Si tan solo...
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Re: Si tan solo...
Continúo con la historia.
Espero les guste.
Capítulo 6.
Una lágrima rodó por su mejilla. Tenía que parar. El recuerdo de lo que tuvo y que perdió, le causaba mucho dolor.
Se levantó y salió de su estudio, de su casa y se fue a caminar un rato. Jamás pensó que escribir su declaración, sería tan difícil. La playa y el sonido de las olas le brindaban cierta tranquilidad, aunque dudaba que alguna vez pudiera volver a sentir esa calma que tuvo una vez en su vida. Caminó por horas.
Luego, cuando se sintió un poco mejor, regresó a su casa. Debía terminar su historia. Se lo debía a ella y a él mismo.
La vida normal de ellos dos, se transformó. En el día, trabajaban juntos y como siempre, formaban un equipo muy especial, en donde se complementaban y lograban que, a pesar de las implicaciones de las investigaciones, donde se encontraban con la muerte y lo peor de las personas todos los días, fuera algo agradable. En las noches, salían a pasear al parque, al cine, con sus amigos. A veces, se quedaban en el departamento de Kate y pasaban la noche hablando, viendo películas y compartiendo sus sentimientos.
Fueron los dos meses más felices de su vida. Sus familias –Martha, Alexis y Jim-, estaban sorprendidas del cambio que habían sufrido y se alegraban tanto por ellos. Al fin, reconocieron sus sentimientos y habían logrado lo que tanto buscaron: paz y amor.
Una tarde, en la que Kate había salido con Martha y Alexis de compras y que estaba sólo en su departamento, encendió su computadora y se dio cuenta que hace mucho tiempo no revisaba el correo que la agencia de investigación, le había proporcionado. La abrió y para su sorpresa, encontró varios mensajes, informándole los aspectos más relevantes avances de la investigación que había ordenado y pidiéndolo que si recibía alguna otra llamada, como la que les había informado, les avisara antes de tomar una decisión irresponsable y acudir a su encuentro.
Con mucha curiosidad, los empezó a leer, desde el más viejo, para estar al tanto de dichos avances: básicamente le confirmaban que la dirección de la investigación que en su momento realizaban se dirigía en la dirección correcta, incluso, le empezaron a proporcionar cierta información que desconocía: cuentas bancarias –ya cerradas o de bancos que habían desaparecido-, el tiempo y número de secuestros realizados –que eran más de cuarenta- e incluso, las cantidades que habían cobrado en cada una de éstos. Demonios –pensó-, habían cobrado más de cinco millones de dólares. Pero también le decían que alguien los había descubierto y había tomado el control de su operación y del dinero obtenido. Era una persona que en ese momento, ocupaba un cargo importante en la Policía de Nueva York y que, aunque tenían indicios de quién era él, todavía no podían confirmar su participación.
Al llegar al último correo, se preocupó: Le decían que tenían que programar una reunión pues habían descubierto a la persona que controlaba la operación, pero que no podían revelar su identidad por ese medio, a pesar de ser uno seguro. Le proponían una reunión que tendría lugar dentro de dos días.
Antes de contestar, dudó. Las cosas habían cambiado desde que Kate había entrado a su vida. Sabía que seguía siendo algo importante para ella, pues muchas veces la había descubierto pensando, preocupada, y cuando le preguntaba en qué pensaba, sólo le decía que en el pasado. Esa era la única respuesta que le daba y ambos sabían que era por el asesinato de su madre y él la entendía. Pero de alguna manera, también sabía que al final estaba superando –no sin dificultad- el episodio que marcó su vida.
Sin tener conciencia de las consecuencias que ello tendría, supo que habían llegado muy lejos como para detenerse en ese momento. El problema principal, era si involucrar a Kate en ello. La instrucción había sido muy clara: ella estaría bien si no investigaba, pero no le habían advertido nada respecto a si él indagaba esos eventos. Entonces, contestó el correo, aceptando la reunión y confirmando que iría solo él.
De inmediato, empezó a organizar su viaje y se sintió nuevamente como un personaje de sus libros. Lo más difícil sería saber qué decirle a Kate, pues desde que iniciaron su relación, prácticamente no había un día que no estuvieran juntos. Llamó a su editorial y, pidiendo favores, logró que le mandaran un correo indicándole que querían que fuera a Los Ángeles, para firmar un contrato y hablar con los productores de una posible secuela de la película de Nikky Heat, que estaba en proyecto.
Al regresar Kate junto con su familia, les dio la noticia y les dijo que estaría por lo mucho, un par de días fuera de la ciudad. Le dijo a Kate que probablemente fuera una reunión tras otra y que no tendría tiempo para hacer nada más, pero que regresaría a su lado tan pronto como pudiera deshacerse de esos compromisos.
- No te preocupes, cielo, sé que has estado evitando estos compromisos, pero estaré bien. Extrañándote, pero estaré bien.
No pudo evitar sentirse mal por engañar a Kate, pero sabía que tenía que hacerlo.
Cuando llegó a la reunión, no sabía que cambiaría su vida. En principio, le impresionó que la persona que le estaba dando la información, era el Director de la Agencia que contrató, aunque sabía que era muy difícil que hiciera trabajo de campo. Le entregó un informe en el que detallaba todos los resultados de la investigación. Muchas cosas las sabía: la intervención de Lockwood, de Koonan. Cómo Montgomery se había logrado separar de ese grupo, aunque había tomado una serie de precauciones y negoció su seguridad y la de su familia y, posteriormente, la de Kate. Leyó en silencio los detalles de los secuestros que habían realizado y cómo los descubrió quien en ese momento, era el Comisionado de la policía de Nueva York. Gracias al dinero que obtuvieron, él había logrado ascender en una carrera política increíble. Actualmente, era el Gobernador de ese Estado.
Estaba sorprendido con esa información. Ahora entendía cómo había podido controlar, por tanto tiempo, el grupo de delincuentes que lo catapultó a donde se encontraba. Tenía acceso al Departamento de Policía, a los nombramientos de Capitanes. Había tejido una red tan compleja en la que podía decidir el futuro de todos aquellos que se encontraban involucrados en ella. En su posición, incluso era un serio aspirante a ser Presidente de los Estados Unidos…
Cerró sus ojos y escuchó al Director decirle que era un caso muy delicado, en donde había utilizado sus mejores agentes, pero que el Gobernador estaba tan bien protegido, que sería difícil probar algo en su contra. Lo más preocupante era que no estaba seguro, a pesar de su discreción, de que no se hubiera dado cuenta de esa investigación y que a pesar de que procuraban no involucrarse personalmente en los trabajos que les encomendaban, este era especial. Le recomendaba que por lo menos, salieran del Estado de Nueva York, que se alejaran del lugar en donde era más fuerte. Le propuso, incluso, un cambio de identidad, ya que tenían los contactos para hacerlo.
Richard no supo qué decir. Le pidió tiempo para tomar una decisión y que, una vez que decidiera qué hacer, se comunicaría con ellos.
El viaje de regreso a Nueva York, fue caótico. No dejaba de pensar en las consecuencias de su decisión irresponsable de investigar el asesinato de Joanna Becket. El problema sería cómo decirle a Kate que había –nuevamente y sin consultarlo con ella- investigado por su cuenta y que, por ello, debían abandonar su vida.
Cuando llegó a la ciudad, se dirigió a su casa y tuvo la fortuna de encontrarse solo. Entonces, como si lo hubieran estado esperando, el teléfono fijo sonó. Al contestar, reconoció de inmediato la voz del amigo de Montgomery.
- Señor Castle. Tenemos que reunirnos. Es urgente. Baje y encontrará un coche que lo llevará a esta reunión.
De inmediato colgó.
En silencio, tomó su saco y salió de su casa.
(continuará)
Espero les guste.
Capítulo 6.
Una lágrima rodó por su mejilla. Tenía que parar. El recuerdo de lo que tuvo y que perdió, le causaba mucho dolor.
Se levantó y salió de su estudio, de su casa y se fue a caminar un rato. Jamás pensó que escribir su declaración, sería tan difícil. La playa y el sonido de las olas le brindaban cierta tranquilidad, aunque dudaba que alguna vez pudiera volver a sentir esa calma que tuvo una vez en su vida. Caminó por horas.
Luego, cuando se sintió un poco mejor, regresó a su casa. Debía terminar su historia. Se lo debía a ella y a él mismo.
