OLVÍDAME TÚ

Oh dios mio!!!.... acabo de morirrr........sige por favor no lo dejes asi..qe me da un xungo...

deseosa del reecuentro... Kate espero que te comportes demuestra valor por ese hombre...

ohhhn gracias por traerlo!!!! que cosa mas preciosa, me encanta
me has enamorado con este fic te lo prometo
necesito que sigas por favor y contarme que pasa con ellos dos..

¡¡pero qué fic!! me encanta de verdad
Es super emocionante espero que lo sigas pronto... ¡¡genial!!

WUAUUUUUUUU...... Siguelo pronto esta genial, estoy super emocionada, estoy que lloro

No se si podria estar más enganchada a este fic! En serio, siguelo, porque necesito saber que va a pasar!! Amo este fic!!!

CAPITULO III




El alcalde de Nueva York condujo a Kate hasta la silla vacía contigua a la de Rick.

-Aquí te dejo a la detective Beckett, Castle-dijo a su amigo un sonriente alcalde- yo he de ocuparme de la ceremonia. Luego nos vemos.

Y con eso, dio media vuelta y se dirigió a paso ligero hacia la tarima.

Castle se puso de pié, agarró a Beckett por el codo y le dijo al alcalde:

-Claro señor, no se preocupe, será un placer- dijo, con cara seria, mirándola a los ojos- no se preocupe, se queda en buenas manos.

Beckett se sentó como una autómata. Intentó captar el humor de él por el tono de su voz, pero sonaba tan neutra que no le aportó ninguna pista. Era incapaz de mirarle. No sabía que hacer ni que decir. Sospechó que si intentaba decir algo, la voz se le quebraría. Eso la horrorizó. Trató de respirar hondo para calmarse, porque además, en pocos minutos tendría que salir al atril y hablar en público. Y no un público cualquiera, ni en un día cualquiera.

La voz de Castle hizo que una profunda respiración quedase bloqueada entre sus pulmones y su garganta.

-Buenos días detective Beckett, calurosa mañana. Encantado de volver a verla después de tanto tiempo.

Ella agarró ambas manos juntas para que dejasen de temblar y compuso una sonrisa conciliadora. Buscó en su cerebro algo que responder, pero este no le respondía tan rápido como de costumbre. No es que le pasase nada grave, solo era que estaba histérica ante la cercanía inesperada de Castle.

Pero antes muerta que dejar que notase lo vulnerable que estaba.

-Gracias…estoy bien - fue lo primero que su garganta atinó a decir.

-Bueno, ….me alegra saberlo…-dijo Rick- mientras levantaba una ceja y la miraba desconcertado.

A Beckett casi le da un ataque de pánico. Él no le había preguntado como estaba, solo había saludado.
¡Genial! ¡Ahora pensará que soy estúpida! ¿Gracias, estoy bien? ¡Menuda ridiculez!

Beckett carraspeó del disgusto y sacó los papeles con el discurso. Hizo que lo estudiaba de nuevo para que él la dejara en paz. Hacía tres meses que no le veía y solo se le había ocurrido meter la pata contestándole una estupidez sin sentido.

-Que se acabe ya este día- pensó , consternada.

El alcalde hablaba desde la tarima.

El sol había salido y amenazaba con derretir a los presentes. No había ni una nube en el cielo y pedir sombra se antojaba como algo impensable. Kate sentía a plomo el sol sobre su cabeza, sin embargo, se dio cuenta de que sus manos y sus pies estaban helados, y sentía una sensación de escalofríos por todo su cuerpo.
Poco a poco , fueron subiendo las personas encargadas de leer sus palabras de homenaje a las victimas. Una azafata recogió a Beckett y la acompañó a la tarima cuando llegó su turno. Se concentró en lo que tenía que hacer. Respiró aquel aire pesado y ardiente y las palabras de su mensaje fueron sonando una a una. Notó que las piernas no la sujetaban y se agarró con ambas manos al atril, centrándose exclusivamente en la labor de terminar su discurso.
Hizo una pausa cuando intentó controlar los escalofríos y mantener el equilibrio.

-¡Lo que me faltaba!, ¡que ahora me ponga enferma, y delante de 2000 personas!. ¡Y de Castle!. Lo dicho, hoy no es mi día.

