Matrimonio de conveniencia Epílogo (23 de enero)

Felices Fiestas a todos. Dándole vueltas a viejos relatos que tengo por ahí escritos encontré una historia que, creo que os gustará. Es un relato de época, nuestros protagonistas en otro tiempo, con otras costumbres. Espero que os guste. De algunos personajes solo utilizaré los nombres, por ejemplo: Alexis no será la hija de Castle, pero habrá una Alexis. Otra cosa, quise mantener el apellido "Castle" en lugar de "Rodgers" por dos razones: 1) creo que todos identificamos más a Rick como Richard Castle que como Richard Rodgers, esto es obvio y 2) La familia de la nobleza en este relato y me parece que Castle es un apellido que suena mucho más a "alta alcurnia". Sin más explicaciones, os dejo el primer trozo y como siempre, no he leído todo lo que hay por ahí escrito sobre la serie y por lo tanto cualquier parecido con algo que ya se haya hecho antes es coincidencia o que las grandes mentes castlenianas piensan igual.

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La condesa Martha viuda de Castle miraba absorta por la ventana del castillo como su hijo cabalgaba rumbo a casa tras su última hazaña en la guerra. Cada vez que se iba su madre vivía con el corazón en un puño hasta que, como hoy, le veía regresar, indemne, sin un rasguño, con su sonrisa arrogante pintada en el rostro, sus mechones de pelo castaño agitándose con el viento y sus ojos azules brillando de emoción. Se parecía tanto a su padre que su madre no podía evitar una punzada de dolor cada vez que le veía así. El segundo conde Castle había sido como su hijo. Arrogante, obstinado y un militar de primera hasta que, hacía casi diez años, le habían abatido a tiros en una contienda. Eso era lo que ella temía, día tras día, noche tras noche. Perder a su hijo, de la misma forma que había perdido a su marido.

R: ¡Madre!- el grito entusiasmado de Richard la sacó de sus cavilaciones, y le hizo recordar lo que tenía que plantearle.
M: Richard hijo- exclamó abrazándole- ¿Estás bien?
R: Si madre, siempre lo estoy- respondió arrogante.
M: Te pareces tanto a tu padre...
R: Lo sé, ¿acaso no es lo que dices siempre que vuelvo de una batalla? ¿Cómo ha estado todo por aquí?
M: Bien, como siempre. Lady Meredith ha preguntado por ti, continuamente- lady Meredith Petterson había sido la última conquista de Richard, una joven dama de alta cuna, educada en los mejores colegios y con las mejores institutrices para ser una perfecta esposa.

Todo el mundo pensaba que esa relación acabaría en boda pero, a la condesa Castle no le gustaba esa chica para su hijo, era muy refinada sí, pero ella sabía que en el fondo no era más que una caprichosa que había derrochado la fortuna de sus padres en cosas innecesarias y que pretendía casarse con Richard para hacer lo mismo con la suya.
Los Castle eran una de las familias más importantes del reino. Desde hacía tres generaciones los hombres de la familia habían peleado en el ejército real, llegando a ocupar puestos de gran importancia. A los 18 años y tras la muerte de su padre había tocado el turno a Lord Richard, 3er conde Castle. En poco menos de dos años se había convertido en capitán de la guardia real, y unos pocos años después en capitán del ejército. Era gran amigo del príncipe heredero y hombre de confianza del Rey.

