Verdades y mentiras (Epílogo) 04/11 COMPLETO

Jooooo........ pe ¡¡¡¡ por no decir otra cosa, pero porqué nos pones los dientes largos, para después darnos con la puerta en las narices ¡¡¡¡¡¡, me siento igual que Castle, ya me estaba haciendo ilusiones, seré ilusa, pero es que tu eres malaaaaaaaaa ¡¡¡¡¡.
¿ Cómo nos haces ésto ?, pues ahora tendrás que enmendarlo, no se puede ir tratando a la gente tan mal ¡¡¡¡¡ ¿a caso nos hemos portado mal contigo?, no son formas de tratar a tus leyentes, menudo disgusto, cuando ya creía que podía arreglarse el tema, sólo te salvas por que al ser un sueño no tardará tres años en conocer a los críos, o eso espero.
Sigue pronto que no voy a poder conciliar el sueño, hasta que lo arregles, no vaya a ser que me pase lo mismo que al escritor, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

-Beckett –contestó

-Kate-musitó

Por unos instantes se hizo el silencio.

-¿Qué quieres, Castle?

En otras circunstancias Rick hubiese contestado con un “te quiero a ti” pero sabía perfectamente que esa respuesta podía empeorar las cosas –Necesito saber cómo están mis… los niños- se corrigió.

-Maddie y Alex están bien –Kate al escuchar la voz de Castle, una voz rota, derrotada, triste, sabía que él no estaba bien. Y se sentía mal. Quería decirles tantas cosas pero no podía. Su mente había ganado la batalla a su corazón.

-Respecto a ellos, te quería hablar. Kate, yo sé que no tengo ningún derecho pero me gustaría verlos aunque fuese sólo una vez, tenerlos en mis brazos, acariciarlos, por favor, Kate, yo sé que no me lo merezco pero –en ese momento Rick no pudo más y comenzó a llorar.

-No hagas esto más difícil, por favor –Si seguía así no iba a poder aguantar mucho más.

-Lo siento –susurró. Silencio.-Kate, ¿Qué día nacieron?

-El 24 de julio.

-Gracias.

Silencio.

-Castle

-¿Si?

-Lo pensaré

-Gracias, muchas gracias, Kate, de verdad –Se le cambió la voz. Por fin tenía algo de esperanzas. No había dicho que sí pero al menos tenía una oportunidad. No se había negado.

-No me las des. Si acepto que quede claro que lo hago por ellos porque necesitan un padre.

-Claro pero aun así gracias. No quiero parecer impaciente pero ¿cuándo me darás una respuesta?

-No lo sé, Castle. Llámame dentro de dos días por si acaso.

-Vale, eso haré –ahora la voz del escritor era alegre.

-Te tengo que dejar, tengo que volver al trabajo.

-Lo entiendo. Que te sea leve. Y gracias, Kate.

-No me las des todavía –colgó.

La detective suspiró. Tal vez estaba siendo demasiado blanda con él pero no podía seguir viéndolo tan mal. Le dolía a pesar de todo.

Rick salió de su habitación totalmente diferente a como entró. Por fin sonreía de verdad después de tantos días en los que lo único que hacía era llorar.

-Madre –gritó feliz. La abrazó.

-Richard, qué alegría verte así de nuevo. ¿Qué ha pasado en esa ducha? Antes estabas completamente hundido y ahora, mírate, hasta sonríes. No es que yo no me alegre, echaba de menos a este Richard, pero no entiendo tu cambio.

-Madre, he hablado con Kate.

Martha lo miró curiosa -¿y? habla, Richard, que me tienes en ascuas. Por como te veo debe de haberte ido bien.

-¡A lo mejor me deja ver a mis hijos! –exclamó alegre. -¿no es genial?

Martha lo abrazó. –Cuéntame, ¿qué ha pasado? Yo sabía que Kate era demasiado buena para mantenerte separado de tus hijos aunque te lo merezcas. Aprovecha esta oportunidad.

-No te preocupes que esta oportunidad no la voy a desperdiciar.- Rick no podía ocultar la felicidad que estaba sintiendo, tan sólo se lo iba a pensar pero era un gran paso. –Voy a salir, quiero ir a comprar cosas para mis hijos, quiero preparar una de las habitaciones de invitados para ellos y poner mi habitación al lado.

