Pillados por las manzanas
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Pillados por las manzanas
jajaja me rei mucho con el capiii y que tierna la escena Caskett Kate no quiere perder a Rick y viceversa
en fin sube pronto la contii plissss que ya quiero saber que pasaa
jeje estaré aquí esperandolaaa
en fin sube pronto la contii plissss que ya quiero saber que pasaa
jeje estaré aquí esperandolaaa
Re: Pillados por las manzanas
OWWWWW SIGUE , ME ENCANTA EL FIC , ESCENA CASKETT <3
castle4ever- Actor en Broadway
- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 14/04/2012
Edad : 25
Re: Pillados por las manzanas
Aquí llega la continuación, un poco retrasada pero oye, más vale tarde que nunca Como siempre, millones de gracias a mis Raquellions 3 Comentar, que no cuesta nada y le alegra a una la vida
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Esposito y Ryan traspasaron las puertas de la morgue a medio correr, llamando a Lanie a gritos. Vieron los cadáveres en sus camillas, tapados por sábanas azules, pero ni rastro de la forense.
- Hermano, llámala y pregunta. – dijo Ryan con un gesto de cabeza.
- ¿Y porque tengo que llamarla yo? – preguntó Espo.
- Porque eres tú el que estuvo liado con ella… - respondió su compañero como si fuera obvio. Esposito hizo un gesto como de que tenía razón y sacó el móvil del bolsillo. Se apoyó en una camilla mientras esperaba. La canción de "Fuck U Betta" llenó la morgue, aumentando de volumen a medida que los segundos pasaban. Los dos detectives intercambiaron miradas de desconcierto.
- Esto es muy raro, colega. Lanie está siempre pegada al whatsapp, dudo que se olvidara el móvil.
- ¿Entonces…? ¿Insinúas que quizá le ha pasado algo? – inquirió Ryan, enarcando las cejas. Su compañero se encogió de hombros, sin saber que más pensar.
- Todo parece apuntar a eso.
Entonces Ryan palideció de golpe y abrió la boca, pero sin lograr articular palabra. Levantó una mano, señalando algo por encima del hombro de Esposito. Éste frunció el ceño, extrañado, y se giró:
- ¡AAAH! ¡JODER, LANIE! – gritó mientras saltaba hacia atrás, apartándose de la camilla en la que se había apoyado. La forense se sujetó la barriga, riéndose a carcajadas, empezando a llorar de la risa.
- Ay, tendrías… Tendrías que haberte visto la cara… - articuló entre risa y risa, casi sin aire. – Y Ryan… jajaja – no pudo continuar hablando.
- ¿Y qué esperas que haga si de repente te levantas de una camilla? ¿Se puede saber a qué juegas? – preguntó Espo, enfadado de haberse asustado. Lanie se secó las lágrimas e intentó tranquilizarse.
- Es 1 de abril, tontos. ¡Feliz día de los inocentes! Cuando os oí entrar llamándome a gritos decidí adelantar la broma que tenía reservada para Castle… No sé cómo no os disteis cuenta, me estaba partiendo de la risa por la anticipación.
Ryan sonrió de lado, todavía recuperándose del susto de haber visto una sábana azul que él creía que tapaba a un muerto, alzarse con una mano alargada hacia su compañero. Lanie bajó de la camilla y se alisó el traje:
- ¿Qué queríais? – preguntó, conteniendo la risa todavía. Esposito y Ryan intercambiaron miradas, y al final el primero se lo explicó todo a la forense. Ésta puso cara de póker y frunció el ceño.
- No voy a traicionar a mi amiga porque a vosotros os de por creeros Sherlock Holmes.
- Somos detectives, nos pueden los instintos – justificó Espo.
- Además, Beckett es como una hermana, solo queremos asegurarnos de que el tipo sea decente… - argumentó Ryan.
- No me vais a convencer. Hice un voto de silencio… - Lanie se encogió de hombros y se dio la vuelta, dando a entender que la charla había acabado. Los detectives se miraron, suspirando.
- Vaaaaale… Pero no nos rendiremos. – dijo Esposito. La forense hizo un gesto con la mano, sin volverse a mirarles. Cuando oyó las puertas cerrarse tras ellos, cogió su móvil y mandó un mensaje a Beckett.
"Nena, no se habrás hecho pero los chicos me han interrogado sobre ti y el chico escritor. No he soltado prenda pero no se rendirán"
"No es lo que hice yo sino lo que me hizo Castle sin avisar…" Respondió Beckett. Lanie abrió la boca, sorprendida.
"Eres una malosa, detective. ¿Voy a tener que vigilarte de cerca?"
"Raour. No conoces mi lado más salvaje jajaja". La forense soltó una carcajada, y meneando la cabeza comentó en voz alta y a nadie en particular:
- Solo necesitaba un poco de sexo del bueno para desmelenarse…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Un suspiró se volvió a oír, desconcentrándome. Ya era el quincuagésimo décimo del día. Me giré hacia Castle, levantando una ceja:
- ¿Qué te pasa? Como sigas suspirando te vas a desinflar.
- Nada – respondió con voz tristona. Eso me hizo pensar que a lo mejor me estaba pasando un poco con mi plan de haberme olvidado su cumpleaños. – Es solo que… ¿No sabes qué día es hoy?
Me encogí de hombros, siguiendo con la broma.
- No sé. 1 de abril, nada especial… ¡Oh! ¿¡Cómo se me pudo haber olvidado?! – exclamé, dándome una palmada en la frente. Castle levantó la cabeza rápidamente, mirándome con ojos brillantes de la emoción – ¡Hoy echan el capítulo 100 de mi serie favorita!
Y… ahí desaparecía su esperanza. Contuve las ganas de reírme mordiéndome el labio.
- ¿Seguro que hoy no pasa nada más? – preguntó Castle. Hice como que me lo pensaba y entonces volví a hacer lo mismo: dar una palmada y observar cómo se ilusionaba cual niño pequeño.
- Hoy es 1 de abril. ¡Claro! Hoy es el día de los inocentes.
Y otra vez se iba la esperanza de Castle, haciendo que suspirara y se hundiera en la silla. Me mordí la lengua, bajé la voz y susurré:
- ¿Quieres venirte a mi casa esta noche?
- Mejor en la mía… - musitó él, con voz triste.
- Pero ¿y Martha? No quiero que nos vuelva en pillar como la última vez…
Ese comentario arrancó una fugaz sonrisa en la cara del escritor, probablemente estaba recordando en momento.
- No te preocupes, se fue a los Hamptons con un… - Castle frunció el ceño, intentando recordar – catador de olores… No preguntes – dijo al ver mi cara de extrañeza. Oh, sí, eso era algo que había aprendido últimamente: se vive mejor en la ignorancia. Me encogí de hombros y centré mi vista la pantalla del ordenador, escribiendo algo por aquí, quitando de allá y ¡voila! Informe terminado. Miré el reloj de mi padre, parpadeando para humedecer mis ojos.
- Castle.
- ¿Sí? – dijo éste, levantando la cabeza rápidamente.
- ¿Nos vamos ya?
- ¿Terminaste el informe?
- Sip.
- ¡Que rapidez! – exclamó, admirado. Hice un gesto con la boca, la verdad si había sido rápida.
- Tengo ganas de llegar a casa – comenté, con voz sensual. Castle tragó saliva notablemente.
- ¿Tienes algo pensado para esta noche? – preguntó tras aclararse la garganta. Sonreí, traviesamente.
- Quien sabe… - cogí mi chaqueta y fui al ascensor, sin esperarle. Sabía que caminaría a paso rápido hasta ponerse a mi altura, hecho un manojo de nervios. – Bueno, Castle, no te puedes quejar… Has sobrevivido al día de los inocentes sin acabar escayolado, asesinado por la cafetera, mordido por un perro, atascado en un ascensor…
- Vale, vale. No hace falta que sigas – la cortó el escritor. – Supongo que en parte tiene que ver con que los chicos no hayan estado casi aquí.
- Es cierto… ¿Qué andarán haciendo? – nos miramos y nos encogimos de hombros a la vez. Al darnos cuenta, sonreímos, con ganas de llegar ya a casa.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Josh no es, anda perdido con las tribus de algún lugar de Asia. – informó Esposito, dejando el móvil en la mesa y dando un sorbo a su cerveza.
- Me alegro, no me caía nada bien. Tenía una pinta de falso… - contestó Ryan desde la otra punta del salón de su compañero. Cogió el bloc de notas y tachó el nombre de Josh Davidson. – Yo he hablado con robos y Demming tampoco puede ser, al parecer está en una relación seria con una abogada.
- Hum – Espo hizo un gesto, acercándose a donde estaba su amigo. Le tocaba tirar en el Wii Sports. – Tampoco me era simpático.
Ryan le dio la razón y fue a buscarse otra cerveza.
- ¿Crees que Beckett sospechará? – preguntó. Espo negó con la cabeza y le hizo un gesto para que le trajera a él una.
- ¿Y Castle?
- No sé, hermano. Me choca mucho… Tal y como es Castle no ha dado signos de estar celoso ni interesado en saber quién es.
- Ya… Es raro, quizá es que él también tenga una novia secreta y no quiera que investiguemos.
Esposito se encogió de hombros y se apartó para dejarle espacio a Ryan. Cogió el bloc y tachó a Demming mientras miraba quien les quedaba:
- Sorenson esta ilocalizable. Demming, descartado. Josh, descartado. ¿Castle? – garabateó el nombre rodeado de muchos interrogantes. Miró su compañero y luego al bloc, frunciendo el ceño.
- Habrá que averiguarlo… - dijo Ryan, antes de anotarse un home run.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¿Castle? – pregunté, buscándole por el salón. Me apreté el cinturón de la bata para que no se viera lo que llevaba debajo y volví a llamarle.
- Estoy aquí – respondió desde el despacho. Le cogí de la mano, tirando de él hacia el sillón, notando su vista clavada en mi bata. Impidiendo que me tocara, ya que entonces arruinaría mi sorpresa, le besé tentadoramente. Castle gimió, luchando por liberarse.
- Te propongo un juego – comenté, divertida mientras me sentaba en el sillón, lejos de él. Me miró, inquisitivamente, esperando – Verdad o atrevimiento.
- ¿En serio? ¿Hemos vuelto a mi época de adolescente rebelde?
- Ssshh, no me arruines la sorpresa. Empiezo yo – sonreí traviesamente - ¿Qué eliges? ¿Verdad o atrevimiento?
- Verdad – respondió Castle rápidamente.
- ¿En serio te tragaste toda mi farsa de que no recuerdo que hoy es 1 de abril, el día de tu cumpleaños? – se le iluminó la mirada, sonriendo abiertamente.
- ¡Sabía que era una broma! – exclamó, ilusionado. Me reí, verle así merecía la pena. Se quiso acercar a mí pero le frené con una mano. Castle me miró, contrariado. - ¿Qué pasa?
- ¿No quieres tu regalo antes del postre? Bueno, TUS regalos… - dije, remarcando el plural. Abrió muchos los ojos, sorprendido.
- ¡Claro! ¡Venga, venga!
Adoraba verle como un niño pequeño… Me mordí el labio, juguetonamente, y saqué del cojín que tenía en la espalda un paquete. Se lo iba a dar cuando le llamaron por teléfono. Con cara de fastidio, cogió el iPhone del bolsillo del culo y respondió:
- Castle al habla. - … - Gracias chicos, os lo agradezco de verás. - … - Bueno, sí, hablamos mañana que ahora estoy ocupado ¿vale? - … - Sí, sí – apenas les estaba prestando atención y estaba segura de que ellos se daban cuenta. Castle se despidió con un rápido "Adiós y gracias de nuevo" y colgó si dar tiempo a que contestaran al otro lado.
