Pillados por las manzanas
+15
castle4ever
_Caskett_
Yaye
L-beckett41319
ZOMAtitos&Oreos
CaskettOnFire
KateC_17
agecastbet
Fanny_123
N.VLC
Delta5
MariaRomn@caskett
castle&beckett..cris
choleck
lovecastlebeckett
19 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 3 de 4.
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: Pillados por las manzanas
Bueeeno, aquí llega la continuación, recién sacada del horno de la inspiración. ¡Gracias por leer y comentar!
Nota: Esto es un "aparte" donde cuento que le hizo Castle a Josh (espero que no os lo esperarais mucho porque sino habré fracasado como escritora jajajaja). Después ya volvemos con el POV de Beckett.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Josh entró en su apartamento silbando una cancioncita irritante. Tiró el abrigo al sillón de la entrada sin haber encendido la luz todavía, y a oscuras, se dirigió a la nevera a coger una cerveza. Al volver por la entrada vio su abrigo caído en el suelo, al lado del sillón. Se agachó a cogerlo, extrañado, y lo volvió a tirar. Iba a ir a la habitación a cambiarse de ropa cuando oyó el sonido del abrigo caer contra el suelo. Otra vez. Se giró, enfadado ya, pero asustado a la vez, intentando vislumbrar algo entre las sombras. Entonces Castle habló:
- Que maleducado. ¿No me invitas a una cerveza?
El cirujano pegó un respingó y corrió a encender la luz. Se dio la vuelta y se le cayó la cerveza, esparciendo el líquido por todo el suelo.
- ¿Qué…? ¿Qué coño haces tú aquí? – preguntó Josh, carraspeando cuando le falló la voz. Castle se levantó del problemático sillón, sonriendo falsamente.
- Vine a hacerte una visita.
- ¡JA! ¿Quién te manda? ¿O vienes tú solo? –echó un vistazo a su alrededor, sin ver a nadie.
- ¿Sabes lo mejor? – continuó el escritor, haciendo caso omiso de lo que el otro farfullaba. - Vengo en son de paz y no paro de recibir llamadas de la comisaria… - sacude la cabeza, fingiendo sentirse ofendido.
En ese preciso momento el iPhone de Castle comenzó a sonar, dejando oír su melodía. Éste lo sacó de su bolsillo y le enseñó la pantalla a Josh, que pudo ver a Esposito sonreírle desde el teléfono. Tragó saliva, y dio un paso atrás, buscando una salida.
- Ni se te ocurra. Tú y yo vamos a charlar. – dijo el escritor, señalándose.
- ¿Y si yo no quiero? – desafió Josh.
- ¿Tú crees que tienes escapatoria? – Castle soltó una carcajada irónica. – Estás en tu casa pero no puedes huir.
- Puedo llamar a la policía… - dijo el cirujano, sonando poco convencido.
- Claaaro… Llámales y dales saludos de mi parte.
Castle se sentó en el sillón otra vez, tranquilamente, sabiendo que tenía el control de la situación, y dejando notar que lo sabía. Señaló el otro sillón, indicándole a Josh que se sentara.
- Solo quiero saber cosas sobre ti. Que tal te va la vida, porque acosas a Kate… Sencillo, ¿verdad?
- Eh, eh, eh – le paró el cirujano, levantando su dedo índice – Yo no estoy acosando a Katie.
- Kate. – dijo Castle, secamente y enfadado. – Sabes que odia que la llamen así. Solo su padre puede…
Josh puso cara de circunstancias. Reculó hacia la habitación, echando una rápida mirada hacia ella. Tenía un bate de béisbol apoyado al lado de la puerta, si pudiera llegar a él…
- ¿Cómo entraste en mi casa, mono escritor? – preguntó, intentando despistarle. Castle se repantigó en el sillón, todo cómodo.
- Resulta que ser escritor que busca documentarse tiene sus ventajas. Para un libro de Derrick Storm…
- La versión corta, por favor. – le cortó Josh, con sorna. Castle puso una mueca de asco.
- Me enseñaron a usar la ganzúa. – abrevió. Iba a callarse y pasar a otro tema pero no pudo evitarlo - ¿Sabes? No comprendo que vio Beckett en ti.
Josh le miró de arriba abajo mientras daba otro paso hacia atrás.
- La incomprensión es mutua. – murmuró. El escritor sonrió, se estaba divirtiendo de lo lindo.
- ¿Te traigo algo de la habitación, doctor motocicleta? – inquirió, jugando con él. Vio como Josh palidecía. – No eres muy sutil, que se diga.
El cirujano puso cara de póker, la misma cara que usaba cuando una operación había ido mal. Se metió las manos en los bolsillos y se resignó a hablar con aquel hombre que odiaba tanto.
- ¿Qué quieres, Castle? – preguntó, soltando un suspiro de cansancio.
- Nada, nada… No te preocupes. – dijo éste, haciendo un gesto con la mano. – Solo saber que narices intentas. ¿Crees que Beckett va a volver contigo?
- Hay bastantes probabilidades, ¿sabes? No fui yo el que la puso delante del punto de mira…
No le vio venir. De repente se vio a sí mismo tirado en el suelo, con sangre cayéndole de la nariz. Se llevó una mano allí, secándosela y palpando para ver si estaba rota. Todo bien…
- Pero que cojones… ¿¡Eres gilipollas?! – gritó, una vez repuesto del golpe y la sorpresa.
Castle le miró desde arriba, enfadado. Abrió y cerró la dolorida mano.
- Repítelo y te parto la cara con el bate de béisbol…
Josh se levantó, quedando a su altura.
- Adelante. Atrévete – le miró a los ojos, y vio algo que no le gustó, algo que le hizo asustarse.
- No me lo hagas decir dos veces… No voy a dudar ni un segundo. – Castle volvió al sillón, tranquilamente, aunque por dentro estaba que mataba a alguien. – El caso es que… Ya puedes ir olvidándote de eso.
- Porque tú lo digas… - dijo Josh, con sarcasmo.
- Estamos juntos, Josh. Llevamos casi un año.
- ¿Y? Me la suda, Castle. Estoy seguro de que si se lo pido ella volverá corriendo a mí. Yo le doy algo que tú no…
Castle soltó una carcajada y murmuró:
- Sí, demasiada libertad…
El cirujano abrió y cerró los puños, conteniéndose porque había visto el bate de béisbol al lado de la mano de Castle.
- ¿De verdad la quieres? – preguntó éste, en voz apenas audible. Josh asintió, lentamente, desconfiado. - ¿Darías tu vida por ella?
- Sin dudarlo. – afirmó. Castle sacudió la cabeza, con cansancio.
- Yo estaría dispuesto a renunciar a ella.
- ¿Esto tiene truco? – preguntó el cirujano, con los ojos entrecerrados.
- No… Yo sé que la pongo en peligro constantemente, y eso me reconcome.
- Conmigo el único peligro que tiene es cortarse con un bisturí. – dijo Josh.
- No, imbécil. Es policía, no sé si lo recuerdas… - rebatió Castle, hablándole como si fuera tonto.
- Yo la hago renunciar. – afirmó el cirujano, convencido.
- Seguro… Sigue soñando que es gratis…. Pero si me prometes que la vas a cuidar y querer. Que la vas a proteger de todo de lo que yo no puedo hacerlo. Si me prometes que la vas a hacer reír y que va a ser tan feliz contigo como lo ha sido estos días conmigo. Entonces, yo renunciaré a ella con tal de protegerla…
- Acepto. – dijo Josh, serio. Le tendió la mano al escritor, que se la quedó mirando con cara de asco. – Esta desinfectada, eh.
- No es eso… Ni de coña te estrecho yo la mano – dijo, horrorizado, pensando en el doble significado que tenía ese simple gesto. El cirujano se encogió de hombros.
- ¿Cuándo…? – comenzó a decir, pero Castle le cortó, levantando un dedo.
- Echa el freno, doctor motocicleta. Primero, ella no es una mercancía, y la estás tratando como tal. Segundo, no voy a renunciar a ella así como así. No soy un gilipollas, por mucho que lo creas. ¿Qué es indispensable para ella todas las mañanas? – preguntó.
Josh puso cara de incomprensión antes de responder.
- ¿El deporte?
- ¿¡El deporte?! ¿¡En serio?! – Exclamó el escritor, saltando del sillón - ¡El café! – Calmándose, procedió con la siguiente pregunta - ¿Cómo lo toma?
- ¡Yo que sé! Grande y con leche – aventuró. Castle frunció el ceño, molesto.
- Tendría que haber preestablecido un puñetazo por cada fallo… – dijo – Es café grande con leche semidesnatada y dos terrones de vainilla, idiota. ¿De qué color tiene los ojos?
El doctor motocicleta dudó:
- ¿Marrones?
Castle cerró los ojos un momento, respirando hondo.
- A veces marrones, a veces verdes, a veces grises. Depende del tiempo que haga, depende de su estado de ánimo… ¿Y tú dices que la quieres?
- Que no sepa estos detalles no significa que no lo haga.
- No. Pero que no sepas estos detalles significa que Beckett no te importa una mierda, significa que cuando te miras al espejo solo puedes admirarte a ti mismo y no a la maravillosa mujer que se mira junto a ti, que no estas deseando acostarte y levantarte a su lado cada día, que no te vuelve loco. Que no sepas estos detalles significa que ni de coña arriesgarías tu preciosa cara – dijo, señalándola con cara de asco mientras se acercaba a Josh – ni tu precioso culo por ponerte delante de una bala.
- Habla don Perfecto, ¿no? Él que lo sabe todo sobre ella, y, sin embargo, la pone en peligro cada día.
- ¿Y te crees que no me martirizo con eso ya? – inquirió Castle, denotando dolor en su voz.
- Parece que no lo suficiente si, aun así, dejaste que la dispararan. – escupió Josh.
Tampoco lo vio venir está vez. Se quedó en el suelo tirado, la cara encogida en las manos.
- ¡Aaah! – gritó, escupiendo sangre al suelo, haciendo que se mezclara con la aun derramada cerveza.
- Te. Lo. Advertí. Y alégrate, que fue suave – dijo Castle, remarcando cada palabra. Dejó el bate de béisbol en el sillón, vigilando a Josh, que aún seguía en el suelo lamentándose por su cara. – Con suerte, eres cirujano. Malo será que ningún compañero te cosa ese labio. Y que te miren la ceja…
Abrió la puerta de la casa del doctor motocicleta, y desde el umbral, amenazó:
- Vuelve a acercarte, llamar, o intentar establecer cualquier tipo de relación con Kate, y te juro que la próxima vez necesitaras cirugía facial y un buen abogado.
Se fue, tranquilo, sabiendo que le había quedado claro a Josh que era mejor que no se acercara a Beckett.