-Richard, no te adelantes. Te ha dicho que se lo pensaría –Martha estaba segura que Kate le diría que sí pero tampoco se quería fiar demasiado por lo que pudiese pasar.- Ya cuando te contesté dentro de dos días pues…

-Quiero tenerlo todo listo. Y cuanto antes empiece mejor. Y si me dice que no, no perderé las esperanzas.

El escritor pasó todo el día comprando cosas para sus hijos. Pensando en cómo iba a decorar la habitación. Después de mucho pensar eligió el mobiliario, nada más verlo tuvo una idea para pintar las paredes. No irían pintadas de algún color sino que todas irían decoradas con dibujos retratando personajes Disney. Cada pared llevaría un color diferente de fondo, según fuese el decorado, todos los colores serían tonos claros. El mobiliario sería completamente blanco y en las dos cunas pediría que pusiesen los nombres de sus hijos.

Quería que esos dos días pasasen lo más deprisa posible para saber la respuesta de la detective. Estaba ansioso. La única manera que encontró para distraerse era esa habitación. También había contratado a varias personas para que arreglasen la habitación de al lado. Esa habitación sería muy parecida a la suya salvo algunos pequeños cambios. Cambios que Kate les había mencionado cuando estaban juntos.

Beckett por su parte no paraba de pensar qué decisión tomar. Estaba dolida, sí, pero no podía permanecer fuerte contra alguien que era su debilidad. Y Richard Castle a pesar de todo lo era. Estaba tan mal por la separación con sus hijos y tan arrepentido que estaba pensando en cambiar algo que desde que salió de New York tenía claro. Ese día no pudo seguir trabajando o al menos no hacerlo de forma clara. Sus pensamientos y su cabeza no estaba en el papeleo que estaba haciendo sino en qué decisión tomar. Por fin llegó la hora de salir.

-Buenas noches –saludó Kate al entrar en su casa- ¿Qué tal se han portado hoy? –preguntó mientras se acercaba al lugar donde sus hijos dormían.

-Buenas noches –respondió. -Pues muy bien, como siempre. Son muy buenos y apenas lloran. Sólo para reclamar su comida y poco más. Como sabía que usted llegaría hoy más tarde ya los bañé

-Gracias Nora y ya sabes que prefiero que me trates de “tú”- sonrió.- Sí, la verdad es que son muy buenos –Kate se agachó y le dio un beso a cada uno de sus hijos.- Nora, ¿puede quedarse mientras me doy una rápida ducha? Así estaré más tranquila. Prometo que no tardaré.

-Por supuesto. Dúchese tranquila yo me quedaré y veré un poco la televisión –sonrió.

-Gracias –le devolvió la sonrisa y se dirigió hasta su cuarto para ducharse.

Tal y como le dijo apenas tardó. Y Nora pudo irse. La detective comió algo que había comprado por el camino y esperó hasta las 11 para darles el último biberón a sus pequeños. Hecho eso se acostó. No podía dormir, siguió pensando en qué respuesta darle al escritor hasta que el cansancio y el sueño la vencieron.

Horas más tarde su móvil sonó, ¿quién sería a las tantas de la madrugada? Al coger su Iphone vio que no era una llamada sino un mensaje. A pesar de estar dormida lo abrió. Tendría que ser urgente para que quién quiera fuese se lo mandase a las 5 de la mañana y no esperar a una hora más decente.

“En New York son las 00.00, es decir, ya es 17 de noviembre. Sé que no te gusta que te feliciten pero FELIZ CUMPLEAÑOS KATE. Me encantaría que este cumpleaños fuese como los anteriores y estar contigo. Recorrer tu cuerpo dándote el mismo número de besos que la edad que cumples, como en el anterior. Prepararte una pequeña fiesta privada y que al llegar a nuestro loft te encontrases con un camino de velas y pétalos de rosas con fotos nuestras por encima con frases escritas. Como en tu último cumpleaños, ¿recuerdas? Y que al final del camino te volviera a estar esperando con 34 rosas, la misma edad que cumplías. Decirte mirándote a los ojos “Te quiero” antes de besarnos. Llevarte en brazos hasta nuestra habitación y, allí, llenarte de amor. Luego, darte ese regalo que te compré y esperar tu reacción. Volver a hacerte el amor entre sonrisas y “te quieros” hasta el amanecer.
Te deseo que este cumpleaños seas muy feliz al lado de nuestros pequeños. Te deseo que en este año nuevo que entra tu vida toda la dicha y felicidad que te mereces. Eres extraordinaria Kate.
Rick”

Nada más enviar el mensaje el escritor pensó que a lo mejor se había pasado. Sólo le había escrito lo que sentía pero no sabía nada de la nueva vida de Kate. Era muy posible que lo hubiese olvidado después de todo. Podría estar en una nueva relación o simplemente se podía molestar por tanto atrevimiento por su parte.

