Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Perdón!!!! Pido disculpas por la tardanza... Estoy tapada de trabajo y no tengo mucho tiempo! Me falta muy poco para terminar el capi. Un poquito más de paciencia... Gracias!!!!AlwaysSerenity escribió:Pues yo conozcoa una que murio esperando el siguente capitulo de este FIC
Vengaaa continua pronto! (Es que me tienes enganchada, es tu culpa, no la mia )
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
xDDDDDDDDDD cada vez que me leo los fics de un tiron... me parto de risa con los comentarios JAJAJJAJAJJAJAJJAJJAAJJAAJA
sois todos un@s cracks! xD
sois todos un@s cracks! xD
Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
si lo matas te convertiras en mi idolo. Esque ese tio un desgraciao, sinverguenza hijo de su p.. madre y muchas mas cosas por eso sigo pensandoMUERTE A JOSHSolexite escribió:_Casckett_ escribió:Yo tambien quiero que maten al maldito Josh la cosa es que aun no he aconsegido convencer la para que mate a Josh, si esque ese hombre deveria estar muerto, no deveria ni haber nacido, deveria alejarse de la vida de Kate que me parece que no se a enterao, que ella no le quiere, que solo era relleno en la historia asta que Beckett y Castle estubieran juntos, que no lo queremos en la historia po lo tanto MUERTE A JOSHceliabeckett41319 escribió:Sigue esta super interesantee pero si te apetece SOLO SI TE APETECE q atropellen a josh o q le apuñalen.....te lo agradeceria!!!!!
La verdad que tendría que matarlo sólo por darte el gusto a vos... creo que de tod@s los que desean la muerte de Josh, sos la que más lo ha pedido!!! jajajajajaja Por supuesto que con esto no quiero decir que lo haga... jejejejejeje Saludos y hasta la proxima!!!!
_Caskett_- Escritor - Policia
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Hola a tod@s!!! Ya sé que tardé un montón en subir el capi, pero estuve con muchísimo trabajo… En compensación les dejo dos. Sí, dos. Y una ACLARACION:
El primer capítulo puede contener una escena que quizá incomode a alguien. Tampoco se asusten que no es nada del otro mundo, (simplemente algo poco visto en los fics) pero habiendo tanta cantidad de menores en el foro cumplo en aclararlo. Si a alguien le jode siempre tiene la posibilidad de dejar de leer, y quiero decirles que si así lo deciden, pueden seguir con el capitulo siguiente, que les garantizo que no perderán demasiado el hilo de la historia al no leer éste.
Much@s se preguntarán el “por qué” de éste capítulo, y tiene una respuesta. Me desafiaron a escribirlo. Y yo amo los retos… Alguien me dijo “a que no te animas” y eso me bastó para arrancar. Así que acá está...
El capitulo XIII está dedicado a Agecastbet, ya que fue la promotora del desafío…
Capítulo XIII
La noche anterior se habían acostado tarde. Habían bebido bastante alcohol, jugado al póker, apostando algunas cosas de las que seguramente, se arrepentirían en cuanto abrieran los ojos. En especial Kate, ya que prácticamente, había perdido casi todas las partidas.
Josh se despertó primero y se levantó a preparar el desayuno. Estaba de muy buen humor, como lo había estado estos últimos días. La relación con Kate se había estrechado bastante desde que había aceptado casarse con él La sentía más cerca que antes. Por supuesto que él lo atribuía a sus encantos como pareja y compañero de estos últimos tiempos, pero sabía que, en parte se debía a la lejanía que había decido guardar el escritor.
Preparó dos tazas con café y unas tostadas con mermelada en una bandeja. Buscó la rosa que había cortado hacía un momento del jardín de entrada y la agregó también junto a las tazas.
Entró a la habitación, se sentó al lado de ella muy suavemente apoyando el desayuno al costado y le beso la frente con dulzura para despertarla. Ella abrió lentamente los ojos y esbozó una sonrisa al verlo con la bandeja.
-¡Buenos días, amor!- dijo el doctor ofreciéndole una taza.
-¡Buenos días! Gracias- respondió Kate incorporándose para recibirla.- Se te ve de muy buen humor, Josh ¿por algo en particular?
-Porque te tengo a mi lado todos los días…- contestó acercándose para besarla. Ella sonrió mientras le acariciaba el rostro esperando el beso. La estaba pasando bien. ´Él estaba pendiente de ella todo tiempo, cuidándola, consintiéndola. Se podría decir que se sentía protegida, amada. Así todo, seguía luchando día a día por tratar de olvidar a Richard y sobre todo intentar no recordar esa única y maravillosa noche. Olvidar sus caricias, sus besos, su boca recorriendo cada centímetro de su piel, sería una tarea sumamente difícil. En especial, porque no podía evitar comparar. Josh no era precisamente, muy creativo en las artes amatorias, en cambio el escritor, sobresalía sin ninguna duda.
Pero lo que Beckett no podía olvidar, lo que no debía olvidar, era la visita que había recibido el escritor al final de la noche ni la cena donde Josh le propuso casamiento. Debía tenerlo muy presente, sobre todo por si alguna vez existiese la posibilidad de volverlo a cruzar. Seguramente le costaría horrores tenerlo en frente, entonces, la única opción que le quedaba era recordar lo mucho que le había dolido. Recordar esas dos noches para poder olvidarlo a él.
Desayunaron tranquilos, disfrutando del momento, charlando divertidos sobre la noche anterior y la apuesta que Kate había perdido.
-¡Yo no recuerdo haber apostado eso!- contestó divertida ante lo que le decía Josh.
-¡Sí, sí lo hiciste! ¡No te vas a escapar de esta! ¡Tú dijiste muy claro en la última mano que cumplirías mis fantasías una noche! Recuerdo que fue cuando apostaste todo lo que te quedaba…-
-Tal vez bebí demasiado…
-Como sea… Apuestas son apuestas, pero no voy a obligarte a hacer nada que no quieras hacer…-
Josh tenía razón. Si se apuesta, se cumple. Debía cumplir con su palabra. Y ciertamente estaba intrigada respecto a las fantasías que tenía en la cabeza su pareja. Sin ninguna duda, jugar un poco, serviría para avivar la llama de la pasión que, al menos en ella, parecía haber menguado después del apasionado encuentro con Rick.
-¿Y que se supone que tienes en mente?- inquirió antes de darle el último sorbo a su café.
-Todo a su tiempo…- contestó sacándole la taza de la mano y besándola profundamente.- Estoy seguro que te gustará…- Siguió besándola con ganas a lo que ella respondía gustosa. Las caricias del doctor se colaban en las sabanas comenzando a elevar la temperatura del ambiente. El celular de Josh empezó a sonar. Se separó de ella para atenderlo.
-Hola. Si él habla…- Escuchó atentamente a la voz del otro lado del auricular –¡Perfecto! ¡En unos minutos estaré por ahí!- cortó la llamada y se dirigió a Kate:
-¡Lo siento, amor! ¡Debo irme! Tengo que arreglar unas cosas para esta noche…- dijo guiñándole un ojo.
-Mmm… ¿para esta noche? No pierdes el tiempo ¿no?- Josh sonrió mientras le daba un pico antes de salir.
Estuvo fuera toda la mañana. Alrededor del mediodía regresó con algunos paquetes. Kate había preparado algo para almorzar. Comieron con unas copas de vino blanco bien frio. El día estaba caluroso, pesado y la bebida acompañaba exquisitamente al pescado que ella había preparado. Después de lavar los platos, Kate decidió ir a recostarse un rato para estar descansada para la noche. Josh se quedó leyendo y se después se le unió. Él también quería estar en condiciones.
La detective fue la primera en despertarse, se dio un buen baño y al salir se tomó una enorme taza de café mientras pensaba que se pondría a la noche. No mucho tiempo después el doctor apareció en la cocina recién bañado y le dio un par de las bolsas que había traído al mediodía. En una había un conjunto de ropa interior para el infarto. Confeccionado con un delicado encaje muy sugerente, que dejaría con la boca abierta a más de uno. En la otra bolsa se encontraba un vestido negro con un gran escote en la espalda, entallado arriba, con vuelo en la falda, con el largo justo para dejar lucir las hermosas piernas de la detective.
-¡Wow! ¡Es precioso! ¡Gracias, Josh!- dijo dándole un beso.
-De nada ¡Me alegro que te gusten! Son para esta noche…-
-¿No piensas adelantarme nada? Me matas de intriga… ¿No puedo hacerte cambiar de opinión para que me cuentes?- dijo sugerentemente acercándose a él para besarlo.
-¡Esa es la idea! ¡Y no. Por más que me muera por negociar, no hay nada que puedas hacer para que te cuente! Debes estar lista a las 19:30 y prepárate para una noche inolvidable…-
-Vas a terminar asustándome…-
-Inolvidable en el buen sentido, créeme… Pero ya te lo dije antes, no voy a obligarte a hacer nada que tú no quieras…- Josh no la notaba del todo convencida.
-Sé que no me obligarás a nada que no quiera, lo tengo claro… sólo que nunca hicimos nada parecido y es lógico que no me sienta del todo cómoda con la situación, pero te estás tomando mucho trabajo para preparar todo, y no quiero arruinarlo, mucho menos faltando a mi palabra…-
-Te diré que haremos… Te daré una oportunidad más. Juguemos unas manos de póker. Si yo gano, sigue todo en pie y si tu ganas, eliges que hacemos esta noche ¿de acuerdo?-
-¡Te sientes con suerte ¿no?! Está bien. ¡Juguemos!- contestó con una gran sonrisa.
-Hagámoslo un poco más interesante… ¡El perdedor de cada mano se tomará un shot de tequila!-
-¿Así no empezamos anoche?
-Sí… ¿Tienes miedo?- la desafió.
-No. ¡Hagámoslo!- replicó. Ella sí se sentía con suerte.
Se sentaron en la mesa donde se disputaría el juego y comenzaron de inmediato. Repartieron las fichas y comenzaron la partida. Serían solamente unas pocas manos, un juego rápido en donde el azar decidiría el transcurso de la noche.
La suerte siguió sentada junto a Josh. En pocos minutos, la bella joven había perdió la gran mayoría de sus fichas, también el numero de tequilas que había tomado. Apostó todo lo que tenía en la última mano con la esperanza de recuperarse. Y la suerte le volvió a fallar.
-Ok. Estoy a tu merced…- dijo con algo de resignación. Josh se acercó hasta ella con una enorme sonrisa le dio un beso en la mejilla y le dijo:
-Vamos a cambiarnos. Estamos cerca de la hora.-
Josh esperaba a su prometida en el living con un vaso de Whiskey en la mano. Kate apareció en el salón deslumbrándolo.
-Estás increíble…- dijo levantándose para cercarse a ella.
-¡Gracias! Tú estás muy guapo también…- Josh la tomó por la cintura acercándola a él y la besó profundamente tomando por sorpresa a la joven detective. Ella le rodeó el cuello con sus brazos disfrutando de los besos del doctor. Él la apretó aun más contra su cuerpo acariciándola despacio, saboreándola de a poco. Él se apartó y la miró a los ojos diciéndole:
-Tenemos que irnos o llegaremos tarde.
-¿Seguro que no prefieres quedarte?- preguntó
-Si te digo que no, te estaría mintiendo… pero nos están esperando. Si no nos vamos ahora llegaremos tarde.- la tomó de la mano guiándola hacia la puerta. Beckett nunca se había sentido tan intrigada. No tenía ni idea de lo que su prometido le tenía preparado para esta noche y no sabía si eran los tequilas que se había tomado o que, pero le estaba pareciendo muy excitante todo el juego que le estaba proponiendo Josh. Supuestamente había apostado la anoche que cumpliría su fantasía. Y todavía no sabía cuál era. Se le ocurrían infinidad de cosas, pero finalmente, ninguna lograba cuadrar con la personalidad de su pareja y eso de daba más curiosidad aun.
Subieron al auto y en veinte minutos llegaron a una imponente mansión. Tocaron la puerta y una mujer de mediana edad los recibió de inmediato haciéndolos pasar. Se presentó con Kate, saludó a Josh y los acompañó hasta el comedor ofreciéndoles sentarse. Luego desapareció por una enorme puerta.
-¿Cuándo piensas adelantarme algo? Supongo que no habrás pensado en un intercambio de parejas ¿No?- preguntó mirándolo.
-No. No un intercambio… yo diría más bien una adición…- contestó él con una enorme sonrisa.
-¿De qué estás hablando? No entiendo… - quedó pensativa un instante y luego reaccionó abriendo enormemente los ojos:-¿Un trío? ¡¿Me estás proponiendo un trío?!- la detective no entraba en su asombro.
-Técnicamente no es una propuesta… perdiste una apuesta ¿recuerdas?... de hecho fueron dos…-
-No voy a acostarme con otra mujer Josh...- dijo seriamente.
-Lo supuse… pero verás, no te voy a mentir, una de mis fantasías es un trío con dos preciosas mujeres… pero otra de mis fantasías es que tengas una noche de increíble placer como no tuviste nunca y quiero ser parte de eso… Pero te lo repito una vez más: No voy a obligarte… Aun tienes tiempo de arrepentirte. Y quiero además, que te quedes tranquila, nada malo va a pasarte. Nunca permitiría eso. El caballero que te toque en suerte estará debidamente seleccionado. Te aseguro que aquí tienen un gusto exquisito. Me lo recomendó mi amigo, el que nos presto la casa.
Kate nunca se hubiese imaginado una propuesta de ese estilo y mucho menos viniendo de Josh, pero al parecer tenía todo preparado para obsequiarle una noche que prometía ser, al menos, diferente. No estaba del todo convencida, pero sentía una enorme curiosidad por todo el asunto, después de todo ¿Qué era lo peor que podía pasarle? ¿Tener una noche de sexo estupenda que supere a la que tuvo con el escritor? Ciertamente no le vendría mal. Nada mal. Entonces, decidió aceptar. Se había dicho a sí misma al recuperarse del balazo que disfrutaría esta vida al máximo y no lo estaba cumpliendo, así que esta parecía una buena forma de empezar. Se lo comunico a su prometido, quien con una gran sonrisa empezó a explicarle de que se trataría el juego.
Ella debía sacar un papel con un número escrito en él de adentro de una vasija. Se lo entregaría a la mujer que los había recibido en la puerta y ella se encargaría del resto. Al parecer, la única que podría ver sería Kate, los otros dos integrantes del trío permanecerían toda la noche con los ojos vendados y no podían hablar. Ninguno de los tres.
-Hay una condición, Kate. En realidad es una petición personal…
-¿Qué condición?
-Los besos en la boca son sólo míos.
-O sea que puedo tener sexo con completo extraño delante de ti, pero ¿no puedo besarlo?
-Sé que suena raro… pero los besos son… muy personales. No quiero que nadie más te bese.
-¿De qué tienes miedo? ¿Qué me guste?- preguntó la detective sonriendo. No podía terminar de creer toda la situación que transitaba, pero ciertamente, lo de los besos se llevaba el premio al asombro.
-Probablemente sea eso… no lo sé realmente… ¿Puedes prometérmelo?
-Te lo prometo. Mis besos son solo tuyos.
-Gracias.- Josh se acercó para darle un beso y terminó de explicarle el juego.
La detective siguió las indicaciones al pie de la letra, y volvió a sentarse esperando que le dijeran como continuar. La dama se acercó a ellos y le dijo a Josh que la acompañara dejándola sola en la enorme habitación. La mujer volvió después de unos minutos a buscarla a ella para conducirla al cuarto. La detective no recordaba haber estado tan nerviosa en toda su vida, pero ya estaba metida hasta el cuajo y no se iba a acobardar. Llegaron hasta la puerta y la mujer la hizo pasar mediante una seña. Antes de retirarse, le recordó que debían permanecer en silencio y que a partir de que pase por esa puerta, ella sería la encargada de manejar a los dos hombres dentro de la habitación, ya que ninguno de los dos debía sacarse la venda. Beckett asintió con la cabeza y cerró la puerta detrás de ella.
La pieza era bastante grande. Una pequeña lámpara ubicada dentro del cuarto ofrecía una pobrísima iluminación. Además de la puerta por donde había ingresado ella, había tres puertas más, una en cada pared de la habitación. El mobiliario era de categoría, al igual que el resto de la casa. Dos sillones de un cuerpo se situaban junto a la lámpara, uno a cada costado. No había mucho más, sólo una enorme cama que se encontraba en la pared contraria a la puerta principal con dos mesitas de luz a los costados.