La vida normal de ellos dos, se transformó. En el día, trabajaban juntos y como siempre, formaban un equipo muy especial, en donde se complementaban y lograban que, a pesar de las implicaciones de las investigaciones, donde se encontraban con la muerte y lo peor de las personas todos los días, fuera algo agradable. En las noches, salían a pasear al parque, al cine, con sus amigos. A veces, se quedaban en el departamento de Kate y pasaban la noche hablando, viendo películas y compartiendo sus sentimientos.
Fueron los dos meses más felices de su vida. Sus familias –Martha, Alexis y Jim-, estaban sorprendidas del cambio que habían sufrido y se alegraban tanto por ellos. Al fin, reconocieron sus sentimientos y habían logrado lo que tanto buscaron: paz y amor.
Una tarde, en la que Kate había salido con Martha y Alexis de compras y que estaba sólo en su departamento, encendió su computadora y se dio cuenta que hace mucho tiempo no revisaba el correo que la agencia de investigación, le había proporcionado. La abrió y para su sorpresa, encontró varios mensajes, informándole los aspectos más relevantes avances de la investigación que había ordenado y pidiéndolo que si recibía alguna otra llamada, como la que les había informado, les avisara antes de tomar una decisión irresponsable y acudir a su encuentro.
Con mucha curiosidad, los empezó a leer, desde el más viejo, para estar al tanto de dichos avances: básicamente le confirmaban que la dirección de la investigación que en su momento realizaban se dirigía en la dirección correcta, incluso, le empezaron a proporcionar cierta información que desconocía: cuentas bancarias –ya cerradas o de bancos que habían desaparecido-, el tiempo y número de secuestros realizados –que eran más de cuarenta- e incluso, las cantidades que habían cobrado en cada una de éstos. Demonios –pensó-, habían cobrado más de cinco millones de dólares. Pero también le decían que alguien los había descubierto y había tomado el control de su operación y del dinero obtenido. Era una persona que en ese momento, ocupaba un cargo importante en la Policía de Nueva York y que, aunque tenían indicios de quién era él, todavía no podían confirmar su participación.
Al llegar al último correo, se preocupó: Le decían que tenían que programar una reunión pues habían descubierto a la persona que controlaba la operación, pero que no podían revelar su identidad por ese medio, a pesar de ser uno seguro. Le proponían una reunión que tendría lugar dentro de dos días.
Antes de contestar, dudó. Las cosas habían cambiado desde que Kate había entrado a su vida. Sabía que seguía siendo algo importante para ella, pues muchas veces la había descubierto pensando, preocupada, y cuando le preguntaba en qué pensaba, sólo le decía que en el pasado. Esa era la única respuesta que le daba y ambos sabían que era por el asesinato de su madre y él la entendía. Pero de alguna manera, también sabía que al final estaba superando –no sin dificultad- el episodio que marcó su vida.
Sin tener conciencia de las consecuencias que ello tendría, supo que habían llegado muy lejos como para detenerse en ese momento. El problema principal, era si involucrar a Kate en ello. La instrucción había sido muy clara: ella estaría bien si no investigaba, pero no le habían advertido nada respecto a si él indagaba esos eventos. Entonces, contestó el correo, aceptando la reunión y confirmando que iría solo él.
De inmediato, empezó a organizar su viaje y se sintió nuevamente como un personaje de sus libros. Lo más difícil sería saber qué decirle a Kate, pues desde que iniciaron su relación, prácticamente no había un día que no estuvieran juntos. Llamó a su editorial y, pidiendo favores, logró que le mandaran un correo indicándole que querían que fuera a Los Ángeles, para firmar un contrato y hablar con los productores de una posible secuela de la película de Nikky Heat, que estaba en proyecto.
Al regresar Kate junto con su familia, les dio la noticia y les dijo que estaría por lo mucho, un par de días fuera de la ciudad. Le dijo a Kate que probablemente fuera una reunión tras otra y que no tendría tiempo para hacer nada más, pero que regresaría a su lado tan pronto como pudiera deshacerse de esos compromisos.
- No te preocupes, cielo, sé que has estado evitando estos compromisos, pero estaré bien. Extrañándote, pero estaré bien.
No pudo evitar sentirse mal por engañar a Kate, pero sabía que tenía que hacerlo.
Cuando llegó a la reunión, no sabía que cambiaría su vida. En principio, le impresionó que la persona que le estaba dando la información, era el Director de la Agencia que contrató, aunque sabía que era muy difícil que hiciera trabajo de campo. Le entregó un informe en el que detallaba todos los resultados de la investigación. Muchas cosas las sabía: la intervención de Lockwood, de Koonan. Cómo Montgomery se había logrado separar de ese grupo, aunque había tomado una serie de precauciones y negoció su seguridad y la de su familia y, posteriormente, la de Kate. Leyó en silencio los detalles de los secuestros que habían realizado y cómo los descubrió quien en ese momento, era el Comisionado de la policía de Nueva York. Gracias al dinero que obtuvieron, él había logrado ascender en una carrera política increíble. Actualmente, era el Gobernador de ese Estado.
Estaba sorprendido con esa información. Ahora entendía cómo había podido controlar, por tanto tiempo, el grupo de delincuentes que lo catapultó a donde se encontraba. Tenía acceso al Departamento de Policía, a los nombramientos de Capitanes. Había tejido una red tan compleja en la que podía decidir el futuro de todos aquellos que se encontraban involucrados en ella. En su posición, incluso era un serio aspirante a ser Presidente de los Estados Unidos…
Cerró sus ojos y escuchó al Director decirle que era un caso muy delicado, en donde había utilizado sus mejores agentes, pero que el Gobernador estaba tan bien protegido, que sería difícil probar algo en su contra. Lo más preocupante era que no estaba seguro, a pesar de su discreción, de que no se hubiera dado cuenta de esa investigación y que a pesar de que procuraban no involucrarse personalmente en los trabajos que les encomendaban, este era especial. Le recomendaba que por lo menos, salieran del Estado de Nueva York, que se alejaran del lugar en donde era más fuerte. Le propuso, incluso, un cambio de identidad, ya que tenían los contactos para hacerlo.
Richard no supo qué decir. Le pidió tiempo para tomar una decisión y que, una vez que decidiera qué hacer, se comunicaría con ellos.
El viaje de regreso a Nueva York, fue caótico. No dejaba de pensar en las consecuencias de su decisión irresponsable de investigar el asesinato de Joanna Becket. El problema sería cómo decirle a Kate que había –nuevamente y sin consultarlo con ella- investigado por su cuenta y que, por ello, debían abandonar su vida.
Cuando llegó a la ciudad, se dirigió a su casa y tuvo la fortuna de encontrarse solo. Entonces, como si lo hubieran estado esperando, el teléfono fijo sonó. Al contestar, reconoció de inmediato la voz del amigo de Montgomery.
- Señor Castle. Tenemos que reunirnos. Es urgente. Baje y encontrará un coche que lo llevará a esta reunión.
De inmediato colgó.
En silencio, tomó su saco y salió de su casa.
(continuará)
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Si tan solo...
esta demasiado interesante!!! escribes genial continua en cuanto puedas por favor
karlaguilarodgers- As del póker
- Mensajes : 257
Fecha de inscripción : 01/01/2012
Edad : 31
Localización : venezuela
Re: Si tan solo...
Gracias por las palabras!!!! claro que lo seguiré!!!!
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Si tan solo...
continua pronto me gusta mucho!!!!
asita24- Actor en Broadway
- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 07/09/2011
Edad : 35
Localización : Heredia, Costa Rica
Re: Si tan solo...
gracias Ash.. el próximo capítulo te lo dedico!!!
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Si tan solo...
hola me he leído todos los capitulos son Increíble dios mio escribes impresionante continua escribiendo ME ENCANTA
Re: Si tan solo...
Es un placer leer tu historia, escribes muy bien.
Y que decir de la trama...está muy interesante.
Espero que lo continues pronto.
Y que decir de la trama...está muy interesante.
Espero que lo continues pronto.
LauraCaskett- Escritor novato
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 15/07/2011
Edad : 30
Localización : Gijón
Re: Si tan solo...
La historia está genial y además muy bien redactada, lo que se agradece bastante.
Estoy deseando saber que va a ocurrir ahora. Continúa pronto.
Estoy deseando saber que va a ocurrir ahora. Continúa pronto.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Si tan solo...
continua prontooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Si tan solo...
Muchas gracias a los que han seguido la historia. Es muy gratificante ver los comentarios que hacen y saber que les gusta. Una disculpa por no haber subido el capítulo antes, pero bueno, aquí está.