“Te pido perdón por si te he molestado con mi anterior mensaje. No debería haberme atrevido tanto. Rick”

Kate por su parte cuando lo leyó no pudo evitar sonreír y recordar su último cumpleaños. Sin duda fue el mejor cumpleaños de su vida. Se levantó de la cama y subió al desván. Buscó la caja donde tenía guardada las fotos y las cogió. Después se volvió a su cama y comenzó a verlas leyendo las frases. Las fotos estaban enumeradas y todas las frases formaban una felicitación o, mejor, una declaración de amor. Las fotos iban desde que Castle entrase como ayudante en la comisaría hasta la última foto que se habían tomado juntos.

Sus ojos se volvieron cristalinos cuando leyó la última frase, no era una frase en sí. Era tan sólo una palabra, su palabra. “Siempre”. Kate le dio la vuelta para poder contemplar la foto. En ella estaba un feliz Richard Castle abrazándola por detrás. En ese momento las lágrimas que antes amenazaban con salir lo consiguieron. A pesar de todo lo echaba terriblemente de menos.

Decidió que le contestaría cuando volviese de trabajar o antes de ir. En ese momento estaba demasiado emocionada y débil como para hacerlo.

Volvió a quedarse dormida abrazadas a esas fotos que tan buenos momentos le recordaban pero que a la vez la ponían triste por ser tan sólo eso, recuerdos.

Rick por su parte esperaba ansioso su respuesta y al ver que no recibía nada pensó que Beckett se había enfadado o simplemente le era totalmente indiferente. Triste se quedó dormido con el móvil en la mano.

Cuando el despertó sonó a la detective le costó un poco levantarse, se había desvelado con el mensaje de Rick. Sin pensárselo más se levantó quería preparar los biberones antes de que los pequeños se despertasen y ya estarían a punto de hacerlo.

Kate apuró hasta el último minuto con sus hijos ya que estos se habían quedado despiertos después de su toma. Los bebés le regalaban sonrisas a Kate en agradecimiento de todas las palabras tiernas y gestos que ésta les hacía. Hasta que se tuvo que ir si no quería llegar tarde a la comisaría.

A medida que transcurrió el día Beckett fue recibiendo llamadas de sus amigos para felicitarla. A Kate nunca les había gustado las felicitaciones pero al estar separados y echarlos tanto de menos se los agradeció. En el descanso para comer llamó a Lanie. Su amiga le dijo que estaba a punto de llamarla para felicitarla pero que se le había adelantado. Kate aprovechó la llamada para contarle lo último ocurrido con el escritor ya que todavía la doctora no estaba al tanto. Le pidió consejo. Estaba hecha un lío y necesitaba una mano amiga.
La forense fue totalmente sincera. Le dijo que Rick no se merecía ningún buen gesto por su parte. Que si lo estaba pasando tan mal era por su culpa y que ella no debía sentirse culpable. Él se lo había buscado. Referente a los niños le dijo que se lo pensase bien ya que si decidía que Rick entrase en la vida de los pequeños luego no iba a poder volver atrás pero con lo mal que lo estaba pasando seguro que el escritor no iba a desaprovechar esa oportunidad. Le repitió que no se ablandase con él o al menos tan pronto. Al final terminó con un “haz lo que creas conveniente, es tu vida y es tu decisión. Haz lo que veas que te hará más feliz. Yo sólo quiero tu felicidad”

Por fin la jornada terminó y la detective pudo volver a casa con sus hijos. Cuando llegó la enfermera estaba dándole la leche a Maddie y tras preguntarle que si Alex ya había comido y la negativa de Nora comenzó a darle la leche ella. El pequeño no lloraba pero estaba despierto.

La enfermera se ofreció a quedarse mientras ella se duchaba y recoger un poco todo lo que había desordenado para bañar y dar de comer a los mellizos. Kate se lo agradeció y fue a darse una ducha.

Cuando Nora se fue se sentó en el sofá con el móvil en la mano, todavía no le había respondido a Castle.

