SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
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Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Me acaban de secuestrar y no llegaré hasta la noche a casa. Así aunque me los mandéis no puedo subirlos YA.
Falta algún trabajo por entregar. Así que: Chicos/as, tranquilos pero acabadlos "con buena letra" como decía mi abuela.
Me gustaría hacer la entrega de regalos hoy mismo, aunque sea esta noche, pero si no puedo se efectuará mañana. Como dije en el mensaje inicial, la entrega es a lo laaarrrgo de TODO el día 3 de Enero.
Falta algún trabajo por entregar. Así que: Chicos/as, tranquilos pero acabadlos "con buena letra" como decía mi abuela.
Me gustaría hacer la entrega de regalos hoy mismo, aunque sea esta noche, pero si no puedo se efectuará mañana. Como dije en el mensaje inicial, la entrega es a lo laaarrrgo de TODO el día 3 de Enero.
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REGALOS SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
ENTREGA DE REGALOS
Parte 1
Ante todo, agradecer a todas las personas participantes de éste Secret Santa-Reyes Magos por el esfuerzo que han realizado pues no hubo mucho tiempo de inscripción y para hacer el regalo tampoco había demasiado tiempo ya que aunque estamos en fiestas siempre hay algún examen que estudiar y compromisos familiares que atender.
Los que tenéis un enlace de descarga con Google Drive, sólo tenéis que buscar arriba a la izquierda la opción de descargar archivo. También sirve Ctrl.+S
Aquí tenéis vuestros regalos, tan sólo tenéis que buscar vuestros nombres y abrir la caja de spoiler. El orden de los nombres es aleatorio, así que vais buscando en las etiquetas, como cuando miras los regalos, y desplegas el spoiler.
- Para -CM-:
- CASUALIDADES
Estábamos mi padre y yo esperándola para cenar. Nuestra típica cena para finalizar la Navidad, la verdad que esta época me encantaba, al igual que a mi madre. Y mi padre se contagiaba de ese espíritu navideño que ambas teníamos.
Hace veinte minutos que mi madre llamo para decirnos que ya estaba en camino así que cuando el camarero vino le pedimos su comida. Mi madre siempre pedía lo mismo. Después de otros veinte minutos vino el camarero con nuestra comida, pero mama aún no había llegado, as que la volvimos a llamar pero no lo cogió. Mi padre empezó a preocuparse y yo, como estaba un poco enfadada con ella lo le di importancia y empecé a comer, al igual que mi padre. Después de más de una hora en aquel restaurante, esperándola, decidimos volver a casa. Estábamos los dos preocupados, por mucho tráfico que hubiese ya habrá llegado y además no contestaba al móvil, algo muy raro en ella.
Nosotros vivíamos en un espacioso apartamento, la verdad es que mis padres tenían dinero, eran, ambos, dos de los mejores abogados de toda la ciudad. Una vez llegamos al portal vimos a tres policías de uniformes esperando, note un escalofrío recorrer toda mi columna, algo había pasado. Saludamos a los policías y subimos hasta nuestro piso, allí en la puerta, hombre vestido de forma informal, con la placa de policía colgando del cuello, la golpeaba. Nos acercamos a él, estaba claro que algo había pasado.
-Buenas noches, ¿qué ha pasado?- Pregunto mi padre.
-Buenas noches, policía de Nueva York, ¿sois la familia Beckett?- Mi padre asintió- Soy el detective John Raglan, y vengo a informaros del homicidio de Johanna Beckett, lo siento mucho.-
A partir de ese momento dejé de escuchar. Deje de respirar. No lo podía creer. Eso no podía estar ocurriendo. Mi madre. Muerta. Mi cerebro no podría procesarlo.
Salí corriendo, no podía estarme quieta, empecé a correr sin ningún rumbo, sin ningún pensamiento, solo con la intención de olvidarlo todo.
Sin darme cuenta llegue hasta el Rokerfeller Center, hasta las pistas de patinaje. Hasta el momento no había derramado ni una sola lágrima, pero una vez allí empezaron a salir sin orden ni concierto. Esa pista era otra de las tradiciones Beckett. Cada año, al comienzo de la navidad íbamos mi padre, mi madre y yo. Al parecer, ya no volvería a suceder esa tradición familiar.
Me senté sobre la nieve, pegando mi espalda a uno de los árboles que había por allí y deje que todas las lágrimas fluyesen por mi rostro.
Después de más de media hora, donde ya no sentía ningún musculo, al estar totalmente entumecida por el frio, sentí a alguien sentándose al lado mío. No tenía ganas de hablar con nadie, solo quería estar sola. Yo y mi dolor. Yo y mi reciente pérdida.
No hablé, no me moví. Si lo ignoraba, quizás se fuera. Pero no era así. La verdad es que el olor que desprendía era verdaderamente embriagador, en otra ocasión estaría totalmente dispuesta a saber quién era y a entablar una conversación, pero ahora no tenía ganas de nada. Otra rato después, sentí que me echaba algo bastante calentito por encima, despegue un poco la cabeza de mis rodillas para ver qué era y me di cuenta que era un abrigo de lana que estaba bastante calentito. Gire un poco la cabeza y vi a la persona que se había sentado al lado mía era la misma persona que me había echado el abrigo y también la misma que desprendía esa dulce fragancia. Él también me miró y me quede totalmente suspendida en sus ojos, eran azules como el cielo. Después de unos segundo volví a esconder mi cabeza entre las rodillas. Sentí movimiento a mi lado y después sentí que unos fuertes brazos me rodeaban los hombros. Y lo dejé. No sabía que me pasaba, pero no podría alejar a esa persona de mi lado. Me era imposible y todavía no sabía absolutamente nada de él.
-¿Por qué lloras?- Susurró en mi oído con una voz grave. Me estremecí. No sabría decir si era porque no me lo esperaba o por la sensación de tenerlo tan pegado. Pero no contesté. No le iba a decir a un desconocido que acaban de decirme que han asesinado a mi madre.- Ven, por qué no vamos a una cafetería que hay aquí cerca y nos tomamos un chocolate calentito. Es muy tarde y hace mucho frio y tu estas totalmente helado. Además esa cafetería está abierta las 24h. del día y hacen un chocolate riquísimo- Me volvió a decir susurrándome y pude notar que sonría un poco. Pero segí sin contestar ni moverme.-Puedo llegar a ser muy pesado si me lo propongo…
-No tengo ganas de nada. Vete. –Le respondí un poco cansada y con la voz rota de haber estado tanto tiempo llorando.
-Vale, me voy.
Noté que quitaba el brazo de alrededor de mis hombros y se levantó. Inmediatamente comencé a tener más frio y empecé a temblar. Cinco minutos después me di cuenta que aún tenía su abrigo echado en mis piernas, así que levanté la cabeza para averiguar si aún está por aquí para devolvérselo. Pero cuando lo hice, veo al mismo tipo que estaba a mi lado caminando de nuevo hacia donde yo me encontraba, con una espectacular sonrisa y en una mano llevaba una bolsa.
-Si la desconocida no va al chocolate, el chocolate va a la desconocida.-Me dijo una vez que se volvió a sentar a mi lado y yo sonreí un poco.- Soy Richard Castle. – Se presentó, tendiéndome una vaso con chocolate.
-Soy Katherine Beckett.- También me presenté cogiendo el vaso y ofreciéndole otra sonrisa.
No dijimos nada más. Nos tomamos el chocolate en silencio. Es verdad que el chocolate estaba riquísimo y además, había dejado de temblar, aunque no sé si fue por el chocolate o por tener al chico de nuevo rodeando mis hombros.
-Gracias por el chocolate, tenías razón, estaba buenísimo.- Le dije una vez que terminé.
-De nada.- Me respondió sonriente. Creo que ya os lo he dicho, pero tenía una sonrisa espectacular, totalmente blanca sin ninguna imperfección. Nada de él era imperfecto. Su pelo es sedoso y castaño, tenía una barbita que le hacía mucho más sexy, tenía la mandíbula cuadrada, una espalda ancha y una altura considerable. Estaba muy bien. –Esta es mi época del año favorita. La Navidad. Aunque en realidad ya ha terminado, pero para mí es la mejor, ¿a ti te gusta?-Me preguntó. Pero recordar la Navidad y lo que a mi madre le gustaba… hace que las lágrimas volviesen a aparecer y volví a esconder mi cabeza entre mis rodillas flexionadas.-¿Por qué lloras?- Me preguntó preocupado, el pobre no sabía que había metido la pata. Me abrazó más fuerte.
-Creo que a partir de ahora la Navidad va a ser la peor época del año.-Respondí entrecortadamente.
-¿Por qué?-Volvía a sollozar con fuerzas.-Hey, ya está, lo siento.-Me dijo acariciándome el pelo.- Te voy a decir por qué es mi época del año favorita.-Me susurró.- Cuando era pequeño solo estábamos mi madre y yo. No tenía padre, siempre era el raro de la clase, y más porque siempre me estaba cambiando de colegio. Pero cuando llegaba la Navidad no había nada que me hiciera perder la sonrisa. Esa es una época mágica, los niños se ilusionan con Papa Noel, la nieve, con la familia. En realidad yo solo tenía mi madre, pero ella hacia lo posible para hacerme el niño más feliz del mundo. Y lo conseguía. Ella es actriz, así que interpretaba el Cascanueces, yo me sentaba en el sofá, con Charly mi osito de peluche- paró, claramente recordando esos momentos. Yo levanté la cabeza de mi escondite y le miré, él también me miró y siguió hablando, casi en un susurro, como antes.-Tan solo necesitaba decorar la casa y la obra del Cascanueces, junto a mi única familia para ser feliz. Y aun es así. Es un época donde se puede ser feliz muy fácilmente, por eso me encanta.- Terminó sonriéndome, aun nos mirábamos a los ojos. Yo también sonreí y él delicadamente me quito el rastro de lágrimas.
-Es muy bonito lo que has dicho.- Le sonreí, Richard me hacía sentir reconfortada.- Para mí también era la mejor época del año. Es más, hasta hace un par de horas lo era.- Nuevas lagrimas fluían.
-¿Por qué has cambiado de idea?- Seguíamos con la mirada fija en la del otro. Era incapaz de apartarla de él, y al parecer Richard tenía el mismo problema.
-Hace un par de horas- suspiré- que me han dicho que han asesinado a mi madre.-Y rompo a llorar desconsoladamente. Es la primera vez que lo digo en voz alta y eso lo hace más real todavía.
-Dios, lo siento mucho.- Me estrechó entre sus brazos y esta vez enterré la cabeza en su pecho. No podía creer que le estuviese contando mi vida a un extraño, pero la vedad es que sentí que a él le podía contar lo que fuese. Era una sensación muy extraña.
Estuvimos un rato más abrazados hasta que me tranquilicé. Pero seguimos en la misma posición, él estaba haciendo círculos suaves sobre mi espalda, la verdad es que se sentía muy bien así. Un par de minutos más tarde, suavemente me apartó de su cuerpo y me agarró la cara con sus manos, quitando con sus pulgares, de nuevo, las lágrimas.
-Ya sé que nos acabamos de conocer, pero para lo que quieras estoy aquí. Dame tu móvil. –Le miré frunciendo el ceño.- Es para darte mi numero.- Sonrió. Saque mi móvil como puede de mi bolsillo, ya que tenía los dedos entumecimos por el frio, y se lo di. Estuvo tecleando su número y después me lo volvió a dar.-Ya está.
Después de un rato se levantó y me dio la mano, para que también lo hiciera. Yo dudé un poco, pero al final lo hice. Me levanté y me volvió a echar su abrigo por los hombros.
-Ven, vamos a patinar.- Me dijo con una cara de niño ilusionado que hizo que lanzase una gran carcajada.
-Es muy tarde Richard, son más de las dos de la mañana, estará cerrada la pista.
-Lo sé, pero mi amigo la abrirá para nosotros. –Yo le miré sorprendida. Me agarro de la mano y tiró suavemente de mí.
Una vez dentro de la pista nos pusimos a patinar. La verdad que era bastante bueno, yo, no tanto, para no decir pésima. Siempre que venía con papá y mamá me tiraba más tiempo sentada en el hielo que patinando.
Richard, al verme de nuevo tirada por el hielo, se acercó a mí y me ayudó a levantarme, poco a poco y con su ayuda lograba mantenerme más tiempo de pie. Cuando estuve más habituada me confié y me solté, pero me volví a resbalar, Richard intentó que no cayese, pero al final caímos los dos, aunque él logró darnos la vuelta, cayendo él de espalda y yo encima. Soltó un gran gemido de dolor, ya que mis rodillas impactó contra sus costillas, pero nos quedamos en esa posición, yo encima suya, mirándonos a los ojos y de vez en cuando a los labios. Comencé a bajar un poco la cabeza, con la mirada fija, en ese momento, en sus labios, y él me imitó subiendo un poco la cabeza, pero volvió gemir de dolor. Me separé sonrojada por lo que iba a hacer, pero también preocupada. Me senté junto a él y lo ayude a sentarse. Él tenía su mano sobre las costillas y tenía una cara un poco de dolor, así que sin pensármelo le levante el jersey y la camiseta que tenía debajo para mirarle la zona dolorida.
La zona la tenía roja, pero poco a poco iba tomando un color morado. Le acaricié un poco la zona roja e hizo un gesto de dolor, pero no protestó. Deslicé un poco la mirada de la zona dolorida al resto del torso, la verdad es que estaba bien marcado y sin darme cuenta también acaricié la zona abdominal. Levanté un poco la mirada y vi cómo me miraba intensamente, su mano me acarició la mejilla y la puso entre mi nuca y mi mejilla. Poco a poco nos fuimos acercando, nuestros labios se estaban rozando, pero…
-¡Richard lo siento tío, pero os tenéis que ir, no me fio a que alguien se chive!- Gritó el amigo de Richard, entrando en la pista, pero había visto que había interrumpió.- Ups, lo siento.- Dijo con una sonrisa. Richard lo miró con una mirada asesina y yo le miré bastante avergonzada.