Nota: Esto es un "aparte" donde cuento que le hizo Castle a Josh (espero que no os lo esperarais mucho porque sino habré fracasado como escritora jajajaja). Después ya volvemos con el POV de Beckett.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Josh entró en su apartamento silbando una cancioncita irritante. Tiró el abrigo al sillón de la entrada sin haber encendido la luz todavía, y a oscuras, se dirigió a la nevera a coger una cerveza. Al volver por la entrada vio su abrigo caído en el suelo, al lado del sillón. Se agachó a cogerlo, extrañado, y lo volvió a tirar. Iba a ir a la habitación a cambiarse de ropa cuando oyó el sonido del abrigo caer contra el suelo. Otra vez. Se giró, enfadado ya, pero asustado a la vez, intentando vislumbrar algo entre las sombras. Entonces Castle habló:
- Que maleducado. ¿No me invitas a una cerveza?
El cirujano pegó un respingó y corrió a encender la luz. Se dio la vuelta y se le cayó la cerveza, esparciendo el líquido por todo el suelo.
- ¿Qué…? ¿Qué coño haces tú aquí? – preguntó Josh, carraspeando cuando le falló la voz. Castle se levantó del problemático sillón, sonriendo falsamente.
- Vine a hacerte una visita.
- ¡JA! ¿Quién te manda? ¿O vienes tú solo? –echó un vistazo a su alrededor, sin ver a nadie.
- ¿Sabes lo mejor? – continuó el escritor, haciendo caso omiso de lo que el otro farfullaba. - Vengo en son de paz y no paro de recibir llamadas de la comisaria… - sacude la cabeza, fingiendo sentirse ofendido.
En ese preciso momento el iPhone de Castle comenzó a sonar, dejando oír su melodía. Éste lo sacó de su bolsillo y le enseñó la pantalla a Josh, que pudo ver a Esposito sonreírle desde el teléfono. Tragó saliva, y dio un paso atrás, buscando una salida.
- Ni se te ocurra. Tú y yo vamos a charlar. – dijo el escritor, señalándose.
- ¿Y si yo no quiero? – desafió Josh.
- ¿Tú crees que tienes escapatoria? – Castle soltó una carcajada irónica. – Estás en tu casa pero no puedes huir.
- Puedo llamar a la policía… - dijo el cirujano, sonando poco convencido.
- Claaaro… Llámales y dales saludos de mi parte.
Castle se sentó en el sillón otra vez, tranquilamente, sabiendo que tenía el control de la situación, y dejando notar que lo sabía. Señaló el otro sillón, indicándole a Josh que se sentara.
- Solo quiero saber cosas sobre ti. Que tal te va la vida, porque acosas a Kate… Sencillo, ¿verdad?
- Eh, eh, eh – le paró el cirujano, levantando su dedo índice – Yo no estoy acosando a Katie.
- Kate. – dijo Castle, secamente y enfadado. – Sabes que odia que la llamen así. Solo su padre puede…
Josh puso cara de circunstancias. Reculó hacia la habitación, echando una rápida mirada hacia ella. Tenía un bate de béisbol apoyado al lado de la puerta, si pudiera llegar a él…
- ¿Cómo entraste en mi casa, mono escritor? – preguntó, intentando despistarle. Castle se repantigó en el sillón, todo cómodo.
- Resulta que ser escritor que busca documentarse tiene sus ventajas. Para un libro de Derrick Storm…
- La versión corta, por favor. – le cortó Josh, con sorna. Castle puso una mueca de asco.
- Me enseñaron a usar la ganzúa. – abrevió. Iba a callarse y pasar a otro tema pero no pudo evitarlo - ¿Sabes? No comprendo que vio Beckett en ti.
Josh le miró de arriba abajo mientras daba otro paso hacia atrás.
- La incomprensión es mutua. – murmuró. El escritor sonrió, se estaba divirtiendo de lo lindo.
- ¿Te traigo algo de la habitación, doctor motocicleta? – inquirió, jugando con él. Vio como Josh palidecía. – No eres muy sutil, que se diga.
El cirujano puso cara de póker, la misma cara que usaba cuando una operación había ido mal. Se metió las manos en los bolsillos y se resignó a hablar con aquel hombre que odiaba tanto.
- ¿Qué quieres, Castle? – preguntó, soltando un suspiro de cansancio.
- Nada, nada… No te preocupes. – dijo éste, haciendo un gesto con la mano. – Solo saber que narices intentas. ¿Crees que Beckett va a volver contigo?
- Hay bastantes probabilidades, ¿sabes? No fui yo el que la puso delante del punto de mira…
No le vio venir. De repente se vio a sí mismo tirado en el suelo, con sangre cayéndole de la nariz. Se llevó una mano allí, secándosela y palpando para ver si estaba rota. Todo bien…
- Pero que cojones… ¿¡Eres gilipollas?! – gritó, una vez repuesto del golpe y la sorpresa.
Castle le miró desde arriba, enfadado. Abrió y cerró la dolorida mano.
- Repítelo y te parto la cara con el bate de béisbol…
Josh se levantó, quedando a su altura.
- Adelante. Atrévete – le miró a los ojos, y vio algo que no le gustó, algo que le hizo asustarse.
- No me lo hagas decir dos veces… No voy a dudar ni un segundo. – Castle volvió al sillón, tranquilamente, aunque por dentro estaba que mataba a alguien. – El caso es que… Ya puedes ir olvidándote de eso.
- Porque tú lo digas… - dijo Josh, con sarcasmo.
- Estamos juntos, Josh. Llevamos casi un año.
- ¿Y? Me la suda, Castle. Estoy seguro de que si se lo pido ella volverá corriendo a mí. Yo le doy algo que tú no…
Castle soltó una carcajada y murmuró:
- Sí, demasiada libertad…
El cirujano abrió y cerró los puños, conteniéndose porque había visto el bate de béisbol al lado de la mano de Castle.
- ¿De verdad la quieres? – preguntó éste, en voz apenas audible. Josh asintió, lentamente, desconfiado. - ¿Darías tu vida por ella?
- Sin dudarlo. – afirmó. Castle sacudió la cabeza, con cansancio.
- Yo estaría dispuesto a renunciar a ella.
- ¿Esto tiene truco? – preguntó el cirujano, con los ojos entrecerrados.
- No… Yo sé que la pongo en peligro constantemente, y eso me reconcome.
- Conmigo el único peligro que tiene es cortarse con un bisturí. – dijo Josh.
- No, imbécil. Es policía, no sé si lo recuerdas… - rebatió Castle, hablándole como si fuera tonto.
- Yo la hago renunciar. – afirmó el cirujano, convencido.
- Seguro… Sigue soñando que es gratis…. Pero si me prometes que la vas a cuidar y querer. Que la vas a proteger de todo de lo que yo no puedo hacerlo. Si me prometes que la vas a hacer reír y que va a ser tan feliz contigo como lo ha sido estos días conmigo. Entonces, yo renunciaré a ella con tal de protegerla…
- Acepto. – dijo Josh, serio. Le tendió la mano al escritor, que se la quedó mirando con cara de asco. – Esta desinfectada, eh.
- No es eso… Ni de coña te estrecho yo la mano – dijo, horrorizado, pensando en el doble significado que tenía ese simple gesto. El cirujano se encogió de hombros.
- ¿Cuándo…? – comenzó a decir, pero Castle le cortó, levantando un dedo.
- Echa el freno, doctor motocicleta. Primero, ella no es una mercancía, y la estás tratando como tal. Segundo, no voy a renunciar a ella así como así. No soy un gilipollas, por mucho que lo creas. ¿Qué es indispensable para ella todas las mañanas? – preguntó.
Josh puso cara de incomprensión antes de responder.
- ¿El deporte?
- ¿¡El deporte?! ¿¡En serio?! – Exclamó el escritor, saltando del sillón - ¡El café! – Calmándose, procedió con la siguiente pregunta - ¿Cómo lo toma?
- ¡Yo que sé! Grande y con leche – aventuró. Castle frunció el ceño, molesto.
- Tendría que haber preestablecido un puñetazo por cada fallo… – dijo – Es café grande con leche semidesnatada y dos terrones de vainilla, idiota. ¿De qué color tiene los ojos?
El doctor motocicleta dudó:
- ¿Marrones?
Castle cerró los ojos un momento, respirando hondo.
- A veces marrones, a veces verdes, a veces grises. Depende del tiempo que haga, depende de su estado de ánimo… ¿Y tú dices que la quieres?
- Que no sepa estos detalles no significa que no lo haga.
- No. Pero que no sepas estos detalles significa que Beckett no te importa una mierda, significa que cuando te miras al espejo solo puedes admirarte a ti mismo y no a la maravillosa mujer que se mira junto a ti, que no estas deseando acostarte y levantarte a su lado cada día, que no te vuelve loco. Que no sepas estos detalles significa que ni de coña arriesgarías tu preciosa cara – dijo, señalándola con cara de asco mientras se acercaba a Josh – ni tu precioso culo por ponerte delante de una bala.
- Habla don Perfecto, ¿no? Él que lo sabe todo sobre ella, y, sin embargo, la pone en peligro cada día.
- ¿Y te crees que no me martirizo con eso ya? – inquirió Castle, denotando dolor en su voz.
- Parece que no lo suficiente si, aun así, dejaste que la dispararan. – escupió Josh.
Tampoco lo vio venir está vez. Se quedó en el suelo tirado, la cara encogida en las manos.
- ¡Aaah! – gritó, escupiendo sangre al suelo, haciendo que se mezclara con la aun derramada cerveza.
- Te. Lo. Advertí. Y alégrate, que fue suave – dijo Castle, remarcando cada palabra. Dejó el bate de béisbol en el sillón, vigilando a Josh, que aún seguía en el suelo lamentándose por su cara. – Con suerte, eres cirujano. Malo será que ningún compañero te cosa ese labio. Y que te miren la ceja…
Abrió la puerta de la casa del doctor motocicleta, y desde el umbral, amenazó:
- Vuelve a acercarte, llamar, o intentar establecer cualquier tipo de relación con Kate, y te juro que la próxima vez necesitaras cirugía facial y un buen abogado.
Se fue, tranquilo, sabiendo que le había quedado claro a Josh que era mejor que no se acercara a Beckett.
Re: Pillados por las manzanas
Me ha gustado mucho pero yo creo que josh a sufrido poco pero aun asi espero que no les moleste
CONTINUALO PRONTO
BESOSSS
CONTINUALO PRONTO
BESOSSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Pillados por las manzanas
Me encanta, dos capitulos estupendos. No tengo palabras para describir los dos capitulos tan buenos que has escrito.
Continua pronto.
BESOTESS
Continua pronto.
BESOTESS
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
Te han quedado genial!!, aunque Josh tendría que haber sufrido un poco más, jejejejeje
Espero que puedas continuar pronto.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Pillados por las manzanas
muy buenos los dos capis!!! jajaj Josh recibio su merecido por molestar a Kate eso esta muy bien y Kate bueno... eso es otro caso...
despues la frase esa "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?" me esta comenzando a dar miedo... ¿que es lo que paso???
en fin sigueeee prontooo plisss que ya quiero leer la contiiii
¡Nos vemos!
despues la frase esa "¿Cargarás con el peso de esta mentira para siempre?" me esta comenzando a dar miedo... ¿que es lo que paso???
en fin sigueeee prontooo plisss que ya quiero leer la contiiii
¡Nos vemos!
