OLVÍDAME TÚ

me lo e leido del tiron y dejame decir que ES REALMENTEE FANTASTICOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! cada final de capitulo es para morirseee y mas este ultimooo ahiiiiiiiiii que nerviios!

Capítulo cinco



Beckett miró desafiante a Rick, esperando que él comenzara a gritarle. Pero sorprendentemente, por una vez su instinto le falló.
Mientras él continuaba callado, la rabia brotó en ella , subiendo a su cara y haciendo que esta tomara un color rojo púrpura que le llegó hasta las orejas. Se puso de pié delante de él, con los brazos en jarras, en pijama y descalza.

La furia le llameaba en los ojos.

- ¿Se puede saber porqué acabas de asesinarme?

Rick la miró con una media sonrisa torcida, pero no le contestó.

Eso enfureció mucho más a Kate.

-¿Crees que eres el dueño del universo, verdad? ¿Qué puedes hacer y deshacer a tu antojo? ¿Qué todos debemos bailar a la música que tú tocas?

Rick seguía tranquilo, clavado en el suelo, mirándola sin pestañear.

-Estoy harta de ti, de esta asquerosa casa y de tus actitudes de playboy. Yo no soy como tú, soy una detective de policía de homicidios¡¡¡Quiero irme de aquí!!!!! – le gritó acercándose peligrosamente a su cara.

Kate se desesperó al comprobar que una vez más, este hombre había hecho que perdiera su coraza y expusiera sus sentimientos delante de él. Ella, la gran policía, la que tenía el control en los interrogatorios de los sospechosos, estaba gritando sin control , y lo malo era que en el fondo, sabía que estaba haciendo lo que realmente sentía su alma.

-¿Qué te crees, eh?- Continúo dando rienda suelta a su furia- Confié en ti, creí que podíamos ser…. ¡!Amigos!! ¡Menuda ridiculez! Tú nunca tuviste la intención de volver conmigo a la comisaría, la prueba es que terminaste con Nikki en tus estúpidos libros!!!!!!!! ¿Qué pasa Rick, también te cansaste de mí? ¿Para que me trajiste a tu casa? ¿Crees que soy un adorno de quita y pon? ¡Maldita sea, Rick! ¡¡¡Maldito el día que pensé que tenías un poco de dignidad!!!!

-¿Quieres irte?- la voz de Rick sonaba dura, pero no enojada.

-SIII, quiero irme lo más lejos que pueda de aquí. Quiero olvidar estos dos años, y no volver a verte en mi vida nunca más!!!!!!!!!!!!!!!

-¿Es que te he atado a mi cama? ¿Es que te encerré en mi casa?–En la voz de Castle asomó algo parecido a una furia helada y contenida - Para irte de aquí no necesitas de ordenes judiciales ni permisos carcelarios, solo hay que agarrar la puerta y salir, esto no es una prisión, detective, y tú no eres precisamente ninguna mujercita desvalida a la que se pueda retener por la fuerza.

Kate se quedó lívida. No supo que responder.

-¿Has terminado o quieres decirme alguna cosa más? –dijo Castle, volviendo a sonar despreocupado. -Si me vas a decir algo, te pido que no grites, mi hija está ahí abajo, y no quiero que la disgustes.

-No, ya he terminado- dijo Beckett, conteniendo el tono. Ahora la rabia la cegaba- ya veo que te importo tan poco que ni siquiera escuchas lo que digo.

- Con el tono que has usado- le dijo acercándose a ella peligrosamente y entrecerrando los ojos, deben de haberte escuchado hasta en el Bronx.- Le diré a tu enfermera que te ayuda a recoger tus cosas , y avisaré al portero para que te recoja en un taxi a la hora que tu ordenes y te acompañe a tu casa, o a donde tú quieras.- La voz de Rick salía suave y sin alterarse.

Kate intentaba tragarse las lágrimas, pero era imposible... Ese silencio y ese tono calmado de Rick la habían herido como nunca antes.

-Bien- dijo Rick- veo has terminado de hablar. Me voy con Alexis, los periodistas están esperando para una rueda de prensa, así que si no nos volvemos a ver, te deseo todo lo mejor del mundo, detective Beckett.

Ahora ella sollozaba sin tregua delante de él. Ni se molestaba en secar las lágrimas. El dolor que sentía era profundo, y quemaba.

-Ahh- dijo Richard con la mano ya en el pomo de la puerta, girándose otra vez hacia ella - antes de irme, quisiera decirte un par de cosas:

A) Esta “asquerosa casa” es el hogar de mi hija y el mío. Respeta a Alexis si no puedes respetarme a mí. Yo te ofrecí mi casa , y si no es de tu agrado, no es culpa mía.

B) Yo no te he matado, he matado a un personaje de ficción llamado Nikki Heat, al que yo creé. Jamás he interferido ni he puesto en tela de juicio tu trabajo como detective. Haz tú lo mismo con el mío.

C) Me has decepcionado. Creía que pelar la cebolla Beckett sería un reto fascinante , pero he visto que las capas que mantenías ocultas, estaban podridas.

Kate ya no pudo más, agachó la cabeza y se rindió. Estaba herida y sola. Se sentía como el día que había perdido a su madre. Destrozada.

- Bien, eso era todo, espero que la vida sea amable contigo. Eres una profesional ejemplar. Adiós de nuevo y mucha suerte, detective.

Dicho lo cuál cerró la puerta suavemente y bajó a buscar a Alexis mientras el peso de la culpa y el arrepentimiento luchaba con las ganas de dar la vuelta y abrazarla para hacerla sentir todo el amor que había guardado durante tantos meses en su corazón.