Me miró, apenas controlando su emoción y nerviosismo. Quitó el papel rápidamente y se quedó mirando el regalo, maravillado.
- ¿En serio? – preguntó, entre ilusionado y enternecido. Asentí, contenta de que le gustara. – Pero… Aquí solo hay un chaleco.
- Eps – levanté un dedo, parándole – Ahí entra en juego mí segundo regalo.
Sensualmente, fui deshaciendo lentamente el nudo de mi bata, viendo la cara de tonto que se le quedó a Castle. Seguro que ya estaba su mente sucia desvariando… Dejé caer el cinturón al suelo. Los ojos de Castle se habían oscurecido rápidamente por el deseo y me recorrió con la mirada de arriba abajo. Se levantó, acercándose a mí, pegando nuestros cuerpos. Cogió los bordes de mi bata y la apartó mientras me besaba. Sonreí en su beso y me separé, girando para que pudiera admirar mi traje.
- ¿Te gusta? – Castle se rio pero asintió.
- No te voy a negar que esperaba otra cosa…
- Oh, entonces… ¿No te apetece una partidita ahora? – dije mientras apoyaba la pistola del laser tag en mi mejilla y reposaba mi mano en la cintura en una pose sensual.
- ¿Al mejor de cinco? – contestó Castle, separándose de mi rápidamente, buscando la columna para esconderse.
- Al mejor de diez. Empezando… ¡YA! – mientras me reía, corrí a esconderme detrás del sillón, apagando la luz por el camino.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¿No crees que nos estamos pasando? – preguntó Ryan, sujetando la mano de su compañero antes de que éste llamara a la puerta.
- No. Ya le oíste. Castle se vuelve loco en su cumpleaños y esta vez ni nos ha prestado atención. A éste le pasa algo…
- Aun así, ¿hacía falta venir hasta aquí? – rebatió Ryan, señalando con la mano el pasillo que conducía al loft de Castle.
- Mira, yo quiero averiguar que pasa aquí. Parece que todo el mundo lo sabe menos nosotros. Y Gates… ¡Odio esa sensación! ¿No te parece injusto? – dijo Esposito. Ryan dudó por unos segundos pero luego asintió:
- ¡Qué narices! Es injusto. Venga.
Iban a llamar cuando oyeron ruidos al otro lado de la puerta. Ryan hizo un gesto de silencio y se llevó la mano a la cintura. Se oyó un golpe, un gritó, algo que se rompía y luego el golpe de alguien cayendo al suelo. Los dos detectives intercambiaron una mirada, desenfundando las armas. Esposito llevó la cuenta con una mano y a la de tres dieron una patada a la puerta, abriéndola de golpe:
- ¡NYPD! – gritaron mientras entraban, pero se quedaron parados en la entrada, con la boca abierta. Bajaron las armas y Ryan encontró la voz para exclamar:
- ¿¡BECKETT?!
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Esposito y Ryan traspasaron las puertas de la morgue a medio correr, llamando a Lanie a gritos. Vieron los cadáveres en sus camillas, tapados por sábanas azules, pero ni rastro de la forense.
- Hermano, llámala y pregunta. – dijo Ryan con un gesto de cabeza.
- ¿Y porque tengo que llamarla yo? – preguntó Espo.
- Porque eres tú el que estuvo liado con ella… - respondió su compañero como si fuera obvio. Esposito hizo un gesto como de que tenía razón y sacó el móvil del bolsillo. Se apoyó en una camilla mientras esperaba. La canción de "Fuck U Betta" llenó la morgue, aumentando de volumen a medida que los segundos pasaban. Los dos detectives intercambiaron miradas de desconcierto.
- Esto es muy raro, colega. Lanie está siempre pegada al whatsapp, dudo que se olvidara el móvil.
- ¿Entonces…? ¿Insinúas que quizá le ha pasado algo? – inquirió Ryan, enarcando las cejas. Su compañero se encogió de hombros, sin saber que más pensar.
- Todo parece apuntar a eso.
Entonces Ryan palideció de golpe y abrió la boca, pero sin lograr articular palabra. Levantó una mano, señalando algo por encima del hombro de Esposito. Éste frunció el ceño, extrañado, y se giró:
- ¡AAAH! ¡JODER, LANIE! – gritó mientras saltaba hacia atrás, apartándose de la camilla en la que se había apoyado. La forense se sujetó la barriga, riéndose a carcajadas, empezando a llorar de la risa.
- Ay, tendrías… Tendrías que haberte visto la cara… - articuló entre risa y risa, casi sin aire. – Y Ryan… jajaja – no pudo continuar hablando.
- ¿Y qué esperas que haga si de repente te levantas de una camilla? ¿Se puede saber a qué juegas? – preguntó Espo, enfadado de haberse asustado. Lanie se secó las lágrimas e intentó tranquilizarse.
- Es 1 de abril, tontos. ¡Feliz día de los inocentes! Cuando os oí entrar llamándome a gritos decidí adelantar la broma que tenía reservada para Castle… No sé cómo no os disteis cuenta, me estaba partiendo de la risa por la anticipación.
Ryan sonrió de lado, todavía recuperándose del susto de haber visto una sábana azul que él creía que tapaba a un muerto, alzarse con una mano alargada hacia su compañero. Lanie bajó de la camilla y se alisó el traje:
- ¿Qué queríais? – preguntó, conteniendo la risa todavía. Esposito y Ryan intercambiaron miradas, y al final el primero se lo explicó todo a la forense. Ésta puso cara de póker y frunció el ceño.
- No voy a traicionar a mi amiga porque a vosotros os de por creeros Sherlock Holmes.
- Somos detectives, nos pueden los instintos – justificó Espo.
- Además, Beckett es como una hermana, solo queremos asegurarnos de que el tipo sea decente… - argumentó Ryan.
- No me vais a convencer. Hice un voto de silencio… - Lanie se encogió de hombros y se dio la vuelta, dando a entender que la charla había acabado. Los detectives se miraron, suspirando.
- Vaaaaale… Pero no nos rendiremos. – dijo Esposito. La forense hizo un gesto con la mano, sin volverse a mirarles. Cuando oyó las puertas cerrarse tras ellos, cogió su móvil y mandó un mensaje a Beckett.
"Nena, no se habrás hecho pero los chicos me han interrogado sobre ti y el chico escritor. No he soltado prenda pero no se rendirán"
"No es lo que hice yo sino lo que me hizo Castle sin avisar…" Respondió Beckett. Lanie abrió la boca, sorprendida.
"Eres una malosa, detective. ¿Voy a tener que vigilarte de cerca?"
"Raour. No conoces mi lado más salvaje jajaja". La forense soltó una carcajada, y meneando la cabeza comentó en voz alta y a nadie en particular:
- Solo necesitaba un poco de sexo del bueno para desmelenarse…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Un suspiró se volvió a oír, desconcentrándome. Ya era el quincuagésimo décimo del día. Me giré hacia Castle, levantando una ceja:
- ¿Qué te pasa? Como sigas suspirando te vas a desinflar.
- Nada – respondió con voz tristona. Eso me hizo pensar que a lo mejor me estaba pasando un poco con mi plan de haberme olvidado su cumpleaños. – Es solo que… ¿No sabes qué día es hoy?
Me encogí de hombros, siguiendo con la broma.
- No sé. 1 de abril, nada especial… ¡Oh! ¿¡Cómo se me pudo haber olvidado?! – exclamé, dándome una palmada en la frente. Castle levantó la cabeza rápidamente, mirándome con ojos brillantes de la emoción – ¡Hoy echan el capítulo 100 de mi serie favorita!
Y… ahí desaparecía su esperanza. Contuve las ganas de reírme mordiéndome el labio.
- ¿Seguro que hoy no pasa nada más? – preguntó Castle. Hice como que me lo pensaba y entonces volví a hacer lo mismo: dar una palmada y observar cómo se ilusionaba cual niño pequeño.
- Hoy es 1 de abril. ¡Claro! Hoy es el día de los inocentes.
Y otra vez se iba la esperanza de Castle, haciendo que suspirara y se hundiera en la silla. Me mordí la lengua, bajé la voz y susurré:
- ¿Quieres venirte a mi casa esta noche?
- Mejor en la mía… - musitó él, con voz triste.
- Pero ¿y Martha? No quiero que nos vuelva en pillar como la última vez…
Ese comentario arrancó una fugaz sonrisa en la cara del escritor, probablemente estaba recordando en momento.
- No te preocupes, se fue a los Hamptons con un… - Castle frunció el ceño, intentando recordar – catador de olores… No preguntes – dijo al ver mi cara de extrañeza. Oh, sí, eso era algo que había aprendido últimamente: se vive mejor en la ignorancia. Me encogí de hombros y centré mi vista la pantalla del ordenador, escribiendo algo por aquí, quitando de allá y ¡voila! Informe terminado. Miré el reloj de mi padre, parpadeando para humedecer mis ojos.
- Castle.
- ¿Sí? – dijo éste, levantando la cabeza rápidamente.
- ¿Nos vamos ya?
- ¿Terminaste el informe?
- Sip.
- ¡Que rapidez! – exclamó, admirado. Hice un gesto con la boca, la verdad si había sido rápida.
- Tengo ganas de llegar a casa – comenté, con voz sensual. Castle tragó saliva notablemente.
- ¿Tienes algo pensado para esta noche? – preguntó tras aclararse la garganta. Sonreí, traviesamente.
- Quien sabe… - cogí mi chaqueta y fui al ascensor, sin esperarle. Sabía que caminaría a paso rápido hasta ponerse a mi altura, hecho un manojo de nervios. – Bueno, Castle, no te puedes quejar… Has sobrevivido al día de los inocentes sin acabar escayolado, asesinado por la cafetera, mordido por un perro, atascado en un ascensor…
- Vale, vale. No hace falta que sigas – la cortó el escritor. – Supongo que en parte tiene que ver con que los chicos no hayan estado casi aquí.
- Es cierto… ¿Qué andarán haciendo? – nos miramos y nos encogimos de hombros a la vez. Al darnos cuenta, sonreímos, con ganas de llegar ya a casa.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Josh no es, anda perdido con las tribus de algún lugar de Asia. – informó Esposito, dejando el móvil en la mesa y dando un sorbo a su cerveza.
- Me alegro, no me caía nada bien. Tenía una pinta de falso… - contestó Ryan desde la otra punta del salón de su compañero. Cogió el bloc de notas y tachó el nombre de Josh Davidson. – Yo he hablado con robos y Demming tampoco puede ser, al parecer está en una relación seria con una abogada.
- Hum – Espo hizo un gesto, acercándose a donde estaba su amigo. Le tocaba tirar en el Wii Sports. – Tampoco me era simpático.
Ryan le dio la razón y fue a buscarse otra cerveza.
- ¿Crees que Beckett sospechará? – preguntó. Espo negó con la cabeza y le hizo un gesto para que le trajera a él una.
- ¿Y Castle?
- No sé, hermano. Me choca mucho… Tal y como es Castle no ha dado signos de estar celoso ni interesado en saber quién es.
- Ya… Es raro, quizá es que él también tenga una novia secreta y no quiera que investiguemos.
Esposito se encogió de hombros y se apartó para dejarle espacio a Ryan. Cogió el bloc y tachó a Demming mientras miraba quien les quedaba:
- Sorenson esta ilocalizable. Demming, descartado. Josh, descartado. ¿Castle? – garabateó el nombre rodeado de muchos interrogantes. Miró su compañero y luego al bloc, frunciendo el ceño.
