Dos balas en el funeral Capítulos: I; II, III; IV; V; VI; VII; VIII; IX Pte. I y II; X; XI; XII; XIII; XIV; XV; XVI ; XVII-Pte I y II; XVIII; XIX; XX; XXI (Finale) P I; Parte II ; -EPÍLOGO-

Por fin a empezado la acción. Eso si COMO NOS HAS HECHO SUFRIR CON LA ESPERA.

Sólo espero que Rick no cierre esa puerta por fuera y se lanze de una puñete ta vez hacia ella. Ya me da lo mismo la venganza contra Josh. Bastante venganza es simplemente que ellos se UNAN POR FIN.

Una advertencia, como no subas hoy la segunda parte soy capaz de cruzar el charco a nado y cogerlo yo mismo

Ahora en serio, espero ansiosa la continuación y MUCHAS GRACIAS POR TU DEDICATORIA. Siempre te aportare ideas, tengo muchas en la cabeza para los Fics pero soy incapaz de escribir, y tiempo mucho menos.

No he podido evitar la tentación cuando he visto que has subido una nueva parte y, aquí estoy, medio a escondidas en el trabajo intentando leer y comentar

Me ha gustado mucho el capítulo, ahora comienza lo bueno. Esto se pone muy interesante, jejeje, sólo espero que Rick no sea tan duro y la perdone pronto. Aunque si me pongo en su lugar yo también la haría un poco de sufrir, aunque terminase cayendo en sus brazos luego sin poder evitarlo

Espero con impaciencia esa segunda parte.

¡Acerte! Muchas gracias por las felicitaciones jajajaja

Y ahora pasando a lo importante... ¡POOOOOR FIIIIN! Pensé que nos ibas a tener aquí sufriendo hasta el fin de los días, menos mal que tienes una parte buena que se acuerda de nosotros y hace que nos regales estas maravillas

Me encanta la conversación entre los dos, que se sinceren, que Castle le diga todo lo que siente aunque duela, porque así no quedan secretos entre ellos... espero que la perdone y que estén juntos de una vez

Aún así, a pesar de lo que dije sobre tu parte buena, tu parte mala sigue por ahí, ¿como nos dejas así otra vez? Menos mal que vas a subir hoy, porque sino.. Bueeeeno vale, es broma, tu sube cuando puedas, siempre es un placer leerte

Me encanta!!!!!!! pero continualo pronto que quiero ver la venganza

BESOSS

Continuaaaaa, no puedo esperar. Deseo ver a Josh llorando yaaaaa.
Me encanta
Espero que como dices publiques mañana otro capi, por que lo estoy deseando.

BESOTESS y continua.

Como siempre extraordinario me encanta como siempre esperando ansiosa la continuacion

Por fin te manifiestas! xD
Te estaremos esperando, espero que Castle sea capaz de perdonarla...

Que bien empieza ese plan que han diseñado Lanie y Alessandra, me encanta y tiene pinta de que va a dejar a Josh en muy mal lugar, que es lo que se merece.
Me gusta ese reencuentro de Beckett y Castle, como al escritor le cuesta perdonarla y como al final los dos acaban sincerándose.
Estoy deseando leer esa segunda parte, el comienzo ha sido fantástico.

Hola de nuevo! Pido disculpas por no subirlo más temprano, pero al llegar a casa me desayuné con que no tenía internet, asi que me fue imposible.
Quiero agradecer a tod@s los que dejaron sus mensajes, que por falta de tiempo no respondí aun. Quiero también, dedicarle nuevamente este capitulo a agecasbet por dos cosas: la primera porque fue ella quien me pidió que este capítulo estuviese contado con “lujo de detalles” y la segunda porque tuvo un día fatal y a pesar de eso cumplió en subir el capítulo de su fic que tanto esperábamos (gracias por eso). Sin más preámbulo, acá les dejo la segunda parte y ojalá que les guste.
Me olvidaba! Advertencia para los menores de edad: esta parte contiene escenas subidas de tono no del todo apropiadas para ustedes. Cumplo en avisar. La lectura a partir de acá es responsabilidad de ustedes.


