Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO

La sonrisa de la niña se esfumó. Se había metido en un lío.


-Sophie –la llamó su madre, mirando a ella y a los otros niños, que se estaban agolpando en sus pies, alternativamente. Todos querían saber si Rick era el padre de Sophie y si hacían todas esas cosas que la pequeña Beckett les había contado. La niña se había quedado muda, su mirada estaba perdida en un punto indefinido del suelo.

Tenía los ojos llenos de lágrimas, la habían pillado. Sería una mentirosa para sus compañeros. No querrían ser amiga más de ella y se reirían. Rick tampoco querría ser más su amigo. Su madre la regañaría, pero, eso, era lo que menos le importaba

Castle se adelantó a la abogada, que miraba a su hija con el ceño fruncido, y tomó a la niña en sus brazos. Sophie, escondió su carita en el cuello de Rick avergonzada y, éste, sintió cómo su piel se humedecía por las lágrimas de la pequeña. El escritor le acarició la espalda y se agachó para igualar la altura con los demás niños.


-¿Es verdad que juegas todos los días con Sophie en el parque? –escuchó Castle que preguntaron varios niños a la vez. El escritor asintió. Los niños exclamaron por la sorpresa. -¿Y también es verdad que le cuentas cuentos de la princesa Sophie y de todo lo que Sophie quiere? –Castle volvió a asentir y los niños a exclamar. -¡Qué guay yo también quiero un papá como tú! Mi papá no quiere jugar nunca conmigo.

–Y mi papá siempre me cuenta el mismo cuento –escuchó decir a otra niña.

-El mío siempre está enfadado -dijo un niño con un deje de tristeza en su voz. Rick, con la mano que no sostenía a su Sophie, le acarició la mejilla.
-¡Hala! ¡Sophie, tienes al papá más guay de todos! –exclamó el primer niño que había llegado a ellos.

La niña seguía con la cara escondida en el cuello del escritor. Kate parecía más relajada. Rick, volvió a acariciarle la espalda y le dio un beso en el hombro derecho de la niña para animarla a que saliera de su escondite improvisado, pero no lo consiguió. El escritor siguió contestando las preguntas de los compañeros de Sophie.

Poco a poco los niños se fueron dispersando con la llegada de sus padres.

-Sophie –volvió a llamarla su madre cuando solo quedaban ellos tres. –Sophie, ¿por qué has hecho eso? ¿Por qué les has dicho que tú papá era Rick? –Como respuesta recibió un sollozo de su hija. –Yo lo siento, Rick. –Se disculpó mirándolo a los ojos, avergonzada.

-No tienes que disculparte, de verdad. –Castle le sonrió. -¿Y tú, pequeña, no vas a decir nada? –la niña negó con la cabeza sin separase de él. –Está bien. ¿Vamos? –le preguntó ahora a Kate.  Ésta asintió y se dirigieron de nuevo al coche para irse al restaurante, donde Martha ya debía de estar esperándolos.

Sophie se negó a separarse de Castle cuando llegaron al coche, así que, el escritor, tuvo que sentarse en uno de los asientos de atrás sin soltar a la pequeña.


¡Por fin! –exclamó la actriz al ver a su hijo, aún con Sophie en brazos, y a Kate a su lado, entre tímida y avergonzada.

-Hola, madre –la saludó el escritor mientras le daba un semi abrazo.

-Hola –saludó la abogada tímidamente. Martha sonrió con ternura percibiendo el nerviosismo de aquella muchacha.

-Hola, querida –la saludó la actriz con soltura, acercándose a ella y acariciándole el brazo para transmitirle confianza. –He escuchado tanto hablar a mi hijo de tu hija y de ti que ya siento como si os conociera.- Kate sonrió.


Rick y Sophie fueron a escoger mesa dejando por un momento a Kate y a su madre a solas. Así, podrían hablar tranquilamente.


-Pequeña –la llamó, suavemente, cuando se hubo sentado en su silla. –Pequeña –repitió -¿vas a estar toda la tarde así? Tienes que comer y para eso tienes que soltarte de mí. –Al ver que la niña no se decidía, cogió con cuidado sus bracitos y los retiró de su cuello, separándola. La niña agachó la cabeza. –Sophie, mírame –obedeció y el escritor pudo ver los ojos enrojecidos y húmedos de la niña. Sus ojos reflejaban tanto dolor que hasta él pudo sentirlo. -¿Qué te parece si comemos y me cuentas todo luego? –le preguntó con dulzura y una media sonrisa. Sophie asintió y Castle le secó sus mejillas húmedas. La niña tendría algo de tiempo para calmarse.

-¿No estás enfadado conmigo? –preguntó con un hilo de voz.

-No, pequeña, claro que no. Yo nunca podría enfadarme contigo. –Sophie lo abrazó, apretándose contra su pecho.

En ese momento, Martha y Kate, entraban en el restaurante. La segunda estaba mucho más relajada y las dos reían por algo que había dicho la actriz.

La mirada de Kate se cruzó con la de su hija, que se había despegado del pecho de Rick. Cuando llegó a la mesa, se agachó. La niña se abrazó a ella, rodeándole el cuello.

-Mami, yo sé que está mal decir mentiras pero… pero… –sollozó la pequeña.

-Shh –le susurró su madre en el oído mientras le acariciaba la espalda. Se separó de su hija y le dio un beso en la frente. –No te preocupes, cariño. Cuando comamos nos lo cuentas, ¿vale? –La niña asintió. Kate le retiró el pelo de la cara. –Ven, ponte aquí, en tu silla –Beckett quiso coger a Sophie pero la niña se agarró al escritor.

-No, quiero estar con Rick –dijo sin soltarlo. Castle le hizo un gesto de que la dejase con él. Kate asintió y se sentó a su lado, frente a Martha. La niña se abrazaba fuertemente a su amigo. No quería separase de él, sentía que cuando lo hiciese ya nunca más podría volver a abrazarlo. Se enfadaría por haber dicho que él era su papá.