- Habrá que averiguarlo… - dijo Ryan, antes de anotarse un home run.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¿Castle? – pregunté, buscándole por el salón. Me apreté el cinturón de la bata para que no se viera lo que llevaba debajo y volví a llamarle.
- Estoy aquí – respondió desde el despacho. Le cogí de la mano, tirando de él hacia el sillón, notando su vista clavada en mi bata. Impidiendo que me tocara, ya que entonces arruinaría mi sorpresa, le besé tentadoramente. Castle gimió, luchando por liberarse.
- Te propongo un juego – comenté, divertida mientras me sentaba en el sillón, lejos de él. Me miró, inquisitivamente, esperando – Verdad o atrevimiento.
- ¿En serio? ¿Hemos vuelto a mi época de adolescente rebelde?
- Ssshh, no me arruines la sorpresa. Empiezo yo – sonreí traviesamente - ¿Qué eliges? ¿Verdad o atrevimiento?
- Verdad – respondió Castle rápidamente.
- ¿En serio te tragaste toda mi farsa de que no recuerdo que hoy es 1 de abril, el día de tu cumpleaños? – se le iluminó la mirada, sonriendo abiertamente.
- ¡Sabía que era una broma! – exclamó, ilusionado. Me reí, verle así merecía la pena. Se quiso acercar a mí pero le frené con una mano. Castle me miró, contrariado. - ¿Qué pasa?
- ¿No quieres tu regalo antes del postre? Bueno, TUS regalos… - dije, remarcando el plural. Abrió muchos los ojos, sorprendido.
- ¡Claro! ¡Venga, venga!
Adoraba verle como un niño pequeño… Me mordí el labio, juguetonamente, y saqué del cojín que tenía en la espalda un paquete. Se lo iba a dar cuando le llamaron por teléfono. Con cara de fastidio, cogió el iPhone del bolsillo del culo y respondió:
- Castle al habla. - … - Gracias chicos, os lo agradezco de verás. - … - Bueno, sí, hablamos mañana que ahora estoy ocupado ¿vale? - … - Sí, sí – apenas les estaba prestando atención y estaba segura de que ellos se daban cuenta. Castle se despidió con un rápido "Adiós y gracias de nuevo" y colgó si dar tiempo a que contestaran al otro lado.
Me miró, apenas controlando su emoción y nerviosismo. Quitó el papel rápidamente y se quedó mirando el regalo, maravillado.
- ¿En serio? – preguntó, entre ilusionado y enternecido. Asentí, contenta de que le gustara. – Pero… Aquí solo hay un chaleco.
- Eps – levanté un dedo, parándole – Ahí entra en juego mí segundo regalo.
Sensualmente, fui deshaciendo lentamente el nudo de mi bata, viendo la cara de tonto que se le quedó a Castle. Seguro que ya estaba su mente sucia desvariando… Dejé caer el cinturón al suelo. Los ojos de Castle se habían oscurecido rápidamente por el deseo y me recorrió con la mirada de arriba abajo. Se levantó, acercándose a mí, pegando nuestros cuerpos. Cogió los bordes de mi bata y la apartó mientras me besaba. Sonreí en su beso y me separé, girando para que pudiera admirar mi traje.
- ¿Te gusta? – Castle se rio pero asintió.
- No te voy a negar que esperaba otra cosa…
- Oh, entonces… ¿No te apetece una partidita ahora? – dije mientras apoyaba la pistola del laser tag en mi mejilla y reposaba mi mano en la cintura en una pose sensual.
- ¿Al mejor de cinco? – contestó Castle, separándose de mi rápidamente, buscando la columna para esconderse.
- Al mejor de diez. Empezando… ¡YA! – mientras me reía, corrí a esconderme detrás del sillón, apagando la luz por el camino.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¿No crees que nos estamos pasando? – preguntó Ryan, sujetando la mano de su compañero antes de que éste llamara a la puerta.
- No. Ya le oíste. Castle se vuelve loco en su cumpleaños y esta vez ni nos ha prestado atención. A éste le pasa algo…
- Aun así, ¿hacía falta venir hasta aquí? – rebatió Ryan, señalando con la mano el pasillo que conducía al loft de Castle.
- Mira, yo quiero averiguar que pasa aquí. Parece que todo el mundo lo sabe menos nosotros. Y Gates… ¡Odio esa sensación! ¿No te parece injusto? – dijo Esposito. Ryan dudó por unos segundos pero luego asintió:
- ¡Qué narices! Es injusto. Venga.
Iban a llamar cuando oyeron ruidos al otro lado de la puerta. Ryan hizo un gesto de silencio y se llevó la mano a la cintura. Se oyó un golpe, un gritó, algo que se rompía y luego el golpe de alguien cayendo al suelo. Los dos detectives intercambiaron una mirada, desenfundando las armas. Esposito llevó la cuenta con una mano y a la de tres dieron una patada a la puerta, abriéndola de golpe:
- ¡NYPD! – gritaron mientras entraban, pero se quedaron parados en la entrada, con la boca abierta. Bajaron las armas y Ryan encontró la voz para exclamar:
- ¿¡BECKETT?!
Re: Pillados por las manzanas
que bueno, me encanta, continua pronto que esta super divertido.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
Esta muy bien soretodo el final jajaja quiero saber que pasa continualopronto
BESOSS
BESOSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Pillados por las manzanas
Jajajajajaja, lo que me he podido reír con el final, ha estado muy bien.
Continúa pronto.
Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Pillados por las manzanas
Me pillas en la cocina, la cara embadurnada de harina,......... con las manos en la masa, jajajajajajajaja
Esto si que es divertido, me encanta, muy bien todos ellos, pero lo que más me gusta es el humor que le pones, jajajajajaja
Sigue pronto que son muy entretenidos, y la curiosidad de lo que pasa con esta escena es muy grande, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
Esto si que es divertido, me encanta, muy bien todos ellos, pero lo que más me gusta es el humor que le pones, jajajajajaja
Sigue pronto que son muy entretenidos, y la curiosidad de lo que pasa con esta escena es muy grande, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
ooooh han sidooo "PILLADOS" jejej me encantó el capi ahora tendran que dar explicacioneees jajaja aunque solo estuvieran jugando...
ya quieroo leer la contiii me has dejado con las ganas de leer mas asi que subela prontoo plisss
ya quieroo leer la contiii me has dejado con las ganas de leer mas asi que subela prontoo plisss
Re: Pillados por las manzanas
JJAJAJAJAJA SIGUEEEEE
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Pillados por las manzanas
Me encanta!
Aquí otra fan de tu fanfic!
Aquí otra fan de tu fanfic!
Aliciaa- Ayudante de policia
- Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Pillados por las manzanas
Este va dedicado a mi navy, que hoy tenía un día malo... ¡Anímate guapísima! Espero que os guste la continuación y avisaros que esto no termina todavía muajajaja ¿Un comentario, plis?
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¿Alguna vez en mi vida había pasado tanta vergüenza? ¿Alguna vez había estado tan frustrada por semejante interrupción? ¿Alguna vez me habían pillado en esa situación, con esas pintas? ¿Alguna vez había estado tan ruborizada? ¿Alguna vez me había quedado tan en blanco que no sabía ni como me llamaba? Sí, eso sí. Cada vez que me perdía en los ojos de Castle, pero no era ese el caso… Como una autómata, totalmente desconectada mi mente de mi cuerpo; me quedé mirando a unos horrorizados, traicionados, estupefactos, sorprendidos… un mix de sentimientos que se reflejaban en las caras de Esposito y Ryan, que estaban aún parados en la puerta, pistola en mano y postura de ataque. Lentamente, empujé el pecho de Castle con mis manos, diciéndole sin palabras que se retirara de encima de mí. Éste tardó en reaccionar, tan descolocado como yo por haber sido pillados en ese preciso momento. ¿No podrían haber venido antes cuando yo aún estaba vestida? ¿O después cuando me habría dado tiempo a vestirme? Parecía que tenían una alarma para interrumpirnos en los mejores momentos, en los más importantes.
Como si lo estuviese viendo todo desde fuera y no desde mi cuerpo, me vi levantándome y ayudando a Castle. El chaleco del laser tag estaba tirado al lado de la mesa del salón, junto con la camisa de Castle. Me abroché algunos botones de la camisa, de mala manera, sin fijarme en que estaba colocándolos mal, solo quería taparme de las taladradoras miradas de mis compañeros. Crucé los brazos en mi pecho, escondiendo así mi negro sujetador de encaje, y cambié el peso de una pierna a otra, sin saber que decir. Castle se aclaró la garganta y Esposito y Ryan parecieron reaccionar por fin. Guardaron las armas y se cruzaron de brazos, obviamente, esperando una explicación. Me adelanté un paso solo para volver a retroceder, rascándome la cabeza. "Y ahora… ¿¡Qué les digo yo?!" pensé mientras me estrujaba el cerebro en busca de una respuesta. Miré a Castle, suplicante, rogándole que me ayudara. Tragó saliva, recibiendo mi mensaje y miró al suelo, buscando las palabras adecuadas. Se inclinó a la izquierda, ahora siempre me daba cuenta desde que Meredith me lo comentó, me daba rabia no haberlo visto antes…
- Emm… Chicos, ¿sabéis que día es hoy? – preguntó Castle. Le miré abriendo mucho los ojos, sin saber que pretendía.
- Tu cumpleaños, ya lo sabemos – respondió Esposito fríamente, enfadado. Me dolía verle así…
- A parte de eso, hoy es el día de los inocentes.
- ¿Y? – habló Ryan, entrecerrando los ojos.
- ¡Inocentes! – exclamó Castle sin mucho ánimo.
Ryan levantó una ceja, echó la cabeza un poco para atrás y volvió a entrecerrar los ojos.
- ¿En serio? ¿De veras crees que nos lo vamos a tragar? O sea, entramos en tu casa porque oímos golpes – señaló el suelo con un dedo – y algo que se rompía. – Su dedo acusador apuntó al jarrón que había caído en medio de la pelea – Pensábamos que te estaban atacando, Castle. ¡Eres nuestro hermano! – "Ya no" murmuró Esposito. Ryan se giró hacia él, asintiendo con gravedad.
- Chicos, un… - empecé a decir, defendiendo a Castle, aprovechando para acercarme un poco más al escritor.
- Espera. Por favor. – Me interrumpió Espo antes de seguir exponiendo las circunstancias de nuestro encuentro – Veníamos preparados para defenderte de tu atacante, pensando que por cómo eres, debía de ser un hombre corpulento o con muy malas pulgas. Veníamos a protegerte, a salvarte. ¡Hasta derribamos la puerta! Lo que fuera para librarte de ese "atacante" – El detective dibujo unas comillas en el aire.
- Exacto. Estábamos preocupados de verdad, tío. Nos olimos algo al oír que estabas tan despistado, tan frío cuando te felicitamos. Tú siempre te vuelves loco con tu cumpleaños… Supusimos que algo estaba pasando así que vinimos solo para cerciorarnos de que estabas bien, hermano. ¿Y que nos encontramos? ¡Qué estás más que ocupado! – siguió Ryan, abriendo los brazos para ser más expresivo. Yo cambié otra vez el peso de pierna, sin saber qué hacer, simplemente acercándome cada vez más a Castle para apoyarle. El pobre solo había dado la cara por mí…
- ¡Joder si estaba ocupado! ¿Tú sabes lo que es entrar esperando encontrarte a ti medio muerto en el suelo y encontrarte en el suelo pero muuuuy vivo? Vamos, tardamos un poco más y esto habría sido porno… - dijo Espo, jocoso.