PARTE II

Castle sacudió su cabeza, arrancando sus pensamientos, silenciándolos. Seguramente el alcohol había colaborado con la repentina falta de argumentos de su cerebro, logrando así dejar de pensar, para finalmente escuchar a su corazón, quien sería el responsable de tomar una decisión.
Apoyó el vaso en la mesita de servicio que se encontraba junto al sofá y se fue acercando lentamente hasta quedar frente a ella. La observó en silencio un instante sin que la detective se atreviese a alzar la vista. Tomó suavemente su mentón y lo elevó con calma hasta clavar sus ojos en los de ella, que aun seguían mirando al suelo.

-Mírame, Kate ¿Es verdad lo que dijiste?- Beckett levantó la mirada enfrentándose con la de él.
-Sí… Todo...- el escritor siguió mirándola mientras apoyaba suavemente sus manos sobre su rostro, atrapando sus lágrimas, secándolas con los pulgares. Acercó finalmente su boca a la de ella y la besó con una dulzura insuperable, como nunca había besado a ninguna mujer, como no volvería a besar a otra.

Beckett le rodeó el cuello con sus brazos, como queriendo evitar que se le escape, sin poder creer aun el precioso beso que Rick le estaba regalando.
Sus bocas se recordaban, sus lenguas se cruzaban reconociéndose, saboreando cada uno de los roces que mutuamente se proporcionaban, disfrutando los dos, segundo a segundo de ese perfecto beso.
En un movimiento inesperado para la detective, el escritor se separó unos centímetros de ella, provocando que sus brazos se desprendieran de su cuello. Lo miró con extrañeza, frunciendo levemente el seño. Castle le clavó sus azules y profundos ojos, cargados de una mirada confusa que Beckett no lograba descifrar, pero que lograba aterrarla.

-Todavía no puedes creerme ¿no es así, Rick?- la voz de la detective denotaba angustia.

Richard la miraba en silencio, pensando si debía contarle o no el contenido del mensaje cuyas líneas finales habían sido: “Kate no sabe nada de esto. Queda en tus manos decidir si contárselo o no” y precisamente eso era lo que estaba pensando. Su amiga Alessandra le había regalado una oportunidad única para humillar a Josh. Le había dejado todo preparado para desquitarse con el doctor por todo lo que les había hecho pasar estos últimos días y sentía que no podía dejarlo pasar. Pero aun dudaba de que Kate quisiese formar parte de esa venganza. Luego de permanecer unos segundos en silencio, finalmente habló:

-¿Harías cualquier cosa por mi?- el escritor no dejaba de mirarla a los ojos.
-Cualquier cosa. Lo que sea…- respondió la detective sin comprender muy bien a que venía esa pregunta. Rick dibujó una media sonrisa en su cara mientras con un brazo la rodeaba de la cintura atrayéndola hasta él. Posó su mano en la nuca, corriendo hacía un lado su cabello, provocándole un pequeño y delicioso escalofrío. Se acercó con su boca hasta su oído y le dijo en un susurro:
-No te arrepentirás, te lo aseguro…- la detective sonrío recordando la última vez que le había dicho eso.

El escritor recorrió su oreja con la punta de su lengua hasta llegar al lóbulo, el cual mordisqueo dulcemente, luego continuó el recorrido con su boca a lo largo de su cuello, intercalando besos con mordiscos suaves. La detective había ladeado su cabeza otorgándole mayor comodidad al escritor para que la saborease sin ningún impedimento.
La mano que descansaba en la cintura de la joven detective, comenzó a colarse hábilmente por debajo de su camisa, acariciándola con firmeza, provocando en ella deliciosas cosquillas. El escritor deslizó la mano que sujetaba la nuca hacía su cuello, bajando hasta su escote para desabrochar un par de botones de su ajustada camisa, pero antes depositó un beso en su clavícula que había empezado a humedecerse producto del aumento de temperatura de todo su cuerpo.
Siguió desabrochando uno a uno los botones añadiendo besos a cada centímetro de piel que descubría. El calor del cuerpo de la detective subía ante cada contacto, beso o caricia del escritor, poniendo en clara evidencia su excitación. Rick subió pausadamente, acariciándola desde el abdomen hasta sus pechos, donde se detuvo unos segundos disfrutando sus erguidos pezones que parecían querer perforar su corpiño.
Beckett deslizó sus manos lentamente, bajando desde el cabello del escritor hasta su pecho. Desabrochó los botones de su camisa sin prisa para luego acariciarlo directamente sobre la piel. Necesitaba sentirla nuevamente, sentir el calor que se desprendía de ella. Subió por su cuello, besándolo, mordiéndolo, buscando su boca con desesperación.
Sus lenguas se trenzaron en una batalla deliciosa por saber quien tenía el control, tenían vida propia, al igual que sus manos, que se cruzaban en el camino de las caricias que se regalaban.
El calor dentro de la habitación se incrementaba a cada segundo. Sus cuerpos podían sentirlo ante cada fina gota de sudor que les brotaba de la piel.
El escritor recorrió con su palma el pecho de la detective, bajando hasta su abdomen, recorriéndola con la mirada.

