Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Eso mismo me pregunto yo, ¿donde te has atascado? Si para mi este es de los mejores capítulos, aunque a decir verdad todos los capítulos que escribes me encantanLEILAKB escribió:Que estás atascad@? Donde? porque te a quedado perfecto! Sigue pronto!
Me gusta como has relacionado todo lo que ha ido sucediendo con los que iban tras la madre de Beckett y como se han enterado Beckett y Castle de todo y ese viaje a Londres tiene pinta de que va a ser genial
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me tienes enganchadisimaa
AlbaKB- Escritor novato
- Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 30/03/2012
Localización : Andalucía-Málaga
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
muy bueno, continua pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Beckett_Castle_Alba escribió:Eso mismo me pregunto yo, ¿donde te has atascado? Si para mi este es de los mejores capítulos, aunque a decir verdad todos los capítulos que escribes me encantanLEILAKB escribió:Que estás atascad@? Donde? porque te a quedado perfecto! Sigue pronto!
Me gusta como has relacionado todo lo que ha ido sucediendo con los que iban tras la madre de Beckett y como se han enterado Beckett y Castle de todo y ese viaje a Londres tiene pinta de que va a ser genial
Yo pregunto lo mismo, donde te has atascadao????
Fue perfecto, todoooooo
Sigueeee
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
G r a c i a s por vuestro apoyo, en este momento tengo un pequeño atasco.. en serio, lo tengo...
A ver si se pasa el calor sofocante de Madrid y con el fresquito se me relaja el cerebro y empieza a funcionar un poco....
No os imaginais cuanto me ayuda leeros....
A ver si se pasa el calor sofocante de Madrid y con el fresquito se me relaja el cerebro y empieza a funcionar un poco....
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Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
el capitulo estuvo geniallllllllll y ojala baje el calor rápido para que puedas iluminarte aunque este capitulo no tuvo nadadadadadadada pero nada de atascoo sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee pronto porfaaaaaaaa
moni valdes- As del póker
- Mensajes : 298
Fecha de inscripción : 04/01/2012
Edad : 34
Localización : colombia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
moni valdes escribió: el capitulo estuvo geniallllllllll y ojala baje el calor rápido para que puedas iluminarte aunque este capitulo no tuvo nadadadadadadada pero nada de atascoo sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee pronto porfaaaaaaaa
A VUESTRAS ORDENES...
Os juro que estoy en ello...
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Uis pues lo del calor en Madrid que baje...esta chungo porque mañana sube mas...SIGUE PRONTO! Jiji
LEILAKB- Actor en Broadway
- Mensajes : 202
Fecha de inscripción : 08/11/2011
Edad : 34
Localización : madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Hola! no sé cómo este fic se perdió entre tantos otros y no lo había leído, menos mal que di con el porque me parece una maravilla! aún no he terminado todos los capítulos, me está gustando tanto que voy con tranquilidad!
Gracias por seguirlo!!!
Gracias por seguirlo!!!
BrujaAle- Escritor - Policia
- Mensajes : 1361
Fecha de inscripción : 08/07/2011
Edad : 41
Localización : En el Sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
G r a c i a s de nuevo por vuestro incansable apoyo.
Creo que salí del lío... ya me juzgaréis...
CAPITULO 15
Bien, pues no había razón por la que pensárselo. Irían a Londres pero….
- ¿Cuánto tiempo? – preguntó Castle – porque yo tengo asuntos que atender en Nueva York, y si, sé que va a decirme que no tengo que trabajar –mirando fríamente a Gates- o al menos cree que no lo hago, pero es que además tengo familia.
- Lo entiendo, pero créame que soy la primera interesada en tenerles de nuevo aquí, significará que ha acabado todo- contestó divagando Gates.
- ¿No podemos fijar una fecha de vuelta pase lo que pase? – preguntó Kate – si no se ha solucionado podríamos seguir vigilados… - miró a Castle, a ella tampoco le apetecía estar fuera de casa demasiado tiempo, aunque ahora mismo volaría con él donde le pidiese, pero entendía que él quisiera tener a Alexis cerca.
Gates se giró hacía Stevens pidiendo su intervención.
- He montado otros operativos de este tipo – contestó Stevens – sin ir más lejos con el propio Jimmy, pero es complicado saber cuando van a estar fuera de peligro. Supongo que podemos intentarlo, tendremos que ir tentando a la suerte y vigilando los pasos de ese francotirador, y por el momento no tenemos ni idea de donde puede estar escondido. Si les fijamos una fecha de vuelta… ¿serán capaces de seguir todas nuestras instrucciones de seguridad aquí? Seremos estrictos. Necesitamos acabar con este caso, entiendan que no podemos jugarnos un fallo, y no podemos comprometer su seguridad, este reguero de muerte tiene que acabar en Montgomery.
- Se olvida de su última victima señor – dijo tristemente Kate – el miércoles…
- Si, tiene razón. ¿Entienden todo? Jugamos con fuego, y créanme que ahora mismo tenemos todas las de perder.
- Fijemos una fecha por favor – dijo Castle – nos comprometemos a seguir sus instrucciones – pasó el brazo por la cintura de Kate, obligándole a aceptar su decisión.
- Está bien. Jimmy ¿Qué dices tú? – preguntó Stevens – tu ya has pasado por esto.
- Sabe que Harry y yo teníamos pensado coger un mes de vacaciones cuando acabásemos con esto para visitar a Lord Winfield – dijo marcando mucho el título – durante un mes. ¿Les parece bien un mes? Porque no creo que pueda aguantar mucho más en ese país de locos… ya pasé allí tres años… y creo que me traje conmigo lo mejor que tenían…
Stevens no pudo más que echarse a reír. Hace casi veinte años tuvo que enviar al teniente James Brandon a Londres, asignándole a un programa de intercambio y colaboración entre la policía de Nueva York y Londres, y alejándole del peligro.
Desde el primer día se quejó del destino, del clima, de la comida, de excesiva tranquilidad inglesa, de la falta de acción, en definitiva, de todo… siempre andaba intentando convencerle para que le dejase volver día tras día durante casi dos meses. Después, de repente, un día las quejas cesaron… y pasados dos años, cuando se solucionó el problema que mantenía alejado a James Brandon de Nueva York, y Stevens le llamó para que volviese, él preguntó que si era necesario volver tan pronto, que necesitaba algo más de tiempo… Cuando por fin regresó a Nueva York, acompañado de Harriet Barber, y esta se presentó como sargento del SI10 de Londres, Stevens lo entendió todo.
Stevens vio la cara de Harry y pensó que en cuanto estuviesen solos al teniente le iba a caer una buena bronca doméstica, y se alegró por ello, al fin y al cabo, Harry era la única persona en este mundo capaz de plantarle cara y hacer recapacitar al teniente sobre cualquier cosa.
- Perfecto entonces… señor Castle, inspectora ¿les parece bien un mes? – interrogó Gates
- Por mi esta bien – contestó Richard mientras buscaba una señal en los ojos de Kate.
- Un mes – contestó ella
- Bien, llamaré a Gordon y le diré lo que ocurre –aseguró Stevens-. Entiendo que querrá que los tres se pongan bajo sus órdenes y poder controlar la situación. ¿Algún problema?
- Gordon es mi jefe – dijo Harry – no tengo problema en eso, pero no quiero estar en Londres vigilando un hotel, ellos se alojarán en nuestra casa.
A Kate la situación no le parecía ya tan maravillosa. Si tenía que ir a Londres, desde luego no le apetecía ir a la casa de dos desconocidos durante un mes. Frunció el ceño, gesto que no pasó desapercibido por Harry, que se fijó en la línea que aparecía en la frente de Kate cuando hacía eso. Era una pequeña línea sobre el ojo izquierdo que aparecía bajo el nacimiento del pelo en la parte izquierda de la sien y bajaba hasta su ceja, acercándose al nacimiento de su nariz. Harry se había fijado en esa línea un par de horas antes en el parque, era tan marcada y perfecta que parecía artificial, como si tuviese algo bajo la piel.
- No te preocupes Kate, te aseguro que mi casa es lo suficientemente grande para preservar vuestra intimidad –le dijo Harry adivinando el malestar de Kate
- Oh, si –apuntilló Jimmy – no os preocupéis Lady Harriet os alojará en el ala norte – dijo divertido mirando a Harry y provocando de nuevo que ella se pusiese a la defensiva – En serio, Harry tiene razón, es más seguro esconderos en casa que en un hotel, más cómodo para nosotros y si, la casa es lo suficientemente grande para que no nos estorbemos.
Kate apretó los labios, asintiendo en silencio. Miró a Richard y de nuevo le vinieron a su mente las palabras silenciosas: “déjate llevar”. Últimamente su razón no hacía más que perder batallas, tarde o temprano tendría que poner freno a eso. Quien sabe, quizá todo saliese bien al fin y al cabo. Miro a Harry y su sonrisa le pareció agradable y sincera. Esa mujer parecía tener un pasado intrigante y en ese momento Kate sentía una gran curiosidad por conocer su historia y le invadió una sensación de camaradería y complicidad hacía ella.
- Bien ¿Cuándo pueden estar listos para volar a Londres? – preguntó Gates
- Mañana – afirmó Castle sin dejar opción a que los demás contestasen y viendo la reacción de sorpresa del resto aclaró – Esta mañana hablé con mi editorial, y si aceptó hacer la entrevista para la BBC, mañana tendré a mi disposición un avión privado a primera hora… pero si no queréis…
- ¿Cuándo ibas a contarme eso? – le dijo Kate y él se encogió de hombros
- Aún no les he llamado para confirmar – se justificó – y lo estábamos hablando cuando apareció Josh –dijo su nombre culpándole de haber puesto en descubierto toda la operación y provocando la mirada asesina de Kate.