- ¡Nunca habíamos visto a Beckett así! Tan desatada, tan llena de deseo, tan apasionada… Por cierto, me gusta ese encaje. ¿Qué marca es? A Jenny le encantaría por su cumpleaños - Solté una carcajada al comprender que solo estaban de coña, me acerqué a ellos y les di un golpe en el hombro.
- Auch – se quejaron.
- ¡Ni auch ni leches! ¿Sabéis el susto que nos habéis dado? A parte de que nos habéis cortado el rollo de mala manera… - dije medio enfadada. Castle seguía sin reaccionar.
- ¡Oye! ¡Que los del secreto sois vosotros! ¡Estamos en nuestro derecho de vengarnos! – exclamó Ryan, saliendo fuera de mi alcance y levantando ambas manos.
- Mira, no me piques… Si no os lo hemos contado es por lo discretos que sois…
- Jo, ¿no confiáis en nosotros? Me lo esperaba de Castle pero no de ti, Beckett – Esposito puso cara de pena.
- Tonto – dije, empujándole suavemente. Él sonrió y me dio un abrazo.
- Entonces… ¿era una broma? – inquirió Castle, totalmente perdido. Todos nos reímos, mirándole. Me acerqué a él y le susurré:
- Te puedo asegurar que lo de antes no era una broma. – levanté el tono para que me oyeran – Lo suyo si fue una broma.
- ¡Yo os mato! ¡Qué mal me lo habéis hecho pasar! – se quejó Castle. Volvimos a reírnos y Ryan preguntó:
- ¿Desde cuándo lo sabe Lanie? Me acabo de dar cuenta de que nos dio largas al interrogarla…
- Hace poco, también nos pilló… - contesté, encogiéndome de hombros.
- Wow, sí que estáis recuperando el tiempo perdido eh…
Castle me sujetó de la cintura para que no fuera a darle a Esposito, que riéndose salió medio corriendo hacia atrás. Tropezó con algo y se cayó de culo al suelo, todavía riéndose.
- Karma – dije, sacándole la lengua. Él me hizo un gesto nada bonito y aceptó la mano que su compañero le tendía para levantarse.
- ¿Y cuando pasó el milagro? – preguntó, sacudiéndose los pantalones.
Castle y yo nos miramos por lo que parecieron horas aunque fueron segundos.
- Cuando yo renuncié – respondí al mismo tiempo que Castle decía "Cuando Beckett renunció". La sonrisa de Ryan flaqueó un poco, lo había pasado mal esas semanas. Espo le dio un cariñoso golpe en el hombro con el puño y sonrió.
- Tío, me debes… ¿Cuánto eran? ¿100 pavos?
- ¡Ey, ey, ey! – paró Ryan a su compañero, que ya estaba con la mano extendida. Levantó un dedo y se giró hacia nosotros - ¿Quién fue el que dio el paso?
- ¿En serio? ¿Apostasteis eso? ¿Y la vida privada que? – Ellos le quitaron importancia con un gesto mientras yo exclamaba, haciéndome la sorprendida.
- Ciertamente, creo que fue Beckett. Fue ella la que vino a buscarme, yo pensaba desaparecer del mapa. – una sensación de tristeza me invadió al recordar lo mal que le había tratado. Eso me perseguiría para siempre… Castle lo notó y me apretó contra su cuerpo, cariñosamente.
Ryan dio un salto mientras daba una palmada, cosa curiosa. Contuve una carcajada, mordiéndome la lengua para no decir nada.
- ¡JA! Desembolsa los 100 pavos, hermano. – Esposito puso cara de haber olido la basura y lentamente, sacó el dinero de la cartera. Ryan tiró de ellos para conseguir quitárselos a su compañero y se los restregó por la cara. – Gracias, Beckett. Apostaré por ti siempre.
- Lo siento, tío… Te juro que la noche anterior lo intenté yo pero esta señorita es muy cabezota – se disculpó Castle. Espo sonrió e hizo un gesto con la mano.
- Ya… Si yo mejor que nadie debería saber eso…
Castle se extrañó ante ese comentario y me miró, pero yo puse cara de póker. No ahora…
- Os dejamos para que podáis seguir… jugando, claro. – dijo Ryan, burlón. Iban a salir por la puerta, cuando les llamé:
- ¡Chicos! ¿Os puedo pedir un último favor? – pregunté, ahora seria. Ellos se giraron hacia nosotros, que seguíamos abrazados, y asintieron. – No le contéis o deis a entender nada a Gates, por favor, si lo descubre echará a Castle…
Ellos sonrieron de lado.
- ¿Por quién nos tomas? – preguntó Esposito.
- Eso. No somos cotillas – secundó Ryan. Levanté la ceja, mirándoles escéptica y Ryan rectificó – Bueno, no lo vamos gritando a los cuatro vientos…
Sonreí, asintiendo. Ellos se fueron, colocando la puerta de forma que daba el pego a menos que la empujaras. Me giré en cuanto les vi desaparecer, y entrelacé mis dedos por detrás de la nuca de Castle, perdiéndome en ese mar azul que eran sus ojos.
- Al fin solos… - susurré sobre sus labios.
Nos besamos lentamente, disfrutando el uno del otro, sin prisa ni desenfreno. Me separé cuando los pulmones me pidieron oxígeno a gritos y le acaricié la mejilla.
- ¿Por dónde íbamos?
Castle sonrió traviesamente y me cogió en brazos de golpe, haciendo que se me escapara un gritito.
- Detective, ha sido usted muy mala. No tiene ningún derecho a quedarse callado y no puede buscar abogado hasta que la haya torturado un poquito. – fue diciendo Castle, intercalando besos por todo mi cuello y mis labios, sonriendo con cara suspiro y gemido que se escapaba de mi garganta.
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¿Alguna vez en mi vida había pasado tanta vergüenza? ¿Alguna vez había estado tan frustrada por semejante interrupción? ¿Alguna vez me habían pillado en esa situación, con esas pintas? ¿Alguna vez había estado tan ruborizada? ¿Alguna vez me había quedado tan en blanco que no sabía ni como me llamaba? Sí, eso sí. Cada vez que me perdía en los ojos de Castle, pero no era ese el caso… Como una autómata, totalmente desconectada mi mente de mi cuerpo; me quedé mirando a unos horrorizados, traicionados, estupefactos, sorprendidos… un mix de sentimientos que se reflejaban en las caras de Esposito y Ryan, que estaban aún parados en la puerta, pistola en mano y postura de ataque. Lentamente, empujé el pecho de Castle con mis manos, diciéndole sin palabras que se retirara de encima de mí. Éste tardó en reaccionar, tan descolocado como yo por haber sido pillados en ese preciso momento. ¿No podrían haber venido antes cuando yo aún estaba vestida? ¿O después cuando me habría dado tiempo a vestirme? Parecía que tenían una alarma para interrumpirnos en los mejores momentos, en los más importantes.
Como si lo estuviese viendo todo desde fuera y no desde mi cuerpo, me vi levantándome y ayudando a Castle. El chaleco del laser tag estaba tirado al lado de la mesa del salón, junto con la camisa de Castle. Me abroché algunos botones de la camisa, de mala manera, sin fijarme en que estaba colocándolos mal, solo quería taparme de las taladradoras miradas de mis compañeros. Crucé los brazos en mi pecho, escondiendo así mi negro sujetador de encaje, y cambié el peso de una pierna a otra, sin saber que decir. Castle se aclaró la garganta y Esposito y Ryan parecieron reaccionar por fin. Guardaron las armas y se cruzaron de brazos, obviamente, esperando una explicación. Me adelanté un paso solo para volver a retroceder, rascándome la cabeza. "Y ahora… ¿¡Qué les digo yo?!" pensé mientras me estrujaba el cerebro en busca de una respuesta. Miré a Castle, suplicante, rogándole que me ayudara. Tragó saliva, recibiendo mi mensaje y miró al suelo, buscando las palabras adecuadas. Se inclinó a la izquierda, ahora siempre me daba cuenta desde que Meredith me lo comentó, me daba rabia no haberlo visto antes…
- Emm… Chicos, ¿sabéis que día es hoy? – preguntó Castle. Le miré abriendo mucho los ojos, sin saber que pretendía.
- Tu cumpleaños, ya lo sabemos – respondió Esposito fríamente, enfadado. Me dolía verle así…
- A parte de eso, hoy es el día de los inocentes.
- ¿Y? – habló Ryan, entrecerrando los ojos.
- ¡Inocentes! – exclamó Castle sin mucho ánimo.
Ryan levantó una ceja, echó la cabeza un poco para atrás y volvió a entrecerrar los ojos.
- ¿En serio? ¿De veras crees que nos lo vamos a tragar? O sea, entramos en tu casa porque oímos golpes – señaló el suelo con un dedo – y algo que se rompía. – Su dedo acusador apuntó al jarrón que había caído en medio de la pelea – Pensábamos que te estaban atacando, Castle. ¡Eres nuestro hermano! – "Ya no" murmuró Esposito. Ryan se giró hacia él, asintiendo con gravedad.
- Chicos, un… - empecé a decir, defendiendo a Castle, aprovechando para acercarme un poco más al escritor.
- Espera. Por favor. – Me interrumpió Espo antes de seguir exponiendo las circunstancias de nuestro encuentro – Veníamos preparados para defenderte de tu atacante, pensando que por cómo eres, debía de ser un hombre corpulento o con muy malas pulgas. Veníamos a protegerte, a salvarte. ¡Hasta derribamos la puerta! Lo que fuera para librarte de ese "atacante" – El detective dibujo unas comillas en el aire.
- Exacto. Estábamos preocupados de verdad, tío. Nos olimos algo al oír que estabas tan despistado, tan frío cuando te felicitamos. Tú siempre te vuelves loco con tu cumpleaños… Supusimos que algo estaba pasando así que vinimos solo para cerciorarnos de que estabas bien, hermano. ¿Y que nos encontramos? ¡Qué estás más que ocupado! – siguió Ryan, abriendo los brazos para ser más expresivo. Yo cambié otra vez el peso de pierna, sin saber qué hacer, simplemente acercándome cada vez más a Castle para apoyarle. El pobre solo había dado la cara por mí…
- ¡Joder si estaba ocupado! ¿Tú sabes lo que es entrar esperando encontrarte a ti medio muerto en el suelo y encontrarte en el suelo pero muuuuy vivo? Vamos, tardamos un poco más y esto habría sido porno… - dijo Espo, jocoso.
- ¡Nunca habíamos visto a Beckett así! Tan desatada, tan llena de deseo, tan apasionada… Por cierto, me gusta ese encaje. ¿Qué marca es? A Jenny le encantaría por su cumpleaños - Solté una carcajada al comprender que solo estaban de coña, me acerqué a ellos y les di un golpe en el hombro.
- Auch – se quejaron.
- ¡Ni auch ni leches! ¿Sabéis el susto que nos habéis dado? A parte de que nos habéis cortado el rollo de mala manera… - dije medio enfadada. Castle seguía sin reaccionar.
- ¡Oye! ¡Que los del secreto sois vosotros! ¡Estamos en nuestro derecho de vengarnos! – exclamó Ryan, saliendo fuera de mi alcance y levantando ambas manos.
- Mira, no me piques… Si no os lo hemos contado es por lo discretos que sois…
- Jo, ¿no confiáis en nosotros? Me lo esperaba de Castle pero no de ti, Beckett – Esposito puso cara de pena.
- Tonto – dije, empujándole suavemente. Él sonrió y me dio un abrazo.