-Estás que ardes…- le dijo mientras la empujaba suavemente hasta llegar al respaldo del sofá. El corpiño de la detective tenía el broche al frente, lo que provocó una enorme sonrisa en el escritor, al resultarle muy fácil abrirlo. Con lentitud estiró su mano hasta llegar a la mesita de servicio y tomó un hielo, el más grande que encontró. Rápidamente agregó muy cerca de su oído:

-Permíteme que te ayude con las llamas…- Richard le movió el cabello hacía un costado, luego apartó un poco el cuello de la camisa y apoyó levemente el hielo sobre su nuca erizándole cada milímetro de piel. La detective cerró los ojos sonriendo, disfrutando del juego.
Continuó descendiendo muy lentamente haciendo rodar la gélida roca, empezando por su clavícula, bajando con una calma desesperante hacia el medio de su pecho, justo arriba de la herida. Mientras su boca saboreaba su cuello, con el hielo entre los dedos su mano realizaba pequeños círculos alrededor de sus pezones, logrando que se endurecieran aun más, provocándole un placer indescriptible. Siguió divirtiéndose con sus pechos, sólo tocándolos con el hielo, pero esta vez acercó su boca. Apenas retiró el cubo, atrapó con sus labios el pezón, presionándolo levemente, probándolo con su lengua. Hizo lo mismo con el otro: primero el hielo, después la boca, terminando con su experta lengua sobre el perfecto botón.

El escritor se separó unos centímetros, incorporándose frente a ella. Extrañaba su boca desesperadamente. La besó con pasión, como la primera vez, pero desfrutándola detenidamente. Con la mano que tenía libre y con una habilidad asombrosa, desabrochó el jean de la detective. Introdujo sus dedos, comprobando para su deleite, que su tanga estaba empapada. Cambió entonces de mano, utilizando nuevamente el hielo, recorriendo el fino encaje que lo separaba de su sexo, provocándole escalofríos. La respiración entrecortada de Kate, indicaba que estaba haciendo bien su trabajo, sin pensarlo demasiado, retiró su mano, se separó de su boca y mirándola a los ojos le dijo:

-Tengo que decirte algo…
-¡¿Ahora?!- preguntó ella frunciendo el ceño extrañada. Richard sacó su celular del bolsillo y le mostró el texto que había recibido unos minutos atrás. No quería que Josh escuchara más de lo necesario y pensó que esa sería la mejor forma de explicarle la razón de la inoportuna interrupción.
Kate miró rápidamente el mensaje, sus ojos se abrían en asombro a cada palabra que leía.

-Podemos parar aquí mismo…- dijo él en voz baja. Kate miró a Castle entrecerrando los ojos. Aun no creía lo que acababa de leer, pero no le importaba. No le importaba que su amiga le haya ocultado esta parte del plan. Tampoco que Josh estuviese en el cuarto de al lado mirando en HD su reconciliación. Ni siquiera le importaba que Rick hubiese gestionado todo tan hábilmente antes de revelar el contenido del mensaje…

-Sabes que no voy a parar ahora… No podría… y tú eres el culpable de eso.- dijo mordiéndose el labio al finalizar. Lo único que le importaba en ese momento era terminar lo que habían empezado.
-¡Genial! Todavía me queda mucho hielo…- dijo él sonriendo. Ella tiró el celular sobre el sofá y lo rodeó con sus brazos besándolo con locura. Le encantaba besarlo, jugar con su lengua, mordisquear sus labios, mientras sus manos se colaban debajo de su camisa, rozándolo con sus dedos, provocando que su corazón acelere el ritmo. El escritor se deslizó nuevamente por el cuello dejando un camino de húmedos besos. Siguió bajando hasta sus senos, recorriéndolos despacio, evitando de momento sus pezones, reservándolos para dentro de un rato, sólo se limitó a rozarlos con el hielo, casi sin querer.