-Vale, ya salimos.-Refunfuñó.
Nos pusimos de pie y lo ayude a quitarse los patines ya que no se podía inclinar debido al golpe en las costillas. Y después salimos del recinto, de nuevo, con las manos entrelazadas. Durante el tiempo que habíamos estado patinando se me había olvidado mi gran dolor, pero ahora, en la calle, volvieron los recuerdos y con ellos las lágrimas. Richard se dio cuenta, pero no dijo nada, supongo que él sabía que en ese momento no había nada que me pudiese consolar, simplemente con uno de sus brazos me rodeó por los hombros y caminamos así.
Andamos y andamos, sin importarnos las horas, el frio o el dolor. Cuando ya estaba amaneciendo nos tumbamos en una ladera, junto al lago de Central Park, y allí, tumbados, uno al lado del otro, vimos el amanecer. Ese era el primer día sin mamá, el primero de muchos. Pero también pude conocer a Richard, con él me sentía bien, reconfortada. Me giré un poco hacia él, él se giró hacia mí y nos acercamos. Esta vez nada nos interrumpe, y nos besamos Fue una caricia lenta, suave, tierna. Poco a poco se fue intensificando. Él posó su mano en mi mejilla y me dio un suave y juguetón tirón en mi labio inferior, haciendo que abriera mi boca y así poder entrelazar nuestras lenguas. Nos besamos durante un par de minutos, solo parando para coger aire, hasta que al final nos separamos, pero no del todo, ya que mantuvimos nuestras frentes juntas. Y así, pegados terminamos de ver el amanecer, dejando un destello en el lago, como si fuese un guiño. Y de nuevo nos empezamos a besar, y así empezamos un nuevo día. Juntos.
Hoy, quince años después, nos encontramos en el mismo lugar, de la misma forma, con la diferencia de la pequeña Lucy, de dos años, abrazada a Richard y también con el pequeño Alex, aun en mi barriga de siete meses. Ese día perdí a mi madre, a la persona más valiosa e importante, junto a mi padre, de mi vida, pero gracias a ello pude conocer a Richard Castle, la persona que nos ayudó a salir de aquel agujero que nos encontrábamos mi padre y yo. Ahora, él, junto al resto de mi familia son las personas más valiosas e importantes de mi vida. Perdí a mi madre, pero gracias a ello encontré a Richard, y con él, a Martha, Alexis, Espósito, Ryan, Lanie… que son mi familia.
De nuevo las Navidades han vuelto a ser lo que eran para mí, han vuelto a ser mi época favorita del año, ahora tengo con quien compartirla y eso es lo mejor que uno puede esperar en la vida, poder celebrar unas fiestas tan familiares junto a las personas a las que quieres. Teniendo eso, no hace falta nada más.
El Sol por fin se alza, dejando, de nuevo, ese destello en el lago. Y sonrío. Pese a todo lo vivido, soy total y completamente feliz.FINAL
Adivinanza de tu Secret:“La pista está en la historia ”
- Para Kate&Rick:
- Para nato_kine:
Enlace de descarga. Pinchas sobre él y cuando salga la página de Google Drive tienes que buscar descargar o Ctrl.+S. Si lo miras on-line algunas cosas se ven en peor calidad que tu Secret ha enviado.
REGALO:
https://drive.google.com/file/d/0B8ziMkPRUDBHcHJodzVRQWVxcko0OFFybVNCeXN0MjlvNEhr/edit?usp=sharing
Adivinanza de tu Secret:"Estoy viviendo muy al sur. Saludos"
- Para Apocalipsis.:
La imagen para descargar:
https://drive.google.com/file/d/0B8ziMkPRUDBHbmFBLVFUUzNXdTVsclJ6eEdVeE9FcmFIcGl3/edit?usp=sharing
- Para xCaskett:
Para descargar:
https://drive.google.com/file/d/0B8ziMkPRUDBHNHdicWlCWWpIZjE0NU4tSGpvbG9CY25OelA0/edit?usp=sharing
Para descargar:
https://drive.google.com/file/d/0B8ziMkPRUDBHOEs0NmpLdVhPMGFOV1BoSDdjUlhpd2R2Nnhz/edit?usp=sharing
Adivinanza de tu Secret:
" />" />xCaskett, no estoy mucho por el foro así que no creo que sepas quien soy, jeje... pero ya he publicado otras obras gráficas en el foro hace ya un tiempo.
- Para agescastbet:
Para descargar:
https://2img.net/r/ihimizer/img46/8784/toh9.jpg
Adivinanza de tu Secret:
" />" />“El verano conmigo se hizo más entretenido en este foro.”
- SORTEO DE REGALO:
Éste es el regalo de Agescastbet para un participante del Secret Santa.AFORUNADO/ACuando Agescastbet me comentó lo que quería hacer le comenté que en el foro no hacemos regalos físicos porque eso implica dar direcciones reales, dar números de teléfono… romper el anonimato que da internet y eso no es lo que el foro promueve. Además el realizar regalos físicos implica también más gasto de dinero. Y si tocaba a alguien de América, puesto que agescastbet es de España, sería complicado hacérselo llegar. Esas razones (en especial la primera) son por las que es preferible dar un regalo “electrónico” a uno “físico”.- Spoiler:
- nato_kine
Me comentó que a ella le resultaba más sencillo hacer este tipo de regalo que uno electrónico. En este caso la afortunada es de América, así que es un poco complicado hacérselo llegar pero no imposible. El tema del anonimato también tiene que pensárselo en mantenerlo o no. A cambio, agescastbet, puede decir cómo se hacen para que los puedas confeccionar por uno mismo en casa.
Poneros las dos en contacto mediante mensajes privados.
¿Qué te ha dicho? ¿El qué?
Uhm ah me ha contado algo en confianza Pues, … me gustaría decírtelo Castle, … pero es confidencial.
¿Qué puede contarte que sea confidencial? No sé lo de adivinar es divertido
¿ehhh? ¿es sobre los alienígenas? Vale, ¿el área 51? ¡No!
¿Vas a decírmelo o tengo que adivinar? ¿El monstruo del lago Ness es real?
¡Si! ¿En serio? ¡Noo! Pues hablando de compras
Aehh … me habías pillado ¿Sábes quiero comprarme una……
¿Los hábitos de compra?
¡BOMBILLAAAAAAA! Creo que no quiere que nos besemos
PUÑETERO ……. MARLOWE ¿Tú crees? ¿Tú no……?
¿Ves esa luz?¿ Vamos hacia ella…? metimos en el escobero?
¿Crees que será la puerta del estudio, ¿ACASO IMPORTA,….? LO PASAMOS
o pasará como la última vez ...... que nos BIEN, ¿NO?, jijijijijijijijijijiji
Última edición por qwerty el Vie Ene 03, 2014 3:46 pm, editado 9 veces
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Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
ENTREGA DE REGALOS
Parte 2
Ya sé que no hay que postear 2 veces, resulta que los mensajes tienen límite de caracteres así que he tenido que partir la entrega de premios en dos partes.
Prosigamos
- Para EL ZOMAtitooooo:
Enlace para descargar. Me lo enviaron con formato *.docx si lo quieres en otro formato avísame y te lo paso:
https://drive.google.com/file/d/0B8ziMkPRUDBHV05Xa192WXV2WnFXb1ZId1IzN0hYOHhvTEww/edit?usp=sharingUnas navidades para recordar
Parte I:- Spoiler:
Castle regresó al loft al atardecer tras realizar unas comprar navideñas. Beckett por su parte se había adelantado para preparar la cena. Respiró profundamente para apreciar el aroma que escapaba por la puerta. Sin duda parecía delicioso. Pero ese no era el motivo por el que su corazón se encontraba desbocado.
Metió la llave en la cerradura y entró sin vacilar
—Ya estoy en…— Beckett se abalanzó sobre el escritor antes de que pudiera terminar. Se lanzó a sus labios de forma desenfrenada, como si llevara meses sin sentir el contacto de su piel.
Castle dejó caer una de las bolsas, la que contenía ornamentos navideños, y se sumó al beso. La agarró por la cintura, acortando la distancia que les separaba. Necesitaba tenerla más cerca. Después de unos intensos segundos se separaron para coger aire.
—Lo siento, te he echado mucho de menos— Susurró Beckett prácticamente sobre sus labios mientras mantenía su frente apoyada en la del escritor. Volvió a besarle de forma ligera y breve, un roce apenas imperceptible entre sus bocas antes de separarse del todo
—Solo llevo tres días sin pasar por comisaría, nos vemos por las mañanas y por las noches— le recordó Castle con una sonrisa mientras depositaba la bolsa con víveres sobre la mesa. Tampoco es que le importará que su prometida le recibiera de esa manera todos los días
—Sí, y tenemos mucha intimidad…— bromeó Beckett a modo de sarcasmo
Castle ladeó la cabeza dándole la razón. Con Alexis, Pi y Martha constantemente en el loft, apenas podían disfrutar a solas de su tiempo libre
Después se acercó a ella lentamente, con un brillo en la mirada propio de un niño que se despierta la mañana de navidad emocionado con sus regalos.
—Quien lo diría… la inspectora Beckett no puede mantener sus manos alejadas de mí. — musitó con una amplia sonrisa dibujada en su rostro — ¡Esto tengo que contarlo!— añadió sacando el teléfono de su bolsillo y haciendo ver que marcaba un número
— ¡Castle! — Protestó Beckett mientras le perseguía por la habitación intentando arrebatarle el teléfono —Recuerda que tengo una pistola— replicó finalmente con el ceño fruncido y cruzándose de brazos
— ¡Vale, vale! — Se disculpó Castle levantando las manos —Prometo portarme bien—
Se acercó de nuevo a la mesa y extendió la mano, entregándole el móvil a Beckett en señal de rendición.
—Así me gusta— contestó ella. Le tomó por el brazo y con un leve impulso sus bocas quedaron a escasos centímetros —Y sabes que más tengo… — añadió Beckett mordiéndose el labio inferior de ese modo tan irresistible para él —unas esposas… — susurró en su oído sin dejar de acariciarle la mano
Aquello produjo una reacción inmediata en el escritor
—Si no quieres que me vaya por la mañana… siempre puedes esposarme a la cama y…—
—Hola Papa— exclamó Alexis mientras bajaba por las escaleras
—¡Alexis! — contestó Castle sorprendido y con la esperanza de que su hija no hubiera escuchado la conversación anterior
—Ya me iba. Este fin de semana Pi me va a llevar de acampada a contar abejas— Alexis dejó las maletas unos segundos sobre el suelo para darle un beso de despedida a su padre
—Diviértete— exclamó Castle entre dientes, esforzándose por parecer contento con el novio de su hija
—Lo mismo digo— replicó Alexis con una carcajada antes de guiñarle un ojo a Beckett
Castle dejó escapar un suspiro después de que Alexis desapareciera tras la puerta.
—Sigue sin gustarme la idea de que viva con Pi— musitó, intentando encontrar algo de apoyo en su prometida
—Castle, tu hija es mayor— contestó Beckett ayudándole a recoger las bolsas que había dejado caer al entrar —Si ella es feliz así, no te queda otra opción que aceptarlo— añadió acariciándole el hombro al escritor
—Pero… ¡¿De acampada a contar abejas?! Se merece algo mejor— protestó de nuevo
—Castle, ¿dónde llevaste tú a tu primera novia? — preguntó Beckett con el ceño fruncido
—A Kyra… la verdad es que no tenía nada de dinero por aquel entonces. Preparé una cena con una mesa prestada y algunas velas en una azotea— respondió Castle un poco más calmado
— Vaya…Richard Castle, el millonario playboy, ha resultado ser un romántico— bromeó la inspectora antes de depositar un fortuito beso en los labios del escritor
—Confío en que no lo harás público. ¡Tengo una reputación que mantener!— protestó Castle mostrándose falsamente ofendido.
—Hmmm, no lo sé Castle. Me gusta poder presumir de mi prometido—
—A propósito— continuó Beckett — ¿Te apetece una copa de vino mientras termina de hacerse la cena? — se acercó hasta el armario y extrajo dos copas
— ¿No tenemos que esperar a…— preguntó Castle confuso
— ¿Martha? Llamó hace unas horas— interrumpió ella —Va a pasar unos días en casa de unos viejos amigos—
— ¿Significa eso que…?—
— ¿Qué el Loft es nuestro durante todo el fin de semana? Así es, escritor—explicó Beckett ofreciéndole la copa casi repleta
— ¿Qué está insinuando inspectora? ¿Qué piensa hacerme? — Castle sintió como su corazón se aceleraba
—Oh, no te haces ni idea…— susurró ella antes de dar un breve trago a su copa sin dejar de mirar al escritor a los ojos
—En ese caso…— contestó Castle mientras metía la mano en una de las bolsas para buscar algo —Creo que podemos abrir esta botella— añadió mostrándole la etiqueta
—Ya sabes lo que pasa cuando bebo ese vino— sonrió Beckett al distinguir la marca
—Cuento con ello— Castle levantó las cejas de forma insinuante
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Beckett se despertó con el crepitar del aceite en la cocina. Se frotó los ojos y bostezó antes de incorporarse. El delicioso aroma del desayuno inundaba todo el Loft. Miró hacia el exterior por la ventana.
