Verdades y mentiras (Epílogo) 04/11 COMPLETO

Hola!

En este fic Alexis no existe por lo que Castle todavía no es padre. En principio sigue la dinámica de la serie pero comienza como casi tres años después de que Castle y Beckett dieran el paso de comenzar una relación. Sus personajes tienen Twitter (algo nuevo) porque me hace falta para el transcurso del fic.

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-Sí, sí, lo que digo. Hace menos de una semana fue vista por Chinatown y ¿qué creéis? Tenía completamente el vientre plano y no un vientre de 7 meses de embarazo, es como si nunca hubiese estado embarazada –dijo la periodista con tono de satisfacción.

-Pero, ¿alguien alguna vez se creyó ese cuento de que lo estaba? –preguntó en el mismo tono que su compañera.

-Bueno, podría haber estado pero al ver que su jueguecito le salió mal, abortó –dijo una tercera- lo que está claro que ésa era sólo una arpía que buscaba la vida fácil pero no le salió nada bien –rio.

El programa continuó criticando y despotricando hacia la misma mujer hasta que el presentador de ese exitoso programa matutino de cotilleos giró la conversación hacia el otro protagonista de ese “jueguecito”, Richard Castle.

-Bueno cambiando un poco de tema y sin irnos muy lejos queremos informaros de que el escritor de Best-Seller, Richard Castle, está a sólo mes y medio de ser padre, bueno, ya saben cómo es esto, ese tiempo es el estimado para que nazca su primer hijo. En ese tiempo la futura madre de su hijo cumplirá los 9 meses de gestación. Ese bebé que aun no habiendo nacido ya se ha convertido en uno de los bebes del año, nacerá varón y llevará el nombre del escritor. Vean el siguiente vídeo donde salen las últimas apariciones públicas de la feliz pareja.

Cuando el vídeo acabó los comentaristas seguían con la tertulia sin olvidarse de la primera mujer.

-Seguro que de dónde quiera que está ahora mismo estará rabiosa de ver a Richard Castle tan feliz con la llegada de su primer hijo con la mujer de su vida. Ella que se pensaba que lo iba a engatusar con sus mentiras… hasta llegó a fingir un embarazo –decía uno de ellos- Pero al final el amor venció.

-El amor siempre vence, no sé en qué estaría pensando.

-Ahora estará por ahí buscando a otro multimillonario al que engañar.

El programa continuó sin cambios.

-Ya toca despedirme de todos vosotros. Os espero mañana a la misma hora, no lo olvidéis. Y recordad que tendremos las primeras imágenes en primicia de este bebé y la compartiremos con vosotros antes que nadie. Que tengáis buen día, hasta mañana. Saludos de Paul Riley –se despidió el presentador.

La mujer mencionada durante todo el programa no podía dar créditos a las palabras de esos “periodistas” por llamarlo de alguna manera. ¿Abortar? ¿Engatusar? ¿”Jueguecito”? Lo mejor sería que se fuese a dormir, era tarde y necesitaba descansar para el duro día que le esperaba mañana. Total, ya se había acostumbrado a ser la comidilla de todos los programas de corazón neoyorkinos. A pesar de todos los meses que habían pasado todavía seguía siendo ella el tema principal. Ella no veía ese tipo de programas pero de vez en cuando lo hacía para recordar lo “perversa” que era.

Kate Beckett ya no trabaja en la comisaria 12 de Nueva York como detective sino que se había mudado a una pequeña ciudad al norte de Irlanda, bastante tranquila, lo que hacía que tuviese más tiempo para ella. Le había costado mucho dejar su trabajo y a sus compañeros pero era lo mejor que había podido decidir. Aunque seguía sin comprender cómo su vida pudo haber cambiado tanto en tan poco tiempo. Pero así era la vida, impredecible. Pero eso sí, era feliz.

