MI VIDA SIN TI, Epílogo
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Cata Castillo
54 participantes
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Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
aaaahhh esto te quedo genial!!! me encanto como se soluciono todo!!! ahora empieza su vida de nuevo sigue cuando puedas que con lo genial que te queda espero lo que sea!!!
cururi- As del póker
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 15/03/2013
Edad : 36
Localización : World Citizen
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
oooooohhhh maravilloso sigue pronto me encanta como va la historia ayyyy se va a encontrar con todos no puedo esperar
BESOSS
BESOSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
me encanta, al fin parece que las cosas van sobre ruedas y eso me encanta.
Continua pronto
Continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡Que bonito! Es precioso este penúltimo capítulo Cata.
Me encanta como se ha solucionado todo, la alegría de Beckett ante la condena del senador y la emoción por volver a su vida.
El recibimiento de Martha y Alexis ha sido precioso, con ese bonito detalle de la cuna.
Estoy deseando leer el broche de oro de esta magnífica historia.
Me encanta como se ha solucionado todo, la alegría de Beckett ante la condena del senador y la emoción por volver a su vida.
El recibimiento de Martha y Alexis ha sido precioso, con ese bonito detalle de la cuna.
Estoy deseando leer el broche de oro de esta magnífica historia.
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me da lástima leer porque se que lo acabas y a saber cuando te volverás a acordar de nosotros y nos escribirás otro. Ayns.
No se que más decirte. Es un bonito final el que están teniendo después de tanto tiempo. Ahora nos queda esa vuelta a la normalidad, al trabajo, aunque podías contarnos que pasa en esas vacaciones en Los Hamptons, jeje
Grande Cata, gracias por escribir.
No se que más decirte. Es un bonito final el que están teniendo después de tanto tiempo. Ahora nos queda esa vuelta a la normalidad, al trabajo, aunque podías contarnos que pasa en esas vacaciones en Los Hamptons, jeje
Grande Cata, gracias por escribir.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡Por fin! Me da mucha pena que despues de todos los tormentos y lágrimas que nos hicistes derramar en un comienzo esto ya este casi terminado. Pese a todo no sabes cuanto me alegro de todo finalmente haya salido bien. Ha sido precioso, tanto la despedida, como la llegada de ambos a la familia.
Ya estoy impaciente por leer el siguiente.
Ya estoy impaciente por leer el siguiente.
Invitado- Invitado
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me encanto siue porfa
Carelyn- As del póker
- Mensajes : 374
Fecha de inscripción : 30/04/2013
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡Hola! Como aquí estoy de nuevo y esta vez con el último capítulo de esta historia. Me ha costado bastante escribirlo y no me termina de gustar mucho el resultado. He querido concluirlo todo pero aun así se me han quedado algunas cosas en el tintero, podía haber escrito un capítulo más, pero llega un momento en que las historias no se pueden estirar más, por lo menos a mí no me sale.
Pero como quedan algunas cositas que contar, voy a escribir un epilogo y a ver si así consigo dejarlo todo bien terminado. Quiero dar las gracias a los que han seguido la historia desde el principio, y si se han divertido y entretenido leyéndola, aunque solo sea la mitad de lo que yo escribiéndola, ya me doy por satisfecha. Muchas gracias también a los que se molestan en dejar un mensaje, siempre es agradable saber que gusta y se aprecia lo que una hace. Y ya no me enrollo más. Espero que os guste este final y ¡Feliz fin de semana!
AVISO: Aunque los principales personajes pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Capítulo 16:
“La vida consiste en adaptarse y volver a adaptarse.”
Anthony Burgess
A la mañana siguiente se prepararon para ir a la comisaría. Ya estaban arreglados y desayunaban en la cocina, incluido Ricky a quien su padre daba un biberón de leche y cereales. Alexis se despidió de ellos, alegando que tenía que volver al campus y Martha que también se había levantado temprano, salió diciendo que tenía un compromiso ineludible en su escuela de teatro. Jim también había salido, pues quería visitar el bufete en el que había trabajado varios años y empezar a buscar un lugar donde vivir. Se quedaron los tres solos y terminaron de prepararse para ir a la 12th.
En la calle tomaron un taxi que los llevó hasta lo que había sido hasta hacía un año el segundo hogar de Kate Becket. Cuando entraron, todos los policías que por allí había acudieron a saludarla y a felicitarla por lo bien que había acabado todo. Ella lo agradeció, los conocía a todos, a algunos más que a otros, pero era en la planta de homicidios donde estaban sus amigos.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron y entraron los dos cogidos de la mano, con Ricky en brazos de su padre, los oficiales que los vieron primero empezaron a aplaudir y a vitorearla. Recibir a una de los suyos, resucitada de entre los muertos y vencedora de uno de los procesos más importantes que la justicia había llevado a cabo en la ciudad, era un logro para todos ellos.
Fue Ryan el primero que notó la presencia de sus amigos y se acercó corriendo para abrazar a Kate, dándole la bienvenida, con dos sonoros besos en las mejillas y un gran abrazo que ella correspondió emocionada. Karpowsky apartó a Ryan para saludar a su compañera y sorprendió a Becket, cuando la vio emocionarse hasta las lágrimas.
- ¡Hay que ver lo que nos has hecho sufrir, chica! – y volvió a abrazarla.
Al ruido de los aplausos acudieron Gates y Esposito, que estaban revisando unos informes en el despacho de la primera. Javier también abrazó a su compañera y le dijo que Lanie había estado esperando en la sala de descanso, hasta que la llamaron para ver un cuerpo, que en el momento que pudiese escaparse se reuniría con ellos. Le presentaron a Ricky a todos los compañeros y les contaron que ella estaba embarazada cuando tuvo que irse.
Gates permitió que sus chicos estuviesen allí durante un rato saludándose y preguntándole cosas a la compañera que creían haber perdido. Mientras Castle intentaba recuperar a su hijo que iba pasando de brazos de uno a los brazos de otro, menos mal que el chiquillo no extrañaba mucho y aceptaba el cambio de brazos con total confianza.
Cuando Gates pensó que ya era suficiente, los mandó a trabajar a todos y a ellos los invitó a entrar en su despacho. Ricky la reconoció y le dedicó una alegre sonrisa de cuatro dientes. Gates no se pudo resistir al encantador bebé y lo cogió de los brazos de su padre. Kate ya estaba acostumbrada y sabía que Gates sentía cierta debilidad por su hijo, pero Castle aunque le había oído contar algo a Kate, no lo había creído mucho, hasta que lo vio con sus propios ojos.
Los invitó a sentarse y estuvieron conversando un rato, sobre los últimos acontecimientos, mientras Ricky seguía sentado en el regazo de Gates y jugueteando con una pelotita anti estrés.
Gates le preguntó a Kate que cuando pensaba volver y esta le contestó que le gustaría tomarse un tiempo y disfrutar de su familia al completo, que ya se imaginaba lo que le esperaba a su regreso, en trámites y evaluaciones de tiro y psicológicas y que en ese momento no se sentía en absoluto preparada.
El capitán le respondió que la comprendía y le dijo si creía que un mes de descanso sería tiempo suficiente, a lo que Kate respondió que pensaba que sí, pero que de todas formas cuando volviera, ya le diría como se encontraba.
Gates devolvió a Ricky a su padre y ellos salieron del despacho. Se pararon un momento para despedirse de sus amigos y el escritor les dijo que esa noche fueran a cenar a la casa.
En ese momento se abrieron las puertas del ascensor y Lanie entró corriendo y gritando:
- ¡Kate!, ¡Kate!
Y antes incluso de que esta pudiese contestarle la forense se echaba, en los brazos de su amiga. Se abrazaron durante un rato, las dos llorando emocionadas, sin importarles que media comisaría estuviese pendiente de ellas. Castle, esperaba estoicamente con el niño en brazos que miraba con asombro, el efusivo reencuentro entre las dos amigas.
Por fin Lanie se separó de Kate y entre lágrimas se dirigió al pequeño Ricky al que invitó a ir con ella, con un escandaloso.
- Ven con tu tía Lanie, pequeño chico escritor.
El niño sonrió y le echó los brazos con confianza, como si pensara que si la loca aquella no le había hecho daño a su madre, a él tampoco tenía porque hacerle nada.
Lanie besó y abrazó al bebé repetidas veces.
- Desde que Castle nos dijo que estabas viva y que el bebé estaba bien, tenía unas inmensas ganas de ver a este enano – dijo sonriendo – es increíble Castle, es un mini tú, se te parece muchísimo.
- ¿Y a quien mejor podría parecerse que a su padre? – dijo el escritor orgulloso del parecido con él de su retoño – tiene el padre más guapo del mundo, pues es lógico que se parezca a él.
- Tú, tan modesto y humilde como siempre – rió Lanie devolviéndole al bebé y dando un cariñoso beso a Castle en la mejilla – me alegro infinito de veros juntos a los tres y ahora será mejor que salgamos de aquí, que Gates empieza a mirarnos mal.
Y era cierto, Gates los observaba desde su despacho y había aguantado el escándalo de las dos amigas, pero ya se estaba empezando a cansar de que su comisaría pareciese el escenario de un culebrón.
Se despidieron de todos y salieron a la calle. Antes recogieron el cochecito de Ricky que habían dejado en recepción y lo instalaron en él. Lanie se lamentó pues tenía que volver al trabajo, pero se alegró mucho cuando le dijeron que esa noche tenían cena en el loft de Castle. Se despidieron de ella hasta la tarde y ellos se fueron paseando, Kate tenía necesidad de reencontrarse también con su ciudad, y es por eso que dieron un largo paseo, llegando hasta Central Park, donde se instalaron en un banco para que Ricky se comiese la papilla que llevaba preparada en el termo. Después ellos se compraron unos perritos calientes y también almorzaron esta vez, sentados sobre el césped.
Kate estaba feliz, le parecía mentira volver a ser ella y poder ir por donde quisiera sin tener que esconderse o con miedo a que le hiciesen daño. Estaban acostados sobre la hierba, Ricky durmiendo la siesta sobre el vientre de Kate y ella, con la cabeza apoyada en las piernas de él.
Estuvieron haciendo planes sobre lo que harían durante el mes de vacaciones que tenían por delante. Pensaron que una vez que trasladasen las cosas más necesarias de Kate del trastero a la casa, y organizasen un par de cosas, se podrían ir sin ningún problema. De todas formas solo estaban a un par de horas de la ciudad y siempre podían volver si necesitaban algo.
Decidieron marcharse, pues querían pasar por el supermercado para comprar todo lo necesario para la cena de la noche, así que tomaron un taxi que los dejó en el Dean & DeLuca de Broadway donde compraron todo lo necesario, para volver luego andando hasta la casa.
Cuando llegaron, Kate se encargó de bañar a Ricky, mientras Castle empezaba a preparar la cena. Al final estarían los seis amigos solamente, pues Jim los había avisado que cenaría con su colega, que se había alegrado mucho de verlo de nuevo, también les comunicó que volvían a readmitirlo en el bufete, lo que fue un alivio tanto para Jim, como para Kate, que en cierto modo se sentía culpable de que su padre no pudiese rehacer su vida por su causa.
Por su parte Martha también se excusó alegando que tenía un compromiso anterior con unos amigos. Después de bañar y arreglar a Ricky, se lo dejó a Castle sentado en su trona y jugando con uno de sus juguetes y se bañó ella. Se puso uno de sus vaqueros entallados y una bonita blusa de color esmeralda, que le sentaba realmente bien. Luego se fue al salón y cogió el portátil de Castle a donde había pasado todas las fotos que se hizo en Santa María, y empezó a hacer una selección para enseñárselas a sus amigos. Mientras Castle, que estaba hecho un auténtico amo de su casa, había terminado de preparar la cena y el postre y además, le había dado de cenar a Ricky.
Con el bebé en brazos fue hasta el salón y le dijo:
- Señora, ya está todo listo – dijo en plan mayordomo – ¿podría hacerse cargo del niño, mientras yo me ducho?
- Claro – dijo levantando la vista y sonriendo ante la imagen de él con el delantal puesto y el niño en brazos, y cogiendo a Ricky le dijo con guasa – puede retirarse Rodgers.
- A sus órdenes señora – dijo con cierto retintín yendo hacia el baño.
Fue una cena muy agradable. Fue Kate quien llevó el peso de la conversación contándoles lo que había sido su vida mientras estuvo escondida. También les enseñó la mano, anunciándoles su compromiso y futura boda. Nadie había reparado en que el original anillo, era en realidad uno de compromiso. Castle les explicó cuando lo compró y que cuando fue a encontrarse con ella, se lo llevó y ella lo había aceptado.
Todos los felicitaron con besos y abrazos y Kate siguió contando su historia. Aunque Castle la había oído infinidad de veces, no se cansaba de escucharla. Mientras más veces la oía, más le parecía que había estado ese tiempo con ella.
Ricky aguantó despierto hasta después de la cena de los mayores. Tanta gente en la casa, lo tenía de lo más espabilado, sus tíos y tías no se cansaban de pasárselo de unos a otros y de achucharlo y darle besos. Luego cuando ya no pudo más y se quedó dormido profundamente en brazos de Lanie, su madre lo cogió para dejarlo en su cuna. Cuando Kate volvió al salón Castle había servido unas copas y todos estaban dispuestos a ver las fotos que les había prometido enseñarles.