Re: Pillados por las manzanas
!!! QUE BIENNNNNNNNN, DOS PRO EL PRECIO DE UNO ¡¡¡ Pues ya puestos a pedir, porqué no sigues siempre así, de dos en dos, jajajajaja
Muy buen capi, sobre todo los tarantanes al medicucho, jajajajaja
Sigue pronto que esto hay que verlo, sobre todo cuando se lo digan a Espo y Ryan, el médico no va a saber dónde meterse, por mucho que amenace, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS
Muy buen capi, sobre todo los tarantanes al medicucho, jajajajaja
Sigue pronto que esto hay que verlo, sobre todo cuando se lo digan a Espo y Ryan, el médico no va a saber dónde meterse, por mucho que amenace, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
El ruido de unas llaves en la cerradura de mi casa me despertó de repente. Miré a mi alrededor, desconcertada, no reconocía donde estaba. Parpadeé varias veces y entonces todo vino a mi mente de golpe, haciendo que hundiera de nuevo la cara en el cojín y me arrebujara en la sudadera que me había puesto al quitarme la toalla. Solté un suspiro y me froté un ojo, notando la sequedad de mi piel por las lágrimas.
- ¿Kate? – preguntó alguien, inseguro.
Me levanté de golpe del sillón, tan de golpe que se me oscureció la vista y di un paso tembloroso hacia atrás. Cuando se me pasó el mareo vi que Castle se había acercado a mí rápidamente, preocupado.
- ¿Estás bien? – inquirió, a una distancia prudente pero con los brazos extendidos.
- Pues no lo sé, sinceramente. – Dije, mientras me cruzaba de brazos – No sé si debería besarte y abrazarte o pegarte una torta por lo mal que me lo has hecho pasar.
Una sonrisa indecisa apareció en la cara de Castle cuando vio que no estaba todo perdido, pero desapareció pronto, oscureciéndole la cara.
- Tienes que comprender… Después de que me dijeras eso lo único que quería hacer era matar a ese tipo.
No soporté más la distancia entre nosotros y me lancé a sus brazos. Me apretó fuerte contra su pecho mientras yo hundía mi cara en su cuello, aspirando su aroma, sintiéndome tranquila por fin.
- Dime que no lo has hecho, por favor – rogué, con la cara aún escondida.
Él negó con la cabeza:
- Tranquila, está intacto… Bueno, relativamente intacto – se corrigió.
Me alejé un poco para poder mirarle a la cara.
- ¿Cuánto es relativamente? – pregunté, no preocupada por Josh sino porque éste presentara una demanda. Castle colocó sus dedos índice y pulgar a poca distancia, y me encogí de hombros. – Aceptable.
Él me sonrió, haciendo que las comisuras de mis labios se curvaran inevitablemente. Entrelacé nuestros dedos pero Castle hizo una mueca. Fruncí el ceño y le cogí la mano, llevándome sus nudillos a mis labios.
- Vamos a mirarte esta mano, anda. No sé para qué le diste un puñetazo cuando existen cosas que hacen más daño – bromeé.
- Oh, bueno, lo primero fue un puñetazo.
- ¿Y lo segundo? – pregunté mientras le enrollaba la venda en los despellejados nudillos.
- Digamos que lo segundo le dolió más… - respondió, evasivo.
Le sostuve la mirada un momento y luego la aparté. Me iba a levantar de su pierna para guardar el botiquín, pero me retuvo.
- ¿Seguro que estás bien? – inquirió, sujetándome suavemente de la barbilla.
Asentí, pero luego suspiré:
- No te voy a negar que no lo he pasado mal estas horas sin saber de ti, con miedo de que hicieras algo de lo que luego te arrepentirías… Pero me alegra saber que mantuviste tu mente fría y que estás de vuelta…
Castle me abrazó, y susurró en mi oído:
- Siempre volveré. Ya lo sabes…
- ¿Lo sé? – pregunté, dejando que mis miedos relucieran.
- Deberías – contestó simplemente, mirándome a los ojos fijamente, dejándome ver la firmeza con la que lo decía.
Bajé la mirada y tragué saliva.
- ¿Y si un día te das cuenta de que puedes tener a alguien mejor?
- Hey, yo no quiero a nadie mejor. – Me acarició la mejilla, con ternura – Yo te quiero a ti.
- ¿A pesar de todo? – no pude evitar preguntar.
- Con tus virtudes y tus defectos.
- Hasta que la muerte nos separe – dije, bromeando. Castle sonrió y yo le di un largo beso.
- Mmmm… Lo estaba deseando ya – murmuró contra mis labios.
- Haberlo dicho, yo también lo estaba deseando.
Nos sonreímos mutuamente, y dados de la mano, fuimos intercambiando besos camino a la habitación.
- Kate, Kate – dijo Castle, sacudiéndome para despertarme. Solté un quejido y le aparté la mano. – Oh, venga Kate, te están llamando.
Eso me hizo despejarme. Me senté en la cama, apartándome el alborotado pelo de la cara mientras bostezaba. Agarrando con una mano la sábana para taparme, me estiré hasta que mis dedos tropezaron con el borde de iPhone.
- Beckett – respondí, conteniendo un nuevo bostezo.
- Perdona que te despierte a estas horas pero pensé que querrías saberlo.
- ¿Eh? ¿Saber el qué, Esposito? – pregunté. Castle se levantó a mi lado, mirándome fijamente y analizando mi cara.
Cuando colgué, le miré, aun en shock por la noticia.
- ¿Qué? ¿Ha pasado algo grave? ¿A quién ha sido? – inquirió atropelladamente Castle, preocupándose.
- No… O sea, sí. Es que… - sacudí la cabeza, sin terminar de creérmelo del todo.
- Beckett me estás asustando. ¡Quieres decirlo ya!
Levanté la mano, pidiéndole un momento de silencio, tratando de ordenar mi espeso cerebro. Le miré y lo transmití tal y como me lo había contado Espo a mí:
- Josh ha muerto.
- ¿¡Qué?! – Medio gritó Castle – Juro por dios que yo no he sido.
- Lo sé, lo sé. Tranquilo. – le puse una mano en el brazo, logrando que se relajase.
- ¿Cómo…? – empezó él, pero se cortó al no saber cómo decirlo.
- Tenía una operación de urgencia esta noche. Llegó hecho un terremoto al quirófano, arrasando por su paso. Se tropezó con un cable de una de las máquinas y cayó al suelo, clavándose el bisturí que llevaba en la mano.
Castle apretó los labios, conteniendo una carcajada.
- No te rías, Castle. Se ha muerto… - dije, intentando sonar seria.
- Ya, pero… - no pudo más y empezó a reírse. Esperé pacientemente a que terminara, mirándole con cara de enfado, pero por dentro también tenía que tragar las ganas de reírme. – Uuff, vale, ya paro. Lo siento, de verás que lo siento. Es que… Joder, vaya muerte más patética.
Nuestros ojos se encontraron y me permití soltar una carcajada, pero me corté, conteniéndome.
- Esto no está bien, el karma nos va a castigar.
- Yo ya iba a ir al infierno de todos modos – dijo Castle.
- Hey, yo también – levanté mi mano, buscando chocar los cinco con él.
Nos tumbamos de nuevo, sonriendo por nuestras bromas. Nos tapé con la manta ya que la sábana no bastaba teniendo en cuenta que estábamos desnudos. Castle me besó lentamente, y repitió la pregunta que llevaba toda la tarde haciéndome:
- ¿Estás bien?
- Sí… Creo que sí. La verdad, aún no asimilo que esté muerto, y sin embargo no le lloraré ni sentiré su pérdida.
- Si puedo decir mi opinión, y ten muy presente que soy tu novio… – previno, con el dedo índice alzado frente a su cara – Para mí está mejor muerto.
Le di un suave golpe en el hombro, y contuve un bostezo.
- Duerme un poco, princesita, que hoy ha sido un día movidito… - me dijo, dándome un suave beso en la frente. Asentí, mientras me acurrucaba contra él, sintiendo el calor de su piel sobre la mía, sus fuertes brazos rodearme y el latido de su corazón resonando en mi oído.
- ¿Kate? – preguntó alguien, inseguro.
Me levanté de golpe del sillón, tan de golpe que se me oscureció la vista y di un paso tembloroso hacia atrás. Cuando se me pasó el mareo vi que Castle se había acercado a mí rápidamente, preocupado.
- ¿Estás bien? – inquirió, a una distancia prudente pero con los brazos extendidos.
- Pues no lo sé, sinceramente. – Dije, mientras me cruzaba de brazos – No sé si debería besarte y abrazarte o pegarte una torta por lo mal que me lo has hecho pasar.
Una sonrisa indecisa apareció en la cara de Castle cuando vio que no estaba todo perdido, pero desapareció pronto, oscureciéndole la cara.
- Tienes que comprender… Después de que me dijeras eso lo único que quería hacer era matar a ese tipo.
No soporté más la distancia entre nosotros y me lancé a sus brazos. Me apretó fuerte contra su pecho mientras yo hundía mi cara en su cuello, aspirando su aroma, sintiéndome tranquila por fin.
- Dime que no lo has hecho, por favor – rogué, con la cara aún escondida.
Él negó con la cabeza:
- Tranquila, está intacto… Bueno, relativamente intacto – se corrigió.
Me alejé un poco para poder mirarle a la cara.
- ¿Cuánto es relativamente? – pregunté, no preocupada por Josh sino porque éste presentara una demanda. Castle colocó sus dedos índice y pulgar a poca distancia, y me encogí de hombros. – Aceptable.
Él me sonrió, haciendo que las comisuras de mis labios se curvaran inevitablemente. Entrelacé nuestros dedos pero Castle hizo una mueca. Fruncí el ceño y le cogí la mano, llevándome sus nudillos a mis labios.
- Vamos a mirarte esta mano, anda. No sé para qué le diste un puñetazo cuando existen cosas que hacen más daño – bromeé.
- Oh, bueno, lo primero fue un puñetazo.
- ¿Y lo segundo? – pregunté mientras le enrollaba la venda en los despellejados nudillos.
- Digamos que lo segundo le dolió más… - respondió, evasivo.
Le sostuve la mirada un momento y luego la aparté. Me iba a levantar de su pierna para guardar el botiquín, pero me retuvo.
- ¿Seguro que estás bien? – inquirió, sujetándome suavemente de la barbilla.
Asentí, pero luego suspiré:
- No te voy a negar que no lo he pasado mal estas horas sin saber de ti, con miedo de que hicieras algo de lo que luego te arrepentirías… Pero me alegra saber que mantuviste tu mente fría y que estás de vuelta…
Castle me abrazó, y susurró en mi oído:
- Siempre volveré. Ya lo sabes…
- ¿Lo sé? – pregunté, dejando que mis miedos relucieran.