Cuando estaba por terminar, comenzó a sentirse realmente mal. Tenía las manos frías y un sudor helado le recorría las sienes. Supo que había terminado de hablar porque sintió los aplausos de la multitud.
Se soltó del atril y con cuidado buscó las escaleras para bajar de la tarima y volver a su lugar, pero sus ojos no la obedecían. Era como si el día se oscureciese, como si ella caminase a varios centímetros flotando sobre el suelo.
Comprobó que no era capaz de escuchar casi nada. Sintió miedo. Consiguió bajar los cuatro escalones casi a ciegas .
Para cuando llegó al suelo, todo se movía como a cámara lenta y supo que se iba a desmayar , y ya sin visión, y muy asustada, extendió los brazos hacia donde sabía que estaba Castle. No hizo falta nada más porque al segundo le sintió sujetarla fuerte contra él, mientras le veía mover los labios asustado y pronunciando su nombre. Cerró los ojos y se alejó de la consciencia sabiendo que estaba a salvo, en el lugar en el que tantas veces, cuando intentaba conciliar el sueño, imaginaba llenar .


……………………………………………………………………………………………



-No, ella no querrá ni oír hablar de eso ,Lanie.

-Ohh, Castle, no te preocupes, conozco a Kate, y en cuanto lleve unos días aquí encerrada sin poder moverse, irá contigo incluso al infierno. Y no me llamo Lanie si no es así!!!!
El la miró y sonrió tristemente.

El doctor Simonsen les había dicho hacía media hora que Kate tenía una anemia bastante severa, que se encontraba mal alimentada y deshidratada. Como consecuencia de todo eso, su cuerpo había entrado en shock hipoglucemico. Faltaba hierro, glóbulos rojos y azucar. El doctor les dijo que debería pasar una semana en el hospital, con sueros y alimentación intravenosa, pero que después, podía seguir el tratamiento en otro lugar siempre que alguien se ocupase de su reposo, de su dieta y de sus vitaminas. Iba a necesitar al menos dos meses para recuperarse por completo.

-La haremos entrar en razón, hermano- le dijo Esposito, dándole un golpe en el hombro- y gracias por todo. Menos mal que estabas allí. Debimos detenerla nosotros-dijo apesadumbrado- pero ya la conoces, no nos hacía caso.

- Está bien-dijo Rick, animándolos a todos- parece que esto se va a solucionar. Lo importante es que su estado no es tan grave como parecía en un principio. Y bueno, tampoco es cosa de obligarla. Si ella no quiere venir a mi casa, le buscaremos otro lugar, sin que sepa que es cosa mía. Lo importante es no disgustarla más, y que se sienta cómoda, sea dónde sea, para que pueda recuperarse.

-¿Has hablado con ella?- le preguntó Ryan, agarrado de la mano de Jenny.

-Bueno…., lo que se dice una conversación no hemos tenido. Estuve con ella mientras el doctor le daba los resultados de las pruebas, pero en fín, en realidad, solo me ha dicho que gracias y que podía irme. Y yo no quise presionarla, ni con mi presencia ni con mis palabras. Lo último que pretendo estando aquí es disgustarla de alguna manera. O incomodarla con mi presencia.

Lanie resopló.
Esta chica era demasiado testaruda, y una ciega y también una desagradecida si no admitía que Castle se había portado con ella mejor que bien. Pero era la única que la conocía realmente, y sabía a ciencia cierta que tenía sentimientos por Richard. Y sentimientos muy fuertes. Eso era lo que asustaba a la detective. Rogó para que esta vez olvidara su cobardía.

A los cinco días de estar en el hospital, Beckett parecía un tigre enjaulado .
Se sentía culpable con Castle y estaba alterada con todas las reprimendas de Lanie y sus compañeros.
Ante el panorama de estar un mes allí encerrada, accedió a irse con él, y correr el riesgo de tener que verlo con alguna de sus exóticas novias .
Realmente no sabía como dar las gracias a Castle. Y se sentía medio emocionada por la amabilidad y el cariño que le había demostrado con esto a pesar de lo sucedido.

-Lanie, no sé que tan buena idea sea esto. Ya sabes, podría quedarme en mi apartamento. Castle es famoso y su trabajo es..

-Beckett, conmigo no te hagas la inocente, ¿quieres? Castle podrá ser todo lo que tú quieras, pero ha demostrado ser un hombre de los pies a la cabeza. Otro en su lugar , ni se hubiera preocupado por ti. Es un caballero, y un hombre integro.