Richard Castle seguía escribiendo novelas de misterios en New York mientras esperaba el nacimiento de su primer hijo. Había dado por terminada su saga de Nikki Heat y ahora escribía sobre policías infiltrados. Su personaje principal era un experto policía, de unos 40 años, en estos asuntos. El primer libro ya había salido a la venta siendo todo un existo y se encontraba escribiendo el segundo de esta nueva saga.
Pasado un mes la novia de Richard Castle se puso de parto adelantándose dos semanas. El día que, en un principio, el escritor pensaba que sería el más feliz de su vida se vio truncado con la llegada de un hombre a la habitación minutos después de que su hijo y su novia fuesen llevados allí tras el parto. Este hombre aseguraba ser el verdadero padre de la criatura y por la reacción de su novia se conocían. ¿Su hijo no era su hijo? ¿Cómo? Gina Cowell repetía una y otra vez que eso era mentira que le único padre de su hijo era el escritor pero el recién llegado volvía asegurar que ese bebé era suyo y que había sido un engaño por parte de Gina para atraparlo y, así, ser la mujer y la madre del hijo de Richard Castle. Gina lo había utilizado para quedarse embarazada y así poder conseguir su objetivo.

El escritor por su parte no sabía qué pensar. Por una parte estaba el bebé, ese niño que llevaba meses esperando y al que ya quería como su hijo y que acaba de ver nacer. Luego, estaba ese hombre que decía ser el verdadero padre y la reacción de Gina no ayudaba, ésta estaba muy nerviosa. El escritor que permanecía callado en la pelea que tenía su novia y ese tipo sentía como cada vez se le calentaba más la sangre. Estaba furioso, muy furioso.

-Rick, me tienes que creer. El pequeño Rick es tu hijo. Este hombre solo quiere protagonismo e ir de programa en programa ganando dinero –dijo sollozando.

-No, eso no es lo que quiero. Yo sólo quiero estar cerca de MI hijo -dijo recalcando el “mi”- y estar a su lado como su padre. Yo no tengo problemas en realizarme las pruebas de paternidad.

-¡No! –gritó la reciente mamá

-¿Qué problema tienes en que se realicen? Si yo soy el padre no sé cuál es el problema –intervino por primera vez.

-No es que tenga algún problema con que se realicen esas pruebas, sino que mi… nuestro hijo es demasiado pequeño, ¡acaba de nacer! Y no quiero que pase por esa vergüenza

El supuesto padre volvió a intervenir diciéndole a Castle que él no tenía ningún problema en contarle la verdad de todo ese asunto y que si después de lo que le contase seguía teniendo dudas, podían hacerse las pruebas para demostrar que él no mentía.

Daren, que era como se llamaba el supuesto padre, le contó con todo tipo de detalles como Gina fue a buscarlo desesperada a su departamento hace unos meses y estuvo manteniendo relaciones sexuales con él sin querer usar protección “decía que así era mucho mejor, que ella tomaba la píldora” hasta que de pronto dejó de ir a buscarlo. Poco después tuvo que dejar el país por trabajo y cuando volvió vio en la televisión la noticia de que Gina estaba embarazada de casi 8 meses y al hacer las cuentas le salía que se quedó embarazada cuando mantenían esos encuentros furtivos.

Podría ser o no el padre del pequeño Rick pero lo que estaba claro es que Gina le había puestos los cuernos con Daren. En los ojos de Richard se podía ver reflejado la rabia que estaba sintiendo. Desde que Gina Cowell llegó a su vida hace como un año, su vida había cambiado mucho. Había roto con Kate después de año y medio de noviazgo, terminando de la peor manera posible. Se había separado de los que habían sido sus amigos durante casi 6 años. Y la relación con su madre había empeorada ya que a ésta no le gustaba su nueva novia. Gina había llegado a su vida revolviendo todo. A pesar de todo él había confiado en ella y lo había traicionado. No tenía dudas de que ese hombre había tenido algo que ver con su novia porque conocía demasiados detalles sobre su cuerpo, como el tatuaje y la zona donde estaba situado. Una zona muy íntima.

Gina intentó defenderse diciendo que lo sabía porque había mantenido una relación con él hace varios años. Cosa que no era del todo mentira. Gina y Daren estuvieron saliendo dos años cuando ambos estaban en la universidad. Pero la familia de Daren entró en quiebra y terminó perdiendo todo y Gina lo dejó. Excusándose de que ella era demasiado para él, que el sólo era un don nadie. Daren era un simple empleado de una gran empresa pero sin más. Ella merecía más.