Estuvieron hasta bastante tarde viendo todo el reportaje, que ella había seleccionado. Kate no pudo evitar sonreír al escuchar a Lanie decir categórica:
- Pues estás monísima, con este estilo “Flower Power”, te sienta genial.
- Si jefa – dijo Esposito que estaba ya un poco subidito de copas – eras una hippie muy buenorra y oye, ¿practicabas también eso del amor libre? – lo que le valió un cosqui por parte de Lanie y una mirada un tanto asesina por parte de Castle.
- Será mejor que nos vayamos yendo – dijo Kevin que no estaba tan bebido como su compañero, viendo que Javier empezaba a ponerse pesado.
- Si – dijo Lanie – creo que ya es hora – entonces, ¿comemos juntas mañana? – le dijo a Kate – tengo ganas de hablar contigo a solas antes de que os vayáis a Los Hamptons.
- Bueno – y mirando a Castle – ¿cuidas mañana de Ricky mientras como con Lanie?
- Por supuesto que cuido de él – dijo sonriente – así aprovechamos para hacer algunas cosas de chicos.
Cuando se fueron todos, Castle llevó los vasos a la cocina y se dispuso a meter todo lo que habían usado en el lavavajillas. Ella que le había estado ayudando a llevar algunas cosas, lo abrazó por detrás y le dijo, siguiendo la broma de antes:
- Le espero en la habitación, Rodgers.
- Enseguida estoy con usted, señora.
Cuando Castle llegó al cuarto la encontró tumbada sobre la cama vistiendo solo un conjunto de ropa interior de encaje negro y en una pose de lo más sexy. Él se sentó junto a ella y empezó a acariciarle la pierna, desde el tobillo hasta el muslo.
- Me muero de ganas por hacerte el amor, pero… – y se volvió a mirar a la cuna donde descansaba el bebé.
- Ricky duerme ya toda la noche del tirón, si no hacemos mucho ruido no le molestaremos.
- Vale – dijo él, bajando el tono de voz y subiéndose a la cama.
- Pero primero tú también tienes que quitarte la ropa.
- De acuerdo – y de rodillas en la cama empezó a desabrocharse la camisa mientras ella le iba quitando el cinturón y desabrochándole los pantalones.
Cuando se quedó solo con los calzoncillos puestos, se tumbó junto a ella y empezó a besarla y a acariciarla para terminar haciéndole el amor con toda la pasión que ella le despertaba.
Las dos amigas tuvieron un almuerzo de chicas, ambas se habían echado terriblemente de menos. Hablaron de muchas cosas. Como ya Lanie sabía cómo había sido la vida de su amiga por lo hablado y visto la noche anterior, el tema de conversación fueron Rick y Ricky. Lanie le contó a su amiga lo mal que lo habían pasado todos, los chicos, ella, pero en especial el chico escritor. Kate se disculpó con Lanie, como lo había hecho con Castle, y esta, lo mismo que el escritor le dijo que no tenía que hacerlo que comprendía que hubiese tenido que irse como lo hizo, pero que eso no quitaba lo mal que lo pasaron.
Kate le dijo que si le servía de consuelo ella también lo había pasado fatal. Luego hablaron de la futura boda, para la que aún no habían elegido fecha y para cuya preparación, Lanie se ofreció de inmediato. Después de un gran rato y de ponerse al día, Lanie se despidió de ella para volver al trabajo y Kate se decidió a volver andando al loft, seguía teniendo unas inmensas ganas de pasear por su ciudad tranquilamente y sin miedo.
Cuando entró en la casa se encontró a sus dos Ricks jugando en la alfombra del salón con unos coches de bombero y policía, que le habían regalado los chicos al niño la noche anterior. Eran de plástico de brillantes colores y al niño le encantaban porque se encendían las luces y sonaba la sirena.
Los besó a los dos y se sentó junto a ellos para jugar también. Castle se levantó diciéndole:
- Te hemos comprado algo que te hacía falta – y le dio un paquete.
- ¿Qué es? – preguntó curiosa.
Lo abrió y se encontró un IPhone de última generación y al empezar a trastearlo se dio cuenta que él había puesto la tarjeta que ella se llevó como único recuerdo de ellos. También le había puesto de fondo de pantalla una auto foto que era evidente que se habían hecho esa misma tarde, de él, con el niño en brazos. Dos caras y dos pares de ojos iguales, pero con distinta edad.
- Es blanco, como a ti te gusta – dijo él.
- Gracias – y se acercó a besarlo.
- Lo ha comprado Ricky – explicó él – quiere tenerte localizada todo el tiempo.
- Gracias mi amor – dijo cogiendo al bebé y alzándolo lo que provocó de inmediato las carcajadas del niño.
Entre esa tarde y el día siguiente se trajeron del trastero todo lo que Kate necesitaba con ella, menos mal que la casa de Castle era espaciosa y pudieron organizarlo todo sin problemas. También compraron una cuna de viaje y ropa nueva para Ricky, no solo porque el niño crecía cada día que pasaba sino porque el clima de California nada tenía que ver con el Nueva York. Kate también se empeñó en que Castle renovase parte de su vestuario, a lo que él le contestó que tenía ropa más que suficiente en casa, pero ella fue categórica y le dijo sin rodeos:
- Si vuelvo a verte vestido de negro, cojo a Ricky y nos vamos de la casa.
- Pero, ¿Qué más da del color que me vista? – se quejó él – tu misma tienes ropa negra, el negro es un color elegante.
- Me gusta el negro, y no me importa que te vistas de ese color en algunas ocasiones, pero no te quiero ver permanentemente como si fueses un enterrador.
- Te pareces a mi madre, que me decía que parecía un sepulturero.
- Y con razón.
Kate se salió con la suya y Castle terminó comprándose una sudadera rojo brillante de un conocido equipo de beisbol y poniéndosela para complacerla.
En un par de días lo tuvieron todo solucionado y las maletas hechas para irse a Los Hamptons. Tanto Alexis, como Martha y Jim prometieron que irían a visitarlos, tenían muchos días por delante. Este último había terminado alquilando un estudio a solo dos manzanas del loft, aunque le quedaba más lejos del trabajo dijo sonriendo que le compensaba tener que levantarse media hora antes para ir a trabajar, con tal de estar cerca de su hija y su nieto. A Kate le alegró mucho saber que su padre estaría tan cerca. Mientras ellos se iban a la playa, él dijo que aprovecharía para echarle un vistazo y una buena limpieza a su cabaña.
Por fin lo tuvieron todo listo y se fueron a la casa de la playa. Pasaron el mes, a caballo entre Los Hamptons y Manhattan, pues volvieron algunas veces a la ciudad. Los visitaron tanto la familia, como los amigos algún que otro fin de semana. En esos días que estuvieron los tres juntos y solos, consolidaron su relación de pareja, dándose cuenta que lo más importante de todo y después de la larga separación que habían tenido que padecer, era permanecer juntos pasase lo que pasase.
Kate y Rick hablaron mucho, aunque ya se habían contado muchas cosas, terminaron de conocer hasta el último detalle de como habían sido sus vidas en ausencia del otro, no hubo rencores, ni malos modos, solo muchos abrazos, muchos besos y mucho amor. Castle le preguntó:
- Y ahora que todo ha terminado y que Bracken está en la cárcel, ¿sigues queriendo volver a la comisaría?, ¿no te apetecería hacer otra cosa?
- Ya no sé hacer otra cosa – dijo seria – he llegado a amar mi trabajo Rick – explicó ella – saber que a mi madre se le ha hecho justicia por fin, me tranquiliza y me da esperanzas de que todo es posible, pero todavía sigue habiendo mucha gente inocente por la que luchar, muchos muertos por los que hablar porque les han robado su voz, y por eso quiero volver, claro que ahora tengo otras prioridades y pienso tomármelo con más calma.
Esos días, disfrutaron también de la posibilidad de estar a tiempo completo con su bebé, Becket sabía positivamente que lo que peor iba a llevar cuando volviese al trabajo era no estar con Ricky las veinticuatro horas del día, como había estado hasta ahora. Tampoco le hacía muy feliz tener que volver sin Castle, no quería volver a separase del él, pero Castle tenía muy claro que sería quien se encargaría de cuidar al niño mientras ella trabajase, por lo menos hasta que fuese un poco más mayor. Así que tuvo que conformarse, además saber que su hijo se quedaría a cargo de su padre le hacía sentir que podía irse a trabajar sin ninguna preocupación.
Castle aprovechó la tranquilidad de esos días para escribir y poner en orden todas las ideas de su nuevo libro. La verdad es que lo tenía muy adelantado, solo le quedaba organizar la información y terminar de escribir algunas partes.
El día que Kate volvió a la 12th. Rick quiso ir con ella. Dejaron a Ricky al cuidado de la abuela Martha y ellos dos entraron en la comisaría cogidos de la mano. Subieron a la planta de homicidios, donde todos los saludaron con cariño y dándole una calurosa bienvenida, entre ellos Ryan y Esposito que los saludaron y se despidieron para salir, pues acababan de llamar avisando que habían encontrado un cuerpo en un callejón de la zona.
Gates los vio desde su despacho y salió a saludarlos, invitándolos a pasar aunque Castle le dijo que él mejor la esperaba fuera, que solo había ido a acompañarla por ser el primer día.
- ¿Ya se cansó de trabajar con nosotros señor Castle? – preguntó Gates – ahora que ya tiene lo que siempre quiso, parece que se cansó de ayudarnos.
- No es eso – respondió con cierta molestia – ahora que Kate vuelve al trabajo hemos decidido que sea yo quien cuide a nuestro hijo, me encantaría seguir trabajando aquí, con ella y con todos los demás, esta comisaría también es como mi casa y siempre le estaré agradecido por cómo se portó conmigo en los momentos tan duros que tuve que vivir, pero nuestra prioridad ahora es el bienestar de Ricky, así que mientras su madre trabaja, yo estaré con él.
- Me parece una decisión de lo más acertada – dijo Gates sonriendo – ya verá como no se arrepiente, aun así espero que podamos contar con su ayuda si algún caso lo requiere.
- Ya sabe que siempre podrá contar conmigo capitán – contestó Castle.
- Me alegro de oírlo.
Gates terminó de entrar en el despacho:
- Puede pasar también si quiere, señor Castle.
Él miró a Becket.
- Claro que puedes pasar Castle, así no tengo que contártelo luego.
Gates le dijo que cuando se reintegrase a su puesto, tendría que volver al psicoterapeuta, ya que este tenía que evaluarla y ver como era su estado antes de poder volver a hacer trabajo de calle. Además también tenía que pasar por la galería de tiro, ya que no podían devolverle su arma, hasta que demostrase que estaba lo suficientemente preparada, para poder llevarla. Así que sus primero días allí, su trabajo se centraría principalmente en papeleo y labores de oficina. Castle pensó que protestaría, pero no lo hizo, ella era la primera que quería sentirse segura antes de volver. Gates le dijo que podía instalarse en su mesa de siempre y que ya allí tenía unos cuantos expedientes que revisar.
Castle se despidió de ella, pues tenía que volver con Ricky y salió de la comisaría. Sabía que Kate era fuerte y en unos días volvería a ser la de siempre.
Y así fue. Después de varias visitas al doctor Burke, este pudo comprobar que el haber resuelto satisfactoriamente el caso de su madre y haber retomado su vida personal y familiar había sido la mejor terapia que había podido tener, que incluso la angustia pasada por su situación de testigo protegido, había sido superada sin ningún problema. Por eso certificó complacido que su paciente estaba en perfectas condiciones psíquicas, para volver a retomar su cargo de inspectora de policía. En cuanto a las prácticas de tiro, con unas cuantas sesiones volvía a ser la excelente tiradora que siempre fue y pronto recuperó su arma y su placa.
Esa mañana fue la primera vez que salía a cumplir una misión en la calle, desde que se reincorporó a la 12th. Iba acompañada por Ryan y Esposito y se vieron envueltos en un tiroteo, que terminó con la detención del sospechoso, al que llevaron a la comisaría para poder interrogarlo. Se sentía bien, no había tenido miedo, era como si no hubiese pasado el tiempo. Se despidió de sus compañeros al término de su jornada laboral, desde que había vuelto no había hecho ni una sola hora extra más, cumplía religiosamente su horario porque sus horas libres eran de su familia.
Era viernes y no tenía que volver por la tarde. Y como se había hecho costumbre, cada viernes, ellos la recogerían para almorzar en cualquier sitio y volver a casa dando un largo paseo. Salió de la 12th. y allí en la puerta la esperaban sus dos hombres, sus dos Ricks, las dos caras iguales, e igualmente vestidos con pantalón vaquero azul y camiseta celeste. No pudo evitar la sonrisa y enseguida sacó a Ricky del carrito y lo besó y achuchó repetidas veces.
- ¡Hola mi vida!, te he echado de menos – el niño de diez meses ya, reía ante las demostraciones de afecto de su madre.
- ¿Y a mí no me has echado de menos? – preguntó Castle poniendo morritos.
- Claro que si – dijo inclinándose y dándole un besito en los labios.
- ¿Solo eso? – preguntó mohíno – con Ricky has sido mucho más efusiva.
- Vámonos de la puerta de comisaria y te demostraré lo efusiva que puedo llegar a ser – dijo en un susurro.
- Pues vamos entonces – contestó tirando de ella, para salir de allí.
Ella volvió a sentar a Ricky y le dijo alegre:
- Hoy por fin he podido salir a detener un sospechoso.
- ¿Y qué tal te ha ido?
