Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
sigueeeeeeeeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Esperaba con ganas a la vuelta de mis vacaciones tener un nuevo capítulo tuyo y por fin lo he podido leer.
Es que me dejas sin palabras, coincido con las chicas en cuanto a que podrías dedicarte a hacer de guía turística, los que he tenido yo en mis viajes, e incluso el guía que he tenido este viaje por Madrid no explicaban las cosas ni la mitad de bien que tú, chica serías muy buena como guía
En cuanto al capítulo, me encanta la sutileza con la que Castle trata a Beckett después de ver las marcas la noche anterior, me gusta muchísimo esa historia que creas de una Beckett de 19 con uno de 30 que le deja huella, me encanta la visitas de la parejita por París, me gusta mucho la declaración de Beckett a Castle en el avión, .... y así podría seguir. No sé como seguirá todo cuando vuelvan a la rutina pero algo me dice que no tendrán mucho problema por quien duerme en casa de quien, creo que no se van a querer separar y hallaran la forma de pasar todo el tiempo posible juntos
Espero que lo continues pronto Anver, ya sabes que me tienes enganchada a tu fic, me encanta
Es que me dejas sin palabras, coincido con las chicas en cuanto a que podrías dedicarte a hacer de guía turística, los que he tenido yo en mis viajes, e incluso el guía que he tenido este viaje por Madrid no explicaban las cosas ni la mitad de bien que tú, chica serías muy buena como guía
En cuanto al capítulo, me encanta la sutileza con la que Castle trata a Beckett después de ver las marcas la noche anterior, me gusta muchísimo esa historia que creas de una Beckett de 19 con uno de 30 que le deja huella, me encanta la visitas de la parejita por París, me gusta mucho la declaración de Beckett a Castle en el avión, .... y así podría seguir. No sé como seguirá todo cuando vuelvan a la rutina pero algo me dice que no tendrán mucho problema por quien duerme en casa de quien, creo que no se van a querer separar y hallaran la forma de pasar todo el tiempo posible juntos
Espero que lo continues pronto Anver, ya sabes que me tienes enganchada a tu fic, me encanta
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Gracias por leer.... y gracias por comentar.
¿Turismo? no no no... eso no va conmigo... jajajaja. Os dejo el último capítulo de su viaje... mis últimas descripciones sobre ciudades.
CAPITULO 36
Les costó levantarse, abrazados, besándose y dedicándose caricias, ambos sabían que después de esa larga “luna de miel” se terminaba eso de estar pegados el uno al otro todos los segundos del día, pero ninguno quería decirlo, únicamente estaban ahí, en silencio, piel contra piel. Hasta que ella decidió hablar
- No me importaría quedarme aquí hasta que llegue la hora de ir al aeropuerto, pero me gustaría conocer Versalles antes de irnos.
- Si – le dijo él besándola – preparo mis cosas mientras te duchas y luego lo haces tú mientras me ducho yo.
- Si – respondió ella cogiéndole del brazo mientras él se levantaba y volviendo a besarlo
- Vamos amor… te espera Versalles, si sigues así no saldremos del hotel.
Ella le dejó levantarse, viendo como se dirigía al armario para preparar sus cosas. No sabía como decirle que esa noche ella se quedaría en su casa, tendría que deshacer maletas y prepararse para volver a comisaría, y aunque no volvería al día siguiente, prefería dormir en su propia casa y poder dejar todo preparado para enfrentarse de nuevo a la vida de siempre… aunque ya no sería la vida de siempre.
Él pidió que les llevasen el desayuno mientras ella se duchaba, y llamo por teléfono al chófer que les había traído el día anterior, para que estuviese listo para ir a Versalles y pasar la mañana allí. Acordó con recepción la reserva de una mesa en el propio restaurante del hotel para el medio día, y cuando ella salió de la ducha, él no había terminado aún de recoger sus cosas.
- ¿Se puede saber que has estado haciendo?
- ¿Pensar en ti? – le dijo abrazándola – y luchando para no entrar a enjabonarte.
- Venga, ve a ducharte, ya termino yo tu maleta.
- ¿Lo harás?
- Claro… y elegiré tu ropa para hoy… sin quejas… - el lanzó una carcajada
- He pedido el desayuno, deben estar a punto de traerlo
- Date prisa o no te dejaré nada, estoy hambrienta
- Elige también la ropa que llevaré en el avión, cuando volvamos supongo que me daré una ducha y me cambiaré, a ser posible algo cómodo y de abrigo ¿vale? – ella asintió mientras le empujaba hacía el baño
Cuando bajaron a la recepción, su chófer les esperaba allí y se encaminaron hacía el coche. Mientras salían de París, ambos iban en silencio, cogidos de la mano, cada uno mirando por su propia ventanilla.
- Kate
- ¿Mmm?
- ¿Qué ocurre? ¿Es porque volvemos a casa? – ella le miró asintiendo
- Supongo que si
- Pero si estamos así, no podremos disfrutar de lo que nos queda ¿Por qué no te olvidas y sonríes un poco? Te prometo que viajaremos más… todos los fines de semana si quieres… el próximo, si tu quieres, podemos ir a mi casa de los Hamptons..
Ella siguió mirándole y le sonrío
- Tienes razón, pero no puedo evitarlo…
- Inténtalo por mi
- ¿Quieres que te diga lo que vamos a ver hoy? – le dijo animándose
- Soy todo oídos pero… ¿no dijiste que no lo conocías?
- No tuve tiempo… pero lo preparé.
- Vamos profe…
- Versalles es una pequeña ciudad a las afueras de Paris, a unos veinte kilómetros, fue sede no oficial del gobierno durante unos treinta años, en la época de Luis XIV, a finales del siglo XVII y principios del XVIII, cuando murió el monarca y mientras su hijo Luis XV llegaba a su mayoría de edad, la corte volvió a Paris, pero en cuanto este alcanzó el trono, volvieron a Versalles otro periodo de unos setenta años, hasta finales del siglo XVIII cuando los ciudadanos de Paris obligaron al Luis XVI volver a la capital efectiva, puesto que Versalles nunca fue considerada capital, aunque se manejase el destino del país desde allí durante el reinado de tres monarcas.
Un siglo después, a finales del XIX, y tras la caída de Napoleón como Emperador, el gobierno volvió a ir a Versalles, esta vez obligados por las revueltas de París, se discutía si eran república o si volvían a instaurar una monarquía, donde reinarían los borbones, que son los actuales monarcas en España. Finalmente, ganó la república. Durante casi diez años Versalles fue de nuevo la capital no oficial de Francia.
Me gustaría conocer su Palacio, donde se firmaron muchos pactos importantes, entre ellos en 1738 el que concedía Inglaterra a Estados Unidos para su independencia, o el II Reich donde Alemania fue declarada Imperio y como no el famoso Tratado de Versalles que puso final a la Primera Guerra Mundial.
- Siguen maravillándome tus conocimientos sobre historia… cuéntame como es el Palacio
- No seas bobo, ya te he dicho que me lo preparé
- Si pero aún te acuerdas… yo ya lo habría olvidado.
- Lo dudo, tú eres escritor, no olvidas nada.
- Bueno… profe, ya sé que no te gustan los halagos, continua, me resultan muy instructivas tus enseñanzas
- El palacio… fue construido en tres etapas, seguidas y encomendadas por monarcas diferentes, se construyó en treinta años, y es de tal magnitud que en su interior llegaron a vivir veinte mil personas. Al principio era un pequeño palacete de caza, después fue ampliándose en dos alas laterales, dejando en su interior una plaza de armas al cerrarse completamente. Consta de tres plantas, y tiene un gran jardín italiano, construido en su segunda etapa. En la tercera se construyo una capilla de dos alturas, la más alta destinada a la familia real, que fue copiada después en otro Palacio, el Real de Madrid. El jardín es majestuoso, organizado y lleno de esculturas y fuentes, muy cuidado en su zona más cercana al Palacio y más asilvestrado según se aleja del palacio. Para que te hagas una idea, tiene veinte kilómetros de caminos y más de doscientos mil árboles. Para poder alimentar todas las fuentes que tiene, se desvió el agua del Sena mediante un ingenio llamado Máquina de Marly, que bombeaba el agua hasta allí.
- Espero que no quieras recorrerlo entero…
- No tendríamos tiempo… me conformaré con un paseo abrazada a ti.
- Concedido. Sigue…
- Dentro del recinto, y formando parte del patrimonio de la humanidad junto al Palacio y a los jardines, esta el Gran Trianón y el pequeño Trianón. Primero fue edificado el pequeño, era un conjunto de zoológico, jardín, invernadero y escuela botánica, lo empezó Luis XV, Madame de Pompadur, la favorita del monarca, hizo construir un castillo, y allí cenaban y pasaban mucho tiempo juntos y posteriormente Luis XVI regaló todo el conjunto a su mujer María Antonieta. El gran Trianon, también fue construido por Luis XV, pero esta vez pasaba allí sus horas con Madame de Montespan…
- Vaya con Luis XV… - ella sonrío
- Si… ¿continuo?
- Claro
- El gran Trianón, fue construido porque el pequeño era frágil, al estar revestido de porcelana. El gran Trianón es de mármol. Fue ocupado por Napoleón. Aún es utilizado para grandes recepciones. Su estilo es clásico francés con toques italianos. No escatimaron en costes, mármol rosa para las columnas, de carrara para los capiteles, los muros de piedra dorada… tiene una galería que comunica dos de sus edificios, y que rodea por completo el patio. La verdad es que ya no me acuerdo de mucho más – le dijo ella - ¿lo he hecho bien?
El chófer la miró por el retrovisor y no pudo evitar una sonrisa
- Señorita – le dijo con su perfecto inglés y su encantador acento – disculpe mi intromisión pero lo ha resumido perfectamente. La mayor parte de los turistas vienen a hacer fotos bonitas sin saber lo que realmente vienen a ver, ni molestarse por su historia.
El chófer comprobó por el espejo como ella se sonrojó dándole las gracias con timidez y Richard la besó en la cabeza.
- Ella es así – le dijo al chófer sonriendo
No tardaron en llegar. El chófer sonriente, le abrió la puerta a Kate, y ella volvió a sonrojarse.
- Parece mentira que seas inspectora de homicidios en la gran Nueva York, te enfrentes a diario a asesinos y te sonrojes así por un cumplido.
- Bueno, tu lo has dicho… soy así.
Él pasó su brazo por encima de los hombros de ella y la pegó a su cuerpo, Kate por su parte, volvió a meter su mano en el bolsillo trasero de él, mirándole y sonriendo, habían descubierto que esa forma de abrazarse era la más cómoda para caminar, y a ambos les gustaba sentirse tan cerca.
Accedieron al interior del Palacio, visitando las estancias, admirando las obras de arte expuestas y la magnitud de la riqueza. Kate le llevo hasta la galería de los espejos, había sido construida sobre una antigua terraza, y por sus diecisiete ventanas, repartidas a lo largo de setenta y cinco metros de galería, entraba la luz que era reflejada mediante trescientos cincuenta y siete espejos (que conformaban diecisiete principales), dotando a la galería de una inmejorable luz natural. La fabricación de los espejos realizada por artesanos franceses, cobro tal importancia, dada la calidad y el tamaño de los mismos, que se llego a prohibir que se importasen de Venecia. Se vieron reflejados de cuerpo entero (algo imposible hasta la fecha de esta galería) y comprobaron como los jardines del palacio parecían reproducirse por toda la galería, al igual que las pinturas que Kate le instó a mirar en el techo, de doce metros de altura estaba cubierto por completos de pinturas, de una técnica denominada marouflage, que consistía en pintar sobre lienzo para luego pegarlo en la bóveda. Eran treinta lienzos sobre Luis XIV. En ocasiones, el monarca exhibía su gran trono de casi tres metros de altura sobre un lienzo tejido en hilo de oro.
Admiraron las esculturas de la sala, de mármol y dedicadas a dioses de la mitología clásica, Baco, Venus, Hermes, Némesis… cada una de ellas cerca de un busto de mármol de emperadores romanos. El mobiliario original había sido devastado durante la revolución francesa.
- En esta sala recibieron a Kennedy y Jaqueline en 1974 – dijo Kate
- ¿De eso te acuerdas porque lo viste en la tele? – le dijo él
- Viene aquí – le dijo levantando el libro que habían comprado junto a la entrada – aunque deberías acordarte tú, que eres lo suficientemente mayor yo no había nacido aún ese año … 1974 creo que mis padres ni se conocían– le dijo muy seria y pensativa
Él la miró, ella lo había dicho sin pensar, la abrazó riendo sonoramente, contagiándola su risa y provocando las miradas de otros turistas que admiraban la sala en silencio
- ¿Qué he dicho? Calla Castle o nos echarán… - le dijo ella y fue silenciada por un beso.
Salieron de la sala de los espejos evitando así que el resto de turistas se enfadasen
- Lo siento – le dijo él – me ha entrado la risa tonta - ella le miró moviendo la cabeza y girando sus ojos hacía arriba en esa mueca que tantas y tantas veces le había hecho en el pasado
Decidieron visitar otras estancias del Palacio, decidieron ir al “gran apartamento del Rey” descubriendo rápido porque le llamaban así, pues se componía de 7 salas, cada una de ellas de una temática diferente y todas ellas dedicadas a la mitología clásica (Salones de Abundancia, Venus, Diana, Marzo, Mercurio, Apolo y Guerra). Toda la pared estaba recubierta de mármol, y revestidas de tapices y pinturas que representaban diferentes escenas que ensalzaban al Rey.
- El mobiliario del Rey estaba realizado en plata – leyó Kate – quedan muy pocos de los muebles originales, pues tuvieron que fundirlos cuando el tesoro necesito dinero y lo convirtieron en monedas en tan solo cinco meses..
- La guerra es un arte que destruye todas las otras – dijo Richard
- Hey… eso lo dijo el Rey Luis XIV – le dijo Kate
- Si… grandes palabras ¿verdad?
- Tú sabes más de lo que dices… - le dijo entrecerrando los ojos
- Puede ser… - le dijo mirándola y sonriendo
- Castle… ¿Tú ya has estado aquí verdad?
- Tu no me preguntaste, no te he mentido – le dijo suplicante
- Castle… ¿Vas a compartirlo con el resto de la clase? –le apremió
- ¿La profe va a regañarme?
- No seas bobo
Él volvió a reírse como en la sala de los espejos. Y ella le pidió que parase en silencio, con gestos. Cuando él se hubo calmado le dijo
- Lo siento, de verdad, lo siento. Tan sólo me acordaba.. estuve aquí y …
- ¿Y?
- Si no salimos no podré contártelo, me entrará la risa… vamos fuera, luego volvemos a entrar para ver la estancia de la reina.
- No, luego me lo cuentas cuando salgamos por el jardín, tenemos poco tiempo ¿recuerdas?
- Esta bien, ya paro
Llegaron hasta El gran apartamento de la Reina, que constaba de cinco estancias, la habitación de los guardias, la antecámara del gran cubierto, la habitación de los nobles, el dormitorio y el salón de la paz. En estas estancias la reina recibía a las damas de la corte y concedía audiencias privadas. El mobiliario existente era prácticamente el original del siglo XVIII. Los techos estaban decorados con pinturas dedicadas a divinidades, pero básicamente femeninas. Estudiaron la estancia, mirando la puerta por la que se decía que María Antonieta huyo de los amotinados cuando irrumpieron en su habitación y que concluyó con la detención de toda la familia Real.
De vez en cuando Kate le miraba, viendo que él contenía como podía la risa. Se preguntó que clase de gamberrada habría cometido para tener ese ataque de risa. Pensó que de adolescente tuvo que ser insufrible y compadeció a Martha por ello, afortunadamente Alexis no se parecía a ninguno de sus padres… ahora entendía porque se casó con Meredith, en aquella época debían estar igual de locos, aunque a él pareció llegarle un poco de cordura cuando nació Alexis… se preguntó como serían sus hijos si alguna vez los tenían… sacudió la cabeza alejando el pensamiento, aún no sabía si él sería capaz de permanecer a su lado y ya estaba soñando con formar una familia...
No se dio cuenta que él la estaba observando, y cuando lo hizo él, como si intuyese sus pensamientos, la abrazó y la beso en la mejilla
- Te amo Kate – le dijo y la abrazó por el hombro encaminándola hacía fuera de aquellas estancias- vamos a ver un cuadro dedicado a ti
La dirigió hasta la exquisita y opulenta ópera. Él fue quien explicó que fue construida bajo el mandato de Luis XV, a la muerte de su amante Madame de Pompadur, que era gran aficionada a las artes, fue inaugurada para celebrar la boda de su hijo con María Antonieta. Le explicó que aunque pareciese que estaba construida con mármol, no era así, y que en realidad era de madera con pintura simulando este material. Le explicó que una de las partes de aquel edificio fue hecho con un estilo que luego se conocería como Luis XVI, aunque el resto del conjunto era neoclásico. El teatro tiene capacidad para setecientas personas, y una excelente acústica, aunque a pesar de esto, no era utilizada a menudo, dado el alto coste que suponía el hacerlo. La decoración está basada en Apolo y los dioses del olimpo.
- Mira – le dijo señalando el lienzo techo – Apolo y sus musas….
Habían recorrido gran parte del Palacio, que empezaba a aburrirles, saturaba tantos datos y tantas estancias. Decidieron salir a los jardines, visitar fuentes, paseos y el gran lago, y quizás les diese tiempo para poder ver el pequeño y gran Trianón antes de regresar a París.
En cuanto salieron al jardín, él la abrazó por el hombro y ella metió la mano en su bolsillo trasero.
- ¿Me lo cuentas ya o tendré que hacerte un tercer grado? – le instó
- Si… – le dijo volviendo a reír – ya te dije que pase aquí unos días con mi madre y un amigo, viajamos por una obra de teatro donde participaba la gran Martha Rodgers. Ella se ocupó de contratarnos las visitas, aunque Michael y yo no teníamos ningún interés en los monumentos de París, a esa edad nos interesaban otras cosas…
- Ya imagino… chicas ¿no?
- Y juerga… mi madre llegaba muy tarde al hotel, no estábamos controlados… nos envió aquí y cuando llegamos a la galería de los espejos… nos reflejamos en ellos… digamos que… -dijo sin poder evitar las carcajadas -nos interesaba muy especialmente reflejar nuestros traseros en ellos….