- Deberías – contestó simplemente, mirándome a los ojos fijamente, dejándome ver la firmeza con la que lo decía.
Bajé la mirada y tragué saliva.
- ¿Y si un día te das cuenta de que puedes tener a alguien mejor?
- Hey, yo no quiero a nadie mejor. – Me acarició la mejilla, con ternura – Yo te quiero a ti.
- ¿A pesar de todo? – no pude evitar preguntar.
- Con tus virtudes y tus defectos.
- Hasta que la muerte nos separe – dije, bromeando. Castle sonrió y yo le di un largo beso.
- Mmmm… Lo estaba deseando ya – murmuró contra mis labios.
- Haberlo dicho, yo también lo estaba deseando.
Nos sonreímos mutuamente, y dados de la mano, fuimos intercambiando besos camino a la habitación.
- Kate, Kate – dijo Castle, sacudiéndome para despertarme. Solté un quejido y le aparté la mano. – Oh, venga Kate, te están llamando.
Eso me hizo despejarme. Me senté en la cama, apartándome el alborotado pelo de la cara mientras bostezaba. Agarrando con una mano la sábana para taparme, me estiré hasta que mis dedos tropezaron con el borde de iPhone.
- Beckett – respondí, conteniendo un nuevo bostezo.
- Perdona que te despierte a estas horas pero pensé que querrías saberlo.
- ¿Eh? ¿Saber el qué, Esposito? – pregunté. Castle se levantó a mi lado, mirándome fijamente y analizando mi cara.
Cuando colgué, le miré, aun en shock por la noticia.
- ¿Qué? ¿Ha pasado algo grave? ¿A quién ha sido? – inquirió atropelladamente Castle, preocupándose.
- No… O sea, sí. Es que… - sacudí la cabeza, sin terminar de creérmelo del todo.
- Beckett me estás asustando. ¡Quieres decirlo ya!
Levanté la mano, pidiéndole un momento de silencio, tratando de ordenar mi espeso cerebro. Le miré y lo transmití tal y como me lo había contado Espo a mí:
- Josh ha muerto.
- ¿¡Qué?! – Medio gritó Castle – Juro por dios que yo no he sido.
- Lo sé, lo sé. Tranquilo. – le puse una mano en el brazo, logrando que se relajase.
- ¿Cómo…? – empezó él, pero se cortó al no saber cómo decirlo.
- Tenía una operación de urgencia esta noche. Llegó hecho un terremoto al quirófano, arrasando por su paso. Se tropezó con un cable de una de las máquinas y cayó al suelo, clavándose el bisturí que llevaba en la mano.
Castle apretó los labios, conteniendo una carcajada.
- No te rías, Castle. Se ha muerto… - dije, intentando sonar seria.
- Ya, pero… - no pudo más y empezó a reírse. Esperé pacientemente a que terminara, mirándole con cara de enfado, pero por dentro también tenía que tragar las ganas de reírme. – Uuff, vale, ya paro. Lo siento, de verás que lo siento. Es que… Joder, vaya muerte más patética.
Nuestros ojos se encontraron y me permití soltar una carcajada, pero me corté, conteniéndome.
- Esto no está bien, el karma nos va a castigar.
- Yo ya iba a ir al infierno de todos modos – dijo Castle.
- Hey, yo también – levanté mi mano, buscando chocar los cinco con él.
Nos tumbamos de nuevo, sonriendo por nuestras bromas. Nos tapé con la manta ya que la sábana no bastaba teniendo en cuenta que estábamos desnudos. Castle me besó lentamente, y repitió la pregunta que llevaba toda la tarde haciéndome:
- ¿Estás bien?
- Sí… Creo que sí. La verdad, aún no asimilo que esté muerto, y sin embargo no le lloraré ni sentiré su pérdida.
- Si puedo decir mi opinión, y ten muy presente que soy tu novio… – previno, con el dedo índice alzado frente a su cara – Para mí está mejor muerto.
Le di un suave golpe en el hombro, y contuve un bostezo.
- Duerme un poco, princesita, que hoy ha sido un día movidito… - me dijo, dándome un suave beso en la frente. Asentí, mientras me acurrucaba contra él, sintiendo el calor de su piel sobre la mía, sus fuertes brazos rodearme y el latido de su corazón resonando en mi oído.
Re: Pillados por las manzanas
Me ha gustado mucho, pero aun mas por que Josh ya no va a volver a molestar continua pronto me gusta mucho como va la historia
BESOSS
BESOSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Pillados por las manzanas
Me encanta, muy bueno el capitulo. Espero que continues pronto por que me encanta.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
JESUSSSS ¡¡¡¡¡ Como a todo el que te moleste lo mates igual, me va a parecer que estoy viendo el programa ese de 1.000 maneras de morir, jajajajajajaja
Pero como se te ocurre, desde luego que poca imaginación, se puede eliminar a un enemigo de muchas formas, pero sin tener que matarle, desde luego una cosa tengo clara, procuraré no enfadar a nadie de este foro, por lo de ......... ya sabes............. jajajajajajaja
Sigue pronto y a ser posible que haya menos muertos de los necesarios, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
Pero como se te ocurre, desde luego que poca imaginación, se puede eliminar a un enemigo de muchas formas, pero sin tener que matarle, desde luego una cosa tengo clara, procuraré no enfadar a nadie de este foro, por lo de ......... ya sabes............. jajajajajajaja
Sigue pronto y a ser posible que haya menos muertos de los necesarios, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
Que muerte mas patética ha tenido el pobre de Josh, normal que Castle no pudiese cotrolar la risa . Por fin los dos van a estar tranquilos sin que le moleste n.
Espera que puedas continuar pronto.
Espera que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Pillados por las manzanas
jijijijijijiji sigueeeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Pillados por las manzanas
jajajaaja relax, no soy muy peligrosa. Prefiero atacar con el sarcasmo y la ironía antes que mancharme las manos Pero Josh es un caso aparte... No puedo con él, y ya eran muchas demandas de su muerte las que tenía (a parte de mis ganas) jajajaagecastbet escribió:JESUSSSS ¡¡¡¡¡ Como a todo el que te moleste lo mates igual, me va a parecer que estoy viendo el programa ese de 1.000 maneras de morir, jajajajajajaja
Pero como se te ocurre, desde luego que poca imaginación, se puede eliminar a un enemigo de muchas formas, pero sin tener que matarle, desde luego una cosa tengo clara, procuraré no enfadar a nadie de este foro, por lo de ......... ya sabes............. jajajajajajaja
Sigue pronto y a ser posible que haya menos muertos de los necesarios, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
Don't worry, no hay más muertos en mis planes
Re: Pillados por las manzanas
ooooh me ha gustado muchooo el capítulooo!! sigueee prontooo plissss que ya quiero saber que pasaraaaa!!! ¡nos vemos!
besotesss
besotesss
Re: Pillados por las manzanas
Perdón por la tardanza... Me centré en el otro fic y ahora los exámenes están a solo 2 semanas y se me acumula la materia Pero intentaré seguir escribiendo. ¡Espero reviews!
-------------------------------------------------------------------------------
- Buenos días – saludé, entrando con energía en la planta de Homicidios. Hoy venía a resolver un asesinato y nada me pararía.
O sí…
- Beckett, quiero verla en mi despacho. Ahora. – me llamó Gates desde la puerta. Sin darme tiempo a nada, dio media vuelta y entró en su guarida, esperando que yo la siguiera. Respiré hondo, armándome de valor.
- Sí, señora – murmuré por lo bajini, conteniendo las ganas de hacer un saludo militar. "Eso sería más propio de Castle" pensé, tragándome la sonrisa.
- Siéntese, por favor – me indicó con una mano una de las sillas, mientras ella tomaba asiento en su butaca de cuero.
- ¿Ocurre algo? – pregunté mientras cruzaba las manos en el regazo.
- No, es pura rutina. – "Excusa barata" pensé. - ¿Cómo va el caso?
- De momento estamos un poco atascados, señor, pero voy a ponerme a ello hoy con fuerzas.
- ¿Va a venir hoy Castle? – inquirió, echándose hacia atrás.
Esa pregunta me descolocó. Me quedé mirándola por un segundo sin saber reaccionar.
- Erm… No, señor.
- Mejor. Puede irse.
Wow. Que a Gates no le gustaba Castle era mundialmente conocido, pero nunca había sospechado que llegara a esos límites. Me paré frente a la puerta, con una mano en el pomo.
- ¿Puedo preguntarle por qué ha dicho mejor? Castle ha demostrado ser de gran ayuda en…
- Lo sé – me cortó, haciendo un gesto con la mano – Pero últimamente parece más una distracción que una ayuda. ¿Me equivoco, detective? – enarcó una ceja, escrutándome por encima de sus gafas.
Recé para que fuera miope y no pudiera apreciar el ligero temblor de mis manos y como tragué saliva ante su comentario. Asentí, y abrí la puerta para irme.
- Detective – me llamó cuando estaba cruzando el umbral. Paré en seco, y giré sobre mis tacones.
- ¿Sí?
- No deje que esto vuelva a pasar.
- No comprendo… - dije, a pesar de que algo me decía que era mejor no preguntar
- Yo haré como que no he visto nada si ustedes se comportan en el trabajo.
Vale, ahora sí que me había descolocado. Creo que me quedé con la boca abierta, o quizá no… Ciertamente, mi cerebro dejó de procesar lo que ocurría mientras se centraba en "no he visto nada". "¿¡Qué demonios habrá visto?!" me preguntaba una y otra vez.
Ella agitó su mano, dándome a entender que me fuera. Como una autómata, cerré la puerta tras de mí y caminé hacia mi escritorio. Me dejé caer en la silla, notando los ojos de Ryan y Esposito clavados en mí, preguntándome en gritos silenciosos qué demonios había pasado.
- ¿Se ha muerto alguien? – bromeó alguien a mi espalda. Oí el ruido de un vaso de café chocando contra la madera de mi escritorio.
- Sí pero no – contesté, recuperándome poco a poco de la charla con Gates.
- Ooops, perdona. No caí en que Josh… – Castle se llevó una mano al cuello y sacó la lengua por un lado.
- Hermano, más bien sería… - Espo hizo como que se clavaba algo en el estómago.
Ryan y Castle le rieron la broma.
- Chicos, ¡un poco de respeto! – pedí.
- ¿Por el médico motocicleta? – preguntó Castle. Contuve la risa ante la imagen de los tres hombres en línea mirándome todos con caras escépticas y una ceja levantada.
- Estáis de foto… - comenté.
Se miraron los unos a los otros y cambiaron de postura. Castle se sentó en su silla mientras Espo y Ryan me miraban inquisitivamente.
- ¿Por qué siento que me he perdido algo? – preguntó el escritor, con cara de fastidio.
Le sonreí:
- Porque lo has hecho. Hoy vas a tener que irte.