Volvió a separarse de ella, únicamente para bajarle el jean y sacarle las sandalias. Se metió el hielo en la boca y comenzó a deslizar el pantalón junto a sus bragas, lentamente llegó hasta abajo, le sacó las sandalias y luego levantó sus piernas con delicadeza, de a una por vez, para terminar de sacarle las prendas.
Castle permaneció de rodillas frente a su pubis angelical, la empujó suavemente hasta apoyarla sobre el respaldo del sofá y separó levemente sus piernas; luego se sacó el hielo de la boca y lo apoyó despacio, provocando que la detective, en un movimiento involuntario, intente cerrar las piernas. Rick las abrió un poco más y volvió a posar el cubito, ahora durante más tiempo, esta vez explorando su interior. Un leve gemido se escapó de la boca de la detective, junto con un nuevo impulso de cerrar las piernas. Castle se acercó hasta su húmeda cavidad, lentamente la recorrió con su lengua, a la par del hielo, que cada vez se derretía más rápido, provocando encantadores gemidos que se escapaban de la garganta de ella, como una deliciosa melodía que escritor se encargaba de componer.

El contraste entre el frío y el calor provocaban sensaciones indescriptibles en la bella detective. En verdad, todavía no podía creer el disfrute causado por los extremos: el hielo y su boca, el cielo y el infierno; y sin reparo se lo demostraba con cada escalofrío que recorría su cuerpo.
Beckett lo agarró del cuello de la camisa, apartándolo de ella. Castle la estaba enloqueciendo, el placer que sentía atentaba contra su cordura, sentía como su corazón latía más y más rápido, tenía que serenarse un poco si no quería que le estalle. Lo subió hasta dejarlo de pie y le sacó la camisa, luego desabrochó su pantalón, dejándolo en bóxers.

Lo abrazó acariciándole la espalda, mientras se prendía de su cuello, saboreándolo de apoco, llegando hasta su oreja, mordiéndole el lóbulo. Sus manos que no podían quedarse quietas, bajaron hasta el trasero del escritor, una de ellas rodeó sus caderas hasta llegar al frente y finalmente se escabulló dentro de la prenda, posándose en su muy despierta virilidad, ejerciendo una deliciosa presión con sus dedos acompañada de un sutil movimiento de vaivén. Rick cerró los ojos disfrutando enormemente y largó un gemido ante la placentera y ansiada caricia. Ella bajó con sus besos por su pecho, deteniéndose en sus pectorales, lamiendo y mordisqueando sus tetillas con increíble sensualidad, mientras aceleraba los movimientos de su mano. Ahora el que estaba al borde de la locura era él, su corazón latía como un potro al galope, debía hacer un esfuerzo muy grande para concentrarse si no quería arruinar el espléndido momento.

Tomó su delicada muñeca apartándole la mano de su miembro. Su bella musa no necesitó ninguna explicación, entendió perfectamente el propósito y tampoco quería apresurar demasiado las cosas.
El escritor le sacó la camisa dejándola completamente desnuda, deleitándose con la perfección de su cuerpo, luego volvió a jugar con sus pechos, intercalando entre uno y otro, haciendo círculos con su lengua alrededor de sus erguidos pezones, pero sin tocarlos, provocándole una tortura celestial, mientras que una de sus manos bajaba por su vientre, queriendo investigar nuevamente su sexo. Sus dedos se introducían con habilidad y delicadeza, explorando cada rincón, haciendo estremecer a la joven que no le quedaba más que rendirse ante el placer que él le causaba.
Beckett agarró con sus dos manos el rostro del escritor, haciendo que lo mire a los ojos y le dijo con sensual autoridad:

-Castle... te quiero adentro. Ahora.- el escritor sonrió acercándose a su boca para besarla, pero en vez de eso la esquivó y susurrando junto a su oído le dijo:
-Aun no, detective. Todavía no he terminado contigo…- el escritor besó su cuello antes de cargarla en brazos para depositarla del otro lado del sofá. Ante la atenta mirada de ella, se sacó los bóxers, caminó hasta la mesita de servicio y le dijo con una enorme sonrisa:
-…te dije que me quedaba mucho hielo… -




El calor que emitían esos cuerpos era una de las tantas cosas que él envidiaba de ellos dos, la más pequeña, por supuesto. El cuarto estaba helado y Josh lo sentía cada vez más. Estaba seguro de que el aire acondicionado estaba al máximo y él estando desnudo y prácticamente inmóvil estaba a merced del frio. Y esto era lo único que le faltaba para completar su “maravillosa” noche.