……………………………………………………………………………………..





El cielo se tiñó de un tono morado-rojizo que asustaba.
El calor bochornoso de los días anteriores amenazaba con ser tragado por una tormenta de las épicas. Eran las cuatro de la tarde y su enfermera acababa de irse, no sin asegurarse antes de su bienestar. Kate intentó disimular delante de ella su nerviosismo.
Se sentía incomoda, no estaba a acostumbrada a que cuidasen de ella…hasta que llegó Castle. Un sentimiento cálido se extendió por sus venas. Había llamado por teléfono dos veces para preguntar por ella a la enfermera, incluso después de haberle hablado como lo había hecho por la mañana, aunque no había querido ponerse directamente con ella.

Sabía que estaba dolido. Ambos lo estaban.
Lo malo era que ella veía que de un momento a otro iba a ponerse en ridículo, pidiéndole a Castle una tregua o un cambio en su relación o un abrazo, o quién sabía qué. Lo primero era pedirle perdón. Se sentía fatal, culpable y estúpida. No podía irse de su casa sin pedirle perdón y darle una disculpa sincera.

Kate podía ser irritante y cabezota, pero no era mezquina.

Aún eran las cinco de la tarde pero la oscuridad ya lo embadurnaba todo.
Kate sentía hoy la ausencia de Rick de manera más profunda que en los meses de verano, más que los días anteriores, porque sabía que le había herido mucho, lo mismo que él la había herido a ella, aunque sus palabras habían sido correctas y corteses. Enseguida llegaría a casa. Supo por las noticias del canal cultural que su reunión con los periodistas se terminó a las dos. Luego iría a comer con Alexis y la llevaría de regreso a Washington.

Estaría a punto de llegar. No podía aguantar la ansiedad.

Tampoco sabía como reaccionar. Solo podía pensar en mirarlo de frente y disculparse. No se iba a permitir pensar en nada más allá de eso.

Un trueno lejano la sorprendió pensando.

La oscuridad era casi total dentro del loft. Se levantó y encendió la luz de la mesita del café. Subió arriba a por una manta y luego cogió uno de los libros de él. Se puso a leer encogida en el sofá. Lo sentía en cada objeto, y lo peor de todo era que le gustaba. Sonrió para sí misma. Con Castle se sentía como una jovencita. Con ganas de jugar, y sobre todo, de reír. Era como volver a los diecisiete, era vivir.
Intentó concentrarse en el libro, pero por el medio de su cerebro se colaba la imagen de ellos durmiendo anoche juntos. Calma. Suavidad. Caricia. Seguridad. Comodidad. Inconsciencia entre su olor, su tacto y su respiración.

Kate despegó los ojos del libro al escuchar un ruido sordo.

Fue al ventanal y observó la lluvia. Más que lluvia era un diluvio. Tuvo un escalofrío. Sin duda la temperatura había bajado bastante, pero no sabía como o dónde poner en funcionamiento la calefacción.
Ojalá supiera donde estaba Castle. Esperaba que a cobijo. La tormenta de agua y viento era impresionante.
En ese momento un rayo iluminó su cara preocupada. El sonido le recordó su pesadilla de anoche. Era como el ruido del avión estrellándose contra la torre.

Ese recuerdo la inquietó. Sí lo perdía ahora, sin que la perdonara, no podría mirarse a sí misma el resto de su vida. No podría perdonarse el haberle defraudado. Suspiró.

-Que Rick esté bien, por favor- dijo en voz baja.

Ahora los papeles se habían cambiado. Ella era la preocupada y la que quería cuidarle a él. Entendió bastante mejor la actitud de Castle por ella y por su salud.

Eran más de las seis y no había tenido noticias de él. Fuera seguía el diluvio, aunque ahora los truenos ahogaban el sonido del agua al golpetear los cristales.

Empezó a sentirse histérica, así que puso las noticias en la TV.

Se arrepintió a los dos minutos.

Las imágenes de la tormenta ocupaban la pantalla y hablaban de autopistas anegadas, accidentes, carreteras cerradas, árboles caídos…recomendaban que nadie saliese a la calle si no era necesario. La zona más afectada era la autopista entre Washington y Nueva York.

-Estupendo- pensó.

Sintió una sensación familiar. Era la misma que había estrenado al perder a su madre y la que volvió a sus venas cuando le dijeron que su padre había sufrido un infarto cerebral. Era miedo a perder algo irreemplazable en su vida.

Y en ese punto de su meditación, el mundo se volvió silencio y noche.

La electricidad se había ido, dejando la ciudad sumida en una negrura osca y amenazante. Kate intentó levantarse pero un relámpago gigantesco, acompañado por un ruido como una bomba, la dejó paralizada en el sitio. Esperó aterrorizada, en medio de la oscuridad mientras que otro trueno golpeó el silencio de la casa. Y luego sonó algo como un rugido de lluvia torrencial.

¡Ella era detective de policía, por dios bendito, no iba a paralizarse por cuatro truenos de nada!

Se levantó del sofá. Ahora sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y podía distinguir la sombra de la mesa y algunos muebles. Necesitaba linternas, o velas… pero... ¿por donde empezar a buscar?

Se dio por vencida después de abrir tres cajones al azar y encontrar dentro solo más negrura.

Se sintió frustrada. Necesitaba hacer algo, pero a pesar de su entrenamiento policial, no sabía qué podía hacer.