Kate se mordió el labio y salió de la habitación del hospital agarrada de Lanie. Aun estaba muy débil , así que el viaje lo hizo en una ambulancia, acompañada por la enfermera privada que había contratado Rick. Para colmo, casi no podía caminar, así que el desplazamiento a la casa lo hizo en silla de ruedas.

La puerta del loft de Richard le pareció a Beckett como la puerta al infierno. Le dio un pequeño ataque de pánico. Iba con las ropas del hospital, su pelo parecía una masa enmarañada de pelo opaco y su cara sin una gota de maquillaje, era como la de un cadáver.
Y para colmo no tenía sus tacones para que le sirvieran de arma psicológica. Esperaba que él no estuviera allí. No había vuelto a verlo desde que la había llevado al hospital. Lanie le había dicho que se había ofrecido para acogerla en su casa, porque todos los demás tenían que trabajar, pero no lo creía.

Seguramente sus amigos le habían presionado para que se hiciera cargo de ella.
Y eso era lo que hacía allí, delante de su puerta. Ser una carga. Se prometió que en cuanto el doctor le diera permiso, se iría.
Pero mientras tanto….mientras tanto pensaba disfrutar de él tanto como pudiera.
Y si estaba en su mano, esperaba convencerlo para que volviese a la comisaría. Aunque no fuese a diario, sí por lo menos en algunos casos. Prefería verlo, aunque tuviese otras relaciones, que perderlo definivamente.
Se quedó de una pieza cuando Castle le abrió la puerta y le tendió la mano.

- Buenos días detective. Bienvenida a mi humilde morada.

No sabía si quedarse allí parada, darle una sonrisa, agradecerle por acogerla o dejar que Castle la condujera al interior del loft. De cualquiera de las dos maneras, iba a hacer el ridículo.

¡Estupendo!- pensó Beckett, desesperada por esconderse de la mirada intuitiva del escritor- sí le quedaba alguna duda sobre mi grado de idiotez, ahora debe tenerlo totalmente claro.

(Continuará)

wooooooooow k pasar en el loft de Castle????
continúalo pronto please

ahhhh que bueno!!!! por favor sigueeee

Acabo de leerlo del tirón y me encanta!!! sigue asi maja, que lo estás clavando, FELICIDADES POR EL FIC!!!

esta beckett me da un poquitin de pena...que inseguridades chica!!

Acabo de leer tu fic y esta genial mas que bien me encanta, siguelo pronto

sigelo prontito...y qe beckett se recupere con castle a su laditooo dandole mimitos

Capitulo IV


Elsa Everton, la enfermera que cuidaba de Beckett, subió rápidamente a preparar el dormitorio para Kate y acomodar todas sus cosas. Ellos se sentaron en la mesa de la cocina del loft para comer. Richard preparó algo para él y le dio a Kate la sopa y el puré de verduras. Ambos se sentaron frente a frente. Kate quería decir algo pero el semblante serio de Castle la hacía sentirse incómoda. Cada vez que iba a abrir la boca, se acordaba de la cara que puso cuando Josh le dijo que estaban comprometidos. Le entró tal desazón en el estómago que posó lentamente la cuchara sobre la mesa.

-¿Ocurre algo? ¿Te sientes mal? - dijo Castle, preocupado, al verla apartar la comida.

Casi sin pensarlo alargo la mano por encima de la mesa y tomó la de ella. Estaba fría a pesar del calor.
Kate no se atrevió a mirarlo a los ojos, aunque dejó su mano dentro de la de él.

- No, no, yo - tartamudeó- ….yo…

Levantó la vista y sus ojos se encontraron.

- Castle -le dijo, suspirando apesadumbrada – ya no puedo soportar esta tensión que hay entre nosotros. Sé que las cosas son difíciles pero yo... quisiera…pedirte…

Rick la animó a continuar con un apretoncito en sus dedos.

-Quisiera pedirte si es posible que mientras estemos aquí, volvamos a ser amigos y… bueno…hablar como antes. Ella volvió a suspirar antes de seguir.

-Sé que no soy fácil en ese aspecto y tú sabes que me es muy difícil pedir ayuda y mucho menos aceptarla. Lo he pasado mal, con la tensión y la enfermedad de mi padre, y quisiera que mientras esté en tu casa, nos tratásemos por lo menos de forma cortés.

