El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
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El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Hola de nuevo. Lo primero saludar a todos los miembros que me conocen por haber leído alguna de mis historias anteriores. Se que tengo una historia sin terminar y pienso terminarla. Sé que tardo mucho pero sabéis que siempre las acabo. He estado muy ocupada primero una cosa, luego otra, ha sido un no parar, he podido seguiros pero no he podido escribir y ahora que tengo unos días libre pienso aprovechar y terminar...Una historia diferente a la verdadera historia...además de está que voy a comenzar y espero de corazón que os guste. Llevó mucho sin escribir y espero que sea como montar en bici que no me haya olvidado jejej y escriba un churro.
Bueno a los nuevos miembros que seréis muchos y eso me alegro ya que este foro lo merece por lo genial que es...Me llamo Ana y soy fan de Castle hasta la médula, he escrito varias historias de Caskett e incluso de Stanathan , si os interesa al leer este y os gusta mi manera de escribir preguntar y yo encantada os indico los otros.
Bueno pues aquí va mi nueva historia, espero que os guste...
El amor es para siempre...
Una mujer de cuarenta y pico años, alta y esbelta caminaba con su hijo de unos dieciséis años por el cementerio despacio y abrazados. La mujer llevaba un ramo de flores de varias clases y colores. Sin soltarse ambos se pararon delante de una tumba. En silencio la mujer se agachó y dejó las flores mientras susurraba un “Nunca te olvidaremos.”
El grabado de la tumba decía:
“Teniente Samuel Anderson.
Todo por la patria… y por su familia.”
De nuevo abrazados madre e hijo volvieron al coche.
-Te noto muy callado.
-No es nada mamá, sabes que venir…-dijo secándose una lágrima rebelde.
-Te entiendo cariño.-dijo su madre rodeando el coche y abrazándolo. Le dio un beso en la frente y sonriéndole le dio la vuelta al coche para subirse en él.-Ven, vamos a tomar un helado.
-No puedo, he quedado con mis amigos, ya sabes…para no pensar en el día que es.-dijo dándose la vuelta para marcharse.
-Vale, pero por favor, no vuelvas a meterte en líos.-Suplicó.
-Si mamá. ¿Mamá?-preguntó cuando esta iba a entrar en el coche, preocupada. -¿Porqué me llamo Richard? No tenemos ningún familiar que se llame así.
Kate notó que empezaba a ponerse nerviosa y sonrojada.
-Bueno…pues… porque siempre me ha gustado ese nombre.
Richard no dijo nada más se alejó del coche con la cabeza agachada y llena de pensamientos.
Kate suspiró y subió al coche. Cuando se relajó puso el coche en marcha hacia su casa.
-¡Ey Rick! Estamos aquí.-dijo James cuando vio a su amigo entrar en el bar.
-¿Qué tal chicos?-Les estrechó la mano a sus dos amigos y se sentó con ellos.
-Te noto raro colega.-Sonrió Adrián a Richard.
-No sé que hacer con mi vida.-Suspiró.
Sus amigos se miraron en silencio.
La camarera les trajo lo de siempre y ellos bebieron a la vez de sus botellines, alargando el silencio.
-No te agobies, seguro que encuentras algo que te guste.
-Porque no te haces escritor, eres el mejor de clase en las redacciones y lengua. La profesora dice que te expresas de maravilla.
-Hace tiempo que estoy pensando en algo.-dijo mientra sacaba un folleto de su chaqueta.
-¡El ejército!-dijeron sus amigos a la vez.
-Es profesor de gimnasia dice que soy muy bueno en la lucha cuerpo a cuerpo y ágil.
-Chaval estás loco, meterte en el ejército es pensar en la muerte rondándote constantemente.
-Mi padre fue militar.-Gruñó.
-Y mira como acabó.
Richard los fulminó con la mirada, sacó un billete, lo dejó en la mesa y se marchó sin escuchar a sus amigos que le pedían que volviera.
Kate preparaba la cena cuando su hijo entro en casa.
-¡Hola cariño! ¿Te lo has pasado bien?-Preguntó sin dejar de mirar el fuego.
Rick no la escuchó y subió a su cuarto.
-¡Ricky!-dijo Kate girándose, pero su hijo no estaba.
Apagó en fuego, se limpió las manos en el delantal y dejándolo en la cocina subió al piso superior.
Llamó varias veces a la puerta pero nadie contestó. Kate suspiró y cogiendo aire entró en el cuarto de su hijo.
Richard tumbado en la cama miraba un álbum con los cascos puestos.
Se acercó a él y pudo comprobar que miraba fotos de su padre y él.
Tocándole suavemente el hombro, le quitó los cascos.
-Cariño la cena está lista.-Susurró sentándose a su lado.
-Mamá ¿porque no hay fotos de papá contigo y conmigo en el hospital?
-Papá no estaba aquí cuando tú naciste, estaba en Irak.-dijo dulcemente antes de besarle la frente.
Kate se levantó y al ver el escritorio de su hijo tan desordenado su instinto fue ir a ordenarlo.
-Mamá no toques…
Pero Kate ya tenía en sus manos un folleto en particular.
-Richard ¿Qué es esto?
Este se levantó rápidamente y le quitó en folleto.
-Estoy pensando apuntarme.-Murmuró con la cabeza agachada.
-No lo dirás en serio.-dijo elevando la voz.
Richard afirmó con lágrimas en los ojos.
-Richard ya perdí a tu padre y no pienso perderte a ti. ¡Me escuchas!-Gritó mientras lo cogia por los hombros y lo zarandeaba.
Rick se alejó de ella.
-No puedes decidir por mí. ¡Quiero seguir los pasos de papá!
-Eso no lo harás nunca.
Richard no la miró, cogio su chaqueta y empezó a salir de la habitación.
-¿Adonde vas?
Ambos salieron de la habitación y empezaron a descender por la escalera.
-A casa de tía Margaret.-dijo saliendo de la casa dando un portazo.
Kate intentó pararlo, abrió la puerta y se paró en el portal.
-Hola chaval.-dijo Arthur bajando de su coche.
Pero Richard no le hizo caso sino que empezó a correr calle abajo.
-¡Estos adolescentes!-dijo despreocupado acercándose a Kate y besando su mejilla.-Espera, no me digas que la fuerte Katherine está llorando.-dijo al notar su mejilla húmeda.
Kate sonrió.
-¿Qué te trae por aquí?-Preguntó apartándose y dejándole entrar en la casa.
Ambos fueron al salón, Kate limpiándose las lágrimas se sentó en su sillón preferido mientras Arthur miraba la repisa de la chimenea con una amplia sonrisa.
-Aquí estáis guapísimos.-dijo señalando una foto en la que aparecían Samuel, Kate y Richard sonriendo.
Kate afirmó y volvió a secarse los ojos.
Arthur se sentó enfrente de ella preocupado, cogiendole las manos.
-¿Qué ocurre Kate?
-Richard quiere ser militar como Samuel.-Susurró con la voz rota.
-No le hagas caso, los adolescentes cambian tanto de opinión como de zapatos.-Le sonrió acariciándole la mejilla.
-Vaya modales tengo ¿No quieres beber algo?-Preguntó intentando ponerse de pie pero Arthur se lo impidió.
-No te preocupes Maia me espera en casa con la cena hecha y si picoteo me reñirá.-Sonrió.-He venido para darte esto.-dijo sacando un sobre con su nombre.-Es para ti.-dijo dándoselo.-Es de Samuel.
A Kate le cambio la cara.-Arthur te pido que no bromees, por favor, con esas cosas.
-Kate es enserio, la tenía guarda en su caja fuerte, en el campamento.
Arthur era el mejor amigo de Samuel y al igual que su amigo, el también era militar. Al poco de conocer a Samuel este le presentó a Arthur y su mujer y los cuatros se habían hecho muy amigos, cenando juntos en muchas ocasiones.
-Cuando murió intentamos abrirla pero al no poder la dejamos, no le dimos más importancia, la abriríamos otro día pero se nos olvidó hasta hoy. Dentro había este sobre, este dinero, son dos mil dólares.-dijo sacando un fajo de billetes sujetos por una goma.-Y esta foto.-Era una foto de Kate tomando a un Richard que no tendría más de dos años.
Kate rompió a llorar y se abrazó a Arthur.
-Yo también lo hecho mucho de menos.-Le susurró abrazándola con fuerza.
Cuando Kate estaba más tranquila Arthur se separo secándose un par de lágrimas.
-Estate tranquila mañana hablaré con Richard he intentaré sacarle esa idea de ser militar. Ahora debo irme o Maia me matará.
-Muchas gracias, por todo.
Cuando Arthur se marchó Kate guardó la cena en el frigorífico, no tenía hambre.
En ese momento el teléfono sonó.
-Katie, soy tía Margaret.-Sonó la voz de una mujer mayor.-Te llamo para tranquilizarte. Richard está aquí conmigo, ha cenado y ahora esta viendo la tele.
-Gracias tía.
-Lo mejor es que se quede conmigo está noche, estaba muy alterado cuando llegó.
-Es que quiere…
-Lo sé, me lo ha contado. Ven mañana por él.
-Gracias tía. Nos vemos mañana.
Kate colgó, apagó las luces de la planta inferior y subió a su dormitorio.
Se puso el pijama y con la luz de la mesita de noche empezó a leer el sobre y conforme leía las lágrimas brotaban más de sus ojos.
Sin parar de llorar y con manos temblorosas cogió su móvil. Buscó un número y le dio a llamar.
-Buenas noches, se puede poner Martha, por favor. De parte de Katherine Beckett.
Mientras esperaba Kate se tapaba la boca para acallar sus sollozos. Cuando escuchó su nombre al otro lado.
-Martha, soy Kate ¿Podemos quedar para hablar?
Bueno a los nuevos miembros que seréis muchos y eso me alegro ya que este foro lo merece por lo genial que es...Me llamo Ana y soy fan de Castle hasta la médula, he escrito varias historias de Caskett e incluso de Stanathan , si os interesa al leer este y os gusta mi manera de escribir preguntar y yo encantada os indico los otros.
Bueno pues aquí va mi nueva historia, espero que os guste...
El amor es para siempre...
Una mujer de cuarenta y pico años, alta y esbelta caminaba con su hijo de unos dieciséis años por el cementerio despacio y abrazados. La mujer llevaba un ramo de flores de varias clases y colores. Sin soltarse ambos se pararon delante de una tumba. En silencio la mujer se agachó y dejó las flores mientras susurraba un “Nunca te olvidaremos.”
El grabado de la tumba decía:
“Teniente Samuel Anderson.
Todo por la patria… y por su familia.”
De nuevo abrazados madre e hijo volvieron al coche.
