¿Quién eres TÚ? NUEVOS AVISOS IMPORTANTES (15-12-13)

sigue pronto

Bueno, vas bien, me está empezando a gustar bastante. El drama le da emoción al amor

Me gusta que le cambiaras el título porque la historia se empieza a alejar delo que es 50 sombras, además, imaginarse a Castle como Christian es un poco complicado... Me gusta mucho como va la historia, seguro que Lanie tiene alguna idea de como ayudarla, siempre la tiene jaja
Sigue pronto!

me encata, diferente

La miro, sé que espera algo de mi, pero no sé que decirle. Mi único consejo es que vayan a un especialista, pero sé como es Castle y no querrá ir, entonces se me ocurre algo que puede funcionar, así se lo digo a mi desesperada amiga.

-. Kate, podríamos hacer esto, tengo un viejo amigo de la facultad de medicina que estudió varios años para psiquiátrico, pero se fue para médico, en fin, lo que te quiero decir es que podríamos llamarle y pedirle ayuda, contarle la situación y a ver que nos aconseja.

-. Pero tendrá que tratarle, ¿no?.

-. Bueno no necesariamente, podríamos organizar un plan, para que conozca a Richard, sin que sepa que es médico.

-. Podría funcionar,pero le veo muchas lagunas.

-. Es lo único que se me ocurre.

Detesto no poder ayudar aún más mi amiga, pero esta situación no da para muchas ideas, sobretodo para que Castle no se entere, así que sí, detesto por lo que mi amiga está pasando, yo me acabo de enterar de todo,y aún no me lo creo, y si yo estoy así no me imagino como estará ella, confusa, desconcertada, la quiero ayudar, sobre todo para que no sufra, ya ha tenido suficiente en la vida, y se supone que Castle iba a mejorar las cosas, no a empeorarlas.
Me coge de las manos y con voz decidida me dice:

-. Hagámoslo.

Asiento y me dirijo hacia la mesita, dónde esta, mi bolso y en él mi móvil.
Marco rápidamente la tecla 6 y el teléfono ya está llamando.
Mientras avanzaba la conversación he visto a Kate como si fuera una gata enjaulada, sin estarse quieta, moviéndose de aquí para allá.
Suspiro y cuelgo, se detiene el movimiento y ahora me mira con impaciencia.

-. Nos ayudará.
Le digo, no muy segura, pues mi amigo no hace milagro y me acaba de confirmar de que será complicado, ya si el paciente no quiere colaborar, las cosas podrían empeorar más de lo que están. No se lo digo a ella, no quiero preocuparla ni tampoco destruir sus esperanzas, esperanzas de encontrar a su amor, su compañero, su confidente.
Esto será largo, ya que no sabemos cómo de mal está Richard y puede que no vuelva nunca, todo dependerá del diagnóstico del experto, que con suerte conoceremos mañana

Gracias editora por hacerme este favor, ya te dije que no puedo hacer mucho con el móvil y ya que he tenido tiempo me he metido en el foro y al ver que me has hecho el favor, lo primero que se me ha venido a la cabeza ha sido GRACIAS ENORMES, y así te lo digo, besos. EDITORA.

muy bueno,

continua pronto

Buena continuación de la historia, gracias a las dos María, una por escribirlo y a la otra por subirlo

me intriga esa terapia, como lo haran sin que se de cuenta y funcionara?

me gusta el fic pero dos cosas

1.menosmal ke nuestro castle no es aSII

2.¡¡¡¡¡¡SE TE HA IDO LA OLLA?????!!!!!!!!!!!!!

MADRE IA NO VEO A CASTLE COMO UN ADICTO AL SEXO Y ADEMAS DE FORMA TAN....BRUSCA EN PLAN BESTIA...

He tardado, pero ya sabéis, los estudios a una le quita la inspiración, toda gana de hacer algo.
Espero recompensaros con este último capítulo, es más largo.
Espero que os guste,

PD: Si tengo tiempo después subiré el correspondiente del otro fic.

Disfrutad.


Capítulo 5:

Sollozo, sollozo amargo y luego silencio.