Un viento empapado de agua golpeaba las ventanas. Pensó en sus compañeros de Nueva York. La ciudad entera debía ser en un caos. Ella debería estar fuera con ellos. Seguro que con una noche así, la necesitarían. Habría cientos de llamadas de emergencia, gente atrapada en ascensores y garajes, robos en los bajos comerciales, la gente a oscuras, emergencias de accidentes, el metro paralizado …

Oyó sirenas a lo lejos. Eran ambulancias.

Calma. Lo principal era no asustarse. Pero estaba temblando.
Había llegado al límite. Cogió su móvil y marcó a Castle. El móvil no hizo ningún sonido. Solo ponía en la pantalla el número de emergencias.

Maravilloso, no había cobertura.

-¡!!!Castle, ¿¿donde estás??!!!!!!!!!!!!!

Se fue al teléfono fijo, pero tampoco había línea.

Quizá Rick estaba harto de soportarla y se había quedado a dormir en un hotel, o quizá en casa de alguna de sus…”novias”. Bueno, esa posibilidad era mucho mejor que enfrentarse a que hubiera sufrido un atraco en plena calle, o un accidente o sabe dios qué!!!

Se sintió sola. Más sola que nunca.

¡Por favor, por favor, vuelve Castle, no quiero estar toda la noche sola a oscuras en tu casa! Solo quiero saber que estás bien. No puedo quedarme con este desasosiego.

Lágrimas de impotencia se le escaparon mejilla abajo. Era una completa idiota.

No podía olvidar las palabras de por la mañana, ni el efecto que tuvieron en ella. No sabía si podría renunciar a Castle, pero no podría con el sufrimiento de perderlo y además, saberlo enojado con ella.

Una hora mas tarde la tormenta parecía haber crecido en furia. Toda la ciudad seguía a oscuras y el agua y el viento lo ocupaban todo. Sabía por experiencia que ahí afuera el caos sería total. Lo único que escuchaba eran sirenas que le ponían la carne de gallina.

Volvió a la ventana, pero solo había lluvia y algo que pasó volando frente a ella parecido a una hoja grande de papel usado.

Tenía frió. Se estaba congelando. Tenía que subir o cogería una pulmonía. En el tercer escalón tropezó con una especie de jarrón de adorno… El objeto le cayó encima de sus pies desnudos y ella lanzó un alarido de dolor. Se sentó en la escalera.
Justo en ese momento sintió el clic de la puerta. Su instinto de policía la hizo quedarse quieta y callada, hasta que la luz de una linterna iluminó el interior y se cercioró de que era Rick.

Castle cerró la puerta y de pronto escuchó algo que corría hacia él en la oscuridad. La enfocó con la luz justo cuando llegaba hasta él.Beckett le abrazó sin decir nada, y suspiró por fin , con alivio. Pensó que no había nada mejor que estar allí, aliviada en su cálida cercanía y sabiéndolo a salvo.

-¡!¡Dios Beckett!!! ¡Qué, qué…susto me has dado! Creía que la casa estaría vacía, pensaba que tú ya no…espera…… ¿estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Qué haces aquí todavía?

Beckett seguía sin reaccionar del alivio.

-Yo, no encontraba las velas… susurró con los ojos llenos de lágrimas, apretada a su cuello.

Empezó a llorar sin lograr detener el llanto. Castle la abrazó. Estaba asustándose por momentos.
Jamás la había visto romperse así. Lloraba sin consuelo, y sus sollozos llenaban todo el espacio de su loft. Él comenzó a calmarla aunque no sabía muy bien que le sucedía. La acunó entre sus brazos, y acercó su boca a su oído, para decirle con susurros que él estaba allí con ella, allí para siempre y que podía calmarse.

-Quiero morir si te pierdo-boqueó Beckett entre suspiros.

Rick pensó en ese momento que con tanta lluvia , su cerebro debía de estar obstruido.
Había entendido entre los sollozos de ella que se moriría si lo perdía.
Casi le da la risa de la desesperación. Beckett no diría eso ni muerta.

-Shhhh , tranquila, ven, vamos al sofá. La sentía frágil en sus brazos, y tenía los pies descalzos y helados. Castle notó la diferencia de altura sin tacones. La subió en brazos, y la dejó en el sofá.
Le acarició el pelo con la mano. Agachó su cara y la beso entre la frente y el cabello, y ella , instintivamente se hundió más en su cuello, guareciéndose allí como si se tratara del último refugio en la tierra.
Castle le acaricio el brazo y tomó su mano entre las de él. Ella seguía llorando entre hipos y sollozos.

-Castle, necesito un pañuelo por favor.

-Y también necesitas una manta, y un poco de agua, y algo de luz…¿puedo ir a buscarlo? ¿Estarás bien?

La ternura de él la hizo entrar en otro ataque de hipos y sollozos. Aún habiéndole herido, le respondía con cariños. Cualquier otro hombre la hubiera enviado puerta afuera con tormenta y todo. Claro que Castle no era cualquiera. Él se levantó con cuidado y antes de dejarla le dio un rápido beso en la sien.

Cuando tuvo las velas sobre la mesa y el vaso de agua, volvió a sentarse entre ella y el brazo de cuero de su sofá. Le ofreció el vaso y ella bebió unos sorbos. Después le limpió la cara con el pañuelo y ella se lo cogió para sonarse. Eso volvió a hacer que él se sonriera. Esta mujer era imposible. Castle la envolvió en la manta y cerró sus brazos alrededor de su menudo cuerpo, mientras ella se acurrucaba en él.
Le apartó los mechones de pelo pegado a su cara, que se habían mojado con las lágrimas. A la luz de la velas vio su cara hinchada y una total desesperación en ella. Tragó saliva. Agachó su cabeza sobre la de ella.
Quería resguardarla de todas las lágrimas del mundo.

