejas, uno por ser hoy su cumpleaños (Felicidades) y otra por no tener noticias… si… tu, ya verás cuando te pille Moth13
Ah si… claro, gracias a tod@s los que habéis llegado hasta aquí aunque no estéis registrados y no comentéis, o simplemente no os parece tan buena la historia para hacerlo, pero el hecho de estar llegando a este párrafo, ya es de agradecer…
*******
Todo un placer escribir y entreteneros.
Ana.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me ha encantado este fic, de principio a fin
Gracias por compartirlo y hacer más entretenida la espera por la quinta temporada!
Felicitaciones Ana !
Gracias por compartirlo y hacer más entretenida la espera por la quinta temporada!
Felicitaciones Ana !
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
(Suspiro) Se ha terminado, se acabó esperar día tras día para leer tus super-párrafos (por la calidad y la longitud)
Pues nada Ana, voy a echar de menos esta historia, pero la verdad es que me alegro que se haya terminado aquí, así acabas a lo grande y no la dejas morir.
La familia Castle ha terminado genial!
Ha sido genial, recupera tu vida, como tu dices, pero vuelve pronto!!!
Un placer leerte y gracias por la dedicatoria
Un beso!!
Pues nada Ana, voy a echar de menos esta historia, pero la verdad es que me alegro que se haya terminado aquí, así acabas a lo grande y no la dejas morir.
La familia Castle ha terminado genial!
Ha sido genial, recupera tu vida, como tu dices, pero vuelve pronto!!!
Un placer leerte y gracias por la dedicatoria
Un beso!!
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