ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
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ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
Hola soy nueva por aquí. Ya he escrito varios fic en la página de fanfiction pero es la primera vez que me decido a subirlo por aquí. Ya han subido uno de mis fics por aquí Lizcecilia6CECIFILLION ya que en parte la historia era suya pues la idea me la dio ella Te aprendí a amar pero este vez me he decidido a subirlo yo. Suelo subir cuatro capítulos semanales espero que os guste. Antes de nada os dejo un pequeño resumen.
Richard Rodgers es un prestigioso detective privado. Ha llevado casos muy importantes en los últimos tiempos y ha conseguido una gran repercusión en su mundo, incluso la policía de Nueva York le ha pedido su ayuda. Ahora se enfrenta a un caso que puede cambiar su vida por completo. Un marido, le pide que busque a su esposa y su hijo que desaparecieron hace un mes y no hay rastros de ellos. El marido piensa que han huido y quiere recuperar a su hijo por encima de todo. Su objetivo es encontrar a Katherine Beckett y al pequeño Lucas.
Y ahora sin más os dejo el primer capítulo, espero que os guste.
Capítulo 1
POV RICK
Soy un tío especial… me encanta divertirme, sentirme vivo. Para ello, llevo una doble vida que me hace sentir así. Por un lado, soy Richard Castle un escritor de novelas policíacas… novelas negras. Un día decidí que lo mío era la escritura pero para ello necesite de otra vida para llenarme de la inspiración necesaria para conseguirlo. Mi otro yo es Richard Rodgers, soy un investigador privado, de lo mejor que hay en Nueva York y no es que quiera exagerar, si no que mi curriculum así lo dice. Me gusta ponerme retos y superarlos… resolver misterios en la vida real, no solo con las palabras.
Intento mantener mis dos vidas separadas y por eso soy un autor de libros anónimo. Tengo bastante éxito y quizás si me diera a conocer eso ayudaría aún más, pero me perjudicaría en mi otro trabajo y de momento, lo necesito para desarrollar mi escritura.
He tenido grandes casos, incluso alguna vez la Policía de Nueva York ha precisado de mi ayuda, lo que ha hecho que consiga fama como investigador, aunque a parte, también he conseguido bastante trabajo en este último año. Tanto es así que me puedo tomar el lujo de aceptar los casos que me apetecen, los que me llaman la atención, o los que pueda usar de guion en mis futuros libros.
Un día recibí una llamada de una persona importante en esta ciudad donde vivo, Nueva York. Tenía un caso para mí, por lo que fui a visitarlo para ver si podía hacerme cargo o no de su investigación. Aunque, por desgracia, estaba seguro de que me tocaría aceptarlo, era amigo del alcalde y a él nunca le dije que no, es un amigo mío de la infancia y mantenemos un cierto contacto. Nos gusta el póker y ambos disfrutamos de noches enteras bebiendo, jugando y despellejando a algunos tipos amigos suyos, que nos dejan bastantes beneficios… son meros aficionados a nuestro lado.
Solo esperaba que fuera un caso que me divirtiera… quizás difícil y que llamara mi atención lo suficiente para no aburrirme. Últimamente ese tipo de casos eran simples búsquedas de personas desaparecidas sin ninguna importancia. Y ese tipo de investigaciones no me traían nada nuevo para aportar a mis escritos.
Justo antes de recibir la llamada de mi amigo el alcalde me estaba preparando para tomar unas merecidas vacaciones pero ahora… tendrán que esperar, paciencia… aunque le haré saber a mi compañero de póker, que me cobrare ese favor.
Me acerque hasta la dirección que me había proporcionado y cuando llegue a la casa salió alguien de la seguridad para comprobar mi identificación. Me imaginaba que tenía que ser alguien importante, pero tanto como para tener ese dispositivo de seguridad, me pareció excesivo.
Cuando entré me encontré con un hombre fuerte, no muy alto, rubio con un traje gris. Se acercó a mí con determinación y me dio un fuerte apretón de mano, tanto es así que en cuanto se dio la vuelta me permití hacer un gesto de dolor.
- Señor Rodgers… soy William Sorenson.
- ¡Oh…! - Fue lo único que me salió en aquel momento.
Había escuchado la noticia que le rodeaba a aquel hombre que se hallaba frente a mí. Era un alto cargo dentro del FBI. Hacia cosa de un mes, llegó a su casa tras uno de sus casos y se encontró con que su mujer e hijo habían desaparecido. De eso, paso un mes y desde entonces no se sabía nada de ellos. A pesar de las investigaciones que se habían hecho no consiguieron sacar nada en claro, no habían dejado ni un rastro.
- Necesito encontrarlos – me pidió exagerando su “dolor”.
- Entiendo. ¿Qué cree usted que paso? – le pregunté intentando tener algún detalle más del caso.
- Usted que cree… - me dijo demostrando su ira en el rostro. Más que preocupado, parecía enfadado.
- Bueno, usted tendrá muchos enemigos, puede que alguien se quisiera vengar de usted.
- Tutéame… y eso pensé – en ese instante saco una nota, acompañada de un montón de papeles - pero luego encontré esto – dijo ofreciéndome esos informes.
- Es una petición de divorcio – le dije al leer las primeras líneas.
- Sí, la presente unos días antes de la desaparición. Quería la custodia de mi hijo…
- ¿Cree que ella se lo llevo? – le pregunté…
A pesar de su petición de tutearlo, siempre había preferido tener cierta distancia con las personas para las que trabajaba, eso me ayudaba a no coger confianza y de paso, distinguir quien era el jefe, quien mandaba… y pagaba, por supuesto.
- Estoy seguro – dijo con cierta risa sarcástica en su rostro. Ese hombre estaba lleno de resentimiento, pero también de cierto odio hacia la que fue su pareja y madre de su hijo - Sabía que ganaría la custodia de mi hijo y se lo llevo. Me ha separado de él y quiero recuperar lo que es mío.
- ¿Está seguro que no ha podido pasarles nada? – le pregunte ante su afirmación sobre la propiedad de su hijo… algo tendría que decir su madre, pensé yo.
- No, estoy seguro que ella se lo llevo - dijo apretando la mandíbula.
- La policía no encontró nada… no han sabido de ellos nada en un mes. Su mujer no puede haber hecho eso… - algo muy gordo debía pasar ahí si ella tomo semejante decisión.
- Créame, puede. Era policía, la mejor… pero lo dejo para cuidar de nuestro hijo… creo que me echaba la culpa de eso… aunque yo nunca le pedí que lo hiciera, fue ella…
- Tiene que ser muy buena para que alguien como usted, con todos sus contactos, no la haya podido encontrar - dije casi admirando a esa mujer sin conocerla.
- Lo es. Estoy algo desesperado y la policía no me ayuda porque no creen que se haya podido ir, prefieren investigar “otras cosas”… es que vera, eran sus amigos y por eso no me ayudan. Señor Rodgers, es usted mi última esperanza para encontrar a mi hijo.
Se le veía sincero… pero muy dolido con su mujer y yo… a ver… no era padre, pero podía imaginar por lo que podía estar pasando. Un padre que lleva un mes sin ver a su hijo, sin saber nada de él, ni siquiera si está vivo….
Estaba dispuesto a aceptarlo antes de llegar, por ser quien era pero ahora… me interesaba el caso… me interesaba encontrarla y reunir a ese padre y a ese hijo.
- Acepto.
- Bien - dijo entregándome un sobre - eso es para los primeros gastos. Quiero que empiece cuanto antes, y me tenga al tanto de todo lo que consiga.
- Lo haré - dije viendo el fajo de billetes que me había entregado.
- Aquí tienes todo lo que la policía investigo – dijo entregándome otro sobre tamaño folio lleno de fotos, informes y demás documentación - aunque te servirá para poco.-De una mesa cercana, cogió otro sobre también grande y me lo entrego - luego está todo lo que se sobre ella y su familia. Aunque ya hemos investigado a todos sus familiares y amigos, no hemos conseguido nada. Espero que sea tan bueno como me comento el alcalde, por lo visto confía mucho en usted.
- Le prometo que soy aún mejor - dije dándole de nuevo la mano y saliendo de aquella casa con un montón de información.
Ahora venía el trabajo aburrido, leerlo todo, resumirlo y separar la paja de lo que realmente me servirá para poder resolver el caso.
Me senté en mi oficina, con una hamburguesa y un buen refresco. Dedique toda mi atención a los informes que me había proporcionado el Sr. Sorenson. Estaba cansado de tanto leer, me estaba aburriendo soberanamente. Yo era más de campo… el trabajo de oficina me parecía inútil. Lo mío era lo de ir a investigar fuera, no tener que buscar pruebas entre miles de papeles. Pero era lo que tocaba… lo que tocaba, saber lo máximo sobre esa mujer para poder dar con ella. Katherine Sorenson… así se llamaba. Cada cosa que conocía de ella más me sorprendía. La mujer más joven en llegar a detective, con mayor número de casos cerrados y entre ellos casos muy importantes, hasta de seguridad nacional. Me imagine que así debió conocer al que termino siendo su marido. Era una pena que terminara dejando su carrera, sin duda hubiera llegado muy lejos. Pero a pesar de que Sorenson me había dicho que él no tuvo nada que ver, me costaba creer que una mujer como ella dejara su trabajo, así como así.
Investigue todo lo que tenía y aun así no sabía por dónde empezar a buscar. Todo lo que se me ocurría ya había sido investigado por la policía. Estaba frustrado, cabreado y enfadado…
Cogí un papel que se me había caído y cuando lo miré vi que se había manchado de kétchup, lo cogí y me fije que era el documento de casamiento. En él aparecía su nombre de soltera, Katherine Beckett, lo apunte por si estuviera usando ahora ese apellido, aunque me extrañaría, si era tan lista, no haría una cosa así.
Quería empezar a buscar fuera… a hablar con la gente que la conocía y mi primer paso sería ir a ver a los que fueron sus compañeros, quizás ellos pudieran contarme algo sobre ella… quizás ellos me ayudaran a conocerla un poco mejor para poder meterme en su lugar y llegar a ella si es que era verdad que seguía viva, como su marido pensaba.
Llegue a la comisaría 12th, donde estuvo trabajando. Me acerque y después de preguntar por varios departamentos, sus dos compañeros el Detective Esposito junto a al Detective Ryan me concedieran cinco minutos.
El primero me miraba con mala cara, sin duda era el duro, por lo que puse mayor atención al rubio.
- Estoy investigando la desaparición de vuestra compañera.
- ¿Y tú quién eres para hacerlo?
- Perdonar, soy Richard Rodgers - dije presentándome - soy el detective privado que ha contratado su marido para investigar lo que le paso a su mujer y su hijo.
- Entonces lárgate – dijo dándome la espalda - no tenemos nada que decirte - dijo el detective Esposito.
- Quiero saber que podéis decirme vosotros. Me gustaría saber vuestra versión de los hechos.
- Espo… digámosle lo que pensamos y ya está - dijo el otro haciendo que su compañero parara en seco, pero seguía mirándome con odio.
- ¿Entonces? – insistí.
- Nosotros investigamos su desaparición durante los primeros meses de forma extraoficial, era nuestra compañera, pero no conseguimos nada.
- ¿Pensáis que se largó con su hijo?
- No tiene sentido que lo hiciera - dijo Esposito sin mirarme.
- Pero no hay pruebas de nada de eso. Sé que vuestra amiga era muy buena pero…
- Era la mejor - dijo Ryan sonriendo – si ella no quiere que la encuentren, no lo harás, ni tu, ni nadie.
- ¿Qué pensáis que le paso?
- Creemos que él, la mato – dijo Ryan muy serio mirando el suelo.
- ¿Matar? - pregunté atónito.
- Sí, ese tío es un hijo de puta – dijo Espo.
- Le pegaba – aclaro Ryan.
- No lo sabemos – apostillo el más oscuro de piel - No lo creo, pero Kate quería separarse de él y él no estaba por la labor.
- Él dice que es él quien quería divorciarse – les aclare a ambos.
- ¡Hipócrita! eso no es así – dijo Ryan enfadado.
- Pero si la hubiera matado, no sería tan estúpido de gastarse una fortuna buscándola como un loco.
- No sé qué paso… espero que no la matara, pero si Kate se fue, como él dice, tuvo sus razones, eso puedo asegurarlo - dijo Ryan antes de tirar de su compañero y que me quedara allí solo pensando.
¿Y si estaba confundiendo todo esto? no podía quedarme con estas dudas, necesitaba encontrarla y aclarar lo sucedido. Este caso empezó siendo un grano en el culo, pero se estaba poniendo interesante…
CONTINUARÁ…
Gracias a todos los que hayáis leído el primer capítulo, gracias por darle una oportunidad a esta historia. Espero que os haya gustado y sigáis este camino conmigo.
El lunes habrá un nuevo capítulo.
Tengo que darle las gracias a Ladydkl por su ayuda en la historia sin ella no sería posible.
Twitter: tamyalways
Richard Rodgers es un prestigioso detective privado. Ha llevado casos muy importantes en los últimos tiempos y ha conseguido una gran repercusión en su mundo, incluso la policía de Nueva York le ha pedido su ayuda. Ahora se enfrenta a un caso que puede cambiar su vida por completo. Un marido, le pide que busque a su esposa y su hijo que desaparecieron hace un mes y no hay rastros de ellos. El marido piensa que han huido y quiere recuperar a su hijo por encima de todo. Su objetivo es encontrar a Katherine Beckett y al pequeño Lucas.
Y ahora sin más os dejo el primer capítulo, espero que os guste.
Capítulo 1
POV RICK
Soy un tío especial… me encanta divertirme, sentirme vivo. Para ello, llevo una doble vida que me hace sentir así. Por un lado, soy Richard Castle un escritor de novelas policíacas… novelas negras. Un día decidí que lo mío era la escritura pero para ello necesite de otra vida para llenarme de la inspiración necesaria para conseguirlo. Mi otro yo es Richard Rodgers, soy un investigador privado, de lo mejor que hay en Nueva York y no es que quiera exagerar, si no que mi curriculum así lo dice. Me gusta ponerme retos y superarlos… resolver misterios en la vida real, no solo con las palabras.
Intento mantener mis dos vidas separadas y por eso soy un autor de libros anónimo. Tengo bastante éxito y quizás si me diera a conocer eso ayudaría aún más, pero me perjudicaría en mi otro trabajo y de momento, lo necesito para desarrollar mi escritura.
He tenido grandes casos, incluso alguna vez la Policía de Nueva York ha precisado de mi ayuda, lo que ha hecho que consiga fama como investigador, aunque a parte, también he conseguido bastante trabajo en este último año. Tanto es así que me puedo tomar el lujo de aceptar los casos que me apetecen, los que me llaman la atención, o los que pueda usar de guion en mis futuros libros.
Un día recibí una llamada de una persona importante en esta ciudad donde vivo, Nueva York. Tenía un caso para mí, por lo que fui a visitarlo para ver si podía hacerme cargo o no de su investigación. Aunque, por desgracia, estaba seguro de que me tocaría aceptarlo, era amigo del alcalde y a él nunca le dije que no, es un amigo mío de la infancia y mantenemos un cierto contacto. Nos gusta el póker y ambos disfrutamos de noches enteras bebiendo, jugando y despellejando a algunos tipos amigos suyos, que nos dejan bastantes beneficios… son meros aficionados a nuestro lado.
Solo esperaba que fuera un caso que me divirtiera… quizás difícil y que llamara mi atención lo suficiente para no aburrirme. Últimamente ese tipo de casos eran simples búsquedas de personas desaparecidas sin ninguna importancia. Y ese tipo de investigaciones no me traían nada nuevo para aportar a mis escritos.
Justo antes de recibir la llamada de mi amigo el alcalde me estaba preparando para tomar unas merecidas vacaciones pero ahora… tendrán que esperar, paciencia… aunque le haré saber a mi compañero de póker, que me cobrare ese favor.
Me acerque hasta la dirección que me había proporcionado y cuando llegue a la casa salió alguien de la seguridad para comprobar mi identificación. Me imaginaba que tenía que ser alguien importante, pero tanto como para tener ese dispositivo de seguridad, me pareció excesivo.
Cuando entré me encontré con un hombre fuerte, no muy alto, rubio con un traje gris. Se acercó a mí con determinación y me dio un fuerte apretón de mano, tanto es así que en cuanto se dio la vuelta me permití hacer un gesto de dolor.
- Señor Rodgers… soy William Sorenson.
- ¡Oh…! - Fue lo único que me salió en aquel momento.
Había escuchado la noticia que le rodeaba a aquel hombre que se hallaba frente a mí. Era un alto cargo dentro del FBI. Hacia cosa de un mes, llegó a su casa tras uno de sus casos y se encontró con que su mujer e hijo habían desaparecido. De eso, paso un mes y desde entonces no se sabía nada de ellos. A pesar de las investigaciones que se habían hecho no consiguieron sacar nada en claro, no habían dejado ni un rastro.
- Necesito encontrarlos – me pidió exagerando su “dolor”.
- Entiendo. ¿Qué cree usted que paso? – le pregunté intentando tener algún detalle más del caso.
- Usted que cree… - me dijo demostrando su ira en el rostro. Más que preocupado, parecía enfadado.
- Bueno, usted tendrá muchos enemigos, puede que alguien se quisiera vengar de usted.
- Tutéame… y eso pensé – en ese instante saco una nota, acompañada de un montón de papeles - pero luego encontré esto – dijo ofreciéndome esos informes.
- Es una petición de divorcio – le dije al leer las primeras líneas.
- Sí, la presente unos días antes de la desaparición. Quería la custodia de mi hijo…
- ¿Cree que ella se lo llevo? – le pregunté…
A pesar de su petición de tutearlo, siempre había preferido tener cierta distancia con las personas para las que trabajaba, eso me ayudaba a no coger confianza y de paso, distinguir quien era el jefe, quien mandaba… y pagaba, por supuesto.
- Estoy seguro – dijo con cierta risa sarcástica en su rostro. Ese hombre estaba lleno de resentimiento, pero también de cierto odio hacia la que fue su pareja y madre de su hijo - Sabía que ganaría la custodia de mi hijo y se lo llevo. Me ha separado de él y quiero recuperar lo que es mío.
- ¿Está seguro que no ha podido pasarles nada? – le pregunte ante su afirmación sobre la propiedad de su hijo… algo tendría que decir su madre, pensé yo.
- No, estoy seguro que ella se lo llevo - dijo apretando la mandíbula.
- La policía no encontró nada… no han sabido de ellos nada en un mes. Su mujer no puede haber hecho eso… - algo muy gordo debía pasar ahí si ella tomo semejante decisión.
- Créame, puede. Era policía, la mejor… pero lo dejo para cuidar de nuestro hijo… creo que me echaba la culpa de eso… aunque yo nunca le pedí que lo hiciera, fue ella…
- Tiene que ser muy buena para que alguien como usted, con todos sus contactos, no la haya podido encontrar - dije casi admirando a esa mujer sin conocerla.
- Lo es. Estoy algo desesperado y la policía no me ayuda porque no creen que se haya podido ir, prefieren investigar “otras cosas”… es que vera, eran sus amigos y por eso no me ayudan. Señor Rodgers, es usted mi última esperanza para encontrar a mi hijo.
Se le veía sincero… pero muy dolido con su mujer y yo… a ver… no era padre, pero podía imaginar por lo que podía estar pasando. Un padre que lleva un mes sin ver a su hijo, sin saber nada de él, ni siquiera si está vivo….
Estaba dispuesto a aceptarlo antes de llegar, por ser quien era pero ahora… me interesaba el caso… me interesaba encontrarla y reunir a ese padre y a ese hijo.
- Acepto.
- Bien - dijo entregándome un sobre - eso es para los primeros gastos. Quiero que empiece cuanto antes, y me tenga al tanto de todo lo que consiga.
- Lo haré - dije viendo el fajo de billetes que me había entregado.
- Aquí tienes todo lo que la policía investigo – dijo entregándome otro sobre tamaño folio lleno de fotos, informes y demás documentación - aunque te servirá para poco.-De una mesa cercana, cogió otro sobre también grande y me lo entrego - luego está todo lo que se sobre ella y su familia. Aunque ya hemos investigado a todos sus familiares y amigos, no hemos conseguido nada. Espero que sea tan bueno como me comento el alcalde, por lo visto confía mucho en usted.
- Le prometo que soy aún mejor - dije dándole de nuevo la mano y saliendo de aquella casa con un montón de información.
Ahora venía el trabajo aburrido, leerlo todo, resumirlo y separar la paja de lo que realmente me servirá para poder resolver el caso.
Me senté en mi oficina, con una hamburguesa y un buen refresco. Dedique toda mi atención a los informes que me había proporcionado el Sr. Sorenson. Estaba cansado de tanto leer, me estaba aburriendo soberanamente. Yo era más de campo… el trabajo de oficina me parecía inútil. Lo mío era lo de ir a investigar fuera, no tener que buscar pruebas entre miles de papeles. Pero era lo que tocaba… lo que tocaba, saber lo máximo sobre esa mujer para poder dar con ella. Katherine Sorenson… así se llamaba. Cada cosa que conocía de ella más me sorprendía. La mujer más joven en llegar a detective, con mayor número de casos cerrados y entre ellos casos muy importantes, hasta de seguridad nacional. Me imagine que así debió conocer al que termino siendo su marido. Era una pena que terminara dejando su carrera, sin duda hubiera llegado muy lejos. Pero a pesar de que Sorenson me había dicho que él no tuvo nada que ver, me costaba creer que una mujer como ella dejara su trabajo, así como así.
Investigue todo lo que tenía y aun así no sabía por dónde empezar a buscar. Todo lo que se me ocurría ya había sido investigado por la policía. Estaba frustrado, cabreado y enfadado…
Cogí un papel que se me había caído y cuando lo miré vi que se había manchado de kétchup, lo cogí y me fije que era el documento de casamiento. En él aparecía su nombre de soltera, Katherine Beckett, lo apunte por si estuviera usando ahora ese apellido, aunque me extrañaría, si era tan lista, no haría una cosa así.
Quería empezar a buscar fuera… a hablar con la gente que la conocía y mi primer paso sería ir a ver a los que fueron sus compañeros, quizás ellos pudieran contarme algo sobre ella… quizás ellos me ayudaran a conocerla un poco mejor para poder meterme en su lugar y llegar a ella si es que era verdad que seguía viva, como su marido pensaba.
Llegue a la comisaría 12th, donde estuvo trabajando. Me acerque y después de preguntar por varios departamentos, sus dos compañeros el Detective Esposito junto a al Detective Ryan me concedieran cinco minutos.
El primero me miraba con mala cara, sin duda era el duro, por lo que puse mayor atención al rubio.
- Estoy investigando la desaparición de vuestra compañera.
- ¿Y tú quién eres para hacerlo?
- Perdonar, soy Richard Rodgers - dije presentándome - soy el detective privado que ha contratado su marido para investigar lo que le paso a su mujer y su hijo.
- Entonces lárgate – dijo dándome la espalda - no tenemos nada que decirte - dijo el detective Esposito.
- Quiero saber que podéis decirme vosotros. Me gustaría saber vuestra versión de los hechos.
- Espo… digámosle lo que pensamos y ya está - dijo el otro haciendo que su compañero parara en seco, pero seguía mirándome con odio.
- ¿Entonces? – insistí.
- Nosotros investigamos su desaparición durante los primeros meses de forma extraoficial, era nuestra compañera, pero no conseguimos nada.
- ¿Pensáis que se largó con su hijo?
- No tiene sentido que lo hiciera - dijo Esposito sin mirarme.
- Pero no hay pruebas de nada de eso. Sé que vuestra amiga era muy buena pero…
- Era la mejor - dijo Ryan sonriendo – si ella no quiere que la encuentren, no lo harás, ni tu, ni nadie.
- ¿Qué pensáis que le paso?
- Creemos que él, la mato – dijo Ryan muy serio mirando el suelo.
- ¿Matar? - pregunté atónito.
- Sí, ese tío es un hijo de puta – dijo Espo.
- Le pegaba – aclaro Ryan.
- No lo sabemos – apostillo el más oscuro de piel - No lo creo, pero Kate quería separarse de él y él no estaba por la labor.
- Él dice que es él quien quería divorciarse – les aclare a ambos.
- ¡Hipócrita! eso no es así – dijo Ryan enfadado.
- Pero si la hubiera matado, no sería tan estúpido de gastarse una fortuna buscándola como un loco.
- No sé qué paso… espero que no la matara, pero si Kate se fue, como él dice, tuvo sus razones, eso puedo asegurarlo - dijo Ryan antes de tirar de su compañero y que me quedara allí solo pensando.
¿Y si estaba confundiendo todo esto? no podía quedarme con estas dudas, necesitaba encontrarla y aclarar lo sucedido. Este caso empezó siendo un grano en el culo, pero se estaba poniendo interesante…
CONTINUARÁ…
Gracias a todos los que hayáis leído el primer capítulo, gracias por darle una oportunidad a esta historia. Espero que os haya gustado y sigáis este camino conmigo.
El lunes habrá un nuevo capítulo.
Tengo que darle las gracias a Ladydkl por su ayuda en la historia sin ella no sería posible.
Twitter: tamyalways
Última edición por tamyalways el Mar Oct 27, 2015 9:26 pm, editado 1 vez
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Capítulo 2
Buenos días, os dejo con el segundo capítulo espero que os guste
Capítulo2
POV RICK
Estaba algo frustrado no sabía muy bien por dónde tirar. Había investigado a sus amigos por si sabían dónde se encontraba, pero nada, nadie sabía nada, además, que no era una persona muy pródiga, no tenía muchos amigos, más que los del trabajo. Se notaba que era una asidua a él y sin tiempo para buscarlos. Por mucho que buscaba no encontraba nada raro que me dijera algo sobre su rastro. Quedaba una amiga suya, como era normal, también compañera de trabajo, médico forense y confidente de Katherine, así que si ella no sabía nada sobre su paradero o desaparición estaría perdido yo también.
Arramble con mi mochila y me dirigí hacia su casa, suponía que en un ámbito algo más personal se abriría y me contaría, más que estando en su trabajo, pero iba mal encaminado. O sus amistades le eran muy fieles, o había algo en este caso que no cuadraba. Su marido me la había descrito como una persona seria y sin amigos, pero cuanto más sabía, más comprendía que simplemente era una persona entregada a su labor, no había nada más bajo la personalidad de esa mujer. Cuando llegue y llamé a la puerta me encontré de cara con una mujer pequeña, de color que me miraba con cara de sorpresa.
- Hola. ¿Puedo ayudarle en algo? – pregunto con cara intrigada.
- Sí, o eso espero. Puedo hablar un momento contigo – dije tuteándola para crear una cierta complicidad.
- ¿Quién eres? – pregunto intrigada.
- ¡Oh! disculpa mis modales. Me llamo Richard Rodgers - dije dedicándole una de mis sonrisas encantadoras y ofreciéndole mi mano, que ella declino - soy detective privado, investigo la desaparición de su amiga, Katherine Beckett.
- Kate… ¿Quién le manda? – seguía distante y ni siquiera me había invitado a entrar… sería un hueso duro de roer.
- Me ha contratado su marido.
- Ese hijo de… - otra persona cercana a Katherine que hablaba mal de mi cliente, eso empezaba a oler mal.
- ¿Perdón? – quería sacarle una explicación a esa animadversión hacia mi cliente.
- Tengo mis razones. Pero siento decirle que no se nada y que tengo que irme – estaba a punto de cerrarme la puerta en la narices, pero puse el pie y pare el movimiento, debía conseguir algo de esa chica, era mi única esperanza.
- Por favor solo son un par de preguntas, en serio… Solo quiero ayudarla a ella… quiero que aparezca ¿Tu no quieres?
- Claro… - se quedó pensativa y mirándome volvió a abrir la puerta - le doy cinco minutos, tengo que irme a trabajar – dijo cediéndome el paso.
Entre y después de seguirla hasta una pequeña salita con dos sofás y una mesa, me sirvió un café. Nos sentamos y me quede mirándola fijamente intentando saber de qué forma preguntarle, intentando saber cuál era el camino para sacarle algo.
- Verá… creo que está viva… que quizás se fue porque quiso.
- Ella no se iría así como así – me respondió muy directa y dolida, no le gustaba que hablaran mal de su amiga. Eso me demostraba cierta lealtad hacia la desaparecida.
- ¿Ni por salvar su vida? – le pregunte directamente.
- ¿Cree que alguien quiso matarla? – parecía que ella tampoco sabía nada…
- Puede que sí. Su marido tiene muchos enemigos… - dije dubitativo.
- ¡Oh sí! Claro – tomo un sorbo de su café y siguió - Mire no sé dónde está. Así que no puedo ayudarle.
- Solo quiero saber un par de cosas.
- Dígame pues, debo irme.
- ¿Por qué dejo la comisaría?
- Eso debe preguntárselo a su marido.
- Ya lo hice. Pero prefiero saber su versión.
- No tengo versión, un día Kate no estaba… fin.
- No creo que después de todo lo que consiguió, lo dejara así como así.
- Mi amiga debía tener sus razones… pero él tuvo mucha culpa. Ella sufrió mucho para llegar a donde llegó… después de lo que le paso, era su sueño ser policía y fue la mejor. Se jugaba la vida por dar paz a los familiares ansiosos por conocer las causas de la muerte de sus familiares. Ella no veía solo un cadáver, veía el dolor e intentaba aliviarlo.
- Ha dicho que le paso algo. ¿Qué sucedió?
- Eso debe investigarlo usted Sr. detective.
- Bien, vale, de acuerdo – no sabía porque, pero esa mujer estaba a la defensiva - Una última pregunta… ¿Si hubiera huido a donde cree que hubiera ido?
- No lo sé – dijo pensativa mientras se levantaba - Pero si lo supiera, no se lo diría.
- Buena respuesta. Gracias por todo-dije saliendo por la puerta que me abrió sin ninguna contemplación.
Salí con más dudas de cuando entre. Pero si tenía algunas cosas más claras. Sorenson me mentía, Kate estaba viva y su amiga al menos lo sabía, por supuesto algo le hizo ser tan buena policía como era y quizás si averiguaba eso, podría ayudarme a conocerla y a saber algo más sobre ella, sobre su pasado… algo que me mostrara dónde estaba.
POV KATE
Estaba cansada de estar aquí. Yo, Katherine Beckett, una mujer de ciudad y viviendo en un pueblo abandonado del mundo, en una granja vacía. No estaba acostumbrada, pero las circunstancias de la vida son así, y por mí hijo haría lo que fuera.
Ya había pasado un mes, y algo faltaba en mí vida, pero aún tenía que pasar algo más de tiempo antes de empezar de nuevo con una nueva vida… necesitaba tiempo… espacio… para que todo el mundo se olvidara de mí, de nosotros.
De repente sonó mi teléfono y solo podía ser una persona, la única que sabía dónde me encontraba… la única que si no hubiera sido por ella, nunca hubiera podido hacerlo.
- Hola – respondí al teléfono.
- Hola – me respondió una voz alegre, la de mi amiga Lanie - ¿Qué tal?
- Bien, tranquilo – le conteste aburrida.
- Eso es bueno.
- Si tú lo dices.
- Kate sé que te encantan los problemas pero por un tiempo es bueno no tenerlos.
- Lo sé. Solo… me siento encerrada.
- Lo sé… pero aun preguntan por ti – me dijo muy misteriosa.
- ¿Por qué lo dices?
- Tu marido…
- Mi marido… ¿ahora que ha hecho?
- Ha contratado a un detective privado.
- ¿Un detective?
- Sí, quiere encontrarte… sabe que estáis vivos o al menos se lo imagina.
- A ver… ¿porque no puede quedarse quieto ese necio mal nacido?
- No creo que llegue lejos. Los chicos no consiguieron averiguar nada así que no creo que él lo consiga.
- Eso espero. No quiero salir corriendo de nuevo.
- Tranquila. Te mantendré informada si me entero de algo.
- Gracias.
- ¿Cómo está mi sobrino?
- Como su madre… Aburrido.
- Lo siento… no hay muchos niños por allí, ¿verdad?
- No, la verdad es que no.
- Bueno… espero que pueda ir pronto a visitaros.
- Ten cuidado… por favor…
- Lo sé. Me aseguraré de que nadie me siga… de todas formas ahora mismo no podré ir.
- Bien…cuando vengas avisa. Te echamos de menos.
- Y yo a vosotros.
Colgué el teléfono y me sentí de nuevo sola, tenía a mi niño conmigo y era lo único que necesitaba pero era verdad que él, más que yo, necesitaba a gente con la que relacionarse, sobre todo, otros niños…
Me levanté y prepare el desayuno, quería que cuando se levantara Lucas pudiera alimentarse en condiciones. Cuando estaba ya acabando de hacerlo y empezaba a poner la mesa vi cómo se acercaba a mí llorando desconsoladamente.
Deje todo lo que estaba haciendo y salí corriendo hacia el pequeño. Lo cogí en brazos y lo achuche contra mi pecho intentándolo calmar, pero apenas podía hablar entre sus fuertes sollozos. Le limpie su carita y los mocos que le caían por el fuerte disgusto
- ¿Cariño que pasa?
- Una pesadilla mami.
- Ya está… mama está contigo.
- Mami – dijo abrazándome el también para sentirse más protegido - te quiero mucho.
- Y yo a ti cariño. ¿Quieres contarme que pasaba?
- Era papi… papi venía.
- ¡Oh cariño! - dije volviendo a abrazarle – Tranquilo, no te preocupes, papi no vendrá… papi está muy lejos - dije intentando consolarlo.
- No quiero que te haga más daño.
- No me lo hará… ya paso, venga, tranquilízate.
- Mami, yo voy a cuidarte… yo me pondré fuerte y te protegeré - dijo muy serio y decidido, sacándome una sonrisa.
- Para eso tienes que comer mucho… mi chico - dije cogiéndolo en brazos y dejando un suave beso en su cabello rubio…se parecía tanto a su padre y a la vez era tan distinto…
Estuvimos desayunando juntos y parecía que la cosa iba mejorando, es lo bueno que tienen los niños, que enseguida se olvidan de lo malo… el problema es que cuando menos lo esperaba, aparecían de nuevo las pesadillas que tenía día sí, día también.
- ¿Qué quieres que hagamos ahora?
- No sé… podemos ir al bosque.
- Está bien… podemos llevarnos algo para comer y pasar el día allí. ¿Te parece?
- Sí, yo quiero. Mami…
- ¿Si?
- Me lo paso bien contigo pero… echo de menos al abuelo y a mis amigos.
- Lo sé cariño… pero sabes que tenemos que estar aquí de momento, unos días más… luego nos iremos.
- Ya mami… para que papi no nos haga daño.
- Eso es cariño, muy bien.
- Pero… ¿porque no se va él…? ¿Porque tenemos que irnos nosotros?
- Cariño cuando seas mayor lo entenderás, ahora no te preocupes por eso… vale.
- Vale…
Cuando tomé la decisión de irme, sabía lo complicado que iba a ser para mí, pero nunca pensé en lo difícil que sería para él. Pero tenía que hacerlo… aunque ahora le costara asumirlo… aunque le dolieran algunas cosas, sería mucho mejor que lo que estaba viviendo junto a su padre… eso era un infierno y me daba igual vivirlo yo pero él… no iba a permitirlo.
El descubrir que Will no se había dado por vencido aún me daba miedo… sabía que no se rendiría así como así por eso aún no había huido del todo…por eso no me había ido todavía al destino final donde pensaba empezar una vida de verdad…no lo que ahora estábamos viviendo. Quería volver a empezar pero sabía que si daba un paso en falso…entonces todo terminaría para mí… y para mi hijo, no tenía dudas de que si supiera donde estaba… me mataría sin dudarlo y eso no iba a permitirlo más que por mí, por nuestro pequeño… no iba a dejarlo con él, no podía hacerlo.
Ahora solo necesitaba tiempo… que todo pasara un poco… conseguir los papeles que necesitaba y entonces… si podría vivir una nueva vida… podríamos empezar desde cero lejos de aquí… entonces si podríamos vivir una vida normal… podríamos ser una familia normal.
CONTINUARÁ…
Nos vemos mañana con un nuevo capítulo
XXOO
Twitter: tamyalways
Capítulo2
POV RICK
Estaba algo frustrado no sabía muy bien por dónde tirar. Había investigado a sus amigos por si sabían dónde se encontraba, pero nada, nadie sabía nada, además, que no era una persona muy pródiga, no tenía muchos amigos, más que los del trabajo. Se notaba que era una asidua a él y sin tiempo para buscarlos. Por mucho que buscaba no encontraba nada raro que me dijera algo sobre su rastro. Quedaba una amiga suya, como era normal, también compañera de trabajo, médico forense y confidente de Katherine, así que si ella no sabía nada sobre su paradero o desaparición estaría perdido yo también.
Arramble con mi mochila y me dirigí hacia su casa, suponía que en un ámbito algo más personal se abriría y me contaría, más que estando en su trabajo, pero iba mal encaminado. O sus amistades le eran muy fieles, o había algo en este caso que no cuadraba. Su marido me la había descrito como una persona seria y sin amigos, pero cuanto más sabía, más comprendía que simplemente era una persona entregada a su labor, no había nada más bajo la personalidad de esa mujer. Cuando llegue y llamé a la puerta me encontré de cara con una mujer pequeña, de color que me miraba con cara de sorpresa.
- Hola. ¿Puedo ayudarle en algo? – pregunto con cara intrigada.
- Sí, o eso espero. Puedo hablar un momento contigo – dije tuteándola para crear una cierta complicidad.
- ¿Quién eres? – pregunto intrigada.
- ¡Oh! disculpa mis modales. Me llamo Richard Rodgers - dije dedicándole una de mis sonrisas encantadoras y ofreciéndole mi mano, que ella declino - soy detective privado, investigo la desaparición de su amiga, Katherine Beckett.
- Kate… ¿Quién le manda? – seguía distante y ni siquiera me había invitado a entrar… sería un hueso duro de roer.
- Me ha contratado su marido.
- Ese hijo de… - otra persona cercana a Katherine que hablaba mal de mi cliente, eso empezaba a oler mal.
- ¿Perdón? – quería sacarle una explicación a esa animadversión hacia mi cliente.
- Tengo mis razones. Pero siento decirle que no se nada y que tengo que irme – estaba a punto de cerrarme la puerta en la narices, pero puse el pie y pare el movimiento, debía conseguir algo de esa chica, era mi única esperanza.
- Por favor solo son un par de preguntas, en serio… Solo quiero ayudarla a ella… quiero que aparezca ¿Tu no quieres?
- Claro… - se quedó pensativa y mirándome volvió a abrir la puerta - le doy cinco minutos, tengo que irme a trabajar – dijo cediéndome el paso.
Entre y después de seguirla hasta una pequeña salita con dos sofás y una mesa, me sirvió un café. Nos sentamos y me quede mirándola fijamente intentando saber de qué forma preguntarle, intentando saber cuál era el camino para sacarle algo.
- Verá… creo que está viva… que quizás se fue porque quiso.
- Ella no se iría así como así – me respondió muy directa y dolida, no le gustaba que hablaran mal de su amiga. Eso me demostraba cierta lealtad hacia la desaparecida.
- ¿Ni por salvar su vida? – le pregunte directamente.
- ¿Cree que alguien quiso matarla? – parecía que ella tampoco sabía nada…
- Puede que sí. Su marido tiene muchos enemigos… - dije dubitativo.
- ¡Oh sí! Claro – tomo un sorbo de su café y siguió - Mire no sé dónde está. Así que no puedo ayudarle.
- Solo quiero saber un par de cosas.
- Dígame pues, debo irme.
- ¿Por qué dejo la comisaría?
- Eso debe preguntárselo a su marido.
- Ya lo hice. Pero prefiero saber su versión.
- No tengo versión, un día Kate no estaba… fin.
- No creo que después de todo lo que consiguió, lo dejara así como así.
- Mi amiga debía tener sus razones… pero él tuvo mucha culpa. Ella sufrió mucho para llegar a donde llegó… después de lo que le paso, era su sueño ser policía y fue la mejor. Se jugaba la vida por dar paz a los familiares ansiosos por conocer las causas de la muerte de sus familiares. Ella no veía solo un cadáver, veía el dolor e intentaba aliviarlo.
- Ha dicho que le paso algo. ¿Qué sucedió?
- Eso debe investigarlo usted Sr. detective.
- Bien, vale, de acuerdo – no sabía porque, pero esa mujer estaba a la defensiva - Una última pregunta… ¿Si hubiera huido a donde cree que hubiera ido?
- No lo sé – dijo pensativa mientras se levantaba - Pero si lo supiera, no se lo diría.
- Buena respuesta. Gracias por todo-dije saliendo por la puerta que me abrió sin ninguna contemplación.
Salí con más dudas de cuando entre. Pero si tenía algunas cosas más claras. Sorenson me mentía, Kate estaba viva y su amiga al menos lo sabía, por supuesto algo le hizo ser tan buena policía como era y quizás si averiguaba eso, podría ayudarme a conocerla y a saber algo más sobre ella, sobre su pasado… algo que me mostrara dónde estaba.
POV KATE
Estaba cansada de estar aquí. Yo, Katherine Beckett, una mujer de ciudad y viviendo en un pueblo abandonado del mundo, en una granja vacía. No estaba acostumbrada, pero las circunstancias de la vida son así, y por mí hijo haría lo que fuera.
Ya había pasado un mes, y algo faltaba en mí vida, pero aún tenía que pasar algo más de tiempo antes de empezar de nuevo con una nueva vida… necesitaba tiempo… espacio… para que todo el mundo se olvidara de mí, de nosotros.
De repente sonó mi teléfono y solo podía ser una persona, la única que sabía dónde me encontraba… la única que si no hubiera sido por ella, nunca hubiera podido hacerlo.
- Hola – respondí al teléfono.
- Hola – me respondió una voz alegre, la de mi amiga Lanie - ¿Qué tal?
- Bien, tranquilo – le conteste aburrida.
- Eso es bueno.
- Si tú lo dices.
- Kate sé que te encantan los problemas pero por un tiempo es bueno no tenerlos.
- Lo sé. Solo… me siento encerrada.
- Lo sé… pero aun preguntan por ti – me dijo muy misteriosa.
- ¿Por qué lo dices?
- Tu marido…
- Mi marido… ¿ahora que ha hecho?
- Ha contratado a un detective privado.