- Muy bien, aunque sacó una pistola nosotros hemos sido más rápidos y lo hemos detenido enseguida – le contó – no he tenido miedo, ni me ha dado angustia, estoy estupenda.
- Que estás estupenda ya lo sé – dijo un poco serio, pues al oírla hablar de tiros no podía evitar asustarse.
Ella se dio cuenta del cambio en la expresión de él.
- Rick, los disparos de hoy han sido circunstanciales, ya sabes que casi no suele pasar.
- Hasta que pase, Kate – dijo serio – me da pánico solo pensar que pueda pasarte algo.
- Yo iba detrás de Ryan y Espo, por si te sirve de consuelo, no pienso arriesgar mi vida y si el sospechoso se escapa, pues que se escape, esto – dijo haciendo un gesto hacia ellos mismos – es lo más importante, Rick y si tengo que quedarme a hacer papeleo de por vida, ahí me quedo.
- ¿Quién eres tú y qué has hecho con la inspectora Kate Becket? – dijo mirándola con guasa.
Se puso frente a él y mirándolo le dijo:
- Soy yo, Kate, tu amiga, tu amante, tu compañera, la madre de tu hijo – y al decir esto cogió a Ricky en brazos – y estoy aquí, siempre contigo, con vosotros, ya nunca más me voy a marchar.
Los abrazó a ambos y a ella le tomó la cara con la mano y empezó a besarla con absoluta dedicación y amor, ante la atenta mirada del bebé que balbuceaba alegre.
- Te quiero, mi amor.
- Y yo a ti.
Y con su hijo entre ellos y abrazados los tres, volvieron a besarse hasta quedar sin aliento. Y ya más calmados, después de su arrebato de amor, se tomaron de las manos y entre besos y cariños se fueron alejando de allí, buscando algún lugar donde poder comer y disfrutar del amor y la compañía de su familia.
FIN
Pero como quedan algunas cositas que contar, voy a escribir un epilogo y a ver si así consigo dejarlo todo bien terminado. Quiero dar las gracias a los que han seguido la historia desde el principio, y si se han divertido y entretenido leyéndola, aunque solo sea la mitad de lo que yo escribiéndola, ya me doy por satisfecha. Muchas gracias también a los que se molestan en dejar un mensaje, siempre es agradable saber que gusta y se aprecia lo que una hace. Y ya no me enrollo más. Espero que os guste este final y ¡Feliz fin de semana!
AVISO: Aunque los principales personajes pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Capítulo 16:
“La vida consiste en adaptarse y volver a adaptarse.”
Anthony Burgess
A la mañana siguiente se prepararon para ir a la comisaría. Ya estaban arreglados y desayunaban en la cocina, incluido Ricky a quien su padre daba un biberón de leche y cereales. Alexis se despidió de ellos, alegando que tenía que volver al campus y Martha que también se había levantado temprano, salió diciendo que tenía un compromiso ineludible en su escuela de teatro. Jim también había salido, pues quería visitar el bufete en el que había trabajado varios años y empezar a buscar un lugar donde vivir. Se quedaron los tres solos y terminaron de prepararse para ir a la 12th.
En la calle tomaron un taxi que los llevó hasta lo que había sido hasta hacía un año el segundo hogar de Kate Becket. Cuando entraron, todos los policías que por allí había acudieron a saludarla y a felicitarla por lo bien que había acabado todo. Ella lo agradeció, los conocía a todos, a algunos más que a otros, pero era en la planta de homicidios donde estaban sus amigos.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron y entraron los dos cogidos de la mano, con Ricky en brazos de su padre, los oficiales que los vieron primero empezaron a aplaudir y a vitorearla. Recibir a una de los suyos, resucitada de entre los muertos y vencedora de uno de los procesos más importantes que la justicia había llevado a cabo en la ciudad, era un logro para todos ellos.
Fue Ryan el primero que notó la presencia de sus amigos y se acercó corriendo para abrazar a Kate, dándole la bienvenida, con dos sonoros besos en las mejillas y un gran abrazo que ella correspondió emocionada. Karpowsky apartó a Ryan para saludar a su compañera y sorprendió a Becket, cuando la vio emocionarse hasta las lágrimas.
- ¡Hay que ver lo que nos has hecho sufrir, chica! – y volvió a abrazarla.
Al ruido de los aplausos acudieron Gates y Esposito, que estaban revisando unos informes en el despacho de la primera. Javier también abrazó a su compañera y le dijo que Lanie había estado esperando en la sala de descanso, hasta que la llamaron para ver un cuerpo, que en el momento que pudiese escaparse se reuniría con ellos. Le presentaron a Ricky a todos los compañeros y les contaron que ella estaba embarazada cuando tuvo que irse.
Gates permitió que sus chicos estuviesen allí durante un rato saludándose y preguntándole cosas a la compañera que creían haber perdido. Mientras Castle intentaba recuperar a su hijo que iba pasando de brazos de uno a los brazos de otro, menos mal que el chiquillo no extrañaba mucho y aceptaba el cambio de brazos con total confianza.
Cuando Gates pensó que ya era suficiente, los mandó a trabajar a todos y a ellos los invitó a entrar en su despacho. Ricky la reconoció y le dedicó una alegre sonrisa de cuatro dientes. Gates no se pudo resistir al encantador bebé y lo cogió de los brazos de su padre. Kate ya estaba acostumbrada y sabía que Gates sentía cierta debilidad por su hijo, pero Castle aunque le había oído contar algo a Kate, no lo había creído mucho, hasta que lo vio con sus propios ojos.
Los invitó a sentarse y estuvieron conversando un rato, sobre los últimos acontecimientos, mientras Ricky seguía sentado en el regazo de Gates y jugueteando con una pelotita anti estrés.
Gates le preguntó a Kate que cuando pensaba volver y esta le contestó que le gustaría tomarse un tiempo y disfrutar de su familia al completo, que ya se imaginaba lo que le esperaba a su regreso, en trámites y evaluaciones de tiro y psicológicas y que en ese momento no se sentía en absoluto preparada.
El capitán le respondió que la comprendía y le dijo si creía que un mes de descanso sería tiempo suficiente, a lo que Kate respondió que pensaba que sí, pero que de todas formas cuando volviera, ya le diría como se encontraba.
Gates devolvió a Ricky a su padre y ellos salieron del despacho. Se pararon un momento para despedirse de sus amigos y el escritor les dijo que esa noche fueran a cenar a la casa.
En ese momento se abrieron las puertas del ascensor y Lanie entró corriendo y gritando:
- ¡Kate!, ¡Kate!
Y antes incluso de que esta pudiese contestarle la forense se echaba, en los brazos de su amiga. Se abrazaron durante un rato, las dos llorando emocionadas, sin importarles que media comisaría estuviese pendiente de ellas. Castle, esperaba estoicamente con el niño en brazos que miraba con asombro, el efusivo reencuentro entre las dos amigas.
Por fin Lanie se separó de Kate y entre lágrimas se dirigió al pequeño Ricky al que invitó a ir con ella, con un escandaloso.
- Ven con tu tía Lanie, pequeño chico escritor.
El niño sonrió y le echó los brazos con confianza, como si pensara que si la loca aquella no le había hecho daño a su madre, a él tampoco tenía porque hacerle nada.
Lanie besó y abrazó al bebé repetidas veces.
- Desde que Castle nos dijo que estabas viva y que el bebé estaba bien, tenía unas inmensas ganas de ver a este enano – dijo sonriendo – es increíble Castle, es un mini tú, se te parece muchísimo.
- ¿Y a quien mejor podría parecerse que a su padre? – dijo el escritor orgulloso del parecido con él de su retoño – tiene el padre más guapo del mundo, pues es lógico que se parezca a él.
- Tú, tan modesto y humilde como siempre – rió Lanie devolviéndole al bebé y dando un cariñoso beso a Castle en la mejilla – me alegro infinito de veros juntos a los tres y ahora será mejor que salgamos de aquí, que Gates empieza a mirarnos mal.
Y era cierto, Gates los observaba desde su despacho y había aguantado el escándalo de las dos amigas, pero ya se estaba empezando a cansar de que su comisaría pareciese el escenario de un culebrón.
Se despidieron de todos y salieron a la calle. Antes recogieron el cochecito de Ricky que habían dejado en recepción y lo instalaron en él. Lanie se lamentó pues tenía que volver al trabajo, pero se alegró mucho cuando le dijeron que esa noche tenían cena en el loft de Castle. Se despidieron de ella hasta la tarde y ellos se fueron paseando, Kate tenía necesidad de reencontrarse también con su ciudad, y es por eso que dieron un largo paseo, llegando hasta Central Park, donde se instalaron en un banco para que Ricky se comiese la papilla que llevaba preparada en el termo. Después ellos se compraron unos perritos calientes y también almorzaron esta vez, sentados sobre el césped.
Kate estaba feliz, le parecía mentira volver a ser ella y poder ir por donde quisiera sin tener que esconderse o con miedo a que le hiciesen daño. Estaban acostados sobre la hierba, Ricky durmiendo la siesta sobre el vientre de Kate y ella, con la cabeza apoyada en las piernas de él.
Estuvieron haciendo planes sobre lo que harían durante el mes de vacaciones que tenían por delante. Pensaron que una vez que trasladasen las cosas más necesarias de Kate del trastero a la casa, y organizasen un par de cosas, se podrían ir sin ningún problema. De todas formas solo estaban a un par de horas de la ciudad y siempre podían volver si necesitaban algo.
Decidieron marcharse, pues querían pasar por el supermercado para comprar todo lo necesario para la cena de la noche, así que tomaron un taxi que los dejó en el Dean & DeLuca de Broadway donde compraron todo lo necesario, para volver luego andando hasta la casa.
Cuando llegaron, Kate se encargó de bañar a Ricky, mientras Castle empezaba a preparar la cena. Al final estarían los seis amigos solamente, pues Jim los había avisado que cenaría con su colega, que se había alegrado mucho de verlo de nuevo, también les comunicó que volvían a readmitirlo en el bufete, lo que fue un alivio tanto para Jim, como para Kate, que en cierto modo se sentía culpable de que su padre no pudiese rehacer su vida por su causa.
Por su parte Martha también se excusó alegando que tenía un compromiso anterior con unos amigos. Después de bañar y arreglar a Ricky, se lo dejó a Castle sentado en su trona y jugando con uno de sus juguetes y se bañó ella. Se puso uno de sus vaqueros entallados y una bonita blusa de color esmeralda, que le sentaba realmente bien. Luego se fue al salón y cogió el portátil de Castle a donde había pasado todas las fotos que se hizo en Santa María, y empezó a hacer una selección para enseñárselas a sus amigos. Mientras Castle, que estaba hecho un auténtico amo de su casa, había terminado de preparar la cena y el postre y además, le había dado de cenar a Ricky.
Con el bebé en brazos fue hasta el salón y le dijo:
- Señora, ya está todo listo – dijo en plan mayordomo – ¿podría hacerse cargo del niño, mientras yo me ducho?
- Claro – dijo levantando la vista y sonriendo ante la imagen de él con el delantal puesto y el niño en brazos, y cogiendo a Ricky le dijo con guasa – puede retirarse Rodgers.
- A sus órdenes señora – dijo con cierto retintín yendo hacia el baño.
Fue una cena muy agradable. Fue Kate quien llevó el peso de la conversación contándoles lo que había sido su vida mientras estuvo escondida. También les enseñó la mano, anunciándoles su compromiso y futura boda. Nadie había reparado en que el original anillo, era en realidad uno de compromiso. Castle les explicó cuando lo compró y que cuando fue a encontrarse con ella, se lo llevó y ella lo había aceptado.
Todos los felicitaron con besos y abrazos y Kate siguió contando su historia. Aunque Castle la había oído infinidad de veces, no se cansaba de escucharla. Mientras más veces la oía, más le parecía que había estado ese tiempo con ella.
Ricky aguantó despierto hasta después de la cena de los mayores. Tanta gente en la casa, lo tenía de lo más espabilado, sus tíos y tías no se cansaban de pasárselo de unos a otros y de achucharlo y darle besos. Luego cuando ya no pudo más y se quedó dormido profundamente en brazos de Lanie, su madre lo cogió para dejarlo en su cuna. Cuando Kate volvió al salón Castle había servido unas copas y todos estaban dispuestos a ver las fotos que les había prometido enseñarles.
Estuvieron hasta bastante tarde viendo todo el reportaje, que ella había seleccionado. Kate no pudo evitar sonreír al escuchar a Lanie decir categórica:
- Pues estás monísima, con este estilo “Flower Power”, te sienta genial.
- Si jefa – dijo Esposito que estaba ya un poco subidito de copas – eras una hippie muy buenorra y oye, ¿practicabas también eso del amor libre? – lo que le valió un cosqui por parte de Lanie y una mirada un tanto asesina por parte de Castle.
- Será mejor que nos vayamos yendo – dijo Kevin que no estaba tan bebido como su compañero, viendo que Javier empezaba a ponerse pesado.
- Si – dijo Lanie – creo que ya es hora – entonces, ¿comemos juntas mañana? – le dijo a Kate – tengo ganas de hablar contigo a solas antes de que os vayáis a Los Hamptons.
- Bueno – y mirando a Castle – ¿cuidas mañana de Ricky mientras como con Lanie?
- Por supuesto que cuido de él – dijo sonriente – así aprovechamos para hacer algunas cosas de chicos.