Una agradable melodía comenzó a sonar al mismo tiempo que una de las puertas se abría. Por ella ingresó un hombre alto con los ojos vendados.
La detective intentó mirarlo en la penumbra de la habitación, pero estaba algo lejos. Decidió acercarse recordando que ella tenía que guiarlo ya que no veía nada. Comenzó a caminar en dirección al caballero, y a medida que se iba acercando su cara iba adquiriendo expresión de sorpresa. El hombre estaba vestido con un pantalón color chocolate y una camisa blanca pegada al cuerpo, que marcaba sus brazos y pectorales. Beckett se aproximó aun más, queriéndose convencer de que no era cierto lo que sus ojos veían. No podía ser él. Era pura coincidencia que tuviese la misma ropa que había utilizado el escritor para su entrevista en tv. Tenía que ser una coincidencia, no podía ser Castle, de otro modo tendría que irse de ahí.
Pero sí. Era él. -¿Cómo puede ser que esté aquí?- pensaba la detective. - ¿Desde cuándo haces esto, Rick?- se preguntaba mentalmente. Meditó medio segundo considerando la posibilidad de salir corriendo de ahí. No podía hacer esto con su prometido y él. Sería muy extraño. Sin ninguna duda, pero por alguna razón, su morbo parecía ser más fuerte y permaneció clavada en el mismo lugar. La cabeza le iba a mil imaginando que podía disfrutar de dos terribles especímenes de hombre sin ningún tipo de reproches y mejor aun, podía volver a sentir a Rick acariciándola una vez más, disfrutándolo por última vez como una despedida antes de casarse.
Siguió acercándose hasta quedar frente a él. Los nervios la estaban matando. Debía tranquilizarse si quería disfrutar la noche.
Respiró hondo tomando coraje y lo tomó de la mano para guiarlo hasta el centro de la habitación. Se detuvieron junto a la lámpara. Kate intentó soltarle la mano, pero él se lo impidió ejerciendo algo de presión sobre ella. La detective intentó nuevamente soltarse, esta vez tratando de retroceder. Castle le pegó un suave tirón acercándola nuevamente hacia él, pegándola contra su cuerpo. Beckett quiso hablarle, pero rápidamente recordó las reglas y guardó silencio, disfrutando la proximidad del escritor, quien la rodeaba por la cintura. Él comenzó lentamente a besar su cuello, subiendo desde su clavícula hasta su oreja, deteniéndose en su lóbulo, mordiéndolo suavemente. Entre tanto, sus dedos rozaban la columna vertebral de la detective, provocándole un encantador escalofrió que le envolvió todo el cuerpo. La temperatura del cuarto comenzaba a caldearse poco a poco, lo mismo ocurría con la piel de Kate ante cada beso de Rick.
El escritor se separó de su cuello para dirigirse a su boca. La detective, instintivamente tiró la cabeza hacia atrás para evitarlo, recordando la promesa que le había hecho a su prometido. Lejos de desistir, Castle llevó su mano hasta la nuca atrayéndola con firmeza y sin darle la posibilidad de escaparse otra vez la besó con tranquilidad, suavemente, jugando con su lengua, saboreando lentamente la de ella. Kate comenzó acariciando sus pectorales sobre la ceñida camisa, subiendo hasta el cuello, siguiendo por su rostro, llegando a enredar sus dedos en el cabello de él. Rick bajó lentamente la mano que sostenía la nuca de la joven recorriendo su espalda mientras se separaba de su boca para dirigirse nuevamente a su cuello y besarlo con devoción. Llegó hasta su oído, pero ahora, en vez de morderlo le susurró:
-Sé que eres tú, detective…- Kate no creía lo que acababa de oír.
-¿Cómo… lo sabes? Es imposible…
-¿Imposible? Reconozco tu forma de caminar, tu perfume, la suavidad de tu piel, la forma en que me acaricias… ¿Crees que podría olvidarme de tus deliciosos besos?
Se escuchó el ruido de un picaporte e inmediatamente otra puerta se abrió, dejando entrar a Josh. Ella debía ir a buscarlo. Castle la soltó para que guiara a su prometido como había hecho con él.
La detective tomó a su pareja de la mano, quien la recibió con una enorme sonrisa. Caminaron lentamente hasta donde estaba el escritor esperando. Kate se paró frente a Josh y comenzó a desabrocharle la camisa con delicadeza, deleitándose con el perfecto torso trabajado del doctor. Sintió entonces como los brazos de Rick la rodeaban mientras sus manos subían hasta sus senos, acariciándolos sobre el vestido. El doctor agarró el rostro de su chica acercándose para besarla, disfrutando de las caricias que ella le proporcionaba al sacarle la camisa.
Giró entonces para hacer lo mismo con Castle. Desabrochó su camisa acariciando su pecho, acercándose lentamente a su cuello para besarlo, mientras sus manos bajaban hasta la entrepierna, acariciando su muy despierta virilidad. Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de él al primer contacto. No quería entretenerse mucho con el escritor, temiendo que Josh sospechase algo. Volvió a girar y desabrochó los pantalones del Dr. dejándolo en bóxers, acariciando sus perfectos abdominales. Rick se pegó a su cuerpo y sus manos comenzaron a recorrer sus piernas, colándose debajo de su falda, llegando hasta su pequeña tanga, disfrutando de la humedad que empapaba la prenda. Entre tanto, su novio besaba su cuello bajando hasta el escote, donde jugaba con sus senos. Un pequeño gemido se escapó de sus labios, develando el placer que sentía la joven detective en esos momentos. Richard se pegó aun más a su musa, haciéndole sentir la dureza de su miembro, mientras le apartaba el cabello de su nuca para besarla. Ella deslizó una mano dentro de su pantalón para agarrarlo, iniciando un delicado movimiento, arrancándole un gemido que el escritor susurró a su oído antes de morderle el lóbulo. Hizo lo mismo con Josh, bajándole primero el bóxer, para después, jugar con él un rato. Su prometido le apartó la mano, temiendo que su excitación arruinara el momento, ya que de seguir así, acabaría en segundos. Aprovechó para ayudarla a sacarse el vestido, dejándola solamente con su ropa interior. La giró suavemente para desabrocharle el sostén, liberando sus erguidos senos que rápidamente acarició jugueteando con sus pezones.
Castle, por su parte, se arrodilló frente de ella y comenzó a bajarle la tanga muy despacio. Luego la hizo separar un poco las piernas, con sus suaves dedos separó sus delicados pliegues y con la punta de su lengua comenzó a realizar pequeños círculos, alternando con pequeños golpecitos, sobre su perfecto capullo. La detective apoyó su espalda sobre el pecho del doctor, otorgándole un mejor acceso a Rick, quien se abría paso con sus dedos dentro de su jugosa cavidad, provocando que se le aflojen las piernas. Ella le agarró la cabeza con sus manos retirándolo. Sentía que sus piernas no le responderían mucho más y debía cambiar de posición.
Tomó a los dos caballeros de las manos llevándolos hasta la cama, haciendo que Josh se recostara a un lado. Pasó por encima de él deteniéndose unos momentos para besarlo y disfrutar de sus caricias. Se separó de su novio dejándolo tendido boca arriba y se acercó hasta el lado opuesto donde Castle se encontraba aun de pie. Se sentó delante de él y le desabrochó el pantalón para terminar de desvestirlo, le bajó los ajustados bóxers negros liberando toda su hombría delante de sus ojos, con la que se deleitó un rato, saboreándola lentamente, provocándole inmenso placer al escritor. Se recostó en la cama junto a su prometido para encargarse un rato también de él, mientras Rick le besaba la espalda bajando hacia su cintura explorando nuevamente su sexo con sus dedos, alucinando a la detective que sin poder aguantar tenerlo lejos, giró quedando frente a frente buscando su boca con desesperación. Quería besarlo, con locura, comérselo. Ya no le importaba la promesa que le había hecho a Josh. Ya no le importaba Josh. El único que le importaba era él. Castle la agarró haciéndola girar para quedar sobre ella, se sacó la venda de los ojos, se acercó a su oído y le dijo en una voz apenas audible:
-Quiero ver el placer que soy capaz de provocarte… Quiero enloquecerte, detective… como tú me enloqueces a mí…-
Rick, estiró el brazo hasta la mesita de luz abriendo torpemente el cajón. Tomó unas esposas que se encontraban dentro. Kate pensó inmediatamente que serían para ella, pero se dio cuenta enseguida cual era el plan del astuto escritor.
La detective agarró suavemente los brazos de su prometido llevándolos hasta los barrotes de la cama, mientras Castle sin perder tiempo, le colocaba las esposas en sus muñecas sujetándolo a la cabecera. Al doctor se le dibujó una sonrisa pensando ingenuamente que su chica se dedicaría a jugar con él. A Rick, se le dibujó una sonrisa al saber que ahora, sólo la tendría para él. Sin perder más tiempo, la detective se colocó a horcajadas del escritor guiando su miembro dentro de ella. Hacía rato que estaba más que preparada para recibirlo y no quería seguir esperando. Richard se incorporó quedando sentado, recto frente a sus senos, que lamió con desesperación, mordisqueando sus pezones erguidos, erizando toda su piel, al contacto con sus dientes. Ella subía y bajaba aumentando la intensidad poco a poco, disfrutándolo al máximo. Estaba a punto de tener un orgasmo que prometía ser verdaderamente glorioso...
De pronto un celular comenzó a sonar. El repiqueteo del aparato era constante y cada vez se escuchaba más fuerte, pero Beckett no lograba darse cuenta de donde provenía. Intentó no distraerse con el ensordecedor ruido, pero cada vez se le hacía más y más difícil. Ya no podía concentrarse, el ruido era tan fuerte que comenzaba a retumbar en su cabeza.
Se incorporó en la cama abriendo los ojos de golpe. Estaba sola, en su cuarto, empapada en sudor. Todo había sido un increíble sueño. -¿Cómo pudo ser un sueño?- se preguntó sin entender aun, producto del estado de inconsciencia en el que se encontraba. Había durado tanto, había sido tan real, que todavía no podía aceptar que había estado soñando.
El celular que la devolvió a la realidad era el de ella, que todavía seguía sonando de forma insistente. Agarró el aparato con fastidio mirando el desconocido número que le aparecía en la pantalla.
-Beckett- dijo secamente con voz de dormida.
-Por favor… no cortes. ¡Tienes que escucharme! ¡No te cases con él! Estas a punto de cometer el error más grande de tu vida…
Continuara….
Y ahora subo el otro… No desesperen!
El primer capítulo puede contener una escena que quizá incomode a alguien. Tampoco se asusten que no es nada del otro mundo, (simplemente algo poco visto en los fics) pero habiendo tanta cantidad de menores en el foro cumplo en aclararlo. Si a alguien le jode siempre tiene la posibilidad de dejar de leer, y quiero decirles que si así lo deciden, pueden seguir con el capitulo siguiente, que les garantizo que no perderán demasiado el hilo de la historia al no leer éste.
Much@s se preguntarán el “por qué” de éste capítulo, y tiene una respuesta. Me desafiaron a escribirlo. Y yo amo los retos… Alguien me dijo “a que no te animas” y eso me bastó para arrancar. Así que acá está...
El capitulo XIII está dedicado a Agecastbet, ya que fue la promotora del desafío…
Capítulo XIII
La noche anterior se habían acostado tarde. Habían bebido bastante alcohol, jugado al póker, apostando algunas cosas de las que seguramente, se arrepentirían en cuanto abrieran los ojos. En especial Kate, ya que prácticamente, había perdido casi todas las partidas.
Josh se despertó primero y se levantó a preparar el desayuno. Estaba de muy buen humor, como lo había estado estos últimos días. La relación con Kate se había estrechado bastante desde que había aceptado casarse con él La sentía más cerca que antes. Por supuesto que él lo atribuía a sus encantos como pareja y compañero de estos últimos tiempos, pero sabía que, en parte se debía a la lejanía que había decido guardar el escritor.
Preparó dos tazas con café y unas tostadas con mermelada en una bandeja. Buscó la rosa que había cortado hacía un momento del jardín de entrada y la agregó también junto a las tazas.
Entró a la habitación, se sentó al lado de ella muy suavemente apoyando el desayuno al costado y le beso la frente con dulzura para despertarla. Ella abrió lentamente los ojos y esbozó una sonrisa al verlo con la bandeja.
-¡Buenos días, amor!- dijo el doctor ofreciéndole una taza.
-¡Buenos días! Gracias- respondió Kate incorporándose para recibirla.- Se te ve de muy buen humor, Josh ¿por algo en particular?
-Porque te tengo a mi lado todos los días…- contestó acercándose para besarla. Ella sonrió mientras le acariciaba el rostro esperando el beso. La estaba pasando bien. ´Él estaba pendiente de ella todo tiempo, cuidándola, consintiéndola. Se podría decir que se sentía protegida, amada. Así todo, seguía luchando día a día por tratar de olvidar a Richard y sobre todo intentar no recordar esa única y maravillosa noche. Olvidar sus caricias, sus besos, su boca recorriendo cada centímetro de su piel, sería una tarea sumamente difícil. En especial, porque no podía evitar comparar. Josh no era precisamente, muy creativo en las artes amatorias, en cambio el escritor, sobresalía sin ninguna duda.
Pero lo que Beckett no podía olvidar, lo que no debía olvidar, era la visita que había recibido el escritor al final de la noche ni la cena donde Josh le propuso casamiento. Debía tenerlo muy presente, sobre todo por si alguna vez existiese la posibilidad de volverlo a cruzar. Seguramente le costaría horrores tenerlo en frente, entonces, la única opción que le quedaba era recordar lo mucho que le había dolido. Recordar esas dos noches para poder olvidarlo a él.
Desayunaron tranquilos, disfrutando del momento, charlando divertidos sobre la noche anterior y la apuesta que Kate había perdido.
-¡Yo no recuerdo haber apostado eso!- contestó divertida ante lo que le decía Josh.
-¡Sí, sí lo hiciste! ¡No te vas a escapar de esta! ¡Tú dijiste muy claro en la última mano que cumplirías mis fantasías una noche! Recuerdo que fue cuando apostaste todo lo que te quedaba…-
-Tal vez bebí demasiado…
-Como sea… Apuestas son apuestas, pero no voy a obligarte a hacer nada que no quieras hacer…-
Josh tenía razón. Si se apuesta, se cumple. Debía cumplir con su palabra. Y ciertamente estaba intrigada respecto a las fantasías que tenía en la cabeza su pareja. Sin ninguna duda, jugar un poco, serviría para avivar la llama de la pasión que, al menos en ella, parecía haber menguado después del apasionado encuentro con Rick.
-¿Y que se supone que tienes en mente?- inquirió antes de darle el último sorbo a su café.
-Todo a su tiempo…- contestó sacándole la taza de la mano y besándola profundamente.- Estoy seguro que te gustará…- Siguió besándola con ganas a lo que ella respondía gustosa. Las caricias del doctor se colaban en las sabanas comenzando a elevar la temperatura del ambiente. El celular de Josh empezó a sonar. Se separó de ella para atenderlo.
-Hola. Si él habla…- Escuchó atentamente a la voz del otro lado del auricular –¡Perfecto! ¡En unos minutos estaré por ahí!- cortó la llamada y se dirigió a Kate:
-¡Lo siento, amor! ¡Debo irme! Tengo que arreglar unas cosas para esta noche…- dijo guiñándole un ojo.
-Mmm… ¿para esta noche? No pierdes el tiempo ¿no?- Josh sonrió mientras le daba un pico antes de salir.
Estuvo fuera toda la mañana. Alrededor del mediodía regresó con algunos paquetes. Kate había preparado algo para almorzar. Comieron con unas copas de vino blanco bien frio. El día estaba caluroso, pesado y la bebida acompañaba exquisitamente al pescado que ella había preparado. Después de lavar los platos, Kate decidió ir a recostarse un rato para estar descansada para la noche. Josh se quedó leyendo y se después se le unió. Él también quería estar en condiciones.
La detective fue la primera en despertarse, se dio un buen baño y al salir se tomó una enorme taza de café mientras pensaba que se pondría a la noche. No mucho tiempo después el doctor apareció en la cocina recién bañado y le dio un par de las bolsas que había traído al mediodía. En una había un conjunto de ropa interior para el infarto. Confeccionado con un delicado encaje muy sugerente, que dejaría con la boca abierta a más de uno. En la otra bolsa se encontraba un vestido negro con un gran escote en la espalda, entallado arriba, con vuelo en la falda, con el largo justo para dejar lucir las hermosas piernas de la detective.