“Gracias pero como tú mismo has dicho no me gustan las felicitaciones. Y sí ha sido un poco atrevido por tu parte.” Después de releerlo varias veces lo envió recordando algo que le había dicho también su amiga “Mano dura”. Suspiró. Ella con ganas le hubiese puesto que a ella también le gustaría volver a celebrar así su cumpleaños pero no podía ceder tan pronto si es que alguna vez se permitía ceder. Lo de sus hijos era otro tema. Kate tampoco quería que Maddie y Alex crecieran sin una figura paterna y luego estos le reclamasen por ello.

Beckett echó terriblemente en falta en esos momentos a sus padres. Necesitaba sus consejos. Su madre había muerto y su padre hacía poco menos de un año que se había ido a Zambia y para estar allí 18 meses. En el lugar que se encontraba no había nada con lo que poder comunicase con el resto del mundo. Carecía totalmente de cualquier tipo de tecnología. Y su padre quería aprovechar eso para alejarse durante esos meses de todo. Lo necesitaba. Su hija era feliz con el hombre que amaba, nunca la había visto tan feliz, así que no tenía por qué preocupase por ella. Sabía que estaba en buenas manos.

Sus padres siempre habían querido ir de ayuda humanitaria a algún país tercermundista y ayudar en todo lo que pudiesen. Jim decidió que era hora de cumplir ese sueño de él y su mujer aunque ésta desgraciadamente ya no estuviese. Lo tenía que hacer, se lo debía.

Kate pensó en cómo se tomaría su padre todo lo que había pasado. Todo había cambiado y él no sabía nada. Su padre le mandaba una postal a su antiguo departamento cada vez que podía, la cual se encargaba de recoger Lanie y leérsela por teléfono. Era algo que habían acordado. A Kate le asustaba que a su padre le pasase algo y de esta manera ella sabría que él estaba bien. Como nunca ponía remitente no se las podía responder. Jim siempre las mandaba desde un lugar distinto o se la daba a alguien que fuese a la ciudad más cercana del lugar donde en ese momento se encontrara para que se la mandase. Ni siquiera le había podido decir que era abuelo.

Un nuevo mensaje hizo que Beckett se olvidase de sus pensamientos.

“Lo siento, no se volverá a repetir. Espero que estés disfrutando de tu cumpleaños. Rick”

Kate dejó el móvil encima de la mesa y fue a ver si sus hijos estaban despiertos y así volver a repetir lo de esa mañana.

Castle se regañó a él mismo por aquel mensaje y rezaba porque eso no influyese en la decisión de Beckett respecto a sus hijos. Rick contaba ansioso las horas que faltaban para que ese día terminase y llegase el día siguiente. Ese día en el que Kate le daría la respuesta.
El cuarto de los pequeños ya estaba pintado. Durante horas habían estado varios pintores en el lotf y después de que hubiesen estado allí durante todo el día ya estaba listo. Al día siguiente traerían los muebles. El escritor había pagado más de la cuenta para que se lo llevasen lo más rápido posible. La habitación pintada había quedado genial. Suspiró. Ojalá sus hijos pudiesen usarla algún día.

Al fin Kate tomó la decisión. Lo había hecho justo antes de dormir.

Rick en cambio no pudo apenas dormir esa noche. Estaba demasiado nervioso para hacerlo. A medida que iba pasando el tiempo y se acercaba la hora que había elegido para llamarla, a las 10 de la mañana, su corazón se iba acelerando. Llegó a pensar que a ese ritmo no llegaría vivo hasta hablar con ella.

¡Las 10! Rápidamente Castle marcó el número de Kate

-Beckett

-Hola, Kate, soy Castle –su voz transmitía nerviosismo - ¿Qué tal estáis?

-Bien –dijo tajante

-¿Has tomado ya la decisión?

-Sí, pero ahora mismo no puedo hablar tengo una reunión. Llámame dentro de dos horas.

-Vale –dijo resignado. Quería saberla ya pero tampoco quería presionar demasiado. –Hasta luego entonces.

En ese momento llamaron a la puerta. Eran los de la tienda con los muebles. Los guió hasta la habitación y como no tenía nada mejor que hacer se quedó observando cómo iban montando todo y diciéndoles en qué lugar poner cada cosa. Al poco rato estaba todo listo así que llamó a la mujer que iba a limpiarle el loft para que fuese, si podía, a limpiar la habitación. Quería poner todo los juguetes y demás que había comprado.

