Unexpected Encounters

Pero que pasada!!! cada vez escribes mejor. Espero que lo siga pronto, entro todos los dias a ver si has escrito un capi nuevo!!!

Felicidades

Besos

oooooooooooh pobre castlee! espero que después beckett le mime cuando este en su casa sin que se pueda mover del dolor por que con todas las fracturas que tiene...

por favor que llegue pronto beckett para que lo salve
pobre castle

Muy buen capitulo
continualo pronto porfavor

LO SIENTO POR LA ESPERA!!! soy un desastre lo siento mucho, de verdad. Estaba corta de inspiración y tiempo. Pero acá les va un nuevo capítulo, y es extra largo

Capítulo V


La detective no lograba aclarar su cabeza. No tenían ninguna pista de donde podría estar Castle, y cada minuto que pasaba lo hacía más difícil. No tenía ninguna guía y se sentía perdida. Tan perdida como una niña pequeña en un gran mercado. Suspiró y se levantó de su escritorio para ir a buscar otro café. Entró a la salita y vio a sus fieles compañeros, uno durmiendo en el sofá, el otro en el suelo, se habían quedado ahí, por ella. Sonrió, pero fue una sonrisa más bien amarga, la ausencia de Castle no la dejaba de atormentar en ningún momento.
Ya era el quinto café de la noche. Había estado en vela y estaba cansadísima , aparte de tener que lidiar con el vacío y la preocupación que le generaba el asunto de Castle, también había tenido que – en realidad querido – ser ella la que le había comenzaba a amanecer. Se asomó por la ventana a mirar como el sol se dejaba ver, como Nueva York comenzaba a moverse, como empezaba un nuevo día para todos, excepto par ella, que estaba viviendo en un mal sueño, una pesadilla . Tal vez ni siquiera lo encontraran… con vida. Los ojos de Kate se humedecieron, y pestañeó varias veces, para no llorara. Se deshizo rápidamente de la lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos. No quería pensar en eso, el sólo hecho de pensar en la posibilidad de no ver a Castle nunca más le aterraba. Richard era su cable a tierra, su apoyo constante, su compañero, su amigo, o tal vez más. Comenzó a cuestionarse nuevamente sus sentimientos hacia él, creía que ya lo había superado, que ya estaba en el pasado todo aquello. Ahora ella estaba con Josh. Pero no se lo podía seguir negando, lo necesitaba, ahora más que nunca. Que tonta había sido al esperar que algo como esto pasara para darse cuenta. Lágrimas comenzaron a empapar sus ojos nuevamente, pero esta vez no las escondió, esta vez, lloró.



Javier Esposito estaba durmiendo en el sofá de la sala de descanso de la comisaría. Soñaba con un mundo extraño, donde arriba era abajo e izquierda era derecha. Donde lo malo era bueno y él era un criminal, no parte del refuerzo de la ley. Era un sueño definitivamente raro, pero no le desagradaba del todo, era como ver el mundo desde un punto de vista totalmente distinto.
Una vibración es su bolsillo lo sobresaltó, era su móvil. Se removió en sueños y pestañeó varias para lograr despertarse bien, se estiró y miró a su alrededor. Ryan dormía en el piso y dejaba leves ronquidos de vez en cuando. Se levantó y se sirvió una taza de café. Sacó su móvil y bebió el primer sorbo de café, pero se atragantó en cuanto vio de quien era el mensaje. Tosió varias veces, despertando a Ryan. Cuando estuvo bien abrió el mensaje:

4th Ave/ E 10 St. Frente al Restaurant Ippudo Ny. Puerta Roja. Pronto.