Estoy de pie delante del espejo, estoy en el cuarto de baño, el espejo sólo refleja la parte alta de mi cuerpo.

No he querido encender la luz, NY ya ilumina la estancia por ella.
Me toco mi frágil cara, ahora, envuelta en una morada marca. Aún no me creo lo que me ha hecho, por mucho que lo remuevo, nada, nada justifica lo que me ha hecho. El silencio que invadía la habitación se ha roto, y un nuevo llanto irrumpe la estancia. Acontecimientos que ocurrieron la pasada noche, vuelven a mi cabeza, como recuerdos dañinos para mi ser, recuerdos que nunca podré olvidar, nunca.

Terminé de hablar con Lanie, me sentía mejor, mucho mejor. Decidí darme un baño de agua caliente, acompañado de una copa del mejor vino que tenía en casa, pero una cosa cambia en mi rutina relajante, pues el libro de mi escritor favorito no me acompañaba en ese momento, me dije a mi misma que si quería relajarme de verdad, no lo cogiera, no quería rememorar lo sucedido en los días anteriores, en el cambio brusco de mi amante, sólo dejar la mente en blanco. Lo conseguí, pero al cabo de una hora, mi reconfortante descanso se vio interrumpido por el timbre de la puerta.

No esperaba a nadie, y me extrañó que hubiera alguien detrás de la puerta.

Hubo algo que me extrañó aún más.

Salí de la bañera, resignada, pues intenté ignorar el sonido chirriante que tiene mi estúpido timbre, pero no hubo manera, pues aquella persona era muy insistente. Me puse el albornoz, anudé la correa de éste y me encaminé hacía la puerta. Nunca me imaginé lo que venía después de tal acto.

Abrí la puerta y mi amante se asomaba en ella, empapado, la lluvia que caía en ese instante del oscuro cielo de NY, no cesó desde muy entrada la tarde, y en ese momento cualquiera se hubiera quedado en su casa, con la calefacción calentando la estancia de su casa, eso sí, persona que en ese momento no tenían nada importante que hacer, como trabajar o hacer recados que no pudieran esperar.

Volví en sí, pues cuándo lo vi recordé la conversación de antes con mi amiga y le dí varias vueltas al asunto del experto, me parece genial que nos ayude, pero creo que no estoy preparada para lo que me espera, aún estoy indecisa, y cuando recuerdo los acontecimientos recientes, lo que ese monstruo me ha hecho, es como si las pocas fuerzas que me quedan por seguir adelante se esfumaran sin poder hacer nada. Sin darme cuenta estoy llorando de nuevo, acurrucada en la esquina del baño, encogida como una niña pequeña, esta escena es exactamente la misma que tuve hace ya 13 años, cuando me dieron la terrible noticia, que mi ser querido, mi madre, había abandonado este lugar y no podría volver a verla nunca más. El dolor que sentí en ese momento no puede asemejarse al que siento en este momento, este dolor, este sufrimiento que me ata, que me ahoga, que me deja sin aliento, es aún peor que saber que tu ser querido te ha abandonado, mi amante, mi mejor amigo, mi compañero, se ha ido, y no sé donde está, porque de una cosa estoy segura, ese engendro, ése que se hace pasar por Richard Castle, ése, no es el famoso autor de best-sellers.

Las imágenes vuelven a mí como un flashback pasajero.

Ahora me encuentro en la puerta de mi casa, vislumbrando a un hombre empapado, calado de agua hasta los huesos. Sin previo aviso y sin que pudiera darle permiso para entrar en mi vivienda, el hombre se me echa encima.

Agarra mis labios con los suyos, me empotra contra la pared de al lado. Rememoro mi conversación anterior, cómo mi amiga me aconsejó que hablara con él, me parecía un disparate, pero en ese momento fue un hecho, mi valentía volvió, y armada hasta las trancas, me enfrenté contra la bestia.