Cuando se fueron todos, Castle llevó los vasos a la cocina y se dispuso a meter todo lo que habían usado en el lavavajillas. Ella que le había estado ayudando a llevar algunas cosas, lo abrazó por detrás y le dijo, siguiendo la broma de antes:
- Le espero en la habitación, Rodgers.
- Enseguida estoy con usted, señora.
Cuando Castle llegó al cuarto la encontró tumbada sobre la cama vistiendo solo un conjunto de ropa interior de encaje negro y en una pose de lo más sexy. Él se sentó junto a ella y empezó a acariciarle la pierna, desde el tobillo hasta el muslo.
- Me muero de ganas por hacerte el amor, pero… – y se volvió a mirar a la cuna donde descansaba el bebé.
- Ricky duerme ya toda la noche del tirón, si no hacemos mucho ruido no le molestaremos.
- Vale – dijo él, bajando el tono de voz y subiéndose a la cama.
- Pero primero tú también tienes que quitarte la ropa.
- De acuerdo – y de rodillas en la cama empezó a desabrocharse la camisa mientras ella le iba quitando el cinturón y desabrochándole los pantalones.
Cuando se quedó solo con los calzoncillos puestos, se tumbó junto a ella y empezó a besarla y a acariciarla para terminar haciéndole el amor con toda la pasión que ella le despertaba.
* * * * * * * * *
Al día siguiente, Castle la acompañó hasta la morgue donde había quedado con Lanie para almorzar y él y el niño se volvieron dando un paseo pues quería comprar algunas cosas.Las dos amigas tuvieron un almuerzo de chicas, ambas se habían echado terriblemente de menos. Hablaron de muchas cosas. Como ya Lanie sabía cómo había sido la vida de su amiga por lo hablado y visto la noche anterior, el tema de conversación fueron Rick y Ricky. Lanie le contó a su amiga lo mal que lo habían pasado todos, los chicos, ella, pero en especial el chico escritor. Kate se disculpó con Lanie, como lo había hecho con Castle, y esta, lo mismo que el escritor le dijo que no tenía que hacerlo que comprendía que hubiese tenido que irse como lo hizo, pero que eso no quitaba lo mal que lo pasaron.
Kate le dijo que si le servía de consuelo ella también lo había pasado fatal. Luego hablaron de la futura boda, para la que aún no habían elegido fecha y para cuya preparación, Lanie se ofreció de inmediato. Después de un gran rato y de ponerse al día, Lanie se despidió de ella para volver al trabajo y Kate se decidió a volver andando al loft, seguía teniendo unas inmensas ganas de pasear por su ciudad tranquilamente y sin miedo.
Cuando entró en la casa se encontró a sus dos Ricks jugando en la alfombra del salón con unos coches de bombero y policía, que le habían regalado los chicos al niño la noche anterior. Eran de plástico de brillantes colores y al niño le encantaban porque se encendían las luces y sonaba la sirena.
Los besó a los dos y se sentó junto a ellos para jugar también. Castle se levantó diciéndole:
- Te hemos comprado algo que te hacía falta – y le dio un paquete.
- ¿Qué es? – preguntó curiosa.
Lo abrió y se encontró un IPhone de última generación y al empezar a trastearlo se dio cuenta que él había puesto la tarjeta que ella se llevó como único recuerdo de ellos. También le había puesto de fondo de pantalla una auto foto que era evidente que se habían hecho esa misma tarde, de él, con el niño en brazos. Dos caras y dos pares de ojos iguales, pero con distinta edad.
- Es blanco, como a ti te gusta – dijo él.
- Gracias – y se acercó a besarlo.
- Lo ha comprado Ricky – explicó él – quiere tenerte localizada todo el tiempo.
- Gracias mi amor – dijo cogiendo al bebé y alzándolo lo que provocó de inmediato las carcajadas del niño.
Entre esa tarde y el día siguiente se trajeron del trastero todo lo que Kate necesitaba con ella, menos mal que la casa de Castle era espaciosa y pudieron organizarlo todo sin problemas. También compraron una cuna de viaje y ropa nueva para Ricky, no solo porque el niño crecía cada día que pasaba sino porque el clima de California nada tenía que ver con el Nueva York. Kate también se empeñó en que Castle renovase parte de su vestuario, a lo que él le contestó que tenía ropa más que suficiente en casa, pero ella fue categórica y le dijo sin rodeos:
- Si vuelvo a verte vestido de negro, cojo a Ricky y nos vamos de la casa.
- Pero, ¿Qué más da del color que me vista? – se quejó él – tu misma tienes ropa negra, el negro es un color elegante.
- Me gusta el negro, y no me importa que te vistas de ese color en algunas ocasiones, pero no te quiero ver permanentemente como si fueses un enterrador.
- Te pareces a mi madre, que me decía que parecía un sepulturero.
- Y con razón.
Kate se salió con la suya y Castle terminó comprándose una sudadera rojo brillante de un conocido equipo de beisbol y poniéndosela para complacerla.
En un par de días lo tuvieron todo solucionado y las maletas hechas para irse a Los Hamptons. Tanto Alexis, como Martha y Jim prometieron que irían a visitarlos, tenían muchos días por delante. Este último había terminado alquilando un estudio a solo dos manzanas del loft, aunque le quedaba más lejos del trabajo dijo sonriendo que le compensaba tener que levantarse media hora antes para ir a trabajar, con tal de estar cerca de su hija y su nieto. A Kate le alegró mucho saber que su padre estaría tan cerca. Mientras ellos se iban a la playa, él dijo que aprovecharía para echarle un vistazo y una buena limpieza a su cabaña.
Por fin lo tuvieron todo listo y se fueron a la casa de la playa. Pasaron el mes, a caballo entre Los Hamptons y Manhattan, pues volvieron algunas veces a la ciudad. Los visitaron tanto la familia, como los amigos algún que otro fin de semana. En esos días que estuvieron los tres juntos y solos, consolidaron su relación de pareja, dándose cuenta que lo más importante de todo y después de la larga separación que habían tenido que padecer, era permanecer juntos pasase lo que pasase.
Kate y Rick hablaron mucho, aunque ya se habían contado muchas cosas, terminaron de conocer hasta el último detalle de como habían sido sus vidas en ausencia del otro, no hubo rencores, ni malos modos, solo muchos abrazos, muchos besos y mucho amor. Castle le preguntó:
- Y ahora que todo ha terminado y que Bracken está en la cárcel, ¿sigues queriendo volver a la comisaría?, ¿no te apetecería hacer otra cosa?
- Ya no sé hacer otra cosa – dijo seria – he llegado a amar mi trabajo Rick – explicó ella – saber que a mi madre se le ha hecho justicia por fin, me tranquiliza y me da esperanzas de que todo es posible, pero todavía sigue habiendo mucha gente inocente por la que luchar, muchos muertos por los que hablar porque les han robado su voz, y por eso quiero volver, claro que ahora tengo otras prioridades y pienso tomármelo con más calma.
Esos días, disfrutaron también de la posibilidad de estar a tiempo completo con su bebé, Becket sabía positivamente que lo que peor iba a llevar cuando volviese al trabajo era no estar con Ricky las veinticuatro horas del día, como había estado hasta ahora. Tampoco le hacía muy feliz tener que volver sin Castle, no quería volver a separase del él, pero Castle tenía muy claro que sería quien se encargaría de cuidar al niño mientras ella trabajase, por lo menos hasta que fuese un poco más mayor. Así que tuvo que conformarse, además saber que su hijo se quedaría a cargo de su padre le hacía sentir que podía irse a trabajar sin ninguna preocupación.
Castle aprovechó la tranquilidad de esos días para escribir y poner en orden todas las ideas de su nuevo libro. La verdad es que lo tenía muy adelantado, solo le quedaba organizar la información y terminar de escribir algunas partes.
* * * * * * * * *
El día que Kate volvió a la 12th. Rick quiso ir con ella. Dejaron a Ricky al cuidado de la abuela Martha y ellos dos entraron en la comisaría cogidos de la mano. Subieron a la planta de homicidios, donde todos los saludaron con cariño y dándole una calurosa bienvenida, entre ellos Ryan y Esposito que los saludaron y se despidieron para salir, pues acababan de llamar avisando que habían encontrado un cuerpo en un callejón de la zona.
Gates los vio desde su despacho y salió a saludarlos, invitándolos a pasar aunque Castle le dijo que él mejor la esperaba fuera, que solo había ido a acompañarla por ser el primer día.
- ¿Ya se cansó de trabajar con nosotros señor Castle? – preguntó Gates – ahora que ya tiene lo que siempre quiso, parece que se cansó de ayudarnos.
- No es eso – respondió con cierta molestia – ahora que Kate vuelve al trabajo hemos decidido que sea yo quien cuide a nuestro hijo, me encantaría seguir trabajando aquí, con ella y con todos los demás, esta comisaría también es como mi casa y siempre le estaré agradecido por cómo se portó conmigo en los momentos tan duros que tuve que vivir, pero nuestra prioridad ahora es el bienestar de Ricky, así que mientras su madre trabaja, yo estaré con él.
- Me parece una decisión de lo más acertada – dijo Gates sonriendo – ya verá como no se arrepiente, aun así espero que podamos contar con su ayuda si algún caso lo requiere.
- Ya sabe que siempre podrá contar conmigo capitán – contestó Castle.
- Me alegro de oírlo.
Gates terminó de entrar en el despacho:
- Puede pasar también si quiere, señor Castle.
Él miró a Becket.
- Claro que puedes pasar Castle, así no tengo que contártelo luego.
Gates le dijo que cuando se reintegrase a su puesto, tendría que volver al psicoterapeuta, ya que este tenía que evaluarla y ver como era su estado antes de poder volver a hacer trabajo de calle. Además también tenía que pasar por la galería de tiro, ya que no podían devolverle su arma, hasta que demostrase que estaba lo suficientemente preparada, para poder llevarla. Así que sus primero días allí, su trabajo se centraría principalmente en papeleo y labores de oficina. Castle pensó que protestaría, pero no lo hizo, ella era la primera que quería sentirse segura antes de volver. Gates le dijo que podía instalarse en su mesa de siempre y que ya allí tenía unos cuantos expedientes que revisar.
Castle se despidió de ella, pues tenía que volver con Ricky y salió de la comisaría. Sabía que Kate era fuerte y en unos días volvería a ser la de siempre.
Y así fue. Después de varias visitas al doctor Burke, este pudo comprobar que el haber resuelto satisfactoriamente el caso de su madre y haber retomado su vida personal y familiar había sido la mejor terapia que había podido tener, que incluso la angustia pasada por su situación de testigo protegido, había sido superada sin ningún problema. Por eso certificó complacido que su paciente estaba en perfectas condiciones psíquicas, para volver a retomar su cargo de inspectora de policía. En cuanto a las prácticas de tiro, con unas cuantas sesiones volvía a ser la excelente tiradora que siempre fue y pronto recuperó su arma y su placa.
Esa mañana fue la primera vez que salía a cumplir una misión en la calle, desde que se reincorporó a la 12th. Iba acompañada por Ryan y Esposito y se vieron envueltos en un tiroteo, que terminó con la detención del sospechoso, al que llevaron a la comisaría para poder interrogarlo. Se sentía bien, no había tenido miedo, era como si no hubiese pasado el tiempo. Se despidió de sus compañeros al término de su jornada laboral, desde que había vuelto no había hecho ni una sola hora extra más, cumplía religiosamente su horario porque sus horas libres eran de su familia.
Era viernes y no tenía que volver por la tarde. Y como se había hecho costumbre, cada viernes, ellos la recogerían para almorzar en cualquier sitio y volver a casa dando un largo paseo. Salió de la 12th. y allí en la puerta la esperaban sus dos hombres, sus dos Ricks, las dos caras iguales, e igualmente vestidos con pantalón vaquero azul y camiseta celeste. No pudo evitar la sonrisa y enseguida sacó a Ricky del carrito y lo besó y achuchó repetidas veces.
- ¡Hola mi vida!, te he echado de menos – el niño de diez meses ya, reía ante las demostraciones de afecto de su madre.
- ¿Y a mí no me has echado de menos? – preguntó Castle poniendo morritos.
- Claro que si – dijo inclinándose y dándole un besito en los labios.
- ¿Solo eso? – preguntó mohíno – con Ricky has sido mucho más efusiva.
- Vámonos de la puerta de comisaria y te demostraré lo efusiva que puedo llegar a ser – dijo en un susurro.
- Pues vamos entonces – contestó tirando de ella, para salir de allí.
Ella volvió a sentar a Ricky y le dijo alegre:
- Hoy por fin he podido salir a detener un sospechoso.
- ¿Y qué tal te ha ido?
- Muy bien, aunque sacó una pistola nosotros hemos sido más rápidos y lo hemos detenido enseguida – le contó – no he tenido miedo, ni me ha dado angustia, estoy estupenda.
- Que estás estupenda ya lo sé – dijo un poco serio, pues al oírla hablar de tiros no podía evitar asustarse.
Ella se dio cuenta del cambio en la expresión de él.
- Rick, los disparos de hoy han sido circunstanciales, ya sabes que casi no suele pasar.
- Hasta que pase, Kate – dijo serio – me da pánico solo pensar que pueda pasarte algo.
- Yo iba detrás de Ryan y Espo, por si te sirve de consuelo, no pienso arriesgar mi vida y si el sospechoso se escapa, pues que se escape, esto – dijo haciendo un gesto hacia ellos mismos – es lo más importante, Rick y si tengo que quedarme a hacer papeleo de por vida, ahí me quedo.