Ash, lo prometido es deuda, te lo dedico -y a todos los que lo siguen-.
Buen inicio de semana a todos!!!!!!
Capítulo 7.
En su prisa, no vio que a unos metros de la entrada de su casa, se encontraba Kate, bajándose de su auto. Se subió al vehículo que le esperaba y no alcanzó a escuchar que le llamaba.
Llegaron a una bodega en la que ya se encontraba el amigo de Roy, quien sin más retrasos le preguntó si sabía quién había estado investigando la muerte de la madre de la detective Becket. Consternado, afirmó que ella no sabía nada al respecto y que el por su cuenta había estado haciendo alguna investigación, pero que la había abandonado después de su primera entrevista. Pudo, a pesar de que casi no había luz, ver como éste esbozaba una sonrisa triste. Le dijo que se entendía que para que el trato siguiera vigente, nadie debía continuar en la investigación.
- ¿cuánto sabe, señor Castle? –le interrogó-.
- Contraté a un grupo de investigadores que lo hicieran por mi y aún no tengo los informes definitivos –mintió-.
- No es necesario que le diga que la vida de su novia, así como la de su familia, es la que está en juego –advirtió-.
- Lo sé, pero si ellos no saben nada no tienen por qué involucrarlos. Si hay un culpable de algo, ese soy yo y estoy dispuesto a aceptar cualquier consecuencia.
Un incómodo silencio se hizo en la bodega y entonces, se oyó una silla que se movía detrás de donde estaba Castle. Éste volteó y pudo ver una silueta y aunque sólo era una sombra, sabía quién era él.
- Nos has dado muchos problemas, Richard. ¿o puedo llamarte Rick?. Cuando al fin pude tener todas las cosas bajo control, me encontré que había algunas personas que simplemente no podían dejar el pasado. Eso no me gusta, Rick –entendió la amenaza que existía en esas palabras-.
- Lo único que hice, señor… perdón, no escuche cuál es su nombre –Cuestionó, pero no hubo respuesta, así que siguió-, es ayudar a alguien que es muy importante para mí, a resolver asuntos pendientes. De hecho, le aseguro que si ella sabe que lo hice, seguramente se adelantará a mucha gente y me disparará. Si alguien estuvo buscando en el pasado, ese fui yo, nada más.
Se escucho una sonrisa en la oscuridad.
- Rick, como siempre, pretendes ser el caballero de brillante armadura, defendiéndola. ¿No te has dado cuenta que no puedes? No importa lo que hagas, en el momento en que yo quiera, cuando dé la orden, nada ni nadie podrá impedir que mis deseos se cumplan.
Sabía, al escuchar esas palabras, que era cierto. Seguramente, en ese momento y en ese lugar, el francotirador que le había disparado en el funeral de Roy, estaba apuntándole. Sonrió para sí mismo y pensó que, como siempre que se traba de Kate, había actuado de manera impulsiva, sin pensar en las posibles consecuencias que implicarían no sólo para la vida de ella, sino para él también.
Mientras se llevaba a cabo esa conversación, afuera de la bodega se encontraban dos vehículos de la policía. Se habían encontrado Kate –que había seguido a Castle-, Javier y Kevin. Se pusieron sus chalecos antibalas y estaban reconociendo el lugar. Afuera, nada más vieron a una persona que se encontraba en la entrada. No encontraron cámaras afuera y por lo que pudieron verificar, el lugar sólo tenía una entrada. Si controlaban la puerta seguramente podrían ver qué pasaba adentro.
- Kate, seguro va a estar bien –dijo Kevin-, seguro es alguna de sus reuniones con contactos para sus libros y no quiere que se sepa nada.
- Si Kate, verás que no es nada y en la noche estaremos cenando todos juntos, riéndonos porque pensaste que lo habían secuestrado o algo así –comentó Javier-.
Ninguno de los tres, en ese momento, se reía y se acercaron lo más que pudieron a la entrada, dispuestos a someter al vigilante.
Adentro de la bodega, las cosas no habían mejorado. Ahora estaba seguro que no saldría con bien de esa “aventura”. De todas maneras, tenía que intentar negociar la seguridad de Kate y de su familia. Decidió ir por todo:
- Mire Gobernador, se que usted se involucró siendo Comisionado de la Policía de Nueva York. Sé que crearon varias compañías falsas para tener acceso a los recursos y financiar sus campañas. Todo se encuentra documentado y, de saberse, es seguro que surgirán muchas preguntas. Ni usted podría detener esa investigación.
- Tengo la información a resguardo, pero si algo le pasa a la Detective Becket y su familia, o a la mía, nadie podrá parar que se haga público –mintió, pues sabía que no tenía nada con que cumplir esa amenaza-.
- Eres un hábil negociador Rick. Hasta donde sé, eres un asiduo jugador de pocker. El problema es que no estoy seguro en este momento, de creerte. Verás, en algún momento supe que a pesar de haberme cuidado, existía el riesgo de que se me pudiera seguir la pista. Esa información, ya no existe.
- Dígame, Gobernador –jugó sus cartas, poniendo énfasis en cómo lo había llamado-. ¿cómo supe que era usted si ni siquiera se ha acercado a mí y sigue en un lugar oscuro de la bodega?. Si yo pude unir piezas, sin mucho problema, habrá gente mucho más inteligente que yo que sabrá qué preguntar y dónde buscar.
Nuevamente se hizo un silencio.
-Bien, señor Castle. Pero no puedo ahora dejar de notar algo… no habló de su seguridad.
Actuaron rápido y lograron llegar por los dos flancos hacia el guardián de la puerta. Lo sometieron en pocos segundos. De inmediato, lo esposaron y revisaron que no tuviera manera de comunicarse con la gente que se encontraba adentro, aunque no pudieron dejar de observar que traía un arma. Las cosas no pintaban bien. Antes de entrar, Kate supo que necesitaban refuerzos y que debía ser rápido. Le pidió a Javier que llamara a sus contactos de grupos especiales, para pedirles un favor para uno de sus compañeros policías.
- Mire, en este punto puedo decir que soy un hombre afortunado. Conocí el amor, forje una familia, tuve éxito en mi trabajo. Si me pregunta si quiero morir le aseguro que no. Pero en algún momento ya sentí que lo hacía, así que no tengo miedo.
- Señor Castle, esto no es un juego. Tampoco es que vea a la mujer que ama tendida en el suelo después de recibir un tiro. Entiende que no puedo dejarlo ir, no ahora. Cuando supe que Montgomery había conservado archivos que me incriminaban, supe que esto debía terminar de alguna manera. Accedí sólo a garantizar la seguridad de la Detective Becket, cuando me aseguraron que no investigarían más. Confié en quien me propuso eso y él no me falló. Usted si.
- No se preocupe, sé que pensará que si algo le pasa investigarán su muerte pero, por suerte, tengo los medios para hacerlo parecer un robo que salió mal. Será fácil y rápido y aunque busquen no encontrarán nada. No me puedo permitir ningún error más y por eso tengo a los mejores de mi lado.
En ese momento, asentí. Quería que todo terminara. La incertidumbre era muy grande. No le había mentido al Gobernador. Sabía que, a pesar de mis errores, fui feliz. Si me arrepentía de algo, era únicamente de haber actuado a espaldas de Kate y, por esa razón, acepté cualquier cosa que me pasara siempre y cuando lograra con ello salvarla. Al menos, eso sí lo iba a lograr.
De la nada, se escuchó un estallido en la bodega. Una bomba de humo sorprendió a todos los que se encontraban en ella. Entró el grupo especial de la policía y un tiroteo empezó: los francotiradores que protegían al Gobernador repelieron el ataque, pero empezaron a sufrir bajas. Los guardaespaldas intentaron sacarlo de la bodega pero efectivamente sólo había una entrada y estaba controlada por la policía.
Durante algunos minutos, sólo se veía gente corriendo e intentado hacer que los contrarios retrocedieran o se rindieran. En medio de ese caos, Richard vio cómo el Gobernador intentaba esconderse y lo siguió. No sabía qué estaba pasando pero estaba convencido que alguien vino en su apoyo y lo estaba intentado rescatar. No podía dejarlo ir, no ahora, que estaba tan cerca. Uno de los guardaespaldas lo vio venir y le apuntó con su pistola. Estaba por disparar cuando vio cómo retrocedía por el impacto de bala que acababa de recibir. Se volteó y vio a Kate detrás de él. Su corazón se detuvo pues no esperaba verla nunca más. Reaccionó y siguió persiguiendo al Gobernador, cuando lo encontró agachado dentro de un escritorio viejo que se encontraba en una esquina de la bodega.