-¡Wow! ¡Es precioso! ¡Gracias, Josh!- dijo dándole un beso.
-De nada ¡Me alegro que te gusten! Son para esta noche…-
-¿No piensas adelantarme nada? Me matas de intriga… ¿No puedo hacerte cambiar de opinión para que me cuentes?- dijo sugerentemente acercándose a él para besarlo.
-¡Esa es la idea! ¡Y no. Por más que me muera por negociar, no hay nada que puedas hacer para que te cuente! Debes estar lista a las 19:30 y prepárate para una noche inolvidable…-
-Vas a terminar asustándome…-
-Inolvidable en el buen sentido, créeme… Pero ya te lo dije antes, no voy a obligarte a hacer nada que tú no quieras…- Josh no la notaba del todo convencida.
-Sé que no me obligarás a nada que no quiera, lo tengo claro… sólo que nunca hicimos nada parecido y es lógico que no me sienta del todo cómoda con la situación, pero te estás tomando mucho trabajo para preparar todo, y no quiero arruinarlo, mucho menos faltando a mi palabra…-
-Te diré que haremos… Te daré una oportunidad más. Juguemos unas manos de póker. Si yo gano, sigue todo en pie y si tu ganas, eliges que hacemos esta noche ¿de acuerdo?-
-¡Te sientes con suerte ¿no?! Está bien. ¡Juguemos!- contestó con una gran sonrisa.
-Hagámoslo un poco más interesante… ¡El perdedor de cada mano se tomará un shot de tequila!-
-¿Así no empezamos anoche?
-Sí… ¿Tienes miedo?- la desafió.
-No. ¡Hagámoslo!- replicó. Ella sí se sentía con suerte.
Se sentaron en la mesa donde se disputaría el juego y comenzaron de inmediato. Repartieron las fichas y comenzaron la partida. Serían solamente unas pocas manos, un juego rápido en donde el azar decidiría el transcurso de la noche.
La suerte siguió sentada junto a Josh. En pocos minutos, la bella joven había perdió la gran mayoría de sus fichas, también el numero de tequilas que había tomado. Apostó todo lo que tenía en la última mano con la esperanza de recuperarse. Y la suerte le volvió a fallar.
-Ok. Estoy a tu merced…- dijo con algo de resignación. Josh se acercó hasta ella con una enorme sonrisa le dio un beso en la mejilla y le dijo:
-Vamos a cambiarnos. Estamos cerca de la hora.-
***
Josh esperaba a su prometida en el living con un vaso de Whiskey en la mano. Kate apareció en el salón deslumbrándolo.
-Estás increíble…- dijo levantándose para cercarse a ella.
-¡Gracias! Tú estás muy guapo también…- Josh la tomó por la cintura acercándola a él y la besó profundamente tomando por sorpresa a la joven detective. Ella le rodeó el cuello con sus brazos disfrutando de los besos del doctor. Él la apretó aun más contra su cuerpo acariciándola despacio, saboreándola de a poco. Él se apartó y la miró a los ojos diciéndole:
-Tenemos que irnos o llegaremos tarde.
-¿Seguro que no prefieres quedarte?- preguntó
-Si te digo que no, te estaría mintiendo… pero nos están esperando. Si no nos vamos ahora llegaremos tarde.- la tomó de la mano guiándola hacia la puerta. Beckett nunca se había sentido tan intrigada. No tenía ni idea de lo que su prometido le tenía preparado para esta noche y no sabía si eran los tequilas que se había tomado o que, pero le estaba pareciendo muy excitante todo el juego que le estaba proponiendo Josh. Supuestamente había apostado la anoche que cumpliría su fantasía. Y todavía no sabía cuál era. Se le ocurrían infinidad de cosas, pero finalmente, ninguna lograba cuadrar con la personalidad de su pareja y eso de daba más curiosidad aun.
Subieron al auto y en veinte minutos llegaron a una imponente mansión. Tocaron la puerta y una mujer de mediana edad los recibió de inmediato haciéndolos pasar. Se presentó con Kate, saludó a Josh y los acompañó hasta el comedor ofreciéndoles sentarse. Luego desapareció por una enorme puerta.
-¿Cuándo piensas adelantarme algo? Supongo que no habrás pensado en un intercambio de parejas ¿No?- preguntó mirándolo.
-No. No un intercambio… yo diría más bien una adición…- contestó él con una enorme sonrisa.
-¿De qué estás hablando? No entiendo… - quedó pensativa un instante y luego reaccionó abriendo enormemente los ojos:-¿Un trío? ¡¿Me estás proponiendo un trío?!- la detective no entraba en su asombro.
-Técnicamente no es una propuesta… perdiste una apuesta ¿recuerdas?... de hecho fueron dos…-
-No voy a acostarme con otra mujer Josh...- dijo seriamente.
-Lo supuse… pero verás, no te voy a mentir, una de mis fantasías es un trío con dos preciosas mujeres… pero otra de mis fantasías es que tengas una noche de increíble placer como no tuviste nunca y quiero ser parte de eso… Pero te lo repito una vez más: No voy a obligarte… Aun tienes tiempo de arrepentirte. Y quiero además, que te quedes tranquila, nada malo va a pasarte. Nunca permitiría eso. El caballero que te toque en suerte estará debidamente seleccionado. Te aseguro que aquí tienen un gusto exquisito. Me lo recomendó mi amigo, el que nos presto la casa.
Kate nunca se hubiese imaginado una propuesta de ese estilo y mucho menos viniendo de Josh, pero al parecer tenía todo preparado para obsequiarle una noche que prometía ser, al menos, diferente. No estaba del todo convencida, pero sentía una enorme curiosidad por todo el asunto, después de todo ¿Qué era lo peor que podía pasarle? ¿Tener una noche de sexo estupenda que supere a la que tuvo con el escritor? Ciertamente no le vendría mal. Nada mal. Entonces, decidió aceptar. Se había dicho a sí misma al recuperarse del balazo que disfrutaría esta vida al máximo y no lo estaba cumpliendo, así que esta parecía una buena forma de empezar. Se lo comunico a su prometido, quien con una gran sonrisa empezó a explicarle de que se trataría el juego.
Ella debía sacar un papel con un número escrito en él de adentro de una vasija. Se lo entregaría a la mujer que los había recibido en la puerta y ella se encargaría del resto. Al parecer, la única que podría ver sería Kate, los otros dos integrantes del trío permanecerían toda la noche con los ojos vendados y no podían hablar. Ninguno de los tres.
-Hay una condición, Kate. En realidad es una petición personal…
-¿Qué condición?
-Los besos en la boca son sólo míos.
-O sea que puedo tener sexo con completo extraño delante de ti, pero ¿no puedo besarlo?
-Sé que suena raro… pero los besos son… muy personales. No quiero que nadie más te bese.
-¿De qué tienes miedo? ¿Qué me guste?- preguntó la detective sonriendo. No podía terminar de creer toda la situación que transitaba, pero ciertamente, lo de los besos se llevaba el premio al asombro.
-Probablemente sea eso… no lo sé realmente… ¿Puedes prometérmelo?
-Te lo prometo. Mis besos son solo tuyos.
-Gracias.- Josh se acercó para darle un beso y terminó de explicarle el juego.
La detective siguió las indicaciones al pie de la letra, y volvió a sentarse esperando que le dijeran como continuar. La dama se acercó a ellos y le dijo a Josh que la acompañara dejándola sola en la enorme habitación. La mujer volvió después de unos minutos a buscarla a ella para conducirla al cuarto. La detective no recordaba haber estado tan nerviosa en toda su vida, pero ya estaba metida hasta el cuajo y no se iba a acobardar. Llegaron hasta la puerta y la mujer la hizo pasar mediante una seña. Antes de retirarse, le recordó que debían permanecer en silencio y que a partir de que pase por esa puerta, ella sería la encargada de manejar a los dos hombres dentro de la habitación, ya que ninguno de los dos debía sacarse la venda. Beckett asintió con la cabeza y cerró la puerta detrás de ella.
La pieza era bastante grande. Una pequeña lámpara ubicada dentro del cuarto ofrecía una pobrísima iluminación. Además de la puerta por donde había ingresado ella, había tres puertas más, una en cada pared de la habitación. El mobiliario era de categoría, al igual que el resto de la casa. Dos sillones de un cuerpo se situaban junto a la lámpara, uno a cada costado. No había mucho más, sólo una enorme cama que se encontraba en la pared contraria a la puerta principal con dos mesitas de luz a los costados.
Una agradable melodía comenzó a sonar al mismo tiempo que una de las puertas se abría. Por ella ingresó un hombre alto con los ojos vendados.
La detective intentó mirarlo en la penumbra de la habitación, pero estaba algo lejos. Decidió acercarse recordando que ella tenía que guiarlo ya que no veía nada. Comenzó a caminar en dirección al caballero, y a medida que se iba acercando su cara iba adquiriendo expresión de sorpresa. El hombre estaba vestido con un pantalón color chocolate y una camisa blanca pegada al cuerpo, que marcaba sus brazos y pectorales. Beckett se aproximó aun más, queriéndose convencer de que no era cierto lo que sus ojos veían. No podía ser él. Era pura coincidencia que tuviese la misma ropa que había utilizado el escritor para su entrevista en tv. Tenía que ser una coincidencia, no podía ser Castle, de otro modo tendría que irse de ahí.
Pero sí. Era él. -¿Cómo puede ser que esté aquí?- pensaba la detective. - ¿Desde cuándo haces esto, Rick?- se preguntaba mentalmente. Meditó medio segundo considerando la posibilidad de salir corriendo de ahí. No podía hacer esto con su prometido y él. Sería muy extraño. Sin ninguna duda, pero por alguna razón, su morbo parecía ser más fuerte y permaneció clavada en el mismo lugar. La cabeza le iba a mil imaginando que podía disfrutar de dos terribles especímenes de hombre sin ningún tipo de reproches y mejor aun, podía volver a sentir a Rick acariciándola una vez más, disfrutándolo por última vez como una despedida antes de casarse.
Siguió acercándose hasta quedar frente a él. Los nervios la estaban matando. Debía tranquilizarse si quería disfrutar la noche.
Respiró hondo tomando coraje y lo tomó de la mano para guiarlo hasta el centro de la habitación. Se detuvieron junto a la lámpara. Kate intentó soltarle la mano, pero él se lo impidió ejerciendo algo de presión sobre ella. La detective intentó nuevamente soltarse, esta vez tratando de retroceder. Castle le pegó un suave tirón acercándola nuevamente hacia él, pegándola contra su cuerpo. Beckett quiso hablarle, pero rápidamente recordó las reglas y guardó silencio, disfrutando la proximidad del escritor, quien la rodeaba por la cintura. Él comenzó lentamente a besar su cuello, subiendo desde su clavícula hasta su oreja, deteniéndose en su lóbulo, mordiéndolo suavemente. Entre tanto, sus dedos rozaban la columna vertebral de la detective, provocándole un encantador escalofrió que le envolvió todo el cuerpo. La temperatura del cuarto comenzaba a caldearse poco a poco, lo mismo ocurría con la piel de Kate ante cada beso de Rick.
El escritor se separó de su cuello para dirigirse a su boca. La detective, instintivamente tiró la cabeza hacia atrás para evitarlo, recordando la promesa que le había hecho a su prometido. Lejos de desistir, Castle llevó su mano hasta la nuca atrayéndola con firmeza y sin darle la posibilidad de escaparse otra vez la besó con tranquilidad, suavemente, jugando con su lengua, saboreando lentamente la de ella. Kate comenzó acariciando sus pectorales sobre la ceñida camisa, subiendo hasta el cuello, siguiendo por su rostro, llegando a enredar sus dedos en el cabello de él. Rick bajó lentamente la mano que sostenía la nuca de la joven recorriendo su espalda mientras se separaba de su boca para dirigirse nuevamente a su cuello y besarlo con devoción. Llegó hasta su oído, pero ahora, en vez de morderlo le susurró:
-Sé que eres tú, detective…- Kate no creía lo que acababa de oír.
-¿Cómo… lo sabes? Es imposible…
-¿Imposible? Reconozco tu forma de caminar, tu perfume, la suavidad de tu piel, la forma en que me acaricias… ¿Crees que podría olvidarme de tus deliciosos besos?
Se escuchó el ruido de un picaporte e inmediatamente otra puerta se abrió, dejando entrar a Josh. Ella debía ir a buscarlo. Castle la soltó para que guiara a su prometido como había hecho con él.
La detective tomó a su pareja de la mano, quien la recibió con una enorme sonrisa. Caminaron lentamente hasta donde estaba el escritor esperando. Kate se paró frente a Josh y comenzó a desabrocharle la camisa con delicadeza, deleitándose con el perfecto torso trabajado del doctor. Sintió entonces como los brazos de Rick la rodeaban mientras sus manos subían hasta sus senos, acariciándolos sobre el vestido. El doctor agarró el rostro de su chica acercándose para besarla, disfrutando de las caricias que ella le proporcionaba al sacarle la camisa.
Giró entonces para hacer lo mismo con Castle. Desabrochó su camisa acariciando su pecho, acercándose lentamente a su cuello para besarlo, mientras sus manos bajaban hasta la entrepierna, acariciando su muy despierta virilidad. Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de él al primer contacto. No quería entretenerse mucho con el escritor, temiendo que Josh sospechase algo. Volvió a girar y desabrochó los pantalones del Dr. dejándolo en bóxers, acariciando sus perfectos abdominales. Rick se pegó a su cuerpo y sus manos comenzaron a recorrer sus piernas, colándose debajo de su falda, llegando hasta su pequeña tanga, disfrutando de la humedad que empapaba la prenda. Entre tanto, su novio besaba su cuello bajando hasta el escote, donde jugaba con sus senos. Un pequeño gemido se escapó de sus labios, develando el placer que sentía la joven detective en esos momentos. Richard se pegó aun más a su musa, haciéndole sentir la dureza de su miembro, mientras le apartaba el cabello de su nuca para besarla. Ella deslizó una mano dentro de su pantalón para agarrarlo, iniciando un delicado movimiento, arrancándole un gemido que el escritor susurró a su oído antes de morderle el lóbulo. Hizo lo mismo con Josh, bajándole primero el bóxer, para después, jugar con él un rato. Su prometido le apartó la mano, temiendo que su excitación arruinara el momento, ya que de seguir así, acabaría en segundos. Aprovechó para ayudarla a sacarse el vestido, dejándola solamente con su ropa interior. La giró suavemente para desabrocharle el sostén, liberando sus erguidos senos que rápidamente acarició jugueteando con sus pezones.
Castle, por su parte, se arrodilló frente de ella y comenzó a bajarle la tanga muy despacio. Luego la hizo separar un poco las piernas, con sus suaves dedos separó sus delicados pliegues y con la punta de su lengua comenzó a realizar pequeños círculos, alternando con pequeños golpecitos, sobre su perfecto capullo. La detective apoyó su espalda sobre el pecho del doctor, otorgándole un mejor acceso a Rick, quien se abría paso con sus dedos dentro de su jugosa cavidad, provocando que se le aflojen las piernas. Ella le agarró la cabeza con sus manos retirándolo. Sentía que sus piernas no le responderían mucho más y debía cambiar de posición.
Tomó a los dos caballeros de las manos llevándolos hasta la cama, haciendo que Josh se recostara a un lado. Pasó por encima de él deteniéndose unos momentos para besarlo y disfrutar de sus caricias. Se separó de su novio dejándolo tendido boca arriba y se acercó hasta el lado opuesto donde Castle se encontraba aun de pie. Se sentó delante de él y le desabrochó el pantalón para terminar de desvestirlo, le bajó los ajustados bóxers negros liberando toda su hombría delante de sus ojos, con la que se deleitó un rato, saboreándola lentamente, provocándole inmenso placer al escritor. Se recostó en la cama junto a su prometido para encargarse un rato también de él, mientras Rick le besaba la espalda bajando hacia su cintura explorando nuevamente su sexo con sus dedos, alucinando a la detective que sin poder aguantar tenerlo lejos, giró quedando frente a frente buscando su boca con desesperación. Quería besarlo, con locura, comérselo. Ya no le importaba la promesa que le había hecho a Josh. Ya no le importaba Josh. El único que le importaba era él. Castle la agarró haciéndola girar para quedar sobre ella, se sacó la venda de los ojos, se acercó a su oído y le dijo en una voz apenas audible:
-Quiero ver el placer que soy capaz de provocarte… Quiero enloquecerte, detective… como tú me enloqueces a mí…-
Rick, estiró el brazo hasta la mesita de luz abriendo torpemente el cajón. Tomó unas esposas que se encontraban dentro. Kate pensó inmediatamente que serían para ella, pero se dio cuenta enseguida cual era el plan del astuto escritor.