El invierno había llegado a la ciudad y cubría con su manto blanco todas las calles. La luz apenas lograba filtrarse entre cielo nublado y la mayoría de las avenidas parecían vacías; a excepción de unos pocos viandantes
Se levantó de la cama y miró a su alrededor. Castle ya había comenzado a decorar el Loft con adornos navideños. Beckett sabía todo lo que aquellas fechas significaban para él y se esforzaba por compartir ese espíritu. Se dirigió hacia la cocina, esperando disfrutar de una agradable mañana en compañía de su escritor favorito
—Buenos días— saludó Castle al verla aparecer. Con el pelo enmarañado, sin maquillaje y con una de sus amplias camisetas, se le antojaba irresistiblemente atractiva. —He hecho el desayuno—
Beckett continuó tambaleándose hasta la mesa, aun abatida por el sueño
—Y café— añadió él entregándole una humeante taza sobre la mesa
—Gracias— susurró la inspectora antes de darle un tímido beso en la mejilla
—He pensado que podríamos pasar aquí la mañana. Siempre que no nos llamen de comisaría claro— explicó Castle sirviendo los gofres que había preparado y sentándose junto a su prometida en la mesa
—Mmm, suena bien— contestó Beckett con una media sonrisa
Unos minutos más tarde ambos se sentaron en el sofá, cubiertos por una manta y con una taza de chocolate caliente entre las manos. Se arroparon, abrazándose con fuerza para entrar en calor.
—¿Sabes lo que nos falta? — Murmuró Beckett apoyando su cabeza sobre el hombro del escritor —Un buen libro—
—Espera aquí— contestó Castle levantándose de pronto.
Volvió unos minutos más tarde con unos folios grapados en la mano
—Estoy casi seguro de que este no lo has leído— Bromeó Castle entregándole el manuscrito —Así puedes darme tu opinión—
—¿Blazing Heat? — Replicó ella leyendo el título que aparecía en la primera página
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—No está mal, Castle. Podrías dedicarte a escribir— bromeó después de leer el capítulo que le había mostrado
— ¿Crees que tendría éxito? — masculló él siguiéndole el juego
—No lo sé… esa escena en la que Rook rechaza todas las insinuaciones de Nikki… me parece poco realista— comentó Beckett mordiéndole ligeramente la oreja
—Es mera ficción— se excusó Castle con una carcajada —Pero… ¿cómo crees que reaccionaria Rook?
—Yo creo— respondió ella mientras dejaba su cuello repleto de besos —Que Rook no podría resistirse a besar a Nikki—
—No, no puede— sonrió él antes de besarla —Y dime… ¿Qué crees que podrían hacer…Nikki y Rook, los personajes… durante las navidades? —
—Quizás podríamos…podrían— corrigió ella — ir a algún sitio a cenar… decorar juntos la casa… no lo sé Castle, pasar juntos unas navidades—
—¿Es eso lo que quieres? — preguntó él, tanteando el terreno
Beckett pronto cayó en la cuenta de que Castle trataba de preguntarle discretamente sobre sus intenciones para dicha época del año
—Quiero disfrutar de todo esto contigo, y con tu familia. Cuando era pequeña me encantaba la navidad… la nieve… las luces en el árbol… los regalos. Tú me has hecho sentir de nuevo todo eso. — Besó con urgencia sus labios —El año pasado empezamos una nueva tradición y pienso mantenerla el resto de mi vida—
—En ese caso, inspectora— contestó Castle depositando un tierno beso en su frente —Será mejor que se prepare, porque pienso preparar unas navidades que no olvidará jamás—
Parte II:- Spoiler:
—Gracias Castle, por apoyarme— murmuró ella con una mirada cargada de admiración
—Si me disculpas un momento… tengo que llamar a mi agente— explicó Castle antes de desaparecer de nuevo en su despacho
Beckett se quedó observando la puerta unos segundos, confusa por la repentina reacción del escritor. Después dirigió su mirada a través de la ventana. Los copos de nieve caían lentamente, acariciando el cristal antes de precipitarse hacia el alfeizar. Siempre le había gustado el invierno, pero desde el asesinato de su madre no se había permitido disfrutarlo
Castle había logrado que todo eso cambiara, que se abriera al mundo, a la posibilidad de ser feliz. Piedra a piedra, Castle había derruido el muro, a pesar de sus constantes intentos por expulsarlo de su vida.
— ¿En qué piensas? — la voz de Castle la sacó de su ensimismamiento
—Gofres. Has hecho gofres— murmuró Beckett ligeramente perdida aun en sus pensamientos
—Mmm, de acuerdo— contestó Castle con una carcajada —Creo que “Gofres” es algún tipo de clave secreta—
—No, Castle, es…— Beckett dudó unos segundos, quizás no era el momento de recordarlo, pero necesitaba decirlo —… Recuerdas el tercer año que trabajábamos juntos, ¿el caso de los dos amantes? ¿En el que el chico se las ingenió para sacar a su amada de la cárcel? —
Castle asintió con la cabeza
—…Ni siquiera sé por qué me acuerdo de esto…— Beckett sonrió tímidamente —pero estábamos en el hospital y me preguntaste por Josh—
Puedo ver como la expresión en el rostro de Castle cambiaba al oír ese nombre
—Yo intenté presumir y hacerte sentir inferior…— continué con un deje de tristeza —Te conté que él había salvado a un hombre aquella mañana y te pregunté que habías hecho tú…y tú me respondiste que…—
—…había hecho gofres…— murmuró Castle al recordarlo —Pero no sé qué tiene eso que ver…—
—Pues que en aquel momento me engañé a mí misma. No necesitaba a alguien que se dedicara a salvar el mundo, necesitaba a alguien que estuviera aquí… alguien en quien confiar… alguien que me despertara con una sonrisa y unos gofres— Beckett bajó la mirada, y Castle pudo entrever una lágrima acumulándose en sus parpados —…fue una estúpida— susurró para sus adentros
Castle la estrechó entre sus brazos como si aún tuviera miedo de que fuera a desaparecer. Depositó un húmedo beso en su pelo
—Creo que ambos hicimos muchas tonterías durante cuatro años— confesó él —Nunca debí haber vuelto con Gina, y nunca debí haberme ido con ella a los Hamptons—
— ¿Entonces por qué lo hiciste? — de algún modo Beckett reunió el valor para preguntar
—Porque no podía soportarlo— masculló Castle con un suspiro, como si acabara de quitarse de encima un peso que le atenazaba desde hace años —…tú y Demming—
Beckett abrió los labios ligeramente para contestar, pero Castle continuó antes de que pudiera hacerlo
—Ya sabes cómo era cuando me conociste— comentó Castle con una media sonrisa —Tenía dinero, éxito y encanto; si algo se me atojaba, acababa consiguiéndolo… especialmente si era una mujer—
Beckett sonrió al recordar aquella vez que tuvo que esposarlo en la biblioteca de Nueva York
—Pero tú eras lo que realmente quería… estar contigo. No era un capricho ni un antojo— continuó Castle con la mirada perdida en el infinito —Por primera vez creí que era algo real. Pero cuando te vi besándote con Demming… sentí que todo aquello resbalaba entre mis dedos. — Castle tomó aire —Me pareció una mala broma del destino. Podía tener todo aquello que se me antojara, pero no lo que realmente quería—
Castle empujó con suavidad la barbilla de Beckett hasta poder mirarla a los ojos
—Por eso me fui. Porque no podía soportar la idea de trabajar contigo cada día y no poder hacer esto…— acto seguido se acercó lentamente hasta sus labios, sin perder el contacto visual, y la besó. Un beso cargado de pasión y de sentimientos que hizo que todo su cuerpo se estremeciera
“Guau” musitó Beckett rozándose los labios con los dedos
—Le dejé. Le dejé antes de que vinieras a despedirte— confesó Beckett ante la atónita mirada del escritor —Le dejé porque quería aceptar tu oferta—
— ¿Qué? — preguntó Castle aún más sorprendido
—Iba a decirte que sí. Que me iría contigo a los Hamptons— musitó la inspectora apesadumbrada —Pero cuando iba a contarte lo que sentía, apareció Gina, y sentí algo romperse en mi interior. Volví a construir el muro, y me prometí a mí misma no cometer el mismo error—
—Beckett yo…Podrías haberlo hecho, Kate. Ella siempre lo supo, que no era más que una distracción para intentar olvidarte. Por eso siempre discutíamos, porque sabía que tarde o temprano, nuestra relación estaba condenada al fracaso— explicó Castle —Si me lo hubieras dicho Kate, en aquel momento, la habría dejado allí mismo. Nos habríamos ido a los Hamptons, tú y yo, solos; y habríamos ahorrado mucho sufrimiento—
Beckett sonrió reconfortada al conocer, después de tantos años, las verdaderas intenciones del escritor
—Definitivamente, fuimos muy estúpidos— contestó ella con una sonrisa
—Pero eso ya no importa…— murmuró él —No sé cómo habría evolucionado lo nuestro si hubiéramos hecho las cosas de otra forma. Pero nuestras estupideces nos han traído hasta aquí, y creo que ha merecido la pena—
—Vaya Castle, se te dan bien las palabras… ¿Eres escritor o algo así? — bromeó Kate antes de besarle
—Es lo que pasa cuando tengo a mi musa tan cerca— contestó él guiñando un ojo
De pronto sonó el timbre de la puerta
—Debe ser el repartidor. He pedido comida china para que podamos comer aquí—
—Me encanta la idea—
Unas horas más tarde, tras haber devorado todo lo que Castle había pedido, ambos se encontraban conversando relajadamente en la mesa
—Se hace tarde— musitó Beckett mirando el reloj —Tengo que ir a recoger algunas cosas a mi apartamento ¿vienes conmigo?
—Me encantaría, pero tengo que estar en un rato en la editorial, quiero asegurarme de que Paula no organiza ninguna firma de libros estas navidades — contestó él
—Yo volveré en unas tres horas, nos vemos entonces— concluyó Beckett poniéndose el abrigo
Castle asintió emocionado
— ¿A qué viene esa sonrisa? —Preguntó ella al ver la expresión del escritor
—Nada— respondió el rápidamente levantando los brazos
Beckett le lanzo una mirada de reojo antes de cerrar la puerta
Unas horas más tarde, puntual como de costumbre, La inspectora regresó al loft. Había rescatado de su apartamentos las cajas con adornos navideños, aquellas que llevaba años sin abrir. Ahora estaba lista para que pasaran a formar parte de la decoración de aquella casa
Quería darle una sorpresa a Castle, por lo que decidió no llamar al timbre. Abrió la puerta con la dificultad añadida de tener que sujetar un par de cajas frágiles, sin embargo encontró el interior del apartamento vacío
— ¿Castle? — llamó, esperando recibir alguna respuesta. Pero esta no llegó
Dejó las cajas junto al sofá, se quitó el abrigo y se dirigió hacia la cocina
Allí advirtió una nota escrita con la letra de su escritor:Cambio de planes. Tengo una sorpresa para ti esta noche.
Pasaré a buscarte a las ocho. Ponte guapa
PD: No te será muy difícil
Beckett no pudo evitar sonreír de felicidad
Parte III:- Spoiler:
Cinco minutos antes de lo esperado, Beckett empezó a escuchar pasos junto a la puerta principal del apartamento. Corrió para sentarse en un sillón que había dispuesto de forma estratégica frente a la entrada
Castle irrumpió emocionado y un tanto nervioso en el loft
—Beckett, espero que leyeras mi not…— La visión que se mostraba ante sus ojos colapsó todos sus pensamientos
Su musa lucía un vestido negro brillante, cuyo escote permitía a la activa imaginación del escritor volar libremente. La tela se adaptaba perfectamente a sus seductoras curvas y dejaba al descubierto buena parte de sus interminables piernas
— ¿Qué pasa Castle? ¿Te has quedado mudo? —
—Kate… realmente eres extraordinaria…en TODOS los aspectos—
— ¿Te gusta? — preguntó traviesa dando una vuelta sobre sí misma para mostrar todo el vestido
— ¿Quieres matarme verdad? —
—Bueno…— Beckett se acercó a su prometido hasta que pudo sentir el calor que emanaba de su cuerpo —…si te portas bien, cuando volvamos, dejaré que me lo quites…— de un tirón de la corbata del escritor, sus labios quedaron casi en contacto —…con los dientes— añadió junto con un seductor guiño
Castle suspiró, intentando contener sus deseos. Después ayudo a su musa a ponerse el abrigo
—Y bien… ¿Dónde vamos? — preguntó Beckett mientras se dirigían al coche
—Es una sorpresa… pero espero que tengas hambre— bromeó Castle abriendo el asiento del copiloto para que ella entrase
Castle sonrió satisfecho. Por una vez le permitía conducir a él sin rechistar
Tras unos minutos circulando por las calles de Nueva York, Castle decidió revelar una parte fundamental de su plan.