- Todo ha terminado. Es mejor que se rinda.
- Jamás –le contestó el Gobernador-. Sacó una pistola y se apuntó a la boca y antes de que pudiera acercarse, disparó.
Después de eso, la calma empezó a regresar a la bodega. La policía avanzaba deteniendo a un grupo de más de diez personas que estaban cuidando al Gobernador.
Buscó entre todas las personas, a Kate y la vio esposando a la persona que se había presentado como amigo de Roy. Corrió hacia ella y sin más, la abrazó. Ella lo vio a los ojos y no sonreía. Es más, pudo ver algo parecido a la desilusión en sus ojos. Kate, ¿estás bien? No sabría qué hacer si algo te hubiera pasado… Gracias por salvarme.
- Castle, ahora no. Pero hablaremos después.
Preocupado, salió de la bodega.
Una serie de sucesos pasaron a continuación: Tuvieron a mucha gente en la sala de interrogatorios, escuchando su intervención en el tiroteo que había pasado apenas unas horas antes. Al amanecer, ya tenían la identidad de quien había disparado a Kate –pues al tomar las muestras de ADN de los tiradores lo encontraron-. Tenían también la confesión del amigo de Roy, quien resultó ser asesor del Gobernador y, aunque no se había involucrado en los secuestros, si había tenido participación en el intento de homicidio de Castle. Fue una noche muy larga, pero al fin, habían encontrado a quien ordenó la muerte de Joanna Becket.
Cansado –pues aunque no había intervenido en los interrogatorios, se había quedado en la estación toda la noche- y con un par de tazas de café, se acercó a Kate y le dirigió una sonrisa. A cambió, solo recibió un seco “gracias”. Lo miró y le dijo:
- Castle, lo mejor será que te vayas a casa. Yo me iré a la mía. Debemos descansar.
- Pero Kate, yo… sé que no hice lo correcto. Sé que te mentí al investigar por mi cuenta, a pesar de que habíamos dicho que no lo haríamos más. Perdóname. Pero si lo hice…
- Ahora no, Castle –sonaba tan seco cómo pronunciaba su apellido-. Descansemos y después veremos qué pasa.
Se levantó de su escritorio, tomó su chaqueta y salió de la estación de Policía. Castle se quedó parado, viendo cómo se alejaba.
Llegó a su departamento y se dio un baño. Cuando se vistió y salió de su cuarto, se encontró a su hija y madre en la sala, sentadas con cara de preocupación.
- Papá, que bueno que estás bien.
- Hijo, ven. Dame un abrazo. Debes prometer que no te volverás a involucrar en un tiroteo así.
- No se preocupen. Tengo la impresión de que nunca más estaré en una situación así.
- ¿Becket?. Preguntaron al mismo tiempo.
- Si, no sé como vaya a tomar las cosas ahora que, bueno, se salieron de control.
- Hijo… habla con ella, ahora sí dile la verdad. Puede ser que te perdone.
En ese momento, me derrumbé. Pensé que había traicionado la confianza de Kate. La puse en peligro. ¿Cómo había sido tan estúpido pensando que las cosas saldrían bien?. Salí del departamento y caminé. Sabía a dónde debía ir pero también cuáles serían las consecuencias de mi imprudencia. Llegué a su departamento y toqué la puerta, sabiendo que como yo, ella tampoco podría dormir, no cuando todavía eran recientes los hechos de la noche.
Cuando abrió la puerta, supe que había tomado su decisión. La sentencia había sido dictada. Me hizo pasar y me indicó que me sentara. La vi tan decidida, que supe que no tendría oportunidad de que me perdonara.
- No puedo explicarte, Kate, cuánto siento todo lo que pasó hace unas horas –empecé a decir-. Lo siento tanto, no quise ponerte en peligro, pero más que nada, no quise traicionar tu confianza. ¿sabes?. Lo único que puedo decir es que eres lo mejor que me ha pasado y que cualquiera que sea tu decisión, la aceptaré.
- Richard, te voy a pedir que no me interrumpas. ¿Sabes qué cuando te dije que había estado pensando las cosas que pasaron entre nosotros, estaba renunciando a investigar la muerte de madre?
Cuando escuché esa confesión, mi corazón se detuvo. Era un estúpido. Una vez más, me equivoqué.
- Si, es verdad –continuó-. En algún momento me di cuenta que tenías razón. Todos los que han intervenido en ese asunto, están muertos. Yo casi lo hago. ¿Vale la pena vivir para alguien que ya no está?. No Richard, no cuando tenía a alguien tan importante en mi vida, cerca, apoyándome en todo momento. Eso lo comprendí cuando regresé a la estación después del disparo y me prometiste que lo encontraríamos, pero que lo primero era lograr que me recuperara. Cambiaste en ese momento, sin que los dos lo supiéramos, mi vida.
Vi tristeza en tus ojos. Sabía que nunca más confiarías en mí. Había cometido el único error que no me perdonarías: traicionarte.
- Después de eso, tuve muchos momentos en los que me sentía sin rumbo, sin una meta en la vida, pero siempre estuviste ahí. Y después nos amamos. Por fin cedí a mi corazón y sentimientos y comprendí que esa era la vida que yo quería, por la que sí estaba dispuesta a arriesgarme. ¿Me entiendes? –te mordiste los labios-.
- Y sientes que yo te traicioné –te dije-. Cuando te dispararon, sentí que me moría también. No había nada que pudiera hacer para que te recuperaras, pero sí estaba en condiciones de investigar por qué las cosas habían sido de esa manera. Fue entonces que decidí seguir por mi cuenta y, cuando no encontramos nada, contraté a una agencia especializada para que lo hiciera. Al menos, si te recuperabas, habría alguna pista que seguir. Y después regresaste. Era feliz, pues aunque no teníamos nada seguro, podía estar a tu lado y quizá así te dieras cuenta de lo que significas para mí.
Tomé aire y vi como tus ojos se humedecían.
- Todo pasó tan rápido –seguí- y aunque fue difícil, me permitiste que me acercara más a tu vida. Yo no había tenido noticias de los investigadores y sinceramente, eso pasó a un segundo término cuando nos besamos. Después de eso, prácticamente lo olvidé, pues sentí que al menos por ese instante, yo era suficiente para hacerte feliz y que encontraras esa paz que se te había negado, que te habías negado. Hasta hace unos días, que me buscaron y fui a recibir los informes finales de la investigación. Sabríamos por fin, quién o quiénes habían ordenado la muerte de tu madre.
- Si tan solo hubieras sido honesto conmigo, Richard, las cosas serían distintas –interrumpiste-. No necesitaba en ese momento, seguir investigando la muerte de mi madre. Te necesitaba a ti, tus locas teorías, tu sonrisa y caricias. Necesitaba saber que por fin, alguien estaba ahí para mí, a pesar de mis arranques de mal humor y de mis silencios. Alguien que no me presionara y me aceptara como soy. Y ese alguien eras tú. Pero lo que no necesitaba, y tu lo dijiste, era que me traicionaras y no respetaras mi decisión.
- Richard, yo no puedo perdonarte. No puedo decirte más. Me desilusionaste y no puedo volver a confiar en ti. Espero que lo aceptes y no me vuelvas a buscar. Ahora, sal de mi casa…
Esa última frase, la dijiste con la voz cortada. Vi como diste la vuelta y te dirigiste a tu habitación. No podía hacer nada más. Estabas en ese momento muy dolida y, aun poniéndome a tus pies, no me escucharías. Después de los años que estuvimos juntos, sabía que cualquier cosa que hiciera era inútil. Antes de salir de tu casa, sólo alcancé a decir, antes de romper a llorar:
- “si tan sólo”…
Caminé por horas. Una cosa me llevó a otra y ahora, me encuentro en el estudio de mi casa, acompañado sólo de mis libros, escribiendo la historia de los dos.
(continuará)
Ash, lo prometido es deuda, te lo dedico -y a todos los que lo siguen-.
Buen inicio de semana a todos!!!!!!
Capítulo 7.
En su prisa, no vio que a unos metros de la entrada de su casa, se encontraba Kate, bajándose de su auto. Se subió al vehículo que le esperaba y no alcanzó a escuchar que le llamaba.