- ¿Un detective?
- Sí, quiere encontrarte… sabe que estáis vivos o al menos se lo imagina.
- A ver… ¿porque no puede quedarse quieto ese necio mal nacido?
- No creo que llegue lejos. Los chicos no consiguieron averiguar nada así que no creo que él lo consiga.
- Eso espero. No quiero salir corriendo de nuevo.
- Tranquila. Te mantendré informada si me entero de algo.
- Gracias.
- ¿Cómo está mi sobrino?
- Como su madre… Aburrido.
- Lo siento… no hay muchos niños por allí, ¿verdad?
- No, la verdad es que no.
- Bueno… espero que pueda ir pronto a visitaros.
- Ten cuidado… por favor…
- Lo sé. Me aseguraré de que nadie me siga… de todas formas ahora mismo no podré ir.
- Bien…cuando vengas avisa. Te echamos de menos.
- Y yo a vosotros.
Colgué el teléfono y me sentí de nuevo sola, tenía a mi niño conmigo y era lo único que necesitaba pero era verdad que él, más que yo, necesitaba a gente con la que relacionarse, sobre todo, otros niños…
Me levanté y prepare el desayuno, quería que cuando se levantara Lucas pudiera alimentarse en condiciones. Cuando estaba ya acabando de hacerlo y empezaba a poner la mesa vi cómo se acercaba a mí llorando desconsoladamente.
Deje todo lo que estaba haciendo y salí corriendo hacia el pequeño. Lo cogí en brazos y lo achuche contra mi pecho intentándolo calmar, pero apenas podía hablar entre sus fuertes sollozos. Le limpie su carita y los mocos que le caían por el fuerte disgusto
- ¿Cariño que pasa?
- Una pesadilla mami.
- Ya está… mama está contigo.
- Mami – dijo abrazándome el también para sentirse más protegido - te quiero mucho.
- Y yo a ti cariño. ¿Quieres contarme que pasaba?
- Era papi… papi venía.
- ¡Oh cariño! - dije volviendo a abrazarle – Tranquilo, no te preocupes, papi no vendrá… papi está muy lejos - dije intentando consolarlo.
- No quiero que te haga más daño.
- No me lo hará… ya paso, venga, tranquilízate.
- Mami, yo voy a cuidarte… yo me pondré fuerte y te protegeré - dijo muy serio y decidido, sacándome una sonrisa.
- Para eso tienes que comer mucho… mi chico - dije cogiéndolo en brazos y dejando un suave beso en su cabello rubio…se parecía tanto a su padre y a la vez era tan distinto…
Estuvimos desayunando juntos y parecía que la cosa iba mejorando, es lo bueno que tienen los niños, que enseguida se olvidan de lo malo… el problema es que cuando menos lo esperaba, aparecían de nuevo las pesadillas que tenía día sí, día también.
- ¿Qué quieres que hagamos ahora?
- No sé… podemos ir al bosque.
- Está bien… podemos llevarnos algo para comer y pasar el día allí. ¿Te parece?
- Sí, yo quiero. Mami…
- ¿Si?
- Me lo paso bien contigo pero… echo de menos al abuelo y a mis amigos.
- Lo sé cariño… pero sabes que tenemos que estar aquí de momento, unos días más… luego nos iremos.
- Ya mami… para que papi no nos haga daño.
- Eso es cariño, muy bien.
- Pero… ¿porque no se va él…? ¿Porque tenemos que irnos nosotros?
- Cariño cuando seas mayor lo entenderás, ahora no te preocupes por eso… vale.
- Vale…
Cuando tomé la decisión de irme, sabía lo complicado que iba a ser para mí, pero nunca pensé en lo difícil que sería para él. Pero tenía que hacerlo… aunque ahora le costara asumirlo… aunque le dolieran algunas cosas, sería mucho mejor que lo que estaba viviendo junto a su padre… eso era un infierno y me daba igual vivirlo yo pero él… no iba a permitirlo.
El descubrir que Will no se había dado por vencido aún me daba miedo… sabía que no se rendiría así como así por eso aún no había huido del todo…por eso no me había ido todavía al destino final donde pensaba empezar una vida de verdad…no lo que ahora estábamos viviendo. Quería volver a empezar pero sabía que si daba un paso en falso…entonces todo terminaría para mí… y para mi hijo, no tenía dudas de que si supiera donde estaba… me mataría sin dudarlo y eso no iba a permitirlo más que por mí, por nuestro pequeño… no iba a dejarlo con él, no podía hacerlo.
Ahora solo necesitaba tiempo… que todo pasara un poco… conseguir los papeles que necesitaba y entonces… si podría vivir una nueva vida… podríamos empezar desde cero lejos de aquí… entonces si podríamos vivir una vida normal… podríamos ser una familia normal.
CONTINUARÁ…
Nos vemos mañana con un nuevo capítulo
XXOO
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Fecha de inscripción : 04/09/2015
Capítulo3
Buenos días, os dejo el capítulo 3 de la historia, espero que os este gustando y me lo hagáis saber
Capítulo 3
POV RICK
Llevaba ya una semana con la historia y no había conseguido nada de nada. Había investigado su pasado... su duro pasado. Lo había pasado francamente mal esa mujer… esos días leyendo e investigando habían conseguido que la admirara y comprendiera todo el dolor que tuvo que vivir, así como también, comprendí que su marido no supo ver lo que había tras ella, no la entendió, no la valoro y mucho menos la quiso, no creo que llegara a sentir un ápice de amor por la madre de su hijo. Tras la muerte de su madre vino su resurgimiento dándoles a los familiares de las víctimas lo que ella nunca obtuvo… paz al atrapar a quien tanto daño les hizo arrebatándoles de forma cruel a sus familiares.
Había investigado todas las propiedades que estaban a su nombre y a los de sus padres pero solo había encontrado una casa en Nueva York propiedad de su padre en la que vivía y una pequeña cabaña en las montañas, la cual visite y allí no encontré nada.
Sus amigos no tenían ninguna casa a su nombre donde pudiera esconderse y ella no había recibido ninguna herencia reciente que aún no estuviera a su nombre. Estaba un poco cansado. Había estado preguntando en los pueblos de alrededor para ver si alguien les había visto, e incluso pedí ayuda a unos amigos que tenía en la policía para saber si había podido salir por las fronteras pero de momento nada de nada.
Estaba tan frustrado que ya no sabía qué hacer, incluso pensé en decirle a Sorenson que pasaba totalmente del caso. Pero ya no solo era para poder solucionarlo, para demostrar que era el mejor, tenía curiosidad de conocerla, de ver cara a cara a esa persona tan especial, tan fuerte e inteligente, que consiguió escapar junto a su hijo, sin dejar el mas mínimo rastro.
Estaba ya cansado de tanto papeleo que me agotaba, que recogí todo para irme a casa a dormir hasta el día siguiente, cuando, cosas del destino, se cayó uno de los papeles y cuando lo cogí del suelo, pensé que quizás por fin había conseguido encontrarla. Se me había pasado algo, después de darle mil vueltas a todo ese montón de folios que hasta el momento no tenían sentido para mí.
Su amiga, la doctora Parish había recibido recientemente una herencia de una tía de su madre, era una pequeña casa situada en Duncan, Arizona. Cuya escritura estaba aún a nombre de su tía, de ahí que no saliera como su propiedad. Podía no ser nada, pero tenía la corazonada de que iba a estar ahí.
Me sentí tentado de avisar a Sorenson de que había encontrado una buena pista, pero cuando levante el teléfono, sentí la necesidad apremiante de protegerla. Una persona tan especialmente cuidadosa, buena en su trabajo y con unos amigos tan fieles, merecía algo más de mi persona, así que esa pista, hasta nueva orden, permanecería conmigo… necesitaba aclarar algunas cosas… averiguarlas en condiciones antes de… además quizás solo fuera un poco de humo… quizás no había dado con nada, quizá me había equivocado… antes, vería con mis propios ojos, si esa pista, era ciertamente eso, una pista.
Fue un duro camino, muchas horas al volante, además, sin tener ninguna certeza, solo una sensación extraña en el corazón. Me dolía la espalda, empezaba a tener sueño debido al cansancio y un peso en los ojos que se debatían entre cerrarse o mantenerse abiertos. Eso podía ser peligroso, así que, cuando llegue al pueblo más cercano, aparque el coche y sin siquiera comer, recline el asiento, me deje vencer por el cansancio acumulado y cerré los ojos.
Duncan era un pequeño pueblo de Arizona, casi perdido del mundo. Había pocos habitantes por lo que si hubiera llegado alguien nuevo todo el mundo lo sabría y me enteraría enseguida. Solo necesitaba hacer algunas averiguaciones para poder saber dónde se encontraba y entonces… entonces decidiría que hacer.
Cuando mi cuerpo se cansó de la incomodidad del coche, desperté, me estire para desentumecer mi cuerpo y entre en el motel donde había aparcado para descansar, cogí una pequeña habitación y subí a dejar mi mochila y mi portátil. Quería averiguar si la había encontrado antes de elegir otro sitio donde quedarme, no quería alquilar una casa o algo por el estilo hasta no estar seguro. Después de una ducha reparadora, en la que me di cuenta de las horas que llevaba sin comer, así que decidí irme a dar una vuelta por el pueblo, comería algo y de paso averiguaría algo más sobre este lugar y si podía estar escondida cerca de allí.
Llegue a un pequeño café que se encontraba justo en la entrada del pueblo, sin duda si alguien sabía si había llegado algún forastero allí, lo sabrían.
Me senté en una mesa cercana a la ventana donde podría observar, por si acaso me la encontraba por casualidad. Llegó una guapa chica contoneándose para atenderme y le pedí un café con un bocadillo. Por cómo me miraba, comprendí que sería mucho más fácil de lo imaginado, le gustaba, por lo que con unas sonrisas y unos piropos, sacaría fácilmente lo que quisiera.
- ¿Qué hace por aquí? – Pregunto curiosa cuando me trajo lo pedido - Aquí no suele venir mucha gente de turismo.
- ¡Oh! soy escritor y busco algo de inspiración - dije dedicándole una de mis sonrisas y vi cómo se sonrojaba sabía que a ella podría sacarle lo que quisiera.
- No tienes pinta de escritor.
- ¿Ah no?
- No, ¿algo que pueda haber leído?
- Es secreto - dije sonriéndole.
- ¡Oh…!
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – le dije guiñándole un ojo, ahí iba, a ver como se me daba.
- Claro.
- Dices que aquí no suele venir mucha gente ¿Sabes si últimamente ha venido alguien?
- Bueno no suele venir gente, pero pasan muchos viajantes que les queda Duncan de paso en su trayecto.
- Ya… comprendo, no me refiero a eso, si no a alguien que se quedara por aquí algunos días.
- No… bueno… hay una mujer en la antigua casa de los Dawson…
- ¿Los Dawson?
- Sí, pobre mujer… estuvo durante mucho tiempo sola y murió hace poco tiempo - eso empezó a interesarme.
- ¡Oh! lo siento.
- Era una gran mujer. Solo venía su sobrina de vez en cuando a verla. Ahora vive una mujer con un niño pequeño, pero apenas vienen al pueblo.
- ¿Venir al pueblo?
- Sí, la granja de los Dawson queda a las afueras. Viene al pueblo y cuando lo hace no traba conversación con nadie, una vez a la semana o dos para comprar lo que necesitan… son un poco… raros.
De repente comprendí que eran ellos. No querrían llamar la atención, por eso se dejaban ver poco… una granja alejada del mundo, sin duda era un buen lugar para esconderse.
- ¿Una granja? Sería un buen lugar para mi investigación.
- ¡Oh! mi abuelo tiene una allí cerca. Pero enfermo y como teníamos el bar… la dejamos… esta algo abandonada, pero quizás si se lo pide a mi abuelo y se encarga de ella, puede que le deje quedarte allí.
- ¿Crees que sería posible…? Me encantaría conocer a tu abuelo, a ver si consigo que me preste su granja.
- Sí, espera, voy a hablar con él.
Hoy era mi día de suerte, por fin la había encontrado y encima podría estar cerca, solo un poco de tiempo… necesitaba estar seguro de que lo que dicen de Sorenson es mentira… necesito descartar eso y entonces le diré dónde están… solo lo justo para averiguarlo y luego podré volver a casa, a mi hogar y lejos de este maldito calor.
- ¡Ey! – Me dijo un anciano que se acercó con la chica que me había atendido. Se le veía cansado y poseía una marcadas ojeras que destacaban bajo sus gafas de aumento. Andaba con un bastón, tallado a mano y con una especie de búho en su empuñadura, también de la misma madera.
- ¡Ey! – dije levantándome.
- Este es mi abuelo – dijo la camarera. Se veía el parecido… estaba claro que eran familia.
- Hola – le respondí alargándole la mano. Mientras, el me escrutaba con esos ojos cansados cubiertos por un grueso cristal de aumento.
- Me ha dicho mi nieta que quería quedarse en mi granja.
- Pues sí – le respondí directamente – Soy escritor y me vendría bien conocer un poco el tema granjero para poder hacerlo, yo le pagaré lo que haga falta.
- No quiero que me pague nada, solo quiero saber si cuidara bien de ella.
- Vera, no tengo mucha idea, pero hare todo lo que pueda para ponerla al día. No tengo mucha idea, pero lo intentare, eso se lo aseguro
- No sé, creo que no podrá - dijo girándose y dándome la espalda.
- Espere… le prometo que haré que esa granja vuelva a funcionar, después cuando me vaya, usted incluso podrá venderla por un mejor precio que el que pueda tener ahora, se lo aseguro.
- Bien… pero tendrá que cuidar de los animales, ahora están en la granja de mi hijo, mañana le diré que se los traiga y deberá plantar en el huerto verduras para mantenerlos.
- Bien – dije sin saber muy bien como conseguiría hacer todo eso, yo, rata de ciudad - le prometo que estará en perfecto estado de revisión para cuando me vaya y podrá volver a vivir allí o venderla por un precio mayor al que debe tener ahora.
- Veremos… - me dijo mirándome sobre sus gruesas gafas de aumento.
- Así será - dije dándole la mano para formalizar el trato.
- Estas son las llaves – me tendió un aro grande de metal, en el que resaltaba una pesada llave de hierro forjado, era muy antigua y pesaba como un ladrillo, pero tenía encanto, la acompañaban también dos llaves más normales y modernas de aluminio, que debían ser algún candado o algo parecido - Tendrá que limpiar un poco la casa antes de vivir allí… mañana me pasare y te mostrare el resto de la granja.
- Perfecto. Prometo que no la reconocerá en unos días.
- ¿Cuánto piensa quedarse?
- No lo sé. Depende de mí investigación, pero el tiempo que me quede, estará bien cuidado el lugar.
- De acuerdo forastero… mañana le acompañare para mostrarle el lugar, hoy es tarde y se acerca mal tiempo – dijo decidido mientras se daba la vuelta y desaparecía de mi vista arrastrando los pies y su bastón.
La chica se fue junto a su abuelo y quede solo con mis pensamientos, no podía evitar sonreír al pensar lo fácil que había sido todo. Había conseguido esa casa junto a mi “desaparecida” y sería su único vecino. Estaría chupado averiguar algunas cosas antes de poder cerrar el caso. Pero la sonrisa duro poco cuando me vi en mi mente sembrando, labrando, dando de comer a los animales y limpiando sus jaulas y graneros, si mi madre me viera, en una granja, se escucharían sus risas en un kilómetro a la redonda.
Pague mi café y mi bocadillo, deje un beso en la mejilla de mi camarera favorita al tiempo que le preguntaba.
- Oye preciosa… me podrías indicar más o menos como llegar a la granja, quiero verla y adecentarla algo antes de que vaya tu abuelo para que vea que pienso hacer lo prometido.
Ella lo hizo diligentemente y en un papel me escribió algunas indicaciones para que no me perdiera. Salí corriendo del lugar, tenía que tenerla preparada lo más rápido posible, no tenía que perder ni un minuto. La siesta que pegue en el coche me ayudó mucho y después de comer y tomar el café, me sentía descansado y en forma.
Subí en mi vehículo y empecé a seguir las indicaciones que me había apuntado la camarera. Hacía una calor horroroso, no comprendía como ese anciano dijo que se acercaba tormenta, el bochorno era insoportable, es más, me hacía sentir agotado, Después de un camino bastante complicado de seguir y algunos cruces donde si no llega a ser por las indicaciones del papel, me hubiera perdido, llegue a un camino donde se divisaban un par de casas una frente otra. Del mismo estilo, una tenía un granero enorme a su lado, era la que se encontraba más abandonada, el techo parecía estar a punto de caerse y el huerto se veía lleno de hierbajos y sus rejas estaban rotas. Sin duda esa era mi granja y la otra casa, más en condiciones y con un techo más firme, era la suya. Aparque el coche delante de la que estaba peor e inspeccione todo a mi alrededor, ningún movimiento perturbaba la paz del lugar. Descargue un montón de cubos y trapos que me dijo la camarera para poder limpiar y me puse manos a la obra. Ese calor pegajoso me estaba cambiando mi buen humor, si eso seguía así… no sabía si podría terminar mi trabajo como prometí al anciano.
Llevaba ya un par de horas limpiando, sin duda esa casa llevaba cerrada bastante tiempo, aquello estaba lleno de telarañas, excrementos de animales que se habían guarecido allí en algún momento y hojas muertas que entraron por las ventanas rotas. Estaba agotado y no tenía nada para tomar aparte de un poco de agua, que saque del pozo y no sabía si era potable, además estaba caliente debido al calor. Me quité la camiseta toda manchada y sudada, me senté a la sombra de un árbol de la entrada e intente recuperarme del esfuerzo. Me gustaba la tranquilidad y el silencio reinante de este lugar, pero imaginaba que terminaría echando de menos el aire de Nueva York… siempre fui un chico de ciudad y menos mal que la estancia en esa granja se presumía corta, porque tanta naturaleza y aire libre, terminaría por matarme.
Escuché algo de ruido y me levante para averiguar de dónde venía y cuando me asomé vi como un niño rubio corría riéndose mientras iba seguido por una mujer que sonreía justo detrás de él. Era tan natural, tan hermosa que me quede allí parado mirándola como si fuera una aparición.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por leer, la historia empieza a avanzar y avanzara más rápido de lo que os imagináis.
Espero vuestros comentarios para saber si os está gustando
Mañana uno nuevo
XXOO
Twitter:tamyalways
Capítulo 3
POV RICK
Llevaba ya una semana con la historia y no había conseguido nada de nada. Había investigado su pasado... su duro pasado. Lo había pasado francamente mal esa mujer… esos días leyendo e investigando habían conseguido que la admirara y comprendiera todo el dolor que tuvo que vivir, así como también, comprendí que su marido no supo ver lo que había tras ella, no la entendió, no la valoro y mucho menos la quiso, no creo que llegara a sentir un ápice de amor por la madre de su hijo. Tras la muerte de su madre vino su resurgimiento dándoles a los familiares de las víctimas lo que ella nunca obtuvo… paz al atrapar a quien tanto daño les hizo arrebatándoles de forma cruel a sus familiares.
Había investigado todas las propiedades que estaban a su nombre y a los de sus padres pero solo había encontrado una casa en Nueva York propiedad de su padre en la que vivía y una pequeña cabaña en las montañas, la cual visite y allí no encontré nada.
Sus amigos no tenían ninguna casa a su nombre donde pudiera esconderse y ella no había recibido ninguna herencia reciente que aún no estuviera a su nombre. Estaba un poco cansado. Había estado preguntando en los pueblos de alrededor para ver si alguien les había visto, e incluso pedí ayuda a unos amigos que tenía en la policía para saber si había podido salir por las fronteras pero de momento nada de nada.
Estaba tan frustrado que ya no sabía qué hacer, incluso pensé en decirle a Sorenson que pasaba totalmente del caso. Pero ya no solo era para poder solucionarlo, para demostrar que era el mejor, tenía curiosidad de conocerla, de ver cara a cara a esa persona tan especial, tan fuerte e inteligente, que consiguió escapar junto a su hijo, sin dejar el mas mínimo rastro.
Estaba ya cansado de tanto papeleo que me agotaba, que recogí todo para irme a casa a dormir hasta el día siguiente, cuando, cosas del destino, se cayó uno de los papeles y cuando lo cogí del suelo, pensé que quizás por fin había conseguido encontrarla. Se me había pasado algo, después de darle mil vueltas a todo ese montón de folios que hasta el momento no tenían sentido para mí.
Su amiga, la doctora Parish había recibido recientemente una herencia de una tía de su madre, era una pequeña casa situada en Duncan, Arizona. Cuya escritura estaba aún a nombre de su tía, de ahí que no saliera como su propiedad. Podía no ser nada, pero tenía la corazonada de que iba a estar ahí.
Me sentí tentado de avisar a Sorenson de que había encontrado una buena pista, pero cuando levante el teléfono, sentí la necesidad apremiante de protegerla. Una persona tan especialmente cuidadosa, buena en su trabajo y con unos amigos tan fieles, merecía algo más de mi persona, así que esa pista, hasta nueva orden, permanecería conmigo… necesitaba aclarar algunas cosas… averiguarlas en condiciones antes de… además quizás solo fuera un poco de humo… quizás no había dado con nada, quizá me había equivocado… antes, vería con mis propios ojos, si esa pista, era ciertamente eso, una pista.
Fue un duro camino, muchas horas al volante, además, sin tener ninguna certeza, solo una sensación extraña en el corazón. Me dolía la espalda, empezaba a tener sueño debido al cansancio y un peso en los ojos que se debatían entre cerrarse o mantenerse abiertos. Eso podía ser peligroso, así que, cuando llegue al pueblo más cercano, aparque el coche y sin siquiera comer, recline el asiento, me deje vencer por el cansancio acumulado y cerré los ojos.
Duncan era un pequeño pueblo de Arizona, casi perdido del mundo. Había pocos habitantes por lo que si hubiera llegado alguien nuevo todo el mundo lo sabría y me enteraría enseguida. Solo necesitaba hacer algunas averiguaciones para poder saber dónde se encontraba y entonces… entonces decidiría que hacer.
Cuando mi cuerpo se cansó de la incomodidad del coche, desperté, me estire para desentumecer mi cuerpo y entre en el motel donde había aparcado para descansar, cogí una pequeña habitación y subí a dejar mi mochila y mi portátil. Quería averiguar si la había encontrado antes de elegir otro sitio donde quedarme, no quería alquilar una casa o algo por el estilo hasta no estar seguro. Después de una ducha reparadora, en la que me di cuenta de las horas que llevaba sin comer, así que decidí irme a dar una vuelta por el pueblo, comería algo y de paso averiguaría algo más sobre este lugar y si podía estar escondida cerca de allí.
Llegue a un pequeño café que se encontraba justo en la entrada del pueblo, sin duda si alguien sabía si había llegado algún forastero allí, lo sabrían.
Me senté en una mesa cercana a la ventana donde podría observar, por si acaso me la encontraba por casualidad. Llegó una guapa chica contoneándose para atenderme y le pedí un café con un bocadillo. Por cómo me miraba, comprendí que sería mucho más fácil de lo imaginado, le gustaba, por lo que con unas sonrisas y unos piropos, sacaría fácilmente lo que quisiera.
- ¿Qué hace por aquí? – Pregunto curiosa cuando me trajo lo pedido - Aquí no suele venir mucha gente de turismo.
- ¡Oh! soy escritor y busco algo de inspiración - dije dedicándole una de mis sonrisas y vi cómo se sonrojaba sabía que a ella podría sacarle lo que quisiera.
- No tienes pinta de escritor.
- ¿Ah no?
- No, ¿algo que pueda haber leído?
- Es secreto - dije sonriéndole.
- ¡Oh…!
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – le dije guiñándole un ojo, ahí iba, a ver como se me daba.
- Claro.
- Dices que aquí no suele venir mucha gente ¿Sabes si últimamente ha venido alguien?
- Bueno no suele venir gente, pero pasan muchos viajantes que les queda Duncan de paso en su trayecto.
- Ya… comprendo, no me refiero a eso, si no a alguien que se quedara por aquí algunos días.
- No… bueno… hay una mujer en la antigua casa de los Dawson…
- ¿Los Dawson?
- Sí, pobre mujer… estuvo durante mucho tiempo sola y murió hace poco tiempo - eso empezó a interesarme.
- ¡Oh! lo siento.
- Era una gran mujer. Solo venía su sobrina de vez en cuando a verla. Ahora vive una mujer con un niño pequeño, pero apenas vienen al pueblo.
- ¿Venir al pueblo?
- Sí, la granja de los Dawson queda a las afueras. Viene al pueblo y cuando lo hace no traba conversación con nadie, una vez a la semana o dos para comprar lo que necesitan… son un poco… raros.
De repente comprendí que eran ellos. No querrían llamar la atención, por eso se dejaban ver poco… una granja alejada del mundo, sin duda era un buen lugar para esconderse.
- ¿Una granja? Sería un buen lugar para mi investigación.
- ¡Oh! mi abuelo tiene una allí cerca. Pero enfermo y como teníamos el bar… la dejamos… esta algo abandonada, pero quizás si se lo pide a mi abuelo y se encarga de ella, puede que le deje quedarte allí.
- ¿Crees que sería posible…? Me encantaría conocer a tu abuelo, a ver si consigo que me preste su granja.
- Sí, espera, voy a hablar con él.
Hoy era mi día de suerte, por fin la había encontrado y encima podría estar cerca, solo un poco de tiempo… necesitaba estar seguro de que lo que dicen de Sorenson es mentira… necesito descartar eso y entonces le diré dónde están… solo lo justo para averiguarlo y luego podré volver a casa, a mi hogar y lejos de este maldito calor.
- ¡Ey! – Me dijo un anciano que se acercó con la chica que me había atendido. Se le veía cansado y poseía una marcadas ojeras que destacaban bajo sus gafas de aumento. Andaba con un bastón, tallado a mano y con una especie de búho en su empuñadura, también de la misma madera.
- ¡Ey! – dije levantándome.
- Este es mi abuelo – dijo la camarera. Se veía el parecido… estaba claro que eran familia.
- Hola – le respondí alargándole la mano. Mientras, el me escrutaba con esos ojos cansados cubiertos por un grueso cristal de aumento.
- Me ha dicho mi nieta que quería quedarse en mi granja.
- Pues sí – le respondí directamente – Soy escritor y me vendría bien conocer un poco el tema granjero para poder hacerlo, yo le pagaré lo que haga falta.
- No quiero que me pague nada, solo quiero saber si cuidara bien de ella.
- Vera, no tengo mucha idea, pero hare todo lo que pueda para ponerla al día. No tengo mucha idea, pero lo intentare, eso se lo aseguro
- No sé, creo que no podrá - dijo girándose y dándome la espalda.
- Espere… le prometo que haré que esa granja vuelva a funcionar, después cuando me vaya, usted incluso podrá venderla por un mejor precio que el que pueda tener ahora, se lo aseguro.
- Bien… pero tendrá que cuidar de los animales, ahora están en la granja de mi hijo, mañana le diré que se los traiga y deberá plantar en el huerto verduras para mantenerlos.
- Bien – dije sin saber muy bien como conseguiría hacer todo eso, yo, rata de ciudad - le prometo que estará en perfecto estado de revisión para cuando me vaya y podrá volver a vivir allí o venderla por un precio mayor al que debe tener ahora.
- Veremos… - me dijo mirándome sobre sus gruesas gafas de aumento.
- Así será - dije dándole la mano para formalizar el trato.
- Estas son las llaves – me tendió un aro grande de metal, en el que resaltaba una pesada llave de hierro forjado, era muy antigua y pesaba como un ladrillo, pero tenía encanto, la acompañaban también dos llaves más normales y modernas de aluminio, que debían ser algún candado o algo parecido - Tendrá que limpiar un poco la casa antes de vivir allí… mañana me pasare y te mostrare el resto de la granja.
- Perfecto. Prometo que no la reconocerá en unos días.
- ¿Cuánto piensa quedarse?
- No lo sé. Depende de mí investigación, pero el tiempo que me quede, estará bien cuidado el lugar.
- De acuerdo forastero… mañana le acompañare para mostrarle el lugar, hoy es tarde y se acerca mal tiempo – dijo decidido mientras se daba la vuelta y desaparecía de mi vista arrastrando los pies y su bastón.
La chica se fue junto a su abuelo y quede solo con mis pensamientos, no podía evitar sonreír al pensar lo fácil que había sido todo. Había conseguido esa casa junto a mi “desaparecida” y sería su único vecino. Estaría chupado averiguar algunas cosas antes de poder cerrar el caso. Pero la sonrisa duro poco cuando me vi en mi mente sembrando, labrando, dando de comer a los animales y limpiando sus jaulas y graneros, si mi madre me viera, en una granja, se escucharían sus risas en un kilómetro a la redonda.
Pague mi café y mi bocadillo, deje un beso en la mejilla de mi camarera favorita al tiempo que le preguntaba.
- Oye preciosa… me podrías indicar más o menos como llegar a la granja, quiero verla y adecentarla algo antes de que vaya tu abuelo para que vea que pienso hacer lo prometido.
Ella lo hizo diligentemente y en un papel me escribió algunas indicaciones para que no me perdiera. Salí corriendo del lugar, tenía que tenerla preparada lo más rápido posible, no tenía que perder ni un minuto. La siesta que pegue en el coche me ayudó mucho y después de comer y tomar el café, me sentía descansado y en forma.
Subí en mi vehículo y empecé a seguir las indicaciones que me había apuntado la camarera. Hacía una calor horroroso, no comprendía como ese anciano dijo que se acercaba tormenta, el bochorno era insoportable, es más, me hacía sentir agotado, Después de un camino bastante complicado de seguir y algunos cruces donde si no llega a ser por las indicaciones del papel, me hubiera perdido, llegue a un camino donde se divisaban un par de casas una frente otra. Del mismo estilo, una tenía un granero enorme a su lado, era la que se encontraba más abandonada, el techo parecía estar a punto de caerse y el huerto se veía lleno de hierbajos y sus rejas estaban rotas. Sin duda esa era mi granja y la otra casa, más en condiciones y con un techo más firme, era la suya. Aparque el coche delante de la que estaba peor e inspeccione todo a mi alrededor, ningún movimiento perturbaba la paz del lugar. Descargue un montón de cubos y trapos que me dijo la camarera para poder limpiar y me puse manos a la obra. Ese calor pegajoso me estaba cambiando mi buen humor, si eso seguía así… no sabía si podría terminar mi trabajo como prometí al anciano.
Llevaba ya un par de horas limpiando, sin duda esa casa llevaba cerrada bastante tiempo, aquello estaba lleno de telarañas, excrementos de animales que se habían guarecido allí en algún momento y hojas muertas que entraron por las ventanas rotas. Estaba agotado y no tenía nada para tomar aparte de un poco de agua, que saque del pozo y no sabía si era potable, además estaba caliente debido al calor. Me quité la camiseta toda manchada y sudada, me senté a la sombra de un árbol de la entrada e intente recuperarme del esfuerzo. Me gustaba la tranquilidad y el silencio reinante de este lugar, pero imaginaba que terminaría echando de menos el aire de Nueva York… siempre fui un chico de ciudad y menos mal que la estancia en esa granja se presumía corta, porque tanta naturaleza y aire libre, terminaría por matarme.
Escuché algo de ruido y me levante para averiguar de dónde venía y cuando me asomé vi como un niño rubio corría riéndose mientras iba seguido por una mujer que sonreía justo detrás de él. Era tan natural, tan hermosa que me quede allí parado mirándola como si fuera una aparición.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por leer, la historia empieza a avanzar y avanzara más rápido de lo que os imagináis.
Espero vuestros comentarios para saber si os está gustando
Mañana uno nuevo
XXOO
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tamyalways- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
Yo sigo la historia en fanfiction, pero ya que nadie deja un comentario lo hgo yo, jejejeje. Me encanta.
Animaros a comentar que no os lleva nada de tiempo, jijijiji
Animaros a comentar que no os lleva nada de tiempo, jijijiji
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
Capítulo 4
Buenos días, quería daros las gracias por leer y en especial a alba_caskett por su comentario pero de verdad me conformo con que lo leais aunque siempre es bueno saber que pensáis sobre lo que estoy haciendo
Bueno sin más os dejo con el capítulo 4 y mañana habrá un nuevo capítulo para acabar la semana. Espero que os guste.
Capítulo 4
POV RICK
Vi cómo se acercaban a la puerta de su casa y decidí presentarme. Cuando el niño me vio, se quedó parado justo delante de mí. Me agache hasta quedar a su altura y le hable despacio para no asustarlo.
- Hola, me llamo Rick – le dije guiñándole un ojo - ¿y tú?
- Mi mama no me deja hablar con desconocidos - dijo al tiempo que salía corriendo hasta esconderse tras su madre.
Me levante y ande tranquilamente hasta donde estaban los dos, ella cogió al niño en brazos y después de darle un abrazo, le beso la cabecita, un gesto que me pareció adorable, se la veía una madre entregada y cariñosa.
- Hola me llamo Rick. Soy su nuevo vecino, vine a presentarme, porque parece que no hay mucha más gente por aquí. Siempre viene bien tener alguien cerca… por si sucediera algo… ya sabe - dije dedicándole una sonrisa, pero ella se mantuvo seria mirándome desafiante.
- Hola – dijo muy seria aun, sin distender el gesto ni un instante – Sí, es cierto.
- Vera usted señora, es que me encanta hablar y me iba a sentir muy raro estando solo en más de 20 kilómetros a la redonda… creo que me volvería loco y acabaría hablando solo - dije exagerando bastante con las manos y con mi cara, para conseguir sacar una sonrisa al pequeño.
- Es gracioso - dijo el niño.
- Tengo mucho trabajo que hacer. Es que me han exigido poner esta granja al día, para que me la dejen y soy una rata de ciudad... ¿Sabéis algo sobre el cuidado de animales, del huerto y de una granja en general?
- No mucho - dijo el pequeño muy serio, seguía en brazos de su madre y la protegía con un brazo sobre sus hombros - nosotros no tenemos animales, yo quería un perrito, pero mami no me deja.
- ¡Oh! Pues estamos en un lio… quería estar aquí para la investigación pero… la verdad es que no tengo ni idea sobre cómo se mantiene esto – dijo señalando la granja que estaba medio ruinosa a unos doscientos metros - una quizás necesite algo de ayuda.
- ¿Investigación? - preguntó la madre del niño con sorpresa.
- Es que soy escritor… la idea era que mi nueva novela se desarrollara en una granja, por eso estoy aquí. ¿Y vosotros?
- Por papi… - dijo el niño rápidamente, pero enseguida su madre le tapó la boca suavemente con la mano.
- Tenemos que irnos. Encantada de conocerte pero… no sé nada de granjas y tenemos cosas que hacer.
- Claro, claro. Perdonar mi atrevimiento por venir hasta aquí a saludaros. Además yo tengo que limpiar mucho aun, la casa no está en condiciones para poder vivir aquí. Bueno ya nos veremos ¿no?
- Si… bueno… claro - dijo la chica algo nerviosa y se giró para abrir la puerta y entrar en su casa.
- ¿Cómo os llamáis? – grite antes de que cerraran la puerta de su casa, yo ya me había alejado y estaba en el portón de entrada de la granja.
- ¿Qué? – pregunto girándose aun con el niño en brazos.
- Disculpa que te tutee, es que no me has dicho tu nombre – dije intentando entablar conversación.
- Kate… - dijo muy seria aun, seguía desconfiando y no se había relajado en todo el tiempo que duro nuestro encuentro.
- Yo me llamo Lucas… pero todos me llaman Luck.
- Bien… pues nos vemos Luck, ¿me dejas llamarte así? – y el niño asintió sonriendo, parecía que le había caído bien al pequeño.
Me quede mirándoles, apoyado en la verja de la que sería mi casa esos días, hasta que entraron en el interior. Era mucho más guapa de lo que imagine, las fotos no le hacían justicia… ninguna justicia, pensé. El chico…me había dejado un poco pensativo sobre lo de porque estaban aquí… ¿Su padre? ¿Por qué?
Intente quitarme eso de la mente y me encamine al interior para acabar cuanto antes. Para mañana sin falta quería estar allí para poder investigar. Para saber más sobre este misterio… quería conocerla más… mejor. Ya me había picado el gusanito de la curiosidad, un gusano algo travieso llamado Katherine Beckett.
Cuando acabe de adecentar el lugar, estaba totalmente agotado y se había hecho de noche. Había aun, un largo camino hacia el motel donde pensaba alojarme en el pueblo donde conocí a la camarera, así que di una última ojeada hacia la casa de enfrente y pude ver la dos figuras sentadas en una mesa, seguramente cenando. Entré en el coche y me dirigí al motel para descansar. Mañana sería también un día largo, caluroso y cansado. Pensaba instalarme en la granja y vendrían a traerme los animales. Después, tendría que empezar con las primeras plantaciones. Solo suplicaba que me quedara algo de tiempo para poder investigar algo más de ella, necesitaba saber los motivos por los que había obrado de ese modo, saliendo a escondidas de la ciudad y llevándose a su hijo. Si Sorenson tenía razón, no podía alejar a un hijo de su padre… pero si sus amigos estaban en lo cierto… no podría terminar mi trabajo y por lo tanto tendría que devolver todo el dinero… dinero que estaba usando para hacer una investigación que no sabía cómo podía terminar.
POV KATE
Me comporte como una persona borde, yo no era así, pero es que me pareció muy raro. Al ver a aquel tipo, acercándose a mi hijo, todos mis instintos habían saltado de golpe. Me había parecido muy sospechoso después de la llamada de Lanie, y la noticia de que Will seguía con las pesquisas sobre nuestra desaparición. Ese tipo había hecho saltar mis instintos de policía con solo mirarlo. Aunque, en realidad, ahora no podía confiar en nadie. Ahora mismo cualquiera que estuviera a cerca de mi o de mi hijo, me parecía sospechoso… cualquier cosa por absurda que fuera despertaba mis instintos de sobreprotección. De todos modos, pensé, parece algo sospechoso que alguien ocupe la granja de enfrente. Si Will mandara a alguien a por mí, me mataría directamente para quitarme al niño, no se dedicaría a vigilarme. Estaba inmersa en mis pensamientos y no me había dado cuenta que Luck me estaba hablando.
- Mami podré ayudar mañana a Rick.
- Cariño no lo conocemos. No quiero que te acerques a él – debíamos ser cuidadosos.
- Pero me cae bien, es gracioso.
- Cariño… no podemos…
- Pero papa no nos va a encontrar por hablar con él.
- Luck… - le dije llamándole la atención por seguir insistiendo.
- Me aburro mami… no me dejas tener un perrito, tampoco que tengamos animales y ni siquiera que llame a mis amigos. Esto no me gusta mami – se quejó con razón el pequeño.
- Lo sé cariño. Pero no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí… y los tendríamos que dejar aquí solos si teníamos que salir.
- Lo se mami. Pero me gustan… déjame al menos cuidar “los bichitos” de Rick.
- Luck, por favor… vale ya - dije suspirando, se parecía tanto a mí de pequeña, no conformándome nunca con lo que me decían, pero vi su carita y comprendí lo complicado que esto estaba siendo para él, solo era un niño y ya había vivido bastantes cosas feas en su corta vida… no debía encerrarlo en casa para mantenerlo a salvo… en realidad, tampoco lo pude hacer cuando estaba con Will, él se cebó en nuestro pequeño cuando intento defenderme, le pego y eso no se lo perdonaría nunca a mi ex marido.
- Venga mami… me portaré bien… si quieres puedes venir conmigo, así no estarás sola y podrás vigilarme para ver que me porto bien y que no pasa nada. – ofreció el pequeño
- Bien… de acuerdo, le ayudaremos, pero de momento no quiero que estés a solas con él.
- Guay mami, gracias.
- Y otra cosa.
- ¿Qué? – dijo con voz cansada.
- No debes contarle a nadie porque estamos aquí. No puedes contarle de tu padre – le exigí.
- Ya… siento lo de antes…
- Tranquilo, está bien cariño. No es tu culpa.
- Te quiero mami.
- Y yo a ti mi vida.
-Papi no vendrá a hacernos daño. Yo voy a cuidar de ti - dijo mi pequeño abrazándome y sacándome una sonrisa… mi chico…. mi superhéroe… mi salvador… yo era la que tenía que cuidar de él… yo iba a ser la que no permitiera que él volviera a nuestra vida, haría lo que fuera por que no volviera a acercarse a nosotros, lo que fuera… pero nunca más volvería a tocar a mi hijo… nunca más.
Me quede mirando por la ventana intentando atisbar algún movimiento y pude ver a través de ella como nuestro nuevo vecino… ese misterioso desconocido, se marchaba en su coche. No sabía quién era y me intrigaba mucho… solo para poder estar preparados si algo salí mal y teníamos que huir sin mirar atrás.
Estaba encerrada de nuevo en mis pensamientos cuando sonó el teléfono, seguramente era Lanie que realizaba su llamada diaria para saber cómo nos iba.
- Hola.
- Hola Kate.
- ¿Cómo estás?
- Bien, ¿y vosotros?
- Bien… aquí estamos.
- Aburridos… ¿no?
- Bueno hoy… hemos tenido algo distinto – dije con una sonrisa en los labios.
- ¿Qué?
- Una visita.
- ¿Visita?
- Tenemos un vecino… hay algo en él que…me hace desconfiar, pero… no sé qué. Además a Luck le cae bien.
-Kate…deja tus instintos un poco…nadie os ha encontrado todavía…ni siquiera los chicos. Deja que mi sobri al menos pueda disfrutar un poco, comprendo tu desconfianza, pero no la pagues con el pequeño.
- Si… pero no puedo evitar sentir esa rara sensación.
- Kate si algo se mueve por aquí te avisare, ahora tengo que dejarte…
- ¿No ha vuelto a visitarte el investigador de Will?
- No, y es una pena estaba muy bueno.
- Lanie… - la regañe, pero sin poder evitar sonreír… la echaba tanto de menos.
- ¿Qué? Me molestaron un poco todas sus preguntas y eso… pero al menos Will me alegro la vista, no contrato a un viejo barrigón - dijo haciéndome reír - ¿Y tú nuevo vecino, está bueno?
- Lanie… - la recrimine, al menos me estaba haciendo reír.
- Venga… te habrás fijado un poco en él, por lo menos.