—Oh, se me olvidaba… Tendrás que adivinar a donde vamos— comentó Castle sin dejar de mirar a la carretera para evadir los inquisitivos ojos de su prometida
—Espero que sea una broma— contestó ella con uno de sus clásicos movimientos de ojos
—En absoluto— sonrió Castle, alegre como un niño —Solo te diré que encontrarás la primera pista bajo el asiento—
Beckett siguió sus indicaciones y tanteó la zona hasta encontrar algo. Extrajo el objeto, se trataba de una caja cubierta de terciopelo
—Ábrela—
Ella obedeció y retiró el precinto con sumo cuidado. En su interior encontró un hermoso aunque discreto colgante de brillantes engarzados en plata
—Espero haber acertado, ni siquiera sabía qué ibas a ponerte— bromeó Castle con una carcajada
—Rick, es… precioso— balbuceó Beckett aun sorprendida —No hacía falta…—
—Quizás no, pero quería hacerlo— sentenció él
Beckett tomó el colgante con delicadeza entre los dedos para apreciarlo cuando una pequeña nota se desprendió de la tapa superior de la caja. Recogió el fragmento del papel de su regazo y lo abrió para leerlo:“bibidi babidi bu”La inspectora reconoció la frase casi al instante y se quedó boquiabierta. Después de más de cinco años, el aun lo recordaba
— ¿Y bien? — preguntó Castle, ansioso por saber si lo había descubierto
—La primera vez que fuimos juntos de incognito…— murmuró Beckett —Al Waldorf, estamos yendo al Waldorf—
Castle asintió con la cabeza y cambió rápidamente de dirección
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—Primera parada, el Hotel Waldorf— anunció Castle cediéndole la mano para ayudarla a salir del coche
—Pero Castle esto es… demasiado— exclamó Beckett abrumada —No llevo el vestido adecuado, y… —
—Pues a mí me parece perfecto— replicó él guiñando un ojo
La fachada del hotel mostraba una exquisita decoración navideña con todo luego de detalles. Un intrincado sistema de luces intermitentes rodeaba la entrada principal y cada una de las ventanas, encendiéndose y apagándose al ritmo de una tenue melodía. La nieve se acumulaba tímidamente sobre las ramas de los árboles que rodeaban el hotel, reflejando los colores de la navidad para deleite de los transeúntes
Castle la condujo directamente al interior del majestuoso edificio, donde se encontraba el restaurante.
—Disculpe, tenía una mesa reservada a nombre de Un escritor y su Musa— exclamó Castle tras detenerse junto al mostrador
—Por aquí, por favor— le indició el encargado
El hombre, pulcramente trajeado con el uniforme del hotel, los condujo hasta la mesa reservada por el escritor. Castle se ofreció amablemente a ayudar a su prometida con la silla antes de tomar asiento
—Te recomiendo que pidas algo ligero, no nos quedaremos mucho— aconsejó Castle mientras abría el menú. Beckett le miró confundida
—Esta noche vamos a visitar varios lugares donde tuvimos nuestras primeras no-citas… dejado fuera de la lista algunos de ellos, como el club de streep-tease, o aquella vez que cavamos para encontrar un tesoro. Pensé que podíamos recuperar el tiempo que perdimos haciendo el tonto— explicó el escritor
Beckett le regaló su mejor sonrisa como respuesta y alzó su copa para proponer un brindis
— ¡Por nuestras estupideces!— exclamó chocándola con la de Castle
—Esto no ha hecho más que empezar. Nos iremos en cuanto adivines el próximo destino— anunció él
—Antes pienso disfrutar un poco de esto— murmuró Beckett acariciándole la mano
Unos minutos más tarde decidieron pedir una ensalada ligera pero de aspecto delicioso que terminaron con gusto antes de lo previsto
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Durante unos segundos, la mirada de Castle se encontraba perdida en el infinito
— ¿En qué piensas Castle? — preguntó Beckett mirándole con ternura
La dulce voz de su musa le trajo de vuelta a la tierra
—Pensaba en que excusa podría inventarme esta vez para sacarte a bailar— confesó él
—Esta vez, señor Castle, no necesita ninguna excusa— contestó ella apremiándole
Castle se levantó con una expresión de absoluta felicidad en su rostro y le tendió la mano
—En ese caso, inspectora Beckett, dado que es usted la mujer más atractiva que he visto esta noche ¿me concedería este baile? —
Beckett se mordió el labio, conteniendo las ganas de besarle en aquel momento, pues debían mantener discreción
Junto a otras parejas, bailaron durante un buen rato al son de la música interpretada por la escueta pero talentosa orquesta contratada por el hotel. Tras varias canciones, decidieron tomarse un descanso y regresar a la mesa. Beckett aprovechó para excusarse unos minutos al baño con la intención de refrescarse
—Vaya, parece que finalmente consiguió atrapar a la ballena blanca— exclamó una mujer que entró en el servicio poco después que ella
—Eh…no…yo… — Becket titubeó sintiéndose atrapada — ¿Cómo se ha dado cuenta? —
—Por más que intente evitarlo, se la ve muy enamorada… y no ha dejado de jugar con su pelo desde que llegaron— explicó la extraña mujer
Beckett decidió ignorar el evidente comentario y continuó refrescándose las manos bajo el grifo. Sin embargo, pronto cayó en la cuenta de lo que aquellas palabras significaba, y corrió de forma atropellada para regresar a la mesa
—Remy’s, creo que la siguiente parada es Remy’s— anunció triunfal
—Correcto inspectora— confirmó Castle con una sornisa
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Media hora más tarde se encontraban frente aquel acogedor restaurante. A pesar de ser mucho más modesto que el ostentoso hotel Waldorf, muchos de sus recuerdos transcurrían entre las paredes de aquel establecimiento
—Me encantan las hamburguesas de este sitio— exclamó Beckett tan pronto como el olor de la cocina los envolvió
—Las Cheeseburgers…— mustió Castle con la boca hecha agua
— ¿Y a cual de todas nuestras no-citas equivale esta? — preguntó Beckett mientras esperaban a que les sirvieran
—En realidad a todas ellas… pero recuerdo aquella vez después del caso con Serena Kaye, parecías muy celosa— bromeó Castle
—Oh vamos, Castle. Te invité para compensarte por el gasto que te supuso haber roto una pieza de museo— contestó Beckett rodando los ojos
— ¿Seguro que la lencería que guardaba en sus cajones no tuvo nada que ver?— continuó él con mirada inquisitiva
Beckett abrió los ojos con una mezcla de sorpresa y celos
—No me puedo creer que al final te acostaras con ella… ¡lo sabía! — exclamó indignada
— ¡Juro que soy inocente! — Castle alzó las manos en señal de rendición —Nunca tuve nada con ella…dijo que “no robaba cosas que pertenecían a otras personas”—
—Bien, porque no me hubiera gustado tener que dispararle— confesó ella con una carcajada
Poco después les trajeron el pedido. Dos suculentas hamburguesas y unas patatas para compartir. Lo mismo que pidieron la primera vez en Remy’s y todas las demás
—Aunque hablando de celos… ¿Y esa vez que apareciste con tu cita en el mismo restaurante en el que estaba yo? — continuó Beckett intentando devolverle la jugada
—Sí, ya… como si tu no hubieras buscado aquella cita con el bombero para darme celos— se excusó Castle
—En cualquier otra ocasión negaré lo que estoy a punto de decir— reveló Beckett —pero si, lo hice para darte celos—
—Y funcionó— contestó Castle ante la atónita mirada de su prometida —Vamos, el bombero de julio que volvió a por los cachorritos ¿Quién puede competir con eso? Yo solo soy un escritor… no salvo vidas—
Beckett bajó la mirada. Aquellas palabras habían alcanzando algún tipo de resorte escondido en su pasado. Quizá era el momento de revelarle acerca de su gusto por los libros de Castle
—En realidad… — musitó Beckett con los ojos vidriosos —salvaste la mía, mucho antes de que nos conociéramos—
Castle escuchó con atención, mirándola con ternura y comprensión. Solo la había visto así cuando hablaba del caso de su madre
—Cuando mi madre murió…yo… me sentí perdida. Mi padre se lanzó al juego y el alcohol y yo estaba sola… no sabía cómo salir de aquel abismo. Un día recogiendo su despacho encontré uno de tus libros… ella los adoraba. Así que empecé a leerlo, no porque me gustara el libro, sino porque me recordaba a ella—
Castle pasó su pulgar con delicadeza por la mejilla de su musa para retirar una lágrima
—Durante mucho tiempo esos libros fueron lo único que me mantuvo alejada de mi búsqueda de venganza. Así que, sí, Castle, tus libros me dieron algo de luz cuando todo estaba oscuro—
—Vaya Beckett…no… no tenía ni idea— murmuró Castle sorprendido.
—Supongo que todavía te queda alguna capa de la cebolla por pelar— bromeó Beckett enjuagándose las lágrimas mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios
—Es una de las cosas que más me gustan de ti. A día de hoy sigues siendo un misterio por resolver— confesó él antes de darle un húmedo beso en la frente y levantarse para pagar
Beckett miró a su alrededor en busca de la siguiente pista y advirtió un sospechoso fragmento de papel entre los menús. Sonrió tontamente, Castle debía haber preparado eso con antelación“Dame un héroe…”—…y te escribiré una tragedia— masculló Beckett en cuanto el escritor regresó a la mesa
— ¿Nos vamos entonces? — apremió Castle con una sonrisa
—Tengo una idea mejor Castle. Dame las siguientes pistas…y si acierto… nos vamos directamente al final— explicó Beckett con una expresión de picardía en su rostro
—Hmmm y ¿qué final tienes pensado? — Contestó Castle levantando las cejas —Si es una película, recuerda que soy más de Star Wars o Matrix—
— ¿No prefieres planeta prohibido? Podría volver a invitarte al Angelica— replicó Beckett al descubrir la referencia del escritor
—Muy bien Beckett… podrías ser detective con esas dotes de deducción— bromeó él
—Vamos Castle, dame la última pista…porque estoy deseando arrancarte la camisa y recompensarte por todo esto— musitó Beckett con urgencia lanzándole una mirada lasciva
—Vaya inspectora Beckett, creí que nunca me lo pediría— contestó Castle, luchando por mantener algo de sangre en el cerebro
—Bien, entonces nos vamos a La Guarida— sonrió Beckett al tiempo que se levantaba
La inspectora se inclinó, apoyando las manos sobre la mesa. Desde esa perspectiva Castle podía apreciar la perfección de su cuerpo que se escondía bajo los pliegues del vestido
— ¿O prefieres que me quite algún botón antes? —
Parte IV:- Spoiler:
—Tengo que avisarte antes de que lleguemos… es posible que nos encontremos con algunas personas en el bar— comentó Castle mientras conducía en dirección hacia La Guarida
—Castle, ¿A quién has invitado? —replicó Beckett esperándose lo peor
—A los chicos y a Lanie— Confesó él. Echó un vistazo a Beckett y no vio enfado en sus ojos —Y a mi madre y a Alexis— continuó
—Bueno Castle, siempre podemos pasar por mi apartamento antes— susurró Beckett de forma insinuantes mientras rozaba el interior del muslo de Castle con su mano
— Y es posible que haya invitado a otras treinta personas…— añadió todo lo rápido que pudo antes de colocar un brazo a modo de escudo, esperando las represalias
— ¿¡Treinta personas?! — exclamó Beckett mientras retiraba la mano de la pierna de su prometido — ¿¡Para qué?! ¡Espero que no sea algún truco! Castle, se suponía que esta era una noche para nosotros—
—Oh, y lo será inspectora…pero esto es otra sorpresa…además, ya hemos llegado— Castle respiró aliviado
Beckett le lanzó unas de sus miradas amenazantes y se apeó del vehículo antes de que Castle pudiera ayudarla. Juntos entraron en el bar, donde ya se respiraba el ambiente de celebración
En su interior encontraron una enorme pancarta con mensajes de agradecimiento para la inspectora sobre un nutrido grupo de gente que se lanzó a saludarla en cuanto cruzó el umbral de la puerta
Beckett se sintió abrumada. Cogió a Castle de la mano para evitar perderle de vista y se adentró en la muchedumbre que la vitoreaba.
—Castle, esto…—
—Son las familias de las víctimas de algunos de nuestros casos— explicó el escritor
— ¿Pero cómo lo has conseguido?—preguntó ella confusa. Todo aquello parecía irreal
—Se lo pedí, y todos estuvieron de acuerdo en venir a agradecértelo — contestó él como si fuera sencillo —Eso, y bebidas gratis para todos— añadió riendo
Castle la condujo hasta su mesa preferida, donde había escrito la mayor parte de su primera novela, In a Hail of bullets.
—Kate, tú les devolviste la esperanza, la oportunidad de continuar con su vida. Mírales, todos pareces felices— explicó Castle mientras apartaba un rebelde mechón que ocultaba el rostro de su musa —Sé que no te gustan mucho estas fiestas, solo quería que vieras a toda la gente a la que has ayudado estos años—
—Tengo que admitir que no podría haberlo hecho sin ti— contestó ella con una sonrisa
— ¿Entonces vais a darme una placa? — preguntó el escritor emocionado
— ¡No te pases!— replicó Beckett con una carcajada
Gracias a Castle, la navidad significa de nuevo una época de felicidad. Beckett sonrió, agradeciendo la tradición que habían empezado el año anterior. Después de años escondida en el caso de su madre, había conseguido reunir el valor suficiente para sacar de nuevo los adornos.