- Lo siento mucho Beckett, ha sido culpa mía. No te preocupes, por mi parte esta bien. Quiero que te sientas cómoda aquí -soltó su mano y le sonrió-- Y ahora sigue comiendo o tendré que llevarte de vuelta al hospital.

-¿Cómo está Alexis? –le preguntó Kate- Hace mucho tiempo que no la veo, y empiezo a extrañarla!

- Ohh, encantada con su dichosa universidad. Es la novedad. Menos mal que al final se quedó en Washington, que está relativamente cerca. No para de hablar de sus asignaturas, de que hay muchísima gente nueva a quien conocer, en fin, emocionada. Creo que se ha olvidado de mí.
-Y….tú….¿ como has estado?

- Pues viajando sin parar, con la promoción y el nuevo proyecto - Castle no estaba dispuesto a darle ninguna pista de lo mal que lo había pasado sin ella...Al menos, no todavía. Como buen jugador de Póquer, se reservaba su juego. Esta vez solo tenía una mano de cartas y tendría que jugarlas muy bien si quería ganar a la sagaz detective.




……………………………………………………………………………………………





Habían pasado ya diez días desde que se instaló en casa de Richard. Elsa, su enfermera, la despertó con el desayuno y las medicinas, como todos los días. Cuando salió del dormitorio, Kate se estiró perezosa entre las sábanas. Se encontraba mejor, pero todavía se cansaba con demasiada facilidad.

Rick había insistido en que ocupase su dormitorio, porque era mas espacioso, tenía baño y podía disponer del ordenador, además, la vista de la ciudad era mejor, y su armario tenía sitio de sobra para la ropa de ella… Hundió la cara en la almohada y cerró los ojos con una sonrisa en su rostro. Había sido una semana genial. Ella no era voluble pero con Castle siempre tenía ganas de jugar, de ser sexy, de provocarlo, de reírse… ¿Dónde estaría?

Salió de la cama, aburrida y se decidió por una ducha. Cuando terminó, miró por la ventana y vio como una densa niebla caliente y pegajosa había ocultado el sol y cubría la ciudad. No quería quedarse allí sola, encerrada en el dormitorio. Quería la compañía de Rick. Habían sido dos horribles meses sin él. No le gustaba añorarlo de esta manera, pero no se le iba de la cabeza. Bajó al piso de abajo y conversó con Elsa y con Adriana, que estaba limpiando la alfombra del salón.

La verdad es que ya se sentía como en su casa. Sentía que pertenecía a ese hogar, que tenía una familia y un futuro allí.

Amaba a Castle pero no quería reconocerlo delante de nadie, a veces, ni siquiera de ella misma. Aceptar esa verdad le había costado años de desconfianza y dudas. Ahora había llegado el momento de abrirse a él o de perderlo y no estaba dispuesta ni a lo uno ni a lo otro.

-¿Qué hago con esto? ¿Qué debo hacer? No puedo decirle lo que siento, y más en esta situación actual. Él no ha insinuado nada desde que estoy aquí, y yo , no sé como actuar.

-No puedo, no soy capaz. Necesito confiar en él, pero ¿y si tiene otra relación? ¿Debo preguntárselo? Se va a burlar. ¡!!!!!Dios Castle!!!!!




………………………………………………………………………………………




La sombra del avión parecía imparable. Beckett estaba sentada en un ventanal, rodeada de papeles y de pronto aquella horrible sombra negra, la sacó de su trabajo. Cuando vio que se le venía encima, se quedó paralizada y supo que iba a estrellarse contra el edificio. No había salida. Sintió el vértigo del terror bajar por su estómago. La sombra oscura se acercaba más y más. Beckett gritó con todas sus fuerzas pidiendo ayuda, pero nadie respondió. Intentó girar para escapar. Sintió que las piernas le flaqueaban del terror. Estiró una mano buscándole, pero él no estaba allí para agarrarsela. “Te quiero”, gritó desesperada, mientras las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
De pronto se terminó el tiempo.
Vio venir el avión frente a ella y gritó con toda la fuerza de sus pulmones cuando el choque fue inminente….quiso huir, gritando, pero no sabía hacia donde escapar. Algo la detenía mientras gritaba y se debatía presa del terror.


-Shhhhhh, ¡¡¡¡ya está, ya pasó, despierta Beckett, tranquila, ya, yaaa!!!

Los brazos de Rick la sujetaron en un cálido abrazo. Ella intentó volver a la realidad aunque le llevo unos segundos darse cuenta de que era una pesadilla. Sentía que el corazón se le iba a salir del pecho. Y temblaba.