- ¿Quién eres tú y qué has hecho con la inspectora Kate Becket? – dijo mirándola con guasa.
Se puso frente a él y mirándolo le dijo:
- Soy yo, Kate, tu amiga, tu amante, tu compañera, la madre de tu hijo – y al decir esto cogió a Ricky en brazos – y estoy aquí, siempre contigo, con vosotros, ya nunca más me voy a marchar.
Los abrazó a ambos y a ella le tomó la cara con la mano y empezó a besarla con absoluta dedicación y amor, ante la atenta mirada del bebé que balbuceaba alegre.
- Te quiero, mi amor.
- Y yo a ti.
Y con su hijo entre ellos y abrazados los tres, volvieron a besarse hasta quedar sin aliento. Y ya más calmados, después de su arrebato de amor, se tomaron de las manos y entre besos y cariños se fueron alejando de allí, buscando algún lugar donde poder comer y disfrutar del amor y la compañía de su familia.
FIN
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Fin? Lástima que ya se terminó! Realmente me gustó mucho la historia!
Espero algún epílogo, o alguna otra historia tuya
Espero algún epílogo, o alguna otra historia tuya
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
me encanto
muy lindo
muy lindo
Carelyn- As del póker
- Mensajes : 374
Fecha de inscripción : 30/04/2013
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me encantooooooo..................
Que pena qe se haya acabadooo...
Bueno , lo importante esq la historiaa te ha qedado geniiiaal...
Que pena qe se haya acabadooo...
Bueno , lo importante esq la historiaa te ha qedado geniiiaal...
stanathan_caskett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 27/04/2013
Edad : 24
Localización : cadiz
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Quizás sea porque ya me he leído todas tus historias y sé lo buenas que son que cuando empezaste esta no dude ni un segundo en pasarme a leerla sabiendo que pasaría un buen rato. Y no me equivoqué.
Este fic es íncreible. Aunque la primera mitad es bastante triste incluso me hiciste llorar con algún capítulo, la trama está perfectamente hilada y daba gusto pasarse a leer y disfrutar con ella. Los escenarios estaba muy bien detallados, casi parecía estar viendo cada escena. Sabes como hacer que me transporte con lo que escribes.
Y el capítulo final no podía ser menos. Quizás al no tener el hilo conductor del caso de Bracken te pueda parecer más flojo el capítulo, pero ya te digo yo que no. Entiendo lo que cuestan los capítulos finales cuando ya tienes la historia resuelta y te puedo asegurar que el final de esta historia es precioso, tanto como lo ha sido toda la historia.
Si dices que tienes cosas que contar, esperaré con ganas ese epílogo para leer lo que falta
Este fic es íncreible. Aunque la primera mitad es bastante triste incluso me hiciste llorar con algún capítulo, la trama está perfectamente hilada y daba gusto pasarse a leer y disfrutar con ella. Los escenarios estaba muy bien detallados, casi parecía estar viendo cada escena. Sabes como hacer que me transporte con lo que escribes.
Y el capítulo final no podía ser menos. Quizás al no tener el hilo conductor del caso de Bracken te pueda parecer más flojo el capítulo, pero ya te digo yo que no. Entiendo lo que cuestan los capítulos finales cuando ya tienes la historia resuelta y te puedo asegurar que el final de esta historia es precioso, tanto como lo ha sido toda la historia.
Si dices que tienes cosas que contar, esperaré con ganas ese epílogo para leer lo que falta
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
ESTUPENNDOOOOOOOO ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Yo lo siento mucho pero quiero ese epílogo y prontito si puede ser, no es que pida más capítulos, pues las historias por muy buenas que sean y nos tengan enganchados, tienen que terminar, pero quiero que la remates como se merece, por que es un relato extraordinario y se merece un final acorde a su categoría.
Bueno no se que más decirte, gracias por compartir este peazo de novela, pues casi lo es, escribes estupendamente y siempre sabe a poco todo lo que haces, ansí que espero otro fic, no voy a presionar pero es que si se deja mucho tiempo de escribir, lo mismo se pierde la costumbre y cuesta volver a empezar. jajajajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS y vuelve pronto con otro temazo.
Yo lo siento mucho pero quiero ese epílogo y prontito si puede ser, no es que pida más capítulos, pues las historias por muy buenas que sean y nos tengan enganchados, tienen que terminar, pero quiero que la remates como se merece, por que es un relato extraordinario y se merece un final acorde a su categoría.
Bueno no se que más decirte, gracias por compartir este peazo de novela, pues casi lo es, escribes estupendamente y siempre sabe a poco todo lo que haces, ansí que espero otro fic, no voy a presionar pero es que si se deja mucho tiempo de escribir, lo mismo se pierde la costumbre y cuesta volver a empezar. jajajajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS y vuelve pronto con otro temazo.
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
ME ENCANTO!
Jo me da mucha penita que se haya acabado, pero el final ha sido super bonito y feliz...
Espero que dentro de poco nos vuelvas a sorprender con uno de tus FICs
ENHORABUENA y....
COLORIN COLORADO, ESTE FIC SE HA ACABADO
Jo me da mucha penita que se haya acabado, pero el final ha sido super bonito y feliz...
Espero que dentro de poco nos vuelvas a sorprender con uno de tus FICs
ENHORABUENA y....
COLORIN COLORADO, ESTE FIC SE HA ACABADO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Que pena q se terminee realmente me encantoo esta historiaa!
Espero leer mas cosas tuyas pronto, adoro tu forma de escribir!!
Espero leer mas cosas tuyas pronto, adoro tu forma de escribir!!
L-beckett41319- As del póker
- Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 23/02/2013
Edad : 28
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Maravilloso final, me encanto, y esta historia me encanto de principio a fin, el suspenso que nos tenias, las alegrías y las lagrimas valieron la pena, muchas felicidades, y gracias por compartir esta historia con nosotros!!, aunque un poco tristes porque aya terminado, pero con un gran sabor de boca!! Saludos!!
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¿FIN? nooooo habia ido muy bien la historia
ains me gustó mucho el final Increible fic, realmente ha estado emocionante leerlo
Despues de ver a los personajes sufrir mucho, ahora las cosas por fin les iran bien jeje
es una suerte haber leido desde el principio el fic... no tengo palabras para describir semejante obra...
ains me gustó mucho el final Increible fic, realmente ha estado emocionante leerlo
Despues de ver a los personajes sufrir mucho, ahora las cosas por fin les iran bien jeje
es una suerte haber leido desde el principio el fic... no tengo palabras para describir semejante obra...
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¿ya esta? no me puedo creer que ya se haya acabado pero por lo menos tiene un final feliz y bonito
Me ha encantado mucho la historia y espero que escribas otra y por lo menos danos un epilogo plissss
BESOSS
Me ha encantado mucho la historia y espero que escribas otra y por lo menos danos un epilogo plissss
BESOSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Ha sido maravilloso e increíble. Me ha gustado todo, tu forma de escribir y expresarte (espero ver pronto otro fic pronto) y la historia ha sido increíble y llena de tensión y nervios hasta el final. Felicidades por este maravilloso fic. Esto se merece un epilogo plisss. Muchos besos.
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me encanta, a sido una historia estupenda. Espero un epilogo.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
preciosoooo me encantaaan tus fics cata!!!!!
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Muchisimas felicidades por este estupendo fic!!
Tengo que decirte que me ha encantado y enamorado
Espero leer pronto algun otro fic tuyooooooo <3
Tengo que decirte que me ha encantado y enamorado
Espero leer pronto algun otro fic tuyooooooo <3
carly becket- Policia de homicidios
- Mensajes : 631
Fecha de inscripción : 19/10/2011
Edad : 28
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡Hola! Lo prometido es deuda y aquí os traigo el epílogo de esta historia. Creo que con esto ya no queda más que contar. Muchísimas gracias a todos los que semana a semana habéis estado ahí, sufriendo y disfrutando con estos personajes que tanto queremos, leyendo y comentando cada capítulo.
Espero que este final definitivo esté a la altura del resto de la historia y que os guste lo que he escrito. Que tengáis una buena semana y que tengamos todos, un buen final de temporada. Pase lo que pase la semana que viene en el último capítulo, seguro que da pie a más de una historia fascinante.
Nos seguimos leyendo por el foro.
AVISO: Aunque los principales personajes de esta historia pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Epílogo
“Siempre y nunca: es tan largo el uno como el otro.”
Elsa Triolet
Decidieron casarse en unos meses. Como los dos deseaban una ceremonia sencilla pensaron que les daba tiempo suficiente para prepararlo todo. Kate contó con la inestimable ayuda de Alexis, Martha, Lanie y Jenny. Esta última, que ya había pasado por su propia boda, le fue de una ayuda inestimable y terminó convirtiéndose en una gran amiga.
Castle que terminó de escribir su libro en el mes que estuvieron en Los Hamptons se lo dio a Kate para que lo leyese, ella se emocionó hasta las lágrimas al leer que estaba dedicado a su madre con unas sentidas palabras: “A Johanna Becket, por ser la voz de aquellos que no la tienen, por defender la verdad hasta la muerte y por traer al mundo a la mujer más maravillosa, mi amor, mi compañera y madre de mi hijo. Gracias Johanna, no te olvidamos, tu recuerdo perdurará siempre entre nosotros”
Lo llevó a la editorial, donde lo recibió Gina, que le dio la enhorabuena por la vuelta de Kate. Él le comunicó que tenían un hijo y le habló de Ricky, pues aunque el regreso de Kate como testigo del juicio contra Bracken, si había salido en la prensa, no se había comentado nada sobre la existencia del hijo de ambos. Gina se sorprendió pero no tuvo más remedio que volver a felicitarlo. Le entregó el libro, comentándole de que iba. Ella lo miró extrañada, pues no era ese precisamente el género al que se dedicaba. Castle solo le dijo que lo leyera, y que después ya hablarían y ahí estaba pendiente de la contestación de su ex mujer y editora.
Castle le había hablado a Kate mucho de Rosemary y de lo buena persona que era, le había explicado que era otra de las muchas víctimas inocentes de Bracken. Kate la había visto el día que fue al juzgado, para escuchar el veredicto del jurado, pero realmente no le había dado tiempo de conocerla bien. Al escuchar a Rick hablar de ella con tanto afecto y saber el apoyo que había sido para él, no solo durante el juicio, ayudándolo mientras tomaba sus notas, sino cuando ella apareció de entre los muertos, le dieron ganas de conocerla mejor.
- Yo estaba muy enfadado contigo, ¿Sabes? – le dijo mientras la abrazaba aquella mañana de sábado que remoloneaban en la cama – me sentía dolido, engañado y traicionado y ella me dijo algo que me hizo pensar y reflexionar.
- ¿Y qué te dijo si puede saberse? – preguntó con curiosidad. Aunque ya se lo habían contado todo, era inevitable que más de una vez recordaran algún hecho o situación que habían vivido mientras estaban separados.
- Me dijo que hablara contigo porque seguro que había una explicación para todo, yo negaba diciendo, que para un daño como ese no había explicación posible, y ella insistía en que lo primero que tenía que hacer era hablar contigo y perdonarte – recordó Rick – cuando le dije que me iba a ser muy difícil hacerlo, ella me contestó que era muy afortunado y que no todo el mundo tenía una segunda oportunidad en la vida, que si fuese su marido el que hubiese vuelto, no le echaría nada en cara, solo le daría gracias a Dios, por darle la oportunidad de estar de nuevo con él.
- ¡Vaya! – dijo Kate que no podía evitar emocionarse cada vez que alguno de los dos recordaba esos momentos y pensando que le debía mucho a esa señora.
- Me dijo también que lo pensara y que no desperdiciase el tiempo en resentimientos y rencores, que simplemente debía alegrarme de saber que estabas viva y que me dedicara a vivir la vida que pensaba que había perdido – terminó de recordar – me hizo recapacitar y pensar mucho, sus palabras no dejaban de sonar en mi cabeza y me di cuenta que tenía razón, que no merecía la pena perder el tiempo en resentimientos, que ya nos lo habían hecho perder bastante.
- Me gustaría que fuésemos a visitarla un día de estos – dijo ella.
- Claro que si, sé que le encantaría conocerte y a Ricky también.
La llamó a su casa y ella se alegró mucho de oírlo. Cuando le dijo que les gustaría visitarla, Rosemary se mostró encantada y los invitó a merendar una tarde. La buena señora se alegró mucho de verlos y de conocer a Ricky. Durante el tiempo que pasaron juntos en el juicio, le había tomado un sincero cariño a Castle y le confesó que había empezado a leer sus libros, que sacaba de la biblioteca del barrio y que le gustaban mucho, pero que el que más ganas tenía de leer era el que había escrito sobre el caso Bracken. Castle le dijo que todavía no sabía si se lo iban a publicar, que estaba pendiente de la decisión de su editorial, pero le prometió que si se publicaba, él mismo le llevaría una copia, pero que si no llegaba a hacerse, le llevaría una copia del manuscrito original.
Rosemary y Kate se cayeron francamente bien, a sus sesenta y tres años, la señora estaba en unas óptimas condiciones físicas, y en las muchas veces que fueron a visitarla llegó a convertirse en un miembro más de la familia. A los dos les inspiraba una gran ternura la amable señora.
Al conocerla mejor, terminaron de descubrir, la gran persona que era, ya que a pesar de haberse quedado sola en el mundo, pues no tenía más familia que su difunto marido, ella no se había quedado encerrada en su humilde casita a llorar su pena, al contrario era voluntaria en el centro social de su barrio, ayudando en la cocina y el comedor que había allí instalado para familias sin recursos. También ayudaba a algunos inmigrantes a practicar el inglés.