- ¿¡Qué?! – se irguió de golpe - ¿¡Qué he hecho mal?! Oye, si fue por lo de anoche, ya sabes que yo siempre suelo tener ganas pero…
Me lancé a taparle la boca, antes de que soltara lo que iba a decir. Ryan alzó las cejas, curioso.
- No es por eso. – Y añadí bajando la voz para que solo Castle me oyera – Y no hace falta que airees nuestra vida sexual aquí…
- Perdona – murmuró, triste. Iba a contarle lo que pasaba pero alguien me interrumpió.
- Señor Castle, pensé que no vendría hoy – dijo Gates, parándose junto a la puerta de su despacho y observando nuestro pequeño corro.
Esposito y Ryan se apresuraron a irse, mascullando algo de una prueba a seguir. "Serán cobardes" pensé, meneando la cabeza.
- En teoría, no iba a hacerlo. – respondió Castle.
- ¿Entonces? – inquirió Gates, interponiéndose entre el escritor y yo, de espaldas a mí. Me asomé por encima del hombro del capitán, gesticulándole a Castle.
- Sabe lo nuestro – dije moviendo solo los labios. Él hizo un gesto de incomprensión que provocó que Gates se diera la vuelta para mirarme. Fingí que me rascaba la frente, pensativa.
- Pues… Pensé que quizá la… Los, perdón – rectificó ante mi gesto de alarma. – Los detectives podrían necesitar de mí… - guiñó los ojos, intentando entenderme. – de mi atención, eso. De mi atención a los detalles. – tras Gates hice un gesto como de "Aleluya" porque había conseguido descifrar mis indicaciones.
La capitana se volvió hacia mí, pero reaccioné y empecé a dar manotazos al aire.
- Un mosquito – dije, con cara de molestia. Hizo un gesto con las cejas, alzándolas y bajándolas rápidamente.
Cuando Gates miró a Castle, éste cambió su cara de risa a su cara seria.
- Bueno, en ese caso, quédese y haga algo útil.
- La verdad – dije, situándome con rapidez al lado de Castle – es que él se iba a ir a escribir. Como ya le dije en la reunión de antes – clavé los dedos en el antebrazo del escritor para que atendiera – estamos un poco estancados.
Castle sonrió falsamente, emitiendo una suave y nada creíble risa.
- Pero que si el capitán quiere que me quede, pues me quedo – dijo.
Apreté con más fuerza, provocándole una mueca de dolor. Me miró, enfadado, y le devolví la mirada en el mismo estado de humor.
- No hace falta. Sino dentro de nada te estás quejando porque Gina te presiona – respondí, con los dientes apretados y hablándole a gritos con la mirada, gritos que él no quería escuchar.
- No, tranquila. Tengo unos cuantos escritos ya de esas no… De cuando tengo problemas para conciliar el sueño.
- ¿Sí? Pues por una vez que vayas adelantado no pasa nada.
- ¿Y si no quiero ir adelantado? – preguntó, olvidándonos completamente de Gates y encarándonos mutuamente.
- Nunca lo llevas a tiempo, Castle, siempre en el último día a base de Red Bull, café y noches en vela.
- ¡Es mi forma de escribir! No tiene horarios, ¡surge sola!
- Pues métele caña o domestícala. No es sano eso…
- ¡Venga ya! Es solo Red Bull.
- ¿Sabes la de mierda que lleva eso? – le corté. Iba a empezar a enumerar cuando nos cortaron.
- ¡Basta ya!
Ambos nos callamos de golpe. Por primera vez me di cuenta de lo cerca que estaba de Castle, siempre hacíamos lo mismo cuando peleábamos o teorizábamos: acercarnos peligrosamente. Nos miramos a los ojos fijamente y entonces nos separamos.
- Miren, Detective Beckett usted tiene un caso que resolver. Y usted, Señor Castle, haga lo que quiera porque le diga lo que le diga lo iba a hacer igualmente. – Él sonrió con un poco de autosuficiencia mientras Gates se alejaba. Yo puse los ojos en blanco y crucé los brazos, dándole un poco la espalda a Castle. Antes de entrar en su despacho giró sobre sus talones para rematar. – Aunque personalmente creo que debería hacerle caso a su novia.
La mandíbula del escritor se descolgó de golpe.
- Eso te estaba intentando decir. – comenté, aun molesta con él.
- ¿¡Cómo!? ¿¡Cuándo!? ¿¡Qué?! – balbuceó. - ¿¡Ha dicho "novia"?!
Me senté en mi silla y le ignoré mientras repasaba la pizarra situada a mi izquierda. Él suspiró audiblemente.
- Lo siento…
- Creo que deberías hacer caso al capitán. Total, ahora obedeces sus órdenes, ¿no? – dije, sin levantar la vista de los documentos que estaba repasando.
- Pero… Yo… Nunca he… - soltó un gruñido de frustración al no saber cómo expresarlo. Contuve una sonrisa y le miré con una ceja alzada.
- Ya sabes dónde está el ascensor.
- Pero yo no… No quería… ¡No sabía…! – dijo, abriendo mucho los ojos. - ¡Aaah! – exclamó.
- Para ser escritor eres muy parco hablando… - me burlé, conteniendo a duras penas la risa. Castle hizo una mueca y se dirigió hacia el ascensor con paso apesadumbrado.
Cuando habían pasado unos 10 minutos desde que se hubo ido, cogí el iPhone y vi que tenía un mensaje de los chicos relacionado con el caso. Antes de que la fría policía de homicidios cerrara las puertas del muro y dejara los sentimientos ahí metidos para centrarse en el trabajo, tecleé rápidamente un whatsapp para Castle.
"Espero que cuando llegue después de un agotador día de trabajo, esté la cena hecha y servida, un buen baño preparado y la cama llena de rosas. ¡Ah! Y como no… Mi escritor favorito dedicado al 100% al cuidado de su musa."
-------------------------------------------------------------------------------
- Buenos días – saludé, entrando con energía en la planta de Homicidios. Hoy venía a resolver un asesinato y nada me pararía.
O sí…
- Beckett, quiero verla en mi despacho. Ahora. – me llamó Gates desde la puerta. Sin darme tiempo a nada, dio media vuelta y entró en su guarida, esperando que yo la siguiera. Respiré hondo, armándome de valor.
- Sí, señora – murmuré por lo bajini, conteniendo las ganas de hacer un saludo militar. "Eso sería más propio de Castle" pensé, tragándome la sonrisa.
- Siéntese, por favor – me indicó con una mano una de las sillas, mientras ella tomaba asiento en su butaca de cuero.
- ¿Ocurre algo? – pregunté mientras cruzaba las manos en el regazo.
- No, es pura rutina. – "Excusa barata" pensé. - ¿Cómo va el caso?
- De momento estamos un poco atascados, señor, pero voy a ponerme a ello hoy con fuerzas.
- ¿Va a venir hoy Castle? – inquirió, echándose hacia atrás.
Esa pregunta me descolocó. Me quedé mirándola por un segundo sin saber reaccionar.
- Erm… No, señor.
- Mejor. Puede irse.
Wow. Que a Gates no le gustaba Castle era mundialmente conocido, pero nunca había sospechado que llegara a esos límites. Me paré frente a la puerta, con una mano en el pomo.
- ¿Puedo preguntarle por qué ha dicho mejor? Castle ha demostrado ser de gran ayuda en…
- Lo sé – me cortó, haciendo un gesto con la mano – Pero últimamente parece más una distracción que una ayuda. ¿Me equivoco, detective? – enarcó una ceja, escrutándome por encima de sus gafas.
Recé para que fuera miope y no pudiera apreciar el ligero temblor de mis manos y como tragué saliva ante su comentario. Asentí, y abrí la puerta para irme.
- Detective – me llamó cuando estaba cruzando el umbral. Paré en seco, y giré sobre mis tacones.
- ¿Sí?
- No deje que esto vuelva a pasar.
- No comprendo… - dije, a pesar de que algo me decía que era mejor no preguntar
- Yo haré como que no he visto nada si ustedes se comportan en el trabajo.
Vale, ahora sí que me había descolocado. Creo que me quedé con la boca abierta, o quizá no… Ciertamente, mi cerebro dejó de procesar lo que ocurría mientras se centraba en "no he visto nada". "¿¡Qué demonios habrá visto?!" me preguntaba una y otra vez.
Ella agitó su mano, dándome a entender que me fuera. Como una autómata, cerré la puerta tras de mí y caminé hacia mi escritorio. Me dejé caer en la silla, notando los ojos de Ryan y Esposito clavados en mí, preguntándome en gritos silenciosos qué demonios había pasado.
- ¿Se ha muerto alguien? – bromeó alguien a mi espalda. Oí el ruido de un vaso de café chocando contra la madera de mi escritorio.
- Sí pero no – contesté, recuperándome poco a poco de la charla con Gates.
- Ooops, perdona. No caí en que Josh… – Castle se llevó una mano al cuello y sacó la lengua por un lado.
- Hermano, más bien sería… - Espo hizo como que se clavaba algo en el estómago.
Ryan y Castle le rieron la broma.
- Chicos, ¡un poco de respeto! – pedí.
- ¿Por el médico motocicleta? – preguntó Castle. Contuve la risa ante la imagen de los tres hombres en línea mirándome todos con caras escépticas y una ceja levantada.
- Estáis de foto… - comenté.
Se miraron los unos a los otros y cambiaron de postura. Castle se sentó en su silla mientras Espo y Ryan me miraban inquisitivamente.
- ¿Por qué siento que me he perdido algo? – preguntó el escritor, con cara de fastidio.
Le sonreí:
- Porque lo has hecho. Hoy vas a tener que irte.
- ¿¡Qué?! – se irguió de golpe - ¿¡Qué he hecho mal?! Oye, si fue por lo de anoche, ya sabes que yo siempre suelo tener ganas pero…
Me lancé a taparle la boca, antes de que soltara lo que iba a decir. Ryan alzó las cejas, curioso.
- No es por eso. – Y añadí bajando la voz para que solo Castle me oyera – Y no hace falta que airees nuestra vida sexual aquí…
- Perdona – murmuró, triste. Iba a contarle lo que pasaba pero alguien me interrumpió.
- Señor Castle, pensé que no vendría hoy – dijo Gates, parándose junto a la puerta de su despacho y observando nuestro pequeño corro.
Esposito y Ryan se apresuraron a irse, mascullando algo de una prueba a seguir. "Serán cobardes" pensé, meneando la cabeza.
- En teoría, no iba a hacerlo. – respondió Castle.
- ¿Entonces? – inquirió Gates, interponiéndose entre el escritor y yo, de espaldas a mí. Me asomé por encima del hombro del capitán, gesticulándole a Castle.
- Sabe lo nuestro – dije moviendo solo los labios. Él hizo un gesto de incomprensión que provocó que Gates se diera la vuelta para mirarme. Fingí que me rascaba la frente, pensativa.
- Pues… Pensé que quizá la… Los, perdón – rectificó ante mi gesto de alarma. – Los detectives podrían necesitar de mí… - guiñó los ojos, intentando entenderme. – de mi atención, eso. De mi atención a los detalles. – tras Gates hice un gesto como de "Aleluya" porque había conseguido descifrar mis indicaciones.