La detective agarró suavemente los brazos de su prometido llevándolos hasta los barrotes de la cama, mientras Castle sin perder tiempo, le colocaba las esposas en sus muñecas sujetándolo a la cabecera. Al doctor se le dibujó una sonrisa pensando ingenuamente que su chica se dedicaría a jugar con él. A Rick, se le dibujó una sonrisa al saber que ahora, sólo la tendría para él. Sin perder más tiempo, la detective se colocó a horcajadas del escritor guiando su miembro dentro de ella. Hacía rato que estaba más que preparada para recibirlo y no quería seguir esperando. Richard se incorporó quedando sentado, recto frente a sus senos, que lamió con desesperación, mordisqueando sus pezones erguidos, erizando toda su piel, al contacto con sus dientes. Ella subía y bajaba aumentando la intensidad poco a poco, disfrutándolo al máximo. Estaba a punto de tener un orgasmo que prometía ser verdaderamente glorioso...
De pronto un celular comenzó a sonar. El repiqueteo del aparato era constante y cada vez se escuchaba más fuerte, pero Beckett no lograba darse cuenta de donde provenía. Intentó no distraerse con el ensordecedor ruido, pero cada vez se le hacía más y más difícil. Ya no podía concentrarse, el ruido era tan fuerte que comenzaba a retumbar en su cabeza.
Se incorporó en la cama abriendo los ojos de golpe. Estaba sola, en su cuarto, empapada en sudor. Todo había sido un increíble sueño. -¿Cómo pudo ser un sueño?- se preguntó sin entender aun, producto del estado de inconsciencia en el que se encontraba. Había durado tanto, había sido tan real, que todavía no podía aceptar que había estado soñando.
El celular que la devolvió a la realidad era el de ella, que todavía seguía sonando de forma insistente. Agarró el aparato con fastidio mirando el desconocido número que le aparecía en la pantalla.
-Beckett- dijo secamente con voz de dormida.
-Por favor… no cortes. ¡Tienes que escucharme! ¡No te cases con él! Estas a punto de cometer el error más grande de tu vida…
Continuara….
Y ahora subo el otro… No desesperen!
Última edición por Solexite el Jue Mar 14, 2013 11:57 am, editado 1 vez
Solexite- Policia de homicidios
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Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Capítulo XIV
El patrullero frenó en la casa del escritor. Dos agentes bajaron dirigiéndose hacia la puerta y tocaron el timbre. Richard acababa de entrar y estaba buscando algo para desinfectarse el golpe que le había asestado Josh. Le dolía el pómulo y tenía un pequeño corte del lado izquierdo. Mañana, seguramente se le hincharía y le dolería más, pero ahora lo único que le dolía era el orgullo. Al escuchar el timbre, frunció el ceño extrañado, pensando quien podría ser a esta hora. No tenía ánimo de ver a nadie y seguramente no hubiese atendido, si no se hubiese percatado de las luces azules que se colaban intermitentemente por las ventanas de la mansión. Abrió de inmediato pensando que algo malo había pasado.
-¿Sr. Richard Castle?- preguntó uno de los uniformados.
-Sí. Soy yo ¿Pasó algo, agentes?
-Debemos llevarlo detenido, Sr.- informó el otro.
-¿Detenido? ¿Por qué?- en principio no entendía, pero después pensó en la pelea que había provocado hacía unos minutos.- ¿los del hotel me denunciaron? ¡Dijeron que me iban a enviar la factura de lo que había roto, no a la policía! ¡Malditos sean!
-La denuncia no la puso el hotel, Sr. Castle. Fue el Dr. Josh Davison… Puso una denuncia por agresiones y amenazas. Debemos llevarlo a la comisaría.
-¡No puedo creerlo! ¡Qué estúpido fui! ¡Merezco que me encierren de por vida!- Castle se mostraba furioso. Si el doctor hubiese estado parado en frente lo hubiese golpeado de nuevo aunque estuviese la maldita policía al lado.
Uno de los agentes lo tomó del brazo conduciéndolo hasta el patrullero. El escritor llevaba la cabeza gacha, como avergonzado. Sentía que había caído bajo, sentía como estaba por tocar fondo en una caída estrepitosa. Nunca se había sentido tan humillado en toda su vida.
Levantó la vista al escuchar un auto frenando detrás del patrullero, volviendo a la realidad. Vio a Alessandra bajar del taxi rápidamente dirigiéndose a él preocupada.
-Rick ¿Qué está pasando? ¿Por qué te llevan en el patrullero?
-No te preocupes Alessandra. El Dr. Davison me puso una denuncia por agresión. Hazme un favor. Entra a casa, agarra mi celular y llama al Dr. Spencer. Charles Spencer. Es uno de mis abogados. Cuéntale todo lo que pasó y dile que no le diga a nadie lo que sucedió. Ni siquiera a Gina ¡Y eso va por ti también!- al terminar de hablar le dio las llaves de su casa a la modelo, agradeció a los policías por no apurarlo y se subió al patrullero resignado a pasar la noche en la comisaría.
Encerraron al escritor en un calabozo. No había nadie más con él. Se sentó en incomodo banco amurado a la pared y se quedó pensando en la clase de cretino que era el Dr. Davison. No podía entender como Beckett no podía verlo como realmente era. No podía creer que la mujer de su vida se estuviese por casar con ese imbécil. Estaba convencido de que ella jamás podría ser feliz junto a Josh, pero no se le ocurría nada para poder evitarlo.
Se levantó y caminó en círculos dentro de la celda como un león recién enjaulado. Tendría que estar unas cuantas horas hasta que su abogado lograra sacarlo de ahí y el escritor, incrementaba su desespero segundo a segundo. Un oficial paso por delante del calabozo, Rick se acercó hasta los barrotes y le dijo:
-¡Agente! ¡Disculpe!
-¿Qué quiere?- contestó secamente el uniformado.
-Tengo que llamar a mi abogado ¿No tengo derecho a una llamada?
-Sí. Sí tiene derecho a una llamada, pero el teléfono público no funciona.
-Présteme un teléfono móvil o alguno de la comisaría, entonces. ¡No puede negarme eso!
-Supongo que no… veré que puedo hacer.-
A los pocos minutos, el oficial regresó con un teléfono móvil y se lo pasó al escritor por entre medio de los barrotes. Lo tomó sin demora y marcó el teléfono con desesperación. Eran pasadas las tres de la mañana y seguramente no habría una voz agradable del otro lado. Aun así, realizó la llamada.
-¿Castle? ¿Eres tú?...- Beckett todavía estaba dormida y despertando de un sueño sorprendente, aun no lograba entender muy bien lo que estaba pasando. Richard la estaba llamando a las 3 y media de la madrugada. -¿Todavía estoy soñando?- se preguntaba algo atontada. -¿Es que acaso estaba loco? ¿Me está diciendo que no me case con Josh?
-Castle… ¿Qué diablos haces llamando a estas horas? ¿Estás demente?
-¡Por favor! ¡Tienes que escucharme!… piénsalo bien, Kate. Yo probablemente no te merezca y estoy resignado a eso, pero él tampoco te merece a su lado… Estás a punto de cometer un error… No lo hagas ¡No puedes casarte con Josh!
-¿Y con qué derecho me llamas para decirme esto? ¿Quién demonios te crees que eres, Castle? Escúchame bien lo que te voy a decir, ya he tomado una decisión y no hay nada que puedas decirme o hacer que me haga cambiar de parecer…- ni siquiera ese perfecto sueño que acababa de tener la haría desistir.-… así que te pido, por favor, que no me molestes nunca más ¿Entendido, Castle?- diciendo esto la detective terminó la llamada tajantemente. No quería escucharlo un segundo más.
Se llevó una mano a la frente, masajeándose las sienes con los dedos, como queriendo aliviar el dolor de cabeza que comenzaba a asomar lentamente. Inspiró hondo, conteniendo el aire un instante y lo largó despacio, inflando sus cachetes mientras se dejaba caer de espaldas sobre la cama. No iba a poder cerrar los ojos y dormirse otra vez, entonces decidió levantarse, pegarse una ducha para aliviar el calor que aun invadía su cuerpo y regresar a los Hamptons a decirle a Josh que se casaría con él.
Mientras se bañaba su cabeza le devolvía flashes del sueño que había tenido con los dos hombres que rondaban en su vida. Se preguntaba cómo había llegado a soñar eso, cuando nunca había tenido una fantasía semejante. Definitivamente era algo para hablar en terapia, pero aun no era el momento. Tenía cosas más importantes que solucionar si quería volver a trabajar como policía de New York. Aunque estaba segura de que esas imágenes, junto con las sensaciones que su cuerpo le devolvía al acordarse, permanecerían con ella bastante tiempo.
Al salir del tocador la detective se sirvió una enorme taza de café, la bebió rápidamente y sin más demora subió a su auto para volver a la playa. Manejó durante un par de horas y durante ese tiempo se intentaba convencer de que la decisión que había tomado era la correcta. Que debía olvidarlo para siempre. Pero no sólo debía sacarlo de su mente, también tenía que sacarlo de todo su cuerpo. Debía dejar de sentir como su corazón se aceleraba con sólo acordarse de esa noche juntos y del sueño tan real que acababa de tener, donde todavía sentía las ardientes caricias del escritor.
Llegó hasta la puerta de la casa de playa. Estacionó el auto en la entrada del garaje, y se quedó mirando su cartera abierta, donde asomaba el estuche que contenía el anillo de compromiso. Tomó la pequeña cajita para sacar el anillo y se lo puso por primera vez. Puso su mano frente a sus ojos para admirar la preciosa joya en su delgado dedo. Lo sentía incomodo, raro, pesado. Curiosas sensaciones le producía un simple anillo. Incertidumbre, principalmente ¿Lograría acostumbrarse a llevarlo puesto? Pues, debería. A como diera lugar.
Bajó del auto dirigiéndose a la puerta con la llave en la mano. Cuando estaba por introducir la llave, la puerta se abrió lentamente sorprendiendo a Kate. No esperaba encontrar a Josh levantado tan temprano. Sonrió al verlo, pero su sonrisa se desvaneció al mirar como tenía la cara.
-¡Pero… ¿Qué pasó, Josh? ¿Te encuentras bien?!- la detective se mostraba preocupada.
-Estoy bien… no te preocupes.- respondió dándole un pequeño beso en sus labios.
-¿Quién te hizo esto?- preguntó temiendo saber la respuesta. El Dr. La tomó de la mano haciéndola entrar y llevándola hasta el sofá del living. Se sentó haciéndole señas de que hiciese lo mismo y comenzó a hablar:
-Yo… no quise pelearme, Kate. Él apareció con toda su prepotencia y me provocó…
-Y tú lo golpeaste…
-No fui yo el que dio el primer golpe, sabes bien que no soy un hombre violento… pero después de escucharlo… ¡no pude contenerme! El escritor se volvió loco, créeme…-
- Quiero que me cuentes todo lo que pasó, Josh…
-Fui a dar una vuelta buscando un lugar agradable para cenar. Estaba cerca del restaurante donde cenamos la otra vez y decidí comer allí. Me senté en el bar a tomar una copa, esperando que se desocupe una mesa y apareció Alessandra Ambrosio ¿Recuerdas? La modelo que sale con Castle…- Kate tragó saliva ahogando los celos que le producía el sólo hecho de escucharla nombrar.
-Y… ¿Entonces?- preguntó impaciente la detective.
-Se acercó muy cortésmente a saludarme. En ese momento llegó el escritor y me empezó a gritar como un verdadero demente… Me dijo cosas muy feas, Kate… Me atacó diciéndome que yo era un patán, que estaba coqueteando con su novia cuando ayer te estaba pidiendo que te cases conmigo… ¿Cómo podría hacerte eso? Está enfermo… no pudo tenerte y eso lo enloqueció por completo. En un momento ya ni siquiera le importó que esté su novia adelante. Antes de pegarme el primer golpe, Castle me aclaró que en algún momento te darás cuenta de que él es un mejor candidato para ti… y me dejarás por él. Según sus propias palabras no tengo nada interesante para ofrecerte, en cambio él, tiene preparado un mundo increíble lleno de lujos al que tú no podrías acceder si no fuese a través de él. Cuando me dijo eso… imagínate, Kate… ¡Enfurecí por completo y empecé a insultarlo! Es un idiota petulante… le encanta refregarme su éxito en la cara…- Josh se mostraba como un cachorro indefenso ante su chica. Ella no podía terminar de creer lo que oía. No le sonaba a algo que Castle hubiese dicho. Él no era así. Pero el doctor se mostraba tan afectado que Katherine no se atrevió a dudar de él.
-¡No puedo creerlo! ¿Cómo pudo ser capaz de decirte algo así? No lo entiendo… - cada segundo que pasaba la detective se convencía aun más.
-Sólo espero que no te dejes encandilar por su brillo… Te aseguro que yo puedo hacerte feliz, Kate. Y no necesito dinero para hacerlo.- Josh se oía tan afligido que logró que su chica le creyera toda y cada una de sus palabras. El traje de víctima le calzaba como un guante.
-Lo sé, Josh. No te preocupes por Castle. No tengo ningún interés en una vida así y mucho menos en una persona como él. Te lo aseguro- Kate se acercó para besarlo dulcemente. Se sentía mal por Josh. No sabía que se proponía Castle diciéndole semejante estupidez. Pero en realidad se sentía aun peor por haberse confundido tanto con Rick, por haberse acostado con él aquella vez, por haberlo disfrutado tanto en el sueño de anoche.
-Lo siento, Kate. Tenías que saber algún día que clase de tipo es realmente. Lamento que te hayas enterado de esta forma. Lo denuncié a la policía en cuanto salí del hotel y ya hablé con mi abogado… Con suerte lo metieron en una celda para que se tranquilice… Quiero que un juez le ponga una orden de restricción para que no pueda acercarse más a nosotros.
-¿Lo denunciaste? ¿Crees necesario pedir una orden de restricción?
-Lo quiero bien lejos nuestro. Y a estas alturas es lo único que se me ocurre…-
-Quédate tranquilo, Josh. Estoy segura que no volverá a molestarnos. No debemos preocuparnos más por él, nosotros dos tenemos cosas más importantes de las que nos debemos ocupar ahora…- diciéndole esto, Kate puso su mano frente a los ojos de su ahora prometido, exhibiendo el anillo que se acababa de poner. Josh la abrazó con fuerza. Rebosaba de felicidad, sentía que finalmente había ganado la guerra.
-¿Quieres desayunar?- preguntó Kate levantándose del sillón para dirigirse a la cocina.
-No, gracias. Prefiero irme a dormir unas horas. Estuve toda la noche levantado y estoy exhausto… ¿No te importa, verdad? Si quieres puedes venir a recostarte a mi lado…
-Ve a acostarte tú, yo paso por ahora. Me prepararé el desayuno. Después podemos almorzar juntos…
-¡Perfecto!¡Yo cocinaré!- dijo Josh acercándose para besarla antes de irse a acostar. La detective se preparó café con un par de tostadas. Comió con desgano, no tenía hambre. Tampoco tenía sueño. Sí tenía mucha furia, mucha angustia contenida en su interior. No podía creer las vacaciones que estaba viviendo. No podía creer las cosas que habían pasado con Castle, ni la pelea con Josh, ni el fabuloso sueño, ni la maldita llamada que la despertó. -¿Cómo se atrevió a llamarme después de lo que pasó con Josh? ¿Cómo le da la cara?- pensó. Nada estaba bien, nada. En este preciso momento odiaba a Rick por tratar a su novio de esa forma, lo odiaba por ser tan engreído, pero también se sentía culpable porque en parte, ella había ayudado a su vanidad, con la visita nocturna que le había realizado. Se odiaba por haberse rendido ante él, por haberle mostrado cuanto lo deseaba, cuanto lo amaba. Ahora tenía una sola cosa más que hacer. Una última visita a Castle para exigirle de una vez por todas que los dejase en paz, ya que conociéndolo, si de verdad se lo proponía, la orden de restricción no serviría de mucho.