Esposito se dio vuelta a ver a su compañero, que se estiraba en el lugar donde había dormido.
-¡Ryan! Recibí un mensaje de Castle nos dice donde está. Ve a buscar a Beckett mientras yo llamo a los refuerzos ¡Rápido!
Ryan se quedó plasmado por un momento y después salió corriendo. Buscó a Beckett en su escritorio, pero no la encontró. Pensó que podía estar en el gimnasio, y en su camino hacia allá la vio por le rabillo del ojo. Estaba parada mirando hacia fuera. Ryan se acercó lentamente, y cuando estuvo suficientemente cerca pudo notar que estaba llorando. Se acercó un poco más con cautela.
-Beckett – susurró.
Kate se sobresaltó y secó sus lágrimas rápidamente, pero no dejó de darle la espalda. Ryan le tocó el hombro con cariño, demostrándole su apoyo.
-Todo va a estar bien. Esposito recibió un mensaje. Es de Castle, dice donde está. Vamos a encontrarlo.
Beckett sintió que su cuerpo se estremecía. Se quedó plasmada, helada, y estaba segura de que su corazón se había saltado un latido de alegría ante la noticia, no podía creérselo. Una tímida sonrisa asomó por su rostro, dejando relucir sus dientes níveos. Se dio vuelta y enfrentó a Ryan.
-¿Qué? – Ryan asintió con una sonrisa – ¿Dónde está?¿Cómo? – Preguntó agalopadamente, con incredulidad
-No sé donde está, en cuanto Esposito me dijo que había recibido un mensaje de Castle vine a buscarte. – Ella todavía lo miraba como si no le creyera, por lo que Ryan añadió: – ¿De verdad creíste que un tipo como Castle se rendiría?
Ryan hizo un gesto de desaprobación con la cabeza, se dio vuelta y partió a reunirse con Esposito. Beckett seguía con helada, era como si todo el mundo se hubiera detenido por un momento, excepto las palpitaciones aceleradas de su corazón. Sin poder creerlo aún entró rápidamente en el modo detective y siguió a Ryan. Quería reír del alivio que sentía, pero no podían cantar victoria… no todavía.