Llegaron a una bodega en la que ya se encontraba el amigo de Roy, quien sin más retrasos le preguntó si sabía quién había estado investigando la muerte de la madre de la detective Becket. Consternado, afirmó que ella no sabía nada al respecto y que el por su cuenta había estado haciendo alguna investigación, pero que la había abandonado después de su primera entrevista. Pudo, a pesar de que casi no había luz, ver como éste esbozaba una sonrisa triste. Le dijo que se entendía que para que el trato siguiera vigente, nadie debía continuar en la investigación.
- ¿cuánto sabe, señor Castle? –le interrogó-.
- Contraté a un grupo de investigadores que lo hicieran por mi y aún no tengo los informes definitivos –mintió-.
- No es necesario que le diga que la vida de su novia, así como la de su familia, es la que está en juego –advirtió-.
- Lo sé, pero si ellos no saben nada no tienen por qué involucrarlos. Si hay un culpable de algo, ese soy yo y estoy dispuesto a aceptar cualquier consecuencia.
Un incómodo silencio se hizo en la bodega y entonces, se oyó una silla que se movía detrás de donde estaba Castle. Éste volteó y pudo ver una silueta y aunque sólo era una sombra, sabía quién era él.
- Nos has dado muchos problemas, Richard. ¿o puedo llamarte Rick?. Cuando al fin pude tener todas las cosas bajo control, me encontré que había algunas personas que simplemente no podían dejar el pasado. Eso no me gusta, Rick –entendió la amenaza que existía en esas palabras-.
- Lo único que hice, señor… perdón, no escuche cuál es su nombre –Cuestionó, pero no hubo respuesta, así que siguió-, es ayudar a alguien que es muy importante para mí, a resolver asuntos pendientes. De hecho, le aseguro que si ella sabe que lo hice, seguramente se adelantará a mucha gente y me disparará. Si alguien estuvo buscando en el pasado, ese fui yo, nada más.
Se escucho una sonrisa en la oscuridad.
- Rick, como siempre, pretendes ser el caballero de brillante armadura, defendiéndola. ¿No te has dado cuenta que no puedes? No importa lo que hagas, en el momento en que yo quiera, cuando dé la orden, nada ni nadie podrá impedir que mis deseos se cumplan.
Sabía, al escuchar esas palabras, que era cierto. Seguramente, en ese momento y en ese lugar, el francotirador que le había disparado en el funeral de Roy, estaba apuntándole. Sonrió para sí mismo y pensó que, como siempre que se traba de Kate, había actuado de manera impulsiva, sin pensar en las posibles consecuencias que implicarían no sólo para la vida de ella, sino para él también.
Mientras se llevaba a cabo esa conversación, afuera de la bodega se encontraban dos vehículos de la policía. Se habían encontrado Kate –que había seguido a Castle-, Javier y Kevin. Se pusieron sus chalecos antibalas y estaban reconociendo el lugar. Afuera, nada más vieron a una persona que se encontraba en la entrada. No encontraron cámaras afuera y por lo que pudieron verificar, el lugar sólo tenía una entrada. Si controlaban la puerta seguramente podrían ver qué pasaba adentro.
- Kate, seguro va a estar bien –dijo Kevin-, seguro es alguna de sus reuniones con contactos para sus libros y no quiere que se sepa nada.
- Si Kate, verás que no es nada y en la noche estaremos cenando todos juntos, riéndonos porque pensaste que lo habían secuestrado o algo así –comentó Javier-.
Ninguno de los tres, en ese momento, se reía y se acercaron lo más que pudieron a la entrada, dispuestos a someter al vigilante.
Adentro de la bodega, las cosas no habían mejorado. Ahora estaba seguro que no saldría con bien de esa “aventura”. De todas maneras, tenía que intentar negociar la seguridad de Kate y de su familia. Decidió ir por todo:
- Mire Gobernador, se que usted se involucró siendo Comisionado de la Policía de Nueva York. Sé que crearon varias compañías falsas para tener acceso a los recursos y financiar sus campañas. Todo se encuentra documentado y, de saberse, es seguro que surgirán muchas preguntas. Ni usted podría detener esa investigación.
- Tengo la información a resguardo, pero si algo le pasa a la Detective Becket y su familia, o a la mía, nadie podrá parar que se haga público –mintió, pues sabía que no tenía nada con que cumplir esa amenaza-.
- Eres un hábil negociador Rick. Hasta donde sé, eres un asiduo jugador de pocker. El problema es que no estoy seguro en este momento, de creerte. Verás, en algún momento supe que a pesar de haberme cuidado, existía el riesgo de que se me pudiera seguir la pista. Esa información, ya no existe.
- Dígame, Gobernador –jugó sus cartas, poniendo énfasis en cómo lo había llamado-. ¿cómo supe que era usted si ni siquiera se ha acercado a mí y sigue en un lugar oscuro de la bodega?. Si yo pude unir piezas, sin mucho problema, habrá gente mucho más inteligente que yo que sabrá qué preguntar y dónde buscar.
Nuevamente se hizo un silencio.
-Bien, señor Castle. Pero no puedo ahora dejar de notar algo… no habló de su seguridad.
Actuaron rápido y lograron llegar por los dos flancos hacia el guardián de la puerta. Lo sometieron en pocos segundos. De inmediato, lo esposaron y revisaron que no tuviera manera de comunicarse con la gente que se encontraba adentro, aunque no pudieron dejar de observar que traía un arma. Las cosas no pintaban bien. Antes de entrar, Kate supo que necesitaban refuerzos y que debía ser rápido. Le pidió a Javier que llamara a sus contactos de grupos especiales, para pedirles un favor para uno de sus compañeros policías.
- Mire, en este punto puedo decir que soy un hombre afortunado. Conocí el amor, forje una familia, tuve éxito en mi trabajo. Si me pregunta si quiero morir le aseguro que no. Pero en algún momento ya sentí que lo hacía, así que no tengo miedo.
- Señor Castle, esto no es un juego. Tampoco es que vea a la mujer que ama tendida en el suelo después de recibir un tiro. Entiende que no puedo dejarlo ir, no ahora. Cuando supe que Montgomery había conservado archivos que me incriminaban, supe que esto debía terminar de alguna manera. Accedí sólo a garantizar la seguridad de la Detective Becket, cuando me aseguraron que no investigarían más. Confié en quien me propuso eso y él no me falló. Usted si.
- No se preocupe, sé que pensará que si algo le pasa investigarán su muerte pero, por suerte, tengo los medios para hacerlo parecer un robo que salió mal. Será fácil y rápido y aunque busquen no encontrarán nada. No me puedo permitir ningún error más y por eso tengo a los mejores de mi lado.
En ese momento, asentí. Quería que todo terminara. La incertidumbre era muy grande. No le había mentido al Gobernador. Sabía que, a pesar de mis errores, fui feliz. Si me arrepentía de algo, era únicamente de haber actuado a espaldas de Kate y, por esa razón, acepté cualquier cosa que me pasara siempre y cuando lograra con ello salvarla. Al menos, eso sí lo iba a lograr.
De la nada, se escuchó un estallido en la bodega. Una bomba de humo sorprendió a todos los que se encontraban en ella. Entró el grupo especial de la policía y un tiroteo empezó: los francotiradores que protegían al Gobernador repelieron el ataque, pero empezaron a sufrir bajas. Los guardaespaldas intentaron sacarlo de la bodega pero efectivamente sólo había una entrada y estaba controlada por la policía.
Durante algunos minutos, sólo se veía gente corriendo e intentado hacer que los contrarios retrocedieran o se rindieran. En medio de ese caos, Richard vio cómo el Gobernador intentaba esconderse y lo siguió. No sabía qué estaba pasando pero estaba convencido que alguien vino en su apoyo y lo estaba intentado rescatar. No podía dejarlo ir, no ahora, que estaba tan cerca. Uno de los guardaespaldas lo vio venir y le apuntó con su pistola. Estaba por disparar cuando vio cómo retrocedía por el impacto de bala que acababa de recibir. Se volteó y vio a Kate detrás de él. Su corazón se detuvo pues no esperaba verla nunca más. Reaccionó y siguió persiguiendo al Gobernador, cuando lo encontró agachado dentro de un escritorio viejo que se encontraba en una esquina de la bodega.
- Todo ha terminado. Es mejor que se rinda.
- Jamás –le contestó el Gobernador-. Sacó una pistola y se apuntó a la boca y antes de que pudiera acercarse, disparó.
Después de eso, la calma empezó a regresar a la bodega. La policía avanzaba deteniendo a un grupo de más de diez personas que estaban cuidando al Gobernador.