Si pensarlo un segundo más salió de la casa en dirección a la comisaría. Seguramente estaría ahí todavía. Subió al auto y en pocos minutos se encontraba ingresando a la seccional. Utilizó sus influencias para que le permitieran verlo. No tenía su arma, pero si su placa y un verdadero encanto natural para seducir a casi cualquier hombre. Un instante después se dirigía hacia el calabozo acompañada de un oficial.
Se paró frente a la reja observándolo en silencio. Estaba sentado en un banco de cemento, con las piernas flexionadas sobre él. Su cabeza descansaba sobre sus brazos, que a la vez se posaban sobre sus rodillas. Todavía tenía la misma ropa que había usado en la entrevista televisiva, la misma que el escritor vestía en su sueño. No la había escuchado llegar. Beckett esperó que el uniformado se retirase para hablarle.
-Que bajo que has caído, Castle… En verdad lo único que te faltaba era pegarle a mi novio. ¿Con que derecho le dices que no tiene nada para ofrecerme, que tú eres mejor para mí? ¿Quién te piensas que eres?- Rick levantó la cabeza sin entender aun que pasaba.
-Kate, yo… jamás diría algo así… ¿Cómo puedes pensar eso de mí?- dijo acercándose a la reja.
-Ese es el problema. No sé qué pensar de ti. No puedo entender que te comportes de esa manera…- la detective sonaba furiosa.
-¿No sabes que pensar de mí? No puedo creer lo que escucho… Es increíble que seas tan inocente. Todavía no entiendo como Josh te hizo creer todas estas cosas de mí… Te está mintiendo, Kate. Ya no sé qué hacer para que me creas…
- Y yo no sé qué hacer para que te alejes de mi, Castle. Ya no sé como decírtelo ¿Ves esto?- dijo mostrándole el anillo- Esto quiere decir que decidimos pasar nuestra vida juntos y que tú no tienes nada más que hacer en nuestras vidas. Si te mantienes alejado convenceré a Josh para que retire la denuncia…- las palabras de la detective habían atravesado el corazón del escritor como una enorme lanza.
- No necesito tu ayuda. Puedo arreglármelas solo… Debo decirte que te creía más despierta, Beckett. Y sobre todo, una mejor detective… Te quedaste con una sola versión de los hechos sin querer encontrar la verdad. Si quieres desperdiciar tu vida a lado de un Patán, perfecto, hazlo. No haré más nada para impedirlo, te lo aseguro. Tengo dos cicatrices que me recordarán siempre el por qué no debo acercarme nunca más… ésta- dijo señalando su pómulo- me recuerda que tienes dueño, y ésta…- señalando su sien-… y ésta, me recuerda que no significó nada para ti el que yo haya arriesgado mi vida intentando salvarte. Dos estupendas razones ¿No te parece, detective?- Richard le clavó su gélida mirada, recorriéndola de abajo hacia arriba, con fingido desprecio y agregó: -No quiero hacerte perder más tiempo. Tu prometido debe esta esperándote y mi abogado debe estar por llegar… Adiós, Beckett. Que seas muy feliz en tu matrimonio.- una última mirada golpeó contra sus ojos y fue a sentarse nuevamente en el incomodo asiento. Jamás pensó que podía echarle en cara que intentó salvar su vida, pero estaba tan dolido, tan lastimado, que no podía pensar en otra cosa que hacerla sufrir como ella lo hacía con él.
La detective pegó media vuelta y se retiró en silencio con el corazón hecho tiras. Se retiró con la sensación de que nunca más vería a Rick. Sus palabras habían sido tan tajantes que estaba convencida de que en ese momento la odiaba. -¿No es eso lo que querías? ¿No verlo nunca más?- se decía a si misma. ¿Y por que estaba tan triste, entonces? ¿Por qué todavía no sentía la seguridad absoluta de que estaba haciendo lo correcto? Quizá porque Castle tenía razón. Solamente había escuchado una sola campana y había comprado ese sonido. No se permitió comprobar si era verdad lo que su prometido le decía. Definitivamente, se sentía una pésima detective. Debía ir al hotel para hablar con los empleados y saber realmente lo que había sucedido. No podía quedarse con la duda.
Subió a su auto y rápidamente se dirigió al bar donde se había desarrollado la pelea. Fue directo a la barra para hablar con el barman. Tuvo la suerte de que el muchacho de la barra era el mismo que había estado trabajando anoche. Le mostró la placa y el joven comenzó a contarle todo lo que había pasado. Le contó que un morocho, alto y musculoso se encontraba charlando con una mujer preciosa en una de las mesas. Estaban entre risas cuando entró otro caballero a increparlo.
-Le preguntó qué demonios estaba haciendo con ella. Le reprochaba algo así como, “no te mereces a Kate, no te mereces a ninguna mujer”. Se dijeron un par de cosas más y luego el caballero que llegó después le colocó dos golpes en la cara y ahí se trenzaron hasta que los de seguridad, alertados por la bella dama vinieron a separarlos. Eso fue todo, detective. Si quiere más información puedo llamar a la señorita que fue parte del espectáculo de anoche. Se aloja aquí y puedo llamarla de inmediato.
-No, gracias. No será necesario.
-¡Oh, sí! ¡Yo creo que es muy necesario!- dijo Alessandra acercándose hasta donde estaba la detective. –Tenemos que hablar… Beckett ¿No es así?-
-Sí, Katherine Beckett. Y no. No tenemos nada que hablar.- Kate odiaba a esa mujer. No soportaba tenerla en frente.
-Pues, yo diría que sí. Y no voy a parar hasta que lo consiga. De ser necesario iré hasta tu casa, la de aquí y la de New York. Se lo debes a Richard.- Alessandra estaba muy decidida.
-No le debo nada a Castle…- la modelo la interrumpió alzando el tono de voz.
-¿Estás segura? Porque yo estoy convencida, que después de haber arriesgado su propia vida para intentar salvarte, lo menos que puedes hacer es otorgarle el beneficio de la duda y escuchar la otra versión de los hechos ¿No te parece? Sería muy injusto de tu parte y sin mencionar que sería muy poco profesional… Según tengo entendido eres una de las mejores detectives de New York y déjame decirte que no lo estas demostrando… - Alessandra tenía razón. Estaba tan furiosa, tan ciega que no se permitía pensar con claridad desde hacía unos cuantos días. Y ciertamente, como policía, tampoco se estaba luciendo.
-De acuerdo. Te doy dos minutos.- Kate miró su reloj y se cruzó de brazos esperando que la modelo hablara.
-No necesito más. Empezaré por aclararte que yo estoy en pareja hace muchos años, y muy enamorada, por cierto. Así que no pasa absolutamente nada entre Rick y yo, no pasó antes, no pasa ahora y no pasará nunca. Solamente somos buenos amigos. En segundo lugar te voy a decir que nunca vi a un hombre mirar a una mujer como te mira a ti y no puedo entender como tú no te das cuenta. Te ama con todo su corazón, Beckett y tú se lo has destrozado más de una vez en dos días. Ni siquiera quisiste leer la carta que te escribió…
-¿Cómo sabes de la carta?- preguntó extrañada la detective.
-Porque la hizo un bollo y la tiró sobre la mesa cuando nos íbamos la otra noche después de cenar. Esa noche lo arruinaste, estaba devastado. Esa noche sintió que te había perdido para siempre…-
-Con Josh estamos juntos hace bastante tiempo. Castle se tendría que haber imaginado que en algún momento, mi novio me pediría que me case con él…- Beckett trataba de justificarse, pero en el fondo sentía que se había comportado pésimo con Rick.
-Aun así. Tenía la esperanza de que tu dijeras que no. Y parece que se equivocó- dijo mirando el anillo.- Estás cometiendo un grave error al casarte con él. No tienes ni idea de la clase de hombre que es…
-¿A qué te refieres con eso?- dijo frunciendo el ceño.
- A que es un imbécil… El día que vino a hacer las reservaciones para la cena, se topó conmigo y me pidió el número de teléfono. Insistió esa misma noche cuando tú estabas hablando con Rick. Se lo di, sólo para ver hasta donde pretendía llegar. Me mando un mensaje preguntando si no pensaba despedirlo de su soltería…
-No puedo creerlo…
-Imagino que no… ¿Por qué te piensas que Rick lo golpeó? Vino a buscarme para tomar una copa después de la entrevista que le habían hecho. Yo no le había dicho nada del encuentro con Josh y cuando llegó empezaron a discutir y terminaron a los golpes…
-No termino de entender, Alessandra… ¿Qué pretendías al encontrarte con mi novio?
-Desenmascararlo. Reunir las pruebas que evidentemente necesitas para darte cuenta la basura que tienes al lado.- diciendo esto la modelo le mostró los mensajes de Josh en su celular. Kate no podía creer lo que leía.
-No puede ser…no termino de creerlo…
-Y te entiendo. Ten. En esta tarjeta de memoria está la filmación de la pelea. Aquí tienes toda la verdad sobre tu novio. Y además guardé la carta… y créeme que querrás leerla.
-¿Tú la leíste? Se supone que es privada…
-Considerando que tu no quisiste aceptarla y Rick la tiró… creo que no puedes culparme…- le entregó las cosas y luego dio media vuelta para irse. No sin antes decirle: -Espero que no sea demasiado tarde para solucionar las cosas con Rick… Es un gran hombre y te ama con locura. No te lo pierdas…
Beckett quedó clavada en su sitio, pensando en todo lo que le había dicho Alessandra, pensando en lo mal que se había portado con Castle. Comenzó a caminar en dirección a su auto, mientras desarmaba su teléfono para insertar la mini tarjeta que le había entregado la modelo. Volvió a prenderlo y rápidamente busco el video de la pelea. Comenzó a verlo desde el principio. Desde que se habían sentado en la mesa. Observó detenidamente como su prometido coqueteaba con la súper modelo, tratando de conquistarla la noche después que le había propuesto casamiento a ella. Después, vio como se acercaba Rick, preguntándole que hacía ahí en vez de estar ella. Escuchó la discusión y vio como Richard golpeaba a su prometido justificadamente. Se sentía una estúpida por haber confiado tan ciegamente en Josh y haber desconfiado tanto del hombre que verdaderamente amaba.
Se sentó en el auto y metió la mano en el bolsillo del jean donde había guardado la carta. Abrió el arrugado papel doblado en cuatro y se dispuso a leerla.
Katherine
Supongo que esta es la única forma que se le ocurre a mi desesperado corazón para lograr que me escuches. Lo único que te pido es que me des la oportunidad y puedas permitirte escuchar al tuyo.
No pienses que siendo mi oficio, escribirte me resulta sencillo. Siempre para escribir usé la cabeza, y esta vez, lo que plasmo en estas líneas me lo dicta el corazón.
Necesito que sepas que jamás me atrevería a hacerte daño. Nunca en la vida. Mucho menos traicionándote así. Jamás me atrevería a mirar siquiera a otra mujer. No podría hacerlo… toda la hermosura de tu ser me tiene hechizado. En el preciso instante en que te vi por primera vez, una deliciosa puntada en el centro del pecho me indicó que eras única y entendí que sería muy difícil no sentirme fascinado. Y lo comprobé cuando, lejos de abalanzarme sobre ti para intentar conquistarte, me quedé en mi sitio, saboreando tu belleza, disfrutando de tu ingenio, maravillándome con tu inteligencia, admirando tu valor, enamorándome día a día . Nunca te había dicho lo que sentía por miedo. Miedo a que me rechaces. Miedo a que me alejes de tu lado Miedo a no poder siquiera verte sonreír al llegar por las mañanas con tu café. Intenté sacarte de mi cabeza más de una vez, saliendo por ahí de fiesta en fiesta, pero me resultaba imposible evitar compararte con cada mujer que se me ponía enfrente.
Me llevaste en un viaje encantador hacia la locura, locura por ti. Hasta que no aguanté más y te encerré en ese cuarto para decirte cuanto te amaba. Y logré robarte otro beso, que me transportó al paraíso, que quedó tatuado en mis labios cuando huiste de mí. Guarde su sabor junto con el aroma de tu piel, mientras que imaginaba como te refugiabas en sus brazos en vez de los míos, y sentí dolor. Como nunca lo había sentido antes.
Cuando volviste en medio de la noche pensé que soñaba despierto. No podía creer tenerte ahí. Estabas tan firme, tan decidida, tan segura a apartarme de tu vida, que te aseguro que temblé. Estabas tan linda, tan frágil, tan inocente, que morí de ganas de abrazarte. Y después, simplemente me regalaste la noche más increíble que viví en toda mi vida. Experimenté sensaciones nunca antes soñadas. Te disfruté entera y sin olvidar un pedazo. Recorrí toda tu piel grabándola a fuego en la mía. Sentí como tu aliento se fundía en mi cuello, como tu respiración se entrecortaba, como tus susurros endulzaban mi oído. Sentí tus uñas clavándose en mi espalda, sentí tu corazón palpitar queriendo salir de tu pecho… Me niego a creer que después de habernos amado con locura, aun no puedas confiar en mí. Me lastima enormemente, me entristece, me enfurece ¿Es que acaso no sentiste mi corazón galopando desbocado al primer roce de tus labios?¿Crees que él podría mentirte? No. Como yo, tampoco podría. Aunque no puedas creerme.
Es por eso que necesito que me escuches, porque entiendo perfectamente lo que sentiste al ver a Alessandra parada ahí. Lo sentí en mi propia piel. Sentiste lo mismo que siento yo cada vez que te veo con él, como te besa, como tú lo abrazas. Por eso es que debes saber que ella y yo sólo somos amigos, buenos amigos y nada más. La última vez que la vi, en la fiesta donde nos sacaron las fotos, le ofrecí mi casa para que se tomara unos días. Nunca imaginé que hablaría con Gina y vendría de visita sin avisarme. Nunca imaginé que esa estúpida invitación me alejaría ti, justo cuando me había acercado.
Ahora, depende de ti decidir si puedes confiar en mí. Queda en tu corazón decidir si verdaderamente quieres ser feliz. Sé que puedo hacerlo sin ninguna duda, como tú puedes hacerme feliz a mí, con sólo darme la oportunidad de demostrártelo. Y si aun después de leer esto, decides continuar con tu vida al lado de Josh, no me interpondré entre ustedes. Prometo desaparecer para nunca más volver. Pero guardaré para mí, eternamente, el imborrable momento en que fuimos uno. El recuerdo de esa noche será mi tesoro más preciado. Siempre.
Al terminar de leer la carta se sintió completamente miserable. Era lo que le faltaba para comprobar su total estupidez. Se había comportado terriblemente mal con Castle y no merecía una oportunidad por parte de él. Pero, debía disculparse con el escritor, aunque en este preciso momento debía odiarla con toda su alma. Tenía que decirle cuanto lo sentía y sobre todo pedirle perdón. Aunque después no quisiera verla nunca más. Se lo debía.
Llamó a la comisaría para saber si todavía se encontraba ahí detenido. Le informaron que su abogado lo había sacado hacía un rato. Supuso, entonces que estaría en su casa y hacía allá se dirigió sin perder más tiempo.
A penas llegó a su casa, Castle se dirigió al refrigerador para sacar unos hielos. Tenía el pómulo hinchado y le dolía como los mil demonios. Agarró un repasador para envolver los cubitos y se lo apoyó en la mejilla. En su cara se dibujó un pequeño gesto de dolor. Claro, que no era nada comparado al inmenso dolor que sentía por todo lo que había pasado estos últimos días. Tendría que reencausar su vida. Volver a New York, volver a escribir algo nuevo. Volver a empezar. Sabía que le tomaría tiempo, pero estaba dispuesto a superar todo esto y olvidarse de Beckett, apartarla de su vida como lo había hecho ella.
Se tomó un analgésico para el dolor y fue a darse un baño. Al salir se cambió y comenzó a armar las valijas para volver a su hogar. Ya no tenía más nada que hacer en los Hamptons y no quería cruzarse nunca más con la parejita feliz, así que la mejor opción era largarse de ahí de inmediato.