- No sé, la verdad es que solo lo he mirado como un sospechoso.
- No sabes disfrutar de la vida. Bueno… ya mañana a ver si te fijas mejor para contarme.
- Anda Lanie déjalo. ¿Cómo están los chicos?
- Te echan mucho de menos. Me dan pena… si lo supieran…
- Es mejor así.
- Lo sé. Pero los pobres trabajan mucho y cuando tienen algo de tiempo libre siguen con tu caso. No se dan por vencidos. Los pobres creen que Will…
- ¡Dios Lanie! esto es muy duro. Para vosotros, para mí… incluso para Luck…
- ¿Cómo está mi hombrecito?
- Echa de menos a sus amigos… se aburre mucho… se siente solo… no paro de culparme por ello. Incluso pensé en comprarle el perro que me pide cada día.
- Kate hiciste lo mejor, no solo para ti, sino para él, lo entenderá cuando sea mayor. Además solo tenéis que esperar un poco más y podréis empezar una nueva vida. Con su edad, dudo que lo recuerde de mayor.
- Lo sé, pero incluso aquí sigue con las pesadillas.
-En cuanto esto se calme, te conseguiré todo el papeleo para vuestra nueva identidad y podrás empezar de nuevo con él donde quieras.
- Lo sé… gracias.
- Nada de gracias, me hacéis falta. Os hecho mucho de menos.
- Y nosotros a ti Lanie.
- Quiero ir a veros, pero ahora no creo que sea buen momento teniendo a este detective vigilándonos a todos.
- No, no… lo comprendo, mejor espera.
- Nos vemos pronto. Y si necesitas algo, solo hazme una llamada.
- Lo haré.
- Os quiero.
- Y nosotros a ti.
Sentí como la soledad… la nostalgia, se volvía a apoderar de mí. Ojala pudiera volver a mis primeros años en la comisaria, cuando aún no existía Will en mi vida… pero luego pensaba en mi hombrecito, como le había llamado Lanie, y sabía que eso no podía ser… Will a pesar de todo, me había dado lo que más quería en el mundo… y solo por él volvería a pasar por todo este infierno, por él haría lo que hiciera falta.
CONTINUARA...
mañana nos vemos con un nuevo capítulo
espero vuestras opiniones.
Twitter: tamyalways
Bueno sin más os dejo con el capítulo 4 y mañana habrá un nuevo capítulo para acabar la semana. Espero que os guste.
Capítulo 4
POV RICK
Vi cómo se acercaban a la puerta de su casa y decidí presentarme. Cuando el niño me vio, se quedó parado justo delante de mí. Me agache hasta quedar a su altura y le hable despacio para no asustarlo.
- Hola, me llamo Rick – le dije guiñándole un ojo - ¿y tú?
- Mi mama no me deja hablar con desconocidos - dijo al tiempo que salía corriendo hasta esconderse tras su madre.
Me levante y ande tranquilamente hasta donde estaban los dos, ella cogió al niño en brazos y después de darle un abrazo, le beso la cabecita, un gesto que me pareció adorable, se la veía una madre entregada y cariñosa.
- Hola me llamo Rick. Soy su nuevo vecino, vine a presentarme, porque parece que no hay mucha más gente por aquí. Siempre viene bien tener alguien cerca… por si sucediera algo… ya sabe - dije dedicándole una sonrisa, pero ella se mantuvo seria mirándome desafiante.
- Hola – dijo muy seria aun, sin distender el gesto ni un instante – Sí, es cierto.
- Vera usted señora, es que me encanta hablar y me iba a sentir muy raro estando solo en más de 20 kilómetros a la redonda… creo que me volvería loco y acabaría hablando solo - dije exagerando bastante con las manos y con mi cara, para conseguir sacar una sonrisa al pequeño.
- Es gracioso - dijo el niño.
- Tengo mucho trabajo que hacer. Es que me han exigido poner esta granja al día, para que me la dejen y soy una rata de ciudad... ¿Sabéis algo sobre el cuidado de animales, del huerto y de una granja en general?
- No mucho - dijo el pequeño muy serio, seguía en brazos de su madre y la protegía con un brazo sobre sus hombros - nosotros no tenemos animales, yo quería un perrito, pero mami no me deja.
- ¡Oh! Pues estamos en un lio… quería estar aquí para la investigación pero… la verdad es que no tengo ni idea sobre cómo se mantiene esto – dijo señalando la granja que estaba medio ruinosa a unos doscientos metros - una quizás necesite algo de ayuda.
- ¿Investigación? - preguntó la madre del niño con sorpresa.
- Es que soy escritor… la idea era que mi nueva novela se desarrollara en una granja, por eso estoy aquí. ¿Y vosotros?
- Por papi… - dijo el niño rápidamente, pero enseguida su madre le tapó la boca suavemente con la mano.
- Tenemos que irnos. Encantada de conocerte pero… no sé nada de granjas y tenemos cosas que hacer.
- Claro, claro. Perdonar mi atrevimiento por venir hasta aquí a saludaros. Además yo tengo que limpiar mucho aun, la casa no está en condiciones para poder vivir aquí. Bueno ya nos veremos ¿no?
- Si… bueno… claro - dijo la chica algo nerviosa y se giró para abrir la puerta y entrar en su casa.
- ¿Cómo os llamáis? – grite antes de que cerraran la puerta de su casa, yo ya me había alejado y estaba en el portón de entrada de la granja.
- ¿Qué? – pregunto girándose aun con el niño en brazos.
- Disculpa que te tutee, es que no me has dicho tu nombre – dije intentando entablar conversación.
- Kate… - dijo muy seria aun, seguía desconfiando y no se había relajado en todo el tiempo que duro nuestro encuentro.
- Yo me llamo Lucas… pero todos me llaman Luck.
- Bien… pues nos vemos Luck, ¿me dejas llamarte así? – y el niño asintió sonriendo, parecía que le había caído bien al pequeño.
Me quede mirándoles, apoyado en la verja de la que sería mi casa esos días, hasta que entraron en el interior. Era mucho más guapa de lo que imagine, las fotos no le hacían justicia… ninguna justicia, pensé. El chico…me había dejado un poco pensativo sobre lo de porque estaban aquí… ¿Su padre? ¿Por qué?
Intente quitarme eso de la mente y me encamine al interior para acabar cuanto antes. Para mañana sin falta quería estar allí para poder investigar. Para saber más sobre este misterio… quería conocerla más… mejor. Ya me había picado el gusanito de la curiosidad, un gusano algo travieso llamado Katherine Beckett.
Cuando acabe de adecentar el lugar, estaba totalmente agotado y se había hecho de noche. Había aun, un largo camino hacia el motel donde pensaba alojarme en el pueblo donde conocí a la camarera, así que di una última ojeada hacia la casa de enfrente y pude ver la dos figuras sentadas en una mesa, seguramente cenando. Entré en el coche y me dirigí al motel para descansar. Mañana sería también un día largo, caluroso y cansado. Pensaba instalarme en la granja y vendrían a traerme los animales. Después, tendría que empezar con las primeras plantaciones. Solo suplicaba que me quedara algo de tiempo para poder investigar algo más de ella, necesitaba saber los motivos por los que había obrado de ese modo, saliendo a escondidas de la ciudad y llevándose a su hijo. Si Sorenson tenía razón, no podía alejar a un hijo de su padre… pero si sus amigos estaban en lo cierto… no podría terminar mi trabajo y por lo tanto tendría que devolver todo el dinero… dinero que estaba usando para hacer una investigación que no sabía cómo podía terminar.
POV KATE
Me comporte como una persona borde, yo no era así, pero es que me pareció muy raro. Al ver a aquel tipo, acercándose a mi hijo, todos mis instintos habían saltado de golpe. Me había parecido muy sospechoso después de la llamada de Lanie, y la noticia de que Will seguía con las pesquisas sobre nuestra desaparición. Ese tipo había hecho saltar mis instintos de policía con solo mirarlo. Aunque, en realidad, ahora no podía confiar en nadie. Ahora mismo cualquiera que estuviera a cerca de mi o de mi hijo, me parecía sospechoso… cualquier cosa por absurda que fuera despertaba mis instintos de sobreprotección. De todos modos, pensé, parece algo sospechoso que alguien ocupe la granja de enfrente. Si Will mandara a alguien a por mí, me mataría directamente para quitarme al niño, no se dedicaría a vigilarme. Estaba inmersa en mis pensamientos y no me había dado cuenta que Luck me estaba hablando.
- Mami podré ayudar mañana a Rick.
- Cariño no lo conocemos. No quiero que te acerques a él – debíamos ser cuidadosos.
- Pero me cae bien, es gracioso.
- Cariño… no podemos…
- Pero papa no nos va a encontrar por hablar con él.
- Luck… - le dije llamándole la atención por seguir insistiendo.
- Me aburro mami… no me dejas tener un perrito, tampoco que tengamos animales y ni siquiera que llame a mis amigos. Esto no me gusta mami – se quejó con razón el pequeño.
- Lo sé cariño. Pero no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí… y los tendríamos que dejar aquí solos si teníamos que salir.
- Lo se mami. Pero me gustan… déjame al menos cuidar “los bichitos” de Rick.
- Luck, por favor… vale ya - dije suspirando, se parecía tanto a mí de pequeña, no conformándome nunca con lo que me decían, pero vi su carita y comprendí lo complicado que esto estaba siendo para él, solo era un niño y ya había vivido bastantes cosas feas en su corta vida… no debía encerrarlo en casa para mantenerlo a salvo… en realidad, tampoco lo pude hacer cuando estaba con Will, él se cebó en nuestro pequeño cuando intento defenderme, le pego y eso no se lo perdonaría nunca a mi ex marido.
- Venga mami… me portaré bien… si quieres puedes venir conmigo, así no estarás sola y podrás vigilarme para ver que me porto bien y que no pasa nada. – ofreció el pequeño
- Bien… de acuerdo, le ayudaremos, pero de momento no quiero que estés a solas con él.
- Guay mami, gracias.
- Y otra cosa.
- ¿Qué? – dijo con voz cansada.
- No debes contarle a nadie porque estamos aquí. No puedes contarle de tu padre – le exigí.
- Ya… siento lo de antes…
- Tranquilo, está bien cariño. No es tu culpa.
- Te quiero mami.
- Y yo a ti mi vida.
-Papi no vendrá a hacernos daño. Yo voy a cuidar de ti - dijo mi pequeño abrazándome y sacándome una sonrisa… mi chico…. mi superhéroe… mi salvador… yo era la que tenía que cuidar de él… yo iba a ser la que no permitiera que él volviera a nuestra vida, haría lo que fuera por que no volviera a acercarse a nosotros, lo que fuera… pero nunca más volvería a tocar a mi hijo… nunca más.
Me quede mirando por la ventana intentando atisbar algún movimiento y pude ver a través de ella como nuestro nuevo vecino… ese misterioso desconocido, se marchaba en su coche. No sabía quién era y me intrigaba mucho… solo para poder estar preparados si algo salí mal y teníamos que huir sin mirar atrás.
Estaba encerrada de nuevo en mis pensamientos cuando sonó el teléfono, seguramente era Lanie que realizaba su llamada diaria para saber cómo nos iba.
- Hola.
- Hola Kate.
- ¿Cómo estás?
- Bien, ¿y vosotros?
- Bien… aquí estamos.
- Aburridos… ¿no?
- Bueno hoy… hemos tenido algo distinto – dije con una sonrisa en los labios.
- ¿Qué?
- Una visita.
- ¿Visita?
- Tenemos un vecino… hay algo en él que…me hace desconfiar, pero… no sé qué. Además a Luck le cae bien.
-Kate…deja tus instintos un poco…nadie os ha encontrado todavía…ni siquiera los chicos. Deja que mi sobri al menos pueda disfrutar un poco, comprendo tu desconfianza, pero no la pagues con el pequeño.
- Si… pero no puedo evitar sentir esa rara sensación.
- Kate si algo se mueve por aquí te avisare, ahora tengo que dejarte…
- ¿No ha vuelto a visitarte el investigador de Will?
- No, y es una pena estaba muy bueno.
- Lanie… - la regañe, pero sin poder evitar sonreír… la echaba tanto de menos.
- ¿Qué? Me molestaron un poco todas sus preguntas y eso… pero al menos Will me alegro la vista, no contrato a un viejo barrigón - dijo haciéndome reír - ¿Y tú nuevo vecino, está bueno?
- Lanie… - la recrimine, al menos me estaba haciendo reír.
- Venga… te habrás fijado un poco en él, por lo menos.
- No sé, la verdad es que solo lo he mirado como un sospechoso.
- No sabes disfrutar de la vida. Bueno… ya mañana a ver si te fijas mejor para contarme.
- Anda Lanie déjalo. ¿Cómo están los chicos?
- Te echan mucho de menos. Me dan pena… si lo supieran…
- Es mejor así.
- Lo sé. Pero los pobres trabajan mucho y cuando tienen algo de tiempo libre siguen con tu caso. No se dan por vencidos. Los pobres creen que Will…
- ¡Dios Lanie! esto es muy duro. Para vosotros, para mí… incluso para Luck…
- ¿Cómo está mi hombrecito?
- Echa de menos a sus amigos… se aburre mucho… se siente solo… no paro de culparme por ello. Incluso pensé en comprarle el perro que me pide cada día.
- Kate hiciste lo mejor, no solo para ti, sino para él, lo entenderá cuando sea mayor. Además solo tenéis que esperar un poco más y podréis empezar una nueva vida. Con su edad, dudo que lo recuerde de mayor.
- Lo sé, pero incluso aquí sigue con las pesadillas.
-En cuanto esto se calme, te conseguiré todo el papeleo para vuestra nueva identidad y podrás empezar de nuevo con él donde quieras.
- Lo sé… gracias.
- Nada de gracias, me hacéis falta. Os hecho mucho de menos.
- Y nosotros a ti Lanie.
- Quiero ir a veros, pero ahora no creo que sea buen momento teniendo a este detective vigilándonos a todos.
- No, no… lo comprendo, mejor espera.
- Nos vemos pronto. Y si necesitas algo, solo hazme una llamada.
- Lo haré.
- Os quiero.
- Y nosotros a ti.
Sentí como la soledad… la nostalgia, se volvía a apoderar de mí. Ojala pudiera volver a mis primeros años en la comisaria, cuando aún no existía Will en mi vida… pero luego pensaba en mi hombrecito, como le había llamado Lanie, y sabía que eso no podía ser… Will a pesar de todo, me había dado lo que más quería en el mundo… y solo por él volvería a pasar por todo este infierno, por él haría lo que hiciera falta.
CONTINUARA...
mañana nos vemos con un nuevo capítulo
espero vuestras opiniones.
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tamyalways- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 04/09/2015
Capítulo 5
Buenas os dejo un nuevo capí
Capítulo 5
POV RICK
Había pasado una semana desde que llegue a esta granja perdida del mundo. Había conseguido grandes avances con el pequeño al cual había cogido cariño, pero nada sobre su padre. En cuanto a Kate… esa mujer era súper dura… no había conseguido conquistarla con mis encantos. Me miraba entre desconfiada y desafiante… me tenía descolocado, pero sabía que a través del niño y con lo pesado que podía llegar a ser, sin duda terminaría consiguiendo que se sintiera más tranquila conmigo alrededor.
Pero tenía claro que si quería aclarar de una vez por todas su motivo para huir con su hijo tendría que sacárselo al pequeño, pero… Kate no me dejaba casi apenas con él y no digamos ya a solas… se notaba que desconfiaba de mí y sobreprotegía al crio.
Me levanté decidido a que hoy tenía que ser el día… el día decisivo para conseguir avances, porque ya había pasado suficiente tiempo desde que recibí el encargo y si no mandaba noticias mías en breves, el marido sospecharía algo raro.
Me preparé mi café y me senté en los escalones de la entrada que se habían convertido en mi lugar favorito en los últimos días, allí veía la casa de Kate, y de paso disfrutaba de un aire fresco maravilloso por las mañanas. Luego me tocaría ir a cuidar de los animales. Además hoy también tendría visita de mi casero, para ver como estoy llevando todo y me traería un par de caballos.
Vi como Kate salía de su casa y se ponía a tender la ropa en los cordeles que tenía en la parte delantera de su cara. Me levanté, entré en casa y le preparé un café, cogí la taza y me dirigí hacia ella.
- Buenos días - dije asustándola.
- Buenos días – respondió sobresaltada ante mi aparición – me has asustado.
- ¿Café? – le ofrecí acercándole la taza, al tiempo que me miraba algo reacia, aunque termino por cogerla de mi mano.
- Gracias – acepto, prendiéndola con las dos manos.
- De nada. ¿Y Luck?
- Aun durmiendo.
- Bien, hoy me traen caballos, seguro que le hace ilusión.
- Segurísimo – dijo tomando un sorbo del café y saboreándolo en su boca, eso me hizo cosquillas en mi entrepierna, su distancia y reticencia hacia mí me estaba descolocando, una mujer normal, habría caído en mis redes, en cambio ella, tenía un alto muro alrededor suyo y de su hijo y no había forma humana de quebrantarlo.
- Kate quería… bueno… te notó algo lejana en tu trato conmigo. Verás, entiendo… no me conoces, solo desde hace una semana, pero… de verdad, yo… no haría daño nunca a Luck, si es lo que piensas. Solo… bueno, como ya te dije el primer día… no puedo callarme. Me volvería loco.
- Si, ya veo… - dijo sonriendo… esa sonrisa que tan poco veía y que solo dedicada a su hijo.
- Siento si a veces soy algo pesado, pero… no hay mucha gente por aquí con lo que pueda hablar sin que me llamen loco - dije riéndome.
- Está bien… creo que a él también le viene bien.
- Bien. Me gustaría poder sacarle a pasear algún día con los caballos.
- No… si… quiero decir… no le pasara nada ¿verdad?
- Si quieres, lo probamos antes… si son algo nerviosos lo dejamos. Me gustaría también invitaros hoy a comer.
- Rick… yo….
- Es para agradeceros todo lo que me habéis ayudado.
- Yo… - iba a negarse, lo notaba, pero el niño nos interrumpió.
- Mami…mami… - dijo Luck corriendo hacia los brazos de su madre. Estaba sollozando con fuerza, hipando debido al llanto y sofocado por el mismo motivo. Sentí que tenía que irme y dejarles solos, aquello era algo íntimo entre ellos, pero pensé que era una buena oportunidad para enterarme de que era lo que había pasado en esa familia.
- Cariño… ¿Qué sucede mi vida?
- Mami… papi… - y paro volviendo a llorar otra vez con los ojos cerrados aun.
- Luck mi vida, mira está aquí Rick - dijo levantándole la cabeza para que me viera.
- Hola peque…
- Hola - dijo respirando fuertemente.
- Cariño… ¿quieres un poco de agua?
- Si – le contesto a su madre.
- Trae, dámelo, yo me quedo con él - dije tendiéndole los brazos al niño para que viniera a mí, Kate me miró de nuevo indecisa, pero termino dejándolo ir y salió corriendo a por un poco de agua.
- Ya está campeón... - dije abrazándole y limpiándole las lágrimas.
- Rick… papi… - Hubiera podido aprovechar el acontecimiento interrogando al niño, pero no quise, algo dentro de mí, quizá mi conciencia, me decía que ese pequeño no estaba en ese instante para preguntas inquisitoriales, necesitaba consuelo y cariño. Y yo debía dárselo, no tenía a nadie más.
- Cariño… no llores. Solo ha sido una pesadilla, ya paso.
- Si… lo sé pero me da miedo.
- ¿Sabes? hoy me traen dos caballos – le dije cambiando de tema. El pobre crio tenía miedo a su padre… algo no cuadraba en todo lo que conto Sorenson
- ¿Si? Y… ¿Podré montarlos?
- Claro. Hoy no porque vendrán muy cansaditos, pero otro día sí ¿te apetece?
- Que guay – me respondió asintiendo con la cabecita. Había dejado de hipar y estaba más tranquilo, cambiarle el tema fue una buena decisión.
Vi como sonreía y eso me hizo sonreír a la vez. Este niño me tenía completamente enamorado. Kate se acercó preocupada con un vaso de agua en las manos. Pero se relajó al ver al niño con la sonrisa puesta en su rostro e ilusionado en mis brazos.
- ¿Y sabes que también tengo otra novedad?
- ¿Qué? – pregunto el crio intrigado.
- Hoy vendréis a comer conmigo a casa - dije y esperaba la negativa de Kate, pero esta estaba demasiado preocupada por el pequeño, al que le dio el vaso.
- ¿De verdad mami? ¿Vamos a ir? - dijo ilusionado.
Miré a Kate fijamente intentando conocer su respuesta con anterioridad. Pero a cambio, ella me respondió con una sonrisa. La mejor sonrisa que he visto en mi vida. Una de esas que dan envidia al mismísimo Dios Sol porque con ellas iluminan el día, ¿Qué digo el día? La semana, el mes, e incluso el año. Solo por un segundo pero me sonrió… si me sonrió.
- Si cariño… hoy comemos con Rick…
- Bien - dijo sonriendo y abrazándose a su madre. Pude ver como Kate me susurro un gracias que murió entre sus labios, yo solo pude responderle con una sonrisa bobalicona en mi cara, me estaba encaprichando con esa mujer, pero era demasiado dura para mis gustos… no era mi tipo, pero en cambio no dejaba de pensar en ella, por eso, esa primera sonrisa, había significado tanto.
Podría haber aprovechado para sacarle porque tenía pesadillas, pero no podía consentir verlo durante más tiempo llorando, me dolía en el alma y verlo ahora así de sonriente, hacía que me olvidara de porque estaba aquí…, cual era mi objetivo.
Objetividad eso era lo que me faltaba… pero el conocerla… era quererla. Eso hacía que esto fuera mucho más difícil, pero si Sorenson tenía razón, debía decirle donde estaba… era lo justo. Pero antes debía saber el motivo de esas pesadillas del crio, porque habían escapado, porque estaban escondidos, saber todo eso era primordial antes de entregarlos, porque no me perdonaría el cometer un error y poner en peligro a nadie y menos a ese niño y su madre.
POV KATE
Cuando lo vi con Luck, consolándolo después de una de sus pesadillas, verlo haciéndolo sonreír con tanta facilidad, hizo que algo se rompiera dentro de mí. No podía ser malo si conseguía sacar eso tan bueno de mi pequeño… se merecía una oportunidad, un voto de confianza… después de todo, solo quería compañía… unos buenos vecinos. No es que me estuviera pidiendo… no se… que fuera su mujer, ni nada por el estilo.
Estuvimos ayudando a Rick, como siempre con los animales. Me encantaba ver a mi pequeño así de sonriente con un hombre… como podía haber sido perfectamente con su padre. En realidad al principio todo iba tan bien… Will fue un buen padre, pero al final… sus celos por mí… le hicieron hacer cosas, cosas que dañaron a nuestro hijo. Porque sé que nunca hubiera tocado a nuestro hijo, si él… si el pequeño no hubiera aparecido en mal momento. Pero con una sola vez, basto para saber que tenía que alejarme de él, y quitarle al pequeño, sino… sería peor. Sabía que Luck iba a sufrir, sobre todo si veía cosas que no debía, si seguíamos así… al final acabaría sufriendo nuestro hijo. Will podría haber sido un buen padre para Luck, quizás si yo… si me hubiera separado antes… quizás nada de esto hubiera sucedido.
Miré el reloj, se acercaba la hora de la comida que íbamos a compartir con Rick. Estaba toda sudada y necesitaba una buena ducha antes de poder comer.
- Luck, cariño, tenemos que ir a prepararnos para la comida.
- Mami… no, porfa… yo no quiero…
- Cariño esta sudado, debes lavarte.
- Por fi…
- Lucas… no seas guarro – el crio al escuchar su nombre y no su apelativo cariñoso, bajo la cabeza y vino hacia mí, serio y cabizbajo.
- Kate, si quieres, puedes irte tú a bañarte a vuestra casa, él que se bañe mientras preparamos la cena. Déjale disfrutar un poco más.
- ¿Y tú no te duchas? - dije poniendo mala cara.
- No soy un cerdo. Cuando acabes tú, te quedas con él y yo me duchare. Así él podrá disfrutar un poco más de los caballos.
- Bien, pero ni se te ocurra montarlo. Todavía no.
- Tranquila no haré nada sin tu permiso.
- Eso espero - dije saliendo algo preocupada, pero al verlos allí tan cómplices, riéndose de sus tonterías, me fui tranquila y con una sonrisa en la cara. Sabía que ambos se llevaban bien… y tenerlo cerca no iba a ser peligroso… no pasaría nada malo mientras no supiera nada de nosotros.
No podía saber quién éramos… necesitaba mantenernos alejados de todos esos rumores sobre nosotros… tenía que mantener al niño lejos de Will, ese era el motivo por el que estábamos aquí. No dudaba de Rick, solo me preocupaba de que hiciera alguna tontería.
Sabía cómo era Will enfadado y no iba a parar hasta encontrarnos. Por eso estuve algo reacia a que Lanie nos ayudara… solo la deje hacerlo porque sabía que los chicos cuidarían de ella… no dejarían que nadie le tocara ni un solo pelo.
Me quite la ropa toda pegajosa y me metí en la ducha, necesitaba lavarme con jabón para poder quitarme todo el sudor, el cansancio, el miedo… la sombra de Will tenía que desaparecer de mi vida. Debía volver a vivir y para ello Will tenía que desaparecer para siempre, aunque eso, de momento, era imposible.
Sabía que solo estando muerto o encerrado estaríamos seguros y así y todo incluso, sería complicado volver a mi antigua vida… porque ni siquiera la cárcel lo alejaría de nosotros… ni siquiera la cárcel nos mantendría a salvo.
CONTINUARA...
nos vemos el lunes con un nuevo capítulo
Espero vuestros comentarios
XXOO
Twitter: tamyalways
Capítulo 5
POV RICK
Había pasado una semana desde que llegue a esta granja perdida del mundo. Había conseguido grandes avances con el pequeño al cual había cogido cariño, pero nada sobre su padre. En cuanto a Kate… esa mujer era súper dura… no había conseguido conquistarla con mis encantos. Me miraba entre desconfiada y desafiante… me tenía descolocado, pero sabía que a través del niño y con lo pesado que podía llegar a ser, sin duda terminaría consiguiendo que se sintiera más tranquila conmigo alrededor.
Pero tenía claro que si quería aclarar de una vez por todas su motivo para huir con su hijo tendría que sacárselo al pequeño, pero… Kate no me dejaba casi apenas con él y no digamos ya a solas… se notaba que desconfiaba de mí y sobreprotegía al crio.
Me levanté decidido a que hoy tenía que ser el día… el día decisivo para conseguir avances, porque ya había pasado suficiente tiempo desde que recibí el encargo y si no mandaba noticias mías en breves, el marido sospecharía algo raro.
Me preparé mi café y me senté en los escalones de la entrada que se habían convertido en mi lugar favorito en los últimos días, allí veía la casa de Kate, y de paso disfrutaba de un aire fresco maravilloso por las mañanas. Luego me tocaría ir a cuidar de los animales. Además hoy también tendría visita de mi casero, para ver como estoy llevando todo y me traería un par de caballos.
Vi como Kate salía de su casa y se ponía a tender la ropa en los cordeles que tenía en la parte delantera de su cara. Me levanté, entré en casa y le preparé un café, cogí la taza y me dirigí hacia ella.
- Buenos días - dije asustándola.
- Buenos días – respondió sobresaltada ante mi aparición – me has asustado.
- ¿Café? – le ofrecí acercándole la taza, al tiempo que me miraba algo reacia, aunque termino por cogerla de mi mano.
- Gracias – acepto, prendiéndola con las dos manos.
- De nada. ¿Y Luck?
- Aun durmiendo.
- Bien, hoy me traen caballos, seguro que le hace ilusión.
- Segurísimo – dijo tomando un sorbo del café y saboreándolo en su boca, eso me hizo cosquillas en mi entrepierna, su distancia y reticencia hacia mí me estaba descolocando, una mujer normal, habría caído en mis redes, en cambio ella, tenía un alto muro alrededor suyo y de su hijo y no había forma humana de quebrantarlo.
- Kate quería… bueno… te notó algo lejana en tu trato conmigo. Verás, entiendo… no me conoces, solo desde hace una semana, pero… de verdad, yo… no haría daño nunca a Luck, si es lo que piensas. Solo… bueno, como ya te dije el primer día… no puedo callarme. Me volvería loco.
- Si, ya veo… - dijo sonriendo… esa sonrisa que tan poco veía y que solo dedicada a su hijo.
- Siento si a veces soy algo pesado, pero… no hay mucha gente por aquí con lo que pueda hablar sin que me llamen loco - dije riéndome.
- Está bien… creo que a él también le viene bien.
- Bien. Me gustaría poder sacarle a pasear algún día con los caballos.
- No… si… quiero decir… no le pasara nada ¿verdad?
- Si quieres, lo probamos antes… si son algo nerviosos lo dejamos. Me gustaría también invitaros hoy a comer.
- Rick… yo….
- Es para agradeceros todo lo que me habéis ayudado.
- Yo… - iba a negarse, lo notaba, pero el niño nos interrumpió.
- Mami…mami… - dijo Luck corriendo hacia los brazos de su madre. Estaba sollozando con fuerza, hipando debido al llanto y sofocado por el mismo motivo. Sentí que tenía que irme y dejarles solos, aquello era algo íntimo entre ellos, pero pensé que era una buena oportunidad para enterarme de que era lo que había pasado en esa familia.
- Cariño… ¿Qué sucede mi vida?
- Mami… papi… - y paro volviendo a llorar otra vez con los ojos cerrados aun.
- Luck mi vida, mira está aquí Rick - dijo levantándole la cabeza para que me viera.
- Hola peque…
- Hola - dijo respirando fuertemente.
- Cariño… ¿quieres un poco de agua?
- Si – le contesto a su madre.
- Trae, dámelo, yo me quedo con él - dije tendiéndole los brazos al niño para que viniera a mí, Kate me miró de nuevo indecisa, pero termino dejándolo ir y salió corriendo a por un poco de agua.
- Ya está campeón... - dije abrazándole y limpiándole las lágrimas.
- Rick… papi… - Hubiera podido aprovechar el acontecimiento interrogando al niño, pero no quise, algo dentro de mí, quizá mi conciencia, me decía que ese pequeño no estaba en ese instante para preguntas inquisitoriales, necesitaba consuelo y cariño. Y yo debía dárselo, no tenía a nadie más.
- Cariño… no llores. Solo ha sido una pesadilla, ya paso.
- Si… lo sé pero me da miedo.
- ¿Sabes? hoy me traen dos caballos – le dije cambiando de tema. El pobre crio tenía miedo a su padre… algo no cuadraba en todo lo que conto Sorenson
- ¿Si? Y… ¿Podré montarlos?
- Claro. Hoy no porque vendrán muy cansaditos, pero otro día sí ¿te apetece?
- Que guay – me respondió asintiendo con la cabecita. Había dejado de hipar y estaba más tranquilo, cambiarle el tema fue una buena decisión.
Vi como sonreía y eso me hizo sonreír a la vez. Este niño me tenía completamente enamorado. Kate se acercó preocupada con un vaso de agua en las manos. Pero se relajó al ver al niño con la sonrisa puesta en su rostro e ilusionado en mis brazos.
- ¿Y sabes que también tengo otra novedad?
- ¿Qué? – pregunto el crio intrigado.
- Hoy vendréis a comer conmigo a casa - dije y esperaba la negativa de Kate, pero esta estaba demasiado preocupada por el pequeño, al que le dio el vaso.
- ¿De verdad mami? ¿Vamos a ir? - dijo ilusionado.
Miré a Kate fijamente intentando conocer su respuesta con anterioridad. Pero a cambio, ella me respondió con una sonrisa. La mejor sonrisa que he visto en mi vida. Una de esas que dan envidia al mismísimo Dios Sol porque con ellas iluminan el día, ¿Qué digo el día? La semana, el mes, e incluso el año. Solo por un segundo pero me sonrió… si me sonrió.
- Si cariño… hoy comemos con Rick…
- Bien - dijo sonriendo y abrazándose a su madre. Pude ver como Kate me susurro un gracias que murió entre sus labios, yo solo pude responderle con una sonrisa bobalicona en mi cara, me estaba encaprichando con esa mujer, pero era demasiado dura para mis gustos… no era mi tipo, pero en cambio no dejaba de pensar en ella, por eso, esa primera sonrisa, había significado tanto.
Podría haber aprovechado para sacarle porque tenía pesadillas, pero no podía consentir verlo durante más tiempo llorando, me dolía en el alma y verlo ahora así de sonriente, hacía que me olvidara de porque estaba aquí…, cual era mi objetivo.
Objetividad eso era lo que me faltaba… pero el conocerla… era quererla. Eso hacía que esto fuera mucho más difícil, pero si Sorenson tenía razón, debía decirle donde estaba… era lo justo. Pero antes debía saber el motivo de esas pesadillas del crio, porque habían escapado, porque estaban escondidos, saber todo eso era primordial antes de entregarlos, porque no me perdonaría el cometer un error y poner en peligro a nadie y menos a ese niño y su madre.
POV KATE
Cuando lo vi con Luck, consolándolo después de una de sus pesadillas, verlo haciéndolo sonreír con tanta facilidad, hizo que algo se rompiera dentro de mí. No podía ser malo si conseguía sacar eso tan bueno de mi pequeño… se merecía una oportunidad, un voto de confianza… después de todo, solo quería compañía… unos buenos vecinos. No es que me estuviera pidiendo… no se… que fuera su mujer, ni nada por el estilo.
Estuvimos ayudando a Rick, como siempre con los animales. Me encantaba ver a mi pequeño así de sonriente con un hombre… como podía haber sido perfectamente con su padre. En realidad al principio todo iba tan bien… Will fue un buen padre, pero al final… sus celos por mí… le hicieron hacer cosas, cosas que dañaron a nuestro hijo. Porque sé que nunca hubiera tocado a nuestro hijo, si él… si el pequeño no hubiera aparecido en mal momento. Pero con una sola vez, basto para saber que tenía que alejarme de él, y quitarle al pequeño, sino… sería peor. Sabía que Luck iba a sufrir, sobre todo si veía cosas que no debía, si seguíamos así… al final acabaría sufriendo nuestro hijo. Will podría haber sido un buen padre para Luck, quizás si yo… si me hubiera separado antes… quizás nada de esto hubiera sucedido.
Miré el reloj, se acercaba la hora de la comida que íbamos a compartir con Rick. Estaba toda sudada y necesitaba una buena ducha antes de poder comer.
- Luck, cariño, tenemos que ir a prepararnos para la comida.
- Mami… no, porfa… yo no quiero…
- Cariño esta sudado, debes lavarte.
- Por fi…
- Lucas… no seas guarro – el crio al escuchar su nombre y no su apelativo cariñoso, bajo la cabeza y vino hacia mí, serio y cabizbajo.
- Kate, si quieres, puedes irte tú a bañarte a vuestra casa, él que se bañe mientras preparamos la cena. Déjale disfrutar un poco más.
- ¿Y tú no te duchas? - dije poniendo mala cara.
- No soy un cerdo. Cuando acabes tú, te quedas con él y yo me duchare. Así él podrá disfrutar un poco más de los caballos.
- Bien, pero ni se te ocurra montarlo. Todavía no.
- Tranquila no haré nada sin tu permiso.
- Eso espero - dije saliendo algo preocupada, pero al verlos allí tan cómplices, riéndose de sus tonterías, me fui tranquila y con una sonrisa en la cara. Sabía que ambos se llevaban bien… y tenerlo cerca no iba a ser peligroso… no pasaría nada malo mientras no supiera nada de nosotros.
No podía saber quién éramos… necesitaba mantenernos alejados de todos esos rumores sobre nosotros… tenía que mantener al niño lejos de Will, ese era el motivo por el que estábamos aquí. No dudaba de Rick, solo me preocupaba de que hiciera alguna tontería.
Sabía cómo era Will enfadado y no iba a parar hasta encontrarnos. Por eso estuve algo reacia a que Lanie nos ayudara… solo la deje hacerlo porque sabía que los chicos cuidarían de ella… no dejarían que nadie le tocara ni un solo pelo.
Me quite la ropa toda pegajosa y me metí en la ducha, necesitaba lavarme con jabón para poder quitarme todo el sudor, el cansancio, el miedo… la sombra de Will tenía que desaparecer de mi vida. Debía volver a vivir y para ello Will tenía que desaparecer para siempre, aunque eso, de momento, era imposible.
Sabía que solo estando muerto o encerrado estaríamos seguros y así y todo incluso, sería complicado volver a mi antigua vida… porque ni siquiera la cárcel lo alejaría de nosotros… ni siquiera la cárcel nos mantendría a salvo.
CONTINUARA...
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tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
parece que Kate empieza a aceptarlo
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
capítulo 6
Buenos días, os dejo un nuevo capítulo de la historia espero que os este gustando la historia
Capítulo 6
POV RICK
Cuando Kate se fue, vi la oportunidad de acabar con esto de una vez por todas, debía descubrir la verdad antes de que fuera más difícil llevar a cabo mi trabajo, saber qué no me equivocaba entregando a la madre y su hijo, no podía cometer un error y destrozar la vida de esa mujer que parecía de todo, menos una madre que le quiere robar el hijo a su padre… tenía que saberlo, para no sacrificar la felicidad de Kate y Luck.
- Luck, ven, siéntate aquí un momento campeón.
- Dime Rick – dijo el pequeño sentándose a mi lado mientras los dos mirábamos los caballos corretear por el prado.
- ¿Puedo hacerte una pregunta…? Entre colegas – le dije acercándome a su oído, como si fuera una confidencia.
- Vale… - dijo el niño bajando la voz siguiéndome el juego.
- ¿Por qué estáis aquí tan solos? ¿No vas al cole? – No sabía cómo quitar hierro al asunto, así que quise jugar… - debe ser guay no ir al cole.
- No, echo de menos a mis amigos… no es guay, en serio… pero no puedo decirte porque estamos aquí… se lo prometí a mama – bajaba la mirada, como avergonzándose. Ese niño tenía miedo, pero no sabía muy bien de que, eso era precisamente lo que intentaba averiguar.
- ¡Ah! vale, no quiero que se enfade mama… solo es que me preocupo el que tuvieras pesadillas – pobre chico, eso no era mentira, me tenía preocupado y me daba mucha pena verlo tan solo y triste - ¿siempre sueñas lo mismo?
- Si, a veces cambia, pero casi siempre es lo mismo.
- Mira, yo de pequeño, también tenía pesadillas, hasta que mi mama me dijo que si las contaba, no se repetirían, así que cada vez que me despertaba llorando, ella venia y yo se lo contaba, y era cierto, después ya no volvía a soñar cosas feas – sin darme cuenta, le acababa de contar a ese niño algo que no había contado nunca a nadie. La falta de mi padre, de pequeño, me tuvo muchas noches sin dormir, hasta que mi madre se inventó eso de contarlo y funciono, durante mucho tiempo, a mí me fue bien con ese pequeño truco.
- ¡De verdad…!
- Si, en serio…
- Pero mama… - miraba a todos lados, el deseaba contármelo, pero temía a su madre… ¿sería un niño maltratado?
- Solo vas a contarme tus pesadillas para no soñar más, ¿No? ¿Eso no te lo ha prohibido tu mami?
- No… es cierto, eso no – me respondió sonriendo… viendo quizá una escapatoria a sus malas noches - Sueño con que mi papi está aquí y quiere llevarme… yo no quiero, tengo que proteger a mami.
- ¿A mami? – ese niño se sentía responsable de la seguridad de su madre… eso estaba demasiado claro, el que maltrataba a su hijo no era su madre, debía ser su padre y no al crio, sino a la madre, cosa que me aclaro el pequeño cuando siguió contándome.
- Si… no quiero que haga daño a mi mama - Ahí estaba… solo necesitaba saber que eso no sucedía en sus sueños.
- Comprendo… pero es solo un sueño, eso no pasaba, ¿a qué no? – no me gustaba insinuar todo eso, pero debía saberlo.
- Sí pasaba Rick… por eso vinimos… - y el pobre niño se puso a llorar, imagine que recordando el sueño, o quizá una realidad, después levanto la vista y me suplico con la mirada - pero no se lo digas a mi mami… porfa Rick, no quiero que se enfade conmigo y no me deje venir a montar.
- No te preocupes campeón… Será nuestro secreto - dije sonriéndole, al tiempo que le alborotaba el pelo - la próxima vez que sueñes algo feo, piensa en que estoy aquí, cerquita y que no voy a dejar que nada te pase, somos colegas… y sino, ves a mami y cuéntaselo, veras como luego podrás dormir mejor, además, no dejare que nadie se acerque, somos amigos… ¿verdad?
- Gracias - dijo sonriéndome – es guay que estés aquí.
- Claro… pero creo que ya va siendo hora de bañarte.
- ¡Jooo!
- Mira, a los caballos no les gusta nada que sus amigos huelan mal… y mira, los dos olemos fatal… - le dije mientras levantaba el brazo, había sudado mucho limpiando la cuadra y para ser sincero, olía a tigre que tiraba para atrás. El pequeño acerco la nariz y puso mala cara - ¿Ves? Venga, al agua patos… - dije agarrándole y poniéndolo como si fuera un saco sobre mi hombro. El niño empezó a reír y pegar pataditas mientras yo, con una sonrisa de oreja a oreja, le llevaba camino del baño.
Cuando comprobe que el niño estaba bien, jugando en el agua que puse en la bañera y de que Kate no estaba cerca, decidí acabar con este caso. No tenía sentido que siguiera perdiendo el tiempo, aquello debía terminar. Esa pobre mujer simplemente huyo de un maltratador que además de hacerle daño a ella con sus golpes, hirió de gravedad la estabilidad emocional del pequeño, no merecía perdón de Dios, ni el, ni todos los maltratadores del mundo. Yo no tuve padre, pero al menos no vi como pegaba a mi madre.
Busque mi teléfono y después de buscar en mi agenda su número, le llame. Debía relajarme… no podía darse cuenta que conocía su maldad… o saber que la había encontrado… había que mantenerlos a salvo y para no ponerlos en peligro al precio que fuera.
Respiré hondo intentando calmarme mientras escuchaba el timbre de llamada.
- ¿Si? – escuche que una voz de hombre me respondía.
- ¿Señor Sorenson? – pregunte.