Buscó entre todas las personas, a Kate y la vio esposando a la persona que se había presentado como amigo de Roy. Corrió hacia ella y sin más, la abrazó. Ella lo vio a los ojos y no sonreía. Es más, pudo ver algo parecido a la desilusión en sus ojos. Kate, ¿estás bien? No sabría qué hacer si algo te hubiera pasado… Gracias por salvarme.
- Castle, ahora no. Pero hablaremos después.
Preocupado, salió de la bodega.
Una serie de sucesos pasaron a continuación: Tuvieron a mucha gente en la sala de interrogatorios, escuchando su intervención en el tiroteo que había pasado apenas unas horas antes. Al amanecer, ya tenían la identidad de quien había disparado a Kate –pues al tomar las muestras de ADN de los tiradores lo encontraron-. Tenían también la confesión del amigo de Roy, quien resultó ser asesor del Gobernador y, aunque no se había involucrado en los secuestros, si había tenido participación en el intento de homicidio de Castle. Fue una noche muy larga, pero al fin, habían encontrado a quien ordenó la muerte de Joanna Becket.
Cansado –pues aunque no había intervenido en los interrogatorios, se había quedado en la estación toda la noche- y con un par de tazas de café, se acercó a Kate y le dirigió una sonrisa. A cambió, solo recibió un seco “gracias”. Lo miró y le dijo:
- Castle, lo mejor será que te vayas a casa. Yo me iré a la mía. Debemos descansar.
- Pero Kate, yo… sé que no hice lo correcto. Sé que te mentí al investigar por mi cuenta, a pesar de que habíamos dicho que no lo haríamos más. Perdóname. Pero si lo hice…
- Ahora no, Castle –sonaba tan seco cómo pronunciaba su apellido-. Descansemos y después veremos qué pasa.
Se levantó de su escritorio, tomó su chaqueta y salió de la estación de Policía. Castle se quedó parado, viendo cómo se alejaba.
Llegó a su departamento y se dio un baño. Cuando se vistió y salió de su cuarto, se encontró a su hija y madre en la sala, sentadas con cara de preocupación.
- Papá, que bueno que estás bien.
- Hijo, ven. Dame un abrazo. Debes prometer que no te volverás a involucrar en un tiroteo así.
- No se preocupen. Tengo la impresión de que nunca más estaré en una situación así.
- ¿Becket?. Preguntaron al mismo tiempo.
- Si, no sé como vaya a tomar las cosas ahora que, bueno, se salieron de control.
- Hijo… habla con ella, ahora sí dile la verdad. Puede ser que te perdone.
En ese momento, me derrumbé. Pensé que había traicionado la confianza de Kate. La puse en peligro. ¿Cómo había sido tan estúpido pensando que las cosas saldrían bien?. Salí del departamento y caminé. Sabía a dónde debía ir pero también cuáles serían las consecuencias de mi imprudencia. Llegué a su departamento y toqué la puerta, sabiendo que como yo, ella tampoco podría dormir, no cuando todavía eran recientes los hechos de la noche.
Cuando abrió la puerta, supe que había tomado su decisión. La sentencia había sido dictada. Me hizo pasar y me indicó que me sentara. La vi tan decidida, que supe que no tendría oportunidad de que me perdonara.
- No puedo explicarte, Kate, cuánto siento todo lo que pasó hace unas horas –empecé a decir-. Lo siento tanto, no quise ponerte en peligro, pero más que nada, no quise traicionar tu confianza. ¿sabes?. Lo único que puedo decir es que eres lo mejor que me ha pasado y que cualquiera que sea tu decisión, la aceptaré.
- Richard, te voy a pedir que no me interrumpas. ¿Sabes qué cuando te dije que había estado pensando las cosas que pasaron entre nosotros, estaba renunciando a investigar la muerte de madre?
Cuando escuché esa confesión, mi corazón se detuvo. Era un estúpido. Una vez más, me equivoqué.
- Si, es verdad –continuó-. En algún momento me di cuenta que tenías razón. Todos los que han intervenido en ese asunto, están muertos. Yo casi lo hago. ¿Vale la pena vivir para alguien que ya no está?. No Richard, no cuando tenía a alguien tan importante en mi vida, cerca, apoyándome en todo momento. Eso lo comprendí cuando regresé a la estación después del disparo y me prometiste que lo encontraríamos, pero que lo primero era lograr que me recuperara. Cambiaste en ese momento, sin que los dos lo supiéramos, mi vida.
Vi tristeza en tus ojos. Sabía que nunca más confiarías en mí. Había cometido el único error que no me perdonarías: traicionarte.
- Después de eso, tuve muchos momentos en los que me sentía sin rumbo, sin una meta en la vida, pero siempre estuviste ahí. Y después nos amamos. Por fin cedí a mi corazón y sentimientos y comprendí que esa era la vida que yo quería, por la que sí estaba dispuesta a arriesgarme. ¿Me entiendes? –te mordiste los labios-.
- Y sientes que yo te traicioné –te dije-. Cuando te dispararon, sentí que me moría también. No había nada que pudiera hacer para que te recuperaras, pero sí estaba en condiciones de investigar por qué las cosas habían sido de esa manera. Fue entonces que decidí seguir por mi cuenta y, cuando no encontramos nada, contraté a una agencia especializada para que lo hiciera. Al menos, si te recuperabas, habría alguna pista que seguir. Y después regresaste. Era feliz, pues aunque no teníamos nada seguro, podía estar a tu lado y quizá así te dieras cuenta de lo que significas para mí.
Tomé aire y vi como tus ojos se humedecían.
- Todo pasó tan rápido –seguí- y aunque fue difícil, me permitiste que me acercara más a tu vida. Yo no había tenido noticias de los investigadores y sinceramente, eso pasó a un segundo término cuando nos besamos. Después de eso, prácticamente lo olvidé, pues sentí que al menos por ese instante, yo era suficiente para hacerte feliz y que encontraras esa paz que se te había negado, que te habías negado. Hasta hace unos días, que me buscaron y fui a recibir los informes finales de la investigación. Sabríamos por fin, quién o quiénes habían ordenado la muerte de tu madre.
- Si tan solo hubieras sido honesto conmigo, Richard, las cosas serían distintas –interrumpiste-. No necesitaba en ese momento, seguir investigando la muerte de mi madre. Te necesitaba a ti, tus locas teorías, tu sonrisa y caricias. Necesitaba saber que por fin, alguien estaba ahí para mí, a pesar de mis arranques de mal humor y de mis silencios. Alguien que no me presionara y me aceptara como soy. Y ese alguien eras tú. Pero lo que no necesitaba, y tu lo dijiste, era que me traicionaras y no respetaras mi decisión.
- Richard, yo no puedo perdonarte. No puedo decirte más. Me desilusionaste y no puedo volver a confiar en ti. Espero que lo aceptes y no me vuelvas a buscar. Ahora, sal de mi casa…
Esa última frase, la dijiste con la voz cortada. Vi como diste la vuelta y te dirigiste a tu habitación. No podía hacer nada más. Estabas en ese momento muy dolida y, aun poniéndome a tus pies, no me escucharías. Después de los años que estuvimos juntos, sabía que cualquier cosa que hiciera era inútil. Antes de salir de tu casa, sólo alcancé a decir, antes de romper a llorar:
- “si tan sólo”…
Caminé por horas. Una cosa me llevó a otra y ahora, me encuentro en el estudio de mi casa, acompañado sólo de mis libros, escribiendo la historia de los dos.
(continuará)
Última edición por hombre1111 el Lun Ene 09, 2012 6:17 pm, editado 1 vez
hombre1111- Ayudante de policia
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Re: Si tan solo...
Gracias Jesus eres genial , el capi me gusta muchisimooooo espero el siguiente tan pronto como puedas!!!!
Última edición por asita24 el Dom Ene 08, 2012 6:04 pm, editado 1 vez
asita24- Actor en Broadway
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Re: Si tan solo...
como me ha gustado
que triste capitulo pobre de castle
no seas malo y
has q ellos se reconcilien xfa
escribes genial no dejes de hacerlo
que triste capitulo pobre de castle
no seas malo y
has q ellos se reconcilien xfa
escribes genial no dejes de hacerlo
lovercastle- Escritor novato
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Fecha de inscripción : 23/12/2011
Edad : 33
Localización : mexico
Re: Si tan solo...
ole y ole otro capitulo nuevo alucinante me ha encantado
gracias otro capitulo tan IMPRESIONANTE
continua pronto
gracias otro capitulo tan IMPRESIONANTE
continua pronto
Re: Si tan solo...