Kate aprovechó el tiempo que le quedaba antes de que Rick la volviese a llamar para volver a casa. Había salido antes de la reunión.
Justó después de saludar a sus hijos y despedirse de Nora su móvil comenzó a sonar.


Gracias por lo comentarios. Siento haber tardado tanto en actualizar pero tuve exámenes y esta semana vuelvo a tener así que no sé cuándo podré volver a subir un nuevo capítulo.
Espero que os siga gustando =) Y sí, fue un poco cruel que al final fuese tan sólo un sueño....

Me ha gustado mucho! Deseando saber la decisión de Kate. Espero que te vayan bien los exámenes y que puedas continuar pronto .

Mucha suerte con los exámenes! Y no te preocupes, escribe cuando puedas, lo primero es lo primero. Por cierto un capítulo genial!

Genial estoy deseando saber cual es la decisión de Kate.
continua cuando puedas
BESOSS

Ohhh!! Iba llegando el final y yo pensando "seguro que nos deja con las ganas"... ¡y así ha sido! Jejejeje.

Pues nada, a esperar, como Rick

Escribe cuando puedas, ¡me encanta!

Wow, los has dejado en lo mejor. Creo que Kate debería hacer sufrir un poco mas a Rick y decirle que de momento no puede verlos, ya que el se ha portado muy mal con ella.

Continúa pronto y mucha suerte con tus exámenes.

Me da pena Rick !!esta sufriendo mucho!! pero en parte se lo merece, no debió tratar así a Kate con lo que habían pasado para estar juntos.
!!! Suerte con tus examenes !!! y cuando vuelvas ablanda un poquito el corazoncito de Kate anda que no le haga mucho caso a Lanie y lo perdone aunque sea un poquito

Bueno la verdad es que esta historia la encontre en fanfiction y la tengo en los favoritos de mi móvil. Haces que entre siempre una vez al día para ver si has actualizado. Adoro tu forma de escribir, describir y todo. Es fantastico. Pesé a que la historia en un comienzo no la comprendí, ahora que todo tiene una mécanica, me encanta.

Solo espero que los estudios en lo que caben te dejen al menos un respiro y nos puedas continuar, que creo que se acerca la mejor parte.

esta genial el realto me encanta a ver si sigues pronto con el que tengas mucha suerte con los examenes.

-Beckett –respondió

-Hola, Kate

-La respuesta, ¿no? –dijo fríamente después de tomar aire.

-Sí –dijo casi inaudible. Estaba tan nervioso que le costaba hablar.

-Antes que nada decirte que la decisión que he tomado ha sido pensando en mis hijos. No quiero presiones ni reclamos.

-Entendido –susurró

- He decidido que te dejaré verlos pero bajo mis condiciones –Rick no podía estar más feliz ¡iba a poder ver a sus hijos!- ¿Entendido? –preguntó al no tener respuesta.

-Sí, sí entendido. Muchas gracias Kate.

-¿Has escuchado lo de “bajo mis condiciones”?

-Sí, lo he escuchado. ¿Qué condiciones? Después de todo no puedo decir nada. Todo se hará como tú digas.

-En primer lugar el documento no se romperá. Seguirá siendo legal, no me puedo fiar. Te dejaré verlos pero será cuándo yo quiera. Si haces algo, dices o lo que sea que pueda dañarlos no volverás a verlos. Y por último no quiero ver la cara de mis hijos por ningún lugar publicadas.
Rick pensaba que iban a ser más condiciones y más estrictas pero ninguna de las condiciones lo pilló por sorpresa. Había pensado que eso podía ocurrir. –Entendido. No voy a desperdiciar esta oportunidad, Kate. Todo será así como me has dicho y respetaré cada una de las condiciones.

-Espero, si no ya sabes lo que hay.

-Lo sé –el escritor quería preguntarle cuándo podría ver a sus hijos por primera vez pero no se atrevía, como antes le había dicho “sin presiones”.

-¿No me vas a preguntar por cuándo te dejaré verlos? –le preguntó la detective.

-No me atrevía, no quería presionarte –ahora estaba más nervioso que antes. Deseaba que fuese lo más pronto posible pero eso no dependía de él.

- Ya –Beckett se preguntó a sí misma que si no estaba usando un tono demasiado duro y frío, al pobre le daba hasta miedo preguntarle algo que debería estar deseando saber. Recordó las palabras de su amiga “mano dura”. La verdad le estaba costando más de lo que ella pensaba. –Sinceramente no sé muy bien cuándo va a ser, no quiero que sepas donde estoy así que supongo que tendrás que esperar a que vaya a New York de visita.