Una vez en su auto la detective partió a toda velocidad. Quería llegar rápido, y rescatar a Castle, y asegurarse de que estuviera bien. Moría por verlo sonreír, pero ya había asumido que eso no pasaría en un buen tiempo. Castle de seguro estaba malherido y tendría que ser hospitalizado por unos cuantos días.
Su corazón saltaba debajo de su pecho a toda velocidad. Frunció el ceño y se aferró al manubrio. Suspiró. Estaba tremendamente feliz por el hecho de saber que Castle estaba bien, que estaba vivo, de que atraparían al triple asesino, de que esta pesadilla se acabaría. Pero una pequeña parte de ella estaba asustada, preocupada, porque que todo esto terminara, también significaba que tendría que afrontar sus sentimientos. Beckett lo reconocía, nunca había sido buena con los sentimientos, o con expresarle cariño a la gente, por lo menos no desde el asesinato de su mamá.
Miró por el espejo retrovisor y pudo divisar un gran número de patrullas que la seguían. Dobló una última vez antes de llegar a su destino y pudo notar los nervios en su estómago y en sus manos que temblaban, esto no era común en ella, normalmente se podía controlar. Pero este tampoco era un caso común, pensó.
Aparcó frente al restaurante Ippudo Ny y todas las patrullas la secundaron. Se bajó de su coche y se dirigió al maletero, donde guardaba su chaleco antibalas y su arma de repuesto. Se puso el chaleco y pudo ver por el rabillo del ojo como Ryan y Esposito se acercaban para reunirse con ella. Inmediatamente se dispuso a hacer lo que hacía mejor, dar órdenes.
-Ustedes tomen la parte de atrás, yo iré por delante.
Ambos asintieron y tomaron un callejón que llevaba a la puerta trasera del edificio, un par de refuerzos los siguieron, y los demás se quedaron esperando la orden de Beckett. Acabó de ponerse el chaleco e hizo una seña a los refuerzos para que la siguieran. «Frente al Ippudo Ny puerta roja, acá es», pensó, una vez que estuvo al frente del edificio. Suspiró y derribó la puerta con un pie, se puso en guardia, empuñando la pistola con una mano y con la otra una linterna.
Avanzó por el hall del edificio y rápidamente barrió la estancia con la mirada, estaba despejado, por ahora. Parecía estar abandonado, por el aspecto y por el inconfundible olor de la mezcla de orina con basura en plena descomposición. La detective arrugó la nariz levemente, de todos modos había experimentado olores mucho peores en su carrera policial. Buscó una puerta que llevara hacia algún subterráneo, bajó la escalera rápidamente cuando la hubo encontrado. Siempre en guardia siguió avanzando lentamente. Llegó a un viejo estacionamiento que tenía aún peor olor que el hall de entrada. De todos modos no le importó, buscó a Castle o a alguien con la mirada. Pero lo único con vida en ese lugar eran las ratas que se paseaban por el piso del estacionamiento. No podía ver nada más que autos viejos en aquel lugar. Comenzó a buscar alguna puerta, o alguna escalera que los llevara a un nivel más bajo, hizo señas a su equipo para que hicieran lo mismo. Dieron con muchas puertas pero sólo daban a bodegas vacías o con algunos desperdicios. Beckett comenzaba a perder esperanza, tal vez Castle se había equivocado, era probable que al momento de enviar el mensaje no estaba del todo consciente o al momento de llegar al destino. A la detective se lo comenzó a caer el mundo, se sentía tan decepcionada. Había puesto demasiadas esperanzas en aquello y se desaprobó a si misma por hacerlo. Una voz la sacó de sus cavilaciones.
-No hemos tenido suerte atrás.
Se dio vuelta para encontrarse con Ryan y Esposito seguidos de dos refuerzos
-Bueno, nosotros tampoco hemos tenido mucha suerte acá. No hemos encontrado a nadie y tan sólo quedan dos puertas por revisar. Ustedes vayan por esa y yo voy por ésta.
Eran puertas contiguas por lo que no se separaron mucho. Abrieron al mismo tiempo. Beckett dio con una bodega totalmente vacía, así que rápidamente la desechó y fue a la habitación contigua. Cuando entró se quedó boquiabierta al igual que los dos detectives ya dentro. Lo escena que se presentaba ante sus ojos era horrible. Había sangre en las paredes, repartida en distintos lugares. Ninguno de los detectives podía decir nada. Kate fue la primera en reaccionar, y se acercó lentamente a una de las tantas manchas que había. La tocó con el dedo. Pudo notar que no se despegaba.
-Está seca – mencionó –. Debe tener por lo menos cinco días.
Aunque no lo dijo en voz alta, todos en la habitación supieron lo que la detective quiso decir con esas palabras: no era la sangre de Castle. Y eso los calmó a todos un poco, aunque la escena no dejaba de ser perturbadora.
Beckett siguió con sus reflexiones.
-Es extraño, todas las manchas parecen estar a la misma altura. – los detectives se fijaron y era verdad, todas parecían estar a la misma altura, casi formando una línea de sangre alrededor de la habitación – Es como si a alguien le hubieran azotado su cabeza contra la pared varias veces.
El comentario quedó flotando en el aire. Todos estaban muy absortos como para responder. Demasiado impactados, habían visto cosas peores, de seguro, pero no dejaba de ser macabro.
-Beckett echa un vistazo a esto. – dijo Ryan desde el piso. Apuntaba a una clase de riel que estaba en línea con una estantería que tenía un par de libros.
Becket se acercó y se agachó a un lado de Ryan. Examinó el riel muy bien y después se levantó. Se movió a un lado de la estantería y examinó también.
-Chicos, ayúdenme a mover esto – dijo Beckett empujando el macizo mueble.
Ambos llegaron rápidamente y empujaron. El mueble cedió fácilmente, y lo hicieron correr a través del riel. Detrás de éste había una puerta. Kate iba a girar el pomo cuando se percató de que estaba manchado de sangre. Pero esta sangre sí estaba fresca. Se detuvo por un momento. Nadie respiraba. Nadie hacía ningún ruido. Nadie supo lo que pasó a continuación. Ni ella misma.
Beckett abrió la puerta de golpe – sin importarle manchar la evidencia – y bajó las escaleras frenéticamente, de dos en dos escalones. Gritaba el nombre de Castle a todo pulmón, con desesperación. No supo controlarse, estaba fuera de sí. Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pero el viento que provocaba el descenso se las arrebataba rápidamente.
-¡Castle! ¡¿Dónde estás?!
Pero la única respuesta que obtuvo fue un eco
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Bueno, eso es todo. Espero que les haya gustado no se
impacienten que esta vez el próximo capítulo si que llega más rápido que éste.

Una pasada tu fic, lo sigo desde que empezaste, espero que no tardes mucho en subir el siguiente, besos y mil gracias...

que capitulo mas intrigante. espero leer el proximo pronto

Franzthefreak : SI TU IDEA ERA DEJARNOS CON E CORAZON EN LA BOCA, LO HAZ CONSEGUIDO!!!!!! PARA CUANTO LA CONTINUACION??????? COMO LLEGAMOS BIEN AL "GRAN CAPITULO DE MAÑANA" CON FICS COMO ESTE???'
MIL GRACIAS, ESPERO EL PROXIMO RAPIDO!!! Y ESPERO QUE BECKETT LO ENCUENTRE, LO CUIDE Y LE DIGA POR FIN LO QUE SIENTE!!!