- Bien, si dejamos las peleas de enamorados para más tarde, podremos ir todos a prepararnos para mañana – dijo Jimmy mirando divertido a Harry a sabiendas que le esperaba una reprimenda cuando estuviesen solos – Stevens, una cosa más, Alexander vendrá con nosotros, nos tienes que liberar para que podamos prepararnos
- ¿Quién es Alexander? – interrogó sin pensar Castle
- Nuestro hijo, tiene doce años – le contestó Jimmy
- No os preocupéis, les asigno a Pattinson hasta que salga vuestro avión.
- Inspectora, ¿Dónde va a pasar hoy la noche? – preguntó Gates a Kate pillándola por sorpresa ante una pregunta tan directa y personal y dejándola por unos instantes muda.
Gates comprendió al ver la cara de Beckett que la pregunta había sido interpretada de forma totalmente personal y que ella había invadido sin intención su vida personal. Evidentemente, Gates había utilizado sin darse cuenta la información que tenía sobre ellos y su relación en los últimos días. Quiso justificarse y cuando intentó abrir la boca Castle, sin dudarlo un momento, estaba respondiendo a su pregunta:
- Estaremos en mi casa ¿Por qué? – Kate le miró, esta costumbre de tomar decisiones por ambos estaba empezando a molestarle, y mucho, aunque la forma en la que él había dejado claro que pasarían la noche juntos, después de haber estado separados durante la última, le provocó cierto cosquilleo en su estómago, y le gustaba esa sensación que la visitaba inesperadamente a todas horas desde el viernes.
- Tengo que entregarle su placa y su arma inspectora, las necesita en Londres y lo haré personalmente, no puedo confiar en nadie. Para el resto del mundo sigue suspendida – Kate creyó reconocer en los ojos de la capitana un destello de disculpas por haber invadido su vida privada.
- Se puede ahorrar el arma – dijo Jimmy a Gates- esos snobs piden informes incluso para hacer prácticas de tiro –dijo molesto- ¿Qué? ¿Nos ponemos en marcha? – preguntó y todos asintieron – Stevens no se olvide de decirle al viejo Gordon que estoy deseando volver a ponerme bajo sus órdenes – le dijo con una amplia sonrisa – y espero poder darle problemas como en los viejos tiempos…
- Jimmy no toques las pelotas a Gordon ¿quieres? Llamaré a Pattinson para que se coordine con vosotros.
Los cuatro se metieron en el coche en silencio. Hasta que Castle, inocentemente preguntó:
-¿Quién es Lord Winfield?
Los cuatro aún reían cuando llegaron a la casa de Kate. Pattinson esperaba en la puerta. Les guardaría las espaldas hasta mañana. Castle había llamado a su editorial, y su avión salía de Nueva York a las ocho de la mañana, aterrizarían en Londres sobre las cuatro de la tarde hora de Nueva York, las once de la noche hora local.
Quedaron en verse al día siguiente en el aeropuerto. Kate y Richard subieron al apartamento de Kate, Pattinson se quedaría en la puerta del apartamento, no quería perderles de vista, pero no era necesario pegarse a ellos.
Kate cerró la puerta agradeciendo a Pattinson su discreción y se acercó a Richard en silencio.
- Suéltalo todo – le dijo – y rápido porque tengo que hacer una maleta.
El suspiró. Tenía por delante una gran explicación, pero estaba deseando dársela, no quería volver a tener que esconderle nada. Le explicó como Gates abordó su taxi por la mañana, como pidió que la apartase de todo incluso le recomendó llevársela de vacaciones, entonces él recordó la entrevista en Londres y estaba esperando que ella le dijese que si. Le confirmó que no iba a contarle lo de su encuentro con Gates, hasta que no estuviese seguro que no había peligro, pero que iba a decírselo en cuanto le fuese posible. Mientras le decía esto último, fue aproximándose a ella, la necesitaba.
- No me gusta que tomes decisiones por los dos, ya te lo dije. ¿Qué estaremos en tu casa? ¿Por qué has dicho eso?
- Tengo que explicarle a Alexis y mi madre que estaremos fuera ¡un mes!... ¿Cómo quieres que se lo diga? ¿por teléfono? Quiero verlas antes de irnos. Y si aparezco solo en casa hoy ¿No crees que se extrañaran? además, prometí a Gates no dejarte ni un segundo sola… me encomendó esa misión… no dejarte sola.
Se acercó más aún a ella, que le miraba con los labios apretados. Cogió con su dedo índice y corazón la barbilla de ella, aproximándola hacia su cara y a escasos milímetros de juntar sus labios a los suyos le dijo:
- Te quiero Kate. No quiero perderte, no voy a permitirlo, y si te enfadas conmigo, hazlo, pero ni voy a esconderte nada, ni voy a dejarte sola otra vez, y si tengo que tomar decisiones por los dos, lo haré te guste o no y confió que tu harás lo mismo si fuese necesario.
De nuevo las palabras de Rick arreglaban el lio que se había montado en su mundo, dándole fuerzas y apoyo para seguir adelante. Ella cerró la escasa distancia entre sus bocas, y tomó la iniciativa en un lento y sensual beso en el que Richard se perdió dejándose guiar por ella, y la dejó tomar el mando absoluto, dejando que le quitase la camisa y desabrochase su cinturón, que le empujase sobre la cama tumbándole sobre su espalda y cuando ella se colocó a horcajadas sobre su pelvis y comenzó a pasear su boca desde el cuello hasta el lóbulo de su oreja, el decidió que ya era el momento de intervenir e introdujo sus manos bajo la camiseta de ella….
Un par de horas después, Kate cerraba su maleta y se preparaban para ir a la casa de Richard. Pattinson les esperaba fuera, y les llevó hasta allí, haciendo lo mismo que había hecho en el apartamento de Kate, quedándose fuera tras la puerta y les dijo que estaría allí hasta la mañana siguiente. Castle quiso entregarle unas llaves, por si tenía que ir al baño, pero Pattinson se negó, tenía un compañero que llegaría en un rato y entre ambos se las apañarían para relevarse. Castle insistió, pero Kate le dijo que no insistiese, él no entendía las razones de la policía para actuar así.
No dijo nada a Martha ni a Alexis del agente que estaba fuera, al fin y al cabo, ellas no saldrían de casa esa noche y ellos saldrían de casa pronto y era absurdo preocuparlas. A ellas no les extrañó que quisieran salir de vacaciones. Después de tanto tiempo juntos pero separados ese viaje a Londres sería como dijo Alexis “una luna de miel anticipada”, provocando que Kate se ruborizase y la sonrisa de su padre que dijo:
- Siii – y mientras lo decía perdió su mirada pensando en que futuro momento podría proponerle sin espantarla que se casase con él y a su mente le vinieron las palabras dichas por ella en la boda de Ryan “Quien sabe, a lo mejor a la tercera va la vencida” y una gran sonrisa iluminó su cara
- Richard, querido – insistió su madre – te estamos hablando… ¿Vuelves de donde quiera que hayas ido?
Mientras Richard iba a hacer su maleta, Alexis y Martha preparaban la cena, Kate se ofreció para ayudarlas, pero Martha le dijo que no era necesario, que se sentase y las diese conversación, o que fuese a supervisar que Richard metía la suficiente ropa interior en su maleta… siempre olvidaba meter esas prendas.
- Será mejor que vaya a asegurarme – les dijo camino de la habitación
Entró en silencio sin que él se diese cuenta, estaba de espaldas, con el armario abierto, revisando con la mirada la ropa. Ella se acercó despacio y se abrazó a su espalda.
- Conseguirás provocarme un ataque al corazón – le dijo sin volverse cogiendo una de sus manos y besándola.
- Exagerado, no te has asustado
- No, pero cuando haces esto mi corazón late con tanta fuerza que acabará saliéndose y dando tumbos por el suelo como un pez fuera del agua– llevó su mano al corazón y ella notó su aceleración
- Vaya… al final voy a provocar un asesinato perfecto… aunque no será en absoluto premeditado.
Richard se dio la vuelta dentro de sus brazos y la cogió por la cintura, besándola.
- Apuesto a que te han enviado para que te asegures que no se me olvida la ropa interior.
- Y yo apuesto a que siempre se te olvida a propósito no llevarla…
- Hum… veo que me conoce mejor de lo que yo pensaba inspectora… - remarcó la palabra, dando a entender que volvía a ser inspectora.
Le ayudó a hacer su maleta, entre risas y conversaciones pícaras sobre la ropa interior de él, y cuando Martha les llamó para cenar, se separaron de su abrazo y sus besos y salieron de la mano hacia la sala.
Durante la cena, Alexis le dijo a su padre que aprovechando que él no estaría en Nueva York, iría a Los Ángeles para pasar unos días con su madre y disfrutar de California. El asintió encantado, no porque le hiciese ilusión que fuese a pasar unos días con Meredith y su locura, si no porque si él estaba en cierto peligro, mejor mantener también alejada a su hija de allí.
Kate vio su reacción y entendió lo que pasaba por su mente. Luego hablaría con él, y con Gates. ¡Gates! Había dicho que pasaría a traerle su placa y su arma. Decidió mandarle un mensaje para que le avisase al móvil cuando estuviese fuera, no quería que Martha y Alexis se enterasen de nada.
Se despidieron después de recoger la cena. Ellos se irían pronto y no se despertarían para despedirse y tanto Martha como Alexis subieron a sus habitaciones. Kate respiró, si Gates aparecia ahora ellas no se enterarían… y como si su mente fuese leída, Gates llamaba al móvil de Kate. Estaba fuera, con Pattinson.
Ambos salieron a recibirla, y Gates le entregó su placa y su arma. Kate acarició su placa sonriendo. La decisión estaba tomada.
- Castle, recuerde su misión – le dijo Gates provocando la sonrisa de él – inspectora, tengan mucho cuidado. Les prometo que les traeré de vuelta antes de un mes.