- Entonces… ¿era una broma? – inquirió Castle, totalmente perdido. Todos nos reímos, mirándole. Me acerqué a él y le susurré:
- Te puedo asegurar que lo de antes no era una broma. – levanté el tono para que me oyeran – Lo suyo si fue una broma.
- ¡Yo os mato! ¡Qué mal me lo habéis hecho pasar! – se quejó Castle. Volvimos a reírnos y Ryan preguntó:
- ¿Desde cuándo lo sabe Lanie? Me acabo de dar cuenta de que nos dio largas al interrogarla…
- Hace poco, también nos pilló… - contesté, encogiéndome de hombros.
- Wow, sí que estáis recuperando el tiempo perdido eh…
Castle me sujetó de la cintura para que no fuera a darle a Esposito, que riéndose salió medio corriendo hacia atrás. Tropezó con algo y se cayó de culo al suelo, todavía riéndose.
- Karma – dije, sacándole la lengua. Él me hizo un gesto nada bonito y aceptó la mano que su compañero le tendía para levantarse.
- ¿Y cuando pasó el milagro? – preguntó, sacudiéndose los pantalones.
Castle y yo nos miramos por lo que parecieron horas aunque fueron segundos.
- Cuando yo renuncié – respondí al mismo tiempo que Castle decía "Cuando Beckett renunció". La sonrisa de Ryan flaqueó un poco, lo había pasado mal esas semanas. Espo le dio un cariñoso golpe en el hombro con el puño y sonrió.
- Tío, me debes… ¿Cuánto eran? ¿100 pavos?
- ¡Ey, ey, ey! – paró Ryan a su compañero, que ya estaba con la mano extendida. Levantó un dedo y se giró hacia nosotros - ¿Quién fue el que dio el paso?
- ¿En serio? ¿Apostasteis eso? ¿Y la vida privada que? – Ellos le quitaron importancia con un gesto mientras yo exclamaba, haciéndome la sorprendida.
- Ciertamente, creo que fue Beckett. Fue ella la que vino a buscarme, yo pensaba desaparecer del mapa. – una sensación de tristeza me invadió al recordar lo mal que le había tratado. Eso me perseguiría para siempre… Castle lo notó y me apretó contra su cuerpo, cariñosamente.
Ryan dio un salto mientras daba una palmada, cosa curiosa. Contuve una carcajada, mordiéndome la lengua para no decir nada.
- ¡JA! Desembolsa los 100 pavos, hermano. – Esposito puso cara de haber olido la basura y lentamente, sacó el dinero de la cartera. Ryan tiró de ellos para conseguir quitárselos a su compañero y se los restregó por la cara. – Gracias, Beckett. Apostaré por ti siempre.
- Lo siento, tío… Te juro que la noche anterior lo intenté yo pero esta señorita es muy cabezota – se disculpó Castle. Espo sonrió e hizo un gesto con la mano.
- Ya… Si yo mejor que nadie debería saber eso…
Castle se extrañó ante ese comentario y me miró, pero yo puse cara de póker. No ahora…
- Os dejamos para que podáis seguir… jugando, claro. – dijo Ryan, burlón. Iban a salir por la puerta, cuando les llamé:
- ¡Chicos! ¿Os puedo pedir un último favor? – pregunté, ahora seria. Ellos se giraron hacia nosotros, que seguíamos abrazados, y asintieron. – No le contéis o deis a entender nada a Gates, por favor, si lo descubre echará a Castle…
Ellos sonrieron de lado.
- ¿Por quién nos tomas? – preguntó Esposito.
- Eso. No somos cotillas – secundó Ryan. Levanté la ceja, mirándoles escéptica y Ryan rectificó – Bueno, no lo vamos gritando a los cuatro vientos…
Sonreí, asintiendo. Ellos se fueron, colocando la puerta de forma que daba el pego a menos que la empujaras. Me giré en cuanto les vi desaparecer, y entrelacé mis dedos por detrás de la nuca de Castle, perdiéndome en ese mar azul que eran sus ojos.
- Al fin solos… - susurré sobre sus labios.
Nos besamos lentamente, disfrutando el uno del otro, sin prisa ni desenfreno. Me separé cuando los pulmones me pidieron oxígeno a gritos y le acaricié la mejilla.
- ¿Por dónde íbamos?
Castle sonrió traviesamente y me cogió en brazos de golpe, haciendo que se me escapara un gritito.
- Detective, ha sido usted muy mala. No tiene ningún derecho a quedarse callado y no puede buscar abogado hasta que la haya torturado un poquito. – fue diciendo Castle, intercalando besos por todo mi cuello y mis labios, sonriendo con cara suspiro y gemido que se escapaba de mi garganta.
Re: Pillados por las manzanas
me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
Muy bueno. Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Pillados por las manzanas
Esta muy bien sigue pronto
BESOSS
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ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Pillados por las manzanas
!!!!!! BIEN, YA LO SABEN TODOS, LOS AMIGOS ¡¡¡¡¡¡, ahora será más fácil pues cuentan con ellos para que les echen una mano con Gates, jajajajajajajaja
Muy buena la broma, jajajajaja, conque el día de los inocentes, y ¿¿¿¿ quienes eran los inocentes ?????, claro que yo me pregunto, cómo es que el día de los inocentes es en Abril, ¿¿¿ desde cuando y quién lo ha cambiado ???, por que mis últimas noticias eran del 28 de Diciembre, eso sí en España.
Sigue pronto que está muy interesante y subiendo, jajajajajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
agecastbet escribió:
!!!!!! BIEN, YA LO SABEN TODOS, LOS AMIGOS ¡¡¡¡¡¡, ahora será más fácil pues cuentan con ellos para que les echen una mano con Gates, jajajajajajajaja
Muy buena la broma, jajajajaja, conque el día de los inocentes, y ¿¿¿¿ quienes eran los inocentes ?????, claro que yo me pregunto, cómo es que el día de los inocentes es en Abril, ¿¿¿ desde cuando y quién lo ha cambiado ???, por que mis últimas noticias eran del 28 de Diciembre, eso sí en España.
Sigue pronto que está muy interesante y subiendo, jajajajajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS
Inocentes inocentes no hay ninguno jajajaja
El día 1 de abril es April fools en EEUU, Portugal, Reino Unido y algunos países más; no es una invención mía
Seguiré lo más pronto que pueda, gracias por leer y comentar siempre
Re: Pillados por las manzanas
Me ha encantado. Creo que no había comentado antes y fallo grande el mio de no haberlo echo. Me ha encantado, maravilloso, una historia muy muy divertido. Me ha encantado la forma en que Ryan y Espósito los pillan jajajaja Espero que continues pronto.
Siento no haber comentado antes, pero los examenes y las pruebas no dan para mucho, pero intentaré comentar lo más amenudo que pueda. Pesé a todo no dejaré de leer.
Siento no haber comentado antes, pero los examenes y las pruebas no dan para mucho, pero intentaré comentar lo más amenudo que pueda. Pesé a todo no dejaré de leer.
Invitado- Invitado
Re: Pillados por las manzanas
No pasa nada, creeme que te comprendo. Ultimamente no saco tiempo ni para respirar, menos para escribir...Skyscraper escribió:Me ha encantado. Creo que no había comentado antes y fallo grande el mio de no haberlo echo. Me ha encantado, maravilloso, una historia muy muy divertido. Me ha encantado la forma en que Ryan y Espósito los pillan jajajaja Espero que continues pronto.
Siento no haber comentado antes, pero los examenes y las pruebas no dan para mucho, pero intentaré comentar lo más amenudo que pueda. Pesé a todo no dejaré de leer.
Pero en cuanto saque unos segundillos la continuaré ¡Gracias por leer & comentar!
Re: Pillados por las manzanas
CONTINUA!
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Pillados por las manzanas
Unos golpes muy peculiares, insistentes, suaves y extraños me despertaron en medio de la noche. Abrí un ojo, el otro estaba enterrado en la almohada, y miré el móvil, frunciendo el ceño ante el resplandor de la luz. Extendí mi mano derecha por la cama, buscando entre las sábanas el cuerpo de Castle.
- Arg – se me escapó un quejido al recordar que esa noche no dormíamos juntos por una emergencia familiar. Suspiré, sin ganas de moverme de la cama, pero los extraños golpecitos volvieron a sonar por mi casa. Me incorporé, dando un golpe en el colchón, molesta. Mientras me hacía un moño fui murmurando para mis adentros:
- Son las 2:30 de la noche. ¿Qué narices pasa?
Metí mis calentitos pies en las zapatillas de andar por casa, y al salir de la habitación, por ir rascándome un ojo, me golpeé el codo de forma horriblemente dolorosa con el marco de la puerta.
- ¡Auuch! – exclamé, en voz baja, irritada. Frotándome el acalambrado brazo, miré mi casa en busca del causante de los golpecitos que se extendían por toda mi casa como si estuviera vacía y llena de eco. Fruncí el ceño, extrañada:
- No puede ser… - murmuré. Arrastrando las zapatillas, sin fuerzas para levantar los pies del suelo y evitar ese molesto "fru-fru", fui hasta la puerta de entrada de mi loft. La abrí de golpe, sin molestarme en mirar quien estaba al otro lado, tenía una gran sospecha.
Una piedrecita golpeó mi barriga, y la persona que había al otro lado pegó un brinco, sobresaltado, eso casi me hizo sonreír pero tenía los músculos de la cara todavía atontados. Alterné mi dormida mirada entre la piedrecita que había caído a mis pies y la cara de un Castle normalizando los latidos de su corazón, con una mano en el pecho.
- Solo por curiosidad… ¿Se puede saber qué haces tirando piedras a mi puerta a las 3 de la noche?
- Bueno, creo que no puedo tirarlas a tu ventana así que decidí tirarlas a tu puerta. ¿A que es original? – contestó, sonriendo mientras subía y bajaba las cejas, buscando mi aprobación.
Por toda respuesta, solté la puerta, me di media vuelta y sin esperarle, murmuré:
- Ya sabes dónde está la cama. Por si te pierdes, sígueme.
Volví a arrastrar los pies camino a mi habitación, llenando la casa otra vez con ese enervante sonido del "fru-fru".
- ¡Eh, eh! ¡Espera! – dijo Castle, entrando tras de mí solo para chascar los dedos, darse media vuelta, cerrar la puerta de mi loft y volver a donde estaba yo parada, observando la escena con la sombra de una sonrisa en mi boca. Me crucé de brazos, no porque estuviera enfadada, sino porque me pesaban y el codo todavía me dolía. Se aproximó a mí a paso rápido, con cara que era una mezcla de una sonrisa reprimida, necesidad y cariño. Suspiré cuando sentí sus fuertes brazos rodearme, y hundí mi nariz en el hueco de su cuello, colocándome (sí, no había mejor forma de describirlo) con su colonia.
- ¿Has cambiado de colonia? – pregunté, rozando con mis labios su cuello al hablar. Vi cómo se le erizaban los pelos del cuello y sonreí, ocultando mi sonrisa en su camisa.
- Sip, ahora uso One Million. Como lo notaste… - comentó, divertido por mi rapidez.
Asentí, rodándole con mis brazos.
- Sabes que me encantan tus colonias – deposité un suave beso en su cuello y me libré de sus brazos, pero entrelazando nuestras manos. Tiré de él hacia mi cama, con ganas de tumbarme de nuevo y dormir, pero ahora con la mejor compañía posible.