-Kate- susurró cerca de su oído, por favor- dime que te pasa, dime que no te sientes enferma. Intente llamarte pero los malditos teléfonos no tenían cobertura y yo… he pasado un día horrible pensando en …lo que te dije...

-¿Intentaste llamarme?- lo interrumpió, sorprendida.

El entrelazo los dedos de su mano en la suya.

-Bueno, claro, estaba preocupado por la tormenta. Fuí a llevar a Alexis a Washington pero por el medio de la autopista tuvimos que detenernos , y no podía pensar en nada más que lo que pasó esta mañana. Eso me estaba torturando. No podía hablar con nadie, no sabía donde estabas, y toda la ciudad es un lío…

Sin previo aviso Rick sintió los labios de Kate acariciar su boca. Sorprendentemente el beso continuo cálido y suave, pero tentador. Ninguno de los dos tenía muchas ganas de dejar la boca del otro.

La noche que habían pasado juntos en la cama volvió a sus mentes.

Beckett gimió cuando la lengua de Rick acarició el interior de su labio superior. Los sentidos de ambos se habían despertado. Ella abrió la boca y Rick la invadió sin pensar más que en sus ganas de ella. El beso se hizo profundo, sus lenguas no paraban de buscarse y acariciarse. Kate rompió el ritmo y mordió el labio inferior de Castle.

La sintió gemir dulcemente, suave y femenina.

Sin dejar de besarse, Rick se levantó. Ella , de pié junto a él, pensó que estaban demasiado separados así que saltó y se subió a los brazos de Castle. Le abrazó con fuerza y colocó sus piernas alrededor de su cintura.
Rick la sujeto por debajo del trasero y comenzó a caminar con ella hacia las oscuras escaleras.
Kate.. Kate..- suplicó Rick, quería llegar a la cama, pero ella no dejaba de acariciarlo.
Aquello era insoportable. Y Beckett no tenía la intención de esperar un segundo más.

-Rick- jadeó- Rick, no , no , aquí. Bájame. Ahora.

Rick sonrió divertido.

-¡Mandona!.

Estaban a la mitad de las escaleras. Ella le abrazó y apretó la boca contra el calor del cuello de él. El bajó su mano derecha y acarició el trasero de ella con el ansía con que había deseado hacerlo desde que la conoció. Ahora fue el quien gruñó.
Sus bocas se buscaron desesperadas mientras Kate disfrutaba de aquella caricia de Rick, que no se cansaba de apretar y acariciar su trasero.
Dio dos pasos y la apretó contra la pared de las escaleras.
Ella murmuró algo dentro de su boca, separo un poco sus piernas y adelantó sus caderas para encajarse en la erección de él. Rick también se movió y la acarició presionando con un movimiento circular. Kate supo que si no estuvieran vestidos, él estaría ya dentro de ella sin ninguna duda.

Fue como si le leyera la mente.

Rick le quitó la camiseta mientras los dos seguían rozándose con un ritmo suave pero envenenado y letal.
- Rick…Castle… suplicó ella con los ojos cerrados. Jadeaba y él sabía que estaba muy excitada.

Realmente , aquello no iba a durar mucho.

-Kate…dime…. Le respondió con voz grave

Ella ya casi no podía hablar así que le quitó la camisa y apretó su sujetador contra él mientras que su garganta gemía al tiempo del contacto.
Castle no necesitaba muchas pistas más, así que, obediente, liberó sus pechos y los acarició. Cuando rozó la dureza de sus puntas con las yemas de sus dedos, supo que el tiempo de las caricias se había terminado.
Si ella seguía moviendo sus caderas de esa manera contra él, explotaría con ropa y todo.

El la desnudó mientras los besos se hacían salvajes.
La acarició para saber si estaba preparada, y ella le desabrochó los pantalones y subió una pierna hasta su cadera, invitándolo.
El no esperó, agarró su pierna doblada , y apretándola contra la pared, probó la suavidad del interior de Kate.
Ella mordió la piel del cuello de Rick y buscó la postura para acomodarse a él. Ella se dejó ir, descontrolada, sabiéndose sujeta por los brazos de él, murmurando su nombre entre los quejidos de ambos. Rick intentó esperar un poco más pero en ese momento su cuerpo era el dueño y poco después se vertió con fuerza en el interior cálido de Kate.

Varias horas después, en la cama , seguían besándose como locos.

- Kate, para , por Dios, o moriré esta noche de puro agotamiento.

- Ohhhhh Castle, eres un quejita.

-¿Qué me estás llamando , Kate Beckett?

Ella se rió abiertamente. No recordaba sentirse tan feliz.

-Está bien, flojeras, descansemos…un poco.

Rick acababa de descubrir un nuevo placer que hacer en la cama. Le encantaba hablar con Kate mientras la tenía abrazada y tranquila junto a él.

-Bien, yo estaba equivocado.

-¿Y sobre qué?

-Sobre la cebolla Beckett. Su interior es deliciosamente dulce , caliente y sensible. Pero no te preocupes detective, tu secreto está a salvo conmigo.

Ella le dio un beso en el pecho.

-Rick, quiero pedirte perdón , me he comportado tan mal contigo que …

-Bueno, yo también debo pedirte perdón, mis palabras de esta mañana fueron horribles. Mi día fue horrible pensando en lo que te había dicho.