Kate contuvo una sonrisa. Era una buena promesa, pero difícil de cumplir. Era una batalla tan larga…
Richard la cogió en brazos por sorpresa.
- Vamos a dormir, ha sido un día muy largo
- ¿A dormir? – le dijo ella tomando su oreja y acariciándola entre sus dedos
- Wow inspectora, eres insaciable – le dijo enfatizando la frase – ya veremos que se nos ocurre hasta que te entre el sueño….
*******
FIN DEL CAPITULO 15
GRACIAS POR LEER HASTA AQUI.
Creo que salí del lío... ya me juzgaréis...
CAPITULO 15
Bien, pues no había razón por la que pensárselo. Irían a Londres pero….
- ¿Cuánto tiempo? – preguntó Castle – porque yo tengo asuntos que atender en Nueva York, y si, sé que va a decirme que no tengo que trabajar –mirando fríamente a Gates- o al menos cree que no lo hago, pero es que además tengo familia.
- Lo entiendo, pero créame que soy la primera interesada en tenerles de nuevo aquí, significará que ha acabado todo- contestó divagando Gates.
- ¿No podemos fijar una fecha de vuelta pase lo que pase? – preguntó Kate – si no se ha solucionado podríamos seguir vigilados… - miró a Castle, a ella tampoco le apetecía estar fuera de casa demasiado tiempo, aunque ahora mismo volaría con él donde le pidiese, pero entendía que él quisiera tener a Alexis cerca.
Gates se giró hacía Stevens pidiendo su intervención.
- He montado otros operativos de este tipo – contestó Stevens – sin ir más lejos con el propio Jimmy, pero es complicado saber cuando van a estar fuera de peligro. Supongo que podemos intentarlo, tendremos que ir tentando a la suerte y vigilando los pasos de ese francotirador, y por el momento no tenemos ni idea de donde puede estar escondido. Si les fijamos una fecha de vuelta… ¿serán capaces de seguir todas nuestras instrucciones de seguridad aquí? Seremos estrictos. Necesitamos acabar con este caso, entiendan que no podemos jugarnos un fallo, y no podemos comprometer su seguridad, este reguero de muerte tiene que acabar en Montgomery.
- Se olvida de su última victima señor – dijo tristemente Kate – el miércoles…
- Si, tiene razón. ¿Entienden todo? Jugamos con fuego, y créanme que ahora mismo tenemos todas las de perder.
- Fijemos una fecha por favor – dijo Castle – nos comprometemos a seguir sus instrucciones – pasó el brazo por la cintura de Kate, obligándole a aceptar su decisión.
- Está bien. Jimmy ¿Qué dices tú? – preguntó Stevens – tu ya has pasado por esto.
- Sabe que Harry y yo teníamos pensado coger un mes de vacaciones cuando acabásemos con esto para visitar a Lord Winfield – dijo marcando mucho el título – durante un mes. ¿Les parece bien un mes? Porque no creo que pueda aguantar mucho más en ese país de locos… ya pasé allí tres años… y creo que me traje conmigo lo mejor que tenían…
Stevens no pudo más que echarse a reír. Hace casi veinte años tuvo que enviar al teniente James Brandon a Londres, asignándole a un programa de intercambio y colaboración entre la policía de Nueva York y Londres, y alejándole del peligro.
Desde el primer día se quejó del destino, del clima, de la comida, de excesiva tranquilidad inglesa, de la falta de acción, en definitiva, de todo… siempre andaba intentando convencerle para que le dejase volver día tras día durante casi dos meses. Después, de repente, un día las quejas cesaron… y pasados dos años, cuando se solucionó el problema que mantenía alejado a James Brandon de Nueva York, y Stevens le llamó para que volviese, él preguntó que si era necesario volver tan pronto, que necesitaba algo más de tiempo… Cuando por fin regresó a Nueva York, acompañado de Harriet Barber, y esta se presentó como sargento del SI10 de Londres, Stevens lo entendió todo.
Stevens vio la cara de Harry y pensó que en cuanto estuviesen solos al teniente le iba a caer una buena bronca doméstica, y se alegró por ello, al fin y al cabo, Harry era la única persona en este mundo capaz de plantarle cara y hacer recapacitar al teniente sobre cualquier cosa.
- Perfecto entonces… señor Castle, inspectora ¿les parece bien un mes? – interrogó Gates
- Por mi esta bien – contestó Richard mientras buscaba una señal en los ojos de Kate.
- Un mes – contestó ella
- Bien, llamaré a Gordon y le diré lo que ocurre –aseguró Stevens-. Entiendo que querrá que los tres se pongan bajo sus órdenes y poder controlar la situación. ¿Algún problema?
- Gordon es mi jefe – dijo Harry – no tengo problema en eso, pero no quiero estar en Londres vigilando un hotel, ellos se alojarán en nuestra casa.
A Kate la situación no le parecía ya tan maravillosa. Si tenía que ir a Londres, desde luego no le apetecía ir a la casa de dos desconocidos durante un mes. Frunció el ceño, gesto que no pasó desapercibido por Harry, que se fijó en la línea que aparecía en la frente de Kate cuando hacía eso. Era una pequeña línea sobre el ojo izquierdo que aparecía bajo el nacimiento del pelo en la parte izquierda de la sien y bajaba hasta su ceja, acercándose al nacimiento de su nariz. Harry se había fijado en esa línea un par de horas antes en el parque, era tan marcada y perfecta que parecía artificial, como si tuviese algo bajo la piel.
- No te preocupes Kate, te aseguro que mi casa es lo suficientemente grande para preservar vuestra intimidad –le dijo Harry adivinando el malestar de Kate
- Oh, si –apuntilló Jimmy – no os preocupéis Lady Harriet os alojará en el ala norte – dijo divertido mirando a Harry y provocando de nuevo que ella se pusiese a la defensiva – En serio, Harry tiene razón, es más seguro esconderos en casa que en un hotel, más cómodo para nosotros y si, la casa es lo suficientemente grande para que no nos estorbemos.
Kate apretó los labios, asintiendo en silencio. Miró a Richard y de nuevo le vinieron a su mente las palabras silenciosas: “déjate llevar”. Últimamente su razón no hacía más que perder batallas, tarde o temprano tendría que poner freno a eso. Quien sabe, quizá todo saliese bien al fin y al cabo. Miro a Harry y su sonrisa le pareció agradable y sincera. Esa mujer parecía tener un pasado intrigante y en ese momento Kate sentía una gran curiosidad por conocer su historia y le invadió una sensación de camaradería y complicidad hacía ella.
- Bien ¿Cuándo pueden estar listos para volar a Londres? – preguntó Gates
- Mañana – afirmó Castle sin dejar opción a que los demás contestasen y viendo la reacción de sorpresa del resto aclaró – Esta mañana hablé con mi editorial, y si aceptó hacer la entrevista para la BBC, mañana tendré a mi disposición un avión privado a primera hora… pero si no queréis…
- ¿Cuándo ibas a contarme eso? – le dijo Kate y él se encogió de hombros
- Aún no les he llamado para confirmar – se justificó – y lo estábamos hablando cuando apareció Josh –dijo su nombre culpándole de haber puesto en descubierto toda la operación y provocando la mirada asesina de Kate.
- Bien, si dejamos las peleas de enamorados para más tarde, podremos ir todos a prepararnos para mañana – dijo Jimmy mirando divertido a Harry a sabiendas que le esperaba una reprimenda cuando estuviesen solos – Stevens, una cosa más, Alexander vendrá con nosotros, nos tienes que liberar para que podamos prepararnos
- ¿Quién es Alexander? – interrogó sin pensar Castle
- Nuestro hijo, tiene doce años – le contestó Jimmy
- No os preocupéis, les asigno a Pattinson hasta que salga vuestro avión.
- Inspectora, ¿Dónde va a pasar hoy la noche? – preguntó Gates a Kate pillándola por sorpresa ante una pregunta tan directa y personal y dejándola por unos instantes muda.
Gates comprendió al ver la cara de Beckett que la pregunta había sido interpretada de forma totalmente personal y que ella había invadido sin intención su vida personal. Evidentemente, Gates había utilizado sin darse cuenta la información que tenía sobre ellos y su relación en los últimos días. Quiso justificarse y cuando intentó abrir la boca Castle, sin dudarlo un momento, estaba respondiendo a su pregunta:
- Estaremos en mi casa ¿Por qué? – Kate le miró, esta costumbre de tomar decisiones por ambos estaba empezando a molestarle, y mucho, aunque la forma en la que él había dejado claro que pasarían la noche juntos, después de haber estado separados durante la última, le provocó cierto cosquilleo en su estómago, y le gustaba esa sensación que la visitaba inesperadamente a todas horas desde el viernes.
- Tengo que entregarle su placa y su arma inspectora, las necesita en Londres y lo haré personalmente, no puedo confiar en nadie. Para el resto del mundo sigue suspendida – Kate creyó reconocer en los ojos de la capitana un destello de disculpas por haber invadido su vida privada.
- Se puede ahorrar el arma – dijo Jimmy a Gates- esos snobs piden informes incluso para hacer prácticas de tiro –dijo molesto- ¿Qué? ¿Nos ponemos en marcha? – preguntó y todos asintieron – Stevens no se olvide de decirle al viejo Gordon que estoy deseando volver a ponerme bajo sus órdenes – le dijo con una amplia sonrisa – y espero poder darle problemas como en los viejos tiempos…
- Jimmy no toques las pelotas a Gordon ¿quieres? Llamaré a Pattinson para que se coordine con vosotros.
Los cuatro se metieron en el coche en silencio. Hasta que Castle, inocentemente preguntó:
-¿Quién es Lord Winfield?