En el preciso momento que el plasma se había prendido, automáticamente pensó que era parte de todo el juego, algún detalle más preparado por la bella modelo, pero a los pocos segundos, empezó a darse cuenta de cómo lo había engañado Alessandra. Se sentía de lo más estúpido. Un verdadero imbécil, al cual su arrogancia y narcicismo le habían hecho creer que una súper modelo internacional estaba loca por él. Se había dado cuenta de eso, pero todavía no tenía ni un pequeño pedazo de idea de lo estaba por suceder, o por lo menos, no hasta que las primeras imágenes chocaron contra sus ojos.

Cuando Beckett había ingresado en la habitación, la tarde se despedía llevándose con ella la poca claridad que le quedaba al día, y la poca luz interior no le permitía divisar con total claridad la escena.
Aun no terminaba de entender qué diablos hacía ella ahí, hasta que escuchó la voz de Castle. Escuchó con perfecta definición todo lo que Kate tenía para decirle al escritor. Su fachada de novio perfecto se había esfumado junto a todo su plan para mantenerlos lejos el uno del otro, gracias a la modelo y al parecer no tenía chance de recuperarse de tremendo golpe a la quijada. Pero también escuchó todo lo que Castle tenía para decirle a ella y no pudo evitar regocijarse ante el rechazo de él. Josh no tendría a Kate, pero Rick tampoco, y eso lo hacía sentir como el ganador de la guerra que se habían declarado. De más está decir que su alegría no duró mucho, sólo hasta que la escuchó a la detective confesarle su amor y hacer dudar al escritor de marcharse. Nunca le había dicho a él que lo amaba. Jamás la había escuchado decirle eso a nadie más que a su padre, y ahora se lo estaba diciendo a una de las personas que más detestaba, llenándolo aun más de odio al entender que se lo decía desde lo más profundo de su corazón.

Divisó en la pantalla como Rick se acercaba a ella para besarla e intentó no ver más, cerrando fuertemente los ojos, pero su masoquismo le impedía dejar de hacerlo y volvió a mirar. No podía dejar de ver como se besaban con esa pasión, contenida desde hacía ya mucho, escondida ante la vista de todos, pero que ahora se había vuelto ingobernable.

-¿Castle agarró un hielo?- se preguntó mientras adivinaba los juegos del escritor sobre su musa. Él nunca había hecho algo así, nunca se le hubiese ocurrido. Su experiencia en la cama se resumía en una palabra: básica, por eso quizá lo había excitado tanto el jueguito que le había insinuado Alessandra, porque invitaba a salir de la rutina. Se preguntó porque nunca había intentado algo así con Beckett, algo diferente, pero no tenía una respuesta. Seguramente porque siempre había antepuesto su placer al de sus parejas, y eso es algo completamente incompatible para este tipo de cosas, pero eso era algo que Josh no era capaz de entender.

Josh Davidson se sentía humillado. Se habían burlado de él como un adolescente y eso había lacerado profundamente su amor propio. Aun no se terminaba de convencer que del otro lado de la puerta, esos dos perfectos amantes le mostraban cuanto se deseaban. Lo único que se veían eran las sombras de los dos cuerpos, pero el sonido era de altísima fidelidad y sólo le bastaba escuchar el arsenal de gemidos que se escapaban de sus bocas para entender perfectamente la escena.

Volvió a mirar una vez más para divisar al escritor cargándola en brazos para depositarla en el enorme sofá, desde donde la cámara no podía captarlos, salvo que se elevaran sobre el respaldo del sillón.
El doctor se sintió aliviado al saber que la cámara no le mostraría más. Ya había tenido suficiente, nunca lo habían tratado de esa forma y eso lo punzaba aun más. No podía dejar de pensar en todo lo que había pasado estos días. Siempre había creído que manejaba todos los hilos, que tenía todo controlado y sin embargo se burlaron de él como si fuese un adolecente.
Al menos, tenía el consuelo de no tener nada más que ver en el plasma, claro que se había olvidado de lo bien que tomaban los micrófonos que habían instalado y no podía dejar de oír como los gemidos de ella aumentaban a cada segundo. Se notaba, sin lugar a dudas, que la detective estaba pasando una de las noches más increíbles que había tenido con un hombre. La estaba haciendo disfrutar de una forma única y lo que más atentaba contra su ego, es que no era él, quien nunca pudo lograr hacerle sentir semejante placer, sino Castle, quien lo estaba consiguiendo de forma absoluta.