Comieron. Rick con Sophie en su regazo. De vez en cuando, el escritor, le hacía cosquillas a la niña provocando que riera, pero su sonrisa desaparecía tan pronto dejaba de mover sus dedos en sus costados.

Beckett, que hablaba con Martha de temas triviales, no había perdido detalle de cada gesto de Rick a su hija. Ni de ésta. Su hija se veía triste y aunque, ella, siempre le había inculcado la sinceridad, no podía culparla ni regañarla. Ella mejor que nadie sabía lo mucho que su pequeña había deseado a un padre y, ahora, tenía algo parecido. Muy parecido.

-Ahora sí, pequeña, -dijo Castle mientras sentaba a la niña en sus piernas frente a él. –Ahora sí me vas a decir por qué dijiste que soy tu papá. –los ojos de Sophie volvieron a llenarse de lágrimas. Rick suspiró y le acarició la cabecita. –Sophie, tú si entiendes que aunque yo juegue contigo y te cuente cuentos no soy tu papá, ¿verdad? –la niña asintió en el mismo instante que dos lágrimas se escapaban de sus ojos. Sophie se llevó la manga de su jersey a la boca, mordiéndola nerviosa. –Entonces, ¿me lo cuentas? –le preguntó en un tono suave.

-Cariño, -insistió Kate, ésta había dejado de hablar con Martha y se había acercado más a ellos para estar en la conversación.

-¿Te vas a enfadar? –le preguntó con tanto miedo al escritor que Rick quiso olvidarse del tema y decirle que podía decir que era su papá siempre que quisiera, pero eso no dependía de él, sino de Kate. Castle besó su frente. –No, te prometo que no me enfado.

-¿De verdad? – gimoteó.

-De verdad, pequeña.

-Vale –la niña dejó de morderse la manga, su madre le había apartado la mano de la boca, y comenzó a jugar con sus deditos. –Un día la profe dijo que teníamos que decir las cosas que hacíamos con nuestros papás. Todos mis compañeros dijeron cosas y yo no podía decir nada y yo también quería. Un niño dijo que yo no tenía papá porque era mala y no me quería y… -la pequeña no pudo seguir hablando por culpa del llanto.

-Cariño, -la llamó Kate aguantándose las ganas de llorar ella también –tú no eres mala. Eres la niña más buena del mundo –besó su mejilla varias veces.


-Sí, sí soy mala porque he dicho mentiras –hipó.

-Sophie, -se entrometió Martha –por decir una mentirita no sé es mala. Además, tú no le has hecho daño a nadie, ¿verdad? –la niña señaló a Castle. –Estoy segura de que a Rick no le ha importado tanto cómo crees.

-No, pequeña, yo solo quiero que no te confundas, ¿vale? –Sophie asintió. -¿Qué pasó luego de que ese niño dijese esas cosas que no son verdad? –remarcó el “no”.

-Yo dije que sí tenía papá para que se callasen y no se reirán de mí otra vez. Dije que mi papá ya había venido del extranjero y que jugaba conmigo en el parque y me contabas muchos cuentos. Pero… -la niña se calló y suspiró.

-¿Pero…? –preguntó Rick.

-Ahora también me llamarán mentirosa y se reirán de mí por no tener papá. –sollozó.

-Yo no voy a decirles nada, pequeña. ¿Tú se lo vas a decir? –preguntó con media sonrisa. La niña lo miró a los ojos y negó. –Entonces, no sabrán que yo no soy tu papá de verdad y ya ni se reirán de ti ni te llamarán mentirosa. –Sonrió y le dio un beso.

La niña sonrió por primera vez desde que ese niño había abierto la boca y abrazó a Rick todo lo fuerte que podía. Al separarse vio a su madre y la sonrisa volvió a desaparecer. -¿Y tú, mami? ¿Se lo vas a decir? –inquirió nerviosa.

-No, cariño, por supuesto que no. –Aclaró con los ojos brillantes. -¿Le das un abrazo a mami? –le pidió a su hija, en cuestión de segundos, la niña, se abalanzó sobre ella.

-¿A que es bueno Rick, mami? –siseó la pequeña en el oído de su madre. Kate asintió y le dio un beso en el hombro a su hija. –Ojalá él sí fuese mi papá de verdad y no el hombre malo. –Susurró a un nivel tan bajo como un niño puede hacerlo, es decir, lo suficientemente alto como para el escritor y su madre pudieran escuchar su pregunta y su deseo.

Para Martha no pasó desapercibida la sonrisa de su hijo ni lo que provocaron, en él, esas palabras de la niña.



Sophie y Rick jugaban en un parque cercano al restaurante donde habían comido como si nada hubiese pasado. El escritor corría detrás de la niña. La pequeña reía mientras intentaba evitar que Castle la cogiese.

Martha y Kate los observaban sonriendo.

-Aunque no me creas, querida, tu hija le hace más bien a Richard que él a ella. –La abogada la miró confusa y curiosa. Rick le había dicho algo parecido cuando comenzaron a conocerse. Escuchar esas mismas palabras en la boca de Martha aumentó su interés por saber el porqué de todo aquello. –Desde hace meses no veía sonreír a mi hijo de verdad, desde antes de mudarnos a Nueva York. –Kate fue a preguntar pero por temor a que la actriz se callase y no le contase más, se aguantó las ganas. –Richard no lo está pasando bien, él se cree que me engaña y que logra disimular su angustia y su dolor delante de mí, pero no es así. Hoy es la primera vez que lo estoy viendo despreocupado y feliz. Feliz jugando con tu hija. Tu pequeña es la única luz que tiene ahora mismo la vida de mi hijo. –Martha cogió aire. –Richard se cree que es capaz de cargar con todo el peso del mundo sobre sus hombros… él solo. –La actriz se calló durante varios segundos, intentando coger fuerzas. – Prométeme que no lo vais a dejar solo, prométemelo –pidió la actriz. Ante el tono de súplica que había utilizado Martha, Kate no pudo más que prometérselo y tomar una de sus manos entre la suya para darle apoyo. –Gracias, querida –agradeció de corazón. -Os va necesitar cuando…

-¡Mami! ¡Mami! –exclamó la niña acercándose a ellos. Martha vio a su hijo acercarse detrás de Sophie y se calló. –Dile a Rick que eso no vale, que es trampa.