-Te noto muy callado.
-No es nada mamá, sabes que venir…-dijo secándose una lágrima rebelde.
-Te entiendo cariño.-dijo su madre rodeando el coche y abrazándolo. Le dio un beso en la frente y sonriéndole le dio la vuelta al coche para subirse en él.-Ven, vamos a tomar un helado.
-No puedo, he quedado con mis amigos, ya sabes…para no pensar en el día que es.-dijo dándose la vuelta para marcharse.
-Vale, pero por favor, no vuelvas a meterte en líos.-Suplicó.
-Si mamá. ¿Mamá?-preguntó cuando esta iba a entrar en el coche, preocupada. -¿Porqué me llamo Richard? No tenemos ningún familiar que se llame así.
Kate notó que empezaba a ponerse nerviosa y sonrojada.
-Bueno…pues… porque siempre me ha gustado ese nombre.
Richard no dijo nada más se alejó del coche con la cabeza agachada y llena de pensamientos.
Kate suspiró y subió al coche. Cuando se relajó puso el coche en marcha hacia su casa.
-¡Ey Rick! Estamos aquí.-dijo James cuando vio a su amigo entrar en el bar.
-¿Qué tal chicos?-Les estrechó la mano a sus dos amigos y se sentó con ellos.
-Te noto raro colega.-Sonrió Adrián a Richard.
-No sé que hacer con mi vida.-Suspiró.
Sus amigos se miraron en silencio.
La camarera les trajo lo de siempre y ellos bebieron a la vez de sus botellines, alargando el silencio.
-No te agobies, seguro que encuentras algo que te guste.
-Porque no te haces escritor, eres el mejor de clase en las redacciones y lengua. La profesora dice que te expresas de maravilla.
-Hace tiempo que estoy pensando en algo.-dijo mientra sacaba un folleto de su chaqueta.
-¡El ejército!-dijeron sus amigos a la vez.
-Es profesor de gimnasia dice que soy muy bueno en la lucha cuerpo a cuerpo y ágil.
-Chaval estás loco, meterte en el ejército es pensar en la muerte rondándote constantemente.
-Mi padre fue militar.-Gruñó.
-Y mira como acabó.
Richard los fulminó con la mirada, sacó un billete, lo dejó en la mesa y se marchó sin escuchar a sus amigos que le pedían que volviera.
Kate preparaba la cena cuando su hijo entro en casa.
-¡Hola cariño! ¿Te lo has pasado bien?-Preguntó sin dejar de mirar el fuego.
Rick no la escuchó y subió a su cuarto.
-¡Ricky!-dijo Kate girándose, pero su hijo no estaba.
Apagó en fuego, se limpió las manos en el delantal y dejándolo en la cocina subió al piso superior.
Llamó varias veces a la puerta pero nadie contestó. Kate suspiró y cogiendo aire entró en el cuarto de su hijo.
Richard tumbado en la cama miraba un álbum con los cascos puestos.
Se acercó a él y pudo comprobar que miraba fotos de su padre y él.
Tocándole suavemente el hombro, le quitó los cascos.
-Cariño la cena está lista.-Susurró sentándose a su lado.
-Mamá ¿porque no hay fotos de papá contigo y conmigo en el hospital?
-Papá no estaba aquí cuando tú naciste, estaba en Irak.-dijo dulcemente antes de besarle la frente.
Kate se levantó y al ver el escritorio de su hijo tan desordenado su instinto fue ir a ordenarlo.
-Mamá no toques…
Pero Kate ya tenía en sus manos un folleto en particular.
-Richard ¿Qué es esto?
Este se levantó rápidamente y le quitó en folleto.
-Estoy pensando apuntarme.-Murmuró con la cabeza agachada.
-No lo dirás en serio.-dijo elevando la voz.
Richard afirmó con lágrimas en los ojos.
-Richard ya perdí a tu padre y no pienso perderte a ti. ¡Me escuchas!-Gritó mientras lo cogia por los hombros y lo zarandeaba.
Rick se alejó de ella.
-No puedes decidir por mí. ¡Quiero seguir los pasos de papá!
-Eso no lo harás nunca.
Richard no la miró, cogio su chaqueta y empezó a salir de la habitación.
-¿Adonde vas?
Ambos salieron de la habitación y empezaron a descender por la escalera.
-A casa de tía Margaret.-dijo saliendo de la casa dando un portazo.
Kate intentó pararlo, abrió la puerta y se paró en el portal.
-Hola chaval.-dijo Arthur bajando de su coche.
Pero Richard no le hizo caso sino que empezó a correr calle abajo.
-¡Estos adolescentes!-dijo despreocupado acercándose a Kate y besando su mejilla.-Espera, no me digas que la fuerte Katherine está llorando.-dijo al notar su mejilla húmeda.
Kate sonrió.
-¿Qué te trae por aquí?-Preguntó apartándose y dejándole entrar en la casa.
Ambos fueron al salón, Kate limpiándose las lágrimas se sentó en su sillón preferido mientras Arthur miraba la repisa de la chimenea con una amplia sonrisa.
-Aquí estáis guapísimos.-dijo señalando una foto en la que aparecían Samuel, Kate y Richard sonriendo.
Kate afirmó y volvió a secarse los ojos.
Arthur se sentó enfrente de ella preocupado, cogiendole las manos.
-¿Qué ocurre Kate?
-Richard quiere ser militar como Samuel.-Susurró con la voz rota.
-No le hagas caso, los adolescentes cambian tanto de opinión como de zapatos.-Le sonrió acariciándole la mejilla.
-Vaya modales tengo ¿No quieres beber algo?-Preguntó intentando ponerse de pie pero Arthur se lo impidió.
-No te preocupes Maia me espera en casa con la cena hecha y si picoteo me reñirá.-Sonrió.-He venido para darte esto.-dijo sacando un sobre con su nombre.-Es para ti.-dijo dándoselo.-Es de Samuel.
A Kate le cambio la cara.-Arthur te pido que no bromees, por favor, con esas cosas.
-Kate es enserio, la tenía guarda en su caja fuerte, en el campamento.
Arthur era el mejor amigo de Samuel y al igual que su amigo, el también era militar. Al poco de conocer a Samuel este le presentó a Arthur y su mujer y los cuatros se habían hecho muy amigos, cenando juntos en muchas ocasiones.
-Cuando murió intentamos abrirla pero al no poder la dejamos, no le dimos más importancia, la abriríamos otro día pero se nos olvidó hasta hoy. Dentro había este sobre, este dinero, son dos mil dólares.-dijo sacando un fajo de billetes sujetos por una goma.-Y esta foto.-Era una foto de Kate tomando a un Richard que no tendría más de dos años.
Kate rompió a llorar y se abrazó a Arthur.
-Yo también lo hecho mucho de menos.-Le susurró abrazándola con fuerza.
Cuando Kate estaba más tranquila Arthur se separo secándose un par de lágrimas.
-Estate tranquila mañana hablaré con Richard he intentaré sacarle esa idea de ser militar. Ahora debo irme o Maia me matará.
-Muchas gracias, por todo.
Cuando Arthur se marchó Kate guardó la cena en el frigorífico, no tenía hambre.
En ese momento el teléfono sonó.
-Katie, soy tía Margaret.-Sonó la voz de una mujer mayor.-Te llamo para tranquilizarte. Richard está aquí conmigo, ha cenado y ahora esta viendo la tele.
-Gracias tía.
-Lo mejor es que se quede conmigo está noche, estaba muy alterado cuando llegó.
-Es que quiere…
-Lo sé, me lo ha contado. Ven mañana por él.
-Gracias tía. Nos vemos mañana.
Kate colgó, apagó las luces de la planta inferior y subió a su dormitorio.
Se puso el pijama y con la luz de la mesita de noche empezó a leer el sobre y conforme leía las lágrimas brotaban más de sus ojos.
Sin parar de llorar y con manos temblorosas cogió su móvil. Buscó un número y le dio a llamar.
-Buenas noches, se puede poner Martha, por favor. De parte de Katherine Beckett.
Mientras esperaba Kate se tapaba la boca para acallar sus sollozos. Cuando escuchó su nombre al otro lado.
-Martha, soy Kate ¿Podemos quedar para hablar?
Última edición por anaforo el Mar Feb 18, 2014 10:05 am, editado 3 veces
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Mmmmm diferente, muy diferente y me encanta!!
CONTINUUUA PRONTOOO
CONTINUUUA PRONTOOO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Muchas gracias chicas. Hoy o mañana subo el primero capítulo. Gracias
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Preciosooo siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Gracias por comentar, aquí os dejo el primer capítulo. Espero que os guste.
Capítulo 1.
Definitivamente esa noche se podía catalogar como una de las peores noches de su vida. Las otras habían sido las noches posteriores de las personas más importantes de su vida, cuando murió su madre en ese callejón, cuando murió en ese trágico accidente su escritor favorito, el amor de su vida y por último Samuel, su marido y mejor amigo. Apenas había podido dormir, no podía dejar de mirar la carta que estaba entre sus manos, los ojos inconscientemente miraban la carta y volvían a leerla una y otra vez intentando asimilar la información y creérselo, lo que decía esa carta no podía ser cierto.
Volvió a leerla en voz alta, intentado asimilarla.
“Querida Kate:
No se cuantas veces he intentado decirte esto al ver lo que sufrías por él pero no podía traicionarlo. Espero que esta carta llegue a ti cuando haya muerto, no soporto verte infeliz.
Tengo algo que decirte, es muy importante pero no puedes decir nada, como yo le prometí a él.
Kate el día que nos conocimos en ese supermercado no fue casualidad. Yo te estaba esperando, Ricky me pidió que cuidara de ti y del pequeño Richard, que no me costaría hacerlo porque era muy fácil enamorarse de ti, tenía razón. Kate, Richard Castle es mi amigo, un gran amigo al que conocí cuando era niño, luego el destino nos separó pero al menos una vez al mes o cada dos meses nos llamábamos. Un día me enteré de su trágica muerte e intenté ponerme en contacto con él, un familiar suyo me citó en un parque cerca de casa, pero Kate no era un familiar, era él. Me pidió que me hiciera cargo de ti y del bebé, que desesperada habías salido de Nueva York y habías dejado tu trabajo de inspectora. El me dijo como encontrarte y te aseguro que nada más veros a Richard y a ti me enamoré de ambos asíque la promesa que le hice no me costó tanto trabajo.
Perdóname Kate, por mentirte, pero quiero que sepas que siempre te quise, os quise.
Se fuerte por favor y llevar cuidado.
Te quiero mucho Katherine.”
La carta estaba húmeda por las lágrimas de Kate. Un cúmulo de sensaciones no dejaban su estómago.