La voz de Castle la sacó de sus propios pensamientos
—También tenemos que agradecérselo a Lanie y lo chicos, me han ayudado a montarlo todo—
Lanie apareció de pronto junto a la mesa
—De hecho— interrumpió —No deberíamos estar aquí hasta dentro de unas dos horas— explicó la doctora —Pero parece que alguien tenía prisa por llegar a casa— levantó las cejas mirando a Kate
Beckett notó como se sonrojaba ante el comentario de su amiga
En ese momento Ryan y su mujer entraron en el bar
—Siento llegar tarde— se disculpó el irlandés —Tuvimos algunos problemas con el cinturón de seguridad— explicó señalando el vientre de su mujer
—Jenny, me he encargado de que haya algunas bebidas sin alcohol para ti— comentó Castle en apoyo a la embarazada
—Todo un detalle Rick, gracias—
—Por favor, sentaos. No es buena idea que estés de pie en tu estado— exclamó mientras se levantaba para cederle su asiento a Jenny
—Y el padre también parece cansado— añadió Beckett al advertir las ojeras que lucía Ryan
Él asintió. A pesar de que él bebe aún no había nacido, pasaba gran parte de la noche en vela
—Vamos a por algo de beber— sugirió Castle tomando a Beckett de la mano
— ¿También vas a malcriarme cuando yo este embarazada? — comentó ella en cuanto estuvieron lo suficientemente lejos
Castle sonrió al escuchar aquellas palabras. Siempre se había imaginado teniendo hijos con ella y formando una familia. Soñando con envejecer junto a la musa que inspiraba sus pensamientos desde su primer caso juntos. Y ahora ella también parecía querer lo mismo
—Oh no…a ti te mimaré más…mucho más— murmuró Castle —Pero hasta entonces… ¿qué quieres beber? —
— ¿Intenta emborracharme para llevarme a la cama, señor Castle? — bromeó ella
—Mis intenciones son puras— confesó el escritor
—Pues las mías no…— susurró Beckett mordiéndose el labio
Mientras trataban de volver a su mesa, una mujer les interrumpió
— ¡Inspectora Beckett! —exclamó de forma efusiva lanzándose a abrazarla
Ella la reconoció de inmediato. Se trataba de Penny Marchand, la hija de la médium asesinada* (3x02) Aquellos ojos saltones volvieron a desconcertarla
—Quería decirle que mi madre le da las gracias por haber resuelto su asesinato— comentó la mujer
Beckett forzó una sonrisa. Seguía sin creer esas historias sobre personas que hablan con los muertos
— ¿Encontró finalmente a Alexander? —
—Creo que siempre estuvo a mi lado— respondió Beckett pasando una mano por la cintura de su prometido para acercarlo más a su cuerpo
En ese momento Lanie apareció de nuevo entre la muchedumbre
—Chicos, siento molestar, pero estáis debajo del muérdago…—exclamó de pronto
—Y supongo que tú tienes algo que ver— replicó Beckett lanzándole una de sus miradas a su amiga
—Es posible… —confesó ella —Venga, lleváis dos años juntos, vais a casaros, y aun no os hemos visto daros un beso en condiciones—
—No nos van a dejar tranquilo hasta que no lo hagamos— añadió Castle intentando contener la emoción
—Supongo que no tenemos opción— rio ella
—Siento que nuestros “otros planes” tengan que esperar— murmuró Castle
—No te vas a librar de mi tan fácilmente— susurró en su oído introduciendo discretamente una nota en su bolsillo
—Atención por favor— exclamó Esposito y toda la muchedumbre enmudeció para observarles
Beckett le lanzó a su compañero una mirada asesina
El escritor y su musa se tomaron de la mano, mirándose de frente el uno al otro. Los ojos de Kate volaban entre los azules ojos de su prometido y sus labios, aquellos labios que la volvían loca.
Castle pasó su brazo por detrás de la cintura de la inspectora y la agarró con fuerza, atrayéndola hacia su cuerpo. La distancia entre sus rostros era tan corta que ambos podían sentir el cálido aliento de expectación que emanaba de sus bocas
Sin pensarlo, Beckett se aferró a la nuca de su prometido, recorriendo su cabello enmarañado con los dedos antes de acortar la distancia que los separaba. Sus labios se abrazaron en un cálido beso, dando rienda suelta al contenido deseo. La lengua de la inspectora pronto rozó los labios del escritor, y este le dio paso sin miramientos
Castle mordió el labio inferior de la inspectora, y esta dejó escapar un tenue gemido, apenas imperceptible. Poco después separaron sus bocas para tomar aire, antes de darse otro leve beso, deseando continuar con aquello
— Wow, si lo llego a saber os obligo a hacerlo antes— Exclamó Lanie, devolviéndoles al mundo real, en el que estaban rodeados de otras treinta personas
Después de contemplar el beso, todos siguieron con lo que hacían antes.
—Tengo que ir al baño, no me encuentro muy bien— se excusó Beckett
—Ahá— contestó Lanie siguiéndola unos metros —No te preocupes Kate, yo os cubro—
—No sé de qué me hablas— replicó ella sin poder evitar la sonrisa que se dibujaba en sus labios
—De ti y de lo que vas a hacer con el chico escritor— añadió Lanie señalando en la dirección donde se encontraba Castle. Beckett rodó los ojos —Oh vamos, hasta yo voy a necesitar un poco de agua fría después de ese beso—
—Gracias Lanie— Sonrió ella, aceptándolo finalmente
—De nada. Y que nos os vea por aquí arriba hasta que hayamos cerrado— Lanie le guiñó un ojo y regresó a la barra donde se encontraban Espo y Ryan, junto a Castle que hacía a ratos de camarero
Unos minutos después, para evitar sospechas, Castle extrajo la nota de su bolsillo“Nos vemos en tu despacho del sótano en quince minutos”
Volvió a guardarlo en su bolsillo, intentando disimular
—Disculpad chicos, tengo que ir abajo…parece que nos estamos quedando sin vodka—
—Seguro que es por eso…— bromeó Lanie
Castle se rascó la nuca intentando mejorar su excusa
—Yo me encargo de todo esto. Ve, te lo has ganado— Lanie señaló la entrada al sótano con la cabeza
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Castle entró en el amplio despacho, cerrando la puerta con cuidado de no hacer ruido y encendió la luz
—Me buscabas, señor escritor— la sensual voz de su musa atrajo su atención
Castle no puedo articular palabra. Ella había dejado el vestido sobre el suelo y se encontraba sentada sobre la mesa de su despacho, completamente desnuda de cintura para arriba, a excepción del collar que acariciaba sus pechos.
De cintura para abajo, únicamente la ropa interior cubría su piel. Lencería de encaje negro que había escogido especialmente para la ocasión. Uno de los zapatos de tacón se encontraba en el suelo junto al vestido. Con sus seductoras piernas en el aire, aprovechó para quitarse el segundo zapato utilizando el pie contrario; algo que causó una inmediata reacción bajo los pantalones del escritor
—Beckett, aquí no podemos… ¡hay cámaras de seguridad! — masculló él
Ella se bajó de un salto de la mesa y se dirigió a él muy lentamente
—No te preocupes…conozco al dueño— susurró Beckett antes de comenzar a besar su cuello
— ¿hmm? — masculló Castle, de nuevo incapaz de formular una frase con sentido
—Sí, de hecho, voy a casarme con él— contestó ella mientras le mordía la oreja —Es un hombre increíble…me ha regalado esto— sonrió acariciando el colgante —Y ha organizado toda esta noche para mí— añadió señalando hacia arriba, al piso donde transcurría la fiesta.
Después desabrochó uno a uno los botones de la camisa del escritor —Y estoy a punto de hacerle el amor aquí mismo…— añadió acariciándole el pecho con un dedo
—Pero Kate…los invitados— se excusó él, temeroso de que les encontraran
— ¿Quieres que pare? — preguntó Beckett dejando un húmedo beso en su cuello
—No…claro que no— contestó el correspondiendo al beso
—Bien, porque tengo pistola y tú no tienes elección— añadió Beckett desabrochándole el cinturón
Castle deslizó su mano hasta la puerta para cerrarla con llave
—Y ahora…— continuó ella
Beckett le condujo hasta el escritorio y le empujó, hasta que Castle quedó sentado en la amplia silla del despacho
—…Siéntate y relájate…— susurró inclinándose sobre él
Sin poder resistirlo más, se sentó a horcajadas encima del escritor
—…Porque también pienso darte una noche que no olvidaras— concluyó antes de besarle
Parte V:- Spoiler:
Kate abrió los ojos con el estridente timbre del despertador. Se abrazó aún más fuerte a Castle, que dormía plácidamente a su lado. El cálido cuerpo del escritor le ayudaba a sobrellevar los fríos inviernos de Nueva York. Acercó la nariz al cuello de su prometido, le encantaba oler aquella fragancia cada mañana
El despertador sonó de nuevo. Daría lo que fuera por alargar ese momento, pero el fin de semana tocaba a su fin y debía volver al trabajo. Se separó del escritor para apagar aquel infernal aparato
—Kate— masculló el escritor entre sueños, aun sin abrir los ojos
—Siento haberte despertado— se disculpó ella
—Quédate un rato más en la cama— rogó Castle en tono lastimero
—Tengo que ir a trabajar, intentaré volver pronto— susurró Beckett, procurando que Castle no se despertara por completo. Antes de levantarse depositó un tierno y fugaz beso en los labios de su prometido
Castle sonrió en sueños, reconociendo de inmediato el sabor de su musa
—Descansa otro rato— propuso ella antes de entrar al baño
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Beckett salió de la ducha tras unos largos minutos. Le encantaba permanecer bajo el agua caliente y dejarse llevar por sus pensamientos. Y aquella mañana todos la llevaban hasta el escritor y los increíbles días que habían pasado juntos
El olor del desayuno pronto la envolvió. Se vistió con unos vaqueros, una camisa blanca y unas botas, algo sencillo para un día de trabajo; y se dirigió hacia la cocina.
—Buenos días— saludó el escritor, que advirtió su presencia por el sonido de las botas al caminar. Dejando los fogones unos segundos, se giró para verla —Mmm, sexy…—
—Castle, te recuerdo que en el trabajo tengo que parecer profesional, no sexy— replicó Beckett
—Tu puedes ser las dos cosas al mismo tiempo— contestó él antes de volver a tomar las sartenes
—Estoy haciendo tortitas, tienes el café ya en la mesa— explicó
Beckett no respondió. En su lugar abrazó al escritor por la espalda, rodeándole el pecho con los brazos. Le dio un húmedo beso en el cuello antes de descansar su barbilla sobre el hombro del escritor
—Desearía que este fin de semana no se acabara todavía— confesó ella casi en un susurro, como si decirlo demasiado alto pudiera impedir que se cumpliera tal deseo
—Yo también— Castle giró la cabeza para darle un beso en la mejilla
Se sentaron a tomar el desayuno. Quizás el ultimo que podrían disfrutar en pareja por una temporada. De pronto el teléfono les interrumpió
—Lo siento Castle, es de la comisaria— se disculpó ella alejándose unos metros de la mesa
El escritor se limitó a sonreír
—Beckett— contestó a la llamada. La voz de Gates sonó al otro lado de la línea
—Señor. Sí. Pero….Entiendo… sí, señor— es todo lo que Castle alcanzó a oír de la conversación
Beckett le mandó una mirada asesina un tanto fingida y regresó a la mesa
—Era Gates, al parecer tengo ordenes de tomarme diez días de vacaciones— explicó — ¿Pero eso ya lo sabias, verdad? —
—Hmm, no sé de qué me hablas— bromeó Castle riendo
—Gracias— Beckett tomó el café caliente entre las manos y le devolvió una sonrisa —Pero en unas horas llegarán Alexis y Pi y después tu madre…¿Crees que es buena idea que pasemos tantos días todos juntos aquí? —
—Eso déjamelo a mí— replicó él levantando las cejas —Yo recojo, ve a cambiarte. Salimos en media hora. Y ponte algo de abrigo—
— ¿Otras sorpresa? —
—Sí, pero tranquila… esta vez no he invitado a nadie—
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Siguiendo las indicaciones de Castle, la inspectora se preparó con la ropa apropiada para pasear por las calles de Nueva York durante el invierno. Cambió la camisa por una camiseta de manga larga y un fino jersey. Añadió un abrigo azul marino, una bufanda y unos guantes a juego y unas botas de su extensa colección
Ya en el coche, Castle le sugirió mirar en el asiento trasero. Allí Beckett encontró una caja envueltas en papel de regalo
—Espero que sean de tu talla, la última vez que la miré casi nos devora un tigre— explicó Castle
—No me puedo creer que mirases me talla de pie justo en ese momento— replicó ella “Y menos aún que te acuerdes” pensó para sus adentros
—Me fijé en muchas cosas ese día— contestó en tono juguetón —Ábrelo—
En el interior de la caja Beckett encontró un par de patines de hielo decorados con luces de neon. El mismo tipo de patines que llevaba cada navidad cuando iba a patinar con su madre al Rockefeller Center. Su madre le había enseñado a patinar cuando aún era pequeña, y cada año iban juntas a disfrutar de la decoración navideña.
Tras el asesinato de su madre, había intentado volver a aquel lugar una vez, con Sorenson; pero la nostalgia le había impedido disfrutar. Sin embargo con Castle todo era diferente. Él había conseguido derrumbar su muro y brindarle de nuevo la oportunidad de ser feliz
—Como el loft se iba a llenar de gente esta mañana, supuse que te gustaría hacer algo al aire libre— explicó Castle —Así que llamé a tu padre para pedirle consejo. Me dijo que era algo que solías hacer en navidad cuando eras pequeña—
—Y me encantaba— sonrió Beckett con alegría incontenible
—Bien, porque he comprado también unos para mí— rio Castle al ver que había acertado con la sorpresa
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Unos minutos más tarde se encontraban junto a la pista de hielo. Beckett se calzó los patines sin dificultades a pesar del tiempo que llevaba sin practicar y se lanzó a la pista. Tras dar unas cuantas vueltas recobró la confianza en sus capacidades a realizar algunas piruetas
Castle la observaba desde un banco mientras intentaba ponerse sus patines. Aquella mujer nunca dejaría de sorprenderle. A vio aproximarse con una sonrisa en los labios, una sonrisa sincera de felicidad. Una de esas sonrisas contagiosas que hacen que te de un vuelco el corazón
—Vamos Castle— Beckett se acercó hasta el banco para apremiarle. Tiró de él y lo llevó hasta la pista, donde empezó a acelerar.