Le agarré de ambas manos separándolas de mi cintura, dónde segundos antes se posaron. Intenté hablar, pero recuerdo que esta vez fue él más rápido que yo y en milésimas de segundos volvió a su antiguo ritual, agarró mis labios, esta vez con más fuerzas si cabía, separó mis piernas metiendo una de las suyas entre ellas, dejándome, así, indefensa y sin poder tan siquiera moverme. Empezé a retorcerme, no quería que volviera a forzarme a hacer algo que no quería en ese momento, siempre querré hacer el amor con él, pero hay momentos que no quiero en los cuales el me, llamémoslo "así obliga", ya que siempre estoy complacida, no al cien por cien, pero complacida.

Me agarró, ahora él, de ambas manos y las alzó, poniéndolas a la altura de mi cabeza. Atrajo su cuerpo aún más al mío, cosa que parecía imposible, pero logró conseguirlo. No pude esforzarme más de lo que podía, me tenía a su mecer, pero en ese momento no estaba dispuesta a ceder ante él.

Tuve que hacer algo de lo que estaré siempre arrepentida, pero tenía que hacerlo. Se me acercó en un intento de volver a juntar nuestros labios, no logró su objetivo, mi cabeza se chocó contra la suya.

Se separó bruscamente, le hice una pequeña brecha, me sentí culpable, pero a la vez liberada. Fui a su encuentro, diciéndole lo mucho que lo sentía, que no quería hacerlo, pero necesitaba hablar con él y creí que esa era la única forma de que parara.

No se inmutó ante mi súplica de perdón, aún con la mano en la frente rojiza por la sangre que brotaba de su interior, se acercó un poco más a mí. Pensé que quería volver a las andadas, pero estuve muy, muy equivocada.
Se puso recto al instante en llegar a mi altura, soltó varias veces aire, conteniéndose para no explotar de rabia, lo sentía, quería gritar, pero no lo hizo, ¿Por qué?, en ese momento lo supe.

La estancia se quedó en silencio, el suave viento que entraba entre las rendijas de las ventanas, le daban al lugar una escena horrible, como si la hubieran sacado de una película de terror. No supe que hacer en ese momento, todavía sigo sin recordar cómo sucedió, fue todo tan rápido, que sólo la marca, y la sangre hirviendo en la mejilla, pueden corroborar tal acto.
Me propinó tal cachete que me tambaleé hacia atrás. En un intento de mantener el equilibro, me sujeté en una mesita que había a mi lado, sin éxito, me caí de culo y la mesa a la que me aferraba se fue al suelo conmigo. Las fotografías que había en el mueble se rompieron, y algunos de los pequeños cristales que se formaron al chocar contra la dura superficie, se me clavaron en el brazo.

Él ni se inmutó, mi rostro empezó a inundarse de lágrimas, me sentí traicionada, insegura ante esa bestia, y eso me parecía absurdo.
En ese momento, Richard Castle desapareció de la faz de la tierra, o al menos eso fue lo que intuí allí.

Como alma que lleva el diablo abandonó la estancia. No me ayudó. No se inmutó tras su despiadado acto.

Ahora estoy en el ricón, secándome las traviesas lágrimas que aún caen por mi rostro. Pienso en avisar a Lanie, pero no sé si sería buena idea, no sé que sería de Richard si lo denunciara, no quiero pensar en eso, sólo quiero estar sola, sumergiéndome en recuerdos agradables de ambos juntos, sólo eso, recordar. Mañana será un nuevo día, mañana vendrá en psicólogo y con él nuestro plan empezará. A partir de mañana todo cambiará. Todo empezará a ser diferente. La pregunta es, ¿Será bueno o malo tal cambio?.

increíble capitulo, me gusta

Definitivamente se te fue la olla...
sigue

o.O ahora nos lo pones de maltratador, interesante. No sé a donde va todo esto, espero el próximo. PD: me encanta tu forma de escribir y me gusta mucho esta historia, pero si yo fuese esa Kate no volvía a ver al monstruo, ni ayuda ni leches, que le den.