- Rick!! ¿fuisteis capaces? – le preguntó Kate contagiada de su risa imaginando el momento.
- Vaya que si… un vigilante uniformado nos echo de la sala –dijo entre risas- y amenazó con llamar a la policía, entonces apareció uno de los administrativos que viajaba con la compañía de mi madre, y se hizo cargo de nosotros, nos obligó a visitar todo el palacio con él, y con un guía… y no puedes imaginar cuando llegamos…
- ¿La bronca de Martha?
- Ufs… yo creo que fingió que la daba un ataque de histeria y se desmayó en el hotel…- dijo riendo – Michael y yo aprovechamos para volver a irnos mientras el pobre contable la atendía…
- ¿Cómo pudiste?
- Bah… ya conoces a mi madre. Cuando le digamos que hemos estado aquí, ya verás como exagera la historia y dice que ese día casi muere.
- Castle, eras un gamberro.
- Siiii –le dijo con una gran sonrisa de orgullo – como te dijo mi madre.. la culpa era de ella…
- No seas caradura… debió de ser duro para ella criarte sola…
- Bueno, yo lo he hecho con Alexis y el resultado es bien distinto… solo consiste en estar día a día…
- Rick…
- Adoro a mi madre, pero no llevé una infancia normal… un niño debe estar con sus padres y a ser posible con ambos… –le dijo mirándola fijamente a los ojos
Hicieron un silencio y él continuo
- El día que tengamos hijos me gustaría que les dediquemos tiempo… sé que tu trabajo… yo me ocuparé, pero quiero que estemos juntos… ¿querrás tener hijos verdad? – le dijo al ver la cara de ella y se paró en seco
- Rick…
- Yo siempre he pensado que te gustan los niños ¿no es así?
- Rick…
- Vale, tranquila… olvídalo – le dijo con una mirada un tanto triste
- Rick, escúchame – le dijo en voz alta pero sin llegar a gritar
- Perdona… te escucho
- ¿No crees que vas demasiado deprisa Rick?
- No te he dicho que sea ya… ¿pero querrás? – ella suspiró
- Aún no sé si mañana correrás tras la primera modelo exuberante que te pida un autógrafo sobre su pecho… ¿querrás tú Rick? – él la miró en silencio y sonrío
- Tal vez no te lo haya dejado aún claro… yo quiero pasar el resto de mi vida a tu lado – le dijo y ella sonrió sonrojada
- ¿Entonces no crees que tenemos tiempo de sobra para hablarlo y tenerlos?
- ¿Has dicho tenerlos? ¿Cómo cuantos? Porque a mi me encantaría tener dos o tres más, ya sabes para que u..
- Rick, para ya!! – le dijo riendo – y claro que me gustan los niños ¿acaso no tengo contigo ya uno?
Ambos rieron
- Sé que te dije que recorreríamos los jardines abrazados pero… ¿te apetece un paseo en coche de caballos? Aquí pone que podemos alquilar uno …
- ¿De verdad?
- Claro… si tú quieres…
- Me encantaría…
Se dirigieron hasta el lugar indicado para alquilar un coche de caballos, y allí, uniformados cocheros esperaban con sus coches en perfecto orden. Alquilaron el primero, un bonito coche negro, brillante, con los ejes de las ruedas de color amarillo brillante, y tirado por una preciosa yegua de color castaño. El interior del carro estaba preparado para albergar a cuatro personas, dos en sentido de la marcha y dos al contrario, sus asientos eran de cuero blanco y sobre el asiento reposaba una manta, que el cochero les dijo que era por si tenían frío.
Ayudo a Kate a subir y acomodarse en el coche y él antes de subir, se acercó y le preguntó al cochero si podía salir del recorrido normal y del precio estándar, el cochero sonrío asintiéndole y le preguntó donde quería ir exactamente.
- Nos gustaría ver todo, pero no creo que sea posible, debemos volver a París al medio día… ¿Si lo dejo en sus manos? Me gustaría que ella recordase este paseo no como algo típico, me gustaría que viviese la magia de estos jardines.
- De acuerdo señor, les llevaré por el recorrido preferido de mi hija pequeña.
- Gracias
Subió junto a Kate, que le preguntó que había estado hablando con el cochero, él le dijo que simplemente le preguntó la hora de vuelta, para llegar a tiempo a París.
El cochero se encaminó hacia el gran canal, donde antaño navegaban góndolas venecianas, en la actualidad pequeñas embarcaciones de alquiler hacían las delicias de los turistas. Antes de llegar al mismo y en uno de los extremos pudieron observar la fuente de Apolo, un grupo escultórico en bronce, formado por cuatro caballos que tiraban del carro de Apolo, que surgía del interior del agua, arrastrando el carro hacía la superficie, cuatro tritones y cuatro peces rodeándoles. En esa zona, el jardín era bajo, visible desde el palacio, con un entramado de parterres y jardines, setos de boj, formando dibujos que mezclaban formas geométricas y curvas formando bucles.
Pasaron el gran canal, rodeado por árboles perfectamente podados, casi esculpidos, que formaban verdaderas paredes que escoltaban el gran canal. Más allá una gran explanada de césped, a cuyos lados alineadas, diferentes estatuas dedicadas a los clásicos.
Según se iban alejando del palacio, iban adentrándose poco a poco en zonas de arbolado más alto, estratégicamente plantados en grupos formando pequeñas estancias de multicolores jardines. Por todas partes aparecían fuentes y esculturas. Los turistas cada vez eran más escasos, y el cochero se adentraba en caminos más estrechos y alejados del paseo principal, donde descubrían la magia y la tranquilidad de los jardines de Versalles. En algunas zonas, la vegetación se hacía tan espesa que la luz del sol no terminaba de encontrar el camino y el paseo se hacía algo fantasmagórico.
Podían apreciar el cuidado de aquellos jardines, aquí y allá surgían zonas de cuidado césped, rodeadas de boj perfectamente esculpido, y en la mitad del jardín, un jarrón o una columna. Hasta los árboles bajos que rodeaban los caminos eran multicolores, verdes intensos, amarillos, rojos… árboles con flores de color lila o blancas…
El cochero les indico que iba a llevarles al invernadero de los naranjos, donde bajaron a visitar un invernadero donde limoneros, naranjos y granados traídos desde España e Italia se conservaban durante todo el año en aquel lugar, al abrigo de las inclemencias.
Vieron el estanque de Neptuno, con la estatua del Dios y su mujer Ócena, rodeados de cupidos y dragones. Tras la fuente de Neptuno y de Apolo, las demás fuentes se les hacían pequeñas, Saturno, Flora, Ceres, Baco, del Dragón, Latona…
El cochero les llevó hasta el pequeño Trianón y el gran Trianón, que observaron desde el coche, sin tiempo para poder bajar y recorrer su interior.
Poco a poco, el cochero fue acercándose al lugar de partida, según se acercaban observaron la magnitud del gran canal y el palacio al fondo…
Abandonaron Versalles rumbo a Paris, con el tiempo justo para comer, darse una ducha y terminar de recoger sus cosas.
- Tendría que llamar a Alexis – dijo Richard
- No te preocupes, me ha dicho que irá a esperarnos al aeropuerto
El la miró sonriendo, le gustaba que Alexis y ella se mantuviesen en contacto.
Comieron en el restaurante del hotel en una de las plantas superiores, en una mesa junto a la cristalera, contemplando Paris desde las alturas. Eligieron pate confitado al oporto y medallón de ternera con puré de manzana y patata al aroma de trufa, eligiendo de postre un surtido de quesos franceses.
Volvieron a la habitación para tomar una ducha rápida.
- ¿Tú crees que nos daría tiempo…? – le dijo Richard abrazándola por la espalda nada más entrar
- ¿Quieres compartir mi ducha? – le dijo Kate abrazándole por el cuello y dando un pequeño salto para impulsarse y rodearle con sus piernas mientras él comenzó a besarla y andar hacía el baño.
Bajaron a recepción, aún les quedaban quince minutos, y decidieron pedir un café mientras esperaban al chófer. Él la observó con detenimiento
- Claro… ¡Ahora sé de donde viene tu gusto por el café con vainilla! – le dijo y ella le sonrió
- Premio Castle, acertaste.
- ¿Y cual es el premio?
- ¿Qué tal un beso?
El chófer no tardó en llegar, y mientras abandonaban París, Richard entrelazó sus dedos con los de ella, cogiéndola por la barbilla y besándola, haciendo que ella grabase recuerdos nuevos de aquella ciudad.
Subieron al avión, mirándose en silencio mientras se sentaban y siguieron en silencio mientras el avión se elevaba rumbo a Londres.
- Bueno… - dijo él – en una hora recogeremos a Harry, Alexander y Jimmy… no sé que voy a hacer sin tenerte para mi sólo – ella sonrío
- No voy a escaparme… - le dijo mirando a su alrededor indicándole que era un avión.
- Ha sido un viaje extraordinario Kate… si hace un mes me llegan a decir que íbamos a estar hoy aquí… me hubiese reído – ella llevó su mano a la mejilla de él y se acercó despacio a sus labios
- Me ha encantado tu compensación por ese beso a Harry…
- ¿Sabes? Pensaba traerte de igual forma…
- Ah ¿si? ¿te pido otra compensación entonces? – le dijo entrecerrando los ojos y el río
- Lo que quieras, lo sabes. Estos días a tu lado… he descubierto cosas de ti que necesitaba conocer…
- ¿Cómo que? – le dijo interesándose
- Tu tatuaje… bueno… ese tatuaje me vuelve loco ¿lo sabes no? –ella río – me encanta ver como estiras todo tu cuerpo cuando te despiertas, adoro el olor de tu piel por la mañana, cuando aún no te has despertado y pego mi nariz a tu cuerpo – él comenzó a ver como ella se sonrojaba – y tienes la piel fría y suave, y no puedo hacer otra cosa que besarla. He descubierto que me encanta que dormida, metas tu nariz helada en mi cuello y me acaricies con ella hasta que encuentras el sitio justo donde dejarla. Me encanta cuando sueñas y te abrazas a mi, y me dices entre dientes que me amas…
- No sabía que hacía eso… ni sabía que me mirabas al dormir….
- Me gusta como dormida rascas tu cara – continuó él- con la palma de la mano abierta y ese pequeño ruidito que haces cuando una comida te gusta mucho. Adoro que me mires y escondas tu labio inferior, y como tus mejillas se ponen rojas cada vez que algo te avergüenza, o como enredas un mechón de tu pelo en tu dedo cuando te concentras o cuando te pones nerviosa. Quiero que sigas quedándote dormida sobre mi mientras tomamos un baño… quiero que sigas metiendo tu mano en mi bolsillo cuando caminamos, pero lo que más quiero de ti, lo que mas me gusta… es tu sonrisa… esa sonrisa que aún no conocía y que me has enseñado durante estos días, antes medio sonreías, ahora… tu sonrisa se adueña de tu cara, quiero ver siempre esa sonrisa Kate.
Ella le sonrío, acercándose a sus labios y besándole. Él era un maestro con las palabras, pero que se fijase en esos detalles que a ella le pasaban inadvertidos… Cuando quisieron darse cuenta, entre besos y caricias, el avión descendía aproximándose a Londres.
La auxiliar abrió la portezuela y Kate y Richard descendieron del avión para encontrarse con Harry y Jimmy, que les esperaban con un montón de maletas y sin Alexander. Se saludaron cordialmente y empezaron a subir las maletas.
- ¿Y Alexander? – preguntó Kate
- Es una larga historia, que te la cuente Harry – le dijo Jimmy – se te ve bien inspectora ¿han desaparecido tus fantasmas?
- Creo que sí –le dijo ella mirando a Richard y sabiendo que le preguntaba por sus dudas- creo que se han esfumado por completo
- Me alegro
- Tenéis un bonito color de piel – les dijo Harry
- ¿Si? – preguntó Richard – no me he dado cuenta, la verdad es que nos ha hecho un tiempo estupendo.
- ¿Dónde habéis estado?
- Ahora cuando recupere mi portátil descargo las fotos y lo veis…
- Hablando de fotos – dijo Jimmy – tengo aquí un par de revistas con unas fotos un tanto comprometedoras Ricky – y Jimmy miró a Kate que sonrío sabiendo de que fotos se trataba
- ¿Y que dicen de las fotos? – preguntó Richard
- No he podido oírlo – contestó Jimmy riendo– mi futuro suegro no dejaba oír de los gritos que daba
- ¿Tu futuro suegro? – le preguntó Kate
- Harry te lo contará todo… - Kate la miró a ella
- Si, no te preocupes, en un rato te pongo al día.
Terminaron de colocar el equipaje y se sentaron abrochando sus cinturones para despegar, en cuanto el avión normalizó su altura desplegaron una de las mesas y se sentaron los cuatro frente a frente, pidieron unas cervezas a la auxiliar, y Jimmy les mostró las revistas, donde en primer plano y a toda página, un sorprendido Castle era besado por Harry, en una de las esquinas de la fotografía, una pequeña biografía de ella y una foto de carnet de Lord Winfield, en la siguiente página, una foto de la boda de Harry con Nigel Percy, y sobre ellos el titular “¿Divorcio?”
- Bueno ¿Qué ha pasado? – preguntó Kate
- El divorcio no viene por las fotos. No nos divorciamos antes porque la abuela de Nigel hizo testamento y el no recibiría ni un penique si nos divorciábamos. A cambio Nigel me ha compensado bastante generosamente durante todo este tiempo. Lady Percy ha estado internada durante años en una clínica, con Alzheimer, murió hace unos meses, y ahora que Nigel ya ha recibido su herencia, podemos divorciarnos, pero claro, ha coincidido la demanda de divorcio con estas fotos… no podéis imaginar como se puso mi padre. Si ya de por sí le molestaba el divorcio, por el revuelo, encima aparecer en una foto porque es mi padre… menos mal que no has salido Alexander ni Jimmy. Avisamos a mi padre que podrían salir fotos, pero no pensábamos que armasen tanto revuelo. Jimmy y yo hemos venido al aeropuerto por separado.
- Y ¿Alexander?
- Se ha quedado con mi padre, tengo que volver a firmar el acuerdo de divorcio a finales del verano, es una forma de compensar a mi padre, y Alexander lo pasa bien con él.
- Y ahora ¿os casaréis? – le preguntó Richard a Jimmy
- Eso creo… yo no era quien lo impedía… - contestó
- Si… nos casaremos… - dijo Harry- pero cuando se calmen las aguas… ahora solo faltaba una boda rápida y después de todo este lío… aparece Alexander y a mi padre le da algo… la prensa me había dejado en paz hace mucho tiempo, solo hay que desaparecer y volverán a olvidarme.
- ¿Puedo hacer yo algo? –preguntó Richard - ¿Alguna declaración negándolo o lo que necesites?
- No creo que eso te convenga, eres el más vendido de la última semana – y buscó en otra revista el ranking de ventas de libros y se la mostró.
- ¡Madre mía! Paula no me ha dicho nada de esto… hablaré con ella ¿crees que una declaración mía te solucionaría problemas?
- No hace falta, en serio, no solucionaría nada. Tampoco tenemos que casarnos pasado mañana, aún tenemos que discutir si en Londres o Nueva York… y eso puede costarme mi herencia – dijo riendo
- O la mía – dijo Jimmy – ya sabes como es mi madre… aunque con un buen acuerdo de divorcio a mi favor prefiero la tuya – le dijo guiñándole un ojo a Harry.
- ¿Y tú que opinas Kate? – le dijo Harry – te has quedado muy callada.
- Espero que estas fotos no hayan sido publicadas en Nueva York, o sé de alguien que lo va a pasar un poco mal – dijo mirando a Richard que metió un dedo por su propio cuello estirando el jersey y tragando exageradamente.
- Hablaré con Paula, no quiero seguir apareciendo en las listas de solteros – le dijo mirándola y dando a entender que por él haría declaraciones a la prensa para dar a conocer su relación – y ahora si no os importa voy a cargar las fotos que hemos hecho en mi portátil
Richard se levantó a por su portátil y aprovechó para buscar los regalos que habían comprado en Venecia para ellos. Les entregaron sus regalos, para Harry un colgante y unos pendientes de oro y cristal de murano, y para Jimmy una reproducción de una pistola italiana del siglo XVIII.
Descargó las fotografías, y estuvieron viéndolas durante un rato, recordando lugares y situaciones mientras se las mostraban a sus nuevos amigos.
Decidieron que no iban a descansar en el avión, pues cuando llegasen a Nueva York sería de noche y debían acomodarse al horario de allí. Siguieron hablando sobre el viaje y riendo sobre las fotos de Harry y Richard, hasta que un poco aburridos, Richard y Jimmy decidieron jugar un rato con sus consolas, y Harry y Kate compartieron confidencias.
- Tu cara ha cambiado Kate, sonríes más.
- Es la segunda vez que me lo dicen hoy – y se echó a reír – creo que ambos nos debíamos unos días a solas.
- Lo entiendo. ¿Preparados para el día a día con esta nueva situación?
- Tengo algo de miedo por eso… pero… ¿Cómo lo hicisteis vosotros?
- No fue complicado… nos comportamos como siempre… trabajo en el trabajo, y el resto lo dejábamos para casa… aunque no es fácil separarlo, pero a la vez lo hace divertido, buscando escusas para robarnos un beso en mitad de un caso, o para darnos un abrazo a escondidas… pero con el tiempo, cuando tranquilizamos las ganas de uno por el otro, las cosas fluían mucho mejor, el resto de compañeros fueron viendo normal nuestra relación, y a nadie le extraña vernos abrazados o besándonos.
- Y ¿en casa?
- No puedo decirte que no hemos discutido por trabajo, pero es inevitable, también nos ha servido esa continuidad para analizar y resolver algunos casos.
- Lo dibujas muy bonito
- No todo lo fue. Cuando me quede embarazada la cosa se complicó bastante… le entró el pánico y me protegía con demasiado celo, entre mis hormonas y su miedo, discutíamos a diario, estuve a punto de volver con mi tripa a Londres con Gordon y el SI10 y dejarle allí. Al final tuve que pedir una excedencia, quedarme en casa, y no volví hasta que Alexander cumplió un año.