Pero no lo dejes así!!!!!!! xDDDDDDD
Me gusta mucho, espero leer el siguiente pronto!

donde y como esta castle? de nuevo se les escapo el triple asesino llevandose a castle???

Recien me di cuenta de que estaba este fic asi que me lei todos los capis de un solo tiron....no puede ser que se me haya pasado.......

Excelente fic..espero que castle este bien...

¿Dónde está Castle? Esto no se puede quedar asi...

NECESITO OTRO CAPITULO POR FAVOR!! Necesito que se encuentren!!

silvanalino escribió:NECESITO OTRO CAPITULO POR FAVOR!! Necesito que se encuentren!!

NECESITO OTRO CAPITULO!!! PUEDE SER???

Yo también necesito otro capi!!!! ^.^

Hola reina!!! ya te lo he dicho un montón de veces que tu fic me super encanta, pero una mas no está de más. A ver para cuando otro capiiii!!!! que nos tienes en ascuas!!! queremos saber qué pasa con Castle!!!

Un besazo guapa y felicidades otra vez por este pedazo de fic.

PD; No tardes en ponernos otro, porfissss

OJ! CHICAS, lo siento tanto, es que fui de vacaciones a Cuba y vengo recién llegando. Fui con mi computador portátil y todo, esperando poder subir allá, pero les juro, apenas hay internet por cable. De verdad que estoy muy apenada por hacerlas esperar tanto, pero no contaba con que no hubiera internet. Je! en realidad menos cháchara y más capítulo Les traigo un que creo es extra largo . Ojalá que les guste, y lo siento mucho.

Capítulo VI


Los detectives Ryan y Esposito siguieron los pasos de Beckett. Ambos muy impactados por la reacción de la detective, nunca la habían visto descontrolarse de esa manera. La única vez que la habían visto tan quebrada fue cuando estuvieron cerca de descubrir la verdad detrás del asesinato de su madre. Aunque también ambos sabían lo mucho que Castle significaba para ella, ambos sabían lo deprimida que había estado en la ausencia de Castle durante el verano. Tal vez ella no lo podía ver, pero ellos sí podían. Y lo veían claramente.
Se podía escuchar el eco de las palabras de Beckett, buscando alguna señal de Castle. Y después silencio. Todo mudo. Los detectives se detuvieron por segundos. Como si quisieran perpetuar ese ambiente que parecía de calma, pero que en realidad era de tensión. Pronto reanudaron el paso, y esta vez iban más rápido.
Esposito iba por delante, empuñando su escopeta. La respiración agitada. Y cuando las escaleras parecían nunca acabar, oyeron el sonido dos disparos atravesar el aire.