El doctor lanzó un gruñido de verdadera indignación, cargado de ira, pero la mordaza que tenía puesta ahogó su voz frustrándolo aun más. En ese momento comprendió que no le quedaba más por hacer que escucharlos hasta terminar con su sinfonía de amor y rogar que en algún momento alguien lo viniese a desatar. Ese sería su muy merecido tormento hasta terminar la noche.





El escritor rodeó la mesita para acercarse al sofá con la hielera en la mano. La apoyó sobre la mullida alfombra y se acercó a su musa para besarla con un deseo irrefrenable. Sentía que hacía horas que no lo hacía, a pesar de que solo habían pasado unos minutos, y por la intensidad con que ella respondió, podría decirse que sentían lo mismo.

Fue subiendo al sillón, sin dejar de besarla, acariciando sus hombros a los que luego en su descenso cubriría de besos. Siguió bajando por su cuerpo, sin olvidar sus pechos, con los que le encantaba divertirse. Siguió caminando con sus besos a lo largo de su vientre, acariciándola con sus labios, descendiendo hasta su más preciado tesoro.
La detective no pudo más que estremecerse al sentir su cálido aliento aproximarse a sus delicados pliegues, sintiendo como sus dedos los separaban con dulzura. Recorrió con su lengua investigando cada milímetro con devoción, disfrutando a pleno de su ardiente humedad.

Estiró la mano hasta donde estaba la hielera y tomó un cubo pasándolo por el interior de sus piernas, aliviando el fuego que sentía la joven detective. Luego lo arrastró lentamente hasta llegar al borde de su rosada abertura, , robándole un sensual gemido, después apoyó el hielo directamente sobre su delicado botón y lo dejó unos segundos mientras que su lengua hacía círculos en derredor, refrescándose con las gotas heladas que se desprendían del cubo. Retiró el hielo para darle lugar a su boca, para que jugase con él a su antojo, presionándolo con sus labios, golpeándolo suavemente con su lengua, entre tanto sus dedos se introducían lentamente dentro de su perfecta cavidad moviéndose con destreza, entrando y saliendo una y otra vez. Enseguida volvió a sumar el cubo helado a su juego, recorriendo todo su sexo, haciéndolo rodar muy despacio, terminándolo de derretir por completo en su interior, provocándole maravillosas sensaciones a su musa, llevándola hacia el delirio, induciéndola hacia un orgasmo tan soberbio como no creía haber sentido nunca.
Sin haberse repuesto del oleaje de placer del que aun tenía rastros, con la respiración entrecortada y a modo de súplica le dijo:

-Rick… por favor…- el escritor no la dejó continuar. Sabía perfectamente lo que ella quería y él se moría por dárselo. Si hacerse rogar más se fue acercando, orgulloso, con su mástil bien alto y lentamente se fue introduciendo en su delicado interior, moviéndose despacio, adaptándose sin prisa a su cuerpo.

Los movimientos fueron haciéndose más y más intensos, los gemidos de ambos se incrementaban ante cada embestida, fundiéndose en uno, logrando excitarlos aun más, si es que eso era posible, mientras se desesperaban por besarse, acariciarse, gozarse al extremo, regalándose mutuo placer.
Kate lo rodeó con sus largas piernas sujetándose a sus caderas. Él se incorporó quedando sentado con ella a horcajadas, cediéndole el control, sabiendo que lo usaría divinamente. La detective comenzó a cabalgarlo, despacio, pero logrando profundidad en cada movimiento, mientras lo besaba con locura, diciéndole en susurros como la desbordaba de placer, desquiciando al escritor con cada palabra que salía de su boca.
Castle la tomó de las caderas acelerando los movimientos, no aguantaría mucho más, esa mujer lo llevaba a un estado de locura y disfrute que nunca había experimentado y se sentía estallar. Pero aguardaría hasta que ella estuviese lista, a pesar de que lo estaba elevando hacía un goce extremo.
Ella siguió acelerando el vaivén segundo a segundo, bailando sobre él con fervor, disfrutándolo como si fuese la última vez, hasta que sin poder aguantar más, su preciosa musa arqueó su espalda y contrajo los músculos de sus piernas anunciando un poderoso orgasmo, permitiendo que él, finalmente pueda liberarse del glorioso tormento , dejándose llevar hasta explotar juntos de placer.
Rick se dejó caer hacia atrás sin dejar de abrazar a Kate. Todavía no recuperaban el aliento, lo que les parecía grandioso a los dos y lo demostraban con una enorme sonrisa.
-Estuvo… increíble…- dijo él visiblemente agitado.
-Mejor que increíble… formidable.- agregó ella. Y ambos sonrieron nuevamente.