Castle volvió a intervenir recordándole algo que ella le había dicho hace pocos días. Richard le preguntó que desde cuándo y por qué se había hecho ese tatuaje y la fecha que le dijo fue que se lo hizo hacía unos tres años. Es decir, Daren no podía conocerlo por su antigua relación con ésta porque de eso hacía ya más de 10 años. Gina mentía.

Lo que no tenía claro era la paternidad de ese niño que acaba de nacer.

-Quiero realizarme las pruebas de paternidad –espetó.

-¿Qué? ¡No! –replicó con un tono que dejaba entrever su miedo.

-Si no tienes nada que esconder no sé por qué te opones. Estamos en un hospital privado y no se hará público.

Después de suplicas y replicas por parte de la estrenada madre, ésta no tuvo más remedio que aceptarlo.

Ella había mantenido relaciones con Daren el tiempo que había quedado embarazada pero también había tenido varios encuentros, aunque muchos menos, con Richard. Con suerte su hijo sería del escritor.

Mientras tantos en los programas de chismes neoyorkinos hablaban del nacimiento de Richard Castle y Gina Cowell ajenos a lo que se estaba viviendo en aquella habitación del hospital.

No sólo sus fans esperaban un tweet con la reacción del nuevo papá sino también esos programas para, así, tener más jugo de donde sacar.

No sólo esperaban la reacción de él y Gina sino de esa mujer que había intentado engañar al escritor hacía unos meses. Ésta que sólo utilizaba la cuenta de la red social para defenderse de vez en cuando de todo lo que inventaban de ella y para agradecer el apoyo de esa minoría de personas que decían estar de su parte.

El día estaba llegando a su fin y en ninguna de las tres cuentas, la de Gina, Richard y esta mujer, había sufrido ningún tipo de actualización.
Hasta que en la madrugada del nuevo día en una de ellas hubo una nueva interacción.

“Felicidades a los nuevos papás”

Rápidamente se fue llenando de respuestas negativas.

Todos los programas del corazón se abrieron con ese Tweet. Muchos decían que era por la envidia, otros para tener protagonismo y otros muchos que era para enfadar a los fans de la “feliz” pareja.

Lo que no sabían era que ella había escrito eso porque sabía que era la última reacción que esperaban de ella. Y era verdad, no esperaban una “felicitación” sino insultos y malas palabras hacia los nuevos papás. Los había sorprendido.

Las pruebas de paternidad que habían sido solicitadas dos horas después del nacimiento del pequeño Rick estarían listas un día después de que la pareja saliese del hospital. Richard tendría que salir con Gina y Rick del hospital como si todo estuviese bien para contentar a todos los periodistas que esperaban ansiosos esa salida pero antes, la mañana antes del salir del hospital, tendrían que ofrecerle una entrevista al programa matutino presentado por Paul Riley, amigo de Gina que le había pedido como favor la exclusiva y que ésta había aceptado sin ni siquiera preguntarle a su novio. Richard sólo quería saber la verdad sobre si era o no el padre de Rick, si era todo sería igual respecto al bebe pero su relación con Gina, esa relación se había roto después de enterarse de su engaño. Si resultaba que no era su hijo intentaría poder visitarlo de vez en cuando porque ya lo quería como tal.

Tres días después del nacimiento del pequeño, Richard, Gina y el bebé se dirigían al hospital donde se encontraría con Daren para recoger los resultados de las pruebas. Gina permaneció callada al igual que Rick, sólo que ésta también rezaba para que el padre de su hijo fuese Castle.

Antes de entrar Gina le volvió a suplicar que lo dejasen. Que ella estaba segura de que el padre de su hijo era el escritor pero Richard estaba demasiado enfadado con ella para escucharla. La volvió a ignorar como había estado haciendo los tres días anteriores y entró a la consulta donde un médico los esperaba para entregarles las pruebas.