Los cuatro aún reían cuando llegaron a la casa de Kate. Pattinson esperaba en la puerta. Les guardaría las espaldas hasta mañana. Castle había llamado a su editorial, y su avión salía de Nueva York a las ocho de la mañana, aterrizarían en Londres sobre las cuatro de la tarde hora de Nueva York, las once de la noche hora local.
Quedaron en verse al día siguiente en el aeropuerto. Kate y Richard subieron al apartamento de Kate, Pattinson se quedaría en la puerta del apartamento, no quería perderles de vista, pero no era necesario pegarse a ellos.
Kate cerró la puerta agradeciendo a Pattinson su discreción y se acercó a Richard en silencio.
- Suéltalo todo – le dijo – y rápido porque tengo que hacer una maleta.
El suspiró. Tenía por delante una gran explicación, pero estaba deseando dársela, no quería volver a tener que esconderle nada. Le explicó como Gates abordó su taxi por la mañana, como pidió que la apartase de todo incluso le recomendó llevársela de vacaciones, entonces él recordó la entrevista en Londres y estaba esperando que ella le dijese que si. Le confirmó que no iba a contarle lo de su encuentro con Gates, hasta que no estuviese seguro que no había peligro, pero que iba a decírselo en cuanto le fuese posible. Mientras le decía esto último, fue aproximándose a ella, la necesitaba.
- No me gusta que tomes decisiones por los dos, ya te lo dije. ¿Qué estaremos en tu casa? ¿Por qué has dicho eso?
- Tengo que explicarle a Alexis y mi madre que estaremos fuera ¡un mes!... ¿Cómo quieres que se lo diga? ¿por teléfono? Quiero verlas antes de irnos. Y si aparezco solo en casa hoy ¿No crees que se extrañaran? además, prometí a Gates no dejarte ni un segundo sola… me encomendó esa misión… no dejarte sola.
Se acercó más aún a ella, que le miraba con los labios apretados. Cogió con su dedo índice y corazón la barbilla de ella, aproximándola hacia su cara y a escasos milímetros de juntar sus labios a los suyos le dijo:
- Te quiero Kate. No quiero perderte, no voy a permitirlo, y si te enfadas conmigo, hazlo, pero ni voy a esconderte nada, ni voy a dejarte sola otra vez, y si tengo que tomar decisiones por los dos, lo haré te guste o no y confió que tu harás lo mismo si fuese necesario.
De nuevo las palabras de Rick arreglaban el lio que se había montado en su mundo, dándole fuerzas y apoyo para seguir adelante. Ella cerró la escasa distancia entre sus bocas, y tomó la iniciativa en un lento y sensual beso en el que Richard se perdió dejándose guiar por ella, y la dejó tomar el mando absoluto, dejando que le quitase la camisa y desabrochase su cinturón, que le empujase sobre la cama tumbándole sobre su espalda y cuando ella se colocó a horcajadas sobre su pelvis y comenzó a pasear su boca desde el cuello hasta el lóbulo de su oreja, el decidió que ya era el momento de intervenir e introdujo sus manos bajo la camiseta de ella….
Un par de horas después, Kate cerraba su maleta y se preparaban para ir a la casa de Richard. Pattinson les esperaba fuera, y les llevó hasta allí, haciendo lo mismo que había hecho en el apartamento de Kate, quedándose fuera tras la puerta y les dijo que estaría allí hasta la mañana siguiente. Castle quiso entregarle unas llaves, por si tenía que ir al baño, pero Pattinson se negó, tenía un compañero que llegaría en un rato y entre ambos se las apañarían para relevarse. Castle insistió, pero Kate le dijo que no insistiese, él no entendía las razones de la policía para actuar así.
No dijo nada a Martha ni a Alexis del agente que estaba fuera, al fin y al cabo, ellas no saldrían de casa esa noche y ellos saldrían de casa pronto y era absurdo preocuparlas. A ellas no les extrañó que quisieran salir de vacaciones. Después de tanto tiempo juntos pero separados ese viaje a Londres sería como dijo Alexis “una luna de miel anticipada”, provocando que Kate se ruborizase y la sonrisa de su padre que dijo:
- Siii – y mientras lo decía perdió su mirada pensando en que futuro momento podría proponerle sin espantarla que se casase con él y a su mente le vinieron las palabras dichas por ella en la boda de Ryan “Quien sabe, a lo mejor a la tercera va la vencida” y una gran sonrisa iluminó su cara
- Richard, querido – insistió su madre – te estamos hablando… ¿Vuelves de donde quiera que hayas ido?
Mientras Richard iba a hacer su maleta, Alexis y Martha preparaban la cena, Kate se ofreció para ayudarlas, pero Martha le dijo que no era necesario, que se sentase y las diese conversación, o que fuese a supervisar que Richard metía la suficiente ropa interior en su maleta… siempre olvidaba meter esas prendas.
- Será mejor que vaya a asegurarme – les dijo camino de la habitación
Entró en silencio sin que él se diese cuenta, estaba de espaldas, con el armario abierto, revisando con la mirada la ropa. Ella se acercó despacio y se abrazó a su espalda.
- Conseguirás provocarme un ataque al corazón – le dijo sin volverse cogiendo una de sus manos y besándola.
- Exagerado, no te has asustado
- No, pero cuando haces esto mi corazón late con tanta fuerza que acabará saliéndose y dando tumbos por el suelo como un pez fuera del agua– llevó su mano al corazón y ella notó su aceleración
- Vaya… al final voy a provocar un asesinato perfecto… aunque no será en absoluto premeditado.
Richard se dio la vuelta dentro de sus brazos y la cogió por la cintura, besándola.
- Apuesto a que te han enviado para que te asegures que no se me olvida la ropa interior.
- Y yo apuesto a que siempre se te olvida a propósito no llevarla…
- Hum… veo que me conoce mejor de lo que yo pensaba inspectora… - remarcó la palabra, dando a entender que volvía a ser inspectora.
Le ayudó a hacer su maleta, entre risas y conversaciones pícaras sobre la ropa interior de él, y cuando Martha les llamó para cenar, se separaron de su abrazo y sus besos y salieron de la mano hacia la sala.
Durante la cena, Alexis le dijo a su padre que aprovechando que él no estaría en Nueva York, iría a Los Ángeles para pasar unos días con su madre y disfrutar de California. El asintió encantado, no porque le hiciese ilusión que fuese a pasar unos días con Meredith y su locura, si no porque si él estaba en cierto peligro, mejor mantener también alejada a su hija de allí.
Kate vio su reacción y entendió lo que pasaba por su mente. Luego hablaría con él, y con Gates. ¡Gates! Había dicho que pasaría a traerle su placa y su arma. Decidió mandarle un mensaje para que le avisase al móvil cuando estuviese fuera, no quería que Martha y Alexis se enterasen de nada.
Se despidieron después de recoger la cena. Ellos se irían pronto y no se despertarían para despedirse y tanto Martha como Alexis subieron a sus habitaciones. Kate respiró, si Gates aparecia ahora ellas no se enterarían… y como si su mente fuese leída, Gates llamaba al móvil de Kate. Estaba fuera, con Pattinson.
Ambos salieron a recibirla, y Gates le entregó su placa y su arma. Kate acarició su placa sonriendo. La decisión estaba tomada.
- Castle, recuerde su misión – le dijo Gates provocando la sonrisa de él – inspectora, tengan mucho cuidado. Les prometo que les traeré de vuelta antes de un mes.
Kate contuvo una sonrisa. Era una buena promesa, pero difícil de cumplir. Era una batalla tan larga…
Richard la cogió en brazos por sorpresa.
- Vamos a dormir, ha sido un día muy largo
- ¿A dormir? – le dijo ella tomando su oreja y acariciándola entre sus dedos
- Wow inspectora, eres insaciable – le dijo enfatizando la frase – ya veremos que se nos ocurre hasta que te entre el sueño….
*******
FIN DEL CAPITULO 15
GRACIAS POR LEER HASTA AQUI.
Última edición por Anver el Miér Jun 27, 2012 2:25 am, editado 1 vez
Anver- Policia de homicidios
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Jajajajaja Gracias a ti por escribirla, que loca es Kate, insasiable y picarona,...
Ese es el papel que deberia ocupar en la serie, desmelenarse y ser un poco golfilla, haber si en la 5º temporada conseguimos notas a Kate más caliente :love.
Aunque si la serie se basara en tus FICS seria...un pocoo....para mayores de 18 xDDDD
Ese es el papel que deberia ocupar en la serie, desmelenarse y ser un poco golfilla, haber si en la 5º temporada conseguimos notas a Kate más caliente :love.
Aunque si la serie se basara en tus FICS seria...un pocoo....para mayores de 18 xDDDD
Invitado- Invitado
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
ME ENCANTA!!
LEILAKB- Actor en Broadway
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Edad : 34
Localización : madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
EXCELENTE CAPITULO!!!!!!!!!!!!
MUY BUENO, ME ENCANTA TU HISTORIAAAAAAAAAAA
SIGUE, QUIERO LONDRESSSSSSSSSSSSS
MUY BUENO, ME ENCANTA TU HISTORIAAAAAAAAAAA
SIGUE, QUIERO LONDRESSSSSSSSSSSSS
silvanalino- Escritor - Policia
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Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Muy muy linda la historia,
Me encanta como llevas
La historia, continua
Pronto
Me encanta como llevas
La historia, continua
Pronto
chelcas- Escritor - Policia
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Localización : México
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
sigueloooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
excelente magnificooooooooooooooooo massssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfavor rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
moni valdes- As del póker
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Fecha de inscripción : 04/01/2012
Edad : 34
Localización : colombia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Skyscraper escribió:Jajajajaja Gracias a ti por escribirla, que loca es Kate, insasiable y picarona,...
Ese es el papel que deberia ocupar en la serie, desmelenarse y ser un poco golfilla, haber si en la 5º temporada conseguimos notas a Kate más caliente :love.