R: Viva tranquila madre- dijo conociendo su tono de voz- No pienso casarme con Lady Meredith, de hecho...no pienso casarme con nadie todavía.
M: De eso mismo quería que hablásemos Richard- sabía que con su hijo era mejor ir de frente, no le gustaba irse por las ramas y mucho menos cuando volvía de una batalla, al volver de la guerra en la cabeza de Richard solo había tres cosas: amigos, mujeres y fiestas- Tienes que casarte hijo.
R: ¿Con Lady Meredith?
M: Por supuesto que no- le chilló- Te casarás con tu prometida de nacimiento.
H; ¿Mi qué madre?- preguntó sin poder creerlo.
M: Cuando tenías cinco años, la hermana de un buen amigo de tu padre tuvo una niña, ellos llegaron a un acuerdo y sellaron vuestro compromiso.
R: ¡No pienso casarme con una desconocida madre!- declaró, ¡lo que le faltaba! Que le obligaran a casarse con una lady seguramente demasiado refinada para su gusto.
M: Lo harás Richard, necesitas un heredero, mejor dicho, necesitamos que engendres un heredero o la fortuna y el título familiar acabarán en las manos del bastardo de tu padre- dijo con rencor, no era un secreto para nadie que el segundo conde Castle era como su hijo también en lo mujeriego, durante muchos años la condesa había tenido que vivir con la vergüenza de tener que aceptar al hijo que el conde había tenido con una campesina.
R: No hables así de mi hermano, madre, sabes que no me gusta.
M: ¡Él no es tu hermano! ...Diane era tu hermana.
R: Por favor no, ella no...- le rogó. La prematura muerte de su hermana pequeña era algo que Richard aún no había podido superar, él mismo se había encargado de acabar con la vida del caballo del que se cayó aquel trágico día.
M: No nos desviemos del tema, te he dado libertad para elegir, demasiada diría yo, y lo cierto es que, salvo Lady Kira, la hija del vizconde Blaine, tu compañía femenina deja mucho que desear.
R: Lady Petterson es de buena familia- dijo, mejor ella que una desconocida.
M: ¡No quieres casarte con esa mujer Richard! Tu mismo acabas de decirlo.
R: Bueno madre, más vale malo conocido que bueno por conocer.
M: No quiero refranes, ni caprichos, te casarás con la sobrina del Coronel O´Hara- sentenció.
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El coronel Matthew O´Hara miraba de reojo a su joven sobrina mientras ésta leía tumbada en su cama. Lady Katherine Beckett O´Hara era una muchacha hermosa. Morena, con unos profundos ojos marrón verdoso era la hija de su hermana Johana y aquel hombre que le había desgraciado la vida. El coronel daba gracias al cielo porque estuviera muerto, sino, él mismo le habría matado. Cuando su joven hermana se enamoró perdidamente de Lord James Beckett él no pensó que la vida de ambos fuera a truncarse.
La carrera militar de Beckett acabó tras un accidente que le incapacitó para seguir en el frente cuando era demasiado joven y nunca pudo superarlo. Pasó los últimos años de su vida derrochando todo el dinero de su familia en alcohol y mujeres, nunca estaba en casa y casi era mejor, las pocas veces que estaba allí maltrataba a su mujer. Se desahogaba dándole golpes e incluso la obligaba a cumplir con sus deberes como esposa.

Nunca supieron si el odio que Johana tuvo a su hija recién nacida era porque era fruto de uno de esos momentos o quizás fuera por el hecho de que fuera una niña. El coronel siempre pensó que su hermana albergaba la esperanza de dar a luz un varón que hiciera que su marido volviera a ser el hombre del que se enamoró, pero no fue así, y O´Hara tuvo que ver como su hermana perdió las ganas de vivir y se dejó ir, dejando a una huérfana de pocos meses y que, desgraciadamente, tampoco importaba a su padre.

Lady Katherine creció con su tío que, pesar de todo la adoraba. Ella era muy diferente al resto de las mujeres de su edad. No tenía pudor en enfrentarse verbalmente a quien fuera, hombres o mujeres, no se dejaba dominar por nadie. Entre sus aficiones no destacaban la costura, la música o la lectura de novelas de amor. Katherine prefería montar a caballo, dar lagos paseos por la finca de su tío y leer novelas caballerescas. Físicamente era, para su desgracia, la viva imagen de su padre.
Tenía muy marcados los rasgos de la ascendencia india de los Beckett. El tono de su piel, más oscuro que el habitual entre las muchachas de la alta sociedad americana de la época, había sido un constante dolor de cabeza para su nana, que cada día, trataba sin éxito aclarársela lavándola con leche.

C.O: Katherine- dijo llamando su atención, tenía algo muy importante que plantearle y, conociendo el carácter de su sobrina temía por su integridad.
K: ¡Tío! No te había visto- se excusó levantándose rápidamente de la cama- Tengo entendido que acaba de terminar la última batalla del ejército del Rey- preguntó, esas eran las cosas que le interesaban, el ejército, las batallas.
C.O: Si Katherine, nuestros hombres han vuelto a vencer- declaró con orgullo.
K: Eso es una gran noticia- respondió.
C.O: Querida, tengo algo que contarte, será mejor que te sientes.
K: ¿Ha sucedido algo? Si es por ese rumor que corre por toda la casa tío, te diré que es mentira, no monté tu caballo sin permiso, tu me dijiste que no lo hiciera y yo siempre te obedezco- se defendió.