Samuel la había traicionado al ocultarle la verdad. Kate recordó como lo conoció, ella estaba destrozada primero con la muerte de Richard justo antes de decirle que estaba embarazada de tres meses y seis meses después cuando nació su hijo, decidió cambiar de vida y marcharse de allí, llegando a un pequeño pueblo donde vivía la única hermana de su padre. Un día, comprando en el supermercado con Richard, esté empezó a llorar por las encías y Samuel se acercó a ellos y calmó al bebé. Desde ese día se hicieron amigos.
Samuel le contó que era militar y que acababa de llegar a ese pueblo pero que viajaba constantemente con sus compañeros fuera del país. A los meses de conocerse él les prometió que cuidaría de ambos…Kate no estaba muy segura pero Richard merecía un padre y aceptó casarse con él. Kate nunca le engañó como una tonta sin saber la verdad le habló de Richard a Samuel infinidad de veces y este nunca intentó sustituirlo en su corazón. Al crecer el niño al que en un principio iban a contarle la verdad, decidieron no hacerlo finalmente para no hacerlo sufrir inútilmente ya que Richard estaba muerto pero ahora…
-¡Malditos seas Richard Castle!-Gritó Kate dejando la carta y tapandose la cara.
Rick no podía estar muerto sino no le hubiera hablado a Samuel de su hijo, sino ella no hubiera conocido a Samuel.
Kate sollozó con más fuerza. ¿Por qué Richard les había engañado a todos? ¿A ella? ¿Cómo podía haber dejado sufriendo a su madre, a su hija y a ella? ¿Y porque había fingido su muerto? Todo era tan extraño. Pero Kate se juró que averiguaría que había pasado realmente. No iba a hundirse.
Miró el reloj de su mesita y al ver la hora que era salió de la cama y fue corriendo a la ducha había quedado con Martha.
Una vez vestía y tapada las ojeras llamó a Arthur, le pidió si podía hablar con Richard como le había prometido a ella y así recogerlo de casa de tía Margaret. Él se mostró muy colaborador y dijo que pasara después de comer a su casa para recogerlo. Kate le dio las gracias y colgó.
Cogió las llaves y fue a subirse al coche, llegaba con retraso a su reunión con Martha.
-Si tía Margaret, Arthur lo recogerá yo no puedo ir por él, tengo cosas que hacer.
-Como quieras cariño.
-Tía-suspiró.-dile a Ricky que le quiero, por favor.
-Yo se lo digo cariño.
Kate colgó con el manos libres del coche después de aparcar en la cafetería de las afueras de un pueblo cercano a donde vivía.
Cogió aire y atravesó mirando a todos los lados.
-Katherine.
Kate miró hacia donde la llamaban, Martha se había levantado de la silla y la miraba con los ojos húmedos.
-Martha.-Se acercó a ella con lágrimas en los ojos y ambas se abrazaron con fuerza.-Perdona el retraso.
-No te preocupes querida.-Le sonrió antes de abrazarla de nuevo.
Ambas mujeres se sentaron. Ambas sonriendo con nostalgia. Kate miró detenidamente, estaba mucho más mayor, pero seguía igual de guapa y con su impecable peinado, solo que ya no vestía la ropa tan pintoresca y colorida. Llevaba unos pantalones azul marino, una camisa blanca y una chaqueta del mismo color que el pantalón. Para ser Martha Rogers iba muy sobria, pero a Kate no le sorprendió porque desde la muerte de su hijo vestía así.
-Kate me ha alegrado tanto recibir tu llamada.
-Hacía tanto que no hablábamos…
Ambas sabían porque al igual con Alexis, Kate se había ido alejando de ambas, verlas le resultaba muy doloroso, les recordaban tanto a Rick y de eso había huido cuando salio de Nueva York hacía casi dieciséis años, de su doloroso recuerdo. No quería que su hija viera a su madre amargada por el recuerdo del amor de su vida.
-¿Cómo está Alexis?
-Está muy bien. Se casó hace unos años.
-Si, recibí su invitación...-dijo avergonzada.-Fui a verla unos días antes para desearle lo mejor.-Se excusó.
-¿Cómo está mi nieto?
Martha se limpió una lágrima.
-Cada día se parece más a Richard. Es guapísimo, leal y gran defensor de sus amigos hace poco hubo una pelea y el se metió por en medio para defender a su amigo de un tío que quería robarle.
-¿Está bien?-Preguntó preocupada.
-Si, solo tiene un par de moratones por el pecho y estómago.
Se encogió al acordarse al recibir la llamada de un ciudadano.
-¿Qué tal te va el trabajo?-Preguntó cogiendole las manos.
Se callaron y pidieron el desayuno cuando se acercó la camarera y esperaron hasta que se marchó.
-Esto no es Nueva York, apenas hay incidentes o asesinatos sin contar algún intento de robo…Pero lo prefiero así, ahora tengo un horario decente y puedo cuidar a Richard. ¿Y tú Martha?
-Pues, esa residencia está muy bien tengo todo lo que necesito y así no soy una carga para nadie…
-¡Oh Martha! No digas eso, nunca fuiste una carga.-Aseguró besándole las manos.-No has vuelto a interpretar.-Más que una pregunta era una afirmación.
Martha sacudió la cabeza negativamente para aguantar las lágrimas.
-Deberías intentar…
-Déjalo querida es inútil, no… ¿Cómo estás, ayer hacía un año…?
-Si y no sabes como me cuesta sonreír, ayer un amigo de Samuel me trajo esta carta.-dijo sacándola del bolso y dándosela.-Léela.
Martha sacó sus gafas de cerca y en silencio leyó la carta.
-Ka…Katherine esto en es verdad ¿Verdad?-dijo levantando la cabeza de la carta y quitándose las gafas. Tenía los ojos húmedos.
-Samuel no bromearía nunca con algo así.-Aseguró.
-Pero…-Iba a empezar a chillar pero se detuvo ya que la camarera se acercó para dejarles lo que habían pedido.
Martha se tapó la cara con ambas manos. Kate se levantó y agachándose a su lado, la abrazó.
Arthur, Richard y Jane paseaban por un parque cercano a la casa de el primero.
Arthur arrastraba el carrito de su hija de un año mientras Richard caminaba a su lado callado.
Se sentaron en un banco y Arthur le dio agua a su hija.
-Dime Ricky ¿Por qué habéis discutido tu madre y tú?
Este suspiró.
-¿Por eso no ha venido a recogerme a casa de tía Margaret? Está enfadada.
-Sabes que tu madre es incapaz de enfadarse contigo.-Sonrió mientras le enseñaba a su hija unas llaves de juguete.-Pero tú si que pareces molesto.
-Quiero seguir los pasos de papá y mamá no quiere.
Arthur dejó el juguete a su hija y lo miró fijamente.
-Y es normal, una madre no quiere que su único hijo muera.
-Pero papá era militar y ella es poli, debería estar acostumbrada al peligro.-Refunfuñó cabezota.-No puede pedirme eso.
-Kate tiene miedo Richard, su marido ha muerto hace un año por su trabajo y tiene miedo de que te ocurra lo mismo. Sabes que si te alistas y te mandan a Irak ella no va a poder vivir pensando en que puedes acabar como tu padre.
-Pero no quiero defraudarle.-Sollozó.
-No vas a defraudarle, muchacho.-dijo rodeándole los hombros con un brazo.-Tu padre estaría orgulloso de ti Richard.-Estás seguro de lo que quieres hacer, él no querría que te jugaras la vida de está manera y acabaras como él o en el mejor caso como yo.-dijo tocándose su pierna ortopédica.-Richard la guerra es dura, es hambre, es desesperación, es dolor. Eres un joven noble y sensible no malgaste tu vida.
Rick se limpió las lágrimas.
-Yo no quiero defraudarlo.-dijo con la voz ronca.
Antes de que Arthur preguntara quién había engañado a su padre Richard siguió.
-Tío Arthur… ¿Cuándo se conocieron mis padres? Mi madre dice que un par de años antes de mi nacimiento.
-Así es, se conocieron y se enamoraron a los dos años naciste tú y al poco después se casarón.
-¿Entonces que quiere decir esta foto?-dijo enfadado molesto sacando una foto de su bolsillo y enseñándoselo a Arthur quién se puso pálido.
Capítulo 1.
Definitivamente esa noche se podía catalogar como una de las peores noches de su vida. Las otras habían sido las noches posteriores de las personas más importantes de su vida, cuando murió su madre en ese callejón, cuando murió en ese trágico accidente su escritor favorito, el amor de su vida y por último Samuel, su marido y mejor amigo. Apenas había podido dormir, no podía dejar de mirar la carta que estaba entre sus manos, los ojos inconscientemente miraban la carta y volvían a leerla una y otra vez intentando asimilar la información y creérselo, lo que decía esa carta no podía ser cierto.
Volvió a leerla en voz alta, intentado asimilarla.
“Querida Kate:
No se cuantas veces he intentado decirte esto al ver lo que sufrías por él pero no podía traicionarlo. Espero que esta carta llegue a ti cuando haya muerto, no soporto verte infeliz.
Tengo algo que decirte, es muy importante pero no puedes decir nada, como yo le prometí a él.
Kate el día que nos conocimos en ese supermercado no fue casualidad. Yo te estaba esperando, Ricky me pidió que cuidara de ti y del pequeño Richard, que no me costaría hacerlo porque era muy fácil enamorarse de ti, tenía razón. Kate, Richard Castle es mi amigo, un gran amigo al que conocí cuando era niño, luego el destino nos separó pero al menos una vez al mes o cada dos meses nos llamábamos. Un día me enteré de su trágica muerte e intenté ponerme en contacto con él, un familiar suyo me citó en un parque cerca de casa, pero Kate no era un familiar, era él. Me pidió que me hiciera cargo de ti y del bebé, que desesperada habías salido de Nueva York y habías dejado tu trabajo de inspectora. El me dijo como encontrarte y te aseguro que nada más veros a Richard y a ti me enamoré de ambos asíque la promesa que le hice no me costó tanto trabajo.
Perdóname Kate, por mentirte, pero quiero que sepas que siempre te quise, os quise.
Se fuerte por favor y llevar cuidado.
Te quiero mucho Katherine.”
La carta estaba húmeda por las lágrimas de Kate. Un cúmulo de sensaciones no dejaban su estómago.
Samuel la había traicionado al ocultarle la verdad. Kate recordó como lo conoció, ella estaba destrozada primero con la muerte de Richard justo antes de decirle que estaba embarazada de tres meses y seis meses después cuando nació su hijo, decidió cambiar de vida y marcharse de allí, llegando a un pequeño pueblo donde vivía la única hermana de su padre. Un día, comprando en el supermercado con Richard, esté empezó a llorar por las encías y Samuel se acercó a ellos y calmó al bebé. Desde ese día se hicieron amigos.