- Si, al habla ¿Quién es? – pregunto sin conocer mi voz.
- Soy Richard Rodgers.
- Ya era hora ¿Tiene algo? – no iba de cortapisas, directo al grano, mejor, así acabaría antes.
- Lamentablemente no he conseguido nada. Llevo casi dos semanas con el caso y normalmente ya habría encontrado algo y no es así. Creo que deben estar muertos… es imposible que desparezcan de ese modo sin dejar ningún rastro.
- No lo creo – dijo muy serio.
- Le aseguro que es imposible que hayan huido… comprobe todas las puertas de salida, aeropuertos, fronteras, todo… no han salido del país y no en están en él.
- Quiero que siga… - dijo insistiendo.
- No… no voy a seguir – insistí, tenía que quedarle claro - Es un caso cerrado y no tengo más tiempo para dedicarle, me están entrando más casos y debo cogerlos.
- Le hago saber que contrataré a otro – dijo levantando la voz.
- Pues perderá su dinero – quise que desistiera de su idea.
- No lo creo. El alcalde estaba muy equivocado con usted… es un sacadineros como todos. Adiós señor Rodgers.
Colgué en el mismo instante en que vi como Kate salía de su casa y se venía hacia la mía. Era una mujer fuerte, a pesar de todo lo que había pasado, seguía entera… fuerte para sacar a su hijo adelante a pesar de tener que vivir escondiéndose el resto de su vida.
La admiraba por tener valor de tomar la decisión y por llevarla adelante… aunque la rabia me consumía al saber el daño que ese malnacido le había hecho, si le tuviera delante en este instante le partiría la cara con gusto. Gente como él no se merecían vivir y mucho menos tener una mujer tan excepcional y bonita como era Kate, y ese pequeño tan cariñoso y simpático, si no la sabia valorar ese tipo, seguro que muchos hombres lo harían, es más, yo pensaba protegerla con mi vida, si era preciso. Odiaba las injusticias y consideraba todo este asunto, una, y muy grande. Es más, me hice el firme propósito de hacer justicia, no sabía cómo, pero si estaba en mi mano, desde luego que lo intentaría.
- Hola - dijo mirándome extrañada, sin duda por mi cara de pocos amigos, en ese instante en que la rabia me consumía después de haber escuchado la voz de ese hombre que oso poner las manos sobre ella. No sabía el motivo, pero estaba enfadado, muy enfadado, pero debía esconderlo si no quería que ella me descubriera.
- Hola - dije intentando sonreír - Luck está jugando en la bañera.
- ¡Anda! lo has conseguido – me dijo dándome un golpecito en el hombro – mini punto para ti – me dijo bromeando. Se la veía de buen humor… no sería yo quien se lo cambiara.
- Te diré un secreto, le tuve que chantajear… - dije bromeando.
- ¿Y eso?
- Nada, cosas nuestras – le respondí restándole interés al asunto – le dije que los caballos no querrían ser sus amigos si olía mal, lo que no sabe es que yo también apesto, ahora iré yo también a lavarme.
- Malas noticias - dijo señalando el teléfono que aun llevaba en la mano.
- Bueno… lo de siempre, me meten prisa con el trabajo… mi libro - rectifique.
- Sinceramente, no sé de donde sacas el tiempo para escribir, porque te pasas todo el día en el campo o con los animales y sino jugando con Luck.
- Bueno… es cierto, tengo poco tiempo. Tendría que haberlo pensado antes de aceptar.
- Pues si - dijo riéndose.
- ¿Has escuchado las noticias? – le pregunte cambiando de tema. Lo cierto es que había recibido un mensaje de la aplicación meteorológica del móvil que avisaba de tormentas.
- No ¿Qué sucede?
- Parece que se acerca mal tiempo.
- Pues imagino que te irás al pueblo, ¿no?
-Eso había pensado – dije mirando el techo - esto no creo que aguante.
- No creo… - dijo riéndose, esa sonrisa que me costó tanto conseguir y que de cada día me gustaba más.
- Oye… que me costó mucho conseguir que el techo no se cayese… no te rías – dije haciéndome el ofendido.
- ¿Y los animales? – me pregunto ya más preocupada y dejando de reír - ¿Que harás con ellos?
- Los dejaré encerrados en el establo. Espero que aguante mejor que la casa – en un momento dado, yo también podría refugiarme allí, estaba en mejores condiciones que la casa - ¿Y vosotros? Iréis al pueblo, supongo.
- No, aquí estaremos bien. Nuestra casa aguanta bastante mejor - dijo sonriéndome tras la broma.
- No deberíais quedaros aquí solos. Si pasa algo… - quise advertirla.
-No nos pasara nada – respondió ya seria y cambiando el tono de voz, como intentando defenderse. Imagine que temía ser descubierta, pero no dije nada, intente seguir con la broma, no quería verla asustada.
- Por si acaso me quedaré aquí, cerca, por si puedo ayudaros.
- No puedes – dijo, parecía temer por mí - esto se derrumbara en cuanto sople un poco de viento.
- Si os quedáis me quedo – no los dejaría solos, aunque tuviera que dormir con los caballos.
- Bien… en todo caso… puedes quedarte con nosotros, en casa.
- ¡Oh! ¿Me estas invitando a tu casa? - le dije con una sonrisa pícara, lo que hizo que ella volviera a distenderse y relajarse.
- No hagas que me arrepienta - dijo devolviéndome la sonrisa y un golpe en el brazo con el puño.
- Bien - dije sonriéndole - luego tendrás que ayudarme a reconstruir mi granja…
- ¿Otra vez?
- Si, otra vez.
En ese instante apareció Luck sonriente chorreando agua, lo que hizo que Kate le llamara la atención y el niño volviera sobre sus pasos para secarse.
Aproveche para irme a duchar yo y en cinco minutos estaba listo para preparar la comida a mis invitados. Luck se quedó viendo los dibujos en la tele, mientras Kate se acercaba para ayudarme.
- ¿Puedo ayudarte? – me pregunto solicita.
- Bueno solo tengo que hacer la salsa de tomate especial para acompañar a los espaguetis.
- ¡Ah! Bien, pues no interrumpo – dijo haciendo ademan de salir de la cocina.
- Pero puedes hacerme compañía - dije esperando que volviera sobre sus pies.
- Si me lo pides así… - bromeo.
- Cuéntame algo… así la salsa seguro que sale mejor.
- Si claro, eres un gamberro - dijo riéndose - ¿Qué quieres saber?
- No se… Por ejemplo… ¿De dónde eres? – quise abrir conversación, pero igual se sentía intranquila por invadir su intimidad.
- Yo… - dijo dudando, cuando vi que se le hacía complicado, decidí cambiar mi pregunta.
- Bueno si quieres empecemos por otra más fácil. Además de pasar tiempo conmigo que otras cosas te gustan - dije haciéndola reír y yo reí con ella.
- Eres un payaso.
- Si… me encanta hacer reír a la gente y seguro que a ti, te gusta.
- Bueno… - respondió sonrojándose.
- Al menos ya no me odias – añadí pícaro.
- No te odiaba – me aclaro.
- Bueno, pero al menos no te pones mohína cuando me acerco. Parecía que veías al hombre del saco cuando me acercaba.
- Lo siento, pero soy muy protectora con Luck, además… no te conocía.
Comimos tranquilos, riéndonos y contando alguna que otra anécdota del día. Al terminar, Kate y yo limpiamos todo y nos sentamos en mi lugar favorito, las escaleras de la casa, viendo como Luck se columpiaba en un apaño que le había hecho en el árbol que dividía las dos granjas y que estaba justo entre las dos casas.
- Parece mentira que mañana vaya a ver una gran tormenta.
- Si… la tarde está tranquila.
- Kate siento si antes te sentiste mal por preguntar… solo quería conocer algo más de ti - dije mirándola.
- Lo sé… es comprensible, pero yo…
- Tranquila, lo entiendo - dije sonriéndole – pero, ¿sabes? Precisamente eso hace que seas un enigma y que me pique más la curiosidad.
- Supongo que necesito tiempo, como las frutas, para madurar.
- Para que veas que tengo buenas intenciones, puedo hablarte de mí. Pregunta…
- Eres de Nueva York ¿no?
- Si… aunque he viajado mucho por mi trabajo… - en eso, no le mentía, todo trabajo como detective terminaba sirviéndome como inspiración.
- Recuerdo que dijiste que eras de ciudad.
- Si… pensé que me costaría más adaptarme a esto pero me estáis ayudando mucho - le dije haciendo que se sonrojara.
- Tú también nos está ayudando… Luck ha cambiado mucho desde que llegaste. Yo también soy de ciudad… me costó mucho tener que quedarme aquí pero… la vida es así.
- Bueno, de momento, el aire libre no nos está matando - dije haciendo que ambos riéramos.
- ¿Estas casado? - preguntó sorprendiéndome.
- No… creo que no sirvo.
- ¡Ah! – dijo sorprendida pensando que había metido la pata.
- No, quiero decir… no sé si algún día me casare… Creo en el amor… creo en que todos tenemos una media naranja y todo eso pero… no creo que firmar un papel sirva para querer más o menos a alguien.
- Yo también creía en eso hasta… - vi cómo se quedaba callada.
- Tranquila… solo estamos teniendo una conversación banal.
- Solo que mi experiencia de la vida, no ha sido buena.
- Comprendo… pero eso no significa que no tengas que seguir creyendo… a lo mejor esa persona no era la adecuada.
- Ojala… - dijo al tiempo que vi como sus ojos se dirigían al suelo, se había puesto triste…
- Así me gusta… con esperanza - dije empujándole suavemente en su hombro.
Estaba empezando a confiar en mí. Y quizás estos días que venían de mal tiempo, ayudaran. Quería que me dejara cuidar de ella… quizás hubiera estado a punto de ponerla en peligro… pero tenía claro que haría lo posible para cuidar de ella y el pequeño Luck.
CONTINUARÁ…
El miércoles nuevo capítulo, veremos si la tormenta que se avecina les hace pasar más tiempo juntos y como se portan ante esa novedad…poco a poco Kate se va relajando ante su cercanía…veremos si ayuda estar encerrados en la misma casa o no.
Capítulo 6
POV RICK
Cuando Kate se fue, vi la oportunidad de acabar con esto de una vez por todas, debía descubrir la verdad antes de que fuera más difícil llevar a cabo mi trabajo, saber qué no me equivocaba entregando a la madre y su hijo, no podía cometer un error y destrozar la vida de esa mujer que parecía de todo, menos una madre que le quiere robar el hijo a su padre… tenía que saberlo, para no sacrificar la felicidad de Kate y Luck.
- Luck, ven, siéntate aquí un momento campeón.
- Dime Rick – dijo el pequeño sentándose a mi lado mientras los dos mirábamos los caballos corretear por el prado.
- ¿Puedo hacerte una pregunta…? Entre colegas – le dije acercándome a su oído, como si fuera una confidencia.
- Vale… - dijo el niño bajando la voz siguiéndome el juego.
- ¿Por qué estáis aquí tan solos? ¿No vas al cole? – No sabía cómo quitar hierro al asunto, así que quise jugar… - debe ser guay no ir al cole.
- No, echo de menos a mis amigos… no es guay, en serio… pero no puedo decirte porque estamos aquí… se lo prometí a mama – bajaba la mirada, como avergonzándose. Ese niño tenía miedo, pero no sabía muy bien de que, eso era precisamente lo que intentaba averiguar.
- ¡Ah! vale, no quiero que se enfade mama… solo es que me preocupo el que tuvieras pesadillas – pobre chico, eso no era mentira, me tenía preocupado y me daba mucha pena verlo tan solo y triste - ¿siempre sueñas lo mismo?
- Si, a veces cambia, pero casi siempre es lo mismo.
- Mira, yo de pequeño, también tenía pesadillas, hasta que mi mama me dijo que si las contaba, no se repetirían, así que cada vez que me despertaba llorando, ella venia y yo se lo contaba, y era cierto, después ya no volvía a soñar cosas feas – sin darme cuenta, le acababa de contar a ese niño algo que no había contado nunca a nadie. La falta de mi padre, de pequeño, me tuvo muchas noches sin dormir, hasta que mi madre se inventó eso de contarlo y funciono, durante mucho tiempo, a mí me fue bien con ese pequeño truco.
- ¡De verdad…!
- Si, en serio…
- Pero mama… - miraba a todos lados, el deseaba contármelo, pero temía a su madre… ¿sería un niño maltratado?
- Solo vas a contarme tus pesadillas para no soñar más, ¿No? ¿Eso no te lo ha prohibido tu mami?
- No… es cierto, eso no – me respondió sonriendo… viendo quizá una escapatoria a sus malas noches - Sueño con que mi papi está aquí y quiere llevarme… yo no quiero, tengo que proteger a mami.
- ¿A mami? – ese niño se sentía responsable de la seguridad de su madre… eso estaba demasiado claro, el que maltrataba a su hijo no era su madre, debía ser su padre y no al crio, sino a la madre, cosa que me aclaro el pequeño cuando siguió contándome.
- Si… no quiero que haga daño a mi mama - Ahí estaba… solo necesitaba saber que eso no sucedía en sus sueños.
- Comprendo… pero es solo un sueño, eso no pasaba, ¿a qué no? – no me gustaba insinuar todo eso, pero debía saberlo.
- Sí pasaba Rick… por eso vinimos… - y el pobre niño se puso a llorar, imagine que recordando el sueño, o quizá una realidad, después levanto la vista y me suplico con la mirada - pero no se lo digas a mi mami… porfa Rick, no quiero que se enfade conmigo y no me deje venir a montar.
- No te preocupes campeón… Será nuestro secreto - dije sonriéndole, al tiempo que le alborotaba el pelo - la próxima vez que sueñes algo feo, piensa en que estoy aquí, cerquita y que no voy a dejar que nada te pase, somos colegas… y sino, ves a mami y cuéntaselo, veras como luego podrás dormir mejor, además, no dejare que nadie se acerque, somos amigos… ¿verdad?
- Gracias - dijo sonriéndome – es guay que estés aquí.
- Claro… pero creo que ya va siendo hora de bañarte.
- ¡Jooo!
- Mira, a los caballos no les gusta nada que sus amigos huelan mal… y mira, los dos olemos fatal… - le dije mientras levantaba el brazo, había sudado mucho limpiando la cuadra y para ser sincero, olía a tigre que tiraba para atrás. El pequeño acerco la nariz y puso mala cara - ¿Ves? Venga, al agua patos… - dije agarrándole y poniéndolo como si fuera un saco sobre mi hombro. El niño empezó a reír y pegar pataditas mientras yo, con una sonrisa de oreja a oreja, le llevaba camino del baño.
Cuando comprobe que el niño estaba bien, jugando en el agua que puse en la bañera y de que Kate no estaba cerca, decidí acabar con este caso. No tenía sentido que siguiera perdiendo el tiempo, aquello debía terminar. Esa pobre mujer simplemente huyo de un maltratador que además de hacerle daño a ella con sus golpes, hirió de gravedad la estabilidad emocional del pequeño, no merecía perdón de Dios, ni el, ni todos los maltratadores del mundo. Yo no tuve padre, pero al menos no vi como pegaba a mi madre.
Busque mi teléfono y después de buscar en mi agenda su número, le llame. Debía relajarme… no podía darse cuenta que conocía su maldad… o saber que la había encontrado… había que mantenerlos a salvo y para no ponerlos en peligro al precio que fuera.
Respiré hondo intentando calmarme mientras escuchaba el timbre de llamada.
- ¿Si? – escuche que una voz de hombre me respondía.
- ¿Señor Sorenson? – pregunte.
- Si, al habla ¿Quién es? – pregunto sin conocer mi voz.
- Soy Richard Rodgers.
- Ya era hora ¿Tiene algo? – no iba de cortapisas, directo al grano, mejor, así acabaría antes.
- Lamentablemente no he conseguido nada. Llevo casi dos semanas con el caso y normalmente ya habría encontrado algo y no es así. Creo que deben estar muertos… es imposible que desparezcan de ese modo sin dejar ningún rastro.
- No lo creo – dijo muy serio.
- Le aseguro que es imposible que hayan huido… comprobe todas las puertas de salida, aeropuertos, fronteras, todo… no han salido del país y no en están en él.
- Quiero que siga… - dijo insistiendo.
- No… no voy a seguir – insistí, tenía que quedarle claro - Es un caso cerrado y no tengo más tiempo para dedicarle, me están entrando más casos y debo cogerlos.
- Le hago saber que contrataré a otro – dijo levantando la voz.
- Pues perderá su dinero – quise que desistiera de su idea.
- No lo creo. El alcalde estaba muy equivocado con usted… es un sacadineros como todos. Adiós señor Rodgers.
Colgué en el mismo instante en que vi como Kate salía de su casa y se venía hacia la mía. Era una mujer fuerte, a pesar de todo lo que había pasado, seguía entera… fuerte para sacar a su hijo adelante a pesar de tener que vivir escondiéndose el resto de su vida.
La admiraba por tener valor de tomar la decisión y por llevarla adelante… aunque la rabia me consumía al saber el daño que ese malnacido le había hecho, si le tuviera delante en este instante le partiría la cara con gusto. Gente como él no se merecían vivir y mucho menos tener una mujer tan excepcional y bonita como era Kate, y ese pequeño tan cariñoso y simpático, si no la sabia valorar ese tipo, seguro que muchos hombres lo harían, es más, yo pensaba protegerla con mi vida, si era preciso. Odiaba las injusticias y consideraba todo este asunto, una, y muy grande. Es más, me hice el firme propósito de hacer justicia, no sabía cómo, pero si estaba en mi mano, desde luego que lo intentaría.
- Hola - dijo mirándome extrañada, sin duda por mi cara de pocos amigos, en ese instante en que la rabia me consumía después de haber escuchado la voz de ese hombre que oso poner las manos sobre ella. No sabía el motivo, pero estaba enfadado, muy enfadado, pero debía esconderlo si no quería que ella me descubriera.
- Hola - dije intentando sonreír - Luck está jugando en la bañera.
- ¡Anda! lo has conseguido – me dijo dándome un golpecito en el hombro – mini punto para ti – me dijo bromeando. Se la veía de buen humor… no sería yo quien se lo cambiara.
- Te diré un secreto, le tuve que chantajear… - dije bromeando.
- ¿Y eso?
- Nada, cosas nuestras – le respondí restándole interés al asunto – le dije que los caballos no querrían ser sus amigos si olía mal, lo que no sabe es que yo también apesto, ahora iré yo también a lavarme.
- Malas noticias - dijo señalando el teléfono que aun llevaba en la mano.
- Bueno… lo de siempre, me meten prisa con el trabajo… mi libro - rectifique.
- Sinceramente, no sé de donde sacas el tiempo para escribir, porque te pasas todo el día en el campo o con los animales y sino jugando con Luck.
- Bueno… es cierto, tengo poco tiempo. Tendría que haberlo pensado antes de aceptar.
- Pues si - dijo riéndose.
- ¿Has escuchado las noticias? – le pregunte cambiando de tema. Lo cierto es que había recibido un mensaje de la aplicación meteorológica del móvil que avisaba de tormentas.
- No ¿Qué sucede?
- Parece que se acerca mal tiempo.
- Pues imagino que te irás al pueblo, ¿no?
-Eso había pensado – dije mirando el techo - esto no creo que aguante.
- No creo… - dijo riéndose, esa sonrisa que me costó tanto conseguir y que de cada día me gustaba más.
- Oye… que me costó mucho conseguir que el techo no se cayese… no te rías – dije haciéndome el ofendido.
- ¿Y los animales? – me pregunto ya más preocupada y dejando de reír - ¿Que harás con ellos?
- Los dejaré encerrados en el establo. Espero que aguante mejor que la casa – en un momento dado, yo también podría refugiarme allí, estaba en mejores condiciones que la casa - ¿Y vosotros? Iréis al pueblo, supongo.
- No, aquí estaremos bien. Nuestra casa aguanta bastante mejor - dijo sonriéndome tras la broma.
- No deberíais quedaros aquí solos. Si pasa algo… - quise advertirla.
-No nos pasara nada – respondió ya seria y cambiando el tono de voz, como intentando defenderse. Imagine que temía ser descubierta, pero no dije nada, intente seguir con la broma, no quería verla asustada.
- Por si acaso me quedaré aquí, cerca, por si puedo ayudaros.
- No puedes – dijo, parecía temer por mí - esto se derrumbara en cuanto sople un poco de viento.
- Si os quedáis me quedo – no los dejaría solos, aunque tuviera que dormir con los caballos.
- Bien… en todo caso… puedes quedarte con nosotros, en casa.
- ¡Oh! ¿Me estas invitando a tu casa? - le dije con una sonrisa pícara, lo que hizo que ella volviera a distenderse y relajarse.
- No hagas que me arrepienta - dijo devolviéndome la sonrisa y un golpe en el brazo con el puño.
- Bien - dije sonriéndole - luego tendrás que ayudarme a reconstruir mi granja…
- ¿Otra vez?
- Si, otra vez.
En ese instante apareció Luck sonriente chorreando agua, lo que hizo que Kate le llamara la atención y el niño volviera sobre sus pasos para secarse.
Aproveche para irme a duchar yo y en cinco minutos estaba listo para preparar la comida a mis invitados. Luck se quedó viendo los dibujos en la tele, mientras Kate se acercaba para ayudarme.
- ¿Puedo ayudarte? – me pregunto solicita.
- Bueno solo tengo que hacer la salsa de tomate especial para acompañar a los espaguetis.
- ¡Ah! Bien, pues no interrumpo – dijo haciendo ademan de salir de la cocina.
- Pero puedes hacerme compañía - dije esperando que volviera sobre sus pies.
- Si me lo pides así… - bromeo.
- Cuéntame algo… así la salsa seguro que sale mejor.
- Si claro, eres un gamberro - dijo riéndose - ¿Qué quieres saber?
- No se… Por ejemplo… ¿De dónde eres? – quise abrir conversación, pero igual se sentía intranquila por invadir su intimidad.
- Yo… - dijo dudando, cuando vi que se le hacía complicado, decidí cambiar mi pregunta.
- Bueno si quieres empecemos por otra más fácil. Además de pasar tiempo conmigo que otras cosas te gustan - dije haciéndola reír y yo reí con ella.
- Eres un payaso.
- Si… me encanta hacer reír a la gente y seguro que a ti, te gusta.
- Bueno… - respondió sonrojándose.
- Al menos ya no me odias – añadí pícaro.
- No te odiaba – me aclaro.
- Bueno, pero al menos no te pones mohína cuando me acerco. Parecía que veías al hombre del saco cuando me acercaba.
- Lo siento, pero soy muy protectora con Luck, además… no te conocía.
Comimos tranquilos, riéndonos y contando alguna que otra anécdota del día. Al terminar, Kate y yo limpiamos todo y nos sentamos en mi lugar favorito, las escaleras de la casa, viendo como Luck se columpiaba en un apaño que le había hecho en el árbol que dividía las dos granjas y que estaba justo entre las dos casas.
- Parece mentira que mañana vaya a ver una gran tormenta.
- Si… la tarde está tranquila.
- Kate siento si antes te sentiste mal por preguntar… solo quería conocer algo más de ti - dije mirándola.
- Lo sé… es comprensible, pero yo…
- Tranquila, lo entiendo - dije sonriéndole – pero, ¿sabes? Precisamente eso hace que seas un enigma y que me pique más la curiosidad.
- Supongo que necesito tiempo, como las frutas, para madurar.
- Para que veas que tengo buenas intenciones, puedo hablarte de mí. Pregunta…
- Eres de Nueva York ¿no?
- Si… aunque he viajado mucho por mi trabajo… - en eso, no le mentía, todo trabajo como detective terminaba sirviéndome como inspiración.
- Recuerdo que dijiste que eras de ciudad.
- Si… pensé que me costaría más adaptarme a esto pero me estáis ayudando mucho - le dije haciendo que se sonrojara.
- Tú también nos está ayudando… Luck ha cambiado mucho desde que llegaste. Yo también soy de ciudad… me costó mucho tener que quedarme aquí pero… la vida es así.
- Bueno, de momento, el aire libre no nos está matando - dije haciendo que ambos riéramos.
- ¿Estas casado? - preguntó sorprendiéndome.
- No… creo que no sirvo.
- ¡Ah! – dijo sorprendida pensando que había metido la pata.
- No, quiero decir… no sé si algún día me casare… Creo en el amor… creo en que todos tenemos una media naranja y todo eso pero… no creo que firmar un papel sirva para querer más o menos a alguien.
- Yo también creía en eso hasta… - vi cómo se quedaba callada.
- Tranquila… solo estamos teniendo una conversación banal.
- Solo que mi experiencia de la vida, no ha sido buena.
- Comprendo… pero eso no significa que no tengas que seguir creyendo… a lo mejor esa persona no era la adecuada.
- Ojala… - dijo al tiempo que vi como sus ojos se dirigían al suelo, se había puesto triste…
- Así me gusta… con esperanza - dije empujándole suavemente en su hombro.
Estaba empezando a confiar en mí. Y quizás estos días que venían de mal tiempo, ayudaran. Quería que me dejara cuidar de ella… quizás hubiera estado a punto de ponerla en peligro… pero tenía claro que haría lo posible para cuidar de ella y el pequeño Luck.
CONTINUARÁ…
El miércoles nuevo capítulo, veremos si la tormenta que se avecina les hace pasar más tiempo juntos y como se portan ante esa novedad…poco a poco Kate se va relajando ante su cercanía…veremos si ayuda estar encerrados en la misma casa o no.
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
yo creo que va a ayudar mucho
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
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Edad : 32
Localización : Asturias
Capítulo 7
Buenos días a todos, casualidad o no la tormenta se acerca tanto en la historia como en la vida real, si lo hago queriendo no me sale jaja. Espero que os guste el capítulo y esta tormenta los acerque suficientemente para que Kate empiece a confiar en él.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 7
POV KATE
Me desperté con el sonido de algo golpeando la ventana. Me levanté, acercándome, quité las cortinas y cuando miré al exterior, lo que me encontré no me gustó nada. La tormenta se adelantó, no dejaba de llover con fuerza, el viento rompía ramas y destrozaba y las persianas abiertas de la casa de mi vecino, que estaban abiertas, eran viejas y no aguantaban el temporal.
Pero me asalto la duda de si estaría bien mi vecino, mire al exterior y allí, las cosas, estaban algo peor. Divise una figura intentando correr entre la lluvia… pero el vendaval le dificultaba el avance. Ese sin duda era Rick… tendría que ayudarle, pero antes me asegure de dejar a Luck a salvo. Fui a su habitación y lo encontré tumbado en la cama arropado hasta la cabeza.
- Luck… ¿Qué haces cariño? – le pregunte al verle escondido.
- Mami… me da miedo.
- Tranquilo… aquí estarás bien. Mira, tu mi amor, quédate aquí tapado, no te muevas, ¿vale? Yo voy a echar un cable a Rick con los animales.
- Pero… tengo miedo mami…
- Cariño, tu eres mayor ya… déjame que vaya a ayudar a Rick un momento y luego vendré y ya no volveré a irme. ¿Quieres?
- Vale mami… - dijo no muy convencido - pero no tardes…
- No lo haré y si te portas bien, luego podrás dormir conmigo.
Salí por la puerta y sentí como el frío entraba en mis huesos. La lluvia calaba mi ropa y el viento apenas me dejaba caminar. Me puse un impermeable, pero me venía grande y el agua se colaba dentro. Con gran esfuerzo llegue hasta la entrada de su puerta donde las ventanas habían sido arrancadas ya. Encontré a Rick en la puerta del establo intentando encerrar a las últimas ovejas.
- ¿Todo bien? – pregunte a voz de grito, pues el viento y el ruido del agua mitigaba el sonido de mi voz.
- ¿Qué haces aquí? Tienes que volver dentro – dijo enfadado.
- Vengo a buscarte… no puedes estar aquí con este tiempo.
- Kate es peligroso tienes que…
- Acabemos esto y nos iremos los dos ¿vale?
- De acuerdo… - dijo dejándose ayudar.
Con gran esfuerzo recogimos todos los animales en el inestable establo… sabía que Rick estaba pensando en ello pero no podíamos hacer nada más.
- No va a aguantar – me dijo mirando el techo de ese lugar.
- Aguantara - dije intentando calmarle.
- No pensé que esto llegara tan pronto. Quería asegurar bien las puertas… y poner algunas tablas antes de que llegara la tormenta pero me sorprendió.
- Rick… tenemos que irnos, Luck está solo.
- Espera… tengo al menos, que tapiar la ventana esta – dijo cogiendo unas tablas y poniéndolas por dentro en la única ventana del establo, así no entraría agua y los animales estarían a cubierto - si entra por ahí el aire todo se vendrá abajo.
- Bien – asentí mientas aguantaba una de las tablas - déjame ayudarte.
- Necesito las herramientas… están dentro de la casa – dijo empezando a caminar fuera del lugar - ahora vengo.
- Rick es peligroso… todo se está viniendo abajo – quise avisarle.
- Volveré enseguida, no te preocupes - dijo mirándome con una sonrisa en la cara intentando tranquilizarme, pero apenas podía mantenerme de pie… la casa… no aguantaría y estaba muy preocupada… si le pasaba algo…
Me quede allí esperando pacientemente, pero sentía que cada minuto que pasaba más arreciaba la tormenta. La ramas se movían golpeando con fuerza la casa y de repente… en un abrir y cerrar de ojos, pude ver como uno de esos árboles perdía la batalla contra el viento después de un gran crujido caía con todo su peso sobre la pequeña cabaña haciendo que se destruyera como si fuera un castillo de arena. Imagine a Rick chafado por el árbol caído…
Corrí contra el viento, sentía mi garganta astillarse de dolor con mis gritos, pero el viento no permitía que se escuchara mi voz. Salí corriendo y entre el fango y los escombros se levantó una figura, llena de suciedad y magullada, saliendo de lo que fue una cabaña… cuando llegue Rick estaba sentado en el suelo tosiendo. Le ayude a levantarse y apoyado en mí, lo aleje de las ruinas. Quiso ir hacia el establo, pero me negué.
- Nos vamos ya... - dije sin atisbo de duda… sin dejarle otra opción. Fuimos ambos agarrados de la cintura para que el viento no nos ganara la batalla, hasta que conseguimos entrar en casa.
Nos quedamos uno al lado del otro en el interior de la casa, tras la puerta, cansados, calados y tiritando del frío.
- ¿Estás bien? - le pregunté al ver un gesto de dolor en su cara.
- Sí, solo… creo que me he clavado algunas astillas – dijo enseñándome las manos todas ensangrentadas.
- Vamos... voy a ver al niño para tranquilizarle y luego te curaré las heridas - dije al verle un feo corte en la cabeza donde caía su flequillo.
Los dos tomamos el mismo camino, hacia la habitación de Luck que seguía tal y como lo deje.
- Cariño ya estamos aquí – dije asomándome tras la puerta.
Se levantó corriendo y tras colgarse de mi cuello empezó a llorar temblando por el miedo, aunque imagine que la visión de Rick en semejantes condiciones, no era precisamente para relajarse. Intente calmarlo todo lo que pude. Necesitaba cambiarme para poder entrar en calor.
- Mami…
- Cariño… Rick tiene pupas y tenemos que curárselas… - le aclare cuando le vio con semejante pinta.
- Te duele - dijo mirándole con pena.
- No, tranquilo, no es nada - dijo sonriendo mientras le abrazaba para que no se asustara más.
- Será mejor que te duches para entrar en calor. Buscaré ropa por ahí que te pueda quedar bien y luego ya te curaré.
- Tú también tienes que… - estaba ensangrentado y me mandaba a mí a la ducha… igualito que William pensé…
- Sí, lo sé, pero yo no sangro, mientras encenderé la hoguera, así entraré también en calor. Date prisa… ese corte tiene mala pinta.
- Si jefa – dijo saludándome como un militar, lo que me saco una sonrisa a pesar de lo dramático de la situación – Gracias.
Le deje solo para que se bañara mientras yo encendía la chimenea. Luck no se separaba de mí en ningún momento, intentaba ayudar, pero lo cierto era que no me dejaba moverme sin pisarlo o tropezando. Cuando conseguí encender un bonito fuego en el salón, fui a mi habitación para recoger ropa seca. Me cambié, para al menos no estar con la ropa mojada, después volví a la sala y me coloque junto a la chimenea, intentando entrar en calor. Luck se sentó en mis piernas abrazándome con fuerza.
- Mami he pasado mucho miedo – me dijo al oído.
- Lo sé cariño. Pero ahora estamos juntos y no pasara nada.
- Rick… tiene una pupa grande mami, peor que cuando me caí del columpio del abuelo. Se pondrá bien ¿no? - dijo mirándome con pena.
- Claro cariño… solo es un rasguño… pero necesitara muchos besos y abrazos.
- Yo se los daré mami – me contesto convencido.
- Muy bien cariño.
En ese momento apareció Rick con el pelo mojado y con algo de ropa del tío de Lanie… menos mal que aún había algo de ese pobre hombre. Le quedaba algo grande el pantalón pero valdría para salir del apuro. Se sentó junto a nosotros cerca de chimenea, enseguida Luck se tomó muy enserio su cometido de curar a Rick. Bajo de mis piernas y se sentó sobre el dándole un gran abrazo, lo que sorprendió a mi vecino, pero enseguida, reacciono devolviéndole el abrazo y sonriendo ampliamente.
Aproveche para levantarme, fui al baño, a por el botiquín, debía limpiar esas heridas para evitar que se infectaran, también me hice con unas pinzas para quitarle las astillas. Regresé junto a ellos, hice una seña a mi hijo para que me dejara sitio y el me cedió el lugar, sentándose en el suelo justo a mi lado.
- Ven aquí hombretón, no voy a matarte… solo intento curar tus heridas – le dije riéndome al ver como se alejaba de mi para no rozarme.
Puse un poco de antiséptico en una gasa estéril y cuando le toque salto por el dolor que le cause.
- Lo siento - me disculpe y suavemente acerque de nuevo la gasa sobre su herida intentando limpiar la herida. Después le puse un poco de yodo para que cicatrizara y se lo tape con un apósito - déjame ver las heridas de las piernas.
Se movió lo justo para poder subirse el pantalón y vi como en su pierna había pequeñas heridas llenas astillas que habían saltado al caer parte de la casa.
- ¡Dios mío! no sé si podré… - dije poniéndome nerviosa al ver el gran número de diminutas porciones de madera que llevaba incrustadas bajo la piel.
- Si puedes… tienes que sacarlas una a una, así que tranquila, pero despacio, no vayan a romperse y se queden dentro. Coge unas pinzas…
- Aquí las tengo – dije levantándolas y enseñándoselas – pero hay muchísimas Rick.
- Confío en ti – dijo mirándome con los ojos llenos de esperanza.
- Si tú lo dices… - dije tragando saliva y poniéndome a la tarea… las manos me temblaban sin poder controlarlo por los nervios.
Estuvimos allí durante un largo rato, para poder quitarle hasta la última astilla y tras desinfectarle todas las heridas nos quedamos sentados frente al fuego, buscando el calor. Rick no dejaba de contarle historias a Luck y yo, tenía que agradecérselo porque estaba consiguiendo que mi pequeño se olvidara un poco del infierno que había fuera.
- Creo que deberíamos comer algo – sugerí cuando empecé a notar como el cansancio me invadía. Si esperaba un rato más, me quedaría dormida, allí en el suelo.
- Si…
-Tengo poco para comer… pero podemos hacer unos sándwich – ofrecí ya que no tenía mucha idea de cocinar.
- Por mí está bien.
- ¿Te quedas con él? – Rick asintió con su cabeza como respuesta, mientras yo me encamine a la cocina.
Lleve los sándwich a la chimenea y comimos tranquilos escuchando como el viento zumbaba con fuerza en el exterior. No paraba de llover y las temperaturas habían bajado de golpe. Hacía frío y la leña se consumía rápidamente en la chimenea… necesitaríamos mantas para soportar el frío.
Rick se levantó y posiciono frente a la ventana viendo el temporal que estaba cayendo sobre nosotros. Miraba a lo lejos lo que había sido su casa en los últimos días, se le veía preocupado por los animales, pero no podía hacer nada.
- ¡Ey! – le dije acercándome a su espalda.
- ¡Ey! – respondió al notar mi presencia.
- Todo va a salir bien – le dije intentando animarlo.
- ¿Cómo estas tan segura?
- Porque lo estoy.
- Sí, claro - dijo dedicándome una sonrisa triste.
- Aguantara.
- La casa ya está destruida por completo.
- Te ayudaré a levantarla – le dije tocándole suavemente la espalda intentando transmitirle mi apoyo.
Rick volvía a dedicarme una sonrisa triste y ambos miramos el destrozo de la tormenta… en todo lo que estaba dejando… solo suplicaba para que esto acabara pronto.
CONTINUARÁ…
Nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter:tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 7
POV KATE
Me desperté con el sonido de algo golpeando la ventana. Me levanté, acercándome, quité las cortinas y cuando miré al exterior, lo que me encontré no me gustó nada. La tormenta se adelantó, no dejaba de llover con fuerza, el viento rompía ramas y destrozaba y las persianas abiertas de la casa de mi vecino, que estaban abiertas, eran viejas y no aguantaban el temporal.
Pero me asalto la duda de si estaría bien mi vecino, mire al exterior y allí, las cosas, estaban algo peor. Divise una figura intentando correr entre la lluvia… pero el vendaval le dificultaba el avance. Ese sin duda era Rick… tendría que ayudarle, pero antes me asegure de dejar a Luck a salvo. Fui a su habitación y lo encontré tumbado en la cama arropado hasta la cabeza.
- Luck… ¿Qué haces cariño? – le pregunte al verle escondido.
- Mami… me da miedo.
- Tranquilo… aquí estarás bien. Mira, tu mi amor, quédate aquí tapado, no te muevas, ¿vale? Yo voy a echar un cable a Rick con los animales.
- Pero… tengo miedo mami…
- Cariño, tu eres mayor ya… déjame que vaya a ayudar a Rick un momento y luego vendré y ya no volveré a irme. ¿Quieres?
- Vale mami… - dijo no muy convencido - pero no tardes…
- No lo haré y si te portas bien, luego podrás dormir conmigo.
Salí por la puerta y sentí como el frío entraba en mis huesos. La lluvia calaba mi ropa y el viento apenas me dejaba caminar. Me puse un impermeable, pero me venía grande y el agua se colaba dentro. Con gran esfuerzo llegue hasta la entrada de su puerta donde las ventanas habían sido arrancadas ya. Encontré a Rick en la puerta del establo intentando encerrar a las últimas ovejas.
- ¿Todo bien? – pregunte a voz de grito, pues el viento y el ruido del agua mitigaba el sonido de mi voz.
- ¿Qué haces aquí? Tienes que volver dentro – dijo enfadado.
- Vengo a buscarte… no puedes estar aquí con este tiempo.
- Kate es peligroso tienes que…
- Acabemos esto y nos iremos los dos ¿vale?
- De acuerdo… - dijo dejándose ayudar.
Con gran esfuerzo recogimos todos los animales en el inestable establo… sabía que Rick estaba pensando en ello pero no podíamos hacer nada más.
- No va a aguantar – me dijo mirando el techo de ese lugar.
- Aguantara - dije intentando calmarle.
- No pensé que esto llegara tan pronto. Quería asegurar bien las puertas… y poner algunas tablas antes de que llegara la tormenta pero me sorprendió.
- Rick… tenemos que irnos, Luck está solo.
- Espera… tengo al menos, que tapiar la ventana esta – dijo cogiendo unas tablas y poniéndolas por dentro en la única ventana del establo, así no entraría agua y los animales estarían a cubierto - si entra por ahí el aire todo se vendrá abajo.
- Bien – asentí mientas aguantaba una de las tablas - déjame ayudarte.
- Necesito las herramientas… están dentro de la casa – dijo empezando a caminar fuera del lugar - ahora vengo.
- Rick es peligroso… todo se está viniendo abajo – quise avisarle.
- Volveré enseguida, no te preocupes - dijo mirándome con una sonrisa en la cara intentando tranquilizarme, pero apenas podía mantenerme de pie… la casa… no aguantaría y estaba muy preocupada… si le pasaba algo…
Me quede allí esperando pacientemente, pero sentía que cada minuto que pasaba más arreciaba la tormenta. La ramas se movían golpeando con fuerza la casa y de repente… en un abrir y cerrar de ojos, pude ver como uno de esos árboles perdía la batalla contra el viento después de un gran crujido caía con todo su peso sobre la pequeña cabaña haciendo que se destruyera como si fuera un castillo de arena. Imagine a Rick chafado por el árbol caído…
Corrí contra el viento, sentía mi garganta astillarse de dolor con mis gritos, pero el viento no permitía que se escuchara mi voz. Salí corriendo y entre el fango y los escombros se levantó una figura, llena de suciedad y magullada, saliendo de lo que fue una cabaña… cuando llegue Rick estaba sentado en el suelo tosiendo. Le ayude a levantarse y apoyado en mí, lo aleje de las ruinas. Quiso ir hacia el establo, pero me negué.
- Nos vamos ya... - dije sin atisbo de duda… sin dejarle otra opción. Fuimos ambos agarrados de la cintura para que el viento no nos ganara la batalla, hasta que conseguimos entrar en casa.
Nos quedamos uno al lado del otro en el interior de la casa, tras la puerta, cansados, calados y tiritando del frío.
- ¿Estás bien? - le pregunté al ver un gesto de dolor en su cara.
- Sí, solo… creo que me he clavado algunas astillas – dijo enseñándome las manos todas ensangrentadas.
- Vamos... voy a ver al niño para tranquilizarle y luego te curaré las heridas - dije al verle un feo corte en la cabeza donde caía su flequillo.
Los dos tomamos el mismo camino, hacia la habitación de Luck que seguía tal y como lo deje.
- Cariño ya estamos aquí – dije asomándome tras la puerta.
Se levantó corriendo y tras colgarse de mi cuello empezó a llorar temblando por el miedo, aunque imagine que la visión de Rick en semejantes condiciones, no era precisamente para relajarse. Intente calmarlo todo lo que pude. Necesitaba cambiarme para poder entrar en calor.
- Mami…
- Cariño… Rick tiene pupas y tenemos que curárselas… - le aclare cuando le vio con semejante pinta.
- Te duele - dijo mirándole con pena.