Kate Beckett estaba contenta con su nueva vida, era tranquila justo lo que ella necesitaba en esos momentos, tranquilidad. Aunque a veces echaba de menos esas emociones que sentía ante algunos casos, los casos “raros” con los que se encontraba de vez en cuando en New York. Esa adrenalina.  

Después de romper con Castle y de que su relación terminase con ellos dos completamente peleados y él en su contra, dados los últimos acontecimientos, Kate decidió abandonar su vida para empezar desde cero en Irlanda. Allí nadie conocía su vida pasada. Agradecía que nadie supiese quien era, ya que de eso mismo estaba huyendo, no soportaba que todo el mundo la conociese por la relación con el famoso escritor y todo lo que ésta conllevó. Nadie de su antigua vida en New York sabía dónde estaba, ni siquiera Lanie. Era lo mejor, o eso pensaba. De vez en cuando hablaban por teléfono para ponerse al día de sus vidas y aunque a distancia, seguían manteniendo su amistad.

Ese día Kate tenía la tarde libre, así que comenzó a ver algunos programas neoyorkinos. En todos el mismo tema: el nacimiento del hijo de Richard Castle. Lo dejó en uno de ellos. En ese programa ironizaban con el supuesto embarazo de la antigua novia de Richard Castle. Y no sólo con eso sino que algunos aseguraban de que había abortado al salirle mal su plan. Claro, que el bebé que esperaba no era del escritor sino de algún otro hombre por el que se había dejado embarazar. Eso le llegó tan hondo a Kate que decidió que tenía que hacer algo. Ya estaba bien, llevaba meses aguantando todo tipos de comentarios acerca de ella pero todo tenía un límite. Y su límite había llegado cuando uno de los periodistas comentó que alguien como ella nunca podría ser madre, y si llegaba a serlo sería para conseguir atar a algún multimillonario, pero que nunca sería tan buena madre como iba a ser su querida amiga Gina. Ella era madre por amor y no por dinero como lo sería Kate.

Kate abrió su cuenta de Twitter donde sólo tenía seguidores neoyorkinos, nadie de su nuevo entorno conocía esa cuenta, y escribió.

“Os presento a MIS hijos. Dejad ya de inventar un supuesto aborto” adjunto una foto donde podía verse a sus bebés, dos mellizos, un niño y una niña, aunque iban vestido con tan sólo un body blanco. La foto no permitía verse las caritas de los bebés. La detective no quería que la cara de sus hijos se fuese expandiendo por ahí.


“Cuando dejé NY no tenía dos meses de embarazo como pensabais sino más de tres”

“Al ser mellizos el parto se adelantó un mes. Nacieron a los 8 meses. Cuando fui vista en Manhattan mis hijos ya tenían un mes de nacidos”

“Con esto espero que me dejéis ya en paz y dejéis de inventar de todo. Y repito, son MIS hijos”

-Richard Edgar Castle y Daren  River aquí están vuestros resultados. - El médico les entregó un sobre a cada uno después de explicarle que esas pruebas tenían un 99% de fiabilidad y que al final del sobre había una pegatina. Al quitar la pegatina verían si eran o no el padre de Rick.

Castle cogió su sobre y antes de retirar la pegatina suspiró.

Vaya, muy original y muy interesante. Estoy deseando ver la continuación =)

me ha encantado continua pronto Kate con 2 hijos awww que tierno espero que el hijo de Gina no sea de Rick jjj

SIGUEEE

Menudo giro el de esta historia. A ver como consiguen hablar y arreglan todo.

continúa pronto, estoy deseando ver que pasa.

me encanta, espero que KAte y Rick se perdonen y que el bebe de Gina no sea de Rick. Continua pronto

Ohhh!! Que no sea hijo de Rick, que no sea hijo de Rick,... *dedos cruzados*

Un inicio muy original, con muchas ganas por saber qué ha pasado... ¡continúa cuando puedas!

este fic promete, esta muy interesante.
Tardaras mucho en seguir?
estoy impaciente

CONTINUA PRONTO!