Vaya camino está siguiendo tu fic, ¿Castle pegando a Beckett? Ni es las peores pesadillas creo que pudiera pasar eso. Espero que la ayuda del psicólogo sirva para algo, porque ese Castle es irreconocible.
Me gusta mucho tu historia

me encanta como escribes, las escenas son tan reales que no pasan desapercibidas ya sea para bien o para mal, eso no lo logra todo el mundo, tienes todo mi respeto y admiracion.

en cuanto al tema en concreto de este fic, es muy muy escabroso, para mi muy
serio y dificil, te has atrevido, lo respeto y lo valoro, no se como tiene arreglo, espero que si.
pero para mi lo tendria muy negro.
nadie tiene derecho ni siquiera hacer el ademan de levantar la mano a otra persona.
y pienso que si lo hace una vez no sera la ultima
bueno lo dicho escribes de lujo

Sé que es muy corto, pero es lo que tengo hasta ahora, por lo menos hasta la semana que viene no podré actualizar.
Espero que os siga gustando, ante de irme, os dejaré también el del otro.
Disfrutad y sobre todo comentad, que son vuestras críticas las que hacen de este fic sea existente.


Capítulo 6:

Me maquillo, intentando disimular las marcas.

Están tan señalados los dedos de la mano abierta de mi amante, que ni 10kg de maquillaje pueden hacer el milagro de esconderlo apenas.

Sin remediarlo se me escapan un par de lágrimas traviesas, recorren mi rostro, descansan en la comusura de mis labios, metiéndose, así, entre ellos. Tienen un sabor amargo, eso me recuerda a la noche que he pasado hoy. No he pegado ojo, pensando en aquella horrenda escena, quitando de en medio esos pensamientos felices que un día me devolvían la calma, que me tranquilizaba, que me daban paz, saber que tuvimos algo de felicidad, escasa, pero que tuvimos felicidad, eso me devolvía la calma.
Pero todos esos recuerdos se desvanecieron, dieron paso a los nuevos y recientes, trágicos y horribles, y mi llanto fue lo único que se escuchó en la oscuridad de la habitación. Sólo NY fue locutora y espectadora de mi desgracia.

Un último retoque y ya termino.

Nada, inocultable. Sé que tengo que contar esto, sé que tengo que hablar con un experto, sé que tengo que protegerme de esa bestia consumida por el pecado, porque ya no me siento a salvo a su lado, ya no, sé que tengo que decírselo a mis amigos, sobre todo a Lanie. Lo sé. Pero se me hace un nudo en la garganta al pensar en lo que le puede pasar a Castle. Sabiendo todo lo que me ha hecho, por lo menos debería odiarlo, imaginarme un final macabro para su persona, pero aún lo amo, y ese sentimiento es lo que me mata ahora mismo. Saber que lo tengo tan cerca y a la vez lejos, como si nunca hubiera existido, como si al hombre que conocí en su momento nunca hubiera nacido.

Me duele pensar en lo que viene ahora. Caras llenas de dolor al pensar en lo que el hombre me ha hecho, caerse un mito de la noche a la mañana. Ese es mi verdadero miedo, que todos los que lo aman dejen de hacerlo sólo porque ya no está. Pero me digo a mi misma que eso nunca pasará, nunca dejaremos de amarle, sobre todo porque nunca se fue, siempre estuvo ahí, es sólo que algo le ha pasado y de ahí su cambio brusco de personalidad y eso es lo que el médico tiene que tratar, el averiguar que le ocurrió.

Esos pensamientos, esas ganas de ayudarlo, afrontar lo que me pasa y dar paso a la caridad, es lo que me dan fuerzas para quitarme el maquillaje, cuidadosamente tampoco quiero ponerlo más rojo de lo que está. Cojo el móvil y marco el número de mi mejor amiga, le dolerá lo que le voy a decir, sufrirá conmigo, porque eso es lo que hace esta buena amiga, sufrir igual que tú.

.....

He esperado lo suficiente, pero no lo coje.

Me levanto, parte de la fuerza que tuve para coger y marcar, se ha perdido, pero tengo suficiente para ponerme el abrigo, coger las llaves de mi coche y tras suspirar varias veces, deseando que no se desvanezca mi valentía para poder seguir, cierro la puerta tras de mí y me encamino hacia la casa de la doctora Parish.