Lo cierto es que Katherine siempre hacía caso a las recomendaciones de su tío. Le debía mucho. El coronel O´Hara siempre había estado demasiado centrado en su carrera militar como para pensar en formar una familia, no se había casado y no tenía hijos.

Cuando su madre murió al poco de su nacimiento y su padre declaró abiertamente que no quería saber de ella, su tío la había llevado con él y contratado a la mejor nodriza que conocía para cuidar de ella y encargarse de su educación.

Sarah Rabb había sido su nana y su hija Alexis era ahora su dama de compañía y gran amiga. Junto con Lady Lannie Parish, las únicas personas, junto a su tío, frente a las que Katherine podía mostrarse tal como era.

C.O: Ya lo sé pequeña, no se trata de eso.
K: Pues tú dirás tío.
C.O: Katherine... el próximo fin de semana vas a acompañarme a una fiesta.
K: ¿En serio?- de sobra sabía que su tío no solía prodigarse en actos sociales y que cuando lo hacía no la llevaba con él.
C.O: Vas a conocer al Capitán Castle, Conde Richard Castle III...tu prometido- los expresivos ojos de Katherine casi se salieron de sus órbitas al escuchar esas palabras.
K: ¿Mi prometido?
C.O: El conde Castle y yo fuimos grandes amigos, combatimos juntos hasta el día que le mataron, cuando tu naciste, al ver la reacción de...tus padres pensé que lo mejor para ti sería que te buscara un marido, hablé con él, su primogénito tenía por aquel entonces cinco años y nos pareció una gran idea, con eso los dos conseguíamos algo: Castle garantizaba que su hijo se desposaba con una joven de buena familia y yo que tu estarías protegida cuando yo ya no esté.
K: ¿Me buscaste un marido cuando apenas era un bebé? ¡Tío yo nunca he querido casarme! No quiero ser una de esas mujeres que solo viven para darle hijos a sus maridos, quiero tener mi propia vida, ¡¡no puedes obligarme!!
C.O: Si que puedo hacerlo y lo haré, no acepto discusiones Katherine, te casarás con Lord Richard y es mi última palabra- sentenció con un tono de voz que no dejaba lugar a réplica- durante años he estado esperando que eligieras un marido, llegué a pensar que con Lord Demming lo conseguirías pero por lo visto eres demasiado difícil de controlar para un hombre con tan poco carácter como él, por eso pienso que el Conde es lo mejor para ti.
K: ¿Porque tío?
C.O: Ya va siendo hora de lavar el honor de tu familia Katherine, los Beckett fueron un clan de gran prestigio social hasta que tu padre lo arruinó todo, pienso que tu matrimonio con el conde Castle os devolverá el estatus, no me puedo permitir que sigas dependiendo de mí cielo, no voy a estar aquí siempre.
K: No digas eso tío por favor, eres lo único que tengo.
C.O: Pero es la verdad Katie...
K: ¡¡No me llames así! ¡Sabes que no lo soporto!- se defendió, durante los pocos años que vivió con su padre éste la llamaba continuamente Katie con un tono de desprecio que, ella, a pesar de ser muy pequeña, aún podía recordar y ese diminutivo siempre le traía malos recuerdos.
C.O: Pronto te casarás con Lord Richard, le darás hijos y serás feliz- tras esto se fue dejando a su sobrina sola con sus pensamientos.

continuará.

Oh por dios!!!! SIGE!!!!!
No nos puedes dejar así.....

Uff, muy, pero que muy distinto, me encanta , entonces en tu historia Johanna se suicida no¿?, muy interensante SIGUE!

Generalmente las historias de época tanto como las series de época no suelen gustarme, me resultan aburridas. Creo que si no hubiese sido porque eres tú quien lo escribe, Zeny, no hubiese seguido leyendo tras la descripción, pero ahora me alegro de haberlo hecho.
Me encanta la personalidad de cada uno, aunque esten siglos atrás, sigan conservando su carácter, creo que no va a ser fácil hacer que Kate acepte el casamiento con el conde Castle, aunque si sigue la idea de la serie, creo que a Castle en cambio no le costará nada y le gustará nada más verla jaja
Me gusta mucho Zeny, espero que no sigas pronto

Acabas de unir mis tres pasiones, la historia, la escritura y Castle. No hará falta que te diga que me encanta, ¿no?

Sigue pronto por favor, te lo suplico =D

Sigue pronto, no puedes dejarla así *w*. Esta muy bien, aunque a mi realmente este tipo de historias o series de época no me gustan, pero tu relato me encanta y mas la manera de ser de los dos.