Guau! Muy interesante tu historia... es muy diferente a lo que he leído por aqui.... y si encima hay bebes de por medio... ¡ME ENCANTA!

Por favor, que el hijo de Gina no sea de Castle
Muy interesante, estoy deseando ver como continua....quiero saber que mierda se le pasó por la cabeza Richard para dejar a Kate por Gina.

Un beso y bienvenida al foro!

Sigueee! Este fic promete mucho. Me encanta

quiero más
quiero más
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quiero más
quiero más

no tengo nada más que decir. ¡ah si!

quiero más
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quiero más
quiero más

Gracias a todos por los comentarios =) Me alegro de que os haya gustado.
Intentaré subir el siguiente capítulo en un rato y espero que os siga gustando

Esta muy bien. Si intentalo subir pronto que estoy intrigada ESPERO QUE CASTLE NO SEA EL PADRE.
BESOSS

quiero mas me dejaste intrigada por favorrrrr

Capítulo 2

-¡Es mi hijo! ¡Es mi hijo! –Todos miraron sorprendidos al hombre que gritaba sin parar- ¡Soy papá! ¡Papá!

Richard se levantó de la silla en la que había permanecido sentado hasta entonces y cogió al pequeño Rick en sus brazos, le dio un beso en la frente y se lo paso a su verdadero padre.

-Sólo espero que me dejes visitarlo de vez en cuando para saber cómo está y poder verlo. Puede que no sea hijo mío pero yo lo quiero como si lo fuese.

-Claro, por mí no hay problemas –dijo con total sinceridad Daren.

-Gracias – después de acariciar por última vez la carita de Rick salió de la consulta ignorando a Gina que no paraba de llamarlo.

Gina le quitó el niño a su feliz padre y se marchó de la consulta mientras maldecía a Daren por haber aparecido.

Richard que había salido como alma que lleva el diablo del hospital condujo su coche hasta algún lugar donde aparcó y cambio el coche por sus pies. Estuvo andando hasta que se cansó y decidió entrar en algún bar para olvidar sus penas con la ayuda del alcohol. Y eso hizo, beber y beber hasta perder la conciencia.

A la mañana siguiente despertó en la habitación de un hotel. No recordaba ni cuándo ni cómo había llegado hasta allí. Le dolía mucho la cabeza y seguía con la ropa del día anterior. Quería ducharse y cambiarse de ropa pero no quería ir al loft que compartía con Gina y encontrársela allí. No quería saber nada más de ella. Pero debía hacerlo y mientras antes mejor. Pidió al servicio de habitaciones que le llevasen una pastilla para el dolor y algo ligero para desayunar. Cuando terminó, pagó la habitación y se dirigió a su casa en un taxi, no estaba de ánimos para ir a buscar su coche, ni siquiera se acordaba del lugar con exactitud donde lo había dejado.

Nada más abrir la puerta Gina se le abalanzó pidiéndole perdón, diciéndole que había sido un error, que no era lo que pensaba. ¿Y qué era lo que debía pensar entonces? Lo había engañado. La que hasta hace unos días había sido su novia intentó besarlo pero Rick no se lo permitió, la mujer le dijó que lo quería pero el escritor no le hizo caso. Richard se limitó a separarla de él y decirle que qué era lo que quería si a él o su dinero. Que eso no lo tenía claro. Una persona que quiere a otra no la engaña de esa manera.

Poco después Castle salía de ese loft con una maleta en la mano. Antes de eso se despidió de Rick y le dijo a Gina que a partir de ese momento ella para él no existía que ya alguien vendría por todas su cosas. Ésta que no le había parado de repetir que aunque el pequeño no fuese su hijo podrían criarlo como tal y seguir con sus planes. El escritor le contestó que la boda que tenían planeada para después del nacimiento del niño estaba cancelada por si acaso tenía alguna duda.

El escritor volvió a su antiguo loft. A ese loft donde había vivido hasta que Gina lo convenció para que comprasen uno juntos. Ese mismo loft que le traía tantos recuerdos.