- No, tranquilo, no es nada - dijo sonriendo mientras le abrazaba para que no se asustara más.
- Será mejor que te duches para entrar en calor. Buscaré ropa por ahí que te pueda quedar bien y luego ya te curaré.
- Tú también tienes que… - estaba ensangrentado y me mandaba a mí a la ducha… igualito que William pensé…
- Sí, lo sé, pero yo no sangro, mientras encenderé la hoguera, así entraré también en calor. Date prisa… ese corte tiene mala pinta.
- Si jefa – dijo saludándome como un militar, lo que me saco una sonrisa a pesar de lo dramático de la situación – Gracias.
Le deje solo para que se bañara mientras yo encendía la chimenea. Luck no se separaba de mí en ningún momento, intentaba ayudar, pero lo cierto era que no me dejaba moverme sin pisarlo o tropezando. Cuando conseguí encender un bonito fuego en el salón, fui a mi habitación para recoger ropa seca. Me cambié, para al menos no estar con la ropa mojada, después volví a la sala y me coloque junto a la chimenea, intentando entrar en calor. Luck se sentó en mis piernas abrazándome con fuerza.
- Mami he pasado mucho miedo – me dijo al oído.
- Lo sé cariño. Pero ahora estamos juntos y no pasara nada.
- Rick… tiene una pupa grande mami, peor que cuando me caí del columpio del abuelo. Se pondrá bien ¿no? - dijo mirándome con pena.
- Claro cariño… solo es un rasguño… pero necesitara muchos besos y abrazos.
- Yo se los daré mami – me contesto convencido.
- Muy bien cariño.
En ese momento apareció Rick con el pelo mojado y con algo de ropa del tío de Lanie… menos mal que aún había algo de ese pobre hombre. Le quedaba algo grande el pantalón pero valdría para salir del apuro. Se sentó junto a nosotros cerca de chimenea, enseguida Luck se tomó muy enserio su cometido de curar a Rick. Bajo de mis piernas y se sentó sobre el dándole un gran abrazo, lo que sorprendió a mi vecino, pero enseguida, reacciono devolviéndole el abrazo y sonriendo ampliamente.
Aproveche para levantarme, fui al baño, a por el botiquín, debía limpiar esas heridas para evitar que se infectaran, también me hice con unas pinzas para quitarle las astillas. Regresé junto a ellos, hice una seña a mi hijo para que me dejara sitio y el me cedió el lugar, sentándose en el suelo justo a mi lado.
- Ven aquí hombretón, no voy a matarte… solo intento curar tus heridas – le dije riéndome al ver como se alejaba de mi para no rozarme.
Puse un poco de antiséptico en una gasa estéril y cuando le toque salto por el dolor que le cause.
- Lo siento - me disculpe y suavemente acerque de nuevo la gasa sobre su herida intentando limpiar la herida. Después le puse un poco de yodo para que cicatrizara y se lo tape con un apósito - déjame ver las heridas de las piernas.
Se movió lo justo para poder subirse el pantalón y vi como en su pierna había pequeñas heridas llenas astillas que habían saltado al caer parte de la casa.
- ¡Dios mío! no sé si podré… - dije poniéndome nerviosa al ver el gran número de diminutas porciones de madera que llevaba incrustadas bajo la piel.
- Si puedes… tienes que sacarlas una a una, así que tranquila, pero despacio, no vayan a romperse y se queden dentro. Coge unas pinzas…
- Aquí las tengo – dije levantándolas y enseñándoselas – pero hay muchísimas Rick.
- Confío en ti – dijo mirándome con los ojos llenos de esperanza.
- Si tú lo dices… - dije tragando saliva y poniéndome a la tarea… las manos me temblaban sin poder controlarlo por los nervios.
Estuvimos allí durante un largo rato, para poder quitarle hasta la última astilla y tras desinfectarle todas las heridas nos quedamos sentados frente al fuego, buscando el calor. Rick no dejaba de contarle historias a Luck y yo, tenía que agradecérselo porque estaba consiguiendo que mi pequeño se olvidara un poco del infierno que había fuera.
- Creo que deberíamos comer algo – sugerí cuando empecé a notar como el cansancio me invadía. Si esperaba un rato más, me quedaría dormida, allí en el suelo.
- Si…
-Tengo poco para comer… pero podemos hacer unos sándwich – ofrecí ya que no tenía mucha idea de cocinar.
- Por mí está bien.
- ¿Te quedas con él? – Rick asintió con su cabeza como respuesta, mientras yo me encamine a la cocina.
Lleve los sándwich a la chimenea y comimos tranquilos escuchando como el viento zumbaba con fuerza en el exterior. No paraba de llover y las temperaturas habían bajado de golpe. Hacía frío y la leña se consumía rápidamente en la chimenea… necesitaríamos mantas para soportar el frío.
Rick se levantó y posiciono frente a la ventana viendo el temporal que estaba cayendo sobre nosotros. Miraba a lo lejos lo que había sido su casa en los últimos días, se le veía preocupado por los animales, pero no podía hacer nada.
- ¡Ey! – le dije acercándome a su espalda.
- ¡Ey! – respondió al notar mi presencia.
- Todo va a salir bien – le dije intentando animarlo.
- ¿Cómo estas tan segura?
- Porque lo estoy.
- Sí, claro - dijo dedicándome una sonrisa triste.
- Aguantara.
- La casa ya está destruida por completo.
- Te ayudaré a levantarla – le dije tocándole suavemente la espalda intentando transmitirle mi apoyo.
Rick volvía a dedicarme una sonrisa triste y ambos miramos el destrozo de la tormenta… en todo lo que estaba dejando… solo suplicaba para que esto acabara pronto.
CONTINUARÁ…
Nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
XXOO
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Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
sabes que me tienes enganchada a esta historia....
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Capítulo 8
Buenos días, un día más os dejo un nuevo capítulo. La tormenta continúa fuera veremos si dentro hay calma o la tormenta ha entrado dentro jaja. Gracias a todos por escribir y a mi compi por su trabajo.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 8
POV RICK
Empezaba a hacerse de noche…la tormenta seguía con fuerza azotando las dos granjas. Kate estaba sentada junto a Luck cerca de la chimenea que estaba a punto de apagarse. Yo solo podía pensar en todo lo que podía estar pasando allí fuera y que no veíamos por la oscuridad.
Estaba mirando por las ventanas hasta que me di por vencido, la oscuridad era negra, que ya no veía nada a través de esos cristales. Justo cuando me di la vuelta, para acercarme a ellos, sentí un fuerte ruido y un montón de cristales cayeron a mí alrededor.
Una de las ramas movidas por el fuerte viento había atravesado la ventana en la que hacía solo un segundo estaba yo.
- Rick ¿estás bien? - pregunto Kate preocupada.
- Sí, necesito algo para tapar esto o se nos colara todo el agua y el frio.
Con su ayuda conseguimos tapiarla con un mueble viejo. Aún entraba algo de frío, pero al menos habíamos evitado que el aire pudiera entrar.
- Mami tengo miedo.
- Creo que deberíamos irnos ya a la cama - dijo Kate preocupada… podía vérselo en la mirada.
- Mami ¿puedo dormir contigo?
- Claro. Dormiremos todos juntos en la cama de mama - dijo mirándome y yo asentí con una sonrisa.
Cogimos todas las mantas que habíamos encontrado en la casa y nos tumbamos todos en la cama con el pequeño en medio de los dos. Antes de que nos diéramos cuenta la luz se apago sin necesidad de que alguno le diéramos a ningún interruptor.
- Lo que hacía falta – dije intentando poner un poco de humor al ambiente algo enrarecido por la situación.
- Bastante ha durado – apostillo Kate - Cariño tu duérmete ¿vale?
- Si mami - dijo abrazándose a ella.
Cerré los ojos intentando dormir, pero el aire, aún fuerte en el exterior hacia un ruido infernal y eso me tenía un poco intranquilo. Pero con el ritmo de las ramas contra la casa conseguí quedarme dormido.
Un poco después desperté al sentir un cambio en la cama. Cuando abrí los ojos vi una figura que se alejaba. Miré hacia el otro lado y ahí estaba el pequeño, completamente dormido, pero Kate no estaba. Me levanté despacio para no despertarlo y seguí los pasos de la sombra nocturna que había visto.
La encontré mirando el destrozo de la ventana y la chimenea apagada. Sentí como su cuerpo se estremecía cuando empezó a llorar desconsoladamente. No sé cómo, ni porque, pero me acerque hasta ella y la abracé con fuerza por su espalda acercándola hacia mi pecho. Vi como al principio se sorprendió y se resistió, pero finalmente se dejó mimar.
Cuando sentí como se relajaba, la gire para encararla, pero ella mantuvo la mirada fija en el suelo y me dolió tanto verla así tan rota a pesar de lo fuerte que había podido descubrir que era que no pude evitar envolverla con mis brazos, abrazándola con fuerza. Sentí su boca sobre mi pecho y sus lágrimas empapándome la camiseta, pero me daba igual, solo quería conseguir que se relajara, que distendiera sus músculos, al tiempo que encontraba algo de paz.
Poco a poco se fue separando de mí y la acompañe hasta el sofá para que tomara asiento, y yo me senté cerca de ella casi rozando sus rodillas con las mías y espere a que ella estuviera preparada para hablar.
- Yo… tenía que haberte echo caso – dijo con voz entrecortada por el llanto. Puse cara de no entender y ella debió de darse cuenta porque intento explicarse - Teníamos que habernos ido al pueblo… podía haber pasado algo cuando… cuando la ventana…
- ¡Para!… no ha pasado nada.
- Pero podía haber pasado y entonces - dijo con lágrimas en la cara.
- Kate no voy a dejar que os pase nada - dije agarrándole suavemente la cara para que me mirara a los ojos y viera mi verdad en ellos.
- Yo… tengo que pensar en él… y no pensé… podía haberle pasado algo.
- Kate tendrías tus motivos para no… - pero me callo a tiempo, porque había estado a punto de meter la pata.
- Si… pero si le hubiera pasado algo… no hubieran servido para nada.
- Solo querías protegerle - dije sin pensar y me di cuenta de que la había cagado cuando vi su mirada.
- ¿Qué te ha contado?
- Nada….
- Rick - dijo en tono de advertencia.
- Me contó su pesadilla… sobre su padre… - dije sin poder mirarla.
- Ya…
- Kate siento… no sé qué decirte.
- No digas nada.
- Kate yo solo… quiero que sepas que… te apoyo en todo… a los dos… que si me necesitáis…
- Lo sé, pero ahora no puedo… no quiero tener a nadie alrededor… no quiero…
- Deja de preocuparte por los demás… Kate, nada me va a alejar de vosotros… déjame cuidarte, cuidaros… - dije serio mirándola a los ojos. Agarré su mano necesitaba sentirla, tocarla, quería, deseaba tanto besarla, pero no podía cometer ningún error y me contuve.
- Gracias… por todo, pero puedo defenderme solita.
- Sabes… estoy feliz de que me dejaras quedarme.
- Bueno… no iba dejarte allí en aquello que parece una casa pero no lo es - dijo riéndose ya, después de relajar un poco la tensión.
- Muy graciosa - dije sonriéndole… sabía que quería aligerar un poco las cosas… dejar el tema un poco apartado y de momento la iba a dejarla pero… quería que confiara en mí, que pudiera contarme todo lo que pasara por esa cabecita suya.
- Creo que deberíamos volver a… - dijo señalando hacia la habitación con la cabeza.
- Claro - dije levantándome y le ofrecí mi mano para ayudarla. Fuimos agarrados hasta la habitación, cuando llegamos Luck se había movido, colocándose justo en el borde de la cama lo que hizo que Kate y yo tuviéramos que dormir juntos, pero por nada del mundo me quejaría por ese inconveniente. Kate se tumbó junto al peque, abrazada a él de espaldas a mí y yo aproveche para pegarme todo lo que pude a su cuerpo y abrazarla.
- Rick no tientes a la suerte – dijo al notar mi cercanía y mi entrepierna que estaba algo “agitada”
- Solo tengo un poco de frío - dije haciéndonos reír ante la excusa.
- Bien - dijo acomodándose en mis brazos - pero ten cuidado con sobrepasarte - dijo con voz pícara sacándome una sonrisa.
Cerré los ojos llenando mis pulmones del aire recubierto por ese olor… su olor que tanto me gustaba… y sin darme cuenta estaba dormido… abrazado a ella y hacia tanto que no me sentía así. Era esa sensación tan especial, de cuando llegas a casa después de un viaje insoportable donde solo sueñas con regresar, meterte en tu cama y dormir.
Desperté horas después al sentir como algo tiraba de mi camiseta. Cuando abrí los ojos me encontré con los ojos asustados de Luck.
- Hola Campeón… buenos días. ¿Qué pasa? - dije levantándome y hablándole despacio para no despertar a Kate que seguía durmiendo.
- Tengo ganas de hacer pis, pero… me da miedo… - dijo estremeciéndose al escuchar los truenos que dejaba la tormenta a su paso.
- Bien colega, a mi también me dan miedo, así que, si tú me acompañas a mí, yo te acompaño a ti.
Lo cogí en brazos y lo lleve hacia el baño. Lo solté en el suelo y lo deje entrar.
- Tú espérame aquí fuera – dijo muy serio – los hombres no vamos juntos al baño, solo las chicas.
- Claro - dije sonriendo y me dispuse a esperarlo.
Me quede allí de pie, podía escuchar perfectamente como la fuerte tormenta no había parado aun y seguía con fuerza azotando la casa. Me imagine que al despertar, todo habría acabado pero estaba equivocado, esto solo acababa de empezar.
- Ya - dijo saliendo.
- Bien – entre y tras “vaciar mi deposito” volví donde se encontraba Luck.
- Tengo hambre Rick.
- Normal, ya es hora de desayunar. Hoy lo haremos nosotros, dejemos a mami descansar ¿te parece? – y el pequeño asintió feliz.
Nos fuimos a la cocina ambos decididos, a preparar algo para el desayuno, la verdad es que había poca comida, esperaba que la tormenta se acabara pronto sino… esta aventura se iba a poner fea.
- Rick, ¿Qué quieres ser de mayor? - preguntó el pequeño, haciéndome reír con la ocurrencia.
- ¿Por?
- Por saber…
- Supongo que escritor, ¿y tú?
- Quiero ser superhéroe - dijo sin pocos ánimos.
- ¿Si? Que guay ¿no? – dije siguiéndole la corriente… no esperaba esa respuesta.
- Si quiero salvar a mama y a otra gente. Pero… ¿se puede ser superhéroe si te dan miedo las tormentas? - preguntó mirando a su plato, aun vacío.
- Cariño…no pasa nada por tener miedos. Todos los superhéroes tienen alguno.
- ¿Ah sí?
- Claro.
- ¿Entonces podre serlo de mayor?
- Por supuesto, no creo que haya ningún problema con ello.
- ¡Guay! Tu podrías ser mi compañero - dijo ilusionado.
- Mira, yo puedo escribir tus historias, se me da mal ser superhéroe ¿comprendes?
- Vale, que chulí seria, comics sobre… - y paro de golpe.
- Todavía no tienes un nombre – le dije cuando lo vi pensativo.
- No, es muy complicado encontrar uno chulo. Están todos cogidos.
- Bueno, déjame pensar y encontraremos alguno que este bien.
- ¿Me ayudaras? - dijo serio concentrado en el plato de cereales que le acababa de preparar.
- Hombre… para eso soy tu escritor – Le deje comiendo y pensando en su nombre para ir a despertar a Kate - Voy a por mama, tú comete eso, enseguida vuelvo.
- Pero… - iba a decirme que tenía miedo… se le notaba en la cara.
- ¿Te digo un secreto? – le pregunte.
- Si – dijo acercando su cabecita a la mía para que susurrara mi secreto.
- Las tormentas no son de verdad. Las hacen la gente a través de luces y fuertes cañones de ruidos para asustarnos…
- Rick… eres un mentiroso - dijo riéndose.
- Bueno, tu no me creas, pero es verdad - dije con una sonrisa dejándole allí mientras iba a despertar a su madre.
Me la encontré dormida profundamente, en la misma posición que estaba cuando nos levantamos. Me acerque despacio, quería observarla de cerca y tranquila un poco más. Estaba un poco sudorosa para el frío que hacía y eso me extraño.
Me acerque un poco y con mi mano sobre su frente, comprobé su temperatura, estaba muy caliente. La llamé despacio para intentar despertarla y apenas podía mantener los ojos abiertos. Tenía mucha fiebre, debido seguramente al frío que paso ayer cuando fue en mi ayuda. Tenía que ayudarla como pudiera, devolverle el favor, bajarle esa fiebre lo más rápido posible.
CONTINUARÁ…
Mañana nuevo capítulo, espero vuestros comentarios esto se va poniendo serio.
Que paséis un buen día, ya queda poco para el estreno de la 8ª temporada de Castle que ganas.
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 8
POV RICK
Empezaba a hacerse de noche…la tormenta seguía con fuerza azotando las dos granjas. Kate estaba sentada junto a Luck cerca de la chimenea que estaba a punto de apagarse. Yo solo podía pensar en todo lo que podía estar pasando allí fuera y que no veíamos por la oscuridad.
Estaba mirando por las ventanas hasta que me di por vencido, la oscuridad era negra, que ya no veía nada a través de esos cristales. Justo cuando me di la vuelta, para acercarme a ellos, sentí un fuerte ruido y un montón de cristales cayeron a mí alrededor.
Una de las ramas movidas por el fuerte viento había atravesado la ventana en la que hacía solo un segundo estaba yo.
- Rick ¿estás bien? - pregunto Kate preocupada.
- Sí, necesito algo para tapar esto o se nos colara todo el agua y el frio.
Con su ayuda conseguimos tapiarla con un mueble viejo. Aún entraba algo de frío, pero al menos habíamos evitado que el aire pudiera entrar.
- Mami tengo miedo.
- Creo que deberíamos irnos ya a la cama - dijo Kate preocupada… podía vérselo en la mirada.
- Mami ¿puedo dormir contigo?
- Claro. Dormiremos todos juntos en la cama de mama - dijo mirándome y yo asentí con una sonrisa.
Cogimos todas las mantas que habíamos encontrado en la casa y nos tumbamos todos en la cama con el pequeño en medio de los dos. Antes de que nos diéramos cuenta la luz se apago sin necesidad de que alguno le diéramos a ningún interruptor.
- Lo que hacía falta – dije intentando poner un poco de humor al ambiente algo enrarecido por la situación.
- Bastante ha durado – apostillo Kate - Cariño tu duérmete ¿vale?
- Si mami - dijo abrazándose a ella.
Cerré los ojos intentando dormir, pero el aire, aún fuerte en el exterior hacia un ruido infernal y eso me tenía un poco intranquilo. Pero con el ritmo de las ramas contra la casa conseguí quedarme dormido.
Un poco después desperté al sentir un cambio en la cama. Cuando abrí los ojos vi una figura que se alejaba. Miré hacia el otro lado y ahí estaba el pequeño, completamente dormido, pero Kate no estaba. Me levanté despacio para no despertarlo y seguí los pasos de la sombra nocturna que había visto.
La encontré mirando el destrozo de la ventana y la chimenea apagada. Sentí como su cuerpo se estremecía cuando empezó a llorar desconsoladamente. No sé cómo, ni porque, pero me acerque hasta ella y la abracé con fuerza por su espalda acercándola hacia mi pecho. Vi como al principio se sorprendió y se resistió, pero finalmente se dejó mimar.
Cuando sentí como se relajaba, la gire para encararla, pero ella mantuvo la mirada fija en el suelo y me dolió tanto verla así tan rota a pesar de lo fuerte que había podido descubrir que era que no pude evitar envolverla con mis brazos, abrazándola con fuerza. Sentí su boca sobre mi pecho y sus lágrimas empapándome la camiseta, pero me daba igual, solo quería conseguir que se relajara, que distendiera sus músculos, al tiempo que encontraba algo de paz.
Poco a poco se fue separando de mí y la acompañe hasta el sofá para que tomara asiento, y yo me senté cerca de ella casi rozando sus rodillas con las mías y espere a que ella estuviera preparada para hablar.
- Yo… tenía que haberte echo caso – dijo con voz entrecortada por el llanto. Puse cara de no entender y ella debió de darse cuenta porque intento explicarse - Teníamos que habernos ido al pueblo… podía haber pasado algo cuando… cuando la ventana…
- ¡Para!… no ha pasado nada.
- Pero podía haber pasado y entonces - dijo con lágrimas en la cara.
- Kate no voy a dejar que os pase nada - dije agarrándole suavemente la cara para que me mirara a los ojos y viera mi verdad en ellos.
- Yo… tengo que pensar en él… y no pensé… podía haberle pasado algo.
- Kate tendrías tus motivos para no… - pero me callo a tiempo, porque había estado a punto de meter la pata.
- Si… pero si le hubiera pasado algo… no hubieran servido para nada.
- Solo querías protegerle - dije sin pensar y me di cuenta de que la había cagado cuando vi su mirada.
- ¿Qué te ha contado?
- Nada….
- Rick - dijo en tono de advertencia.
- Me contó su pesadilla… sobre su padre… - dije sin poder mirarla.
- Ya…
- Kate siento… no sé qué decirte.
- No digas nada.
- Kate yo solo… quiero que sepas que… te apoyo en todo… a los dos… que si me necesitáis…
- Lo sé, pero ahora no puedo… no quiero tener a nadie alrededor… no quiero…
- Deja de preocuparte por los demás… Kate, nada me va a alejar de vosotros… déjame cuidarte, cuidaros… - dije serio mirándola a los ojos. Agarré su mano necesitaba sentirla, tocarla, quería, deseaba tanto besarla, pero no podía cometer ningún error y me contuve.
- Gracias… por todo, pero puedo defenderme solita.
- Sabes… estoy feliz de que me dejaras quedarme.
- Bueno… no iba dejarte allí en aquello que parece una casa pero no lo es - dijo riéndose ya, después de relajar un poco la tensión.
- Muy graciosa - dije sonriéndole… sabía que quería aligerar un poco las cosas… dejar el tema un poco apartado y de momento la iba a dejarla pero… quería que confiara en mí, que pudiera contarme todo lo que pasara por esa cabecita suya.
- Creo que deberíamos volver a… - dijo señalando hacia la habitación con la cabeza.
- Claro - dije levantándome y le ofrecí mi mano para ayudarla. Fuimos agarrados hasta la habitación, cuando llegamos Luck se había movido, colocándose justo en el borde de la cama lo que hizo que Kate y yo tuviéramos que dormir juntos, pero por nada del mundo me quejaría por ese inconveniente. Kate se tumbó junto al peque, abrazada a él de espaldas a mí y yo aproveche para pegarme todo lo que pude a su cuerpo y abrazarla.
- Rick no tientes a la suerte – dijo al notar mi cercanía y mi entrepierna que estaba algo “agitada”
- Solo tengo un poco de frío - dije haciéndonos reír ante la excusa.
- Bien - dijo acomodándose en mis brazos - pero ten cuidado con sobrepasarte - dijo con voz pícara sacándome una sonrisa.
Cerré los ojos llenando mis pulmones del aire recubierto por ese olor… su olor que tanto me gustaba… y sin darme cuenta estaba dormido… abrazado a ella y hacia tanto que no me sentía así. Era esa sensación tan especial, de cuando llegas a casa después de un viaje insoportable donde solo sueñas con regresar, meterte en tu cama y dormir.
Desperté horas después al sentir como algo tiraba de mi camiseta. Cuando abrí los ojos me encontré con los ojos asustados de Luck.
- Hola Campeón… buenos días. ¿Qué pasa? - dije levantándome y hablándole despacio para no despertar a Kate que seguía durmiendo.
- Tengo ganas de hacer pis, pero… me da miedo… - dijo estremeciéndose al escuchar los truenos que dejaba la tormenta a su paso.
- Bien colega, a mi también me dan miedo, así que, si tú me acompañas a mí, yo te acompaño a ti.
Lo cogí en brazos y lo lleve hacia el baño. Lo solté en el suelo y lo deje entrar.
- Tú espérame aquí fuera – dijo muy serio – los hombres no vamos juntos al baño, solo las chicas.
- Claro - dije sonriendo y me dispuse a esperarlo.
Me quede allí de pie, podía escuchar perfectamente como la fuerte tormenta no había parado aun y seguía con fuerza azotando la casa. Me imagine que al despertar, todo habría acabado pero estaba equivocado, esto solo acababa de empezar.
- Ya - dijo saliendo.
- Bien – entre y tras “vaciar mi deposito” volví donde se encontraba Luck.
- Tengo hambre Rick.
- Normal, ya es hora de desayunar. Hoy lo haremos nosotros, dejemos a mami descansar ¿te parece? – y el pequeño asintió feliz.
Nos fuimos a la cocina ambos decididos, a preparar algo para el desayuno, la verdad es que había poca comida, esperaba que la tormenta se acabara pronto sino… esta aventura se iba a poner fea.
- Rick, ¿Qué quieres ser de mayor? - preguntó el pequeño, haciéndome reír con la ocurrencia.
- ¿Por?
- Por saber…
- Supongo que escritor, ¿y tú?
- Quiero ser superhéroe - dijo sin pocos ánimos.
- ¿Si? Que guay ¿no? – dije siguiéndole la corriente… no esperaba esa respuesta.
- Si quiero salvar a mama y a otra gente. Pero… ¿se puede ser superhéroe si te dan miedo las tormentas? - preguntó mirando a su plato, aun vacío.
- Cariño…no pasa nada por tener miedos. Todos los superhéroes tienen alguno.
- ¿Ah sí?
- Claro.
- ¿Entonces podre serlo de mayor?
- Por supuesto, no creo que haya ningún problema con ello.
- ¡Guay! Tu podrías ser mi compañero - dijo ilusionado.
- Mira, yo puedo escribir tus historias, se me da mal ser superhéroe ¿comprendes?
- Vale, que chulí seria, comics sobre… - y paro de golpe.
- Todavía no tienes un nombre – le dije cuando lo vi pensativo.
- No, es muy complicado encontrar uno chulo. Están todos cogidos.
- Bueno, déjame pensar y encontraremos alguno que este bien.
- ¿Me ayudaras? - dijo serio concentrado en el plato de cereales que le acababa de preparar.
- Hombre… para eso soy tu escritor – Le deje comiendo y pensando en su nombre para ir a despertar a Kate - Voy a por mama, tú comete eso, enseguida vuelvo.
- Pero… - iba a decirme que tenía miedo… se le notaba en la cara.
- ¿Te digo un secreto? – le pregunte.
- Si – dijo acercando su cabecita a la mía para que susurrara mi secreto.
- Las tormentas no son de verdad. Las hacen la gente a través de luces y fuertes cañones de ruidos para asustarnos…
- Rick… eres un mentiroso - dijo riéndose.
- Bueno, tu no me creas, pero es verdad - dije con una sonrisa dejándole allí mientras iba a despertar a su madre.
Me la encontré dormida profundamente, en la misma posición que estaba cuando nos levantamos. Me acerque despacio, quería observarla de cerca y tranquila un poco más. Estaba un poco sudorosa para el frío que hacía y eso me extraño.
Me acerque un poco y con mi mano sobre su frente, comprobé su temperatura, estaba muy caliente. La llamé despacio para intentar despertarla y apenas podía mantener los ojos abiertos. Tenía mucha fiebre, debido seguramente al frío que paso ayer cuando fue en mi ayuda. Tenía que ayudarla como pudiera, devolverle el favor, bajarle esa fiebre lo más rápido posible.
CONTINUARÁ…
Mañana nuevo capítulo, espero vuestros comentarios esto se va poniendo serio.
Que paséis un buen día, ya queda poco para el estreno de la 8ª temporada de Castle que ganas.
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capítulo 9
Buenos días os dejo un nuevo capítulo, veremos cómo se porta Rick con ayuda de Luck como enfermeros de Kate. Espero que os guste. Mil gracias a todos.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 9
POV RICK
Tenía mucha fiebre debía actuar rápidamente, sino podía ponerse las cosas mucho peor y no tenía ayuda médica. Intente despertarla, pero apenas podía abrir los ojos que tenía llenos de cansancio, debido a la fiebre.
La deje temblando y fui al baño, espere que el agua saliera templada y puse el tapón. Deje que la bañera sola para que se llenara y volví a su lado. La destape y empezó a temblar, a pesar de tener una temperatura tan alta, tenía frio. Kate había pillado un enfriamiento nada recomendable con el temporal que nos asediaba aun en ese día - Lo siento, pero tengo que bajarte esta fiebre - dije mientras le quitaba la camiseta y el pantalón. La deje con su ropa interior. Sonreí ante el pensamiento de que aquello que estaba llevando a cabo, sería imposible, si Kate se encontrara en plenas facultades… ya me habría dado un par de tortas para ponerme en mi sitio.
Mis ojos la recorrían e intente contener las ganas de besarla que me asaltaban, aquel no era el momento me dije interiormente… aunque mi entrepierna no presto mucha atención a mis recriminaciones. Deje mis luchas internas, la levante entre mis brazos y la acerque hasta el baño, allí, lentamente para que no se sobresaltara, la fui sumergiendo en el agua. De repente, como si hubiera despertado de golpe, abrió los ojos e intento salir de la bañera, mojándome a mí en su vano intento de salir del agua y vaciando parcialmente la bañera. La abrace con todas mis fuerzas para que no se moviera mientras intentaba explicarle el motivo de mis hechos.
- Kate… sé que tienes frío, pero tenemos que bajar esa fiebre, esto te ayudara, créeme - dije intentando calmarla mientras le mojaba suavemente la cara quitándole algunas rebeldes hebras de pelo que cayeron cuando se estremeció anteriormente.
- Rick… - quiso decirme algo, pero intente impedírselo.
- Tranquila preciosa… solo un poco más y te sacaré de aquí - dije sonriéndole.
La atraje un poco hacia mi cuerpo mojándome en el proceso pero quería que se mantuviera lo más quieta posible para que no se hiciera daño.
Cuando pasaron diez minutos escuche como Luck aparecía justo tras de mí, estaba hablando de algo de sus superhéroes, pero callo al presenciar la situación tan comprometida.
- ¿Que le haces a mi mami? – pregunto asustado.
- Luck ven - dije para que se acercara - mami esta enfermita… tiene mucha fiebre y esto le ayudara a bajarla. ¿Me quieres ayudar? – le ofrecí para que se sintiera más a gusto.
- Si... - dijo mirándome triste.
- Se pondrá bien… tranquilo, ya lo veras, pero ahora tienes que traerme una toalla para secarla.
- Vale - dijo mientras salía del baño corriendo.
Cuando vino cargado con ella, la cogí en brazos colocándola entre mis brazos y luego levante a Kate y la envolví con ella para intentar calentarla un poco. La coloque suavemente sentada sobre la cama y empecé a secarla lo mejor que pude.
- ¿Estas mejor? - pregunté mirándola asustado por temor a su posible reacción.
- Si… - dijo con una voz apenas audible.
- Bien. Compi necesito que me traigas algo de ropa de mama.
- Vale.
Ahora llegaba un momento un poco incómodo necesitaba de ella para poder hacerlo algo menos incómodo.
- Kate necesito que te quites esta ropa mojada, ¿crees que podrás tu sola? – Asintió con la cabeza y seguí hablando – ¿Podrás preciosa? Debes secarte, a mí no me molestaría en absoluto hacerlo, pero creo que sería un poco incómodo para Luck.
Tenía los ojos medio cerrados, le suponía un esfuerzo mantenerlos abiertos, por lo que cuando volvió el pequeño con lo que le había solicitado, se la di en la mano
- Toma, aquí tienes esto, yo voy a darme la vuelta y mi compi te ayudara a que te seques y te pongas tu pijama limpio y seco – le dije mientras el niño asentía satisfecho de poder ayudar.
- Ya… - dijo con una voz apenas audible.
- Bien - dije girándome y viendo que ya estaba de nuevo lista para ponerse en la cama. La ayude y la arrope, había quitado algunas mantas, no debía sobrecalentarla, sino quería que volviera la fiebre que había conseguido que bajara un poco con el baño.
- Quédate ahí y no te muevas. Voy a prepararte algo de comer para que puedas tomarte un antitérmico, ¿tienes algo para la fiebre Kate?
- Si, en el botiquín – me respondió, se la notaba algo más fría y ya conseguía abrir un poco los ojos, a pesar de mantenerlos cerrados la mayor parte del tiempo, eso me tranquilizo – Rick – llamo cuando me di la vuelta para ir a por el medicamento, me gire y pude escuchar cómo me decía – Gracias…
- Tu lo hiciste por mi ayer… es lo menos… además… recuerda… siempre estaré ahí, cerca, siempre - dije sonriéndole mientras le acariciaba con ternura la mejilla.
Me fui a la cocina para prepararle un caldo al que añadí un poco de sopa. Había pocas cosas para cocinar, pero finalmente improvise e hice algo comestible. Rebusque entre sus medicinas que se encontraban en el lugar que me indico, solo halle paracetamol, esperaba que bastara, cogí los comprimidos y se los lleve. Luck seguía sentado junto a su madre, le tenía cogida la mano y se le veía preocupado.
- Cariño, no te preocupes, mami se va a poner bien, solo es un resfriado. Además, tiene a los mejores médicos del mundo que somos tú y yo, ¿a qué si?
- Si.
- Ven y me ayudaras – me siguió hasta la cocina y allí le di una botella con agua – Toma, llévale esto para que se tome la medicación – yo vendré ahora con la sopita que le estoy cocinando.
- Vale – dijo corriendo para llevárselo a su madre.
Hacía frío, necesitaba ir a buscar algo de leña para poder calentar la casa pero… toda la leña del exterior estaba mojada. Entonces recordé haber entrado algunas tablas donde estaban los animales, si conseguía llegar a allí y envolverla en plástico para que no se mojara… eso sí, si el establo aún estaba en pie.
Estaba decidido a ir a ver, pero necesitaba que Luck cuidara de Kate un momento, si se enteraba de lo que estaba planeando, intentaría levantarse y debía evitarlo.
- Ya se lo ha tomado Rick – dijo el niño entrando en la cocina.
- Muy bien campeón. Tengo que hacer algo pero necesito que me ayudes.
- ¿Cómo compañeros?
- Claro, como compañeros - dije sonriéndole, ese niño era adorable y su madre estaba haciendo un buen trabajo con su educación - quiero que vayas a la habitación con mama y la cuides. Quédate allí con ella hasta que yo entré para avisarte de que todo va bien.
- Vale. Pero… ¿Adónde vas?
- Solo voy a por algo para calentar un poco la casa, tranquilo.
- Aja… - asintió.
- No dejes salir a mami, recuérdalo.
- No la dejaré que se levante – respondió muy serio.
- Y dale muchos mimitos, la ayudaran a recuperarse.
- Claro… como hace ella cuando a mí me duele la tripa.
- Exacto.
- Vale, lo hare Rick, tranquilo.
Lo vi caminar hacia la habitación y cuando me cercioré de que estaba allí con Kate, cogí un chubasquero que había en la puerta y me lo puse para cubrirme lo máximo posible. Cuando abrí la puerta me recibió un fuerte viento que azotaba todo mi cuerpo. El suelo estaba embarrado por toda el agua que había caído durante la noche y que seguía cayendo insistentemente.
Me acerque despacio para no resbalar. Cuando llegue a la valla que delimitaba las dos propiedades, pude ver las ruinas de lo que había sido mi casa. El techo se había caído, dejando bajo sus restos las pocas pertenencias que había traído. En cambio, el establo estaba aguantando… podía ver algunas gallinas muertas tras haberse escapado seguramente por el agujero de la ventana rota. Deje mis sentimientos a un lado y corrí hacia el interior del lugar.
Cuando entré, me encontré a todos los animales juntos, asustados, pero vivos. Sabía que no debía tardar mucho para que Kate no se preocupara, pero mi moral me pedía gastar unos minutos en atender a esos pobres animales antes de marcharme, por si tardaba en volver. Vertí toda la comida que tenía en los comederos y llene todos los recipientes que pude de agua para que al menos tuvieran lo imprescindible.
Bajo la ventana, seguían las tablas que me servirían para calentar la casa de Kate. No podía cargar con mucho, pensé en coger una carretilla, pero como estaba el camino, era imposible llevarla de una casa a otra. Decidí llevar todo lo que me fuera posible con las manos, solo esperaba que la tormenta acabara ya de una vez por todas.
Cogí unas pocas tablas entre mis brazos y las tape con el amplio chubasquero antes de salir, eche un vistazo a todo y salí corriendo.
Cuando llegue deje caer mi carga al lado de la chimenea. A pesar del chubasquero, tenía todos los pantalones mojados. Me dirigí hacia el trastero donde había encontrado el día antes esta ropa que llevaba y cogí una nueva camisa y un pantalón, me cambié rápidamente y volví para encender el fuego.
Cuando sentí el calor en mis manos casi lloro de emoción, no me había dado cuenta de lo congelado que estaba hasta este momento. Ahora que ya tenía todo preparado y la sopa estaba lista decidí que era el momento de que Kate pudiera levantarse y sentarse calentita cerca de la chimenea.
Cuando entré en la habitación los encontré a ambos sentados sobre la cama, abrazados, y arropados, ambos riéndose, suspire algo más tranquilo, estaba claro que el paracetamol cumplió con su cometido y la fiebre estaba controlada.
- Hola – les salude con una amplia sonrisa.
- Hola - dijo Kate mirándome con ternura.
- La sopa está preparada. Déjame que te ayude - dije acercándome a la cama. Choque los cinco con el pequeño y después de algunos obstáculos, levante a Kate en mis brazos y la lleve al comedor, donde un fuego alegre crepitaba y mantenía iluminada la estancia.
La deje con suavidad en un sillón que había colocado cerca y sentí su mirada sobre mí, no pude evitar devolvérsela casi con timidez, esa mirada de cariño consiguió sonrojarme. Y no sé porque, a pesar de no ser el momento más indicado, sentí esa necesidad, esas ganas de besarla, de trasmitirle sin palabras todo lo se iba forjando dentro de mí.
Me aleje un poco para no caer en la tentación y fui a la cocina para preparar los platos para comer. Cuando volví, estaba de nuevo con Luck en brazos sonriendo. Parecía que la fiebre le había bajado y parecía que ya empezaba a ser ella de nuevo
- La comida esta lista.
- Gracias - dijo cogiendo su plato.
Comimos en silencio con el calor del hogar, sin mediar palabras, porque cuando notas que estas a gusto, no precisas hablar, los ojos se comunican y yo veía agradecimiento y un cierto cariño en esos ojos febriles. Sin contar la mirada de adoración del pequeño Luck que no dejaba de observar a su madre que comía feliz.
Cuando termino, le ofrecí un poco más, pero negó con la vista… se la veía cansada, pero mejor. Me acerque al baño para hacerme con otra pastilla y volví a su lado, le tendí mi mano con el comprimido y cuando lo cogió, me rozo con sus dedos, ambos nos miramos, los dos habíamos sentido esa descarga eléctrica que hacía que entre nosotros saltaran chispas.
No era solo yo que notaba esa conexión y ahora que había visto como ella también sentía lo mismo, iba a ser difícil esconderlo.
Esa mujer y su hijo se habían metido en mi corazón, y ahora si estaba seguro de que debía ayudarlos, a huir o a reparar su situación de una vez por todas. Pero no podía hacer nada, porque, teóricamente, yo no sabía lo que la había traído hasta ese inhóspito paraje, por lo que me encontraba atado de pies y manos. Hasta que ella no me diera un voto de confianza, yo no podía hacer nada para librarla de su carga.
CONTINUARÁ…
Espero que os haya gustado, esto parece que avanza y que ambos empiezan a sentir algo el uno por el otro.
Que tengáis un buen fin de semana, nos vemos el lunes con un nuevo capítulo…esto va avanzando.
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 9
POV RICK
Tenía mucha fiebre debía actuar rápidamente, sino podía ponerse las cosas mucho peor y no tenía ayuda médica. Intente despertarla, pero apenas podía abrir los ojos que tenía llenos de cansancio, debido a la fiebre.
La deje temblando y fui al baño, espere que el agua saliera templada y puse el tapón. Deje que la bañera sola para que se llenara y volví a su lado. La destape y empezó a temblar, a pesar de tener una temperatura tan alta, tenía frio. Kate había pillado un enfriamiento nada recomendable con el temporal que nos asediaba aun en ese día - Lo siento, pero tengo que bajarte esta fiebre - dije mientras le quitaba la camiseta y el pantalón. La deje con su ropa interior. Sonreí ante el pensamiento de que aquello que estaba llevando a cabo, sería imposible, si Kate se encontrara en plenas facultades… ya me habría dado un par de tortas para ponerme en mi sitio.
Mis ojos la recorrían e intente contener las ganas de besarla que me asaltaban, aquel no era el momento me dije interiormente… aunque mi entrepierna no presto mucha atención a mis recriminaciones. Deje mis luchas internas, la levante entre mis brazos y la acerque hasta el baño, allí, lentamente para que no se sobresaltara, la fui sumergiendo en el agua. De repente, como si hubiera despertado de golpe, abrió los ojos e intento salir de la bañera, mojándome a mí en su vano intento de salir del agua y vaciando parcialmente la bañera. La abrace con todas mis fuerzas para que no se moviera mientras intentaba explicarle el motivo de mis hechos.
- Kate… sé que tienes frío, pero tenemos que bajar esa fiebre, esto te ayudara, créeme - dije intentando calmarla mientras le mojaba suavemente la cara quitándole algunas rebeldes hebras de pelo que cayeron cuando se estremeció anteriormente.
- Rick… - quiso decirme algo, pero intente impedírselo.
- Tranquila preciosa… solo un poco más y te sacaré de aquí - dije sonriéndole.
La atraje un poco hacia mi cuerpo mojándome en el proceso pero quería que se mantuviera lo más quieta posible para que no se hiciera daño.
Cuando pasaron diez minutos escuche como Luck aparecía justo tras de mí, estaba hablando de algo de sus superhéroes, pero callo al presenciar la situación tan comprometida.
- ¿Que le haces a mi mami? – pregunto asustado.
- Luck ven - dije para que se acercara - mami esta enfermita… tiene mucha fiebre y esto le ayudara a bajarla. ¿Me quieres ayudar? – le ofrecí para que se sintiera más a gusto.
- Si... - dijo mirándome triste.