Agarró su mano y le besó los dedos.

-Mmmm-suspiró ella- fue por mi culpa. Tenía mucho miedo, no quería que te marcharas otra vez, tuve miedo a no tenerte más en la comisaría y en mi vida.

- Yo sabía que tenía que dejarte libre. Si te presionaba, aunque solo fuera un poco, te pondrías a la defensiva y no me darías oportunidad.

- Bueno, sí, está bien, soy un poco difícil.

-¿Cómo un poco? Kate, eres terrible. Pero te quiero.

- Es tu culpa, sacas lo peor que hay en mí…

- Y lo mejor..

-Me aterraba lo que sentía por ti. No quería quererte. Era como ser vulnerable, era darte todo el poder sobre mis sentimientos. Fuí una cobarde.

- Y yo temía no ser bastante bueno para estar contigo.

- Rick, te amo ¿Qué hago ahora con esto?

-¿Qué tal si te duermes un poco?

-Primero dime algo…¿somos pareja, tenemos una relación, somos novios, o qué?

- Mira Kate, somos lo que tu prefieras, con tal que me dejes seguir a tu lado como ahora. Duermete, ¿quieres?

Kate se lo pensó un momento y le dijo:

-¡Vaaale!

Kate dio la vuelta, se encajó de lado en el cuerpo de Rick como en un guante y dijo bajito a la oscuridad :

-¿Novios?

Las risas entre los dos siguieron hasta que un color rojizo ponía las primeras luces a una ciudad que llevaba a oscuras casi diez horas.

(Continuará)

me encanto Rosse...pero casi me da algo en el principio ...pero luego amiga lo solucionaste todo!!! eres la MEJOR!!

SOLO PUEDO DECIR ALUCINANTE
GRACIAS POR SEGUIR ESCRIBIENDO ESTE INCREIBLE FIC

Ains cuanto sufrimiento pero chica como lo han compensado!!!!!!!!!!!
ha estado genial supremo!!!
Vivaa ahora son Noviossss yujuuuuuu!!!!!!

Madre mía, es... es... es... es PERFECTO! Me encanta, en serio, es tan genial, y escribes tan bien... Me has dejado el corazón en un puño mientras se peleaban, y luego la preocupación de Kate... Es genial, en serio!!!!!!!

NO TENGO PALABRAS PARA ESTE CAPITULO A SIDO ALUCINANTE

LA ULTIMA PARTE DONDE SE RECONCILIAN HA SIDO MUY MUY BONITA, BUENO TODO ME HA ENCANTADO

love is in the air

Ya conoces mi opinión, es muy bueno este fic. Imagino que ya sabes quien soy. Besitos!!!!

FELICIDADESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

PORRRRRRRRRRRRR ELLLLLLLLLLLL CAPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII


AJAJJAJAJJAJAA



A ESTAADOOOOO MUY BIENNNNNNN

¡Simplemente genial!

¡¡Pero que chulo!! Tenía el corazón en un puño con la pelea, pero luego a sido TAAAAAN BONITOOOO!!!!!!!!!!

Epílogo



Un año y medio después.

Richard Castle era feliz. Su mujer estaba dormida casi sobre él, con una pierna estirada totalmente en diagonal cruzando las suyas, mientras su cabeza y su brazo descansaban sobre su pecho.
Respiraba tranquila. Intentó moverla suavemente pero ella volvió a la postura anterior. Era testaruda hasta dormida. Apenas estaban cubiertos por la sábana.
Dejó que durmiera otro poco más. Esa noche era la presentación de su nuevo libro y estaba intranquilo. Ella todavía no le había perdonado del todo por matar a su anterior protagonista, o sea, su alter ego, es decir, ella misma. La verdad es que la relación entre la pareja era muy especial y tan íntima que tenía celos de compartir a Nikki Heat con el resto del mundo.

Gina había cogido un cabreo monumental y Rick la había mandado a paseo.

Luego, su relación con Kate, el matrimonio y la Comisaría, habían absorbido mucho de su tiempo. Estaba a punto de terminar el primer libro de una nueva saga, “Marlon&Wife: The crystal murder”, protagonizada por un detective privado y su esposa, una bibliotecaria bastante inquieta, y demasiado curiosa.

Así que necesitaba contratar una nueva editora. Había optado por Silvia Sokol, una joven emprendedora y lista, que había conocido desde niña y que era la hija de un amigo suyo que ocupaba un puesto importante en un poderoso grupo editorial. Era un lujo tenerla trabajando para él. Silvia solo tenía un problema. Era rubia, joven, alta, lista y guapa. Y su mujer todavía no lo sabía.

Rick se rió para sí mismo en la cama.

Decidió aprovechar las circunstancias para pinchar un poco a Kate. A pesar de su matrimonio, entre ellos seguía existiendo la misma magia de siempre. Le encantaba pincharla y provocarla. Sus enfrentamientos eran imprevisibles, pero claro, luego estaban las reconciliaciones….y el hecho de que ninguno de los dos podía estar mucho tiempo separado o enfadado con el otro.

Cuando un rato después sintió a su esposa revolverse luchando por quitarse de la cara su pelo alborotado, Rick decidió hacerse el dormido y comenzar con el juego.

Ella se espabiló un poco, cambió de postura para acurrucarse de espaldas y cuando se estaba quedando de nuevo dormida escuchó a Rick soñando:

- Silviaaa-murmuró Rick entre dientes.

-¿Qué?- la luz se hizo poco a poco en la mente de Kate. ¿Silvia? ¿Como que Silvia? ¿Quién era esa Silvia?