Sé que es muy corto, pero es lo que tengo hasta ahora, por lo menos hasta la semana que viene no podré actualizar.
Espero que os siga gustando, ante de irme, os dejaré también el del otro.
Disfrutad y sobre todo comentad, que son vuestras críticas las que hacen de este fic sea existente.


Capítulo 6:

Me maquillo, intentando disimular las marcas.

Están tan señalados los dedos de la mano abierta de mi amante, que ni 10kg de maquillaje pueden hacer el milagro de esconderlo apenas.

Sin remediarlo se me escapan un par de lágrimas traviesas, recorren mi rostro, descansan en la comusura de mis labios, metiéndose, así, entre ellos. Tienen un sabor amargo, eso me recuerda a la noche que he pasado hoy. No he pegado ojo, pensando en aquella horrenda escena, quitando de en medio esos pensamientos felices que un día me devolvían la calma, que me tranquilizaba, que me daban paz, saber que tuvimos algo de felicidad, escasa, pero que tuvimos felicidad, eso me devolvía la calma.
Pero todos esos recuerdos se desvanecieron, dieron paso a los nuevos y recientes, trágicos y horribles, y mi llanto fue lo único que se escuchó en la oscuridad de la habitación. Sólo NY fue locutora y espectadora de mi desgracia.

Un último retoque y ya termino.

Nada, inocultable. Sé que tengo que contar esto, sé que tengo que hablar con un experto, sé que tengo que protegerme de esa bestia consumida por el pecado, porque ya no me siento a salvo a su lado, ya no, sé que tengo que decírselo a mis amigos, sobre todo a Lanie. Lo sé. Pero se me hace un nudo en la garganta al pensar en lo que le puede pasar a Castle. Sabiendo todo lo que me ha hecho, por lo menos debería odiarlo, imaginarme un final macabro para su persona, pero aún lo amo, y ese sentimiento es lo que me mata ahora mismo. Saber que lo tengo tan cerca y a la vez lejos, como si nunca hubiera existido, como si al hombre que conocí en su momento nunca hubiera nacido.

Me duele pensar en lo que viene ahora. Caras llenas de dolor al pensar en lo que el hombre me ha hecho, caerse un mito de la noche a la mañana. Ese es mi verdadero miedo, que todos los que lo aman dejen de hacerlo sólo porque ya no está. Pero me digo a mi misma que eso nunca pasará, nunca dejaremos de amarle, sobre todo porque nunca se fue, siempre estuvo ahí, es sólo que algo le ha pasado y de ahí su cambio brusco de personalidad y eso es lo que el médico tiene que tratar, el averiguar que le ocurrió.

Esos pensamientos, esas ganas de ayudarlo, afrontar lo que me pasa y dar paso a la caridad, es lo que me dan fuerzas para quitarme el maquillaje, cuidadosamente tampoco quiero ponerlo más rojo de lo que está. Cojo el móvil y marco el número de mi mejor amiga, le dolerá lo que le voy a decir, sufrirá conmigo, porque eso es lo que hace esta buena amiga, sufrir igual que tú.

.....

He esperado lo suficiente, pero no lo coje.

Me levanto, parte de la fuerza que tuve para coger y marcar, se ha perdido, pero tengo suficiente para ponerme el abrigo, coger las llaves de mi coche y tras suspirar varias veces, deseando que no se desvanezca mi valentía para poder seguir, cierro la puerta tras de mí y me encamino hacia la casa de la doctora Parish.

Sihue

tremendamente interesante
kate me da mucha pena
me gustaria saber que pasa por la cabeza de rick. que es lo que piensa de sus
actos, como ve el a kate, sus sentimientos
para poder entender el por que...

Me encanta tu forma de describir cada sentimiento, haces que sea fácil ponerse en el lugar de ella y que todo parezca más real. Espero que Lanie le de la ayuda que necesita Beckett y entre las dos consigan ayudar a Castle, porque ni por asomo es el mismo de antes.
Buen capítulo María

En un momento de aburrimiento total de estudios, de cansancio, la inspiración me vino por arte de magia y esto fue su resultado, espero que os guste.
Gracias por seguir mi fic y que os guste.

capítulo 7:

Ponte lejos del hombre que es capaz de matar, y no experimentarás miedo a la muerte.