Si! Me encantan este tipo de historias! Me enganchan desde el principio
Una duda...en qué época se supone que están?
Sigue pronto por favor!

esta historia debe resultar preciosa
sigue prontissisiisiiimo

Me alegra ver que la idea ha tenido buena aceptación. !!Gracias!!, sobre todo a las que vais a leerlo sin que os gusten las historias de época, espero no defraudaros. Sobre la época en la que está ambientado...no pensé en ninguna en concreto, una donde existan los condes, los castillos, las damas, los príncipes y reyes, donde los matrimonios eran concertados y donde se tenían damas de compañía y nodrizas. Elegid vosotras la que más os guste. Iré más o menos rápido puesto que la historia ya está escrita y solo es adaptar. !!Mil gracias otra vez a todos por leer/comentar!! Hacéis que recuerde el subidón que da que a alguien le guste lo que escribes, me hace sentir bien, gracias también por eso.

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El fin de semana llegó rápidamente. En el enorme castillo de los Castle todo estaba ya perfectamente en orden para recibir la visita del coronel O´Hara y su sobrina.

El Capitán Richard Castle permanecía de pie junto a su madre ,implacablemente ataviado con el uniforme de gala del ejército real, a pesar de la expresión seria en su rostro, sus ojos azules fijos en ella consiguieron que lady Katherine Beckett sufriera una descarga de emociones al estrechar la mano al que, en pocos días, sería su esposo. Al verle ante ella, pensó que ese conde era el hombre más alto, guapo y fuerte que hubiera visto nunca en su vida, y recordó las pala-bras de su amiga Lannie mientras ella y Alexis la ayudaban a vestirse para la ocasión.

L: Cíñele más el corsé Alexis- ordenó.
K: Si haces eso no podré respirar- se quejó mientras se sujetaba con fuerza a la cama y su dama de compañía tiraba de las cintas de seda de esa prenda que tanto odiaba- Ahora que lo pienso...¡cíñelo hasta que me haga morir asfixiada!, total para la vida que me espera vivir.
L: No sabes lo que dices Katherine, no eres aún consciente de lo afor-tunada que eres.
K: ¿Porque mi tío me ha ahorrado la molestia de encontrar un marido? - preguntó irónica.
L: ¡No!, porque vas a casarte con el Conde Castle.
K: ¡Cómo si es Príncipe, Lannie!, no le conozco, y no me parece justo que me haga casar con él, seguro que es un viejo verde, viudo y amargado, que me maltratará, me pegará y me tendrá atada a la cama solamente esperando a que para a sus herederos.
S: Lady Katherine, no la he educado para hablar así- la recriminó Sa-rah
Ale: Su tío dijo que cuando usted nació el conde solo tenía cinco años mi lady, eso le hace tener ahora mismo 28 años- dijo recordando los pocos datos que el coronel había dado a su sobrina sobre el hombre con el que debía casarse.
L: Es joven y guapo Katherine, le conozco.
K: ¿Le conoces? - preguntó curiosa- ¿De qué?
L: Mi marido sirve con él en el ejército del Rey, Javier y Lord Richard son grandes amigos.
K: ¿Entonces porque no estuvo en tu boda? Porque de haber estado yo le recordaría.
L: Estaba fuera, luchando contra los ejércitos invasores, pero Javier y yo esperamos que esté aquí para apadrinar a nuestro primogénito. Lamentablemente el conde pasa mucho tiempo en las batallas, no obstante, es el hombre de confianza de su majestad- informó.
K: Eso significa que no le veré muy a menudo, ¡quién sabe si con un poco de suerte, me deja viuda pronto!- exclamó y se llevó por ello una reprimenda de su nana.

Ahora al verlo parado frente a ella sujetando aún su mano, Katherine tuvo que reconocer que Lannie tenía razón. Richard eran guapo, muy guapo. Y más alto de lo que le habían advertido.