La capitana se volvió hacia mí, pero reaccioné y empecé a dar manotazos al aire.
- Un mosquito – dije, con cara de molestia. Hizo un gesto con las cejas, alzándolas y bajándolas rápidamente.
Cuando Gates miró a Castle, éste cambió su cara de risa a su cara seria.
- Bueno, en ese caso, quédese y haga algo útil.
- La verdad – dije, situándome con rapidez al lado de Castle – es que él se iba a ir a escribir. Como ya le dije en la reunión de antes – clavé los dedos en el antebrazo del escritor para que atendiera – estamos un poco estancados.
Castle sonrió falsamente, emitiendo una suave y nada creíble risa.
- Pero que si el capitán quiere que me quede, pues me quedo – dijo.
Apreté con más fuerza, provocándole una mueca de dolor. Me miró, enfadado, y le devolví la mirada en el mismo estado de humor.
- No hace falta. Sino dentro de nada te estás quejando porque Gina te presiona – respondí, con los dientes apretados y hablándole a gritos con la mirada, gritos que él no quería escuchar.
- No, tranquila. Tengo unos cuantos escritos ya de esas no… De cuando tengo problemas para conciliar el sueño.
- ¿Sí? Pues por una vez que vayas adelantado no pasa nada.
- ¿Y si no quiero ir adelantado? – preguntó, olvidándonos completamente de Gates y encarándonos mutuamente.
- Nunca lo llevas a tiempo, Castle, siempre en el último día a base de Red Bull, café y noches en vela.
- ¡Es mi forma de escribir! No tiene horarios, ¡surge sola!
- Pues métele caña o domestícala. No es sano eso…
- ¡Venga ya! Es solo Red Bull.
- ¿Sabes la de mierda que lleva eso? – le corté. Iba a empezar a enumerar cuando nos cortaron.
- ¡Basta ya!
Ambos nos callamos de golpe. Por primera vez me di cuenta de lo cerca que estaba de Castle, siempre hacíamos lo mismo cuando peleábamos o teorizábamos: acercarnos peligrosamente. Nos miramos a los ojos fijamente y entonces nos separamos.
- Miren, Detective Beckett usted tiene un caso que resolver. Y usted, Señor Castle, haga lo que quiera porque le diga lo que le diga lo iba a hacer igualmente. – Él sonrió con un poco de autosuficiencia mientras Gates se alejaba. Yo puse los ojos en blanco y crucé los brazos, dándole un poco la espalda a Castle. Antes de entrar en su despacho giró sobre sus talones para rematar. – Aunque personalmente creo que debería hacerle caso a su novia.
La mandíbula del escritor se descolgó de golpe.
- Eso te estaba intentando decir. – comenté, aun molesta con él.
- ¿¡Cómo!? ¿¡Cuándo!? ¿¡Qué?! – balbuceó. - ¿¡Ha dicho "novia"?!
Me senté en mi silla y le ignoré mientras repasaba la pizarra situada a mi izquierda. Él suspiró audiblemente.
- Lo siento…
- Creo que deberías hacer caso al capitán. Total, ahora obedeces sus órdenes, ¿no? – dije, sin levantar la vista de los documentos que estaba repasando.
- Pero… Yo… Nunca he… - soltó un gruñido de frustración al no saber cómo expresarlo. Contuve una sonrisa y le miré con una ceja alzada.
- Ya sabes dónde está el ascensor.
- Pero yo no… No quería… ¡No sabía…! – dijo, abriendo mucho los ojos. - ¡Aaah! – exclamó.
- Para ser escritor eres muy parco hablando… - me burlé, conteniendo a duras penas la risa. Castle hizo una mueca y se dirigió hacia el ascensor con paso apesadumbrado.
Cuando habían pasado unos 10 minutos desde que se hubo ido, cogí el iPhone y vi que tenía un mensaje de los chicos relacionado con el caso. Antes de que la fría policía de homicidios cerrara las puertas del muro y dejara los sentimientos ahí metidos para centrarse en el trabajo, tecleé rápidamente un whatsapp para Castle.
"Espero que cuando llegue después de un agotador día de trabajo, esté la cena hecha y servida, un buen baño preparado y la cama llena de rosas. ¡Ah! Y como no… Mi escritor favorito dedicado al 100% al cuidado de su musa."
Re: Pillados por las manzanas
Me encanta, que risa me encanta este fic por que me rio mucho. ES genial.
Continua pronto.
Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
jajajaja muy divertida Kate... cuando llegue a casa quiere todo preparado para ella y que Rick sea como ¿su sirviente? jajaja muy buena la parte final
¡ups! al parecer Gates ya lo sabe ahora los mirara con lupa para que no se pasen en la comisaría jeje
me ha gustado mucho el capitulo y sigueeee prontoo plisss que ya quiero saber que pasaraaa!!! ¡nos vemos!
besotess
¡ups! al parecer Gates ya lo sabe ahora los mirara con lupa para que no se pasen en la comisaría jeje
me ha gustado mucho el capitulo y sigueeee prontoo plisss que ya quiero saber que pasaraaa!!! ¡nos vemos!
besotess
Re: Pillados por las manzanas
jajajja sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Pillados por las manzanas
Me encanta, jajajajajaja
Pillados in fraganti, jajajajaja mucha manzana por aquí, NO ¡¡ jajajajaja
Lo que más me ha gustado ha sido el mensajito, jajajaja Para que se vaya haciendo a la idea de quién es la que lleva los pantalones, jajajajajaja
Muy divertido, pero quiero más, ves lo que provocas, que nos volvamos insaciables, jajajajaja
Sigue pronto que quiero enterarme de lo que va a pasar después de ese baño, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Pillados in fraganti, jajajajaja mucha manzana por aquí, NO ¡¡ jajajajaja
Lo que más me ha gustado ha sido el mensajito, jajajaja Para que se vaya haciendo a la idea de quién es la que lleva los pantalones, jajajajajaja
Muy divertido, pero quiero más, ves lo que provocas, que nos volvamos insaciables, jajajajaja
Sigue pronto que quiero enterarme de lo que va a pasar después de ese baño, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
Bueno, quería avisar de que el final de esta historia está cerca, muy cerca. Espero que os haya gustado
-------------------------------------------------------------------------------
Metí la llave en la cerradura, apoyándome ligeramente en la puerta para tener un buen ángulo, a veces se quedaba atascada ya que tenía los dientes nuevos todavía. La empujé con el hombro mientras tiraba de la llave para sacarla, iba a entrar en su casa, esperando mi baño y mi cena, pero me quedé parada en el umbral, desconcertada. Estaba todo a oscuras.
- ¿Castle? – pregunté, ligeramente asustada.
Di un paso dentro, y luego varios más, parándome en la entrada. Miré a los lados y dentro del salón, intentando distinguir algo entre las sombras.
- ¿Rick? ¿Estás aquí? – el miedo se dejó entrever en mi voz.
Me llevé la mano inconscientemente a la cintura, notando el frio metal de la pistola en mi mano, dándome la tranquilidad y seguridad que me faltaba cuando se trataba de gente que me importaba. Oí un suave ruido proveniente del despacho, así que caminé despacio y en silencio hasta allí. Me coloqué a un lado de la entrada, con la espalda contra la estantería, preparada para actuar.
"Te tengo" pensé cuando vi una sigilosa sombra moverse por la habitación, sorteando la mesa con facilidad, como si supiera exactamente dónde estaba. No desenfundé el arma ya que en la oscuridad las probabilidades de fallar iban en mi contra, tuviera buena puntería o no. Me quedé esperando ahí, agazapada entre las sombras del umbral, esperando a que se me acercara o a que hiciera algo que le delatara.
"Ahora, Kate" me dije a mi misma en mi mente, cuando vi que se dirigía hasta donde estaba yo. Retrocedí hasta la entrada para que no me viera, pero fue un gran error ya que desde allí no podía ver el despacho ni ver al visitante. Me tensé, caminando de espaldas y desatendiendo el resto de habitaciones para centrarme en el salón, acercándome a donde estaba la cocina para esconderme tras la barra. Estiré un poco el cuello para ver algo aunque sin delatarme, y en eso estaba, escrutando las sombras que creaba el mobiliario, cuando noté una mano posarse en mi hombro.
Me asusté, y mi lado de policía reaccionó ante una agresión. Me separé de quien me había tocado y lancé una patada en la dirección donde se veía la figura de un hombre. Éste retrocedió por el impacto de mi pie en su pecho, tropezando y cayéndose al suelo.
- ¡Aaah! – exclamó, ahogado por el ruido de un taburete y un cuerpo golpeando el suelo con fuerza.
Por unos segundos, me quedé en la misma posición de defensa, con una pierna ligeramente adelantada por la patada. Entonces me di cuenta de quien había gritado y corrí a encender las luces de un manotazo. Castle estaba espatarrado en el suelo, con una mano en la cabeza, y tirada al lado, había una silla de la cocina.
- ¿¡Tú eres tonto o qué!? ¿¡Estás buscando que te mate?! – le grité, enfadada.
- No hacía falta pegarme una patada – se quejó él, masajeándose el pecho con cara de dolor.
- ¡Castle! – Exclamé - ¡Te me has acercado por la espalda, con la casa totalmente a oscuras!
- ¡Solo quería darte una sorpresa! – replicó.
- No me gustan las sorpresas. Ni los sustos. Ya lo sabes – dije, hablándole ya en un tono normal. Me acerqué a él y le tendí la mano para ayudarle a levantarse. Cuando estuvo de pie rocé con mis dedos la zona del pecho donde le había dado la patada. – Lo siento, ¿estás bien?
Castle asintió, sonriendo levemente.
- Soy un hombre sólido. Perfecto para mujeres como tú.
Solté una carcajada, ahogada por un beso que no vi venir. Le respondí con ganas, demostrándole lo mucho que le había echado de menos con ligeros mordisquitos en los labios. Un gemido ronco escapó de su garganta, tan gutural que no pude contener la risa. Nos separamos cuando los pulmones nos pidieron a gritos oxígeno. Desabroché lentamente los botones de su camisa, deleitándome con la piel que iba dejando al descubierto.
- Tienes el baño preparado… - dijo él, entre beso y beso – Aunque si quieres lo dejamos para luego…
Sonreí traviesamente, y le abrí la camisa.
- Solo quiero ver donde te di la patada. – dije, acariciando con ternura la zona rojiza por el golpe. – Te saldrá un moratón – avisé.
Se encogió de hombros, haciendo una "U" con las comisuras de sus labios:
- Puedo vivir con eso…
- Bien – murmuré, perdiéndome otra vez en sus labios. – Ahora… ¿Qué tal si me doy ese bañito que mencionaste mientras preparas la cena? – pregunté, sonriendo traviesamente ante su mirada desconcertada. Se quedó refunfuñando en la cocina mientras yo me sumergía en agua caliente con espuma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Mmmm… Algo huele maravillosamente bien – dije mientras me acercaba a la barra americana de la cocina, todavía envuelta en aroma a cerezas.