- Richard…yo…perdóname, estaba soñando- miró el reloj encima de la mesita- ¡Son las tres de la mañana, lo… lo…siento muchísimo!

-Tranquila, no pasa nada- le acarició la nuca y sintió el pelo de ella mojado por el sudor. El día había sido bochornoso y asfixiante y la noche continuaba en la misma tónica.- Ya , tranquila, respira hondo, -le susurró junto a su oído, a la vez que pasaba sus labios por los contornos suaves de su oreja.

Ella se abrazó a él como si fuera su tabla de salvación y siguió sollozando contra su pecho, mientras él la acariciaba como si fuera una niña, sentado en su cama.

-¿Te sientes mejor?

Ella asintió contra él. Sus manos se agarraban a su camiseta con determinada desesperación.
-Por favor- dijo ella, todavía llena de miedo- ¿puedes encender la luz?

Él se estiró con ella en los brazos y encendió la luz de la mesilla. La separó un poco para verle la cara. Tenía el terror pintado aun en sus ojos y secó su cara con la mano dulcemente. Estaba tan delgada y se apretaba tanto a su pecho que podía sentir cada una de sus costillas contra él...

-Necesitas un poco de agua……

-¡!!!NO!!!!!!!!!! …. no te vayas - lo dijo sin pensar, intentando pensar en alguna justificación válida a sus palabras, pero todas le parecieron ridiculas. Se agarró aterrorizada a su camiseta de nuevo, con las manos crispadas, y buscó el cobijo apoyando su cara contra el hueco de su cuello.

-Tranquila, no me voy a ninguna parte, Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, cálmate, respira....
Intentó volver a disculparse, pero sentía la boca seca.

- Yo, siento todo esto y… tenías razón….necesito un poco de agua. Se separó de Castle y mirándole le dijo:
- Yo puedo sola.

-No, señorita detective, de eso nada, tú no puedes sola y además te quedas en la cama y yo bajo a por tu agua. Tengo que apagar el portátil y las luces, creo que necesito dormir un poco, aun estaba escribiendo cuando escuché que gritabas.

Rick se fue abajo y mientras tanto Beckett levantó un poco la persiana para que la luz de la ciudad iluminara la habitación, mientras apagaba la luz de la mesilla.

Temía volver a dormirse y tener aquel horrible sueño otra vez. Respiró hondo. Estaba intranquila y nerviosa.
Castle entró y le ofreció el vaso. Ella lo agarró por encima de su mano porque él no lo soltó. Bebió unos cuantos sorbos y el colocó el vaso sobre la mesita.

Cuando le vio caminar hacia la puerta tuvo un pequeño ataque de ansiedad.

-Quédate conmigo Rick -dijo en un suspiro que sonaba a súplica.

Le costó pedírselo, pero estaba hecho. Quería estar con él, sentirlo cerca, su cuerpo anhelaba el contacto de su piel.. En ese segundo apartó la inseguridad de su cerebro, iba a darse el lujo de hacer lo que le pedía su corazón.

Castle se quedó parado, dio la vuelta para mirarla y le sonrió.

-No pensaba ir a ninguna parte, solo iba a dar la vuelta a la cama.

Mientras Beckett pensaba a que se refería con “dar la vuelta a la cama”, él llegó al otro lado, apartó el edredón y se acostó a su lado. Ella no se atrevió a moverse, estaba casi sentada, rígida por la sorpresa, apoyada en la cabecera de cuero de la cama. Se quedó descolocada, sin atreverse a respirar.

Castle la miró.

-No me mires así Kate, solo vamos a dormir, tienes que descansar, mañana toca revisión con el Doctor y no queremos que crea que no te cuidamos- dijo sonriente- y yo también necesito descansar, he de darle a Gina el libro terminado como mucho el viernes- ¿Estas mejor?¿Ya tranquila?

Beckett asintió en la penumbra sin atreverse a mirarlo. Estaba desilusionada. Rick había puesto una frontera entre ambos aunque estuvieran en la misma cama. El no la deseaba. Solo iban a dormir. Muy despacito se hundió entre las sábanas. Aquella cama era enorme. Se dio la vuelta dándole la espalda y suspiró.
-Bueno-pensó decepcionada- por lo menos disfrutaré de tenerlo cerca durmiendo a mi lado, y quizá……

De pronto los brazos de Castle se cerraron a su alrededor y la arrastró hasta pegarla a él. Kate casi gritó del susto. Se tensó de nuevo, pero no dijo nada.