Castle no se resistió mucho, se le veía en la cara que estaba cansado aunque una sonrisa de felicidad estuviera instalada en sus labios y se resistiera a dejarse vencer por los bostezos que contenía a duras penas. Nos tumbamos ambos en la cama, pegaditos nuestros cuerpos hasta que no cupo entre ellos ni una mota de polvo. Alargué la mano, tanteando las sábanas hasta que encontré el borde de la manta, y nos tapé a ambos. Frente contra frente, nos miramos a los ojos, los párpados cada vez pesándonos más.
- ¿Qué pasó en tu casa? – inquirí, reprimiendo un bostezo.
- Una falsa alarma. Alexis creyó haber visto un ratón al ir a guardar su ropa en el armario y mi madre se volvió loca. Necesitaban a un hombre valiente y fuerte que les diera seguridad.
- ¿Y te llamaron a ti? Yo habría llamado a Espo o a un bombero… - dije, picándole. Castle entrecerró los ojos y por un momento pensé que no los volvería abrir otra vez.
- Ja, ja, ja. Que graciosilla, detective… Por cierto, el otro día tuvisteis un momento incómodo Esposito y tú por un comentario suyo. ¿Pasó algo?
Me hice la loca, fingiendo que no lo recordaba.
- Sí, él dijo que él mejor que nadie debería saber lo cabezota que eres. Me extrañó por tu reacción por otra cosa…
"Mierda…" pensé. Actué con rapidez, inventando sobre la marcha mientras un solo pensamiento se instauraba en mi mente "No ahora".
- ¿Eh? No me di cuenta… - me encogí de hombros como pude, sacando el labio inferior mientras hacia una mueca. Castle volvió a mirarme inquisitivo, sabiendo que ocultaba algo. Tenía todo el derecho a preguntar, la verdad… Aun así, se calló, y besándome suavemente susurró contra mis labios:
- Cuando estés lista me lo cuentas, ¿vale? Recuerda que estoy aquí…
Asentí, llamándome de todo en mi mente y sintiéndome como la mierda porque no me merecía a semejante hombre. Me giré, quedando de espaldas a él para que no me viera llorar silenciosamente. Castle me abrazó por detrás, depositando un beso en mi nuca, y al cabo de un rato su lenta y profunda respiración me hizo saber que ya estaba dormido. Cuidadosamente, para no despertarle, me deshice de su brazo y me levanté, cogiendo mi móvil de la mesilla. Levantando mucho los pies para no hacer ruido, y vigilando los traicioneros marcos de las puertas, me metí en el baño para lavarme la cara y mandarle un whatsapp a Espo.
"Castle se dio cuenta el otro día. No merece que se lo oculte…" Me quedé mirando la pantalla hasta que las letras se convirtieron en meros borrones y me escocieron los ojos. Parpadeé y me sorprendí al ver que me había llegado una respuesta.
"No, no se lo merece. Cuéntaselo, Beckett, sabes que yo lo quise hacer desde un principio pero tú me pediste que no. Ahora es el momento."
"Lo sé" me mordí el labio, indecisa. "Pero tengo miedo…" acabé tecleando, desahogándome con él como tantas veces había hecho.
"Ya te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir". Esperé la continuación, que no se hizo de rogar. "Si piensas que es una debilidad, hazlo tu fuerza."
Suspiré. Siempre me decía eso y siempre me sentía reconfortada.
"Gracias, Espo". Quería escribir algo más pero él respondió antes.
"De nada, Kate. Eres mi 'hermana', ¿no?" Sonreí a medias.
"¿No me repudiasteis por haberme guardado semejante secreto?" pregunté, de broma.
"A ti, nunca. A Castle tampoco. Somos una pequeña familia, pero fuerte y unida". Una lágrima cayó en la pantalla. La sequé rápidamente mientras mascullaba que vaya puntería…
"Dulces sueños, Javi. Un beso" Respondí, dando fin a la conversación. Me sequé las traicioneras lágrimas con el dorso de la mano, mirándome en el espejo para que no se notase nada. Salí silenciosamente del baño y me quedé mirando la cara dormida y relajada de Castle. No se lo merecía, y yo debía contárselo… Asentí secamente, dándome las fuerzas necesarias. Me metí en la cama y el murmuró:
- ¿A dónde fuiste?
- Al baño, si quieres me hago pis en la cama – susurré, aguantando una sonrisa mientras me secaba una escurridiza, y la última, lágrima.
- Como quieras, Kate – respondió, perdido ya en sus sueños de escritor. Me mordí la lengua para no reírme, me encantaba cuando hablaba en sueños. Excepto cuando había dicho 17 veces Jordan y yo me había celado de lo que resultó ser una marca de coches… Sacudí la cabeza, me tumbé a su lado de nuevo, notando como volvía a rodarme la cintura con su brazo rápidamente, acercándome a su cuerpo, hundiendo su cara en mi pelo antes de soplar mientras movía la nariz porque le hacían cosquillas. "Un día le tengo grabar" pensé, divertida. "Pero primero le cuentas lo que pasó" me recordó una vocecilla repelente. La sonrisa se me borró de la cara de golpe y cerré los ojos, deseando que no amaneciera nunca, que esa noche se hiciera eterna. "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?" me había preguntado Esposito. Yo no había respondido en su momento, pero debería hacerlo. Pronto.
- Arg – se me escapó un quejido al recordar que esa noche no dormíamos juntos por una emergencia familiar. Suspiré, sin ganas de moverme de la cama, pero los extraños golpecitos volvieron a sonar por mi casa. Me incorporé, dando un golpe en el colchón, molesta. Mientras me hacía un moño fui murmurando para mis adentros:
- Son las 2:30 de la noche. ¿Qué narices pasa?
Metí mis calentitos pies en las zapatillas de andar por casa, y al salir de la habitación, por ir rascándome un ojo, me golpeé el codo de forma horriblemente dolorosa con el marco de la puerta.
- ¡Auuch! – exclamé, en voz baja, irritada. Frotándome el acalambrado brazo, miré mi casa en busca del causante de los golpecitos que se extendían por toda mi casa como si estuviera vacía y llena de eco. Fruncí el ceño, extrañada:
- No puede ser… - murmuré. Arrastrando las zapatillas, sin fuerzas para levantar los pies del suelo y evitar ese molesto "fru-fru", fui hasta la puerta de entrada de mi loft. La abrí de golpe, sin molestarme en mirar quien estaba al otro lado, tenía una gran sospecha.
Una piedrecita golpeó mi barriga, y la persona que había al otro lado pegó un brinco, sobresaltado, eso casi me hizo sonreír pero tenía los músculos de la cara todavía atontados. Alterné mi dormida mirada entre la piedrecita que había caído a mis pies y la cara de un Castle normalizando los latidos de su corazón, con una mano en el pecho.
- Solo por curiosidad… ¿Se puede saber qué haces tirando piedras a mi puerta a las 3 de la noche?
- Bueno, creo que no puedo tirarlas a tu ventana así que decidí tirarlas a tu puerta. ¿A que es original? – contestó, sonriendo mientras subía y bajaba las cejas, buscando mi aprobación.
Por toda respuesta, solté la puerta, me di media vuelta y sin esperarle, murmuré:
- Ya sabes dónde está la cama. Por si te pierdes, sígueme.
Volví a arrastrar los pies camino a mi habitación, llenando la casa otra vez con ese enervante sonido del "fru-fru".
- ¡Eh, eh! ¡Espera! – dijo Castle, entrando tras de mí solo para chascar los dedos, darse media vuelta, cerrar la puerta de mi loft y volver a donde estaba yo parada, observando la escena con la sombra de una sonrisa en mi boca. Me crucé de brazos, no porque estuviera enfadada, sino porque me pesaban y el codo todavía me dolía. Se aproximó a mí a paso rápido, con cara que era una mezcla de una sonrisa reprimida, necesidad y cariño. Suspiré cuando sentí sus fuertes brazos rodearme, y hundí mi nariz en el hueco de su cuello, colocándome (sí, no había mejor forma de describirlo) con su colonia.
- ¿Has cambiado de colonia? – pregunté, rozando con mis labios su cuello al hablar. Vi cómo se le erizaban los pelos del cuello y sonreí, ocultando mi sonrisa en su camisa.
- Sip, ahora uso One Million. Como lo notaste… - comentó, divertido por mi rapidez.
Asentí, rodándole con mis brazos.
- Sabes que me encantan tus colonias – deposité un suave beso en su cuello y me libré de sus brazos, pero entrelazando nuestras manos. Tiré de él hacia mi cama, con ganas de tumbarme de nuevo y dormir, pero ahora con la mejor compañía posible.
Castle no se resistió mucho, se le veía en la cara que estaba cansado aunque una sonrisa de felicidad estuviera instalada en sus labios y se resistiera a dejarse vencer por los bostezos que contenía a duras penas. Nos tumbamos ambos en la cama, pegaditos nuestros cuerpos hasta que no cupo entre ellos ni una mota de polvo. Alargué la mano, tanteando las sábanas hasta que encontré el borde de la manta, y nos tapé a ambos. Frente contra frente, nos miramos a los ojos, los párpados cada vez pesándonos más.
- ¿Qué pasó en tu casa? – inquirí, reprimiendo un bostezo.
- Una falsa alarma. Alexis creyó haber visto un ratón al ir a guardar su ropa en el armario y mi madre se volvió loca. Necesitaban a un hombre valiente y fuerte que les diera seguridad.
- ¿Y te llamaron a ti? Yo habría llamado a Espo o a un bombero… - dije, picándole. Castle entrecerró los ojos y por un momento pensé que no los volvería abrir otra vez.
- Ja, ja, ja. Que graciosilla, detective… Por cierto, el otro día tuvisteis un momento incómodo Esposito y tú por un comentario suyo. ¿Pasó algo?
Me hice la loca, fingiendo que no lo recordaba.
- Sí, él dijo que él mejor que nadie debería saber lo cabezota que eres. Me extrañó por tu reacción por otra cosa…
"Mierda…" pensé. Actué con rapidez, inventando sobre la marcha mientras un solo pensamiento se instauraba en mi mente "No ahora".
- ¿Eh? No me di cuenta… - me encogí de hombros como pude, sacando el labio inferior mientras hacia una mueca. Castle volvió a mirarme inquisitivo, sabiendo que ocultaba algo. Tenía todo el derecho a preguntar, la verdad… Aun así, se calló, y besándome suavemente susurró contra mis labios:
- Cuando estés lista me lo cuentas, ¿vale? Recuerda que estoy aquí…
Asentí, llamándome de todo en mi mente y sintiéndome como la mierda porque no me merecía a semejante hombre. Me giré, quedando de espaldas a él para que no me viera llorar silenciosamente. Castle me abrazó por detrás, depositando un beso en mi nuca, y al cabo de un rato su lenta y profunda respiración me hizo saber que ya estaba dormido. Cuidadosamente, para no despertarle, me deshice de su brazo y me levanté, cogiendo mi móvil de la mesilla. Levantando mucho los pies para no hacer ruido, y vigilando los traicioneros marcos de las puertas, me metí en el baño para lavarme la cara y mandarle un whatsapp a Espo.
"Castle se dio cuenta el otro día. No merece que se lo oculte…" Me quedé mirando la pantalla hasta que las letras se convirtieron en meros borrones y me escocieron los ojos. Parpadeé y me sorprendí al ver que me había llegado una respuesta.
"No, no se lo merece. Cuéntaselo, Beckett, sabes que yo lo quise hacer desde un principio pero tú me pediste que no. Ahora es el momento."
"Lo sé" me mordí el labio, indecisa. "Pero tengo miedo…" acabé tecleando, desahogándome con él como tantas veces había hecho.
"Ya te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir". Esperé la continuación, que no se hizo de rogar. "Si piensas que es una debilidad, hazlo tu fuerza."