Aunque si la serie se basara en tus FICS seria...un pocoo....para mayores de 18 xDDDD
Me dejas de piedra... mis escenas de "mayores de edad" son implícitas... no me he recreado en detalles, no me parece adecuado, aunque he leído por ahí fics extraordinarios donde se detallan excenas de sexo al máximo (cosa que no me parece mal, pero ... )
Tendré que revisarlo.... perdona si no te parecen adecuadas....
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Maravilloso capítulo, con cada capitulo te superas más, me encanta como lo has desarrollado y estoy deseando ver como se desenvuelven estos dos por Londres
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Está todo muy bien descrito y me pregunto, qué cosa rara les puede ocurrir en
Londres... porque seguro que les pasa algo.
Londres... porque seguro que les pasa algo.
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Deseando ya saber que aventuras les esperan en Londres. Me encanta esta Kate tan picarona.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Huy! creo que voy con retraso respecto a lo que pedís....
¿lo subo? ¿no lo subo?....
Lo subo... a ver si mañana pasa algo más...
CAPITULO 16. EL VIAJE.
Sarah seguía sin poder dormir. Cada vez que se metía en la cama, cientos de imágenes de la casa de Smith venían a su mente, buscaba y buscaba entre todas, pero seguía sin encontrar una pequeña traza, la chispa que detonase la solución de ese caso. Las imágenes iban y venían, su mente era como una gran pantalla táctil que manejaba a su antojo ampliando sectores, pasando a la siguiente, volviendo a la anterior… Nada. ¿Por qué? ¿Qué era lo que se le estaba escapando? Seguro que encontraba algún detalle perdido en alguna parte, una pared, un pequeño rincón, una puerta… al fin y al cabo también encontró una buena pista en la pata de la mesa del despacho… se sentía muy cansada… pensando en la grasa que encontró en la mesa del despacho, volvió a esa imagen, la mesa repleta de papeles, “contabilidad doméstica”, recordó… bostezó de nuevo… la imagen iba y venía, las facturas empezaron a moverse, volaban convirtiéndose en mariposas, un resguardo de envío de USPS apareció de entre el resto convirtiéndose en una mariposa blanca, y el logo azul de la empresa de correos, se fueron transformando en dos grandes círculos, eran como ojos, unos ojos increíblemente bonitos, eran los ojos de Anthony, se dejo llevar por ellos, viajando entre la vigilia y el sueño, flotando dulcemente y quedándose dormida…
A las cinco y media de la mañana sonaba la alarma de Richard. Le costó reaccionar, ¿Por qué estaba tan cansado? Qué demonios... eran las cinco y media ¿Qué horas eran esas de sonar? Le preguntó vía telemática al despertador, se le debió ir el dedo cuando configuró la alarma… ¿Qué tenía que hacer hoy? De pronto su cuerpo, como accionado por un resorte, levantó su tronco y se quedó sentado en la cama… Se iba a Londres, con Kate. Miró a su lado. No estaba. ¿Dónde estaba? ¿No habría cambiado de opinión y habría ido a por el senador? Una punzada de dolor le atravesó el pecho, quedándose sin aire por segundos. ¿Se habría encaminado ella solita hacia su muerte? ¿Por qué se les ocurriría decir quien estaba detrás de todo? Saltó de la cama, tendría que llamar a Gates, le echaría una buena charla, le encomendó no separarse de ella ni un segundo… entró como una bala en el baño, abriendo la puerta descontroladamente, haciendo que esta se le escapase y chocase contra la pared, dando un golpe.
- Por Dios Richard, vas a despertar a todo el mundo ¿No eres capaz de aguantarte un poquito a que yo salga para hacer pipí? – le cariñosamente como si hablase con un bebé
- Te quiero Kate –dijo él abriendo la puerta de la ducha y cogiendo su cara para darle un beso.
- ¡Castle! ¡Fuera de mi ducha ahora mismo! – le gritó mientras le apuntaba con la alcachofa de la ducha empezaba a mojarle la cara y él tuvo que apartarse, el agua le entraba en los ojos y la boca.
- ¡Beckett! ¡Mira lo que estas haciendo, me estas empapando!
- Tú te lo has buscado, ¡he dicho fuera! – el la miró entornando los ojos y le arrebató la alcachofa de la ducha, volviendo a colocarla sobre el soporte mientras que el agua comenzaba a caer sobre el cuerpo de ella. En ese momento, dejándose llevar, la abrazó contra su cuerpo y la beso, el agua caía sobre sus caras. Y cuando ella empezó a corresponder el beso, él se separó dejándola con la boca abierta, dio un paso hacía atrás y salió cerrando tras de si la puerta y sonriendo sin que ella lo viese.
- Perdona- le dijo desde fuera- me asusté, pensaba que habías ido tras el gobernador…
Ella no estaba oyendo su explicación, su mente viajaba cegada por el deseo que acababa de despertar al contacto de sus pieles mojadas, y la confusión que le había causado él saliendo de allí cuando ella ya había bajado por completo su guardia.
Cuando salió del baño, él la esperaba en la cocina, con el café preparado. No se había molestado en cerrar su bata, y le veía la ropa interior mojada, al igual que su pelo. Ella no le dijo nada, aún estaba confundida. Él la sonrió como si no hubiese pasado nada, y apartándole el pelo de su cuello deposito sabiamente un suave beso en su nuca.
- Mientras desayunas y te vistes, voy a tomar una ducha. Nos queda poco tiempo.
Ella asintió en silencio, mientras le veía alejarse por la sala hacía su despacho camino de la ducha. Cogió su café y se lo llevo a los labios, y por un momento pensó en seguirle y acabar (o empezar) lo que minutos antes había pasado… les esperaban para ir a Londres… y desistió.
- Tocada de nuevo –musitó Castle sonriendo cuando entró en su habitación – ya queda menos.
Tres cuartos de hora más tarde, entraban en el coche de Pattinson y ponían rumbo al aeropuerto. Allí, con la puntualidad inglesa propia de Harry, ella y su familia esperaban la llegada de Kate y Richard, en una pequeña sala de espera.
Kate vio a lo lejos a Harry, observaba con interés por encima de los hombros de Jimmy y los de un niño, que debía ser Alexander. Les señaló avanzando hacía ellos y Richard y Pattinson la siguieron. Cuando Harry advirtió su presencia, miró a Kate sonriendo. Kate volvió a sentir que era una sonrisa sincera y pensó que se iba a llevar muy bien con ella. Se saludaron mientras Jimmy y Alexander seguían a lo suyo, Castle se asomó por entre los hombros de ambos. Kate miró al chico, tenía los mismos ojos de la madre, y el pelo oscuro del padre.
- ¡Mortal Kombat! Moooooooooola –exclamó Castle- ¿estáis jugando en línea? Pues te esta dando una buena paliza ¿eh Jimmy? – río Castle – yo también he traido mi PSP, podemos hacer un combate los tres…
- Bien, yo pensaba que viajaría con dos niños – dijo Harry a Kate– pero veo que tu traes un tercero
- No lo sabes tu bien… ¿crees que podemos ponernos en marcha?
- Oh si, eso lo tengo totalmente controlado, observa
Harry se acercó y se agacho entre Jimmy y Alexander arrebatándoles de las manos las PSP, ante la mirada atónita de Castle, se incorporó y volviendo hacia la divertida Kate dijo sin inmutarse:
- Andando
- ¡Oh Harry! ¡Venga ya! Siempre haces lo mismo – se quejó Jimmy
- Mama iba ganado yo
- Ya jugaréis en el avión, y siempre que hagas primero tus tareas de hoy –le dijo tajante
- Tu debes de ser Alexander – le dijo Castle al niño tendiéndole la mano – yo soy Richard Castle
- Brandon señor – y le apretó la mano con fuerza
- ¿Brandon? – Castle interrogó a Jimmy- creí que habías dicho…
- Deformación profesional, amigo – contestó Jimmy – Brandon, Alexander Brandon- aclaró orgulloso.
Un par de horas más tarde, mientras el Falcón 900 se deslizaba suavemente sobre el océano Atlántico, Richard soltó la mano de Kate, que dormía con el asiento reclinado hacía atrás y se levantó para estirar las piernas.
El avión tenía capacidad para una docena de personas, con grandes y cómodos sillones y mesas que podían moverse fácilmente con el fin poder mantener reuniones de trabajo, trabajar en un portátil o simplemente relajarse y dormir.
Mas atrás, Harry sentada junto a Alexander tenían sobre la mesa un despliegue de libros, cuadernos y bolígrafos de diferentes colores y ella supervisaba de cerca la tarea del niño. A su mente vinieron nostálgicas las imágenes de una pequeña Alexis a la que él ayudaba con sus deberes. ¿Volvería a hacerlo de nuevo algún día con otro hijo?.. Jimmy, más alejado de ellos, dormía profundamente con el asiento totalmente estirado.
- ¿Qué tal va eso campeón? – le preguntó casi en un susurro Castle
- Bien, en un rato acabaré y podremos jugar si quieres – le contestó esperando una afirmación
- Te costará ganarme.
- ¿Kate? – preguntó Harry
- Duerme, igual que él – dijo señalando con la mirada a Jimmy
- Esta agotado – aclaró ella – seguiros durante estos días tiene sus consecuencias – le dijo sonriendo
- Voy a por un café ¿queréis que os traigan algo?
- Una coca-cola por favor– pidió el niño
- De eso nada – cortó Harry – llegaremos de noche y te irás a directo a dormir, puedes tomar un zumo si quieres. ¿Podrias pedir un té para mi por favor?
- Eso esta hecho – y Castle volvió sobre sus pasos para buscar a la auxiliar de vuelo.