Nada más entrar recordó una de las últimas conversaciones que había mantenido allí con Kate. En aquella misma entrada. Ella le decía que Gina le estaba mintiendo y que todo lo que estaba contando sobre ella era falso pero no la creyó. Eligió creer a Gina una vez más. Recordó como Kate después de sus duras palabras se marchó con lágrimas en los ojos.

El sonido de su móvil hizo que volviera a la realidad. Un nuevo mensaje “Felicidades papá” enviado por alguno de sus conocidos. Borró el mensaje sin contestar. Se encaminó hacia la cocina y cogió una botella de alcohol necesitaba seguir bebiendo.

Mientras tanto en Irlanda Kate disfrutaba la tarde con sus hijos. Aún eran demasiados pequeños para jugar pero con tan sólo mirarlos como dormían era feliz. Pronto empezarían a llorar para que les diese de comer, así que decidió ir preparando los biberones para tenerlos listos. A Kate le hubiese gustado darle el pecho pero por culpa de su trabajo no podía. Una enfermera cuidaba de los mellizos cuando ella trabaja en su nueva comisaría. Cuando terminó de preparar todo, volvió a embobarse mirando a sus bebés. Tenían tan sólo dos meses de vida pero en sus facciones ya se podía ver que se parecían muchísimo a su padre, sobre todo en el color de ojos y cabellos. Ella no era muy creyente pero los vecinos del pueblo le habían aconsejado que los bautizase. Tenía cita para ello en tres semanas en una pequeña pero muy bonita iglesia donde asistirían los pocos amigos que tenía allí, algunos vecinos y compañeros de trabajo. Sería sencillo. Lanie sería la madrina del pequeño Alex junto a Exposito y Jenny y Ryan serían los padrinos de Maddie. Ella no estaba muy convencida de aquello, no quería decirle a nadie donde vivía pero las suplicas de su amiga hizo que al final aceptara. Aunque les diría su nueva dirección con el tiempo justo para que comprasen los billetes. Ellos habían prometido que no iban a revelar su nueva ubicación. Eran sus amigos y después de 7 meses sin verlos tenía muchas ganas de abrazarlos. Necesitaba un abrazo amigo que la reconfortara. Y sus hijos necesitaban unos buenos padrinos y nadie mejor que ellos.

Alguien tocó la puerta alternando con el timbre. Le dolía la cabeza y no podía mantenerse en pie. Fue como pudo hasta la entrada y antes de abrir miró por la mirilla, si era Gina no pensaba abrir pero no era ella, sino su madre. En esos momentos necesitaba alguien amigo con quien hablar y quién mejor que su madre para hacerlo. Abrió.

-Richard, ¡qué te ha pasado! Pero ¡mírate! –Exclamó su madre sorprendida de ver a su hijo en tal estado – lo acompañó al sofá y fue a prepararle un café –Toma, bébetelo y después ve a darte una ducha de agua fría. Te esperaré. –Richard hizo lo que su madre le había ordenado.

-¿Cómo sabías que estaba aquí? –dijo acercándose a ella.

-Fui a ver al pequeño Rick y Gina me dijo que os habíais peleado y supuse que habías venido aquí.

-Y ¿no te ha dicho nada más?

-No, ¿hay algo que deba saber? –preguntó curiosa.

-Sí –dijo cambiando el tono. Martha enseguida supo que se trataba de algo muy serio.- Verás… -Rick le contó todo lo sucedido a su madre sin que ésta pudiese dar crédito.

-¡Te lo dije! Te dije que Gina no era de fiar pero no me quisiste escuchar ni a mí ni a nadie, ni si quiera a Kate… -nada más decir su nombre se arrepintió de haberlo dicho. Martha más que nadie sabía lo mucho que Kate había significado para su hijo y lo mucho que sufrió con todo lo que pasó.

-No sé cómo he podido dejarme engañar de esta manera. Kate tenía razón, ella me estaba mintiendo y yo no la creí –Richard no pudo aguantar más las ganas de llorar – Soy un estúpido.