- Entiendo – dijo Kate pensativa
- Lleváis poco aún ¿vais a vivir juntos ya?
- La gran pregunta – dijo Kate suspirando – Rick vive con su madre y su hija, y yo vivo sola desde que entré en la universidad… él quiere que me mude a su casa, pero … lo veo todo tan complicado…
- Pero te llevas bien con ellas ¿no?
- Si, ambas son estupendas, aunque deberíamos acostumbrarnos mutuamente claro… no nos conocemos 24 horas seguidas… estos días con Rick han sido estupendos, pero también tenemos que acostumbrarnos el uno al otro, cada uno con sus manías y sus gustos… y eso me recuerda que todavía no le he dicho que esta noche quiero dormir en mi casa, y supongo que él querrá ir a la suya, Alexis vendrá a buscarle y a mi me recogerá una amiga…
- No tenéis prisa…
- Lo sé, aunque ahora, la verdad es que no hay nada que no me apetezca más que estar pegada a él constantemente… - Harry se echo a reír
- No te preocupes, es lo normal, lo raro sería que no quisieras verle…
Siguieron hablando durante más de dos horas, y cuando Harry se levantó de su asiento para ir al baño, Richard se instaló a su lado
- Te echaba de menos – le dijo besándola
- Rick… esta noche…
- Quieres dormir en tu casa…
- Si y tú…
- Me gustaría hacerlo en la mía, quiero estar un rato con Alexis.
- ¿No te importa?
- ¿Me hablarás por el Wasapp hasta que me duerma? - Ella le miró riendo…
- Eres un caso… lo haré.
- Pero mañana dormimos juntos… ya veremos donde.
- Te lo prometo.
Llegaron al aeropuerto, los cuatro estaban cansados, Lanie, Alexis y Martha les esperaban. Hicieron las presentaciones y se despidieron rápidamente, a Harry y Jimmy les esperaban.
- Nos vemos esta semana, creo que tenemos que ir a la 12 un tiempo – le dijo Jimmy a Kate.
Richard tenía la mano de Kate y no la soltaba.
- Papá… es tarde…
- Lo sé, darnos tres minutos ¿es mucho pedir tres minutos de intimidad?
- ¿Es mucho pedir poder ver como os besáis después de cuatro años? – le contestó Lanie y Kate sonrío
- Tendré que besarte como si estuviésemos en una boda – le dijo él acercándose a sus labios y besándola durante un largo rato
- Vamos, Rick, nos vemos mañana… - le dijo Kate soltando su mano y dirigiéndose al coche de Lanie – Alexis, Martha, hasta mañana
Se metió en el coche de Lanie, y le miró viendo que él también hacía lo mismo.
- Parece que no os vayáis a ver en un año – le dijo Lanie.
- Llevamos casi un mes pegados… ya le echo de menos….
- Creo que tienes muchas cosas que contarme Kate…
- Oh no Lanie, hoy no…
- Venga Kate…
- Ya te lo dije Lanie, supera todas mis expectativas, todas, en todo. Es adorable, atento, cariñoso, se ha desvivido por llevarme a los mejores hoteles, no te puedes imaginar, no faltaba ni un detalle, ni un momento…
- ¿Y?
- Lanie
- ¿Y?
- No pararas ¿verdad?
- No
- Es el mejor amante que he tenido y si, me arrepiento de no haberlo hecho antes…
- Bien… te lo dije…
Kate entró en su casa, decidió que no se iría a la cama hasta no organizar toda su ropa, deshizo las maletas, puso a lavar parte de la ropa, guardo sus zapatos, limpió y guardó las maletas, metió en la secadora la ropa recién lavada y puso a lavar el resto… su móvil sonó
- Te estoy echando de menos, no quiero irme a dormir –le escribió él
- A mi me pasa igual ¿Qué tal Alexis?
- Esta viendo las fotos, creo que no podré evitar que viaje a Europa, ha aburrido hasta a mi madre que después de volver a recriminarme que casi muere en París por mi culpa, se ha ido a la cama.
Kate siguió recogiendo y colocando sus cosas mientras leía y contestaba.
- Me da miedo irme a la cama, Kate, creo que no voy a conseguir dormir sin ti.
- Te dije que te escribiría hasta que te durmieses
- Tendría que haber ido a tu casa, mañana no trabajas y podríamos quedarnos en la cama hasta tarde
- Necesitabas estar con Alexis.
- Ya… pero te echo de menos, tengo que conformarme con tus fotos…
Siguieron un largo rato intercambiando frases, Kate había terminado con toda su ropa que ya estaba seca y colocada para plancharla.
- Definitivamente no voy a dormir hoy Kate.. ¿y tú?
- Alexis te regañará
- Se fue a la cama hace un rato… te echo de menos
- Eso tiene solución
- ¿?
- Ábreme la puerta
Richard saltó del sofá y abrió la puerta, ella estaba de espaldas a él y se giró sonriéndole.
- No creo que pudiese dormir hoy – le dijo y él se abalanzó fuera de la casa y sobre ella, besándola
No se dio cuenta de la leve corriente de aire que se produjo cuando abrió la puerta, y mientras se besaban está se cerró con un pequeño golpe.
- Vaya… y ahora… ¿Qué? – le dijo divertido.
- Podíamos ir a mi casa, pero … - le miró él estaba descalzo y solo llevaba el pantalón del pijama
- Manda un mensaje a Alexis… acaba de irse a la cama…. Que baje a abrirnos…
Alexis tardó unos minutos en abrir y cuando lo hizo se encontró a ambos abrazados y besándose.
- Kate, esto no me parece bien – le dijo muy seria
- Alexis… yo – le dijo Kate sonrojándose
- ¡Alexis! –exclamó sorprendido Richard
- Lo siento papá, pero esto no es lo que yo pensaba… ahora en vez de hacerme cargo de las locuras de uno, tengo que hacerme cargo de las de los dos – les dijo riendo – anda, pasar antes que os pueda ver cualquier vecino
- Gracias cariño – dijo Richard entrando de la mano de Kate.
- Me voy a dormir, espero que no tenga que volver en vuestra ayuda – y los tres rieron
La vieron desaparecer por las escaleras, entonces él la miró sonriéndola y la cogió en brazos dirigiéndose a su habitación….
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FIN DEL CAPITULO 36
G R A C I A S por leer hasta aqui, espero que os haya gustado.
¿Turismo? no no no... eso no va conmigo... jajajaja. Os dejo el último capítulo de su viaje... mis últimas descripciones sobre ciudades.
CAPITULO 36
Les costó levantarse, abrazados, besándose y dedicándose caricias, ambos sabían que después de esa larga “luna de miel” se terminaba eso de estar pegados el uno al otro todos los segundos del día, pero ninguno quería decirlo, únicamente estaban ahí, en silencio, piel contra piel. Hasta que ella decidió hablar
- No me importaría quedarme aquí hasta que llegue la hora de ir al aeropuerto, pero me gustaría conocer Versalles antes de irnos.
- Si – le dijo él besándola – preparo mis cosas mientras te duchas y luego lo haces tú mientras me ducho yo.
- Si – respondió ella cogiéndole del brazo mientras él se levantaba y volviendo a besarlo
- Vamos amor… te espera Versalles, si sigues así no saldremos del hotel.
Ella le dejó levantarse, viendo como se dirigía al armario para preparar sus cosas. No sabía como decirle que esa noche ella se quedaría en su casa, tendría que deshacer maletas y prepararse para volver a comisaría, y aunque no volvería al día siguiente, prefería dormir en su propia casa y poder dejar todo preparado para enfrentarse de nuevo a la vida de siempre… aunque ya no sería la vida de siempre.
Él pidió que les llevasen el desayuno mientras ella se duchaba, y llamo por teléfono al chófer que les había traído el día anterior, para que estuviese listo para ir a Versalles y pasar la mañana allí. Acordó con recepción la reserva de una mesa en el propio restaurante del hotel para el medio día, y cuando ella salió de la ducha, él no había terminado aún de recoger sus cosas.
- ¿Se puede saber que has estado haciendo?
- ¿Pensar en ti? – le dijo abrazándola – y luchando para no entrar a enjabonarte.
- Venga, ve a ducharte, ya termino yo tu maleta.
- ¿Lo harás?
- Claro… y elegiré tu ropa para hoy… sin quejas… - el lanzó una carcajada
- He pedido el desayuno, deben estar a punto de traerlo
- Date prisa o no te dejaré nada, estoy hambrienta
- Elige también la ropa que llevaré en el avión, cuando volvamos supongo que me daré una ducha y me cambiaré, a ser posible algo cómodo y de abrigo ¿vale? – ella asintió mientras le empujaba hacía el baño
Cuando bajaron a la recepción, su chófer les esperaba allí y se encaminaron hacía el coche. Mientras salían de París, ambos iban en silencio, cogidos de la mano, cada uno mirando por su propia ventanilla.
- Kate
- ¿Mmm?
- ¿Qué ocurre? ¿Es porque volvemos a casa? – ella le miró asintiendo
- Supongo que si
- Pero si estamos así, no podremos disfrutar de lo que nos queda ¿Por qué no te olvidas y sonríes un poco? Te prometo que viajaremos más… todos los fines de semana si quieres… el próximo, si tu quieres, podemos ir a mi casa de los Hamptons..
Ella siguió mirándole y le sonrío
- Tienes razón, pero no puedo evitarlo…
- Inténtalo por mi
- ¿Quieres que te diga lo que vamos a ver hoy? – le dijo animándose
- Soy todo oídos pero… ¿no dijiste que no lo conocías?
- No tuve tiempo… pero lo preparé.
- Vamos profe…
- Versalles es una pequeña ciudad a las afueras de Paris, a unos veinte kilómetros, fue sede no oficial del gobierno durante unos treinta años, en la época de Luis XIV, a finales del siglo XVII y principios del XVIII, cuando murió el monarca y mientras su hijo Luis XV llegaba a su mayoría de edad, la corte volvió a Paris, pero en cuanto este alcanzó el trono, volvieron a Versalles otro periodo de unos setenta años, hasta finales del siglo XVIII cuando los ciudadanos de Paris obligaron al Luis XVI volver a la capital efectiva, puesto que Versalles nunca fue considerada capital, aunque se manejase el destino del país desde allí durante el reinado de tres monarcas.
Un siglo después, a finales del XIX, y tras la caída de Napoleón como Emperador, el gobierno volvió a ir a Versalles, esta vez obligados por las revueltas de París, se discutía si eran república o si volvían a instaurar una monarquía, donde reinarían los borbones, que son los actuales monarcas en España. Finalmente, ganó la república. Durante casi diez años Versalles fue de nuevo la capital no oficial de Francia.
Me gustaría conocer su Palacio, donde se firmaron muchos pactos importantes, entre ellos en 1738 el que concedía Inglaterra a Estados Unidos para su independencia, o el II Reich donde Alemania fue declarada Imperio y como no el famoso Tratado de Versalles que puso final a la Primera Guerra Mundial.
- Siguen maravillándome tus conocimientos sobre historia… cuéntame como es el Palacio
- No seas bobo, ya te he dicho que me lo preparé
- Si pero aún te acuerdas… yo ya lo habría olvidado.
- Lo dudo, tú eres escritor, no olvidas nada.
- Bueno… profe, ya sé que no te gustan los halagos, continua, me resultan muy instructivas tus enseñanzas
- El palacio… fue construido en tres etapas, seguidas y encomendadas por monarcas diferentes, se construyó en treinta años, y es de tal magnitud que en su interior llegaron a vivir veinte mil personas. Al principio era un pequeño palacete de caza, después fue ampliándose en dos alas laterales, dejando en su interior una plaza de armas al cerrarse completamente. Consta de tres plantas, y tiene un gran jardín italiano, construido en su segunda etapa. En la tercera se construyo una capilla de dos alturas, la más alta destinada a la familia real, que fue copiada después en otro Palacio, el Real de Madrid. El jardín es majestuoso, organizado y lleno de esculturas y fuentes, muy cuidado en su zona más cercana al Palacio y más asilvestrado según se aleja del palacio. Para que te hagas una idea, tiene veinte kilómetros de caminos y más de doscientos mil árboles. Para poder alimentar todas las fuentes que tiene, se desvió el agua del Sena mediante un ingenio llamado Máquina de Marly, que bombeaba el agua hasta allí.
- Espero que no quieras recorrerlo entero…
- No tendríamos tiempo… me conformaré con un paseo abrazada a ti.
- Concedido. Sigue…
- Dentro del recinto, y formando parte del patrimonio de la humanidad junto al Palacio y a los jardines, esta el Gran Trianón y el pequeño Trianón. Primero fue edificado el pequeño, era un conjunto de zoológico, jardín, invernadero y escuela botánica, lo empezó Luis XV, Madame de Pompadur, la favorita del monarca, hizo construir un castillo, y allí cenaban y pasaban mucho tiempo juntos y posteriormente Luis XVI regaló todo el conjunto a su mujer María Antonieta. El gran Trianon, también fue construido por Luis XV, pero esta vez pasaba allí sus horas con Madame de Montespan…
- Vaya con Luis XV… - ella sonrío
- Si… ¿continuo?
- Claro
- El gran Trianón, fue construido porque el pequeño era frágil, al estar revestido de porcelana. El gran Trianón es de mármol. Fue ocupado por Napoleón. Aún es utilizado para grandes recepciones. Su estilo es clásico francés con toques italianos. No escatimaron en costes, mármol rosa para las columnas, de carrara para los capiteles, los muros de piedra dorada… tiene una galería que comunica dos de sus edificios, y que rodea por completo el patio. La verdad es que ya no me acuerdo de mucho más – le dijo ella - ¿lo he hecho bien?
El chófer la miró por el retrovisor y no pudo evitar una sonrisa
- Señorita – le dijo con su perfecto inglés y su encantador acento – disculpe mi intromisión pero lo ha resumido perfectamente. La mayor parte de los turistas vienen a hacer fotos bonitas sin saber lo que realmente vienen a ver, ni molestarse por su historia.
El chófer comprobó por el espejo como ella se sonrojó dándole las gracias con timidez y Richard la besó en la cabeza.
- Ella es así – le dijo al chófer sonriendo
No tardaron en llegar. El chófer sonriente, le abrió la puerta a Kate, y ella volvió a sonrojarse.
- Parece mentira que seas inspectora de homicidios en la gran Nueva York, te enfrentes a diario a asesinos y te sonrojes así por un cumplido.
- Bueno, tu lo has dicho… soy así.
Él pasó su brazo por encima de los hombros de ella y la pegó a su cuerpo, Kate por su parte, volvió a meter su mano en el bolsillo trasero de él, mirándole y sonriendo, habían descubierto que esa forma de abrazarse era la más cómoda para caminar, y a ambos les gustaba sentirse tan cerca.
Accedieron al interior del Palacio, visitando las estancias, admirando las obras de arte expuestas y la magnitud de la riqueza. Kate le llevo hasta la galería de los espejos, había sido construida sobre una antigua terraza, y por sus diecisiete ventanas, repartidas a lo largo de setenta y cinco metros de galería, entraba la luz que era reflejada mediante trescientos cincuenta y siete espejos (que conformaban diecisiete principales), dotando a la galería de una inmejorable luz natural. La fabricación de los espejos realizada por artesanos franceses, cobro tal importancia, dada la calidad y el tamaño de los mismos, que se llego a prohibir que se importasen de Venecia. Se vieron reflejados de cuerpo entero (algo imposible hasta la fecha de esta galería) y comprobaron como los jardines del palacio parecían reproducirse por toda la galería, al igual que las pinturas que Kate le instó a mirar en el techo, de doce metros de altura estaba cubierto por completos de pinturas, de una técnica denominada marouflage, que consistía en pintar sobre lienzo para luego pegarlo en la bóveda. Eran treinta lienzos sobre Luis XIV. En ocasiones, el monarca exhibía su gran trono de casi tres metros de altura sobre un lienzo tejido en hilo de oro.
Admiraron las esculturas de la sala, de mármol y dedicadas a dioses de la mitología clásica, Baco, Venus, Hermes, Némesis… cada una de ellas cerca de un busto de mármol de emperadores romanos. El mobiliario original había sido devastado durante la revolución francesa.
- En esta sala recibieron a Kennedy y Jaqueline en 1974 – dijo Kate
- ¿De eso te acuerdas porque lo viste en la tele? – le dijo él
- Viene aquí – le dijo levantando el libro que habían comprado junto a la entrada – aunque deberías acordarte tú, que eres lo suficientemente mayor yo no había nacido aún ese año … 1974 creo que mis padres ni se conocían– le dijo muy seria y pensativa
Él la miró, ella lo había dicho sin pensar, la abrazó riendo sonoramente, contagiándola su risa y provocando las miradas de otros turistas que admiraban la sala en silencio
- ¿Qué he dicho? Calla Castle o nos echarán… - le dijo ella y fue silenciada por un beso.
Salieron de la sala de los espejos evitando así que el resto de turistas se enfadasen
- Lo siento – le dijo él – me ha entrado la risa tonta - ella le miró moviendo la cabeza y girando sus ojos hacía arriba en esa mueca que tantas y tantas veces le había hecho en el pasado
Decidieron visitar otras estancias del Palacio, decidieron ir al “gran apartamento del Rey” descubriendo rápido porque le llamaban así, pues se componía de 7 salas, cada una de ellas de una temática diferente y todas ellas dedicadas a la mitología clásica (Salones de Abundancia, Venus, Diana, Marzo, Mercurio, Apolo y Guerra). Toda la pared estaba recubierta de mármol, y revestidas de tapices y pinturas que representaban diferentes escenas que ensalzaban al Rey.
- El mobiliario del Rey estaba realizado en plata – leyó Kate – quedan muy pocos de los muebles originales, pues tuvieron que fundirlos cuando el tesoro necesito dinero y lo convirtieron en monedas en tan solo cinco meses..
- La guerra es un arte que destruye todas las otras – dijo Richard
- Hey… eso lo dijo el Rey Luis XIV – le dijo Kate
- Si… grandes palabras ¿verdad?
- Tú sabes más de lo que dices… - le dijo entrecerrando los ojos
- Puede ser… - le dijo mirándola y sonriendo
- Castle… ¿Tú ya has estado aquí verdad?