Richard seguía adormecido, en un estado que se debatía entre los sueños y la conciencia. Podía sentir una presencia a su lado, una leve voz que lo llamaba, pero sonaba tan lejana, tan perdida, que no sabía si quería salir de aquel estado. Además se sentía cansado, golpeado, y necesitaba descansar. Trató de hundirse en un reparador sueño, pero había algo en aquella voz, algo que le impedía sumirse completamente en la inconciencia. Su mente vagaba por ideas sin sentido, se sentía desorientado y confuso hasta que sintió una mano caliente en su mejilla y otra en su mano derecha. Muy caliente, o tal vez él estaba muy helado.
Abrió los ojos sólo por un momento fugaz, porque la luz era muy fuerte, y pudo ver sólo una figura borrosa.
-Castle, despierta. – esta vez reconoció su voz y sonaba urgida.
Volvió a abrir los ojos y pestañeó varias veces, acostumbrándose a la luz. La cabeza le daba vueltas, y le dolía como nunca. Examinó su alrededor confundido. Reconoció la figura de Beckett, y sonrió, pudo ver como ella sonreía también. Ahora estaba bien, estaba a salvo. Suspiró y se mojó los labios antes de hablar.
-Beckett – susurró a duras penas. Sentía la garganta seca y ardiente.
Kate sonrió y los ojos de Castle escrutaron el rostro de su amiga. Se veía agotada, estaba pálida y grandes ojeras enmarcaban sus ojos verdes. Quiso estirar su mano y deslizar su pulgar a través de ellas, como si con su tacto las pudiera borrar, pero no lo hizo.
-Apuesto a que me veo mejor que tú – bromeó el escritor, que con dificultad esbozó una sonrisa. La detective lo secundó, aliviada por el hecho de que todavía conservara su sentido del humor.
-Lo dudo mucho, Castle – Beckett le siguió el juego, y ambos sonrieron nuevamente.
Se mantuvieron en silencio por un momento. Castle miró a los ojos a la detective. Beckett se estremeció por la profundidad de la mirada que Castle le había dedicado, pero no desvió los ojos, sostuvo la mirada de Richard. Sintió como su corazón se comenzaba a acelerar. Sabía que no era el momento para esa clase de sentimientos, es decir, Castle estaba malherido, pero no podía evitarlo. Es sólo que aquella mirada era tan intensa, estaba cargada de tantas emociones, y eso hacía que algo se moviera en su interior, que su los cimientos de su fortaleza se comenzaran a desmoronar, granito por granito. La detective se sentía hundida en aquellos ojos azules, y no quería dejar de estarlo. Había una fuerza mayor, que la obligaba a prolongar ese momento, a querer quedarse así para siempre. Beckett quiso abalanzarse en los brazos de Castle, abrazarlo fuertemente y nunca dejarlo ir, pero no lo hizo, no quería romper ese contacto visual que los absorbía cada vez más. Beckett se había quedado sin aliento y tuvo que recordarse de respirar. Sonrió inconscientemente, es sólo que estaba tan contente de que Richard estuviera bien y a salvo. Se ruborizó un poco también y Castle sonrió débilmente. Finalmente tuvo que ceder y cerró los ojos, cansado, y aliviado de estar a salvo. Las horas que había estado capturado habían sido una pesadilla, pero ya se había terminado.
-Voy a cerrar los ojos por un momento para descansar – murmuró con voz somnolienta. Beckett asintió y él se sumió en un sueño profundo