Volvió a la cocina para colocarse nuevamente el hielo en la cara a ver si lograba bajar un poco la hinchazón. Escuchó un auto detenerse en la puerta de su casa. A los pocos segundos tocaban el timbre. Se acercó a la mirilla para ver quién era y quedó estupefacto al ver a Beckett del otro lado. -¿Qué se supone que quiere ahora? ¿Seguir lastimándome?- pensó el escritor. –Pues no le voy a dar el gusto. No voy a permitirle que me hiera más.- se dijo a sí mismo. Había decidido no abrirle, no escucharla, no verla más.
-Castle… sé que estás adentro. Tenemos que hablar… Tengo que hablar contigo.- Rick permaneció en silencio. No quería verla, ya no. Había tolerado todo lo que le había sido posible y estaba exhausto, derrotado.
-Por favor… tienes que abrirme. Fui al hotel. Hable con Alessandra… lo sé todo.- el escritor escuchaba con la frente apoyada en la puerta, pensando que hacer. Pensando si debía abrirle o no, si debía darle una oportunidad de hablar u olvidarse de ella para siempre. Estaba tan angustiado que en verdad no tenía deseos de hablar, mucho menos de discutir y si abría esa puerta, eso es lo que pasaría.
Kate insistía del otro lado, intentando convencerlo de que le abra. Pero se estaba dando cuenta que no estaba funcionando. Así todo no se daría por vencida hasta lograr que la escuche. Oyó los pasos de Rick alejándose de la puerta y volvió a decirle:
-Necesito que me escuches… quiero pedirte perdón…
El escritor se dirigió entonces, hasta el enorme equipo de música que se encontraba en el living y prendió la radio a todo volumen para no escucharla más. Suponía que eso sería bastante para hacerle entender que ya era demasiado tarde y que no había vuelta atrás. Se sentó en el sofá mirando hacia afuera esperando que la detective desaparezca de su casa y de su vida para siempre. Esta vez, el que había tomado una decisión era él.
Lo que aun no sabía es que la tenaz detective no se daría por vencida aun…
Continuara…
Bueno, espero que les haya gustado y espero sus comentarios, críticas y sugerencias, como siempre… Saludos y hasta la próxima!!!!
El patrullero frenó en la casa del escritor. Dos agentes bajaron dirigiéndose hacia la puerta y tocaron el timbre. Richard acababa de entrar y estaba buscando algo para desinfectarse el golpe que le había asestado Josh. Le dolía el pómulo y tenía un pequeño corte del lado izquierdo. Mañana, seguramente se le hincharía y le dolería más, pero ahora lo único que le dolía era el orgullo. Al escuchar el timbre, frunció el ceño extrañado, pensando quien podría ser a esta hora. No tenía ánimo de ver a nadie y seguramente no hubiese atendido, si no se hubiese percatado de las luces azules que se colaban intermitentemente por las ventanas de la mansión. Abrió de inmediato pensando que algo malo había pasado.
-¿Sr. Richard Castle?- preguntó uno de los uniformados.
-Sí. Soy yo ¿Pasó algo, agentes?
-Debemos llevarlo detenido, Sr.- informó el otro.
-¿Detenido? ¿Por qué?- en principio no entendía, pero después pensó en la pelea que había provocado hacía unos minutos.- ¿los del hotel me denunciaron? ¡Dijeron que me iban a enviar la factura de lo que había roto, no a la policía! ¡Malditos sean!
-La denuncia no la puso el hotel, Sr. Castle. Fue el Dr. Josh Davison… Puso una denuncia por agresiones y amenazas. Debemos llevarlo a la comisaría.
-¡No puedo creerlo! ¡Qué estúpido fui! ¡Merezco que me encierren de por vida!- Castle se mostraba furioso. Si el doctor hubiese estado parado en frente lo hubiese golpeado de nuevo aunque estuviese la maldita policía al lado.
Uno de los agentes lo tomó del brazo conduciéndolo hasta el patrullero. El escritor llevaba la cabeza gacha, como avergonzado. Sentía que había caído bajo, sentía como estaba por tocar fondo en una caída estrepitosa. Nunca se había sentido tan humillado en toda su vida.
Levantó la vista al escuchar un auto frenando detrás del patrullero, volviendo a la realidad. Vio a Alessandra bajar del taxi rápidamente dirigiéndose a él preocupada.
-Rick ¿Qué está pasando? ¿Por qué te llevan en el patrullero?
-No te preocupes Alessandra. El Dr. Davison me puso una denuncia por agresión. Hazme un favor. Entra a casa, agarra mi celular y llama al Dr. Spencer. Charles Spencer. Es uno de mis abogados. Cuéntale todo lo que pasó y dile que no le diga a nadie lo que sucedió. Ni siquiera a Gina ¡Y eso va por ti también!- al terminar de hablar le dio las llaves de su casa a la modelo, agradeció a los policías por no apurarlo y se subió al patrullero resignado a pasar la noche en la comisaría.
Encerraron al escritor en un calabozo. No había nadie más con él. Se sentó en incomodo banco amurado a la pared y se quedó pensando en la clase de cretino que era el Dr. Davison. No podía entender como Beckett no podía verlo como realmente era. No podía creer que la mujer de su vida se estuviese por casar con ese imbécil. Estaba convencido de que ella jamás podría ser feliz junto a Josh, pero no se le ocurría nada para poder evitarlo.
Se levantó y caminó en círculos dentro de la celda como un león recién enjaulado. Tendría que estar unas cuantas horas hasta que su abogado lograra sacarlo de ahí y el escritor, incrementaba su desespero segundo a segundo. Un oficial paso por delante del calabozo, Rick se acercó hasta los barrotes y le dijo:
-¡Agente! ¡Disculpe!
-¿Qué quiere?- contestó secamente el uniformado.
-Tengo que llamar a mi abogado ¿No tengo derecho a una llamada?
-Sí. Sí tiene derecho a una llamada, pero el teléfono público no funciona.
-Présteme un teléfono móvil o alguno de la comisaría, entonces. ¡No puede negarme eso!
-Supongo que no… veré que puedo hacer.-
A los pocos minutos, el oficial regresó con un teléfono móvil y se lo pasó al escritor por entre medio de los barrotes. Lo tomó sin demora y marcó el teléfono con desesperación. Eran pasadas las tres de la mañana y seguramente no habría una voz agradable del otro lado. Aun así, realizó la llamada.
-¿Castle? ¿Eres tú?...- Beckett todavía estaba dormida y despertando de un sueño sorprendente, aun no lograba entender muy bien lo que estaba pasando. Richard la estaba llamando a las 3 y media de la madrugada. -¿Todavía estoy soñando?- se preguntaba algo atontada. -¿Es que acaso estaba loco? ¿Me está diciendo que no me case con Josh?
-Castle… ¿Qué diablos haces llamando a estas horas? ¿Estás demente?
-¡Por favor! ¡Tienes que escucharme!… piénsalo bien, Kate. Yo probablemente no te merezca y estoy resignado a eso, pero él tampoco te merece a su lado… Estás a punto de cometer un error… No lo hagas ¡No puedes casarte con Josh!
-¿Y con qué derecho me llamas para decirme esto? ¿Quién demonios te crees que eres, Castle? Escúchame bien lo que te voy a decir, ya he tomado una decisión y no hay nada que puedas decirme o hacer que me haga cambiar de parecer…- ni siquiera ese perfecto sueño que acababa de tener la haría desistir.-… así que te pido, por favor, que no me molestes nunca más ¿Entendido, Castle?- diciendo esto la detective terminó la llamada tajantemente. No quería escucharlo un segundo más.
Se llevó una mano a la frente, masajeándose las sienes con los dedos, como queriendo aliviar el dolor de cabeza que comenzaba a asomar lentamente. Inspiró hondo, conteniendo el aire un instante y lo largó despacio, inflando sus cachetes mientras se dejaba caer de espaldas sobre la cama. No iba a poder cerrar los ojos y dormirse otra vez, entonces decidió levantarse, pegarse una ducha para aliviar el calor que aun invadía su cuerpo y regresar a los Hamptons a decirle a Josh que se casaría con él.
Mientras se bañaba su cabeza le devolvía flashes del sueño que había tenido con los dos hombres que rondaban en su vida. Se preguntaba cómo había llegado a soñar eso, cuando nunca había tenido una fantasía semejante. Definitivamente era algo para hablar en terapia, pero aun no era el momento. Tenía cosas más importantes que solucionar si quería volver a trabajar como policía de New York. Aunque estaba segura de que esas imágenes, junto con las sensaciones que su cuerpo le devolvía al acordarse, permanecerían con ella bastante tiempo.
Al salir del tocador la detective se sirvió una enorme taza de café, la bebió rápidamente y sin más demora subió a su auto para volver a la playa. Manejó durante un par de horas y durante ese tiempo se intentaba convencer de que la decisión que había tomado era la correcta. Que debía olvidarlo para siempre. Pero no sólo debía sacarlo de su mente, también tenía que sacarlo de todo su cuerpo. Debía dejar de sentir como su corazón se aceleraba con sólo acordarse de esa noche juntos y del sueño tan real que acababa de tener, donde todavía sentía las ardientes caricias del escritor.
Llegó hasta la puerta de la casa de playa. Estacionó el auto en la entrada del garaje, y se quedó mirando su cartera abierta, donde asomaba el estuche que contenía el anillo de compromiso. Tomó la pequeña cajita para sacar el anillo y se lo puso por primera vez. Puso su mano frente a sus ojos para admirar la preciosa joya en su delgado dedo. Lo sentía incomodo, raro, pesado. Curiosas sensaciones le producía un simple anillo. Incertidumbre, principalmente ¿Lograría acostumbrarse a llevarlo puesto? Pues, debería. A como diera lugar.
Bajó del auto dirigiéndose a la puerta con la llave en la mano. Cuando estaba por introducir la llave, la puerta se abrió lentamente sorprendiendo a Kate. No esperaba encontrar a Josh levantado tan temprano. Sonrió al verlo, pero su sonrisa se desvaneció al mirar como tenía la cara.
-¡Pero… ¿Qué pasó, Josh? ¿Te encuentras bien?!- la detective se mostraba preocupada.
-Estoy bien… no te preocupes.- respondió dándole un pequeño beso en sus labios.
-¿Quién te hizo esto?- preguntó temiendo saber la respuesta. El Dr. La tomó de la mano haciéndola entrar y llevándola hasta el sofá del living. Se sentó haciéndole señas de que hiciese lo mismo y comenzó a hablar:
-Yo… no quise pelearme, Kate. Él apareció con toda su prepotencia y me provocó…
-Y tú lo golpeaste…
-No fui yo el que dio el primer golpe, sabes bien que no soy un hombre violento… pero después de escucharlo… ¡no pude contenerme! El escritor se volvió loco, créeme…-
- Quiero que me cuentes todo lo que pasó, Josh…
-Fui a dar una vuelta buscando un lugar agradable para cenar. Estaba cerca del restaurante donde cenamos la otra vez y decidí comer allí. Me senté en el bar a tomar una copa, esperando que se desocupe una mesa y apareció Alessandra Ambrosio ¿Recuerdas? La modelo que sale con Castle…- Kate tragó saliva ahogando los celos que le producía el sólo hecho de escucharla nombrar.
-Y… ¿Entonces?- preguntó impaciente la detective.
-Se acercó muy cortésmente a saludarme. En ese momento llegó el escritor y me empezó a gritar como un verdadero demente… Me dijo cosas muy feas, Kate… Me atacó diciéndome que yo era un patán, que estaba coqueteando con su novia cuando ayer te estaba pidiendo que te cases conmigo… ¿Cómo podría hacerte eso? Está enfermo… no pudo tenerte y eso lo enloqueció por completo. En un momento ya ni siquiera le importó que esté su novia adelante. Antes de pegarme el primer golpe, Castle me aclaró que en algún momento te darás cuenta de que él es un mejor candidato para ti… y me dejarás por él. Según sus propias palabras no tengo nada interesante para ofrecerte, en cambio él, tiene preparado un mundo increíble lleno de lujos al que tú no podrías acceder si no fuese a través de él. Cuando me dijo eso… imagínate, Kate… ¡Enfurecí por completo y empecé a insultarlo! Es un idiota petulante… le encanta refregarme su éxito en la cara…- Josh se mostraba como un cachorro indefenso ante su chica. Ella no podía terminar de creer lo que oía. No le sonaba a algo que Castle hubiese dicho. Él no era así. Pero el doctor se mostraba tan afectado que Katherine no se atrevió a dudar de él.
-¡No puedo creerlo! ¿Cómo pudo ser capaz de decirte algo así? No lo entiendo… - cada segundo que pasaba la detective se convencía aun más.
-Sólo espero que no te dejes encandilar por su brillo… Te aseguro que yo puedo hacerte feliz, Kate. Y no necesito dinero para hacerlo.- Josh se oía tan afligido que logró que su chica le creyera toda y cada una de sus palabras. El traje de víctima le calzaba como un guante.
-Lo sé, Josh. No te preocupes por Castle. No tengo ningún interés en una vida así y mucho menos en una persona como él. Te lo aseguro- Kate se acercó para besarlo dulcemente. Se sentía mal por Josh. No sabía que se proponía Castle diciéndole semejante estupidez. Pero en realidad se sentía aun peor por haberse confundido tanto con Rick, por haberse acostado con él aquella vez, por haberlo disfrutado tanto en el sueño de anoche.
-Lo siento, Kate. Tenías que saber algún día que clase de tipo es realmente. Lamento que te hayas enterado de esta forma. Lo denuncié a la policía en cuanto salí del hotel y ya hablé con mi abogado… Con suerte lo metieron en una celda para que se tranquilice… Quiero que un juez le ponga una orden de restricción para que no pueda acercarse más a nosotros.
-¿Lo denunciaste? ¿Crees necesario pedir una orden de restricción?
-Lo quiero bien lejos nuestro. Y a estas alturas es lo único que se me ocurre…-
-Quédate tranquilo, Josh. Estoy segura que no volverá a molestarnos. No debemos preocuparnos más por él, nosotros dos tenemos cosas más importantes de las que nos debemos ocupar ahora…- diciéndole esto, Kate puso su mano frente a los ojos de su ahora prometido, exhibiendo el anillo que se acababa de poner. Josh la abrazó con fuerza. Rebosaba de felicidad, sentía que finalmente había ganado la guerra.
-¿Quieres desayunar?- preguntó Kate levantándose del sillón para dirigirse a la cocina.
-No, gracias. Prefiero irme a dormir unas horas. Estuve toda la noche levantado y estoy exhausto… ¿No te importa, verdad? Si quieres puedes venir a recostarte a mi lado…
-Ve a acostarte tú, yo paso por ahora. Me prepararé el desayuno. Después podemos almorzar juntos…
-¡Perfecto!¡Yo cocinaré!- dijo Josh acercándose para besarla antes de irse a acostar. La detective se preparó café con un par de tostadas. Comió con desgano, no tenía hambre. Tampoco tenía sueño. Sí tenía mucha furia, mucha angustia contenida en su interior. No podía creer las vacaciones que estaba viviendo. No podía creer las cosas que habían pasado con Castle, ni la pelea con Josh, ni el fabuloso sueño, ni la maldita llamada que la despertó. -¿Cómo se atrevió a llamarme después de lo que pasó con Josh? ¿Cómo le da la cara?- pensó. Nada estaba bien, nada. En este preciso momento odiaba a Rick por tratar a su novio de esa forma, lo odiaba por ser tan engreído, pero también se sentía culpable porque en parte, ella había ayudado a su vanidad, con la visita nocturna que le había realizado. Se odiaba por haberse rendido ante él, por haberle mostrado cuanto lo deseaba, cuanto lo amaba. Ahora tenía una sola cosa más que hacer. Una última visita a Castle para exigirle de una vez por todas que los dejase en paz, ya que conociéndolo, si de verdad se lo proponía, la orden de restricción no serviría de mucho.
Si pensarlo un segundo más salió de la casa en dirección a la comisaría. Seguramente estaría ahí todavía. Subió al auto y en pocos minutos se encontraba ingresando a la seccional. Utilizó sus influencias para que le permitieran verlo. No tenía su arma, pero si su placa y un verdadero encanto natural para seducir a casi cualquier hombre. Un instante después se dirigía hacia el calabozo acompañada de un oficial.
Se paró frente a la reja observándolo en silencio. Estaba sentado en un banco de cemento, con las piernas flexionadas sobre él. Su cabeza descansaba sobre sus brazos, que a la vez se posaban sobre sus rodillas. Todavía tenía la misma ropa que había usado en la entrevista televisiva, la misma que el escritor vestía en su sueño. No la había escuchado llegar. Beckett esperó que el uniformado se retirase para hablarle.