- Tu no me preguntaste, no te he mentido – le dijo suplicante
- Castle… ¿Vas a compartirlo con el resto de la clase? –le apremió
- ¿La profe va a regañarme?
- No seas bobo
Él volvió a reírse como en la sala de los espejos. Y ella le pidió que parase en silencio, con gestos. Cuando él se hubo calmado le dijo
- Lo siento, de verdad, lo siento. Tan sólo me acordaba.. estuve aquí y …
- ¿Y?
- Si no salimos no podré contártelo, me entrará la risa… vamos fuera, luego volvemos a entrar para ver la estancia de la reina.
- No, luego me lo cuentas cuando salgamos por el jardín, tenemos poco tiempo ¿recuerdas?
- Esta bien, ya paro
Llegaron hasta El gran apartamento de la Reina, que constaba de cinco estancias, la habitación de los guardias, la antecámara del gran cubierto, la habitación de los nobles, el dormitorio y el salón de la paz. En estas estancias la reina recibía a las damas de la corte y concedía audiencias privadas. El mobiliario existente era prácticamente el original del siglo XVIII. Los techos estaban decorados con pinturas dedicadas a divinidades, pero básicamente femeninas. Estudiaron la estancia, mirando la puerta por la que se decía que María Antonieta huyo de los amotinados cuando irrumpieron en su habitación y que concluyó con la detención de toda la familia Real.
De vez en cuando Kate le miraba, viendo que él contenía como podía la risa. Se preguntó que clase de gamberrada habría cometido para tener ese ataque de risa. Pensó que de adolescente tuvo que ser insufrible y compadeció a Martha por ello, afortunadamente Alexis no se parecía a ninguno de sus padres… ahora entendía porque se casó con Meredith, en aquella época debían estar igual de locos, aunque a él pareció llegarle un poco de cordura cuando nació Alexis… se preguntó como serían sus hijos si alguna vez los tenían… sacudió la cabeza alejando el pensamiento, aún no sabía si él sería capaz de permanecer a su lado y ya estaba soñando con formar una familia...
No se dio cuenta que él la estaba observando, y cuando lo hizo él, como si intuyese sus pensamientos, la abrazó y la beso en la mejilla
- Te amo Kate – le dijo y la abrazó por el hombro encaminándola hacía fuera de aquellas estancias- vamos a ver un cuadro dedicado a ti
La dirigió hasta la exquisita y opulenta ópera. Él fue quien explicó que fue construida bajo el mandato de Luis XV, a la muerte de su amante Madame de Pompadur, que era gran aficionada a las artes, fue inaugurada para celebrar la boda de su hijo con María Antonieta. Le explicó que aunque pareciese que estaba construida con mármol, no era así, y que en realidad era de madera con pintura simulando este material. Le explicó que una de las partes de aquel edificio fue hecho con un estilo que luego se conocería como Luis XVI, aunque el resto del conjunto era neoclásico. El teatro tiene capacidad para setecientas personas, y una excelente acústica, aunque a pesar de esto, no era utilizada a menudo, dado el alto coste que suponía el hacerlo. La decoración está basada en Apolo y los dioses del olimpo.
- Mira – le dijo señalando el lienzo techo – Apolo y sus musas….
Habían recorrido gran parte del Palacio, que empezaba a aburrirles, saturaba tantos datos y tantas estancias. Decidieron salir a los jardines, visitar fuentes, paseos y el gran lago, y quizás les diese tiempo para poder ver el pequeño y gran Trianón antes de regresar a París.
En cuanto salieron al jardín, él la abrazó por el hombro y ella metió la mano en su bolsillo trasero.
- ¿Me lo cuentas ya o tendré que hacerte un tercer grado? – le instó
- Si… – le dijo volviendo a reír – ya te dije que pase aquí unos días con mi madre y un amigo, viajamos por una obra de teatro donde participaba la gran Martha Rodgers. Ella se ocupó de contratarnos las visitas, aunque Michael y yo no teníamos ningún interés en los monumentos de París, a esa edad nos interesaban otras cosas…
- Ya imagino… chicas ¿no?
- Y juerga… mi madre llegaba muy tarde al hotel, no estábamos controlados… nos envió aquí y cuando llegamos a la galería de los espejos… nos reflejamos en ellos… digamos que… -dijo sin poder evitar las carcajadas -nos interesaba muy especialmente reflejar nuestros traseros en ellos….
- Rick!! ¿fuisteis capaces? – le preguntó Kate contagiada de su risa imaginando el momento.
- Vaya que si… un vigilante uniformado nos echo de la sala –dijo entre risas- y amenazó con llamar a la policía, entonces apareció uno de los administrativos que viajaba con la compañía de mi madre, y se hizo cargo de nosotros, nos obligó a visitar todo el palacio con él, y con un guía… y no puedes imaginar cuando llegamos…
- ¿La bronca de Martha?
- Ufs… yo creo que fingió que la daba un ataque de histeria y se desmayó en el hotel…- dijo riendo – Michael y yo aprovechamos para volver a irnos mientras el pobre contable la atendía…
- ¿Cómo pudiste?
- Bah… ya conoces a mi madre. Cuando le digamos que hemos estado aquí, ya verás como exagera la historia y dice que ese día casi muere.
- Castle, eras un gamberro.
- Siiii –le dijo con una gran sonrisa de orgullo – como te dijo mi madre.. la culpa era de ella…
- No seas caradura… debió de ser duro para ella criarte sola…
- Bueno, yo lo he hecho con Alexis y el resultado es bien distinto… solo consiste en estar día a día…
- Rick…
- Adoro a mi madre, pero no llevé una infancia normal… un niño debe estar con sus padres y a ser posible con ambos… –le dijo mirándola fijamente a los ojos
Hicieron un silencio y él continuo
- El día que tengamos hijos me gustaría que les dediquemos tiempo… sé que tu trabajo… yo me ocuparé, pero quiero que estemos juntos… ¿querrás tener hijos verdad? – le dijo al ver la cara de ella y se paró en seco
- Rick…
- Yo siempre he pensado que te gustan los niños ¿no es así?
- Rick…
- Vale, tranquila… olvídalo – le dijo con una mirada un tanto triste
- Rick, escúchame – le dijo en voz alta pero sin llegar a gritar
- Perdona… te escucho
- ¿No crees que vas demasiado deprisa Rick?
- No te he dicho que sea ya… ¿pero querrás? – ella suspiró
- Aún no sé si mañana correrás tras la primera modelo exuberante que te pida un autógrafo sobre su pecho… ¿querrás tú Rick? – él la miró en silencio y sonrío
- Tal vez no te lo haya dejado aún claro… yo quiero pasar el resto de mi vida a tu lado – le dijo y ella sonrió sonrojada
- ¿Entonces no crees que tenemos tiempo de sobra para hablarlo y tenerlos?
- ¿Has dicho tenerlos? ¿Cómo cuantos? Porque a mi me encantaría tener dos o tres más, ya sabes para que u..
- Rick, para ya!! – le dijo riendo – y claro que me gustan los niños ¿acaso no tengo contigo ya uno?
Ambos rieron
- Sé que te dije que recorreríamos los jardines abrazados pero… ¿te apetece un paseo en coche de caballos? Aquí pone que podemos alquilar uno …
- ¿De verdad?
- Claro… si tú quieres…
- Me encantaría…
Se dirigieron hasta el lugar indicado para alquilar un coche de caballos, y allí, uniformados cocheros esperaban con sus coches en perfecto orden. Alquilaron el primero, un bonito coche negro, brillante, con los ejes de las ruedas de color amarillo brillante, y tirado por una preciosa yegua de color castaño. El interior del carro estaba preparado para albergar a cuatro personas, dos en sentido de la marcha y dos al contrario, sus asientos eran de cuero blanco y sobre el asiento reposaba una manta, que el cochero les dijo que era por si tenían frío.
Ayudo a Kate a subir y acomodarse en el coche y él antes de subir, se acercó y le preguntó al cochero si podía salir del recorrido normal y del precio estándar, el cochero sonrío asintiéndole y le preguntó donde quería ir exactamente.
- Nos gustaría ver todo, pero no creo que sea posible, debemos volver a París al medio día… ¿Si lo dejo en sus manos? Me gustaría que ella recordase este paseo no como algo típico, me gustaría que viviese la magia de estos jardines.
- De acuerdo señor, les llevaré por el recorrido preferido de mi hija pequeña.
- Gracias
Subió junto a Kate, que le preguntó que había estado hablando con el cochero, él le dijo que simplemente le preguntó la hora de vuelta, para llegar a tiempo a París.
El cochero se encaminó hacia el gran canal, donde antaño navegaban góndolas venecianas, en la actualidad pequeñas embarcaciones de alquiler hacían las delicias de los turistas. Antes de llegar al mismo y en uno de los extremos pudieron observar la fuente de Apolo, un grupo escultórico en bronce, formado por cuatro caballos que tiraban del carro de Apolo, que surgía del interior del agua, arrastrando el carro hacía la superficie, cuatro tritones y cuatro peces rodeándoles. En esa zona, el jardín era bajo, visible desde el palacio, con un entramado de parterres y jardines, setos de boj, formando dibujos que mezclaban formas geométricas y curvas formando bucles.
Pasaron el gran canal, rodeado por árboles perfectamente podados, casi esculpidos, que formaban verdaderas paredes que escoltaban el gran canal. Más allá una gran explanada de césped, a cuyos lados alineadas, diferentes estatuas dedicadas a los clásicos.
Según se iban alejando del palacio, iban adentrándose poco a poco en zonas de arbolado más alto, estratégicamente plantados en grupos formando pequeñas estancias de multicolores jardines. Por todas partes aparecían fuentes y esculturas. Los turistas cada vez eran más escasos, y el cochero se adentraba en caminos más estrechos y alejados del paseo principal, donde descubrían la magia y la tranquilidad de los jardines de Versalles. En algunas zonas, la vegetación se hacía tan espesa que la luz del sol no terminaba de encontrar el camino y el paseo se hacía algo fantasmagórico.
Podían apreciar el cuidado de aquellos jardines, aquí y allá surgían zonas de cuidado césped, rodeadas de boj perfectamente esculpido, y en la mitad del jardín, un jarrón o una columna. Hasta los árboles bajos que rodeaban los caminos eran multicolores, verdes intensos, amarillos, rojos… árboles con flores de color lila o blancas…
El cochero les indico que iba a llevarles al invernadero de los naranjos, donde bajaron a visitar un invernadero donde limoneros, naranjos y granados traídos desde España e Italia se conservaban durante todo el año en aquel lugar, al abrigo de las inclemencias.
Vieron el estanque de Neptuno, con la estatua del Dios y su mujer Ócena, rodeados de cupidos y dragones. Tras la fuente de Neptuno y de Apolo, las demás fuentes se les hacían pequeñas, Saturno, Flora, Ceres, Baco, del Dragón, Latona…
El cochero les llevó hasta el pequeño Trianón y el gran Trianón, que observaron desde el coche, sin tiempo para poder bajar y recorrer su interior.
Poco a poco, el cochero fue acercándose al lugar de partida, según se acercaban observaron la magnitud del gran canal y el palacio al fondo…
Abandonaron Versalles rumbo a Paris, con el tiempo justo para comer, darse una ducha y terminar de recoger sus cosas.
- Tendría que llamar a Alexis – dijo Richard
- No te preocupes, me ha dicho que irá a esperarnos al aeropuerto
El la miró sonriendo, le gustaba que Alexis y ella se mantuviesen en contacto.
Comieron en el restaurante del hotel en una de las plantas superiores, en una mesa junto a la cristalera, contemplando Paris desde las alturas. Eligieron pate confitado al oporto y medallón de ternera con puré de manzana y patata al aroma de trufa, eligiendo de postre un surtido de quesos franceses.
Volvieron a la habitación para tomar una ducha rápida.
- ¿Tú crees que nos daría tiempo…? – le dijo Richard abrazándola por la espalda nada más entrar
- ¿Quieres compartir mi ducha? – le dijo Kate abrazándole por el cuello y dando un pequeño salto para impulsarse y rodearle con sus piernas mientras él comenzó a besarla y andar hacía el baño.
Bajaron a recepción, aún les quedaban quince minutos, y decidieron pedir un café mientras esperaban al chófer. Él la observó con detenimiento
- Claro… ¡Ahora sé de donde viene tu gusto por el café con vainilla! – le dijo y ella le sonrió
- Premio Castle, acertaste.
- ¿Y cual es el premio?
- ¿Qué tal un beso?
El chófer no tardó en llegar, y mientras abandonaban París, Richard entrelazó sus dedos con los de ella, cogiéndola por la barbilla y besándola, haciendo que ella grabase recuerdos nuevos de aquella ciudad.
Subieron al avión, mirándose en silencio mientras se sentaban y siguieron en silencio mientras el avión se elevaba rumbo a Londres.
- Bueno… - dijo él – en una hora recogeremos a Harry, Alexander y Jimmy… no sé que voy a hacer sin tenerte para mi sólo – ella sonrío
- No voy a escaparme… - le dijo mirando a su alrededor indicándole que era un avión.
- Ha sido un viaje extraordinario Kate… si hace un mes me llegan a decir que íbamos a estar hoy aquí… me hubiese reído – ella llevó su mano a la mejilla de él y se acercó despacio a sus labios
- Me ha encantado tu compensación por ese beso a Harry…
- ¿Sabes? Pensaba traerte de igual forma…
- Ah ¿si? ¿te pido otra compensación entonces? – le dijo entrecerrando los ojos y el río
- Lo que quieras, lo sabes. Estos días a tu lado… he descubierto cosas de ti que necesitaba conocer…
- ¿Cómo que? – le dijo interesándose
- Tu tatuaje… bueno… ese tatuaje me vuelve loco ¿lo sabes no? –ella río – me encanta ver como estiras todo tu cuerpo cuando te despiertas, adoro el olor de tu piel por la mañana, cuando aún no te has despertado y pego mi nariz a tu cuerpo – él comenzó a ver como ella se sonrojaba – y tienes la piel fría y suave, y no puedo hacer otra cosa que besarla. He descubierto que me encanta que dormida, metas tu nariz helada en mi cuello y me acaricies con ella hasta que encuentras el sitio justo donde dejarla. Me encanta cuando sueñas y te abrazas a mi, y me dices entre dientes que me amas…
- No sabía que hacía eso… ni sabía que me mirabas al dormir….
- Me gusta como dormida rascas tu cara – continuó él- con la palma de la mano abierta y ese pequeño ruidito que haces cuando una comida te gusta mucho. Adoro que me mires y escondas tu labio inferior, y como tus mejillas se ponen rojas cada vez que algo te avergüenza, o como enredas un mechón de tu pelo en tu dedo cuando te concentras o cuando te pones nerviosa. Quiero que sigas quedándote dormida sobre mi mientras tomamos un baño… quiero que sigas metiendo tu mano en mi bolsillo cuando caminamos, pero lo que más quiero de ti, lo que mas me gusta… es tu sonrisa… esa sonrisa que aún no conocía y que me has enseñado durante estos días, antes medio sonreías, ahora… tu sonrisa se adueña de tu cara, quiero ver siempre esa sonrisa Kate.
Ella le sonrío, acercándose a sus labios y besándole. Él era un maestro con las palabras, pero que se fijase en esos detalles que a ella le pasaban inadvertidos… Cuando quisieron darse cuenta, entre besos y caricias, el avión descendía aproximándose a Londres.
La auxiliar abrió la portezuela y Kate y Richard descendieron del avión para encontrarse con Harry y Jimmy, que les esperaban con un montón de maletas y sin Alexander. Se saludaron cordialmente y empezaron a subir las maletas.
- ¿Y Alexander? – preguntó Kate
- Es una larga historia, que te la cuente Harry – le dijo Jimmy – se te ve bien inspectora ¿han desaparecido tus fantasmas?
- Creo que sí –le dijo ella mirando a Richard y sabiendo que le preguntaba por sus dudas- creo que se han esfumado por completo
- Me alegro
- Tenéis un bonito color de piel – les dijo Harry
- ¿Si? – preguntó Richard – no me he dado cuenta, la verdad es que nos ha hecho un tiempo estupendo.
- ¿Dónde habéis estado?
- Ahora cuando recupere mi portátil descargo las fotos y lo veis…
- Hablando de fotos – dijo Jimmy – tengo aquí un par de revistas con unas fotos un tanto comprometedoras Ricky – y Jimmy miró a Kate que sonrío sabiendo de que fotos se trataba
- ¿Y que dicen de las fotos? – preguntó Richard
- No he podido oírlo – contestó Jimmy riendo– mi futuro suegro no dejaba oír de los gritos que daba
- ¿Tu futuro suegro? – le preguntó Kate
- Harry te lo contará todo… - Kate la miró a ella
- Si, no te preocupes, en un rato te pongo al día.
Terminaron de colocar el equipaje y se sentaron abrochando sus cinturones para despegar, en cuanto el avión normalizó su altura desplegaron una de las mesas y se sentaron los cuatro frente a frente, pidieron unas cervezas a la auxiliar, y Jimmy les mostró las revistas, donde en primer plano y a toda página, un sorprendido Castle era besado por Harry, en una de las esquinas de la fotografía, una pequeña biografía de ella y una foto de carnet de Lord Winfield, en la siguiente página, una foto de la boda de Harry con Nigel Percy, y sobre ellos el titular “¿Divorcio?”
- Bueno ¿Qué ha pasado? – preguntó Kate
- El divorcio no viene por las fotos. No nos divorciamos antes porque la abuela de Nigel hizo testamento y el no recibiría ni un penique si nos divorciábamos. A cambio Nigel me ha compensado bastante generosamente durante todo este tiempo. Lady Percy ha estado internada durante años en una clínica, con Alzheimer, murió hace unos meses, y ahora que Nigel ya ha recibido su herencia, podemos divorciarnos, pero claro, ha coincidido la demanda de divorcio con estas fotos… no podéis imaginar como se puso mi padre. Si ya de por sí le molestaba el divorcio, por el revuelo, encima aparecer en una foto porque es mi padre… menos mal que no has salido Alexander ni Jimmy. Avisamos a mi padre que podrían salir fotos, pero no pensábamos que armasen tanto revuelo. Jimmy y yo hemos venido al aeropuerto por separado.