— ¡Beckett! — Gritó Castle notando que perdía el control de sus patines — ¡Tengo que confesarte que no se patinar! — exclamó justo antes de perder el equilibrio
La inspectora se agarró fuertemente a su prometido y ambos cayeron al suelo, deslizándose unos metros por el hielo. El escritor y su musa rompieron a reír unos segundos después de detenerse.
—¡Ay! — Se quejó Castle —Creo que me he hecho daño—
—Tendré que cuidarte— musitó ella aun entre risas
Beckett se encontraba sobre Castle, cara a cara tumbados en el hielo, y él apenas podía moverse
—Levanta Beckett — pidió el resintiéndose por el golpe
—Hmm, yo estoy a gusto así — susurró ella antes de besarle. Después se levantó y le tendió una mano al escritor —Vamos, te enseñaré—
Durante las horas siguientes Beckett le enseñó a Castle lo más básico: como sostenerse sobre los patines y como avanzar sin atropellar a nadie. Juntos disfrutaron de una mañana invernal en Nueva York. Patinaron, cayeron, rieron y jugaron con la nieve hasta agotarse. Antes de regresar al loft, decidieron sentarse a tomar algo
—Castle, esto ha sido increíble. Gracias por todo— sonrió Beckett
—Siempre— murmuró Castle, contagiado de la alegría de su musa
De vuelta en el loft, encontraron a ambas pelirrojas ya instaladas
—Katherine, Richard, ¿qué tal vuestro fin de semana? — preguntó Martha al verlos entrar en el apartamento. Aunque por las sendas sonrisas en ambos rostros podían intuir la respuesta
—Buenos días madre— contestó Castle ignorando la pregunta —Hola calabaza— añadió dándole un abrazo a su hija
—Hoy ha cocinado Pi— explicó Alexis.
A pesar de sus reticencias por el novio de su hija, Castle debía admitir que el muchacho intentaba continuamente ganarse su respeto, aunque de un modo un tanto extraño.
Después de disfrutar de aquella comida, compuesta únicamente de frutas y verduras, Beckett se tumbó en el sofá y cayó rendida por el agotamiento. Castle se acercó, la arropó con una manta y depositó un tierno beso en su frente. Ella se revolvió un poco en sueños, envolviéndose en la manta
Parte VI:- Spoiler:
Beckett se despertó unas horas más tarde y encontró el apartamento totalmente desierto. Se lavó la cara para despejarse un poco. Ni rastro del escritor, “estará preparando alguna cosa” pensó son una tímida sonrisa. Pero su intuición le decía que algo no iba bien
Sacó las cajas con adornos navideños que había traído unos días antes. Podía colocarlos por el apartamento junto a los de Castle y darle una sorpresa cuando regresara. Sin embargo unos minutos después recibió la llamada que le cambiaría la vida
— ¿Beckett? — la voz de esposito sonó al otro lado del teléfono
—Dime Espo. ¿Tenemos un caso? — contestó ella
—No… no lo sé Beckett. Nos han llamado, hay algún tipo de problema en el Empire State. — balbuceó el detective
Beckett pudo advertir un deje de pánico en el tono de su compañero
—Espo, suenas muy preocupado ¿Qué sucede? — preguntó ella
—Beckett es… Castle, algo le ha pasado a Castle— respondió con un temblor en la voz.
Sin mediar palabra colgó el teléfono, cogió su pistola y su placa y salió corriendo hacia la puerta. Su corazón latía acelerado en su pecho y respiraba con dificultad por la ansiedad. En ese momento Martha y Alexis entraron en el loft
— ¡Oh Katherine!— exclamó Martha con lágrimas en los ojos —Es horrible—
— ¿Qué ha pasado? ¿Qué pasa con Castle? — preguntó ella aun confusa
—No lo sabemos, no nos dicen nada. Pero sé que algo va mal— replicó Alexis rompiendo a llorar
Beckett cogió las llaves de su coche sin cavilaciones y activo la sirena. Al hacerlo sabía que infringía multitud de normas de la policía, pero no estaba dispuesta a perder un precioso tiempo del que su prometido podría no disponer
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Llegaron al Empire State de forma atropellada, con los nervios a flor de piel y los ojos enjuagados en lágrimas. Allí encontraron a Esposito y a Ryan junto a otros policías acordonando la zona y controlando al tumulto de gente que se arremolinaba entorno al edificio
— ¿Alguien sabe que sucede?— preguntó la inspectora tratando de secarse las lágrimas
—Aun no, pero Lanie está arriba— explicó Ryan. Parecía devastado por la noticia
— ¡¿Lanie?! Pero Lanie solo viene cuando…— Beckett cayó en la cuenta. Solo se requería la presencia de un forense si había un cuerpo
Su corazón se detuvo durante un segundo. Aquello no podía estar pasando en realidad —Castle…— susurró para sus adentros
Echó a correr hacia la entrada del edificio, con el corazón desbocado. Allí dos fornidos guardias de seguridad le impidieron pasar
—Lo siento señorita, está prohibido el paso— la detuvo uno de ellos
— Inspectora Beckett de la NYPD. ¡Déjeme pasar! —exclamó ella mostrándole la placa
—Tenemos orden expresa de no dejar pasar a nadie— replicó el agente
—Soy inspectora de homicidios y el que está allí arriba es mi prometido. ¡Así que va a dejarme entrar si no quiere que saque la pistola! — gritó ella enfadada
Finalmente los guardias cedieron, abriéndole el paso únicamente para ella. Beckett tomó el ascensor lo más rápido que pudo. Durante el excesivamente largo trayecto hasta el piso superior, todo tipo de escenarios desfilaron por su mente
— ¿Lanie?— gritó llamando a su amiga tan pronto como las puertas del ascensor se abrieron —¡¿Lanie?! — repitió al no recibir respuesta
De pronto vio el cuerpo de Castle tirando sobre el suelo, encima de un enorme charco de sangre. El color rojo se mezclaba con el blanco de la nieve a su alrededor. Sintió su mundo derrumbarse en un instante mientras veía la vida escaparse del cuerpo de su prometido
— ¡Castle! — exclamó ella casi suplicando porque aun estuviese vivo. Corrió hacia él, tirando sus guantes a un lado sin importarle el frío —Castle por favor— rogó con lágrimas en los ojos, echándose de rodillas a su lado
Sus manos se llenaron de la sangre que cubría el pecho del escritor. Le acarició la cara, estaba helado. —Castle no me dejes— murmuró mientras las incipientes lágrimas resbalaban por su rostro —Quédate conmigo Rick, quédate conmigo—
Grito a su alrededor pidiendo auxilio, pero nadie parecía oírla.
—Por favor Rick, te quiero— susurró entre lágrimas antes de besar sus fríos labios —No me dejes ahora—
Se inclinó la besarle de nuevo cuando sintió las manos del escritor acariciando su cuello y sujetándola para profundizar en el beso
—Te tengo— sonrió de pronto Castle abriendo el ojos —Te dije que me vengaría por lo de mi cumpleaños— añadió con una carcajada
Beckett abrió los ojos atónita y le dio un empujón con una mezcla de ternura y rabia
—¡Te odio! ¡¿Cómo se te ocurre hacerme esto?! — Exclamó antes de besarle de nuevo con urgencia —Creí que te había perdido—
—Mmm, voy a tener que fingir mi muerte más a menudo— bromeó el escritor —Es que no se me ocurría otra forma para traerte hasta aquí— explicó
Beckett le miro confusa mientras se secaba las lágrimas
—Es mi lugar favorito en esta época del año— El escritor se incorporo
Después cogió a su musa de la mano y la acercó hasta el mirador
—Desde aquí se puede ver toda la ciudad, me encantan las vistas— sonrió él
La panorámica de la ciudad de Nueva York era sin duda una de las más bellas estampas de las navidades. La nieve cubría los tejados de las casas, y en cada parque podía verse a varios niños jugando. Las luces cubrían cada árbol, proporcionando un espectáculo multicolor digno de admiración. El espíritu de la navidad podría respirarse y sentirse en todo el ambiente, y algunos villancicos se escuchaban en la lejanía
—Tienes razón... es precioso Rick— murmuró ella asombrada por las vistas
Castle la cogió por la barbilla, se inclinó ligeramente sobre ella y besó sus labios. Beckett respondió al instante, pasando sus brazos por la espalda del escritor para mantener el equilibrio, y se entregó al beso.
—Feliz Navidad, Kate— susurró el escritor antes de besarla de nuevo bajo los copos de nieve que caían sobre la ciudad de Nueva York
- Para NathanFan2011:
- María.
El loft estaba iluminado débilmente por las velas y los adornos del árbol de navidad. En la chimenea, el fuego danzaba animadamente al mismo tiempo que el calor se extendía por el salón. Aún faltaban un par de horas para año nuevo y el loft ya estaba casi vacío, solo dos personas disfrutaban de la cálida estancia, de su mutua compañía mientras que repasaban todo lo vivido en aquel último año.
Beckett deja que su mente vuele al día de la boda, aquel momento en el que su padre la guiaba del brazo hacia el altar, donde Rick la esperaba con las manos entrelazadas, con una sonrisa de oreja a oreja, la verdad es que desde un principio supo que Rrichard Castle no iba a ser un simple grano en el culo, poco a poco, a lo largo de los años dejó de ver a ese egocéntrico, inmaduro e infantil hombre sentado a su lado día a día y admiró al verdadero Richard Alexander Rodgers.
Y se enamoró de él sin siquiera darse cuenta.
Pero, el recuerdo que perdura y perdurará para siempre en su memoria es cuando, con las manos temblorosas vio que era positivo, la prueba de embarazo era positiva, aún tiene grabada la cara del escritor cuando se lo dijo, su sonrisa era mayor que la que tenía cuando aguardaba por ella en el altar.
Y mira tú, que se dice que 2013 iba a ser un año lleno de mala suerte por el simple eso de contenter un número con no muy buena reputación, para ella ha sido todo lo contrario, uno de los mejores de su vida y ahora que acaba. Quizá suene estúpido pero no puede evitar pensar ¿Seguirá todo siendo igual?
Durante estos 365 días se ha sentido como si estuviese en una nube y no quiere que esa sensación cambie, no quiere perder la vida que tiene ahora.
La agradable sensación del escritor acariciando su mejilla la hace volver de ese planeta imaginario en el que se había perdido con sus pensamientos. Ella sonríe tímidamente, dejándose hacer, acurrucándose en sus brazos, perdiéndose en su calor pero, entonces recuerda lo que la navidad significa para él, pasarlo en familia, hace unas horas que Alexis y Martha se han ido a ver como Nueva York acoge el nuevo año, la verdad es que es impresionante, tanto los fuegos artificiales que se funden en el cielo, como los mensajes de ¡Feliz año nuevo! Que brillan en lo alto de los edificios.
Y es por eso que ella no puede evitar preguntarlo.
—Rick...¿Estás seguro de que no quieres estar con tu familia?—Pregunta en un susurro casi inaudible.
—Kate...Ya hemos hablado de esto...—Suspira él mientras que acaricia su vientre, haciendo una leve pausa—Tú ahora eres mi familia también, vosotras lo sois. —Refiriéndose al bebé.
—Y no hay mejor compañía para despedir el año y acoger al nuevo. Te quiero, te quiero Kate y me ofreciesen lo que me ofreciesen no lo cambiaría por nada del mundo.
—¿Aunque fuese una pistola laser?
Rick se toma un fingido tiempo, haciendo una graciosa mueca. —No está a la altura— Asiente con determinación y Kate besa sus labios suavemente.
—Sabes Kate...He estado pensando...Estás ya de 8 meses...¿Por qué no le ponemos nombre?
—Estoy de acuerdo contigo, Rick...
—Bien...¿Qué te parece Johanna?
Kate niega con la cabeza.—No quiero que se llame como mi madre...
Rick asiente y le da un beso en la mejilla. —¿Emily?—Kate niega. — ¿Leia?
—No pienso llamar a mi hija como la princesa de la guerra de las galaxias, Castle. —Replica Beckett, soltando una suave carcajada.
—Había que intentarlo...—Alega el escritor con voz pueril.
—¿Sabes?, yo había pensado uno...—Confiesa Kate con timidez.
El escritor la mira con interés, animándola a continuar con la mirada.
—María, me gusta maría.
—¿María?
—María—Se parafrasea, tomando un poco de aire.
—¿Por qué María?, es un nombre muy bonito, pero no es muy común...
—Es por...Una persona que conocí en el instituto...Es una larga historia...
—Me gustan las historias largas...—Susurra Castle sobre sus labios.
La inspectora coge aire y afirma tímidamente.
—Cuando estaba en el instituto yo...No era ni mucho menos como soy ahora, la verdad es que era un poco...idiota. En mi clase había una chica, era inmigrante y había llegado hacía poco a Estados Unidos, por lo que aún no dominaba muy bien el idioma. Fuimos muy crueles con ella, pero un día me di cuenta de lo que le estábamos haciendo. Dejé de lado a todos, Maddison y un par de amigos más fueron los únicos que me apoyaron, pero ellos no se acercaron a María, fui su amiga, era una chica increíble pero un poco tímida, no era como los demás niños. Me lo pasaba genial con ella, íbamos de compras, me enseñó a hablar Español, era muy lista...Pero... un día...tuvo un accidente de coche y murió en el acto. Al principio, hasta los causantes de sus burlas y bromas se quedaron conmocionados, tristes por su muerte pero ellos lo superaron a los pocos meses y ya nadie se acordaba de aquella chica Española que se sentaba al final de la clase con su cuaderno de los Beatles. Pero yo no pude olvidarla, Rick, y no quiero hacerlo, aquella chica era maravillosa y me gustaría que mi hija tuviese algo de ella...