Unas horas más tarde, cuando la auxiliar de vuelo les informó que iba a servirles la comida, Castle le pidió a Alexander que parasen el juego para comer y fue a despertar a Kate. Se sentó a su lado y se lo tomó con tranquilidad, ella dormía sobre su costado derecho, con las rodillas ligeramente dobladas. Su expresión era dulce, tranquila. Observó toda su cara, deteniéndose en todos los detalles, el pequeño lunar bajo su ojo izquierdo, que apenas se veía entre las pestañas, el de su mejilla izquierda, algo más grande y que desde el primer día que la vio supo que le encantaría besar, y vaya si lo hizo cuando días después le regalo su libro... Aún no podía creerse que estuviesen así.
Decidió besar de nuevo ese lunar, acercó los labios suavemente y comenzó a depositar pequeños besos por su mejilla, notó como ella cambiaba de respiración, besó su nariz, decidió pasar por sus ojos y su frente y cuando le tocó turno a la oreja, en un susurro para despertarla despacio le dijo un “te quiero” al que le siguió un “y yo a ti” inmediato, porque ella estaba despierta desde el primer beso y se recreaba alargando ese momento.
Harry les dijo que no iba a despertar a Jimmy. Estos días atrás él apenas había dormido, y cuando lo hacía no era profundamente. Prefería dejarle dormir y estaba segura que cuando llegasen a casa, no le costaría en absoluto volver a dormirse. Le conocía bien, podía estar durante varios días despierto y dormir después veinte horas seguidas recuperando el ritmo como si nada.
Se sentaron los cuatro, colocando los asientos frente a frente y la auxiliar les sirvió la comida. Charlaron sobre Londres, Kate no había estado nunca. Richard si, pero siempre habían sido viajes rápidos y tan sólo conocía de pasada la ciudad. Richard bromeando, le dijo a Alexander que debía hacerles de guía en Londres, dado que desde que nació, todos los años pasaba al menos un mes en la cuidad de su madre, pero él se disculpo, esta vez iría con su abuelo a su casa de la campiña, cerca de Oxford. Harry les explicó que dada la situación sería mejor así, ella quería que el niño conociese Inglaterra, sus costumbres, su historia, y por su puesto, que estuviese con su abuelo. Algún día heredaría su titulo y debía conocer sus deberes. “Seré marqués” dijo Alexander riendo, pero seré policía como mis padres, aseguró.
Después de comer Richard y Alexander mantenían una batalla armados con sus respectivas PSP, y sentados lo más lejos del teniente, que seguía durmiendo en la misma posición. Kate y Harry tomaban café y té respectivamente y Kate no pudo evitar preguntar:
- ¿Por qué elegiste ser policía?
- Rebeldía – contestó ella sin pensarlo – estaba harta de que mi vida estuviese guiada por las normas y el protocolo de la tradición noble inglesa. Nunca he tenido vocación, yo estudie Geología y gracias a los contactos de mi padre trabajaba en el Museo de Ciencias de Londres. Acabé la universidad y me casé, dejé de trabajar obligada y volví a estudiar, esta vez informática, me especialice en seguridad. Cuando me separé, mi padre me tenía preparado un puesto en una fundación, y me rebelé. Uno de mis compañeros de clase iba a hacer el acceso para el SI10 y trabajar en la policía necesitaban informáticos, y no lo pensé más, aprobé, mi padre se horrorizó y casi me deshereda, mi marido, aunque estaba separada, me amenazó, fue divertido, me gusto esa sensación. Y resulta que me apasionó el trabajo y me quedé.
- Vaya… curiosa historia… ¿y como acabaste en Nueva York?
- ¿Tu que crees? – le dijo mirando hacía Jimmy – Le mandaron a Londres. Mi compañero acababa de dejar el cuerpo, y me lo asignaron como castigo, no para mi, si no para él. Mi jefe le quiso bajar los humos asignándole una mujer como compañera. Era insufrible. Rudo, frívolo, impredecible, temerario, actuaba por instinto, y yo soy todo lo contrario… chocábamos continuamente, hasta me plantee abandonar. Pero como equipo: funcionaba. Y al final la física ganó, los polos opuestos se atraen, después de tres años nos sinceramos y bueno… me rebelé de nuevo contra las normas, en Inglaterra no se puede ser policía y ser pareja, me propuso ir a Nueva York… y seguimos discutiendo en el trabajo, pero eso hace que sea más interesante la llegada a casa.
Kate pensó en toda la historia. Era curioso. Tenía cierta similitud con la suya. Y les funcionaba.
- ¿Cuánto tiempo lleváis juntos? – le preguntó Harry – si Gates se sorprendió tanto cuando se lo confirmamos es porque no lleváis demasiado – Kate reclinó su cabeza hacía atrás buscando como decirlo
- Llevamos trabajando juntos cuatro años… pero en realidad… - lo pensó y lo soltó sin más – desde el viernes.
- Ah! – dijo sorprendida – bueno, eso son un montón de horas…
- Bueno, eso es otra forma de verlo… - sonrió Kate
- Se nota que estáis muy compenetrados, no dais la apariencia de ser una pareja reciente – afirmó tajante.
Kate la miró. Cuatro años buscándose, esquivándose, respetándose, apoyándose… la verdad es que si, tanto tiempo al final habían servido para conocerse a la perfección, llegar donde estaban y no huir nunca más el uno del otro. Miró hacia Richard, que reía entusiasmado, le miró por largo tiempo, ensimismada, era todo lo que había buscado, más de lo que pensaba encontrar, atento, dulce, paciente, comprensivo... Y estaba ahí. Él levantó la vista, como si su pensamiento le hubiese llegado, sus ojos se cruzaron y ambos sonrieron. Y además, pensó, le encantaba su físico.
Llegaron a Londres según el horario previsto. En el mismo aeropuerto les esperaba una sorpresa. Gordon, el inspector jefe, estaba allí, esperándoles. Harry sonrió en cuanto le vio y se encaminó hacía el abriendo los brazos.
- Jefe!! – chilló Jimmy para molestarle - ¿Ha venido a buscarnos porque está encantado de volver a tener bajo su mando al mejor policía que ha tenido nunca y me echaba de menos?
- Desde luego que si – contestó él – Harry ha dejado el listón tan alto que nadie más ha podido alcanzarla. Alexander lástima que me jubilo pronto, tu quizá si pudieses superarla.
- Yo también le he echado de menos jefe – le dijo riendo Jimmy – ha engordado y cada vez está mas calvo- le dijo para provocarle.
- He venido a dejarte claro que estas bajo mis órdenes James. A la mínima te requiso el arma, ceso la colaboración y te mando de vuelta a la gran manzana de una patada en el trasero.
Hicieron las presentaciones, Gordon le dijo a Kate que tenía muy buenos informes de ella, y que esperaba que durante los días que estuviese en Londres, accediese a colaborar con ellos y que esperaba que el disparo fácil de Jimmy se limitase sólo a él y no al resto de policías neoyorquinos.
- Gracias señor – le contestó ella – me encantaría ser útil.
- En cuanto a usted, sr Castle, lo siento, aquí no permitimos asesores, pero es usted responsabilidad de mis agentes, y por tanto no se separará de ellos – Castle asintió, no entendía muy bien que quería decir con eso, pero en conjunto daba la sensación que de vacaciones, no venían…
Fueron a la casa de Harry en coches oficiales. A ambos les sorprendió el palacete propiedad de Harry. Ahora entendían lo del “ala norte”. Era una casa de tres plantas, de estilo Victoriano. La casa tenía las luces encendidas, y cuando fueron a entrar, la puerta se abrió y un hombre uniformado saludo a Harry:
- Bienvenida, Lady Harriet
- Hola Thomas, ¿Cómo te encuentras? Tienes un aspecto estupendo y me alegro mucho de verte –le dijo dándole un abrazo - ¿Qué haces aquí?
- Oh, su padre me dijo que venía con unos amigos, he querido supervisar que todo esta como debe.
- No tenías que haberte molestado Thomas, tenías que estar descansando, ya tienes bastante con el viejo para estar pendiente de mí.
- No es una molestia, es un placer.
Harry les llevó hasta su habitación. Estaba en la tercera planta. Tal y como ella les dijo, tendrían intimidad, ellos se alojaban en la segunda planta. A Kate le pareció mejor que un hotel. Por fuera la casa era de un estilo, pero por dentro, la decoración era práctica y moderna. La habitación enorme, con baño dentro, Harry revisó que todo estaba como ella había ordenado que preparasen y les enseñó donde estaba todo lo que necesitarían, mantas, toallas, mando de la tv, instrucciones del jacuzzi.
- Bueno, bienvenidos a Londres. Ya sabéis donde esta la cocina, ahora ninguno tenemos hambre, pero el desfase horario… Thomas me ha dicho que ha dejado comida preparada en la nevera. Estáis en vuestra casa, lo único que no podéis hacer es salir sin nosotros, y esto si que es una orden.
- No te preocupes – dijo Richard – yo lo único que quiero es tomar una ducha y dormir, la noche Londinense no me atrae por el momento.
- Que descanséis, si necesitáis cualquier cosa…
- Gracias Harry – contestó Kate aún sorprendida ante ese miembro de la nobleza británica.
Richard la abrazó en cuanto Harry salió de la habitación. Habían pasado muchas horas en el avión y le encantaba volver estar solos.
- Necesito ducharme, estoy agarrotado.
- Bien, colocaré mi ropa. ¿Deshago tu maleta mientras te duchas?
- ¿Lo harías?
- Claro – le dijo besándole – ve a ducharte, después lo haré yo.
Una hora después ambos se metían en la cama y buscaban la posición para dormir lo más pegado posible el uno al otro. Como en los últimos días, Richard la abrazaba por la espalda, apretándola hacía él, temiendo que pudiese escaparse. Él estaba rendido, tardó unos minutos en dormirse. Kate notó como cambiaba su respiración. Ella había dormido en el avión, y no tenía sueño. Pero sabía que tenía que hacerlo, tenía que acomodarse al horario.