Rick notó que sus palabras hicieron efecto porque la sintió ponerse tensa y bufar por lo bajinis. Reprimió una sonrisa y se dio la vuelta para atraparla debajo de él.

-Silvia ven….- murmuró de nuevo, colocando un brazo sobre la cara de su mujer.

Beckett se sofocó con el peso de Rick sobre ella y empezó a chillar.

-¡Maldito animal! ¿Quieres despertarte Castle? ¡!!!CASTLE!!!!! Quítate de encima de mí - gritaba Beckett mientras luchaba con brazos y piernas para quitárselo de encima.

- ¿Mmmm? -dijo Castle, haciéndose el medio dormido... ¿que... queee….pasa?

-Castle, ¿¿quieres quitarte de encima de mí?? -le dijo una Bécquer medio rabiosa en un tono cortante.

-Oh cariño, me encantas, ¡¡tienes unos despertares tan dulces y románticos!!

Fue a darle un beso pero ella le apretó la nariz con fuerza. Chillaba como un condenado, mientras ella intentaba deshacerse de su abrazo. Mientras seguía gritando, él le dio una nalgada. Ella abrió la boca para protestar de nuevo, pero vio la oportunidad y con una llave le tumbó de espaldas con las manos juntas mientras ella se ponía de rodillas sobre él, con el pelo revuelto y en bragas.

- ¡Bonito espectáculo detective!- dijo, mirándola de ese modo que la desarmaba.

Ella subió la rodilla y apretó en otro lugar, mientras Castle volvía a chillar pidiendo clemencia.

Entre los gritos, escucharon tocar a la puerta, y la voz de Alexis, asustada, gritando desde el otro lado:

-Papá, Kate, ¿que pasa? ¿Estáis biennn????

Beckett salió volando hacia el baño y se encerró allí, así que Rick le dijo a su hija que pasara.

La puerta se abrió, dando paso a una alucinada Alexis. Había venido a casa para la presentación del nuevo libro de su padre. Era un acontecimiento social y no se lo hubiera perdido por nada del mundo. Aunque adoraba la universidad extrañaba a su abuela. Sus estudios iban bien, y no quería preocupar a su padre con su nuevo novio (un poco mayor que ella). Bueno, ya se lo contaría…. un trimestre de estos….

- Ahh cariño, pasa, -dijo Rick, tapándose con el edredón y poniendo cara de santo- sí, perdona si te asustamos, es que… bueno...tuve una pesadilla…

Alexis pasó los ojos por toda la habitación y frunció el ceño.

-¿Y Kate?

-Bueno, ella, está… en el baño... creo que en la ducha.

-Ah, vale. Papá, dile que la espero abajo en media hora para ir a hacer la última prueba de los vestidos. Voy a desayunar.



……………………………………………………………………………………………



Ya en la tienda de modas, Alexis abrió los ojos impresionada cuando Kate salió del probador con el vestido puesto.

-¡!Kate!!

- ¿Que te parece Lex? ¿Demasiado atrevido?

- Bu…bueno, un poco, uff, pero estás impresionante.

Kate la abrazó y le susurró al oído: espero que tu padre piense lo mismo, ¡¡esto vale tres meses de mi sueldo!!
-Bah!, no te preocupes, le he cogido su visa oro ¡Y en cuanto a mi padre, no sé, no quisiera quedarme huérfana, tengo miedo que le dé un infarto cuando te vea así.

- No te preocupes cielo, seré buena con él-dijo ella riéndose y guiñándole un ojo a su casi hija.



El día estuvo ajetreado. Beckett no fue a trabajar, para poder hacerse cargo de todo, y Rick tenía compromisos que atender con la prensa, las revistas, los editores, y los invitados a la fiesta de presentación.

Echaba de menos a Beckett. Esa mañana la había enfadado y ella no había querido ni darle un beso de buenos días. Y encima no tendría tiempo para verla antes de empezar con todo el lío del libro. Se moría de ganas de terminar toda la puesta en escena de la presentación, la gente, la fiesta, y tenerla para él solo, en su casa y en su cama.
Ella había querido adelantar trabajo en la comisaría para tener un par de días libres y había estado trabajando más de la cuenta.
Resultado: casi no se habían visto en toda la semana.




……………………………………………………………………………




Alexis y Kate llegaron a la fiesta por fin, después de pasar toda la tarde entre masajes, peluquerías y maquilladores.

Martha las recibió con los brazos abiertos cuando se bajaron de la limusina.

-!!!!Dios mío!!!! -dijo teatralmente, llevándose las manos a la cabeza, ¿¿quienes son estas dos bellezas? ¿Donde están mi nuera y mi nieta???? Ohh queridas, estáis impresionantes!!!

-Gracias abuela, tú tampoco estás nada mal- Hola Sir Owen- saludó Alexis sonriente a la pareja de Martha.

Mientras abuela y nieta charlaban sin parar, Kate entró y se puso a buscar a Rick. No lo encontraba. Supuso que estaría preparando los últimos detalles para la presentación del libro. Les preguntó a los asistentes si le habían visto.

- Si, señora Castle, está detrás del escenario con Silvia, preparando los últimos detalles.

Silvia.

Cuando el nombre entró en la mente de Kate, una furia rabiosa la recorrió de pies a cabeza.

-!!!Ahhrggggggggggg, lo mato, yo es que lo matoooo!!!!!!, gruñía entre dientes la detective.