-Bueno, hay que reconocer que Gina lo hizo bien, engañó a todo el mundo –dijo para hacer sentir mejor a su hijo. Aunque muy a su pesar sabía que eso de poco servía. Abrazó a su hijo. Y se quedaron varios minutos en silencio. El escritor no había parado de llorar, necesitaba sacar todo lo que llevaba por dentro.

-Madre, ¿Y si la que buscaba mi dinero no era Kate sino Gina? Está claro que Gina es lo que quería, oh Kate, he sido tan injusto con ella. Cómo pude tratarla de esa manera. Estábamos tan bien hasta que Gina apreció en nuestras vidas. ¿Cómo pude dudar de ella? ¿Cómo pude hacerlo después de tantos años juntos y de tantas cosas vividas? –sus lágrimas eran cada vez más abundante.

-Siento decirte que yo intenté advertiste pero no me quisiste escuchar.

-Ahora ni siquiera sé dónde está para pedirle perdón, aunque dudo que me quisiese escuchar. He sido un patán y hasta eso se queda demasiado corto para describir mi comportamiento hacia ella. No me va a perdonar nunca. Madre, yo a pesar de todo la sigo amando, nunca he dejado de hacerlo, ni cuando pensaba que ella sólo buscaba mi dinero ¿Cómo pude pensar eso? Gina. Ahora no tan sólo la he perdido, mi hijo no es mi hijo. Ese bebé era mi única ilusión y por lo que yo estaba intentando ser feliz con Gina, estaba intentado olvidar a Kate para enamorarme de Gina, pero qué… ¿Qué voy hacer ahora?

-Llama a su amiga la forense a lo mejor ella puede decirte cómo localizar a Kate. Aunque sinceramente después de todo lo pasó dudo que te diga algo pero por intentarlo.

-Por favor madre, llámala tú. A mí ni siquiera me va a coger el teléfono. Es su amiga y yo soy el hombre que le ha destrozado la vida a su mejor amiga. A lo mejor a ti sí que te dice algo. No le digas que es para mí. Dile que tú quieres saber cómo está.

-Está bien, te ayudaré. –si eso ayudaba a su hijo tenía que hacerlo. Le dolía verlo tan mal. Aunque él se lo había buscado.

Martha cogió su teléfono y marcó el número que Castle le dictó. Después de varios toques la forense contestó.

-Lanie –dijo la médica.

-Lanie, soy Martha la madre de Castle, ¿me recuerdas?

-Claro –intentó no sonar borde pero no lo consiguió.

-Verás, yo la llamaba porque quería saber cómo localizar a Kate

La forense la interrumpió –eh, eh para yo no voy a decir nada primero porque no quiero que le sigáis haciendo daño, usted puede que no tenga mucho que ver pero su hijo… y segundo porque ni yo siquiera tengo manera de localizarla. Desde que se fue de New York no la he vuelto a ver.

-Entiendo pero de verdad que no quiero hacerle daño, tan sólo quiero saber cómo está, saber de ella.

La forense la volvió a interrumpir –Si es por la foto que mi amiga ha publicado en Twitter lo ha dejado bastante claro. Son sus hijos.

Ahora fue la actriz la que la interrumpió -¿Qué fotos? ¿Sus hijos?

-¿No sabes nada? –Lanie pensaba que su llamada era debido a aquello. –Bueno, tengo que seguir trabajando.

-Espera, espera por favor

-Lo siento, no puedo. Adiós. –La forense colgó. Si no sabía nada, ella no sería quien se lo contase.

Martha le contó todo a Richard, el cual no tardó mucho en buscar su Iphone para meterse en Twitter y buscar aquel Tweet. Entonces volvieron a recordar.

-Madre, Kate me dijo que estaba embaraza y no la creí. No creí que lo estuviera y cuando me enseñó los resultados que lo confirmaban le dije que podían ser falsos. Su amiga pudo falsificarlos o tal vez era de otro tío. De ese tío con la que la vi ese día en aquel hotel cuando Gina me acompañó. Y la llamé puta –Rick que ya había controlado su llanto comenzó a llorar otra vez.- Ella me dijo que no recordaba nada y que estaba segura de que entre ellos no había pasado nada y que yo era el padre del bebé que estaba esperando. No la creí.