- Beckett, no creo que nadie pueda dormir así. Pareces un palo de escoba. Relájate, descansa e intenta dormir, ¿te parece?

Ella se relajó un poco contra él, se puso cómoda y notó como Castle la besaba en la cabeza. Sintió una sensación de vértigo en el estomago. Y también en otro lugar. Creía que iba a comenzar a gemir ante tal cúmulo de sensaciones, pero se mordió los labios a tiempo. Quiso decirle algo, pero él la acalló.

- Shhhhhhhhhh, hora de dormir. Mañana hablamos, ¿de acuerdo?

Ella volvió a asentir con la cabeza. Fue relajándose poco a poco con la calma y la respiración de él. No quería dormirse, quería disfrutar del abrazo y la proximidad de Castle, quería saborear cada minuto sin pensar en nada más. Estaba segura que si se lo proponía conseguiría que la perdonase. Debía tener un poco de paciencia. Se reveló contra el sueño, se movió contra él encajándose mas cómodamente, hasta ajustar sus cuerpos. Cerró los ojos y un bostezo se escapó de su boca mientras los brazos de Castle apenas se aflojaron alrededor de ella en una caricia suave pero posesiva. Reposó la cabeza sobre el hombro de él, mientras Rick doblaba el brazo sobre su pecho, aunque no se atrevió a posarlo sobre ella. Pero, casi dormida, agarró su mano y él entrelazó sus dedos a los de ella.

Mientras ella dormía, por la mente de Castle pasaban todo tipo de pensamientos, pero todos tenían que ver con dos palabra: la amo.

Tuvo la certeza de estar absoluta y totalmente atrapado, y lo malo era que le gustaba sentirse así. Tenía a Kate encajada en él, y aunque había estado con muchas mujeres, la sensación ahora era absolutamente distinta. Necesitaba urgentemente cambiar de postura a su lado, aunque no quería despertarla, pero su deseo era tan evidente que si ella se despertaba, no necesitaría palabras para explicarle su necesidad de tenerla. Despacio se apartó y quedó boca arriba, pero ella, como si tuviera un imán, lo siguió en su movimiento y se acomodó otra vez, poniendo la cabeza sobre su pecho y pasando el brazo por encima de él, apretándose contra su costado.

Castle suspiró. Aquello iba a ser una tortura China. Imposible dormir.

Intentó distraerse pensando en asuntos mas triviales, pero Kate volvía a su pensamiento insistentemente. A veces, entre sus respiraciones, gemía o se removía, y era todavía peor.

Quiero que ella tome la iniciativa –pensaba Rick - no puedo obligarla ni presionarla. No quiero. Creo que tendré que poner un poquito de distancia entre ambos, o terminaré por estropearlo todo otra vez. Suspiró de nuevo esperando que el amanecer le librara de aquel deseo abrumador.

Cuando Kate se despertó, notó el peso de alguien a su lado sobre la cama. Había estado soñando con Castle. Había sido más que suyo en sueños. Eso hizo que se despertara solo con un pensamiento. Se estiró sonriente buscando las caricias de Rick.
La sonrisa de Alexis le dio los buenos días.

Kate tardó un poco en reaccionar. Casi se muere de la vergüenza.Intentó apartar aquellas eróticas imágenes de su mente.

-¡!¡Oh Lex!!!, hace mil siglos que no te veía. ¡Estás fantástica! ¿Tienes vacaciones? ¿ que haces tú aquí? Creía que estabas muy ocupada con la universidad.

- He venido a ver si mi padre decía la verdad, pero veo que no mentía- le dijo-dándole un cariñoso abrazo. Solo vine a verte, quería asegurarme que te encontrabas bien.

-Tu abuela está de gira con Sir Owen, pero he hablado con ella. Sois muy amables conmigo.

-Vamos Kate, no exageres, tú eres como de la familia, aunque un poco cabezota la verdad. Papá me dijo que no querías venir a nuestra casa. Tenía ganas de verte después de tanto tiempo, y cuando me dijo que estabas enferma, me preocupé y quise venir. Tomé el tren por la mañana, pero después de la presentación de hoy con los editores, papá me llevará a Washington otra vez…. ¿Ha estado pesado contigo? ¿Te ha tratado bien?