-¿Qué es trampa, cariño? –le preguntó a su hija mientras la sentaba entre sus piernas.

-Rick me ha agarrado y eso no valía. Beckett vio cómo Castle le hacía señas para que no le hiciese caso mientras reía. La niña se dio la vuelta para ver qué era eso a lo que su madre prestaba tanta atención en vez de escucharla.  

Cuando Sophie vio que era Castle, achicó los ojos y puso sus manos en su cintura. –Rick –uso un tono de advertencia. Eso, sumado a su postura, hizo que los tres adultos comenzaran a reírse y la niña se enfadase más.

El escritor a ver la reacción se Sophie, se arrodilló al lado de las dos mujeres Beckett. –Pequeña, era broma, ¿me perdonas? –le pidió mientras ponía cara de perrito abandonado. Kate comenzó a reírse y Martha sacudió la cabeza con una sonrisa.

-Vale, -aceptó Sophie, levantó un dedo índice- pero no vuelvas a hacer más trampas.

-Okay –se acercó a ella y le dio un sonoro beso en la mejilla.


Un rato más tarde, los cuatros, sentados en la mesa de una cafetería bebían sus respectivas bebidas. Rick y Sophie comían una porción de tarta también.

-Madre de Rick –llamó la pequeña a Martha. -¿puede quedarse hoy a dormir Rick en mi casa? –la actriz miró sorprendida a su hijo y a la abogada sin saber qué responder. –Yo… Bueno, Sophie, por mí no hay problema pero…

-¡Oye! –Se quejó Castle -¿No crees, pequeña, que yo soy lo suficientemente mayor para que me preguntes a mí? –inquirió fingiendo estar ofendido. Negó con su cabeza.

La niña lo miró sin saber qué decir y sin darse cuenta de que su amigo solo estaba fingiendo. –yo… Ella es tu mamá –dijo señalando a Martha con su dedo. –Yo no… yo

El escritor se dio cuenta de que Sophie se había creído ese enfado fingido y, aprovechando que la niña estaba sentada a su lado en el sillón de la cafetería, la sentó en su regazó y comenzó a darle besos. Hasta que la cara de susto de la pequeña desapareció dando paso a una sonrisa.

-Sí, tienes razón, pequeña, es mi mamá pero yo ya soy grande. –Le guiñó un ojo.

-Entonces, ¿te quedas a dormir conmigo? –insistió la pequeña. –Los amigos se quedan a dormir en sus casas. Mi amiga Zoe se quedó hace poco, ¿a que sí, mami? –Kate asintió. –Porfa, Rick, quédate a dormir hoy en mi casa. Puedes dormir en mi cama conmigo, es grande –dijo para intentar convencerlo. Castle miró a Kate sin saber que responderle a Sophie. –Tu mamá te ha dejado –la niña miró a Martha para pedirle ayuda.

-Sí, Richard, tienes mi permiso para quedarte a dormir en casa de tu amiga Sophie –dijo en un tono burlón que no pasó desapercibido para su hijo.

-Yo no sé –respondió por fin el escritor. –También tiene que estar de acuerdo tu mamá.  

-Mami, ¿puede quedarse a dormir Rick conmigo? Como Zoe, porfa. ¿Puede? ¡Es viernes! –Kate asintió tras unos segundos sin saber qué decir.

-Mi mamá, también, da permiso –le dijo al escritor como si él no hubiese oído la respuesta de la abogada. -¿Entonces? –lo miró con ojos suplicantes. -¿Sí? ¡Sí! ¿Te quedas? –preguntaba mientras saltaba de rodillas en las piernas de Castle.

-Está bien, me quedó. –Aceptó la propuesta el escritor.

-¡Bien! –gritó la pequeña. La niña lo abrazó. – ¡Verás, que nos lo vamos a pasar muy bien!


Beckett y su hija, escoltadas por los guardaespaldas, regresaron a su casa. Martha y Rick a la suya. Castle había insistido en a acompañar a su madre. Además, tenía que ir a buscar su pijama y un cambio de ropa para el día siguiente. No sabía muy bien si había hecho bien en aceptar ir a dormir con Sophie. Vale, ya había dormido una vez en esa casa pero por distintos motivos y por petición de Kate. Había dormido en el sofá, mitad de la noche con Beckett pero no con una niña. Con la niña a la que había sido acusado de abusar/querer abusar de ella. Dormir con ella podría traerle problemas aunque, bueno, Kate había estado de acuerdo.

Richard suspiró mientras metía la ropa que iba a necesitar en una pequeña maleta. Martha, que llevaba unos minutos observándolo sin ser descubierta por su hijo, éste estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se había percatado de su presencia, habló:

-Cualquiera diría que te cuesta trabajo ir a dormir con Sophie.

El escritor miró al marco de la puerta, donde Martha estaba apoyada. –Sabes que no. Es…

-¿Por lo que pasó? –inquirió. –Rick asintió. –Bueno, si es por eso no tienes de qué preocuparte. Las cosas entre vosotros son muy distintas.

-Lo sé, ¿pero dormir? No sé, madre… ¿Qué te dijo Kate? A mí me dijo que quería disculparse contigo por lo que… ya sabes.  –le preguntó cambiando de tema.