- Se pondrá bien… tranquilo, ya lo veras, pero ahora tienes que traerme una toalla para secarla.
- Vale - dijo mientras salía del baño corriendo.
Cuando vino cargado con ella, la cogí en brazos colocándola entre mis brazos y luego levante a Kate y la envolví con ella para intentar calentarla un poco. La coloque suavemente sentada sobre la cama y empecé a secarla lo mejor que pude.
- ¿Estas mejor? - pregunté mirándola asustado por temor a su posible reacción.
- Si… - dijo con una voz apenas audible.
- Bien. Compi necesito que me traigas algo de ropa de mama.
- Vale.
Ahora llegaba un momento un poco incómodo necesitaba de ella para poder hacerlo algo menos incómodo.
- Kate necesito que te quites esta ropa mojada, ¿crees que podrás tu sola? – Asintió con la cabeza y seguí hablando – ¿Podrás preciosa? Debes secarte, a mí no me molestaría en absoluto hacerlo, pero creo que sería un poco incómodo para Luck.
Tenía los ojos medio cerrados, le suponía un esfuerzo mantenerlos abiertos, por lo que cuando volvió el pequeño con lo que le había solicitado, se la di en la mano
- Toma, aquí tienes esto, yo voy a darme la vuelta y mi compi te ayudara a que te seques y te pongas tu pijama limpio y seco – le dije mientras el niño asentía satisfecho de poder ayudar.
- Ya… - dijo con una voz apenas audible.
- Bien - dije girándome y viendo que ya estaba de nuevo lista para ponerse en la cama. La ayude y la arrope, había quitado algunas mantas, no debía sobrecalentarla, sino quería que volviera la fiebre que había conseguido que bajara un poco con el baño.
- Quédate ahí y no te muevas. Voy a prepararte algo de comer para que puedas tomarte un antitérmico, ¿tienes algo para la fiebre Kate?
- Si, en el botiquín – me respondió, se la notaba algo más fría y ya conseguía abrir un poco los ojos, a pesar de mantenerlos cerrados la mayor parte del tiempo, eso me tranquilizo – Rick – llamo cuando me di la vuelta para ir a por el medicamento, me gire y pude escuchar cómo me decía – Gracias…
- Tu lo hiciste por mi ayer… es lo menos… además… recuerda… siempre estaré ahí, cerca, siempre - dije sonriéndole mientras le acariciaba con ternura la mejilla.
Me fui a la cocina para prepararle un caldo al que añadí un poco de sopa. Había pocas cosas para cocinar, pero finalmente improvise e hice algo comestible. Rebusque entre sus medicinas que se encontraban en el lugar que me indico, solo halle paracetamol, esperaba que bastara, cogí los comprimidos y se los lleve. Luck seguía sentado junto a su madre, le tenía cogida la mano y se le veía preocupado.
- Cariño, no te preocupes, mami se va a poner bien, solo es un resfriado. Además, tiene a los mejores médicos del mundo que somos tú y yo, ¿a qué si?
- Si.
- Ven y me ayudaras – me siguió hasta la cocina y allí le di una botella con agua – Toma, llévale esto para que se tome la medicación – yo vendré ahora con la sopita que le estoy cocinando.
- Vale – dijo corriendo para llevárselo a su madre.
Hacía frío, necesitaba ir a buscar algo de leña para poder calentar la casa pero… toda la leña del exterior estaba mojada. Entonces recordé haber entrado algunas tablas donde estaban los animales, si conseguía llegar a allí y envolverla en plástico para que no se mojara… eso sí, si el establo aún estaba en pie.
Estaba decidido a ir a ver, pero necesitaba que Luck cuidara de Kate un momento, si se enteraba de lo que estaba planeando, intentaría levantarse y debía evitarlo.
- Ya se lo ha tomado Rick – dijo el niño entrando en la cocina.
- Muy bien campeón. Tengo que hacer algo pero necesito que me ayudes.
- ¿Cómo compañeros?
- Claro, como compañeros - dije sonriéndole, ese niño era adorable y su madre estaba haciendo un buen trabajo con su educación - quiero que vayas a la habitación con mama y la cuides. Quédate allí con ella hasta que yo entré para avisarte de que todo va bien.
- Vale. Pero… ¿Adónde vas?
- Solo voy a por algo para calentar un poco la casa, tranquilo.
- Aja… - asintió.
- No dejes salir a mami, recuérdalo.
- No la dejaré que se levante – respondió muy serio.
- Y dale muchos mimitos, la ayudaran a recuperarse.
- Claro… como hace ella cuando a mí me duele la tripa.
- Exacto.
- Vale, lo hare Rick, tranquilo.
Lo vi caminar hacia la habitación y cuando me cercioré de que estaba allí con Kate, cogí un chubasquero que había en la puerta y me lo puse para cubrirme lo máximo posible. Cuando abrí la puerta me recibió un fuerte viento que azotaba todo mi cuerpo. El suelo estaba embarrado por toda el agua que había caído durante la noche y que seguía cayendo insistentemente.
Me acerque despacio para no resbalar. Cuando llegue a la valla que delimitaba las dos propiedades, pude ver las ruinas de lo que había sido mi casa. El techo se había caído, dejando bajo sus restos las pocas pertenencias que había traído. En cambio, el establo estaba aguantando… podía ver algunas gallinas muertas tras haberse escapado seguramente por el agujero de la ventana rota. Deje mis sentimientos a un lado y corrí hacia el interior del lugar.
Cuando entré, me encontré a todos los animales juntos, asustados, pero vivos. Sabía que no debía tardar mucho para que Kate no se preocupara, pero mi moral me pedía gastar unos minutos en atender a esos pobres animales antes de marcharme, por si tardaba en volver. Vertí toda la comida que tenía en los comederos y llene todos los recipientes que pude de agua para que al menos tuvieran lo imprescindible.
Bajo la ventana, seguían las tablas que me servirían para calentar la casa de Kate. No podía cargar con mucho, pensé en coger una carretilla, pero como estaba el camino, era imposible llevarla de una casa a otra. Decidí llevar todo lo que me fuera posible con las manos, solo esperaba que la tormenta acabara ya de una vez por todas.
Cogí unas pocas tablas entre mis brazos y las tape con el amplio chubasquero antes de salir, eche un vistazo a todo y salí corriendo.
Cuando llegue deje caer mi carga al lado de la chimenea. A pesar del chubasquero, tenía todos los pantalones mojados. Me dirigí hacia el trastero donde había encontrado el día antes esta ropa que llevaba y cogí una nueva camisa y un pantalón, me cambié rápidamente y volví para encender el fuego.
Cuando sentí el calor en mis manos casi lloro de emoción, no me había dado cuenta de lo congelado que estaba hasta este momento. Ahora que ya tenía todo preparado y la sopa estaba lista decidí que era el momento de que Kate pudiera levantarse y sentarse calentita cerca de la chimenea.
Cuando entré en la habitación los encontré a ambos sentados sobre la cama, abrazados, y arropados, ambos riéndose, suspire algo más tranquilo, estaba claro que el paracetamol cumplió con su cometido y la fiebre estaba controlada.
- Hola – les salude con una amplia sonrisa.
- Hola - dijo Kate mirándome con ternura.
- La sopa está preparada. Déjame que te ayude - dije acercándome a la cama. Choque los cinco con el pequeño y después de algunos obstáculos, levante a Kate en mis brazos y la lleve al comedor, donde un fuego alegre crepitaba y mantenía iluminada la estancia.
La deje con suavidad en un sillón que había colocado cerca y sentí su mirada sobre mí, no pude evitar devolvérsela casi con timidez, esa mirada de cariño consiguió sonrojarme. Y no sé porque, a pesar de no ser el momento más indicado, sentí esa necesidad, esas ganas de besarla, de trasmitirle sin palabras todo lo se iba forjando dentro de mí.
Me aleje un poco para no caer en la tentación y fui a la cocina para preparar los platos para comer. Cuando volví, estaba de nuevo con Luck en brazos sonriendo. Parecía que la fiebre le había bajado y parecía que ya empezaba a ser ella de nuevo
- La comida esta lista.
- Gracias - dijo cogiendo su plato.
Comimos en silencio con el calor del hogar, sin mediar palabras, porque cuando notas que estas a gusto, no precisas hablar, los ojos se comunican y yo veía agradecimiento y un cierto cariño en esos ojos febriles. Sin contar la mirada de adoración del pequeño Luck que no dejaba de observar a su madre que comía feliz.
Cuando termino, le ofrecí un poco más, pero negó con la vista… se la veía cansada, pero mejor. Me acerque al baño para hacerme con otra pastilla y volví a su lado, le tendí mi mano con el comprimido y cuando lo cogió, me rozo con sus dedos, ambos nos miramos, los dos habíamos sentido esa descarga eléctrica que hacía que entre nosotros saltaran chispas.
No era solo yo que notaba esa conexión y ahora que había visto como ella también sentía lo mismo, iba a ser difícil esconderlo.
Esa mujer y su hijo se habían metido en mi corazón, y ahora si estaba seguro de que debía ayudarlos, a huir o a reparar su situación de una vez por todas. Pero no podía hacer nada, porque, teóricamente, yo no sabía lo que la había traído hasta ese inhóspito paraje, por lo que me encontraba atado de pies y manos. Hasta que ella no me diera un voto de confianza, yo no podía hacer nada para librarla de su carga.
CONTINUARÁ…
Espero que os haya gustado, esto parece que avanza y que ambos empiezan a sentir algo el uno por el otro.
Que tengáis un buen fin de semana, nos vemos el lunes con un nuevo capítulo…esto va avanzando.
XXOO
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tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
Son dos enfermeros increibles... ay ese roce que crea el cariño... ;-)
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
capítulo 10
Buenos días, os dejo un nuevo capítulo, espero que os guste.
Hoy vuelve Castle por eso y por ser una semana especial mañana también habrá capítulo
Gracias a todos por los mensajes
Capítulo 10
POV KATE
Sentados, después de la comida delante de la chimenea… esa que el día antes estaba completamente apagada. Sabía que él había tenido que hacer algo para solucionarlo y me dividía entre darle las gracias o reñirle por haber arriesgado su vida tontamente. Luck estaba tumbado sobre mí con los ojos cerrados, dormidito.
- ¿Quieres que lo lleve a la cama? Seguramente estará mejor - dijo levantándose para cogerlo. Asentí con la cabeza y deje que lo llevara. Estaba muy cansado, por el día que habíamos tenido y la mala noche.
Solo esperaba que descansara, mientras tanto hablaría con Rick. Tenía que darla las gracias por cómo se había portado conmigo y también con Luck. Nos había cuidado… hacía tanto que… ¡Dios mío! No puedo pensar en eso ahora, es solo un amigo… ni siquiera sé si es eso, solo hace unos días que nos conocemos y… no sé si puedo confiar en él… ahora mismo solo me puedo fiar de unos pocos en esta vida y él no está entre ellos… a pesar de todo… cada día me siento mejor a su lado… a pesar de lo bien que se porta… a pesar de que hay algo dentro de mí que me grita que puedo fiarme.
- Rick llamando a Kate… tierra responda… - escuche mientras no retiraba la vista del fuego.
- Te oigo… pero me encanta mirar el fuego – le respondí como excusa.
- Está completamente dormido - dijo sonriendo y… esa sonrisa… No, no debía pensar en eso ahora… pero algo dentro de mí… me supera en estos momentos… es más, creo que si ahora tuviera que confiar mi vida a alguien, seria a él.
- Gracias - eso fue lo único que salió de mi boca...
- Tú cuidaste de mí también - dijo con esa sonrisa suya… única.
- No deberías haber salido.
- Pero a que ahora lo agradeces - dijo haciendo mención a como estaba arrimada a la chimenea casi hasta quemarme.
- Si…claro, pero podía haberte pasado algo, haber sido peor el remedio que la enfermedad.
- Lo se… pero estabas muy mal y pensé que las más importante ahora era que estuvieras bien y lo hice - dijo mirándome fijamente… sentí como con solo mirarme podía descubrir todos mis secretos y eso me dio miedo….
- Yo… gracias por preocuparte por nosotros… hacía tiempo que nadie…
- Will ¿nunca se preocupó por vosotros? - dijo sin pensar… - lo siento no debería…
- No, está bien - no quería hablar de ello pero… necesitaba desahogarme y no tenía con quien… ¿podía confiar en él? Debería arriesgarme, era lo que me estaba demostrando - Al principio supongo que si… todo era muy distinto.
- ¿Cuándo empezó…?
- Después de nacer Lucas… cuando tenía un año más o menos.
- ¿Por qué… por qué aguantaste tanto? No creo que seas una mujer así…
- ¿Una mujer cómo? - pregunté algo enojada.
- Que se deje pisotear. Lo siento… de verdad, es que no se por lo que estabas pasando. Pero me pareces una mujer tan fuerte… dura… que me cuesta creer que… aguantaras tanto tiempo que ese… te pusiera una mano encima - dijo casi enojado.
- Es fácil decirlo. Yo he trabajo… he visto muchos casos como el mío y siempre pensaba como tú. Pero cuando lo vives es distinto. Pensaba… sobre todo en Lucas.
- ¿Por? ¿También pego al niño? – me pregunto furioso.
- Will es… alguien importante… bueno, tiene contactos importantes… hubiera hecho lo posible para hacerme daño… me lo hubiera quitado… me hubiera alejado de él. Por eso… terminé huyendo, era la única manera de mantenerlo conmigo.
- ¿Por qué…? Cuando decidiste… - no sabía cómo explicarse pero sabía lo que quería preguntarme.
- Un día… llegó tras un viaje y… el caso no fue muy bien. Lo pagó conmigo. Pero esta vez fue distinto. Siempre hacía lo que podía por… por qué Lucas no se enterara. Pero se despertó por los golpes, no se… nos vio y él… intento que su padre dejara de… dejara de pegarme. Lo golpeó… por primera vez en su vida lo hizo… y ya no pude más… en ese instante sabía que solo podía hacer dos cosas… o huir o matarlo… y no tuve valor para hacer lo segundo.
Vi cómo se levantaba para acercarse a mí, seguramente para reconfortarme, pero no podía dejar que sobrepasara esa pared que había puesto entre los dos desde que lo conocí. Sentía esa necesidad de alejarlo… sabía que si se acercaba, al final, terminaría haciéndome daño… ya no podía fiarme de ningún hombre… nunca pensé que Will me hiciera lo que me hizo y ahora no podía fiarme de nadie.
- Kate… - dijo levantándome la vista que tenía fija en el suelo.
- No… te lo cuento, porque parece que tienes interés. Pero yo… no quiero hablar de ello… no quiero sentir tu lástima.
- No siento lástima – me dijo mirándome fijamente a los ojos, estaba arrodillado frente a mi mirándome con esos increíbles ojos azules que se oscurecieron al reflejarse en los míos - Siento orgullo de ti… siento rabia por no poder hacer nada… siento tristeza por Lucas… pero lástima no. Creo que eres una mujer luchadora, especial, increíble, extraordinaria… estoy orgulloso de ti y tu comportamiento… siento admiración por cómo eres… por cómo te desvives por ese niño… así que lástima no es la palabra Kate… pero si te diré una cosa, que si tuviera a ese cabrón aquí delante, yo… - dijo cerrando los puños con rabia.
No sabía que decirle… por un lado, quería gritarle que él no podía sentir eso que era imposible… por otro lado quería aferrarme a él y no soltarme nunca. Pero solo me mantuve en silencio mirando como las llamas consumían la leña… como poco a poco la madera se hacía ceniza por el calor abrasador que les rodeaba y yo sin quererlo me sentía así cuando estaba con él… sentía como mi pared de protección, todos mis recelos por él, por cualquiera que se acercara a nosotros, se convertían en ceniza cada vez que estaba a su lado.
- Creo que la tormenta está acabando ya - dije para evitar ese silencio que estaba matándome.
- Sí, parece que todo se está calmando un poco - dijo serio - Kate yo… siento haber sacado el tema… no debería…
- Está bien… quizás necesitaba… necesitaba sacarlo.
- Gracias por confiar en mí… por lo menos por hablarlo conmigo.
- Rick yo… sé que mereces… algo más, pero ahora mismo yo… no se…
- No puedes confiar en nadie, lo entiendo.
- Si - dije tragando saliva.
- Solo… déjame ganarme esa confianza… no me eches de tu vida… no te encierres tras esa pared de dolor y desconfianza, deja un paso abierto.
- Lo intentaré - dije dedicándole una pequeña sonrisa.
- Deberías irte a dormir… tienes que estar cansada, esta mañana la fiebre te dio fuerte. Con un poco de suerte pronto todo esto habrá acabado.
- Ojalá.
Me fui a levantar pero antes ni siquiera de ponerme de pie ya lo tenía allí a mi lado para ayudarme. Sentía que era como Will al principio y eso me daba mucho miedo. Eso hizo que me enamorase de él… y si luego cambiaba… y si luego era como Will… no puedo… no puedo tirar mi muro, porque luego seré incapaz de levantarlo de nuevo. Tengo que alejarme un poco… ojalá toda esta tormenta se acabe y pueda alejarlo de mí… necesitaba espacio… necesitaba mi espacio, no podía dejar que se acercara tanto, y no solo a mí, sino a mi hijo…
POV RICK
La deje tumbada en la cama y me coloque en el otro lado con Lucas entre los dos. Quería tenerla cerca, protegerla… pero también quería abrazarla… besarla… no sé qué me pasaba pero cada minuto que pasaba a su lado, se me hacía cada vez más complicado evitar tocarla, mirarla sin pudor. Sabía cómo se debía sentirse, ahora mismo, tenía que odiar a todos los hombres, que le costaría mucho confiar en mí pero… lo intentaría, ¿qué podía hacer para ganarme su confianza?… y más teniendo en cuenta de que ya le había mentido. Pero… ¿cómo le decía la verdad? si lo hacía, sin duda, sí que la perdería para siempre, entonces sí que no tendría ninguna posibilidad de estar con ella de ninguna manera.
Necesitaba despejar mi mente, en ese estado no conseguiría dormir, necesitaba una copa. Me levanté y me senté en el sillón que ella había estado usando hacía un rato. Allí estaba aún la manta con la que se había arropado antes y la cogí para arroparme, olía a ella, a ese jabón o perfume que usaba, con ese olor tan particular a frescor y dulzor a la vez. Me llene de ese aroma mientras la chimenea estaba dando quemando las últimas brasas, apenas daba ya claridad en la noche cerrada. El aire ya no soplaba con tanta fuerza y la lluvia había cesado. Parecía que la tormenta había seguido su camino, pero dejando a su paso…muchos destrozos… muchas dudas… muchas preguntas… y escombros, humanos, materiales y dolorosos.
- Hola – escuche a mi espalda.
- Hola - respondí sobresaltándome.
- ¿Qué… que haces despierto?
- No podía dormir, ¿y tú?
- Tampoco - dijo sentándose en el sillón de al lado. Cogí la manta y nos arrope a los dos con ella.
- La tormenta parece que se ha ido.
- Me alegro.
- Yo también – le dije y era en serio, a pesar de que pensaba por momentos que había perdido la oportunidad de… no sabía muy bien de qué.
- ¿Aún no ha vuelto la electricidad?
- No.
- Ni el teléfono.
- No, seguimos incomunicados.
- ¡Dios! Lanie me va a matar.
- ¿Lanie?
- Si… es una amiga… llama todos los días para saber de nosotros.
- Pero… si te llama pueden descubrir donde estas… - dije exaltándome.
- Jajaja, no soy tonta… tenemos un móvil desechable que cambia todas las semanas para que no puedan seguir la llamadas.
- Lo siento, a veces olvido que eras policía.
- ¿Cómo sabes eso? – había metido la pata… me acababa de dar cuenta, se me había escapado información que no debía.
- Porque… me lo abras dicho… seguramente - dije intentando salir de donde me había metido.
- No… no lo dije.
- Pues me lo habrá dicho Lucas.
- Él no lo dice nunca, no creo ni que lo sepa.
- Pues no lo sé… puede que lo imaginara, como dijiste que te habías encontrado con muchos casos como el tuyo no sé… solo lo supuse.
- Am - dijo mirándome de reojo, sin creerme, pero al menos lo dejo pasar.
- ¿Has dicho que Lucas no sabe que eres poli?
- Bueno, lo deje cuando estaba embarazada… no volví a ejercer nunca más.
- ¿Por qué? ¿Por Will? ¿Él no te dejo?
- No… fue decisión mía.
- ¿Por qué? ¿No era lo que querías?
- Es lo que soy, a pesar de que ha pasado el tiempo. Pero estaba cansada de ocultar mis lesiones… no podía seguir trabajando allí cuando… por lo que yo tenía en casa… no me sentía cómoda. Y además ya me estaba quedando sin excusa para los golpes aunque solía evitar que se vieran.
- Lo siento.
- Bueno… a pasado tiempo, ya lo he asumido… era buena en ello pero… ahora solo pienso en Lucas.
- A lo mejor alguna vez puedas volver al cuerpo.
- No creo…
- No pierdas nunca la esperanza Kate… nunca se sabe… nunca…
CONTINUARÁ…
Mañana nuevo capítulo, hoy a disfrutar de CASTLE de nuevo que ganas
Gracias a todos
XXOO
Twitter: tamyalways
Hoy vuelve Castle por eso y por ser una semana especial mañana también habrá capítulo
Gracias a todos por los mensajes
Capítulo 10
POV KATE
Sentados, después de la comida delante de la chimenea… esa que el día antes estaba completamente apagada. Sabía que él había tenido que hacer algo para solucionarlo y me dividía entre darle las gracias o reñirle por haber arriesgado su vida tontamente. Luck estaba tumbado sobre mí con los ojos cerrados, dormidito.
- ¿Quieres que lo lleve a la cama? Seguramente estará mejor - dijo levantándose para cogerlo. Asentí con la cabeza y deje que lo llevara. Estaba muy cansado, por el día que habíamos tenido y la mala noche.
Solo esperaba que descansara, mientras tanto hablaría con Rick. Tenía que darla las gracias por cómo se había portado conmigo y también con Luck. Nos había cuidado… hacía tanto que… ¡Dios mío! No puedo pensar en eso ahora, es solo un amigo… ni siquiera sé si es eso, solo hace unos días que nos conocemos y… no sé si puedo confiar en él… ahora mismo solo me puedo fiar de unos pocos en esta vida y él no está entre ellos… a pesar de todo… cada día me siento mejor a su lado… a pesar de lo bien que se porta… a pesar de que hay algo dentro de mí que me grita que puedo fiarme.
- Rick llamando a Kate… tierra responda… - escuche mientras no retiraba la vista del fuego.
- Te oigo… pero me encanta mirar el fuego – le respondí como excusa.
- Está completamente dormido - dijo sonriendo y… esa sonrisa… No, no debía pensar en eso ahora… pero algo dentro de mí… me supera en estos momentos… es más, creo que si ahora tuviera que confiar mi vida a alguien, seria a él.
- Gracias - eso fue lo único que salió de mi boca...
- Tú cuidaste de mí también - dijo con esa sonrisa suya… única.
- No deberías haber salido.
- Pero a que ahora lo agradeces - dijo haciendo mención a como estaba arrimada a la chimenea casi hasta quemarme.
- Si…claro, pero podía haberte pasado algo, haber sido peor el remedio que la enfermedad.
- Lo se… pero estabas muy mal y pensé que las más importante ahora era que estuvieras bien y lo hice - dijo mirándome fijamente… sentí como con solo mirarme podía descubrir todos mis secretos y eso me dio miedo….
- Yo… gracias por preocuparte por nosotros… hacía tiempo que nadie…
- Will ¿nunca se preocupó por vosotros? - dijo sin pensar… - lo siento no debería…
- No, está bien - no quería hablar de ello pero… necesitaba desahogarme y no tenía con quien… ¿podía confiar en él? Debería arriesgarme, era lo que me estaba demostrando - Al principio supongo que si… todo era muy distinto.
- ¿Cuándo empezó…?
- Después de nacer Lucas… cuando tenía un año más o menos.
- ¿Por qué… por qué aguantaste tanto? No creo que seas una mujer así…
- ¿Una mujer cómo? - pregunté algo enojada.
- Que se deje pisotear. Lo siento… de verdad, es que no se por lo que estabas pasando. Pero me pareces una mujer tan fuerte… dura… que me cuesta creer que… aguantaras tanto tiempo que ese… te pusiera una mano encima - dijo casi enojado.
- Es fácil decirlo. Yo he trabajo… he visto muchos casos como el mío y siempre pensaba como tú. Pero cuando lo vives es distinto. Pensaba… sobre todo en Lucas.
- ¿Por? ¿También pego al niño? – me pregunto furioso.
- Will es… alguien importante… bueno, tiene contactos importantes… hubiera hecho lo posible para hacerme daño… me lo hubiera quitado… me hubiera alejado de él. Por eso… terminé huyendo, era la única manera de mantenerlo conmigo.
- ¿Por qué…? Cuando decidiste… - no sabía cómo explicarse pero sabía lo que quería preguntarme.
- Un día… llegó tras un viaje y… el caso no fue muy bien. Lo pagó conmigo. Pero esta vez fue distinto. Siempre hacía lo que podía por… por qué Lucas no se enterara. Pero se despertó por los golpes, no se… nos vio y él… intento que su padre dejara de… dejara de pegarme. Lo golpeó… por primera vez en su vida lo hizo… y ya no pude más… en ese instante sabía que solo podía hacer dos cosas… o huir o matarlo… y no tuve valor para hacer lo segundo.
Vi cómo se levantaba para acercarse a mí, seguramente para reconfortarme, pero no podía dejar que sobrepasara esa pared que había puesto entre los dos desde que lo conocí. Sentía esa necesidad de alejarlo… sabía que si se acercaba, al final, terminaría haciéndome daño… ya no podía fiarme de ningún hombre… nunca pensé que Will me hiciera lo que me hizo y ahora no podía fiarme de nadie.
- Kate… - dijo levantándome la vista que tenía fija en el suelo.
- No… te lo cuento, porque parece que tienes interés. Pero yo… no quiero hablar de ello… no quiero sentir tu lástima.
- No siento lástima – me dijo mirándome fijamente a los ojos, estaba arrodillado frente a mi mirándome con esos increíbles ojos azules que se oscurecieron al reflejarse en los míos - Siento orgullo de ti… siento rabia por no poder hacer nada… siento tristeza por Lucas… pero lástima no. Creo que eres una mujer luchadora, especial, increíble, extraordinaria… estoy orgulloso de ti y tu comportamiento… siento admiración por cómo eres… por cómo te desvives por ese niño… así que lástima no es la palabra Kate… pero si te diré una cosa, que si tuviera a ese cabrón aquí delante, yo… - dijo cerrando los puños con rabia.
No sabía que decirle… por un lado, quería gritarle que él no podía sentir eso que era imposible… por otro lado quería aferrarme a él y no soltarme nunca. Pero solo me mantuve en silencio mirando como las llamas consumían la leña… como poco a poco la madera se hacía ceniza por el calor abrasador que les rodeaba y yo sin quererlo me sentía así cuando estaba con él… sentía como mi pared de protección, todos mis recelos por él, por cualquiera que se acercara a nosotros, se convertían en ceniza cada vez que estaba a su lado.
- Creo que la tormenta está acabando ya - dije para evitar ese silencio que estaba matándome.
- Sí, parece que todo se está calmando un poco - dijo serio - Kate yo… siento haber sacado el tema… no debería…
- Está bien… quizás necesitaba… necesitaba sacarlo.
- Gracias por confiar en mí… por lo menos por hablarlo conmigo.
- Rick yo… sé que mereces… algo más, pero ahora mismo yo… no se…
- No puedes confiar en nadie, lo entiendo.
- Si - dije tragando saliva.
- Solo… déjame ganarme esa confianza… no me eches de tu vida… no te encierres tras esa pared de dolor y desconfianza, deja un paso abierto.
- Lo intentaré - dije dedicándole una pequeña sonrisa.
- Deberías irte a dormir… tienes que estar cansada, esta mañana la fiebre te dio fuerte. Con un poco de suerte pronto todo esto habrá acabado.
- Ojalá.
Me fui a levantar pero antes ni siquiera de ponerme de pie ya lo tenía allí a mi lado para ayudarme. Sentía que era como Will al principio y eso me daba mucho miedo. Eso hizo que me enamorase de él… y si luego cambiaba… y si luego era como Will… no puedo… no puedo tirar mi muro, porque luego seré incapaz de levantarlo de nuevo. Tengo que alejarme un poco… ojalá toda esta tormenta se acabe y pueda alejarlo de mí… necesitaba espacio… necesitaba mi espacio, no podía dejar que se acercara tanto, y no solo a mí, sino a mi hijo…
POV RICK
La deje tumbada en la cama y me coloque en el otro lado con Lucas entre los dos. Quería tenerla cerca, protegerla… pero también quería abrazarla… besarla… no sé qué me pasaba pero cada minuto que pasaba a su lado, se me hacía cada vez más complicado evitar tocarla, mirarla sin pudor. Sabía cómo se debía sentirse, ahora mismo, tenía que odiar a todos los hombres, que le costaría mucho confiar en mí pero… lo intentaría, ¿qué podía hacer para ganarme su confianza?… y más teniendo en cuenta de que ya le había mentido. Pero… ¿cómo le decía la verdad? si lo hacía, sin duda, sí que la perdería para siempre, entonces sí que no tendría ninguna posibilidad de estar con ella de ninguna manera.
Necesitaba despejar mi mente, en ese estado no conseguiría dormir, necesitaba una copa. Me levanté y me senté en el sillón que ella había estado usando hacía un rato. Allí estaba aún la manta con la que se había arropado antes y la cogí para arroparme, olía a ella, a ese jabón o perfume que usaba, con ese olor tan particular a frescor y dulzor a la vez. Me llene de ese aroma mientras la chimenea estaba dando quemando las últimas brasas, apenas daba ya claridad en la noche cerrada. El aire ya no soplaba con tanta fuerza y la lluvia había cesado. Parecía que la tormenta había seguido su camino, pero dejando a su paso…muchos destrozos… muchas dudas… muchas preguntas… y escombros, humanos, materiales y dolorosos.
- Hola – escuche a mi espalda.
- Hola - respondí sobresaltándome.
- ¿Qué… que haces despierto?
- No podía dormir, ¿y tú?
- Tampoco - dijo sentándose en el sillón de al lado. Cogí la manta y nos arrope a los dos con ella.
- La tormenta parece que se ha ido.
- Me alegro.
- Yo también – le dije y era en serio, a pesar de que pensaba por momentos que había perdido la oportunidad de… no sabía muy bien de qué.
- ¿Aún no ha vuelto la electricidad?
- No.
- Ni el teléfono.
- No, seguimos incomunicados.
- ¡Dios! Lanie me va a matar.
- ¿Lanie?
- Si… es una amiga… llama todos los días para saber de nosotros.
- Pero… si te llama pueden descubrir donde estas… - dije exaltándome.
- Jajaja, no soy tonta… tenemos un móvil desechable que cambia todas las semanas para que no puedan seguir la llamadas.
- Lo siento, a veces olvido que eras policía.
- ¿Cómo sabes eso? – había metido la pata… me acababa de dar cuenta, se me había escapado información que no debía.
- Porque… me lo abras dicho… seguramente - dije intentando salir de donde me había metido.
- No… no lo dije.
- Pues me lo habrá dicho Lucas.
- Él no lo dice nunca, no creo ni que lo sepa.
- Pues no lo sé… puede que lo imaginara, como dijiste que te habías encontrado con muchos casos como el tuyo no sé… solo lo supuse.
- Am - dijo mirándome de reojo, sin creerme, pero al menos lo dejo pasar.
- ¿Has dicho que Lucas no sabe que eres poli?
- Bueno, lo deje cuando estaba embarazada… no volví a ejercer nunca más.
- ¿Por qué? ¿Por Will? ¿Él no te dejo?
- No… fue decisión mía.
- ¿Por qué? ¿No era lo que querías?
- Es lo que soy, a pesar de que ha pasado el tiempo. Pero estaba cansada de ocultar mis lesiones… no podía seguir trabajando allí cuando… por lo que yo tenía en casa… no me sentía cómoda. Y además ya me estaba quedando sin excusa para los golpes aunque solía evitar que se vieran.
- Lo siento.
- Bueno… a pasado tiempo, ya lo he asumido… era buena en ello pero… ahora solo pienso en Lucas.
- A lo mejor alguna vez puedas volver al cuerpo.
- No creo…
- No pierdas nunca la esperanza Kate… nunca se sabe… nunca…
CONTINUARÁ…
Mañana nuevo capítulo, hoy a disfrutar de CASTLE de nuevo que ganas
Gracias a todos
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Fecha de inscripción : 04/09/2015
Capítulo 11
Os dejo un nuevo capítulo, ansiosa por saber que os parece cómo va la historia. Gracias a todos por seguir ahí y a mi compi por todo su trabajo, por estar ahí…
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 11
POV KATE
Me desperté al sentir los rayos de sol sobre mi cara. ¿Rayos de sol? hacía dos días que no los había visto. Me giré y lo que me encontré
dibujó una sonrisa en mi cara. Mi pequeño Luck abrazado a Rick… como cuando era más pequeño y Will lo acunaba…
Suspire por los malos recuerdos y me levante tras mirarlos durante un rato. Porque… porque no podía mostrarme según sentía… me gustaba mucho este hombre, pero luego pensaba en lo que Will me había hecho y lo alejaba de mí. Cualquier cosa por pequeña que fuera me hacía desconfiar, yo nunca fui así y ahora…
Mire el teléfono y comprobé que tenía señal, sonreí ante aquella buena noticia. Necesitaba hablar con Lanie, sabía que tenía que estar preocupada, además, hablar con ella me ayudaría en esta locura de sentimientos encontrados que tenía.
Mire el reloj, a esa hora estaría trabajando, o quizás estaba de camino, para saber si estaba viva, conociéndola tenía que estar de los nervios.
- ¿Hola?
- Hola.
- ¡Dios Kate…! me tenías muy preocupada.
- Lo sé… hemos tenido una fuerte tormenta y se fue la luz.
- Estaba a punto de coger un avión para ir a verte.
- Me alegro de que no lo hayas hecho.
- Kate no lo hubiera hecho si hubiera sabido de ti, no te voy a poner en peligro.
- Lo sé, lo siento, es que estoy algo… no se… mis instintos de poli me tienen un poco a la defensiva.
- Yo confío mucho en tus instintos y lo sabes… pero a veces te excedes con ellos.
- Nada, tranquila, no sé… estoy algo nerviosa, es solo eso.
- Kate ¿Qué pasa? Te conozco mejor que a ti misma, así que desembucha.
- Yo… ¿te acuerdas del vecino del que te hable?
- Sí, del que no te fiabas.
- Si.
- ¿Qué?
- A pasado estos días con nosotros porque su casa no estaba preparada para la tormenta y nos ha cuidado a los dos. Y ahora… ¡buf!
- Kate que pasa ¿te gusta? - dijo mientras sonreía… no la veía pero note…
- No… bueno si… no sé, estoy hecha un lio Lanie.
- Kate… ¿Qué tal si te aclaras?
- Vale, vale… me gusta.
- ¿Entonces? ¿Qué pasa? No creo que no sienta lo mismo si ha cuidado de vosotros como me has dicho.
- Si, lo hizo… me puse algo enferma y cuido de mí y se ocupó de Luck… se porta muy bien con él…
- ¿Pero? Porque te conozco y después de todo eso, hay un pero.
- No puedo confiar en él.
- ¿Ha hecho algo para que no te fíes?
- No… o si… no sé, la verdad.
- Estas espesa hoy ¡eh!
- De acuerdo… vale, me gusta… se porta bien con nosotros, pero hay algo… no sé.
- Kate ¿estas segura que esto no es por Will?
- Confíe en él y ahora mira como estoy - dije sin poder evitar las lágrimas de rabia.
- Cariño… no puedes apartar tu vida por Will. No puede condicionarte tanto… eso es lo que él quiere. No dejes que te gane esta batalla. No todos son iguales… no son como Will… Kate confía en tu instinto… si le has dejado estar cerca de Lucas, no puede ser tan malo ¿no?
- Lo cierto, es que es un encanto de persona, pero… es algo que me supera, cuando noto su cercanía, algo hace que lo repela, que lo aleje de mí… veo a Will en él… lo sé, es una locura pero… mi subconsciente actúa sin pedirme permiso…
- Kate, relájate, déjate llevar. Despacio… conócelo… pero si te gusta, no lo alejes Kate… quizás es el hombre de tu vida. Quien sabe…
- Si… ya - dije sonriendo.
- Kate… prométeme que te darás un oportunidad… si te gusta, no lo alejes cariño…
- Lo intentare, pero… no sé si podré.
- Seguro que puedes… te mereces ser feliz.
- Te quiero mucho, ¿sabías?
- Y yo a ti amiga mía… mañana te llamo y más te vale cogerlo y que me des buenas noticias sobre ese macizorro.
- Lanie… - la regañe escandalizada.
- Adiós bombón.
- Adiós.
La llamé porque sabía lo que me iba a decir, precisaba escucharlo de alguien. No sabía que era lo que sentía pero, necesitaba un empujón, para dar el paso pero aún no estaba preparada. Tiempo era la palabra exacta, necesitaba conocerlo mejor… necesitaba dejar que se acercara a mí para ver si dentro había lo que yo quería que hubiera… para conseguir esa confianza que necesitaba en esos instantes. Pero, ¿y si se ponían las cosas feas? ¿Estaría a mi lado? ¿Quería meterlo en este lío? Estaría en peligro… si Will nos encontraba. Sentada en la mesa de la cocina con una taza de café en mis manos, mi mente daba vueltas y vueltas a algo que ni siquiera me había planteado nunca después de lo del padre de Luck, volver a fiarme de un hombre lo suficiente como para empezar una relación.
- Hola - dijo justo en mi espalda haciendo que me sobresaltara.
- Hola – le respondí seria… aún seguía inmersa en mis dudas.
- Ha vuelto la luz.
- Si.
- ¿Estás bien? - me preguntó con el ceño fruncido.
- Si… solo llame a una amiga.
- ¡Ah! ¿Lanie, verdad? – Tenia buena memoria – Voy a ver como esta lo que queda de la casa y los animales.
- Puedo acompañarte.
- Mejor ocúpate del pequeñajo - dijo señalando la habitación donde aún dormía.
- De acuerdo, claro.
- Vendré en un rato. Solo voy a arreglar lo principal. Luego iré al pueblo si puedo para conseguir algo de comida.
- Vale.
- Nos vemos luego.
- Claro, si - dije sonriéndole y me devolvió la sonrisa. Lo vi alejarse hacia donde había estado su casa y sentí algo extraño en el estómago, como si se marchara para siempre, sabía que iba a volver, pero esa presión en mi pecho, me daba mala espina - Rick.
- ¿Si? – respondió girándose.
- Ten cuidado por favor.
- Lo tendré - dijo con una gran sonrisa.
Lo deje ir y empecé a hacer el desayuno para Luck. Cuando estaba acabando llegó muy sonriente y casi saltando y se agarró a mis piernas.
- Hola cariño.
- Hola mami.
- ¿Por qué estás tan contento?
- Porque ya no hay tormenta.
- No, se fue. Pero todavía no podemos salir de casa. Quizás mañana el terreno este mejor. No quiero que te hagas daño.
-Vale. Tengo hambre – dijo entusiasmado.
- Todo listo peque - dije dándole un pequeño beso y colocándole su desayuno delante.
Pasaron unas horas desde que Rick se fue. Empecé por colocar un poco la casa mientras Luck se entretenía un poco dibujando. Estaba llegando el momento de comer y pensé en ir a por Rick para que comiera con nosotros.
- Luck ¿Qué haces? – pregunte gritando, no sabía dónde se había metido.
- Estoy haciéndole un collar a Rick – escuche su voz, venía desde su habitación.
- ¿Ah sí? – le dije cuando llegue y vi todo lo que tenía preparado en el suelo.
- Si… él es mi amigo – me explico.
- ¿Con macarrones?
- Si… nos lo enseñaron en el cole. ¿Crees que le gustara?
- Seguro cariño. Voy a por el para que venga a comer mientras acabas, después recoge. No te muevas de aquí.
- Vale mami - dijo sin mirarme enfrascado en su tarea.
Salí al exterior por primera vez desde la tormenta, y después de respirar el aire fresco, ande hasta la que fue la casa de Rick… o lo que quedaba de ella. Lo encontré retirando los escombros de la casa, se le veía agotado y estaba todo embarrado. Agarraba un trozo de madera bastante pesado y se le escurrió de las manos, enfurecido, le pego una puerta patada haciéndose daño involuntariamente en el pie, se le notaba enfadado.
- Así no vas a solucionar nada - dije sobresaltándole, pero al mirarme me sonrió… con esa sonrisa tan especial, que tanto me gustaba.
- Bueno… como lo harías tú.
- No sé, quizás con una sonrisa y algo más de delicadeza - dije riéndome y haciéndole reír.
- Tú lo consigues todo con una sonrisa, ¿no?
- Venga. Deja eso… es la hora de la comida.
- Tengo mucho que hacer todavía…
- Eso puede esperar. Además Luck quiere verte.
- Si te pones así… no puedo negarme – dijo levantando las manos en señal de rendición.
- Deberías darte una ducha.
- ¿No te gusto así? - dijo acercándose a mí y abriendo los brazos para atraparme entre ellos.
- Ni se te ocurra… - pero antes de poder acabar mi amenaza tenía ya toda la cara pringada de barro - te vas a enterar - dije corriendo tras de él.
Pero con tanta mala suerte que tropecé y si no llega a ser por él, que me agarro fuerte por la cintura, mínimo me tendrían que haber puesto un par de puntos en la cabeza. Podía sentirlo tan cerca… sentir su cuerpo caliente y sudado sobre el mío… sus manos sobre mi cintura abrazándome con fuerza para evitar mi caída… su aliento cerca de mi boca… y su mirada sobre mis labios, que empecé a sentirme incomoda y acalorada. Debió notar mi turbación e incomodidad, porque, gracias a Dios, se alejó de mí.
- Gracias - dije en apenas un susurro.
- Creo que te manche la ropa - dijo acercándose para limpiarme, pero me aleje de su toque porque me ponía muy nerviosa - lo siento – dijo alejándose y dándome un trapo, medianamente limpio para que me quitara el barro de la cara.