Castle se decepcionó espera verlo en unos días pero según lo que le acaba de decir Kate podría ser una larga espera. -¿Y tardarás mucho en venir?

-No lo sé, Castle. No puedo dejar el trabajo.

-¿Y no puedes pedir unos días de descanso?

-Castle…

-Lo siento.

Kate se había percatado de los cambios de humor de Castle según su voz. Al principio estaba nervioso, luego, feliz y ahora desilusionado. Beckett se puso en el lugar del escritor. Comprendía su desesperación. Hacía dos meses desde aquel tweets donde él se “enteró” de la existencia de sus hijos y aún no los había visto. –Castle, intentaré ir lo más pronto posible.

-Gracias, gracias Kate –su voz ahora era más alegre.

Aunque quisiera no podía ser lo dura que Rick se merecía que fuese con él. –Bueno, ya te llamaré cuando haya novedades.

-Vale. Kate, ¿puedo pedirte algo más? Ya sé que te estoy pidiendo demasiadas cosas, las cuales no merezco, pero ¿puedo llamarte de vez en cuando para saber qué tal están?

-Está bien pero no seas pesado.

-Gracias por aceptar esto también.

-De nada. Adiós.

Kate suspiró al colgar. A lo mejor se estaba equivocando siendo tan blanda. Al final estaba aceptando todo lo que Rick le proponía y se suponía que al salir de New York él estaría fuera de su vida y la de sus hijos para siempre pasase lo que pasase. Y ahora estaba ahí, sentada en el sofá pensando en cuándo podría volver a aquella ciudad para que Rick conociese a sus hijos. El corazón le había dado la vuelta a la batalla y en ese momento su cabeza estaba perdiendo la lucha.

Por el contrario el escritor estaba feliz. Kate había aceptado y esperaba que pronto pudiese ver y conocer a sus hijos. Ya se había perdido demasiadas cosas. Se había perdido algo tan importante como su nacimiento y no quería perderse nada más. Aunque sabía que sólo los podría ver de vez en cuando. Eso sí, no se podía quejar. Era más de lo que hubiese podido imaginar.

Rick se dirigió hasta la habitación que estaba preparando para sus hijos y, así, colocar todo los juguetes y las otras cosas que había comprado. Luego iría hasta la casa de Daren para llevarle al pequeño Rick el oso de peluche que le había comprado. Había oído que Gina lo había abandonado y le dio mucha pena el pobre bebé. Pero también pensó que a lo mejor eso sería algo bueno para él. Gina era demasiado mala persona para ser buena madre. Lo único malo es que crecería sin ella y él sabía lo que era crecer sin un padre. Deseó que Daren encontrase alguna buena mujer que lo ayudase con el bebé y que así éste tuviese una madre aunque no fuese su madre biológica. Rick no merecía la madre que le había tocado.

Cuando llegó a la casa de Daren lo vio al feliz papá con el bebé en los brazos dándole el biberón. Se imaginó a él así con sus hijos y le pidió a Daren que lo dejase a él terminar de darle la leche. Éste aceptó con gusto.

-Veo que te apañas muy bien tú solo con el pequeño Rick –dijo Castle esbozando una sonrisa.

-Sí, bueno, mi madre viene a echarme una mano de vez en cuando y decirme qué hacer en cada momento. No sé mucho de bebés, bueno sabía, ahora me ha tocado aprender y sé muchas cosas –contestó feliz.

-Pues lo estás haciendo realmente bien. Este enano cada vez más pesa más y está más guapo.

Los dos hombres pasaron parte de la tarde hablando sobre Ricky y sobre los bebés en general. Rick se había informado durante el embarazo de Gina pensando en el pequeño Rick pero la teoría no era lo mismo que la práctica a la hora de la verdad. Castle quería ser el mejor papá para sus mellizos. También estuvieron hablando de Gina. Daren le dijo que no la necesitaban para nada que él con la ayuda de su madre se estaba manejando bien. Y Ricky iba a ser querido doblemente por él y sus abuelos para que no notase la falta de cariño aunque, claro, no era lo mismo.

Después de charlar y jugar con el bebé. Rick se fue, se estaba haciendo tarde y quería pasarse por la casa de su madre. A esa hora ya debería haber salido de la escuela de teatro. Quería contarle que Kate había accedido.