- Bueno, la verdad es que esta última semana lo he visto más bien poco. Tenía que terminar el libro y entregarlo, y eso lo mantuvo ocupado.

-Si, el libro- la pequeña Castle hizo un mohín- la verdad Kate, ¡!no sé como le hablas después de lo que te ha hecho! Si yo estoy indignada,¡¡ me imagino como estarás tú!! Ya sé que él no lo hace con mala intención, ya lo conoces, pero toma decisiones equivocadas a veces.

Kate la miró sorprendida. Alexis era una niña muy tranquila, y la veía alterada y enfadada de verdad.
-Se lo he dicho a papá, y no me extraña que Gina se haya despedido.

-¿Quieres decir que ya no es su editora?

- No, cuando vio que papá había asesinado a Nikki Heat, le dijo que se buscara otra editora. Papá le dijo que no se preocupara, que ya tenía en mente otra idea para el próximo libro. Pero ella estaba enfadada de verdad y no entendía porque papá había terminado con Nikki porque había mucho dinero en juego. Además, esa manera de morir, uffff,…espera… ¿tú no estás ni un poquito enfadada con él?

Kate siguió con la boca abierta, procesando la información que surgía como una catarata de la boca de Alexis.

- Bueno, yo… no… no lo…. he leído aún.

-¡!!Ah, no lo hagas¡¡¡. No merece la pena, en serio. Si yo estuviera aquí, jamás se lo habría permitido. Bueno, me tengo que ir, voy a buscar a mi padre o no nos iremos nunca y ya deben estar esperándole. Habrá mucho revuelo. Los periodistas están haciendo mucho ruido por la noticia del final de saga de Nikki Heat. Dicen que es un bombazo. Si necesitas algo, llámame Kate, te veo muy bien.

Y dándole un beso de despedida, salió puerta afuera como un huracán.

¿Había matado a Nikki?, o sea, ¡no pensaba volver a la comisaría!, ¡ni siquiera pensaba volver a verla!!!¿De donde había sacado su cerebro idiota la idea absurda de que sentía algo por ella? Realmente la tenía en su casa por lástima y nada más.
Bien, la farsa había terminado. Sintió como una ira ciega iba atrapándola. Tenía que hacer algo. No iba a quedarse más en esa estúpida casa. Se levantó enfurecida, buscó la ropa, pero no la encontraba.

!!!! Dios!!!!

Se puso a dar patadas al armario con el pié descalzo. Cuando se hizo daño se sentó en el suelo. Lloraba de la desesperación. Saldría en pijama si hacía falta.
En ese momento el móvil sonó. Lo cogió con la intención de estrellarlo contra la pared pero el nombre que aparecía en la pantalla le llamó la atención.

JOSH

-Josh. Soy Kate. No preguntes, por favor. Necesito un gran favor. Ven a buscarme, por favor, te lo suplico….

El móvil voló de su mano.

Kate quedó boquiabierta cuando vio a Castle. Este cortó la comunicación. Dio dos paseos a grandes zancadas por el dormitorio. Luego se plantó a los pies de la cama y le dijo:

-Veo que ha llegado la hora de que tú y yo tengamos una larga conversación. Está bien, detective Beckett, llegó la hora. Hablemos, pero con la verdad.

(Continuará)

dioosssss por favor subiloooo yaaa kierooooooooooooo que hablennnn con la verdad ajajjajajaj

felicidades por los cap esta muy biennnn

subelooooooooooooooooooooooooooo



aiiaiaiiaiaiiaiaiaiiaiaiaiaiaiaiaiiaiaiiaia

Nos quieres matar verdad??? jajajja Me encanta!!! No kiero otra vez al pesado de Josh x favorr!!!

DIOOS MIO NECESITO OTRO CAPITULO EN UN NUMERO DEL 1 AL 10 YO PUNTUO ESTE CAPI CON UN 100 XD XD .TE HA QUEDADO GENIAL.

woooooow chica continua please
quiero leer esa conversacion.
gracias x otro cap

PERO COMO SE TE OCURREN DEJARNOS ASI CON ESTA ANGUSTIA.

AHHHHHHHHHHHHHHHHh pero que os pasaaaa??? quereis matarme que me de algo al corazon o queeeeeeeee
pero porrrquee eme dejas asíiiiIiiiIIi
ains please necesito,.. si si NECESITo que sigas !!!!!!!!!!!!!

yo tb necesito un capitulito...