-Sí, lo hizo. Y yo le dije que no hacía falta, que como madre la comprendía. Aunque, bueno, se había excedido un poco. –Rick asintió. –Parece una mujer muy simpática y es muy guapa –dijo mirando a su hijo inquisitivamente.  –Tienes a su hija ganada.

-Madre –le recriminó. –Sabes que yo no utilizaría a Sophie. Además, a la niña la conocí antes.

-Lo sé, lo sé. ¡Hijo, por Dios, te conozco demasiado bien para saber que nunca harías eso! Yo solo decía… Y me refería a otra cosa…

-Pues no digas nada porque no –se negó rotundamente.

-Está bien. Yo solo… cuando os veía juntos, os veía más como una familia –soltó sin más. Dejando a su hijo sorprendido y con la palabra en la boca porque, nada más hubo dicho eso, se fue.

El escritor terminó de guardar todo en silencio y salió de su habitación. Se encontró con su madre en la cocina que lo miraba con una sonrisa pícara. Él, en cambio, lo hacía con los ojos achinados.

-¡No! –exclamó mientras se dirigía a la puerta. -¡No! –volvió a decir antes de cerrarla.


Cuando llegó a la casa de las Beckett se encontró con Sophie que venía corriendo desde el pasillo en pijama y con el pelo goteándole. Vio a Kate a parecer detrás de ella.

-Sophie, tengo que terminar de secarte el pelo –le dijo su madre cogiéndola del brazo.  –Nada más ha escuchado el timbre ha salido corriendo –le confesó al escritor.

Los tres se dirigieron al baño, la pequeña le había pedido a su amigo que también fuese.


Kate terminó de secarle el pelo a su hija. Después, se agachó para ponerles lo calcetines y las zapatillas dejándole ver a Castle, sin querer, su sujetador negro y un más que prominente escote. Éste había intentado no mirar pero no lo había conseguido. Cuando terminó con los calcetines, miró hacia arriba pillando al escritor. Se puso de pie y, como había hecho su hija horas antes, arrugó el entrecejo y se llevó las manos a la cintura.  

Castle, al haber darse cuenta de que había sido descubierto, no sabía qué decir. ¡Empezaba bien la noche! ¡Lo había cazado mirándole el pecho e iba a quedarse a dormir con su hija! No había podido empezar la noche mejor.

-Yo… -comenzó a decir nervioso.

-Ya van dos veces, Rick –se quejó Kate.

-Lo siento –se disculpó, avergonzado.

-Ya –ironizó- lo único que sientes es haber sido pillado. –Dijo y cogió a su hija en brazos para salir de allí.

Castle se llevó las manos a la cabeza, peinándose el pelo hacia atrás. Ya estaba arrepentido de haber aceptado.

uhhh kate pillo a Castle! jajaj muy lindo y aunque triste muy tierna la paarte de sofi. es obvio que diga que es su papa es lo unico que conoce en ese papel.
sigue asi que esta muy bueno...   

Que gracia me ha hecho cuando la pequeña Sophie le pide permiso a la mama de Rick para que duerma en su casa, si es que es para comérsela, jejejejeje.
Me ha dado mucha pena cuando contaba el porque había dicho que Rick era su padre, menos mal que todos han decidido no desmentir nada. Muy conmovedora la parte en la que dice que ojalá fuera su papa de verdad.
Aunque la noche comienza un poco mal (con la pillada) a ver como acaba, espero que no se moleste mucho por eso y lo eche de allí.
Deseando leer un nuevo capítulo, me he quedado con ganas de más   

Jajajaja pobre Rick!    Hay k aprender a dejar de mirar antes k te cachen jajajaja!      Continua me encanta!

Muy triste donde Martha le pide a kate que no lo deje solo, lástima que no le contó toda la historia. Pinta una noche difícil para rick!!

Ayyyyyyyyyyyy que bonito no sé por qué pero sabía que Castle lo entendería, aún así Sophie la pobre lo ha pasado mal, es que los niños a esa edad son muy cabroncetes y a él le gusta la idea de ser su padre vamos que me ha encantao como lo has cerrado, y luego cuando le a preguntado a Martha que si Castle se puede quedar en su casa que gracia y más porque cuando leo a Sophie lo hago con voz de niña pequeña no sé   . Y Martha se da cuenta de cosas como Joana que listas las dos xD pero me ha dado pena porque ella cree que se va a morir y todavía hay esperanza . Me ha gustado que recordases lo de los guardaespaldas porque no me acordaba   
Y Castle jajja que le ha pillado mirándole el escote jajaj menuda noche le
espera que corte. Muy bueno estaba ansiosa por leer otro capi y este ha estado genial. No hace falta que diga que quiero otro capi   , un beso y gracias.

Esa Sopie es una monada, a ver que tal lo de dormir en la casa, este rick a ver si aprende que tiene que mirar con mas cuidadito que te pillan

Bueno, la noche de Rick no pinta bien pero... no todo tiene que ser tan malo, ¿no? xD

siguiente capítulo:

Caskett23 escribió:Bueno, la noche de Rick no pinta bien pero... no todo tiene que ser tan malo, ¿no? xD

siguiente capítulo:

OLEEEEEEEEEEEE que ya tienes algo del capi tú nos quieres hacer sufrir    qué ganas de leer más subelo mujer jajja

Coooooootinua!

doricastle escribió:

Caskett23 escribió:Bueno, la noche de Rick no pinta bien pero... no todo tiene que ser tan malo, ¿no? xD

siguiente capítulo:

OLEEEEEEEEEEEE que ya tienes algo del capi tú nos quieres hacer sufrir     qué ganas de leer más subelo mujer jajja

no, tengo poco. Esa es la última frase que he escrito. Ahora me toca sesión de pelis Disney con mi hermano xD

buenisismo como siempre!!! me encanto k alfinal todos apoyaron a la nena hasta martha!!! el final estubo buenisimo me rei muxisimo otra vez lo pilla infraganti!!! le va tocar sufrir las burlas de kate toda la noxe!!! continua pronto!    

cururi escribió:buenisismo como siempre!!! me encanto k alfinal todos apoyaron a la nena hasta martha!!! el final estubo buenisimo me rei muxisimo otra vez lo pilla infraganti!!! le va tocar sufrir las burlas de kate toda la noxe!!! continua pronto!    

jajaja bueno, al menos ha corrido con mejor suerte que la otra vez, por lo menos por ahora xD
Qué decirle después e que confesara de que sus compañeros se reían de ella? Pobre...

lauracastlebeckett escribió:Coooooootinua!