Samuel le contó que era militar y que acababa de llegar a ese pueblo pero que viajaba constantemente con sus compañeros fuera del país. A los meses de conocerse él les prometió que cuidaría de ambos…Kate no estaba muy segura pero Richard merecía un padre y aceptó casarse con él. Kate nunca le engañó como una tonta sin saber la verdad le habló de Richard a Samuel infinidad de veces y este nunca intentó sustituirlo en su corazón. Al crecer el niño al que en un principio iban a contarle la verdad, decidieron no hacerlo finalmente para no hacerlo sufrir inútilmente ya que Richard estaba muerto pero ahora…
-¡Malditos seas Richard Castle!-Gritó Kate dejando la carta y tapandose la cara.
Rick no podía estar muerto sino no le hubiera hablado a Samuel de su hijo, sino ella no hubiera conocido a Samuel.
Kate sollozó con más fuerza. ¿Por qué Richard les había engañado a todos? ¿A ella? ¿Cómo podía haber dejado sufriendo a su madre, a su hija y a ella? ¿Y porque había fingido su muerto? Todo era tan extraño. Pero Kate se juró que averiguaría que había pasado realmente. No iba a hundirse.
Miró el reloj de su mesita y al ver la hora que era salió de la cama y fue corriendo a la ducha había quedado con Martha.
Una vez vestía y tapada las ojeras llamó a Arthur, le pidió si podía hablar con Richard como le había prometido a ella y así recogerlo de casa de tía Margaret. Él se mostró muy colaborador y dijo que pasara después de comer a su casa para recogerlo. Kate le dio las gracias y colgó.
Cogió las llaves y fue a subirse al coche, llegaba con retraso a su reunión con Martha.
-Si tía Margaret, Arthur lo recogerá yo no puedo ir por él, tengo cosas que hacer.
-Como quieras cariño.
-Tía-suspiró.-dile a Ricky que le quiero, por favor.
-Yo se lo digo cariño.
Kate colgó con el manos libres del coche después de aparcar en la cafetería de las afueras de un pueblo cercano a donde vivía.
Cogió aire y atravesó mirando a todos los lados.
-Katherine.
Kate miró hacia donde la llamaban, Martha se había levantado de la silla y la miraba con los ojos húmedos.
-Martha.-Se acercó a ella con lágrimas en los ojos y ambas se abrazaron con fuerza.-Perdona el retraso.
-No te preocupes querida.-Le sonrió antes de abrazarla de nuevo.
Ambas mujeres se sentaron. Ambas sonriendo con nostalgia. Kate miró detenidamente, estaba mucho más mayor, pero seguía igual de guapa y con su impecable peinado, solo que ya no vestía la ropa tan pintoresca y colorida. Llevaba unos pantalones azul marino, una camisa blanca y una chaqueta del mismo color que el pantalón. Para ser Martha Rogers iba muy sobria, pero a Kate no le sorprendió porque desde la muerte de su hijo vestía así.
-Kate me ha alegrado tanto recibir tu llamada.
-Hacía tanto que no hablábamos…
Ambas sabían porque al igual con Alexis, Kate se había ido alejando de ambas, verlas le resultaba muy doloroso, les recordaban tanto a Rick y de eso había huido cuando salio de Nueva York hacía casi dieciséis años, de su doloroso recuerdo. No quería que su hija viera a su madre amargada por el recuerdo del amor de su vida.
-¿Cómo está Alexis?
-Está muy bien. Se casó hace unos años.
-Si, recibí su invitación...-dijo avergonzada.-Fui a verla unos días antes para desearle lo mejor.-Se excusó.
-¿Cómo está mi nieto?
Martha se limpió una lágrima.
-Cada día se parece más a Richard. Es guapísimo, leal y gran defensor de sus amigos hace poco hubo una pelea y el se metió por en medio para defender a su amigo de un tío que quería robarle.
-¿Está bien?-Preguntó preocupada.
-Si, solo tiene un par de moratones por el pecho y estómago.
Se encogió al acordarse al recibir la llamada de un ciudadano.
-¿Qué tal te va el trabajo?-Preguntó cogiendole las manos.
Se callaron y pidieron el desayuno cuando se acercó la camarera y esperaron hasta que se marchó.
-Esto no es Nueva York, apenas hay incidentes o asesinatos sin contar algún intento de robo…Pero lo prefiero así, ahora tengo un horario decente y puedo cuidar a Richard. ¿Y tú Martha?
-Pues, esa residencia está muy bien tengo todo lo que necesito y así no soy una carga para nadie…
-¡Oh Martha! No digas eso, nunca fuiste una carga.-Aseguró besándole las manos.-No has vuelto a interpretar.-Más que una pregunta era una afirmación.
Martha sacudió la cabeza negativamente para aguantar las lágrimas.
-Deberías intentar…
-Déjalo querida es inútil, no… ¿Cómo estás, ayer hacía un año…?
-Si y no sabes como me cuesta sonreír, ayer un amigo de Samuel me trajo esta carta.-dijo sacándola del bolso y dándosela.-Léela.
Martha sacó sus gafas de cerca y en silencio leyó la carta.
-Ka…Katherine esto en es verdad ¿Verdad?-dijo levantando la cabeza de la carta y quitándose las gafas. Tenía los ojos húmedos.
-Samuel no bromearía nunca con algo así.-Aseguró.
-Pero…-Iba a empezar a chillar pero se detuvo ya que la camarera se acercó para dejarles lo que habían pedido.
Martha se tapó la cara con ambas manos. Kate se levantó y agachándose a su lado, la abrazó.
Arthur, Richard y Jane paseaban por un parque cercano a la casa de el primero.
Arthur arrastraba el carrito de su hija de un año mientras Richard caminaba a su lado callado.
Se sentaron en un banco y Arthur le dio agua a su hija.
-Dime Ricky ¿Por qué habéis discutido tu madre y tú?
Este suspiró.
-¿Por eso no ha venido a recogerme a casa de tía Margaret? Está enfadada.
-Sabes que tu madre es incapaz de enfadarse contigo.-Sonrió mientras le enseñaba a su hija unas llaves de juguete.-Pero tú si que pareces molesto.
-Quiero seguir los pasos de papá y mamá no quiere.
Arthur dejó el juguete a su hija y lo miró fijamente.
-Y es normal, una madre no quiere que su único hijo muera.
-Pero papá era militar y ella es poli, debería estar acostumbrada al peligro.-Refunfuñó cabezota.-No puede pedirme eso.
-Kate tiene miedo Richard, su marido ha muerto hace un año por su trabajo y tiene miedo de que te ocurra lo mismo. Sabes que si te alistas y te mandan a Irak ella no va a poder vivir pensando en que puedes acabar como tu padre.
-Pero no quiero defraudarle.-Sollozó.
-No vas a defraudarle, muchacho.-dijo rodeándole los hombros con un brazo.-Tu padre estaría orgulloso de ti Richard.-Estás seguro de lo que quieres hacer, él no querría que te jugaras la vida de está manera y acabaras como él o en el mejor caso como yo.-dijo tocándose su pierna ortopédica.-Richard la guerra es dura, es hambre, es desesperación, es dolor. Eres un joven noble y sensible no malgaste tu vida.
Rick se limpió las lágrimas.
-Yo no quiero defraudarlo.-dijo con la voz ronca.
Antes de que Arthur preguntara quién había engañado a su padre Richard siguió.
-Tío Arthur… ¿Cuándo se conocieron mis padres? Mi madre dice que un par de años antes de mi nacimiento.
-Así es, se conocieron y se enamoraron a los dos años naciste tú y al poco después se casarón.
-¿Entonces que quiere decir esta foto?-dijo enfadado molesto sacando una foto de su bolsillo y enseñándoselo a Arthur quién se puso pálido.
anaforo- Escritor - Policia
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Si pronto esta genial, me encanta
caskett_10fogue- Actor en Broadway
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Sigue prontoo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
que es lo que ha pasado para que Rick se aleje de Kate, su hijo y su familia fingiendo su muerte?? Como es que le pide a un amigo que cuide de ellos?? Uff, qué foto será la que ha sacado Ricky???
A cada párrafo que leía me surgían dudas, jejejejeje. Tiene pinta de ser un fic muy interesante. A la espera del siguiente capítulo
A cada párrafo que leía me surgían dudas, jejejejeje. Tiene pinta de ser un fic muy interesante. A la espera del siguiente capítulo
Yaye- Escritor - Policia
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Muy bueno!! Excelente!! Que será esa foto??
Ruth Maria- Policia de homicidios
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Por que Rick se fue así?
Y la foto sera de Castke y Kate?
CONTINUA PRONTO
Y la foto sera de Castke y Kate?
CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
me gusta mucho,sigue!
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
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Localización : En el mundo de los sueños
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Muchas gracias por pedir más...jeje. Solo deciros que esta tarde intentaré subir capítulo nuevo y sino mañana. Gracias, me alegra que os guste.
anaforo- Escritor - Policia
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Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Se me ha olvidado comentarlo en el otro fic pero si no he escrito antes desde la última vez de esta semana es porq he tenido que llevar mi ordenador a formatear porq iba muy lento.
Mañana sin falta subiré capi nuevo de este fic. Saludos.
Mañana sin falta subiré capi nuevo de este fic. Saludos.
anaforo- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 06/02/2012
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Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Bueno, aquí tenéis la continuación...espero que os guste.
Gracias por comentar.
Capítulo 2
Un hombre y una mujer, ambos abrazados y vestidos de etiqueta y muy elegantes, él con un esmoquin y ella con un vestido dorado. Él moreno con ojos azules y ella con ojos verdes y pelo castaño muy claro.
Eso es lo que Arthur vio en la foto que Richard le enseñó.
-Esto no quiere decir…
-¿Ah no?-dijo Rick con el ceño fruncido dándole la vuelta a la foto, la fecha es de un año antes de nacer yo.
-¿De dónde has sacado la foto?
-Fui la habitación de mi madre buscándola y vi el pico sobresaliendo de debajo de la almohada de mi madre.
-Richard, sabes que no debes fisgonear…
-Me importa una mierda.-Gritó poniéndose de pie.
Jane se asustó por el gritó y Arthur tuvo que tomarla para calmarla.
Richard agachó la cabeza avergonzado por molestar a la niña no quería pero estaba muy enfadado y decepcionado con su madre.
-Mi madre engañó a mi padre cuando estaban juntos, no puedo creerlo, podría haberlo esperado de cualquiera pero de ella no.-dijo mientras daba una patada a una piedra.