Castle y Becket supieron de la buena labor que hacía pues ella le pidió el favor al escritor que fuese un día al centro a hablarles a algunos jóvenes sobre su trabajo. Incluso Kate, se ofreció, como policía, para ayudar a algunas personas con problemas. Se estableció una cordial relación entre Rosemary y la familia Castle, que la acogió y adoptó como una abuela más.
Unos días más tarde, Gina llamó a Castle para decirle que la editorial aceptaba publicar el libro. Aunque a ella personalmente no le había llamado especialmente la atención, otros miembros de la editorial, si fueron capaces de ver que ese libro, bien podría convertirse en uno de los best sellers de la temporada.
No se equivocaron, el caso Bracken había despertado la atención de todo el país, y cuando se anunció la publicación del libro escrito por alguien cercano a todo lo que había pasado, precedido de una gran campaña publicitaria, fueron muchos los que quisieron comprarlo. Unas semanas antes de la boda, Gina le comunicó a Castle, que su libro era el número uno en ventas y que estaba dando grandes beneficios, también le dijo que Paula hablaría con él, pues querían entrevistarlo tanto en prensa, como en radio y televisión y que querían entrevistar también a Kate, por ser parte importante en todo el proceso. Castle le dijo que él haría las entrevistas que fuesen necesarias, pero que no sabía si ella accedería a hacerlas también, que tendría que preguntarle.
A Kate no es que le hiciera mucha gracia ser entrevistada en prensa y televisión, pero por otra parte ya no tenía nada que ocultar, por fin se le había hecho justicia a su madre y ella quería que todo el mundo supiese porque la mataron, que ella solo hacia su trabajo y se interesaba por dar justicia a todas aquellas personas que por una causa o por otra, no podían defenderse. Así que para sorpresa de Castle, le dijo que no le importaría que le hicieran alguna entrevista, pero sin exagerar.
Castle se lo dijo a Gina y también le dijo que se casaban en un mes, y que hasta que no pasase la boda, no habría entrevistas, ni presentaciones, ni firmas de libros. Gina aceptó a regañadientes y lo felicitó por su inminente matrimonio.
* * * * * * * * *
Se casaron un mes más tarde en una sencilla ceremonia, oficiada por el alcalde de Nueva York en su casa de Los Hamptons. Acudieron solo la familia y los amigos, incluida Pam, que vino expresamente de Washington para acompañarles en ese día, y que aprovechó su estancia allí, para pintar el nuevo dormitorio de Ricky como les había prometido. También asistieron algunos compañeros de trabajo, entre ellos el capitán Gates y su esposo, que aceptaron encantados y compartieron con ellos unos de los días más felices de sus vidas. Aunque también invitaron a Rosemary, esta declinó amablemente la invitación, diciéndoles que esperaba que no la olvidasen y una vez casados, no dejasen de visitarla.
La novia iba preciosa vistiendo un original vestido en tono marfil, de corte romántico que le sentaba muy bien. Cuando Castle la vio por poco se desmaya, parecía una princesa de cuentos de hadas. Venía peinada con un precioso recogido a la altura de la nuca, y todo él adornado con pequeñas flores secas, en marfil, beige y amarillo pálido.
El novio iba también muy elegante, con traje gris marengo, camisa blanca y chaleco gris perla. La corbata en otro tono de gris, tenía un delicado estampado en pequeños topos negros.
La ceremonia se celebró en el jardín, en una bonita pérgola blanca, adornada con flores, que Castle mandó instalar para la ocasión.
Ricky estaba para comérselo, vestido con pantalón y blusita del mismo color del vestido de su madre. Igualmente Alexis y Martha, estaban las dos espectaculares, cada una en su estilo.
La novia entró del brazo de su orgulloso padre que la llevó hasta donde la esperaba su futuro marido. Tomados de las manos pronunciaron sus promesas de amor y fidelidad, para toda la vida, se entregaron los anillos y recibieron sonrientes la declaración del alcalde de que ya eran marido y mujer, mientras se fundían en un apasionado beso. El aplauso de los presentes fue unánime, había sido un momento precioso y mágico, que hizo derramar más de una lágrima.
Después de la ceremonia y aprovechando el buen tiempo, terminaron la alegre jornada con un almuerzo y posterior baile en el amplio jardín de la casa. Todos disfrutaron mucho, incluso Gates, estaba especialmente amable con todos. Siguió demostrando su debilidad con el pequeño Ricky, al que tuvo en brazos más de una vez. Su esposo que la acompañó, también capitán de policía como su esposa, pero de una comisaría de Queens, sorprendió a todos, pues resultó ser una entrañable persona.
Las días libres que le dieron a Kate como licencia de matrimonio, decidieron pasarlos allí en Los Hamptons, Ricky aún era muy pequeño y los dos se resistían a separarse de él. También pensaron que podían llevarlo con ellos, pero por la misma razón de que era todavía muy chico, decidieron de mutuo acuerdo, posponer el viaje para mejor ocasión. Castle le prometió un viaje al lugar del mundo donde ella quisiese, ella le dijo que mientras estuviesen juntos, le daba igual donde la llevase.
* * * * * * * * *
Cuando volvieron a Nueva York, no tuvieron más remedio que asistir a las entrevistas que habían prometido hacer. Aprovecharon también la publicidad del libro para comunicar que habían contraído matrimonio. Castle, orgulloso como un pavo real, la presentaba como su esposa.
En poco tiempo se supo que había pasado de ser su compañera de trabajo y musa e inspiración para el personaje de Nikki Heat, a ser su pareja. Fueron entrevistados en uno de los programas de televisión más famosos del momento, donde fue inevitable que se hablara de Johanna Becket y de su implicación en el caso Bracken, así como de su inclusión en el programa de protección de testigos. Como ninguno de los dos era partidario de ventilar su vida privada, prefirieron contar ellos los hechos tal como fueron, antes de que algunos periodistas sin escrúpulos se inventaran lo que les diese la gana.
Castle la escuchaba hablar de su madre y la labor que estaba haciendo, hasta el día que la mataron con tanto orgullo, que empezó a darle vueltas a una idea en su cabeza, idea que fue tomando forma poco a poco.
Cuando se lo contó, ella se lanzó en sus brazos llorando emocionada y dándole las gracias por su generosidad. Como el libro sobre Bracken se estaba vendiendo muchísimo y proporcionando grandes beneficios, Castle había decidido donar los ingresos que le estaba proporcionando el mismo a dos causas.
Un tanto por ciento quería que fuese para Rosemary, había notado que la mujer no nadaba en la abundancia y pensó que sería justo, no solo por su apoyo durante toda la causa sino porque más de una vez le recordó datos y le ayudó a tomar sus notas y el otro porcentaje más alto sería para otorgar más becas para costear los estudios a quienes decidiesen dedicar su carrera a defender a aquellos que no tienen voz dentro del sistema, es más, había pensado crear una fundación con el nombre de Johanna Becket, que se dedicara a proporcionar ayuda legal a todos aquellos que por la causa que fuese, no pudiesen conseguirla.
Rosemary protestó y se negó a aceptarlo, cuando Castle le comunicó que se llevaría parte de los beneficios del libro sobre Bracken. No se consideraba merecedora de los mismos. Castle, apoyado en todo momento por Kate, se mostró inflexible y al final terminaron convenciéndola, aunque a regañadientes, alegando que podría ayudar a toda la gente que quisiese de su centro cívico.
Con ayuda de Paula y con el beneplácito de Kate, organizaron una gala que terminaría convirtiéndose en anual, para recaudar fondos para la fundación. Castle aprovechó todos sus contactos y amistades y la fiesta que se celebró en la biblioteca pública de Nueva York, fue uno de los acontecimientos más comentados de la temporada. Fueron muchos, los que atraídos por la fama del escritor y la novedad del caso, donaron sustanciosos cheques para ayudar a tan noble causa.
Llevaban poco tiempo, casados y acababa de cumplir Ricky dieciocho meses, cuando Kate le anunció a Castle, que volvía a estar embarazada, noticia que le emocionó hasta las lágrimas. El segundo embarazo de Kate, fue un poco más agitado que el primero. Tuvo más nauseas matinales y más molestias, pero en compensación tuvo un marido que la mimó hasta convertirla en la futura mamá más consentida de toda la ciudad. Con este embarazo, Castle se quitó la pena que había sentido al no poder cuidarla durante el de Ricky. La acompañó a las clases de parto sin dolor, le daba masajes a sus hinchados tobillos y la complacía en todos sus antojos, que fueron varios.
Fueron felices cuando el ginecólogo les anunció que venía una niña y de momento pensaron en instalarla en el mismo cuarto de Ricky, este era lo suficientemente amplio para que cupieran las dos cunas.
Emma nació al amanecer, le costó un poco de más trabajo llegar al mundo que a su hermano mayor y fue un parto más largo y doloroso. Afortunadamente en esta ocasión, Kate contaba con la inestimable ayuda de su marido, que respiró con ella y dejó que apretara su mano hasta casi dejarlo manco.
Kate es completamente feliz con su familia. Cuando terminó su licencia por maternidad, pidió una reducción de jornada, y se siente totalmente realizada como esposa y como madre.
Ricky y Emma se crían sanos y felices y mientras que el niño se parece cada vez más a su padre, la niña a medida que va definiendo sus rasgos se va pareciendo más a Kate, aunque al igual que sus hermanos mayores ha heredado los ojos azules de los Rodgers.
La pequeña tiene debilidad por su padre, cuando él la coge en brazos, la mira o le habla, la niña se deshace en risas y ruiditos propios de los bebés, como queriendo expresarle en su lenguaje lo mucho que lo quiere. Al igual que hizo con Ricky, Castle la consiente al extremo, no puede soportar que llore y le canta, la acaricia, le habla mucho rato. Es un auténtico padrazo y aunque Kate teme que termine por malcriar a los niños, impera el sentido común y a pesar de costarle mucho es capaz de ponerse serio cuando la ocasión lo requiere.
* * * * * * * * *
Como siempre que hace buen tiempo y cada vez que Kate tiene unos días libres, se han ido a Los Hamptons. La casa de la playa está llena de juguetes y risas de niños y es el refugio ideal para disfrutar en familia. En esta ocasión los ha acompañado el abuelo Jim. Martha sigue muy atareada en su escuela de teatro y Alexis está estudiando ese semestre en Europa.
Es por la tarde y están disfrutando del sol en el gran jardín de la casa. Kate está recostada en una hamaca con la pequeña Emma durmiendo sobre ella. La niña de algo más de ocho meses está empezando a echar los dientes y está terriblemente molesta, no ha dormido bien, tiene un poco de destemplanza y está llorosa.
Kate observa risueña como su padre, su marido y su hijo juegan al beisbol. Castle por más que lo intenta para complacer a su hijo, es un auténtico desastre, a Ricky le falta poco para cumplir tres años, y a pesar de su corta edad, se da bastante buena maña con el bate y la bola, es más que evidente que ha heredado las dotes de su madre y abuelo.
- ¡Ojú papi, otra vez! – protesta el chiquillo cuando su padre, como suele ser habitual en él, lanza la bola en dirección contraria a donde tenía que haberla lanzado.
- Lo siento campeón – se excusó Castle – de verdad que lo siento, ya sabes que lo intento, pero soy el torpe más grande del mundo para jugar al beisbol – creo que voy a descansar un rato y a hacerle compañía a mamá y a Emma.
- ¡Vaaleee! – consiente el niño, que hubiese preferido que su padre siguiese jugando con él, a pesar de sus protestas.
- Yo sigo jugando contigo – interviene el abuelo conciliador.
Castle se acerca hasta donde descansan su mujer y su hija y se sienta en la hamaca que está al lado de ellas.
- ¿Cómo está mi princesa? – pregunta suavemente, acariciando con delicadeza los rizos castaños de su bebé.
Emma entreabre los ojos al oír la voz de su padre, y lo mira con sueño.
- Parece que está mejor y que le molesta menos.
- ¿Quieres que me quede con ella y tú vas a jugar con ellos? – pregunta Castle – ya sabes que Ricky no es capaz de comprender que aunque Jim y tú seáis unos máquinas jugando al beisbol, su padre es un auténtico inútil con el bate.
- Ricky tiene que acostumbrarse a que todos no podemos tener las mismas habilidades, y de momento parece conforme jugando con el abuelo.
- Tu padre tiene una santa paciencia con él, no sé cómo es capaz de seguir su ritmo a ese torbellino, hasta a mí me cuesta a veces – dijo Castle con un suspiro – será que estoy mayor.
- Anda y no te quejes tanto – dijo ella tomándolo de la mano.
Estuvieron un rato allí, los dos en silencio observando a Jim y a Ricky jugar, con Emma dormitando apaciblemente sobre el pecho de su madre.
Castle la miraba, pues la veía sonreír perdida en sus pensamientos. Como hacía calor llevaba el pelo recogido en una coleta y como siempre estaba preciosa. Su curiosidad le pudo y le preguntó:
- ¿En qué piensas?, te has quedado callada y sonriente.
- Pensaba en nosotros y en esta maravillosa familia que hemos creado – dijo ella – y en lo feliz que soy.
- Me alegro mucho de que seas feliz – sonrió él apretando su mano cariñosamente – gracias por la parte que me toca.