Martha se puso loca de contenta cuando su hijo le contó la conversación con la detective. Ella también tenía muchas ganas de conocer a sus nietos y tenerlos en sus brazos. Después de un rato Castle se despidió de su madre para irse a su casa. Era tarde y al no estar demasiado lejos de su casa quería ir andando.

Rick andaba camino de vuelta a casa cuando alguien lo atacó por detrás. Fue tal el golpe que recibió en la cabeza que el escritor cayó al suelo instantáneamente. Había perdido el conocimiento.

Kate por su parte quería salir a dar una vuelta con sus hijos ya que había salido mucho antes de la comisaría pero llovía. Odiaba el tiempo de Irlanda. Ahora que Rick iba a entrar en la vida de sus hijos tal vez podría volver a New York. Ya no se tenía que esconder de nada. Estaría cerca otra vez de sus amigos. Lo tendría que pensar.

Kate al final optó por seguir arreglando los álbumes de fotos que estaba preparando desde que se enteró de que estaba embrazada. Eran tres. Uno de Maddie con todas las fotos de la bebé desde el embarazo hasta las últimas tomadas. Otro de Alex con sus fotos y otro de ella con fotos de los tres. Quería que cada uno tuviese su propio álbumes de foto así cada uno lo tendría de recuerdo de mayor. En los álbumes no solo había fotos sino que también estaban las huellas de los bebés con alguna que otra anécdota durante el embarazo o durante casi los 4 meses de vida de estos. También palabras de amor de ella hacia sus hijos. Algunas nanas. Quería que cuando viesen los álbumes de mayores les recordara todos y cada uno de los momentos. Quería que esos álbumes fuesen algo mágico para ellos, que fuesen como un libro contando su historia.

Cuando Castle despertó se encontraba mareado por el fuerte golpe que había recibido. Estaba sólo y atado a una cama. Intentó reconocer el lugar pero no lo consiguió. Al estar amordazado no podía gritar.

Estuve como una hora solo en aquella habitación, un dormitorio. Un dormitorio que él estaba seguro que no había visto nunca.
Escuchó unos pasos detrás de la puerta y después el ruido de ésta al abrirse. No pudo creer lo que vio. Acompañadas de tres hombres, o mejor tres gorilas, estaba Gina.

-Hola Rick, ya veo que estás despierto – Gina se dirigió a uno de aquellos hombres- Quítale la mordaza – se volvió hacia Rick de nuevo. –Si gritas no sólo te la volveré a poner si no que te irá muy mal, ¿entendido?

Castle no dijo nada.

-Te preguntaras qué haces aquí y de esta manera, pues bien, yo no iba a perder, no después del trabajo que me costó sacar a la dichosa detective de tu vida. Si no eres mío por tu propia voluntad lo serás sin ella. ¿Creías que te ibas a librar de mí tan fácilmente? ERROR.- Gina sacó su pistola de su bolsillo y le pidió a los hombres que la acompañaban que se marchasen. –Si haces o intentas algo te disparo sin contemplaciones.

-¿Qué quieres de mí, Gina?

-Ya te lo he dicho. Si no quieres estar conmigo por las buenas estarás por las malas. Estarás atado y encerrado aquí hasta que aceptes.

-¿Y si no acepto?

-Malo. Si no aceptas una de dos: no te podrás volver a mover ni salir de aquí el resto de tu vida o cuando me canse, te mato –dijo moviendo los hombros como si no lo hubiese amenazado y hubiese dicho lo más lógico del mundo.

-No voy a aceptar.

-Lo harás. Tu instinto de supervivencia aceptará.

-¿Por qué haces esto? ¿Por qué yo?

-Te lo he dicho ya también. ¿No me escuchas? –preguntó con furia. –No me gusta perder. Me costó mucho trabajo separarte de ¿cómo era? ¿Beckett? Ah, sí, Kate Beckett. Ella no era digna de ti. En cambio, yo sí.

-¿Tú sí? No me hagas reír. No le llegas a Beckett ni a la suelas de los zapatos.

Gina le propinó una fuerte bofetada a Rick. –Si vuelves a decir eso te mato.

Castle no se dejó intimidar.

La mujer se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta. –Aunque pensándolo bien tampoco fue tan difícil entrar en tu vida y quitar a la otra –rio. –Ya lo sabes, Rick, la decisión está en ti. Para ayudarte cada día recibirás unos cuantos golpes, cuestión de supervivencia. No tardes mucho, los golpes aumentarán por día –en su voz podía verse reflejado que estaba disfrutando del momento.