-Que bajo que has caído, Castle… En verdad lo único que te faltaba era pegarle a mi novio. ¿Con que derecho le dices que no tiene nada para ofrecerme, que tú eres mejor para mí? ¿Quién te piensas que eres?- Rick levantó la cabeza sin entender aun que pasaba.
-Kate, yo… jamás diría algo así… ¿Cómo puedes pensar eso de mí?- dijo acercándose a la reja.
-Ese es el problema. No sé qué pensar de ti. No puedo entender que te comportes de esa manera…- la detective sonaba furiosa.
-¿No sabes que pensar de mí? No puedo creer lo que escucho… Es increíble que seas tan inocente. Todavía no entiendo como Josh te hizo creer todas estas cosas de mí… Te está mintiendo, Kate. Ya no sé qué hacer para que me creas…
- Y yo no sé qué hacer para que te alejes de mi, Castle. Ya no sé como decírtelo ¿Ves esto?- dijo mostrándole el anillo- Esto quiere decir que decidimos pasar nuestra vida juntos y que tú no tienes nada más que hacer en nuestras vidas. Si te mantienes alejado convenceré a Josh para que retire la denuncia…- las palabras de la detective habían atravesado el corazón del escritor como una enorme lanza.
- No necesito tu ayuda. Puedo arreglármelas solo… Debo decirte que te creía más despierta, Beckett. Y sobre todo, una mejor detective… Te quedaste con una sola versión de los hechos sin querer encontrar la verdad. Si quieres desperdiciar tu vida a lado de un Patán, perfecto, hazlo. No haré más nada para impedirlo, te lo aseguro. Tengo dos cicatrices que me recordarán siempre el por qué no debo acercarme nunca más… ésta- dijo señalando su pómulo- me recuerda que tienes dueño, y ésta…- señalando su sien-… y ésta, me recuerda que no significó nada para ti el que yo haya arriesgado mi vida intentando salvarte. Dos estupendas razones ¿No te parece, detective?- Richard le clavó su gélida mirada, recorriéndola de abajo hacia arriba, con fingido desprecio y agregó: -No quiero hacerte perder más tiempo. Tu prometido debe esta esperándote y mi abogado debe estar por llegar… Adiós, Beckett. Que seas muy feliz en tu matrimonio.- una última mirada golpeó contra sus ojos y fue a sentarse nuevamente en el incomodo asiento. Jamás pensó que podía echarle en cara que intentó salvar su vida, pero estaba tan dolido, tan lastimado, que no podía pensar en otra cosa que hacerla sufrir como ella lo hacía con él.
La detective pegó media vuelta y se retiró en silencio con el corazón hecho tiras. Se retiró con la sensación de que nunca más vería a Rick. Sus palabras habían sido tan tajantes que estaba convencida de que en ese momento la odiaba. -¿No es eso lo que querías? ¿No verlo nunca más?- se decía a si misma. ¿Y por que estaba tan triste, entonces? ¿Por qué todavía no sentía la seguridad absoluta de que estaba haciendo lo correcto? Quizá porque Castle tenía razón. Solamente había escuchado una sola campana y había comprado ese sonido. No se permitió comprobar si era verdad lo que su prometido le decía. Definitivamente, se sentía una pésima detective. Debía ir al hotel para hablar con los empleados y saber realmente lo que había sucedido. No podía quedarse con la duda.
Subió a su auto y rápidamente se dirigió al bar donde se había desarrollado la pelea. Fue directo a la barra para hablar con el barman. Tuvo la suerte de que el muchacho de la barra era el mismo que había estado trabajando anoche. Le mostró la placa y el joven comenzó a contarle todo lo que había pasado. Le contó que un morocho, alto y musculoso se encontraba charlando con una mujer preciosa en una de las mesas. Estaban entre risas cuando entró otro caballero a increparlo.
-Le preguntó qué demonios estaba haciendo con ella. Le reprochaba algo así como, “no te mereces a Kate, no te mereces a ninguna mujer”. Se dijeron un par de cosas más y luego el caballero que llegó después le colocó dos golpes en la cara y ahí se trenzaron hasta que los de seguridad, alertados por la bella dama vinieron a separarlos. Eso fue todo, detective. Si quiere más información puedo llamar a la señorita que fue parte del espectáculo de anoche. Se aloja aquí y puedo llamarla de inmediato.
-No, gracias. No será necesario.
-¡Oh, sí! ¡Yo creo que es muy necesario!- dijo Alessandra acercándose hasta donde estaba la detective. –Tenemos que hablar… Beckett ¿No es así?-
-Sí, Katherine Beckett. Y no. No tenemos nada que hablar.- Kate odiaba a esa mujer. No soportaba tenerla en frente.
-Pues, yo diría que sí. Y no voy a parar hasta que lo consiga. De ser necesario iré hasta tu casa, la de aquí y la de New York. Se lo debes a Richard.- Alessandra estaba muy decidida.
-No le debo nada a Castle…- la modelo la interrumpió alzando el tono de voz.
-¿Estás segura? Porque yo estoy convencida, que después de haber arriesgado su propia vida para intentar salvarte, lo menos que puedes hacer es otorgarle el beneficio de la duda y escuchar la otra versión de los hechos ¿No te parece? Sería muy injusto de tu parte y sin mencionar que sería muy poco profesional… Según tengo entendido eres una de las mejores detectives de New York y déjame decirte que no lo estas demostrando… - Alessandra tenía razón. Estaba tan furiosa, tan ciega que no se permitía pensar con claridad desde hacía unos cuantos días. Y ciertamente, como policía, tampoco se estaba luciendo.
-De acuerdo. Te doy dos minutos.- Kate miró su reloj y se cruzó de brazos esperando que la modelo hablara.
-No necesito más. Empezaré por aclararte que yo estoy en pareja hace muchos años, y muy enamorada, por cierto. Así que no pasa absolutamente nada entre Rick y yo, no pasó antes, no pasa ahora y no pasará nunca. Solamente somos buenos amigos. En segundo lugar te voy a decir que nunca vi a un hombre mirar a una mujer como te mira a ti y no puedo entender como tú no te das cuenta. Te ama con todo su corazón, Beckett y tú se lo has destrozado más de una vez en dos días. Ni siquiera quisiste leer la carta que te escribió…
-¿Cómo sabes de la carta?- preguntó extrañada la detective.
-Porque la hizo un bollo y la tiró sobre la mesa cuando nos íbamos la otra noche después de cenar. Esa noche lo arruinaste, estaba devastado. Esa noche sintió que te había perdido para siempre…-
-Con Josh estamos juntos hace bastante tiempo. Castle se tendría que haber imaginado que en algún momento, mi novio me pediría que me case con él…- Beckett trataba de justificarse, pero en el fondo sentía que se había comportado pésimo con Rick.
-Aun así. Tenía la esperanza de que tu dijeras que no. Y parece que se equivocó- dijo mirando el anillo.- Estás cometiendo un grave error al casarte con él. No tienes ni idea de la clase de hombre que es…
-¿A qué te refieres con eso?- dijo frunciendo el ceño.
- A que es un imbécil… El día que vino a hacer las reservaciones para la cena, se topó conmigo y me pidió el número de teléfono. Insistió esa misma noche cuando tú estabas hablando con Rick. Se lo di, sólo para ver hasta donde pretendía llegar. Me mando un mensaje preguntando si no pensaba despedirlo de su soltería…
-No puedo creerlo…
-Imagino que no… ¿Por qué te piensas que Rick lo golpeó? Vino a buscarme para tomar una copa después de la entrevista que le habían hecho. Yo no le había dicho nada del encuentro con Josh y cuando llegó empezaron a discutir y terminaron a los golpes…
-No termino de entender, Alessandra… ¿Qué pretendías al encontrarte con mi novio?
-Desenmascararlo. Reunir las pruebas que evidentemente necesitas para darte cuenta la basura que tienes al lado.- diciendo esto la modelo le mostró los mensajes de Josh en su celular. Kate no podía creer lo que leía.
-No puede ser…no termino de creerlo…
-Y te entiendo. Ten. En esta tarjeta de memoria está la filmación de la pelea. Aquí tienes toda la verdad sobre tu novio. Y además guardé la carta… y créeme que querrás leerla.
-¿Tú la leíste? Se supone que es privada…
-Considerando que tu no quisiste aceptarla y Rick la tiró… creo que no puedes culparme…- le entregó las cosas y luego dio media vuelta para irse. No sin antes decirle: -Espero que no sea demasiado tarde para solucionar las cosas con Rick… Es un gran hombre y te ama con locura. No te lo pierdas…
Beckett quedó clavada en su sitio, pensando en todo lo que le había dicho Alessandra, pensando en lo mal que se había portado con Castle. Comenzó a caminar en dirección a su auto, mientras desarmaba su teléfono para insertar la mini tarjeta que le había entregado la modelo. Volvió a prenderlo y rápidamente busco el video de la pelea. Comenzó a verlo desde el principio. Desde que se habían sentado en la mesa. Observó detenidamente como su prometido coqueteaba con la súper modelo, tratando de conquistarla la noche después que le había propuesto casamiento a ella. Después, vio como se acercaba Rick, preguntándole que hacía ahí en vez de estar ella. Escuchó la discusión y vio como Richard golpeaba a su prometido justificadamente. Se sentía una estúpida por haber confiado tan ciegamente en Josh y haber desconfiado tanto del hombre que verdaderamente amaba.
Se sentó en el auto y metió la mano en el bolsillo del jean donde había guardado la carta. Abrió el arrugado papel doblado en cuatro y se dispuso a leerla.
Katherine
Supongo que esta es la única forma que se le ocurre a mi desesperado corazón para lograr que me escuches. Lo único que te pido es que me des la oportunidad y puedas permitirte escuchar al tuyo.
No pienses que siendo mi oficio, escribirte me resulta sencillo. Siempre para escribir usé la cabeza, y esta vez, lo que plasmo en estas líneas me lo dicta el corazón.
Necesito que sepas que jamás me atrevería a hacerte daño. Nunca en la vida. Mucho menos traicionándote así. Jamás me atrevería a mirar siquiera a otra mujer. No podría hacerlo… toda la hermosura de tu ser me tiene hechizado. En el preciso instante en que te vi por primera vez, una deliciosa puntada en el centro del pecho me indicó que eras única y entendí que sería muy difícil no sentirme fascinado. Y lo comprobé cuando, lejos de abalanzarme sobre ti para intentar conquistarte, me quedé en mi sitio, saboreando tu belleza, disfrutando de tu ingenio, maravillándome con tu inteligencia, admirando tu valor, enamorándome día a día . Nunca te había dicho lo que sentía por miedo. Miedo a que me rechaces. Miedo a que me alejes de tu lado Miedo a no poder siquiera verte sonreír al llegar por las mañanas con tu café. Intenté sacarte de mi cabeza más de una vez, saliendo por ahí de fiesta en fiesta, pero me resultaba imposible evitar compararte con cada mujer que se me ponía enfrente.
Me llevaste en un viaje encantador hacia la locura, locura por ti. Hasta que no aguanté más y te encerré en ese cuarto para decirte cuanto te amaba. Y logré robarte otro beso, que me transportó al paraíso, que quedó tatuado en mis labios cuando huiste de mí. Guarde su sabor junto con el aroma de tu piel, mientras que imaginaba como te refugiabas en sus brazos en vez de los míos, y sentí dolor. Como nunca lo había sentido antes.
Cuando volviste en medio de la noche pensé que soñaba despierto. No podía creer tenerte ahí. Estabas tan firme, tan decidida, tan segura a apartarme de tu vida, que te aseguro que temblé. Estabas tan linda, tan frágil, tan inocente, que morí de ganas de abrazarte. Y después, simplemente me regalaste la noche más increíble que viví en toda mi vida. Experimenté sensaciones nunca antes soñadas. Te disfruté entera y sin olvidar un pedazo. Recorrí toda tu piel grabándola a fuego en la mía. Sentí como tu aliento se fundía en mi cuello, como tu respiración se entrecortaba, como tus susurros endulzaban mi oído. Sentí tus uñas clavándose en mi espalda, sentí tu corazón palpitar queriendo salir de tu pecho… Me niego a creer que después de habernos amado con locura, aun no puedas confiar en mí. Me lastima enormemente, me entristece, me enfurece ¿Es que acaso no sentiste mi corazón galopando desbocado al primer roce de tus labios?¿Crees que él podría mentirte? No. Como yo, tampoco podría. Aunque no puedas creerme.
Es por eso que necesito que me escuches, porque entiendo perfectamente lo que sentiste al ver a Alessandra parada ahí. Lo sentí en mi propia piel. Sentiste lo mismo que siento yo cada vez que te veo con él, como te besa, como tú lo abrazas. Por eso es que debes saber que ella y yo sólo somos amigos, buenos amigos y nada más. La última vez que la vi, en la fiesta donde nos sacaron las fotos, le ofrecí mi casa para que se tomara unos días. Nunca imaginé que hablaría con Gina y vendría de visita sin avisarme. Nunca imaginé que esa estúpida invitación me alejaría ti, justo cuando me había acercado.
Ahora, depende de ti decidir si puedes confiar en mí. Queda en tu corazón decidir si verdaderamente quieres ser feliz. Sé que puedo hacerlo sin ninguna duda, como tú puedes hacerme feliz a mí, con sólo darme la oportunidad de demostrártelo. Y si aun después de leer esto, decides continuar con tu vida al lado de Josh, no me interpondré entre ustedes. Prometo desaparecer para nunca más volver. Pero guardaré para mí, eternamente, el imborrable momento en que fuimos uno. El recuerdo de esa noche será mi tesoro más preciado. Siempre.
Nunca olvides que te amo
Rick
Rick
Al terminar de leer la carta se sintió completamente miserable. Era lo que le faltaba para comprobar su total estupidez. Se había comportado terriblemente mal con Castle y no merecía una oportunidad por parte de él. Pero, debía disculparse con el escritor, aunque en este preciso momento debía odiarla con toda su alma. Tenía que decirle cuanto lo sentía y sobre todo pedirle perdón. Aunque después no quisiera verla nunca más. Se lo debía.
Llamó a la comisaría para saber si todavía se encontraba ahí detenido. Le informaron que su abogado lo había sacado hacía un rato. Supuso, entonces que estaría en su casa y hacía allá se dirigió sin perder más tiempo.
***
A penas llegó a su casa, Castle se dirigió al refrigerador para sacar unos hielos. Tenía el pómulo hinchado y le dolía como los mil demonios. Agarró un repasador para envolver los cubitos y se lo apoyó en la mejilla. En su cara se dibujó un pequeño gesto de dolor. Claro, que no era nada comparado al inmenso dolor que sentía por todo lo que había pasado estos últimos días. Tendría que reencausar su vida. Volver a New York, volver a escribir algo nuevo. Volver a empezar. Sabía que le tomaría tiempo, pero estaba dispuesto a superar todo esto y olvidarse de Beckett, apartarla de su vida como lo había hecho ella.
Se tomó un analgésico para el dolor y fue a darse un baño. Al salir se cambió y comenzó a armar las valijas para volver a su hogar. Ya no tenía más nada que hacer en los Hamptons y no quería cruzarse nunca más con la parejita feliz, así que la mejor opción era largarse de ahí de inmediato.
Volvió a la cocina para colocarse nuevamente el hielo en la cara a ver si lograba bajar un poco la hinchazón. Escuchó un auto detenerse en la puerta de su casa. A los pocos segundos tocaban el timbre. Se acercó a la mirilla para ver quién era y quedó estupefacto al ver a Beckett del otro lado. -¿Qué se supone que quiere ahora? ¿Seguir lastimándome?- pensó el escritor. –Pues no le voy a dar el gusto. No voy a permitirle que me hiera más.- se dijo a sí mismo. Había decidido no abrirle, no escucharla, no verla más.
-Castle… sé que estás adentro. Tenemos que hablar… Tengo que hablar contigo.- Rick permaneció en silencio. No quería verla, ya no. Había tolerado todo lo que le había sido posible y estaba exhausto, derrotado.
-Por favor… tienes que abrirme. Fui al hotel. Hable con Alessandra… lo sé todo.- el escritor escuchaba con la frente apoyada en la puerta, pensando que hacer. Pensando si debía abrirle o no, si debía darle una oportunidad de hablar u olvidarse de ella para siempre. Estaba tan angustiado que en verdad no tenía deseos de hablar, mucho menos de discutir y si abría esa puerta, eso es lo que pasaría.