- ¿Y a quien quieres matar metida en ese vestido? –le dijo sonriendo Ryan que se acercaba a ella para saludarla de la mano de Jenny

El vestido era tan espectacular que hasta Ryan se quedó pasmado. Era color verde oscuro, de chifón. La falda era amplia y por delante dejaba asomar unas sandalias preciosas, de tiras y con alto tacón, para continuar con un poco de cola por detrás. Pero sin duda lo que llamaba la atención era el corpiño. Era ajustado, y le marcaba la cintura y el pecho, empujándolo hacia arriba y dejando ver un escote hasta más allá de los límites permitidos por la etiqueta. No quiso ponerse collar. Solo llevaba unos pendientes de cristales verdes, ámbar y granate, haciendo juego con la pulsera.
Llevaba el pelo semirecogido, y algunos mechones le resbalaban tras las orejas, mientras por detrás caían en rizos sujetos en una especie de cola.

-¡!!Voy a matarlo Ryan, te lo juro!!!

- ¿A Castle? ¿Vas armada?
_ No
-Bien, mejor, entonces Jenny y yo vamos a tomar una copa. Con tu permiso.

-Pero recuerda que puedo matarlo con las manos, grrrrrrrrrrrrrrrrr!!!!

Kate se dirigió al fondo del salón a grandes pasos buscando a su marido.

Efectivamente le encontró apoyado en una mesa, y como no, demasiado cerca de una belleza rubia que parecía una alumna de instituto. Le calculó unos 23 años. Caslte levantó la vista y lo que vio lo dejó tan alucinado que tuvo que pestañear dos veces y acordarse de cerrar la boca un rato después.

-¡!!!Hola señor Castle!!!!, le estaba buscando, pero como anda muy ocupado, le veré después del discurso de presentación. Si tienes suerte. Andaré por ahí afuera.

-S -sss-sssi, cariño, ya voy.Voy aaahora mismo.

Cuando pudo reaccionar y dejar a su nueva asistente con los libros preparados para firmar, corrió fuera buscando a Kate. Estaba en el saloncito, con tres hombres muy elegantes sentados a su lado. Cuando ella vio a Rick, levantó los brazos para ponerlos por detrás del banco, y los tres hombres babearon de nuevo clavando los ojos en su escote.
-Cariño, ¿necesitas ayuda?- le preguntó Rick con ironía.
-Ohh, no Rick, por favor, ve a terminar tu trabajo, estos amables caballeros son muy entretenidos y no me dejaran sola hasta que vuelvas-dijo melosa, dedicándoles una tentadora sonrisa a los hombres que la acompañaban

Durante toda la presentación Rick se puso su máscara de play boy y sonrió y firmó ejemplares, pero su mente andaba detrás de Kate. Él había pensado ponerla celosa con Silvia, pero no sabía como, era él el que estaba celoso de la sala entera. Tenía unas ganas locas de que terminaran las entrevistas, las fotos y los discursos. Estaba nervioso, sudaba y se colocaba el cuello de la camisa constantemente.
Kate parecía divertirse sin parar. Ahora estaba bailando con Fredd Strauss, un alto ejecutivo de la Ford, con fama de mujeriego.

Rick se acercó sonriente y dijo cortésmente:
-Hola Fredd, espero que estés disfrutando de la noche, pero me gustaría bailar un poco con mi mujer, si es que no te importa.

- Felicidades Rick, el libro es estupendo, pero tu esposa es mucho más maravillosa.

Kate le dedicó una sonrisa encantadora.

Cuando ambos se pusieron a bailar, Alexis sonrió desde el extremo de la terraza. Su padre y Kate tenían algo especial. Le encantaba cuando caminaban por Manhattan y no podían pasar sin tocarse, se agarraban de la mano, del brazo y se besaban cuando creían que ella no les veía. Decidió observarlos un poco. Verlos bailar juntos era delicioso.

Richard agarró decidido a su mujer, apretándola contra él para bailar.

- Mmm, hueles a guindas, y ya sabes como me pone eso!

Ella puso los ojos en blanco.

- ¿Y a que huele Silvia?

Él le respondió con una mirada a su vertiginoso escote.

Eso animó a Kate, que decidió provocarlo un poquito.

-Kate Castle, hace muchos días que usted y yo no…-bajó la cabeza y la beso en la oreja.
Kate quería separarse, pero ella también lo había echado de menos y el deseo empezaba a nacer en ella mientras la agarraba entre sus brazos, aunque no quería darse tan pronto por vencida.

Rick la condujo hacia el rincón más oscuro de la sala y Alexis decidió con una sonrisa que había llegado la hora de dejar de observarlos.

Cuando estuvieron en un rincón más intimo, Rick bajo la mano por la espalda de Kate, y sintió como el cuerpo de ella le respondía.
Ella le excitó a sabiendas, le ofreció sus labios y le rozó los muslos con los de ella. Pronto sintió el aliento de Rick en su oído. Y notó su dureza entre los dos. Eso le confirmó que estaba excitado.

De pronto ella se separó bruscamente de él. Y le dijo:

-Rick cariño, Silvia te busca para que sigas con las firmas. Luego nos vemos, me voy a tomar el aire con mi amigo Lens O’Hara, que ha prometido mostrarme sus gemelos de brillantes- le dijo, con la voz más inocente que encontró.

A Castle casi le da un ataque. Tuvo que esperar un rato y respirar hondo para poder volver a reunirse con todos los demás, mientras Kate se moría de risa al fondo de la terraza.