Lo haré   

trolido escribió:Esa Sopie es una monada, a ver que tal lo de dormir en la casa, este rick a ver si aprende que tiene que mirar con mas cuidadito que te pillan

jaja pues sí tiene que aprender porque, vamos... siempre lo pillan xD

doricastle escribió:Ayyyyyyyyyyyy que bonito no sé por qué pero sabía que Castle lo entendería, aún así Sophie la pobre lo ha pasado mal, es que los niños a esa edad son muy cabroncetes y a él le gusta la idea de ser su padre vamos que me ha encantao como lo has cerrado, y luego cuando le a preguntado a Martha que si Castle se puede quedar en su casa que gracia y más porque cuando leo a Sophie lo hago con voz de niña pequeña no sé   . Y Martha se da cuenta de cosas como Joana que listas las dos xD pero me ha dado pena porque ella cree que se va a morir y todavía hay esperanza . Me ha gustado que recordases lo de los guardaespaldas porque no me acordaba   
Y Castle jajja que le ha pillado mirándole el escote jajaj menuda noche le
espera que corte. Muy bueno estaba ansiosa por leer otro capi  y este ha estado genial. No hace falta que diga que quiero otro capi   , un beso y gracias.

A esa edad solo? Hay algunos que empeoran por años.. Bueno, hay algo de Castle que aún no se sabe ;)Y como ya dijo, él la quiere como a su hija (o algo así recuerdo de haber escrito, creo. Mi memoria es muy mala XDD)
sí, lo puse (lo de los guardaespaldas) por lo mismo, van a tenerlos hasta el juicio mínimo.
Espero tener el siguiente pronto. A ver si esta noche lo acabo.

agecastbet escribió:Quién puede recriminar a la dulce Sophie, después de aclarar las razones por las que había obrado como lo hizo. Se me ha encogido el corazón hasta a mí. Mucho tacto para con ella, es lo que han tenido y en realidad es lo que merece, pues la criatura intenta defenderse del acoso de sus compañeros, y todos sabemos lo retorcidos que llegan a ser los niños.
Bien por tu capítulo, has reflejado fielmente cuales son las formas de actuar de los niños, con esa lógica incorruptible que tienen, en todo lo que hacen y que cuando explican te dejan desarmado por su sencillez y a la vez su tremenda carga de razón. Ese gesto de pedir a Martha permiso para que Castle vaya a su casa a dormir, me ha dejado impresionada, al igual que ver como se sale con la suya, a base de razonamientos coherentes e irrefutables, jajajajajaja
Martha se ha apoyado en Kate, ha sabido ver el bosque más allá de los primeros árboles y se aferra a la posibilidad, aunque parezca remota de que su hijo no se quede solo en este mundo si a ella le sucede algo malo. Muy lógico también en la forma de actuar de una madre, que siempre querrá lo mejor para sus hijos. En este caso ha trazado un plan y sabe que tiene muchas posibilidades de que salga bien, a pesar de las reticencias de Castle. Claro que como éste siga metiendo la pata de igual forma, lo mismo ni Dios mismo que baje del cielo consigue arreglarlo, jajajajajajaja Pero qué puede esperar Kate de un hombre, y más si se lo sirves en bandeja, jajajajajaja y ya vimos a quién se parece la niña, jajajajajaja
No creo que Kate esté tan enfadada como cree Castle, seguro que en su fuero interno está más complacida de lo que quiere aparentar, jajajaja que ya sabemos como somos las mujeres, jajajajajajajaja
Después de todo lo que ha pasado de bueno y malo entre ellos, cómo va Kate a alejarse de Castle tan sólo porque él se comporte tal y como se espera de su sexo, que es soltero y no solo tiene que estar pendiente de su madre, y además es adorable con Sophie, también tiene ojos en la cara y sabe usarlos, jajajajajaja además seguro que la semilla que Martha ha plantado en su cerebro ya ha empezado a germinar, después de la ayudita de Kate, jajajajajajaja
Sigue pronto que lo dejas siempre en los momentos más interesantes, es que no vas a terminar una trama completa, para que una pueda quedar completamente satisfecha???.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Con este fic aún no se sido muy cruel con los finales, y el capi es largo, eh?
Pues sí, quien va a ser duro con una niña que tiene que soportar las burlas de sus compañeros. Además, Rick lo conoce de primera mano, así que, quién mejor que él para entenderla?

Y Martha, como Johanna ve más allá que ellos mismo. Aunque ahora la que más ve ahí, de ellos dos, es ella. Pero claro esas meteduras de pata de Castle.. xD Esta vez, parece que no se lo va a tomar tan mal, después de todo, él ha hecho todo por ayudarla.

Ruth Maria escribió:Muy triste donde Martha le pide a kate que no lo deje solo, lástima que no le contó toda la historia. Pinta una noche difícil para rick!!