-¿Tú sabes algo de esto?
Arthur se quedó callado no quería engañarlo. Una noche al poco de que Samuel conociera a Kate, su amigo y él habían ido a un bar a beber, Arthur le preguntó sobre Kate y su gran interés repentino en ella y esté le confesó la verdad, haciéndole por último jurar que si le pasaba algo cuidaría de Kate y su hijo.
-Mira Richard, lo mejor es que volvamos a casa y esperes a que llegue tu madre y hables con ella.
Rick lo miró incrédulo.
-Tú lo sabias. También has traicionado a mi padre.-Gritó antes de salir corriendo.
Arthur iba a seguirlo pero mientras colocaba a Jane en la sillita para ir detrás de él, Richard ya había desaparecido.
-¿Y que vas a hacer ahora querida?
-No lo sé Martha.-Aseguró mientras se frotaba la frente.
Ambas mujeres estaban paradas al lado del coche de Martha. Esta estaba menos alterada, pero aún así seguía muy mal.
-Martha, no deberías conducir en tu estado.
-No te preocupes querida yo…
Kate le cogió las manos y la miró fijamente.
-Martha por favor, estaría preocupada. Quédate unos días o sino quieres al menos quédate a dormir.
-Pero Richard…
-Ya nos inventaremos algo.
Ambas se abrazaron. El móvil de Kate empezó a sonar.
-Hola Arthur…
-Kate, Richard se ha ido.
-¡¿Cómo que se ha ido?! ¿Dónde está?
-Kate tranquilízate.... estábamos en el parque de al lado de mi casa y ha salido corriendo. Estoy buscándolo en coche por los alrededores pero no lo veo. Kate, tu hijo tiene una foto tuya con su padre.
Eso no es…
-Con Samuel no, con Richard.
Kate respiró hondo varias veces, le faltaba aire. Tuvo que apoyarse en el coche.
-¿Qué ocurre querida?-Preguntó Martha preocupada al ver a Kate pálida.
-Richard ha desaparecido.
-Oh dios.-dijo Martha llevándose la mano al pecho.
-Kate, puede estar en algún un sitio, piensa.-Pidió Arthur.-Voy a seguir buscándolo. Maia está en casa con la niña por si aparece.
-Voy a buscarlo, creo que sé donde puede estar.-dijo colgando.-Martha.-dijo mientras sacaba un papel y un bolígrafo, y apuntaba su dirección.-Esta es mi dirección y estas la llaves de casa.-dijo sacándolas también. -Ve a casa en tu coche y espéranos allí.
Sin decir nada más Kate corrió hasta su coche.
Richard sentado en las rocas se abrazaba las piernas y lloraba.
Notó que alguien se acercaba a él y se sentaba a su lado pero no tuvo que mirarla para saber que era su madre, ella y su inconfundible olor a cerezas que tan bien conocía desde pequeño, su madre nunca había cambiado de perfume.
Rick la miró y sin poder contenerse como cuando era niño y tenia miedo se abrazó con fuerza a su madre escondiendo la cara en su pecho.
-Mi niño.-Susurró besándole repetidamente la cabeza sin dejar de abrazarlo.-Te quiero tanto mi niño.
Rick se separó de golpe enfadado.
-¿Pero a papá no lo querías verdad?-Le reprendió sacando la foto de la discordia y dándosela a su madre. -¿Quién es?
Kate no supo que contestar, debía decirle toda la verdad, de todos modos su hijo iba a estar enfadado con ella igualmente durante mucho tiempo. Pero no podía mentirle más ni durante más tiempo.
-Es el amor de mi vida. Estuvimos apunto de casarnos.-Sollozó mirando la foto y si hijo, se parecía tanto a su padre… El corazón de Rick se enterneció al ver a su madre así.
-Mamá, entonces…
Kate le cogió las manos.
-Déjame contarte todo y si tienes dudas luego preguntas.
Rick afirmó con la cabeza y permaneció en silencio, esperando.
Sabes que antes de venir aquí trabajaba en una comisaría en Nueva York. Él era escritor de misterio y un loco imitó los crímenes de sus libros, así lo conocí, no sé que vio en mí pero me siguió cuatro años, como mi fiel escudero, nos enamoramos. Me ayudo mucho con el caso de tu abuela y con muchos otros que resolvimos, un día estuve apuntó de morir y me dí cuenta que lo más valioso era lo que teníamos, por encima de mi obsesión por buscar al asesino de la abuela y le pedí una oportunidad. Al año de estar juntos nos prometimos y un mes antes de casarnos él tuvo un grave accidente de coche en el que perdió la vida. Creí morir cuando me entere…
-¿Cómo se llamaba?-Interrumpió…al pasarle por la cabeza una idea descabellada.
-Richard Alexander Castle.
Rick se puso de pie de golpe y empezó a pasear.
Kate tuvo miedo que se cayera al agua.
-Ayer Arthur me dio esta carta, me la había escrito tu padre.
Rick cogió la carta con miedo y empezó a leer. Sus ojos e llenaron de lágrimas.
-¿Es esto cierto?-Preguntó llorando.
Kate solo afirmó con la cabeza no podía dejar e llorar también.
-Soy hijo…
Kate volvió a asentir.
Rick lanzó un gritó y empezó a dar patadas a una de las rocas sin parar de llorar.
Kate por detrás lo abrazó e intentó separarlo de la roca.
-Rick, por favor, te vas a hacer daño.-dijo arrastrándolo a la arena.
-Me da igual, me da igual.-Gritaba mientras se retorcía.
Todos lo habían engañado, no sabía ya en quién fiarse.
No supo como pero Kate metió a Rick en el coche y puso rumbo a casa con Rick a su lado, callado.
-Ricky…
-No me hables, no quiero oír nada más.-dijo dándole la espalda y apoyando la mejilla en el cristal sin poder dejar de llorar.
Kate se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y siguió conduciendo agarrando el volante con fuerza.
Al escuchar la puerta abrirse Martha se levantó del sillón y miró expectante el pasillo, el corazón casi se le paró al ver al adolescente con ojos rojos que entraba por la puerta delante de su madre.
Richard al ver que había una extraña en su casa se paró en el pasillo y la miró de arriba a bajo achicando los ojos.
-Cariño, ella es Martha la madre de tu padre.-dijo Kate poniendo una mano en el hombro de su hijo apretándolo cariñosamente.
-Tu abuela.-dijo Martha con un nudo en la garganta.
Martha intentó acercarse despacio pero antes de que diera dos pasos Richard miró con cara de odio a ambas mujeres y subió las escaleras, supieron que estaba en su cuarto cuando escucharon el portazo que dio.
Ambas mujeres se abrazaron y se sentaron en el sofá. Kate se secaba las lágrimas sin parar.
-Dale tiempo, se acaba de enterar de muchas cosas de golpe.-dijo Martha cogiendo las manos a Kate.
-Lo he estado pensando mucho en las últimas horas…
-¿El que querida?
-Voy a volver a Nueva York y ahora más que mi hijo sabe la verdad de su padre. Le he engañado mucho tiempo es hora de que sepa toda la verdad.
-Vas ha intentar buscarlo…
-No sé Martha enterarme de la verdad me ha hecho mucho daño.
-Pero no sabes porque te abandonó, no sabemos nada.
-Por eso no puede asegurarte que lo buscaré o no. Lo único que se es que voy a volver a Nueva York de nuevo.
-¿Te vas a quedar en Nueva York definitivamente?-Preguntó esperanzada.
Martha había pasado muchos años a alejada de su nieto y si la vida le daba la oportunidad de redimirse y ahora que la tenía pensaba aprovecharla y apoyar en todo a Kate y su nieto.
-No lo sé, de momento pediré en comisaría un mes por asuntos personales sino vuelvo y pido el traslado de comisaría el tiempo lo dirá.
-Debería subir a verlo antes de hacer la cena.-dijo levantándose.
-Déjame a mi, me gustaría intentar hablar con él.-Pidió levantándose también.
-Suerte.-Le sonrió y fue a la cocina a hacer la cena.
Martha tomó aire varias veces para tranquilizarse y luego subió las escaleras.
...
Gracias por comentar.
Capítulo 2
Un hombre y una mujer, ambos abrazados y vestidos de etiqueta y muy elegantes, él con un esmoquin y ella con un vestido dorado. Él moreno con ojos azules y ella con ojos verdes y pelo castaño muy claro.
Eso es lo que Arthur vio en la foto que Richard le enseñó.
-Esto no quiere decir…
-¿Ah no?-dijo Rick con el ceño fruncido dándole la vuelta a la foto, la fecha es de un año antes de nacer yo.
-¿De dónde has sacado la foto?
-Fui la habitación de mi madre buscándola y vi el pico sobresaliendo de debajo de la almohada de mi madre.
-Richard, sabes que no debes fisgonear…
-Me importa una mierda.-Gritó poniéndose de pie.
Jane se asustó por el gritó y Arthur tuvo que tomarla para calmarla.
Richard agachó la cabeza avergonzado por molestar a la niña no quería pero estaba muy enfadado y decepcionado con su madre.
-Mi madre engañó a mi padre cuando estaban juntos, no puedo creerlo, podría haberlo esperado de cualquiera pero de ella no.-dijo mientras daba una patada a una piedra.
-¿Tú sabes algo de esto?
Arthur se quedó callado no quería engañarlo. Una noche al poco de que Samuel conociera a Kate, su amigo y él habían ido a un bar a beber, Arthur le preguntó sobre Kate y su gran interés repentino en ella y esté le confesó la verdad, haciéndole por último jurar que si le pasaba algo cuidaría de Kate y su hijo.
-Mira Richard, lo mejor es que volvamos a casa y esperes a que llegue tu madre y hables con ella.
Rick lo miró incrédulo.
-Tú lo sabias. También has traicionado a mi padre.-Gritó antes de salir corriendo.
Arthur iba a seguirlo pero mientras colocaba a Jane en la sillita para ir detrás de él, Richard ya había desaparecido.
-¿Y que vas a hacer ahora querida?
-No lo sé Martha.-Aseguró mientras se frotaba la frente.
Ambas mujeres estaban paradas al lado del coche de Martha. Esta estaba menos alterada, pero aún así seguía muy mal.
-Martha, no deberías conducir en tu estado.
-No te preocupes querida yo…
Kate le cogió las manos y la miró fijamente.
-Martha por favor, estaría preocupada. Quédate unos días o sino quieres al menos quédate a dormir.
-Pero Richard…
-Ya nos inventaremos algo.
Ambas se abrazaron. El móvil de Kate empezó a sonar.