CO: Condesa Castle- dijo inclinándose ante ella- Mis respetos señora.
M: Coronel O´Hara, veo que ha cumplido su palabra.
CO: Por supuesto señora. Hice un trato de palabra con el difunto con-de Castle y un caballero nunca rompe este tipo de acuerdos, le pre-sento a mi sobrina, Lady Katherine Beckett O´Hara, lista para despo-sarse con el Capitán.
M: Es ...- calló durante unos momentos- Muy bonita- dijo al fin.
R: Ciertamente hermosa diría yo- añadió corrigiendo a su madre sin apartar la vista de Katherine. Le parecía extraña, era una joven poco convencional. Llevaba el cabello liso y suelto en una corta melena cas-taña que apenas llegaba por debajo de sus orejas, cosa extraña, todas las jóvenes de la alta sociedad solían preferir las largas melenas reco-gidas en elaborados moños. Además el tono de su piel distaba mucho de ser el blanco casi transparente de sus amantes habituales. Richard no sabía por qué pero, ella le llamaba la atención- Me gusta su pelo, es ...original.
K: Gracias- dijo con una sonrisa forzada e inclinándose en una reve-rencia.
CO: ¡Oh! Eso fue un desafortunado accidente, Katherine intentó alisar ella sola su melena y la quemó con los hierros...
M: ¡Oh Dios mío querida! Ha tenido que ser traumático para ti- Kathe-rine tuvo que contenerse para no reírse de la expresión en el rostro de la condesa.
K: A decir verdad no señora condesa, me gusta mucho mi nuevo as-pecto- respondió.
R: Y a mí también- repuso sin poder evitarlo y, aunque no conocía de nada a aquella chica podía apostar a que el incidente con los hierros calientes y su pelo, no fue tal.
M: Será mejor que dejemos que los chicos se conozcan un poco mejor mientras nosotros arreglamos algunas cosas coronel.
CO: Me parece una buena idea señora- dijo ofreciéndole su brazo.
R: Podemos pasear por el jardín, las rosas están preciosas en esta época del año.
K: Como usted mande señor Conde.
C: Alexis- llamó a su empleada que había mantenido en todo momento un discreto segundo plano- Acompañe a Lady Katherine y Lord Ri-chard a dar un paseo- ordenó, sin duda la reputación de Richard no era desconocida para él y prefería que, por el momento, su sobrina no estuviera a solas con él.

R: Y bien...se supone que vamos a casarnos.
K: Sí, algo he oído.
R: ¿Usted está de acuerdo?
K: Mi opinión no importa mi lord- respondió educada.
R: Tal vez a mí sí, quiero estar seguro de que no va a envenenarme o tratar de matarme mientras duermo solo para no tener que cargar toda su vida conmigo.
K: Ese no es mi estilo, prefiero esperar a que le maten en una batalla- tan pronto como las palabras salieron de sus labios se arrepintió de haberlas dicho- Perdón señor- trató de disculparse pero una preciosa sonrisa brotando de los labios de él la dejaron sin palabras.
R: Es usted sincera, y veo que, al igual que yo, no está contenta con este enlace pero, déjeme decirle algo mi lady- dijo mientras cogía su mano- Es usted una mujer hermosa, me gustará tenerla a mi lado, sin duda seré la envidia de todos los hombres del reino cuando vayamos a fiestas, por otra parte, yo soy un hombre que no deja indiferente a ninguna dama así que, puede usted sentirse afortunada- al ver que ella no decía nada continuó- Además, paso mucho tiempo fuera y cuando estoy en casa solo me ocupo de las cuentas, engendraremos pronto al heredero que mi familia necesita y después, yo tendré mi vi-da y usted la suya, le prometo solemnemente que no voy a obligarla a cumplirme, tengo muchas...digamos amigas dispuestas a cuidar de mi, y no dudo que usted no tardará en encontrar algún mozo que calme sus ansias.
K: Es usted muy poco caballeroso para ser conde, además de ser de-masiado presuntuoso desde mi punto de vista. No planeo tener ningún amante que calme mis ansias y espero que usted me guarde fidelidad- aclaró- No creo que esté bien visto que un hombre de su categoría va-ya por ahí revolcándose en la cama de cualquiera teniendo a su espo-sa en casa.
R: De esas cosas, mi lady, nadie se entera- respondió, estaba asom-brado, nunca nadie le había hablado de esa forma.
K: Este matrimonio va a ser un error, seremos infelices para siempre- se quejó dejando entre ver cierta fragilidad hasta entonces disimulada que conmovió a Richard.
R: Tal vez no- susurró- ¿Qué ha hecho para que su tío la obligara a casarse?
K: Nacer- ante la cara de despiste de su interlocutor aclaró, no sabía porque pero, le apetecía contarle sobre su vida- Y así fue como mi pa-dre arruinó la reputación familiar, todos creen que si yo hubiera sido un varón, mis padres habrían arreglado sus diferencias y todo hubiera sido diferente- al acabar de relatar su historia rebeldes lágrimas sur-caban sus mejillas y Richard no pudo evitar secarlas delicadamente- Ha puesto nerviosa a Alexis- dijo al ver como su amiga se ponía de pie al percatarse de que la tocaba.
R: Siento mucho lo de sus padres Lady Katherine y, le prometo que haré lo que esté en mi mano para que usted no vuelva a sufrir.- las palabras le salieron de corazón, y poco a poco se acercó a ella y rozó levemente sus labios sintiéndola estremecer- ¿Su primer beso?- ella asintió- Le prometo que puedo mejorarlo, pero me temo que si lo hago, no llego a nuestra boda, su dama de compañía me mira como un lobo hambriento.
K: Es su trabajo, velar por mi, en el fondo estará deseando que usted me tome entre sus brazos y me bese hasta dejarme sin aliento, como en las novelas que le gusta leer.
R: Cualquier otra muchacha se habría ruborizado solo de mencionar esas palabras, creo que usted es una mujer excepcional.
K: Gracias, mi lord pero...¿va a hacerlo?- preguntó no sabiendo si realmente quería que lo hiciera.
R: Prefiero esperar, aprecio mi integridad física- dijo mientras señalaba hacia uno de los ventanales de la casa desde donde su madre y el coronel les miraban.
Ale: Señorita, será mejor que entremos, el sol está demasiado fuerte y no queremos que su piel se bronceé demasiado o estará horrorosa en la boda.
K: El tono de mi piel es lo único que quita el sueño a Sarah, mi nana y madre de Alexis, he perdido la cuenta de cuántos baños me ha dado en leche a lo largo de mi vida, pero no hay manera de solucionarlo, es la ascendencia india de los Beckett, por lo visto, otro mal recuerdo de mi padre.
R: ¿India?
K: El abuelo de mi padre fue un jefe cherokee capitán- informó.
R: Interesante- tras unos segundos la miró fijamente y le dijo- Since-ramente y, con todo respeto mi lady, a mi me gusta su piel- ella le agradeció el comentario con una dulce sonrisa, la primera desde que se conocieron- Eso me gusta aún más- dijo, pensando que estaba perdido, ¿acaso iba a enamorarse de ella?