La detective agachó la cabeza, finalmente había dejado que las lágrimas corriesen por sus mejillas libremente.
Entonces, sintió como Rick colocaba una mano en su vientre y susurraba. —Hola María, ¿Sabes?, hoy mamá y yo hemos decidido tu nombre, tienes muchísima suerte de tener una madre como ella, pequeña, y un padre como yo, por supuesto, pero mamá es extraordinaria, la mejor detective y persona que he conocido nunca...—Beckett no le dejó terminar, posó sus labios sobre los suyos con fuerza. A lo lejos se escuchaban las campanadas de las doce, mezclados por el ruido de los cohetes al explotar en el cielo, las lágrimas de Kate seguían corriendo por sus mejillas pero, esta vez no eran de tristeza, sino de felicidad, una felicidad increíble pues ahora estaba segura de que el 2014 iba a ser mejor incluso que el 2013 por el simple hecho de tener a Rick y a su hija junto a ella, María.
—Feliz año nuevo, Kate.
—Feliz año nuevo, Castle —Sonrió y chocó su vaso de agua con la copa del escritor.
Fin 01/01/2014
¡Feliz año nuevo!
Adivinanza de tu Secret:No nos conocemos la verdad pero fui una de las primeras en apuntarme también y mi nombre es sinónimo de catástrofe...
Feliz año nuevo!
- Para katebeckett78:
Te dejo un ejemplar único, el comic del primer capitulo de “Castle" dedicado por nuestros protagonistas.
Bueno solo puedes visualizar la portada pero siempre te quedara muy chulo en tu fondo de escritorio.
https://2img.net/r/ihimizer/img838/9616/rfoz.jpg
Adivinanza de tu Secret:
[b][b]No es la primera vez que “consigo” una dedicatoria de nuestros protagonistas favoritos.
Última edición por qwerty el Vie Ene 03, 2014 3:06 pm, editado 2 veces
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Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
ENTREGA DE REGALOS
Parte 3
Y con ésta terminamos
- Para AlwaysSerenity:
Lo tienes descargable en:
https://mega.co.nz/#!vAd02IwS!FnKUVhN26kwUvOKluMtrwALcjnwRvSGLT2r599fOf9UJuego de poderes
Hacía poco tiempo que Kate se había instalado definitivamente en lo de Castle. Todavía se estaba acostumbrando a convivir, no solo con él, sino también con Martha y Alexis, la cual si bien casi no vivía allí debido a la universidad, solía pasar a quedarse los fines de semana en la casa.
Ese fin de semana Martha se había ido con la intención de dejarlos solos, aunque ninguno contaba con que Alexis aparecería sin avisar el viernes por la noche. No es que fuera mal recibida, todo lo contrario, Castle estaba encantado con su presencia y quería aprovechar para pasar esos días con sus mujeres más amadas. Ya estaba planeando una cena especial cuando Alexis avisó que saldría con sus amigas. Castle había sentido cierta desilusión al principio, pero Kate había actuado rápido. Poco a poco, con caricias y su encanto, le susurró al oído dulces palabras de amor y la promesa de una romántica y apasionada noche. Para él era imposible rehusarse a sus encantos por lo que rápidamente se olvidó de todo lo malo.
Luego de una noche de pasión como tantas otras, pero a la vez, inolvidable y única, salió el sol y con él, el comienzo de un nuevo día… juntos. El primero en despertar fue Castle, quien aprovechó para observar a Kate dormir. Le encantaba hacerlo, más aun luego de una noche como la que habían tenido, ya que podía admirar su hermoso cuerpo desnudo. Mirarla dormir se había convertido en su ritual preferido desde que ella se había decidido a dejar definitivamente su departamento para vivir con él y su familia. No podía creer lo afortunado que era al tenerla a su lado… Que su amada detective lo aceptara y lo amara tanto como él a ella. No había nada de ella que no quisiera, ni siquiera su terquedad y su entrega en lo que ella creía lo correcto. Esa actitud le había traído problemas a su relación antes, casi al punto de romperla por completo… pero habían sabido superarlo y por eso su relación era más fuerte que nunca.
Vio la hora y decidió que, muy a su pesar, era momento de levantarse. Se inclinó muy suavemente y le dio un beso en la sien, para luego levantarse. Se dio un baño rápido y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Mientras estaba en eso notó que la heladera estaba casi vacía, tendrían que ir a hacer compras.
Unos minutos después Kate apareció en la sala, ya higienizada y para desgracia de él, vestida. Le fascinaba verla con pijama o mucho mejor, sólo con una camisa suya.
- Buenos días. – saludó Kate, todavía algo dormida. Llegó a la isla de la cocina y se apoyó en ella con los codos.
- Buenos días. Tenía la esperanza de que durmieras un poco más para sorprenderte con el desayuno preparado. – le dijo él. Kate le dedicó una sonrisa al tiempo que escogía algo para comer.
- Sólo quieres verme desnuda mientras duermo… o mejor dicho, mientras tú piensas que duermo. – le dijo con total despreocupación, aunque con cierto tono de reproche y provocación. Castle la miró sorprendido y extrañamente mudo. – ¿Ese es mío? – le preguntó señalando la tasa que él tenía en la mano. Castle bajó la vista y luego volvió a mirarla. No podía creer que ella estuviera despierta todas esas veces que la creía dormida, que lo escuchara susurrarle cosas pensando que ella no lo escuchaba. - ¡Castle, despierta! – le gritó para llamar su atención, sobresaltándolo.
- Eh… Sí, perdón… – tartamudeó mientras le alcanzaba la taza. Kate no podía evitar sonreír al ver su reacción, y tenía que contenerse para no provocarlo más. Aceptó el café y dio un sorbo… Le encantaba el café que preparaba.
- Mmm… ¡Está delicioso! – exclamó.
- ¿Desde hace cuánto?
- Desde siempre.
- ¿Desde siempre? – preguntó incrédulo.
- Sí, siempre me gustó el café que preparas. – le contestó. Ella sabía que no le preguntaba de eso, pero no podía evitar jugar un poco con él.
- ¿Qué?-- ¡No! ¿Hace cuánto finges que duermes?
- ¡Ah, eso! No sé… Varios días… ¿Por qué? ¿Hay algún problema?
- ¿Problema? ¿Cómo pudiste hacerme eso? – le reprochó extrañamente ofendido, lo cual llamó la atención de Kate.
- Tampoco es para tanto, ni que hubiera fingido un orgasmo. – Castle casi se atraganta con el café al escuchar sus palabras. – No te pongas así. Un día me desperté temprano pero no quería levantarme, así que me quedé acostada con los ojos cerrados. Al rato te escuché hablar y… no sé… Sólo me dio curiosidad lo que decías… Y sabía que lo disfrutabas. ¿Acaso está mal?
- ¿Alguna vez fingiste un orgasmo? – le preguntó repentinamente inseguro, y a Kate la agarró tan desprevenida esa faceta suya que no pudo evitar reírse y a la vez morir de amor por él. La cara de terror de Castle solo empeoró las cosas.
Kate levantó las manos en señal de paz para que pudiera calmarse y que él no se pusiera peor.
- Dije: “Ni que hubiera fingido”. ¿Cómo puedes pensar eso? ¿Dónde quedó todo ese ego que tienes? – le preguntó mientras daba la vuelva a la isla de la cocina para acercarse a él. Castle rezongó como un niño, gesto que a ella le encantaba. – Vamos, solo estaba bromeando. – se disculpó, pasando los brazos sobre sus hombros. – No pensé que te pusieras así por saber que estaba despierta.
- No es…
- Pongamos las cosas en claro. Tú disfrutabas de mirarme dormir y yo lo hacía escuchándote hablar. ¿Cuál es el problema? Los dos salíamos ganando. – Su confesión le hizo levantar la vista para mirarla.
- ¿Te gustaba?
- ¡Claro! ¿Piensas que lo seguiría haciendo si no me gustara? Siempre me despierto antes que tú. ¿A qué mujer no le gusta que el hombre que ama le diga cosas lindas? – Castle se quedó pensativo.
- No creí que…
- ¿Me perdonas? – Él lo pensó… y lo pensó… y lo pensó. - ¡Contesta!
- Mmm... No lo sé… Me dolió mucho que me mintieras… - dijo, aunque no sonaba ofendido, y Kate sabía lo que eso significaba. Estuvo a punto de sonreír, pero se contuvo, tenía que ponerse en situación.
- ¿No hay nada que pueda hacer para aliviar ese dolor? – le preguntó ella insinuante, mientras una de sus manos bajaba por su torso para luego abrazarlo. Su otra mano jugaba con su oreja, haciendo que a él le costara mantener la concentración.
- Bueno… Se me ocurre algo…
- Ah-há… - murmuró ella sin dejar de acariciarlo.
- Pero te advierto que será un castigo severo… - le advirtió.
- Supongo que es necesario…
- Lo es. – sentenció, lo más serio que pudo. – Serán 4. – dijo únicamente. Kate se detuvo un momento para mirarlo, sin entender bien a qué se refería… hasta que Castle giró levemente la cabeza y señaló su cuello… Quería besos. Se mordió el labio para contener las ganas que tenía de comérselo a besos y se controló. Por un momento supuso que el castigo no era besarlo, sino hacerlo solo 4 veces. Se acercó a su cuello y apoyó sus labios delicadamente sobre su piel, suave y perfumada por la reciente afeitada. Castle enderezó la cabeza y señaló su mejilla. Acto seguida, Kate le dio un beso en el lugar señalado. El siguiente lugar fue la comisura del labio, y ella así lo hizo. Por último… la boca… ¡Sí, la boca! ¡Esa boca que tanto amaba besar y que tanto le divertía y encantaba al oírlo hablar! Kate se acercó muy lentamente pero cuando estuvo a escasos milímetros retrocedió al ver que él se acercaba.
- La del castigo soy yo, no tú. Quédate quieto. – lo regaño con cierta diversión.
- Entonces apúrate, que se enfría el desayuno.
- No es fácil, tengo que hacerlo bien. – le dijo. Estaba jugando con él y su ansiedad. Castle rezongó pero se quedó quieto y no dijo nada. Ella volvió a acercarse y lo probó de nuevo, pero esta vez se había resistido y mantenido quieto. Sonrió levemente para luego juntar sus labios con los suyos, y lo besó lentamente… suavemente… sintiendo cada reacción de él… disfrutando hasta el más ínfimo de su contacto…
Hasta que fueron interrumpidos por el sonido de la puerta… Era Alexis, que recién llegaba de la salida con sus amigas. Ambos se separaron y cada uno volvió a su desayuno.
- Hola, papá. Beckett. – dijo Alexis simplemente. Se la veía bien, aunque cansada. No paró a saludar. Simplemente sacudió la mano en el aire y comenzó a subir las escaleras. – No se preocupen por mí, me voy a dormir.
- ¿La pasaste bien? – alcanzó a gritarle Castle.
- Muy bien. Nos vemos en un rato. – contestó ella. Castle se acercó a la escalera y miró hacia arriba.
- Te despierto para comer. – le avisó.
- Perfecto. – le gritó ella de vuelta.
- Creo que no está con muchas ganas de charlar. – le dijo él a Kate, quien le sonrió.
- Debe estar cansada. Es tarde… o más bien temprano. – se corrigió, viendo la hora… Las ocho de la mañana.
- ¡Cierto! Hablando de comida… La heladera está vacía. Hay que ir a hacer compras.
- De acuerdo. Terminamos de desayunar y vamos.
- ¿Vienes conmigo?
- Sí, y de paso compro algunas cosas que me hacen falta.
- Bien.
Así que cada uno se dedicó a desayunar tranquilo y cuando todo estuvo lavado y guardado, salieron. Kate no contaba con su coche debido a que le estaban haciendo un mantenimiento de rutina. Por ende, irían en el de Castle. Bajaron al estacionamiento del edificio y caminaron hasta el vehículo. Unos pasos antes de llegar, Kate le bloqueó el paso.
- Dame las llaves, manejo yo. – le pidió. Hizo ademán de sacarle las llaves pero él no le dejó.
- Nada de eso. Yo nunca manejo y es mi auto. – Kate siguió insistiendo en tratar de sacarle la llave, pero él se mantuvo atento para no dejar que se la sacara. – Además, no sabes a donde tenemos que ir.
- Pero puedes decirme y entonces lo sabré. – se justificó, haciendo un intento más.
- Poder y querer son cosas distintas. Yo manejo. – insistió, evitando una vez más que le sacara la llave, y para que no pudiera verlas se las puso en el bolsillo trasero del pantalón, lejos de su acceso. Kate lo miró con los ojos entrecerrados, pero luego suspiró resignada.
- Está bien, pero la próxima me toca a mí. – Le rodeó el cuello con los brazos y empezó a besarlo lentamente. De a poco Castle se relajó y se entregó al beso, por lo que Kate comenzó a bajar las manos muy lentamente por su cuello, su torso, hasta su espalda, y fue bajando por ella hasta meter las manos en ambos bolsillos traseros y apretar su hermoso trasero. Primero Castle lo disfrutó pero de pronto recordó donde había puesto las llaves. ¡Era demasiado tarde! Kate se separó de él, llavero en mano, y con una gran sonrisa de satisfacción.
- ¡Hey, eso es trampa! – gritó como un niño caprichoso.