Kate insistía del otro lado, intentando convencerlo de que le abra. Pero se estaba dando cuenta que no estaba funcionando. Así todo no se daría por vencida hasta lograr que la escuche. Oyó los pasos de Rick alejándose de la puerta y volvió a decirle:
-Necesito que me escuches… quiero pedirte perdón…
El escritor se dirigió entonces, hasta el enorme equipo de música que se encontraba en el living y prendió la radio a todo volumen para no escucharla más. Suponía que eso sería bastante para hacerle entender que ya era demasiado tarde y que no había vuelta atrás. Se sentó en el sofá mirando hacia afuera esperando que la detective desaparezca de su casa y de su vida para siempre. Esta vez, el que había tomado una decisión era él.
Lo que aun no sabía es que la tenaz detective no se daría por vencida aun…
Continuara…
Bueno, espero que les haya gustado y espero sus comentarios, críticas y sugerencias, como siempre… Saludos y hasta la próxima!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Que largo y que bonito. Me ha encantado. Continúa, lo llevas muy bien.
Delta5- Escritor - Policia
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Bueno, sobre el primer capitulo, no tengo nada que decirte pues no le lei. Sobre el segundo pffgf a ver emepezemos. Al principio estaba realmente enfada pues seguias sin pwrmitir a Kate abrir los ojos. Depues, cuando entraron a la casa de Castle para detenerle, pense que me daba un telele. Pero ya el final, me a dejado muerta. Por favor sigue cuanto antes !!! No nos puedes dejar asi dios sabe cuantos dias
RcKb- As del póker
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Ya!! Y así terminas??? Cuando van ha hablar de una vez sin discutir???.
Sobre el primer capítulo vaya sueños que tiene Kate, jejejeje, aunque que no me la imagino prestándose a esos juegos.
El segundo ha estado genial, menos mal que Alessandra le ha hecho abrir los ojos y darse cuenta de como es realmente Josh. Ahora a intentar q Rick la perdone e ir con el a pedir explicaciones a Josh con él delante ha ver si es capaz de decir lo mismo
Continúa pronto, estos te han quedado genial.
Sobre el primer capítulo vaya sueños que tiene Kate, jejejeje, aunque que no me la imagino prestándose a esos juegos.
El segundo ha estado genial, menos mal que Alessandra le ha hecho abrir los ojos y darse cuenta de como es realmente Josh. Ahora a intentar q Rick la perdone e ir con el a pedir explicaciones a Josh con él delante ha ver si es capaz de decir lo mismo
Continúa pronto, estos te han quedado genial.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Lo intentaré!!!!! jajajaja Gracias por comentar! Saludos y hasta la proxima!!!castle&beckett..cris escribió:SIGUEEEEE
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Muchas gracias, Delta! Muy largo ¿no? fue para compensar la tardanza...Delta5 escribió:Que largo y que bonito. Me ha encantado. Continúa, lo llevas muy bien.
Gracias por comentar! Saludos y hasta la proxima!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Me parece perfecto que no lo hayas leído! Mi única preocupación era con los menores del foro y veo que la aclaración sirvió!RcKb escribió:Bueno, sobre el primer capitulo, no tengo nada que decirte pues no le lei. Sobre el segundo pffgf a ver emepezemos. Al principio estaba realmente enfada pues seguias sin pwrmitir a Kate abrir los ojos. Depues, cuando entraron a la casa de Castle para detenerle, pense que me daba un telele. Pero ya el final, me a dejado muerta. Por favor sigue cuanto antes !!! No nos puedes dejar asi dios sabe cuantos dias
En cuanto al segundo capi: No te enojes… un poquito mas de sufrimiento y no molesto más! Jajajaja No te puedo decir con exactitud cuando podré subir el próximo, pero trataré de que sea lo antes posible. Gracias por comentar!!!! Saludos y hasta la próxima!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
La verdad es que yo tampoco me la imagino a la detective prestándose a esos juegos, por eso me pareció acertado que fuese un sueño.Yaye escribió:Ya!! Y así terminas??? Cuando van ha hablar de una vez sin discutir???.
Sobre el primer capítulo vaya sueños que tiene Kate, jejejeje, aunque que no me la imagino prestándose a esos juegos.
El segundo ha estado genial, menos mal que Alessandra le ha hecho abrir los ojos y darse cuenta de como es realmente Josh. Ahora a intentar q Rick la perdone e ir con el a pedir explicaciones a Josh con él delante ha ver si es capaz de decir lo mismo
Continúa pronto, estos te han quedado genial.
Me alegra mucho que el segundo capi te haya gustado. Alessandra tenía que hacerla entrar en razón… era ahora o nunca… Muchas gracias por comentar!!!! Saludos y hasta la próxima!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
hayyyyyy me encanto este capitulo !!!!!!!!.....por fin Kate abrió los ojos!!....igual me parece que ahora le toca sufrir a ella, la va a tener q remar bastante!
te felicito compatriota, un placer leer este fic, siempre dejandome con ganas de leer otro capitulo
PD: Por fa no te demores tanto con el otro capi..
te felicito compatriota, un placer leer este fic, siempre dejandome con ganas de leer otro capitulo
PD: Por fa no te demores tanto con el otro capi..
Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Me alegro mucho que te haya gustado!!! Es acertado tu razonamiento... va tener que remar de una manera! Lindos le van a quedar los brazos! jajajajaja Trataré de no tardar tanto. Todo depende de la cantidad de trabajo que tenga...carla_NYPD escribió:hayyyyyy me encanto este capitulo !!!!!!!!.....por fin Kate abrió los ojos!!....igual me parece que ahora le toca sufrir a ella, la va a tener q remar bastante!
te felicito compatriota, un placer leer este fic, siempre dejandome con ganas de leer otro capitulo
PD: Por fa no te demores tanto con el otro capi..
Muchas gracias por comentar compatriota!!! Saludos y hasta la proxíma!!!!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
OLEE, OLEE, OLEEE,.......ASÍ SE HACE MI GALLEGA FAVORITA, jajajajajaja si alguien podía superar el desafío esa, eras tú, LO SABÍA, LO SABÍA Y LO SABÍA, no podía ser otra, ... excepto la mejor escritora de este foro, ... has sobrepasado todas mis expectativas, con esa elegancia exquisita, imposible que fuese otra persona; menudo par de capitulazos, haber quién supera eso, jajajajajaja
Lo que me encantaría es que se te reconociera el mérito, aunque parece que no hay lo que tiene que haber, me temo que no superamos los tabús. Pues por mi parte te rindo pleitesía reina del relato, me siento orgullosa y muy agradecida por tu dedicatoria,- poco merecida -, me limité a sugerir; yo si pienso ensalzar tus virtudes, valiente y atrevida como nadie, con un dulce toque picante, jajajajajaja Los viejos rockeros nunca morirán, jajajajaja
Por mi parte quiero regalarte:
1º- https://www.youtube.com/watch?v=WBho-5LHyBE
2º- https://www.youtube.com/watch?v=hmKdg7RYa1s
Bueno ya sabes lo que quiero,........ cuando puedas, quieras, te petezca, ....... aquí te espero.
GRANDE QUE ERES MUY GRANDEEEEEEEEEEEEE, JAJAJAJAJAJA
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Lo que me encantaría es que se te reconociera el mérito, aunque parece que no hay lo que tiene que haber, me temo que no superamos los tabús. Pues por mi parte te rindo pleitesía reina del relato, me siento orgullosa y muy agradecida por tu dedicatoria,- poco merecida -, me limité a sugerir; yo si pienso ensalzar tus virtudes, valiente y atrevida como nadie, con un dulce toque picante, jajajajajaja Los viejos rockeros nunca morirán, jajajajaja
Por mi parte quiero regalarte:
1º- https://www.youtube.com/watch?v=WBho-5LHyBE
2º- https://www.youtube.com/watch?v=hmKdg7RYa1s
Bueno ya sabes lo que quiero,........ cuando puedas, quieras, te petezca, ....... aquí te espero.
GRANDE QUE ERES MUY GRANDEEEEEEEEEEEEE, JAJAJAJAJAJA
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agecastbet- Escritor - Policia
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Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Bueeeeeeeeeeeenos dias!! ^^
Me han gustado mucho los dos capis, el sueño... (ya sabia que era un sueño.... Beckett haciendo eso en la realidad???? argfgfgfg rezaba para que no fuera y menos mal! xD no podría vivir con ello xD); pues eso, el sueño bastante sensual para el tipo de proposición que era, muy bien mantenida la intriga que es lo importante ^^
El segundo capi tambien me ha gustado mucho, el cómo ha transcurrido todo paralelamente, el cómo has ido destramando los asuntos y la forma de exponerlos ^^
ya sabes!! en cuanto puedas a seguir jejeje que tienes por aqui a muchos fans impacientes jaja
Me han gustado mucho los dos capis, el sueño... (ya sabia que era un sueño.... Beckett haciendo eso en la realidad???? argfgfgfg rezaba para que no fuera y menos mal! xD no podría vivir con ello xD); pues eso, el sueño bastante sensual para el tipo de proposición que era, muy bien mantenida la intriga que es lo importante ^^
El segundo capi tambien me ha gustado mucho, el cómo ha transcurrido todo paralelamente, el cómo has ido destramando los asuntos y la forma de exponerlos ^^
ya sabes!! en cuanto puedas a seguir jejeje que tienes por aqui a muchos fans impacientes jaja
Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Muy buenos los dos capítulos! Sigue pronto por favor, lo has dejado muy interesante
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
agecastbet escribió:OLEE, OLEE, OLEEE,.......ASÍ SE HACE MI GALLEGA FAVORITA, jajajajajaja si alguien podía superar el desafío esa, eras tú, LO SABÍA, LO SABÍA Y LO SABÍA, no podía ser otra, ... excepto la mejor escritora de este foro, ... has sobrepasado todas mis expectativas, con esa elegancia exquisita, imposible que fuese otra persona; menudo par de capitulazos, haber quién supera eso, jajajajajaja
Hola mi amiga! Me complace enormemente que te haya gustado! Y si logré sobrepasar tus expectativas, entonces me doy por satisfecha. Te dije que me gustaban los retos… Nunca doy un paso atrás cuando acepto un desafío… Anda sabiéndolo! Para cuando quieras plantearme otro!!! Jajajajaja
Seguramente, no va a ser fácil que alguien aborde el tema nuevamente… pero sabemos que acá en foro hay excelentes escritoras y quien te dice, alguien más se anima y probablemente me supere. Lo que sí, yo fui la primera y eso nadie me lo quita! jajajajajajaja…
agecastbet escribió:Lo que me encantaría es que se te reconociera el mérito, aunque parece que no hay lo que tiene que haber, me temo que no superamos los tabús. Pues por mi parte te rindo pleitesía reina del relato, me siento orgullosa y muy agradecida por tu dedicatoria,- poco merecida -, me limité a sugerir; yo si pienso ensalzar tus virtudes, valiente y atrevida como nadie, con un dulce toque picante, jajajajajaja Los viejos rockeros nunca morirán, jajajajaja
Imaginé que algo así iba a pasar con los comentarios, que muy pocos se iban a animar y que la gran mayoría guardaría silencio…Me alcanza con que me lo reconozcas vos, ya que en definitiva, fuiste la principal responsable de que yo me pusiese a escribir, así que nada… Con la cantidad de flores que me tiraste me conformo. La dedicatoria no es poco merecida, es muy justa, ya que gracias a tu “sugerencia” como vos decís, este capítulo salió a la luz, así que podríamos decir que te pertenece…
Las dos canciones, como siempre, geniales!!!! Gracias por el regalo…agecastbet escribió:Por mi parte quiero regalarte:
1º- https://www.youtube.com/watch?v=WBho-5LHyBE
2º- https://www.youtube.com/watch?v=hmKdg7RYa1s
Me imagino… Ya sabés que si quiero, y me apetece, pero no pude por falta de tiempo… Pronto tendrás noticias mías, lo prometo!agecastbet escribió:Bueno ya sabes lo que quiero,........ cuando puedas, quieras, te petezca, ....... aquí te espero.
GRANDE QUE ERES MUY GRANDEEEEEEEEEEEEE, JAJAJAJAJAJA
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Besossss!!!!!
PD: Ahora que recuerdo... me debés algo. Si la memoria te falla podés recurrir a la pagina 12 de este fic (creo) y fijarte en los comentarios que me fuiste dejando... Sin apuro, por supuesto, y cuando estés inspirada... jajajajajaja
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Hola! Buenos dias!!! Me alegra mucho que te hayan gustado los dos capis! Estoy de acuerdo que tenía que ser un sueño... no hubiese sido posible escribirlo de otra forma...Kynu escribió:Bueeeeeeeeeeeenos dias!! ^^
Me han gustado mucho los dos capis, el sueño... (ya sabia que era un sueño.... Beckett haciendo eso en la realidad???? argfgfgfg rezaba para que no fuera y menos mal! xD no podría vivir con ello xD); pues eso, el sueño bastante sensual para el tipo de proposición que era, muy bien mantenida la intriga que es lo importante ^^
El segundo capi tambien me ha gustado mucho, el cómo ha transcurrido todo paralelamente, el cómo has ido destramando los asuntos y la forma de exponerlos ^^
ya sabes!! en cuanto puedas a seguir jejeje que tienes por aqui a muchos fans impacientes jaja
Soy consciente de la impaciencia de l@s forer@s!!! jajajajajaja Trataré de terminarlo lo antes posible, pero estoy algo corta de tiempo...
Muchas gracias por comentar!!!! Saludos y hasta la proxima!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Muchisimas gracias por comentar! me alegro que te hayan gustado los dos capis!!! Trataré de no demorar mucho... Saludos y hasta la proxima!!!forever23 escribió:Muy buenos los dos capítulos! Sigue pronto por favor, lo has dejado muy interesante
Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Buenisimos!!! Estoy intrigadisima!!!,
Sigue cuando puedas!!!
Y sobre Josh...dejmelo ami.....
Sigue cuando puedas!!!
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corona93- Ayudante de policia
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Muchas gracias por comentar!!! Me alegro que estés intrigada... Esa es la idea! jajajaja Saludos y hasta la proxima!!!corona93 escribió:Buenisimos!!! Estoy intrigadisima!!!,
Sigue cuando puedas!!!
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Solexite- Policia de homicidios
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
Kynu escribió:Bueeeeeeeeeeeenos dias!! ^^
Me han gustado mucho los dos capis, el sueño... (ya sabia que era un sueño.... Beckett haciendo eso en la realidad???? argfgfgfg rezaba para que no fuera y menos mal! xD no podría vivir con ello xD); pues eso, el sueño bastante sensual para el tipo de proposición que era, muy bien mantenida la intriga que es lo importante ^^
El segundo capi tambien me ha gustado mucho, el cómo ha transcurrido todo paralelamente, el cómo has ido destramando los asuntos y la forma de exponerlos ^^
ya sabes!! en cuanto puedas a seguir jejeje que tienes por aqui a muchos fans impacientes jaja
Pues yo no estaría tan segura de que Kate Becket, no fuese capaz, hasta ahora no hemos visto prácticamente nada de su juventud, y por lo poco que se sabe hizo cosas que no eran tan ................ vamos a decir correctas, si me dices que en éste momento que está coladita por Castle, estoy de acuerdo, pero todos hemos sido jóvenes y nos ha gustado probar ............ cosas. No digo que fuese una pervertida, por que no creo que sea así, o es que seguimos con el cinturón de castidad ???.
Tan poco veo lo malo, !! si hay consentimiento entre adultos ¡¡, eso sí considero que todos tenemos libertad de elección, tampoco tiene por qué ser una práctica habitual. Ante todo respeto, hacia todo el mundo, lo demás sería juzgar. Más deleznable es matar, y cada día nos demuestran que cualquiera puede llegar a ser un asesino.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Re: Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-
La verdad es que tenía muchas ganas de la continuación y bueno...mi madre, en parte demasiado "hot". Pero chiquita imaginación tiene Kate, me trabe en si era real el que yo habría aceptado una cosa así, pero la verdad es que le hubiese salido muy mal. Solo puedo decir que me has dejado de este modo con ese capítulo Y despues deseando que a Rick se le solucionen las cosas, esperemos que Kate se de cuenta de quien es realmente la persona que le importa.
Continua pronto...
Continua pronto...
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