Un gran capítulo. Continúa pronto.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Si tan solo...
Muchas gracias a todos los que han seguido esta historia. Espero que la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla. Pero bueno, todo tiene un final.
Quizá no es lo más espectacular, pero me pareció el correcto. Ojalá me digan qué opinan al respecto.
No los aburro más... les dejo el último capítulo...
Buena semana a todos!!!!
Capítulo 8.
Una vez que terminó su tarea, se sintió muy cansado. Cerró los ojos, se recostó en su sillón y se abandonó al sueño reparador que no había tenido en mucho tiempo. De alguna forma, sintió que se estaba quitando un peso de sus hombros.
La luz de la calle lo despertó. Se sintió desubicado, no recordaba donde se encontraba. Cuando reconoció su estudio, decidió terminar. Imprimió el escrito que había hecho y se fue a su cuarto.
La mañana siguiente, salió de su casa y se dirigió a una imprenta. Ordenó un trabajo especial. Al reconocerlo el encargado del negocio, le dijo que tardaría solo unos minutos. Al abandonar ese lugar, tomo su celular y llamó a Javier:
- Hola, Javier. ¿Cómo has estado?. Me pregunto si me puedes recibir en tu oficina.
- Claro, Castle. Siempre serás bienvenido a la estación.
Colgaron.
Tomo un taxi y pidió que lo llevara a la estación. Cuando llegó, entró con paso firme, llevando en su brazo el paquete que le habían entregado en la imprenta y de inmediato se dirigió al cuarto piso. Cuando salió del elevador, de alguna forma, ya no le resultaba tan doloroso, aunque no pudo evitar dirigir la mirada al escritorio que tantas veces había compartido con Kate. Se encontraba desocupado y sintió un vacío en su estomago. A su encuentro, salió Kevin, quien lo saludo con un abrazo y lo llevó a la oficina de Javier.
- ¿Interrumpimos? Dijo Kevin.
- Claro que no, pasen por favor. Cierren la puerta, por favor.
- Hola amigos, no saben qué gusto me da verlos. ¿Les puedo robar unos minutos?
- No tienes que decirlo. Sabes que siempre estamos aquí para ti.
- Miren, he estado pensando lo que me dijeron la última vez que nos vimos. Tienen razón, no puedo seguir viviendo en el pasado, mucho menos, en lamentarme por lo que no fue. Quiero agradecerles su preocupación por mí. Sé que les debo una disculpa, no sólo por estos años, sino por lo que pasó aquella noche. Nos puse a todos en peligro.
- Hombre, no tienes que decir nada. Somos compañeros y siempre estaremos cuidándonos las espaldas –Contestó Javier-. Aunque si nos diste un gran susto.
Sonrieron todos.
- Bueno, estoy aquí por eso y porque quiero pedirles un último favor. Digo, en relación con todo lo que pasó aquella noche –Ambos lo vieron y mostraron interés en lo que él les iba a decir-, aunque saben que pueden decir que no. Aquí tengo la historia de lo que pasó, desde mi punto de vista. Quisiera que le hagan llegar este paquete.
Se hizo el silencio en la oficina. Ambos sabían que Kate había abandonado todo aquello que representaba su trabajo como policía y la investigación que casi le había costado la vida.
- Rick, ¿estás seguro? –cuestionó Kevin-. Ya pasaron muchos años desde aquella noche.
- Lo sé, pero necesito que ella lo sepa. Es muy importante para mí y hace tiempo que abandoné el trabajo de detective –sonrió con tristeza-.
- Ok, Rick. Déjame ver que se puede hacer –respondió Javier-. Déjamelo y yo te llamo si se de alguna noticia. Ella lo tiene que saber antes, no podría mandarle esto sin su consentimiento.
- Gracias.
Sonrió y salió de la estación, seguro que esa era la última vez que acudiría a ese lugar. Se estaba despidiendo de su pasado.
Los días pasaron y no supo nada de Javier. Estuvo tentado a llamarle pero era consciente de que tenía muchas ocupaciones. Además, no le había prometido nada. Su vida siguió de manera rutinaria, hasta que un día, llamaron al timbre de su casa.
A paso lento se dirigió a la puerta y cuando abrió, se encontró con aquellos ojos verdes que tantas veces había soñado –se encontraba hermosa-. No supo que decir.
- Hola, Castle. Han pasado muchos años –Dijo Kate, a manera de saludo-. Bajo el brazo, llevaba el libro que él le había mandado.
- Mmmmhhh. Si, ha sido mucho tiempo. Perdón, no esperaba verte. Pasa por favor.
- Gracias. Tienes una bonita casa. Y una vez que entró, se volteó, levantó el libro y le preguntó: Rick, ¿todo esto es cierto?.
- Si Kate, todas las palabras que escribí ahí son ciertas. Necesitaba hacerlo para poder seguir adelante. Tú lo hiciste, pero yo no pude –una mirada triste asomó a sus ojos-.
- Rick… ¿a qué te referías cuándo dijiste “si tan sólo”, antes de salir de mi casa?. Eso no lo escribiste.
- No Kate, no lo escribí. Hay cosas que decidí guardar para mí, porque no era justo que las supieras. Mira –sonrío-, si lo escribí es para que sepas que nunca quise hacerte daño y que, a pesar de la distancia y el tiempo, te sigo amando. Pero no quiero que te sientas incómoda. Ahora tienes tu vida y yo, pues, la mía –sus ojos en ese momento se oscurecieron, para no dejar ver el dolor que había sentido en mucho tiempo-.
- Rick, necesito saber. También he pensado mucho en todo lo que pasó. En lo que pudo ser. Necesitas saber que yo también tomé decisiones equivocadas. Por eso estoy acá.
- Si tan solo… -calló, pues la voz le temblaba- me dejaras decirte una vez más, que te amo. Que siempre lo haré.
Ella tomó su mano y le dijo…
- Ven Rick, tenemos muchas cosas de que hablar. Después de eso, quizás, tengamos la posibilidad de recuperar el tiempo que perdimos.
Ambos sonrieron y empezaron a platicar.
Afuera, estaba un vehículo en donde Javier le estaba dando un billete de diez dólares a Kevin. Me ganaste –le dijo-. Estaba seguro que ella le dispararía… Sonrieron, encendieron el auto y se dirigieron a sus casas.
Fin.
Quizá no es lo más espectacular, pero me pareció el correcto. Ojalá me digan qué opinan al respecto.
No los aburro más... les dejo el último capítulo...
Buena semana a todos!!!!
Capítulo 8.
Una vez que terminó su tarea, se sintió muy cansado. Cerró los ojos, se recostó en su sillón y se abandonó al sueño reparador que no había tenido en mucho tiempo. De alguna forma, sintió que se estaba quitando un peso de sus hombros.
La luz de la calle lo despertó. Se sintió desubicado, no recordaba donde se encontraba. Cuando reconoció su estudio, decidió terminar. Imprimió el escrito que había hecho y se fue a su cuarto.
La mañana siguiente, salió de su casa y se dirigió a una imprenta. Ordenó un trabajo especial. Al reconocerlo el encargado del negocio, le dijo que tardaría solo unos minutos. Al abandonar ese lugar, tomo su celular y llamó a Javier:
- Hola, Javier. ¿Cómo has estado?. Me pregunto si me puedes recibir en tu oficina.
- Claro, Castle. Siempre serás bienvenido a la estación.
Colgaron.
Tomo un taxi y pidió que lo llevara a la estación. Cuando llegó, entró con paso firme, llevando en su brazo el paquete que le habían entregado en la imprenta y de inmediato se dirigió al cuarto piso. Cuando salió del elevador, de alguna forma, ya no le resultaba tan doloroso, aunque no pudo evitar dirigir la mirada al escritorio que tantas veces había compartido con Kate. Se encontraba desocupado y sintió un vacío en su estomago. A su encuentro, salió Kevin, quien lo saludo con un abrazo y lo llevó a la oficina de Javier.
- ¿Interrumpimos? Dijo Kevin.
- Claro que no, pasen por favor. Cierren la puerta, por favor.
- Hola amigos, no saben qué gusto me da verlos. ¿Les puedo robar unos minutos?
- No tienes que decirlo. Sabes que siempre estamos aquí para ti.
