Confesiones

¿Hace falta que diga lo que os quiero? Espero que no, pero si alguien lo quiere ver por escrito que me lo pida, jeje. Bueno, de verdad, esto va dedicado a todos los que leais esto, a los que confiáis en mí y a los que me soportáis. Solo una aclaración: Jessi (okusak), te echo de menos haber si hablamos otra vez que ya casi no nos mandamos mensajes, ni por skype ni por aquí. Espero que os guste de todo corazón. Esto es más una introducción, por eso es tan corto y quizá algo más incoherente y serio. Va un poco por separado de la serie, como paralelo, pero bueno.
Besitos y aquí estoy para lo que queráis.
María Caskett

Ya lo sé. Soy demasiado infantil, abierto y despistado. Cuando he hecho alguna trastada se me nota en la mirada y el rojo encendido de las mejillas me delata, desde niño. Le doy motivos a todo el mundo para frustrarse, es cierto. No sé muy bien como la gente con la que convivo día sí y al otro también me soporta y son inmunes a los ataques al corazón que les tendría que haber dado por mi culpa y mi nerviosismo. Pero es así. Supongo que porque me quieren y saben cómo soy en realidad.
La gente no me conoce, para nada. Los periódicos y las revistas sacan fotos mías cada vez que cometo un “delito” o me lío con una modelo a la que deberían revisarle el DNI para saber cuántos años tiene. Hay millones de reportajes míos en los que salen “escenitas” de mis ex poniéndome verde en medio de restaurantes italianos o al lado de mi Ferrari en alguna avenida conocida, pero lo que casi nadie sabe es que me repatea que los publiquen no por lo que piensen de mí, ya que yo y la gente que me conoce lo sabemos y tenemos una idea clara de mi persona con sus defectos y cualidades, cada uno la suya, pero la tenemos. No, claro que eso no es lo que me fastidia, sino que esas mujeres quedan grabadas en cualquier registro de una imprenta como “otra de las conquistas de Richard Castle”.
Tampoco saben que yo no soy un mujeriego como declara la palabra. He salido con bastantes mujeres, lo reconozco. Otra cosa que nadie sabe es que nunca, o casi nunca, me llego a acostar con ellas. Tampoco saben que nunca beso con los ojos cerrados ni con lengua, ni que no suelen durar mucho esos besos. Parece tonto e increíble, nadie me tomaría en serio, pero así es. Dejo que las mujeres se acerquen a mí, que me miren pestañeando excesivamente. Me fijo en ellas, me toman fotos que veré a la mañana siguiente entrando en mi deportivo rojo al que tanto adoro, aunque mi cuenta bancaria no tanto. Pero antes de entrar en mi casa, me siento fatal. Una cosa es dejar que niñas pijas y consentidas se escapen de una fiesta con sus dieciocho años recién cumplidos ilusionadas por llevarse a la cama a un escritor famoso, pero otra muy distinta es llegar a hacerlo. La mitad de esas mujeres podrían ser mis hijas. La mitad de estas me mienten acerca de su edad y ni pueden votar, la otra mitad jamás han estado con un hombre en ese sentido. Lo mío no es sexo por que sí. Nadie me creería, lo sé. Soy demasiado clásico, menuda ironía. A diferencia de otros famosos, no me parece bien “mantener relaciones” casa noche con una cría diferente porque mi cuerpo lo pide y punto, me parece que ese acto en concreto se debería reservar como en otras épocas para la persona a la que amas, pues es eso, un acto de amor. O debería serlo. Otra razón es que, aunque no me arrepiento de haber tenido a mi niña, Alexis, en absoluto, jamás desearía volver a dejar embarazada a ninguna de estas chicas y menos aún tan jóvenes, frívolas y con la cabeza tan hueca como mi ex-mujer.
Claro que con la otra mitad de mujeres en ciertos casos me acuesto con ellas, pero a la mañana siguiente les pido perdón mil veces bajo su irritada mirada y me porto como un perfecto caballero. Algunas veces ni siquiera puedo decirles nada, y luego me toca lidiar con la vergonzosa escena más que dramatizada, pero se lo consiento. Me lo merezco. Ellas, y no quiero ser machista pero yo solo estoy hablando de mis, digamos, “parejas”, solo quieren líos de una noche, o una hora, según. Yo buscaba a mi media naranja. Quizá la estaban haciendo zumo y por eso no aparecía.
Prácticamente nadie sabe que cuando me enamoro soy la persona más idiota, patosa, surrealista e inmadura que alguien haya podido ver. Pocas personas, porque no lo voy diciendo por ahí como tantas otras cosas y porque no suelo hacerlo. Pocas veces me he enamorado, otra cosa que casi nadie sabe.
Otra más, para realzar mi característica de, como dice mi hija en plan de broma aunque con mucha razón, “ser un plasta”, es que soy un niño pequeño, pero solo por fuera. Es como una máscara y al mismo tiempo un antifaz. Una máscara, porque así nadie puede ver mi verdadero aspecto, a veces demasiado melancólico, realista y atormentado por el pasado. No quiero que la gente este así. Que brille el sol. Antifaz, bueno, porque haciendo mi papel de tonto ignoro la cruel realidad, llena de asesinatos, masacres, delitos, torturas, secuestros y atentados terroristas. Que se le va hacer, esa es mi forma de sobrellevar mejor cada vez que entro en la escena de un crimen, por muchas malas miradas que me gane.
En resumen, la gente prácticamente ni me conoce.
Una cosa más, y esto se cierne sobre una sola persona, es que cada vez que mi queridísima compañera me llama y me dice dónde nos veremos para empezar con el caso, me pongo más nervioso que de costumbre. Antes me tropezaba al vestirme por lo rápido que lo hacía, por eso últimamente madrugo y me visto nada más levantarme. Cuando estoy cerca del lugar me sudan las manos y mi corazón va más rápido lo que debería. Siempre tengo localizadas las cafeterías más cercanas para pararme antes. Cualquiera pensaría “¿Por qué no compras el café en la cafetería de al lado de tu casa?”. Muy simple: porque así cuando se lo entrego entre sus finas y suaves manos el vaso sigue humeante, pero sin quemar.
Al ver sus ojos esmeraldas me sale una sonrisa involuntaria, este hablado de lo que sea. Me encanta cuando se muerde el labio inferior. Ni siquiera se da cuenta. Cuando esas piedras preciosas que tiene por ojos se iluminan por las lágrimas por el contrario me siento morir. Puedo jurarlo: Katherine Beckett se a convertido en el pilar de mi vida, la razón de mi existencia.
Y así soy, aunque haya gente que me crea como un multimillonario egoísta y superficial. A veces creo que ella si me comprende y que cuestiona de verdad mis bromas, aunque se ríe. A ella también le cuesta todo esto, poner buena cara a los policías mientras se intenta ignorar por un par de segundos el cadáver para después olvidarte del resto del mundo mientras vives para la comisaría.
Quién sabe, quizá algún día podamos hablar de esto. Y para ello se lo que tengo que hacer, pero no sé si tendré la suficiente valentía como para confesarle lo que me hace sentir y abrirme a una persona que no pertenece a mi familia para compartir con ella mi forma de ver el mundo, mi auténtica personalidad complementada con lo infantil que soy y mi pasado, aquel que tanto me ha marcado y del que tantas penas aún recuerdo. Quién sabe, quizá al ver otra vez su sonrisa me entre un coraje impropio en mí para estas cosas.