Pensó en su conversación con Harry. Llevaban juntos mucho tiempo, tenían un hijo, seguían trabajando juntos… y se quedó dormida mientras pensaba que no todo era tan complicado… tal vez en unos años ellos también estarían en la misma situación.
*******
FIN DEL CAPITULO 16
G R A C I A S por llegar hasta aqui
Espero no aburriros, es un capitulo de "transición"
¿lo subo? ¿no lo subo?....
Lo subo... a ver si mañana pasa algo más...
CAPITULO 16. EL VIAJE.
Sarah seguía sin poder dormir. Cada vez que se metía en la cama, cientos de imágenes de la casa de Smith venían a su mente, buscaba y buscaba entre todas, pero seguía sin encontrar una pequeña traza, la chispa que detonase la solución de ese caso. Las imágenes iban y venían, su mente era como una gran pantalla táctil que manejaba a su antojo ampliando sectores, pasando a la siguiente, volviendo a la anterior… Nada. ¿Por qué? ¿Qué era lo que se le estaba escapando? Seguro que encontraba algún detalle perdido en alguna parte, una pared, un pequeño rincón, una puerta… al fin y al cabo también encontró una buena pista en la pata de la mesa del despacho… se sentía muy cansada… pensando en la grasa que encontró en la mesa del despacho, volvió a esa imagen, la mesa repleta de papeles, “contabilidad doméstica”, recordó… bostezó de nuevo… la imagen iba y venía, las facturas empezaron a moverse, volaban convirtiéndose en mariposas, un resguardo de envío de USPS apareció de entre el resto convirtiéndose en una mariposa blanca, y el logo azul de la empresa de correos, se fueron transformando en dos grandes círculos, eran como ojos, unos ojos increíblemente bonitos, eran los ojos de Anthony, se dejo llevar por ellos, viajando entre la vigilia y el sueño, flotando dulcemente y quedándose dormida…
A las cinco y media de la mañana sonaba la alarma de Richard. Le costó reaccionar, ¿Por qué estaba tan cansado? Qué demonios... eran las cinco y media ¿Qué horas eran esas de sonar? Le preguntó vía telemática al despertador, se le debió ir el dedo cuando configuró la alarma… ¿Qué tenía que hacer hoy? De pronto su cuerpo, como accionado por un resorte, levantó su tronco y se quedó sentado en la cama… Se iba a Londres, con Kate. Miró a su lado. No estaba. ¿Dónde estaba? ¿No habría cambiado de opinión y habría ido a por el senador? Una punzada de dolor le atravesó el pecho, quedándose sin aire por segundos. ¿Se habría encaminado ella solita hacia su muerte? ¿Por qué se les ocurriría decir quien estaba detrás de todo? Saltó de la cama, tendría que llamar a Gates, le echaría una buena charla, le encomendó no separarse de ella ni un segundo… entró como una bala en el baño, abriendo la puerta descontroladamente, haciendo que esta se le escapase y chocase contra la pared, dando un golpe.
- Por Dios Richard, vas a despertar a todo el mundo ¿No eres capaz de aguantarte un poquito a que yo salga para hacer pipí? – le cariñosamente como si hablase con un bebé
- Te quiero Kate –dijo él abriendo la puerta de la ducha y cogiendo su cara para darle un beso.
- ¡Castle! ¡Fuera de mi ducha ahora mismo! – le gritó mientras le apuntaba con la alcachofa de la ducha empezaba a mojarle la cara y él tuvo que apartarse, el agua le entraba en los ojos y la boca.
- ¡Beckett! ¡Mira lo que estas haciendo, me estas empapando!
- Tú te lo has buscado, ¡he dicho fuera! – el la miró entornando los ojos y le arrebató la alcachofa de la ducha, volviendo a colocarla sobre el soporte mientras que el agua comenzaba a caer sobre el cuerpo de ella. En ese momento, dejándose llevar, la abrazó contra su cuerpo y la beso, el agua caía sobre sus caras. Y cuando ella empezó a corresponder el beso, él se separó dejándola con la boca abierta, dio un paso hacía atrás y salió cerrando tras de si la puerta y sonriendo sin que ella lo viese.
- Perdona- le dijo desde fuera- me asusté, pensaba que habías ido tras el gobernador…
Ella no estaba oyendo su explicación, su mente viajaba cegada por el deseo que acababa de despertar al contacto de sus pieles mojadas, y la confusión que le había causado él saliendo de allí cuando ella ya había bajado por completo su guardia.
Cuando salió del baño, él la esperaba en la cocina, con el café preparado. No se había molestado en cerrar su bata, y le veía la ropa interior mojada, al igual que su pelo. Ella no le dijo nada, aún estaba confundida. Él la sonrió como si no hubiese pasado nada, y apartándole el pelo de su cuello deposito sabiamente un suave beso en su nuca.
- Mientras desayunas y te vistes, voy a tomar una ducha. Nos queda poco tiempo.
Ella asintió en silencio, mientras le veía alejarse por la sala hacía su despacho camino de la ducha. Cogió su café y se lo llevo a los labios, y por un momento pensó en seguirle y acabar (o empezar) lo que minutos antes había pasado… les esperaban para ir a Londres… y desistió.
- Tocada de nuevo –musitó Castle sonriendo cuando entró en su habitación – ya queda menos.
Tres cuartos de hora más tarde, entraban en el coche de Pattinson y ponían rumbo al aeropuerto. Allí, con la puntualidad inglesa propia de Harry, ella y su familia esperaban la llegada de Kate y Richard, en una pequeña sala de espera.
Kate vio a lo lejos a Harry, observaba con interés por encima de los hombros de Jimmy y los de un niño, que debía ser Alexander. Les señaló avanzando hacía ellos y Richard y Pattinson la siguieron. Cuando Harry advirtió su presencia, miró a Kate sonriendo. Kate volvió a sentir que era una sonrisa sincera y pensó que se iba a llevar muy bien con ella. Se saludaron mientras Jimmy y Alexander seguían a lo suyo, Castle se asomó por entre los hombros de ambos. Kate miró al chico, tenía los mismos ojos de la madre, y el pelo oscuro del padre.
- ¡Mortal Kombat! Moooooooooola –exclamó Castle- ¿estáis jugando en línea? Pues te esta dando una buena paliza ¿eh Jimmy? – río Castle – yo también he traido mi PSP, podemos hacer un combate los tres…
- Bien, yo pensaba que viajaría con dos niños – dijo Harry a Kate– pero veo que tu traes un tercero
- No lo sabes tu bien… ¿crees que podemos ponernos en marcha?
- Oh si, eso lo tengo totalmente controlado, observa
Harry se acercó y se agacho entre Jimmy y Alexander arrebatándoles de las manos las PSP, ante la mirada atónita de Castle, se incorporó y volviendo hacia la divertida Kate dijo sin inmutarse:
- Andando
- ¡Oh Harry! ¡Venga ya! Siempre haces lo mismo – se quejó Jimmy
- Mama iba ganado yo
- Ya jugaréis en el avión, y siempre que hagas primero tus tareas de hoy –le dijo tajante
- Tu debes de ser Alexander – le dijo Castle al niño tendiéndole la mano – yo soy Richard Castle
- Brandon señor – y le apretó la mano con fuerza
- ¿Brandon? – Castle interrogó a Jimmy- creí que habías dicho…
- Deformación profesional, amigo – contestó Jimmy – Brandon, Alexander Brandon- aclaró orgulloso.
Un par de horas más tarde, mientras el Falcón 900 se deslizaba suavemente sobre el océano Atlántico, Richard soltó la mano de Kate, que dormía con el asiento reclinado hacía atrás y se levantó para estirar las piernas.
El avión tenía capacidad para una docena de personas, con grandes y cómodos sillones y mesas que podían moverse fácilmente con el fin poder mantener reuniones de trabajo, trabajar en un portátil o simplemente relajarse y dormir.
Mas atrás, Harry sentada junto a Alexander tenían sobre la mesa un despliegue de libros, cuadernos y bolígrafos de diferentes colores y ella supervisaba de cerca la tarea del niño. A su mente vinieron nostálgicas las imágenes de una pequeña Alexis a la que él ayudaba con sus deberes. ¿Volvería a hacerlo de nuevo algún día con otro hijo?.. Jimmy, más alejado de ellos, dormía profundamente con el asiento totalmente estirado.
- ¿Qué tal va eso campeón? – le preguntó casi en un susurro Castle
- Bien, en un rato acabaré y podremos jugar si quieres – le contestó esperando una afirmación
- Te costará ganarme.
- ¿Kate? – preguntó Harry
- Duerme, igual que él – dijo señalando con la mirada a Jimmy
- Esta agotado – aclaró ella – seguiros durante estos días tiene sus consecuencias – le dijo sonriendo
- Voy a por un café ¿queréis que os traigan algo?
- Una coca-cola por favor– pidió el niño
- De eso nada – cortó Harry – llegaremos de noche y te irás a directo a dormir, puedes tomar un zumo si quieres. ¿Podrias pedir un té para mi por favor?
- Eso esta hecho – y Castle volvió sobre sus pasos para buscar a la auxiliar de vuelo.
Unas horas más tarde, cuando la auxiliar de vuelo les informó que iba a servirles la comida, Castle le pidió a Alexander que parasen el juego para comer y fue a despertar a Kate. Se sentó a su lado y se lo tomó con tranquilidad, ella dormía sobre su costado derecho, con las rodillas ligeramente dobladas. Su expresión era dulce, tranquila. Observó toda su cara, deteniéndose en todos los detalles, el pequeño lunar bajo su ojo izquierdo, que apenas se veía entre las pestañas, el de su mejilla izquierda, algo más grande y que desde el primer día que la vio supo que le encantaría besar, y vaya si lo hizo cuando días después le regalo su libro... Aún no podía creerse que estuviesen así.