Sí, triste jeje Bueno, algún día Kate se tendrá que enterar

Verispu escribió:Jajajaja pobre Rick!    Hay k aprender a dejar de mirar antes k te cachen jajajaja!      Continua me encanta!

jajaja ya ves, debe de aprender. Va a acabar mal xD

Yaye escribió:Que gracia me ha hecho cuando la pequeña Sophie le pide permiso a la mama de Rick para que duerma en su casa, si es que es para comérsela, jejejejeje.
Me ha dado mucha pena cuando contaba el porque había dicho que Rick era su padre, menos mal que todos han decidido no desmentir nada. Muy conmovedora la parte en la que dice que ojalá fuera su papa de verdad.
Aunque la noche comienza un poco mal (con la pillada) a ver como acaba, espero que no se moleste mucho por eso y lo eche de allí.
Deseando leer un nuevo capítulo, me he quedado con ganas de más   

Sophie es demasiado adorable.
No creo que lo haga después de todo lo que ha hecho por ellas aunque, claro, nunca se sabe

katebeckett78 escribió:uhhh kate pillo a Castle! jajaj muy lindo y aunque triste muy tierna la paarte de sofi. es obvio que diga que es su papa es lo unico que conoce en ese papel.
sigue asi que esta muy bueno...   

Ya ves, además que parecen padre e hija de verdad.
Gracias, intentaré seguir esta noche

que monis,lindo te quedo que Rick pobre ya van 2 veces que lo cachan jajajaja divertido

moxaCaSkett(sariita) escribió:que monis,lindo te quedo que Rick pobre ya van 2 veces que lo cachan jajajaja divertido

jaja a ver si aprende

El escritor salió después de unos minutos encerrado en el baño. No iba a quedarse toda la noche allí. Tenía que enfrentarse a haber sido pillado.

-Cariño, ¿quieres algo de beber? –escuchó Castle desde el pasillo.

-Sí, voy a preguntarle a Rick –contestó y corrió para ir a buscarlo, chocándose con él al cruzar la esquina del pasillo. –Uy –se quejó. -¿Quieres beber algo? –le preguntó, levantando la cabeza para mirarlo a los ojos. –Yo voy a beber batido de fresa –confesó.

-Batido de fresa yo también, entonces. –le sonrió. Sophie le dio la mano para ir hasta donde su madre.

Kate repartía bebidas a los tres guardaespaldas.

-Rick y yo queremos batido de fresa, mami.

-Bien –le contestó Kate a su hija con una sonrisa. –Sentaos en el sofá, ahora mismo os lo llevo, cariño.

-Vale. –La niña empujó a su amigo hasta el sofá. -¿Quieres que veamos una película? –Castle asintió. Sophie fue corriendo a por varias de sus películas Disney y volvió. - ¿Cuál? –le preguntó enseñándoselas.  

-¿Cuál quieres tú? –A él le daba igual qué película ver.

-Las que más me gustan son El rey león, La princesa Sissi, Aladdín, Campanilla,… pero todas las vi con Zoe, menos El rey león. –Dijo la niña levantando la caratula de dicha película.

-Pues vemos esa, entonces, ¿quieres? –interrogó Rick.  La niña aceptó feliz.

-Aquí están los batidos de fresas. –informó Kate poniendo los dos vasos encima de la pequeña mesa del centro de la sala. Beckett quitó todas las películas de sofá, que antes había puesto su hija y la ayudó a sentarse al lado de Rick, después le dio su vaso.

-Mami, pon ésta –le pidió.

-Vale, cariño. –Beckett se giró para ir a poner la película. -¿Qué vais a querer cenar? –les preguntó desde el reproductor de DVD.

-Yo… yo había pensado… –comenzó a decir Rick nervioso –que ya me que dejáis dormir aquí podría pedir comida, así no tendrías que cocinar. –Castle se rascó la cabeza.

-No hace falta, Rick. Puedo cocinar –sonó más duro de lo que Kate había pretendido.

-Lo sé, era solo… –se calló y Beckett alzó una ceja en modo de interrogante.

-¿Solo…? –inquirió cruzándose de brazos.

-Solo quería ser amable y, así, tú también podrías sentarte a ver la película.

Kate se quedó pensando por varios segundos, mirando fijamente al escritor. –Bien, acepto.  –Rick sonrió. Beckett pulsó el botón dando lugar al inicio de la película. Se acercó al escritor y, asegurándose de que no la escuchaba su hija, le dijo seriamente: -Solo si prometes no mirarme las tetas.

La sonrisa de Castle desapareció. Su rostro se volvió serio. –Kate, yo lo siento de verdad. No fue mi intención. Yo…

-Nada de lo que me digas va a cambiar algo que has hecho dos veces ya. –Beckett alzó sus dos cejas. –Rick suspiró y agachó la cabeza. Kate sonrió triunfal, sin que el escritor pudiera verla.

-¿Qué queréis que pida? –preguntó después de unos minutos.

-Comida thai, es la comida favorita de mamá y a mí también me gusta mucho. –Respondió Sophie.

Rick se sorprendió de que la niña pidiera esa clase de comida en vez de hamburguesa o algo parecido. Después de preguntar qué querían exactamente las Beckett y los guardaespaldas llamó a un restaurante

Se sentó al lado de la niña, dejándola entre él y su madre. La película, que había sido parada para que él pidiese la comida, volvió a comenzar.

Los minutos pasaban y el momento en el que moría Mufasa se acercaba. La cabeza de Rick no paraba de darle vueltas. Él siempre había sentido esa parte de la película, pero esa vez era diferente. Esa vez pensó que tal vez él, muy pronto, fuese Simba y tuviese que despedirse de su madre. Decirle adiós por última vez. Cuando llegó el momento no pudo evitar que varias lágrimas escapasen de sus ojos. Deseó con todas sus fuerzas que ese trasplante, que tanto ansiaba, llegase pronto.

Kate lo escuchó sollozar y lo miró. Lo vio limpiándose las lágrimas y arrugó su nariz. ¿Un hombre de 32 años llorando con una película para críos?  Se preguntó a sí misma, confusa. Rick, no dejaba de sorprenderla.



La película llegó a su fin.