-Estás perdiendo el tiempo. No voy a aceptar.

-No adelantes acontecimientos Rick –rio.

Tras unos minutos volvieron a aparecer aquellos hombres que antes habían salido dejándolos solos. Entre los tres hombres levantaron al escritor de la cama atándole las manos y lo golpearon tal y como Gina les había ordenado. Luego, lo dejaron allí, tirado, en el suelo en mitad de aquel extraño dormitorio.


Gracias por lo comentarios. Al final he podido escribir antes de lo que me pensaba aunque es más corto que los demás

Skyscraper escribió:

Bueno la verdad es que esta historia la encontre en fanfiction y la tengo en los favoritos de mi móvil. Haces que entre siempre una vez al día para ver si has actualizado. Adoro tu forma de escribir, describir y todo. Es fantastico. Pesé a que la historia en un comienzo no la comprendí, ahora que todo tiene una mécanica, me encanta.

Solo espero que los estudios en lo que caben te dejen al menos un respiro y nos puedas continuar, que creo que se acerca la mejor parte.

Sí, al principio era un poco lío pero supongo que ya se va entendido más, ¿no? o eso espero xD Sí, parece que al final hasta el 30 no vuelvo a tener examen (yn)

Yaye escribió:Wow, los has dejado en lo mejor. Creo que Kate debería hacer sufrir un poco mas a Rick y decirle que de momento no puede verlos, ya que el se ha portado muy mal con ella.

Continúa pronto y mucha suerte con tus exámenes.

Gracias A pesar de que Kate al final va intentar que los vea lo más pronto parece que no va a poder ser... jejeje

yo pensaba que se iban a reencontrar en breve, ya estaba ilusionado por ver a sus niños y tú, si tú malaaaaaaaaaa, malignaaaaaaaaaa,
le apaleas
arregla esto por dios
Ah otra cosa, escribes de vicio

choleck escribió: yo pensaba que se iban a reencontrar en breve, ya estaba ilusionado por ver a sus niños y tú, si tú malaaaaaaaaaa, malignaaaaaaaaaa,
le apaleas
arregla esto por dios
Ah otra cosa, escribes de vicio

jajaja lo siento pero es Gina no quería perder sin luchar xD

Qué bien he podido leer dos capítulos del tirón, lo malo es que me has dado un bajonazo de lo más rastrero, ........ pero como se te ocurren esas fechorías.
Está visto que quieres acabar con tus leyentes, eso de ponernos la zanahoria como a los borricos y después darnos el palo en toda la boca, NO ESTÁ BIEN........ ESO NO SE HACE, ......... eres ........ une enfant terrible, .......... pero hay que reconocer que lo haces con gracia, eres una jodía, primero miel y luego hiel, jajajajajaja ........... me encantan tus capítulos.
Espero que como no tienes exámenes te apliques el cuento y nos pongas el siguiente prontito, no nos tengas así.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS

Pero que mala eres. Después de la buena noticia de que por fin, sin saber cuándo, podrá ver a sus hijos, vas y nos lo secuestras. Espero que no se de por vencido y que lo encuentren antes de que le hagan mucho daño.

Continúa pronto.

te sigo desde hace un tiempo y e empezado a leer el fic hace poco y solo dire que me encanta, esa gina es una bruja espero que el pobre ryck salga bien parado

Ahhhh! Odio a Gina.... que le caiga un meteorito en la cabeza y deje de molestar! Ahora que Kate y Castle se iban a ver y Castle iba a ver a sus hijos aparece la rubia teñida a molestar

Creo que me lo estoy tomando demasiado enserio... pero es que me encanta este fic

Sigue prontito que tengo muchas ganas de ver como sigue! Y no hagas sufrir mucho a Rick...

pero como lo dejas ahi!!! ahora me dejas mas intrigada que la promo del lunes!!!

No se por que pero cada vez me entran mas ganas de matar a la dichosa Gina, como odio a esa mujer, ojala que la mates pronto porque a de morir.
Me encanta, continua pronto.

what happed? ME KIERES MATAR DEL DISGUSTOOOO

Por Dios ahora que Kate se estaba ablandado un poquito, por lo menos con respecto a los bebes, tiene que entrar en escena la imbécil de Gina a estropearlo todo, espero que le des su merecido.
Sigue pronto o me quedo sin uñas