Decidió besar de nuevo ese lunar, acercó los labios suavemente y comenzó a depositar pequeños besos por su mejilla, notó como ella cambiaba de respiración, besó su nariz, decidió pasar por sus ojos y su frente y cuando le tocó turno a la oreja, en un susurro para despertarla despacio le dijo un “te quiero” al que le siguió un “y yo a ti” inmediato, porque ella estaba despierta desde el primer beso y se recreaba alargando ese momento.
Harry les dijo que no iba a despertar a Jimmy. Estos días atrás él apenas había dormido, y cuando lo hacía no era profundamente. Prefería dejarle dormir y estaba segura que cuando llegasen a casa, no le costaría en absoluto volver a dormirse. Le conocía bien, podía estar durante varios días despierto y dormir después veinte horas seguidas recuperando el ritmo como si nada.
Se sentaron los cuatro, colocando los asientos frente a frente y la auxiliar les sirvió la comida. Charlaron sobre Londres, Kate no había estado nunca. Richard si, pero siempre habían sido viajes rápidos y tan sólo conocía de pasada la ciudad. Richard bromeando, le dijo a Alexander que debía hacerles de guía en Londres, dado que desde que nació, todos los años pasaba al menos un mes en la cuidad de su madre, pero él se disculpo, esta vez iría con su abuelo a su casa de la campiña, cerca de Oxford. Harry les explicó que dada la situación sería mejor así, ella quería que el niño conociese Inglaterra, sus costumbres, su historia, y por su puesto, que estuviese con su abuelo. Algún día heredaría su titulo y debía conocer sus deberes. “Seré marqués” dijo Alexander riendo, pero seré policía como mis padres, aseguró.
Después de comer Richard y Alexander mantenían una batalla armados con sus respectivas PSP, y sentados lo más lejos del teniente, que seguía durmiendo en la misma posición. Kate y Harry tomaban café y té respectivamente y Kate no pudo evitar preguntar:
- ¿Por qué elegiste ser policía?
- Rebeldía – contestó ella sin pensarlo – estaba harta de que mi vida estuviese guiada por las normas y el protocolo de la tradición noble inglesa. Nunca he tenido vocación, yo estudie Geología y gracias a los contactos de mi padre trabajaba en el Museo de Ciencias de Londres. Acabé la universidad y me casé, dejé de trabajar obligada y volví a estudiar, esta vez informática, me especialice en seguridad. Cuando me separé, mi padre me tenía preparado un puesto en una fundación, y me rebelé. Uno de mis compañeros de clase iba a hacer el acceso para el SI10 y trabajar en la policía necesitaban informáticos, y no lo pensé más, aprobé, mi padre se horrorizó y casi me deshereda, mi marido, aunque estaba separada, me amenazó, fue divertido, me gusto esa sensación. Y resulta que me apasionó el trabajo y me quedé.
- Vaya… curiosa historia… ¿y como acabaste en Nueva York?
- ¿Tu que crees? – le dijo mirando hacía Jimmy – Le mandaron a Londres. Mi compañero acababa de dejar el cuerpo, y me lo asignaron como castigo, no para mi, si no para él. Mi jefe le quiso bajar los humos asignándole una mujer como compañera. Era insufrible. Rudo, frívolo, impredecible, temerario, actuaba por instinto, y yo soy todo lo contrario… chocábamos continuamente, hasta me plantee abandonar. Pero como equipo: funcionaba. Y al final la física ganó, los polos opuestos se atraen, después de tres años nos sinceramos y bueno… me rebelé de nuevo contra las normas, en Inglaterra no se puede ser policía y ser pareja, me propuso ir a Nueva York… y seguimos discutiendo en el trabajo, pero eso hace que sea más interesante la llegada a casa.
Kate pensó en toda la historia. Era curioso. Tenía cierta similitud con la suya. Y les funcionaba.
- ¿Cuánto tiempo lleváis juntos? – le preguntó Harry – si Gates se sorprendió tanto cuando se lo confirmamos es porque no lleváis demasiado – Kate reclinó su cabeza hacía atrás buscando como decirlo
- Llevamos trabajando juntos cuatro años… pero en realidad… - lo pensó y lo soltó sin más – desde el viernes.
- Ah! – dijo sorprendida – bueno, eso son un montón de horas…
- Bueno, eso es otra forma de verlo… - sonrió Kate
- Se nota que estáis muy compenetrados, no dais la apariencia de ser una pareja reciente – afirmó tajante.
Kate la miró. Cuatro años buscándose, esquivándose, respetándose, apoyándose… la verdad es que si, tanto tiempo al final habían servido para conocerse a la perfección, llegar donde estaban y no huir nunca más el uno del otro. Miró hacia Richard, que reía entusiasmado, le miró por largo tiempo, ensimismada, era todo lo que había buscado, más de lo que pensaba encontrar, atento, dulce, paciente, comprensivo... Y estaba ahí. Él levantó la vista, como si su pensamiento le hubiese llegado, sus ojos se cruzaron y ambos sonrieron. Y además, pensó, le encantaba su físico.
Llegaron a Londres según el horario previsto. En el mismo aeropuerto les esperaba una sorpresa. Gordon, el inspector jefe, estaba allí, esperándoles. Harry sonrió en cuanto le vio y se encaminó hacía el abriendo los brazos.
- Jefe!! – chilló Jimmy para molestarle - ¿Ha venido a buscarnos porque está encantado de volver a tener bajo su mando al mejor policía que ha tenido nunca y me echaba de menos?
- Desde luego que si – contestó él – Harry ha dejado el listón tan alto que nadie más ha podido alcanzarla. Alexander lástima que me jubilo pronto, tu quizá si pudieses superarla.
- Yo también le he echado de menos jefe – le dijo riendo Jimmy – ha engordado y cada vez está mas calvo- le dijo para provocarle.
- He venido a dejarte claro que estas bajo mis órdenes James. A la mínima te requiso el arma, ceso la colaboración y te mando de vuelta a la gran manzana de una patada en el trasero.
Hicieron las presentaciones, Gordon le dijo a Kate que tenía muy buenos informes de ella, y que esperaba que durante los días que estuviese en Londres, accediese a colaborar con ellos y que esperaba que el disparo fácil de Jimmy se limitase sólo a él y no al resto de policías neoyorquinos.
- Gracias señor – le contestó ella – me encantaría ser útil.
- En cuanto a usted, sr Castle, lo siento, aquí no permitimos asesores, pero es usted responsabilidad de mis agentes, y por tanto no se separará de ellos – Castle asintió, no entendía muy bien que quería decir con eso, pero en conjunto daba la sensación que de vacaciones, no venían…
Fueron a la casa de Harry en coches oficiales. A ambos les sorprendió el palacete propiedad de Harry. Ahora entendían lo del “ala norte”. Era una casa de tres plantas, de estilo Victoriano. La casa tenía las luces encendidas, y cuando fueron a entrar, la puerta se abrió y un hombre uniformado saludo a Harry:
- Bienvenida, Lady Harriet
- Hola Thomas, ¿Cómo te encuentras? Tienes un aspecto estupendo y me alegro mucho de verte –le dijo dándole un abrazo - ¿Qué haces aquí?
- Oh, su padre me dijo que venía con unos amigos, he querido supervisar que todo esta como debe.
- No tenías que haberte molestado Thomas, tenías que estar descansando, ya tienes bastante con el viejo para estar pendiente de mí.
- No es una molestia, es un placer.
Harry les llevó hasta su habitación. Estaba en la tercera planta. Tal y como ella les dijo, tendrían intimidad, ellos se alojaban en la segunda planta. A Kate le pareció mejor que un hotel. Por fuera la casa era de un estilo, pero por dentro, la decoración era práctica y moderna. La habitación enorme, con baño dentro, Harry revisó que todo estaba como ella había ordenado que preparasen y les enseñó donde estaba todo lo que necesitarían, mantas, toallas, mando de la tv, instrucciones del jacuzzi.
- Bueno, bienvenidos a Londres. Ya sabéis donde esta la cocina, ahora ninguno tenemos hambre, pero el desfase horario… Thomas me ha dicho que ha dejado comida preparada en la nevera. Estáis en vuestra casa, lo único que no podéis hacer es salir sin nosotros, y esto si que es una orden.
- No te preocupes – dijo Richard – yo lo único que quiero es tomar una ducha y dormir, la noche Londinense no me atrae por el momento.
- Que descanséis, si necesitáis cualquier cosa…
- Gracias Harry – contestó Kate aún sorprendida ante ese miembro de la nobleza británica.
Richard la abrazó en cuanto Harry salió de la habitación. Habían pasado muchas horas en el avión y le encantaba volver estar solos.
- Necesito ducharme, estoy agarrotado.
- Bien, colocaré mi ropa. ¿Deshago tu maleta mientras te duchas?
- ¿Lo harías?
- Claro – le dijo besándole – ve a ducharte, después lo haré yo.
Una hora después ambos se metían en la cama y buscaban la posición para dormir lo más pegado posible el uno al otro. Como en los últimos días, Richard la abrazaba por la espalda, apretándola hacía él, temiendo que pudiese escaparse. Él estaba rendido, tardó unos minutos en dormirse. Kate notó como cambiaba su respiración. Ella había dormido en el avión, y no tenía sueño. Pero sabía que tenía que hacerlo, tenía que acomodarse al horario.
Pensó en su conversación con Harry. Llevaban juntos mucho tiempo, tenían un hijo, seguían trabajando juntos… y se quedó dormida mientras pensaba que no todo era tan complicado… tal vez en unos años ellos también estarían en la misma situación.
*******
FIN DEL CAPITULO 16
G R A C I A S por llegar hasta aqui
Espero no aburriros, es un capitulo de "transición"
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
No aburre para nada está genial!! Sigue pronto
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