- Miren, he estado pensando lo que me dijeron la última vez que nos vimos. Tienen razón, no puedo seguir viviendo en el pasado, mucho menos, en lamentarme por lo que no fue. Quiero agradecerles su preocupación por mí. Sé que les debo una disculpa, no sólo por estos años, sino por lo que pasó aquella noche. Nos puse a todos en peligro.
- Hombre, no tienes que decir nada. Somos compañeros y siempre estaremos cuidándonos las espaldas –Contestó Javier-. Aunque si nos diste un gran susto.
Sonrieron todos.
- Bueno, estoy aquí por eso y porque quiero pedirles un último favor. Digo, en relación con todo lo que pasó aquella noche –Ambos lo vieron y mostraron interés en lo que él les iba a decir-, aunque saben que pueden decir que no. Aquí tengo la historia de lo que pasó, desde mi punto de vista. Quisiera que le hagan llegar este paquete.
Se hizo el silencio en la oficina. Ambos sabían que Kate había abandonado todo aquello que representaba su trabajo como policía y la investigación que casi le había costado la vida.
- Rick, ¿estás seguro? –cuestionó Kevin-. Ya pasaron muchos años desde aquella noche.
- Lo sé, pero necesito que ella lo sepa. Es muy importante para mí y hace tiempo que abandoné el trabajo de detective –sonrió con tristeza-.
- Ok, Rick. Déjame ver que se puede hacer –respondió Javier-. Déjamelo y yo te llamo si se de alguna noticia. Ella lo tiene que saber antes, no podría mandarle esto sin su consentimiento.
- Gracias.
Sonrió y salió de la estación, seguro que esa era la última vez que acudiría a ese lugar. Se estaba despidiendo de su pasado.
Los días pasaron y no supo nada de Javier. Estuvo tentado a llamarle pero era consciente de que tenía muchas ocupaciones. Además, no le había prometido nada. Su vida siguió de manera rutinaria, hasta que un día, llamaron al timbre de su casa.
A paso lento se dirigió a la puerta y cuando abrió, se encontró con aquellos ojos verdes que tantas veces había soñado –se encontraba hermosa-. No supo que decir.
- Hola, Castle. Han pasado muchos años –Dijo Kate, a manera de saludo-. Bajo el brazo, llevaba el libro que él le había mandado.
- Mmmmhhh. Si, ha sido mucho tiempo. Perdón, no esperaba verte. Pasa por favor.
- Gracias. Tienes una bonita casa. Y una vez que entró, se volteó, levantó el libro y le preguntó: Rick, ¿todo esto es cierto?.
- Si Kate, todas las palabras que escribí ahí son ciertas. Necesitaba hacerlo para poder seguir adelante. Tú lo hiciste, pero yo no pude –una mirada triste asomó a sus ojos-.
- Rick… ¿a qué te referías cuándo dijiste “si tan sólo”, antes de salir de mi casa?. Eso no lo escribiste.
- No Kate, no lo escribí. Hay cosas que decidí guardar para mí, porque no era justo que las supieras. Mira –sonrío-, si lo escribí es para que sepas que nunca quise hacerte daño y que, a pesar de la distancia y el tiempo, te sigo amando. Pero no quiero que te sientas incómoda. Ahora tienes tu vida y yo, pues, la mía –sus ojos en ese momento se oscurecieron, para no dejar ver el dolor que había sentido en mucho tiempo-.
- Rick, necesito saber. También he pensado mucho en todo lo que pasó. En lo que pudo ser. Necesitas saber que yo también tomé decisiones equivocadas. Por eso estoy acá.
- Si tan solo… -calló, pues la voz le temblaba- me dejaras decirte una vez más, que te amo. Que siempre lo haré.
Ella tomó su mano y le dijo…
- Ven Rick, tenemos muchas cosas de que hablar. Después de eso, quizás, tengamos la posibilidad de recuperar el tiempo que perdimos.
Ambos sonrieron y empezaron a platicar.
Afuera, estaba un vehículo en donde Javier le estaba dando un billete de diez dólares a Kevin. Me ganaste –le dijo-. Estaba seguro que ella le dispararía… Sonrieron, encendieron el auto y se dirigieron a sus casas.
Fin.
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Si tan solo...
ME GUSTA MUCHO TU FINAL UN CAPITULO FASCINANTE COMO TODA TU HISTORIA
MUCHAS GRACIAS POR SUBIR OTRO CAPI ESPERO QUE HAGAS MAS HISTORIA LO HACES GENIAL
MUCHAS GRACIAS POR SUBIR OTRO CAPI ESPERO QUE HAGAS MAS HISTORIA LO HACES GENIAL
Re: Si tan solo...
aiiiiiiiiiiii que bonitoooooo me encantaaaa continua pronto porfavoooooor
MelaD7- Moderador
- Mensajes : 732
Fecha de inscripción : 27/12/2011
Edad : 34
Re: Si tan solo...
Pues ha sido un buen final, el que se merece esta historia.
Espero que sigas escribiendo y compartiendo otras ideas.
Espero que sigas escribiendo y compartiendo otras ideas.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Si tan solo...
preciosoooo---me encantooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Si tan solo...
Jesús que belleza de Fic, me gustó demasiado!!! te felicito!!! por favor deleitanos pronto con otra historia
asita24- Actor en Broadway
- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 07/09/2011
Edad : 35
Localización : Heredia, Costa Rica
Re: Si tan solo...
Gracias a todos por sus comentarios!!!! Me gustó mucho escribir la historia y compartitla con ustedes.
Seguiremos por acá, tan pronto regrese la inspiración
buen día a todos y nuevamente gracias!!!!
Seguiremos por acá, tan pronto regrese la inspiración
buen día a todos y nuevamente gracias!!!!
hombre1111- Ayudante de policia
- Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Si tan solo...
¡¡POR FAVOR DIME QUE ESCRIBIRÁS OTRA HISTORIA!!
Estoy llorando, enserio te lo digo, un final precioso, sentimental y a la vez tiene el punto cómico del dúo Espósito-Ryan...
Quiero que sepas que tienes una fan incondicional para todas las historias que escribas a partir de ahora, eres grande
Estoy llorando, enserio te lo digo, un final precioso, sentimental y a la vez tiene el punto cómico del dúo Espósito-Ryan...
Quiero que sepas que tienes una fan incondicional para todas las historias que escribas a partir de ahora, eres grande
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
- Mensajes : 1195
Fecha de inscripción : 24/07/2011
Edad : 29
Localización : Galicia
Re: Si tan solo...
GabiiLovesCastle:D escribió:¡¡POR FAVOR DIME QUE ESCRIBIRÁS OTRA HISTORIA!!
Estoy llorando, enserio te lo digo, un final precioso, sentimental y a la vez tiene el punto cómico del dúo Espósito-Ryan...
Quiero que sepas que tienes una fan incondicional para todas las historias que escribas a partir de ahora, eres grande
Gracias por tus palabras Gaby.... espero que si y que también te guste...
hombre1111- Ayudante de policia
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Fecha de inscripción : 28/11/2011
Edad : 50
Localización : México
Re: Si tan solo...
Bueno ahora que puedo te comento el fic del tiron.
Brillante historia nos has traido,con el paso del tiempo,cada uno con una nueva vida y tal.
El "libro" que ha escrito Castle contando todo lo que pasó,me ha dejado sin respiración,como él se arriesgo a continuar con la investigación y al final consiguió dar con los culpalbes de la muerte de Johanna incluso a costa de su propia vida.
La verdad que con el paso de lo años,no pensaba que Kate apareciera en su casa y que pudieran recuperar el tiempo perdido.
Eso si,pasen 10 o 20 años,sean capitanes,tenientes,etc esos dos nunca dejan de hacer apuestas jajaja.
En serio,felicitaciones por este fic,a ver si nos traes mas como este de bueno
Brillante historia nos has traido,con el paso del tiempo,cada uno con una nueva vida y tal.
El "libro" que ha escrito Castle contando todo lo que pasó,me ha dejado sin respiración,como él se arriesgo a continuar con la investigación y al final consiguió dar con los culpalbes de la muerte de Johanna incluso a costa de su propia vida.
La verdad que con el paso de lo años,no pensaba que Kate apareciera en su casa y que pudieran recuperar el tiempo perdido.
Eso si,pasen 10 o 20 años,sean capitanes,tenientes,etc esos dos nunca dejan de hacer apuestas jajaja.
En serio,felicitaciones por este fic,a ver si nos traes mas como este de bueno
Raúl- Moderador
- Mensajes : 1189
Fecha de inscripción : 18/05/2011
Edad : 32
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