-Nunca pensé que un hombre, que no pierde oportunidad para mirarme las tetas, llore con El Rey león –confesó Kate con un tono de voz que Richard no pudo de disfrazar se lo decía en serio o se estaba burlando de él.

-Ante mi defensa diré que la muerte de Mufasa, es un momento muy emotivo. –Castle comenzó a hacer pucheros. Sophie rio y Kate se cruzó de brazos. –Y por lo otro, lo siento.

Ésta lo miró como si no se lo creyera. –Puede que se emotivo pero ya tienes una edad. ¡Ni Sophie ha llorado! –Exclamó burlándose de él.

-Pero es triste, mami –lo defendió la pequeña.

-¿Ves? Es triste –se defendió poniendo voz de niño pequeño.

Kate rio y negó con la cabeza. Cuando iba a contestar, el timbre sonó. Era la comida que había pedido Rick.
XXX

-¿Quieres ver otra película? –preguntó Sophie después de terminase el postre. Castle asintió. -¿Y tú mami?

-Vale –aceptó. –Pero si queréis podemos verla en la habitación, así Rick podrá llorar tranquilo sin que los guardaespaldas lo vean.

-¡Eh! No voy a llorar ahora siempre –se quejó. –Mata a un gato y te llamarán “mata gatos” -recitó

-Por si acaso. –se burló.  


Mientras Sophie y Rick veían La Sirenita, Kate fue a ducharse. Antes se mofó de Richard diciéndole que con esa película no tenía motivos para llorar a no ser que llorase con la muerte de la bruja. Castle le sacó la lengua como contestación. Después, fue turno de él de ir a ducharse, mientras madre e hija acaban la película.

Una vez todos duchados, en pijama y metidos en la cama de la abogada, comenzaron a ver otra película.

-Tengo sueño –confesó la niña después de la tercera película.

-¿Vamos a dormir entonces? –le preguntó Rick. La niña asintió y ambos empezaron a levantarse de la cama.

-Podemos dormir aquí, así estaréis más cómodo. Iré yo a dormir a la cama de Sophie. –Se levantó.

-Mami, -la llamó su hija cuando se agachó a darle el beso de buenas noches.

-Dime, cariño.

-Puedes dormir con nosotros. Así no duermes sola.  –Castle asintió y Beckett volvió a meterse en la cama. Tras darle un beso a su madre, la niña se abrazó a su amigo, lista para dormir.


Kate daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Ella sabía qué grande era el deseo de su hija por tener un papá como los demás, pero no sabía de las burlas de sus compañeros. Maldijo en voz baja la crueldad de los niños. Y se culpó. Se culpó por no haber elegido bien a su padre. Si tal vez hubiese las cosas de otra manera. Si hubiese aceptado la propuesta de casamiento de Will, ese amigo de la infancia que siempre había estado enamorado de ella. Después de que Dan se fuera, Will le propuso cubrir el sitio de Dan pero ella se negó. No quería aprovechase de él. Además, ninguno de los dos sería feliz. Ella no lo quería. Ahora, pensaba que tal vez, con el tiempo, hubiese logrado enamorarse de él. Y su hija siempre hubiese tenido a Will como su papá y no hubiese sufrido esa falta que tanto la atormentaba.

La abogada se giró, quedando de lado sobre la cama. Frente a Sophie. La niña dormía, abrazada a Richard. El escritor estaba tumbado sobre su espalda, la pequeña lo usaba de almohada y él la tenía rodeada con uno de sus brazos. Sonrió, entre lágrimas sonrió, porque su hija había encontrado en Rick esa figura paterna y a él parecía no importarle. Más bien, parecía que le agradaba.

Despacio se acercó más a ellos. Se irguió y besó la mejilla de su hija. Fue un beso tierno. La niña se removió en el abrazo de Castle pero no se despertó. Kate suspiró, queriendo expulsar el dolor y la angustia con el aire también. Pasó su mano por la frente de su hija, quitándole el pelo de la cara. Peinándoselo hacia atrás.  La niña volvió a moverse ante el contacto, provocando que Castle se despertarse.

Kate se limpió rápidamente las lágrimas de sus mejillas y se tumbó sobre la cama nada más ver al escritor abrir los ojos. Demasiado tarde, Castle la había visto.

-Kate –dijo con la voz ronca por el sueño. Se giró quedando frente a ella, sin dejar de abrazar a Sophie, que ahora dormía acurrucado en su pecho. –Kate, ¿todo bien?

-Siento haberte despertado. Me iría a la sala pero están los guardaespaldas. –Dijo intentando que su voz sonara lo más normal posible.

-No pasa nada. –Sonrió. –Soy de sueño fácil, así que me volveré a dormirme pronto. ¿Todo bien? –repitió.

Asintió poco convencida. -No te preocupes, Rick. Duerme –sonrió y le acarició el brazo izquierdo.

-Kate –la llamó suavemente -¿Sabes que puedes confiar en mí, no? –Asintió.

-Es solo que tienes que estar harto de mí y de mis tonterías ya –terminó de decir con la voz rota.

Con cuidado, Rick, se separó de Sophie y salió de la cama, metiéndose de nuevo por el otro extremo.  Beckett rodó por la cama hasta quedar de nuevo frente a él, pegándose más a su hija para dejarle espacio a Richard.

-No son tonterías. Y no me voy a harta de ti. Si quieres contármelo, aquí estoy. –Le sonrió.

Respiró profundamente. –Es la situación de Sophie, yo no sabía que se burlaban de ella. Ha tenido que pasarlo muy mal –dijo con la voz entrecortada.

-Los niños son muy crueles, Kate. No llores –le pidió mientras le secaba las lágrimas – Sophie es una niña fuerte. Además, a partir de ahora no tendrá ese problema. Ya los escuchaste todos quieren un papá como yo. Ahora la envidian –le dijo mientras le guiñaba un ojo, a lo que Kate sonrió.