- Y ¿Alexander?
- Se ha quedado con mi padre, tengo que volver a firmar el acuerdo de divorcio a finales del verano, es una forma de compensar a mi padre, y Alexander lo pasa bien con él.
- Y ahora ¿os casaréis? – le preguntó Richard a Jimmy
- Eso creo… yo no era quien lo impedía… - contestó
- Si… nos casaremos… - dijo Harry- pero cuando se calmen las aguas… ahora solo faltaba una boda rápida y después de todo este lío… aparece Alexander y a mi padre le da algo… la prensa me había dejado en paz hace mucho tiempo, solo hay que desaparecer y volverán a olvidarme.
- ¿Puedo hacer yo algo? –preguntó Richard - ¿Alguna declaración negándolo o lo que necesites?
- No creo que eso te convenga, eres el más vendido de la última semana – y buscó en otra revista el ranking de ventas de libros y se la mostró.
- ¡Madre mía! Paula no me ha dicho nada de esto… hablaré con ella ¿crees que una declaración mía te solucionaría problemas?
- No hace falta, en serio, no solucionaría nada. Tampoco tenemos que casarnos pasado mañana, aún tenemos que discutir si en Londres o Nueva York… y eso puede costarme mi herencia – dijo riendo
- O la mía – dijo Jimmy – ya sabes como es mi madre… aunque con un buen acuerdo de divorcio a mi favor prefiero la tuya – le dijo guiñándole un ojo a Harry.
- ¿Y tú que opinas Kate? – le dijo Harry – te has quedado muy callada.
- Espero que estas fotos no hayan sido publicadas en Nueva York, o sé de alguien que lo va a pasar un poco mal – dijo mirando a Richard que metió un dedo por su propio cuello estirando el jersey y tragando exageradamente.
- Hablaré con Paula, no quiero seguir apareciendo en las listas de solteros – le dijo mirándola y dando a entender que por él haría declaraciones a la prensa para dar a conocer su relación – y ahora si no os importa voy a cargar las fotos que hemos hecho en mi portátil
Richard se levantó a por su portátil y aprovechó para buscar los regalos que habían comprado en Venecia para ellos. Les entregaron sus regalos, para Harry un colgante y unos pendientes de oro y cristal de murano, y para Jimmy una reproducción de una pistola italiana del siglo XVIII.
Descargó las fotografías, y estuvieron viéndolas durante un rato, recordando lugares y situaciones mientras se las mostraban a sus nuevos amigos.
Decidieron que no iban a descansar en el avión, pues cuando llegasen a Nueva York sería de noche y debían acomodarse al horario de allí. Siguieron hablando sobre el viaje y riendo sobre las fotos de Harry y Richard, hasta que un poco aburridos, Richard y Jimmy decidieron jugar un rato con sus consolas, y Harry y Kate compartieron confidencias.
- Tu cara ha cambiado Kate, sonríes más.
- Es la segunda vez que me lo dicen hoy – y se echó a reír – creo que ambos nos debíamos unos días a solas.
- Lo entiendo. ¿Preparados para el día a día con esta nueva situación?
- Tengo algo de miedo por eso… pero… ¿Cómo lo hicisteis vosotros?
- No fue complicado… nos comportamos como siempre… trabajo en el trabajo, y el resto lo dejábamos para casa… aunque no es fácil separarlo, pero a la vez lo hace divertido, buscando escusas para robarnos un beso en mitad de un caso, o para darnos un abrazo a escondidas… pero con el tiempo, cuando tranquilizamos las ganas de uno por el otro, las cosas fluían mucho mejor, el resto de compañeros fueron viendo normal nuestra relación, y a nadie le extraña vernos abrazados o besándonos.
- Y ¿en casa?
- No puedo decirte que no hemos discutido por trabajo, pero es inevitable, también nos ha servido esa continuidad para analizar y resolver algunos casos.
- Lo dibujas muy bonito
- No todo lo fue. Cuando me quede embarazada la cosa se complicó bastante… le entró el pánico y me protegía con demasiado celo, entre mis hormonas y su miedo, discutíamos a diario, estuve a punto de volver con mi tripa a Londres con Gordon y el SI10 y dejarle allí. Al final tuve que pedir una excedencia, quedarme en casa, y no volví hasta que Alexander cumplió un año.
- Entiendo – dijo Kate pensativa
- Lleváis poco aún ¿vais a vivir juntos ya?
- La gran pregunta – dijo Kate suspirando – Rick vive con su madre y su hija, y yo vivo sola desde que entré en la universidad… él quiere que me mude a su casa, pero … lo veo todo tan complicado…
- Pero te llevas bien con ellas ¿no?
- Si, ambas son estupendas, aunque deberíamos acostumbrarnos mutuamente claro… no nos conocemos 24 horas seguidas… estos días con Rick han sido estupendos, pero también tenemos que acostumbrarnos el uno al otro, cada uno con sus manías y sus gustos… y eso me recuerda que todavía no le he dicho que esta noche quiero dormir en mi casa, y supongo que él querrá ir a la suya, Alexis vendrá a buscarle y a mi me recogerá una amiga…
- No tenéis prisa…
- Lo sé, aunque ahora, la verdad es que no hay nada que no me apetezca más que estar pegada a él constantemente… - Harry se echo a reír
- No te preocupes, es lo normal, lo raro sería que no quisieras verle…
Siguieron hablando durante más de dos horas, y cuando Harry se levantó de su asiento para ir al baño, Richard se instaló a su lado
- Te echaba de menos – le dijo besándola
- Rick… esta noche…
- Quieres dormir en tu casa…
- Si y tú…
- Me gustaría hacerlo en la mía, quiero estar un rato con Alexis.
- ¿No te importa?
- ¿Me hablarás por el Wasapp hasta que me duerma? - Ella le miró riendo…
- Eres un caso… lo haré.
- Pero mañana dormimos juntos… ya veremos donde.
- Te lo prometo.
Llegaron al aeropuerto, los cuatro estaban cansados, Lanie, Alexis y Martha les esperaban. Hicieron las presentaciones y se despidieron rápidamente, a Harry y Jimmy les esperaban.
- Nos vemos esta semana, creo que tenemos que ir a la 12 un tiempo – le dijo Jimmy a Kate.
Richard tenía la mano de Kate y no la soltaba.
- Papá… es tarde…
- Lo sé, darnos tres minutos ¿es mucho pedir tres minutos de intimidad?
- ¿Es mucho pedir poder ver como os besáis después de cuatro años? – le contestó Lanie y Kate sonrío
- Tendré que besarte como si estuviésemos en una boda – le dijo él acercándose a sus labios y besándola durante un largo rato
- Vamos, Rick, nos vemos mañana… - le dijo Kate soltando su mano y dirigiéndose al coche de Lanie – Alexis, Martha, hasta mañana
Se metió en el coche de Lanie, y le miró viendo que él también hacía lo mismo.
- Parece que no os vayáis a ver en un año – le dijo Lanie.
- Llevamos casi un mes pegados… ya le echo de menos….
- Creo que tienes muchas cosas que contarme Kate…
- Oh no Lanie, hoy no…
- Venga Kate…
- Ya te lo dije Lanie, supera todas mis expectativas, todas, en todo. Es adorable, atento, cariñoso, se ha desvivido por llevarme a los mejores hoteles, no te puedes imaginar, no faltaba ni un detalle, ni un momento…
- ¿Y?
- Lanie
- ¿Y?
- No pararas ¿verdad?
- No
- Es el mejor amante que he tenido y si, me arrepiento de no haberlo hecho antes…
- Bien… te lo dije…
Kate entró en su casa, decidió que no se iría a la cama hasta no organizar toda su ropa, deshizo las maletas, puso a lavar parte de la ropa, guardo sus zapatos, limpió y guardó las maletas, metió en la secadora la ropa recién lavada y puso a lavar el resto… su móvil sonó
- Te estoy echando de menos, no quiero irme a dormir –le escribió él
- A mi me pasa igual ¿Qué tal Alexis?
- Esta viendo las fotos, creo que no podré evitar que viaje a Europa, ha aburrido hasta a mi madre que después de volver a recriminarme que casi muere en París por mi culpa, se ha ido a la cama.
Kate siguió recogiendo y colocando sus cosas mientras leía y contestaba.
- Me da miedo irme a la cama, Kate, creo que no voy a conseguir dormir sin ti.
- Te dije que te escribiría hasta que te durmieses
- Tendría que haber ido a tu casa, mañana no trabajas y podríamos quedarnos en la cama hasta tarde
- Necesitabas estar con Alexis.
- Ya… pero te echo de menos, tengo que conformarme con tus fotos…
Siguieron un largo rato intercambiando frases, Kate había terminado con toda su ropa que ya estaba seca y colocada para plancharla.
- Definitivamente no voy a dormir hoy Kate.. ¿y tú?
- Alexis te regañará
- Se fue a la cama hace un rato… te echo de menos
- Eso tiene solución
- ¿?
- Ábreme la puerta
Richard saltó del sofá y abrió la puerta, ella estaba de espaldas a él y se giró sonriéndole.
- No creo que pudiese dormir hoy – le dijo y él se abalanzó fuera de la casa y sobre ella, besándola
No se dio cuenta de la leve corriente de aire que se produjo cuando abrió la puerta, y mientras se besaban está se cerró con un pequeño golpe.
- Vaya… y ahora… ¿Qué? – le dijo divertido.
- Podíamos ir a mi casa, pero … - le miró él estaba descalzo y solo llevaba el pantalón del pijama
- Manda un mensaje a Alexis… acaba de irse a la cama…. Que baje a abrirnos…
Alexis tardó unos minutos en abrir y cuando lo hizo se encontró a ambos abrazados y besándose.
- Kate, esto no me parece bien – le dijo muy seria
- Alexis… yo – le dijo Kate sonrojándose
- ¡Alexis! –exclamó sorprendido Richard
- Lo siento papá, pero esto no es lo que yo pensaba… ahora en vez de hacerme cargo de las locuras de uno, tengo que hacerme cargo de las de los dos – les dijo riendo – anda, pasar antes que os pueda ver cualquier vecino
- Gracias cariño – dijo Richard entrando de la mano de Kate.
- Me voy a dormir, espero que no tenga que volver en vuestra ayuda – y los tres rieron
La vieron desaparecer por las escaleras, entonces él la miró sonriéndola y la cogió en brazos dirigiéndose a su habitación….
************************
FIN DEL CAPITULO 36
G R A C I A S por leer hasta aqui, espero que os haya gustado.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Que bonito!!! Me encanta pensar que pueden llegar a estar tan enamorados que no pueden mi pasar una noche solos!! Sigue escribiendo por favor, que es fantastico
Invitado- Invitado
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Ha estado genial el capitulo
trinity640- Actor en Broadway
- Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Edad : 47
Localización : Andalucia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO MAS POR FAVOR YO QUIERO LEER YA LO QUE VA PASAR CUANDO SE ENCUENTREN CON LOS CHICOS
moni valdes- As del póker
- Mensajes : 298
Fecha de inscripción : 04/01/2012
Edad : 34
Localización : colombia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Llevaba un tiempo leyendo este fic pero aun no me había puesto al día con todos los capis.
Creo que no te comenté, así que lo hago ahora. Me gusta mucho esta historia y como escribes. Resumo, porque si no me voy por las ramas .
Por cierto, la escena de la puerta... muy buena . Sigue pronto, quiero saber como continuaran estos dos en el trabajo. Un saludo!
Creo que no te comenté, así que lo hago ahora. Me gusta mucho esta historia y como escribes. Resumo, porque si no me voy por las ramas .
Por cierto, la escena de la puerta... muy buena . Sigue pronto, quiero saber como continuaran estos dos en el trabajo. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Se acabó el viajecito =(
como siempre un capítulo estupendo, ya quiero leer el siguiente xD
PD: no me esperaba a Castle tan granuja de adolescente, aunque pensándolo bien, si pasea desnudo a caballo...
como siempre un capítulo estupendo, ya quiero leer el siguiente xD
PD: no me esperaba a Castle tan granuja de adolescente, aunque pensándolo bien, si pasea desnudo a caballo...
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
continuaaaaa me a encantadoooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Quiero que sepas que es el primer fic que leí cuando llegué a este foro, y es el único que me tiene mega enganchada. Mi mas sincera enhorabuena
azuladna- Ayudante de policia
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 29/08/2012
Edad : 38
Localización : Second star to the right
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
QUE CAPITULOOOOOOOOOOOOOOOOOO
DEBES DEDICARTE A TRES COSAS: TURISMO, ESCRITURA Y FOTOGRAFIA!!!!!
Y LA SITUACION DE LA PUERTA FUE PERFECTA PORQUE NUNCA ME IMAGINE QUE SERIA ELLA LA QUE FUE A LA CASA DE EL...ME SORPRENDISTE.
QUIERO MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Y VER COMO RESUELVEN ESTO DE NO PODER ESTAR SEPARADOS
DEBES DEDICARTE A TRES COSAS: TURISMO, ESCRITURA Y FOTOGRAFIA!!!!!
Y LA SITUACION DE LA PUERTA FUE PERFECTA PORQUE NUNCA ME IMAGINE QUE SERIA ELLA LA QUE FUE A LA CASA DE EL...ME SORPRENDISTE.
QUIERO MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Y VER COMO RESUELVEN ESTO DE NO PODER ESTAR SEPARADOS
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Creo que hasta ahora no habia comentado, y que solo me habia podido leer algunos capitulos, llevo varios dias sin ordenador y estado solo con el movil con lo que me he puesto a leer, pues que decir que el ultimo capitulo a sido...uuuf, me encanta espero que nos describas más detalles con esa maravillosa forma de escribir que tienes de verdad, ¿piensate lo de ser escritora?
ESPECTACULAR, Continuaaa prontooo...
ESPECTACULAR, Continuaaa prontooo...
Invitado- Invitado
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
¿Sabes que lo que más recuerdo de mi visita a Versalles, es lo sucios que estaban los espejos del salón de los idem? Ya fue hace mucho tiempo, pero no lo he olvidado y tú te preguntarás que a santo de que comento esto en vez del capítulo y tienes razón, pero cada vez que alguien me habla del sitio no puedo evitar recordar la mierda que tenían los dichosos espejitos.
En cuanto al capítulo, ¡genial!, como todos y estoy deseando leer como se desarrolla la vida de nuestra pareja preferida, ahora que ya no son turistas, ver como es el día a día entre los dos.
En cuanto al capítulo, ¡genial!, como todos y estoy deseando leer como se desarrolla la vida de nuestra pareja preferida, ahora que ya no son turistas, ver como es el día a día entre los dos.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Como siempre Anver, maravilloso
El viaje de la parejita ha terminado pero por la puerta grande, que forma de terminar un viaje, me encanta ese Castle atento con Beckett que no se puede separar de ella ni un minuto. Ya echaba de menos a Harry y Jimmy, son una pareja curiosa que me encanta jaja La escena final me gustó muchísimo, pensaba que Beckett querría más tiempo para ella pero parece que tampoco se puede separar de Castle.
Siguelo pronto Anver
El viaje de la parejita ha terminado pero por la puerta grande, que forma de terminar un viaje, me encanta ese Castle atento con Beckett que no se puede separar de ella ni un minuto. Ya echaba de menos a Harry y Jimmy, son una pareja curiosa que me encanta jaja La escena final me gustó muchísimo, pensaba que Beckett querría más tiempo para ella pero parece que tampoco se puede separar de Castle.
Siguelo pronto Anver
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
estoy impaciente por el proximoooooo !!! uno de los mejores fics qe lei !! me uni por este gran fic, qiero qe lo sepas jajaja !! ^^
Maqui-Castleadicta- Ayudante de policia
- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Bueno... ante todo GRACIAS por vuestros comentarios, son muy importantes para mi.
A menudo he pensado que salvo a cinco o seis personas, a nadie más le gustaba esta larguísima historia... después de ver nombres nuevos comentando y despues de tantas y tantas hojas escritas me da bastante ánimo saber que hay por ahí lectores nuevos, o de siempre...
Esta historia se hace larga, lo sé... soy incapaz de mutilar párrafos. Quizá el capitulo de hoy sea de transición y no os guste demasiado... no he tenido demasiado tiempo y creo que era necesario este capítulo...
**************
CAPITULO 37
Se despertaron a la vez, algo se había caído y roto, seguramente en la cocina, sonó a cristal desintegrándose.
- Alguien se esta cargando la vajilla – dijo él entre dientes sin abrir los ojos
Ella se estiró con tranquilidad, arqueando su espalda y llevando los brazos hacia atrás, le miró y le sonrío cuando descubrió los ojos de él sobre ella, ahora sabía que a él le gustaba ese gesto.
- ¿Mmmm hora es? – le preguntó y él giró para ver el reloj de su mesilla
- Las diez… aún es pronto
- ¿Las diez? Por eso tengo hambre
- Aprovechémonos y que paguen la vajilla preparándonos el desayuno… vamos arriba
Se levantaron y salieron a la cocina
- No sé porque no me extraña que seas tú, madre, ¿Qué has roto esta vez? – Martha estaba de espaldas a él sacando una tostada del tostador de pan.
- No fue nada, un vaso… no andes descalzo que ….. - le dijo dándose la vuelta y descubriendo a su hijo vestido únicamente con un pantalón de pijama y a Kate de su mano vistiendo una camiseta que por el tamaño debía ser de Richard - puede haber algún cristal… -acabó más despacio - ¡Kate! Querida… ¡que sorpresa!
- Buenos días – le dijo Kate intentando que sonase natural, aunque se ruborizó un poco al decirlo
- ¿Cuántos días he estado durmiendo? Porque juraría que cuando me fui a dormir no estabas aquí…
- Madre… -le dijo recriminándola Richard
- ¡Rick! –le dijo Kate – Vine anoche Martha, no podía dormir…
- Hiciste muy bien querida- le dijo dándole una ligera palmada en el brazo- créeme ya habéis perdido demasiado tiempo… ¿queréis tostadas? – Kate terminó de sonrojarse con el comentario.
- Si … -contestó sin pensarlo Richard - Y ¿Alexis?
- Oh, se marcho hace unos minutos, no vendrá hasta la hora de comer, dijo que había quedado para comprar un regalo de no sé que fiesta de cumpleaños… no me preguntes porque me acabo de despertar y no podía memorizar tanta información…
- Si, demasiado pronto para ti madre… ¿a que se debe?