El alcalde se acercó a ella para presentarle a su esposa. El olor del perfume dela señora le pareció de pronto demasiado fuerte, pegajoso y repugnante. El tufo iba mareándola, hasta el puntó que tuvo que separarse un poco para intentar recomponerse, pero no había manera, el olor del perfume estaba en su boca, en su saliva y la hacía ponerse enferma.
Buscó a Rick con la vista para tranquilizarse. Estaba con Alexis charlando.

La fiesta siguió.

Media hora más tarde, Kate bailaba con Duke Astor. La canción era rápida y Astor giraba con ella sin parar. Kate se sentía bien, aunque pensaba que las sandalias de alto tacón empezaban a pasarle factura, y el corsé la apretaba demasiado y la molestaba al respirar. Casi sin terminar el pensamiento, giró de nuevo y se desplomó.
La gente empezó a chillar, con Kate en el suelo sin conocimiento.

A Rick casi le da un ataque cuando vio que se trataba de su esposa.
Tras unos segundos, ella reaccionó. Se encontró de frente con los ojos preocupados de toda la familia Castle.
-Estoy bien, Rick te lo juro, no pasa nada! Alexis, de verdad. Solo fueron las vueltas del baile.
-Ohh, sí, también la otra vez estabas bien y tenías anemia severa.
-Rick, hazme caso, estoy bien, de verdad, terminemos la fiesta tranquilamente.
-Quedaos aquí con ella, vuelvo ahora mismo- Lex y Martha, asintieron. Kate suspiró.
Esta familia era estupenda y era su familia.
Vieron venir a Rick con los abrigos y dando las ultimas instrucciones a Silvia.
-Madre, Kate y yo nos vamos, trae a Alexis a casa y ayuda a Silvia con la gente de la fiesta, ya sabes.
-Yo me voy a casa con la abuela esta noche, papá, se lo prometí.
-Está bien cariño, mañana nos vemos entonces- le dijo a su hija dándole un beso.
-Hijo- dijo Martha- si ocurriera algo, nos llamarías , verdad?
-Tranquilas, de verdad, estoy bien. Siento haberos asustado. Espero que podáis disfrutar lo que queda de fiesta- Kate les dio un beso y salió del brazo de su marido.

Ninguno de los dos dijo nada en la limusina, aunque Rick notó que Kate se mordía el labio más de la cuenta.

En cuanto llegaron a casa, Beckett se quitó los zapatos y se sentó en el sofá.

Rick la miró.

- Lo siento Kate, no me había dado cuenta de que no te sentías bien, tienes cara de agotada.

Ella puso los ojos en blanco.

-Rick, por favor,¿ puedes aflojarme las cintas del corpiño? Se me están clavando en las costillas.

Castle la ayudó a quitarse el vestido y trajo su bata del armario de la entrada.
-¡Esto es la gloria!- murmuró bajito.

Rick la abrazó y acariciándole la espalda le dijo, - por favor, no mas sustos , ten piedad de mi corazón!!!!
Se besaron. Ella se separó un poco y le soltó en su cara:

-Estoy embarazada.

-Kate, ¿quieres acabar conmigo de un susto?

-De casi tres meses.

Rick necesitaba un minuto para procesar la información.

-¿De qué hablas?!!Por Dios, dijiste que nada de bebés!!!

-Si, lo dije, ya lo sé, lo dije, lo dije pero…. ¡aquí está! - dijo inocentemente, tocándose la barriga.

-¿Estás segura? ¿Cómo ha podido pasar esto? – Rick seguía con la boca abierta y casi sin reaccionar.

Ella se mordió el labio ante semejante pregunta y le sonrió.

- Rick, cariño, pensaba que sabías como se hacían los bebés…..


-¿Y, estás bien con esto? Bueno, yo, quiero decir, que tú no querías y….

-No, la verdad, es que esto no entraba en mis planes.

- ¿Qué vamos a hacer? ¿Quien más lo sabe?

-Nadie, yo y mi ginecólogo. Y todo está bien.

Kate sonrió. Vio la cara de preocupación de Castle.

- ¿No te sientes preparado para volver a ser padre? –le sonrió ella, mientras le acariciaba la barbilla.

-Kate, no bromees con esto- dijo serio Rick- creo que necesito otro whisky.

Era ya tarde cuando subieron las escaleras del loft para irse a dormir.
-“ A Nicole Castle, mi bebé”- dijo Rick .

- ¿Cómo dices? - dijo Kate alucinada- ¿de qué hablas ¿

- Esa va a ser la dedicatoria de mi próximo libro.

Ella se giró en el escalón, mirándole con los ojos muy abiertos
- El nombre lo elijo yo, y en el hipotético caso de que fuera niña, se llamaría como mi madre….o como la tuya.

- No, Nicole, ese será su nombre. Para llamarla Nikki. Nikki Castle.

- ¿Y porqué se iba a apellidar Castle? Yo prefiero que se apellide Beckett…

-¿ Beckett? Kate por favor, razona…

La conversación se iba perdiendo en la oscuridad del pasillo hasta que cerraron la puerta tras de sí. El lotf quedó por sumido en la oscuridad y el silencio se adueñó por fín del hogar de la familia Castle.

FIN

Quiero dar las gracias a todas por vuestros comentarios.
La proxima semana, subiré otro fic, GRACIAS. Sois un encanto.

Me ha...... no tengo palabras es increible, la guerra de celos fue genial, cuanto me rei con eso jajaja
Van a ser padres

OoOoOOoHhHHh!!!!!!!!! k bonitooooooo
GRACIAS POR ESTE ALUCINANTE FIC!!!!!!!!!!

Tremendoooo felicididades por el fic!!!!!!!!!! esta genialllll