-Nunca podré agradecerte todo lo que estás haciendo por ella, por nosotras.

-No tienes que agradecer nada –Beckett le puso un dedo en los labios para que se callase y la dejara continuar. Cuando lo hizo, poso su mano en la mejilla de Rick, acariciándolo.

-Sí, tengo que agradecerte y lo sabes bien. No todo el mundo hubiese hecho lo que tú. Y ahora, además, no desmientes la mentira de mi hija para que no se burlen de ella y te prestas a ser su padre ante sus compañeros.

-Yo pasé por lo mismo. Crecí sin un padre y soporté las constantes burlas de los otros niños. Sé que es estar en el otro lado, sé que se siente. Y si yo puedo evitar que Sophie pase por todo eso, no dudes siquiera que lo haré. En estos casi tres meses que hace que la conozco, me ha robado el corazón. Y, a lo mejor, me tomo derechos que no me corresponden pero yo quiero a Sophie como si fuera mi hija. Haría cualquier cosa por ella. –Castle cogió la mano de Beckett, que descansaba en su mejilla, y la llevó a sus labios, dándole un suave beso.

-No, Rick. Eres lo más parecido a un padre que ella ha tenido. Y sé, se nota, que ella te quiere de igual manera que la quieres tú. Eres lo mejor que le ha pasado.

Castle se acercó más a ella, fundiéndose en un abrazo. –Lo mejor que le ha pasado a Sophie, es tener una madre que la quiera tanto como tú, pero si te puedo decir, que ella es lo mejor que me ha pasado a mí. –Le susurró.

-Eres el hombre más bueno que existe. –Sentenció, acurrucándose más en el pecho del escritor. Éste besó su pelo.

Se quedaron así, abrazados, por unos minutos hasta que Kate rompió el cómodo silencio que se había instalados entre ellos. -¿Sabes? Es un poco raro estar abrazada a un hombre que, cada vez que puede, me mira las tetas –rio.

-Abogada, –masculló Richard entre dientes, separándose. Sonrió al escuchar la risa de Kate. –yo no le hubiese mirada las tetas hoy, si tú no me lo hubieses puesto en bandeja. Ha sido tu culpa –la culpó alzando ambas cejas.

Beckett abrió la boca todo lo que pudo y se hizo la ofendida. –Yo solo me agaché para ponerle los calcetines a Sophie. Tú, que eres un mirón. –Reprochó.

-No, soy un hombre que es diferente. ¡A ver tenido más cuidado! –tachó.

-Ya, si ahora la culpa es mía… -Dijo con falsa voz de enfado. El escritor rio contagiando a la abogada. - ¡Mirón! –exclamó entre risas.

Las risas se fueron apagando, dejando una sonrisa esbozada en la boca de ambos mientras se miraban directamente a los ojos. Siendo la mirada cada vez más intensa. –Lo siento, de verdad. –Se disculpó duodécima vez en ese día. Beckett asintió perdida en sus ojos. –Serás mejor que duermas. Seguro que aún no has pegado ojo en toda la noche –Kate negó. –Pues, venga, hora de dormir. –Se acercó más a ella y le dio un beso en la frente. –Buena noches, Kate. –Ésta que había cerrado los ojos ante el contacto lo agarró de la muñeca, impidiendo que saliese de la cama para volver al otro lado.

-¿Me… me puedes a… -titubeó. –Nada, mejor nada –dijo mientras se daba la vuelta para abrazar a su hija.

-Kate… -la llamó acortando la distancia entre ellos. –Puedes pedirme lo que quieras, lo sabes.

-Yo… solo… pensé que… Si me abrazabas –dijo tan bajito que Rick tuvo que hacer un esfuerzo para poder escucharla –a lo mejor… dejaba de pensar y lograba dormir, pero si no quieres no tienes porqué hacerlo. Yo… no hace falta.

El escritor sonrió. -¿Quieres estar en medio? –Kate asintió. –Te abrazaré hasta que te duermas. Luego, volveré al lado de Sophie para cuando se despierte por la mañana me encuentre ahí.

-Sí -siseó. –Rick le hizo una señal para que se volteara y así lo hizo. Se pegó a su hija y la abrazó. Richard, pasó su brazo derecho por su cintura, rodeando a la abogada y a su hija, y pegó su pecho a la espalda de ella. –Buenas noches, Rick. Gracias.

-Buenas noches, Kate –besó su hombro y en pocos minutos, Beckett, se entregó a los brazos de Morfeo.

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¡Feliz Navidad!   

K bonito! muchas gracias por el regalo! Continua. Pronto!

Que bonito, que cuqui, que adorable. Esta "relación" (no se que palabra utilizar) que están formando entre los tres es tan tierna... Rick está ayudando dando muchos abrazos y escuchando los problemas de Kate, pero a ver si las tornas cambian y es ella la que le da cobijo en sus brazos para calmar ese dolor que el escritor lleva dentro. Como las cosas sigan así (con lo de Martha) Rick no tardará en hundirse.
Sigue pronto, un saludo!

Que bonitooo, al final parece que  no se tomó tan mal eso de que le mirase las tetas, jejejejeje. Esperemos que no se quede dormido y al final Sophie los vea dormidos y abrazados.

Con ganas ya de leer el siguiente.


FELIZ NAVIDAD!!!   

Siiiiigue!

aahahdgskdgebe me muero de amor me encanta este fic y no sabes la alegria que me da ver un capi nuevooooooo! me emcamta en serio y el final ha sido muh OMG pero solo espero que el Will ese no se meta en medio gracias por escribir tan bien y compartirlo con nosotros!

salu2

Son tan, tan, TAN adorables
CONTINÚA PRONTO
Feliz Navidad :heart;

Son tan tiernos! Espero que pronto rick se decida a dar el gran paso con kate, también que le cuente sobre la enfermedad de su madre para que ella sea el apoyo de el en esos momentos