- Podría haber sido yo si nos hubiéramos duchado juntos – bromeó Castle, dándose la vuelta para mirarme, llevando en las manos un plato que dejó en la barra, junto a otros más.
Me senté en un taburete y observé lo que había ahí puesto, tapado de manera que no se viera la comida que había debajo. Fui a levantar una de las tapas, pero Castle me dio suavemente con la cuchara de madera en la mano, manchándome de salsa de tomate.
- ¡Ey! – me quejé, llevándome la mano a la boca para chupar la salsa.
- No mires, es una sorpresa.
- Pues venga, ¡que tengo hambreeeee! – alargué la última vocal, como si fuera una niña pequeña.
- Vooooy – respondió Castle en el mismo tono. Sonreí tontamente, ese tipo de sonrisas que solo él podía sacarme.
- Toma, ponte esto – dijo, tendiéndome una tira de tela negra. Me quedé mirándola con el ceño fruncido, intentando averiguar que era. La cogí y me la até alrededor de la frente. Al mirarme, Castle soltó una carcajada, y rodeó la encimera para acercarse a mí. Desató el nudo y me la colocó sobre los ojos, impidiendo que viera. Antes de alejarse, me dio un beso en la nariz, la cual tenía arrugada.
- No me gusta esto de no ver – dije.
- Mientras no me pegues… - dejó caer Castle. Sonreí, e hice un gesto como diciéndole "No prometo nada". – Abre la boca – pidió.
La abrí, pero la volví a cerrar a los pocos segundos, insegura.
- Venga, no te voy a meter nada raro. Confía en mí. – suspiré, removiéndome en la silla. Lo medité por un rato, y finalmente, abrí la boca. – Un poco más – volvió a pedir Castle, acariciándome con su aliento la oreja. Obedecí, con cierta incomodidad todavía.
Algo llenó mi boca, la cual me apresuré a cerrar, pillando el dedo de Castle en el camino. Jugueteé con la lengua, acariciándoselo, sonriendo. Él retiro el dedo, dejando que pudiera probar lo que me había metido en la boca. Con un poco de miedo, mordí.
- Oh – solté, cuando noté el ácido jugo de la naranja llenar mi boca y mojar mis labios. Cuando tragué, abrí la boca automáticamente, confiando ya al 100% en Castle.
Me dio comida variada, desde carne y pescado hasta pasta con tomate. Me rodeaba para coger la comida, llenándome con su colonia, empapándome los sentidos con todo tipo de sabores y olores. Y todo bien regado de variados vinos, claro está.
- Vayamos a por el postre – susurró.
Lo siguiente fue un trozo de manzana, seguido de una caricia de él. Luego hubo todo tipo de frutas silvestres intercaladas con besos. El tener los ojos cerrados hacía la experiencia mil veces más excitante, tenía el resto de los sentidos amplificados, sobre todo el gusto y el tacto.
- Pasemos a lo dulce – susurró Castle contra mis labios. Abrí mi boca y me dio una fresa todavía con el jugo de haber estado con azúcar. Pedí más, pero noté su mano en mi barbilla indicándome que cerrara la boca. Desconcertada, obedecí. Entonces, noté sus labios contra los míos, pero acompañados de una sorpresa. Gemí, extasiada.
- Chocolate – murmuré. Devoré sus labios, quitándole rápidamente todo rastro del dulce que encontraba. Nuestras lenguas interpretaron una danza mientras intercambiaban la acidez de las frutas con la dulzura del chocolate.
Castle se separó, a pesar de mis quejas. Pude notar su presencia otra vez junto a mí, y enredé mis piernas en su cintura, atrayéndole contra mí. Extendí las manos a ciegas, buscando las suyas, tropezando por el camino con una taza que llevaba. La cogí y la dejé torpemente en la encimera, tirando un poco de lo que había dentro ya que me cayó en la mano. Castle me la cogió, retirando él lo que me había manchado con pequeños besos. Incapaz de aguantar más, tiré de su camisa hacia mí, buscando su boca. En medio de mi búsqueda, encontré su barbilla, así que seguí la línea de su mentón hasta que la encontré.
Nuestros labios se unieron con fuerza, con hambre, con pasión. El fuego nos comía por dentro, pidiendo a gritos ser sacado ya. Todo estorbaba: la ropa, la cinta, la silla… Todo. Abrí de golpe su camisa, sonriendo en medio del beso cuando oí unos cuantos botones rebotar contra el suelo. Mi camisa y su camisa salieron volando, yendo a parar a algún sitio del salón. En medio del momento, Castle me quitó la cinta porque le molestaba ya que tenía mi cabello aprisionado. Aunque noté la luz al otro lado de mis párpados, aunque ni me molesté en abrirlos, todo era mejor sin ver.
Castle cargó con mi cuerpo, llevándome al sillón entre risas, suspiros y besos. Caímos juntos encima de los cojines, mirándonos con complicidad ya que no era la primera vez que acabábamos ahí después de que el apetito ganara al hambre de comida. Volvimos a perdernos en lo que el otro nos ofrecía, llenando el salón de música con nuestros gemidos ahogados por besos. Y cuando estábamos a punto de pasar a actos mayores, el ruido de una llave en la cerradura nos alertó de que alguien venía.
- Mierda – mascullé, saltando del sillón en busca de mi ropa.
Como no la encontraba, me metí corriendo en la habitación de Castle, escondiéndome tras la puerta. Él aún estaba en el sillón, sorprendido por mi reacción.
- ¡Oh, Richard! Me has asustado – exclamó Martha desde la puerta, mirando el salón y la cocina.
- Ya, hoy no paro de hacerlo…
- ¿Interrumpimos algo, papá? – preguntó Alexis. "Menos mal que me escondí" pensé.
- Pueeees… - Castle miró a su alrededor, la ropa esparcida, él sin camiseta, los platos aun en la encimera – Sí. Definitivamente, sí.
- Oups, no era nuestra intención… - se disculparon. – Pues nos vamos al cine, hay una película que queríamos ver.
- Gracias.
- No me las des querido, yo también he sido joven aunque no lo creas…
- Hasta mañana, papá - dijo Alexis, dándole un beso a su padre.
- Buenas noches, calabacita. Divertiros – se despidió el escritor.
- Buenas noches, Richard. Buenas noches, Katherine – gritó Martha, sabiendo perfectamente que yo estaba por ahí escondida. Una sonrisa asomó a mis labios mientras luchaba por no reírme. La puerta de la habitación se abrió de golpe, dando paso a un Richard Castle totalmente desnudo cargado con ropa. La dejó caer al suelo, y haciendo una pose cómica, dijo:
- ¿Por dónde íbamos antes de semejante interrupción?
Solté una carcajada y salté a sus brazos rápidamente.
-------------------------------------------------------------------------------
Metí la llave en la cerradura, apoyándome ligeramente en la puerta para tener un buen ángulo, a veces se quedaba atascada ya que tenía los dientes nuevos todavía. La empujé con el hombro mientras tiraba de la llave para sacarla, iba a entrar en su casa, esperando mi baño y mi cena, pero me quedé parada en el umbral, desconcertada. Estaba todo a oscuras.
- ¿Castle? – pregunté, ligeramente asustada.
Di un paso dentro, y luego varios más, parándome en la entrada. Miré a los lados y dentro del salón, intentando distinguir algo entre las sombras.
- ¿Rick? ¿Estás aquí? – el miedo se dejó entrever en mi voz.
Me llevé la mano inconscientemente a la cintura, notando el frio metal de la pistola en mi mano, dándome la tranquilidad y seguridad que me faltaba cuando se trataba de gente que me importaba. Oí un suave ruido proveniente del despacho, así que caminé despacio y en silencio hasta allí. Me coloqué a un lado de la entrada, con la espalda contra la estantería, preparada para actuar.
"Te tengo" pensé cuando vi una sigilosa sombra moverse por la habitación, sorteando la mesa con facilidad, como si supiera exactamente dónde estaba. No desenfundé el arma ya que en la oscuridad las probabilidades de fallar iban en mi contra, tuviera buena puntería o no. Me quedé esperando ahí, agazapada entre las sombras del umbral, esperando a que se me acercara o a que hiciera algo que le delatara.
"Ahora, Kate" me dije a mi misma en mi mente, cuando vi que se dirigía hasta donde estaba yo. Retrocedí hasta la entrada para que no me viera, pero fue un gran error ya que desde allí no podía ver el despacho ni ver al visitante. Me tensé, caminando de espaldas y desatendiendo el resto de habitaciones para centrarme en el salón, acercándome a donde estaba la cocina para esconderme tras la barra. Estiré un poco el cuello para ver algo aunque sin delatarme, y en eso estaba, escrutando las sombras que creaba el mobiliario, cuando noté una mano posarse en mi hombro.
Me asusté, y mi lado de policía reaccionó ante una agresión. Me separé de quien me había tocado y lancé una patada en la dirección donde se veía la figura de un hombre. Éste retrocedió por el impacto de mi pie en su pecho, tropezando y cayéndose al suelo.
- ¡Aaah! – exclamó, ahogado por el ruido de un taburete y un cuerpo golpeando el suelo con fuerza.
Por unos segundos, me quedé en la misma posición de defensa, con una pierna ligeramente adelantada por la patada. Entonces me di cuenta de quien había gritado y corrí a encender las luces de un manotazo. Castle estaba espatarrado en el suelo, con una mano en la cabeza, y tirada al lado, había una silla de la cocina.
- ¿¡Tú eres tonto o qué!? ¿¡Estás buscando que te mate?! – le grité, enfadada.
- No hacía falta pegarme una patada – se quejó él, masajeándose el pecho con cara de dolor.
- ¡Castle! – Exclamé - ¡Te me has acercado por la espalda, con la casa totalmente a oscuras!
- ¡Solo quería darte una sorpresa! – replicó.
- No me gustan las sorpresas. Ni los sustos. Ya lo sabes – dije, hablándole ya en un tono normal. Me acerqué a él y le tendí la mano para ayudarle a levantarse. Cuando estuvo de pie rocé con mis dedos la zona del pecho donde le había dado la patada. – Lo siento, ¿estás bien?
Castle asintió, sonriendo levemente.
- Soy un hombre sólido. Perfecto para mujeres como tú.
Solté una carcajada, ahogada por un beso que no vi venir. Le respondí con ganas, demostrándole lo mucho que le había echado de menos con ligeros mordisquitos en los labios. Un gemido ronco escapó de su garganta, tan gutural que no pude contener la risa. Nos separamos cuando los pulmones nos pidieron a gritos oxígeno. Desabroché lentamente los botones de su camisa, deleitándome con la piel que iba dejando al descubierto.
- Tienes el baño preparado… - dijo él, entre beso y beso – Aunque si quieres lo dejamos para luego…
Sonreí traviesamente, y le abrí la camisa.