- No, está bien. Deberíamos irnos, creo que ambos necesitamos una ducha ahora… cada uno por su lado – aclare, al ver su cara de pícaro… me sonroje y cuando vi que no me miraba no pude evitar sonreír ante toda esta tontería… ante este estúpido juego que acabamos de vivir ¿Qué podía haber pasado si Will nunca hubiera estado en mi vida? ¿Qué hubiera pasado si Will no estuviera siempre en mi mente recordándome todo el daño que me había hecho? No lo sé… quizá le habría permitido besarlo y dejarme llevar, pero ahora mismo no podía permitirme que nada pasara… no podía…
Caminamos juntos pero un poco alejados el uno del otro… lo sentía tranquilo a mi lado, incluso sin mirarlo, sabía que tenía una sonrisa en la cara. Cuando entramos, enseguida vino Luck a recibirnos.
- Habéis tardado mucho.
- Lo siento cielo.
- Hola campeón - dijo Rick intentando tocarlo.
- No, que me ensucias… mami… mami - empezó a gritar entre risas corriendo mientras Rick le perseguía con las manos llenas de porquería.
- Anda, deja de jugar y vete a duchar - le regañe con una sonrisa – no sé quién de los dos es mas crio.
Al rato, salió con su pelo mojado y oliendo a limpio… Siendo sinceros, era muy guapo y hasta ahora no me había fijado bien, pero… era un hombre muy atractivo… todo un seductor. ¡Dios mío Kate! Me grite a mí misma al notar como me sonrojaba mientras le miraba atentamente.
- Rick… tengo algo para ti - dijo Luck agarrándole del pantalón.
- ¿Ah sí? – le dijo sentándose a la mesa.
- Te he hecho esto… como somos amigos… - dijo algo vergonzoso… preocupado por la reacción de Rick.
- ¡Oh! Cariño - dijo Rick al ver un collar hecho con macarrones de colores algo destartalado - me encanta… es un gran regalo… ahora me siento mal… yo no tenga nada para darte.
- No pasa nada - dijo ya más sonriente, como liberado por la reacción tan fantástica que había tenido Rick con él.
- ¿Me ayudas a ponérmelo?
- Claro - dijo ayudándole.
CONTINUARÁ…
Ya van cogiendo confianza…y Kate cada vez está más tentada para lanzarse a sus brazos jaja. Bueno veremos a ver como continúan ahora que parece que la tormenta se ha ido pero eso sí…la casa de Rick sigue derruida en algún lugar tendrá que dormir. Mañana nos vemos con un nuevo capítulo.
Estoy comiéndome las uñas para poder ver por fin el inicio de temporada de Castle.
XXOO
Twitter:tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 11
POV KATE
Me desperté al sentir los rayos de sol sobre mi cara. ¿Rayos de sol? hacía dos días que no los había visto. Me giré y lo que me encontré
dibujó una sonrisa en mi cara. Mi pequeño Luck abrazado a Rick… como cuando era más pequeño y Will lo acunaba…
Suspire por los malos recuerdos y me levante tras mirarlos durante un rato. Porque… porque no podía mostrarme según sentía… me gustaba mucho este hombre, pero luego pensaba en lo que Will me había hecho y lo alejaba de mí. Cualquier cosa por pequeña que fuera me hacía desconfiar, yo nunca fui así y ahora…
Mire el teléfono y comprobé que tenía señal, sonreí ante aquella buena noticia. Necesitaba hablar con Lanie, sabía que tenía que estar preocupada, además, hablar con ella me ayudaría en esta locura de sentimientos encontrados que tenía.
Mire el reloj, a esa hora estaría trabajando, o quizás estaba de camino, para saber si estaba viva, conociéndola tenía que estar de los nervios.
- ¿Hola?
- Hola.
- ¡Dios Kate…! me tenías muy preocupada.
- Lo sé… hemos tenido una fuerte tormenta y se fue la luz.
- Estaba a punto de coger un avión para ir a verte.
- Me alegro de que no lo hayas hecho.
- Kate no lo hubiera hecho si hubiera sabido de ti, no te voy a poner en peligro.
- Lo sé, lo siento, es que estoy algo… no se… mis instintos de poli me tienen un poco a la defensiva.
- Yo confío mucho en tus instintos y lo sabes… pero a veces te excedes con ellos.
- Nada, tranquila, no sé… estoy algo nerviosa, es solo eso.
- Kate ¿Qué pasa? Te conozco mejor que a ti misma, así que desembucha.
- Yo… ¿te acuerdas del vecino del que te hable?
- Sí, del que no te fiabas.
- Si.
- ¿Qué?
- A pasado estos días con nosotros porque su casa no estaba preparada para la tormenta y nos ha cuidado a los dos. Y ahora… ¡buf!
- Kate que pasa ¿te gusta? - dijo mientras sonreía… no la veía pero note…
- No… bueno si… no sé, estoy hecha un lio Lanie.
- Kate… ¿Qué tal si te aclaras?
- Vale, vale… me gusta.
- ¿Entonces? ¿Qué pasa? No creo que no sienta lo mismo si ha cuidado de vosotros como me has dicho.
- Si, lo hizo… me puse algo enferma y cuido de mí y se ocupó de Luck… se porta muy bien con él…
- ¿Pero? Porque te conozco y después de todo eso, hay un pero.
- No puedo confiar en él.
- ¿Ha hecho algo para que no te fíes?
- No… o si… no sé, la verdad.
- Estas espesa hoy ¡eh!
- De acuerdo… vale, me gusta… se porta bien con nosotros, pero hay algo… no sé.
- Kate ¿estas segura que esto no es por Will?
- Confíe en él y ahora mira como estoy - dije sin poder evitar las lágrimas de rabia.
- Cariño… no puedes apartar tu vida por Will. No puede condicionarte tanto… eso es lo que él quiere. No dejes que te gane esta batalla. No todos son iguales… no son como Will… Kate confía en tu instinto… si le has dejado estar cerca de Lucas, no puede ser tan malo ¿no?
- Lo cierto, es que es un encanto de persona, pero… es algo que me supera, cuando noto su cercanía, algo hace que lo repela, que lo aleje de mí… veo a Will en él… lo sé, es una locura pero… mi subconsciente actúa sin pedirme permiso…
- Kate, relájate, déjate llevar. Despacio… conócelo… pero si te gusta, no lo alejes Kate… quizás es el hombre de tu vida. Quien sabe…
- Si… ya - dije sonriendo.
- Kate… prométeme que te darás un oportunidad… si te gusta, no lo alejes cariño…
- Lo intentare, pero… no sé si podré.
- Seguro que puedes… te mereces ser feliz.
- Te quiero mucho, ¿sabías?
- Y yo a ti amiga mía… mañana te llamo y más te vale cogerlo y que me des buenas noticias sobre ese macizorro.
- Lanie… - la regañe escandalizada.
- Adiós bombón.
- Adiós.
La llamé porque sabía lo que me iba a decir, precisaba escucharlo de alguien. No sabía que era lo que sentía pero, necesitaba un empujón, para dar el paso pero aún no estaba preparada. Tiempo era la palabra exacta, necesitaba conocerlo mejor… necesitaba dejar que se acercara a mí para ver si dentro había lo que yo quería que hubiera… para conseguir esa confianza que necesitaba en esos instantes. Pero, ¿y si se ponían las cosas feas? ¿Estaría a mi lado? ¿Quería meterlo en este lío? Estaría en peligro… si Will nos encontraba. Sentada en la mesa de la cocina con una taza de café en mis manos, mi mente daba vueltas y vueltas a algo que ni siquiera me había planteado nunca después de lo del padre de Luck, volver a fiarme de un hombre lo suficiente como para empezar una relación.
- Hola - dijo justo en mi espalda haciendo que me sobresaltara.
- Hola – le respondí seria… aún seguía inmersa en mis dudas.
- Ha vuelto la luz.
- Si.
- ¿Estás bien? - me preguntó con el ceño fruncido.
- Si… solo llame a una amiga.
- ¡Ah! ¿Lanie, verdad? – Tenia buena memoria – Voy a ver como esta lo que queda de la casa y los animales.
- Puedo acompañarte.
- Mejor ocúpate del pequeñajo - dijo señalando la habitación donde aún dormía.
- De acuerdo, claro.
- Vendré en un rato. Solo voy a arreglar lo principal. Luego iré al pueblo si puedo para conseguir algo de comida.
- Vale.
- Nos vemos luego.
- Claro, si - dije sonriéndole y me devolvió la sonrisa. Lo vi alejarse hacia donde había estado su casa y sentí algo extraño en el estómago, como si se marchara para siempre, sabía que iba a volver, pero esa presión en mi pecho, me daba mala espina - Rick.
- ¿Si? – respondió girándose.
- Ten cuidado por favor.
- Lo tendré - dijo con una gran sonrisa.
Lo deje ir y empecé a hacer el desayuno para Luck. Cuando estaba acabando llegó muy sonriente y casi saltando y se agarró a mis piernas.
- Hola cariño.
- Hola mami.
- ¿Por qué estás tan contento?
- Porque ya no hay tormenta.
- No, se fue. Pero todavía no podemos salir de casa. Quizás mañana el terreno este mejor. No quiero que te hagas daño.
-Vale. Tengo hambre – dijo entusiasmado.
- Todo listo peque - dije dándole un pequeño beso y colocándole su desayuno delante.
Pasaron unas horas desde que Rick se fue. Empecé por colocar un poco la casa mientras Luck se entretenía un poco dibujando. Estaba llegando el momento de comer y pensé en ir a por Rick para que comiera con nosotros.
- Luck ¿Qué haces? – pregunte gritando, no sabía dónde se había metido.
- Estoy haciéndole un collar a Rick – escuche su voz, venía desde su habitación.
- ¿Ah sí? – le dije cuando llegue y vi todo lo que tenía preparado en el suelo.
- Si… él es mi amigo – me explico.
- ¿Con macarrones?
- Si… nos lo enseñaron en el cole. ¿Crees que le gustara?
- Seguro cariño. Voy a por el para que venga a comer mientras acabas, después recoge. No te muevas de aquí.
- Vale mami - dijo sin mirarme enfrascado en su tarea.
Salí al exterior por primera vez desde la tormenta, y después de respirar el aire fresco, ande hasta la que fue la casa de Rick… o lo que quedaba de ella. Lo encontré retirando los escombros de la casa, se le veía agotado y estaba todo embarrado. Agarraba un trozo de madera bastante pesado y se le escurrió de las manos, enfurecido, le pego una puerta patada haciéndose daño involuntariamente en el pie, se le notaba enfadado.
- Así no vas a solucionar nada - dije sobresaltándole, pero al mirarme me sonrió… con esa sonrisa tan especial, que tanto me gustaba.
- Bueno… como lo harías tú.
- No sé, quizás con una sonrisa y algo más de delicadeza - dije riéndome y haciéndole reír.
- Tú lo consigues todo con una sonrisa, ¿no?
- Venga. Deja eso… es la hora de la comida.
- Tengo mucho que hacer todavía…
- Eso puede esperar. Además Luck quiere verte.
- Si te pones así… no puedo negarme – dijo levantando las manos en señal de rendición.
- Deberías darte una ducha.
- ¿No te gusto así? - dijo acercándose a mí y abriendo los brazos para atraparme entre ellos.
- Ni se te ocurra… - pero antes de poder acabar mi amenaza tenía ya toda la cara pringada de barro - te vas a enterar - dije corriendo tras de él.
Pero con tanta mala suerte que tropecé y si no llega a ser por él, que me agarro fuerte por la cintura, mínimo me tendrían que haber puesto un par de puntos en la cabeza. Podía sentirlo tan cerca… sentir su cuerpo caliente y sudado sobre el mío… sus manos sobre mi cintura abrazándome con fuerza para evitar mi caída… su aliento cerca de mi boca… y su mirada sobre mis labios, que empecé a sentirme incomoda y acalorada. Debió notar mi turbación e incomodidad, porque, gracias a Dios, se alejó de mí.
- Gracias - dije en apenas un susurro.
- Creo que te manche la ropa - dijo acercándose para limpiarme, pero me aleje de su toque porque me ponía muy nerviosa - lo siento – dijo alejándose y dándome un trapo, medianamente limpio para que me quitara el barro de la cara.
- No, está bien. Deberíamos irnos, creo que ambos necesitamos una ducha ahora… cada uno por su lado – aclare, al ver su cara de pícaro… me sonroje y cuando vi que no me miraba no pude evitar sonreír ante toda esta tontería… ante este estúpido juego que acabamos de vivir ¿Qué podía haber pasado si Will nunca hubiera estado en mi vida? ¿Qué hubiera pasado si Will no estuviera siempre en mi mente recordándome todo el daño que me había hecho? No lo sé… quizá le habría permitido besarlo y dejarme llevar, pero ahora mismo no podía permitirme que nada pasara… no podía…
Caminamos juntos pero un poco alejados el uno del otro… lo sentía tranquilo a mi lado, incluso sin mirarlo, sabía que tenía una sonrisa en la cara. Cuando entramos, enseguida vino Luck a recibirnos.
- Habéis tardado mucho.
- Lo siento cielo.
- Hola campeón - dijo Rick intentando tocarlo.
- No, que me ensucias… mami… mami - empezó a gritar entre risas corriendo mientras Rick le perseguía con las manos llenas de porquería.
- Anda, deja de jugar y vete a duchar - le regañe con una sonrisa – no sé quién de los dos es mas crio.
Al rato, salió con su pelo mojado y oliendo a limpio… Siendo sinceros, era muy guapo y hasta ahora no me había fijado bien, pero… era un hombre muy atractivo… todo un seductor. ¡Dios mío Kate! Me grite a mí misma al notar como me sonrojaba mientras le miraba atentamente.
- Rick… tengo algo para ti - dijo Luck agarrándole del pantalón.
- ¿Ah sí? – le dijo sentándose a la mesa.
- Te he hecho esto… como somos amigos… - dijo algo vergonzoso… preocupado por la reacción de Rick.
- ¡Oh! Cariño - dijo Rick al ver un collar hecho con macarrones de colores algo destartalado - me encanta… es un gran regalo… ahora me siento mal… yo no tenga nada para darte.
- No pasa nada - dijo ya más sonriente, como liberado por la reacción tan fantástica que había tenido Rick con él.
- ¿Me ayudas a ponérmelo?
- Claro - dijo ayudándole.
CONTINUARÁ…
Ya van cogiendo confianza…y Kate cada vez está más tentada para lanzarse a sus brazos jaja. Bueno veremos a ver como continúan ahora que parece que la tormenta se ha ido pero eso sí…la casa de Rick sigue derruida en algún lugar tendrá que dormir. Mañana nos vemos con un nuevo capítulo.
Estoy comiéndome las uñas para poder ver por fin el inicio de temporada de Castle.
XXOO
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tamyalways- Autor de best-seller
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Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
Sigeeee ke se junteeeen
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
capítulo 12
Buenos días, os dejo un nuevo capítulo. Gracias a castle&beckett..cris por su comentario. Espero que os siga gustando todavía queda mucho
Gracias a mi compi Ladydkl por su trabajo y su paciencia.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 12
POV RICK
Comimos los tres juntos, entre risas… me encantaba verlos hablar… ojala pudieran hacerlo más a menudo. Cuando acabamos de recoger toda la mesa, Luck se marchó a jugar con sus juguetes y yo me quede con Kate en la cocina sin saber muy bien que hacer.
- ¿Te apetece un café? – me ofreció amablemente.
- Si, gracias.
Me coloco una taza delante y se sentó en la silla de enfrente. Intentaba entablar conversación, quería hablar, pero le estaba costando empezar. Me mantuve tranquilo esperando a que se decidiera, si es que lo hacía.
- Gracias.
- ¿Gracias? - pregunté sorprendido mirándole esos preciosos ojos verdes que le brillaban tanto o más que las estrellas.
- Si… por aceptar el regalo de Luck. Estaba preocupado por si no te gustaba. Sé que no es gran cosa pero para él era importante.
- Oye… que me encanta, además, me sienta bien ¿no te parece? - dije enseñándoselo entre mis manos y haciéndola reír con ello. Esa mujer necesitaba reír más, estaba tan bonita cuando lo hacía.
- En serio Rick… de verdad, gracias.
- Soy yo quien tengo que darle las gracias a ese pequeñajo… y a ti, por permitirme forma parte de su vida por este corto tiempo…
- Esperemos que sea más largo - dijo más seria.
- Claro… esperemos… ¿Quién sabe?
- Rick, veras, sé que… a veces, soy un poco… fría… por decirlo de algún modo.
- ¿Quién te ha dicho que eres fría? No lo eres Kate… créeme - dije riéndome - se lo que quieres decir… pero a mí me basta… por ahora. Además, esa sonrisa tuya – dije mirándola a los ojos pidiendo permiso para tocarla, y ella asintió, acerque mi mano y con mi dedo índice acaricie levemente, solo con un suave roce, sus labios – es cualquier cosa, menos fría-dije sin poder apartar mi mirada de su boca…de sus labios.
Se sonrojo y bajo la vista avergonzándose de su rubor. Comprendí que había dado un gran paso con ella y que ahora precisaba espacio. Por lo que me termine mi café y le conté lo que pensaba hacer.
- Voy a ir al pueblo a por algunas cosas.
- De acuerdo, te deje una lista en la entrada, ¿podrás traernos algunas cosas para nosotros? por favor, también hay dinero junto a la lista.
- Por supuesto. Nos vemos en un rato.
Me monte al volante de mi coche e inicie el camino al pueblo. La última vez que pase por ese lugar fue hacia casi una semana, pero el camino fue mucho más fácil, esta vez una gran rama de árbol me impedía continuar. Estábamos aislados hasta que no retiraran esa rama, pero para ello necesitaría ayuda y algunos materiales con los que no contaba y ya empezaba a anochecer… tendría que esperar para quitar el obstáculo.
Volví al coche y después de dar la vuelta volví a la que desde hacía una par de días era mi casa… mi hogar. Entre con una sonrisa, me sentía muy afortunado…
-Hola familia – dije dejando las llaves en la entrada.
- Hola, has vuelto pronto.
- Tenemos un pequeño problema. La carretera está cortada por árboles que han caído con el temporal… mañana veré si puedo hacerme cargo de ello, pero estaba empezando a anochecer.
- Hiciste bien en volver – me dijo Kate.
Me senté a jugar un buen rato con Luck… me encantaba pasar tiempo con él… me divertía mucho. Y aunque nunca pensé en tener hijos, la verdad es que no se me daría mal… y si era como Luck, no me quejaría nunca de tener uno.
De repente empezó a sonar mi teléfono y cuando mire quien me llamaba decidí disculparme y salir al exterior para que Kate no pudiera oír la conversación.
- Hola hermano.
- Hola Rick.
- ¿Tienes algo de tiempo?
- ¿Me echabas de menos?
- ¿Dónde andas? ¿Te mando trabajo y lo dejas? Eso no se hace hermano.
- No tenía sentido seguir.
- ¿Estás seguro? Creo que podría haber sido un trabajo que podía haberte llevado al primer puesto entre los detectives privados.
- Ya lo estoy… mi vida no dependía de este caso - dije sonriendo.
- Hermano… ya sabes la publicidad que te habría dado el caso.
- Lo sé… pero ya le dije a Sorenson que era perder el tiempo.
- ¿De verdad crees que están muertos?
- Si, si estuvieran vivos ya los habría encontrado.
- Vale… vale… te creo - dijo y sentí una presión el pecho por estar mintiéndole al que para mí, era un hermano… y me dolía tener que hacerlo - pero Sorenson no va a parar.
- ¿Qué quieres decir?
- Que ha contratado a otro. Y no a cualquiera, a Dick Coonan. Así que ten cuidado.
- No sé porque lo dices.
- Yo si lo sé… si hay una mujer guapa de por medio, pierdes toda lucidez - dijo riéndose… me conocía de verdad, pero esta vez no era por eso… o al menos, no solo por eso… también por un niño pequeño y por hacer justicia… por defender a dos inocentes. Él problema venía con el nombre de Dick Coonan, más que un detective privado, era un matón… un asesino… si le daba permiso Sorenson, la mataría sin dudarlo y mataría a todos los que se interpusieran para evitarlo. Ahora más que nunca tenía que estar en alerta, porque tendría que cuidar de ellos más que nunca. Coonan haría lo que hiciera falta para encontrarlos, sin importar a quien tenga que matar para conseguirlo…
- Hermano tengo que dejarte. Pero ¿puedo pedirte un favor? – esperaba no se negara a lo que iba a pedirle, sino lo tendría muy complicado.
- Claro, lo que sea.
- ¿Me avisas con los avances de Coonan? Solo quiero saber si se me paso algo a mí… ya sabes lo competitivo que soy.
- Eso está hecho. Pero ten cuidado y disfruta de tus vacaciones.
- Nos vemos pronto.
Esas noticias no me gustaban nada… estaban en peligro… tenía que intentar convencerlos para que nos fuéramos de aquí lo más rápido posible. Quizás también debía avisar a sus amigos quizás estarían en peligro. Esa sería una llamada que tendría que hacer pero… necesitaba convencerlos de marcharnos como fuera… si yo los encontré, Coonan también daría con el lugar… solo esperaba que tardará un poco para que pudiera conseguir lo necesario.
Primero averiguaría el número de Lanie, sería fácil mirar el teléfono de Kate, luego llamaría a mi hombre para que me consiguiera nuevos pasaportes. Pero antes tenía que tranquilizarme para que no me notaran nada. Sabía que esto era importante a la vez que peligroso pero ¿para qué preocuparles antes de tiempo? Sería mejor que no supieran nada de nada… cuando tuviera todo preparado, los convencería.
- Hola – dije entrando en la cocina buscando al pequeño para seguir con nuestros juegos.
- Hola – respondió Kate enfrascada con la preparación de la cena.
- ¿Dónde está Luck? – le pregunte al no verlo por allí.
- Está lavándose las manos para poder cenar – me aclaro - ¿todo bien?
- Si - dije mirándola con una sonrisa, para ocultar el miedo que sentía en esos momentos.
- ¿Seguro? – era tremendamente lista, había notado mis dudas.
- Claro ¿por? – dije intentando despistarla.
- No sé, te veo raro… ¿malas noticias? - dijo señalando el móvil que aún mantenía en mis manos.
- ¡Oh! algo así… es mi editora, metiéndome prisa para el próximo libro.
- Pues… no sé yo… llevas aquí dos días y no te he visto escribir nada.
- Ya… prefiero disfrutar de esto… de la compañía - dije sonriendo.
- Venga, mentiroso, prepárate para la cena, a ver si lo haces mejor que mentir – me dijo tirándome un trapo que tenía ella en la mano.
Cuando acabamos de cenar, Luck se fue a dormir a su cama enseguida… parecía cansado, cosas de niños supuse, porque yo, por mucho trabajo que hubiera echo hoy, no iba a poder dormir. Y menos si pensaba en la dichosa llamada… en la llamada que los ponía en peligro y me ponía a mí en alerta.
- Rick… Rick…
- ¿Si? – dije sorprendido… estaba en mi mundo pensando posibles estrategias y no repare en que me llamaba.
- No estabas escuchando. ¿Dónde estabas?
- Solo pensaba – le confesé.
- ¿En qué?
- En… vosotros - dije sin poder mentirle.
- ¿En nosotros? – pregunto extrañada.
- Si… en que me gustaría poder ayudaros con todo esto.
- Estamos bien.
- Ya pero… no estáis completamente a salvo. Me gustaría que estuvierais en algún lugar donde fuera imposible que os molestaran.
- Rick… aunque no te lo diga… aunque no te lo demuestre… nos has ayudado mucho desde que llegaste… esto antes de tu llegada era un infierno… sobre todo con Luck… estaba solo y contigo, es feliz. Nunca estaremos a salvo mientras Will viva pero tenerte alrededor al menos lo hace más divertido… más ameno… así que gracias de nuevo.
- Gracias por aceptarme… y por hablar conmigo - dije haciéndola reír… y disfrute de esa sonrisa suya tan preciosa… como si se colara de repente un rayo de sol por una pequeña rendija.
- Debería… acostarme.
- Claro… si, buenas noches… yo estaré bien en el sofá.
- No seas tonto… ya hemos compartido antes cama, sería tonto que te quedarás aquí, incómodo en este sofá cuando…
- Vale… no hace falta que supliques más, dormiré contigo - dije riéndome y haciéndola sonreír a la vez que se sonrojaba.
- Nada de…
- Tranquila… aprecio demasiado mi cuello.
- Más te vale – dijo tirándome un cojín por la cabeza.
Mientras ella fue al baño para cambiarse, yo me cambié rápidamente y me metí en mi lado de la cama. Qué raro resulta esto… nunca antes había tenido lado de la cama… supongo que porque nunca me duraban mucho mis parejas como para tener que elegir lado en la cama. Esa era mi antigua vida… la que yo pensaba que era divertida… la que me gustaba, pero era porque no conocía una vida en familia… con Kate, con Luck, esta sí que sería una buena vida.
Salió del baño y me quede boquiabierto. Llevaba un pantalón largo de pijama y una camiseta que dejaba su cuello al aire. Poder ver sus hombros… su clavícula… ¡Dios ayúdame! Implore en mi mente, porque no sé si podré quedarme quieto mucho tiempo con esta belleza a mi lado. Se tumbó a mi lado boca arriba, como estaba yo. Ambos nos quedamos un rato en silencio hasta que escuche como Kate carraspeaba.
- ¿Puedes apagar la luz?
- ¡Oh! Sí, claro… lo siento - dije girándome para apagarla.
- Buenas noches.
- Buenas noches - le respondí tragando todo el aire que había estado manteniendo desde que se tumbó allí a mi lado. Esta mujer era increíble y sin duda sería mi perdición. Ya de momento, había hecho que dejara mi primer trabajo sin acabar… por ella había dejado un trabajo a medias… por ella sería capaz de hacer lo que fuera por salvarla, por mantenerla a salvo… aunque tuviera que cambiar mi vida por completo… aunque tenga que irme lejos de aquí… aunque nunca más vuelva a mi antigua vida. Pero ella merecía todo eso, todo y más.
CONTINUARÁ…
Una noche, solos en la cama y ambos sintiendo algo el uno por el otro, veremos si aguantan sin tocarse jaja.
Bueno espero como siempre vuestros comentarios y nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
Gracias a mi compi Ladydkl por su trabajo y su paciencia.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 12
POV RICK
Comimos los tres juntos, entre risas… me encantaba verlos hablar… ojala pudieran hacerlo más a menudo. Cuando acabamos de recoger toda la mesa, Luck se marchó a jugar con sus juguetes y yo me quede con Kate en la cocina sin saber muy bien que hacer.
- ¿Te apetece un café? – me ofreció amablemente.
- Si, gracias.
Me coloco una taza delante y se sentó en la silla de enfrente. Intentaba entablar conversación, quería hablar, pero le estaba costando empezar. Me mantuve tranquilo esperando a que se decidiera, si es que lo hacía.
- Gracias.
- ¿Gracias? - pregunté sorprendido mirándole esos preciosos ojos verdes que le brillaban tanto o más que las estrellas.
- Si… por aceptar el regalo de Luck. Estaba preocupado por si no te gustaba. Sé que no es gran cosa pero para él era importante.
- Oye… que me encanta, además, me sienta bien ¿no te parece? - dije enseñándoselo entre mis manos y haciéndola reír con ello. Esa mujer necesitaba reír más, estaba tan bonita cuando lo hacía.
- En serio Rick… de verdad, gracias.
- Soy yo quien tengo que darle las gracias a ese pequeñajo… y a ti, por permitirme forma parte de su vida por este corto tiempo…
- Esperemos que sea más largo - dijo más seria.
- Claro… esperemos… ¿Quién sabe?
- Rick, veras, sé que… a veces, soy un poco… fría… por decirlo de algún modo.
- ¿Quién te ha dicho que eres fría? No lo eres Kate… créeme - dije riéndome - se lo que quieres decir… pero a mí me basta… por ahora. Además, esa sonrisa tuya – dije mirándola a los ojos pidiendo permiso para tocarla, y ella asintió, acerque mi mano y con mi dedo índice acaricie levemente, solo con un suave roce, sus labios – es cualquier cosa, menos fría-dije sin poder apartar mi mirada de su boca…de sus labios.
Se sonrojo y bajo la vista avergonzándose de su rubor. Comprendí que había dado un gran paso con ella y que ahora precisaba espacio. Por lo que me termine mi café y le conté lo que pensaba hacer.
- Voy a ir al pueblo a por algunas cosas.
- De acuerdo, te deje una lista en la entrada, ¿podrás traernos algunas cosas para nosotros? por favor, también hay dinero junto a la lista.
- Por supuesto. Nos vemos en un rato.
Me monte al volante de mi coche e inicie el camino al pueblo. La última vez que pase por ese lugar fue hacia casi una semana, pero el camino fue mucho más fácil, esta vez una gran rama de árbol me impedía continuar. Estábamos aislados hasta que no retiraran esa rama, pero para ello necesitaría ayuda y algunos materiales con los que no contaba y ya empezaba a anochecer… tendría que esperar para quitar el obstáculo.
Volví al coche y después de dar la vuelta volví a la que desde hacía una par de días era mi casa… mi hogar. Entre con una sonrisa, me sentía muy afortunado…
-Hola familia – dije dejando las llaves en la entrada.
- Hola, has vuelto pronto.
- Tenemos un pequeño problema. La carretera está cortada por árboles que han caído con el temporal… mañana veré si puedo hacerme cargo de ello, pero estaba empezando a anochecer.
- Hiciste bien en volver – me dijo Kate.
Me senté a jugar un buen rato con Luck… me encantaba pasar tiempo con él… me divertía mucho. Y aunque nunca pensé en tener hijos, la verdad es que no se me daría mal… y si era como Luck, no me quejaría nunca de tener uno.
De repente empezó a sonar mi teléfono y cuando mire quien me llamaba decidí disculparme y salir al exterior para que Kate no pudiera oír la conversación.
- Hola hermano.
- Hola Rick.
- ¿Tienes algo de tiempo?
- ¿Me echabas de menos?
- ¿Dónde andas? ¿Te mando trabajo y lo dejas? Eso no se hace hermano.
- No tenía sentido seguir.
- ¿Estás seguro? Creo que podría haber sido un trabajo que podía haberte llevado al primer puesto entre los detectives privados.
- Ya lo estoy… mi vida no dependía de este caso - dije sonriendo.
- Hermano… ya sabes la publicidad que te habría dado el caso.
- Lo sé… pero ya le dije a Sorenson que era perder el tiempo.
- ¿De verdad crees que están muertos?
- Si, si estuvieran vivos ya los habría encontrado.
- Vale… vale… te creo - dijo y sentí una presión el pecho por estar mintiéndole al que para mí, era un hermano… y me dolía tener que hacerlo - pero Sorenson no va a parar.
- ¿Qué quieres decir?
- Que ha contratado a otro. Y no a cualquiera, a Dick Coonan. Así que ten cuidado.
- No sé porque lo dices.
- Yo si lo sé… si hay una mujer guapa de por medio, pierdes toda lucidez - dijo riéndose… me conocía de verdad, pero esta vez no era por eso… o al menos, no solo por eso… también por un niño pequeño y por hacer justicia… por defender a dos inocentes. Él problema venía con el nombre de Dick Coonan, más que un detective privado, era un matón… un asesino… si le daba permiso Sorenson, la mataría sin dudarlo y mataría a todos los que se interpusieran para evitarlo. Ahora más que nunca tenía que estar en alerta, porque tendría que cuidar de ellos más que nunca. Coonan haría lo que hiciera falta para encontrarlos, sin importar a quien tenga que matar para conseguirlo…
- Hermano tengo que dejarte. Pero ¿puedo pedirte un favor? – esperaba no se negara a lo que iba a pedirle, sino lo tendría muy complicado.
- Claro, lo que sea.
- ¿Me avisas con los avances de Coonan? Solo quiero saber si se me paso algo a mí… ya sabes lo competitivo que soy.
- Eso está hecho. Pero ten cuidado y disfruta de tus vacaciones.
- Nos vemos pronto.
Esas noticias no me gustaban nada… estaban en peligro… tenía que intentar convencerlos para que nos fuéramos de aquí lo más rápido posible. Quizás también debía avisar a sus amigos quizás estarían en peligro. Esa sería una llamada que tendría que hacer pero… necesitaba convencerlos de marcharnos como fuera… si yo los encontré, Coonan también daría con el lugar… solo esperaba que tardará un poco para que pudiera conseguir lo necesario.
Primero averiguaría el número de Lanie, sería fácil mirar el teléfono de Kate, luego llamaría a mi hombre para que me consiguiera nuevos pasaportes. Pero antes tenía que tranquilizarme para que no me notaran nada. Sabía que esto era importante a la vez que peligroso pero ¿para qué preocuparles antes de tiempo? Sería mejor que no supieran nada de nada… cuando tuviera todo preparado, los convencería.
- Hola – dije entrando en la cocina buscando al pequeño para seguir con nuestros juegos.
- Hola – respondió Kate enfrascada con la preparación de la cena.
- ¿Dónde está Luck? – le pregunte al no verlo por allí.
- Está lavándose las manos para poder cenar – me aclaro - ¿todo bien?
- Si - dije mirándola con una sonrisa, para ocultar el miedo que sentía en esos momentos.
- ¿Seguro? – era tremendamente lista, había notado mis dudas.
- Claro ¿por? – dije intentando despistarla.
- No sé, te veo raro… ¿malas noticias? - dijo señalando el móvil que aún mantenía en mis manos.
- ¡Oh! algo así… es mi editora, metiéndome prisa para el próximo libro.
- Pues… no sé yo… llevas aquí dos días y no te he visto escribir nada.
- Ya… prefiero disfrutar de esto… de la compañía - dije sonriendo.
- Venga, mentiroso, prepárate para la cena, a ver si lo haces mejor que mentir – me dijo tirándome un trapo que tenía ella en la mano.
Cuando acabamos de cenar, Luck se fue a dormir a su cama enseguida… parecía cansado, cosas de niños supuse, porque yo, por mucho trabajo que hubiera echo hoy, no iba a poder dormir. Y menos si pensaba en la dichosa llamada… en la llamada que los ponía en peligro y me ponía a mí en alerta.
- Rick… Rick…
- ¿Si? – dije sorprendido… estaba en mi mundo pensando posibles estrategias y no repare en que me llamaba.
- No estabas escuchando. ¿Dónde estabas?
- Solo pensaba – le confesé.
- ¿En qué?
- En… vosotros - dije sin poder mentirle.
- ¿En nosotros? – pregunto extrañada.
- Si… en que me gustaría poder ayudaros con todo esto.
- Estamos bien.
- Ya pero… no estáis completamente a salvo. Me gustaría que estuvierais en algún lugar donde fuera imposible que os molestaran.
- Rick… aunque no te lo diga… aunque no te lo demuestre… nos has ayudado mucho desde que llegaste… esto antes de tu llegada era un infierno… sobre todo con Luck… estaba solo y contigo, es feliz. Nunca estaremos a salvo mientras Will viva pero tenerte alrededor al menos lo hace más divertido… más ameno… así que gracias de nuevo.
- Gracias por aceptarme… y por hablar conmigo - dije haciéndola reír… y disfrute de esa sonrisa suya tan preciosa… como si se colara de repente un rayo de sol por una pequeña rendija.
- Debería… acostarme.
- Claro… si, buenas noches… yo estaré bien en el sofá.
- No seas tonto… ya hemos compartido antes cama, sería tonto que te quedarás aquí, incómodo en este sofá cuando…
- Vale… no hace falta que supliques más, dormiré contigo - dije riéndome y haciéndola sonreír a la vez que se sonrojaba.
- Nada de…
- Tranquila… aprecio demasiado mi cuello.
- Más te vale – dijo tirándome un cojín por la cabeza.
Mientras ella fue al baño para cambiarse, yo me cambié rápidamente y me metí en mi lado de la cama. Qué raro resulta esto… nunca antes había tenido lado de la cama… supongo que porque nunca me duraban mucho mis parejas como para tener que elegir lado en la cama. Esa era mi antigua vida… la que yo pensaba que era divertida… la que me gustaba, pero era porque no conocía una vida en familia… con Kate, con Luck, esta sí que sería una buena vida.
Salió del baño y me quede boquiabierto. Llevaba un pantalón largo de pijama y una camiseta que dejaba su cuello al aire. Poder ver sus hombros… su clavícula… ¡Dios ayúdame! Implore en mi mente, porque no sé si podré quedarme quieto mucho tiempo con esta belleza a mi lado. Se tumbó a mi lado boca arriba, como estaba yo. Ambos nos quedamos un rato en silencio hasta que escuche como Kate carraspeaba.
- ¿Puedes apagar la luz?
- ¡Oh! Sí, claro… lo siento - dije girándome para apagarla.
- Buenas noches.
- Buenas noches - le respondí tragando todo el aire que había estado manteniendo desde que se tumbó allí a mi lado. Esta mujer era increíble y sin duda sería mi perdición. Ya de momento, había hecho que dejara mi primer trabajo sin acabar… por ella había dejado un trabajo a medias… por ella sería capaz de hacer lo que fuera por salvarla, por mantenerla a salvo… aunque tuviera que cambiar mi vida por completo… aunque tenga que irme lejos de aquí… aunque nunca más vuelva a mi antigua vida. Pero ella merecía todo eso, todo y más.
CONTINUARÁ…
Una noche, solos en la cama y ambos sintiendo algo el uno por el otro, veremos si aguantan sin tocarse jaja.
Bueno espero como siempre vuestros comentarios y nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
XXOO
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Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Capítulo 13
Buenos días, os dejo un capítulo que va a servir un poco de transición, que es importante para la historia. No quiero que me odiéis pero ya lo entenderéis un poco más adelante.
Gracias a todos por vuestro apoyo, sois muy grandes. Y gracias a Ladydkl por su trabajo y su apoyo, sin ti no sería igual.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 13
POV RICK
No podía dormir y notaba como Kate se movía a mi lado. Me giré un poco para verla aunque la oscuridad de la noche me lo impidió. De repente, la escuche sollozar. Estaba llorando y yo no podía estar tan cerca y no intentar aliviar ese llanto, así que pase un brazo por su espalda y la atraje hacia mí. Al principio se sobresaltó, pero terminó escondiendo su cara en mi cuello. Podía sentir sus lágrimas cálidas caer por mi cuello haciendo que me estremeciera… me dolía tanto sentirla así.
Poco a poco, note como se relajaba en mis brazos, intente calmarla pasando suavemente mis brazos sobre su espalda con una leve caricia.
- ¿Estas mejor?
Su cabeza se movió de forma afirmativa. Me separé un poco para mirarla a los ojos. Casi no veía nada, pero sus ojos vidriosos de haber estado llorando, los vería a mil kilómetros de distancia. Eran tristes, preocupados, distantes. Nos quedamos quietos, mirándonos a los ojos él uno al otro y de repente sus labios de forma tímida, se posaron sobre los míos.
Me quede paralizado… sin saber cómo reaccionar. ¿Estaba preparada para esto? ¿Lo hacía por lo que acababa de pasar? No me dio tiempo a hacerle esas preguntas cuando sentí como me empujaba y se colocaba sobre mí, apretando más sus labios sobre los míos. No pude resistirme más… ¿quién podría?
Le devolví el beso con todas mis ganas, mientras la atraía hacia mí abrazándola con fuerza por la cintura. Quería hacerlo más lento… demostrarle que esto no era solo pasión… aunque había mucho de eso… esto no solo era deseo… no era solo cosa de una noche. Pero no podía parar… al sentirla cerca, su cuerpo presionando sobre el mío, su lengua en mi cuello sacándome un gemido… sacándome de todo pensamiento.
Sus manos sobre mi pecho… tocándome, acariciándome, pellizcando mis pechos mientras su mirada me pedía que me abandonara, estaba en la luna. Me estaba volviendo loco. No podía parar, de tocarla, de llenar mis manos con su pechos tan excitados como los míos, pero necesitaba que ella… sintiera lo mismo.
La gire quedando sobre ella y le bese el cuello haciéndola suspirar, bese su mejilla, su mandíbula, su cuello, su hombro y subí mi boca hacia su oído mordiéndolo suavemente haciéndola gemir y estremecerse.
- Kate, si quieres que pare, hazlo ahora…
- Lo que quiero es que te calles - dijo mirándome, con esa sonrisa tímida, pero tan seductora. La mire una vez más para darle tiempo a cambiar de idea, pero al ver su nerviosismo, igual o superior al mío, empecé a despojarla de su ropa. Tenía una piel tan suave, tan adictiva. No podía dejar de tocarla, no podía dejar de besarla.
Me quite la ropa con su ayuda deprisa dejándonos a ambos completamente desnudos.
- Necesito…
- Primer cajón -dijo con un suspiro al moverme y rozar con mi rodilla donde más lo necesitaba.
Cogí un preservativo del cajón, me lo coloque rápidamente y me volví a colocar sobre ella. Quería poseerla, notarla mientras estrechaba mi miembro con sus labios. Estaba tan obsesionado de hacerla mía que no espere más y la penetre de un golpe haciendo que soltara un fuerte gemido. La bese para callarlo, no quería hacerle daño, solo hacerla suspirar y disfrutar. Esa mujer tan bonita no se merecía dolor, solo placer, todo el del mundo. Mientras esperaba que se adaptara a mí. Sentí como me abrazaba el cuello y empezaba a mover sus caderas en busca de las mías mientras sus piernas me acercaban más a ella, para hacer mi penetración más profunda, dándome permiso… más bien rogándome que me moviera.
No sabía cómo habíamos llegado hasta ese instante, hasta este momento donde ambos nos movíamos dándonos el mayor placer del mundo. No lo sabía, pero ahora mismo eso me daba igual… todo me daba igual. Solo podía sentir su estrechez sobre mi pene volviéndome loco, sus labios sobre los míos y sus uñas clavándose sobre mi espalda provocando un dolor placentero que me volvía loco. Estaba tan cerca, cuando decidí levantarme un poco para poder aumentar mejor la envestida, pero enseguida note que Kate no estaba de acuerdo con ese movimiento. Me agarro por el collar para atraerme de nuevo hacia su cuerpo… para poder sentirnos piel con piel con tanta mala suerte que el collar se rompió… pero me dio igual. No podía parar, no quería quedarme quieto… estaba tan cerca y notaba que ella también lo estaba. Levantó más sus piernas envolviendo mi cintura con ellas instándome a ir cada más y más profundo hasta que sentí como tenía su orgasmo, apretando mi pene con mucha fuerza… pero seguí moviéndome con fuerza y rapidez aumentando su placer y llevándome al mío… al mayor de mi existencia… nunca antes me había sentido así… tan pleno y con de ganas de repetir una y mil veces más.