- ¿Acaso me vas a decir que no te gustó? – le dijo pícaramente mientras abría la puerta del conductor y ya se acomodaba en el asiento. – Sube al coche de una vez y vamos. – le ordenó. Castle rezongó, pero dio la vuelta para subirse al asiento del acompañante con un solo pensamiento en su cabeza… Más tarde llegaría la revancha.
Mientras hacían las compras Castle insistió en llevar el carro de compras, alegando que por lo menos manejaría algo. Kate aceptó entre risas y luego ambos se tentaron. Era una experiencia nueva para ambos ya que era la primera vez que iban de compras juntos para abastecer el lugar donde vivían. Una vez que tuvieron todo, pidieron que mandaran las cosas a domicilio, y emprendieron el regreso.
Al entrar al loft todo parecía tranquilo y silencioso. Les había llevado bastante tiempo comprar todo, así que Castle decidió que lo mejor sería ponerse a preparar el almuerzo. Afortunadamente ya sabía lo que quería cocinar y por eso había apartado lo que necesitaba de las compras.
- Parece que Alexis sigue durmiendo. Iré a verla y luego empezaré a preparar la comida. – avisó Castle luego de dejar las bolsas en la mesada de la cocina.
- De acuerdo. Voy a dejar unas cosas y vengo a ayudarte. – dijo Kate. Se dieron un beso y cada uno fue a lo suyo. Castle subió y se asomó para ver si Alexis estaba bien. Una vez que comprobó que dormía tranquilamente volvió a la cocina.
Kate acomodó las cosas que había comprado para ella, y luego tendió la cama, que había quedado desarreglada desde la mañana. Al terminar, salió de la habitación para ayudar a Castle con la comida.
- ¿Qué vamos a comer? – preguntó al verlo tan hacendoso. - ¿Te ayudo?
- Pasta carbonara. – Kate se puso a su lado y observó lo que estaba haciendo. Le encantaba que él supiera cocinar. Todavía recordaba aquella vez que él se había quedado a dormir en su antigua casa, aquella que explotó, y a la mañana siguiente insistía en hacerle waffles. No pudo evitar sonreír ante ese recuerdo. – Si quieres puedes buscar vino o preparar la mesa. – le dijo Castle, sacándola de su burbuja.
- Puedo hacer las dos cosas… si me muestras bien donde está todo.
- ¿Todavía te cuesta encontrar las cosas? – le dijo él con tono divertido.
- Ufff… esto es como un laberinto. – bromeó ella.
- En ese caso, cómo no. – La abrazó por detrás y empezó a llevarla por la cocina, abriendo las alacenas para mostrarle donde estaban las platos, los vasos, las fuentes y por último, el vino. Le dio un beso en el cuello y la soltó. – Todo suyo, señorita. – exclamó, y volvió con la comida.
- Gracias. – Le sonrió y después se concentró en poner la mesa. Cuando todo estuvo listo, buscó el vino y 2 copas. Estaba a punto de ponerse a abrirlo cuando él tomó la botella y se la sacó.
- Déjame, yo me encargo. – pidió. Abrió la botella y sirvió una copa. Hizo ademán de pasársel, pero cuando ella la quiso agarrar la corrió para atrás. – ¿Qué pasa, Kate? Toma la copa. – le dijo con toda naturalidad.
Kate abrió la boca sorprendida. Castle la miraba con una encantadora expresión de inocencia… pero había algo más…
- La tomaré si me la das.
- ¿Cómo no voy a dártela? – exclamó él extrañado. Volvió a acercar la copa, y cuando ella acercó las manos, él volvió a alejarla, apuntando hacia las ventanas con ella. - A la tarde podríamos salir a pasear. Es un hermoso día.
- ¡Castle! – se quejó, y él la miró como si nada.
- Dime. – le dijo tranquilamente.
Kate se quedó mirándolo, intentando dilucidar su juego. Era claro que se trataba de una lucha de poderes, y le molestaba que estuviera tan calmado.
- Sí, es cierto, es un hermoso día para estar afuera. – le dijo finalmente, apoyándose sobre la mesada. Tenía que distraerlo. - ¿Pensaste algún lugar para ir? – Castle se colocó junto a ella, pensativo.
- A decir verdad estaba pensando en… - Kate aprovechó la distracción y se movió rápidamente hacia la copa. – ¡Hey! No, no, no, no… Nada de eso. - exclamó él, apartándose con una sonrisa. – Si la quieres, tendrás que quitármela. – la retó levantando una ceja provocativamente. Kate ya echaba fuego por los ojos. Volvió a acercarle la copa… y a retroceder. Cada vez que hacía esto, Kate se acercaba más. Cuando quedaron uno frente al otro ella empezó a agarrarlo y prácticamente a treparse por su cuerpo porque él, aprovechando su altura, ponía la copa en alto.
- Dámela. – le exigió, en una mezcla entre regaño y diversión. Era consciente de que si quería podía agarrar la otra copa y servirse, pero sabía perfectamente que ese no era el juego y que si lo hacía sería una muestra de debilidad. Estaba decidida a sacársela.
Cambió de táctica una vez más. Dejó de insistir en alcanzar la copa y empezó a jugar con él. Se colocó delante de él y comenzó por abrirle la camisa y acariciarle. Castle estaba empezando a bajar la guardia cuando recordó lo que había sucedido con las llaves del coche y rápidamente se obligó a concentrarse.
- Esta vez no te dará resultado. – le advirtió con toda la entereza con que le fue posible. Kate hizo de cuenta que no lo escuchaba y siguió acariciándole. Duplicó la apuesta. Se acercó aún más, presionándose contra él, y empezó a besarle el cuello, muy cerca de las orejas, mientras sus manos se paseaban estratégicamente por su espalda. Castle por momentos contenía la respiración… le costaba mucho controlarse. – Estás jugando con fuego, Kate. – dijo él, al ver que ella se acercaba al cinturón de su pantalón.
- ¿Temes quemarte? – lo provocó ella con cierta diversión.
- No vas a lograrlo. – fue lo único que contestó, mirándola directamente a los ojos. Kate le mantuvo la mirada, y finalmente desistió… Había visto en su mirada que decía la verdad.
- Mmm… Está bien. Tú te lo pierdes. – aceptó. Le volvió a abrochar la camisa y lo tomó del rostro para besarlo seductoramente. Ese solo beso fue tan profundo y sentido que Castle quedó embelesado, a tal punto que cuando se separaron simplemente le ofreció la copa sin problemas. Ella, al verle la cara, se mordió el labio. Era tan tierno que se lo comería a besos hasta el cansancio. – Muchas gracias. – le dijo amablemente. Le dio otro beso igual y después se separó para tomar un trago de vino.
- Siempre.
Ambos se miraron y se sonrieron, cómplices del secreto que ocultaba esa palabra para ellos.FIN
Adivinanza de tu Secret:"Soy de otro continente."
- Para todos:
Quería participar y no sabía cómo. Lo malo es que no me ha dado tiempo a completar lo que quería hacer. Intentaré terminar la idea que llevaba mañana o pasado.
A lo grande para que hagáis lo que queráis con él.
https://2img.net/r/ihimizer/img571/4372/t6uy.jpg
[b]Adivinanza de vuestro Secret:[b]La que os ha atosigado
______________________
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qwerty- Escritor - Policia
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Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Muchas gracias a mi Secret, aunque como no me ha dejado ninguna pista no se como adivinar quien ha sido. Me ha encantado el primer montaje, creo que leistes mis preferencias muy bien. Si, ese es MI CAPITULO. Como dices en el último, yo también te deseo un
Y el regalo común de qwerty UNA MARAVILLA. Gracias para amb@s.
FELIZ AÑO
Y el regalo común de qwerty UNA MARAVILLA. Gracias para amb@s.
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
uuUUUUUAW me ha encantsdo!! aunque no se quien ha sido...Muchas gracias!
Apocalipsis.- As del póker
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Edad : 27
Localización : Vivo con David el Nomo :3
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!
Pero no se muy bien quien ha podido ser quien me lo haya escrito, puede que Virginia? (KATEBECKETT78)
FELIZ AÑO!
Pero no se muy bien quien ha podido ser quien me lo haya escrito, puede que Virginia? (KATEBECKETT78)
FELIZ AÑO!
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Gracias a mi secret santa me encanto cuando vuelva a casa lo bajo a mi compu
nose quien fue pero muy bueno
feliz año para todos y clau yo no fui la que te lo escribio
besitos
nose quien fue pero muy bueno
feliz año para todos y clau yo no fui la que te lo escribio
besitos
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Muchas gracias a mi Secret Santa, me ha gustado mucho su trabajo, creo que estoy casi segura de quién lo ha hecho y quizá me aventure a decirlo. Pero lo que si puedo asegurar es lo mucho que me ha ilusionado recibirlo, más cuando yo soy una participante, a lo expontaneo jajajajajajajaja
Por algunos detalles de sus gustos, y por alguna que otra pista creo que ha sido Kate&Rick, sobre todo por lo que la gustan, Stana, los unicornios y el detalle de la luna con el anagrama de Castle y la pluma en su patita, jajajajaajaja muchas gracias de nuevo. Y espero que sigas animando el invierno también, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Y muchas gracias también a QWETY, que se lo ha currado ella sola, y no solo ha estado pendiente de hacerlo, montarlo y sortear los regalos, también nos ha obsequiado una auténtica maravilla.
Por algunos detalles de sus gustos, y por alguna que otra pista creo que ha sido Kate&Rick, sobre todo por lo que la gustan, Stana, los unicornios y el detalle de la luna con el anagrama de Castle y la pluma en su patita, jajajajaajaja muchas gracias de nuevo. Y espero que sigas animando el invierno también, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Y muchas gracias también a QWETY, que se lo ha currado ella sola, y no solo ha estado pendiente de hacerlo, montarlo y sortear los regalos, también nos ha obsequiado una auténtica maravilla.
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
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Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Apocalipsisssssss!!! Muchísimas gracias por tu regaloooooo!!!! Me ha encantado, de veras, sobre todo porque me hace mucha ilusión que le hayas puesto MARÍA a la niña!!! Es parte de mi nombre real, que es María Victòria, jijiji....
NathanFan2011- As del póker
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Localización : Soy de Barcelona, Cataluña y en los foros suelo utilizar el nombre de Dana aunque me llamo Maria Victòria.
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
agecastbet escribió:Muchas gracias a mi Secret Santa, me ha gustado mucho su trabajo, creo que estoy casi segura de quién lo ha hecho y quizá me aventure a decirlo. Pero lo que si puedo asegurar es lo mucho que me ha ilusionado recibirlo, más cuando yo soy una participante, a lo expontaneo jajajajajajajaja
Por algunos detalles de sus gustos, y por alguna que otra pista creo que ha sido Kate&Rick, sobre todo por lo que la gustan, Stana, los unicornios y el detalle de la luna con el anagrama de Castle y la pluma en su patita, jajajajaajaja muchas gracias de nuevo. Y espero que sigas animando el invierno también, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Y muchas gracias también a QWETY, que se lo ha currado ella sola, y no solo ha estado pendiente de hacerlo, montarlo y sortear los regalos, también nos ha obsequiado una auténtica maravilla.
Premio para ti. acertaste con la autora. Me alegro que te haya gustado.
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
ME HA ENCANTAADOOOO :inlove:Gracias a mi secret santa aunque no estoy muy segura de quien es tengo algunas dudas :think:asi que....como no estoy muy segura de momento no digo nada y sigo averiguando...
BEESOOOSSS
BEESOOOSSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Ahfjdhhdhsbdjhd muchas gracias anonimoo! Es perfectoo
xCaskett- Escritor - Policia
- Mensajes : 1693
Fecha de inscripción : 23/02/2013
Edad : 27
Localización : En Málaga, Al lado del el chale en la playa de Castle
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
xCaskett escribió:Ahfjdhhdhsbdjhd muchas gracias anonimoo! Es perfectoo
Ya no soy anónima, soy yo quien te ha hecho tu SECRET SANTA. Después de leer qe te gustan los caballos estuve buscando fotos de estos preciosos animales. Después de varios intentos de hacer un montaje con fotos de Stana con diferentes fotos de gente a caballo, me decidí por esa foto de una chica que miraba a la cámara. Creo que me quedó bastante bien este montaje, me alegro que te haya gustado, jejeje...
NathanFan2011- As del póker
- Mensajes : 357
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Localización : Soy de Barcelona, Cataluña y en los foros suelo utilizar el nombre de Dana aunque me llamo Maria Victòria.
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
Agescastbet, mil gracias por el regalo. Me encantó!!!! Muy ingenioso, no me lo esperaba!!!! jajajajajajaja.
nato_kine- Policia de homicidios
- Mensajes : 510
Fecha de inscripción : 16/02/2012
Edad : 38
Localización : Argentina
Re: SECRET SANTA - REYES MAGOS 2013
nato_kine escribió:Agescastbet, mil gracias por el regalo. Me encantó!!!! Muy ingenioso, no me lo esperaba!!!! jajajajajajaja.
De nada, pero en sí, el regalo no es ese, sino los protagonistas del mismo. Si!!! los muñecos que aparecen en las imágenes. Si te apetece tenerlos, me tienes que decir la forma de hacértelos llegar.
Como no sabía a quién le iban a tocar, y por recomendación de Qwerty, hice ese espantoso montaje, con el objeto de que la persona a la que le tocasen, los disfrutara hasta que decidiera si quería o no romper su anonimato, para recibirlos.
Mi nombre es Adriana, soy de Madrid, España. Si quieres recibirlos, no tienes más que decirme dónde te los envío. Y me hace mucha ilusión que te gustasen, no soy especialmente habilidosa con los temas de imagen, me hubiera gustado hacer algo mejor, pero es lo que hay, jajajajajajaja
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
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