-¿Cómo supo Gina que Kate estaba en ese hotel? –preguntó su madre.

-No lo sé, nunca le pregunté. Estás diciendo que tal vez…

-Sí, Richard, te estoy diciendo que tal vez pudo ser una trampa. Si Kate no recordaba nada pudieron haberla drogado y luego ella llevarte allí para que la vieras con otro hombre. Te ha engañado con lo de tu hijo…

-¿Y si son mis hijos? Puede que sea papá de unos hijos que yo mismo rechacé. No me los merezco. Ni siquiera los conozco. Y dudo poder verlos crecer a mi lado.


La vieja actriz no dijo nada. Ella también estaba mal por aquella situación. Era abuela de unos niños que posiblemente nunca sabrían de su existencia.

Lanie llamó a su amiga para contarle lo que había pasado. No quería preocupar a su amiga pero debía saberlo.

-Ah, y ni te preocupes, ya sabes que aunque ahora quisiese hacerse cargo no puede hacer nada. Ni con el mejor abogado del mundo podría hacerlo. Tú sigue como hasta ahora. Además, tampoco sabe cómo encontrarte.

-Ya, Lanie, eso es lo único que me tranquilizan que sólo son míos. Y ni siquiera puede ayudarse de sus contactos para acercarse a ellos.

-Por eso, él tuvo su oportunidad y la perdió. Ahora ya no puede hacer nada. Debo seguir trabajando cuando salga te llamo. Y no te preocupes. Hasta luego.

-Hasta luego.

Ahora más que nunca se alegraba de haber firmado esos papeles y de que él también los hubiese firmado. Tan sólo había sido un acercamiento de Martha pero si lo había hecho seguro que traería más cosas detrás. Y la detective no se equivocaba.

Kate aprovechó que sus hijos estaban dormidos para darse un pequeño baño. Lo necesitaba después de aquello. Dejó la puerta del baño abierta, ya que ese baño estaba dentro de su habitación, si alguno de sus hijos lloraba ella lo oiría e iría enseguida. Ni Alex ni Maddie eran llorones. Sólo comían y dormían. En el poco tiempo que permanecían despierto siempre le regalaban una sonrisa a su madre. Kate ni siquiera se molestaba en negar que se le caía la baba con sus hijos, no podía, eran sus hijos. Su razón de vivir.

-No sé si son niño y niña, o dos niños o dos niñas. Ni siquiera sé sus nombres. Soy papá de dos gemelitos y no sé nada de ellos. Y lo peor de todo es que yo soy el culpable de esta situación. Si la hubiese escuchado. ¡No! Yo elegí a Gina. ¡A Gina! No tengo nada por donde empezar a buscarla.

-Ten esperanzas, Rick. A lo mejor todo se arregla. No te digo que Kate te perdone, pero quién sabe puede que te deje ver a los niños. Yo también los quiero ver. Son mis nietecitos. ¿Has probado con su antiguo número? A lo mejor sigue teniéndolo.

Rick, tomó de nuevo su Iphone y le dio a llamar al contacto de Kate.

me encanta, continua pronto y espero que pronto se arregle lo de Kate y Rick

Me acabo de leer tu historia y es jdidmsoalaksozmap. Vale ya está, con palabras es magnífica. Espero el próximo capítulo con impaciencia .

OMG, te juro que este fic me encanta Sigue pronto, pls!
PD: Escribes genial!

SIGUEEEEE

Las cosas pintan muy feas para que Kate lo perdone, la verdad es que se ha portado fatal con ella. Por lo menos espero que le deje conocer a sus hijos.

Continúa pronto.

maaaaaaaaaaaaaaaaaaadre

lo de que los bebes de kate eran de rick lo sabia pero argfgfgfgfgf ahora sabiendo que lanie y el resto saben donde está y el final.... ña ña ña ña

quiero mas!!

Tendra el mismo nuemero?
SI ES QUE CASTLE ES TONTO! Mira que creer a Gina que a su propia novia
CONTINUA PRONTO!

Una magnífica Historia, estoy deseando leer la continuación.