-Hola Arthur…
-Kate, Richard se ha ido.
-¡¿Cómo que se ha ido?! ¿Dónde está?
-Kate tranquilízate.... estábamos en el parque de al lado de mi casa y ha salido corriendo. Estoy buscándolo en coche por los alrededores pero no lo veo. Kate, tu hijo tiene una foto tuya con su padre.
Eso no es…
-Con Samuel no, con Richard.
Kate respiró hondo varias veces, le faltaba aire. Tuvo que apoyarse en el coche.
-¿Qué ocurre querida?-Preguntó Martha preocupada al ver a Kate pálida.
-Richard ha desaparecido.
-Oh dios.-dijo Martha llevándose la mano al pecho.
-Kate, puede estar en algún un sitio, piensa.-Pidió Arthur.-Voy a seguir buscándolo. Maia está en casa con la niña por si aparece.
-Voy a buscarlo, creo que sé donde puede estar.-dijo colgando.-Martha.-dijo mientras sacaba un papel y un bolígrafo, y apuntaba su dirección.-Esta es mi dirección y estas la llaves de casa.-dijo sacándolas también. -Ve a casa en tu coche y espéranos allí.
Sin decir nada más Kate corrió hasta su coche.
Richard sentado en las rocas se abrazaba las piernas y lloraba.
Notó que alguien se acercaba a él y se sentaba a su lado pero no tuvo que mirarla para saber que era su madre, ella y su inconfundible olor a cerezas que tan bien conocía desde pequeño, su madre nunca había cambiado de perfume.
Rick la miró y sin poder contenerse como cuando era niño y tenia miedo se abrazó con fuerza a su madre escondiendo la cara en su pecho.
-Mi niño.-Susurró besándole repetidamente la cabeza sin dejar de abrazarlo.-Te quiero tanto mi niño.
Rick se separó de golpe enfadado.
-¿Pero a papá no lo querías verdad?-Le reprendió sacando la foto de la discordia y dándosela a su madre. -¿Quién es?
Kate no supo que contestar, debía decirle toda la verdad, de todos modos su hijo iba a estar enfadado con ella igualmente durante mucho tiempo. Pero no podía mentirle más ni durante más tiempo.
-Es el amor de mi vida. Estuvimos apunto de casarnos.-Sollozó mirando la foto y si hijo, se parecía tanto a su padre… El corazón de Rick se enterneció al ver a su madre así.
-Mamá, entonces…
Kate le cogió las manos.
-Déjame contarte todo y si tienes dudas luego preguntas.
Rick afirmó con la cabeza y permaneció en silencio, esperando.
Sabes que antes de venir aquí trabajaba en una comisaría en Nueva York. Él era escritor de misterio y un loco imitó los crímenes de sus libros, así lo conocí, no sé que vio en mí pero me siguió cuatro años, como mi fiel escudero, nos enamoramos. Me ayudo mucho con el caso de tu abuela y con muchos otros que resolvimos, un día estuve apuntó de morir y me dí cuenta que lo más valioso era lo que teníamos, por encima de mi obsesión por buscar al asesino de la abuela y le pedí una oportunidad. Al año de estar juntos nos prometimos y un mes antes de casarnos él tuvo un grave accidente de coche en el que perdió la vida. Creí morir cuando me entere…
-¿Cómo se llamaba?-Interrumpió…al pasarle por la cabeza una idea descabellada.
-Richard Alexander Castle.
Rick se puso de pie de golpe y empezó a pasear.
Kate tuvo miedo que se cayera al agua.
-Ayer Arthur me dio esta carta, me la había escrito tu padre.
Rick cogió la carta con miedo y empezó a leer. Sus ojos e llenaron de lágrimas.
-¿Es esto cierto?-Preguntó llorando.
Kate solo afirmó con la cabeza no podía dejar e llorar también.
-Soy hijo…
Kate volvió a asentir.
Rick lanzó un gritó y empezó a dar patadas a una de las rocas sin parar de llorar.
Kate por detrás lo abrazó e intentó separarlo de la roca.
-Rick, por favor, te vas a hacer daño.-dijo arrastrándolo a la arena.
-Me da igual, me da igual.-Gritaba mientras se retorcía.
Todos lo habían engañado, no sabía ya en quién fiarse.
No supo como pero Kate metió a Rick en el coche y puso rumbo a casa con Rick a su lado, callado.
-Ricky…
-No me hables, no quiero oír nada más.-dijo dándole la espalda y apoyando la mejilla en el cristal sin poder dejar de llorar.
Kate se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y siguió conduciendo agarrando el volante con fuerza.
Al escuchar la puerta abrirse Martha se levantó del sillón y miró expectante el pasillo, el corazón casi se le paró al ver al adolescente con ojos rojos que entraba por la puerta delante de su madre.
Richard al ver que había una extraña en su casa se paró en el pasillo y la miró de arriba a bajo achicando los ojos.
-Cariño, ella es Martha la madre de tu padre.-dijo Kate poniendo una mano en el hombro de su hijo apretándolo cariñosamente.
-Tu abuela.-dijo Martha con un nudo en la garganta.
Martha intentó acercarse despacio pero antes de que diera dos pasos Richard miró con cara de odio a ambas mujeres y subió las escaleras, supieron que estaba en su cuarto cuando escucharon el portazo que dio.
Ambas mujeres se abrazaron y se sentaron en el sofá. Kate se secaba las lágrimas sin parar.
-Dale tiempo, se acaba de enterar de muchas cosas de golpe.-dijo Martha cogiendo las manos a Kate.
-Lo he estado pensando mucho en las últimas horas…
-¿El que querida?
-Voy a volver a Nueva York y ahora más que mi hijo sabe la verdad de su padre. Le he engañado mucho tiempo es hora de que sepa toda la verdad.
-Vas ha intentar buscarlo…
-No sé Martha enterarme de la verdad me ha hecho mucho daño.
-Pero no sabes porque te abandonó, no sabemos nada.
-Por eso no puede asegurarte que lo buscaré o no. Lo único que se es que voy a volver a Nueva York de nuevo.
-¿Te vas a quedar en Nueva York definitivamente?-Preguntó esperanzada.
Martha había pasado muchos años a alejada de su nieto y si la vida le daba la oportunidad de redimirse y ahora que la tenía pensaba aprovecharla y apoyar en todo a Kate y su nieto.
-No lo sé, de momento pediré en comisaría un mes por asuntos personales sino vuelvo y pido el traslado de comisaría el tiempo lo dirá.
-Debería subir a verlo antes de hacer la cena.-dijo levantándose.
-Déjame a mi, me gustaría intentar hablar con él.-Pidió levantándose también.
-Suerte.-Le sonrió y fue a la cocina a hacer la cena.
Martha tomó aire varias veces para tranquilizarse y luego subió las escaleras.
...
anaforo- Escritor - Policia
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Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Genial continúa pronto
Lucia CasKett- Actor en Broadway
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Wow, que gran capítulo. mucha información y cambios en muy poco tiempo, esperemos que Ricky no esté enfadado por mucho tiempo.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Ya se enteró de la verdadero, pobre... Tiene q ser duro enterarse de todo eso
CONTINUA PRONTO
CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Excelente!! Mi intriga que paso con rick que dejo sola a su familia
Ruth Maria- Policia de homicidios
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Preciosoo siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Continua me encanta
yamicastkett- Actor en Broadway
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Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Muchas gracias por comentar. Os veo intrigados jeje.
Capítulo 3:
Tocó varias veces la puerta pero nadie le contestó.
-¿Richard?
Martha entró despacio en el dormitorio y sonrió al verlo en la cama leyendo un libro.
Richard la ignoró y siguió con su libro.
Martha nerviosa no sabia que hacer ahora lo tenía tan cerca, para no agobiarlo acercándose mucho a él, fue y se sentó en la silla del escritorio y la giró para mirarlo.
-¿Qué estás leyendo?
Richard no le contestó, simplemente le enseñó la tapa y siguió leyendo
-Parece muy interesante. ¿Te gusta mucho el autor?
Richard se encogió de hombros.
-Es el segundo libro que leo de este autor son de mi madre.-dijo sin darle más interés y sin mirarla.-Están un poco viejos.
-Es natural, tu madre nunca se deshará de esos libros.
Ahora Richard si le prestaba atención.
-Son de tu padre, de mi hijo, él los escribió.
Ricky se quedó asombrado, miró el nombre del autor, Martha tenía razón ese era el nombre de su padre. Sin decir nada, cerró el libro y lo lanzó lejos de él.
-Pero…-Martha no supo que decir.
-No quiero ver ni saber nada de Richard Castle, mi padre es Samuel Anderson. Yo soy Richard Anderson.-Se sentó en la cama erguido y con lágrimas en los ojos.
-Nadie te va a impedir pensar así Richard. Puede que mi hijo y Kate te crearan con su amor pero Samuel ha sido un padre para ti, él ha cuidado de ti desde que eras un bebé aun así Richard…
-Richard Castle no es nada, ¿Cómo un padre puede dejar abandonada a su mujer embarazada? ¿Cómo un hombre puede pedirle a otro que se haga cargo de su hijo?-Preguntó irritado elevando la voz.
-Richard, nadie sabe porque tu padre fingió su muerte, puede que estuviera en problemas…
-No sigas por favor, es tu hijo y es normal que lo defiendas…
Martha sin poder aguantarse se puso de pie y caminó por la habitación.
-Porque es mi hijo se que amaba con toda su alma a tu madre, al igual que a Alexis, a mi y estoy segura que si tu padre hubiera sabido antes del embarazo no habría desaparecido. Para tu padre sus hijos sois lo más importante.
Richard la miró asombrado su abuela había dicho hijos por lo que tenía algún hermano pero no pudo darle muchas vueltas ya que su abuela siguió hablando.
-Mira Richard.-susurró sentándose a los pies de la cama.-Tu padre creció sin tu abuelo. Yo mejor que nadie sé lo que le hizo sufrir eso, por eso os mando a Samuel, no quería que tú pasaras por lo que pasó él de niño.-Martha empezó a llorar.-No sabes la cantidad de veces que tu padre venía a casa y llevaba el rostro lleno de moratones o de lágrimas porque los niños se metían y reían de él por no tener un padre.
Martha notó que el colchón se hundía a su lado y al levantar la cabeza vio que su nieto le ofrecía un clínex. Le sonrió y se limpió los ojos.
-Estoy segura que si tu padre desapareció fue por algún motivo importante. Piensa en eso.
Se levantó y antes de que su nieto la rechazará le dio un fugaz beso en la cabeza y salió de la habitación.
Richard se quedó mirando como se marchaba su abuela y cuando cerró la puerta se levantó. Cogió el libro de su padre y buscando por donde estaba leyendo se tumbó en la cama para seguir leyendo.