Suspiré. Siempre me decía eso y siempre me sentía reconfortada.
"Gracias, Espo". Quería escribir algo más pero él respondió antes.
"De nada, Kate. Eres mi 'hermana', ¿no?" Sonreí a medias.
"¿No me repudiasteis por haberme guardado semejante secreto?" pregunté, de broma.
"A ti, nunca. A Castle tampoco. Somos una pequeña familia, pero fuerte y unida". Una lágrima cayó en la pantalla. La sequé rápidamente mientras mascullaba que vaya puntería…
"Dulces sueños, Javi. Un beso" Respondí, dando fin a la conversación. Me sequé las traicioneras lágrimas con el dorso de la mano, mirándome en el espejo para que no se notase nada. Salí silenciosamente del baño y me quedé mirando la cara dormida y relajada de Castle. No se lo merecía, y yo debía contárselo… Asentí secamente, dándome las fuerzas necesarias. Me metí en la cama y el murmuró:
- ¿A dónde fuiste?
- Al baño, si quieres me hago pis en la cama – susurré, aguantando una sonrisa mientras me secaba una escurridiza, y la última, lágrima.
- Como quieras, Kate – respondió, perdido ya en sus sueños de escritor. Me mordí la lengua para no reírme, me encantaba cuando hablaba en sueños. Excepto cuando había dicho 17 veces Jordan y yo me había celado de lo que resultó ser una marca de coches… Sacudí la cabeza, me tumbé a su lado de nuevo, notando como volvía a rodarme la cintura con su brazo rápidamente, acercándome a su cuerpo, hundiendo su cara en mi pelo antes de soplar mientras movía la nariz porque le hacían cosquillas. "Un día le tengo grabar" pensé, divertida. "Pero primero le cuentas lo que pasó" me recordó una vocecilla repelente. La sonrisa se me borró de la cara de golpe y cerré los ojos, deseando que no amaneciera nunca, que esa noche se hiciera eterna. "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?" me había preguntado Esposito. Yo no había respondido en su momento, pero debería hacerlo. Pronto.
Re: Pillados por las manzanas
¿que sera el secreto de Kate que no se lo quiere contar a Rick???? jeje me tienes intrigadisimaaaa ademas my bonito el capi jeje Rick en ves de tirar piedrecillas a la ventana las tiras a la puerta jeje
en fin sigueee prontoo plisss que ya quiero leer la contiii
en fin sigueee prontoo plisss que ya quiero leer la contiii
Re: Pillados por las manzanas
Muy tierno todo el capítulo, mira que las ocurrencias de Castle de tirar piedrecitas a la puerta¡¡¡¡¡ p´a matarlo, ............ a besos, jajajajajajaja
Graciosilla la detective, cuando le explica el caso del ratón, jajajajajajaja
Hay que ver lo poco que tarda este hombre en meterse en la cama, encuantisque se lo dice Kate, jajajajajajaja
Estupendo todo el capitulo, pero como siempre o se cortan misteriosamente cuando va a ocurrir algo bueno, o............ me dejáis con los niveles de curiosidad, a la máxima carga, como es posible que sucedan estos finales que odio, no puedo con mi impaciencia por saber, ahgggg.
Sigue pronto para calmar mis ganas de saber, eso no se vale, siempre haciéndonos de rabiar, JOOOO.............. PEEEE
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Graciosilla la detective, cuando le explica el caso del ratón, jajajajajajaja
Hay que ver lo poco que tarda este hombre en meterse en la cama, encuantisque se lo dice Kate, jajajajajajaja
Estupendo todo el capitulo, pero como siempre o se cortan misteriosamente cuando va a ocurrir algo bueno, o............ me dejáis con los niveles de curiosidad, a la máxima carga, como es posible que sucedan estos finales que odio, no puedo con mi impaciencia por saber, ahgggg.
Sigue pronto para calmar mis ganas de saber, eso no se vale, siempre haciéndonos de rabiar, JOOOO.............. PEEEE
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
Me has dejado súper intrigada con el secreto que se guarda Kate y no quiere contar a Rick, ¿que es lo que ha pasado con Espo?.
Continúa pronto.
Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Pillados por las manzanas
me encanta, continua protno
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
¡Dios mio! ¿No actualicé aquí? Os pido millones de disculpas... Tuve mucho lío con los exámenes y no me acordé de subir los capis nuevos de mis historias
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Antes de nada, agradecerles a Valme, mi editora; Neus, mi RRPP; y Laura, mi Navy; porque si no fuera por ellas no habría habido capitulo nuevo hasta que superase mi bloqueo inspiracional jajajaja ¡Muchisimas gracias chicas! Ah, se me olvidaba... ¡Espero reviews!
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Algo me estaba haciendo cosquillas en el brazo, recorriéndolo de arriba abajo. Entre las brumas de mi sueño solo pude pensar que era un mosquito bastante estúpido buscando un lugar donde aterrizar para alimentarse. Con ese pensamiento en la cabeza, saqué una mano de debajo de mi cuerpo y di un manotazo en el lugar donde se había parado. Me extrañé ligeramente por el tamaño del mosquito, pero me dije "Era uno gordo…". Todo solucionado. Pero lo raro fue que el mosquito maldito se quejó. Exclamó un "auch" bastante alto que terminó de despejarme la niebla de la somnolencia y hacerme preguntarme qué demonios tenía yo en el brazo. Abrí un ojo, y después abrí el otro, adaptándolos poco a poco a la luz que se filtraba por la persiana ligeramente bajada. Mientras parpadeaba para evitar deslumbrarme, algo se interpuso en mi campo de visión.
Aaah, acababa de averiguar quién era el mosquito… Me acerqué a él, enterrando mi cara en el hueco de su cuello mientras notaba sus brazos rodearme.
- Buenos días, princesita. He soñado toda la noche contigo, tiraba piedras a tu puerta y tú llevabas esa camiseta extra grande que tanto me gusta… Solo pienso en ti, princesa. Pienso siempre en ti…
Solté una carcajada al ver la adaptación casera de la famosa frase.
- Que sepas, que apartando lo tierno que ha sido, acabas de matar a la película con tu interpretación.
- Exagerada… - dijo Castle, dándome un lento beso. Cuando nos separamos para respirar, continuó hablando – He estado pensando, mientras te observaba dormir, que me apetece irme de vacaciones… ¿Qué te parece?
- ¿A dónde? – pregunté, picada por la curiosidad.
- Hum… ¿Qué tal a la bella España? "Paella, sol, mar…"
Enarqué una ceja ante su demostración del idioma.
- ¿De verdad? "No sabía que te gustaba España" – le dejé boquiabierto con mi increíble pronunciación.
- Auch, eso me dolió más que el manotazo… - se hizo el dolido, pero no le duró mucho - ¿Cuándo aprendiste español?
- Estuve dos meses de vacaciones en España y antes de eso chapurreaba un poco.
- Vaya, detective… Nunca deja de sorprenderme… ¿Cuántos idiomas sabes? Es por no quedar mal otra vez.
- Francés, Italiano, Alemán, Ruso, Español e inglés, obviamente.
Alargué una mano para cerrarle la boca, que se le había quedado abierta de par en par:
- ¡Y yo volviéndome loco con el traductor de google para mis libros! Si lo llego a saber me habrías hecho una lista con tacos en ruso. – Ante mi mirada extrañada, respondió rápidamente – Para Pochenko. Al final no los usé por eso…
- Bueno, es cierto eso de que todos los días te vas a la cama sabiendo una cosa nueva.
- Pues acabamos de batir el record, no nos hemos ni levantado de ella – empezó a reírse solo con su broma - ¿Llamo al World Guinness Records?
Mi ceja levantada y cara de "¿en serio?" le dejaron clarito lo que pensaba de la idea. Sonreí ante su cara de fingida decepción y le di un beso en la punta de la nariz.
- ¿Qué te parece irnos a Londres?
Se le iluminó la mirada y luego, echando un vistazo a los lados de forma teatral, me indicó con un dedo que me acercara. Juntó nuestras cabezas y dijo en un susurro:
- ¿Te cuento un secreto? Una de las cosas de mi lista de hacer antes de morir es darme un beso con una impresionante mujer a la que adore en la parte más alta del Ojo de Londres.
Me reí mientras intentaba que no se notara mucho que me había ruborizado, aunque solo fuera ligeramente.
- ¿Tienes hambre, princesita? – me preguntó, susurrándome en el oído. Ese preciso momento fue el que escogieron mis tripas para sonar audiblemente. Castle sonrió, subiendo y bajando las cejas. - ¿De dónde salió eso?
Fue bajando por mi cuello y mi pecho hasta llegar a mi vientre, mientras yo arqueaba involuntariamente la espalda, buscando más contacto. Jugueteó en mi ombligo, haciéndome suspirar, y cuando mis tripas volvieron a sonar, se levantó de la cama. Castle me miró, divertido, desde el borde.
- ¿Se puede saber a dónde vas? – pregunté, molesta porque había parado.
- A prepararte el desayuno. ¿Tortitas o gofres?
- Ninguna de los dos. Ahora quiero otra cosa – contesté mientras tiraba de su brazo, tirándole en la cama, y me coloqué yo encima rápidamente para que no se me escapara.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Mmmm… Huele bien – dije, mientras me acercaba a la barra americana, secándome el pelo con una toalla.
Castle levantó solo un segundo la mirada de la sartén para que no se le quemaran los huevos, pero se quedó sin respiración al verme. Es cierto, solo llevaba puesta una toalla, anudada en el pecho. Era cierto también que lo había hecho a posta, una pequeña revancha por lo que había querido hacerme él antes. Sonreí, traviesamente:
- ¿Ves algo que te guste, Castle? – enarqué una ceja de forma sugerente. Él simplemente cerró la boca y bajó la mirada lentamente, recorriéndome con ella. Se aclaró la garganta e intentó concentrarse en los huevos que tenía en la sartén.
Cuando terminamos de desayunar, alargué la mano para mirar mi móvil, costumbre que tenía para ver si había alguna llamada perdida de la comisaria. Tenía un whatsapp de Lanie que me hizo soltar una carcajada y sentir la inquisitiva mirada de Castle clavada en mí. Me hice la inocente, haciéndole creer que eso que me había hecho reír había sido otra cosa, y no un chiste verde de Lanie.
- ¿De qué te ríes? – preguntó, interesado.
- De nada… - contesté, encogiéndome de hombros. Castle salió de detrás de la barra, acercándose a mí con cara de querer explicaciones. - ¿Qué es?
- Ya te he dicho que nada.
- Veeenga… Por fis, por fis… - rogó, poniendo cara de cachorrito abandonado. Me reí, sacudiendo la cabeza.
- No… - empecé, pero se lanzó a por mi iPhone. Aparté la mano rápidamente y hui de él. Estuvimos peleando así por un rato hasta que Castle me besó de repente, sin aviso ninguno. Cuando me recuperé de la sorpresa de ese beso, respondí inmediatamente, sintiendo sus manos jugar con mi pelo y la toalla. Solté un suspiró que se cortó de golpe cuando Castle me arrebató el teléfono de la mano.
- ¡Ey! ¡Eso no vale! – exclamé, molesta por haber sido tan estúpida.
- Has empezado tú - contestó, sonriente. Desbloqueó mi iPhone y empezó a trastear con él, girando la pantalla y soltando suspiros de frustración. - ¿Por qué no pones la opción de fijar pantalla? – exclamó, mientras daba vueltas con el iPhone, intentando que la pantalla coincidiera donde él quería, pero el móvil parecía sentir las ganas de jugar que tenía yo, porque hacía lo contrario a lo que Castle le pedía. Medio minuto después, logró hacer que coincidieran y miró la pantalla, sonriendo triunfalmente. Pero su cara se tornó seria, con el ceño fruncido y expresión de incomprensión.