Los dos amantes permanecieron en silencio hasta que lograron recuperarse. Debían desocupar el cuarto para que las chicas se encargaran de Josh, así que decidieron irse a lo de Castle lo más rápido posible. Se levantaron del sofá. Mientras que Rick juntaba toda la ropa, Kate entraba al baño a intentar recomponerse un poco antes de salir de la habitación. Al salir encontró al escritor con su anillo de compromiso en la mano. Ella lo tenía en el bolsillo pequeño del jean y seguramente se había caído al levantarlo del piso.
Beckett se acercó hasta él sacándoselo de la mano y depositando un dulce beso sobre sus labios.

-La idea era tirárselo en la cara al final de la noche… Pero se me ocurrió algo mejor.- giró dándole la espalda al escritor situándose cerca de la ventana y lo arrojó con todas sus fuerzas hacia afuera. Él se acerco abrazándola por detrás y le beso la mejilla diciendo:

-Gracias por toda esta noche. Me has hecho el hombre más feliz del planeta…- luego se separó dirigiéndose al baño. Mientras ella se vestía para largarse de ahí cuanto antes.

Salieron del hotel para dirigirse a lo de Rick, pero antes pasarían por la ropa de Kate que había quedado en la casa que ocupaba con Josh. El escritor había prometido prepararle algo sabroso para comer después de ducharse juntos y ahí planearían el resto de su estadía juntos en la playa, que a decir verdad, habían disfrutado poco.

En el auto Kate le mandó un mensaje a su amiga informándole que ya no estaban en el hotel y que podían disponer del paquete que quedaba en la habitación.
Lanie brindó con Alessandra por el éxito de su plan y luego se dispuso a buscar al empleado que soltaría al doctor. Ya le había dado todas las instrucciones, además de una muy suculenta propina. El trabajo del empleado consistía en primero, sacarle la mordaza, después acercarle el teléfono para que escuche a la Dra. Parish explicándole que para ser liberado, debería hablar con su abogado y retirar los cargos en contra de Castle. Y por último marcar el número del abogado y sostenerle el teléfono para que hable con él. Recién después de que finalizara la comunicación, podría liberar sus muñecas de las esposas.
El empleado efectuó el encargo al pie de la letra haciendo cumplir todo lo que le habían encomendado. Luego dejó un par de toallas, de las pequeñas, y salió de la habitación sin decirle una sola palabra más al doctor.

Más tarde, en la casa de Rick, él y su musa disfrutaban de una placentera ducha juntos entre besos y caricias. El estomago de Kate rugió de hambre, provocando carcajadas en los dos.

El escritor salió de inmediato de la ducha, se secó rápidamente, se puso una bata y salió del baño rumbo a la cocina. Quería preparar algo simple, pero delicioso para agasajar a su chica. Se fijó que tenía en la heladera y el pronóstico no era tan malo. Tenía algo de pollo, unos pimientos, cebollas, con un poco de harina, vino y alguna que otra especia se arreglaría para preparar algo interesante.

Una enorme sonrisa se le dibujó mientras sacaba los ingredientes. Estaba tan feliz que no cabía en sí mismo, sentía que nada ni nadie podía opacar esa felicidad. Al menos eso era lo que pensaba antes de escuchar el timbre. Se preguntó quién diablos podía ser a estas horas mientras se dirigía a la puerta. Ninguna de las veces anteriores había sido bueno y presentía que esta vez no va a ser diferente.