-¿Qué tal te ha ido?-Preguntó Kate terminando la cena.-Me ha parecido escuchar que discutíais ¿No te habrá falto al respeto, verdad?
Kate dejó el trapo y cruzándose de brazos la miró seria.
-Tranquila, no ha sido tan malo como podía haber sido.-Le sonrió para tranquilizarla.-Lo mejor seria que me fuera a la residencia, es tarde y…
-¿Otra vez con eso?-Sonrió Kate.-Quédate con nosotros mañana por la tarde estaremos en Nueva York y puedo dejarte ropa.
Kate llevó la cena a la mesa. Martha sonrió y empezó a servir la cena.
-Voy a buscar a Ricky para que baje a cenar.
Cuando Kate se giró sorprendida vio a Richard apoyado en el marco de la puerta.
-Siéntate cariño, vamos a cenar.
Richard no le contestó pero obedeció sentándose en la mesa sin mirar a ninguna de las dos mujeres.
Por la mañana Kate llamó a su superior y pidió que la sustituyeran durante un mes.
-¿Porqué necesitas que te sustituyan?
Kate asustada vio a su hijo sirviéndose el desayuno.
-Nos vamos a Nueva York a casa del abuelo.-dijo mientras guardaba.
-¿Pero no está en Italia?
-Así es, pero no vamos a visitarlo a él, vamos a que conozcas todo lo que no te he dicho hasta ahora sobre la familia de tu padre y de este.
-No quiero saber nada de él.-dijo elevando la voz.
Pero esta vez Kate no le siguió el juego.
-Escúchame, te he mentido al no decirte que Samuel no era tu verdadero padre.
-Samuel Ander…
Intentó cortarla Rick pero no le sirvió ya que siguió hablando sin hacerle caso.
-Pero no lo voy a volver a hacer, vas a conocer todo sobre él si después quieres odiarle o a mi o a ambos, es decisión tuya.-dijo segura.-Ahora ve a hacer tú maleta.-Ordenó sin pestañear.
-Joder mamá, si esa cara se la pones a los asesinos no me extraña que confiesen.-dijo Rick negando con la cabeza saliendo de la cocina para hacer la maleta.
Kate pudo ver una pequeña sonrisa en su cara.
-Buenos días Martha.-dijo Rick al cruzarse con su abuela por la escalera.
-Buenos días, querido.
Martha sonrió dando una palmada y soltando un gritito.
-Mi nieto me habla sin hablarle yo antes.
Kate que estaba en el piso de abajo y había visto la escena sonrió ampliamente.
-Buenos días querida-al ver que Kate la miraba fijamente se sonrojó.-Me dijiste que podía coger lo que quisiera y bueno…
-Oh Martha, estás guapísima.-La interrumpió
-Gracias querida, hacía tiempo que no me ponía algo así, pero hoy me apetecía mucho.
Martha llevaba unos pantalones pesqueros de color militar y una blusa muy colorida.
-Martha siéntete como en casa, yo tengo que salir un momento.
-Hola Katie ¿Cómo está Richard?
-Hola tía. Está mucho mejor.
Ambas mujeres se abrazaron.
-¿Has desayunado ya? ¿Quieres tomar algo?
Preguntó mientras ambas se sentaban en el salón.
-No gracias, ya he desayunado. Tía me voy a Nueva York con Richard.
-Sabia que algún día regresarías allí, aún recuerdo cuando tu padre me llamó para decirme que cuidara de ti y del pequeño Ricky.
-Richard se ha enterado de quien es su verdadero padre. Quiero que conozca todo sobre él. No sé si me quedaré definitivamente allí pero aunque lo haga vendré a recoger el resto de cosas, a vender la casa y por supuesto a despedirme de ti.
Ambas mujeres se abrazaron con fuerza.
No podía hablarle a nadie más de la carta y más si era como Martha creía que su hijo estaba en peligro.
-No digas eso cariño aunque dejes de vivir aquí, sabes que aquí puedes venir de visita cuando quieras, es más, te ordeno que vuelvas a verme.-Rió.
Siguieron un rato hablando sobre el pueblo y cuando Kate llegó hacía casi dieciséis años. Después Margaret acompañó a Kate hasta la puerta.
-Vete tranquila cariño, yo cuidare tu casa.
-Gracias por todo tía, no se que habría hecho sin ti.
-Para eso estamos las tías cariño. Cuidaros mucho.
Minutos después Kate aparcaba el coche en casa de Arthur y Maia.
-Katie.-Saludó Maia abrazándola.
Ambas se saludaron.
-Como estáis ¿Dónde está la peque?
-Muy bien. Jane está jugando en su parquecito en el salón. ¿Quieres saludarla?
-Claro.
Ambas fueron a la cocina y Kate cogió a Jane quién al verla le extendió los brazos para que la cogiera mientras reía.
-Kate me alegra tanto que no le ocurriera nada a Alex cuando se escapó.
-Si.-Suspiró.-Pero no venía a hablar de eso. Me voy a Nueva York.
-Al final le has contado la verdad.
-Aunque no me hubiera enseñado la foto tarde o temprano tenía que saberlo.
Maia afirmó con la cabeza dándole la razón.
-¿Puedo hablar con Arthur?
-Claro, está en su despacho.
Kate sonrió le dio un beso a Jane, se la enteró a Maia y siguió a esta hasta la planta superior de la casa.
Cuando Maia le anunció a su marido que tenía visita dejó pasar a Kate y cerró la puerta tras ella.
Kate y Arthur se saludaron y tomaron asiento en los sillones.
-He leído la carta de Samuel.-dijo entregándole la carta para que lo leyera.-Arthur. ¿Tú sabías que Richard seguía vivo?
Arthur agachó la cabeza, avergonzado.
-Una noche Samuel me contó todo. Kate, Samuel me contó cómo llegó hasta ti pero no me explicó más, no me contó nada de sus encuentros ni de lo que hablaban.
-¿¡Richard y Samuel se veían!? Pensé que desde su “muerte” solo se habían visto una vez.
-Solo sé que cuando te conoció Samuel se reunía con Richard una vez al mes o cada dos meses…
-Podía ver a Samuel pero a mí me seguía haciendo creer que estaba muerto…incluso después de saber que íbamos a tener un hijo.-dijo elevando la voz.
Kate se levantó del sillón no podía estar sentada.
-Se veían pero de golpe dejaron de verse. Yo lo sé porque Samuel me pidió que os vigilara…
-¿Porqué?
-Por un coche negro que empezó a rondar por los alrededores y poco después de que Samuel me dijera eso dejó de verse con Richard.
-Entonces es posible que Rick fingiera su muerte porque estaba en peligro para protegernos…
-Eso ya no lo sé Kate. Los motivos nunca me los contó Samuel. Kate siento haberte ocultado…
-Arthur gracias por todo lo que has hecho por nosotros.-dijo ignorando su disculpa y abrazándolo. -Me voy a Nueva York está tarde pero aún no sé si me quedaré pero te aseguro que si eso sucede vendré a visitaros, soy muy importantes para mí, como lo fue Samuel.
Cuando salió de casa de sus amigos y era casi la hora de comer. Al llegar a casa Kate vio a Martha haciendo la comida mientras en ese momento Rick bajaba su maleta del piso superior.
-¿Lo tienes todo listo?-Preguntó a su hijo.
Rick afirmó con la cabeza y volvió a subir al piso superior.
-Martha huele muy bien.-Sonrió entrando en la cocina.
-Gracias querida, en la residencia me apunté a un curso de cocina. ¿Has hecho lo que tenías que hacer?
-Sí. Esta tarde nos vamos a Nueva York solo me falta recoger un par de cosas antes.
-Hazlo si quieres mientras termino esto.
-Gracias Martha.
Kate la abrazó y subió a su cuarto a terminar de recoger las cosas.
Pocos minutos Rick bajaba con el resto de sus cosas. Dejó la chaqueta y el libro en el sillón y se acercó a la cocina a poner la mesa.
-Veo que sigue con el libro.-Le sonrió Martha.
Rick la miró con cautela.
-Porque el autor sea un capullo como persona no significa que escriba mal.-dijo con maldad.
Pero Martha no le siguió el juego.
-Estás leyendo Derrick Storm ¿pero sabes que tu padre escribió una serie de libros inspirados en tu madre y en el trabajo que hizo con ella? Tu madre fue su musa.
Rick la miró incrédulo.
-¿En serio?
Rick cogió una silla y se sentó al lado de su abuela para escucharla.
Espero que os haya gustado...
Capítulo 3:
Tocó varias veces la puerta pero nadie le contestó.
-¿Richard?
Martha entró despacio en el dormitorio y sonrió al verlo en la cama leyendo un libro.
Richard la ignoró y siguió con su libro.
Martha nerviosa no sabia que hacer ahora lo tenía tan cerca, para no agobiarlo acercándose mucho a él, fue y se sentó en la silla del escritorio y la giró para mirarlo.
-¿Qué estás leyendo?
Richard no le contestó, simplemente le enseñó la tapa y siguió leyendo
-Parece muy interesante. ¿Te gusta mucho el autor?
Richard se encogió de hombros.
-Es el segundo libro que leo de este autor son de mi madre.-dijo sin darle más interés y sin mirarla.-Están un poco viejos.
-Es natural, tu madre nunca se deshará de esos libros.
Ahora Richard si le prestaba atención.
-Son de tu padre, de mi hijo, él los escribió.
Ricky se quedó asombrado, miró el nombre del autor, Martha tenía razón ese era el nombre de su padre. Sin decir nada, cerró el libro y lo lanzó lejos de él.
-Pero…-Martha no supo que decir.
-No quiero ver ni saber nada de Richard Castle, mi padre es Samuel Anderson. Yo soy Richard Anderson.-Se sentó en la cama erguido y con lágrimas en los ojos.
-Nadie te va a impedir pensar así Richard. Puede que mi hijo y Kate te crearan con su amor pero Samuel ha sido un padre para ti, él ha cuidado de ti desde que eras un bebé aun así Richard…
-Richard Castle no es nada, ¿Cómo un padre puede dejar abandonada a su mujer embarazada? ¿Cómo un hombre puede pedirle a otro que se haga cargo de su hijo?-Preguntó irritado elevando la voz.
-Richard, nadie sabe porque tu padre fingió su muerte, puede que estuviera en problemas…
-No sigas por favor, es tu hijo y es normal que lo defiendas…
Martha sin poder aguantarse se puso de pie y caminó por la habitación.