- ¿No lo pillas? – pregunté, extrañada. Era muy fácil. Castle negó con la cabeza, todavía frunciendo el ceño.
- No es eso. Es que te está llamando un tal "¡NO COGER!".
Salté del taburete en el que me había sentado para observar la escena, y le arrebaté el teléfono de las manos, pulsando la tecla de "ignorar" por el camino. Mi mente era un lio de pensamientos, pero el que más relucía, como un cartel de neón parpadeante, era un "Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda". "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?". Respiré hondo y me dispuse a darle largas con el tema, pero antes incluso de decir nada, él soltó:
- Ni se te ocurra mentirme, Kate. ¿Quién es "¡NO COGER!"?
- Nadie – respondí, con voz temblorosa.
- No empieces otra vez, por favor.
Negué con la cabeza, notando como la sangre huía de mi cuerpo, viendo cómo se me emborronaba la vista por las lágrimas que poco a poco se iban acumulando en mis ojos. "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?". Cogí aire y huyendo de su mirada, me dispuse a decirle la verdad.
- Es Josh. Ha vuelto a New York y no me deja en paz… Lo siento, Castle. Sé que tendría que habértelo contado a ti el primero pero tenía miedo, no quiero que te haga daño…
Me lanzó una mirada dolida y me di cuenta de cómo había sonado eso. Intenté arreglarlo rápidamente:
- No me refería a eso, y lo sabes. Es muy violento cuando se enfada, es un caprichoso y un niño mimado que no atiende a razones. ¡Ni siquiera cuando le amenazó Esposito! – mi voz reflejó lo desesperada que estaba.
- ¿Esposito ya lo sabía? ¿Era este vuestro secretito? – inquirió Castle, con la mandíbula apretada y los puños igual. Me limité a asentir ligeramente. Le vi marcharse hacia la puerta a grandes zancadas, le llamé a gritos, pero no me hizo caso. En algún momento caí al suelo, llorando, y ya no me volví a levantar… "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?".
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Antes de nada, agradecerles a Valme, mi editora; Neus, mi RRPP; y Laura, mi Navy; porque si no fuera por ellas no habría habido capitulo nuevo hasta que superase mi bloqueo inspiracional jajajaja ¡Muchisimas gracias chicas! Ah, se me olvidaba... ¡Espero reviews!
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Algo me estaba haciendo cosquillas en el brazo, recorriéndolo de arriba abajo. Entre las brumas de mi sueño solo pude pensar que era un mosquito bastante estúpido buscando un lugar donde aterrizar para alimentarse. Con ese pensamiento en la cabeza, saqué una mano de debajo de mi cuerpo y di un manotazo en el lugar donde se había parado. Me extrañé ligeramente por el tamaño del mosquito, pero me dije "Era uno gordo…". Todo solucionado. Pero lo raro fue que el mosquito maldito se quejó. Exclamó un "auch" bastante alto que terminó de despejarme la niebla de la somnolencia y hacerme preguntarme qué demonios tenía yo en el brazo. Abrí un ojo, y después abrí el otro, adaptándolos poco a poco a la luz que se filtraba por la persiana ligeramente bajada. Mientras parpadeaba para evitar deslumbrarme, algo se interpuso en mi campo de visión.
Aaah, acababa de averiguar quién era el mosquito… Me acerqué a él, enterrando mi cara en el hueco de su cuello mientras notaba sus brazos rodearme.
- Buenos días, princesita. He soñado toda la noche contigo, tiraba piedras a tu puerta y tú llevabas esa camiseta extra grande que tanto me gusta… Solo pienso en ti, princesa. Pienso siempre en ti…
Solté una carcajada al ver la adaptación casera de la famosa frase.
- Que sepas, que apartando lo tierno que ha sido, acabas de matar a la película con tu interpretación.
- Exagerada… - dijo Castle, dándome un lento beso. Cuando nos separamos para respirar, continuó hablando – He estado pensando, mientras te observaba dormir, que me apetece irme de vacaciones… ¿Qué te parece?
- ¿A dónde? – pregunté, picada por la curiosidad.
- Hum… ¿Qué tal a la bella España? "Paella, sol, mar…"
Enarqué una ceja ante su demostración del idioma.
- ¿De verdad? "No sabía que te gustaba España" – le dejé boquiabierto con mi increíble pronunciación.
- Auch, eso me dolió más que el manotazo… - se hizo el dolido, pero no le duró mucho - ¿Cuándo aprendiste español?
- Estuve dos meses de vacaciones en España y antes de eso chapurreaba un poco.
- Vaya, detective… Nunca deja de sorprenderme… ¿Cuántos idiomas sabes? Es por no quedar mal otra vez.
- Francés, Italiano, Alemán, Ruso, Español e inglés, obviamente.
Alargué una mano para cerrarle la boca, que se le había quedado abierta de par en par:
- ¡Y yo volviéndome loco con el traductor de google para mis libros! Si lo llego a saber me habrías hecho una lista con tacos en ruso. – Ante mi mirada extrañada, respondió rápidamente – Para Pochenko. Al final no los usé por eso…
- Bueno, es cierto eso de que todos los días te vas a la cama sabiendo una cosa nueva.
- Pues acabamos de batir el record, no nos hemos ni levantado de ella – empezó a reírse solo con su broma - ¿Llamo al World Guinness Records?
Mi ceja levantada y cara de "¿en serio?" le dejaron clarito lo que pensaba de la idea. Sonreí ante su cara de fingida decepción y le di un beso en la punta de la nariz.
- ¿Qué te parece irnos a Londres?
Se le iluminó la mirada y luego, echando un vistazo a los lados de forma teatral, me indicó con un dedo que me acercara. Juntó nuestras cabezas y dijo en un susurro:
- ¿Te cuento un secreto? Una de las cosas de mi lista de hacer antes de morir es darme un beso con una impresionante mujer a la que adore en la parte más alta del Ojo de Londres.
Me reí mientras intentaba que no se notara mucho que me había ruborizado, aunque solo fuera ligeramente.
- ¿Tienes hambre, princesita? – me preguntó, susurrándome en el oído. Ese preciso momento fue el que escogieron mis tripas para sonar audiblemente. Castle sonrió, subiendo y bajando las cejas. - ¿De dónde salió eso?
Fue bajando por mi cuello y mi pecho hasta llegar a mi vientre, mientras yo arqueaba involuntariamente la espalda, buscando más contacto. Jugueteó en mi ombligo, haciéndome suspirar, y cuando mis tripas volvieron a sonar, se levantó de la cama. Castle me miró, divertido, desde el borde.
- ¿Se puede saber a dónde vas? – pregunté, molesta porque había parado.
- A prepararte el desayuno. ¿Tortitas o gofres?
- Ninguna de los dos. Ahora quiero otra cosa – contesté mientras tiraba de su brazo, tirándole en la cama, y me coloqué yo encima rápidamente para que no se me escapara.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Mmmm… Huele bien – dije, mientras me acercaba a la barra americana, secándome el pelo con una toalla.
Castle levantó solo un segundo la mirada de la sartén para que no se le quemaran los huevos, pero se quedó sin respiración al verme. Es cierto, solo llevaba puesta una toalla, anudada en el pecho. Era cierto también que lo había hecho a posta, una pequeña revancha por lo que había querido hacerme él antes. Sonreí, traviesamente:
- ¿Ves algo que te guste, Castle? – enarqué una ceja de forma sugerente. Él simplemente cerró la boca y bajó la mirada lentamente, recorriéndome con ella. Se aclaró la garganta e intentó concentrarse en los huevos que tenía en la sartén.
Cuando terminamos de desayunar, alargué la mano para mirar mi móvil, costumbre que tenía para ver si había alguna llamada perdida de la comisaria. Tenía un whatsapp de Lanie que me hizo soltar una carcajada y sentir la inquisitiva mirada de Castle clavada en mí. Me hice la inocente, haciéndole creer que eso que me había hecho reír había sido otra cosa, y no un chiste verde de Lanie.
- ¿De qué te ríes? – preguntó, interesado.
- De nada… - contesté, encogiéndome de hombros. Castle salió de detrás de la barra, acercándose a mí con cara de querer explicaciones. - ¿Qué es?
- Ya te he dicho que nada.
- Veeenga… Por fis, por fis… - rogó, poniendo cara de cachorrito abandonado. Me reí, sacudiendo la cabeza.
- No… - empecé, pero se lanzó a por mi iPhone. Aparté la mano rápidamente y hui de él. Estuvimos peleando así por un rato hasta que Castle me besó de repente, sin aviso ninguno. Cuando me recuperé de la sorpresa de ese beso, respondí inmediatamente, sintiendo sus manos jugar con mi pelo y la toalla. Solté un suspiró que se cortó de golpe cuando Castle me arrebató el teléfono de la mano.
- ¡Ey! ¡Eso no vale! – exclamé, molesta por haber sido tan estúpida.
- Has empezado tú - contestó, sonriente. Desbloqueó mi iPhone y empezó a trastear con él, girando la pantalla y soltando suspiros de frustración. - ¿Por qué no pones la opción de fijar pantalla? – exclamó, mientras daba vueltas con el iPhone, intentando que la pantalla coincidiera donde él quería, pero el móvil parecía sentir las ganas de jugar que tenía yo, porque hacía lo contrario a lo que Castle le pedía. Medio minuto después, logró hacer que coincidieran y miró la pantalla, sonriendo triunfalmente. Pero su cara se tornó seria, con el ceño fruncido y expresión de incomprensión.
- ¿No lo pillas? – pregunté, extrañada. Era muy fácil. Castle negó con la cabeza, todavía frunciendo el ceño.
- No es eso. Es que te está llamando un tal "¡NO COGER!".
Salté del taburete en el que me había sentado para observar la escena, y le arrebaté el teléfono de las manos, pulsando la tecla de "ignorar" por el camino. Mi mente era un lio de pensamientos, pero el que más relucía, como un cartel de neón parpadeante, era un "Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda". "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?". Respiré hondo y me dispuse a darle largas con el tema, pero antes incluso de decir nada, él soltó:
- Ni se te ocurra mentirme, Kate. ¿Quién es "¡NO COGER!"?
- Nadie – respondí, con voz temblorosa.
- No empieces otra vez, por favor.
Negué con la cabeza, notando como la sangre huía de mi cuerpo, viendo cómo se me emborronaba la vista por las lágrimas que poco a poco se iban acumulando en mis ojos. "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?". Cogí aire y huyendo de su mirada, me dispuse a decirle la verdad.
- Es Josh. Ha vuelto a New York y no me deja en paz… Lo siento, Castle. Sé que tendría que habértelo contado a ti el primero pero tenía miedo, no quiero que te haga daño…
Me lanzó una mirada dolida y me di cuenta de cómo había sonado eso. Intenté arreglarlo rápidamente:
- No me refería a eso, y lo sabes. Es muy violento cuando se enfada, es un caprichoso y un niño mimado que no atiende a razones. ¡Ni siquiera cuando le amenazó Esposito! – mi voz reflejó lo desesperada que estaba.
- ¿Esposito ya lo sabía? ¿Era este vuestro secretito? – inquirió Castle, con la mandíbula apretada y los puños igual. Me limité a asentir ligeramente. Le vi marcharse hacia la puerta a grandes zancadas, le llamé a gritos, pero no me hizo caso. En algún momento caí al suelo, llorando, y ya no me volví a levantar… "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?".
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