Os quiero y espero que os guste.

me encanta, sigueeeee

SIGUEEEE

Muy buena introducción, estoy deseando leer lo siguiente.

Si ya empezamos así, habrá que ver cómo sigue, jajajajaja
Empezaste con fuerza, ahora tienes que continuar igual, aunque no creo que te cueste mucho, tienes soltura escribiendo, por lo tanto solo te voy a pedir que sigas pronto que ya estoy impaciente por seguir leyendo. jajajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Muy bonito! Me ha gustado mucho! ¿Tiene continuacion?

gracias ) menos mal que os a gustado xD no os preocupeis claro que tiene continuacion (esto solo es el principio) y si, continuare pronto no cuelgo esta noche porque desde el movil es mas... doloroso para los dedos digamos xD jajjaja es cierto es mas complicado pero no os preocupeis mañana mas )
besitos a todos!
Una cosa mas: PISTA!! que creis que pasara cuando alguien reciba la llamada de alguien para investigar algo?? (sutil, verdad xD)

Maríaaaaaaaaaaaaaaa.
Mi peque... Te echo de menos
Acabo de leer el fic y... ya estás subiendo más (cuando puedas). Me ha gustado mucho ese principio escarbando en los sentimientos de Castle, me ha enganchado y quiero saber que pasa ahora, así que si puedes, ya sabes, continúaaaaaa!
Un saludo!
PD/ Siento haber contestado tan tarde, pero no tenía internet hasta hace unos días.

Boesta genial ...y en cuanto puedas ... sigue!!!! .Siento mucho no haberte respondido antes ...aunque lo lei en vuanto lo subiste(esq soy nueva y no sabia como meterme ...)