Me quede quieto sobre ella durante unos segundos, esperando que nuestras respiraciones se acompasaran, dejando suaves besos sobre su cuello, su hombro, mientras notaba su aliento acelerado aun sobre mi cuello, haciendo que me estremeciera.
- Eres tan, tan hermosa Kate… eres preciosa - dije en su oído, mientras aguantaba su cara con mis manos para que no se moviera, con una sonrisa de satisfacción, pero de repente paso algo que no me esperaba. Kate me empujo haciéndome caer al suelo y su mirada cambio a ¿pánico?
- Kate ¿he dicho algo malo? – dije volviendo a subir al colchón.
- No… esto… esto ha sido un error - dijo mirando a sus manos entrelazadas tapando su pecho cubierto por las sabanas.
- Kate… - le dije asustado… que había hecho mal…que era….
- Lo siento, lo siento pero… no puedo… - casi grito tapándose la cara con las manos y empezando a llorar de nuevo.
- Pero habla conmigo… - le dije cogiéndola por los brazos al tiempo que me ponía de rodillas frente a ella - podemos hablar… aclararlo.
- No, no puedo… ha sido un error – decía una y otra vez llorando de forma desesperada.
- Por favor Kate, ya me voy, pero deja de llorar - dije levantándome enfadado.
Cogí mi ropa y una almohada y salí dando un portazo. Me deje caer en el sofá, sin entender absolutamente nada. Aun llevaba el preservativo puesto, me lo quite con una servilleta y después de tirarlo me fui al sofá.
Si al menos me hubiera explicado que había pasado… si al menos… no le encontraba explicación a lo sucedido. Para mí fue una experiencia sublime… para luego, acabar de una forma tan dolorosa.
Estaba tan enfadado que lo page con la mesa, la golpee con fuerza, casi rompiéndola de una fuerte patada. Intente relajarme para no asustar a Luck, pero estaba tan enfadado… tan desconcertado, ¿si al menos me hubiera contado que sucedía? Quizás, así, la hubiera entendido, pero ahora me sentía enfadado, engañado, utilizado y muy confundido.
Me tumbe en el sofá arropándome con la manta hasta la cabeza y cerré los ojos, aunque sabía que la noche iba a ser muy larga y que no iba a conseguir dormirme.
Cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana, me di por vencido y me levanté quedando sentado sobre el sofá. Me lleve las manos a la cabeza pensando en lo sucedido ayer y… si no tuviera que cuidar de ellos, ahora más que nunca, me iría, desaparecería, ahora mismo sin mirar hacia atrás. Pero tenía que cuidar de ellos, con más motivo ahora, que Coonan estaba suelto.
Sentí unos pasitos acercarse a mí y cuando levanté la vista no pude evitar sonreír al ver un adormilado Luck acercándose a mí, arrastrando una mantita con la que estaba arropándose. Cuando llego hasta el sofá lo agarre y lo subí sobre mis rodillas.
- Buenos días enano – le salude.
- No soy enano - dijo sacándome la lengua.
- Es verdad, eres un grandullón - dije removiéndole el pelo.
- No me líes el pelo…
- Ah ¿pero ya te has peinado?
- No… pero no quiero hacerlo. Me gusta así.
- Ah claro - dije riéndome.
- Rick ¿Dónde estás tú collar?
- ¿Mi collar?
- Si, el que te regale.
- Ah… - entonces me vinieron imágenes de cuando lo había visto por última vez, del cuerpo de Kate retorciéndose debajo del mío, de sus labios sobre los míos…
- ¿Rick? - dijo el niño devolviéndome a la realidad.
- Está en la habitación de mama.
- Voy a por él - dijo poniéndose de pie, salió corriendo y no supe dónde esconderme le iba a doler verlo roto. Fui tras él y me quede en el pasillo, no quería molestar a Kate de buena mañana.
- Mami…
- Hola cariño.
- ¿Dónde está el collar de Rick?
- ¡Oh cariño! – le dijo su madre, al recordar la misma escena que había visto yo en mi memoria.
- ¿Qué? - pero a Kate no le dio tiempo a responder cuando lo vio roto y tirado por el suelo - ¿Lo has roto? ¿No te gustaba? - dijo llorando mientras me miraba con gesto de resentimiento. Salió corriendo fuera de la habitación y se encerró en la suya.
- Luck - dije intentando pararlo, pero fue imposible.
- Lo siento. Hablare con él, le diré que fue mi culpa – me dijo Kate… que me miraba muy seria.
- No déjalo. Prefiero arreglarlo yo - dije recogiendo los restos del collar.
- Rick ¿podemos hablar?
- No, tengo muchas cosas que hacer – dije saliendo disparado después de coger mi ropa.
- Rick, por favor… - me suplico.
- Voy al pueblo… vendré a la noche.
- Pero… - intento pararme, pero la esquive y a modo de despedida le dije que hablaría con el niño.
- Luego hablare con Luck - dije saliendo de la habitación sin dejar que se explicara porque estaba dolido… muy dolido y ahora cualquier cosa que me dijera no iba a poder entenderla… no era el mejor momento.
Salí de la casa y subí el coche rumbo al pueblo. Cuando llegue a donde el día antes estaba el árbol tirado me encontré con que ya no estaba, en cambio se encontraban Mary y su abuelo.
- Hola Rick - dijo Mary abrazándome - estábamos preocupados.
- Estoy bien. Iba a hacer eso ahora para poder ir al pueblo.
- ¿Y la granja?
- Destrozada pero lo arreglaré.
- Tranquilo. Eso nadie lo esperaba, no es tu culpa.
- Lo sé, pero lo hare. Los animales están a salvo.
- Bien. ¿Y los vecinos?
- Están bien. Voy al pueblo a por algunos utensilios y víveres, ¿me acompañáis?
- Claro, vamos.
Compre todo lo que recordaba de la lista de Kate, más algunas cosas más, como leche, galletas, cereales… cosas que duraban mucho, además de todo el material necesario para poder recuperar la casa… sabía que tenía que repararla, pero iba a ser complicado si teníamos que huir en unos días. Quizás lo mejor sería dejarle dinero al viejo, para que se ocuparan ellos, después de todo tenía mucho que agradecerles.
Se estaba empezando a hacer tarde. Cogí mis cosas las cargué en el coche y tome rumbo de nuevo a la casa… tenía que afrontar los problemas que había dejado cuando me había ido tenía que dejarle la oportunidad a Kate de que se explicara y tenía que aclarar las cosas con Luck… no podía perderlo a él también. Kate, ya no era recuperable… esa mujer seguía aún muy dolida contra los hombres, por mucho que hiciera, no conseguiría nada. Necesitaba una ayuda que yo no podía darle, pero si podía ayudarla a ponerse a salvo y eso ahora mismo tenía que ser lo más importante.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por seguir leyendo la historia. Los que no entendáis a Kate espero que la entendáis en los próximos capítulos cuando pueda explicarse, creo que tiene buenas razones.
Bueno sin más, que nos vemos mañana con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
Gracias a todos por vuestro apoyo, sois muy grandes. Y gracias a Ladydkl por su trabajo y su apoyo, sin ti no sería igual.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 13
POV RICK
No podía dormir y notaba como Kate se movía a mi lado. Me giré un poco para verla aunque la oscuridad de la noche me lo impidió. De repente, la escuche sollozar. Estaba llorando y yo no podía estar tan cerca y no intentar aliviar ese llanto, así que pase un brazo por su espalda y la atraje hacia mí. Al principio se sobresaltó, pero terminó escondiendo su cara en mi cuello. Podía sentir sus lágrimas cálidas caer por mi cuello haciendo que me estremeciera… me dolía tanto sentirla así.
Poco a poco, note como se relajaba en mis brazos, intente calmarla pasando suavemente mis brazos sobre su espalda con una leve caricia.
- ¿Estas mejor?
Su cabeza se movió de forma afirmativa. Me separé un poco para mirarla a los ojos. Casi no veía nada, pero sus ojos vidriosos de haber estado llorando, los vería a mil kilómetros de distancia. Eran tristes, preocupados, distantes. Nos quedamos quietos, mirándonos a los ojos él uno al otro y de repente sus labios de forma tímida, se posaron sobre los míos.
Me quede paralizado… sin saber cómo reaccionar. ¿Estaba preparada para esto? ¿Lo hacía por lo que acababa de pasar? No me dio tiempo a hacerle esas preguntas cuando sentí como me empujaba y se colocaba sobre mí, apretando más sus labios sobre los míos. No pude resistirme más… ¿quién podría?
Le devolví el beso con todas mis ganas, mientras la atraía hacia mí abrazándola con fuerza por la cintura. Quería hacerlo más lento… demostrarle que esto no era solo pasión… aunque había mucho de eso… esto no solo era deseo… no era solo cosa de una noche. Pero no podía parar… al sentirla cerca, su cuerpo presionando sobre el mío, su lengua en mi cuello sacándome un gemido… sacándome de todo pensamiento.
Sus manos sobre mi pecho… tocándome, acariciándome, pellizcando mis pechos mientras su mirada me pedía que me abandonara, estaba en la luna. Me estaba volviendo loco. No podía parar, de tocarla, de llenar mis manos con su pechos tan excitados como los míos, pero necesitaba que ella… sintiera lo mismo.
La gire quedando sobre ella y le bese el cuello haciéndola suspirar, bese su mejilla, su mandíbula, su cuello, su hombro y subí mi boca hacia su oído mordiéndolo suavemente haciéndola gemir y estremecerse.
- Kate, si quieres que pare, hazlo ahora…
- Lo que quiero es que te calles - dijo mirándome, con esa sonrisa tímida, pero tan seductora. La mire una vez más para darle tiempo a cambiar de idea, pero al ver su nerviosismo, igual o superior al mío, empecé a despojarla de su ropa. Tenía una piel tan suave, tan adictiva. No podía dejar de tocarla, no podía dejar de besarla.
Me quite la ropa con su ayuda deprisa dejándonos a ambos completamente desnudos.
- Necesito…
- Primer cajón -dijo con un suspiro al moverme y rozar con mi rodilla donde más lo necesitaba.
Cogí un preservativo del cajón, me lo coloque rápidamente y me volví a colocar sobre ella. Quería poseerla, notarla mientras estrechaba mi miembro con sus labios. Estaba tan obsesionado de hacerla mía que no espere más y la penetre de un golpe haciendo que soltara un fuerte gemido. La bese para callarlo, no quería hacerle daño, solo hacerla suspirar y disfrutar. Esa mujer tan bonita no se merecía dolor, solo placer, todo el del mundo. Mientras esperaba que se adaptara a mí. Sentí como me abrazaba el cuello y empezaba a mover sus caderas en busca de las mías mientras sus piernas me acercaban más a ella, para hacer mi penetración más profunda, dándome permiso… más bien rogándome que me moviera.
No sabía cómo habíamos llegado hasta ese instante, hasta este momento donde ambos nos movíamos dándonos el mayor placer del mundo. No lo sabía, pero ahora mismo eso me daba igual… todo me daba igual. Solo podía sentir su estrechez sobre mi pene volviéndome loco, sus labios sobre los míos y sus uñas clavándose sobre mi espalda provocando un dolor placentero que me volvía loco. Estaba tan cerca, cuando decidí levantarme un poco para poder aumentar mejor la envestida, pero enseguida note que Kate no estaba de acuerdo con ese movimiento. Me agarro por el collar para atraerme de nuevo hacia su cuerpo… para poder sentirnos piel con piel con tanta mala suerte que el collar se rompió… pero me dio igual. No podía parar, no quería quedarme quieto… estaba tan cerca y notaba que ella también lo estaba. Levantó más sus piernas envolviendo mi cintura con ellas instándome a ir cada más y más profundo hasta que sentí como tenía su orgasmo, apretando mi pene con mucha fuerza… pero seguí moviéndome con fuerza y rapidez aumentando su placer y llevándome al mío… al mayor de mi existencia… nunca antes me había sentido así… tan pleno y con de ganas de repetir una y mil veces más.
Me quede quieto sobre ella durante unos segundos, esperando que nuestras respiraciones se acompasaran, dejando suaves besos sobre su cuello, su hombro, mientras notaba su aliento acelerado aun sobre mi cuello, haciendo que me estremeciera.
- Eres tan, tan hermosa Kate… eres preciosa - dije en su oído, mientras aguantaba su cara con mis manos para que no se moviera, con una sonrisa de satisfacción, pero de repente paso algo que no me esperaba. Kate me empujo haciéndome caer al suelo y su mirada cambio a ¿pánico?
- Kate ¿he dicho algo malo? – dije volviendo a subir al colchón.
- No… esto… esto ha sido un error - dijo mirando a sus manos entrelazadas tapando su pecho cubierto por las sabanas.
- Kate… - le dije asustado… que había hecho mal…que era….
- Lo siento, lo siento pero… no puedo… - casi grito tapándose la cara con las manos y empezando a llorar de nuevo.
- Pero habla conmigo… - le dije cogiéndola por los brazos al tiempo que me ponía de rodillas frente a ella - podemos hablar… aclararlo.
- No, no puedo… ha sido un error – decía una y otra vez llorando de forma desesperada.
- Por favor Kate, ya me voy, pero deja de llorar - dije levantándome enfadado.
Cogí mi ropa y una almohada y salí dando un portazo. Me deje caer en el sofá, sin entender absolutamente nada. Aun llevaba el preservativo puesto, me lo quite con una servilleta y después de tirarlo me fui al sofá.
Si al menos me hubiera explicado que había pasado… si al menos… no le encontraba explicación a lo sucedido. Para mí fue una experiencia sublime… para luego, acabar de una forma tan dolorosa.
Estaba tan enfadado que lo page con la mesa, la golpee con fuerza, casi rompiéndola de una fuerte patada. Intente relajarme para no asustar a Luck, pero estaba tan enfadado… tan desconcertado, ¿si al menos me hubiera contado que sucedía? Quizás, así, la hubiera entendido, pero ahora me sentía enfadado, engañado, utilizado y muy confundido.
Me tumbe en el sofá arropándome con la manta hasta la cabeza y cerré los ojos, aunque sabía que la noche iba a ser muy larga y que no iba a conseguir dormirme.
Cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana, me di por vencido y me levanté quedando sentado sobre el sofá. Me lleve las manos a la cabeza pensando en lo sucedido ayer y… si no tuviera que cuidar de ellos, ahora más que nunca, me iría, desaparecería, ahora mismo sin mirar hacia atrás. Pero tenía que cuidar de ellos, con más motivo ahora, que Coonan estaba suelto.
Sentí unos pasitos acercarse a mí y cuando levanté la vista no pude evitar sonreír al ver un adormilado Luck acercándose a mí, arrastrando una mantita con la que estaba arropándose. Cuando llego hasta el sofá lo agarre y lo subí sobre mis rodillas.
- Buenos días enano – le salude.
- No soy enano - dijo sacándome la lengua.
- Es verdad, eres un grandullón - dije removiéndole el pelo.
- No me líes el pelo…
- Ah ¿pero ya te has peinado?
- No… pero no quiero hacerlo. Me gusta así.
- Ah claro - dije riéndome.
- Rick ¿Dónde estás tú collar?
- ¿Mi collar?
- Si, el que te regale.
- Ah… - entonces me vinieron imágenes de cuando lo había visto por última vez, del cuerpo de Kate retorciéndose debajo del mío, de sus labios sobre los míos…
- ¿Rick? - dijo el niño devolviéndome a la realidad.
- Está en la habitación de mama.
- Voy a por él - dijo poniéndose de pie, salió corriendo y no supe dónde esconderme le iba a doler verlo roto. Fui tras él y me quede en el pasillo, no quería molestar a Kate de buena mañana.
- Mami…
- Hola cariño.
- ¿Dónde está el collar de Rick?
- ¡Oh cariño! – le dijo su madre, al recordar la misma escena que había visto yo en mi memoria.
- ¿Qué? - pero a Kate no le dio tiempo a responder cuando lo vio roto y tirado por el suelo - ¿Lo has roto? ¿No te gustaba? - dijo llorando mientras me miraba con gesto de resentimiento. Salió corriendo fuera de la habitación y se encerró en la suya.
- Luck - dije intentando pararlo, pero fue imposible.
- Lo siento. Hablare con él, le diré que fue mi culpa – me dijo Kate… que me miraba muy seria.
- No déjalo. Prefiero arreglarlo yo - dije recogiendo los restos del collar.
- Rick ¿podemos hablar?
- No, tengo muchas cosas que hacer – dije saliendo disparado después de coger mi ropa.
- Rick, por favor… - me suplico.
- Voy al pueblo… vendré a la noche.
- Pero… - intento pararme, pero la esquive y a modo de despedida le dije que hablaría con el niño.
- Luego hablare con Luck - dije saliendo de la habitación sin dejar que se explicara porque estaba dolido… muy dolido y ahora cualquier cosa que me dijera no iba a poder entenderla… no era el mejor momento.
Salí de la casa y subí el coche rumbo al pueblo. Cuando llegue a donde el día antes estaba el árbol tirado me encontré con que ya no estaba, en cambio se encontraban Mary y su abuelo.
- Hola Rick - dijo Mary abrazándome - estábamos preocupados.
- Estoy bien. Iba a hacer eso ahora para poder ir al pueblo.
- ¿Y la granja?
- Destrozada pero lo arreglaré.
- Tranquilo. Eso nadie lo esperaba, no es tu culpa.
- Lo sé, pero lo hare. Los animales están a salvo.
- Bien. ¿Y los vecinos?
- Están bien. Voy al pueblo a por algunos utensilios y víveres, ¿me acompañáis?
- Claro, vamos.
Compre todo lo que recordaba de la lista de Kate, más algunas cosas más, como leche, galletas, cereales… cosas que duraban mucho, además de todo el material necesario para poder recuperar la casa… sabía que tenía que repararla, pero iba a ser complicado si teníamos que huir en unos días. Quizás lo mejor sería dejarle dinero al viejo, para que se ocuparan ellos, después de todo tenía mucho que agradecerles.
Se estaba empezando a hacer tarde. Cogí mis cosas las cargué en el coche y tome rumbo de nuevo a la casa… tenía que afrontar los problemas que había dejado cuando me había ido tenía que dejarle la oportunidad a Kate de que se explicara y tenía que aclarar las cosas con Luck… no podía perderlo a él también. Kate, ya no era recuperable… esa mujer seguía aún muy dolida contra los hombres, por mucho que hiciera, no conseguiría nada. Necesitaba una ayuda que yo no podía darle, pero si podía ayudarla a ponerse a salvo y eso ahora mismo tenía que ser lo más importante.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por seguir leyendo la historia. Los que no entendáis a Kate espero que la entendáis en los próximos capítulos cuando pueda explicarse, creo que tiene buenas razones.
Bueno sin más, que nos vemos mañana con un nuevo capítulo.
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Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
que nervios nerviosos!!!!!!!!!!!!!
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Re: ESCONDIDOS FINAL YA PUBLICADO
Siguweeee
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Capítulo 14
Buenos días, os dejo un capítulo más. Gracias por seguir ahí y espero que os siga gustando.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 14
POV RICK
Pare el coche justo en la entrada de la casa, pero antes de entrar necesitaba hacer una llamada, la que podía ayudarme a convencerlos de que lo mejor era irse lo más lejos posible con una nueva identidad.
Marque el número de teléfono de Lanie, lo había memorizado esa noche en uno de mis paseos para calmar mis nervios.
- ¿Si? – escuche la voz de Lanie… no la había visto más que una vez, pero se notaba que quería a Kate y que haría lo que fuera por su amiga.
- Hola soy Rodgers – me presente.
- ¿Rodgers?
- Si, el detective privado.
- Déjame en paz… - dijo amenazando con colgar, tenía que hacer algo para impedírselo.
- Ya no trabajo para Sorenson.
- ¿Qué? – Dijo callando y después de coger aire siguió - Me da igual.
- Espere… solo quiero ayudar – intente decirle para que no colgara.
- Ya, claro.
- Deje el trabajo porque sabía que si lo cumplía haría daño a su amiga y su hijo. Conozco la historia de Kate, por eso abandone el caso. No quiero que los encuentre.
- ¿Y por qué tengo que creerle? – era inteligente… al menos.
- Porque sé dónde están y no se lo he dicho a Sorenson.
- Seguro.
- Siento lo de su tía Dawson - dije y me quede esperando su reacción.
- Para que llama. ¿Qué es lo quiere? ¿Dinero?
- Solo avisarla. Sorenson no lo ha dejado. Ha contratado a otro para que los encuentre. Pero… él otro, no es como yo. No se dejara influenciar por la verdad… él hará lo que sea por cumplir su cometido… es un asesino a sueldo.
- ¡Dios! Kate… - pude ver su rostro de pánico, aun sin tenerla delante.
- Necesito pedirle un favor – le suplique
- ¿Cuál?
- Necesito que se ponga a salvo. Que se cuide, y se esconda, porque será la primera que quiera matar para conseguir una respuesta. No se quede sola y vaya con cuidado.
- Bien ¿Qué es lo que quiere pedirme? – seguía atenta, no tenia miedo.
- Necesito que avise a Kate… hágaselo saber y aconséjele que huya. Es el momento de hacerlo, no debe, no puede esperar más.
- Pero… - dudaba aun de mí, debía dejarle claro que solo lo hacía por proteger a su amiga y su hijo.
- Dígaselo… sino la encontraran y… la mataran. Él no es un detective al uso, es un asesino, lo conozco, hará lo que sea por acabar la faena que no termino Sorenson. Están todos en peligro los que la conocen y usted más que nadie, por facilitarle la huida.
- No creo que pueda convencerla.
- Si la encuentra a usted… le será fácil sacar su paradero… créame la torturara si es necesario, no tiene reparos.
- Bien, lo intentaré. Hablare con ella.
- Hágalo…y por favor… cuídese.
- Gracias… no sé porque lo hace, pero muchas gracias.
- Solo me vale si pone a salvo. Supongo que lo hago porque me siento mal, solo de haberlo ayudado.
- Hablaré con ella.
- Gracias, adiós.
Colgué, ya no podía hacer nada más. Ahora mismo Kate no me creería nada de lo que le dijera… al revés, si le decía la verdad, no iría conmigo a ningún lado. Tenía que convencerla su amiga Lanie y entonces, yo me ofrecería para ayudarlos…
Baje del coche y entre en la casa. Kate estaba haciendo la cena, algo rico por lo bien que olía mientras Luck estaba sentado jugando en el sofá. Solo me miro por un segundo, pero entendí que aún seguía enfadado.
- Hola – le dije acercándome, a lo mejor podía disculparme con él.
- Hola
-¿Sigue enfadado?
- Un poquito – dijo sin mirarme.
Fui hacia el sofá y me senté a su lado. No dejo de jugar y siguió sin mirarme ni una sola vez.
- Luck ¿puedo hablar un momento contigo? – pregunte bajando la voz, para que solo él pudiera oírme.
- No quiero hablar contigo – respondió ofendido aun.
- Bien, pues solo escúchame - le dije despacio y vi como asentía sin apartar la vista de su juguete - siento mucho lo de tu collar, fue un accidente, no quería romperlo, me gustaba mucho. Lo siento, en serio y no quiero que estés enfadado. He hecho esto cuando he estado fuera - dije a la vez que sacaba dos pulseras con los macarrones del collar - una para ti y otra para mí… para que seamos siempre amigos. Espero que puedas perdonarme algún día - dije levantándome y dejándolas en el lugar donde me senté.
- Me gustan mucho, ¿eso quiere decir que siempre seremos amigos? - pregunto y me gire para mirarlo… estaba muy serio.
- Si tú me dejas serlo… siempre será tu amigo - en cuanto termine de hablar, Luck se levantó y me abrazo con fuerza.
- Te quiero mucho Rick – dijo bajito a mi oído.
- Y yo a ti Luck, ¿amigos?
- Amigos - dijo dándome la pulsera para que se la pusiera. Cuando se la ate, me puse yo la mía. Se levantó corriendo hacia donde estaba su madre para enseñársela, cuando miré hacia su dirección pude ver a Kate sonriendo y me dio una punzada el pecho al pensar en que esa sonrisa no era para mí.
- Muy chula cariño. Venga vamos a cenar, que se está haciendo tarde.
- Vale. ¿Rick me ayudas? – me pidió el pequeño.
- Claro - dije levantándome con una sonrisa, porque al menos, tenía el perdón de Luck… lo de Kate, no creo que tuviera arreglo, muy a mi pesar.
Cenamos, solo hablando de las diabluras de Luck… contando lo que había hecho y lo que quería hacer estos días cuando ya pudiera salir de la casa… no sabía el pobre que quizás su vida volvería a cambiar. Solo esperaba que cambiara para bien y de forma definitiva… para que pudiera vivir una vida tranquila y feliz.
Cuando acabamos de cenar, Luck se acostó, yo no tenía ganas de conversación, y mucho menos con Kate, porque sabía que me haría daño. Quería huir, pero sabía que no podía hacerlo, así que me tumbe en el sofá y me arrope para dormirme.
- Rick… podemos… - dijo intentando entablar conversación.
- Estoy cansado – respondí de forma brusca. Quizá fui muy borde, pero me dolía en el alma su comportamiento de anoche. Para ella quizá solo hubiera sido un revolcón, pero para mí fue algo más… había comprendido que para mí, aquello, había sido amor.
- Vale… lo siento - dijo Kate con dolor.
¡Dios mío! no quería hacerle daño pero… ¿qué estaba haciendo? cuando yo estaba tan dolido… o más que ella. Tan dolido de que pensara que haberse acostado conmigo fuera un error, un error fatal. Yo nunca pensaría que estar con ella fuera un error… nunca y eso me dolía…
¿Por qué me dolió tanto? Porque la quiero… si la quiero. Increíble pero la quiero… la quiero de una forma irracional. Solo la conozco hace dos semanas y ya estoy loco por esta mujer. Quiero cuidarla, amarla, protegerla con mi cuerpo, como Sorenson nunca hizo, quiero darle una vida llena de amor, pero creo que yo no soy él que puede dárselo o eso al menos piensa ella, para ella solo fui… un error.
POV KATE
En la habitación, tras su negación a hablar, sentía como mi corazón se rompía, pero que podía esperar… le dije que fue un error, lo que sucedió anoche, eso tan bonito y que deseaba repetir, no era un error, era una preciosa convergencia de dos seres necesitados de afecto. Era lo mejor que me había pasado en los últimos años y yo metí la pata de tal manera… que comprendo que me odie… Fui una estúpida, pero me dio tanto miedo.
Las lágrimas rodaban por mi cara y solo pensé en hablar con mi amiga, ella me entendería. Saque el teléfono que había cogido justo antes de meterme en la habitación y llame a mi amiga… sabía que no debía hacerlo pero necesitaba hablar… necesitaba sacar todo ese dolor.
Marque su número y de golpe no supe que decirle… no sabía cómo explicarle como me sentía porque ni siquiera yo sabía cómo lo que sentía, ella me conocía tan bien, que no necesitaría decir nada para que ella supiera lo que me estaba pasando.
- ¿Kate? – dijo al descolgar, sin oír aun mi voz.
- Siento llamar tan tarde.
- No, está bien ¿Cómo estás?
- Bien… necesitaba hablar contigo.
- Y yo contigo – note su voz asustada.
- ¿Ha pasado algo? – pregunte temerosa de su respuesta.
- Primero lo tuyo… tiene que ser importante si has llamado tan tarde.
- Pues… veras…
- Es sobre tu amiguito… tu vecinito.
- Lanie – la reprendí, aquello no era un juego.
- Es sobre él ¿verdad?
- Si… yo… ayer me acosté con él.
- ¿Que? – callo para coger aire y siguió diciendo - No me lo puedo creer.
- Ni yo – le respondí sin saber que decir… aquello no podía estar bien.
- Cariño eso no está mal.
- No… lo que está mal, es lo que paso después…
- ¿Qué? Me tienes en ascuas.
- Le dije que había sido un error – calle esperando su bronca.
- Pero Kate… me sabe mal decirlo tan claramente… pero la has cagado amiga.
- Ya lo sé. Ahora no me habla y lo entiendo… pero no sé cómo explicarle lo que me paso porque ni yo lo sé.
- Kate dijo algo que…
- Me… llamo preciosa… Will siempre me llamaba así… supongo que me bloquee y...
- Kate… tienes que explicárselo. Sé que te importa, así que háblalo con él.
- Pero no quiere escucharme.
- Pues oblígalo… nadie te ha impedido nunca decir las cosas claras. Habla con él Kate… no le pierdas por tus miedos.
- No quiero perderlo… me importa mucho… me hace sentir bien… especial…
- Pues entonces ya sabes que tienes que hacer.
- Lo haré, gracias Lanie.
- Qué harías sin mí - dijo haciéndome reír.
- Bueno, cuéntame que querías decirme.
- Verás he tenido noticias nuevas sobre el detective…
- ¿Y?
- Por lo visto a dejado el caso, ha descubierto porque huiste
- ¿Cómo es posible? – empecé a temblar… ahora sí que estábamos en peligro.
- No sé, será tan bueno como dicen. Me llamo para avisarme de que Will ha contratado a otro y por lo visto es un animal. Creo Kate que ha llegado el momento de que os mováis. Tenéis que iros.
- Lanie ¿estás en peligro?
- No, estoy con Espo… no te preocupes… estaré bien. Pero tienes que irte Kate.
- No se sí es lo mejor.
- Yo si lo creo… intentaré conseguirte los pasaportes pero… no sé si podré hacértelos llegar.
- Sin ellos no podré hacerlo.
- Podría contárselo a los chicos y ellos me ayudarían.
- No, si no saben nada no pueden hacerles nada.
-Bueno… pero piénsalo. Tenéis que huir.
- Lo intentaré… aunque creo que será muy complicado.
- Cuídate amiga.
- Tú también… no andes por ahí sola.
- Lo haré. Y tu arréglate con tu bandido… no lo dejes escapar.
- Lo intentaré.
-No lo intentes, hazlo. Y si no te escucha pues… demuéstraselo - dijo haciéndome reír.
Apague el móvil y me tumbe en la cama. Lanie tenía razón tenía que arreglar las cosas con él y quizás también tenía que pensar en que era el momento de moverse e irnos lo más lejos posible. Pero…Rick ¿querría venirse con nosotros? Tendría que preguntárselo para saberlo.
CONTINUARÁ…
Momento de dar un paso hacia adelante, momento de huir. Veremos a ver como Kate empieza a tomar decisiones y si Rick está dentro de sus planes de huida o no.
Gracias a todos y que tengáis un gran fin de semana.
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 14
POV RICK
Pare el coche justo en la entrada de la casa, pero antes de entrar necesitaba hacer una llamada, la que podía ayudarme a convencerlos de que lo mejor era irse lo más lejos posible con una nueva identidad.
Marque el número de teléfono de Lanie, lo había memorizado esa noche en uno de mis paseos para calmar mis nervios.
- ¿Si? – escuche la voz de Lanie… no la había visto más que una vez, pero se notaba que quería a Kate y que haría lo que fuera por su amiga.
- Hola soy Rodgers – me presente.
- ¿Rodgers?
- Si, el detective privado.
- Déjame en paz… - dijo amenazando con colgar, tenía que hacer algo para impedírselo.
- Ya no trabajo para Sorenson.
- ¿Qué? – Dijo callando y después de coger aire siguió - Me da igual.
- Espere… solo quiero ayudar – intente decirle para que no colgara.
- Ya, claro.
- Deje el trabajo porque sabía que si lo cumplía haría daño a su amiga y su hijo. Conozco la historia de Kate, por eso abandone el caso. No quiero que los encuentre.
- ¿Y por qué tengo que creerle? – era inteligente… al menos.
- Porque sé dónde están y no se lo he dicho a Sorenson.
- Seguro.
- Siento lo de su tía Dawson - dije y me quede esperando su reacción.
- Para que llama. ¿Qué es lo quiere? ¿Dinero?
- Solo avisarla. Sorenson no lo ha dejado. Ha contratado a otro para que los encuentre. Pero… él otro, no es como yo. No se dejara influenciar por la verdad… él hará lo que sea por cumplir su cometido… es un asesino a sueldo.
- ¡Dios! Kate… - pude ver su rostro de pánico, aun sin tenerla delante.
- Necesito pedirle un favor – le suplique
- ¿Cuál?
- Necesito que se ponga a salvo. Que se cuide, y se esconda, porque será la primera que quiera matar para conseguir una respuesta. No se quede sola y vaya con cuidado.
- Bien ¿Qué es lo que quiere pedirme? – seguía atenta, no tenia miedo.
- Necesito que avise a Kate… hágaselo saber y aconséjele que huya. Es el momento de hacerlo, no debe, no puede esperar más.
- Pero… - dudaba aun de mí, debía dejarle claro que solo lo hacía por proteger a su amiga y su hijo.
- Dígaselo… sino la encontraran y… la mataran. Él no es un detective al uso, es un asesino, lo conozco, hará lo que sea por acabar la faena que no termino Sorenson. Están todos en peligro los que la conocen y usted más que nadie, por facilitarle la huida.
- No creo que pueda convencerla.
- Si la encuentra a usted… le será fácil sacar su paradero… créame la torturara si es necesario, no tiene reparos.
- Bien, lo intentaré. Hablare con ella.
- Hágalo…y por favor… cuídese.
- Gracias… no sé porque lo hace, pero muchas gracias.
- Solo me vale si pone a salvo. Supongo que lo hago porque me siento mal, solo de haberlo ayudado.
- Hablaré con ella.
- Gracias, adiós.
Colgué, ya no podía hacer nada más. Ahora mismo Kate no me creería nada de lo que le dijera… al revés, si le decía la verdad, no iría conmigo a ningún lado. Tenía que convencerla su amiga Lanie y entonces, yo me ofrecería para ayudarlos…
Baje del coche y entre en la casa. Kate estaba haciendo la cena, algo rico por lo bien que olía mientras Luck estaba sentado jugando en el sofá. Solo me miro por un segundo, pero entendí que aún seguía enfadado.
- Hola – le dije acercándome, a lo mejor podía disculparme con él.
- Hola
-¿Sigue enfadado?
- Un poquito – dijo sin mirarme.
Fui hacia el sofá y me senté a su lado. No dejo de jugar y siguió sin mirarme ni una sola vez.
- Luck ¿puedo hablar un momento contigo? – pregunte bajando la voz, para que solo él pudiera oírme.
- No quiero hablar contigo – respondió ofendido aun.
- Bien, pues solo escúchame - le dije despacio y vi como asentía sin apartar la vista de su juguete - siento mucho lo de tu collar, fue un accidente, no quería romperlo, me gustaba mucho. Lo siento, en serio y no quiero que estés enfadado. He hecho esto cuando he estado fuera - dije a la vez que sacaba dos pulseras con los macarrones del collar - una para ti y otra para mí… para que seamos siempre amigos. Espero que puedas perdonarme algún día - dije levantándome y dejándolas en el lugar donde me senté.
- Me gustan mucho, ¿eso quiere decir que siempre seremos amigos? - pregunto y me gire para mirarlo… estaba muy serio.
- Si tú me dejas serlo… siempre será tu amigo - en cuanto termine de hablar, Luck se levantó y me abrazo con fuerza.
- Te quiero mucho Rick – dijo bajito a mi oído.
- Y yo a ti Luck, ¿amigos?
- Amigos - dijo dándome la pulsera para que se la pusiera. Cuando se la ate, me puse yo la mía. Se levantó corriendo hacia donde estaba su madre para enseñársela, cuando miré hacia su dirección pude ver a Kate sonriendo y me dio una punzada el pecho al pensar en que esa sonrisa no era para mí.
- Muy chula cariño. Venga vamos a cenar, que se está haciendo tarde.
- Vale. ¿Rick me ayudas? – me pidió el pequeño.
- Claro - dije levantándome con una sonrisa, porque al menos, tenía el perdón de Luck… lo de Kate, no creo que tuviera arreglo, muy a mi pesar.
Cenamos, solo hablando de las diabluras de Luck… contando lo que había hecho y lo que quería hacer estos días cuando ya pudiera salir de la casa… no sabía el pobre que quizás su vida volvería a cambiar. Solo esperaba que cambiara para bien y de forma definitiva… para que pudiera vivir una vida tranquila y feliz.
Cuando acabamos de cenar, Luck se acostó, yo no tenía ganas de conversación, y mucho menos con Kate, porque sabía que me haría daño. Quería huir, pero sabía que no podía hacerlo, así que me tumbe en el sofá y me arrope para dormirme.
- Rick… podemos… - dijo intentando entablar conversación.
- Estoy cansado – respondí de forma brusca. Quizá fui muy borde, pero me dolía en el alma su comportamiento de anoche. Para ella quizá solo hubiera sido un revolcón, pero para mí fue algo más… había comprendido que para mí, aquello, había sido amor.
- Vale… lo siento - dijo Kate con dolor.
¡Dios mío! no quería hacerle daño pero… ¿qué estaba haciendo? cuando yo estaba tan dolido… o más que ella. Tan dolido de que pensara que haberse acostado conmigo fuera un error, un error fatal. Yo nunca pensaría que estar con ella fuera un error… nunca y eso me dolía…
¿Por qué me dolió tanto? Porque la quiero… si la quiero. Increíble pero la quiero… la quiero de una forma irracional. Solo la conozco hace dos semanas y ya estoy loco por esta mujer. Quiero cuidarla, amarla, protegerla con mi cuerpo, como Sorenson nunca hizo, quiero darle una vida llena de amor, pero creo que yo no soy él que puede dárselo o eso al menos piensa ella, para ella solo fui… un error.
POV KATE
En la habitación, tras su negación a hablar, sentía como mi corazón se rompía, pero que podía esperar… le dije que fue un error, lo que sucedió anoche, eso tan bonito y que deseaba repetir, no era un error, era una preciosa convergencia de dos seres necesitados de afecto. Era lo mejor que me había pasado en los últimos años y yo metí la pata de tal manera… que comprendo que me odie… Fui una estúpida, pero me dio tanto miedo.
Las lágrimas rodaban por mi cara y solo pensé en hablar con mi amiga, ella me entendería. Saque el teléfono que había cogido justo antes de meterme en la habitación y llame a mi amiga… sabía que no debía hacerlo pero necesitaba hablar… necesitaba sacar todo ese dolor.
Marque su número y de golpe no supe que decirle… no sabía cómo explicarle como me sentía porque ni siquiera yo sabía cómo lo que sentía, ella me conocía tan bien, que no necesitaría decir nada para que ella supiera lo que me estaba pasando.
- ¿Kate? – dijo al descolgar, sin oír aun mi voz.
- Siento llamar tan tarde.
- No, está bien ¿Cómo estás?
- Bien… necesitaba hablar contigo.
- Y yo contigo – note su voz asustada.
- ¿Ha pasado algo? – pregunte temerosa de su respuesta.
- Primero lo tuyo… tiene que ser importante si has llamado tan tarde.
- Pues… veras…
- Es sobre tu amiguito… tu vecinito.
- Lanie – la reprendí, aquello no era un juego.
- Es sobre él ¿verdad?
- Si… yo… ayer me acosté con él.
- ¿Que? – callo para coger aire y siguió diciendo - No me lo puedo creer.
- Ni yo – le respondí sin saber que decir… aquello no podía estar bien.
- Cariño eso no está mal.
- No… lo que está mal, es lo que paso después…
- ¿Qué? Me tienes en ascuas.
- Le dije que había sido un error – calle esperando su bronca.
- Pero Kate… me sabe mal decirlo tan claramente… pero la has cagado amiga.
- Ya lo sé. Ahora no me habla y lo entiendo… pero no sé cómo explicarle lo que me paso porque ni yo lo sé.
- Kate dijo algo que…
- Me… llamo preciosa… Will siempre me llamaba así… supongo que me bloquee y...
- Kate… tienes que explicárselo. Sé que te importa, así que háblalo con él.
- Pero no quiere escucharme.
- Pues oblígalo… nadie te ha impedido nunca decir las cosas claras. Habla con él Kate… no le pierdas por tus miedos.
- No quiero perderlo… me importa mucho… me hace sentir bien… especial…
- Pues entonces ya sabes que tienes que hacer.
- Lo haré, gracias Lanie.
- Qué harías sin mí - dijo haciéndome reír.
- Bueno, cuéntame que querías decirme.
- Verás he tenido noticias nuevas sobre el detective…
- ¿Y?
- Por lo visto a dejado el caso, ha descubierto porque huiste
- ¿Cómo es posible? – empecé a temblar… ahora sí que estábamos en peligro.
- No sé, será tan bueno como dicen. Me llamo para avisarme de que Will ha contratado a otro y por lo visto es un animal. Creo Kate que ha llegado el momento de que os mováis. Tenéis que iros.
- Lanie ¿estás en peligro?
- No, estoy con Espo… no te preocupes… estaré bien. Pero tienes que irte Kate.
- No se sí es lo mejor.
- Yo si lo creo… intentaré conseguirte los pasaportes pero… no sé si podré hacértelos llegar.
- Sin ellos no podré hacerlo.
- Podría contárselo a los chicos y ellos me ayudarían.
- No, si no saben nada no pueden hacerles nada.
-Bueno… pero piénsalo. Tenéis que huir.
- Lo intentaré… aunque creo que será muy complicado.
- Cuídate amiga.
- Tú también… no andes por ahí sola.
- Lo haré. Y tu arréglate con tu bandido… no lo dejes escapar.
- Lo intentaré.
-No lo intentes, hazlo. Y si no te escucha pues… demuéstraselo - dijo haciéndome reír.
Apague el móvil y me tumbe en la cama. Lanie tenía razón tenía que arreglar las cosas con él y quizás también tenía que pensar en que era el momento de moverse e irnos lo más lejos posible. Pero…Rick ¿querría venirse con nosotros? Tendría que preguntárselo para saberlo.
CONTINUARÁ…
Momento de dar un paso hacia adelante, momento de huir. Veremos a ver como Kate empieza a tomar decisiones y si Rick está dentro de sus planes de huida o no.
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