- Solo quiero ver donde te di la patada. – dije, acariciando con ternura la zona rojiza por el golpe. – Te saldrá un moratón – avisé.
Se encogió de hombros, haciendo una "U" con las comisuras de sus labios:
- Puedo vivir con eso…
- Bien – murmuré, perdiéndome otra vez en sus labios. – Ahora… ¿Qué tal si me doy ese bañito que mencionaste mientras preparas la cena? – pregunté, sonriendo traviesamente ante su mirada desconcertada. Se quedó refunfuñando en la cocina mientras yo me sumergía en agua caliente con espuma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Mmmm… Algo huele maravillosamente bien – dije mientras me acercaba a la barra americana de la cocina, todavía envuelta en aroma a cerezas.
- Podría haber sido yo si nos hubiéramos duchado juntos – bromeó Castle, dándose la vuelta para mirarme, llevando en las manos un plato que dejó en la barra, junto a otros más.
Me senté en un taburete y observé lo que había ahí puesto, tapado de manera que no se viera la comida que había debajo. Fui a levantar una de las tapas, pero Castle me dio suavemente con la cuchara de madera en la mano, manchándome de salsa de tomate.
- ¡Ey! – me quejé, llevándome la mano a la boca para chupar la salsa.
- No mires, es una sorpresa.
- Pues venga, ¡que tengo hambreeeee! – alargué la última vocal, como si fuera una niña pequeña.
- Vooooy – respondió Castle en el mismo tono. Sonreí tontamente, ese tipo de sonrisas que solo él podía sacarme.
- Toma, ponte esto – dijo, tendiéndome una tira de tela negra. Me quedé mirándola con el ceño fruncido, intentando averiguar que era. La cogí y me la até alrededor de la frente. Al mirarme, Castle soltó una carcajada, y rodeó la encimera para acercarse a mí. Desató el nudo y me la colocó sobre los ojos, impidiendo que viera. Antes de alejarse, me dio un beso en la nariz, la cual tenía arrugada.
- No me gusta esto de no ver – dije.
- Mientras no me pegues… - dejó caer Castle. Sonreí, e hice un gesto como diciéndole "No prometo nada". – Abre la boca – pidió.
La abrí, pero la volví a cerrar a los pocos segundos, insegura.
- Venga, no te voy a meter nada raro. Confía en mí. – suspiré, removiéndome en la silla. Lo medité por un rato, y finalmente, abrí la boca. – Un poco más – volvió a pedir Castle, acariciándome con su aliento la oreja. Obedecí, con cierta incomodidad todavía.
Algo llenó mi boca, la cual me apresuré a cerrar, pillando el dedo de Castle en el camino. Jugueteé con la lengua, acariciándoselo, sonriendo. Él retiro el dedo, dejando que pudiera probar lo que me había metido en la boca. Con un poco de miedo, mordí.
- Oh – solté, cuando noté el ácido jugo de la naranja llenar mi boca y mojar mis labios. Cuando tragué, abrí la boca automáticamente, confiando ya al 100% en Castle.
Me dio comida variada, desde carne y pescado hasta pasta con tomate. Me rodeaba para coger la comida, llenándome con su colonia, empapándome los sentidos con todo tipo de sabores y olores. Y todo bien regado de variados vinos, claro está.
- Vayamos a por el postre – susurró.
Lo siguiente fue un trozo de manzana, seguido de una caricia de él. Luego hubo todo tipo de frutas silvestres intercaladas con besos. El tener los ojos cerrados hacía la experiencia mil veces más excitante, tenía el resto de los sentidos amplificados, sobre todo el gusto y el tacto.
- Pasemos a lo dulce – susurró Castle contra mis labios. Abrí mi boca y me dio una fresa todavía con el jugo de haber estado con azúcar. Pedí más, pero noté su mano en mi barbilla indicándome que cerrara la boca. Desconcertada, obedecí. Entonces, noté sus labios contra los míos, pero acompañados de una sorpresa. Gemí, extasiada.
- Chocolate – murmuré. Devoré sus labios, quitándole rápidamente todo rastro del dulce que encontraba. Nuestras lenguas interpretaron una danza mientras intercambiaban la acidez de las frutas con la dulzura del chocolate.
Castle se separó, a pesar de mis quejas. Pude notar su presencia otra vez junto a mí, y enredé mis piernas en su cintura, atrayéndole contra mí. Extendí las manos a ciegas, buscando las suyas, tropezando por el camino con una taza que llevaba. La cogí y la dejé torpemente en la encimera, tirando un poco de lo que había dentro ya que me cayó en la mano. Castle me la cogió, retirando él lo que me había manchado con pequeños besos. Incapaz de aguantar más, tiré de su camisa hacia mí, buscando su boca. En medio de mi búsqueda, encontré su barbilla, así que seguí la línea de su mentón hasta que la encontré.
Nuestros labios se unieron con fuerza, con hambre, con pasión. El fuego nos comía por dentro, pidiendo a gritos ser sacado ya. Todo estorbaba: la ropa, la cinta, la silla… Todo. Abrí de golpe su camisa, sonriendo en medio del beso cuando oí unos cuantos botones rebotar contra el suelo. Mi camisa y su camisa salieron volando, yendo a parar a algún sitio del salón. En medio del momento, Castle me quitó la cinta porque le molestaba ya que tenía mi cabello aprisionado. Aunque noté la luz al otro lado de mis párpados, aunque ni me molesté en abrirlos, todo era mejor sin ver.
Castle cargó con mi cuerpo, llevándome al sillón entre risas, suspiros y besos. Caímos juntos encima de los cojines, mirándonos con complicidad ya que no era la primera vez que acabábamos ahí después de que el apetito ganara al hambre de comida. Volvimos a perdernos en lo que el otro nos ofrecía, llenando el salón de música con nuestros gemidos ahogados por besos. Y cuando estábamos a punto de pasar a actos mayores, el ruido de una llave en la cerradura nos alertó de que alguien venía.
- Mierda – mascullé, saltando del sillón en busca de mi ropa.
Como no la encontraba, me metí corriendo en la habitación de Castle, escondiéndome tras la puerta. Él aún estaba en el sillón, sorprendido por mi reacción.
- ¡Oh, Richard! Me has asustado – exclamó Martha desde la puerta, mirando el salón y la cocina.
- Ya, hoy no paro de hacerlo…
- ¿Interrumpimos algo, papá? – preguntó Alexis. "Menos mal que me escondí" pensé.
- Pueeees… - Castle miró a su alrededor, la ropa esparcida, él sin camiseta, los platos aun en la encimera – Sí. Definitivamente, sí.
- Oups, no era nuestra intención… - se disculparon. – Pues nos vamos al cine, hay una película que queríamos ver.
- Gracias.
- No me las des querido, yo también he sido joven aunque no lo creas…
- Hasta mañana, papá - dijo Alexis, dándole un beso a su padre.
- Buenas noches, calabacita. Divertiros – se despidió el escritor.
- Buenas noches, Richard. Buenas noches, Katherine – gritó Martha, sabiendo perfectamente que yo estaba por ahí escondida. Una sonrisa asomó a mis labios mientras luchaba por no reírme. La puerta de la habitación se abrió de golpe, dando paso a un Richard Castle totalmente desnudo cargado con ropa. La dejó caer al suelo, y haciendo una pose cómica, dijo:
- ¿Por dónde íbamos antes de semejante interrupción?
Solté una carcajada y salté a sus brazos rápidamente.
Re: Pillados por las manzanas
Pero mira que son inoportunas, bien podían haber ido al cine antes, jajajajaja
Muy divertida la nochecita, jajajaja parece que eso de vivir en compañía va a tener que solucionarse, poniendo un cartel en la puerta para avisar al personal, por que cualquier día la lían, jajajajajaja
Bien el capi estupendo, pero se me ha terminado, y quiero saber más, así que ya estoy en standby, por fa sigue pronto. Y eso de que se termina, porqué tan pronto, con lo bien que ibamos.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Muy divertida la nochecita, jajajaja parece que eso de vivir en compañía va a tener que solucionarse, poniendo un cartel en la puerta para avisar al personal, por que cualquier día la lían, jajajajajaja
Bien el capi estupendo, pero se me ha terminado, y quiero saber más, así que ya estoy en standby, por fa sigue pronto. Y eso de que se termina, porqué tan pronto, con lo bien que ibamos.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
Este fic es básicamente que les pillan por sus apetitos sexuales, llamemoslos así jajaja así que si todo el mundo lo sabe ya, pues pierde la gracia. Además de que prefiero cerrarlo a "lo grande" que continuarlo tanto que termine desvariando. ¿Comprendes? No sé, lo hablé con mis lectoras principales y estuvieron de acuerdo.agecastbet escribió:Pero mira que son inoportunas, bien podían haber ido al cine antes, jajajajaja
Muy divertida la nochecita, jajajaja parece que eso de vivir en compañía va a tener que solucionarse, poniendo un cartel en la puerta para avisar al personal, por que cualquier día la lían, jajajajajaja
Bien el capi estupendo, pero se me ha terminado, y quiero saber más, así que ya estoy en standby, por fa sigue pronto. Y eso de que se termina, porqué tan pronto, con lo bien que ibamos.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Re: Pillados por las manzanas
lovecastlebeckett escribió:Este fic es básicamente que les pillan por sus apetitos sexuales, llamemoslos así jajaja así que si todo el mundo lo sabe ya, pues pierde la gracia. Además de que prefiero cerrarlo a "lo grande" que continuarlo tanto que termine desvariando. ¿Comprendes? No sé, lo hablé con mis lectoras principales y estuvieron de acuerdo.agecastbet escribió:Pero mira que son inoportunas, bien podían haber ido al cine antes, jajajajaja
Muy divertida la nochecita, jajajaja parece que eso de vivir en compañía va a tener que solucionarse, poniendo un cartel en la puerta para avisar al personal, por que cualquier día la lían, jajajajajaja
Bien el capi estupendo, pero se me ha terminado, y quiero saber más, así que ya estoy en standby, por fa sigue pronto. Y eso de que se termina, porqué tan pronto, con lo bien que ibamos.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Ya me imagino, pero alguna vez tendrá que ser la vencida, jajajaja, por que les va a entrar el síndrome de abstinencia, jajajaja.
Es buena idea pues es mejor quedarse con un buen sabor de boca que siguir forzando las situaciónes con lo que el fic perdería frescura. Es lógico, una pena por lo divertido que era, pero estoy de acuerdo contigo es mejor rematar bien.
Pues cuando quieras, pocos o muchos, espero leer los capítulos que quedan, jajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Pillados por las manzanas
Que divertido, me a gustado mucho.
Continua pronto.
Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Pillados por las manzanas
Jajajajajajajaja, menos mal que no llegaron un poco mas tarde, que si no, no le dq tiempo q esconderse, jejejejeje. Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» It's not enough anymore (Capítulo 41. Dedicatorias y Acuerdos del pasado)
» Pillados (os propongo un juego)
» Pillados (os propongo un juego)
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 3 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.