En unos segundos se reunieron con los demás y la madre de Richard les dio la noticia.

M: La boda será el sábado.
R: Madre, solo falta una semana para el sábado.
CO: Todo estará listo, os casaréis en mi hacienda y la recepción será aquí.
K: Tío...- por un momento estuvo tentada de recordarle que no quería casarse pero lo que sintió al ver por primera vez los ojos de Richard mirándola, la calidez de su mano sacando sus lágrimas y el dulce sabor de sus labios cuando la besó la hicieron contenerse, tal vez no fuera a ser tan malo como creía- ¡Necesito un vestido!

continuará...

Ha de continuar y rápido estoy enganchada!! esta genial! sigue así!

me gusto el capitulo ^^ esta genial la historia de verdad

Cada vez me gusta más tu historia Zeny, es como si lo estuviera viendo, el conde Richard es tan pillo como en la serie y se ha quedado tan embobado cuando la vio como en el capítulo 1x01.
Me hace mucha gracia que quisieran cambiarle el color de la piel bañándola en leche, como si eso fuera posible jeje
Parece que al final la boda no les parece tan mala idea a ninguno de los dos.
Me gusta mucho la historia, me alegro que decidieras adaptarla a la serie.

Me encantaaa me resulta muy gracioso imaginármelos en esa época veo que vas a buen ritmo, continúa pronto!

Que bonitooooo. Al final acaban enamorándose incluso antes de la boda,

Continúa pronto.

Me encanta

Sigue!!! me gusta tu historia... ya me tienes enganchada

Me gusta, es diferente a las demás!
Sigue pronto

Te felicito Zeny!! Me ha fascinado esta historia, es realmente buena
Espero muy pronto el siguiente capítulo! Me encantaaaa!

Mmmm... Interesante muy interesante. Me gusta la historia, veremos como sigues

Hace días que quería leer este fic, vi el título y me interesó, pero hasta ahora no he podido y... me encanta. Sigue pronto por favor. Un saludo!

Se están enamorando wiii
Es precioso

No soy muy dada a leer fic donde se traslade a nuestros protagonistas a otras epocas, pero este par me ha enganchado desde el principio, asi que como dices que la historia esta prácticamente acabada por tu parte quiero capitulos, capitulos, capitulos, capitulos, capitulos de esta historia.

Esta es una historia diferente y muy interesante. Muy bien escrita. Sigue.