Continuará…

Espero que lo hayan disfrutado. Ya saben, espero sus comentarios como siempre! Saludos y hasta la próxima!

agecastbet escribió:Pero bueno qué pasa, que con los cortes de luz me he quedado sin capítulo, o qué ??????
No me decías que si no subia mi capítulo tu tampoco, pues yo lo subí hace ya rato y sigo esperando poder leer el final de este capítulo. jajajajajajajaja
Me voy a tener que esperar a mañana, después de desvelarme y todo, no, no, no, no, no ESO NO ESTÁ BIEN, jajajajaja
Deja ya de hacerte de rogar que no está el horno para bollos, he tenido un día horribilus y esperaba alegrarme un poco con tu capi.
Bueno de momento te doy un rato más y lo leo, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSS espero seguir leyendote

Hola profe! me quedé sin internet en casa y mirá a que hora volvió! Eso me pasó por abrir la boca y dejarte un mensaje amenazador... jajajajaja Me hubiese encantado alegrarte un poco despues del día de perros que debes de haber tenido. Lamento mucho no haber podido! Espero que hoy sea mejor. Te mando un beso y un abrazo enorme!!!

Bueno, por fin están juntos!!! Menuda reconciliación!! Ahora si se puede decir que Josh no volverá a interponerse entre ellos, ya que le han demostrado que contra el amor no se puede luchar.

Espero que esa persona que llegue no estropee el momento.

Continúa pronto.

Jooooo quien coj... viene a molestarlos ahora?
Tengo que decir que envidio un poco a Josh a visto y oido todo lo que yo deseaba ver u oir en tooooda la 5ª temporada PURO CASKETT
magistral el capítulo como siempre

Ofuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Ya si eso en invierno me recogeis del suelo, he quedado totalmente derretida. ¿no habrá hielos por ahí de sobra?

EXCELENTE Solexite, eeeeeeeeeeeexcelent! Me ha encantado la 2ª parte de este capi. Muy bien detallado, muy bien elaborado... muuuuuuuuuuuuy subidito de tono para una buena tardecita... eso si, avisa para la proxima vez me de tiempo de ir a por la botella de agua!! jajajajaja

Ahora eso si, me dejas con la duda de quien sera la/el que toca la puerta. ¿Algun ligue inesperado de Castle? ¿Josh? uhmmmm

PD: mami... le gustan los hielos a mi angelito?? tienes hielera o me la traigo de casa? porque despues de semejante escena.... jajajaja

agecastbet escribió:

Kynu escribió:Ofuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Ya si eso en invierno me recogeis del suelo, he quedado totalmente derretida. ¿no habrá hielos por ahí de sobra?

EXCELENTE Solexite, eeeeeeeeeeeexcelent! Me ha encantado la 2ª parte de este capi. Muy bien detallado, muy bien elaborado... muuuuuuuuuuuuy subidito de tono para una buena tardecita... eso si, avisa para la proxima vez me de tiempo de ir a por la botella de agua!! jajajajaja

Ahora eso si, me dejas con la duda de quien sera la/el que toca la puerta. ¿Algun ligue inesperado de Castle? ¿Josh? uhmmmm

PD: mami... le gustan los hielos a mi angelito?? tienes hielera o me la traigo de casa? porque despues de semejante escena.... jajajaja

Mi niña siempre tan curiosa, jajajajajaja aprovecha bien este capítulo, que tratándose de Solexite nos puede salir por peteneras, qué quieres ella es así, por eso nos gusta tanto, jajajajajajaja
P`os si le encantan, siempre tiene hielos a disposición, y si necesitas hielera, tengo una champanera estupenda que te los conservará por bastante tiempo, jajajajaja claro si sólo por esta escena estás así mejor tendremos que evitar seguir imaginando más escenas hot o no me vas a llegar viva al verano. Eso sí aquí el mosquetero ha trabajado como socorrista de piscina, si hay que hacer el boca a boca, creo que no se le da mal, jajajajajajaja no te puedo decir si lo ha practicado muchas veces, pero seguro que se apaña bien.

no te preocupes que llegar llego, eso si... lo del boca a boca vendría bien nunca sabe una si se va a desmayar por mas calor.... por el verano claro, claro.

lo de la champanera me lo apunto! jijijijij

ves esto es peor... imaginarme cosas que no debiera con quien no alcanzo porque ahi si que estoy muriendo