Cuando Esposito y Ryan llegaron a la estancia habían dos cosas que capturaron su atención: el cuerpo de Tyson en el piso, con dos heridas de bala en el pecho y a Beckett arrodillada al lado de un herido y moreteado Castle, que yacía en una esquina del lugar, apoyado contra la pared. Esposito fue el primero en reaccionar, se acercó al cuerpo de Jerry y buscó pulso al tiempo que tapaba los agujeros de bala para detener la hemorragia. Encontró el pulso, pero era muy leve. Asintió mirando a Ryan – que en el momento pedía dos ambulancias por su radio, una para Tyson y otra para Castle – para hacerle saber que Tyson seguía vivo, pero que no duraría mucho.
Mientras Esposito trataba de detener la hemorragia, Ryan fue a ver como se encontraba Castle. Se acercó y lo miró con ojos escrutadores. Estaba realmente mal. Tenía un gran moretón en todo el lado derecho de la cara y la nariz – que tenía rastros de sangre y estaba definitivamente rota – un corte en la mejilla y tres dedos de la mano izquierda rotos.
-¿Cómo está? – preguntó a Beckett, mirando a un inconsciente Castle.
La detective, que recién se percataba de su presencia, se sobresaltó.
-Estará bien, tiene buen pulso. – replicó sin despegar los ojos de Castle
Kate miró a Castle con compasión, y le dedicó una sonrisa más bien amarga a Kevin. Le afectaba ver a Castle tan maltrecho, aparte de sentirse terriblemente culpable por lo que le había pasado.
Ryan asintió y se agachó a un lado de Castle, frente a Beckett.
-Le ha dado duro.
-Sí, no me imagino lo mucho que debe haber sufrido.
-Sólo basta con mirar cuantos dedos le ha roto.
-No creo que los haya roto Tyson, me parece que se los rompió el mismo para liberarse de las cadenas. – Ryan analizó la reflexión de la detective, que miraba con tristeza la mano herida de Castle, y asintió. – Tiene una gran fuerza de voluntad como para sobreponerse a esa clase de dolor.
-Pero ahora lo encontramos, va a estar bien. – murmuró Ryan en consuelo. Se quedaron en silencio varios minutos y tragó saliva antes de hablar. – Tyson está vivo, por poco, pero está vivo.
Beckett asintió. Miró a su compañero a los ojos y habló.
-Bien, quiero que ese bastardo se pudra en la cárcel. – sentenció con dureza. Le dirigió una mirada helada a Ryan y se paró. – Llama a los CSU, puede ser que haya tenido a otras víctimas acá, y haz que analicen la sangre de arriba.
Ryan asintió y se marchó, comprendió que Kate necesitaba estar sola.
Cuando las ambulancias llegaron Castle seguía inconsciente y Tyson seguía con vida. Kate fue en la ambulancia con Castle y Ryan con Esposito escoltaron la de Tyson. Los signos vitales de Richard eran inestables, pero estaba fuera de peligro, por otro lado, los paramédicos tenían muy poca esperanza para Tyson. Entró en fibrilación ventricular dos veces, por lo que tuvieron que aplicar cardioversión y después un medicamento que estabilizara su ritmo cardíaco.
Kate había llamado a Martha para hacerle saber que su hijo estaba bien en informarle que hospital estaría. Cuando llegaron ambas estaban en la sala de espera de urgencias. Después de dejar a Castle en las manos de los doctores, Beckett entró a la estancia. Alexis se paró inmediatamente y corrió hacia ella, seguida por una angustiada Martha.
-¡Kate! Por favor dime que mi papá está bien. – Kate miró a Alexis, que tenía los ojos hinchados y rojos de tanto llorar.
-Él está bien… – hizo una pausa, dudaba si decirle la verdad o no. Decidió que sí, de todos modos ella lo vería con sus propios ojos. – pero está muy herido. No te asustes cuando lo veas, ¿vale? – el tono de Kate era dulce.
Barrió las lágrimas de la muchacha con sus pulgares y tomó su cara entre sus manos, obligándola a mirarla a los ojos.
-Tu padre va a estar bien, es un hombre fuerte. – Alexis abrazó a Kate fuertemente. – Ya vas a ver que todo va a estar bien. – susurró por encima del hombro de la joven.
Alexis rompió el abrazo y miró a la detective a los ojos.
-Gracias, Kate, por rescatarlo.
-Es lo menos que podía hacer, además es mi trabajo.
-Gracias de todos modos. – Alexis esbozó una pequeña sonrisa – Voy al baño.
Alexis se marchó y Kate se enfrentó a Martha, en su expresión se podía leer angustia y preocupación. Se mojó los labios antes de hablar.
-Martha, no sabes cuanto lo siento…
-Querida, no es tu culpa. – interrumpió la mujer poniendo una mano en el brazo de Kate – Richard decidió meterse en esto, y él sabía los riesgos que implicaba.
-Sí, pero yo soy la detective acá, no él. No debería haber pasado por esto, yo debería haber puesto cuidado.
-Kate, escúchame, Richard ya es un hombre grande, aunque no lo parece. Él sabe cuidarse, y tampoco es tu responsabilidad protegerlo. – Martha le dedicó una mirada cargada de sabiduría – Además hiciste un gran trabajo al encontrarlo.
-Gracias, Martha. Aunque el trabajo no fue mío, él fue capaz de liberarse de sus ataduras y enviar un mensaje con su ubicación a Esposito.
-Es un hombre valiente – murmuró Martha con una mezcla de orgullo y tristeza en su voz.
Fue lo último que dijeron, después se fueron a sentar esperando noticias del doctor. A los pocos minutos volvió Alexis y se sentó al lado de su abuela.
Habían dos cosas que rondaban con insistencia en la cabeza de Kate, aparte del estado en que Rick se encontraría. Una, era como había conseguido Castle enviar aquel mensaje si se supone que en aquel sótano no había señal. La otra era porque le había enviado el mensaje a Esposito y no a ella. Decidió que después le preguntaría, pero de todos modos ambas dudas no la dejaron tranquila.