- Tengo hora en la peluquería… y creo que ya voy algo tarde… Richard… prepara tú las tostadas… - le dijo dándole un beso en la mejilla – y yo que tú procuraría no quemarlas si quieres que ella vuelva esta noche– dijo guiñándole un ojo a Kate y subiendo por las escaleras terminando su tostada por el camino.
- Bueno…. Tendré que preparar tu desayuno… ¿Qué te apetece? – y abrió la puerta de la nevera para echar un vistazo y hacerse una idea de lo que podía ofrecerla.
- Café… y… ¿algo dulce?
- Eso esta hecho – se acercó a ella y la dio un largo beso - ¿suficientemente dulce o lo intento de nuevo?
- Bobo – le dijo ella volviéndole a besar
- ¿Tostadas? ¿croissant? ¿donuts? ¿Muffins? ¿quieres que te haga tortitas con nata?
- ¿Los muffins tienen pepitas de chocolate?
- Claro… - le dijo mientras sacaba una bolsa llena de bollos de uno de los armarios – y mira lo que tengo aquí – le dijo enseñándole un tarro de cristal
- ¿Azúcar de vainilla? –le dijo riendo
- Para tu café…
Mientras terminaban de desayunar, Martha bajó y desapareció como una exhalación, no sin antes preguntar:
- ¿Comeréis aquí? – Richard miró a Kate que asintió en silencio
- Si… ¿Por qué?
- Enhorabuena hijo, te ha tocado. Hoy cocinas tú…
- Si quiero que Kate se quede tendré que cocinar yo siempre – le dijo elevando la voz mientras Martha cerraba la puerta - cocina fatal – le dijo a Kate
- Entonces ¿Hoy probaré la famosa cocina Castle? – le dijo riendo
- Claro… ¿Qué quieres comer? – ella levantó ambas cejas y entrecerró los ojos reprimiendo una sonrisa
- ¿En este momento? – le dijo acercándose a su oído y susurrándole – cocina Castle pero sin cocina…
- Viciosillaaaa – le dijo arrastrando la palabra y elevándola por la cintura la sentó sobre la encimera…
- Aquí no Rick.. –le dijo abrazándolo con las piernas – podrían volver… - él comenzó a andar hacía la habitación con ella en brazos.
Un par de horas más tarde, Richard troceaba verdura que iba incorporando en una sartén sobre el fuego.
- Eso huele muy bien – le dijo Kate mientras se acercaba envuelta en un enorme albornoz y con una toalla envolviéndole el pelo
- Si, pero si no quieres que el olor se pegue a tu pelo, será mejor que no te acerques
- Pero si no me acerco… no podré besarte – le dijo mientras se abrazaba a él por la espalda
Él se giró cogiendo su cara entre las manos y besándola.
- Tienes razón… -le dijo ella riendo y arrugando la nariz - hueles a comida… ¿Qué haces?
- Anda… ve a secarte el pelo mientras acabo, luego lo verás.
- Voy a llamar a mi padre… Rick – él la miró sabiendo por el tono que le iba a decir algo importante – quiero cenar con mi padre esta noche… le vi antes de ir a Londres y …
- ¿Quieres que vaya contigo?
- Eso estaría bien – le dijo sonriendo
- Se me ocurre algo mejor ¿Por qué no le dices que venga él aquí a cenar con nosotros cuatro?
- No sabes que hacer para que vuelva a quedarme esta noche ¿verdad?
- Bueno, también podemos llevar a tu padre a su casa después de cenar y dormir en la tuya, o te dejo allí y duermes sola… ya decidiremos -Ella le asintió, sonriendo. Le beso suavemente, agradeciendo que él no la presionase.
Más tarde, durante la comida, ella descubrió que él no la mentía, había preparado quichés individuales de verduras y queso y trozos de pollo frito crujiente y ambas cosas le parecieron deliciosas.
- Papá – le dijo Alexis – confieso que estos días he echado de menos tu comida.
- ¡Alexis!– dijo Martha
- Lo siento abuela…
- Pero no miente – se adelantó Richard mientras Martha agitaba su mano en señal de protesta.
Después de comer y recoger todo, Richard dejó a las tres mujeres hablando en el sofá y se encerró en su despacho. Kate le observó siguiendo la conversación de Alexis, y se preguntó si él haría eso muy a menudo, quizá él también necesitaba su espacio.
Tras unos diez minutos, él abrió la puerta de su despacho
- Kate… ¿puedes venir un momento por favor? – Kate miró a ambas, como disculpándose
- No importa Kate – le dijo Alexis.
Él la esperaba en la puerta y cuando ella entró, el cerró de nuevo. Estaba claro que era algo que sólo quería hablar con ella, y en ese momento Kate pensó que sería algo grave y su corazón se aceleró.
- ¿Qué ocurre Rick? ¿He dicho o hecho algo que no debía durante la comida? – le preguntó pensando que podía tratarse de eso.
- Nooo – le dijo el sonriendo – aquí el que dice y hace siempre lo que no debe soy yo… - la abrazó
- ¿Entonces?
- No sé como decírtelo… aunque dijiste que sí… -ella le miró intrigada y el la besó
- ¿Qué? Me estas matando – él suspiró y se armó de valor tomando aire
- He pedido cita al cirujano del que te hable… - le dijo muy rápido- nos recibe en media hora
- Bien… estaré lista en cinco minutos… - el sonrío aliviado y ella entró en la habitación mientras él la seguía con la mirada.
Durante el trayecto hasta la consulta del cirujano, Richard no se atrevía a hablar. Se acordó de su silencioso llanto en Atenas, y no quería que ahora, que él conducía, ella comenzase a llorar y no pudiese abrazarla. Fue ella quien para su sorpresa, rompió el silencio
- ¿Tú crees que tardaré mucho en curar la operación? No me gustaría tener que estar otros tres meses de baja – dijo mientras miraba a la calle
- No lo sé – le dijo él mirándola – pero nos lo aclarará todo.
- ¿De que dijiste que le conocías? – él sonrió
- No he querido decir nada delante de mi madre, a ella le ha quitado manchas en la cara y las manos, atiende a muchos actores y no quiero mentirte… Meredith y Gina también han ido a su consulta.
- ¿Ah si? – le preguntó girando su cara para mirarle – que interesante, seguramente te hace descuento si llevas a todas las mujeres con las que te has relacionado…
- Kate
- No importa… - y volvió a girar su cara hacía la calle
- Kate, él es el mejor, eso es lo que me importa a mí – le dijo buscando su mano y apretándola
Volvieron a un incómodo silencio. Él pensando que no entendía porque se enfadaba si no había querido mentirla, podía haberlo hecho, confiaba en la total discreción del cirujano. Ella pensando que no debía enfadarse, al fin y al cabo él no la había mentido, ni había dado rodeos. Se preguntó porque no le había dicho de que se habían operado sus ex mujeres, aunque, imaginaba la contestación que podría darle y que sin duda estaría relacionada con implantes, pero se merecía pasarlo mal un rato …
- Rick…
- Dime
- ¿De que se operaron Meredith y Gina?
- Gina no llegó a operarse, finalmente decidió que se quedaba con su nariz de serie, le asusta entrar a quirófano, ya sabes que tiene una nariz algo… ¿particular?
- Ah.. y … Meredith
- Es actriz Kate…
- ¿Y?
- Que cualquier arruguita en su cara le asusta y cree que no le dan un papel por eso… creo que lleva tres o cuatro operaciones, no lo tengo claro, yo no la acompañe en ninguna, aunque si tengo que decirte que se alojó en casa esos días… Alexis quiso estar con ella.
- Ya…
- ¿Qué pasaba por tu cabeza? – le dijo riendo
- Supongo que lo que estas imaginando – le dijo con tono algo molesto.
- No. No han sido operaciones de aumento de pecho, y a ninguna de las dos las acompañé yo, vinieron por su cuenta. A mi me conoce por acompañar a mi madre.
En cuanto entraron a la consulta, la auxiliar les hizo pasar al despacho del doctor James Burton, que les esperaba. Era un hombre de más o menos la edad de Richard, alto y atractivo. Su despacho era muy moderno, basado en metal y cristal, daba la sensación de ser muy práctico y funcional.
- Hola Rick – le dijo el doctor tendiéndole la mano - ¿Cómo está Martha?
- Dando guerra, como siempre, ya sabes… Ella es mi novia, Kate Beckett – le tendió la mano sorprendida por lo que había dicho él.
- Me alegro de conocerte… me ha dicho Rick que eres inspectora de policía…
- Igualmente… si, soy inspectora de la policía de Nueva York.
Hablaron durante un rato sobre su trabajo y el de Richard.
- Bueno…y … ¿podemos ver que es lo que te preocupa? –le dijo poniéndose en pie y señalándole un apartado de su despacho, aislado con cristales opacos – Rick ¿nos permites un momento?
- No – dijo Kate – prefiero que me acompañe – le dijo cogiendo la mano de Richard
- Bien – contestó James – vamos a ver
Pasó a la pequeña sala, y le indicó donde podía poner su jersey, mientras encendía una gran lámpara extensible con la que podría examinar con cuidado.
- No hace falta que te quites la ropa interior. ¿Te tumbas en la camilla Kate por favor? –le dijo mientras se colocaba unos guantes de látex.
Ella se tumbó y Richard se puso a su lado, en la parte contraria a su cicatriz, y le dio la mano, ella entrelazó sus dedos con los de él.
- ¿Te preocupan las dos o solo la del costado?
- Bueno… la del costado es la que más, aunque …
- La del pecho evita que puedas ponerte escote con tranquilidad… ¿verdad?
- Si
- ¿Te importa ponerte de lado?
Richard la miraba mientras el doctor examinaba con detenimiento la cicatriz del costado, pasando los dedos y examinando la piel.
- Puedes vestirte – le dijo quitándose los guantes y pasando de nuevo a su despacho.
Richard ayudo a que se incorporase y cuando se puso el jersey ambos salieron al despacho, donde el doctor les esperaba tecleando en su ordenador.
- Bien, Kate, la cicatriz de tu costado hay que quitarla con cirugía. No puedo utilizar otra técnica. Al ser cirugía, no desaparecerá por completo, pero procuraremos hacer que desaparezca lo suficiente para que te olvides de ella. Supongo que tendrás muchas dudas…
- ¿Tiempo? – preguntó ella
- Por tu trabajo, tendrás que estar de reposo entre treinta y cuarenta días, no podemos jugar a que hagas un esfuerzo y estropear el trabajo. Si tuvieses un trabajo de oficina sería menos, no puedes hacer esfuerzos.
- ¿En que consistiría la operación? – preguntó tímidamente Richard
- Abriríamos la herida, cortando la piel y uniéndola en un corte limpio, no se apreciara la sutura.
- Pero – dijo ella- en eso consistió mi operación ¿no quedará de nuevo igual?
- No Kate, cuando te operaron tuvieron que profundizar en el músculo, cosa que no haremos ahora, solo será piel. En la herida te pusieron un tubo de salida de drenaje, que dejó una pequeña protuberancia en la cicatriz. Además, cuidaremos la herida a diario, con productos que ayudaran a la piel a volver a su lugar y regenerarse. Si fuese después necesario, podríamos tratarla con otra técnica, pero no creo que sea necesario.
- ¿Y la otra?
- Utilizaremos una técnica de abrasión, que consiste en ir quitando capas a la piel dejando que al regenerarse, desaparezca casi por completo la marca. Algo quedará, pero muy poco. Tendrás que venir una vez a la semana durante un mes. La cicatriz es pequeña. Os voy a enseñar unos vídeos de cirugía y abrasión para que veáis la técnica y los resultados.
Giró la pantalla de su ordenador y les dejó mirarlo mientras él salía del despacho para darle a su auxiliar los datos de Kate para abrir una ficha de paciente y entregarle documentación que debería firmar y la petición del historial e informes sobre su anterior operación y que él quería comprobar para tratarla.
- ¿Qué te parece? – le preguntó con cuidado Richard
- Mucho tiempo de descanso Rick… y hemos estado de vacaciones casi un mes…
- Supongo que podrás dejarlo para más adelante..
- ¿Ya lo habéis visto? – preguntó James.
- Si – queda bastante claro le dijo Richard
- No obstante, te traigo información escrita para que puedas volver a revisarlo – le dijo entregándole documentación a Kate.
- Gracias James.
- Necesitaré que en tu hospital te faciliten un informe de tu operación, te doy aquí una lista de lo necesario. Cuando decidas que quieres hacerlo, tendremos que hacer unas pruebas unos quince días antes.
- Me preocupa el tiempo, ahora mismo… yo
- No ahora no Kate, es mejor en Otoño, deja que pase el verano… no nos conviene el sol.
Salieron de la consulta, dando las gracias a James. Kate estaba convencida, tras ver los videos y el resultado.
- No le he preguntado cuanto me costará arreglar mi remiendo – le dijo Kate pensativa
- No te lo dirá, lo tiene prohibido –le contestó él mientras se paraba y la tomaba por la cintura para mirarla a los ojos – esto es cosa mía Kate, yo cause tu herida y yo quiero hacer todo lo posible para solucionarlo
- Rick, no me apetece discutir contigo ahora, una cosa es que sea tu… novia – le dijo costando pronunciar la palabra – y otra que tengas que pagar todos mis caprichos… ¿te recuerdo todo lo que has hecho ya por mi?
- ¿Quieres que pregunte cuanto he ganado y sigo ganando contigo? Además inspectora, pienso cobrármelo… - y la miró entrecerrando los ojos y ladeando la cabeza
- Esto no me hace sentir bien Rick… no lo entiendes
- Si te entiendo, tú no me entiendes a mi. Pero si te sientes mal, siempre puedes ayudarme con mi siguiente libro, y tengo que acabarlo antes de que termine Agosto… necesito ideas, correcciones y momentos tórridos-le dijo con una gran sonrisa pícara
- Ah no… eso tendremos que hablarlo, no pienso compartir mis relaciones sexuales con medio mundo..-el rió
- ¿Crees que no están compartidas ya? – y ella se ruborizó pensando en todos aquellos que les conocían…
Una vez dentro del coche, Richard le dijo que debían ir a comprar un par de ingredientes que le faltaban para que pudiese preparar la cena de la noche.
- No tienes que impresionarle Rick.
- A él no, pero a ti ¿si verdad? – le dijo besándola.
- ¿Y que tienes pensado preparar?
- Mi apreciada pasta con salsa carbonara, Alexis me pidió que la hiciese. ¿Os gustará?
- Seguro que si. ¿Qué es lo que hay que comprar?
- Manzanas, crema de vainilla, nata, bacon… - ella le silenció
- ¿Tu salsa carbonara lleva manzanas?... creo que pasaremos a comprar comida china… -él la miró sonriendo
- Las manzanas y la crema de vainilla son para el postre
- ¿Vas a hacer postre? No puedo creerlo
A Kate, entrar a un supermercado acompañada de Richard y ver como elegía los ingredientes para preparar una cena en la que participaría su padre, le resultaba entre gracioso y encantador, le dejo hacer, recordando como acompañaba a su madre cuando hacía la compra e intentando pensar cuanto tiempo hacía que ella no compraba ingredientes frescos para cocinar, normalmente compraba alimentos preparados y listos para calentar, incluso si decidía comprar ensalada, la compraba ya lista para comer. Y ahí estaba el, pidiendo que le cortasen el bacon en lonchas finas, eligiendo las manzanas revisándolas como si estuviese haciendo un casting y acercando a su nariz los tomates para comprobar su aroma…
Salieron del supermercado con más compra de la que ella pensaba, y él la apremió para que acelerase el paso hasta el coche, tenía mucho que hacer para que todo estuviese listo para la hora en la que llegaría su padre.
- Creo que vas a tener que hacer de pinche – le dijo - ¿Podrás?
- Claro, será divertido, porque no se me da bien…
Cuando llegaron a la casa de Richard, él la dejó un pantalón de chándal que le quedaba grande y que tuvo que anudar para que no se le cayese y una camiseta, ambos rieron al verla con esa ropa, se besaron y abrazaron y a punto estuvieron de caer uno en los brazos del otro y no llegar a la cocina, pero al final la razón se impuso y salieron de la habitación para preparar la cena con el tiempo más que justo.
Cuando Jim llamó a la puerta, fue la propia Kate quien, recién duchada y vestida ya con su ropa, abrió la puerta y le iluminó con una gran sonrisa, gesto que no pasó desapercibido para su padre, que se contagió de la sonrisa y abrazó a su hija.
- Tienes un bonito color de cara Katie
- Hola Jim – le dijo Martha levantándose del sofá para ir a saludarle.
- Martha… es un placer volver a verte – le dijo acercándose
- Os voy a dejar un momento mientras termino de ayudar a Alexis a preparar la mesa, seguro que tenéis mucho que hablar… - les dijo y se alejó para dejarles solos.
- ¿Y Richard? – preguntó Jim
- Ha estado cocinando y esta tomando una ducha
- ¿Cocina?
- Si – le dijo ella sonriendo
- Me alegra saberlo, siempre estas demasiado delgada
- Papá…
- Aunque te veo mucho mejor que cuando te fuiste.
- Si, creo que me he comido media Europa… - le dijo riendo
- ¿Te gusto Venecia?
- Si, y no me arrepiento de no haber ido con vosotros… es una ciudad muy romántica, no hubiese sido igual si os hubiese acompañado…
- Katie, no… tu madre y yo te echamos de menos
- Buenas noches Jim –le saludo Richard mientras salía de su despacho terminando de abotonar su camisa y tendiéndole la mano – me alegro de verte
- Hola Richard, veo que has cuidado bien de Katie, hacía mucho tiempo que no la veía tan… resplandeciente
- Gracias Jim, me ha costado lo mio, tienes una hija muy cabezota… - le dijo riendo y mirándola - y muy mandona… - le añadió en bajito – pasemos a la mesa, no quiero que se enfríe la comida y pienses que no le convengo
- Hola señor Beckett – le saludo Alexis
Se sentaron a la mesa, Kate miró a Richard sonriendo, pasta a la carbonara (nata con bacon, champiñones, cebolla y huevo), tomates rellenos de una pasta de aceitunas negras, tomate, anchoas y albahaca, tapados con mozarella y ligeramente gratinados en el horno y rebanadas de pan con mozarella, aromatizados con aceite de oliva, ajo y orégano. Richard habría abierto una botella de su mejor vino, pero por respeto a Jim y su condición de ex alcohólico, avisó a su madre y cenaron con agua y refrescos
Durante la cena, Kate y Richard respondieron a todas las preguntas que los tres les hicieron sobre su viaje, los sitios donde estuvieron, todo lo que vieron, algunas de sus anécdotas… los cinco hablaban y reían
- Jim ¿Kate te ha dado ya tu regalo? Kate, lo dejé sobre la mesa de mi despacho, ¿lo traes mientras recojo?