-Porque es mi hijo se que amaba con toda su alma a tu madre, al igual que a Alexis, a mi y estoy segura que si tu padre hubiera sabido antes del embarazo no habría desaparecido. Para tu padre sus hijos sois lo más importante.
Richard la miró asombrado su abuela había dicho hijos por lo que tenía algún hermano pero no pudo darle muchas vueltas ya que su abuela siguió hablando.
-Mira Richard.-susurró sentándose a los pies de la cama.-Tu padre creció sin tu abuelo. Yo mejor que nadie sé lo que le hizo sufrir eso, por eso os mando a Samuel, no quería que tú pasaras por lo que pasó él de niño.-Martha empezó a llorar.-No sabes la cantidad de veces que tu padre venía a casa y llevaba el rostro lleno de moratones o de lágrimas porque los niños se metían y reían de él por no tener un padre.
Martha notó que el colchón se hundía a su lado y al levantar la cabeza vio que su nieto le ofrecía un clínex. Le sonrió y se limpió los ojos.
-Estoy segura que si tu padre desapareció fue por algún motivo importante. Piensa en eso.
Se levantó y antes de que su nieto la rechazará le dio un fugaz beso en la cabeza y salió de la habitación.
Richard se quedó mirando como se marchaba su abuela y cuando cerró la puerta se levantó. Cogió el libro de su padre y buscando por donde estaba leyendo se tumbó en la cama para seguir leyendo.
-¿Qué tal te ha ido?-Preguntó Kate terminando la cena.-Me ha parecido escuchar que discutíais ¿No te habrá falto al respeto, verdad?
Kate dejó el trapo y cruzándose de brazos la miró seria.
-Tranquila, no ha sido tan malo como podía haber sido.-Le sonrió para tranquilizarla.-Lo mejor seria que me fuera a la residencia, es tarde y…
-¿Otra vez con eso?-Sonrió Kate.-Quédate con nosotros mañana por la tarde estaremos en Nueva York y puedo dejarte ropa.
Kate llevó la cena a la mesa. Martha sonrió y empezó a servir la cena.
-Voy a buscar a Ricky para que baje a cenar.
Cuando Kate se giró sorprendida vio a Richard apoyado en el marco de la puerta.
-Siéntate cariño, vamos a cenar.
Richard no le contestó pero obedeció sentándose en la mesa sin mirar a ninguna de las dos mujeres.
Por la mañana Kate llamó a su superior y pidió que la sustituyeran durante un mes.
-¿Porqué necesitas que te sustituyan?
Kate asustada vio a su hijo sirviéndose el desayuno.
-Nos vamos a Nueva York a casa del abuelo.-dijo mientras guardaba.
-¿Pero no está en Italia?
-Así es, pero no vamos a visitarlo a él, vamos a que conozcas todo lo que no te he dicho hasta ahora sobre la familia de tu padre y de este.
-No quiero saber nada de él.-dijo elevando la voz.
Pero esta vez Kate no le siguió el juego.
-Escúchame, te he mentido al no decirte que Samuel no era tu verdadero padre.
-Samuel Ander…
Intentó cortarla Rick pero no le sirvió ya que siguió hablando sin hacerle caso.
-Pero no lo voy a volver a hacer, vas a conocer todo sobre él si después quieres odiarle o a mi o a ambos, es decisión tuya.-dijo segura.-Ahora ve a hacer tú maleta.-Ordenó sin pestañear.
-Joder mamá, si esa cara se la pones a los asesinos no me extraña que confiesen.-dijo Rick negando con la cabeza saliendo de la cocina para hacer la maleta.
Kate pudo ver una pequeña sonrisa en su cara.
-Buenos días Martha.-dijo Rick al cruzarse con su abuela por la escalera.
-Buenos días, querido.
Martha sonrió dando una palmada y soltando un gritito.
-Mi nieto me habla sin hablarle yo antes.
Kate que estaba en el piso de abajo y había visto la escena sonrió ampliamente.
-Buenos días querida-al ver que Kate la miraba fijamente se sonrojó.-Me dijiste que podía coger lo que quisiera y bueno…
-Oh Martha, estás guapísima.-La interrumpió
-Gracias querida, hacía tiempo que no me ponía algo así, pero hoy me apetecía mucho.
Martha llevaba unos pantalones pesqueros de color militar y una blusa muy colorida.
-Martha siéntete como en casa, yo tengo que salir un momento.
-Hola Katie ¿Cómo está Richard?
-Hola tía. Está mucho mejor.
Ambas mujeres se abrazaron.
-¿Has desayunado ya? ¿Quieres tomar algo?
Preguntó mientras ambas se sentaban en el salón.
-No gracias, ya he desayunado. Tía me voy a Nueva York con Richard.
-Sabia que algún día regresarías allí, aún recuerdo cuando tu padre me llamó para decirme que cuidara de ti y del pequeño Ricky.
-Richard se ha enterado de quien es su verdadero padre. Quiero que conozca todo sobre él. No sé si me quedaré definitivamente allí pero aunque lo haga vendré a recoger el resto de cosas, a vender la casa y por supuesto a despedirme de ti.
Ambas mujeres se abrazaron con fuerza.
No podía hablarle a nadie más de la carta y más si era como Martha creía que su hijo estaba en peligro.
-No digas eso cariño aunque dejes de vivir aquí, sabes que aquí puedes venir de visita cuando quieras, es más, te ordeno que vuelvas a verme.-Rió.
Siguieron un rato hablando sobre el pueblo y cuando Kate llegó hacía casi dieciséis años. Después Margaret acompañó a Kate hasta la puerta.
-Vete tranquila cariño, yo cuidare tu casa.
-Gracias por todo tía, no se que habría hecho sin ti.
-Para eso estamos las tías cariño. Cuidaros mucho.
Minutos después Kate aparcaba el coche en casa de Arthur y Maia.
-Katie.-Saludó Maia abrazándola.
Ambas se saludaron.
-Como estáis ¿Dónde está la peque?
-Muy bien. Jane está jugando en su parquecito en el salón. ¿Quieres saludarla?
-Claro.
Ambas fueron a la cocina y Kate cogió a Jane quién al verla le extendió los brazos para que la cogiera mientras reía.
-Kate me alegra tanto que no le ocurriera nada a Alex cuando se escapó.
-Si.-Suspiró.-Pero no venía a hablar de eso. Me voy a Nueva York.
-Al final le has contado la verdad.
-Aunque no me hubiera enseñado la foto tarde o temprano tenía que saberlo.
Maia afirmó con la cabeza dándole la razón.
-¿Puedo hablar con Arthur?
-Claro, está en su despacho.
Kate sonrió le dio un beso a Jane, se la enteró a Maia y siguió a esta hasta la planta superior de la casa.
Cuando Maia le anunció a su marido que tenía visita dejó pasar a Kate y cerró la puerta tras ella.
Kate y Arthur se saludaron y tomaron asiento en los sillones.
-He leído la carta de Samuel.-dijo entregándole la carta para que lo leyera.-Arthur. ¿Tú sabías que Richard seguía vivo?
Arthur agachó la cabeza, avergonzado.
-Una noche Samuel me contó todo. Kate, Samuel me contó cómo llegó hasta ti pero no me explicó más, no me contó nada de sus encuentros ni de lo que hablaban.
-¿¡Richard y Samuel se veían!? Pensé que desde su “muerte” solo se habían visto una vez.
-Solo sé que cuando te conoció Samuel se reunía con Richard una vez al mes o cada dos meses…
-Podía ver a Samuel pero a mí me seguía haciendo creer que estaba muerto…incluso después de saber que íbamos a tener un hijo.-dijo elevando la voz.
Kate se levantó del sillón no podía estar sentada.
-Se veían pero de golpe dejaron de verse. Yo lo sé porque Samuel me pidió que os vigilara…
-¿Porqué?
-Por un coche negro que empezó a rondar por los alrededores y poco después de que Samuel me dijera eso dejó de verse con Richard.
-Entonces es posible que Rick fingiera su muerte porque estaba en peligro para protegernos…
-Eso ya no lo sé Kate. Los motivos nunca me los contó Samuel. Kate siento haberte ocultado…
-Arthur gracias por todo lo que has hecho por nosotros.-dijo ignorando su disculpa y abrazándolo. -Me voy a Nueva York está tarde pero aún no sé si me quedaré pero te aseguro que si eso sucede vendré a visitaros, soy muy importantes para mí, como lo fue Samuel.
Cuando salió de casa de sus amigos y era casi la hora de comer. Al llegar a casa Kate vio a Martha haciendo la comida mientras en ese momento Rick bajaba su maleta del piso superior.
-¿Lo tienes todo listo?-Preguntó a su hijo.
Rick afirmó con la cabeza y volvió a subir al piso superior.
-Martha huele muy bien.-Sonrió entrando en la cocina.
-Gracias querida, en la residencia me apunté a un curso de cocina. ¿Has hecho lo que tenías que hacer?
-Sí. Esta tarde nos vamos a Nueva York solo me falta recoger un par de cosas antes.
-Hazlo si quieres mientras termino esto.
-Gracias Martha.
Kate la abrazó y subió a su cuarto a terminar de recoger las cosas.
Pocos minutos Rick bajaba con el resto de sus cosas. Dejó la chaqueta y el libro en el sillón y se acercó a la cocina a poner la mesa.
-Veo que sigue con el libro.-Le sonrió Martha.
Rick la miró con cautela.
-Porque el autor sea un capullo como persona no significa que escriba mal.-dijo con maldad.
Pero Martha no le siguió el juego.
-Estás leyendo Derrick Storm ¿pero sabes que tu padre escribió una serie de libros inspirados en tu madre y en el trabajo que hizo con ella? Tu madre fue su musa.
Rick la miró incrédulo.
-¿En serio?
Rick cogió una silla y se sentó al lado de su abuela para escucharla.
Espero que os haya gustado...
anaforo- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Que ganas de que regresen a NY y se ponga junto a sus amig@s a investigar la desaparición de Castle y traten de dar con él. Poco a poco parece que el pequeño Ricky trata mejor a Martha.
Espero que puedas continuar pronto.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: El amor es para siempre. Capítulo 3 (18/02/14)
Yaye escribió:Que ganas de que regresen a NY y se ponga junto a sus amig@s a investigar la desaparición de Castle y traten de dar con él. Poco a poco parece que el pequeño Ricky trata mejor a Martha.
Espero que puedas continuar pronto.
Gracias por comentar al igual que has hecho en los anteriores capítulos. Muchas gracias.
En el siguiente ya estarán en NY y si Richard poco a poco volvera a confiar en su madre y llevarse mejor con Martha, es normal que el adolescente este reticente ya que después de todo lo que se ha enterado. No confía en nadie.
anaforo- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 06/02/2012
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Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
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