Richard abrió los ojos, pero los cerró inmediatamente. La luz era demasiado fuerte. Puso atención en un irritante y constante pitido a su lado. Pip. Silencio. Pip. Silencio. Pip. Silencio. Pip. Silencio. Continuamente así. Después su atención fue hacia el lado derecho de su cara, que sentía totalmente adormecido. Suspiró e hizo un segundo intento de abrir sus ojos, la situación ya lo confundía. Los abrió y pestañeó repetidas veces hasta acostumbrarse. Se sorprendió ¿un hospital? Paredes blancas. Monitor cardiorrespiratorio. Camilla. Sí, un hospital. Recordó: Jerry Tyson, después un subterráneo, después golpes y palizas y por último, Beckett. Sólo tenía recuerdos fugaces, por lo que no podía armar muy bien el panorama, pero sí sabía que había sido secuestrado por el triple asesino. Se removió, y se arrepintió de haberlo hecho, porque todo su cuerpo gritó de dolor. Se percató de que tenía tres dedos y la muñeca de la mano izquierda enyesada. Suspiró. De pronto sintió la garganta seca y le recorrió un ardor, apretó el botón para hacer llamar a la enfermera. Llegó a los pocos minutos.
-Señor… – miró la planilla que se ubicaba en una carpeta a los pies de la cama – Castle, despertó – le dedicó una sonrisa típica de enfermera – ¿Cómo se siente?
Castle trató de hablar, pero sintió demasiado ardor en la garganta. La enfermera que conocía bien su oficio, se acercó y le sirvió un vaso de agua junto con una pajita. Castle tomó agua y sintió como su dolor se aliviaba.
-Gracias
-Por nada, señor Castle.
-Dime Rick – Castle esbozó una sonrisa de galán. La enfermera sólo sonrió y estrechó la mano que Castle le había ofrecido.
-¿Ya estás tratando de ligar, Castle? – ambos se sobresaltaron. Beckett estaba apoyada en el marco de la puerta, mirando a Castle con una de sus cejas arqueadas y los brazos cruzados.
-Beckett. – Castle la miró y tragó, nervioso. La enfermera por su parte se puso a revisar el suero. – Hola.
-Tranquilo, Castle, no muerdo. – Kate esbozó una gran sonrisa y Castle le correspondió – ¿Cómo te sientes? – Se sentó en la cama, a un lado de los pies de Richard.
-Muy adolorido, y mi cabeza está a punto de estallar, pero por lo demás bien. ¿Qué me pasó en esta mano? – levantó la mano izquierda.
-No lo sé, te encontré así, dímelo tú.
-No puedo recordar nada. – musitó él, Beckett lo miró aturdida – Es decir, sólo tengo recuerdos fugaces pero nada en concreto – rectificó.
-Supongo que a medida que pase el tiempo comenzarás a recordar más.
Castle asintió. Se quedaron en silencio. La puerta se abrió de golpe mostrando a una joven pelirroja.
-¡Papá! – Alexis se abalanzó a abrazar a su padre, que soltó un quejido de dolor. La joven se apartó – Lo siento – musitó y volvió a abrazar con su padre con más cuidado. Kate sonrió.
-Hola cariño. – dijo acariciando el pelo de su hija dulcemente. Martha entró a la habitación, con agrado de ver a su hijo de tan buen humor – Hola madre. – la mujer se acercó y acarició el pelo de su hijo, apartándolo de su frente.
-Me asustaste tanto, papá. Creí que no te volvería a ver más.
-No te podrás librar tan fácil de mi. – Richard apretó la nariz de su hija, que se hallaba ahora sentada en la cama a la misma altura que Beckett, quien miraba la escena conmovida.
Decidió apartarse, era un momento familiar, y no quería ser un estorbo. Salió de la habitación en silencio y decidió ir a tomar un café. Por fin podría disfrutar como se debe de un café, ahora que Castle estaba bien.
Lo único que quería Kate en este momento era silencio, no quería que nadie la molestara, estaba cansadísima, lo poco que había dormido fueron dos horas en la sala de espera. Se sentó en una mesa de la pequeña cafetería y pidió un café con leche y una soda. Cerró los ojos, tratando de descansar su mente, no había dormido en dos días y necesitaba descansar. Pero supo que eso no pasaría pronto cuando una voz conocida la sacó de su pequeño descanso.

Ufff menos mal que Castle está fuera de peligro

¿No será Josh el que ha aparecido en la cafeteria?

QUE CAPITULO!!!!!!! VALIO LA PENA TANTA ESPERA!!! PERO QUIERO MAS!!!! QUIERO SABER COMO SIGUE!!! GRACIAS!!!!

Que pasada de fic, se me ha hecho eterna la espera, jeje. Espero que lo hayas pasado guay en Cuba, besinches...