Kate le miró extrañada, ella no había comprado nada, se levantó y fue hasta el despacho, donde vio un paquete envuelto en papel azul brillante y con un pos it pegado donde se podía leer el nombre de Jim. Ella lo cogió y lo llevo hasta la mesa, se lo entregó a su padre que le dijo que esperaría a que se sentasen y ayudó a Richard a terminar de recoger ante la mirada de Martha que le dijo:
- Querida, ya no eres una invitada en esta casa, no voy a impedirte que recojas… - y los cinco sonrieron
- ¿Me ayudas con el postre Kate? – le dijo Richard mientras sacaba helado del congelador
- ¿Se ha quemado la tarta?
- Pero que dices!! Quemarse… ¿hay algo más rico que tarta de manzana caliente con helado de vainilla?
- Ufs… no… mañana tengo que salir a correr… ¿Qué quieres que haga?
- Pon la cafetera, ya esta preparada, ahora saco la tarta del horno y me ayudas con el helado – le dijo dándole la cuchara para hacer bolas de helado y poniéndose un guante para abrir el horno.
- ¿Me explicarás lo del regalo de mi padre?
- Luego
Cuando sirvieron el postre y se sentaron, todos pidieron a Jim que abriese su regalo, momento que aprovecho Alexis para darle las gracias a Kate por elegir la ropa que le habían traído Londres
- Tuviste que elegirla tú, dudo que mi padre me hubiese comprado esa ropa, él sigue pensando que tengo 12 años…. Seguro que evitaste que me comprase ropa con personajes Disney
- Alexis – protestó Richard
- Vamos papá, tu sabes que es verdad….
Richard miró a Kate, con una sonrisa de complicidad, lo que no sabía Alexis es que él ni siquiera pensó en comprarle ropa en Londres, y se escandalizó al ver el tamaño de una de las minifaldas que Kate había elegido.
- Vaya – dijo Jim – chicos es…
- ¿Te gusta Jim? – le dijo Richard mirando a Kate – lo eligió Kate… como ella tiene el tuyo…
- Claro que me gusta… - dijo Jim mirando a su hija.
- Nos dijeron que era Suizo, aunque… lo compramos en París, ahora que lo pienso, deberíamos haberlo comprado en Londres, creo que allí son más puntuales que los Suizos – dijo Richard y todos rieron…
Kate acompañó a Richard a preparar café.
- Rick… ¿te importa que hoy vayamos a mi casa?
- Claro que no. Ya lo hablamos, lo que tú quieras.
- Gracias Rick
- No tienes porque darlas Kate, no puedo dormir sin ti, donde sea, pero contigo…
- No es eso, te lo decía por el reloj de mi padre… gracias Rick
- Kate… por eso aún menos… me alegro que os haya gustado.
Una hora más tarde, Jim se despedía de Martha y Alexis, mientras salía acompañado de Richard y Kate, que le llevarían a su casa.
- No teníais porque haberme traído a casa – les dijo mientras bajaban del coche para despedirse en la puerta de la casa de Jim – podría haber venido en taxi y tú trabajas mañana… es tarde…
- Papá… ya esta hecho…
- Gracias Richard – le dijo tendiéndole la mano – Me alegro mucho de que estéis juntos
- Papá…
- Si alguien puede cuidar de ti, Katie, es él – le dijo besándola en la mejilla – buenas noches Richard, Katie, gracias por todo.
- Jim…
- Papá…
Le vieron entrar en el portal y subieron al coche
- ¿Cómo se te ocurrió comprarle un reloj sin decirme nada?
- Te vi comprar regalos, pero ninguno para él ¿Por qué?
- Mi padre y yo somos complicados… desde que murió mi madre… supongo que es porque era ella quien se encargaba de los regalos, incluso del suyo propio.. Gracias Rick, ha sido un bonito detalle.
Llegaron a la casa de Kate, y el cogió una mochila que había guardado en el maletero del coche cuando salieron de la casa de él.
- ¿Qué llevas ahí? – le preguntó curiosa
- No creo que me valgan tus pijamas Kate… - ella sonrío- ni tus camisetas, ni tus pantalones de chándal o tus zapatillas…
- ¿Cuándo lo preparaste?
- Antes de ducharme… sabía que hoy vendríamos aquí.
Kate abrió la puerta y cuando llevó su mano hasta la llave de la luz, pero él se la agarró, impidiendo que la encendiese y la empujó suavemente hasta dentro de la casa, abrazándola por la espalda y cerrado la puerta con el pie, apartó su pelo del cuello y comenzó a besarla.
- No creo que vayas a necesitar ese pijama Rick – le dijo ella sugerente
- Lo sé y lo espero… pero lo dejaré aquí para el próximo día… ¿Me harás sitio inspectora? –le dijo apretándose más a ella y mordiendo levemente su oreja
- ¿En mi armario? – le dijo ella dándose la vuelta y poniéndose frente a él
- No – y se acercó a sus labios
- ¿No? – le dijo ella frunciendo el ceño separándose un poco de él
- No quiero sitio en tu armario, Kate, lo quiero en tu cama y en tu vida… -él volvió a acercarse a sus labios
- Eso ya lo tienes Rick – y tiró del cinturón de él andando de espaldas hacía su habitación…
*************************
FIN DEL CAPITULO 37
G R A C I A S por llegar hasta aqui
Mañana me pongo con su vuelta a la 12, su reencuentro con los chicos y su encuentro con ... Sarah...
Espero no haberos defraudado mucho con este capítulo....
A menudo he pensado que salvo a cinco o seis personas, a nadie más le gustaba esta larguísima historia... después de ver nombres nuevos comentando y despues de tantas y tantas hojas escritas me da bastante ánimo saber que hay por ahí lectores nuevos, o de siempre...
Esta historia se hace larga, lo sé... soy incapaz de mutilar párrafos. Quizá el capitulo de hoy sea de transición y no os guste demasiado... no he tenido demasiado tiempo y creo que era necesario este capítulo...
**************
CAPITULO 37
Se despertaron a la vez, algo se había caído y roto, seguramente en la cocina, sonó a cristal desintegrándose.
- Alguien se esta cargando la vajilla – dijo él entre dientes sin abrir los ojos
Ella se estiró con tranquilidad, arqueando su espalda y llevando los brazos hacia atrás, le miró y le sonrío cuando descubrió los ojos de él sobre ella, ahora sabía que a él le gustaba ese gesto.
- ¿Mmmm hora es? – le preguntó y él giró para ver el reloj de su mesilla
- Las diez… aún es pronto
- ¿Las diez? Por eso tengo hambre
- Aprovechémonos y que paguen la vajilla preparándonos el desayuno… vamos arriba
Se levantaron y salieron a la cocina
- No sé porque no me extraña que seas tú, madre, ¿Qué has roto esta vez? – Martha estaba de espaldas a él sacando una tostada del tostador de pan.
- No fue nada, un vaso… no andes descalzo que ….. - le dijo dándose la vuelta y descubriendo a su hijo vestido únicamente con un pantalón de pijama y a Kate de su mano vistiendo una camiseta que por el tamaño debía ser de Richard - puede haber algún cristal… -acabó más despacio - ¡Kate! Querida… ¡que sorpresa!
- Buenos días – le dijo Kate intentando que sonase natural, aunque se ruborizó un poco al decirlo
- ¿Cuántos días he estado durmiendo? Porque juraría que cuando me fui a dormir no estabas aquí…
- Madre… -le dijo recriminándola Richard
- ¡Rick! –le dijo Kate – Vine anoche Martha, no podía dormir…
- Hiciste muy bien querida- le dijo dándole una ligera palmada en el brazo- créeme ya habéis perdido demasiado tiempo… ¿queréis tostadas? – Kate terminó de sonrojarse con el comentario.
- Si … -contestó sin pensarlo Richard - Y ¿Alexis?
- Oh, se marcho hace unos minutos, no vendrá hasta la hora de comer, dijo que había quedado para comprar un regalo de no sé que fiesta de cumpleaños… no me preguntes porque me acabo de despertar y no podía memorizar tanta información…
- Si, demasiado pronto para ti madre… ¿a que se debe?
- Tengo hora en la peluquería… y creo que ya voy algo tarde… Richard… prepara tú las tostadas… - le dijo dándole un beso en la mejilla – y yo que tú procuraría no quemarlas si quieres que ella vuelva esta noche– dijo guiñándole un ojo a Kate y subiendo por las escaleras terminando su tostada por el camino.
- Bueno…. Tendré que preparar tu desayuno… ¿Qué te apetece? – y abrió la puerta de la nevera para echar un vistazo y hacerse una idea de lo que podía ofrecerla.
- Café… y… ¿algo dulce?
- Eso esta hecho – se acercó a ella y la dio un largo beso - ¿suficientemente dulce o lo intento de nuevo?
- Bobo – le dijo ella volviéndole a besar
- ¿Tostadas? ¿croissant? ¿donuts? ¿Muffins? ¿quieres que te haga tortitas con nata?
- ¿Los muffins tienen pepitas de chocolate?
- Claro… - le dijo mientras sacaba una bolsa llena de bollos de uno de los armarios – y mira lo que tengo aquí – le dijo enseñándole un tarro de cristal
- ¿Azúcar de vainilla? –le dijo riendo
- Para tu café…
Mientras terminaban de desayunar, Martha bajó y desapareció como una exhalación, no sin antes preguntar:
- ¿Comeréis aquí? – Richard miró a Kate que asintió en silencio
- Si… ¿Por qué?
- Enhorabuena hijo, te ha tocado. Hoy cocinas tú…
- Si quiero que Kate se quede tendré que cocinar yo siempre – le dijo elevando la voz mientras Martha cerraba la puerta - cocina fatal – le dijo a Kate
- Entonces ¿Hoy probaré la famosa cocina Castle? – le dijo riendo
- Claro… ¿Qué quieres comer? – ella levantó ambas cejas y entrecerró los ojos reprimiendo una sonrisa
- ¿En este momento? – le dijo acercándose a su oído y susurrándole – cocina Castle pero sin cocina…
- Viciosillaaaa – le dijo arrastrando la palabra y elevándola por la cintura la sentó sobre la encimera…
- Aquí no Rick.. –le dijo abrazándolo con las piernas – podrían volver… - él comenzó a andar hacía la habitación con ella en brazos.
Un par de horas más tarde, Richard troceaba verdura que iba incorporando en una sartén sobre el fuego.
- Eso huele muy bien – le dijo Kate mientras se acercaba envuelta en un enorme albornoz y con una toalla envolviéndole el pelo
- Si, pero si no quieres que el olor se pegue a tu pelo, será mejor que no te acerques
- Pero si no me acerco… no podré besarte – le dijo mientras se abrazaba a él por la espalda
Él se giró cogiendo su cara entre las manos y besándola.
- Tienes razón… -le dijo ella riendo y arrugando la nariz - hueles a comida… ¿Qué haces?
- Anda… ve a secarte el pelo mientras acabo, luego lo verás.
- Voy a llamar a mi padre… Rick – él la miró sabiendo por el tono que le iba a decir algo importante – quiero cenar con mi padre esta noche… le vi antes de ir a Londres y …
- ¿Quieres que vaya contigo?
- Eso estaría bien – le dijo sonriendo
- Se me ocurre algo mejor ¿Por qué no le dices que venga él aquí a cenar con nosotros cuatro?
- No sabes que hacer para que vuelva a quedarme esta noche ¿verdad?
- Bueno, también podemos llevar a tu padre a su casa después de cenar y dormir en la tuya, o te dejo allí y duermes sola… ya decidiremos -Ella le asintió, sonriendo. Le beso suavemente, agradeciendo que él no la presionase.
Más tarde, durante la comida, ella descubrió que él no la mentía, había preparado quichés individuales de verduras y queso y trozos de pollo frito crujiente y ambas cosas le parecieron deliciosas.
- Papá – le dijo Alexis – confieso que estos días he echado de menos tu comida.
- ¡Alexis!– dijo Martha
- Lo siento abuela…
- Pero no miente – se adelantó Richard mientras Martha agitaba su mano en señal de protesta.
Después de comer y recoger todo, Richard dejó a las tres mujeres hablando en el sofá y se encerró en su despacho. Kate le observó siguiendo la conversación de Alexis, y se preguntó si él haría eso muy a menudo, quizá él también necesitaba su espacio.
Tras unos diez minutos, él abrió la puerta de su despacho
- Kate… ¿puedes venir un momento por favor? – Kate miró a ambas, como disculpándose
- No importa Kate – le dijo Alexis.
Él la esperaba en la puerta y cuando ella entró, el cerró de nuevo. Estaba claro que era algo que sólo quería hablar con ella, y en ese momento Kate pensó que sería algo grave y su corazón se aceleró.
- ¿Qué ocurre Rick? ¿He dicho o hecho algo que no debía durante la comida? – le preguntó pensando que podía tratarse de eso.
- Nooo – le dijo el sonriendo – aquí el que dice y hace siempre lo que no debe soy yo… - la abrazó
- ¿Entonces?
- No sé como decírtelo… aunque dijiste que sí… -ella le miró intrigada y el la besó
- ¿Qué? Me estas matando – él suspiró y se armó de valor tomando aire
- He pedido cita al cirujano del que te hable… - le dijo muy rápido- nos recibe en media hora
- Bien… estaré lista en cinco minutos… - el sonrío aliviado y ella entró en la habitación mientras él la seguía con la mirada.
Durante el trayecto hasta la consulta del cirujano, Richard no se atrevía a hablar. Se acordó de su silencioso llanto en Atenas, y no quería que ahora, que él conducía, ella comenzase a llorar y no pudiese abrazarla. Fue ella quien para su sorpresa, rompió el silencio
- ¿Tú crees que tardaré mucho en curar la operación? No me gustaría tener que estar otros tres meses de baja – dijo mientras miraba a la calle
- No lo sé – le dijo él mirándola – pero nos lo aclarará todo.
- ¿De que dijiste que le conocías? – él sonrió
- No he querido decir nada delante de mi madre, a ella le ha quitado manchas en la cara y las manos, atiende a muchos actores y no quiero mentirte… Meredith y Gina también han ido a su consulta.
- ¿Ah si? – le preguntó girando su cara para mirarle – que interesante, seguramente te hace descuento si llevas a todas las mujeres con las que te has relacionado…
- Kate
- No importa… - y volvió a girar su cara hacía la calle
- Kate, él es el mejor, eso es lo que me importa a mí – le dijo buscando su mano y apretándola
Volvieron a un incómodo silencio. Él pensando que no entendía porque se enfadaba si no había querido mentirla, podía haberlo hecho, confiaba en la total discreción del cirujano. Ella pensando que no debía enfadarse, al fin y al cabo él no la había mentido, ni había dado rodeos. Se preguntó porque no le había dicho de que se habían operado sus ex mujeres, aunque, imaginaba la contestación que podría darle y que sin duda estaría relacionada con implantes, pero se merecía pasarlo mal un rato …
- Rick…
- Dime
- ¿De que se operaron Meredith y Gina?
- Gina no llegó a operarse, finalmente decidió que se quedaba con su nariz de serie, le asusta entrar a quirófano, ya sabes que tiene una nariz algo… ¿particular?
- Ah.. y … Meredith
- Es actriz Kate…
- ¿Y?
- Que cualquier arruguita en su cara le asusta y cree que no le dan un papel por eso… creo que lleva tres o cuatro operaciones, no lo tengo claro, yo no la acompañe en ninguna, aunque si tengo que decirte que se alojó en casa esos días… Alexis quiso estar con ella.
- Ya…
- ¿Qué pasaba por tu cabeza? – le dijo riendo
- Supongo que lo que estas imaginando – le dijo con tono algo molesto.
- No. No han sido operaciones de aumento de pecho, y a ninguna de las dos las acompañé yo, vinieron por su cuenta. A mi me conoce por acompañar a mi madre.
En cuanto entraron a la consulta, la auxiliar les hizo pasar al despacho del doctor James Burton, que les esperaba. Era un hombre de más o menos la edad de Richard, alto y atractivo. Su despacho era muy moderno, basado en metal y cristal, daba la sensación de ser muy práctico y funcional.
- Hola Rick – le dijo el doctor tendiéndole la mano - ¿Cómo está Martha?
- Dando guerra, como siempre, ya sabes… Ella es mi novia, Kate Beckett – le tendió la mano sorprendida por lo que había dicho él.
- Me alegro de conocerte… me ha dicho Rick que eres inspectora de policía…
- Igualmente… si, soy inspectora de la policía de Nueva York.
Hablaron durante un rato sobre su trabajo y el de Richard.
- Bueno…y … ¿podemos ver que es lo que te preocupa? –le dijo poniéndose en pie y señalándole un apartado de su despacho, aislado con cristales opacos – Rick ¿nos permites un momento?
- No – dijo Kate – prefiero que me acompañe – le dijo cogiendo la mano de Richard
- Bien – contestó James – vamos a ver
Pasó a la pequeña sala, y le indicó donde podía poner su jersey, mientras encendía una gran lámpara extensible con la que podría examinar con cuidado.
- No hace falta que te quites la ropa interior. ¿Te tumbas en la camilla Kate por favor? –le dijo mientras se colocaba unos guantes de látex.
Ella se tumbó y Richard se puso a su lado, en la parte contraria a su cicatriz, y le dio la mano, ella entrelazó sus dedos con los de él.
- ¿Te preocupan las dos o solo la del costado?
- Bueno… la del costado es la que más, aunque …
- La del pecho evita que puedas ponerte escote con tranquilidad… ¿verdad?