Si te acercas a él, no te descuides. Para que no te quite la vida.

Guárdate del malvado, porque maquina el mal, no sea que te manche para siempre.

No contengas las palabras cuando pueden salvar.

Cuando puedas acude a tu prójimo, y con los sabios aconséjate.

Con los inteligentes ten conversación.

*************

No sabe amar.

Me mira con desprecio, odio, locura y sobre todo deseo.

No sabe amar.

Se acerca a mí y empieza a acariciarme, tocarme, estimularme.

No sabe amar.

Me besa, me hago hacer, ¿Qué puedo hacer?, lo amo, aunque parezca increíble, pero él...

No sabe amar, lo intenta, pero no sabe.

No sabe amar.

Para los besos y me mira,la lujuria a desaparecido de su rostro, el odio y la rabia la han suplantado.

Se separa de mi, me vuelve a mirar, esta vez con tristeza, agacha la cabeza, un lo siento sale de su boca y a continuación me golpea.

Nunca lo ha hecho, nunca me ha puesto la mano encima, no durante el tiempo vivido juntos, no a mí, no a nadie, nunca.

Le miro asustada su rostro se ha vuelto oscuro, monstruo lo sustituye y empiezo a desesperarme, ¿Qué puedo hacer?.

Me doy la vuelta y en un intento de huir me estampo contra el suelo por haberme resbalado por culpa de un charco de agua.

No se inmuta. Su cuerpo se posa en el mío, lo atrapa sin consuelo y lo único que puedo hacer es rezar, gritar, pedir que me perdone por cualquier cosa que haya hecho, pero no lo hace, me dice que es tarde, muy tarde para volver atrás y olvidar lo ocurrido, no le entiendo, pero una luz se enciende en mi cabeza, es tan tonto por pensar que lo engaño, era un amigo, no mi amante, le intento explicar, me golpea, en señal de silencio, ambos lloramos, yo por el temor, él por la culpa, supongo, un nuevo lo siento y ahí está, una lluvia de golpes que me deja sin aliento, pido ayuda, intentando que alguien de la calle me escuche, pero me ha llevado a un callejón solitario y apartado, dónde mi súplicas son apagadas e insonoras.

Viendo mi fin cercano, no hago otra cosa que dejarme vencer, siento un opresión en el pecho, el último golpe me ha dolido más que ninguno y ahora lo veo todo borroso.

-. Lo siento, perdóname.

Mi última súplica, no funciona, al contrario, lo cabrea más.

Un nuevo golpe, esta vez más desgarrador, me quita el poco aire que me quedaba en mis órganos respiratorio y me sumerjo en una absoluta oscuridad.

*********

Apunto de bajar del coche, recibo una llamada, Lanie...
Perfecto, no está en casa.
Un cadáver, en el bronx, un callejón en mitad del centro de éste.

Suspiro, no se notan apenas los recientes moratones sugidos apenas unas horas.

Arranco el coche y pongo rumbo a una nueva escena del crimen, rezando porque no se note tanto mis heridas.



Siento que sea tan corto, pero no doy para más.
PD: La introducción son citas de la Biblia que me llamaron la atención y creí que eran "apropiadas" para este fic.
Espero que os haya gustado, no os olvidéis de comentar.

Quiero recalcar que los primeros monólogos, antes de los asteriscos, no es Kate, por si hay confusión, lo digo

Madre miaaa....menos mal ke nuestro castle n es asi

No sé donde va a llegar este fic porque ese Castle da miedo, pero me gusta mucho tu historia porque parece como si de primera mano nos estuviera contando la cruel realidad de los malos tratos que constantemente vive este país, por eso me sorprende lo real que parece.
Ya echaba de menos ver un nuevo capítulo María, pero la espera a merecido la pena

no era kate, quien era?
muy buena la introducción
me atrae el fic, me gusta como escribes
la historia me pone los pelos de punta