- ¿Sabes Rick?, cuando pensaba en mi futuro nunca me veía casada y como madre, siempre pensé que solo sería policía y que como mucho llegaría a ser capitán, pero esto, nunca.
- ¿Y te arrepientes de algo?, lo digo porque como a pesar del tiempo que llevas en la policía, sigues siendo inspectora…
- ¿Bromeas?, no cambiaría esto por nada del mundo, tú y los niños sois mi vida, no necesito más.
- ¿Y no te gustaría ascender? – preguntó él – ¿o quizás ser agente del FBI?, ¿o de la CIA?, no me digas que nunca has pensado en esa posibilidad, porque serías perfecta para eso, una de las mejores.
- ¿Y perderme sus partidos de beisbol o de fútbol?, ¿Sus funciones de Navidad y fin de curso?, ¿no poderlos bañar, darles la cena o contarles o cuento?, ¿prescindir de momentos como este? – enumeró ella – nunca cambiaria esto por otro tipo de vida, que más da si sigo siendo solo inspectora, como si me relegan a hacer permanentemente trabajo de oficina, me da igual Rick, cuando me hice policía tenía una meta, esa meta se cumplió y lo que de verdad no soportaría es perderme la vida de mis hijos, nuestra vida.
- Yo tampoco soportaría no tenerte cerca, y no compartir contigo los momentos cotidianos de la vida – dijo serio – ya estuvimos separados una vez y no quiero ni recordarlo.
- Yo tampoco, aunque a veces pienso que esa separación, en cierto modo, fortaleció nuestra relación. Cuando antes me has preguntado en que pensaba, estaba recordando cuando el capitán Montgomery me obligó a llevarte conmigo y lo que te odié en ese momento, y no puedo evitar sentir que gracias a él, tengo esta vida que tengo y que adoro.
- Bueno – dijo Castle con su pícara sonrisa – no te olvides de lo insistente que puedo llegar a ser, de mi encanto innato y de mi amigo el alcalde. Menos mal que luego te fui cayendo mejor.
- Pues gracias también a Robert y a ti por ser tan insistente – y acercándose a él con cuidado de no despertar a la niña, le dio un beso en los labios – gracias por quererme y por todo lo que me das día a día.
- Gracias a ti mi amor – y ahora fue él quien la besó a ella.
El romántico y emotivo momento familiar fue interrumpido por un pequeño terremoto de cabellos castaños y ojos azules qué llegó corriendo y gritando:
- Mami, mami, tengo un hambre voraz – y es que el pequeño, además de conservar su buen apetito de siempre, tenía un vocabulario excelente e impropio de un niño de tres años, gracias a los cuentos e historias que su padre le contaba.
- Este hombrecito está que se muere de hambre – dijo el abuelo Jim – aquí te lo dejo y yo me voy a dar un paseo por la playa.
- Siii, tengo mucha hambre, un hambre atroz – volvió a gritar.
- ¡Sshhh! No grites, que vas a despertar a tu hermana – dijo ella levantándose con cuidado con la niña aun dormida en sus brazos.
- Lo siento – dijo poniéndose un dedo en los labios en señal de silencio.
Castle cogió al niño y se lo sentó sobre los hombros, y pasó el brazo por encima de los hombros de Kate, dirigiéndose al interior de la casa, a darle de cenar a su pequeño tragón.
Esa noche, cuando ya los niños están acostados, ellos dos salen a la terraza a sentarse a la luz de la luna. Les encanta estar así, tranquilos, serenos, tomados de la mano y disfrutando del silencio después del ajetreo del día. Sobran las palabras, solo saber que ya nunca nadie va a separarlos, que se tienen el uno al otro y el gran amor que se profesan es suficiente para ellos.
FIN
Espero que este final definitivo esté a la altura del resto de la historia y que os guste lo que he escrito. Que tengáis una buena semana y que tengamos todos, un buen final de temporada. Pase lo que pase la semana que viene en el último capítulo, seguro que da pie a más de una historia fascinante.
Nos seguimos leyendo por el foro.
AVISO: Aunque los principales personajes de esta historia pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Epílogo
“Siempre y nunca: es tan largo el uno como el otro.”
Elsa Triolet
Decidieron casarse en unos meses. Como los dos deseaban una ceremonia sencilla pensaron que les daba tiempo suficiente para prepararlo todo. Kate contó con la inestimable ayuda de Alexis, Martha, Lanie y Jenny. Esta última, que ya había pasado por su propia boda, le fue de una ayuda inestimable y terminó convirtiéndose en una gran amiga.
Castle que terminó de escribir su libro en el mes que estuvieron en Los Hamptons se lo dio a Kate para que lo leyese, ella se emocionó hasta las lágrimas al leer que estaba dedicado a su madre con unas sentidas palabras: “A Johanna Becket, por ser la voz de aquellos que no la tienen, por defender la verdad hasta la muerte y por traer al mundo a la mujer más maravillosa, mi amor, mi compañera y madre de mi hijo. Gracias Johanna, no te olvidamos, tu recuerdo perdurará siempre entre nosotros”
Lo llevó a la editorial, donde lo recibió Gina, que le dio la enhorabuena por la vuelta de Kate. Él le comunicó que tenían un hijo y le habló de Ricky, pues aunque el regreso de Kate como testigo del juicio contra Bracken, si había salido en la prensa, no se había comentado nada sobre la existencia del hijo de ambos. Gina se sorprendió pero no tuvo más remedio que volver a felicitarlo. Le entregó el libro, comentándole de que iba. Ella lo miró extrañada, pues no era ese precisamente el género al que se dedicaba. Castle solo le dijo que lo leyera, y que después ya hablarían y ahí estaba pendiente de la contestación de su ex mujer y editora.
Castle le había hablado a Kate mucho de Rosemary y de lo buena persona que era, le había explicado que era otra de las muchas víctimas inocentes de Bracken. Kate la había visto el día que fue al juzgado, para escuchar el veredicto del jurado, pero realmente no le había dado tiempo de conocerla bien. Al escuchar a Rick hablar de ella con tanto afecto y saber el apoyo que había sido para él, no solo durante el juicio, ayudándolo mientras tomaba sus notas, sino cuando ella apareció de entre los muertos, le dieron ganas de conocerla mejor.
- Yo estaba muy enfadado contigo, ¿Sabes? – le dijo mientras la abrazaba aquella mañana de sábado que remoloneaban en la cama – me sentía dolido, engañado y traicionado y ella me dijo algo que me hizo pensar y reflexionar.
- ¿Y qué te dijo si puede saberse? – preguntó con curiosidad. Aunque ya se lo habían contado todo, era inevitable que más de una vez recordaran algún hecho o situación que habían vivido mientras estaban separados.
- Me dijo que hablara contigo porque seguro que había una explicación para todo, yo negaba diciendo, que para un daño como ese no había explicación posible, y ella insistía en que lo primero que tenía que hacer era hablar contigo y perdonarte – recordó Rick – cuando le dije que me iba a ser muy difícil hacerlo, ella me contestó que era muy afortunado y que no todo el mundo tenía una segunda oportunidad en la vida, que si fuese su marido el que hubiese vuelto, no le echaría nada en cara, solo le daría gracias a Dios, por darle la oportunidad de estar de nuevo con él.
- ¡Vaya! – dijo Kate que no podía evitar emocionarse cada vez que alguno de los dos recordaba esos momentos y pensando que le debía mucho a esa señora.
- Me dijo también que lo pensara y que no desperdiciase el tiempo en resentimientos y rencores, que simplemente debía alegrarme de saber que estabas viva y que me dedicara a vivir la vida que pensaba que había perdido – terminó de recordar – me hizo recapacitar y pensar mucho, sus palabras no dejaban de sonar en mi cabeza y me di cuenta que tenía razón, que no merecía la pena perder el tiempo en resentimientos, que ya nos lo habían hecho perder bastante.
- Me gustaría que fuésemos a visitarla un día de estos – dijo ella.
- Claro que si, sé que le encantaría conocerte y a Ricky también.
La llamó a su casa y ella se alegró mucho de oírlo. Cuando le dijo que les gustaría visitarla, Rosemary se mostró encantada y los invitó a merendar una tarde. La buena señora se alegró mucho de verlos y de conocer a Ricky. Durante el tiempo que pasaron juntos en el juicio, le había tomado un sincero cariño a Castle y le confesó que había empezado a leer sus libros, que sacaba de la biblioteca del barrio y que le gustaban mucho, pero que el que más ganas tenía de leer era el que había escrito sobre el caso Bracken. Castle le dijo que todavía no sabía si se lo iban a publicar, que estaba pendiente de la decisión de su editorial, pero le prometió que si se publicaba, él mismo le llevaría una copia, pero que si no llegaba a hacerse, le llevaría una copia del manuscrito original.
Rosemary y Kate se cayeron francamente bien, a sus sesenta y tres años, la señora estaba en unas óptimas condiciones físicas, y en las muchas veces que fueron a visitarla llegó a convertirse en un miembro más de la familia. A los dos les inspiraba una gran ternura la amable señora.
Al conocerla mejor, terminaron de descubrir, la gran persona que era, ya que a pesar de haberse quedado sola en el mundo, pues no tenía más familia que su difunto marido, ella no se había quedado encerrada en su humilde casita a llorar su pena, al contrario era voluntaria en el centro social de su barrio, ayudando en la cocina y el comedor que había allí instalado para familias sin recursos. También ayudaba a algunos inmigrantes a practicar el inglés.
Castle y Becket supieron de la buena labor que hacía pues ella le pidió el favor al escritor que fuese un día al centro a hablarles a algunos jóvenes sobre su trabajo. Incluso Kate, se ofreció, como policía, para ayudar a algunas personas con problemas. Se estableció una cordial relación entre Rosemary y la familia Castle, que la acogió y adoptó como una abuela más.
Unos días más tarde, Gina llamó a Castle para decirle que la editorial aceptaba publicar el libro. Aunque a ella personalmente no le había llamado especialmente la atención, otros miembros de la editorial, si fueron capaces de ver que ese libro, bien podría convertirse en uno de los best sellers de la temporada.
No se equivocaron, el caso Bracken había despertado la atención de todo el país, y cuando se anunció la publicación del libro escrito por alguien cercano a todo lo que había pasado, precedido de una gran campaña publicitaria, fueron muchos los que quisieron comprarlo. Unas semanas antes de la boda, Gina le comunicó a Castle, que su libro era el número uno en ventas y que estaba dando grandes beneficios, también le dijo que Paula hablaría con él, pues querían entrevistarlo tanto en prensa, como en radio y televisión y que querían entrevistar también a Kate, por ser parte importante en todo el proceso. Castle le dijo que él haría las entrevistas que fuesen necesarias, pero que no sabía si ella accedería a hacerlas también, que tendría que preguntarle.
A Kate no es que le hiciera mucha gracia ser entrevistada en prensa y televisión, pero por otra parte ya no tenía nada que ocultar, por fin se le había hecho justicia a su madre y ella quería que todo el mundo supiese porque la mataron, que ella solo hacia su trabajo y se interesaba por dar justicia a todas aquellas personas que por una causa o por otra, no podían defenderse. Así que para sorpresa de Castle, le dijo que no le importaría que le hicieran alguna entrevista, pero sin exagerar.
Castle se lo dijo a Gina y también le dijo que se casaban en un mes, y que hasta que no pasase la boda, no habría entrevistas, ni presentaciones, ni firmas de libros. Gina aceptó a regañadientes y lo felicitó por su inminente matrimonio.
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Se casaron un mes más tarde en una sencilla ceremonia, oficiada por el alcalde de Nueva York en su casa de Los Hamptons. Acudieron solo la familia y los amigos, incluida Pam, que vino expresamente de Washington para acompañarles en ese día, y que aprovechó su estancia allí, para pintar el nuevo dormitorio de Ricky como les había prometido. También asistieron algunos compañeros de trabajo, entre ellos el capitán Gates y su esposo, que aceptaron encantados y compartieron con ellos unos de los días más felices de sus vidas. Aunque también invitaron a Rosemary, esta declinó amablemente la invitación, diciéndoles que esperaba que no la olvidasen y una vez casados, no dejasen de visitarla.
La novia iba preciosa vistiendo un original vestido en tono marfil, de corte romántico que le sentaba muy bien. Cuando Castle la vio por poco se desmaya, parecía una princesa de cuentos de hadas. Venía peinada con un precioso recogido a la altura de la nuca, y todo él adornado con pequeñas flores secas, en marfil, beige y amarillo pálido.
El novio iba también muy elegante, con traje gris marengo, camisa blanca y chaleco gris perla. La corbata en otro tono de gris, tenía un delicado estampado en pequeños topos negros.
La ceremonia se celebró en el jardín, en una bonita pérgola blanca, adornada con flores, que Castle mandó instalar para la ocasión.
Ricky estaba para comérselo, vestido con pantalón y blusita del mismo color del vestido de su madre. Igualmente Alexis y Martha, estaban las dos espectaculares, cada una en su estilo.
La novia entró del brazo de su orgulloso padre que la llevó hasta donde la esperaba su futuro marido. Tomados de las manos pronunciaron sus promesas de amor y fidelidad, para toda la vida, se entregaron los anillos y recibieron sonrientes la declaración del alcalde de que ya eran marido y mujer, mientras se fundían en un apasionado beso. El aplauso de los presentes fue unánime, había sido un momento precioso y mágico, que hizo derramar más de una lágrima.