- Si
- ¿Te importa ponerte de lado?
Richard la miraba mientras el doctor examinaba con detenimiento la cicatriz del costado, pasando los dedos y examinando la piel.
- Puedes vestirte – le dijo quitándose los guantes y pasando de nuevo a su despacho.
Richard ayudo a que se incorporase y cuando se puso el jersey ambos salieron al despacho, donde el doctor les esperaba tecleando en su ordenador.
- Bien, Kate, la cicatriz de tu costado hay que quitarla con cirugía. No puedo utilizar otra técnica. Al ser cirugía, no desaparecerá por completo, pero procuraremos hacer que desaparezca lo suficiente para que te olvides de ella. Supongo que tendrás muchas dudas…
- ¿Tiempo? – preguntó ella
- Por tu trabajo, tendrás que estar de reposo entre treinta y cuarenta días, no podemos jugar a que hagas un esfuerzo y estropear el trabajo. Si tuvieses un trabajo de oficina sería menos, no puedes hacer esfuerzos.
- ¿En que consistiría la operación? – preguntó tímidamente Richard
- Abriríamos la herida, cortando la piel y uniéndola en un corte limpio, no se apreciara la sutura.
- Pero – dijo ella- en eso consistió mi operación ¿no quedará de nuevo igual?
- No Kate, cuando te operaron tuvieron que profundizar en el músculo, cosa que no haremos ahora, solo será piel. En la herida te pusieron un tubo de salida de drenaje, que dejó una pequeña protuberancia en la cicatriz. Además, cuidaremos la herida a diario, con productos que ayudaran a la piel a volver a su lugar y regenerarse. Si fuese después necesario, podríamos tratarla con otra técnica, pero no creo que sea necesario.
- ¿Y la otra?
- Utilizaremos una técnica de abrasión, que consiste en ir quitando capas a la piel dejando que al regenerarse, desaparezca casi por completo la marca. Algo quedará, pero muy poco. Tendrás que venir una vez a la semana durante un mes. La cicatriz es pequeña. Os voy a enseñar unos vídeos de cirugía y abrasión para que veáis la técnica y los resultados.
Giró la pantalla de su ordenador y les dejó mirarlo mientras él salía del despacho para darle a su auxiliar los datos de Kate para abrir una ficha de paciente y entregarle documentación que debería firmar y la petición del historial e informes sobre su anterior operación y que él quería comprobar para tratarla.
- ¿Qué te parece? – le preguntó con cuidado Richard
- Mucho tiempo de descanso Rick… y hemos estado de vacaciones casi un mes…
- Supongo que podrás dejarlo para más adelante..
- ¿Ya lo habéis visto? – preguntó James.
- Si – queda bastante claro le dijo Richard
- No obstante, te traigo información escrita para que puedas volver a revisarlo – le dijo entregándole documentación a Kate.
- Gracias James.
- Necesitaré que en tu hospital te faciliten un informe de tu operación, te doy aquí una lista de lo necesario. Cuando decidas que quieres hacerlo, tendremos que hacer unas pruebas unos quince días antes.
- Me preocupa el tiempo, ahora mismo… yo
- No ahora no Kate, es mejor en Otoño, deja que pase el verano… no nos conviene el sol.
Salieron de la consulta, dando las gracias a James. Kate estaba convencida, tras ver los videos y el resultado.
- No le he preguntado cuanto me costará arreglar mi remiendo – le dijo Kate pensativa
- No te lo dirá, lo tiene prohibido –le contestó él mientras se paraba y la tomaba por la cintura para mirarla a los ojos – esto es cosa mía Kate, yo cause tu herida y yo quiero hacer todo lo posible para solucionarlo
- Rick, no me apetece discutir contigo ahora, una cosa es que sea tu… novia – le dijo costando pronunciar la palabra – y otra que tengas que pagar todos mis caprichos… ¿te recuerdo todo lo que has hecho ya por mi?
- ¿Quieres que pregunte cuanto he ganado y sigo ganando contigo? Además inspectora, pienso cobrármelo… - y la miró entrecerrando los ojos y ladeando la cabeza
- Esto no me hace sentir bien Rick… no lo entiendes
- Si te entiendo, tú no me entiendes a mi. Pero si te sientes mal, siempre puedes ayudarme con mi siguiente libro, y tengo que acabarlo antes de que termine Agosto… necesito ideas, correcciones y momentos tórridos-le dijo con una gran sonrisa pícara
- Ah no… eso tendremos que hablarlo, no pienso compartir mis relaciones sexuales con medio mundo..-el rió
- ¿Crees que no están compartidas ya? – y ella se ruborizó pensando en todos aquellos que les conocían…
Una vez dentro del coche, Richard le dijo que debían ir a comprar un par de ingredientes que le faltaban para que pudiese preparar la cena de la noche.
- No tienes que impresionarle Rick.
- A él no, pero a ti ¿si verdad? – le dijo besándola.
- ¿Y que tienes pensado preparar?
- Mi apreciada pasta con salsa carbonara, Alexis me pidió que la hiciese. ¿Os gustará?
- Seguro que si. ¿Qué es lo que hay que comprar?
- Manzanas, crema de vainilla, nata, bacon… - ella le silenció
- ¿Tu salsa carbonara lleva manzanas?... creo que pasaremos a comprar comida china… -él la miró sonriendo
- Las manzanas y la crema de vainilla son para el postre
- ¿Vas a hacer postre? No puedo creerlo
A Kate, entrar a un supermercado acompañada de Richard y ver como elegía los ingredientes para preparar una cena en la que participaría su padre, le resultaba entre gracioso y encantador, le dejo hacer, recordando como acompañaba a su madre cuando hacía la compra e intentando pensar cuanto tiempo hacía que ella no compraba ingredientes frescos para cocinar, normalmente compraba alimentos preparados y listos para calentar, incluso si decidía comprar ensalada, la compraba ya lista para comer. Y ahí estaba el, pidiendo que le cortasen el bacon en lonchas finas, eligiendo las manzanas revisándolas como si estuviese haciendo un casting y acercando a su nariz los tomates para comprobar su aroma…
Salieron del supermercado con más compra de la que ella pensaba, y él la apremió para que acelerase el paso hasta el coche, tenía mucho que hacer para que todo estuviese listo para la hora en la que llegaría su padre.
- Creo que vas a tener que hacer de pinche – le dijo - ¿Podrás?
- Claro, será divertido, porque no se me da bien…
Cuando llegaron a la casa de Richard, él la dejó un pantalón de chándal que le quedaba grande y que tuvo que anudar para que no se le cayese y una camiseta, ambos rieron al verla con esa ropa, se besaron y abrazaron y a punto estuvieron de caer uno en los brazos del otro y no llegar a la cocina, pero al final la razón se impuso y salieron de la habitación para preparar la cena con el tiempo más que justo.
Cuando Jim llamó a la puerta, fue la propia Kate quien, recién duchada y vestida ya con su ropa, abrió la puerta y le iluminó con una gran sonrisa, gesto que no pasó desapercibido para su padre, que se contagió de la sonrisa y abrazó a su hija.
- Tienes un bonito color de cara Katie
- Hola Jim – le dijo Martha levantándose del sofá para ir a saludarle.
- Martha… es un placer volver a verte – le dijo acercándose
- Os voy a dejar un momento mientras termino de ayudar a Alexis a preparar la mesa, seguro que tenéis mucho que hablar… - les dijo y se alejó para dejarles solos.
- ¿Y Richard? – preguntó Jim
- Ha estado cocinando y esta tomando una ducha
- ¿Cocina?
- Si – le dijo ella sonriendo
- Me alegra saberlo, siempre estas demasiado delgada
- Papá…
- Aunque te veo mucho mejor que cuando te fuiste.
- Si, creo que me he comido media Europa… - le dijo riendo
- ¿Te gusto Venecia?
- Si, y no me arrepiento de no haber ido con vosotros… es una ciudad muy romántica, no hubiese sido igual si os hubiese acompañado…
- Katie, no… tu madre y yo te echamos de menos
- Buenas noches Jim –le saludo Richard mientras salía de su despacho terminando de abotonar su camisa y tendiéndole la mano – me alegro de verte
- Hola Richard, veo que has cuidado bien de Katie, hacía mucho tiempo que no la veía tan… resplandeciente
- Gracias Jim, me ha costado lo mio, tienes una hija muy cabezota… - le dijo riendo y mirándola - y muy mandona… - le añadió en bajito – pasemos a la mesa, no quiero que se enfríe la comida y pienses que no le convengo
- Hola señor Beckett – le saludo Alexis
Se sentaron a la mesa, Kate miró a Richard sonriendo, pasta a la carbonara (nata con bacon, champiñones, cebolla y huevo), tomates rellenos de una pasta de aceitunas negras, tomate, anchoas y albahaca, tapados con mozarella y ligeramente gratinados en el horno y rebanadas de pan con mozarella, aromatizados con aceite de oliva, ajo y orégano. Richard habría abierto una botella de su mejor vino, pero por respeto a Jim y su condición de ex alcohólico, avisó a su madre y cenaron con agua y refrescos
Durante la cena, Kate y Richard respondieron a todas las preguntas que los tres les hicieron sobre su viaje, los sitios donde estuvieron, todo lo que vieron, algunas de sus anécdotas… los cinco hablaban y reían
- Jim ¿Kate te ha dado ya tu regalo? Kate, lo dejé sobre la mesa de mi despacho, ¿lo traes mientras recojo?
Kate le miró extrañada, ella no había comprado nada, se levantó y fue hasta el despacho, donde vio un paquete envuelto en papel azul brillante y con un pos it pegado donde se podía leer el nombre de Jim. Ella lo cogió y lo llevo hasta la mesa, se lo entregó a su padre que le dijo que esperaría a que se sentasen y ayudó a Richard a terminar de recoger ante la mirada de Martha que le dijo:
- Querida, ya no eres una invitada en esta casa, no voy a impedirte que recojas… - y los cinco sonrieron
- ¿Me ayudas con el postre Kate? – le dijo Richard mientras sacaba helado del congelador
- ¿Se ha quemado la tarta?
- Pero que dices!! Quemarse… ¿hay algo más rico que tarta de manzana caliente con helado de vainilla?
- Ufs… no… mañana tengo que salir a correr… ¿Qué quieres que haga?
- Pon la cafetera, ya esta preparada, ahora saco la tarta del horno y me ayudas con el helado – le dijo dándole la cuchara para hacer bolas de helado y poniéndose un guante para abrir el horno.
- ¿Me explicarás lo del regalo de mi padre?
- Luego
Cuando sirvieron el postre y se sentaron, todos pidieron a Jim que abriese su regalo, momento que aprovecho Alexis para darle las gracias a Kate por elegir la ropa que le habían traído Londres
- Tuviste que elegirla tú, dudo que mi padre me hubiese comprado esa ropa, él sigue pensando que tengo 12 años…. Seguro que evitaste que me comprase ropa con personajes Disney
- Alexis – protestó Richard
- Vamos papá, tu sabes que es verdad….
Richard miró a Kate, con una sonrisa de complicidad, lo que no sabía Alexis es que él ni siquiera pensó en comprarle ropa en Londres, y se escandalizó al ver el tamaño de una de las minifaldas que Kate había elegido.
- Vaya – dijo Jim – chicos es…
- ¿Te gusta Jim? – le dijo Richard mirando a Kate – lo eligió Kate… como ella tiene el tuyo…
- Claro que me gusta… - dijo Jim mirando a su hija.
- Nos dijeron que era Suizo, aunque… lo compramos en París, ahora que lo pienso, deberíamos haberlo comprado en Londres, creo que allí son más puntuales que los Suizos – dijo Richard y todos rieron…
Kate acompañó a Richard a preparar café.
- Rick… ¿te importa que hoy vayamos a mi casa?
- Claro que no. Ya lo hablamos, lo que tú quieras.
- Gracias Rick
- No tienes porque darlas Kate, no puedo dormir sin ti, donde sea, pero contigo…
- No es eso, te lo decía por el reloj de mi padre… gracias Rick
- Kate… por eso aún menos… me alegro que os haya gustado.
Una hora más tarde, Jim se despedía de Martha y Alexis, mientras salía acompañado de Richard y Kate, que le llevarían a su casa.
- No teníais porque haberme traído a casa – les dijo mientras bajaban del coche para despedirse en la puerta de la casa de Jim – podría haber venido en taxi y tú trabajas mañana… es tarde…
- Papá… ya esta hecho…
- Gracias Richard – le dijo tendiéndole la mano – Me alegro mucho de que estéis juntos
- Papá…
- Si alguien puede cuidar de ti, Katie, es él – le dijo besándola en la mejilla – buenas noches Richard, Katie, gracias por todo.
- Jim…
- Papá…
Le vieron entrar en el portal y subieron al coche
- ¿Cómo se te ocurrió comprarle un reloj sin decirme nada?
- Te vi comprar regalos, pero ninguno para él ¿Por qué?
- Mi padre y yo somos complicados… desde que murió mi madre… supongo que es porque era ella quien se encargaba de los regalos, incluso del suyo propio.. Gracias Rick, ha sido un bonito detalle.
Llegaron a la casa de Kate, y el cogió una mochila que había guardado en el maletero del coche cuando salieron de la casa de él.
- ¿Qué llevas ahí? – le preguntó curiosa
- No creo que me valgan tus pijamas Kate… - ella sonrío- ni tus camisetas, ni tus pantalones de chándal o tus zapatillas…
- ¿Cuándo lo preparaste?
- Antes de ducharme… sabía que hoy vendríamos aquí.
Kate abrió la puerta y cuando llevó su mano hasta la llave de la luz, pero él se la agarró, impidiendo que la encendiese y la empujó suavemente hasta dentro de la casa, abrazándola por la espalda y cerrado la puerta con el pie, apartó su pelo del cuello y comenzó a besarla.
- No creo que vayas a necesitar ese pijama Rick – le dijo ella sugerente
- Lo sé y lo espero… pero lo dejaré aquí para el próximo día… ¿Me harás sitio inspectora? –le dijo apretándose más a ella y mordiendo levemente su oreja
- ¿En mi armario? – le dijo ella dándose la vuelta y poniéndose frente a él
- No – y se acercó a sus labios
- ¿No? – le dijo ella frunciendo el ceño separándose un poco de él
- No quiero sitio en tu armario, Kate, lo quiero en tu cama y en tu vida… -él volvió a acercarse a sus labios
- Eso ya lo tienes Rick – y tiró del cinturón de él andando de espaldas hacía su habitación…
*************************
FIN DEL CAPITULO 37
G R A C I A S por llegar hasta aqui
Mañana me pongo con su vuelta a la 12, su reencuentro con los chicos y su encuentro con ... Sarah...
Espero no haberos defraudado mucho con este capítulo....
Última edición por Anver el Lun Sep 03, 2012 8:11 pm, editado 1 vez
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Que bonito capítulo, me gusta que ya hayan vuelto de su viaje y poder ver la convivencia con Martha y Alexis
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
me a encantadooooo sigueeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO ME ENCANTO AUNQUE NO HABÍA VUELTO A COMENTAR POR TIEMPO SIGO LEYENDO ME ENCANTAAAAAAAAA Y MAS QUE SEAN ASÍ DE LARGUITOS MAS POR FAVORRRRR
moni valdes- As del póker
- Mensajes : 298
Fecha de inscripción : 04/01/2012
Edad : 34
Localización : colombia
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Me ha encantado, fascinado, ha sido genial, he podido hasta oler la comida. De lo bien descrita que estaba, mmm me has habierto el apetito. Espero que continues pronto hace ya unos días que espera con ansia tu FIC y por fin está aqui
Me ha encantado sigue pronto porfavor...
Me ha encantado sigue pronto porfavor...
Invitado- Invitado
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
No creo que jamás nos puedas defraudar Anver, al menos a mi no, habrá sido un capítulo de transición pero a mi me ha gustado muchísimo, quizás el único "defecto" que le veo es que se me ha hecho corto, es que nos tienes mal acostumbrados jaja Me gusta mucho esa escena de la clínica, creía que no llegaríamos a leerla en tu fic, que se quedaría como algo que tenían que hacer pero que se queda omitido y me alegro que no lo hicieras y nos dejaras esa escena, me gusta mucho ese Castle que se preocupa por ella y la cuida. Por otra parte la escena ha sido perfecta, ojala tengamos una escena así en la serie, con Martha, Alexis, Jim y la parejita El detalle del reloj que Caslte compró para Jim me gustó mucho y el hecho de que Castle no presione a Beckett con donde van a dormir pero que sepa exactamente lo que va a querer me encanta.
No sé que más decirte, que me ha gustado muchísimo y que espero con ganas el próximo capítulo y el momento en el que Beckett y mi Sarah se conozcan
No sé que más decirte, que me ha gustado muchísimo y que espero con ganas el próximo capítulo y el momento en el que Beckett y mi Sarah se conozcan
______________________
Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
¿De transición? pues por mi escribe más capítulos de estos, porque me ha encantado. Leer como se va desarrollando la vida del día a día entre los dos, me ha gustado mucho, ese Castle detallista en todos los aspectos, la cena familiar. Ojalá nos regalaran algo de esto en la serie.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
Nos estás describiendo a un Castle, que es como un mirlo blanco, romántico, bueno, capaz de cocinar...y claro eso es un problema para nuestra vida cotidiana porque no vamos a encontrar a nadie con tantas virtudes, y tendremos un gran desengaño.
Suerte que lo describes todo tan bien, que nos encontramos inmersas en la historia, y la disfrutamos.
Suerte que lo describes todo tan bien, que nos encontramos inmersas en la historia, y la disfrutamos.
marypaz- Policia de homicidios
- Mensajes : 687
Fecha de inscripción : 09/06/2011
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
tienes toda la razon, disculpa por no comentar y decirte como espero mordiendome las uñas cada capitulo tuyo, me gusta muchisimo como lo haces escribes mejor que bien, visualizo cada escena, gracias por seguir y te pido mil perdones por no haberlo hecho antes
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: Y ahora... ¿que? (EPILOGO) 21/09
YO QUIERO EL SIGUIENTE YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, YAAAAAAAAAA, YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
moth13- Policia de homicidios
- Mensajes : 695
Fecha de inscripción : 24/04/2011
Localización : Madrid
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