Después de la ceremonia y aprovechando el buen tiempo, terminaron la alegre jornada con un almuerzo y posterior baile en el amplio jardín de la casa. Todos disfrutaron mucho, incluso Gates, estaba especialmente amable con todos. Siguió demostrando su debilidad con el pequeño Ricky, al que tuvo en brazos más de una vez. Su esposo que la acompañó, también capitán de policía como su esposa, pero de una comisaría de Queens, sorprendió a todos, pues resultó ser una entrañable persona.
Las días libres que le dieron a Kate como licencia de matrimonio, decidieron pasarlos allí en Los Hamptons, Ricky aún era muy pequeño y los dos se resistían a separarse de él. También pensaron que podían llevarlo con ellos, pero por la misma razón de que era todavía muy chico, decidieron de mutuo acuerdo, posponer el viaje para mejor ocasión. Castle le prometió un viaje al lugar del mundo donde ella quisiese, ella le dijo que mientras estuviesen juntos, le daba igual donde la llevase.
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Cuando volvieron a Nueva York, no tuvieron más remedio que asistir a las entrevistas que habían prometido hacer. Aprovecharon también la publicidad del libro para comunicar que habían contraído matrimonio. Castle, orgulloso como un pavo real, la presentaba como su esposa.
En poco tiempo se supo que había pasado de ser su compañera de trabajo y musa e inspiración para el personaje de Nikki Heat, a ser su pareja. Fueron entrevistados en uno de los programas de televisión más famosos del momento, donde fue inevitable que se hablara de Johanna Becket y de su implicación en el caso Bracken, así como de su inclusión en el programa de protección de testigos. Como ninguno de los dos era partidario de ventilar su vida privada, prefirieron contar ellos los hechos tal como fueron, antes de que algunos periodistas sin escrúpulos se inventaran lo que les diese la gana.
Castle la escuchaba hablar de su madre y la labor que estaba haciendo, hasta el día que la mataron con tanto orgullo, que empezó a darle vueltas a una idea en su cabeza, idea que fue tomando forma poco a poco.
Cuando se lo contó, ella se lanzó en sus brazos llorando emocionada y dándole las gracias por su generosidad. Como el libro sobre Bracken se estaba vendiendo muchísimo y proporcionando grandes beneficios, Castle había decidido donar los ingresos que le estaba proporcionando el mismo a dos causas.
Un tanto por ciento quería que fuese para Rosemary, había notado que la mujer no nadaba en la abundancia y pensó que sería justo, no solo por su apoyo durante toda la causa sino porque más de una vez le recordó datos y le ayudó a tomar sus notas y el otro porcentaje más alto sería para otorgar más becas para costear los estudios a quienes decidiesen dedicar su carrera a defender a aquellos que no tienen voz dentro del sistema, es más, había pensado crear una fundación con el nombre de Johanna Becket, que se dedicara a proporcionar ayuda legal a todos aquellos que por la causa que fuese, no pudiesen conseguirla.
Rosemary protestó y se negó a aceptarlo, cuando Castle le comunicó que se llevaría parte de los beneficios del libro sobre Bracken. No se consideraba merecedora de los mismos. Castle, apoyado en todo momento por Kate, se mostró inflexible y al final terminaron convenciéndola, aunque a regañadientes, alegando que podría ayudar a toda la gente que quisiese de su centro cívico.
Con ayuda de Paula y con el beneplácito de Kate, organizaron una gala que terminaría convirtiéndose en anual, para recaudar fondos para la fundación. Castle aprovechó todos sus contactos y amistades y la fiesta que se celebró en la biblioteca pública de Nueva York, fue uno de los acontecimientos más comentados de la temporada. Fueron muchos, los que atraídos por la fama del escritor y la novedad del caso, donaron sustanciosos cheques para ayudar a tan noble causa.
Llevaban poco tiempo, casados y acababa de cumplir Ricky dieciocho meses, cuando Kate le anunció a Castle, que volvía a estar embarazada, noticia que le emocionó hasta las lágrimas. El segundo embarazo de Kate, fue un poco más agitado que el primero. Tuvo más nauseas matinales y más molestias, pero en compensación tuvo un marido que la mimó hasta convertirla en la futura mamá más consentida de toda la ciudad. Con este embarazo, Castle se quitó la pena que había sentido al no poder cuidarla durante el de Ricky. La acompañó a las clases de parto sin dolor, le daba masajes a sus hinchados tobillos y la complacía en todos sus antojos, que fueron varios.
Fueron felices cuando el ginecólogo les anunció que venía una niña y de momento pensaron en instalarla en el mismo cuarto de Ricky, este era lo suficientemente amplio para que cupieran las dos cunas.
Emma nació al amanecer, le costó un poco de más trabajo llegar al mundo que a su hermano mayor y fue un parto más largo y doloroso. Afortunadamente en esta ocasión, Kate contaba con la inestimable ayuda de su marido, que respiró con ella y dejó que apretara su mano hasta casi dejarlo manco.
Kate es completamente feliz con su familia. Cuando terminó su licencia por maternidad, pidió una reducción de jornada, y se siente totalmente realizada como esposa y como madre.
Ricky y Emma se crían sanos y felices y mientras que el niño se parece cada vez más a su padre, la niña a medida que va definiendo sus rasgos se va pareciendo más a Kate, aunque al igual que sus hermanos mayores ha heredado los ojos azules de los Rodgers.
La pequeña tiene debilidad por su padre, cuando él la coge en brazos, la mira o le habla, la niña se deshace en risas y ruiditos propios de los bebés, como queriendo expresarle en su lenguaje lo mucho que lo quiere. Al igual que hizo con Ricky, Castle la consiente al extremo, no puede soportar que llore y le canta, la acaricia, le habla mucho rato. Es un auténtico padrazo y aunque Kate teme que termine por malcriar a los niños, impera el sentido común y a pesar de costarle mucho es capaz de ponerse serio cuando la ocasión lo requiere.
* * * * * * * * *
Como siempre que hace buen tiempo y cada vez que Kate tiene unos días libres, se han ido a Los Hamptons. La casa de la playa está llena de juguetes y risas de niños y es el refugio ideal para disfrutar en familia. En esta ocasión los ha acompañado el abuelo Jim. Martha sigue muy atareada en su escuela de teatro y Alexis está estudiando ese semestre en Europa.
Es por la tarde y están disfrutando del sol en el gran jardín de la casa. Kate está recostada en una hamaca con la pequeña Emma durmiendo sobre ella. La niña de algo más de ocho meses está empezando a echar los dientes y está terriblemente molesta, no ha dormido bien, tiene un poco de destemplanza y está llorosa.
Kate observa risueña como su padre, su marido y su hijo juegan al beisbol. Castle por más que lo intenta para complacer a su hijo, es un auténtico desastre, a Ricky le falta poco para cumplir tres años, y a pesar de su corta edad, se da bastante buena maña con el bate y la bola, es más que evidente que ha heredado las dotes de su madre y abuelo.
- ¡Ojú papi, otra vez! – protesta el chiquillo cuando su padre, como suele ser habitual en él, lanza la bola en dirección contraria a donde tenía que haberla lanzado.
- Lo siento campeón – se excusó Castle – de verdad que lo siento, ya sabes que lo intento, pero soy el torpe más grande del mundo para jugar al beisbol – creo que voy a descansar un rato y a hacerle compañía a mamá y a Emma.
- ¡Vaaleee! – consiente el niño, que hubiese preferido que su padre siguiese jugando con él, a pesar de sus protestas.
- Yo sigo jugando contigo – interviene el abuelo conciliador.
Castle se acerca hasta donde descansan su mujer y su hija y se sienta en la hamaca que está al lado de ellas.
- ¿Cómo está mi princesa? – pregunta suavemente, acariciando con delicadeza los rizos castaños de su bebé.
Emma entreabre los ojos al oír la voz de su padre, y lo mira con sueño.
- Parece que está mejor y que le molesta menos.
- ¿Quieres que me quede con ella y tú vas a jugar con ellos? – pregunta Castle – ya sabes que Ricky no es capaz de comprender que aunque Jim y tú seáis unos máquinas jugando al beisbol, su padre es un auténtico inútil con el bate.
- Ricky tiene que acostumbrarse a que todos no podemos tener las mismas habilidades, y de momento parece conforme jugando con el abuelo.
- Tu padre tiene una santa paciencia con él, no sé cómo es capaz de seguir su ritmo a ese torbellino, hasta a mí me cuesta a veces – dijo Castle con un suspiro – será que estoy mayor.
- Anda y no te quejes tanto – dijo ella tomándolo de la mano.
Estuvieron un rato allí, los dos en silencio observando a Jim y a Ricky jugar, con Emma dormitando apaciblemente sobre el pecho de su madre.
Castle la miraba, pues la veía sonreír perdida en sus pensamientos. Como hacía calor llevaba el pelo recogido en una coleta y como siempre estaba preciosa. Su curiosidad le pudo y le preguntó:
- ¿En qué piensas?, te has quedado callada y sonriente.
- Pensaba en nosotros y en esta maravillosa familia que hemos creado – dijo ella – y en lo feliz que soy.
- Me alegro mucho de que seas feliz – sonrió él apretando su mano cariñosamente – gracias por la parte que me toca.
- ¿Sabes Rick?, cuando pensaba en mi futuro nunca me veía casada y como madre, siempre pensé que solo sería policía y que como mucho llegaría a ser capitán, pero esto, nunca.
- ¿Y te arrepientes de algo?, lo digo porque como a pesar del tiempo que llevas en la policía, sigues siendo inspectora…
- ¿Bromeas?, no cambiaría esto por nada del mundo, tú y los niños sois mi vida, no necesito más.
- ¿Y no te gustaría ascender? – preguntó él – ¿o quizás ser agente del FBI?, ¿o de la CIA?, no me digas que nunca has pensado en esa posibilidad, porque serías perfecta para eso, una de las mejores.
- ¿Y perderme sus partidos de beisbol o de fútbol?, ¿Sus funciones de Navidad y fin de curso?, ¿no poderlos bañar, darles la cena o contarles o cuento?, ¿prescindir de momentos como este? – enumeró ella – nunca cambiaria esto por otro tipo de vida, que más da si sigo siendo solo inspectora, como si me relegan a hacer permanentemente trabajo de oficina, me da igual Rick, cuando me hice policía tenía una meta, esa meta se cumplió y lo que de verdad no soportaría es perderme la vida de mis hijos, nuestra vida.
- Yo tampoco soportaría no tenerte cerca, y no compartir contigo los momentos cotidianos de la vida – dijo serio – ya estuvimos separados una vez y no quiero ni recordarlo.
- Yo tampoco, aunque a veces pienso que esa separación, en cierto modo, fortaleció nuestra relación. Cuando antes me has preguntado en que pensaba, estaba recordando cuando el capitán Montgomery me obligó a llevarte conmigo y lo que te odié en ese momento, y no puedo evitar sentir que gracias a él, tengo esta vida que tengo y que adoro.
- Bueno – dijo Castle con su pícara sonrisa – no te olvides de lo insistente que puedo llegar a ser, de mi encanto innato y de mi amigo el alcalde. Menos mal que luego te fui cayendo mejor.
- Pues gracias también a Robert y a ti por ser tan insistente – y acercándose a él con cuidado de no despertar a la niña, le dio un beso en los labios – gracias por quererme y por todo lo que me das día a día.
- Gracias a ti mi amor – y ahora fue él quien la besó a ella.
El romántico y emotivo momento familiar fue interrumpido por un pequeño terremoto de cabellos castaños y ojos azules qué llegó corriendo y gritando:
- Mami, mami, tengo un hambre voraz – y es que el pequeño, además de conservar su buen apetito de siempre, tenía un vocabulario excelente e impropio de un niño de tres años, gracias a los cuentos e historias que su padre le contaba.
- Este hombrecito está que se muere de hambre – dijo el abuelo Jim – aquí te lo dejo y yo me voy a dar un paseo por la playa.
- Siii, tengo mucha hambre, un hambre atroz – volvió a gritar.
- ¡Sshhh! No grites, que vas a despertar a tu hermana – dijo ella levantándose con cuidado con la niña aun dormida en sus brazos.
- Lo siento – dijo poniéndose un dedo en los labios en señal de silencio.
Castle cogió al niño y se lo sentó sobre los hombros, y pasó el brazo por encima de los hombros de Kate, dirigiéndose al interior de la casa, a darle de cenar a su pequeño tragón.
Esa noche, cuando ya los niños están acostados, ellos dos salen a la terraza a sentarse a la luz de la luna. Les encanta estar así, tranquilos, serenos, tomados de la mano y disfrutando del silencio después del ajetreo del día. Sobran las palabras, solo saber que ya nunca nadie va a separarlos, que se tienen el uno al otro y el gran amor que se profesan es suficiente para ellos.
FIN
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Increible!!!!!! me da mucha pena que ya no haya mas pero espero que sigas escibiendo porque me encanta como lo haces
BESOSS
BESOSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
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Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡OMG! MAGNÍFICO epilogo!!!!! me ha gustadoo muchoooo
esto es una obra maestra de verdad es estupendo...
me gusta mucho la escena en familia es fantastico verlos asi ains en fin pero ya ha llegado a su fin...
me alegro muchooo de haber leido esta historia es una de las mejores
esto es una obra maestra de verdad es estupendo...
me gusta mucho la escena en familia es fantastico verlos asi ains en fin pero ya ha llegado a su fin...
me alegro muchooo de haber leido esta historia es una de las mejores
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